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La agricultura argentina a comienzos del milenio: Logros y desafíos

Lucio G. Reca; Gabriel H. Parellada

Desarrollo Económico, Vol. 40, No. 160. (Jan. - Mar., 2001), pp. 707-737.

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http://www.jstor.org
Fri Mar 21 18:39:29 2008
DESARROLLO
E C O N ~ M I C Ovol.
. 40, NP 160 (enero-marzo de 2001)

LA AGRICULTURA ARGENTINA

A COMIENZOS DEL MILENIO:

LOGROS Y DESAFIOS*

LUCIO G. RECA** y GABRIEL H. PARELLADAff*

l. Introducción
Este trabajo analiza el comportamiento de los componentes más importante:; :le t i
agricultura argentina en la última década y discute los desafíos que enfrenta actualii-eritlt?
el sector agropecuario. Dada la importancia del sector en el desarrollo econórnic~:)]/ tifi
el bienestar de la población argentina, así como la relevancia que adquieren las politic:iii~s
públicas en su desenvolvimiento, los autores han considerado oportuno efectuar, rri
segunda parte del trabajo, una brevísima referencia histórica de la evolución sei::tori;il
desde 1930, cuando culmina el sostenido e intenso proceso de expansi6n [:le 183
producción agropecuaria iniciado en las postrimerías del siglo XIX. Seguidainer'1.e se
analizan los cambios más recientes producidos en la agricultura pampeena y
extrapampeana, como consecuencia de la política macroeconómica llevada a (:al:)o
durante la década del '90.
En la cuarta parte del trabajo se evalúan los cambios registrados en la prad~.ictiv~-
dad agropecuaria y la influencia que sobre ella ha tenido la incorporación de nurvas
tecnologías: fertilizantes, agroqulmicos, bienes de capital, etcétera. Por últirr~l:),se
desarrolla una discusión acerca de los desafíos que se le plantean al sistema naciorial
de innovación en el actual contexto económico y los nuevos desafíos que surgen a 11ar1:ir
de las características que hoy asume la ciencia en su vinculación con el objeto de este
trabajo.

Los autores agradecen a Mariano LaHaye por su valiosa colaboración en la búsqueda y procesamie?to de
la información estadística contenida en este trabajo. Asimismo, agradecen los comentarios de un árbitro an6iiimo a
una versión preliminar de este trabajo.
" lnternationalFood Policy Research Institute.[ E3 lFPRl12033 K Sbeet, NW. / Washington DC 1USA / Ei-mail:
cl.recaOcgnet.com>.]
"" Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. [ [Xi INTA 1 Cerviño 31011 1425 Buenos Aires 1 Ei-mail:
<gparellada@ciudad.com.a».]
LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA
708

II. El rol histórico de la agricultura en la economía argentina


1. Antecedentes
A comienzos del siglo XX la agricultura era la fuente de ingresos externos más
importante de la Argentina. Hasta los años '40 el crecimiento de la agricultura argentina
fue suficiente para satisfacer virtualmente todas las necesidades internas de alimentos y
fibras así como para generar sustanciales ingresos en divisas que fueron la columna
vertebral del crecimiento económico del país. Fue de este modo que la Argentina
emergió como uno de los exportadores mundiales de mayor importancia de cereales,
carnes, lanas y cueros, además de abastecer la casi totalidad de la demanda interna de
alimentos y bebidas.
La situación cambió drásticamente durante la Segunda Guerra Mundial (1939-
1945), cuando tomó cuerpo un marcado pesimismo respecto de las futuras posibilidades
de la agriculturacomo fuente de crecimiento económico. Esta percepción fue alimentada
por los enormes excedentes invendibles de granos que se acumularon entre 1940 y
1945 y por el recuerdo de los ruinosos precios de los productos agrícolas imperantes en
la década del '30.
Las consecuencias de esta serie de acontecimientos fueron un generalizado des-
creimiento con respecto a la agricultura como sector dinámico de la economía y un
marcado apoyo a la industrialización -vía sustitución de importaciones- como el camino
genuino para el crecimiento de la economía y el desarrollo del país. La agricultura,
visualizada como un sector con funciones de oferta inelásticas y capaz de producir
generosos excedentes,fue sujeta a una despiadada imposiciónvía organismos oficiales
de comercialización,controles de cambio, tipos de cambio sobrevaluados e impuestos
a la exportación de granos y carnes. El resultado fue el estancamiento del sector, que
culminó a comienzos de los años '50, cuando una severa sequía puso en evidencia el
debilitamiento de la capacidad productiva del sector agropecuario, que fue incapaz de
producir suficientes cereales para abastecer el consumo interno. La producción
agropecuaria total en 1950152 fue un 20 % inferior a la de 1940142. Como consecuencia
de ello, la Argentina, en 1953, debió importar cereales -por primera y única vez- en el
siglo XX.
Esta experiencia, pese a lo traumática que fue, no alcanzó para impulsar una
revisión a fondo de las políticas agrícolas que llevaron al desastre referido. Sólo algunos
tímidos cambios fueron aplicados que, naturalmente, tuvieron consecuencias menores.
La revalorización de la agricultura comenzó -si es posible fijar una fecha precisa- en
1956, con la creación del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), como
resultado de una recomendación de un estudio de la economía argentina realizado por
la CEPAL y dirigido por Raúl Prebisch. El INTA se transformó, a poco andar, en un pilar
de la reconstrucción de la agricultura argentina. Sin embargo, el pertinaz descreimiento
en las posibilidades de la agricultura para generar crecimientoy bienestar, en un mundo
en plena transformación, contribuyó decisivamente a relegar a la Argentina en los
mercados mundiales de productos agropecuarios, desaprovechando así una genuina
fuente de crecimiento y bienestar. Un somero análisis comparativo de la evolución del
comercio mundial de granos y de los cambios en la producción y rendimientos en trigo
y maíz ilustra lo dicho.
LA AGRICULTURA ARGENTINA A COMIENZOS DEL MILENIO 709

2. Un poco de historia
Hasta comienzos de los años '40 la Argentina era conocida como "el granero del
mundo". Razones para ello no faltaban. Las exportaciones netas de cereales de Amé-
rica Latina y el Caribe (ALC), esencialmente originadas en el país, aportaban el 36 % de
la oferta neta mundial de granos, destinada en su totalidad a países actualmente
integrantes de la Unión Europea.
En aquellos años América del Norte contribuía con el 20 % de las exportaciones
totales, una cantidad similar a la proveniente de la Unión Soviética y de los países del
Este de Europa. Contrariamente a lo que ocurriría después, Asia era exportador neto y
aportaba el 8 % de la oferta de granos.
La Segunda Guerra Mundial cambió drasticamente el panorama descripto. La
devastación de Europa agudizó su dependencia de granos importados. Por otra parte,
la movilización de recursos productivos de todo tipo en los Estados Unidos, provocada
por la guerra y los atractivos precios de los granos, indujeron o aceleraron la adopción
de tecnologías (semillas híbridas, fitoquímicos, fertilizantes) disponibles pero hasta
entonces no utilizadas. Dichas tecnologías habían permanecidocircunscriptas al ámbito
de las estaciones experimentales pues la crisis de la década del '30 desincentivó la
adopción del cambio técnico en los sistemas productivos.
Mientras tanto en la Argentina las exportaciones de granos cayeron, primero como
resultado de la menor demanda originada por la crisis económica de los '30 y luego,
durante la guerra mundial, como resultado de dos factores concurrentes: la inseguridad
del transporte marítimo, a merced de los ataques de submarinos, y la reticencia de los
Estados Unidos para financiar compras de granos de un país políticamente distante de
los aliados.
Los flujos de comercio en los anos inmediatos posteriores a la guerra muestran un
cuadro sustancialmente distinto al de preguerra, sobre todo del lado de la oferta.

CUADRO 1

Comercio mundial de cereales

(Millones de toneladas métricas)

Periodo América Unión Eu- América Europa Oriental Ocea- Africa Asia Total
del Norte ropea (15) Latina y Unión Soviética nía

Nota: Saldos netos por regiones.


Fuente: FAO.
710 LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA

América del Norte pasa a abastecer el 85 % del mercado mundial,ALC (fundamentalmente


la Argentina) disminuye su participación al 4 % y Oceanía aporta el 11 % restante
(cuadro 1). A la demanda europea, ligeramente inferior a los niveles de preguerra, se
suma, por primera vez, la asiática. Este patrón se mantiene sin mayores cambios en
términos relativos durante el siguiente cuarto de siglo. En términos absolutos el comercio
creció al 5 % anual entre 1950y 1976, a la misma tasa que las exportaciones de América
del Norte,.comoresultado del aumento de la población y de los ingresos así como de los
generosos subsidios a la agricultura imperantes en los países industrializados.
En la decada del '80el cuadro comentado más arriba sufrió cambios de importancia.
La UE se transformó, por primera vez, en un exportador neto de granos, como corolario
de las fuertes políticas proteccionistasseguidas consistentemente desde su creación. Ame
rica Latina, por el contrario, pasa a ser una importadora neta de granos, en tanto que
crecen las importaciones en Asia (alrededor de la mitad del total) y en Africa.
En los últimos años el panorama no muestra mayores variaciones: el 85 % de las
exportaciones netas de granos proviene de América del Norte, alrededor del 10 % de
Oceanía y el resto de la UE. Las importaciones netas de granos de América Latina
alcanzan al 15 % del total mundial (siendo México y Venezuela los principales
importadores).La Argentina participó activamente en la exportación de granos, aunque
la importancia relativa de sus colocaciones en general disminuyó.

3. ,jQue pasó en la Argentina?


