Está en la página 1de 6

Especialización en Enseñanza de Escritura y Literatura en la Escuela

Secundaria

Módulo Teoría y Crítica cultural

TRABAJO FINAL INTEGRADOR

Monografía: Análisis de “Vidas privadas” de Angélica Gorodischer, en Cómo


triunfar en la vida (Buenos Aires: Emecé, 1998).

Título: Ocultamiento y percepción en “Vidas privadas” de Angélica Gorodischer

Palabras clave: Género- Hegemonía heterosexual- Performance

Alicia Natalia Fornasier


Se analizará el cuento “Vidas privadas” de Angélica Gorodischer (1998) desde
la Crítica Cultural y los Estudios Culturales. Ambas posturas amplían el
concepto de cultura y la constituyen en superficie donde ejercer la crítica y el
análisis. También, se tendrá en cuenta la relación entre crítica cultural e
identidad, considerando el concepto de identidad-constructo de Ticio Escobar.

Dentro de la conformación de la identidad será fundamental para este análisis


la cuestión del género sexual como clave de una articulación funcional a la
hegemonía cultural heterosexual que ha sido históricamente dominante,
siguiendo a Judith Butler.

El cuento comienza con un diálogo del personaje protagonista con la portera de


su edificio que sirve como excusa para realizar el racconto de cómo decidió
instalarse en ese edificio. No percibir amenazas a su privacidad fue el punto
central.

Presenta un tipo de vida privada propia de la modernidad y del ambiente


netamente urbano. La cercanía espacial entre los habitantes de la ciudad borra
los límites entre las esferas de lo público y lo privado.

Sólo la portera representa una amenaza. Durante el día resistirá los embates
de la portera curiosa que chismorrea para poder acceder a su intimidad, a su
vida privada.

El conflicto es la llegada de nuevos vecinos al edificio de departamentos del


narrador/narradora protagonista (mantenemos la duda genérica, ya que a lo
largo del cuento no se especificará ninguna marca textual genérica para el
narrador).

Tenemos variada información sobre este/esta narrador/narradora protagonista:


Sabemos que es reservada/o y celosa/o de su vida privada, que trabaja en un
estudio, nombra a sus amigos y compañeros de trabajo, disfruta de escuchar
música clásica y en ocasiones se siente sola/o. Lo podríamos ubicar dentro del
medio pelo argentino. Sin embargo, la información sobre su género, nos es
negada sistemáticamente a lo largo del cuento. Esta construcción neutra
ensaya un experimento de cómo la identidad se construye por el
reconocimiento del otro, cosa que la autora dejará en manos de los lectores,
que tomarán una u otra opción genérica sin pensar que, tal vez esta decisión,
cambie la interpretación del texto.

Los vecinos hacen peligrar su vida privada, porque ahora, su presencia


involucrará una percepción foránea de él o ella y esa percepción se traducirá
en reconocimiento o rechazo de orden social en relación con su modus vivendi:

Según Foucault el yo se constituirá a sí mismo en el discurso, con la presencia


del otro. La voz narrativa se da cuenta que su percepción de sí misma/o
cambiará a partir de la mirada de otro, modificando, su propia construcción
identitaria.

El/La narrador/a se vuelve testigo de momentos que pertenecen al orden de lo


privado de la pareja vecina. Si bien, al principio, notamos una cierta
incomodidad con la situación, (quizás, por el reverso de la misma que supone
que su vida será escuchada, por tanto juzgada, o reconocida por el otro).
Nuestro/a narrador/a entra en un juego voyerista, y conjetura, una pareja
heterosexual que discute por celos e inseguridades de la mujer. Esta
suposición, se relaciona con la norma cultural que organiza su percepción (y la
de nosotros como lectores que seguiremos el mismo recorrido), y que
distribuye las identidades de las personas basadas en categorías sexuales que
hablan de la hegemonía heterosexual. Lo diferente, lo no catalogable, no será
imaginado ni fantaseado precisamente porque se aleja de la “norma”.

Somos, junto con la voz narradora, testigos pasivos ante el maltrato de ese que
suponemos “hombre”, a esa que suponemos “mujer”. Asistimos con cierta
“tranquilidad” a una escena violenta en que se abren una serie de expectativas
del rol de la mujer y del rol del hombre en nuestra sociedad, y en la que se
ponen en juego un abanico de naturalizaciones históricas. La performance
genérica del hombre canoso en las discusiones escuchadas, nos presenta un
“macho clásico” que es el proveedor de recursos económicos en el hogar y que
ejercita la libertad, sin importarle los sentimientos de su pareja. Por otro lado,
acudimos a la performance, también altamente estereotipada, de la mujer ama
de casa sensible con arrebatos de celos.
La pareja no solo discutirá, sino que también se reconciliará, y se mimará. Lo
privado aquí, bajo la mirada del vecino/a entrometido/a, será una especie de
confesión, un modo de abrir el yo a la interpretación, se exhibe el contacto
sexual, y se lo actúa otra vez en el acto corporal de la charla sexual, reforzando
cierto morbo voyerista y la excitación sexual del narrador/a

