Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
THST335(2) Santuario
por
Marzo 2022
Contenido
Introducció n............................................................................................................................................................. 1
Conforme al modelo.......................................................................................................................................... 5
El verdadero Santuario.................................................................................................................................... 8
Conclusiones.......................................................................................................................................................... 13
Bibliografía............................................................................................................................................................. 14
ii
Introducción
Cuando Dios creó este mundo, lo hizo perfecto. La declaració n de Moisés a medida
que sucedían los días de la creació n anunciaba “y vio Dios que era bueno”. No había indicios
de imperfecció n y mucho menos de pecado. Pero ocurrió una desgracia en medio de tanta
Dios había alertado a la pareja edénica los resultados de violar la orden de no comer
del á rbol de la ciencia del bien y del mal. Ahora ellos debían pagar los requerimientos de la
ley con su propia vida. Pero Dios en su infinita misericordia quería extenderle una
oportunidad para que abrazaran la vida. Esto demandaba un gran problema para el creador
que había entregado al ser humano la capacidad del libre albedrío, ¿có mo podía salvar a la
pecador?
La caída del hombre llenó todo el cielo de tristeza. El mundo que Dios había
hecho estaba mancillado con la maldició n del pecado, y habitado por seres
condenados a la miseria y la muerte. Parecía no existir escapatoria para quienes
habían quebrantado la ley… Pero el amor divino había previsto un plan mediante el
cual el ser humano podría ser redimido. La quebrantada ley de Dios exigía la vida
del pecador. En todo el universo solamente existía uno que podía satisfacer sus
exigencias en beneficio del hombre. Puesto que la ley divina es tan sagrada como
Dios mismo, solo uno igual a Dios podría expiar su transgresió n.1
El gran amor de Dios, ahora por la raza caída, no se había limitado por causa de la
desobediencia del ser humano. Quedaba una esperanza para aquellas personas que se
1
Elena G. the White, Historia de los Patriarcas y Profetas (Florida, EE. UU.: Asociació n
Publicadora Interamericana, 2008), 43.
1
encontraban desnudas y con miedo ante el juicio investigador en el que ambas partes
intentaban justificarse sin tener si quiera alguna porció n de esperanza. Es en ese momento
que antes de dar una sentencia al ser humano, les brindó la menos esperada promesa “Y
pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá
A través de estas palabras, Dios le estaba dando un sustituto que pagaría la deuda
que cargaría con la culpa para darle la oportunidad de la vida eterna. Mientras esto no
ocurriera, el ser humano necesitaba reconocer su dependencia de Dios, y esto solo sería
posible a través de un sistema que le permitiera recordar lo que Dios estaría haciendo en
su lugar.
sustituto que era inocente, y por medio de la fe podían contemplar al verdadero sustituto
que moriría en su lugar. “Antes que el pueblo de Dios entrara a Egipto, su culto era sencillo.
Los patriarcas vivían cerca del Señ or, y no necesitaban muchas formas o ceremonias para
enseñ arles la ú nica gran verdad que el pecado podía expiarse solamente mediante la
2
Elena G. the White, The Spirit of Prophecy (Battle Creek, Mi: Seven-day Adventist
Publishing Association, 1870), 1:261,2.
2
muerte de Uno que no tenía pecado”.3 Pero después de muchos añ os, fue necesario un
Sujetos a una vida de trabajo incesante y rodeado por la oscuridad impía, los
hijos de Israel perdieron de vista el significado de sus sencillos sacrificios. Por
cuenta de su servidumbre, ellos fueron desprovistos de los privilegios disfrutados
por los antiguos patriarcas, de pasar mucho tiempo en comunió n con Dios, y
naufragaron muy cerca de la idolatría egipcia. Cuando Dios los sacó de Egipto, É l
proclamó su ley desde el Sinaí, y luego les dio el mismo sistema de adoració n que
habían seguido los patriarcas. Pero É l tuvo que tratar con ellos como se trata con
niñ os. Porque ellos no podían comprender las verdades sin las sencillas
ilustraciones, Dios les dio el sistema de adoració n que Abrahá n, Isaac, y Jacob habían
seguido, pero en la forma má s elemental posible, así como nosotros utilizaríamos los
métodos de la escuela elemental para enseñ arle a los niñ os lecciones que los adultos
pueden comprender fá cilmente.4
reconocer por sobre todo a Jesú s como el verdadero sacrificio que murió en favor del ser
humano.
