Justo Jorge Padrón (Las palmas de Gran Canaria, 1943-Madrid, 2021)
Y SI DIOS SE CANSARA DE NOSOTROS
Y si Dios se cansara de nosotros,
y si Dios nos odiara, nos iría cambiando lentamente, nos pondría una lepra de tiempo por la piel, la sensibilidad muy enfermiza y la sed y la angustia del recuerdo constante; y a nuestro lado, espejos, muchísimos espejos para que en luz y noche nuestra desenfrenada pérdida reflejaran. Sentiríamos golpes invisibles cayendo desde dentro y también desde lo más distante. Y nos encerrarían en hundidos recintos y en sórdidos trabajos que nos irían reduciendo a sombra y rutina la vida. Para que no pudiéramos amar vertería en nosotros la ambición, la envidia, la violencia, la lujuria y el odio. Este veneno iría corrompiendo nuestra alma. Desde ella brotarían muñones y rencor, vicios innumerables. Y cuando ya pidiéramos a gritos la muerte, insuflaría en los más cuidadosos la piadosa costumbre de alargarnos el grito hasta el terror y la locura. Si este Dios se cansara de nosotros, y si este Dios tan justo nos odiara, seríamos la especie miserable y rugosa, torpe, suicida y ciega, degenerada y criminal, maldita, que es la raza humana.