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La Escuela Como Dispositivo para El Disc
La Escuela Como Dispositivo para El Disc
RECUPERAR LA SUBVERSIÓN
¿Quién recordaría hoy, sino a Kant, a Spinoza, a Marx o a Freud? ¿Quiénes serían
para nosotros Copérnico, Newton, Einstein, Juan José Castelli, Pablo Picasso, Salva-
dor Dalí o Frida Kalho, si no hubiesen traicionado los cánones de su época y o los
de la actividad en la que se destacaron? ¿Y qué lugar hubieran ocupado en este
mundo Ernesto Guevara, John Lennon, Galileo Galilei o Jorge Luis Borges, sino
hubieran subvertido un breve espacio de la cultura humana?
Platón pensaba ese orden externo como el cosmos, como lo recuerda Scavino “(…)
para Platón también existía una 'disposición de las cosas': la que llamaba cosmos,
el orden natural del mundo.”1 Y fíjense ustedes, que cuado queremos calificar algo
como no discutible, como de certeza absoluta, lo denotamos como natural”. Deci-
mos, por ejemplo, “es natural que haya pobres, en todas las sociedades los
hubo…”, o “lo natural son las parejas entre personas de diferente sexo” o “Pérez es
el candidato natural de nuestro partido.”
La pobreza no es otra cosa que un problema de distribución de la riqueza. Y cabe
preguntarnos: ¿quién distribuye la riqueza, la naturaleza? Las parejas heterosexua-
les no son producto de la naturaleza, sino una convención humana. Y no hay nada
más alejado de la naturaleza, que la elección de un líder político Y sino, a las prue-
bas me remito: Menem fue el “candidato natural” del PJ hasta que dejó de serlo, y
lo mismo Duhalde, o Kirchner.
1
SCAVINO, D. (1999). LA ERA DE LA DESOLACIÓN. Buenos Aires. Manantial. Pag. 37.
2
Lo que ocurre, es que el orden natural, así como se lo presenta, no puede ser desa-
fiado por el hombre, porque es inmutable, y está fuera de su dominio. “Lo que na-
tura non da, Salamanca non presta” dice la sentencia, que condena cotidianamente
al millones de niños al fracaso escolar.
2
“(…) el término “rol” se origina en el teatro. Efectivamente en el teatro griego clásico, las diferentes
partes de los dramas se escribían en "rollos". El teatro moderno, hereda esa tradición registrando en
"roles" (fascículos de papel) los distintos papeles de los personajes dramáticos.
Entonces, los roles remiten a los argumentos que los actores debían interpretar, en el marco de las
obras teatrales. Pero también suele vincularse esta idea de papel teatral, a las máscaras que los actores
de teatro griego utilizaban, para dar vida a los diversos personajes que ponían en escena.” VAIN, P.
(2007) “¿Y SI EL ALUMNO NO ESTUVIERA ALLÍ? UNA MIRADA ACERCA DEL ROL DOCENTE UNIVERSITA-
RIO, DESDE LAS PRÁCTICAS DE LA ENSEÑANZA EN ENTORNOS NO PRESENCIALES. Universidad de
Málaga. Tesis Doctoral (Inédito). Pag. 10.
3
Resulta interesante preguntarse acerca del terror que llevó a los anormales a la
muerte, el aislamiento, el encierro, el cotolengo o al loquero. Es el terror frente a la
subversión de lo diferente. Es –como dirían Skliar y Dustchazky- “el otro como
fuente de todo mal.”3 Ese otro que desde su diferencia nos interpela sobre nuestra
“normalidad”. La inquietante presencia del extranjero, de ese otro diferente. Él que
no sigue las reglas, ni las escrituras. El que, a través de los tiempos, no se ajustó a
los papeles y quiso escribir por sí mismo, su historia. Ese que, como Túpac Amaru,
intentó construir un destino diferente para sus hermanos indios; o aquél que, como
Galileo, se permitió pensar que la tierra no era el centro del universo.
Detengámonos por un momento en estas dos figuras. ¿Cuál fue su condena, por ser
diferentes y plantear sus diferencias? José Gabriel Condorcanqui, más conocido co-
mo Túpac Amaru fue descuartizado, luego decapitado y sus restos distribuidos en
varias regiones del Alto Perú, para el escarmiento. Galileo, fue torturado por la In-
quisición, hasta que abjuró de sus teorías. ¿Y qué cuestionaron ambos? El poder
“natural” del monarca, para gobernar Túpac; y la explicación del dogma católico
acerca de la organización del universo, Galilei.