Esta investigació n está clasificada como descriptiva ya que busca a través de toda la
doctrina adventista con relació n a este punto unificar los criterios que llevan a Jesú s a ser el
sacrificio verdadero que había sido descrito a través de los sacrificios instituidos desde los
primeros tiempos de la historia de este mundo. Al mismo tiempo, está delimitada por el
3
Stephen N. Haskell, La sombra de la Cruz (South Lancaster, Mass: The Bible
Training School, 1994), 16.
4
Haskell, La sombra de la cruz, 17, 8.
3
Capítulo 1: El Santuario terrenal
Así como en los primeros siglos el sistema de sacrificio se realizaba de una manera
simple, llegó el momento en que requería una metodología diferente. Esto era necesario
por algunas razones: por el sistema religioso en el que se encontraban y la demografía que
existía en el contexto del Pueblo de Dios atravesando el desierto. Ademá s, porque Dios
En primer lugar, ellos habían salido de Egipto, y este era un país extremadamente
religioso. Aunque la verdadera naturaleza de la religió n egipcia es todavía muy oscura, han
sobrevivido muchos templos de los antiguos egipcios y se sabe bastante acerca de sus
En segundo lugar, en cuá nto al sentido demográ fico, “Durante el período patriarcal
Dios tuvo que ver primariamente con familias aisladas. La estructura debía ser sencilla…
Pero ahora Israel había crecido hasta convertirse en una grande y compleja nació n
se volvió inadecuado”.6
Es notable la diferencia del sistema de sacrificios antes del Sinaí y después de este.
verdadero cumplimiento escatoló gico para ese tiempo. Ahora, no só lo existía el sacrificio
del cordero, sino que se encontraba toda una estructura amueblada con una serie de
5
Elvis Herná ndez Rodríguez, “Egipto” (Clase presentada en OTST101 Historia
Antigua y Arqueología, SETAC, La Habana, curso 2019-2020).
6
Roy Adams, El Santuario (Miami, Florida: Asociació n Publicadora Interamericana,
1998), 12.
4
instrucciones concernientes a la consagració n de los sacerdotes. Esto proporcionaba
Moisés su intenció n de “morar con su pueblo”. Es decir, que la razó n principal para erigir el
Taberná culo era para restaurar a su pueblo a una relació n de pacto en la que Israel
participara del proceso por medio del cuá l estaba tipificado cada departamento del
Santuario.
Conforme al modelo
De acuerdo a las estructuras de adoració n de las naciones vecinas de los tiempos del
el que se evidenciaba su orden. De acuerdo al contexto de los hebreos una vez que habían
salido de Egipto, ellos arrastraron muchas de sus costumbres. Era necesario un sistema
totalmente diferente a las demá s naciones para separar al pueblo de Dios de las demá s. Es
por ello que Moisés recibe instrucció n para la realizació n del nuevo sistema.
Morada y de sus utensilios, así lo haréis”. Cada detalle, cada figura, cada medida, cada
7
Á ngel Manuel Rodríguez, “La doctrina del Santuario”, en Teología: Fundamentos
Bíblicos de nuestra Fe, Félix Cortés A., vol. 4 (Florida: Asociació n Publicadora
Interamericana, 2005), 102.
8
Rodríguez, “La doctrina del Santuario”, 108.
5
elemento del Santuario tenía sus especificidades, y cada una de ellas simbolizaba algo
específicamente dentro del plan de Dios para la restauració n del ser humano para con Dios.
La palabra utilizada para modelo viene del hebreo ַּת ְבנִיתtaḇniyṯ, un “sustantivo
femenino que significa un plan, un patró n, una forma…, significa construir, y se refiere a los
planos de un edificio o un objeto, como el diseñ o del Taberná culo y su contenido (Ex. 25:9,
40); un altar (Josué 22:28; 2 Reyes 16:10); y el Templo y su contenido (1 Cr. 28:11, 12, 18,
19) … Los sinó nimos de esta palabra son temû nā h (8544), que significa semejanza o forma,
de edificar un Santuario, Aaró n le construyó por pedido del pueblo un ídolo segú n la
semejanza de la adoració n egipcia al cual declararon: “Israel, estos son tus dioses, que te
sacaron de la tierra de Egipto” (É xodo 32:4). Si se les hubiese permitido hacerlo segú n la
mentalidad de las naciones vecinas, jamá s iban a comprender el propó sito santo y perfecto
de Dios para con su pueblo. Debía ser segú n la semejanza o forma que los acercara a Dios,
Tal como lo declaró Stephen cuando dijo “Este santuario era una sombra, o modelo,
del santuario celestial; y el servicio fue planeado de tal manera por el Señ or que todo el
trabajo era un tipo, o representació n, de la obra que el Hijo de Dios haría en la tierra y en el
cielo para la redenció n de la raza perdida. Era la lecció n objetiva má s maravillosa que
9
Warren Baker y Eugene E. Carpenter, The complete word study dictionary: Old
Testament (Chattanooga, TN: AMG Publishers, 2003), 1213.
