Está en la página 1de 4

II.

Tipologías textuales

II.1. Definición

Una tipología textual es una forma de organizar la diversidad textual y de clasificar los
distintos textos. Los textos, como producto de la actuación lingüística, se presentan en
una multiplicidad y diversidad prácticamente inabarcables; ello, no obstante, son
susceptibles de ser ordenados en tipologías que los clasifiquen y agrupen a tenor de
conjuntos de rasgos que los identifiquen y los diferencien entre sí. La clasificación más
comúnmente aceptada en los trabajos de lingüística del texto es la que distingue entre
narración, descripción, argumentación, explicación y diálogo. Hay autores que reducen
esta cantidad a otra inferior, hay quienes la amplían a otra más extensa.

Prácticamente desde el nacimiento de la lingüística del texto se percibió la necesidad


de establecer tipologías de textos. E. Werlich propuso la primera en 1975, y desde
entonces han aparecido otras, con ligeras variaciones entre sí: unas descansan en
criterios funcionales, otras sobre esquemas organizativos, o sobre criterios lingüísticos,
cognitivos, o de otra clase.

A principios de los años 90 del s. XX, J. M. Adam propone el concepto de secuencia


textual, reconociendo el hecho de que en cualquier texto real aparecerán pasajes
descriptivos junto a otros narrativos, que en un diálogo habrá argumentación o
explicación, etc. Así facilita el estudio de los rasgos propios de una secuencia, al tiempo
que propone el concepto de «secuencia dominante» para la adscripción del texto
concreto a uno de los tipos establecidos. Un texto será de tipo argumentativo si las
secuencias dominantes lo son, aunque contenga secuencias explicativas o narrativas.

En el plano de la didáctica, las tipologías textuales representan una poderosa ayuda. En


primer lugar, permiten reconocer y seleccionar aquellos tipos de textos que los
aprendientes deberán ser capaces de manejar (de forma productiva, receptiva, o bien
de ambas formas). En segundo lugar, será posible extraer de los textos estructuras y
formas de organización textual que los aprendientes deberán conocer y dominar,
puesto que los distintos tipos de texto se caracterizan por unos rasgos peculiares, más
allá de la morfosintaxis y el léxico que se utilice. Además, en el nivel del tipo de texto
pueden encontrarse paralelismos y divergencias entre dos determinadas lenguas, del
mismo modo que sucede en otros niveles de la descripción de la lengua: el léxico, el
morfológico, el sintáctico o el semántico.
Una tipología textual es una categorización posible de los distintos textos que existen,
es decir, una forma entre muchas de clasificar los textos en base a ciertos rasgos
específicos. No existe, por lo tanto, una sola, única y universal tipología textual, ya que
los textos se pueden clasificar de muchas maneras, atendiendo a su tema, su longitud,
su oralidad o escritura, sus estrategias estilísticas, etcétera.

En general, cuando hablamos de textos, no nos referimos únicamente a los textos


escritos, sino a las producciones generales del lenguaje verbal. Por ejemplo, cuando
hablamos con el conductor del autobús generamos un texto oral reconocible, lo mismo
que cuando escribimos un correo electrónico o componemos un poema en nuestra
libreta. Es por esto que la lingüística, la disciplina que estudia el lenguaje verbal, se ha
ocupado desde sus inicios en construir categorías para agrupar, reconocer y estudiar
mejor los distintos textos existentes.

La tipología textual más común y divulgada de todas es, actualmente, la que distingue
los textos en base a su función comunicativa dominante. Esto equivale a decir que
utiliza como criterio el “propósito” del texto, esto es, lo que le ofrece al receptor.
II.2. Clasificación.

 Narración (texto narrativo): Consiste en un conjunto de hechos hilvanados


cronológicamente a la manera de un cuento, una crónica o una historia del
tipo que sea. Son ejemplos de este tipo de textos: las crónicas periodísticas,
los relatos literarios y los libros de historia.

 Descripción (texto descriptivo): Consiste en una enumeración o detalle de


características de una persona, cosa o hecho, que le detalla al receptor cómo
es X (y no qué es X). Son ejemplos de este tipo de textos: la ficha de las obras
de arte de un museo, los retratos hablados que las víctimas de un robo dan a
la policía, y la poesía o las canciones que describen los estados de ánimo del
autor.

 Argumentación (texto argumentativo): Consiste en un conjunto de razones


que buscan influir en la opinión del receptor respecto de algo, o que lo invitan
a emprender una conducta determinada, convenciéndolo a través de
argumentos. Son ejemplos de este tipo de textos: las columnas de opinión en
el periódico, las arengas políticas que se hacen en campaña electoral y las
monografías que sostienen un punto de vista académico respecto de una
materia.

 Explicación (texto explicativo o texto informativo): Consiste en una serie de


datos, informaciones y detalles objetivos, cuyo fin es brindarle al lector algún
tipo de conocimiento o de saberes, sin una intención abierta de decirle qué
debe creer o cómo debe pensar al respecto. Son ejemplos de este tipo de
textos: los artículos de una enciclopedia, los ensayos científicos sobre la
naturaleza y las fichas de los alimentos que detallan sus contenidos y
componentes.

 Diálogo (texto dialógico): Consiste en la recreación de una conversación entre


dos o más personas, ya sea real o imaginaria, y que busca reproducir casi
teatralmente el modo en que esta ocurrió o en todo caso ocurriría. Son
ejemplos de este tipo de textos: las conversaciones informales que tenemos
con alguien en la calle, los diálogos socráticos que escribió el filósofo Platón
en la antigüedad griega o las conversaciones ficcionales que tienen los
personajes de una obra de teatro.
Si bien la mayoría de los textos emplean elementos de estas cinco categorías,
comúnmente se clasifican de acuerdo a su intención predominante: contar, describir,
influir, informar o conversar. Esto quiere decir que un texto argumentativo bien
puede incluir explicaciones y descripciones, así como en un diálogo puede haber
narraciones y argumentos.

Las tipologías textuales son, sencillamente, clasificaciones de los textos de acuerdo a


ciertos rasgos fundamentales o predominantes. Se distinguen de los géneros
textuales en que estos últimos adelantan al lector una cierta información respecto de
qué es lo que hallará en el texto, basándose en una serie de normas y convenciones
de tipo histórico, social y, en ocasiones, literario.

Esto quiere decir que los géneros textuales son formatos preestablecidos para los
textos. Por ejemplo, los géneros literarios son géneros textuales, ya que clasifican los
textos literarios y nos indican qué expectativas tener de cada uno: una novela
seguramente incluya muchos personajes a lo largo de una narración extensa,
mientras que un poema será seguramente un texto breve y emotivo, en el que la voz
del autor nos comunicará un punto de vista subjetivo.

Sin embargo, en una novela podremos hallar narraciones, explicaciones,


descripciones y diálogos, y probablemente resulte más complicado clasificarla como
texto puramente narrativo, descriptivo o dialógico. Incluso, en ocasiones, los géneros
textuales atienden únicamente al tema del texto, como es el caso de una novela de
ciencia ficción o de un cuento de terror: en ambos casos nos adelantan a qué tipo de
narración nos enfrentaremos. En cambio, si simplemente decimos “texto narrativo”,
no tenemos idea de qué esperar, más que una serie de eventos evocados unos
primero y otros después.

También podría gustarte