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Sección Evangelismo

¡LA TUMBA ESTÁ VACÍA!


Por: Roberto Filtrín Campos
Anciano Iglesia Eben-ezer

Este fue el anuncio victorioso dicho por los dos ángeles a las mujeres piadosas que fueron al
sepulcro llevando las especies aromáticas para dejar en la boca de la tumba donde el cuerpo
muerto del Señor había sido sepultado. Llegando ellas muy temprano, siendo aún oscuro de
ese domingo glorioso, las esperaban dos ángeles para darles la gratísima nueva, diciéndoles:
“Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado” (Lucas
24;5-6). Esta declaración triunfal, jamás dicha antes ni después, emergió del sepulcro de
propiedad de uno de sus discípulos: José de Arimatea. Esta es la ¡Buena Nueva! Pronunciada y
difundida a todo el mundo, por los cristianos, hijos de Dios; que nuestro bendito Señor y
Salvador JESUCRISTO ¡RESUCITÓ!

Las seis mil religiones del mundo, tienen cada una sus fundadores que han muerto, pero todos
permanecen en sus tumbas, solo el Dios de los cristianos: JESUCRISTO ES EL VENCEDOR
TRIUNFAL ¡ALELUYA, GLORIA A DIOS! El gran tema de la Resurrección de Jesucristo es
patrimonio exclusivo de los cristianos, quienes adoramos a un Salvador que murió crucificado
entre dos malhechores, pero Resucitó.

Jesucristo, fue el único que validó sus enseñanzas y aseveraciones, diciendo: “Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque está muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y
cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”. (Juan 11:25-26).

Jesucristo fue el único que pudo retar a la muerte y al sepulcro, diciendo: “¿Dónde está, oh
muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Corintios 15:57).

Más tarde, el Apóstol Pablo, escribiría, respecto del Señor Jesús, diciendo: “Pero que ahora ha
sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó
a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, del cual yo fui constituido predicador, apóstol y
maestro de los gentiles. Por lo cual asimismo padezco esto, pero no me avergüenzo, porque
yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel
día” (2 Timoteo 1:10-12).

Jesucristo, garantiza la vida eterna en el cielo a toda persona que deposita su fe únicamente en
Él y le recibe en su corazón como Señor y Salvador. “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios” (Juan 1:11-12).

Apreciado lector, ¿Dónde te propones pasar tu eternidad: ¿En el cielo con Dios o en el infierno
sin EL? Jesucristo nos dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí” (Juan 14:6). Esto nos indica claramente que no es la religión, la Iglesia, las buenas
obras, etc., sino de Aquel que compró nuestra salvación con su vida y con su sangre en la
vergonzosa cruz del Calvario, lo hizo por nuestros pecados y para nuestra salvación eterna, si
confiamos en Él, pidiendo perdón a Dios por nuestros delitos y pecados. “Mas Dios muestra su
amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos
5:8).

Apreciado lector, sé un verdadero cristiano, hijo de Dios teniendo a Cristo en tu corazón. “He
aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta (del corazón), entraré a
él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20). “Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más
tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Dios te bendiga y te ayude a tomar la decisión correcta para tu felicidad eterna, para un día
glorioso encontrarnos en nuestro Hogar Celestial donde mora y está preparando lugar para
todo aquel que quiera estar allí con Él, porque la ¡TUMBA ESTÁ VACÍA! “Porque este Dios es
Dios nuestro eternamente y para siempre, Él nos guiará aún más allá de la muerte” (Salmo
48:14).

“Si estoy yendo al cielo es porque Jesucristo sufrió mi infierno en la cruz del Calvario.”

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