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EL MUNDO ACTUAL

La globalización

Al fenómeno de la mundialización económica, que tiene además vertientes políticas y culturales muy
importantes, se le denomina globalización. Al abarcar tantas facetas, su definición es complejo, pero si nos
ceñimos al terreno estrictamente económico, se puede definir como una aceleración de la interdependencia de las
economías nacionales provocadas por los cambios tecnológicos y la reducción de las barreras en la movilidad de
mercancías, capitales y personas.

La globalización provoca que los países, sobre todo los de menor renta por habitante, sean cada vez más
dependientes de la situación económica mundial decisivamente influenciada por las grandes potencias. Y, al mismo
tiempo, que las decisiones y las medidas económicas que puede tomar un Estado estén cada vez más condicionadas
y limitadas por las decisiones de los demás Estados. Si un país adopta decisiones sobre impuestos, tipos de interés
o salarios independientemente de las de aquéllos que producen bienes y servicios similares, pueden provocar el
desplazamiento masivo de los capitales o de la producción hacia los competidores y por tanto, un grave deterioro
de su situación económica.
Esta nueva realidad ha consolidado fenómenos nuevos como la deslocalización de la producción y una mayor
inestabilidad financiera. Hoy, un número creciente de productos son fabricados con componentes producidos en
otros países, de forma que la alteración de cualquier circunstancia en uno de esos países amenaza su sustitución en
la cadena mundial de producción.
Por otro lado, las nuevas tecnologías permiten trasladar de un país a otro, y de forma prácticamente
instantánea, las inversiones financieras, lo cual dificulta la estabilidad de las economías. Para tratar de moderar
estos movimientos, en gran parte especulativos, el premio Nobel James Tobin propuso un impuesto sobre los
movimientos de capital a corto plazo (Tasa Tobin). Su implantación, sin embargo, es muy difícil ya que exige el
acuerdo de todos los países afectados.

Gran parte de los modelos teóricos en economía predicen que la globalización favorece el crecimiento y una
mayor igualdad en la renta por habitante entre países. Sin embargo, la evidencia demuestra que, aunque el
crecimiento ha sido intenso durante los últimos decenios, en especial en algunas zonas como Asia, las diferencias
en la renta entre países ricos y países pobres han aumentado.

LAS ÁREAS DOMINANTES DE LA ECONOMÍA MUNDIAL


Un nuevo tipo de violencia
internacional
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el corazón financiero (World Trade Center) y de defensa
(Pentágono) de Estados Unidos han marcado un hito decisivo en las relaciones internacionales. Sus autores
pretendieron mostrar al mundo que la superpotencia mundial es vulnerable y que no existen objetivos fuera de
alcance del terrorismo. Los atentados vienen a culminar una espiral creciente de violencia contra intereses
americanos, pero en este caso con unos niveles de preparación técnica, de infraestructura y de financiación mucho
más sofisticados. Pocas organizaciones tienen los medios para realizarlos. Pocas organizaciones tienen los medios
para realizarlos y rápidamente se apuntó a la organización Al Qaeda (La Base) del árabe saudí Osama Bin Laden
como la responsable.

Detrás de los atentados aparece un nuevo tipo de violencia internacional que pone de manifiesto una profunda
oposición contra Estados Unidos y contra la forma de ejercer su liderazgo mundial. Esta nueva clase de
terrorismo internacional está protagonizado en su mayor parte por organizaciones que se apoyan en el
fundamentalismo islámico y que cuentan con el respaldo directo o indirecto de algunos Estados en los que esta
ideología tiene un fuete arraigo. El apoyo americano a la causa israelí, la continua sumisión y humillación de los
palestinos y la oposición a la existencia de bases americanas y al estacionamiento de tropas en las proximidades de
los lugares sagrados del Golfo Pérsico son elementos que explican el antiamericanismo de importantes sectores del
mundo árabe.

Estados Unidos respondió con un ataque a Afganistán, cuyo régimen talibán escondía y acogía los campos de
entrenamiento de los grupos vinculados a Bin Laden. Siguiendo la política de buscar apoyos internacionales, los
norteamericanos buscaron la cooperación de las potencias internacionales y también la de los países árabes, que
mayoritariamente condenaron los atentados. Los bombardeos en Afganistán se prolongaron hasta la caída del
régimen talibán y su sustitución por una alianza de las distintas fuerzas de oposición, que se comprometieron a
iniciar un proceso de democratización del país y a desmantelar todas las bases de la organización terroristas.