La repetición de escenas de violencia de género en el texto pondrá de relieve


cómo la dimensión de género está presente en este tipo de actos, es decir, la
relación entre el estado de subordinación femenina en la sociedad y su
creciente vulnerabilidad respecto a la violencia. No saber a qué género
pertenece el narrador perjudica la interpretación de los lectores porque nos
sentimos desorientados acerca de si subyace en su punto de vista, algún tipo
de solidaridad de género (para cualquiera de los dos). Sin embargo, ésta
situación se convertirá en una trampa de la percepción. Después de la última
discusión que tienen los vecinos, el/la narrador/a, no escuchará más ruido, y
junto con el vecino de abajo, irrumpirán, esta vez de modo material en la
estancia de la pareja vecina. Esta irrupción es una reacción especular respecto
de la irrupción de los sonidos escuchados por el/la narrador/a. El hombre
yacerá muerto, apuñalado, con un significativo cuchillo de cocina, que será
arma y herramienta del rol femenino. La “supuesta mujer” no dejará rastro,
alguno, quizás porque no ha existido, por lo menos, no como la percibió el
narrador, o como la buscó la policía a partir de su declaración.

En la revelación final, que es visual, conocemos junto con nuestro/a narrador/a,


la apariencia de aquella performance genérica que coincidía con el rol genérico
femenino, y que a la vista, no reconocemos como humano, en el sentido que
utiliza Butler:

“Si lo proyectos de reconocimiento que se encuentran a nuestra disposición


son aquellos que “deshacen” a la persona al conferirle reconocimiento,
entonces, el reconocimiento se convierte en una sede de poder mediante la
cual se produce lo humano de forma diferencial. Esto significa que en la
medida que el deseo está implicado en las normas sociales, se encuentra
ligado con la cuestión del poder y con el problema de quien reúne los requisito
de lo que se reconoce como humano y quien no” i
Nuestra percepción fue víctima de un simulacro performativo que aunque era
oscuro y violento, imagino, de acuerdo a la hegemonía heterosexual, dentro de
la norma social, de lo “humano” y de lo “aceptable”. Nos encontramos que
aquello que creímos una mujer frágil, desprotegida y en cierto modo abusada,
era un hombre poco atractivo y un tanto grotesco, en términos, “de la norma de
belleza” que rige nuestras percepciones sociales.

Este relato nos enfrentará a nuestros prejuicios y naturalizaciones. Nos


sentiremos, engañados y usados por el giro argumental final. Sin embargo, no
nos sentimos usados cuando naturalizamos ciertos modos de percepción que
son históricos y que ocultan, en esta naturalización, la propia función de
dominación que tienen ciertas matrices culturales.

Bibliografía

- Adorno, Theodore. Prismas. Colección Zetein Estudios y Ensayos


-Beauvoir, Simone. El Segundo Sexo. Siglo XX. Madrid.1990.
-Butler, Judith. Deshacer el Género. Paidòs Studio 167. Barcelona 2004
-Escobar, Ticio “La identidad en tiempos globales”, en El arte fuera de sí,
Asunción: Museo del Barro, pp. 61-87
-Equipo Especialización (2017). Modulo Teoría y Crítica cultural. Clase 1.
Crítica y cultura. Especialización en Enseñanza de Escritura y Literatura para la
escuela secundaria. Ministerio de Educación y Deportes de la Nación.
-Equipo Especialización (2017). Modulo Teoría y Crítica cultural. Clase 2.
Crítica y cultura (continuación). Especialización en Enseñanza de Escritura y
Literatura para la escuela secundaria. Ministerio de Educación y Deportes de la
Nación.
-Equipo Especialización (2017). Modulo Teoría y Crítica cultural. Clase 3.
Identidad, cultura, subjetividad. Especialización en Enseñanza de Escritura y
Literatura para la escuela secundaria. Ministerio de Educación y Deportes de la
Nación.
-Equipo Especialización (2017). Modulo Teoría y Crítica cultural. Clase 4:
Identidad y género sexual. Especialización en Enseñanza de Escritura y
Literatura para la escuela secundaria. Ministerio de Educación y Deportes de la
Nación.
-Equipo Especialización (2017). Modulo Teoría y Crítica cultural. Clase 5:
Identidad y género sexual. Especialización en Enseñanza de Escritura y
Literatura para la escuela secundaria. Ministerio de Educación y Deportes de la
Nación.
-Equipo Especialización (2017). Modulo Teoría y Crítica cultural. Clase 6:
Identidad y género sexual. Especialización en Enseñanza de Escritura y
Literatura para la escuela secundaria. Ministerio de Educación y Deportes de la
Nación.
i
Butler, Judith. Deshacer el Género. Paidós Studio 167. Barcelona 2004

También podría gustarte