Introducción a la dermocosmética

Peelings. Dermocosmética
Nuria Ugarte López
CONTENIDO
1. Tipos de piel

2. ¿Qué es un cosmético?

3. Ingredientes de un producto cosmético

4. Formas cosméticas

5. Mecanismo de penetración de los cosméticos

6. Bibliografía

Tipos de piel
Para elegir el cosmético que mejor se adapte a las
necesidades de cada persona, es fundamental conocer
qué tipo de piel se tiene, sus características y su aspecto
físico. Por ellos, la clasificación clásica de la piel en
cosmética es la siguiente:
• Piel normal o eudérmica: no presenta alteraciones,
tiene un brillo moderado y un aspecto firme, es
aterciopelada y elástica, muy suave al tacto. Por
otra parte, está bien irrigada, su coloración es
uniforme y sus poros son pequeños. Además, la
grasa y la humedad están equilibradas. Su limpieza
se basa en el uso de un cosmético limpiador
(crema/emulsión limpiadora) junto con un tónico.
Soporta bien los jabones.
• Piel seca: tiene menos cantidad de lípidos que la
piel normal, por lo que está más desprotegida frente
a agentes externos y el agua interna se evapora con
más facilidad, además es muy fina, pero su tacto
es áspero. Su aspecto es ligeramente mate, con
ligero eritema, es sensible al frío y al contacto con
el agua y soporta los limpiadores con dificultad, por
lo que su limpieza debe hacerse una vez al día con
una crema/emulsión limpiadora con pH ácido. Los
limpiadores para pieles secas deben contener un
alto porcentaje de grasa, tras su uso se recomienda
tonificar la piel con lociones calmantes y aplicar
una crema con factores naturales de hidratación o
humectantes.
• Piel grasa: brilla mucho por el exceso de grasa
(especialmente en la región mediofacial: nariz,
frente y mentón). Su textura es gruesa e irregular,
sus poros están dilatados, y, en ocasiones, se
pueden observar cicatrices acneicas. Por otra
parte, soporta sin problemas los cambios en las
condiciones atmosféricas.
Es importante que la piel grasa se limpie dos veces
al día, además, tolera perfectamente los jabones y
las emulsiones limpiadoras, que deben ser con una
elevada detergencia y bajos en grasa. Su tonificación
se debe realizar con lociones astringentes suaves
y aplicar a continuación cremas con sustancias
azufradas y con un pH ácido.
• Piel mixta: es una piel intermedia entre la piel normal
y la piel grasa; presenta zonas de piel normal, o
incluso seca en las mejillas, y zonas de piel grasa
en la región medio facial, la conocida ‘zona t’.
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Figura 1. Tipos de piel.
Por ello, tras la realización de la historia clínica y
exploración física facial, se podrá establecer el
diagnóstico clínico, y así se lo explicaremos a nuestro
paciente. Tras la limpieza de la piel, se le analizará con
un analizador facial y así se podrá observar qué tipo
de piel presenta el paciente, así como su distribución
en determinadas zonas faciales, lo que se facilitará,
a la hora de las recomendaciones su tratamiento
dermocosmético personalizado (figura 1).
¿Qué es un cosmético?
Un cosmético es un producto que se utiliza en la
higiene personal, o bien, para mejorar la apariencia,
especialmente del rostro. Sus funciones varían según
su clasificación; además, los cosméticos pueden estar
destinados a proteger, limpiar, perfumar, modificar,
mantener y corregir aspectos corporales.
La cosmética en el arte de la belleza tiene una tradición
milenaria. En este sentido, el término cosmético, relativo
a la ornamentación, apareció como tal en el siglo XVII,
aunque ya con anterioridad se crearon laboratorios
donde se elaboraban cosméticos y medicinas.
Los cosméticos se venden en forma de cremas,
soluciones, suspensiones, geles, emulsiones en agua
o aceites, etc. Entre los que más destacan están las
cremas para el cuidado de la piel, productos capilares y
productos de higiene.
El mundo de la cosmética ha evolucionado mucho y sigue
avanzando a gran velocidad, gracias a la implantación de
nuevas tecnologías. En relación, la cosmética ya no tiene
que ver solo con la estética, la salud de la piel es un factor
que cada vez tienen más presente los consumidores a la
hora de elegir sus cosméticos (figura 2).