Como se ha señalado más arriba, la crisis mundial de los años '30 -y las
disrupciones de comerci* crearon serias dudas sobre el rol futuro de la agricultura
como instrumento fundamental para el crecimiento y desarrollo económico de la Argentina.
Esta percepción fue reforzada por las dificultades que enfrentó el país para la exportación
de granos durante la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, en 1945, al término de la
guerra, las autoridades nacionales juzgaron inminente un nuevo conflicto internacional,
esta vez entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. En tal escenario poco espacio
quedaría para las exportaciones agropecuarias como fuente de crecimiento económico.
Todo lo anterior relegó a la agricultura a un segundo plano en la asignación de
prioridades públicas. Simultáneamente, como se ha sefíalado más arriba, en-losEstados
Unidos ocurría una revolución tecnológica vinculada al esfuerzo de guerra, y sustentada,
una vez terminada ésta, en generosos programas de apoyo a la producción. Es decir
que en tanto la agricultura entraba en un cono de sombra en la Argentina, en los Estados
Unidos se beneficiaba con el apoyo tecnológico proveniente de sus institutos de
investigación y con políticas públicas de claro contenido pro agrario.
Los resultados de estas visiones opuestas sobre el rol de la agricultura en los dos
países se aprecian, por ejemplo, en el análisis comparado de la ev9lución de la
producción y de los rendimientos por hectárea del trigo y del maíz en ambos paises (ver
gráficos 1 y 2).
Los rendimientos del trigo en 1940 eran virtualmente similares en la Argentina y en
los Estados Unidos. En las siguientes tres décadas (1940-1972), los rendimientos en los
Estados Unidos (medidos como promedios quinquenales móviles) crecieron al 2,l Oh
anual, en tanto que en la Argentina lo hicieron al 1 , l % anual. De ahí que el rendimiento
del trigo en la Argentina en 1972 fuera el 70 % del alcanzado en los Estados Unidos en
LA AGRICULTURA ARGENTINA4 COMIENZOS DEL MlLENlO

GRAFICO 1
Rendimientos de trigo
Tn/ha

k e g ~ ~~ ~ w~ ~m g ~ g g g z ~ '~ * m
0 * 5 1 0 ~ 0 ~ 0 ~ 8
; 3 $ . m m - $ c E $ -
z z e Z S E , -Araentina- - c e c e- e- ,#
$ U$
I
- - - - - Estados Unidos 11

Fuente: USDA.

dicho año. La situación se invirtió en los últimos 25 anos. En efecto, entre 1972 y 1997, en
tanto que los rendimientos en la Argentina crecieron al 1,9 % anual, la tasa de creci-
miento en los Estados Unidos fue del 1 %. Ello hizo que la brecha entre los rendimientos
de Estados Unidos y la Argentina se redujera a la mitad de la existente en 1972.
Los cambios en la evolución de la productividadde la tierra dedicada al maíz tiene
las mismas características que las setialadas para el trigo. Entre 1940 y 1972 los
rendimientos crecieron al 3,2 % anual en los Estados Unidos y 0,9 % anual en la Argen-
tina. La situación se invirtió entre 1972 y 1997, con 1,8 % y 3,O % de crecimiento
respectivamente, siempre basAndose en promedios quinquenales móviles. El rendimiento
relativo ArgentinalEstados Unidos, que en 1940 era 0,95, había caído a 0,40 en'1972,
para crecer y alcanzar 0,60 en 1997.

GRAFICO 2
Rendimientos de maíz

l C ' ' 1

m
..
-Araentina - - - - - Estados Unidos 1
Fuente: USDA.
LUCIO G, RECA Y GABRIEL H. PARELLADA

CUADRO 2

Trigo y maíz en la Argentina y los Estados Unidos.

Evolución de la producción, 1940-1997

Trigo Maíz
Estados Unidos Argentina Estados Unidos Argentina
Millones de toneladas mdtricas

Porcentaje de cambio entre

(a) Promedio trienal pues 1972 fue un ano fuera de la tendencia


Fuente: lnternational lnstitute of Agriculture, USDA y SAGyP.

El análisis de la evolución de la producción total de ambos granos (cuadro 2)


muestra que el período de menor crecimiento de los rendimientos en la Argentina
coincidió con el de menor aumento (incluso de caída) de la producción de granos. En
resumen puede decirse que diferencias en el desarrollo tecnológico (fuerte inversión
pública en los Estados Unidos y relegamiento de la actividad en la Argentina entre 1940
y 1960) y en las políticas públicas agropecuarias (subsidios en los Estados Unidos y
precios retaceados en la Argentina por la vigencia de las políticas mencionadas)
resultaron en un patrón de crecimiento divergente de la producción y de los rendimientos
en los dos principales cereales. Así fue como el país desaprovechó importantes
posibilidades de crecimiento a través de un mejor empleo de los recursos disponibles
en el sector agropecuario.
En los años '60 y '70, a través de la acción del INTA y de un tenue proceso de
gradual reformulación de las políticas agrícolas, la Argentina comenzó a reconquistaren
forma incipiente su importancia como abastecedor mundial de alimentos y fibras, pese
a las dificultades derivadas de las políticas proteccionistas prevalecientes en el hemisferio
norte. Sin embargo, durante la década del '80 la inestabilidad política de los primeros
años y la inestabilidad económica posterior, sumadas a un panorama internacional muy
desfavorable, afectaron negativamente el desenvolvimiento de la agricultura.

III. Evolución del volumen y de la composición de la producción sectorial


en el pasado reciente
1. Los últimos diez años de la agricultura pampeana
La economía de los últimos años se ha caracterizado por una sostenida integración
de los mercados, un extraordinario aumento de los flujos internacionales de capital
financiero y una amplia vigencia de programas de ajuste fiscal y ordenamiento de las
economías. En el campo agropecuario las principales novedades han sido una modesta
apertura del comercio, una ligera disminución del proteccionismo en los países más
LA AGRICULTURA ARGENTINA A COMIENZOS DEL MILENIO 713

ricos, la desaparición del Estado como un actor importante en la comercialización de


granos, una mayor confianza en el funcionamiento de los mecanismos de mercado, la
valoración creciente del medio ambiente y de los recursos naturales e importantes
avances en la biología en cuanto se refiere a la producción de plantas y semillas, así
como en su identificación genética.
El programa económico, iniciado en abril de 1991, conocido como el Plan de
Convertibilidad (PdeC), introdujo profundas reformas políticas e institucionales en el
sector agropecuario. El tipo de cambio fue fijado por ley. La intervención del Estado en
el comercio de granos fue suprimida. Las ominosas retenciones a las exportaciones de
productos agropecuarios fueron virtualmente eliminadas, así como los subsidios a las
tasas de interés de los préstamos agropecuarios. Se autorizó la importación sin
gravámenes de fertilizantes y productos agroquímicos. Se desreguló el transporte de
productos agrícolas y los costos de operación portuaria fueron sensiblemente reducidos.
Creció el uso de crédito dentro del sistema bancario: mientras que en el año 1987 el total
del crédito destinado al sector era de 2.200 millones de dólares, para fines de 1998
dicho monto ascendía a casi 7.000 millones de dólares, es decir, pasaba de ser el 18 %
del PBI agropecuario en 1987 a más del 40 % a fines de la década. En breve, el sector
agropecuario debió comenzar a funcionar bajo condiciones sustancialmente distintas a
las prevalecientes durante algo más de medio siglo.
El impacto del nuevo marco macroeconómico se manifestó paulatinamente en el
desenvolvimiento del sector agropecuario, tanto en el ámbito de los niveles y la
composición de la producción como en el empleo de insumos y la adopción de
tecnologías que contribuyeron al aumento de la productividad global del sistema. Los
ejemplos son varios y contundentes, como se verán a continuación.
Sin embargo los beneficios derivados de la aplicación de las nuevas políticas no
alcanzaron a todos los integrantes del sector agropecuario por igual, favoreciendo, en
términos generales, la concentración de la producción en unidades de mayor tamaño,
mejor preparadas para obtener financiamiento en mejores condiciones y para incorporar
tecnología. A través de programas especiales1el Estado intentó atemperar los costos
del ajuste sobre los agricultores marginalizados o desplazados como consecuencia de
los cambios señalados.
La producción de cereales y oleaginosos que creció a una tasa anual promedio
del 2 % entre 1970 y 1990, lo hizo al 5,5 % anual en los diez años siguientes. Mientras
que los rendimientos unitarios aumentaron al 2 % en el primer período, lo hicieron a una
tasa anual del 2,7 % en la década del '90. La expansión del área sembrada en este
último período (2,7 % anual) explica la mitad del crecimiento en la producción, que
ciertamente fue muy superior al registrado desde la década del '30 en adelante (ver
gráficos 3a y 3b). Este ponderable comportamiento de la producción agrícola no se
refleja plenamente en el crecimiento del valor agregado de la agricultura en la década
del '90, en razón de la caída secular de los precios agropecuarios2. En efecto, el
promedio de crecimiento anual del PBI agropecuario entre los años 1993 y 1999 fue del
3,2 x3.

' En especial Cambio Rural y el Programa Social Agropecuario, ambos ejecutados por la SAGyP y el I M A .
Ver. más adelante. la sección V de este documento.
Ver Reca (1999).
714 LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA

GRAFICO 3a

Evolución áreas y producción de cultivos anuales

Millones de ha Millones de TM
3O 8O

O
- m V i r n l P l r . O \ - r n n
, r . r . k ' ? ~ , , m * , , ,
$ z z $ $ g r ~ a $ $ g g g
- - - - - Area sembrada -Producción
Fuente: SAGyP.

GRAFICO 3b
Rendimientos de cultivos anuales
Kglha
3.000

7 7 7 -
-m m 1 m - m n m - m

l.yt'~~~mo3~~cr?m~m

O N
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. m
IO m Ve4 m \T~m w
m %

Fuente SAGyP

La producción de malzalcanzó un récord histórico en 1997-1998 (1 9 millones de


toneladas métricas), en la misma superficie donde hace 25 arios se producían 8 millones
de TM. La tasa anual de crecimiento del rendimiento por hectárea a lo largo del período
fue de 3,5 %, valor ciertamente muy significativo. La combinación de semillas mejoradas,
prácticas conservacionistas, uso de herbicidas, de fertilizantes químicos, la utilización
de riego suplementario y el surgimiento de un empresariado atento a la adopción de
innovaciones tecnológicas explican la magnitud del cambio.
La soja -un cultivo que se incorporó a la agricultura comercial argentina hace
veinticinco anos al crearse condiciones mínimas para su comercialización- hoy es el
principal componente de la agricultura argentina y genera la tercera parte del valor
agregado (VA) por la agricultura y algo más del 10 % del VA agropecuario (agricultura y
ganadería). A diferencia del maíz, la casi totalidad del incremento en la producción de
LA AGRICULTURA ARGENTINA A COMIENZOS DEL MlLENlO 715

