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Sofia Darcoli Serra

Prof. Anayra Santory Jorge


FILO3195-0U1
16 de mayo de 2023

“De depredador hiperclave a criatura metamórfica que busca ser ‘terrestre’”


Hemos tratado de definir nuestro lugar en la relación con nuestro medio ambiente.
Podríamos decir que actualmente a lo que ha llegado nuestra relación, no es algo muy bueno.
El ser humano, es visto como un superdepredador que ha dañado todo lo que lo rodea por
intereses económicos y políticos. Ésto nos lleva a reevaluar nuestra relación con nuestro
planeta y nuestros ecosistemas de los que dependemos para sobrevivir. El documental
Tomorrow, en vez de ser el típico documental catastrófico, propone soluciones. (#1) Nos
muestran ejemplos de iniciativas que ya están sucediendo en algunos países para combatir el
cambio climático y el calentamiento global. Las iniciativas mostradas son de diversas áreas:
agricultura, economía, educación, democracia y energía. Mediante éstas iniciativas como la
del reciclaje en la ciudad de San Francisco, las reformas democráticas en la India y el uso de
energías renovables en la ciudad de Copenhague, podemos sentir un poco de alivio. Ya que
son cosas que ya están sucediendo actualmente y nos empujan a reevaluar nuestro lugar en la
sociedad y el planeta que habitamos. Es necesario exponernos a éste tipo de contenido para
entender que debería y no debería ser nuestro rol en la naturaleza.
En La Naturaleza de la Naturaleza, Enric Sala nos propone una serie de argumentos
acompañados por explicaciones detalladas sobre cómo funcionan los ecosistemas y cómo
interactuamos con ellos actualmente. Con las explicaciones de Sala, es bastante claro lo que
piensa el autor sobre el ser humano en el contexto de la naturaleza. Somos unos
superdepredadores. Sala comenta: “¿Qué ha permitido que los humanos se conviertan en el
depredador clave supremo de la Tierra, el depredador hiperclave, como nos llamaba Bob
Paine?”(#2, Sala, 161) Los seres humanos hemos descubierto cómo crecer sin las
limitaciones de nuestros recursos naturales. Actualmente, dependemos de la energía muerta,
del pasado. Es decir, extraemos combustibles fósiles de la necrosfera. La necrosfera es la
capa muerta de la biosfera. Dependemos de ella para crear nuestros ecosistemas artificiales,
somos la única especie que lo hace. Haciendo esto estamos interrumpiendo los ciclos
naturales de los ecosistemas, alteramos los procesos y así impedimos la regeneración
necesaria. (#3)
Para saber cómo afrontar los problemas del cambio climático, es necesario definir la
naturaleza. En Metamorfosis, Emanuele Coccia busca hacer exactamente eso. Muchas de las
soluciones modernas buscan separar lo que es el ser humano de la naturaleza. No debería ser
la única solución y no lo es. Coccia dice: “La multiplicación de los cuerpos y de los yoes
–eso que llamamos << nacimiento>> – es, ante todo, un proceso de transformación de los
cuerpos existentes.”(#4, Coccia, 31) Coccia busca expandir la idea que la naturaleza son las
cosas que nacen. El nacimiento, según los argumentos de Coccia, implica que no es un
comienzo absoluto. Antes del acto de nacer éramos algo, es decir, había algo antes de
nosotros. Nuestros cuerpos no aparecieron de la nada, originamos de algo existente. El futuro
de los seres humanos descansa en entender que separarnos de la naturaleza no es la respuesta.
“El hecho de que la muerte de cada persona viviente sea solo un momento, un aspecto del
proceso de alimentación de otros individuos, muestra que en la naturaleza nada muere; todo
se transforma: la misma vida común se transforma y circula de un individuo a otro.”(#5,
Coccia, 162) Somos parte de un ecosistema. No podemos interrumpirlo con el fin de
‘mejorarlo'. Crear ambientes ultra-controlados y no naturales no es una solución para los
problemas que enfrentamos. Tenemos que volver a la naturaleza y entenderla.
En ¿Dónde estoy? Bruno Latour explora el mundo post-cuarentena luego de la
pandemia global de covid-19. Nos invita a reflexionar sobre las lecciones que se pueden
aprender. Latour dice: “De pronto la expresión <<vivir en un mundo globalizado>> nos
pareció anticuada, rápidamente sustituida por esta idea apremiante: <<Tratemos de situarnos
en un lugar que tendremos que describir junto con otros>>.(#6, Latour, 88) La cuarentena nos
obligó a quedarnos en un solo sitio, a pertenecer a un territorio. Vivir esa experiencia cambió
un poco la opinión de las personas sobre cómo vivíamos en el mundo pre-pandémico.
Renació la idea de vivir en comunidad y poder definir el territorio que cada cual habitamos.
Volver a ser parte de la naturaleza. Latour comenta sobre el movimiento de los paisajes que
habitamos:“En vez de expresar la naturaleza profunda de lo que podría llegar a ser un paisaje,
esta apropiación muestra cada vez más su verdadero carácter, el de toma de tierra, una requisa
violenta, una ocupación, hecha por otros, durante un tiempo, y sobre todo para otros, antes
que se vayan con la música a otra parte dejando tras de sí la superficie de la tierra
devastada.”(#7, Latour, 113) La tierra se compone de materia, el movimiento de los paisajes
somos los seres humanos que habitamos en ellos. Tenemos una relación explotativa con
nuestros paisajes. Los seres que viven en los paisajes, Latour dice que:“Minúsculos,
inaccesibles, astutos, obstinados, pero sobre todo, como los demás seres vivos, sujetos a una
ley que ellos mismos se dictan.” (#8, Latour, 117) Los ecosistemas dependen de una dinámica
cuidadosamente balanceada y de la cual todos los seres vivos participan. Algunos más o
menos independientes que otros seres. Latour plante la siguiente idea:“Curiosamente, el
confinamiento ayuda a los terrestres a huir de la huida del mundo.”(#9, Latour 122) La
cuarentena nos obligó a dejar de tratar de huir de nuestro territorio. Nos hizo pensar
nuevamente en lo que significa ser humano en la Tierra. El autor ilustra este ejemplo de una
manera interesante. Se inventa una ‘astrología’ para categorizar los tres diferentes ‘planetas’
y sus diferentes ideologías. Cada ideología propone un significado de lo que significa ser un
<<ser humano>>. Latour comienza a discutir la opción de un planeta proyecto de los
terrestres y la necesidad de la diplomacia para explorarlo. Latour explica que:“Sí existen las
llamadas relaciones internacionales e incluso algunos tinglados supranacionales, pero no
logran reducir la formidable desconexión, creciente día a día, entre los territorios <<que se
viven>> y los territorios <<de los que se vive>>.”(#10, Latour, 125) La diplomacia ya existe,
y en territorios irregulares prospera por la falta de definición de fronteras.
En conclusión, el ser humano tiene mucho que hacer por sus ecosistemas y es de suma
importancia la reevaluación de lo que significa ser en la naturaleza. Se necesita mucha
educación para realmente comprender lo que implica todo esto. Nuestra relación con nuestro
planeta es lo más importante que tenemos y lo único que nos puede salvar.

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