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TRIBUNA LIBRE

La leahad de las Fuerzas Armadas


En las Fuerzas Armadas no hay rir, durante muchos años, otros
que confundir unión con unifor- alimentos.
midad. Esto lo dice incluso el ge- JOSÉ LUIS PITARCH Un golpe, un putsch, no tiene
neral Jorge Videla (entrevista a Capitán de Caballería ni tendrá viabilidad. No hay con-
EL PAÍS, 12 de noviembre últi- diciones internacionales ni
mo), jefe del Ejecutivo tras un internas. Y somos inmensa
golpe de Estado, refiriéndose a mayoría, o todos, los militares
las diversas opiniones y estados leales al jefe supremo de los
de ánimo de los componentes de sagrada, por ser la última de un Ejércitos, a su ministro, a sus jefes
los Ejércitos. Esto lo han dicho moribundo. Un Rey, además, de Estado Mayor, Eso quienes
también muchas veces, desde que accedió al trono porque así lo mejor lo saben son los eventuales
luego, las máximas jerarquías de quiso el generalísimo. aspirantes a «golpistas».
las Fuerzas Armadas españolas. Yerran, por tanto, quienes se Si alguien pide más pruebas de
Y ha sido precisamente el minis- preguntan como obsesivamente lo que aquí se dice, piense en el
tro teniente general Gutiérrez «qué piensa hacer el Ejército», o cúmulo de condiciones teórica-
Mellado quien ha consagrado en «los militares», No hay más que mente «favorables» al golpe en
textos positivos el derecho fun- una respuesta jurídica y política: enero o abril de 1977, o en tantas
damental a la libertad de expre- lo que les mande el Rey. Aún pu- otras ocasiones, siempre pade-
sión de los militares, sometido a diera tener algún sentido la cues- ciendo instigación, desde los mis-
controles previos antes de este tión desgranando de ella el mos sectores, a la .rebelión. ¿Y
ministro. La unión o unidad, fru- término «hacer». Pero eso sería qué pasó en todas ellas?; orden,
to del espíritu militar, la lealtad y descender a los fueros internos, disciplina, lealtad al Rey.
el compañerismo, se fundamenta diversos e irrelevantes al exterior. Evidentemente, en fin, el Rey
en la voluntad de asumir solida- Por otra parte, caso de q u e , tiene numerosos asuntos de que
riamente la responsabilidad de la hipotéticamente, algún mando bcuparse, además de mandar el
defensa, de acuerdo con el diera un día una orden dispar de Ejército, muy importantes y ur-
proyecto de ley de reales orde- lo dispuesto por el jefe supremo y gentes para el país. Así que, como
nanzas, actualmente en trámite sabido por todos, esa orden sería criterio práctico, indubitable, in-
parlamentario. nula de pleno derecho. Ya dice el mediato, para conocer lo que or-
dena el jefe supremo (serenidad,
Pero, obviamente, la diversi- artículo 35 de las nuevas Orde- entre otras cosas, según suele re-
dad de opiniones es una cosa y la nanzas que cuando las órdenes petir), como cotidiano criterio,
rebelión o la traición otra. No entrañen la ejecución de actos decimos, bastará fijarse en lo que
quiero entrar en ningún juicio de que manifiestamente constituyan indique su ministro de Defensa,
lo que está «sub judice» y tampo- delito ningún militar está obli- que goza de la completa confian-
co puedo hacer crítica de quienes gado a obedecerlas. (Pensemos, za del Rey y del presidente del
siguen siendo superiores míos como ejemplo arquetípico. en el Gobierno, cosa que saben hasta
jerárquicos. Mas sí tengo dere- caso de un coronel que manda las piedras. Y, si se quiere un paso
cho, y la obligación, de hacer hacer algo y luego un capitán dis- más, ver qué dicen los jefes de
axiología, y hacerla a fondo, res- pone lo contrario, siendo clara y Estado Mayor de los tres Ejérci-
pecto a quienes incitan, unay otra constante para los subordinados tos, primeros eslabones en la ca-
vez, a la rebelión y a la traición a del capitán la orden del coronel. dena de mando respectiva. Lue-
las Fuerzas Armadas. Aquí, los Eso seria la selva y no la discipli- go, cada uno haga bueno el refrán
periód icos q ue todos sabemos y la na. ¿Qué derecho tendría el ca- «zapatero a tus zapatos». Pero no
revista que también todos sabe- p i t á n a ser obedecido? ¿Qué nos engañemos: cuando al mi-
mos, la cual regala suscripción a harían sus subordinados? Este es nistro le dicen «el señor Gutié-
los cuarteles y unidades, si éstas el viejo problema jurídico de rrez», cuando esos mismos inten-
se dan de baja, y sigue enviándo- Austin. En realidad, no existen tan provocar la defenestración de
les sus ejemplares; que ataca a la casos de capitanes haciendo tal, este ministro o del de Interior, se
Monarquía cuando le viene en salvo locura flagrante del coro- está apuntando más arriba y más
gana, siendo así que el titular de nel. Y, con los máximos respetos, abajo.
esta Monarquía es mi jefe supre- don Juan Carlos parece inmen- Una reflexión y un ruego final
mo, según la ley Constitutiva samente cuerdo y, además, muy dirigidos a los capitalizadores
castrense de Cánovas, según la bien asesorado.) profesionales del asesinato y la
Orgánica del Estado de Franco y Estas cosas creo que las cono- sangre: no es digno ni bueno
según la Constitución que hemos cen perfectamente la gran ejercer comercio político con la
aprobado —mal que les pese— el mayoría de los militares, mien- tristeza y el dolor de quienes ven
pasado día 6 la mayoría de los tras parecen ignorarlas muchos morir a compañeros de uniforme
españoles. Y este Rey, no lo olvi- civiles, que alientan, a veces con y dedicación cada semana o cada
demos, lo primero que dijo al su mismo miedo, los mitos «de día. Yo les juro por Dios que de-
ceñir la Corona es que quería papel»; los cuales sólo se hacen rramo lágrimas por estas muer-
serlo de «todos» los españoles. de cartón gracias a ese aliento in- tes, y me pregunto si no me tocará
Eso significa admitir lo que los directo y paradójico. Lo que sí a mí alguna vez. Pero tenemos
españoles decidan, y nadie por puede darse dentro de la institu- que acabar de parir la democra-
ellos. ción castrense son tormentas en cia. Y un parto conlleva siempre
No olvidemos tampoco que vasos de agua, algún reducido sangre, sudor y lágrimas. Es la ley
Francisco Franco dijo en su tes- pataleo que pretenda gratuita- inflexible y dura de la vida. Aun-
tamento a los militares: «Rodead mente reflejar sentires colectivos, que después del parto viene algo
al Rey de ¡a misma lealtad que a tensiones, en fin, de un organis- que siempre hace pensar que va-
mí.» Esta fue una orden tajante y mo vivo y acostumbrado a dige- lió la pena.

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