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BLOQUE I: LA BASE MOLECULAR Y FÍSICO- QUÍMICA DE LA VIDA

TEMA 1
COMPOSICIÓN DE LOS SERES VIVOS: BIOELEMENTOS Y BIOMOLÉCULAS

BIOELEMENTOS

Concepto de Bioelemento
Se llama bioelemento o elemento biogénico a cualquier elemento químico que forma
parte de la materia viva.

Los seres vivos están formados por alrededor de unos 70 elementos químicos que
también forman parte de la materia inerte, aunque no en las mismas proporciones.
Son prácticamente la totalidad de elementos estables que existen en la Tierra,
exceptuando los gases nobles.

De los 70 elementos, 25 son fundamentales y de ellos 6 son mayoritarios en todos los


seres vivos conocidos. De esto puede deducirse que a pesar de la gran diversidad
biológica que existe, hay una gran “uniformidad química”.

Clasificación de los bioelementos


Atendiendo a su abundancia, se pueden clasificar del modo siguiente:
- Bioelementos primarios: Se llaman primarios porque son indispensables para
la formación de las biomoléculas o principios inmediatos. Son un grupo de 6
elementos, que constituyen el 98% de la masa de los organismos. Son el O, C, H,
N (los más abundantes), S y P.
- Bioelementos secundarios: Se encuentran en menor proporción (1,9%),
aunque desempeñan funciones de vital importancia en la fisiología celular, por
tanto, son también imprescindibles para la existencia de la vida. Son: Mg, Ca, K,
Na y Cl.
- Oligoelementos: Están presentes en la materia viva en muy pequeña cantidad
(concentraciones inferiores al 0.1 %), pero desempeñan funciones catalíticas
que los convierten en indispensables para la vida, es decir, su relevancia no
responde a su abundancia.
En los seres vivos se han aislado unos 60 oligoelementos, aunque solamente 14
de ellos se consideran comunes a casi todos. Por ello los oligoelementos se
clasifican en dos grupos:
● Indispensables: Porque son necesarios en todos los seres
vivos. Son los 14 oligoelementos comunes.
Fe, Mn, Cu, Zn, F, I, B, Si, V, Cr, Co, Se, Mo, Sn.
● Variables: Se encuentran sólo en algunos organismos y son
el resto de los bioelementos.

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Características fundamentales de los bioelementos primarios

Son especialmente apropiados para formar la materia viva por varias razones:
- Los altos % de hidrógeno y oxígeno en los seres vivos se debe a que la materia viva
está constituida por H2O en un 65% en los organismos terrestres y en un 90% en
los organismos acuáticos. Ello a la vez se debe a que todas las reacciones químicas
que se realizan en los seres vivos se desarrollan en medio acuoso. Se sabe que la
vida se originó en el medio acuático.
- Los % de carbono, nitrógeno, azufre y fósforo en la materia viva, son distintos de
los encontrados en la corteza terrestre: la materia viva no se ha formado a partir
de los elementos más abundantes sino sólo de aquellos (C, H, O, N, S y P) que
gracias a sus propiedades son capaces de constituirla.
- Tienen un pequeño peso atómico y pueden compartir electrones de sus capas más
externas, lo que les permite formar con facilidad enlaces covalentes muy estables.
- Tanto el carbono como el nitrógeno son capaces de unirse con igual afinidad al
oxígeno y al hidrógeno, lo que posibilita las reacciones de óxido-reducción, que son
la base del metabolismo.
- Las moléculas formadas por estos bioelementos tienen, en general, afinidad por el
agua, medio en el que ocurren todas las reacciones metabólicas.
- Merece especial mención el C por sus características atómicas:
1. Posee 4 electrones de valencia que le permiten formar enlaces covalentes
estables con otros átomos de C. Estos enlaces pueden ser simples (C-C),
dobles (C=C) o triples, constituyendo largas cadenas de átomos de C
(macromoléculas) lineales, ramificadas o cíclicas.
2. Las combinaciones del carbono con otros elementos, como el oxígeno, el
hidrógeno, el nitrógeno, etc. permiten la aparición de una gran variedad de
grupos funcionales que dan lugar a las diferentes familias de sustancias
orgánicas. Estos presentan características físicas y químicas diferentes, y dan
a las moléculas orgánicas propiedades específicas, lo que aumenta las
posibilidades de creación de nuevas moléculas orgánicas por reacción entre
los diferentes grupos.
Grupos Funcionales Hidrófilos Grupos Funcionales Hidrófobos
Carboxilo - COOH Radical alquilo - (CH2)n – CH3
Hidroxilo o Alcohol - OH Radical etilénico - CH = CH2
Carbonilo >C=O Radical fenilo - C6 H5
Amino - NH2 Los grupos funcionales polares son solubles en
Imino >C = NH agua o hidrófilos.
Sulfhidrilo - SH Los no polares son insolubles o hidrófobos.