La voluntad internacional de frenar el terrorismo quedó reflejada en la adopción por parte del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas de una resolución por la que todos sus miembros se comprometían a bloquear los
fondos de apoyo financiero y logístico a las organizaciones terroristas.

La crisis actual ha abierto un futuro incierto sobre los problemas que pueden derivarse de estas nuevas formas
de violencia como elementos de desestabilización mundial. La solución de los problemas del mundo actual requiere
de la consolidación de un nuevo orden internacional en el que las decisiones no dependan de una única potencia, sino
de la colaboración de la mayoría de los países del mundo. En un orbe cada vez más global, la estabilidad mundial
debería fundamentarse en un sistema de relaciones internacionales más cooperativo y que contara con el verdadero
concurso de todas las naciones dispuestas a luchar por la paz y por un mundo más justo y democrático.

Fotograma de los mensajes de Osama Bin Laden Soldados norteamericanos en la guerra de Afganistán,
retransmitidos por la cadena Al Jeriza de Qatar, (Octubre (Noviembre de 2001)
de 2001)
Secularismo

Mons. John Myers habla en este artículo de los medios y los programas de
evangelización profundizando en las advertencias hechas por Juan Pablo II.
Por: Mons. John J. Myers | Fuente: VE-Multimedios

Claramente, desde la perspectiva de la Iglesia, el impacto de la televisión y de otros medios de comunicación que
causa mayor conmoción es la promoción de una ideología secular a niveles masivos.

El secularismo es la ideología que apunta a separar a Dios de la vida pública y pretende «la sistemática
eliminación de cuanto hay de cristiano» que «domina desde hace tres siglos el pensamiento y la vida de
Occidente» (4). Juan Pablo II nos advierte de «una poderosa antievangelización» que «dispone de medios y de
programas, y se opone con gran fuerza al Evangelio y a la evangelización» (5).

«Sí, este deseo de sofocar la voz de Dios está bastante bien programado; muchos hacen cualquier cosa para
que no se oiga Su voz, y se oiga solamente la voz del hombre, que no tiene nada que ofrecer que no sea terreno.
Y a veces tal oferta lleva consigo la destrucción en proporciones cósmicas. ¿No es ésta la trágica historia de
nuestro siglo?» (6).

Afortunadamente, no todo lo que se presenta mediante los medios de comunicación es negativo o secular.
Todos hemos disfrutado de documentales enérgicos y de historias conmovedoras que sondean la profundidad
del espíritu humano.

La televisión también ha llevado a sus pantallas películas religiosas extraordinarias y grandes experiencias
religiosas como las Jornadas Mundiales de la Juventud. No obstante, por lo general, la religión es
sistemáticamente excluida de la oferta diaria de la televisión.

Mucho de esto es atribuible a la ideología secularista que prevalece, si es que no domina absolutamente, entre
lo que ha sido llamado la "elite de los medios".

En su libro con el mismo título, el sociólogo S. Robert Lichter concluyó que «la elite de los medios es un grupo
homogéneo y cosmopolita, que fue educado con alguna distancia de las tradiciones culturales y sociales de... la
América promedio. La mayoría se ha separado de cualquier tradición o herencia religiosa y muy pocos van a
misa regularmente.

El modo de pensar predominante de este grupo es igualmente aparente... Es políticamente liberal y alienado de
las formas e instituciones tradicionales» (7).

Un estudio más reciente distinguía una definida inclinación anti-católica de parte de cuatro gigantes de los
medios norteamericanos: The New York Times, The Washington Post, la revista Time, y CBS News (8). Cada vez
más la cultura televisiva exalta estilos de vida que contradicen gravemente la naturaleza humana, por no
mencionar los ideales del Evangelio.

La familia creyente, trabajadora, intacta y nuclear es inclusive más rara en la televisión que en la sociedad de
mentalidad pro-anticonceptivos, pro-divorcio de los Estados Unidos.
La elite de los medios y la industria del entretenimiento manipula sistemáticamente las emociones humanas
para su propio provecho ideológico y económico.

Mientras en un momento evocan nuestra simpatía por las víctimas sufrientes de un terremoto, en otro explotan
el sexo y la violencia para la completa denigración de la persona humana.

Finalmente, la propaganda, sangre financiera de la industria televisiva, promueve poderosa e implacablemente


el consumismo más craso entre las personas de todas las edades y las clases sociales.