Y sin embargo, ningún rey gobierna hoy las tierras de Túpac Amaru, por “derecho
natural”. Ni tampoco la Iglesia Católica, cuestiona actualmente la teoría heliocéntri-
ca, sustentada por Galileo.
Pero el precio por la subversión, siempre ha sido muy alto. Porque estos “traidores”
–como los calificaría Dalmiro Sáenz- pretenden el lugar de un otro. Y ese otro, en
nuestra cultura –aún con los actuales discursos, políticamente correctos, acerca de
la pluralidad y la tolerancia, de la retórica de la “diversidad”- es el lugar del que
escribe la obra, del Autor (con mayúsculas), del que fija las reglas. Y ello no parece
estar en discusión.
LA CUESTIÓN ES EL AUTOR
“... Cuando yo uso una palabra -dijo Humpty Dumpty con un tono de voz bastante
despectivo- quiere decir lo que yo quiero que diga… ni más ni menos.
-La cuestión es saber -insistió Alicia- si se puede hacer que las palabras signifiquen
tantas cosas diferentes,
-La cuestión es saber- dijo Humpty Dumpty- quién es el que manda... eso es to-
do.”4
Del mismo modo, y siguiendo al personaje del célebre cuento de Carroll, lo impor-
tante es saber quién manda, quién pone las reglas, quién es el Autor. Se trata en-
tonces de preguntarnos por el poder. Y para eso, resulta más que interesante, in-
troducir el aporte de Pierre Bourdieu, sobre el análisis de la violencia simbólica.
Porque ese análisis ayuda a responder porque cada cuál “hace su juego” pero siem-
pre cumpliendo el rol que le fue asignado, y desempeñando el papel que para él fue
escrito.
Siguiendo las cosas como las venimos presentando, podemos decir que “lo escrito”
(el cosmos de Platón, la obra de Calderón), ese modo particular en que una deter-
minada cultura ha resuelto las diferentes circunstancias que la han afectado, para
lograr sobrevivir, es lo que Bourdieu llamó “arbitrario cultural.”
3
DUSCHATZKY, S. y SKLIAR, C. (2000). LA DIVERSIDAD BAJO SOSPECHA. REFLEXIONES SOBRE LOS
DISCURSOS DE LA DIVERSIDAD Y SUS IMPLICANCIAS EDUCATIVAS. Cuaderno de Pedagogía Rosario
Año 4 Nº 7. Rosario. Bordes.
4
CARROLL, L. (2005) ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS. Buenos Aires. La Página.
4
“Emilia (maestra): Una de las finalidades de los viajes de Colón fue la evangeliza-
ción de los infieles. ¿Saben Uds. quienes eran los infieles? Los indios, claro, porque
ellos no tenían la religión cristiana, como nosotros...” (VAIN; 1997)
"Un pibe inteligente es un pibe con un coeficiente intelectual mayor que otro;
que llega a un... ¿cuál es el número? Viste que hay escuelas que se manejan con
pibes de un (cierto) coeficiente intelectual; por ahí, ése es un pibe inteligente" (do-
cente de sexo femenino, 34 años de edad, antigüedad de 7 años, formada en el
profesorado, se desempeña en 4° grado y atiende a sectores bajos). (KAPLAN,
2007)
"(...) pobre S., lo cargan tanto por ser boliviano, en otra escuela de Barrio Norte
que voy le pasa lo mismo a una nena boliviana. Yo que la madre la saco y la man-
do a una escuela donde vayan sólo bolivianos para que no sufra, se lo dije, pero no
me escucha, para mí es mejor que los bolivianos estén con bolivianos, ¿no viste
cómo los coreanos se juntan entre ellos y nadie los carga?" (KAPLAN, 2007)
¿Qué es lo que se naturalizó en cada uno de estos ejemplos? ¿Cuál fue el arbitrario
cultural que se impuso?
En el primer caso, la maestra naturaliza la pertenencia a la religión cristiana. Según
esta docente, ser “nosotros” es pertenecer a una determinada religión. Y fíjense
ustedes el terrible precio que se paga, si no se pertenece a esa religión: no se for-
ma parte del “nosotros.”
