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REAVIVADOS POR SU PALABRA

PROVERBIOS 8
Muy buenos dias apreciados hermanos, la palabra de Dios dice en
Eclesiastes 3:22,23 El fiel amor del Señ or nunca se acaba! Sus misericordias
jamá s terminan, Cada mañ ana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su
fidelidad!
Hoy jueves 9 de julio nos toca leer el capitulo 8 del libro de proverbios

Dios ha colocado dondequiera incentivos; para que la gente


piense en los caminos de la justicia y busque entendimiento y se arrepienta
El más humilde cristiano que acepta la revelación de Dios en su Palabra, tiene
en su creencia un fundamento tan firme como el trono de Dios.
En el versiculo 17 menciona me allan los que Temprano me buscan.
Esto es, indagan muy diligentemente, se levantan temprano en la mañana para
hacerlo con mayor intensidad. Debido a las distracciones propias de los
asuntos terrenales y a que el corazón humano es engañoso, se necesita
diligencia perseverante para mantener una relación salvadora con la verdadera
sabiduría y con Dios.

Las delicias de la sabiduría pertenecen también a los hijos de los hombres. El


ser humano tiene el privilegio de entrar en los pensamientos de Dios. Puede
descubrir la gloria del Creador escrita en cada hoja y reflejada en cada
estrella. Adán se relacionaba con su hacedor, y mediante la instrucción de los
santos ángeles en el Edén (PP 31) llegó a comprender cada vez más la infinita
sabiduría de Dios. A pesar de que la mente se halla oscurecida y las
facultades perceptivas están embotadas por el pecado, aún puede obtenerse una
gran satisfacción en el estudio de la voluntad de Dios tal como se expresa en
la naturaleza y en la revelación. Los placeres terrenales nunca podrán
proporcionar la tranquilidad permanente que otorga la sabiduría celestial.

En el versiculo 33 hay una invitacion Atended el consejo.

La Biblia está llena de instrucciones. Todas sus leyes, estatutos y requisitos


representan una adaptación de la sabiduría divina a las necesidades humanas.
Acatar ese consejo asegura la vida presente y futura.

La vida eterna es la recompensa de la búsqueda diligente de sabiduría. La


muerte eterna es el castigo de no hallarla (1 Juan 5: 11, 12). Esta entrega
hace que Dios pueda obrar en nosotros y por nosotros las maravillas de su
gracia. Si se concedieran las mismas bendiciones al que no se ha entregado a
Dios, esto sería tan peligroso como dar una afilada navaja de afeitar a un
niño.
Que nuestro deseo sea encontrarnos con nuestro Dios cada mañana
Con aprecio de tu amigo Ptr. Arain Hernandez ortiz

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