Figura 2. Cosmética.
Es importante destacar que actualmente las personas
buscan una belleza integral, holística, que va más
allá de su aspecto físico, lo cual hace que se creen
nuevas tendencias que obligan a los laboratorios a una
actualización constante, para cubrir las necesidades
de los consumidores, desarrollando gran diversidad de
productos dirigidos a la belleza y a la salud de la piel.
Un problema dermatológico frecuente que se puede
encontrar y que provoca una afectación importante en
la calidad de vida de los pacientes que lo sufren son
las dermatitis de contacto por cosméticos. Es posible
observar diferentes reacciones alérgicas, causadas por
cosméticos con una prevalencia entre el dos y el cuatro
por ciento, en consultas dermatológicas, siendo hasta en
un 70 % de causa alérgica.
Tanto los productos de higiene como de hidratación
cutánea son los responsables de la mayoría de
los casos de dermatitis de contacto por productos
dermatocosméticos (figura 3).
Figura 3. Dermatitis de contacto por productos dermatocosméticos.
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Los alérgenos de los productos cosméticos que con
mayor frecuencia causan problemas de dermatitis
de contacto son: fragancias (causa más frecuente),
conservantes, humectantes, emulsificantes,
antioxidantes, excipientes, surfactantes, ingredientes
naturales, fotoprotectores , tintes capilares y cosméticos
ungueales, pero todos los ingredientes, incluyendo los
ingredientes naturales, deben ser considerados como
potenciales sensibilizantes.
Ingredientes de un
producto cosmético
Es importante que los ingredientes de los cosméticos
cumplan unas medidas de seguridad aprobadas por
la FDA, por el Comité Científico de Seguridad de los
Consumidores de la UE (SCCS). Así como del panel de
expertos de la revisión de ingredientes cosméticos (CIR)
de EEUU.
En dermatología, se puede hablar de una terapéutica
tópica o sistémica. Los objetivos fundamentales de la
tópica son: protección frente a los agentes externos
como las radiaciones solares, mantenimiento de las
condiciones fisiológicas y/o estéticas, así como el
tratamiento local de las alteraciones de la piel. En
función de la patología a tratar, el producto tendrá uno o
varios principios activos en forma de preparado tópico,
así como un vehículo al cual se le incorporarán para
su aplicación sobre la piel y que dependerá de muchos
factores.
Los aspectos para considerar en la práctica clínica diaria
de los principios activos son diez:
Cantidad de producto que se aplica: en general, el
espesor de la capa que se aplica sobre la piel no influye
en la capacidad de penetración. Por otra parte, la
aplicación de una capa gruesa no se asocia a un aumento
del beneficio terapéutico (6). Asimismo, la respuesta
depende menos de la cantidad total aplicada y más de la
cantidad de fármaco en contacto directo con la piel (12).
Concentración del principio activo: la concentración
óptima varía en función del fármaco utilizado (6).
Forma de aplicación: la fricción, el vendaje oclusivo y
la hidratación mediante inmersión en agua, aceleran
la penetración. La aplicación de un corticoide con un
vendaje oclusivo aumenta su absorción hasta diez veces
(6,16); sin embargo, debe tenerse presente que, aunque la
cura oclusiva puede potenciar los efectos beneficiosos,
también potencia los efectos adversos (13).
Tiempo de exposición: duración del contacto entre el
producto aplicado y la piel.

