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Caso - Semana - 1
Caso - Semana - 1
Semana 1
Soy Beatriz, una mujer de 45 años, estuve casada desde los 22, inmediatamente que
terminé la licenciatura en Administración de Instituciones, en una prestigiada Universidad
Privada.
Mi esposo también había terminado sus estudios recientemente, un año antes que
yo, se había titulado como Ingeniero Industrial. Le urgía casarse cuanto antes, ya que
había conseguido un excelente empleo en una gran empresa, que lo enviaría a
capacitarse a una ciudad del norte de la República Mexicana, la cual, tenía como
requisito, que sus altos ejecutivos estuvieran casados. Por supuesto, él no podía dejar
pasar esa maravillosa oportunidad, y si yo quería estar con él, deberíamos casarnos,
para que yo pudiera acompañarlo en esa nueva etapa de su vida.
La nueva empresa fue todo un éxito, hace 13 años, ya en el nuevo milenio, puesto
que mi esposo aplicó toda la experiencia obtenida en diez años de ejercicio profesional,
además de las competencias que había adquirido por medio de los estudios que nunca
había dejado.
El éxito profesional no siempre viene acompañado del éxito personal, o tal vez sí,
para algunos; mi esposo es muy bien parecido, exitoso, y esto es un gran atractivo para
muchas mujeres, a quienes no les importaba que estuviera casado y tuviera dos
hijos. . . a él tampoco le importaba esto.
Semana 1
La solución fue que él me solicitó el divorcio. Yo traté de evitarlo a toda costa, pero
finalmente, hace unos dos años, nos divorciamos. Mis hijos ya terminaron sus estudios;
uno de ellos se fue a los Estados Unidos a estudiar un posgrado, la otra, se fue en un
viaje de descubrimiento por el mundo, que duraría un año, después de eso, pensaría qué
deseaba hacer con su vida. Sin embargo, encontró una oportunidad de trabajo en
Australia, y decidió permanecer allá por tiempo indefinido.
Yo estoy sola, de regreso en mi ciudad natal, ya que mi madre está muy delicada
de salud y mi padre es muy anciano; ella tiene 75 años y él 85. Yo fui la menor de cinco
hermanos. La única con la disponibilidad para cuidar de ellos, pues “no tengo nada que
hacer”.
Los cursos de inglés son muy caros, ya sean digitales o presenciales, los que son
gratuitos, son muy básicos y además mi teléfono no es de “última generación” y no
soporta descargar aplicaciones. Mis padres tienen una computadora de escritorio, viejita,
en la casa, pero tiene muy poca capacidad y tampoco me permite trabajar en cosas muy
complicadas.
He buscado trabajo sin parar, pero nadie quiere contratar a una persona de 45
años, sin experiencia, ni competencias profesionales de ningún tipo. Tal vez tienen razón,
Educación de adultos
Semana 1
pues las fuerzas a veces me traicionan, me siento deprimida, tengo que utilizar lentes
para vista cansada y me cuesta trabajo concentrarme. Además, el cuidado de mis padres
me demanda gran parte de mi tiempo.
Mi exposo no me pasa ninguna pensión, pues él ya formó una nueva familia, tiene
dos hijos pequeños con su nueva esposa. Mis hijos están ocupados en sus propios
asuntos. Mis hermanos no tienen tiempo y muchos gastos.