soja en la última década (39 %) se ha debido a la expansión del área (36 %), con escaso
cambio en los rendimientos unitarios. Por otro lado, es destacable el hecho de que una
expansión del área de la magnitud señalada no haya implicado una reducción en los
rendimientos unitarios. La importante expansión de la soja se ha debido a los factores ya
mencionados para el caso del maíz, a los que hay que agregar un creciente empleo de
la "siembra directa", importante práctica conservacionista sobre la que volveremos más
adelante.
El crecimiento que ha tenido la producción primaria de soja estuvo indudablemente
asociado a un desarrollo sostenido por parte de la industria procesadora. En efecto, el
complejo sojero representa aproximadamente el 13 % del total de las exportaciones
argentinas y está integrado por un conjunto de industrias que cuenta con tecnología
moderna y con una amplia capacidad productiva que continúa en crecimiento. "Las
exportaciones de aceite de coja representan el 32 % del total exportado mundialmente,
ocupando el primer lugar seguido por Brasil (21 %), la UE con 19 % y los Estados Unidos
con un 17 %" (Cuesta, 1997, citado en Penna et al., 1998). Sin embargo, el principal
aporte estádado por la producciónde harina, que representa el 66 %de las exportaciones
de todo el complejo sojero (Penna et al., 1998).
El desmantelamiento del sistema de control de precios finales de productos
Iácteos formó parte de las medidas iniciales del PdeC. Este hecho, sumado al ímpetu
inicial del Mercosur, que alentó importantes exportaciones a Brasil, atrajo inversiones en
la actividad, tanto a nivel de producción primaria como industrial, e incentivó la
diversificación de la oferta de productos Iácteos. Todo esto, sumado al crecimiento del
ingreso que ocurrió en los años iniciales del programa de estabilización, produjo un
espectacular despegue de la producción de leche4.
En la década del '90 la Argentina se sumó a la fuerte corriente universal de
desarrollo de la producción avícola. En este campo también el crecimiento fue muy
sostenido y el consumo, abastecido mayoritariamente por producción nacional, creció
de 11 a 24 kg por habitante y por año. Como se puede apreciar en el gráfico 4a, este
fuerte aumento se debió a la persistente y acentuada caída de los precios de la carne
aviar (tanto en términos de moneda constante como relativos a su sustituto más directo,
la carne bovina), como a la modernización y la ampliación de la industria realizada al
amparo de la apertura comercial y de la liberalización de los movimientos de capital, que
facilitaron la inversión extranjera en esta actividad. El aumento del consumo de carne
aviar redujo la demanda por carne bovina, que cayó alrededor de 10 kglhabitante
durante la década, alejando las posibilidades de ocurrencia de las históricas oscilaciones
en los precios de la carne al consumidor, que afectan mayormente a la población de
menores ingresos y que repercuten sobre el nivel general de precios. Por otra parte el
VA por la avicultura es alrededor de .35 del valor de la producción, casi la mitad del valor
promedio de la agricultura argentina (.66). La diferencia señalada se debe a que la
avicultura requiere una cantidad importante de insumos (energía, genética, productos
veterinarios) y es también una importante actividad transformada de materia prima
agrícola (maíz).
Los cuatro productos hasta aquí mencionados generan alrededor del 40 % del VA
por el sector agropecuario y su producción se localiza, esencialmente, en la región
La producciónpromedio del período 1996-1998fue un 49 % superior a la del trienio 1988-91. En ese mismo
periodo el consumo creció un 28 %, llegando a 230 litroslañolhabitantehacia el final del periodo.
LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA

GRAFICO 4a
Pollo: consumo y precios al consumidor
Kg/cáp./aíio
27,5
25,5

19,5 3,50
17,5 3,OO
15,5
2,50
13,5
2,oo
11,5
9,5 1,50
1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000'
- - - - - Consumo (kglcáp./año) -Precio al consumidor ($lkg) 1
Fuente: SAGyP.

GRAFICO 4b
Precio asadolcarne aviar y consumo de carne bovina
Precio asadolpollo Consumo carne
(por 100) bovina per cápita
230 100

-Precio asadolcarne aviar - - - - - Consumo carne bovina 1

Fuente: SAGyP.

pampeana. Otras importantes producciones, también pampeanas, como el trigo (6 %


del VA total) y la actividad individualmente más importante del sector agropecuario
argentino, la ganadería bovina -que aporta el 18 % del VA sectorial-, no han sido
analizadas separadamente en razón de que sus niveles de producción han crecido,
pero sólo moderadamente, en la última década.
En el caso de la ganadería bovina debe destacarse un importante salto cualitativo
que permitió a la Argentina alcanzar la condición de país libre de fiebre aftosa a fines de
la última década, culminando así un sostenido y prolongado esfuerzo de las autoridades
sanitarias y de los productores de ganado. Este logro, que requerirá ingentes esfuerzos
públicos y privados para su mantenimiento, potencia el valor del producto de la
ganadería nacional.
LA AGRICULTURA ARGENTINA A COMIENZOS DEL MlLENlO 717

Los cambios ocurridos en los sistemas productivos y alentados por la estabilidad


macroeconómica y la desregulación sectorial han eliminado trabas que impedían las
manifestaciones del potencial productivo de algunas actividades. El crecimiento de
estas últimas no ha ocurrido a expensas de otras (por ejemplo sustitución de cría y
engorde de ganado por trigo y viceversa), como fuera el caso años atrás, durante la
época de estancamiento de la producción agropecuaria pampeana.

2. La agricultura no pampeana (ANP)


La agricultura extrapampeana comprende un conjunto de regiones altamente
especializadas en determinadas producciones. La caña de azúcar es el componente
predominante en el Noroeste, el algodón en el Nordeste, la lana en la Patagonia, la
viticultura en las provincias andinas del Centro-oeste,yerba mate en Misiones y frutales
de pepita en el Alto Valle de Río Negro. El arroz, cultivado en Corrientes y Entre Ríos,
mayoritariamente fuera de los limites de la región pampeana, ha cobrado creciente
importancia en la última década.
El valor agregado (VA) de la ANP oscila entre un quinto y un sexto del total de la
producción agrícola y constituye entre un 10 % y un 11 % del VA por la totalidad del
sector agropecuario argentino. Hay una apreciable concentración del VA en la ANP.
Dos actividades (caña de azúcar y viticultura) generan alrededor del 45 % del total.
Ambos son cultivos perennes y por lo tanto con bajas elasticidades de oferta de corto
plazo. Esta última circunstancia dificulta un ajuste rápido de la producción a cambios en
las condiciones del mercado.
El PdeC afectó profundamente el funcionamiento de las distintas regiones que
integran la ANP. La apertura del comercio internacional tuvo efectos mezclados. Por una
parte posibilitó el acceso a mercados externos (por ejemplo, arroz y limones, cuyas
producciones crecieron fuertemente) y, por otro lado, puso de manifiesto las debilidades
de producciones escasamente competitivas. Hubo también casos donde el nuevo
marco macroeconómico permitió aumentar la rentabilidadde un determinando producto
facilitando la incorporación de ciertos insumos productivos.Asi, por ejemplo, la facilidad
de importar maquinaria para la cosecha de algodón permitió abaratar el costo de
producción. Pero, simultáneamente, el nuevo régimen comercial promovió la competencia
del algodón importado con el nacional. Finalmente, la desaparición de los regímenes de
crédito subsidiado constituyó otro cambio importante en el complejo y heterogéneo
panorama de las economías agropecuarias no pampeanas.
Históricamente las producciones no pampeanas estaban fundamentalmente
orientadas al mercado interno. En la época de predominio de políticas económicas
proteccionistas y de fuerte discriminación contra la agricultura pampeana, tradicional
productor de bienes exportables, la ANP creció con fuerza, al tiempo que la agricultura
pampeana (AP) decaía. En efecto, entre 1933-37y 1963-65 el volumen de la producción
en la ANP se expandió al 2,9 % anual en tanto que en la AP poco cambió. En
consecuencia, la participación de la ANP en el volumen total de la producción agrícola
creció del 15 % en 1933-37 al 32 % en 1963-655.

Simultáneamente con el estancamiento de la AP oourrió un moderadocrecimientode la ganadería, de modo


que en términos de volumen total de producción agropecuaria,el aumento de la participación de la ANP fue menor:
del 23 56 al 30 % en el periodo considerado,Ver Reca (1967).
LUCIO G. RECA Y GABRlEL H. PARELLADA

GRAFICO 5
Evolución del volumen de producción agrícola en dos regiones

1 +ANP +AP 1

Fuente: Elaboración propia basada en datos de la SAGyP.

A diferencia de lo ocurrido entre los años '30y '60, cuando las políticas económicas
impulsaron el crecimiento de la ANP, deprimiendo simultáneamenteel de la AP, el PdeC
ha tenido un efecto distinto, que se refleja en un sostenido crecimiento de la agricultura
en ambas regiones. En el gráfico 5 se presentan dos índices de volumen de producción
(AP y ANP) para el período 1985-98 cuyo comportamiento es prácticamente el mismo.
En el caso del índice para las ANP hemos excluido a la producción vitivinícola debido a
que las profundas transformaciones producidas en su estructura productiva no permiten
incorporarla como producto homogéneo (ver industria vitivinícola más abajo). El
crecimiento de la ANP ha sido, para el período cubierto en el gráfico, del 68 %, en tanto
que para la AP alcanzó al 61 %. También, y a diferencia de lo ocurrido en el pasado, la
ANP ha acentuado un modesto (pero creciente) perfil exportador. El arroz, las peras y
los limones, particularmente, ilustran lo dicho.
A lo largo de las últimos dos décadas la industria vitivinícola, fundamentalmente
localizada en Mendoza y San Juan, experimentó una profunda transformación: el área
plantada con viñedos se redujo un 34 % y la producción de uva en un 25 %6. El cambio
fue más acentuado durante los años '80. La elaboración de vinos, principal destino de la
uva, se redujo de un máximo de 26 millones de hectolitros en 1987 a 15,9 millones en
1999 (-39 %). Simultáneamente con lacaidaen el volumen ocurrió un cambio igualmente
profundo en los tipos de vinos elaborados: los más baratos (de "mesa o "comunes"), que
en 1985 representaban el 85 % del total, en 1999 habían reducido su participación al
67 % del total. Por otra parte, los vinos de mayor calidad (finos, reservas y varietales)
aumentaron su participación del 11 % al 27 % del total de la elaboración. En la década
del '90 la producción de vinos finos creció al 7,4 % anual, en tanto que la producción
total de vinos se expandió al 0,8 % y la de vinos comunes se contrajo al 0,5 % anual7.
Estos cambios resultaron de la desregulación de la industria, de la limitación del rol del

El área cultivada era de 324.000ha y la producción de uva de 3 millones de TM en 1981-1985. En 1998-99


los valores respectivos fueron 21 1.000 ha y 2,2 millones de TM respectivamente.
El consumo de vino por habitante se redujo de 60 litroslaño en 1985 a 40 litroslaño a fines d e los '90
LA AGRICULTURA ARGENTINA A COMIENZOS DEL MILENIO 719

