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TAREA 10. LIBERALES VS.

MONARQUISTAS
Qué es el liberalismo
El liberalismo es una filosofía política que defiende la libertad individual, la
igualdad ante la ley, la separación de poderes y la tolerancia en el marco del
Estado de derecho.
Propone también la limitación del papel del Estado en la vida civil y en las
relaciones económicas, y la protección de la propiedad privada.
Es un sistema político esencialmente compatible con la democracia
republicana de tipo representativo. Tiene expresiones concretas tanto en la
política como en la economía y lo social.
El liberalismo surgió hacia el siglo XVII en oposición al absolutismo.
Pretendía alcanzar la libertad del ser humano, garantizar la igualdad jurídica
y promover el bienestar económico de las naciones. Se fundó sobre las
ideas de John Locke, considerado padre del liberalismo, y pensadores como
Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Adam Smith y John Stuart Mill, entre
otros.
Las ideas más importantes del liberalismo derivan de sus ideas más
importantes por lo cual se caracteriza por defender el principio de la
igualdad ante la ley, la separación de poderes, el estado laico, el
parlamentarismo, la defensa de la libertad individual, la tolerancia religiosa y
la propiedad privada como derecho de la iniciativa individual.
El liberalismo nace en Inglaterra hacia el siglo XVII en oposición a la
monarquía absolutista europea, que se caracterizaba por concentrar todos
los poderes del Estado en manos de un solo autócrata.
Toma fuerza durante el período del Iluminismo, llamado también Ilustración,
y se alza a finales del siglo XVIII y principios del XIX, penetrando
especialmente en los sectores burgueses de la sociedad europea.
De este modo, inspiró diversas revoluciones, las cuales extendieron la
influencia del liberalismo por toda Europa y Latinoamérica. En esta última, el
liberalismo alentó las revoluciones independentistas que comenzaron en
1810, y que devinieron en la creación de naciones independientes.
Revoluciones liberales
Las revoluciones liberales fueron aquellas que instauraron sistemas
liberales: democracia parlamentaria, igualdad ante la ley y liberalización del
comercio interior.
La Revolución inglesa (1642-88) . Fue la primera de las revoluciones
liberales. Los parlamentos en el Antiguo Régimen los convocaba el rey
cuando quería poner nuevos impuestos, pero los ricos burgueses ingleses
que dominaban el parlamento no aceptaron los abusos del rey absolutista y
se enfrentaron a su propio monarca en una guerra. Los burgueses ganaron
la guerra e iniciaron un nuevo sistema en el que el poder se repartía entre el
rey y el parlamento. Este sistema se llama monarquía parlamentaria.
La independencia de Estados Unidos (1776-83). También llamada
Revolución americana porque rechazaron el sistema del Antiguo Régimen
con una constitución (ley suprema) en la que declararon que todos los
hombres nacen iguales en derechos.
La Revolución francesa (1789-99). Fue la revolución que puso en práctica
unas ideas liberales y llegó más allá aplicando por primera vez en la historia
el sufragio universal masculino (votan todos los hombres, las mujeres no
podrán votar hasta el siglo XX). Este tipo de liberalismo con sufragio
universal se conoce como radical o democrático, pero no llegó a
consolidarse en ese momento. Tuvo varias fases: en la primera se intenta
una monarquía parlamentaria como la que ya existía en Inglaterra
(constitución de 1791). Después se instauró la república (sin Rey) con
sufragio universal (constitución de 1793) en la que por primera vez en la
historia todos los varones podían votar. Los partidos más importantes fueron
el de los girondinos (moderados) y los jacobinos, cuyo líder Robes Pierre
instauró un régimen de terror para perseguir a la oposición. Después el
poder pasó a manos de un directorio y el sufragio será censitario, es decir,
solo votan los propietarios (constitución de 1795). Finalmente, las luchas
internas propiciaron el ascenso del general Napoleón en 1799. El general
mantuvo algunos avances liberales, pero instauró un sistema imperial.
Napoleón inició una política expansionista que convirtió a Francia en dueña
de Europa. También invadió España aprovechando la rivalidad entre el rey
de España Carlos IV y su hijo el heredero Fernando VII, dando comienzo a
la Guerra de Independencia española (1808-1814).
La llamada «Doctrina Monroe», fue formulada durante la presidencia de
James Monroe por el secretario de Estado y futuro presidente John Quincy
Adams en 1823. Establecía que cualquier intervención de los europeos en
América sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención
de los Estados Unidos de América. La doctrina fue concebida por sus
autores, en especial Adams, como una proclamación de los Estados Unidos
de su oposición al colonialismo frente a la amenaza que suponía la
restauración monárquica en Europa y la Santa Alianza tras las guerras
napoleónicas.
Theodore Roosevelt fue, en el siglo XX, uno de los primeros en darle un
nuevo sentido a la Doctrina Monroe en su famoso y conocido Corolario
Roosevelt, cuyo objetivo era justificar la hegemonía norteamericana en
América Latina y legitimar su intervencionismo en los asuntos de las
repúblicas independientes de la región.
El Corolario Roosevelt fue pronunciado el 6 de diciembre de 1904 a raíz del
bloqueo naval que sufrió Venezuela entre 1902 y 1903 por parte de los
Imperios británico, alemán y el Reino de Italia, exigiendo el pago inmediato
de deudas contraídas por el gobierno del entonces presidente de la nación
suramericana Cipriano Castro.
Dicho documento, marcó una nueva etapa del imperialismo norteamericano
llamada “El gran garrote” (The Big Stick), que se caracterizaba por combinar
la persuasión diplomática con la violencia, alternando la firma de pactos y
convenios con intervenciones militares. Esta nueva política fue sintetizada
en numerosas ocasiones por el presidente mediante el proverbio africano,
«Habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos».
Durante esta etapa, se inició en América Latina un periodo de dominio
político y económico estadounidense que se justificada en la marcada
extensión del «derecho» de Estados Unidos a intervenir en asuntos de otros
países. Ejemplos de la aplicación de la política del Gran Garrote son: el
apoyo estadounidense a la Separación de Panamá de Colombia, la
ocupación militar de la República Dominicana entre 1916 y 1924, la
ocupación militar de Cuba entre 1906 y 1909 y la ocupación militar de Haití
desde 1915 hasta 1934
En resumen, podemos decir que la Doctrina Monroe afirmaba que Estados
Unidos actuaría a fin de evitar cualquier intervención extra-continental,
esencialmente de los países europeos.

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