3. Los 4 enlaces covalentes se encuentran dirigidos hacia


los vértices de un tetraedro imaginario, lo que confiere
a las moléculas una estructura tridimensional que es la
que necesitan para formar parte de la materia viva.
4. Una macromolécula formada por átomos de carbono
tiene la facultad de contener la información necesaria
para producir el resto de las moléculas y, al replicarse,
transmitir información a los descendientes, lo que es imprescindible para la
continuidad de la vida, gran cualidad de los seres vivos.

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Funciones de los bioelementos primarios

Nitrógeno. Es componente fundamental de los aminoácidos (moléculas que


constituyen las proteínas), de las bases nitrogenadas (uno de los componentes de los
ácidos nucleicos), la clorofila y numerosos grupos de glúcidos y lípidos.
Oxígeno. El oxígeno tiene un gran poder de oxidación combinándose con facilidad con
la mayoría de los elementos.
Hidrógeno. Resulta indispensable para formar la materia orgánica. Ésta se define como
la materia constituida básicamente por carbono e hidrógeno.
Azufre. Básicamente se encuentra en forma de radical sulfhidrilo (-SH), presente en los
aminoácidos cisteína y metionina constituyentes importantes de muchas proteínas.
También está en otras sustancias de interés biológico como el Coenzima A y algunas
vitaminas.
Fósforo. Forma parte de los nucleótidos y por tanto de los ácidos nucleicos, de
coenzimas, de los fosfolípidos y del ATP. También de los fosfatos, sales minerales
abundantes en los seres vivos.

Funciones de los bioelementos secundarios:

Magnesio. Forma parte de la molécula de clorofila, y en forma iónica actúa como


catalizador, junto con las enzimas, en muchas reacciones químicas del organismo.
Calcio. Forma parte de los carbonatos de calcio de estructuras esqueléticas. En forma
iónica interviene en la contracción muscular, coagulación sanguínea y transmisión del
impulso nervioso.
Sodio. Catión abundante en el medio extracelular; necesario para la transmisión del
impulso nervioso, la contracción muscular y mantener el potencial de membrana.
Potasio. Catión más abundante en el medio intracelular; necesario para la transmisión
del impulso nervioso, la contracción muscular y mantener el potencial de membrana.
Regula la apertura y el cierre de los estomas de las hojas.
Cloro. Anión más frecuente necesario para mantener el balance de agua en la sangre y
fluido intersticial. Regula el equilibrio osmótico.

Funciones de los oligoelementos


Hierro. Forma parte del grupo hemo de la hemoglobina y mioglobina (moléculas
encargadas del transporte de oxígeno por la sangre y músculos respectivamente) y de
los citocromos que intervienen en la respiración celular.
Manganeso. Interviene en la fotolisis del agua, durante el proceso de fotosíntesis en las
plantas.
Yodo. Forma parte de las hormonas tiroideas, implicadas en el crecimiento y
desarrollo en vertebrados.
Flúor. Forma parte del esmalte dentario y de los huesos.
Cobalto. Forma parte de la vitamina B12, necesaria para la síntesis de hemoglobina y el
desarrollo de los glóbulos rojos. Fundamental en la oxidación de los ácidos grasos y la
síntesis de aminoácidos.

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Silicio. Da rigidez a los tallos de muchas plantas, como las gramíneas, y forma parte del
caparazón de microorganismos como las diatomeas.
Cromo. Interviene junto a la insulina en la regulación de glucosa en sangre, ya que
favorece la entrada de glucosa en la célula.
Cinc. Interviene, entre otros procesos, en el metabolismo de proteínas y ácidos
nucleicos, y es cofactor de numerosas enzimas.
Litio. Actúa incrementando la secreción de los neurotransmisores y por ello favorece la
estabilidad del estado de ánimo en los enfermos de depresión.
Molibdeno. Forma parte de las enzimas vegetales que actúan en la reducción de los
nitratos por parte de las plantas.
Cobre. Es componente de varias enzimas que están involucradas en la regulación de la
expresión genética, en la función mitocondrial y en otros procesos metabólicos. Se
requiere para formar la hemocianina, el pigmento respiratorio de muchos
invertebrados acuáticos.

BIOMOLÉCULAS

Concepto de biomolécula

Las biomoléculas o principios inmediatos son aquellas moléculas que forman parte de
la materia viva y que están formadas por bioelementos que se unen entre sí mediante
enlaces químicos.

