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Sharon Traweek
Eliza
* «The rain in Spain stays mainly in che plain»: especie de trabalenguas basado
en la pronunciación de 'ai'. (Nota del T.)
** El original refleja la forma de hablar de Eliza: «The r' eye' n Sp' eye' n stays m' e-
ye'nly in che pl'eye'n». En la versión española Eliza dice: «La lluvia en Sevilla es una
pura maravilla». (Nota del T.)
3. Véase, por ejemplo, H. M. Collins, Artificial Experts: Social Knowledge and Lnte-
lligent Machines, Cambridge, MA, MIT Press, 1990 y con Steven Yearly, «Epistemo-
logical Chicken- y «journey inro Space» en Andrew Picketing (comp.), Science as
Practice and Culture, Chicago, Universiry ofChicago Press, 1992.
4. My Fair Lady es una película de 1964 de la Warner Bros, dirigida por George
Cukor, con Audtey Hepburn y Rex Harrison; es la versión cinematográfica del musi-
cal de Broadway del mismo título, con letras de Ajan J. Lerner y música de Frederic
Lowe; dicha obra era a su vez la versión musical de la obra de teatro de Bernard Shaw:
Pygmalion. a Romance in Five Acts, Nueva York, Penguin Books, 1951.
5. Sobre los actanres, véase ]acques Lacan, Écrits: A Seleetion, trad. Alan Sheridan,
Nueva York, Norron, 1977 y Thefourfundamentalomcepts ofpsyeh()analysis, compilado por
]acques-Alain Miller y traducido por Alain Sheridan, Londres, Hogarrh Press, 1977.
CUANDO ELlZA DOOLlTTLE ESTUDIA A 'ENRY 'IGGINS 57
de su invención. Eliza tenía que activar el aparato con la voz y ésre gra-
baba el deje de sus vocales. Cuando Eliza salió finalmente de su encie-
rro, hablaba perfectamente. Pero, como vemos en la escena de la pelota,
no había aprendido a hablar como 'enry, sino como las teorías de 'enry.
Un lingüista zalamero, un renegado práctico que enseña a cualquiera
que le pague pot ello y que chantajea a quienes intentan esconder la cla-
se que se trasluce en su pronunciación (¡ciencia sin honor!) declara que
Eliza no puede ser inglesa porque su elocución no encaja; sabe que ha de
ser extranjera y que tuvo que tener un excelente profesor. Llega a la con-
clusión de que es húngara y excepcional, como él. 'enry, el rostro de la
ciencia, ríe en voz haja, se ríe por última vez de su ex alumna extranjera.
Eliza le había pedido a 'enry que fuera su profesor a fin de encon-
trar un trabajo mejor; 'enry se rió de ella. De repente, 'enry se dio
cuenta de que podía utilizar a Eliza para ganar una apuesta referida a
sus teorías; sobornó a Eliza para que fuera el sujeto de su investigación
prometiéndole una estancia con las clases superiores. (Luego, 'enry lle-
ga a un acuerdo con el padre de Eliza, que rechaza el soborno en virtud
de su filosofía carpe diem y lamenta esa invitación a adoptar una filoso-
fía de clase media de gratificación diferida.) ¿Equivalen estas transac-
ciones a un consentimiento informado? Ahí ¿quién habla de la ética de
la ciencia' ¿El coronel Pickering. el militar que trajo a casa la etique-
ta del imperio) ¿O la madre de 'enry?
Para empezar el experimento, 'cnry decreta que sus sirvientes/ayu-
dantes de laboratorio deben bañar a Eliza y vestirla con topa nueva, ac-
tividad continuamente acompañada de los chillidos de Eliza. Ésta final-
mente se tranquiliza cuando se la lleva a una amplia esrancia y se le dice
que la cama es para ella sola; Eliza está confundida. Se nos da a entender
que Eliza finalmente tiene una habitación para un "yo» y que los uten-
silios del cuarto de baño, del dormitorio y del armario crean juntos esa
gran "a» en la nueva voz de Eliza. Ella incorpora sus prótesis.
