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Informe Pericial-Un Caso de Acoso Laboral
Informe Pericial-Un Caso de Acoso Laboral
Organizaciones
ISSN: 1576-5962
revistas_copm@cop.es
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
España
Artículo
Informe pericial: un caso de acoso laboral
RESUMEN
ABSTRACT
Plataforma contra los Riesgos Psicosociales y la Discriminación Laboral de la comunidad de Madrid (PRI-
2
DICAM).
Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 2008, vol. 24 n.º 1 113
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preventive actions and work psychology are very useful, not to say that a comprehensive
training in clinical psychology (evaluation, psycho-diagnosis, psychopathology, etc.) is a
key ingredient of a skilled forensic expert. This paper is a report by forensic and work psy-
chology experts on mobbing, a subject matter that can be approached in Spain from differ-
ent jurisdictions –civil, criminal, social, administrative.
PALABRAS CLAVE
KEY WORDS
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David González, Sabino Delgado
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un correcto rapport con los evaluadores capacidad laboral, pérdida de peso, estado
desde el comienzo. Cognitivamente nor- de ánimo triste, pérdida de apetito y alte-
mal, sin apreciarse alteraciones en el curso ración de la libido.
o contenido del pensamiento. Refiere difi-
cultades significativas en relación a la • STAI
memoria a corto plazo a raíz de la situa-
ción de acoso a la que hacer referencia; De los resultados obtenidos por el Sr.
memoria conservada perfectamente a M se desprenden importantes niveles de
medio y a largo plazo. ansiedad-rasgo (centil 90) y en menor
medida de ansiedad-estado (centil 75).
Se aprecia importante alteración en lo
referente a la autoestima y a su afectivi- • MMPI-2
dad, principalmente a la hora de hacer
referencia a la situación laboral de acoso Atendiendo a las escalas de validez de
padecida en los últimos años. En rela- la prueba, el Sr. M ha mostrado un estilo
ción a estas referencias de acoso también de respuesta sincero y coherente, no
son apreciados importantes signos y sín- habiendo ninguna escala que resulte inva-
tomas de ansiedad que el explorado indi- lidada, si bien es cierto que se detecta una
ca que están afectando de forma signifi- actitud de defensividad consistente en la
cativa a todas las esferas de su vida pese negación de síntomas (Índice de Gough =
a continuar de baja y recibiendo trata- -11). En cuanto a la interpretación general
miento especializado, ya que no puede del perfil se debe señalar que el explorado
evitar sentirse culpable y recordar lo muestra unos elevados niveles de ansiedad
ocurrido. (PD > 70) (Hy; Pt; Mt; A; ANX), múlti-
ples quejas somáticas significativas (PD >
70) (Hs; HEA; Hy3; Hy4; D3) y sintoma-
RESULTADOS DE LOS REACTIVOS tología depresiva (PD > 70) (D; D4; D1;
ADMINISTRADOS Sc2). Además son detectados problemas
de atención y dificultades en la concentra-
• SCL-90-R ción (PD > 70) (Hy3; Sc3).
El Sr. M obtiene unas elevadas puntua- El perfil obtenido por el peritado coin-
ciones en comparación con la población cide con uno de los patrones primeramen-
general en las escalas de ansiedad (centil te descritos en el MMPI, la llamada V de
95), depresión (centil 95), obsesivo-com- conversión (Graham, 2000; Nicholls,
pulsivo (centil 90) y somatizaciones (cen- 2002). Según los datos aportados por la
til 90). investigación de la prueba MMPI-2 (Casu-
llo et al., 1999; Graham, 2000; Nicholls,
• BDI 2002), las personas con un perfil 3-1 (Hy-
Hs) tienen tendencia a presentar importan-
La puntuación directa alcanzada por el tes quejas somáticas (i.e. dolores de cabe-
Sr. M es de 27 puntos, lo cual indica un za, pecho y espalda, así como temblores,
nivel de depresión moderado. A nivel cua- fatiga, debilidad o insomnio), que pueden
litativo destacan en el peritado los senti- incrementarse ante situaciones estresantes.
