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Deseos y racionalidad : tensiones en nuestras experiencias y prácticas educativas.

El titulo resa sobre el deseo y la racionalidad

Daniela Suetta

El y en realidad responde a la idea que aún existe , aquella que sostiene que el deseo es no solo irracional lo
cual le daría un lugar negativo en la racionalidad, sino puede ser algo totalmente distinto, pero que desde la
filosofía moderna comienza a pensarse como parte de lo racional algo que responde a las categorías
racionales en su versión de falta, de ausencia, reconocida por la razón

Es algo complejo hablar sobre el deseo, porque si es impulso, si es espontaneidad, si es intencionalidad pura,
decir algo sobre el deseo es ya interpretar, es filosofar sobre algo que no necesitaría ser pensado,
interpretado, analizado…

Según Butler el deseo siempre fue el Otro de la filosofía, lo que está por fuera del filosofar, y por ello del
pensar, del ordenar, controlar, armar analizar. Entiendo que el filosofa es la conceptualización del deseo, solo
ese alcance puede lograr en relación al deseo, siempre entendido racionalmente

Los filósofos en sus esfuerzos en filosofar, acuerdan que el deseo es algo que hay que superar. El deseo a
diferencia de la filosofía no busca la verdad, pero la verdad filosófica es la esencia misma del deseo (Butler )

De esto nos dice la filósofa, que el desear y conocer según la concepción positivista son dos empresas en
conflicto

Ya que el deseo parece que es la apropiación para el uso

Es la interacción de perspectiva limitada

Mientras que la filosofía es entendida como aquella actividad de pensamiento racional, liberada de las
necesidades del mundo, quizás por su pureza teórica.

Por su puesto podríamos decir que Butler también está racionalizando este conflicto

Pero en realidad sería un vicio filosófico jugar con esta conversa, hablamos, pensamos, conversamos,es decir
hacemos algo deseante que ya es una interpretación, al menos en principio ,una expresion

La puesta aquí es conversar sobre qué nos pasa en este conflicto ,si lo hay, entre deseo y racionalidad,
cuando estamos haciendo, como somos en el practica educativa, que sucede ,si es posible hablar ,pensar
que el iniciarnos en la experiencia educativa existe un acto deseoso o cognoscente,si es posible decir de esto
en dos términos diferentes.

Ampliando el marco de esta reflexión, con Larrosa y Bárcena,, poniéndonos de acuerdo en que la
experiencia educativa no es lo que nos pasa todo el tiempo, sino un tipo de experiencia que nos vincula con
otres en un contexto y temporalidad que nos identifica.

En el contexto educativo, el deseo como ha pasado y pasa en el hacer filosófico, recurre a estrategias para
silenciarlo, es la negación del deseo, como dice Butler citando a Unger en conocimiento y política , en un
paralelo con la educación, educar sería poner fin a algún tipo de desequilibrio, domesticar el deseo

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ese desequilibrio entre lo deseado y el conocer, El positivismo instituye el pensar como una facultad
racional, no como una facultad deseante, y en esa institución del orden de las cosas, la actividad filosófica fue
la de decifrar ,sacar,del deseo lo implícito para ponerlo fuera y resolverlo.

Si lo deseante solo es impulso, el deseo como un querer seria lo imposible. El acto educativo seria un
imposible.Si un acto violento es por deseo, un acto educativo es por moral, y allí nos deja perpleja la
pregunta acerca de desear el bien, se puede desear,querer el bien en si mismo?( siguiendo a Kant)Se puede
desear educar?o quizás educamos deseando racionalmente que es lo bueno, es decir concibiendo lo racional
como solo la conceptualización en el acto de concoer.Es decir, reflexionando quizás el la tensión entre deseo
y racionalidad en nuestras practicas educativas, sonb el resultado de o lo que psa cuando el deseo se
racionaliza y el conocer es concpto que habuilita el cocimiento o al sujeto cognoscente.

Ello no podría ser de cualquier forma, sino entendiendo que el deseo es primario, , es esa racionalidad cuya
irracionalidad implícita hay que atender. algo fuera del camino, descontrolada, y con ello el positivismo aun
vigente amplia la noción de racionalidad, , que según Butler, hace de la racionalidad solo algo más
sofisticada, solo algo de lo mismo, un deseo racionalizado.

Sin embargo la razón es solo conceptualización?, la filosofía es solo racionalización, las palabras lo son?

Asi, razonar nuestros anhelos más espontáneos seria superarnos en nuestra propia racionalidad.