Cuando se ve rechazada, al final del experimento, después del bai-
le, Eliza vuelve al mercado de las flores, donde vivía antes. Nadie la re-
conoce; ni ella se reconoce a sí misma. Ha perdido su voz, su hogar, sus
flores; ha conseguido la voz de la ciencia. Los únicos que se acuerdan
de su antigua voz y de su historia en el mercado de las flores están en
el laboratorio -y ella comprende entonces que éste es su nuevo hogar-o
Su Pigmalión, su científico, es su nuevo amor. Eliza y su padre, obje-
tos bajo la mirada del científico, recibieron como premio la movilidad
social. ¿Qué, si no la ciencia, habría podido convertir a una niña de las
calles en una elegante dama? Pero, iesperen' ¿Acaso Eliza no suena
ahora como la madre de 'cnry? ¿Dónde está la naturaleza' ¿Dónde la
ciencia?
58 DEL ESTUDIO SOCIAL DE LA CIENCIA A LOS ESTUDIOS CULTURALES
Actantes ó
°
dí uno de esos permisos para investigar con sujetos humanos; oí mu-
chas risas y en voz no tan baja. quizá sea en realidad un instrumen-
to de investigación encerrado. Para ser honesta, a veces he descrito
mis trabajos de campo de antropología a físicos afirmando que era
"un detector". Una mañana, me subí al detector de partículas para
hablar con unos físicos que se encontraban en su interior haciendo
ajustes.' Me dijeron que habían estado hablando de mí y que habían
llegado a la conclusión de que no podía hacer mi investigación.
Asombrada, les pregunté por qué. Bueno, me explicaron, no podría
averiguar cómo hacemos los experimentos sin venir aquí y pasar mu-
cho tiempo con nosotros; pero entonces nos conocería y su trabajo re-
sultaría subjetivo y no sería una investigación. Pregunté si había al-
guna alternativa a objetividad o subjetividad; eso les pareció tonto.
Entonces saqué a relucir a Bohr y a Heisenberg.
Ahora pienso que tenía que haber sacado el tema de la casa de 'enry
'iggins con todos sus ocupantes. A continuación, quiero presentarles a
10. Véase mi «Bodies ofEvidence: law and Order, Sexy Machines, and rhe Ero-
ríes of Fieldwork among Physicisrs» en Susan L.' Foster (comp.), Choreographing His-
tory, Bloomingron, Indiana Universtry Press, 1995.
11. Para una discusión sobre la relación entre los problemas referidos a los roles
sexuales y los epistemológicos, véase Judith Burler, GenderTrouble: Feminism and Sub-
oersion cfldeniity, Nueva York, Routledge, 1990.
12. Esta parte proviene, corregida, de mi «Essay on Gender, Science and Techno-
logp> para el Bulle/in 01the lnstiuae for Women'J Smdies. Ochanomizu Women's Univer-
sity, Japón (en japonés y en inglés), Neu- Series n. 5, 1991, publicado en 1993.
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Ayudantes de laboratorio
militares tenía que ver más con la condescendencia intelectual que con va-
lores morales o políticos. Es decir, las subvenciones militares se veían en
última instancia como subvenciones a la investigación aplicada: para con-
seguirlas, hay que decir, por lo menos, que el trabajo de uno puede even-
tualmente tener aplicaciones. Los científicos estadounidenses a los que es-
tudié están orgullosos de decir que nunca han hecho investigación
aplicada, justo como 'enry desprecia el trabajo de su ex alumna extranjera.
