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En el primer capítulo, dedicado a la construcción de la Raquel Schefer se ocupa así del newsreel y sus dinámi-
memoria en el documental, Thomas Elsaesser propone cas formales no estandarizadas con el objetivo de re-
una alternativa a los procesos de rememoración y olvido considerar nociones tradicionales sobre el cine político
sujetos al archivo u otras materializaciones y fetichiza- y su relación con el cine de vanguardia / experimental.
ciones del pasado en el contexto capitalista y tecnológico Maranhão 66 (Glauber Rocha, 1966) sirve a la auto-
actual. Su crítica plantea la posibilidad de una memoria ra como referente de operaciones estéticas y narrativas
cultural a partir de un contraciclo que va de la historia que pueden considerarse políticas, emancipadoras, en la
a la memoria colectiva y de ésta al trauma individual medida que disrumpen el sistema de representación, en
para dar cuenta del pasado suprimido. Este interés ini- este caso documental, y suponen además una crítica a
cial en aspectos subjetivos y traumáticos de la memoria visiones totalitarias y teleológicas de la historia. En vir-
da lugar —de manera progresiva en el capítulo— a la tud de este cine marcado por la experimentación, María
concepción de un cine alejado de metodologías progra- Luisa Ortega rastrea de manera exhaustiva los ecos del
máticas, expectativas de objetividad e intencionalidades giro político y formal del documental latinoamericano
que instrumentalizan la experiencia. En «Iluminado por en la España de los años sesenta y setenta. Su perspec-
el olvido: una conferencia», Andrés Di Tella presenta su tiva sobre la heterogeneidad de prácticas documentales
trabajo con imágenes cuya condición de desecho revela y sus recepciones transnacionales deja ver las suturas
sentidos antes obliterados por la intencionalidad origi- del complejo tejido político de la izquierda global. Al
nal del material. Su labor de reapropiación incluye tanto mismo tiempo, Ortega permite ver mejor especificida-
fotografías anónimas encontradas en la calle como ma- des y desarrollos posteriores de las cinematografías na-
terial audiovisual propio, parte de una película anterior cionales que toma como referencia. Éste es el caso del
o descartado en montaje. Mientras Di Tella se ocupa de cine cubano, visto desde las obras dispares de Nicolás
la dimensión fantasmática de los restos a partir del pro- Guillen Landrián y Santiago Álvarez. Fernão Pessoa
ceso de creación propio, Irene Depetris lo hace desde el Ramos cierra este capítulo premonitorio con un texto
aspecto formal de la obra de Tiziana Panizza. «Espacios transicional hacia el cine más reciente. Vuelve sobre la
Insulares. Documental y etno-cartografía afectiva en la obra de Rocha —esta vez en relación con su pelícu-
cultura rapanui» conjetura un cine donde cartografiar es la Cáncer (Câncer, 1972) y la participación en ella de
dar forma audiovisual a la latencia de temporalidades Eduardo Coutinho— para establecer un puente entre el
múltiples, traumáticas, que coexisten con las historias legado del primero y el itinerario político y artístico del
del presente. La emergencia de una memoria cultural segundo. A partir del análisis de esa figura fundamental
se concreta aquí en la potencia del medio audiovisual que es Coutinho, Pessoa Ramos aporta una comprensión
para crear, desde su materialidad, un registro que integre radical de la correlación entre los destinos del cine de
indicio y espectro, presencia y ausencia, construcción no ficción y el pensamiento político latinoamericanos.
histórica y resto. Como continuación pertinente de las reflexiones previas,
Mark Williams y Bret Vukoder abren el capítulo dedica- el tercer capítulo profundiza en la oposición entre cine y
do al cine de propaganda y militancia con la propuesta poder. Esta sección no solo presenta la dicotomía entre
del Proyecto de Ecología de Medios (The Media Ecology institucionalidad y arte, también ahonda en un cine que
Proyect), una red global e interdisciplinar de estudios se radicaliza formal y conceptualmente en el acto de
académicos que fomenta el estudio de la colección de disentir y enfrentar la censura. En ese sentido, Lúcia
películas de la Agencia de Información de los Estados Nagib investiga la idea de «no-cine» en relación a la
Unidos (USIA, por sus siglas en inglés). Solo disponible trilogía prohibida del cineasta iraní Jafar Panahi: Esto no
en Estados Unidos desde 2012, el archivo cuenta con es una película (In film nist, 2011), Pardeh (2013) y Taxi
18.000 obras producidas entre 1953 y 1999 particular- Teherán (Taxi, 2015). Su contribución radica en elaborar
mente en regiones como América Latina, el sur global, el concepto en términos estéticos, narrativos y experien-
el norte y este de Europa, el mundo árabe y el sudeste ciales, sin reducirlo al alto grado de posproducción de
asiático. Algunos de estos escenarios de la Guerra Fría la realidad que la tecnología digital ha introducido en el
reaparecen en este capítulo y el siguiente como parte de proceso cinematográfico. Este cine se niega exponiendo
un mapeo de las derivas del pensamiento de izquierda a sus mecanismos intrínsecos y encuentra su sentido en
través del cine militante y disidente. el incumplimiento de su funcionalidad. Al inscribirlo
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