El interés en esta conversación, es preguntarnos qué nos pasa cuando estamos llevando adelante una
práctica educativa, cómo sostenemos la experiencia educativa surgente, una experiencia no sea una
pretendida racionalidad de los deseos, ni una pretensión de creer que actuar desde el deseo es algo por
fuera de lo que somos, donde somos es también interpretar, donde allí juega también el pensar. juega la
racionalidad humana

Dice Butler, cuando deseamos interpretamos, ya estamos realizando gestos filosóficos, es el deseo mediado.
Hay deseos puros, en nuestra comunicación con otros en el educar , hay deseo puros, hay racionalidad pura?

otra pregunta que emerge, es por qué la interpretación se ha supeditado a la explicación de esa
interpretación, en la que cuando estamos en el acto de educar, el conocer se vuelve un ordenador que
supuestamente cancela y entre comillas desea transformar el deseo en algo posible pero imposible por su
cualidad de distinto o irracional

Es decir … el conocer es racional, y es referencia que caracteriza a la inmediatez del deseo.

No quiero detenerme en una recorrido filosófico exhaustivo del deseo y del sujeto cognocente, o sobre lo
que es conocer, sino buscar y detenernos por momentos en algo parecido a un circuito nebuloso acerca de
lo que comprendemos, interpretamos y entendemos por deseo y razón, si hay algo como el deseo y la razón
así tajantemente distintos, si una filosofía del deseo es posible,si el deseo es solo un invento como lo es el
cocimiento, si es imposible no darle exsitencia al deseo y a la razón, en todas sus formas, ya que seria negar
al otro y estar con otres( cuestión de la moral)

Por lo visto en la modernidad se ha acordado hablar del deseo como algo distinto, desde Spinoza a Kant,
recuperando a Platon,Aristoteles, el deseo es algo de Lo que hay que hablar

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Aquí resuena esa dedicación filosofica profunda que posteiromente la filosofía contemporánea a trabajado,
aparece el deseo es su negativa contrapartida, pues cuando hablamos del malestar, la incomodidad, el
obstáculo, la falta,la ausencia estaríamos expresando deseos, un querer, mientras que el positivismo y
también el naturalismo estarían hablando de necesidades.

Se desea educar? Se quiere educar? Es necesidad, falta o un querer,un desear?

Sin desear() forzar una relación paralela o si se quiere análoga entre desear y querer, y razonar y conocer en
el sitio educativo de la experiencia,

bien podríamos ser espinozianos y sostener que el deseo es la esencia del ser humano, o como Hegel que la
autoconciencia es deseo, lograr el encuentro de si donde identidad y lugar son coextensivos, o kantianos y
pensar que el deseo hace al sujeto moral en tanto no hay una moral sin un deseo del bien es donde lo
educativo, sus prácticas, las experiencias educativas, cuando estamos en esos lugares que interpretamos nos
encuentran, en nuestra identidad, es donde aparece la pregunta en torno a la repetición del acto de educar
como algo esperado, ordenado, dispuesto a ser controlado, es decir, los ecos positivistas de la modernidad,
en un caudal de saberes canonizados para hacer del deseo algo por solucionar,es decir reafirmar la negación
del deseo.

Por ello Pensaba en si la docencia es un acto racional y o deseante, no llevarlo frívolamente a lo que
llamamos vocación, sino lo desado puesto a andar cuando estamos con otrxs en un contexto educativo.

hay algo a de la educacion que enmudece cuando se trata de hablar de lo deseado,y la filosofía del deseo es
aun muy pretensiosa, reafirma necesidades.

hay algo de la acción deseante en su expresión educativa que se vuelve una fuerte interceptación pensante
de ese hacer deseante.

Y por ultimo que esta forma de razonarlo, aun en sus posibles distinciones, no deja de mantenerse en el
paradigma logicista de necesitar encuadrar lo deseado para que no decaiga en un lugar que aun sostiene
espacios siginificativos para lo absurdo, lo contingente como trivial, al particularismo radical

que podríamos leer y conversar con los textos de deluze, hypolite,Hegel y algo nos dirían, por cual
interpretación estamos ensamblando, que nos lleva a percibir lo educativo en una tensión permanente, casi
estructural

Por ultimo , podríamos decir que hay que tensar aún más ese conflicto entre deseo y pensar, entre deseo y
conocer, quizás en las prácticas educativas, podría pensarse la integración de carácter ontológico, como lo
que involucra al deseo ,al pensar ,a los sentidos, al cuerpo, en una continua ambigüedad

Porque si el deseo como dice Butler interpretando a Espinoza, es demasiado estrecho, centrado, interesado,
comprometido, la razón no es lo contrario, la razón de educar -como dice cullen-, es por un lado o solo la
elección de lo deseado, elección moral o resulta su propia cancelación

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