Estado a asegurar la genuinidad de los productos vitivinícolas y de la apertura comercial


que alentó la entrada de inversión y tecnología en la actividad.
Pese a la drástica reducción del area cultivada, los rendimientos unitarios se
mantuvieron en la última década en los niveles históricos.Seguramente la reducción del
área cultivada fue mayor en las zonas de menor productividad. Por otra parte, las
variedades aptas para la producción de vinos finos son en general menos productivas
que las destinadas a la elaboración de vinos comunes. Cabe entonces pensar que
ambos efectos se habrían compensado.
Otro aspecto de importancia ha sido la internacionalización de la industria con el
ingreso al sector de firmas de' primer nivel mundial. El mercado interno reconoció la
presencia de productos de alta calidad, y el consumo de vinos reserva y finos creció.
Otro cambio importante ocurrido en los últimos años ha sido el ingreso de la Argentina,
por ahora moderadamente, a un mercado internacional altamente competitivo de vinos
finos, virtualmente inexistente a principios de los '90. Las exportaciones de vinos finos
alcanzaron u$s 100 millones en 1998.
La magnitud y la profundidad de los cambios en la composición del viñedo
argentino impiden tomar la evolución del volumen físico de producción en los últimos
quince anos como indicativo de su valor económico, ya que mientras el volumen total
caía, el valor unitario de la producción aumentaba al plantarse variedades de mayor
calidad. Una estimación de la evolución de la producción ajustada por los cambios en la
composición del viñedo sugiere que la producción, así medida, habría crecido a una
tasa del orden del 3,5 % anual entre 1990 y 199g8, valor éste cercano a lo observado en
otras importantes producciones de la ANP.
La expansión de la producción de algodó# en la Argentina (5 % anual entre 1971
y 1998) ha descansado, históricamente, en el crecimiento del area cultivada (3,5 %
anual en el mismo período) y secundariamente en el aumento en los rendimientos (1,2 %
anual). Ha sido un proceso con oscilaciones abruptas. Así, a mediados de los anos '80,
como resultado de condiciones económicas y climáticas adversas, la producción bajó a
los niveles de principios de los años '70. La producción en la campaña 1992-93 fue 10
% inferior a la producción alcanzada 8 años antes.
El panorama de la economía algodonera es particularmente complejo. Las
variaciones climaticas en la principal provincia productora (Chaco) son muy marcadas y
demandan de variedades aptas para desarrollarse en un medio con dichas
características. El desarrollo de variedades de ciclo corto ha sido un importante avance
en este campo. Por otro lado, e! cambio tecnológico de los últimos tiempos ha reemplazado
mano de obra por cosechadoras, y si bien ello ha mejorado la economicidad de la
producción algodonera, también ha contribuido a agudizar el desempleo y modificado
(concentrado) la estructura productiva en detrimento de los pequeños productores.
Resulta entonces pertinente una activa intervención del Estado a través de iniciativas
como el ProgramaSocial Agropecuario, programas de educación y de salud y desarrollo

El precio de las uvas finas es entre 3 y 8 veces mayor que el de las uvas comunes; la producción de vinos
comunes fue de 14,3 millones de hectolitros en 1990-92y de 13,7 en 1997-99,en tanto que la devinos finos y reservas
crecieron de 2,5 millones de HI en 1990-92a 4,2 al final del período. Considerando que el precio relativo de las uvas
finas es 5 veces el de las comunes, la tasa de crecimiento de la producción vitícola, ajustada por calidad, había
alcanzado al 3,6% anual en el periodo comentado.
'ver "Informe Sectorial sobre el Algodón", Secretaría de Economías Regionales,octubre 1996
LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA
720

de capital social que brinden oportunidades a las poblaciones afectadas por los
cambios en las modalidades productivas.
El azúcar ha sido, históricamente, una actividad fuertemente protegida como
ocurre en lamayoríade los paises productores.El PdeC eliminó los cupos de producción
de azúcar, las cuotas de abastecimiento interno y la fijación de los precios de la caña. A
la vez permitió, hasta 1996, la libre importación de bienes de capital sin pago de
aranceles. Todo lo anterior indujo una intensa reconversión: el área cultivada se redujo
un 20 % y el número de productores en un tercio. Alrededor del 80 % del área cultivada
en Tucumán, la principal provincia productora, se cosecha en la actualidad mecáni-
camente, con una reducción de costos del orden del 50 % respecto de la cosecha
manual o semimecanizada. El reemplazo de mano de obra por maquinaria haagudizado
el crónico problema del desempleo de Tucumán, aunque el desarrollo de la citricultura
-en particular la producción de limones- ha atenuado parcialmente las consecuencias
del desplazamiento de mano de obra en la producción de caña de azúcar.
La necesidad de encontrar fuentes alternativas de ingresos agropecuarios que
sustituyan los originados en las actividades en declinación es un proceso largo y
complejo que ya ha comenzado, con éxitos en el campo frutihorticola, con relación al
Mercosur y en la producción de primicias. El proceso de ajuste, sin embargo, puede
implicar, en algunos casos, elevados costos sociales dado el monto de los recursos
asignados a las actividades tradicionales.
La producción de arroz, tras un largo periodo de relativa estabilidad, se triplicó
entre 1990 y 1997, creciendo a la excepcional tasa del 14 O/O anual (la producción
oscilaba alrededor de las 350.000 toneladas métricas anuales a comienzos de la
década). En las últimas dos campañas (1999-2000) se ha estabilizado alrededor del
millón de TM. Este excepcional despegue del sector arrocero reconoce dos orígenes: la
apertura de la economía que facilitó la importaciónde bienes de capital y la modernización
de la industriatransformadora y el acceso al mercado brasileño resultante de la creación
del Mercosur. En efecto, el 80 % de las exportaciones argentinas se destinan a Brasil. La
integración regional estimuló tanto la participación de capitales brasileños en el desarrollo
reciente del sector arrocero argentino, así como la importaciónde variedades mejoradas
desarrolladas en Brasil y en Uruguay, que se adaptan a las demandas del mercado
brasileño. El futuro de la economía arrocera dependerá, en gran medida, del afianzamiento
del mercado brasileAo así como de la diversificación de la oferta exportable.
Tanto la evolución de la economía arrocera como la ya mencionada de la producción
lechera son ejemplos paradigmáticos del efecto de la ampliación del mercado (en este
caso la creación de Mercosur) y de la existencia de un marco macroeconómico de
estabilidadde precios y de desregulaciónde la economía. Este conjunto de circunstancias
permitió que se concretara un enorme potencial productivo, que se mantenía en estado
de latencia por falta de condiciones externas mínimas para su concreción.
Los cltrus, por su parte, han crecido como resultado de una fuerte demanda, tanto
interna como por exportaciones. El fenómeno ha sido particularmente notable en el caso
del limón, cuya producción, concentrada en Tucumán, creció al 6 % anual. Actualmente
la Argentina es el segundo productor mundial de limón, después de Estados Unidos, y
el segundo exportador de limones frescos, siguiendo a España. El valor de las
exportaciones de limones frescos, jugos y aceites esenciales se triplicó entre 1990 y
1996, cuando alcanzó a u$s 150 millones anuales.
LA AGRICULTURA ARGENFINA A COMIENZOS DEL MlLENlO 721

La olivicultura tiene una larga tradición en la Argentina. Hasta comienzos de la


decada del '40 el aceite de oliva -importado de España e Italia- era en la Argentina el
aceite comestible por excelencia. El desabastecimiento causado por la Segunda
Guerra Mundial impulsó la plantación de olivos, al amparo de generosos programas de
fomento estatal. La olivicultura en Cuyo fue visualizada, equivocadamente, como una
alternativa económica al cultivo de la vid, afectado entonces por crisis de superproducción
y problemas fitosanitarios. Las expectativas sobre el tiempo requerido por las plantaciones
para alcanzar plena producción, la aparición de aceites vegetales más baratos
(inicialmente girasol) y la desvalorización del aceite de oliva al que erróneamente se le
atribulan efectos nocivos sobre la salud humana, restaron interés en la producción
olivícola, que languideció por décadas.
En los últimos años ha habido un renacimiento del interés por la olivicultura -para
la elaboración tanto de aceitunas de mesa como de aceite- al haberse descartado los
posibles efectos indeseables del aceite de oliva y al amparo de importantes programas
de diferirnientos impositivos a las inversiones en olivicultura en las provincias de La
Rioja, Catamarca y San Juan. El efecto del estimulo fiscal ha sido intenso: alrededor de
70.000 ha han sido inscriptas para acogerse a sus beneficios, más del doble de la
superficie actualmente cultivada. Las nuevas plantaciones han incorporado el uso de
modernas tecnologías de riego, ahorradorasde agua, y prácticas agronómicas novedosas
(densidad de plantaciones, etcétera). La entrada en producción de las nuevas
plantaciones llevará a replantear la estrategia de comercialización del aceite de oliva,
aumentando la presencia argentina en el mercado internacional.
El futuro de la agricultura no pampeanaes uno de los mayores desafíos intelectuales
y políticos que enfrenta la sociedad argentina en el campo agropecuario. Una de las
preguntas básicas con relación a este tema se refiere al empleo de tipos de cambio
diferentes para productos pampeanos y extrapampeanos, teniendo en cuenta las
diferencias existentes en las dotaciones de recursos entre estos dos componentes de la
agricultura argentina. La utilización de reintegros establecidos en las etapas iniciales del
PdeC oscilan actualmente entre el 4 % y el 12 % del precio de exportación (basados en
la devolución de impuestos indirectos además de la devolución del IVA) a las
exportaciones de productos extrampeanos (té, tabaco, azúcar, yerba mate, vino, frutas
frescas, hilados de algodón, lanas lavadas, porotos secos, cebollas y ajos) funciona en
los hechos como un tipo de cambio diferenciado.

3. El valor agregado (VA) agropecuario


El VA por el sector agropecuario argentino alcanzaba a dos tercios del valor bruto
de producción sectorial (VANB) en 1993 y se redujo al 62 % en 1998, como consecuencia
del efecto combinado de la caída en los precios de los granos y del aumento en el uso
de fertilizante^^^.
Los mencionados coeficientes dan una pauta acerca de la potencialidad del
sector para generar riqueza a través del empleo de mano de obra, tierra y capital. El
cociente entre el valor agregado (VA) y el valor bruto de producción (VB) en la Argentina

'O Los precios de la soja, el trigo y el maíz, expresados en moneda constante, cayeron el 14 %, 23 % y 19 %
respectivamente entre 1993 y 1998. Por otro lado, el empleo de fertilizantes creció 150 % en el mismo periodo y la
su~erficiefertilizada alcanzó a unos 10 millones de ha.
LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA

CUADRO 3

Valor agregado agropecuario 1993 y 1998

(En miles de pesos de 1993)

1993 1998
Sector / Variable -
VAB Participac. Participac.
VBP sob/total VBP sob/total
AGRICULTURA, GANADERIA,CAZA Y SILVICULTURA
1. Agricultura, Ganaderia, Caza y sewicios conexos
Producción vegetal
Cultivo de cereales, oleaginosas y forrajeras
Cultivo de hortalizas, legumbres, flores y plantas
Cultivo de frutas, excepto vid para vinificar y nueces
Cultivos industriales
Otros de producción vegetal
Producción animal
Crla de ganado bovino
Producción de leche
Crla de aves de corral
Otros de producción animal
Servicios agrícolas y pecuarios, excepto los veterinarios
Caza, repoblación de animales de caza y servicios conexos
2. Silvicultura, extracción de madera y servicios conexos

Notas: "Otros de producción vegetal" incluye: producción de semillas y de otras formas de propagación de
cultivos agrícolas.