En el segundo caso, lo que está naturalizado es la idea de que la inteligencia puede
ser medida, y por lo tanto, los desempeños pueden ser predecidos. Y permítanme
aquí, una breve digresión. Escribe Eduardo Galeano:
“Hace un siglo, Alfred Binet inventó en Paris el primer test de coeficiente intelectual
con el sano propósito de identificar a los niños que necesitaban más ayuda de los
maestros en las escuelas. El inventor fue el primero en advertir que este instru-
mento no servía para medir la inteligencia, que no puede ser medida y que no deb-
5
BOURDIEU, P.
6
FLASCHSLAND, C.
5
ía ser usado para descalificar a nadie. Pero en 1913 las autoridades norteamerica-
nas impusieron el test de Binet en las puertas de NY, bien cerquita de la Estatua de
la Libertad, a los recién llegados inmigrantes judíos, húngaros, italianos y rusos y
de esa manera comprobaron que 8 de cada 10 inmigrantes tenían mente infantil.
Tres años después, las autoridades bolivianas lo aplicaron en las escuelas públicas
de Potosí, 8 de cada 10 niños eran anormales. Y desde entonces hasta nuestros
días, el desprecio racial y social continuó invocando el valor científico de las medi-
ciones del coeficiente intelectual que tratan a las personas como si fueran números.
En 1994, el libro The Bell Curve tuvo espectacular éxito de ventas en EE.UU. La
obra, escrita por dos profesores universitarios, proclamaba sin pelos en la lengua lo
que muchos no se atreven a decir o dicen en voz baja: los negros y los pobres tie-
nen un coeficiente intelectual inevitablemente menor que los blancos y los ricos,
por herencia genética, y por lo tanto se echa agua al mar cuando se dilapidan dine-
ros en su educación y asistencia social. Los pobres y sobre todo los pobres de piel
negra, son burros y no son burros porque sean pobres sino que son pobres porque
son burros.” (Galeano, 1998).7
Este es el eficaz mecanismo que hace posible, que cada cuál cumpla su rol en la
obra, sin cuestionar el libreto, y mucho menos al Autor. Porque el que cuestiona,
está cuestionando el orden de la naturaleza, está yendo contra las leyes que orde-
nan el mundo. Veamos esto en un ejemplo sobre nuestro país. Ricardo Bruera
(primer Ministro de Educación de la dictadura militar, dijo en una entrevista pe-
riodística:
"La Argentina es un país occidental y cristiano, no porque esté escrito así en el
aeropuerto de Ezeiza; la Argentina es occidental y cristiana porque viene de su
historia. Es por defender esa condición como estilo de vida que se planteó esta
lucha contra quienes no aceptaron ese sistema de vida y quisieron imponer otro
distinto [...] consideramos que es un delito grave atentar contra el estilo de vida
occidental y cristiano queriéndolo cambiar por otro que nos es ajeno, y en este
tipo de lucha no solamente es considerado como agresor el que agrede a través
de la bomba, del disparo o del secuestro, sino también aquel que en el plano de
7
GALEANO, E. (1998). PATAS ARRIBA. LA ESCUELA DEL MUNDO AL REVÉS. Buenos aires, Siglo XXI.
Pag. 56.
8
GUTIERREZ, A. PIERRE BOURDIEU, LAS PRÁCTICAS SOCIALES. Editorial Universitaria. Posadas, 1995.
Pag. 41.
6
las ideas quiera cambiar nuestro sistema de vida a través de ideas que son jus-
tamente subversivas; es decir subvierten valores [...] 9
“¿Será demasiado contundente afirmar que el 'otro como fuente de todo mal', signó
el modo predominante de relación social durante el siglo XX?” se preguntan Silvia
Duschatzky y Carlos Skliar en su interesante artículo “LA DIVERSIDAD BAJO SOS-
PECHA.”11 Y hay algo en ese trabajo, muy interesante de analizar, se trata de la
irrupción de la lógica binaria en el tratamiento de la alteridad. “La modernidad –
señalan los autores mencionados- estableció una lógica binaria a partir de la cual
denominó e inventó de distintos modos el componente negativo: marginal, indigen-
te, loco, deficiente, drogadicto, homosexual, extranjero, etc. Esas oposiciones bi-
narias sugieren siempre el privilegio del primer término y el otro, secundario en esa
dependencia jerárquica, no existe fuera del primero sino dentro de él, como imagen
velada, como su inversión negativa.”12
A partir de la instauración de este mecanismo, todo “otro” siempre es versión nega-
tiva del nosotros. Y si ese otro, pretende ocupar el lugar del nosotros, es decir si se
propone ser quién fija las reglas, quien escribe la obra y busca subvertir el orden
natural, debe ser sancionado mediante la “normalización” (esto es, haciéndolo
compulsivamente uno de nosotros) o la exclusión (incluida en ella la eliminación).
