Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Juan 15:12-14
Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos
si hacen lo que yo les mando.
Romanos 5:8
Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos
pecadores, Cristo murió por nosotros.
Dios muestra su amor por nosotros, cada mañana, al permitirnos abrir los ojos y
respirar, sin importar lo que hicimos bien o mal. No importa que tan buenos o malos
seamos, su misericordia es nueva cada día, con cada uno de nosotros. Por eso,
debemos amar a los demás viéndolos como Dios los ve; como valiosos, preciosos y
únicos.
2 Pedro 3:9
El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más
bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que
todos se arrepientan.
Dios conoce nuestra condición y es paciente con nosotros. Él no nos condenó
inmediatamente, sino que nos dio una segunda oportunidad, a través de su hijo Jesús.
Su voluntad es que todos se arrepientan y alcancen la salvación. Por esta razón
debemos ir y decirles a todos que Dios es un Dios de amor y de segundas
oportunidades. Enseñémosle a todos que Jesús ya pagó por nuestros pecados y que,
cuando nos arrepentimos, somos libres de nuestro pasado.
Mateo 9:36
Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y
desamparadas, como ovejas sin pastor.
Las escrituras nos enseñan que Jesús tuvo compasión por las multitudes porque las
miraba perdidas y sin esperanza. Esto nos dice que nosotros también debemos tener
compasión por los demás. Si vemos a alguien en pecado y perdido, nuestra reacción
no debe ser de juicio, sino de compasión. Compasión no es lo mismo que lastima. La
lastima no necesariamente lleva a una acción. En cambio, la compasión si actúa, y
manifiesta la naturaleza amorosa de Dios.
Amar y perdonar
Efesios 4:32
Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente,
así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Así como Dios nos ha perdonado en Cristo, nosotros debemos perdonar a los demás. En
vez de buscar venganza, cuando nos hacen un mal, debemos ser pacientes, compasivos y
amar como Dios ama. Desafortunadamente, muchas personas no conocen el amor de
Dios. Por eso, Jesús nos mandó a predicar las buenas nuevas al mundo entero.
ACTIVACIÓN
El líder hará el llamado de salvación, luego guiará al grupo a arrepentirse por no estar
mostrando el amor de Dios. Orará para que el amor de Dios se derrame sobre cada uno de
los asistentes.
OFRENDA
2 Corintios 8:2-3