"Otros de producción animal" incluye: producción de lana, pelo de ganado y huevos, cría de animales

peliferos y plumiferos y obtención de productos de origen animal.

Fuente: Dirección Nacional de Cuentas Nacionales, Secretaria de Programación Económica y Regional,


Ministerio de Economía.

es mayor al de agriculturas más dependientes del uso de insumos intermedios (en


Estados Unidos el valor comparable es alrededor de 0,50). Otra característica de la
relación VANB en la Argentina es la escasa diferencia existente entre actividades
agricolas y pecuarias. Como era esperable, el coeficiente es ligeramente mayor en la
ganadería que en la agricultura, pero la diferencia oscila entre 6 % y 8 %.
La mayor parte del VA generado por la agricultura argentina está concentrado en
un reducido grupo de productos: la soja y el ganado bovino contribuyeron con el 29 %
del VA en 1998 (33 % en 1993). Sumados a los tres productos siguientes por orden
decreciente de importancia (trigo, maíz y lácteos), estos cinco productos aportaron en
1998 el 48 % del VA sectorial total. Los cinco productos siguientes, ordenados también
por importancia decreciente, representaron un 14 % adicional del VA en 1998 (girasol,
uva, avicultura, tomate y tabaco).
En lo que se refiere al VA por hectárea, los comentarios se restringen a las
producciones agrícolas, en razón de no contarse con estimaciones relativamente
precisas sobre las superficies destinadas a la producción ganadera y por la heterogénea
calidad de dichas tierras. En el grupo de los cereales y oleaginosos, el arroz, el maíz y la
soja son los tres productos de mayor VA por hectárea. El VA del arroz por hectárea (que
LA AGRICULTURA ARGEMINA A COMIENZOS DEL MlLENlO 723

duplica al maíz y a la soja), de alguna manera refleja el carácter intensivo en el uso de


insumos de dicha producción. Por su parte el VAIha de las hortalizas es 8 veces mayor
que el del conjunto de cereales y oleaginosos y dos veces y media el VA de los frutales.
Finalmente el VA del tabaco -un producto donde subsiste un importante grado de
intervención estatal- es un tercio mayor que el de los frutales.

IV. Crecimiento y productividad de la agricultura argentina


La producción agropecuaria puede cambiar (crecer o contraerse) como resultado
de cambios (aumentos o disminuciones) en las cantidades de insumos empleados en la
producción (tierra, capital, insumos, mano de obra) y10 de cambios en la productividad1l
de uno o varios de los insumos empleados en el proceso productivo. Este último
componente es identificado como el "cambio tecnológico".
La "tasa" de cambio tecnológico de una agricultura brinda una primera aproximación
de la capacidad del sector de adoptar innovaciones que le permitan aumentar la
producción de manera más que proporcional al aumento en el uso de los insumos
necesarios para concretar el proceso productivo. En términos económicos el cambio
tecnológico posibilita la disminución de los costos unitarios de producción. Gráficamente
se representa como un desplazamiento hacia la derecha de la función de oferta (a igual
precio mayor cantidad ofrecida con relación a la situación previa). Obviamente la
adopción de nuevas tecnologías presuponeque ellas estén a disposición del productor,
vale decir que el sistema nacional de investigaciones funcione satisfactoriamente12.
Tradicionalmente, la agricultura dependía para su crecimiento de la incorporación
de cantidades crecientes de tierra, capital y trabajo. La emergencia del cambio
tecnológico, como fuente fundamental de crecimiento de la producción y de la
productividad agropecuarias es un concepto relativamente nuevo. En la Argentina se
han realizado numerosos estudios tendientes a determinar las fuentes del crecimiento
agropecuario. Uno de ellos13 sostiene que la mitad del crecimiento del VA por la
agricultura entre 1970 y 1997 (alrededor de 1,5 % anual) son atribuibles al cambio
tecnológico. El aumento en el empleo de capital explica la otra mitad. El concepto de
capital incluye inversiones en infraestructura y en maquinaria así como compras de
agroquímicos y de semillas.
En el subperiodo 1990-1997,el cambio técnico alcanzó al 1,2 % y explica el 40 %
del crecimiento. La contribución del capital siguió siendo preponderante (45 % del total).
Es decir que de los tres factores de producción tradicionales (tierra, capital y trabajo),
desde el punto de vista global sólo uno de ellos (el capital) ha resultado, en el pasado
reciente y siempre según el estudio citado, un factor dinámico de crecimiento.
Por su parte, el área cultivada creció durante la ultima década a una tasa anual del
3,2 %. Ello se debió al aumento del área en doble cultivo (especialmente trigolsoja), a
alguna sustitución de ganadería por agricultura también en la región pampeana y a
alguna expansión de los cultivos anuales fuera de ella. Las nuevas incorporaciones de

''
Es decir la cantidad de producto logrado por unidad de insumo,manteniendoconstanteslas cantidadesde
los demás insumos.
12Ver sección VI sobre cambio tecnológico de este trabajo.
l 3 Lema (1999).
724 LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA

tierra (por ejemplo como consecuencia de proyectos de riego), si bien pueden llegar a
ser muy importantes a nivel regional, poca influencia tienen a nivel nacional. Sin
embargo, dada la ponderación de la tierra en la función de producción, el aumento
seaalado sólo explicaría el 16 % del crecimiento anual de la producción entre 1990 y
1997. Por otro lado, la participación de la mano de obra en la formación del producto
agropecuario decreció en la década del '90. La creciente aplicación de tecnologías
capital intensivas (la mecanización de la cosecha de algodón es un ejemplo reciente) ha
sustituido mano de obra y as1 acentuado el proceso de migración hacia los centros
urbanos.
En resumen, hay fuertes razones para pensar que el futuro crecimiento de la
agricultura argentina dependerá, en buena medida, de una tasa sostenida de
capitalización y de avances en los desarrollos tecnológicos que permitan aumentar la
"productividad total de los factores".
Otros elementos, no cuantificados en el estudio de referencia y que jugarán un
importante rol en el crecimiento futuro de la productividad, son:
a) la intensidad con que los productores argentinos se incorporen a la "revolución
tecnológica", y
b) la intensidad y constancia con que la sociedad argentina encare la conservación
de los recursos naturales y del medio ambiente.
En cuanto se refiere al primer componente, hay evidencias de una adopción
creciente de la moderna informática, particularmente por productores con suficiente
nivel de educación y recursos económicos adecuados. Los efectos positivos de estos
cambios sobre la productividad del sistema (agricultura de precisión, gerenciamiento
moderno de la empresa, etcétera) seguramente se irán acentuando en el futuro.
Con relación al tratamiento de los recursos naturales la Argentina ocupa un lugar
destacado entre los países que utilizan técnicas conservacionistas (labranza mínima,
siembra directa14, etcétera). Sin embargo en esta área es mucho lo que queda por
hacer. Existen claros ejemplos de mal manejo de los recursos con serias implicaciones
negativas15. Por otro lado los beneficios derivados de las acciones proteccionistas en
general (o conservacionistas) no son inmediatos. Esta característica, en un contexto
económico de tasas de interés mayores que las prevalecientes en los países del Norte,
reduce los beneficios (sociales y privados) de proyectos de inversión, cuyos beneficios
ocurren diferidos en el tiempo. En la medida que la situación anotada no se modifique,
existirá una seria restricción para alcanzar un grado de protección ambiental acorde
con las recomendaciones de la Conferencia de Río de Janeiro de 1992.

1. Un cambio importante en la función de producción agropecuaria:


utilización masiva de fertilizantes químicos
Durante muchos anos el uso de fertilizantes químicos en la agricultura argentina
estuvo limitado, fundamentalmente, a las hortalizas, frutales y caña de azúcar. Un
enigma recurrente que se planteaban los estudiosos de nuestra agricultura era cómo
l 4 El área cultivada en siembra directa ha crecido 14 veces entre 1991192 y 1998199, cuando alcanzó 7,2
millones de ha (27 1 del área total sembrada en la campaña), de las cuales la mitad correspondena sola. (CASAFE,
Buenos Aires, 1999).
l5 La depredación de la merluza ilustra lo dicho.
LA AGRICULTURA ARGENTINA A COMIENZOS DEL MlLENlO

GRAFICO 6
Oferta de fertilizantes
Toneladas

- Total --- Nacional ----- Importado 1


explicar la falta de un mayor uso de estos insumos. Una respuesta relativamente común
era que la fertilidad de los suelos pampeanos y la rotación agricultura- ganadería, típica
de las explotaciones medianas y grandes, tornaba tal práctica innecesaria, pues
bastaba para mantener la fertilidad natural del suelo. Experimentos a campo efectuados
hace más de veinticinco arios en la zona maicera mostraron la existencia de una clara
respuesta del maíz al agregado de fertilizantes nitrogenados.
El subprograma de fertilizantes puesto en marcha por la Secretaría de Agricultura
entre los anos 1984 y 1986 constituyó una de las bases sobre la cual se desarrollaría
anos más tarde el uso generalizado de fertilizantes en la Argentina. El programa cumplió
con dos objetivos centrales: por un lado, los resultados experimentales generaron
información valiosa, que permitió mostrar al productor la viabilidad del uso del paquete
tecnológico propuesto y los retornos posibles de su implementación. Por otro lado, se
eliminaron la mayor parte de las restricciones arancelariasa la importaciónde fertilizantes
y se le aseguró al productor un precio por el fertilizante que se vinculaba al precio
obtenido por su cosecha, Es decir, se reducía al mínimo el riesgo derivado de la
adopción del paquete tecnológico que involucraba a los fertilizantes.
Si bien el resultado inmediato del programa no fue la incorporación masiva de
fertilizantes a la producción, sentó el precedente necesario como para que los incentivos
del programa de estabilizacidn de la década del '90 favorecieran la incorporación de
este paquete tecnológico. Además, el reajuste de la actividad económica en el país
resultante de la desregulación (supresión de impuestos a las exportaciones y crédito
subsidiado entre otras medidas) alentó nuevas formas de organización de la producción
agropecuaria, explorando otras posibles fuentes de beneficios. Las ganancias de
productividad a través del uso de fertilizantes se han transformado en un elemento clave
en esta nueva fase del desarrollo agropecuario de la Argentina.
Hasta 1991 la oferta totalI6 de fertilizantes qulmicos en la Argentina oscilaba en
alrededor de 320.000 TM por ano (165.000 TM de nutrientes)I7 (ver gráfico 6 ).
l6 Idealmente debiéramos referirnos a "consumototal".Sin embargo utilizamos "ofertatotal" por no disponer
de información sobre cambios de inventarios. El crecimiento del mercado de fertilizantes químicos resta importancia
al procedimientoelegido.
l 7 La producciónnacional aportaba el 29 % del total. La expansión posterior fue sustentadapor importaciones.
En 1999 la producción nacional representó el 9 % de la oferta total.
726 LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA

