Está en la página 1de 2

Eugenio María de Hostos como estratega del proceso descolonizador

Ángel R. Villarini Jusino

Sentir mucho por la patria es trabajar mucho con el corazón por ello… es
voluntad que se consagra al bien de una patria … el deber de trabajar asidua
y concienzudamente, en cuerpo y alma, con músculos y nervios, con razón y
sentimiento, y con toda fuerza de la conciencia por el más alto desarrollo
posible de la patria nacional. Eugenio María de Hostos

Tras un largo exilio, Hostos regresa a Puerto Rico en septiembre de 1898 con motivo de la invasión
norteamericana y con el propósito de organizar la Liga de los Patriotas Puertorriqueños. Quería
Hostos con su acción ayudar a su pueblo a constituirse, a cobrar conciencia de sí, de modo que
pudiera decidir, en el ejercicio de su soberanía, su destino.

La estrategia política soberanista de la Liga comprendía tres iniciativas que, a un pensamiento no


dialéctico, podrían aparecer como conflictivas.

 Desde el Derecho: que el pueblo, o mejor, sus representantes exigieran la implantación de


los derechos democráticos en el país de parte de los Estados Unidos.

 Desde las necesidades sociales del país: aprovechar las instituciones norteamericanas para
mejorar las condiciones de vida de los puertorriqueños y la infraestructura del país.

 Desde la actividad educativa: aprovechando las nuevas libertades y la autonomía de los


municipios crear una estructura económica-social-educativa que formara la personalidad
puertorriqueña individual y colectiva.

Este proceso culminaría en un plebiscito en el que el pueblo, en el uso de su libertad educada,


decidiría su estatus final, fuera este la independencia, la estadidad u otra forma de asociación. Desde
luego para Hostos, en su confianza en la racionalidad humana, que desarrollaría la educación, el
pueblo a la larga habría de favorecer la independencia y la confederación antillana. Ahora bien,
positivista crítico, estudioso de la realidad social, para Hostos la estrategia política supone un
compromiso entre el ideal de patria acariciado y las fuerzas sociales que podrían realizarlo. Por eso
insiste en que “el patriotismo exige que se vea la realidad tal cual ha sido, tal cual tiene que ser y tal
cual es.”

Se trata de evitar que el análisis positivista no derive en mero oportunismo conformista; sin tampoco
caer en el idealismo voluntarista. Para ello es necesario, primero, no perder de vista ni el ideal social
al que debemos dirigirnos (”tal cual tiene que ser”), ni el proceso histórico social del que provenimos
(“tal cual ha sido”). Es en términos de estas dos coordenadas que la realidad social presente (“tal
cual es”) debe ser examinada para descubrir en ella misma sus tendencias y posibilidades
emancipadoras. En segundo lugar, es necesaria una actitud de confianza, una fe crítica, en el pueblo
y su liderato, de cuya actividad y fuerza podrán surgir nuevas posibilidades inéditas. Tercero, hay
trabajar en el desarrollo de su conciencia del pueblo de modo que orientado por los valores
emancipadores pueda tornarse en sujeto revolucionario y posibilitar con ello lo que Pablo Freire
llama el “inédito viable”. Esta dialéctica entre ideal y realidad obliga a una gran flexibilidad en las
estrategias políticas y educativas. Como lo dice el propio Hostos:

Desde su fundación en Nueva York hasta su organización en Puerto Rico, la Liga de Patriotas ha
practicado esa política… Esa es una verdadera política, porque tiene principios, medios y fines que
corresponden exactamente a la realidad actual de nuestra sociedad, a su verdadero estado de
cultura y a su posible desarrollo y civilización. Es, sobre todo, una política, porque radica en el
conocimiento exacto del malestar del país, de las causas de ese malestar, de los resultados que ha
tenido y puede tener, de los medios y recursos que para curarlos suministran, por una parte, las
condiciones mismas del país y los consejos de las ciencias sociales.

Podemos resumir la estrategia político- educativa de Hostos en tres momentos:

Primero, había que unir a todos los puertorriqueños en la defensa del interés común de su
soberanía, apenas comenzada a construir frente a la despótica España. Esto requería el trascender la
política partidista orientada al anexionismo, dispuesta a administrar la colonia para la nueva
metrópoli, y divisoria de la voluntad popular. Había que hablar desde la perspectiva del interés de la
patria, de su soberanía, no del partidismo. Ya luego vendría el momento para los partidos.

Segundo, era necesario educar a los puertorriqueños en el conocimiento de las ideas, valores,
sistema de derecho e instituciones democráticas de los Estados Unidos, de modo que éstos fueran
utilizados como instrumentos a favor del ejercicio de nuestra soberanía y contra todo intento de
imposición de la anexión o de mantener el estado colonial. Se trataba también, a través del ejercicio
diplomático de entrevistarse con el presidente de los EU, intervenir en el congreso, escribir en la
prensa, denunciar la situación ante el mundo, y del uso de la prensa para recordarles a los
norteamericanos que la lealtad que debían a dichos principios los obligaba a establecer la
democracia en Puerto Rico y a respetar la soberanía del pueblo puertorriqueño a través de una
consulta plebiscitaría, cuestión de darnos a respetar y ganar tiempo para organizarnos como pueblo.

Por último, y más importante, su estrategia contemplaba el llevar a cabo una reforma educativa,
económica y social en Puerto Rico que propiciara el desarrollo material de nuestra sociedad y su
conciencia nacional. Como se puede apreciar en los estatutos de la Liga, Hostos intentaba un
ambicioso proyecto de creación de un poder social, de organizar la sociedad, sin intermediario de los
partidos, para que directamente reclame sus derechos, pero también para resolver lo problemas
sociales de alimentación, salud, producción, etc. Es como la declaración de un poder paralelo al
Estado que la sociedad ejerce directamente ante de la incapacidad de éste y de los partidos
políticos. En el marco de este proceso, la creación de asociaciones, colectividades, cooperativas,
centros de cultura, institutos etc. sería el elemento clave, a cuya promoción se dedicará la Liga.

Hostos era un demócrata radical, la consecución de la soberanía de Puerto Rico tenía que ser
producto de la actividad del pueblo, como proceso-resultado de su auto liberación. Ello requería
antes que nada completar nuestra formación como pueblo. Formación que concibe como proceso
histórico social surgido de la praxis que promovería la Liga de los Patriota. El pueblo nos dice, no es
“un agregado casual de hombres: sino una asociación voluntaria, consciente, inteligente, adherida
por la fuerza de cohesión de los grandes intereses de toda sociedad, educada en el trabajo,
moralizada por la instrucción, civilizada por las costumbres públicas y privadas que crean el sucesivo
progreso de la razón en la especie humana.”

El proceso de la liberación de un pueblo es pues el proceso mismo de su constitución como poder


social, de su llegar a serlo plenamente. A eso nos convida la estrategia que Hostos nos propone.

También podría gustarte