10
Haskell, La sombra de la cruz, 18.
6
Tal como lo describe Haskell, el modelo dado por Dios era un tipo de Cristo. Es decir,
que tanto el primer sacrificio patriarcal como el nuevo sistema de sacrificios a través del
Santuario, ambos eran tipos del verdadero sacrificio que tendría cumplimiento mediante
Jesú s. Llegaría el momento en que estos dos tipos se enfrentarían al antitipo para dar
cumplimiento a la promesa dada por Dios en Génesis 3:15 a través del verdadero Santuario
7
Capítulo 2: El santuario Celestial
en cuenta que no es el propó sito explicarlos a detalle. El primer sistema dado a Adá n y
practicado por su hijo Abel, el pecador debía tomar un cordero para ofrecerlo en sacrificio
por causa de su propio pecado. Mediante este acto, el cordero tomaba la culpa del pecador
y moría en lugar de este. Era un sistema bastante simple y con un significado profundo que
apuntaba a Cristo.
no só lo estaba el sacrificio por la culpa, sino que se realizaban otros por diferentes motivos.
Tomando solamente el pecado por la culpa, a modo de resumen el pecador que cometía un
pecado debía ir hasta la puerta del taberná culo con un cordero. Una vez en el lugar, frente
al sacerdote, imponía sus manos sobre el cordero y traspasaba su culpa y luego el mismo
pecador lo degollaba. Luego comenzaba la funció n del sacerdote quién tomaba la sangre
que transportaba el pecado y lo llevaba hasta el santuario, lugar que una vez al añ o debía
ser purificado.
El verdadero Santuario
La promesa dada a Adá n y Eva en Génesis 3:15 declara que “la Simiente de la mujer
aplastaría a la serpiente”. Era preciso que Jesú s viniera a este mundo nacido de una mujer.
8
nació n y prepararla para la llegada del Salvador. Desde la elecció n de Abraham para ser el
padre de la promesa, posteriormente a través del libertador Moisés, luego a través del
reinado Davídico, Dios estaba forjando a un pueblo por medio del cual vendría la Simiente
Cada profeta apuntó al momento que habría de venir el Salvador del mundo, y
llegado el día señ alado, nació en un lugar humilde el mismo Dios en la persona de
Jesucristo.
Justo antes de comenzar su ministerio, Juan el Bautista declaró “He aquí el Cordero
de Dios, que quita el pecado del mundo”. (Juan 1:29). Esta declaració n conectó
directamente a Jesú s con el cordero del sacrificio patriarcal. Aú n Jesú s no había cumplido
con la promesa, pero a través de todos los profetas, incluyendo al mayor de todos los
tiempos, Juan el Bautista, ahora se señ aló a Jesú s como el cordero de Dios que moriría en
nuestro lugar.
Jesú s con el segundo sistema de sacrificios dado en el Sinaí cuando dijo “Mas estando ya
presente Cristo, pontífice de los bienes que habían de venir, por el má s amplio y má s
perfecto taberná culo, no hecho de manos, es á saber, no de esta creació n; Y no por sangre
de machos cabríos ni de becerros, má s por su propia sangre, entró una sola vez en el
Así como el segundo sistema de sacrificios a través del Santuario no terminaba hasta
la purificació n de este, el Santuario Celestial debe ser purificado para poder disfrutar de la
fiesta del cordero. “Con respecto a la naturaleza de la purificació n, Jaime White afirmó , en
1853, que el santuario terrestre fue ‘purificado, no como se limpia una habitació n o el
9
vestuario, sino del pecado’. A lo que J.N. Andrews añ adió que, como ‘el santuario terrestre
era purificado por la sangre’, ‘el santuario celestial debe ser purificado por un sacrificio
Al ascender Jesú s al cielo, tal como lo describe el apó stol Pablo, entró en el Santuario
Celestial. Una vez dentro comenzó su funció n sacerdotal de intercesió n por la humanidad.