GRAFICO 7a
Precios relativos fosfato vs. trigo y maíz
Kg de granokg de fosfato

1- Trigo ------ Maíz 1

GRAFICO 7b

Precios relativos urea vs. trigo y maíz

Kg de granotkg de urea

1- Trigo ------Maíz ]

Inmediatamente después de iniciado el programa de estabilizacióneconómica de 1991,


el uso de fertilizantes aumentó espectacularmente, creciendo al 38 % anual entre 1991
y 1996, en coincidencia además con los aumentos ocurridos en los precios de los
granos y carnes. Entre 1996 y 1999, y pese a la caída de los precios de los productos, la
expansión continuó, pero a una tasa muy modesta (2,5 % anual).
En el afio 1999, alrededor del 60 % del trigo y el 50 % del maíz se fertilizaron. La
última información disponible de la SAGyP (1995) indicaba que un 15 % de los
fertilizantes en dicho año se destinó a pasturas (anuales y perennes). Esta importante
innovación es ilustrativa de una tendencia hacia formas de producción mas intensivas
en el uso de capital en la ganadería, con el consecuente aumento de la oferta de tierra
para todo tipo de actividades productivas.
LA AGRICULTURA ARGEMINA A COMIENZOS DEL MlLENlO 727

Los precios relativos de los fertilizantes nitrogenados respecto del trigo y maíz1*en
la Argentina muestran, en la última década, y aun en presencia de menores precios de
los granos después de 1996, una caída del 20 % (ver gráficos 7a y 7b). Por su parte, los
precios relativos de los fertilizantes fosfatados respecto del trigo y maíz describieron un
ciclo de caída y posterior recuperación. Sus precios a comienzos y a fines de la década
eran si mil are^'^. La apertura comercial, impulsada a partir de 1991, permitió que los
productores argentinos pudieran acceder a fertilizantes a precios más cercanos a los
internacionales.
La intensificación de la agricultura en las Pampas implicará, entre otras cosas, un
mayor empleo de fertilizantes químicos. En la actualidad se fertilizan alrededor del 60 %
del trigo y del 50 % del maíz cultivados en el país (25 % a comienzos de los años '90). La
cantidad de nutrientes por hectárea creció de 9 a 33 kgsíha cultivada entre 1991 y 1997,
es decir a una tasa de 24 % anual; ello ilustra la intensidad con que se incorporó este
insumo a la agricultura pampeana. La última cifra disponible(1999) muestra un crecimiento
más moderado (37 kglha). Este valor está muy por debajo del consumo de los países en
vías de desarrollo (82 kg nutrienteslha) y de los industrializados (116 kglha) para el
período 1988-1990~~. Visto desde otro ángulo, en los Estados Unidos se utiliza una TM
de fertilizante por cada 15 TM de granos (cereales y oleaginosos) producidos anualmente
y en China dicho coeficiente es alrededor de 1121.En la Argentina el valor correspondiente
en el año 1999 fue de alrededor de 36 TM de granos (maíz y trigo) por TM de fertilizante
empleado, sugiriendo el enorme potencial existente en el país para concretar aumentos
de producción mediante un mayor uso de fertilizantes químicos.
En resumen, la agricultura argentina ha adoptado, con un rezago de varias
décadas, una tecnología que, utilizada con prudencia, ya le ha permitido concretar
importantes aumentos de productividad. Esto es muy positivo. Por otra parte, la historia
de la adopción demorada de la fertilización química en la agricultura pampeana es una
de las ilustraciones más claras de las consecuencias negativas de la falta de visión de
los responsables de las políticas s e ~ t o r i a l e scomo
~ ~ , del empresariado rural, que no
advirtió las ventajas potenciales derivadas del uso de fertilizantes químicos y en
consecuencia no contribuyó a impulsar políticas favorables a su adopción.

2. Precios agropecuarios
El Plan de Convertilidad, al eliminar los gravámenes a las exportaciones, privatizar
los puertos y suprimir las restricciones en el transporte de granos indujo un mayor nivel
de competencia y un abaratamiento de costos. La importancia de los resultados
obtenidos por la reforma económica se reflejaron, por ejemplo, en la reducción del
diferencial de precio entre las cotizaciones internacionalesy los precios de los cereales
FOB puerto argentino. Históricamente, los precios de los principales productos

Es decir la cantidad de producto necesaria para adquirir un kg de fertilizante.


l9En tanto que los fertilizantes nitrogenados provienen mayoritariamente de la industria petroquimica. los
fosfatados son minerales.
Oram y Hojjati (1994).
21 Brown (1995).
22Tantopor acción (proteccionismoa ultranza de una producciónlocal de alto costo) como por omisión (falta
de visión de los beneficios potenciales de una adopción temprana de esta tecnologia).
728 LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA

GRAFICO 8

Precios internacionales agropecuarios

u$s

700 .............................................................................................................................,...................................

600
500 -- . ,- - _ <

400
300 .._- - - - -
200
100

Fuente: FMI.
-Trigo ---- Maíz - - - - - Carne bovina

agropecuarios (cereales, oleaginosos, carnes) han mostrado una tendencia claramente


declinante, interrumpida por (breves) períodos de precios ascendentes.
El gráfico 8 muestra en detalle la evolución de los precios del trigo, el maíz y de la
carne bovina entre 1966 y 1998. Con excepción de los aumentos ocurridos a principios
de la década del '70 (motivados por la crisis petrolera en una atmósfera de relaciones
tensas entre las superpotencias), la caída de los precios predomina a lo largo del
período. La tendencia secular declinante de los precios agrícolas fue consecuencia del
cambio tecnológico en la producción agropecuaria y de las políticas comerciales
fuertemente proteccionistas de los países centrales que resultaron en aumentos de la
oferta superiores a los de la demanda efectiva por productos agropecuarios. El precio
del trigo en 1998, expresado en monedaconstante, fue 45 % menor que en 1970, y el del
maíz 42 % en el mismo período23.
Los países en desarrollo productores de granos y carnes, constituidos en el Grupo
Cairns, han denunciado una y mil veces los perjuicios causados por la Política Agraria
Común (PAC). En la Ronda Uruguay (1986-1994) se logró, por primera vez, la inclusión
de la agricultura en el marco del acuerdo de la Organización Mundial de Comercio
(OMC). Sin duda se trató de un importante paso adelante, ya que se estableció un marco
al cual los países debían adecuar sus políticas. Sin embargo los resultados hasta ahora
logrados en términos de una efectiva disminución de subsidios y el consecuente reajuste
de los precios de los productos son magros. En tanto la PAC no sea seriamente revisada,
persistirá una sensible distorsión (depresión) de los precios agropecuarios. Una nueva
ronda comercial, el foro adecuado para acordar efectivas reducciones de los
distorsionantes subsidios, fue programada para el aflo 2000.
El precio internacional de la carne bovina también siguió una tendencia fuertemente
declinante y cayó un 64 % entre 1966 y 1 9 9 8 ~En ~ .este caso los factores determinantes
fueron, además del proteccionismoya mencionado, el notable desarrollo de la industria
" Los precios de los granos en 1966-67 reflejaban la demanda adicional provocada por la emergencia
alimentaria en la India. Superada ésta volvieron a niveles de precrisis (1970).
24 En 1965 la producción mundial de carne bovina alcanzó a 28 MTM (millones de TM) y la de aves a 5 MTM.
En 1996 eran 49 y 51 MTM respectivamente En tanto que la expansión de la producción de carne bovina fue del 1,8
%anual, la de carne aviar alcanzó a 7,8%
LA AGRICULTURA ARGEMINA A COMIENZOS DEL MILENIO 729

avícola , impulsado por la disminución de los precios de los granos -y en especial del
malz-, los progresos en la genética y sanidad animal, el mejoramiento de la infraestructura
de comercializacióny transporte y la mayor apertura del comercio internacional.También
contribuyó a este resultado la disminución en el consumo de carne bovina en mercados
tradicionales motivada por una concientización progresiva de los efectos perniciosos
del exceso de colesterol sobre la salud humana. Para ilustrar la intensidad de la
sustitución entre carne aviar y bovina, nótese que el consumo de carne aviar por
habitante en el mundo creció alrededor del 30 %25durante esta última década26.
Es un hecho particularmente destacable que la producción agropecuaria argentina
haya crecido, en la última decada, en un marco tan desfavorable de precios externos.
Como se mencionó anteriormente, el PdeC permitió reducir el diferencial de precios
entre las cotizaciones internacionales y las nacionales. En efecto, mientras que en junio
de 1986 la diferencia entre el precio Golfo y Puertos argentinos era de 8 dólares para el
maíz y 27 para el trigo, en el ano 1999 esa diferencia se redujo a 4 y 2 dólares
respectivamente.