Cantidad de superficie a la que se aplica el preparado:
suele referirse a los centímetros cuadrados de piel
expuesta al preparado.
Frecuencia de aplicación: el estrato córneo actúa como
reservorio permitiendo una penetración gradual del
medicamento hacia capas más profundas (17). Como
norma general se asume que una o dos aplicaciones
diarias basta para la mayoría de los preparados, entre
otras razones porque los procesos cinéticos a través de
la piel son lentos (12). Por otra parte, las aplicaciones
múltiples aumentan la absorción y la biodisponibilidad
(10).
Los productos llamados ‘naturales’ han entrado con
fuerza en el mercado cosmético. No obstante, la
cosmética natural representa todavía un segmento
minoritario de consumo en comparación con la
cosmética convencional. Dentro de la cosmética
natural o ecológica se pueden reseñar los siguientes
aspectos: agricultura ecológica, orgánica o biológica. Lo
biodegradable hace referencia a que es un producto de
origen natural, ingrediente natural, producto certificable y
de desarrollo sostenible.
En relación con las materias primas que provienen de
la agricultura ecológica, se pueden utilizar extractos
secos, extractos acuosos (incluyendo hidrolatos),
hidroglicéricos, alcohólicos, extractos para perfumes,
aceites esenciales y macerados oleosos.
Entre las sustancias prohibidas se incluyen: sustancias
derivadas de la petroquímica, siliconas, materias primas
procedentes de animales sacrificados, carbómeros,
glicoles, perfumes de síntesis, compuestos de amonio
cuaternario, colorantes de síntesis, la mayoría de los
conservantes: fenoxietanol, parabenes, etc. Pero sí están
permitidos seis conservantes (ácidos benzoicos, sórbico
y sus sales, alcohol bencílico), colorantes minerales,
entre otros ingredientes.
Los ingredientes más comunes que se evitan en los
cosméticos naturales son parabenos, propilenglicol,
vaselina, aceites sintéticos (parafina y isohexadecane),
siliconas, filtros solares químicos y tensioactivos (LSS)
(figura 3).
Figura 4. Productos cosméticos.
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A la hora de elegir un cosmético es primordial prestar
atención a los ingredientes que lo componen. Si se
hace referencia a una piel grasa, los componentes de
origen natural suelen ser los mejores aliados para la
dermatitis seborreica. Existen otras características
obligadas en su composición, como son los productos
no comedogénicos, ya que se evitará que los poros de
la piel se obstruyan; se puede encontrar en jabones
saponificados en frío, libres de aceites grasos saturados,
para que no aporten grasa a la piel. El producto debe
de ser astringente, ya que ayudará a reducir el exceso
de sebo y regulará la piel (la naranja y la canela,
poseen propiedades antimicrobianas, antisépticas, y
antifúngicas, que ayudan a producir este efecto en la
piel). Los productos antibacterianos, como por ejemplo
la arcilla verde, aportan ciertos beneficios a la piel como
frescor, sensación de elasticidad, incluso ayudan a tratar
los poros abiertos y secar la zona comedogénica. Según
la valoración, se podría exfoliar con un exfoliante suave,
dos veces por semana, para eliminar las células muertas
y limpiar la piel en profundidad.
Formas cosméticas
La elección de la forma galénica de administración es
tan importante como el propio principio activo, ya que
condiciona la efectividad del tratamiento (absorción y
duración de acción) (13).
El vehículo que se seleccione debe de ceder el fármaco
a la velocidad precisa, aunque, en general, los vehículos
no llevan el fármaco a las capas profundas de la piel
si influye en la velocidad de penetración a nivel de
liberación o cesión, es decir, la elección del vehículo
es fundamental para la biodisponibilidad del fármaco
(11). El grado de penetración del fármaco a través de
la piel depende de la velocidad de cesión por parte del
excipiente. Cuando el fármaco se disuelve en el vehículo,
la cesión a la superficie suele ser más tardía, por lo que
los excipientes grasos no son buenos vehículos para
medicamentos lipófilos (17).
Para que un fármaco sea eficaz en aplicación tópica,
es necesario que sea preparado a la concentración
adecuada y con el vehículo apropiado. El vehículo debe
de ser un sistema de cesión de este, para dirigirlo hacia el
lugar de acción, y no un mero soporte del fármaco; si no
se cumplen estas condiciones, se puede comprometer la
eficacia del preparado, por distintos factores como (6):
• Puede existir incompatibilidad farmacéutica que
inactiva al fármaco.
• El vehículo puede no ser el apropiado para la zona
a tratar.
• El vehículo se fija tanto al principio activo que
impide su liberación a la piel.

