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ASAMBLEAS DE DIOS DE VENEZUELA

INBIPAD
IGLESIA EVANGELICA CRISTO VIENE
TUREN – PORTUGUESA

POEMAS 1 Y 2 DEL LIBRO


DE CANTAR DE LOS
CANTARES

ESTUDIANTE: GLENNYS PARRA


PROF. KENIA GUEVARA
MATERIA: LIBROS POETICOS

31/03/2020
Introducción

Como seres humanos hemos sido creados con el deseo y la necesidad


de amar y ser amados. Cuando somos adolescentes se despierta en nosotros
la ilusión y deseo de experimentar el amor romántico, donde el primer amor
aunque es pasional también es inmaduro. Tal vez esto le paso a la joven
enamorada expresada en los 2 primeros poemas del libro de cantares.

Ella se encuentra enamorada del rey, busca llenar su vacío y soledad


con él, quiere satisfacer sus deseos de amar y ser amada. Precisamente en
estos poemas a estudiar podemos verificar esa forma de amar, de anhelar a
esa persona amada cuando no está cerca, a admirar su belleza exterior e
interior, a desear tanto estar en su compañía que cuando se separan se siente
la soledad y la felicidad es incompleta.

Aunque explícitamente esto veremos escrito en cada uno de los poemas


no podemos dejar a un lado relacionar esta experiencia con el amor de Dios
con su iglesia (creyentes), sabiendo que sólo Dios puede satisfacer ese deseo
existencial que llevamos por dentro de amar y ser amados.
Primer poema: El afecto mutuo de los esposos

En este poema podemos encontrar que se divide en 2 partes, el primero


relata acerca del anhelo de la esposa por su esposo. Los personajes que allí
aparecen son un rey y una campesina se cree que en Jerusalén, allí la esposa
le habla a un coro de muchachas quienes también le responden. Allí la joven
rememora el afecto y los besos de su amado comparándolo con el deleite del
beber vino y como perfume agradable así se complace el corazón al solo
escuchar el nombre del esposo. También les dice a las muchachas del coro
acerca de su color de piel morena debido al estar en constante exposición al
sol por estar en los viñedos trabajando y por ende tenía esa apariencia
descuidada. Esta joven sentía vergüenza por su tono de piel ya que las jóvenes
de la ciudad tenían una piel delicada y bella considerándose mucho más
hermosa, por tal razón es posible que haya sentido insegura por ser diferente a
las demás, por sentirse sola mientras su amado estaba lejos, su anhelo era la
seguridad de su presencia.

La segunda parte de este poema es Los esposos hablan entre sí,


donde se puede notar que en algunos momentos pareciera que ellos hablan
uno acerca del otro, es decir, se describen en términos de la percepción que
tienen uno del otro. Acá podemos encontrar analogías entre animales y
mujeres, que es muy característico en la poesía del antiguo oriente, entre ellas
podemos mencionar la comparación de la joven con la yegua (1:9) y una
paloma (1:15), también hace comparación los ojos tanto de la novia como el
novio con los de la paloma, posiblemente porque esta ave es símbolo de
pureza, ternura e inocencia. Hace mención de 3 fragancias tales como Nardo,
mirra y ramos de flores blancas alheñas para intensificar la reacción romántica
de la joven ante la presencia del rey. Las mujeres hebreas tenían por
costumbres llevar una bolsita de esencias aromáticas colgadas en el cuello
debajo del vestido, y precisamente la joven expresa que su amado le es de
agrado tanto como su bolsita aromática. Se nombra a sí misma como la rosa
de sarón y el lirio de los valles, que eran flores de Israel famosas su
extraordinaria belleza, en esta sección del poema, la joven (la novia, la amada)
reflexiona acerca de su noviazgo con su amado (Salomón) recordando el
primer día que se encontraron y que su mayor deseo era estar juntos.
Segundo Poema: La esposa Alaba a su marido

Este poema se subdivide en 3 partes, la primera nos habla acerca de


que el marido viene en primavera y relata como la joven no perdía de vista a
su amado quien saltaba en los montes, y que a su vez este le invitaba a estar
con él pues como ya había pasado el invierno podían contemplar las flores en
el campo, esto hace alusión a la primavera como imagen del amor robusto y
creciente entre ambos. La segunda parte expresa como la esposa echa de
menos a su amado, al separarse ella se siente sola e infeliz, anhelando su
pronto regreso, ella afirma “mi amado es mío y yo suya” claramente expresa de
santidad en una relación monógama, de posesión mutua y exclusivo en el
matrimonio, también se hace mención sobre “cazar las zorras pequeñas”
aludiendo a la relación entre ellos, pues consideraban necesario eliminar
aquellas cosas que en su relación pudieran perjudicar el florecimiento de su
amor.
En la tercera y última parte de este poema relata como la esposa sale
en busca del marido, y aunque no hay certeza de que haya sido un hecho
real, algunos comentaristas mencionan que pudo ser un sueño de ella,
probablemente el esposo se fue y ella en su melancolía por querer que regrese
pronto, se queda dormida y sueña que al no encontrar a su amado con ella sale
desesperadamente a buscarlo por las calles de la ciudad donde encuentran a
los guardias y pregunta por él, al encontrarlo lo toma y lo lleva a casa de su
madre donde aún reside. Aunque en el libro de Pablo Hoff presume que ya la
pareja estaban anteriormente casada y que por ende tenían intimidad, por tal
razón es llevado a casa de la madre y entra a la habitación, sin embargo en la
Biblia de estudio de John MacArthur comenta que la amada sabe que la
intensidad de su amor hacia el Salomón, el esposo, no puede ser
experimentado hasta la boda, de modo que pide a las doncellas que la
mantengan responsable acerca de la pureza sexual, tal como lo expresa en el
capítulo 3:5. Y de esta manera culmina este poema.
Conclusión

Estos 2 poemas si lo leemos podemos darnos cuenta del intenso amor


que existe entre la pareja, tanto que no pueden estar el uno sin el otro, entre si
admiran su belleza, quizá su forma de ser, siendo así una base bíblica de como
Dios quiere que sea el amor conyugal. En todo el libro de cantares podemos
leer las instrucciones a seguir desde el noviazgo hasta la vida matrimonial, y
que nuestras vidas y cuerpos en cada una de estas etapas deben mantenerse
santificadas para nuestro Dios.

Por otra parte, podemos semejarlo también a nuestra relación íntima con
el Señor, ya que como iglesia somos la novia de Dios (el esposo), hoy en día
estamos viviendo esa etapa de noviazgo con el Señor, sabiendo que debemos
estar preparados para las Bodas del Cordero. Como creyentes debemos tener
siempre vivo el anhelo de estar en la presencia de Dios, presentarnos ante Él
limpios sin manchas ni arrugas, teniendo una relación exclusiva con El,
cazando esas “zorras pequeña” que nos distraen y nos impiden estar solos y
gozarnos en la comunión con nuestro Señor. Es por ello que como creyentes
es de suma importancia tener un lugar y tiempo para estar a solas con Dios y
asi podernos expresar nuestro amor mutuo.

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