Hay dos contradicciones internas en su postura. U na es que tres
cuartas partes de la gente que ha completado asociaciones de investiga-
ción posdoctoral en física de altas energías (que representan de tres a
seis años de investigación después del doctorado) deja el mundo aca-
démico. (En contraste, casi todos los doctorados en física de altas ener-
gías japoneses han permanecido en el campo.) Varios físicos de altas
energías estadounidenses me dijeron que se daban cuenta de que mu-
chos de sus ex colegas más jóvenes trabajaban ahora en investigaciones
relacionadas con la defensa. U no de estos doctores en física de altas
energías, cuya investigación estaba subvencionada por la Armada, me
dijo, con un espanto obviamente falso, que uno de sus estudiantes
quería trabajar para la CIA; cuando se lo comenté a un físico de altas
energías de mayor antigüedad, éste me contestó escuetamente que si
uno esraba involucrado con subvenciones militares, un comporta-
miento así por parte de los estudiantes era de esperar.
En los años ochenta, los físicos de altas energías japoneses me pre-
guntaban a menudo acerca de la participación de científicos estadouni-
denses en la "guerra de la estrellas» (Iniciativa de defensa estratégica)
y en otras formas de subvenciones militares. J usro cuando me marché
del MIT para ir aJapón, en 1986, se habían constituido muchos comi-
tés y convocado muchos foros para discutir las implicaciones, positivas
y negativas, para el MIT, de esra ingente financiación. Como se me
mandaban diversos informes y actas del consejo académico, podía en-
señar roda esa información a los científicos japoneses. Ellos también es-
taban convocando muchas reuniones y constituyendo comités para dis-
cutir las implicaciones de esa financiación de la "guerra de las estrellas»
para la ciencia japonesa. Les sorprendía el hecho de que esos temas sus-
citaran tan poco interés entre los físicos de altas energías estadouni-
denses del KEK. U no de los científicos estadounidenses del KEK ma-
nifestó un gran interés, pero era un físico nuclear de visita en el Photon
Factory y llevaba más de una década investigando en Alemania.
Estas diferencias de opiniones también resultaron muy visibles du-
rante la guerra del Golfo, en 1991, estando yo en Japón. Los físicos es-
tadounidenses del laboratorio parecían apoyar el esfuerzo bélico y, a ve-
ces, hasta se mostraban sorprendidos de que una persona sensara
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14. Como los miembros de JASON trabajan con proyectos «clasificados» (secretos),
y prefieren no darse a conocer, este grupo raramente se menciona en los medios de co-
municación al alcance del gran público. Una excepción reciente la constituye un artícu-
lo periodístico de David Graham ti rulado «When U .S. Has a Science Question, ir Asks
JASON » , San Diego Umon (15 de julio de 1990, págs. B1, B4), que incluye una entre-
vista al profesor Curtis Callan, físico teórico de la Universidad de Princeton y actual pre-
sidente del grupo. Graham menciona que «la mayoría de los 56 miembros de JASON
son físicos, aunque también hay oceanógrafos, matemáticos, e ingenieros electrotécni-
cos. Sus historiales son de lo más impresionante en ciencias y entre todos reúnen seis
premios NobeL Dos miembros son mujeres». Graham también dice que «al menos diez
profesores de la UCSD han formado parte del grupo)ASON, incluyendo a Edward Frie-
man, director del Instituto de Oceanografía Scripps, ya Herbert York, antiguo rector de
la Universidad de California, en San Diego, y científico del Proyecto Manhattan, que
construyó la primera bomba atómica estadounidense». Acompañan el artículo fotogra-
fías de York y de Frieman. Añade que: «El grupo JASON se fundoen 1959, con unos
cuantos científicos del Proyecto Manhattan que querían participar en la orientación del
desarrollo de nuevas tecnologías para aplicaciones de defensa, como habían hecho du-
rante la década anterior al traducir la teoría nuclear en una temible bomba».
