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Iglesia Adventista del Séptimo Día, Maranatha, Primavera, 26 Febrero 2022

UNA HORA EN ORACIÓN CON DIOS

El objetivo de esta dinámica, es pasar toda una hora en comunión con Dios, para ello, debemos ser
muy cuidadosos de llevar a cabo cada uno de los puntos en su orden para así encontrar fortaleza y
paz en la herramienta más hermosa que Dios nos dejó para hablar con Él, “LA ORACIÓN”

1. ALABANZA: Comienza tu hora de alabanza, alabando al Señor. Alabándolo a Él por cosas


que están en tu mente en este momento. Alábalo por algo especial que Él hizo en tu vida la
semana que pasó. Alábalo por su bondad hacia tu familia.

2. ESPERA: Pasa tiempo esperando al Señor. En silencio deja que Él atraiga tus pensamientos.

3. CONFESIÓN: Pídele al Espíritu Santo que te muestre cualquier cosa en tu vida que pueda ser
desagradable a Él. Pídele que te muestre malas actitudes, así como actos por los cuales no
has orado y confesado. Ahora confiesa al Señor para que puedas ser limpio. 

4. LECTURA DE LA PALABRA: Pasa tiempo leyendo los Salmos, los profetas y pasajes en
oración en el Nuevo Testamento.

5. PETICIÓN: Realiza solicitudes en tu nombre.

6. INTERCESIÓN: Realiza solicitudes en nombre de otros.

7. ORACIÓN DE LA PALABRA: Ora pasajes específicos. Oraciones de las Escrituras, así como
un número de salmos, se prestan para este propósito.

8. AGRADECIMIENTO: Agradece al Señor por las cosas en tu vida, en nombre de tu familia y


en nombre de tu iglesia.

9. CANTO: Canta canciones de alabanza y adoración u otro himno o canción espiritual.

10. MEDITACIÓN: Pide al Señor que te hable. Ten bolígrafo y papel listo para apuntar ideas que
Él te dé.

11. ESCUCHAR: Dedica tiempo para asociar las cosas que has leído, cosas por las que has
orado y cantado, ve como el Señor las junta para comunicarse contigo. 
Iglesia Adventista del Séptimo Día, Maranatha, Primavera, 26 Febrero 2022
12. ALABANZA: Alaba al Señor por el tiempo que pudiste pasar con Él y las ideas que te ha
dado. Alábalo por Sus gloriosos atributos.

“Si queremos desarrollar un carácter que Dios pueda aceptar, debemos formar hábitos
correctos en nuestra vida religiosa. La oración diaria es tan esencial para el crecimiento en la
gracia y aun para la misma vida espiritual, como el alimento temporal lo es para el bienestar
físico.” (MJ, p.112, 113.)

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