mientos de castigo, disminución de la Generalmente no presentan niveles seve-
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ción ante su situación. Estos datos ofreci- la existencia de actos con el propósito de
dos no son propios de alguien que preten- reducir las posibilidades de la víctima de
da simular una situación psicopatológica. comunicarse adecuadamente con otros,
Además, en las pruebas psicodiagnósticas evitar que la víctima tenga la posibilidad
empleadas para la evaluación del peritado de mantener contactos sociales, realizar
no se observa una exageración uniforme actuaciones dirigidas a desacreditar a la
(situación propia de los simuladores), víctima o impedirle mantener su reputa-
debiéndose añadir que las escalas de vali- ción personal, procurar la reducción de la
dez son correctas en los protocolos cum- ocupación de la víctima y su empleabili-
plimentados por el Sr. M, no detectándose dad mediante su desacreditación profesio-
simulación en ninguna de ellas. El patrón nal e intentar empeorar la salud (física o
de síntomas se presenta de modo consis- psíquica) de la víctima tal y como indica
tente, en todos los instrumentos de evalua- haber padecido el Sr. M durante sus últi-
ción utilizados, cualitativos y cuantitati- mos años en activo. De hecho, cabe desta-
vos, existiendo concordancia entre la car que tanto el tipo de acontecimientos
impresión clínica y los hallazgos psicomé- referidos por el Sr. M, como el curso y
tricos alcanzados. evolución de la sintomatología desarrolla-
da, son consistentes con el proceso de vic-
El estado psicopatológico actual del Sr. timización propio de las personas someti-
M es susceptible de mejoría, por lo que se das a una situación de acoso psicológico
recomienda que reciba tratamiento espe- en el trabajo, ya que el mobbing es consi-
cializado orientado a la reducción del derado como un extendido y peligroso
estrés, mejorar el manejo del elemento tipo de estrés social dentro del contexto
estresante si no es eliminable o reductible laboral (Einarsen, 2000; Leymann, 1996;
y en establecer un sistema de apoyo para Niedl, 1996; Vartia, 1996; Zapf et al.,
potenciar la adaptación del individuo 1996), coincidiendo los estudios realiza-
(Kaplan y Sadock, 1999; Strain et al., dos al respecto en señalar las negativas
1996). consecuencias para la salud de la víctima
que es sometida a acoso psicológico en el
En cuanto a la situación de acoso refe- trabajo (Borrás, 2002; Leymann y Gus-
rida por el Sr. M, se debe señalar que fue tafsson, 1996; Matthiesen y Einarsen,
Leymann el primer autor en sugerir una 2001; Mikkelsen y Einarsen, 2002; Pérez-
definición operativa del concepto mobbing Bilbao et al., 2001; Piñuel, 2001, 2003;
(Zapf et al., 1996), definiéndolo como Zapf y Einarsen, 2001) ya que la sistemá-
“una hostilidad y comunicación no ética, tica exposición a la violencia psicológica
que es dirigida de modo sistemático por y el hostigamiento laboral genera una gran
uno (o pocos) sujetos hacia un individuo, tensión en la mayoría de los trabajadores
que debido a esta situación le coloca en (Matthiesen y Einarsen, 2001), producien-
una indefensa posición. Este hecho suele do un impacto negativo en el bienestar de
ocurrir de una forma muy frecuente (al la persona afectada (Niedl, 1996) y llevan-
menos una vez a la semana) y durante un do a la víctima a una posición de indefen-
cierto tiempo (al menos seis meses de sión (Groebinghoff y Becker, 1996). La
duración)”. Por otra parte, diversos estu- irritabilidad, la sintomatología ansioso-
dios señalan cinco actividades básicas de depresiva y las somatizaciones son los sig-
acoso moral (Leymann, 1996), como son nos clínicos más habituales en las víctimas
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