En 1902 se sancionó en nuestro país la Ley Nº 4144, llamada de Residencia. Su
núcleo central autorizaba al gobierno a expulsar a cualquier extranjero cuya con-
ducta comprometiera la seguridad nacional o perturbara el orden público. Esta ley,
que estuvo vigente por más de 50 años, es un ejemplo del modo en que la legali-
dad de nuestro país trató al otro diferente, en términos políticos. De la misma ma-
nera y siguiendo idéntica lógica, la dictadura militar denominó “campaña antiargen-
9
BRUERA, R. Entrevista periodística. Diario La Prensa, 18 de diciembre de 1977.
10
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Vigésima Segunda Edición.
http://www.rae.es/rae.html
11
DUSCHATZKY, S. y SKLIAR, C. Op. Cit.
12
DUSCHATZKY, S. y SKLIAR, C. Op. Cit.
7
tina” a las denuncias que diversos grupos realizaban en el extranjero, acerca de sus
políticas represivas.
Luego veremos, como la génesis de la escuela está vinculada -entre otras cuestio-
nes- a la construcción de la identidad nacional, dando lugar a un proceso de homo-
geinización, oculto tras la idea de igualdad.
“El problema –sostiene Myriam Southwell- era que quién o quienes persistían en
afirmar su diversidad fueron muchas veces percibidos como un peligro para esa
identidad colectiva o como sujetos inferiores que aún no habían alcanzado el mismo
grado de civilización.”13
Esta línea de pensamiento ha tenido especial impacto en la escuela argentina, de la
mano de la lógica binaria sarmientina, enunciada en términos de “civilización y bar-
barie”.
“Chicos ya saben - dice una maestra de turno - cuando suena el primer timbre de-
ben quedarse en su lugar y al sonar el segundo pasan a formar.” (Posadas, 1997)
¿Por qué esta obsesión por el orden por que todos hagan lo mismo, al mismo tiem-
po?
Detrás de esto está la idea de la escuela como fábrica… como necesidad de desa-
rrollo del sistema capitalista.
Saviani nos ayuda a pensar que la educación pública, a pesar de su discurso iguali-
tario, encubre un sistema de reproducción de la fuerza de trabajo que resulta fun-
cional al desarrollo del sistema capitalista.
13
SOUTHWELL, M. en MARTINIS, P. y REDONDO, P. (2006). IGUALDAD Y EDUCACIÓN. ESCRITURAS
ENTRE (DOS) ORILLAS. Buenos Aires: Del Estante. Pag. 52.
14
LA SALLE, J. B. citado en FOUCAULT, M. (1989). VIGILAR Y CASTIGAR. Editorial Siglo XXI. Buenos
Aires. Pag. 154.
8
la educación pública. Dice el autor: “El enfoque que emana de los clásicos de la
economía política burguesa (...) es el de que una instrucción general elemental dis-
pensada al conjunto de los trabajadores tiene efecto benéfico sobre el proceso pro-
ductivo siempre que no sobrepase los aspectos rudimentarios, lo que puede ser
suplido en poco tiempo y a expensas del Poder Público...”15
Como veremos luego, esta obsesión por la “fabricación”, que apreciamos en Sar-
miento, se entronca con la fundación de la Pedagogía científica, que reconoce en
Comenio su padre creador.
Pensemos por un momento en esta historia, que es nuestra historia. Cuentan los
sobrevivientes de ese siniestro campo de detención y torturas que fue la ESMA, que
cuando la selección argentina de fútbol disputaba la final del Campeonato Mundial
de 1978, en la cancha de River y a escasas diez cuadras de donde estaban deteni-
dos; los torturadores escuchaban el partido y tanto ellos, como sus víctimas, feste-
jaban los goles argentinos como una victoria. ¿Qué sutil y eficaz operación simbóli-
ca -nos preguntamos- puede lograr que, víctimas y victimarios compartan una
misma identidad?