Un vehículo ideal debe ser (11, 12):
• Químicamente estable, homogéneo, bacteriostático,
cosméticamente aceptable y farmacológicamente
inerte.
• Fácil de aplicar y retirar.
• No tóxico, ni irritante ni alergénico.
A igualdad de principio activo, dosis y concentración, la
potencia disminuye en el siguiente orden (14): ungüento,
pomada, crema, gel, loción, aerosol y polvos.
Los más frecuentemente utilizados son:
Ungüentos
• Composición: casi exclusivamente grasas.
• Acción: oclusiva y emoliente.
• Indicaciones: pieles secas o muy secas y
descamativas. Ideales para ablandar escamas y
costras.
• Contraindicaciones: zonas infectadas y lesiones
exudativas, ya que el efecto oclusivo empeora la
infección. En zonas intertriginosas y, por razones
estéticas, en zonas pilosas.
Pomada
• Composición: gran cantidad de grasas y poca agua.
• Acción: emoliente y lubricante.
• Indicaciones: lesiones secas o escamosas.
• Contraindicaciones: procesos inflamatorios
agudos, áreas infectadas, zonas intertriginosas y
zonas pilosas.
Cremas
• Composición: contienen más agua que las
pomadas.
• Acción: refrescante por evaporarse más
rápidamente que las pomadas.
• Indicaciones: lesiones húmedas o intertriginosas
(axilas e ingles).
Geles
• Composición: sustancia gelatinosa que se licua al
aplicarla sobre la piel.
Excipientes líquidos
• Indicaciones: aplicaciones extensas, con pelo o
lesiones exudativas.
Por otra parte, la elección del vehículo se hace en función
de 3 parámetros: primero, el grado de absorción deseado;
segundo, la localización de las lesiones, y tercero, el
grado de inflamación de la patología a tratar (15).
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1. En función del grado de absorción que se desea:
- Si se pretende que la acción del fármaco sea en
superficie: lociones y polvos.
- Si se pretende que la acción del fármaco sea en
profundidad de la piel, se necesitará un vehículo
oclusivo que aumente el grado de hidratación
de la piel, lo que aumentará la absorción del
medicamento aplicado: cremas, pomadas y
ungüentos.
2. En función del grado de inflamación de la patología
a tratar:
- En lesiones muy inflamatorias o agudas que
presentan humedad y exudación en superficie:
excipientes líquidos y cremas.
- En lesiones subagudas que tienen áreas secas
y algunas zonas húmedas cubiertas con costra:
cremas.
- En lesiones crónicas secas: pomadas y
ungüentos.
3. En función de la localización:
- En cara, excipientes poco grasos: lociones, geles
y, a veces, cremas.
- En cuero cabelludo y zonas pilosas: líquidos,
lociones o soluciones y geles.
- En pliegues se pueden usar excipientes que
absorban la humedad de estas zonas: polvos y
pastas.
- En palmas y plantas: pomadas y ungüentos.
Mecanismo de
penetración de los
cosméticos
En la terapéutica dermatológica hay que destacar, al
referirse a la piel, su anatomía, ya que el estrato córneo
es la estructura orgánica que con mayor intensidad se
opone al paso de los fármacos, con un grosor variable en
función de la región anatómica, compuesto por proteínas,
lípidos y agua. Además, su recambio celular es de 15-30
días en una piel normal. Otro factor importante es el
estado de la piel, puesto que una adecuada hidratación
cutánea es fundamental a la hora de penetrar los
fármacos (1, 2). Ante esta premisa se puede decir que:
1. El grado de hidratación de la piel influye en la
capacidad de absorción, pudiendo aumentar la
penetración del fármaco. Además, la hidratación
de la piel puede conseguirse por procedimientos
mecánicos, como la oclusión o la inmersión en agua
durante 5 minutos de la porción cutánea donde se
vaya a aplicar, seguida de la aplicación inmediata
de la crema o el ungüento; o bien, por medio de
excipientes grasos que impiden la evaporación del
agua cutánea (6).