3. Evolución a largo plazo del precio relativo carne / trigo


La evolución a largo plazo del precio relativo carne /trigo en la Argentina y en los
Estados Unidos muestra una tendencia secular creciente en ambos paises (cuadro 4).
También muestra la persistenciaen sus diferencias. La tendencia de la relación muestra
que el ganado se ha "encarecido" cuando su valor se expresa en términos de trigo. Esta

CUADRO 4
Precios relativos del ganado bovino/trigo en Argentina y en Estados Unidos
(En kilogramos de trigo por kilogramo de carne bovina)
Período Araentina Estados Unidos
1935-1939 25 6,2
1960-1964 3,9 8,6
1978-1979 5,l 11,9
1980-1984 5,4 10,4
1985-1989 5,9 12,6
1990-1994 65 14,5
1995-1998 6,l 10,5
Fuentes: USDA y SAGyP.

situación resulta de los cambios en las ofertas y demandas ocurridos en ambos


productos. Por otro lado, la persistente diferencia de precios relativos entre ambos
países refleja, esencialmente, sus distintas dotaciones de recursos naturales así como
distintas formas de organización de la producción (es más barato producir carne en la
Argentina que en los Estados Unidos). Pero no deja de ser llamativo que, a pesar de los
profundos cambios en la tecnología y en el comercio mundial, el precio relativo ganado
vacuno1trigo en los Estados Unidos se haya mantenido aproximadamente al doble que
en la Argentina a lo largo de los últimos sesenta anos.
25 El consumo total creció un 46 % y la población el 12 %.
26 La relación entre ambas variables sugiere una elasticidades sustitución entre el consumo de carne aviar y
el precio de la carne bovina de 0,8.
LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA

V. Cambio tecnológico
1. El Sistema Nacional de Innovación
El desafío que plantea la política macroeconómica implementadadesde comienzos
de la década del '90 es cómo incrementar la competitividad de la economía a través de
una mayor eficiencia en el uso de los recursos productivos. Es decir, se dejan de lado
los instrumentos de política tradicionales como manejo del tipo de cambio, tasa de
interés, etcétera, para darle paso a la competencia y la creatividad empresarial como
motores de la competitividad. Bajo estas condiciones resulta evidente que una herramienta
decisiva para alcanzar mayores niveles de competitividad es la incorporacionpermanente
de innovaciones tecnológicas.
La innovación puede definirse como la capacidad de "transformar una idea en un
producto nuevo o mejorado que pueda ser introducido al mercado, o en un proceso
nuevo o mejorado que pueda ser utilizado por la industria, o el comercio, o en un nuevo
enfoque para poder prestar un servicio social" (OCDE, 1994). Es decir, la innovación es
un proceso que involucra no sólo a un grupo de agentes que están a la vanguardia del
cambio tecnológico, sino que incluye además al resto de la sociedad y a sus instituciones.
Por lo tanto, el proceso de innovación no surge sólo de la investigación,sino principalmente
de la interacción entre ciencia, mercado y sociedad. En este contexto el Sistema
Nacional de lnnovación (SNI) juega un rol decisivo27.
El SNI en la Argentina reconoce dos subsistemas: "uno, el centralizado, que está
integrado por organismos oficiales y privados que participan formalmente en la definición
de políticas públicas y en la asignación de recursos para la investigación, y otro, no
centralizado, integrado por un conjunto de agentes (empresas, organizaciones no
gubernamentales e individuos) que realizan tareas de investigación fuera de las
estructuras formales" (Parellada, Ekboir y Lema, 2000).
El sistema centralizado está conformado principalmente por organismos tales
como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de
Tecnología Industrial(INTI),la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA), etcétera,
que fueron creados durante la década del '50 como parte de una agresiva política oficial
dirigida a prestar apoyo al proceso de sustitución de importaciones.
Estos organismos oficiales coexisten con instituciones privadas, que en el caso
del sector agropecuariodesarrollaban tareas de extensión y experimentaciónadaptativa
con estratos de productores de capitalización media y alta, como fue el caso de
AACREA, o dedicadas al apoyo de tecnologías específicas como en el caso de
AAPRESID. Algunas de las facultades de agronomía, esencialmente aquellas
dependientes de las universidades nacionales, también cumplieron un rol protagónico
en actividades de investigación básica y en menor medida en extensión.
Las instituciones de investigación funcionaron, y en muchos casos aún siguen
haciéndolo, en base a una concepción lineal del proceso de innovación. Es decir, a la
investigación básica le sigue la investigación aplicada y a ésta la transferencia. Sin
embargo, muchos hechos científicos de gran importancia para el sector agropecuario

27 El SNI es el conjunto de los agentes que participan del proceso de generación y transferencia de
conocimiento e información, sus acciones, sus interacciones y las normas (formales e informales) que regulan al
conjunto. Es decir, incluye agentes económicos, instituciones, organizaciones y políticas,
LA AGRICULTURA ARGEMINA A COMIENZOS DEL MILENIO 731

como ha sido el caso de siembra directa, no responden a esta visión lineal (ver Ekboir y
Parellada, 1999). En su lugar, una concepción sistémica del proceso científico resulta
con mayor poder explicativo de los fenómenos tecnológicos ocurridos en los últimos
años, particularmente en el sector agropecuario. Según esta visión, la investigación
puede ser motivada por la curiosidad, por la búsqueda de productos con importancia
económica o social (investigación estratégica) o bien por razones de interés nacional o
regional. Lo importantees que estas alternativas no constituyencompartimientosestancos
y secuenciales, sino más bien forman parte de un conjunto que debe actuar en forma
sistémica para que pueda ser eficiente y pueda acelerar los procesos de innovación.
¿Qué ocurrió con el SNI durante los afios '90? En el afio 1996 se crea el Gabinete
Cientifico y Tecnológico (GACTEC), con el objeto de coordinar y compatibilizar los
planes oficiales de investigacióny desarrollo que llevan adelante las distintas agencias.
Esta política llevó a que se fijara un plan plurianual de investigación nutrido por las
discusiones realizadas en el ámbito de foros subsectoriales constituidos por el sector
público y privado. En ellos se priorizan las áreas a las cuales se destinarían los recursos
financieros para la investigación. Este sistema competitivo de financiamiento tiene
algunas ventajas, como aumentar la eficiencia al reducir los costos en virtud de la
competencia y la exigencia de cofinanciamiento; reducir la duplicación de esfuerzos;
promover la identificaciónde prioridades; promover un sistema de investigación dirigido
por las demandas, etcétera. Sin embargo, las fuertes restricciones presupuestarias
existentes determinaron serias ineficiencias en el sistema de asignación de recursos:
los fondos fueron aplicados para proyectos cortos, no se financió el fortalecimiento
institucional, las asignaciones estuvieron sesgadas en contra de proyectos novedosos,
etcétera. De todos modos, como balance general puede decirse que estos fondos
competitivos constituyeron la fuente de recursos más dinámica con que se contó
durante la década y vinieron a reemplazar, en muchos casos, la falta de recursos que,
en virtud de la política fiscal, el sistema centralizado no disponía.
En síntesis, la política macroeconómica requería que se incentivaran las inversiones
en investigación y desarrollo (I&D) como la vía más importante para incrementar la
competitividad. Pero esto, desafortunadamente,noocurrió. Los bajos niveles de inversión
destinados a ciencia y tecnología, la sujeción de los presupuestos de los organismos
públicos al equilibrio de las cuentas fiscales y una definición tibia del nuevo SNI
impidieron la generación y fortalecimiento de un SNI capaz de dar respuesta a las
necesidades que el propio modelo económico generaba.

2. La privatización de la ciencia
En los últimos quince anos los avances científicos han permitido la individualización
-y en consecuencia la apropiación privada-de los beneficios derivados de la investigación
agropecuaria vía patentamiento de genes específicos. La incorporación de dichos
genes a las plantas cultivadas permite aumentar de diversas maneras la productividad
de los cultivos. Esta circunstancia ha dado un enorme impulso a la actividad del sector
privado en el área del mejoramiento vegetal. Paralelamente se ha redefinido el campo
de los bienes públicos, y en consecuencia el rol del sector público en la investigación.
En este nuevo marco podría pensarse que no hay lugar para la investigación financiada
con recursos públicos en el sector agropecuario, y que la privatización de la ciencia
abarcaría todo el espectro de actividades referentes a tecnología agropecuaria. Tal
732 LUCIO G. RECA Y GABRIEL H PARELLADA

enfoque sería erróneo. Hay ciertas actividades (tecnologías agronómicas, rotación de


cultivos) cuyos beneficios económicos son inapropiablesy en consecuencia pertenecen
al ámbito público.
Hay también una serie importante de productos agropecuarios, en su mayoría no
transables, cuyos productoreslconsumidores a menudo son agricultores o población
urbana de escasos recursos, quienes no son parte de la clientela del sector privado
productor de insumos agropecuarios, y cuya demanda por tecnología corresponde
entonces que sea atendida por el sector público. Finalmente, en el ámbito de la
investigación básica, es decir aquella donde el incentivo de un retorno económico más
o menos previsible no es el determinante de los cursos de acción, el sector público tiene
un rol insustituible.
Otro aspecto de importancia en la organización de las actividades públicas en el
campo de la tecnología agropecuaria se refiere a la interacción investigadores-
productores, es decir la relación oferta-demanda.Muchas veces se ha dicho que ésta
es una relación de dos vías, donde la interacción entre ambos actores enriquece las
respectivas visiones del tema objeto de la investigación.

3. El rol de la biotecnologia
El empleo de la biotecnología (BT) como fuente de crecimiento de la productividad
agropecuaria es un fenómeno muy reciente. No se trata de refinamientos en las técnicas
de mejoramiento de las plantas tan exitosamente llevadas a cabo durante la mayor parte
del siglo XX, sino de la aparición de un nuevo y poderoso actor en el proceso de
fitomejoramiento. Dada la novedad del tema -y su enorme potencial-, allí existe una
posibilidad de cambio tecnológico seguramente muy alto. Paralelamente otro
descubrimiento (el DNA) permite establecer la genealogía de cualquier planta. Esto
último posibilitaque los "derechos de propiedad intelectual" asociados con la producción
de semillas y partes de plantas puedan ser efectivamente resguardados. Todo lo
anterior crea un panorama nuevo, complejo y conflictivo,donde se entrecruzan intereses
económicos con la delimitación entre patrimonio público y privado de los recursos
genéticos y el establecimiento de resguardos técnicos y sanitarios que eviten efectos
indeseables resultantes del uso de la BT2*. Entonces un amplio aprovechamientode las
posibilidades de la BT en la agricultura necesariamente requerirá de la creación de un
marco institucional satisfactorio para los distintos actores en juego (el Norte y el Sur, el
sector público y el sector privado) que resuelva los complejos problemas derivados de
los nuevos desarrollos científicos brevemente reseñados.
En 1998 se cultivaron en el mundo alrededor de 28 millones de hectáreas con
plantas t r a n s g é n i ~ a suna
~ ~ ,superficie 2,5 veces mayor que la sembrada el año anterior.
La mitad de esa superficie se cultivó con soja y el 30 % con maíz. El resto fue ocupado
por algodón, canola y papas. La principal característica incorporada por transgénesis
fue la tolerancia a herbicidas (70 % del área), seguida de resistencia a insectos (28 %),
1 % de resistencia combinada a herbicidas e insectos y 1 % a mejoramiento de
calidad30. Es decir que los productos de la biotecnologíadisponibles actualmente en el

28 La reacción de las sociedades frente a estos nuevos desarrollos es muy diferente. Es el caso de las
"comidas Frankenstein"en Europa.
Es decir. alrededor del 2 % del área bajo cultivo en todo el mundo.
3a ames (1998).
LA AGRICULTURA ARGENTINA A COMIENZOS DEL MlLENlO 733