Aceptamos que la situación que relatamos admite otros abordajes, ligados a la pa-
tología de la relación víctima-victimario, e incluso a la particular significación que
tiene el fútbol, como productor de identidades, en muchos países como el nuestro.
Pero estamos persuadidos, que una dimensión de la explicación posible, está vincu-
lada a los procesos de construcción de la nacionalidad.
15
SAVIANI, D. (1991). EDUCACIÓN: TEMAS DE ACTUALIDAD. Buenos Aires, Libros del Quirquincho. Pag.
69.
16
SARMIENTO, D. en NARODOWSKI, M. (1999). DESPUÉS DE CLASE. DESENCANTOS Y DESAFÍOS DE LA
ESCUELA ACTUAL. Novedades Educativas, Buenos Aires. Pag. 25.
9
Max Weber nos remite para ello, a un cierto “sentido compartido de pertenencia”17
lo que coloca al problema más cerca de la cuestión de la autopercepción de los ac-
tores sociales, que de la existencia de ciertas “condiciones objetivas” que permitir-
ían delimitar una comunidad.
Esto nos permite pensar, porqué los campesinos pobres, los indios o los inmigran-
tes, quedaron subsumidos bajo la identidad de un ciudadano único, impuesto desde
los sectores dominantes de la sociedad.
Martín (11; 2) que concurre a una escuela estatal de la Ciudad de Buenos Aires,
participa en una clase sobre la Guerra de las Malvinas. Cuando la maestra cuenta
su versión sobre esa situación bélica, Martín cuestiona la misma, aduciendo que en
su casa se maneja otra visión sobre aquel conflicto. La maestra le dice: - Martín, yo
estoy dando la clase, y, además, no vengo a la escuela para discutir sobre política -
.
Martín se queda desconcertado y comenta lo sucedido en su casa. Allí se le explica
que hay diversas versiones sobre la historia. Pasan unos días, y la otra maestra del
grado le entrega un libro sobre el tema, y le dice: - Creo que este libro puede inte-
17
WEBER, M. en BROW, J. (1990) NOTES ON COMMUNITY, HEGEMONY AND THE USES OF THE PAST.
(Traducción F. Jaume) Mimmeo. s/n.
18
GEERTZ, C. en BROW, J. Op. Cit. s/n.
19
ANDERSON, B. (1993). COMUNIDADES IMAGINADAS. Fondo de Cultura Económica, México. Pag. 23.
10
¿Por qué me parece esto importante? Porque es la génesis del modo en que la es-
cuela se construye a sí misma, como algo separado del resto de la sociedad. Crea
un territorio con reglas diferencias, tiempos y espacios particulares, e intereses
propios. Lo que ocurre “allí dentro” empieza a divorciarse del afuera.
20
ARIES; P. en ALVAREZ URÍA, F. y Varela, J. (1991). ARQUEOLOGÍA DE LA ESCUELA. La piqueta, Ma-
drid. Pag. 23.
21
ALVAREZ URÍA, F. y VARELA, J. Op. Cit.
22
ARIES; P. en ALVAREZ URÍA, F. y Varela, J. Op. Cit. Pag. 26.
11
Creo que este aislamiento, debería ser un elemento fuerte a considerar en la supe-
ración de la crisis de la escuela.
Y planteado esto, quisiera dedicar unas notas al modo en que se articula la escuela
con la aparición de la pedagogía científica.
En el Siglo XVII, Jan Amós Comenio proponía que el fin último de la educación es el
"enseñar todo a todos". Esta idea, que fue bautizada como la Pansofía, fue la ex-
presión de una de las más grandes utopías pedagógicas. Pero detrás de esta noble
intención, que conducía a pensar que todo el conocimiento humano debía ser cono-
cido por todos los hombres, la pansofía estuvo fuertemente asociada a un método,
que traducía igualdad como homogeneidad. Porque para que todos conocieran todo,
todos debían hacer lo mismo, en el mismo tiempo y espacio, y del mismo modo. Y
es desde allí, que la tradición pedagógica del autor de la Didáctica Magna se en-
tronca con la quimera de la fabricación.
“La historia de la educación -afirma Philippe Meirieu- está plagada por el mito de la
fabricación de un ser humano nuevo. El doctor Frankenstein y su monstruo son
ejemplos de esos ensueños educativos, que todavía hoy perduran en obras de cien-
cia-ficción.”24
¿Igualdad es homogeneidad?