¿Qué es el agnosticismo?
El agnosticismo es una postura filosófica que sostiene la imposibilidad del ser humano de
conocer la naturaleza y la existencia de Dios. Además, esta postura implica que los seres
humanos y la humanidad no pueden conocer o descifrar ciertas cuestiones trascendentales,
tanto religiosas como metafísicas.

El término surgió en Inglaterra en 1869, de la mano del biólogo Thomas Henry Huxley, para
dar nombre a una doctrina que sostiene que los seres humanos están limitados a conocer
solo aquello que pueden experimentar y conocer por los sentidos.

La palabra agnóstico viene de la unión de los vocablos griegos a- (“sin”)


y gnôsthos (“conocimiento”). En la actualidad, se la suele usar como sinónimo de
“escéptico” (aquel que desconfía de ideas y creencias) en lo referido a asuntos místicos y
religiosos y, en especial, a lo que la doctrina tradicional cristiana pregona.

Origen del término «agnosticismo»


Las ideas que sostiene el agnosticismo provienen o se relacionan con corrientes o posturas
que fueron surgiendo a lo largo de la historia, como el escepticismo y luego
el existencialismo.

El término “agnosticismo” se acuñó en 1869, en una reunión de la Sociedad Metafísica


de Londres. El biólogo darwinista inglés Thomas Henry Huxley (1825-1895) lo propuso como
nombre para su propia posición filosófica. Así se fundó formalmente una tradición cuyos
antecedentes se hallan en la historia antigua de la humanidad, con exponentes como el
asceta indio Sanyaia Belatthaputta (s. V a. C.) o el filósofo griego Protágoras (481a. C. – 411
a. C.).

Huxley propuso el agnosticismo como un método de investigación, más que un credo o


una posición religiosa. Todo agnóstico, según él, debía dejarse guiar por su razón “tan lejos
como lo lleve” y al mismo tiempo no pretender “que sean ciertas las conclusiones que no han
sido demostradas o no sean demostrables”.

En ese sentido, la postura de Huxley era cercana al racionalismo y al empirismo que


gobernaban el pensamiento filosófico de la época.
Diferencia entre agnosticismo y ateísmo
Si bien el agnosticismo es considerado una postura contraria al credo religioso,
especialmente al cristiano y católico, no debe confundirse con el ateísmo.

El ateísmo consiste en la negación del teísmo, es decir, es una doctrina filosófica que
niega la existencia de un Dios o de cualquier tipo de divinidad y rechaza toda postura mística
o religiosa. En cambio, el agnosticismo escapa a la pregunta acerca de la existencia de Dios
porque sostiene que ese tipo de razones o verdades trascendentales son incognoscibles
para el ser humano.

De todas formas, existe un agnosticismo ateo que sostiene que la existencia de Dios es


incomprobable por la humanidad, lo cual equivale a decir que Dios no existe. Por otro lado,
existe un agnosticismo religioso que sostiene que la existencia de Dios es incomprobable por
la humanidad, pero eso no significa que no exista.

Algunos de los más famosos defensores del agnosticismo fueron:


 John Stuart Mill (1806-1873). Fue un filósofo y economista inglés y uno de los
principales exponentes del liberalismo y del utilitarismo. Además, defendió la idea del
conocimiento del mundo a través de la experiencia.
 Charles Darwin (1809-1882). Fue un naturalista inglés, célebre por haber propuesto
la teoría sobre el origen de las especies por evolución, como consecuencia de
la selección natural.
 Herbert Spencer (1820-1903). Fue un naturalista y pensador inglés que se destacó
en la sociología y fue uno de los desarrolladores de la teoría orgánica de la sociedad, que
comparaba a la sociedad con un organismo biológico. Su agnosticismo se basó en la
idea de lo incognoscible.
 Marie Curie (1867-1934). Fue una científica polaca que hizo avances en el estudio de
la radioactividad con el descubrimiento del radio y del polonio (elementos químicos).
Obtuvo el premio Nobel de física en 1903 y de química en 1911.
 Carl Sagan (1934-1996). Fue un astrónomo, astrofísico y divulgador estadounidense.
Fue uno de los principales entusiastas del proyecto de búsqueda extraterrestre SETI y un
insigne educador en cuestiones científicas.

Fuente: https://concepto.de/agnosticismo/#ixzz82awxY7IN

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