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COLEGIO SAINT MARY JOSEPH

Mes de Julio
Lectura Reflexiva número 1
“Pagado con un vaso de leche”
Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar su
escuela, encontró que solo le quedaba una simple moneda de diez centavos, y tenía hambre.
Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, sus nervios lo
traicionaron cuando una encantadora mujer joven le abrió la puerta. 
En lugar de comida pidió un vaso de agua. Ella pensó que el joven parecía
hambriento así que le trajo un gran vaso de leche. 
Él lo bebió despacio, y entonces le preguntó, ¿Cuánto le debo? 
"No me debes nada," contesto ella. 
"Mi madre siempre nos ha enseñado a nunca aceptar pago por una caridad". 
Él dijo... "Entonces, te lo agradezco de todo corazón." 
Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no solo se sintió físicamente más fuerte, sino
que también su fe había crecido.
Él había estado listo para rendirse y dejar todo. Años después esa joven mujer
enfermó gravemente. Los doctores locales estaban confundidos. 
Finalmente la enviaron a la gran ciudad, donde llamaron a especialistas para estudiar
su rara enfermedad. Se llamó al Dr. Howard Kelly para consultarle. 
Cuando oyó el nombre del pueblo de donde ella vino, una extraña luz llenó sus ojos.
Inmediatamente subió del vestíbulo del hospital a su cuarto. Vestido con su bata de doctor
entró a verla.
La reconoció enseguida.
Regresó al cuarto de observación determinado a hacer lo mejor para salvar su vida.
Desde ese día prestó atención especial al caso. Después de una larga lucha, ganó la batalla.
El Dr. Kelly pidió a la oficina de administración del hospital que le enviaran la
factura total de los gastos para aprobarla. 
Él la reviso y entonces escribió algo en el borde y le envió la factura al cuarto de la
paciente. 
Ella temía abrirla, porque sabía que le tomaría el resto de su vida para pagar todos los
gastos. Finalmente la abrió, y algo llamó su atención en el borde de la factura. Leyó estas
palabras... 
"Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche - (firmado) Dr.
Howard Kelly".
COLEGIO SAINT MARY JOSEPH

Mes de Julio
Lectura Reflexiva número 2
El saco de carbón
Un día, Jaimito entró a su casa dando patadas en el suelo y gritando muy molesto. Su
padre lo llamó y Jaimito lo siguió, diciendo en forma irritada:

- Papá, ¡Te juro que tengo mucha rabia! Pedrito no debió hacer lo que hizo conmigo.
Por eso, le deseo todo el mal del mundo, ¡Tengo ganas de matarlo!

Su padre, un hombre simple, pero lleno de sabiduría, escuchaba con calma al hijo
quien continuaba diciendo:

- Imagínate que el estúpido de Pedrito me humilló frente a mis amigos. ¡No acepto
eso! Me gustaría que él se enfermara para que no pudiera ir más a la escuela.

El padre siguió escuchando y se dirigió hacia una esquina del garaje de la casa, de
donde tomó un saco lleno de carbón el cual llevó hasta el final del jardín y le propuso:

- ¿Ves aquella camisa blanca que está en el tendedero? Hazte la idea de que es
Pedrito y cada pedazo de carbón que hay en esta bolsa es un mal pensamiento que va
dirigido a él. Tírale todo el carbón que hay en el saco, hasta el último pedazo. Después yo
regreso para ver cómo quedó.

El niño lo tomó como un juego y comenzó a lanzar los carbones, pero como la
tendedera estaba lejos, pocos de ellos acertaron la camisa.

Cuando el padre regresó, le preguntó:

- Hijo, ¿qué tal te sientes?

- Cansado, pero alegre. Acerté algunos pedazos de carbón a la camisa.

El padre tomó al niño de la mano y le dijo:

- Ven conmigo, quiero mostrarte algo.

Lo colocó frente a un espejo que le permitió ver todo su cuerpo... ¡Qué susto! Estaba
todo negro y sólo se le veían los dientes y los ojos. En ese momento el padre dijo:

- Hijo, como pudiste observar, la camisa quedó un poco sucia pero no es comparable
a lo sucio que quedaste tú.
COLEGIO SAINT MARY JOSEPH

El mal que deseamos a otros se nos devuelve y multiplica en nosotros. Por más que
queremos o podamos perturbar la vida de alguien con nuestros pensamientos, los residuos y
la suciedad siempre quedan en nosotros mismos.

Ten mucho cuidado con tus pensamientos porque ellos se transforman en palabras.
Ten mucho cuidado con tus palabras porque ellas se transforman en acciones. Ten mucho
cuidado con tus acciones porque ellas se transforman en hábitos. Ten mucho cuidado con
tus hábitos porque ellos moldean tu carácter. Y ten mucho cuidado con tu carácter porque
de él dependerá tu destino.
COLEGIO SAINT MARY JOSEPH

Mes de Julio
Lectura Reflexiva número 3
La tristeza y la furia
En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los
hombres transitan eternamente sin darse cuenta, en un reino mágico, donde las cosas no
tangibles, se vuelven concretas, había una vez, un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores
existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente.
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua
compañía, la tristeza y la furia.

Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas, las dos, entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre está la furia), preocupada -sin saber por qué- se bañó
rápidamente y más ágilmente aún salió del agua.

Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que
desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró.

Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza.

Y así vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugar donde está,
la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sin conciencia del paso del
tiempo), salió del estanque.

En la orilla encontró que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo,
así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel,
terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia
que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad, está
escondida la tristeza.
COLEGIO SAINT MARY JOSEPH

Mes de Julio
Lectura Reflexiva número 4
La paz perfecta

Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera en una
pintura dibujar la paz perfecta.
Muchos artistas lo intentaron y presentaron sus obras en el palacio del rey, el gran día
había llegado.
El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solo hubieron dos que a él realmente
le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se
reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban.
Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas.
Todos quienes miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas pero estas eran escabrosas y descubiertas.
Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y
truenos.
Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua.
Todo esto no se revelaba para nada pacifico.
Pero cuando el rey observó cuidadosamente, miró tras la cascada un delicado arbusto
creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido.
Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un
pajarito en el medio de su nido.

Paz perfecta... el pueblo entero se preguntaba que cuadro elegiría el rey.

El sabio rey escogió la segunda, y explicó a la gente por qué.

"Porque," explicaba el rey, "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin
problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de estas
cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado
de la paz."

Y tú... ¿ya has encontrado la verdadera paz del corazón, entre tanto bullicio?..

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