Se clasifican en dos grandes grupos:


- Inorgánicas. No son exclusivas de los seres vivos y tienen una estructura
química sencilla. Son el agua, las sales minerales y algunos gases (CO2, O2).
- Orgánicas: Son moléculas exclusivas de la materia viva y se caracterizan por
estar formadas por cadenas hidrocarbonadas. Son los glúcidos, los lípidos, las
proteínas y los ácidos nucleicos.
La mayoría de las moléculas orgánicas son macromoléculas; en muchos casos
son polímeros, moléculas complejas formadas por la unión de muchos
monómeros o sillares estructurales.

Los enlaces químicos en biología

La materia viva, al igual que la inerte, está formada por átomos que se unen entre ellos
mediante enlaces químicos para formar entidades más complejas: las redes cristalinas
o moléculas.

Los enlaces que mantienen unidos los átomos de una molécula o red cristalina se
denominan enlaces intramoleculares: en la materia viva, los átomos se pueden unir
para conseguir su configuración electrónica estable mediante el enlace covalente
(unión de átomos que comparten electrones) y el enlace iónico (atracción
electrostática entre iones de carga opuesta). Estos enlaces son fuertes.

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Los enlaces que permiten la unión o interacción de unas moléculas con otras son los
enlaces intermoleculares. Son más débiles que los anteriores.
Los principales tipos de enlaces débiles entre moléculas biológicas son:

● Fuerzas electrostáticas o puentes salinos: resultan de la atracción electrostática


entre dos grupos ionizados con carga opuesta; por ejemplo, un grupo carboxilo
(-COO-) y un grupo amino (-NH3+). Este tipo de interacciones se puede encontrar
entre: una enzima y su sustrato; los aminoácidos de una proteína; los ácidos
nucleicos y las proteínas
● Interacciones hidrofóbicas: tienen su origen en la tendencia natural de las
moléculas hidrofóbicas a asociarse, con el fin de evitar su interacción con el
entorno acuoso. Este fenómeno, conocido como efecto hidrofóbico, es
responsable de: la formación de las bicapas de fosfolípidos de las membranas
biológicas, o bien, de la disposición interna de los aminoácidos hidrofóbicos en
las proteínas globulares solubles.
● Fuerzas de Van der Waals: son fuerzas de atracción débiles y de corto alcance
que se establecen entre moléculas eléctricamente neutras (tanto polares como
no polares) que se encuentran muy próximas. En las moléculas apolares tienen
su origen en pequeños desplazamientos de carga que generan dipolos
instantáneos en las moléculas. En general, estas fuerzas se incrementan cuando
aumentan el tamaño y la proximidad de las moléculas. Estas fuerzas son muy
numerosas y desempeñan un papel fundamental en multitud de procesos
biológicos. Así, por ejemplo, son responsables de la disolución en agua de gases
apolares como el O2, el N2 y el CO2; también se debe a ellas el elevado punto de
fusión y ebullición de determinadas moléculas.
● Puentes de Hidrógeno: Resultan de la atracción electrostática entre el polo
positivo y el polo negativo de dos moléculas dipolares integradas por átomos de
hidrógeno unidos covalentemente a elementos muy electronegativos y de
pequeño tamaño, como el oxígeno o el nitrógeno. Se trata de un enlace débil,
pero de enorme importancia para los seres vivos ya que está presente en gran
parte de las interacciones entre distintos tipos de moléculas, en multitud de
procesos fundamentales y determina las propiedades que hacen que el agua
sea imprescindible para la vida.

Los enlaces son las fuerzas de atracción que mantienen unidos a los átomos. En el caso
de las biomoléculas pueden ser fuertes (covalente) y débiles (no covalentes).

Los átomos de las moléculas biológicas suelen estar unidos por enlaces covalentes
(formados al compartir entre ellos pares de electrones) constituyendo las moléculas
sillares o monómeros (glucosa, aminoácidos etc.). Estos monómeros, a su vez, se unen
mediante enlaces también covalentes formando los polímeros. Los polímeros son
moléculas complejas formadas por la unión de muchos monómeros (almidón,
proteínas, etc.).

Sin embargo, el plegamiento de las macromoléculas, la unión de los sustratos a las


enzimas, las uniones antígeno-anticuerpo, etc., es decir todas las interacciones
moleculares en los sistemas biológicos, suponen la función integrada de: fuerzas

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electrostáticas, puentes de hidrógeno, fuerzas de Van der Waals e interacciones
hidrofóbicas, que son enlaces no covalentes.

Con estos enlaces químicos débiles las moléculas orgánicas pueden interaccionar con
otras moléculas, aunque estas fuerzas no covalentes sean de alcance reducido.

Típicamente los enlaces químicos débiles tienen una fuerza 20 veces inferior a la de un
enlace covalente, por lo que sólo son suficientemente fuertes para fijar dos moléculas
cuando se forman simultáneamente un número elevado de ellos.

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