ámbito de la producción agropecuaria permiten acortar la brecha entre los rendimientos


presentes y los rendimientos máximos obtenibles, sin acrecentar estos últimos.
Después de los Estados Unidos, la Argentina es el segundo país del mundo en
términos de áreas sembradas con semillas transgénicas. La mayor parte del área de la
soja sembrada en la Argentina tiene incorporada resistencia a herbicida lograda,
precisamente, por el proceso de transgénesis. A su vez esta última condición permite
una importante reducción de las labores de cultivo y en consecuencia facilita la siembra
directa, práctica que contribuye a la conservación del recurso tierra. Este ejemplo ilustra
la compleja red de interacciones y efectos que pueden ocurrir como consecuencia de la
aplicación de la biotecnología a la agricultura.
El fuerte avance del sector privado en el campo de la biotecnología es una
respuesta empresarial coherente con la posibilidad de obtener ganancias a partir del
desarrollo de productos patentables. Por otra parte, una conocida autoridad en la
materia ha señalado que
"Es importante, en términos de la viabilidad científica y técnica de la investigación
privada agropecuaria. que la capacidad de las instituciones públicas para conducir
investigaciónbásicay de carácter general no sólo sea mantenida, sino incrementadaU3'.
Vale decir que existe una relación de complementariedadentre la acción pública y
la acción privada en el campo de la biotecnología vinculada con la agricultura. Es
entonces responsabilidad conjunta del sector público y del sector privado acordar los
términos efectivos de dicha relación. Por otro lado, no debe soslayarse el hecho de que
se está recién en los albores de la utilización de la biotecnología y que la experiencia
permitira ajustar acuerdos y modalidades de trabajo entre ambos actores. En otras
palabras, es cructal e/ desarrollo de esquemas tnstituctonalesy legales que aseguren la
complementariedad entre las diversas fuentes de generación de tecnología. Hace ya
casi un cuarto de siglo, Ruttan anotaba que una de las características del desarrollo
económico es la creación de nuevas formas institucionales capaces de responder a los
desafíos que las nuevas coyunturas históricas presentan3*. La situación actual en el
campo de la generación de tecnología agropecuaria ejemplifica vivamente la reflexión
de Ruttan.

VI. Conclusiones
Las políticas agropecuarias adoptadas por el PdeC, en un marco macroeconómico
estable, permitieron que se manifestara un potencial productivo que había permanecido
latente, dadas las condiciones prevalecientes hasta ese momento en la economía
argentina. El comportamiento de la industria láctea, la avicultura, el despegue de la
producción de maíz, el crecimiento de la soja y el desarrollo de la producción y
exportación de limones y de peras son ejemplos ilustrativos de lo dicho. La Argentina se
incorporó al vasto grupo de países que utilizan fertilizantes químicos en sus procesos
productivos. Todo ello posibilitó un mayor crecimiento de la agricultura pese a la
tendencia declinante de los precios agrícolas que dominó la escena, con una breve

31 Rultan (1999).

32Ruttany Hayami (1971), pág. 61.


LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA
734

interrupción a mediados de la década, El sector agropecuario reforzó entonces su


crecimiento y contribución al desarrollo nacional y al bienestar de su población.
La consideración previa, válida a nivel agregado del sector, requiere algunas
importantes calificaciones:
a) el modelo económico adoptado ha tenido efectos desfavorables sobre productores
medianos y pequeilos. Si bien el Estado llevó adelante algunos programas
tendientes a atenuar estos efectos perniciosos, la escala de las acciones
emprendidas ha sido muy limitada. A la luz de la experiencia ganada, que es
mucha, debieran extenderse los programas de asistencia, reconversión y
capacitación destinados a pequeños y medianos agricultores.
b) la atención de los recursos naturales y la conservación del medio ambiente
constituye otra área donde los avances, magros, realizados en la última década,
no se compadecen con la jerarquía e importancia del tema. Aun reconociendo los
limites impuestos por las restricciones económicas,es imprescindible llevar adelante
una acción más intensa, sistemática y ordenada en este campo, con una amplia
concurrencia de la sociedad civil.
c) el endeudamiento del sector agropecuario aumentó entre 1991 y 1999 al 10 %
anual, a un ritmo mucho mayor que el del crecimiento de la producción. El stock de
la deuda llega al 45 % del PBI agropecuario, valor alto en términos históricos. La
mora ha crecido, tanto en términos relativos como absolutos y alcanza valores
preocupantes en algunas regiones. Todo lo anterior lleva a pensar que la política
de financiamiento agropecuario debe ser reformulada a la luz de la nueva estructura
productiva sectorial y de las perspectivas del comercio internacional. La
refinanciación selectiva de pasivos, forma parte de la aconsejable revisión, pero
no agota el tema.
d) desde el punto de vista de la integración territorial y social del país debe tomarse
en cuenta la menor competitividad de algunos componentes de la agricultura no
pampeana (mayores costos de transporte, menores ventajas comparativas que la
región pampeana). El futuro de la agricultura no pampeana dependerá, entonces,
del reconocimiento por parte de la sociedad argentina, de la necesidad de
acordar a algunos sectores, actividades o subregiones cuidadosamente
seleccionadas de políticas de excepción, tales como tratamientos fiscales y
crediticios que amortigüen los efectos de las desventajas mencionadas.
A diferencia del cambio tecnológico, que es una fuente "genuina" de progreso ya
que permite utilizar más productivamente los recursos económicos, las políticas públicas
no necesariamente tienen ese carácter. Pueden tanto facilitar el desarrollo económico y
social como retardarlo. "Buenas" políticas son aquellas que contribuyen a que la
producción se organice en función de mínimos costos y máxima eficiencia y contemplen
adecuadamente sus efectos distributivos y redistributivos. En el caso de la agricultura
mundial, la política de subsidios a la agricultura sistemáticamente seguida por la Unión
Europea (UE) y los Estados Unidos son ejemplos en el sentido opuesto. Desde hace
varias décadas crea una mayúscula distorsión en los mercados, contribuye a una
depresión artificial en los precios de los productos, mal utiliza cuantiosos recursos
fiscales y encarece artificialmente el precio de los alimentos en la UE.
LA AGRICULTURA ARGENTINA A COMIENZOS DEL MlLENlO 735

Los países en desarrollo productores de granos y carnes, constituidos en el Grupo


Cairns, han denunciado una y mil veces los perjuicios causados por la Política Agraria
Común (PAC). En la Ronda Uruguay (1986-1994) se logró, por primera vez, la inclusión
de la agricultura en el marco del acuerdo de la Organización Mundial de Comercio
(OMC). Sin duda se trató de un importante paso adelante, ya que se estableció un marco
al cual los países debían adecuar sus políticas. Sin embargo los resultados hasta ahora
logrados en términos de una efectiva disminución de subsidios y el consecuente
reajuste de los precios de los productos son magros. En tanto la PAC no sea seriamente
revisada, persistirá una sensible distorsión (depresión) de los precios agropecuarios.
Una nueva ronda comercial, el foro adecuado para acordar efectivas reducciones de los
distorsionantes subsidios, está programada para el año 2000.
En la medida en que el nuevo paradigma de la investigación agropecuaria (BT y
privatizaciónde los resultados de la investigacióncientífica) se institucionaliceequitativa
y satisfactoriamente para los diversos actores en juego, la sociedad podrá utilizar en
plenitud una importante fuente de aumento de la producción y de productividad. Esto
significará un crecimiento mayor de la oferta agropecuaria con la consecuente presión a
la baja sobre los precios.
Por otro lado, si las negociaciones internacionales-pero sobre todo las demandas
internas por un uso más racional de los recursos públicos- llevan a los países de altos
ingresos y en especial a la UE a revisar significativamente sus esquemas proteccionistas,
la eliminación (o una sustancial reducción) de las distorsiones existentes y de las ofertas
subsidiadas produciría una suba en los precios como consecuencia de la reducción de
las ofertas de excedentes.
Es posible imaginar diversos escenarios conforme a lo que ocurra con la
institucionalizaciónde la BT y con las políticas agrícolas de los países de altos ingresos,
que como se ha mencionado más arriba serán los principales determinantes de los
cambios en la oferta agropecuaria.Por ejemplo, el mantenimientodel proteccionismo en
los países industrializados, combinado con un rápido acuerdo que involucre a todas las
partes interesadas sobre el uso de la BT en la agricultura, ejercerían una mayor presión
hacia la baja en los precios agropecuarios.
736 LUCIO G. RECA Y GABRIEL H. PARELLADA

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LA AGRICULTURA ARGENTINA A COMIENZOS DEL MlLENlO 737

RESUMEN

El programa económico iniciado en abril de científicos y tecnológicos asicomo las persistentes


1991 introdujo profundas reformas politicas e y diversas formas de proteccionismo comercial.
hstitucionales que afectaron directamente al sector Incluye un breve análisis histórico que ilustra los
agropecuario. El propósito central de este trabajo niveles alcanzados por la agricultura argentina en
es examinar las transformaciones ocurridas en el los años '30, su posterior declinación y muestra,
sector agropecuario en respuesta a los cambios luego, el desenvolvimiento y origen de los cambios
macroeconómicos introducidos en la última que tuvieron lugar en la productividad del sector.
ddcada. En el trabajo tambidn se analiza la forma El análisis de estos últimos desarrollos permite
en que el sector esta enfrentando los desafios observar la importancia que adquieren las politicas
que le plantea el creciente proceso de globa- sectoriales activas, en particular, en el ámbito del
lización. los recientes y significativos avances sistema de innovación.

SUMMARY

The economic program initiated N7 April of the persistent and diverse forms of commer-
1991 introduced deep political and institutional cial protectionism. It includes a brief historical
reforms that directly affected the farming sector. analysis that illustrates the levels of develop-
The central goal of this study is to examine the ment reached by the Argentine agriculture in the
transformations that took place Ni the farming Thirties, its subsequent decline and the unfolding
sector in response to the macroeconomic changes and origin of the changes in productivity that have
introduced in the last decade. It also analyzes the taken place lately. The analysis of these latter
way in which is analyzed the sector is facing the transformations allows to observe the importance
challenges that derive from the process of that active sectoral policies, in particular, in the
globalization, from the recent and significant innovation system had had for its recent
scientific and technological advances and from development.

REGISTRO BLBLIOGRAFICO
RECA, Lucio, y PARELIADA, Gabriel
'La agricultura argentina a comienzos del milenio: logros y desafíos'. DESARROLLO ECONOMICO -
REVISTA DEClENClAS SOCIALES (Buenos Aires), vol. 40, NQ160, enero-marzo 2001 (pp. 707-737).
Descriptores: <Política económica> <Sector agropecuario> <Agricultura> <Ganadería> <Plan de
Converiibilidad> <Argentina>.

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