2. Las lesiones cutáneas que provocan la pérdida del
estrato córneo (eczemas, erosiones y quemaduras)
hacen que aumente el grado de absorción (1).
Haciendo un stripping (pelado) del estrato córneo
se aumenta la accesibilidad a los tejidos profundos,
mejorando la biodisponibilidad de las medicaciones
tópicas (5).
3. Las enfermedades cutáneas hiperproliferativas
(psoriasis y dermatitis exfoliativas) generan un
estrato córneo patológico que es más permeable al
paso de los fármacos (2).
Para que un preparado ejerza sus efectos sobre
la piel, lo primero que tiene que ocurrir es que se
libere del vehículo, que es el material al que deben
incorporarse los fármacos para su aplicación local.
A partir de esto, se producen las fases de absorción
y metabolismo, que determinan la ‘biodisponibilidad
cutánea’ o fracción de un fármaco, en relación con
la dosis administrada, que alcanza una determinada
estructura del tejido cutáneo o subcutáneo (3, 4)
(figura 5).
¿Qué determina la penetración
cutánea de un producto?
Características
de la piel
Principio activo
El excipiente o
vehículo
Maniobras y
procedimientos
de aplicación
Figura 5. Penetración cutánea de un producto.
Desde el punto de vista farmacocinético, es importante
distinguir entre preparados tópicos y transdérmicos,
aunque ambos se liberan en la piel, los primeros están
diseñados para el tratamiento de la patología cutánea, en
tanto que los segundos atraviesan la piel para conseguir
efectos sistémicos (5). Al aplicar estos productos sobre
la piel se puede hablar de dos fases:
A. Absorción
Es el paso a través de las estructuras cutáneas de los
preparados dermatológicos. Una vez disuelto en su
superficie, pueden atravesar la piel por tres vías (1):
1. A través de los corneocitos de la capa córnea (vía
transcelular): es la vía principal de penetración y
depende del tamaño de los corneocitos.
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2. A través de los espacios intercorneocitarios: la
participación en el proceso de absorción es mínima
(es el 5 % del volumen de la capa córnea).
3. A través de los anejos cutáneos (mínima).
Las diferencias en la velocidad de absorción del mismo
fármaco en diferentes vehículos o de medicamentos por
vía tópica se pueden explicar por:
1. La concentración del principio activo en el
vehículo. La velocidad de difusión es proporcional
a dicha concentración. La relación es lineal a
concentraciones bajas del fármaco y solo cuando
este es soluble en el vehículo (6).
2. El coeficiente de partición entre el vehículo y el
estrato córneo es una medida de la capacidad del
fármaco para escapar del vehículo y se define como
la relación entre la solubilidad del medicamento
en el estrato córneo y en el vehículo, es decir, que
el principio activo sea más soluble en el estrato
córneo que en el propio excipiente (7).
3. El coeficiente de difusión del medicamento en el
estrato córneo (9), es decir, cómo la piel se opone al
paso del fármaco que depende de la capacidad de
difusión de la capa de piel y del tamaño molecular
(las moléculas de tamaño grande tienen un
coeficiente de difusión pequeño) (4, 6).
B. Metabolismo
Tanto la epidermis como la dermis contribuyen por igual
al metabolismo total. Además, la existencia de folículos
pilosos parece que favorece también el metabolismo.
La epidermis es capaz de desarrollar la mayoría de las
reacciones de biotransformación realizadas en el hígado
(oxidación, reducción, hidrólisis y conjugación). De esta
forma, el metabolismo cutáneo puede modificar los
efectos farmacológicos de las sustancias absorbidas
por vía percutánea, produciendo metabolitos inactivos o
activos (9).
La resistencia a la penetración de los preparados tópicos
en las diferentes regiones anatómicas en orden creciente
(6) es: mucosas, escroto, párpados, cara, pecho y
espalda, brazos y muslos, antebrazos, piernas, dorso de
las manos y pies, palmas de las manos y plantas de los
pies y uñas (figura 6).
C
S R
E E Dermis
R M
A
U
M Epidermis
Dermis
Grasa
subcutánea
Tejido blando
Hueso
Figura 6. Penetración de los preparados tópicos.

El aporte que tienen los productos dermocosméticos
son importantes, ya que gracias a ellos se pueden
obtener cambios en el aspecto de la piel, en su
textura y en su salud. Los factores que influyen en la
terapéutica dermatológica son la piel, el principio activo,
y el vehículo. Referente al principio activo se elegirá en
función de la patología a tratar y desde el punto de vista
dermatocinético, de la forma y frecuencia de aplicación,
la concentración y del tiempo de exposición. Un producto
dermocosmético que logre mantener la elasticidad de la
piel y su humectación es de gran utilidad.
La rosácea, el acné, la flacidez, la deshidratación,
etc. son procesos orgánicos, algunos de los cuales
sufren modificaciones si el cuidado es a nivel interno
(alimentación equilibrada y saludable, hidratación,
disminución del estrés, buen descanso etc.), sumado con
el cuidado a nivel externo (protección de la piel, higiene
e hidratación dermocosmética adecuada), consiguiendo
con ambos un aumento de la salud del órgano cutáneo.
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