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Curso Campos de la antropología V: Creencia

4to año Antropología Social


Docente Cristian Morales
Estudiante Amanda Alvarez
Reflexión de la exposición chamanismo del
Museo de Arte Precolombino

El chamanismo es un conjunto de conocimientos, creencias y prácticas


tradicionales que se ha documentado en prácticamente todas las partes del
mundo. Se cree que tiene decenas de miles de años y todavía se practica en
muchas regiones. Su personaje central es un chamán, un experto que viaja a
diferentes espacios y otras formas de vida, entrando en estado de trance y éxtasis,
ayunando, comiendo plantas alucinógenas y repitiendo sonidos y cánticos. La
experiencia extática no es un fin en sí mismo, más bien, es un medio para un fin.

Con la ayuda de aliados y ayudantes espirituales, los chamanes diagnostican,


curan o controlan las condiciones causadas por espíritus patógenos, predicen el
futuro y encuentran respuestas a las crisis que enfrentan los miembros de la
comunidad y del consejo. Los chamanes actúan como mediadores entre los
humanos y el mundo animal, los muertos y otros seres espirituales.

En el chamanismo del Abya Yala, el poder de las plantas mágicas es una de las
principales vías para acceder a estados mentales alterados. La palabra
"visionario" aquí significa no solo la inspiración para ver, sino también la capacidad
de imaginar otros países, lugares y tiempos. Las plantas visionarias nos dan
imaginación, contribuyen a la construcción de imágenes, adquieren conocimientos
a través del contacto con otros mundos y regresan a la lucides con conocimientos
que pueden ser utilizados para necesidades sociales y personales. Cabe señalar
que la experiencia del éxtasis no es el fin último del chamán, sino un medio para
alcanzar otro fin, un conjunto de herramientas para comprender el mundo. 
Para hacer esta reflexión se tomará en
consideración la siguiente
representación de los mascadores de
coca de los Andes; como comentado
en la exposición del museo, el mascar
coca a pesar de ser un acto
chamánico-ritual muy común en la
mayoría de las comunidades que
habitan en la cordillera de Andes, el
representarlo es poco común.

Para mí, la poca representación que existe de la hoja de coca y su masticación


como lo es la representación de la cerámica expuesta, es parte del querer borrar
de este tipo de tradiciones chamánicas basados en la idea de la extirpación de
idolatrías, ya que, probablemente existieron hasta el momento de la colonia,
bastas representaciones de todas las tradiciones de los pueblos, que fueron
arrasadas durante este periodo y posterior a este, por querer borrar e imponer un
nuevo orden.

El mascar la hoja de coca actúa como un estimulante ligero y ayuda a combatir el


hambre, la sed, el dolor y el cansancio, además de esto, la hoja de coca ayuda
para que el cuerpo soporte la altura de los Andes, es por esto que vemos ejemplos
de rituales relacionados a la coca también relacionados a grandes travesías por
los andes o a muchas alturas en este lugar.

Un ejemplo de eso son los niños de Llullaillaco jóvenes e infancias encontradas a


gran altura de la cordillera en Argentina, o el niño del cerro el plomo, también a
gran altura, ambos casos son casos de ceremonias Capac cocha, ritual que
requería sacrificios humanos, que comenzaban con la selección de los niños que
participarían y su llegada al Cuzco, estos rituales durarían muchos días, incluso
semanas en realizarse, donde debían danzar, dar ofrendas en objetos, animales
donde la coca y la chicha de maíz eran lo que principalmente mantenían a las
personas en el trance suficiente para las festividades. Lo que sucedía posterior al
ritual era un arduo viaje por el imperio en las cuatro fronteras de este que se
mantenía por estos mismos medios. Aun así, quienes tenían acceso a este tipo de
productos no era el común de la gente, si no, mas bien, los chamanes e
iluminados de las comunidades y la sociedad incaica andina.

Desde el año 1961 el uso de la hoja de coca ha sido prohibido en los países
donde su uso era regular, como Perú y Bolivia, esto asociado, según la
Convención Única de Estupefacientes de la ONU del año 1961, a la creación de la
cocaína y según estos asociado a los alucinógenos y otro tipo de estupefacientes.
Esta investigación fue hecha por ECOSOC quienes en 1950 concluyeron después
de hacer una investigación en los países mencionados que el cultivo de coca y su
masticación no parecía, a su parecer, tener ninguna razón médica, ni tampoco
podría ser utilizada como tal, luego de esto, la OMS clasifico el masticar coca
como una forma de cocainismo (Martínez, 2011)

En mi opinión es también asociada directamente a la extirpación de las idolatrías


pendiente desde la época colonial, con esto me refiero, la prohibición del uso y
cultivo de la hoja de la coca tiene que ver con la extirpación, es decir el querer
arrancar de la raíz de la gente las idolatrías, es decir, creencias, lo ritual, la
cosmovisión de las naciones y comunidades indígenas que ocupan la coca como
parte de las ceremonias y mucho más aun como parte de un uso medicinal. Desde
que fue considerado un estupefaciente se ha tratado, incluso por la comisión
ECOSOC, que hizo esta investigación en un primer lugar, cancelar la prohibición
de la hoja de coca, considerando que la gran cantidad de usos medicinales y
rituales importantes para las comunidades asociadas a los cultivos de coca. Hoy
en día, el uso de la coca sigue vigente, aun con las regulaciones y constantes
redadas que se le hacen a los cocaleros en Bolivia y Perú.
La injusticia sigue siendo la norma cuando se trata de esta planta, un desprecio no
solo de las virtudes de la coca, sino también de la propia ciencia. En este sentido
basta con buscar rápidamente los beneficios de mascar coca para comprender,
más allá de lo chamánico su beneficio científico, con esto demostrando el prejuicio
basado en el racismo que se le pudiera asociar a la planta y al conocimiento mal
llamado “pseudo ciencias” por quienes quisieron analizar las costumbres de los
pueblos originarios.

El estigma que crea esta realidad colonialista es que en realidad esta borrando y
alterando la identidad actual de las personas descendientes de los coqueros
andinos, de los chamanes y de los iluminados, identificándose solo con lo
occidentalmente correcto y deseable e ignorando de manera profunda cualquier
otro problema de los países cocaleros, en lugar de hablar de tala indiscriminada y
manipulación organizada del agua por parte de las grandes mineras, toda la culpa
de la contaminación ambiental se le echa al "narcotráfico" asociado de manera
indiscriminada a la coca y no a la cocaína y se destruyen los cultivos de los
campesinos. En lugar de darse cuenta de que el modelo económico aumenta la
desigualdad de ingresos y deja a las personas sin recursos y sin perspectivas, se
culpa de ello a este "narcotráfico", y se entierra a los llamados "traficantes" que
siguen vivos.

 Finalmente siguiendo con esta asociación negativa de lo chamánico, de lo


mágico, de lo iluminado, de la sabiduría indígena a lo diabólico, lo maligno, a lo
narcotraficante, es, en todos los sentidos, una sujeto bajo el poder de lo colonial,
una proyección mágica y maligna, un diablo en el más estricto sentido medieval.
Referencias:

Martinez (2011) Hojas de coca: mitos y realidad. Tni.org.


https://www.tni.org/es/publicaci%C3%B3n/hoja-de-coca-mitos-y-
realidad#:~:text=Cuando%20se%20mastica%2C%20la%20hoja,coca%20sin
%20experimentar%20ning%C3%BAn%20problema.

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