Pero, llegó el momento que debía cruzar hacia el lugar Santísimo para purificarlo, ¿cuá ndo
ocurrió esto?
no creado por el hombre. Daniel 8:14 declara el momento exacto que ocurriría, y en el
“Para Miller, los 2300 días de Daniel 8:14 eran simbó licos en su naturaleza, y debían
ser entendidos como 2300 añ os literales. EI alegaba que, al considerar "cada día como un
encontró apoyo bíblico para el principio de día por añ o principalmente, en (1) Nú meros
diligencia la Palabra profética relacionada con Daniel, y para Gloria de Dios lograron
establecer la fecha en la que ocurriría la purificació n del Santuario. La historia relata que
11
Alberto R. Timm, Clásicos del Adventismo, vol. 11, El Santuario y los mensajes de los
Tres Ángeles (Lima, Perú : Salt & Escuela de posgrado, 2004), 199.
12
Timm, El Santuario y los mensajes de los Tres Ángeles, 32.
10
este movimiento creyó que era la purificació n de la tierra y fueron chasqueados al no
ocurrir nada durante la fecha señ alada. Pero, después de mucho estudio, un grupo selecto,
Sinaí, cuando se realizaba la purificació n del Santuario, todos los pecados de manera
simbó lica eran sacados fuera e impuesto sobre el macho cabrío por hazazel. Esta escena fue
descrita por la iglesia naciente adventista como un período de juicio pre advenimiento al
“Así, para 1850, los adventistas sabatistas sostenían (1) que el santuario de Daniel 8:
14 era el santuario/templo en la Nueva Jerusalén; (2) que los 2300 días terminaron el 22
de octubre de 1844; y (3) que la purificació n del santuario comenzó con el paso de Cristo
del lugar santo al lugar santísimo del santuario celestial e implica un juicio investigador
acuerdo a la funció n que Jesú s realiza actualmente, es posible declarar que luego de borrar
los pecados, es decir, separar los pecados del pecador para poder salvarle, lo siguiente será
imponer todos los pecados sobre el verdadero culpable. Una vez realizado este proceso, el
pecado finalmente será destruido juntamente con el originador del pecado y aquellos que
13
Timm, El Santuario y los mensajes de los Tres Ángeles, 94.
14
Ibid.
11
Conclusiones
Todo lo que ha hecho Dios ha sido perfecto. Primero, toda la creació n. Luego,
después de Sataná s haber trastornado la creació n, Dios puso en prá ctica un plan perfecto
para rescatar al ser humano. Todo el sistema de sacrificios, tanto el de la era patriarcal
como el posterior al Sinaí, estaba establecido para que el hombre se acercara a Dios a
través de la fe por medio de la promesa. Una vez cumplida la promesa, poder vivir con Dios
Es importante dedicar tiempo al estudio de la Palabra de Dios, pero sobre todas las
15
Elena G. the White, Testimonios para la Iglesia (Florida, Estados Unidos:
Asociació n Publicadora Interamericana, 1998), 5:490,1.
12
Bibliografía
Baker, Warren y Eugene E. Carpenter. The complete word study dictionary: Old Testament.
Chattanooga, TN: AMG Publishers, 2003.
Haskell, Stephen N., La sombra de la Cruz. South Lancaster, Mass: The Bible Training School,
1994.
Herná ndez Rodríguez, Elvis, “Egipto”. Clase presentada en OTST101 Historia Antigua y
Arqueología, SETAC, La Habana, curso 2019-2020.
Manuel Rodríguez, Á ngel, “La doctrina del Santuario”, en Teología: Fundamentos Bíblicos de
nuestra Fe. Félix Cortés A., vol. 4. Florida: Asociació n Publicadora Interamericana,
2005.
Timm, Alberto R., Clá sicos del Adventismo, vol. 11, El Santuario y los mensajes de los Tres
Ángeles. Lima, Perú : Salt & Escuela de posgrado, 2004.
White, Elena G. the. Historia de los Patriarcas y Profetas. Florida, EE. UU.: Asociació n
Publicadora Interamericana, 2008.
___________________
. Testimonios para la Iglesia. Florida, Estados Unidos: Asociació n Publicadora
Interamericana, 1998. 5.
. the, The Spirit of Prophecy. Battle Creek, Mi: Seven-day Adventist Publishing
___________________
Association, 1870. 1.
13