66 DEL ESTUDIO SOCIAL DE LA CIENCIA A LOS ESTUDIOS CULTURALES
15. Puesto que me han regañado por calificar La Jolla de esración balnearia, me
siento obligada a explayarme al respecto. En los años cuarenta y cincuenta, LaJolla era
conocida por ser el lugar de residencia de los oficiales de la base naval de San Diego; en
esa época, también era conocida en el sur de California por sus convenios restrictivos
en cuanto a la venta de casas a judíos o a personas de numerosas minorías. Ha albergado
durante mucho tiempo el Instituto de Oceanografía Scripps y, en los años sesenta, se es-
tableció allí la Universidad de California en San Diego, que en la actualidad cuenca con
cerca de 20.000 estudiantes, en terrenos situados entre la primera línea de playa y la ba-
se de aviación de marina de Miramar, más al este; después de la universidad también lle-
garon laboratorios de empresas privadas. Los terrenos situados inmediatamente al nor-
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bro de JASON, por muy eminente que sea, ha sido invitado a Japón
después de haberse unido a JASON. Los japoneses me dijeron que
creían muy difícil que un físico de altas energías japonés pudiera per-
tenecer a una organización como J ASON y seguir disfrutando del res-
pero de sus colegas. Cuando les pregunté acerca de físicos japoneses de
otras especialidades, como físicos nucleares, me dijeron que no sabían.
Aunque la mayoría de físicos de altas energías de Japón provienen de
las universidades más conservadoras del noreste, y trabajan en laborato-
rios nacionales en los que la actividad política era mínima, me parecían
bastante resueltos a evitar cualquier asociación con las subvenciones mi-
litares, y a rehuir a los estadounidenses que recibían tales subvenciones.
Parece ser que los físicos de altas energías japoneses, por lo menos, no tie-
nen vínculos, directos o indirectos, con la investigación o la financiación
militares, como también es el caso de algunos de sus colegas estadouni-
denses. N o tengo daros sobre si los físicos nucleares y de radiación cósmi-
ca japoneses tienen relaciones con las subvenciones militares en Japón o si
les preocupa el tema de los extranjeros que sí las reciben, si bien algunos
de ellos han colaborado durante largos períodos con estadounidenses que
sí recibían fondos militares. La Sociedad japonesa de física (JPS) pasó ha-
ce ya mucho tiempo una resolución en contra de los físicos que participa-
ran en proyectos financiados por el ejército. Esa resolución fue reimpresa
en la primera página del programa de la reunión anual de laJPS de 1991.
bién), aunque a ninguno se nos oiga hablar con la maestra voz de au-
toridad del científico euro-estadounidense. Eliza, el coronel Picke-
ring, el padre ausente, los sirvientes, la señora Higgins e incluso los
artilugios encerrados, todos ocupan su lugar en la historia, junto con
'enry. Los utiliza a todos para elaborar su narración. 'enry tiene que vol-
ver a fijarse en esos personajes y ayudarlos a fin de reconstruir las vo-
ces de las ciencias.
En el borde
19. Sharon Traweek, Beamtimes and Lifetimes: The World 01High Energy Physicists
Cambridge, MA, Harvard Universiry Press, 1988.
74 DEL ESTUDIO SOCIAL DE LA CIENCIA A LOS ESTUDIOS CULTURALES
20. Mi próximo libro, titulado por el momento Turbulent Phase Transitions inJa-
panese and American High Energy Pbysics, trata de la manera en que un grupo de físicos
de altas energías japoneses y estadounidenses trabajaron juntos en un nuevo laborato-
rio ubicado en Japón. En un marco más amplio, describo cómo unos físicos japoneses
han transformado, aprovechando la repentina riqueza de su país, una organización,
una práctica y una enseñanza de la física propias de los países más pobres en otras más
características de los países más ricos, generalmente denominadas «ciencia de catego-
ría internacional». Exploro las diversas estrategias desarrolladas por diversos grupos
en las comunidades japonesas y estadounidenses de físicos para favorecer o entorpecer
dichos esfuerzos y escribo sobre cómo estas actividades afectan a las prácticas de otros
sectores de la sociedad japonesa y de otras comunidades de físicos en otros países.