“La mayor parte de los libros de texto que se utilizaban en las escuelas primarias
del país desde comienzos del Siglo XX compartían esta concepción. Les ofrecían a
los niños una historia de la nación que incluía entre sus páginas a los blancos cató-
licos, a los símbolos patrios, a sus personajes en desfiles militares, yendo al ejérci-
to, volviendo de la guerra. Cuando la fase guerrera del proceso de constitución na-
cional concluyó, el ejército fue reemplazado por la escuela. Los indios, los blancos
no católicos, las mujeres; se incluían con menor frecuencia y en todo caso en la
mayor parte de los textos en forma subordinada o negativa.” 25
23
CARRAHER, T; CARRAHER, D. y SCHLIEMANN, A. (1991) EN LA VIDA DIEZ; EN LA ESCUELA, CERO.
Siglo XXI. México.
24
MEIRIEU, P. (2007). FRANKENSTEIN EDUCADOR. Laertes, Barcelona. Pag. 34.
25
BRASLAVSKY, C. (1994) en FILMUS, D. (Compilador) PARA QUÉ SIRVE LA ESCUELA. Buenos Aires:
Tesis Grupo Editorial Norma. Pag. 42.
12
El disciplinamiento
Pero ¿cómo se estructura un método que permita que todos hagan lo mismo, en el
mismo tiempo y espacio, y del mismo modo?
Apelando a un dispositivo, que Foucault llamará las disciplinas. Este autor sostiene
que el poder se ejerce sobre los cuerpos, y para ello, para lograr la docilidad de los
cuerpos existen métodos.
“A estos métodos -dice el autor- que permiten el control riguroso de las operacio-
nes del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen
una relación de docilidad-utilidad, es a lo que se puede llamar disciplinas...”26
En su memorable libro Vigilar y Castigar Foucault propugna que el éxito del poder
disciplinador se basa en “...el uso de instrumentos simples: la inspección jerárqui-
ca, la sanción normalizadora y su combinación en un procedimiento que le es es-
pecífico: el examen.”27 En otras palabras: vigilar y castigar.
Normalización
Es de especial interés para nuestro análisis como la aplicación de la sanción:
Como diría Foucault - “La penalidad perfecta que atraviesa todos los puntos, y con-
trola todos los instantes de las instituciones disciplinarias, compara, diferencia, je-
rarquiza, homogeneiza, excluye. En una palabra, normaliza.”29.
26
FOUCAULT, M. (1989). Op. Cit. Pag. 141.
27
FOUCAULT, M. Op. Cit. Pag. 175.
28
FOUCAULT, M. (1989). Op. Cit. Pag. 183.
29
FOUCAULT, M. (1989). Op. Cit. Pag. 188.
13
“Todo Educación Popular30 -dice Scavino- está recorrido por ese espíritu disciplina-
rio y castrense; el grado de moralidad de un 'infante' se alcanza 'por el solo hecho
de haber estado en ejercicio'. Las Salas de Asilo -verdaderos cuarteles de instruc-
ción preescolar y disciplinamiento riguroso para niños de entre dos y seis años-
tiene como objetivo 'modificar el carácter, disciplinar la inteligencia para prepararla
a la instrucción y empezar a formar hábitos de trabajo, de atención, de orden y de
sumisión voluntaria', y es que, confirmando su tesis contra el racionalismo unitario
y anticipando las críticas que le dirigirá Alberdi, Sarmiento dirá que 'es el hombre
un ser moral, que menos obra por la reflexión y el sentimiento de la justicia que
por los hábitos contraídos'.”31
- Y por ello, propuso el acceso a saberes que se agotan en sus propios límites, y se
hacen escasamente significativos para niños y jóvenes.
- Y para lograr que todos hagan lo mismo, al mismo tiempo… intentó transformarse
en una fábrica.
30
Se refiere a la obra de Sarmiento EDUCACIÓN POPULAR.
31
SCAVINO, D. (1993). BARCOS SOBRE LA PAMPA. LAS FORMAS DE LA GUERRA EN SARMIENTO. Bue-
nos Aires: El cielo por asalto. Pag. 74.
32
SOUTHWELL, M. en MARTINIS, P. y REDONDO, P. (2006). IGUALDAD Y EDUCACIÓN. ESCRITURAS
ENTRE (DOS) ORILLAS. Buenos Aires: Del Estante. Pag. 50.