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ORDENAMIENTO TERRITORIAL

Arq. Gabriel Artese

Definición
Existen numerosos ejemplos en la historia sobre diferentes formas de ocupación y
organización del territorio, sobre todo vinculadas a procesos de conquista y usurpación y sus
consiguientes mecanismos de control territorial. Tal vez los casos del Imperio Romano o del
Imperio Inca sean los más representativos de las diversas maneras en que un pueblo
conquistador estructuraba el territorio para ejercer el control sobre sus nuevos dominios.

Pero podemos considerar que las Leyes de Indias, formuladas en el siglo XVI para planificar la
conquista del continente americano, son nuestro ejemplo más cercano del concepto moderno
de ordenamiento territorial organizado a través de normativas expresas. Allí se formulan los
lineamientos bajo los cuales se estructuró el territorio de la conquista: su ocupación a través
de la fundación de ciudades, su vinculación por caminos reales y redes de postas, la
organización de sus actividades productivas de acuerdo al reparto de tierras y la regulación de
la configuración de las ciudades. A lo largo de sus distintos Libros estas leyes establecen
directivas claras sobre subdivisión del territorio y usos del suelo.

Imagen 1: Portada del Tomo I publicado en el año 1681

Del párrafo anterior se despenden cuatro conceptos básicos (ocupación, vinculaciones, usos
del suelo y morfología urbana), que son los elementos que constituyen lo que denominamos
Ordenamiento Territorial. Sin duda se trata de un proceso complejo, para el que se pueden
ensayar varias definiciones que responderán a los diferentes marcos jurídicos, culturales y
políticos de los países o las regiones en que se aplique. Sin embargo existen elementos
comunes que permiten aproximar a una definición general que trate de abarcar la complejidad
del concepto.
La Carta Europea de Ordenación del Territorio lo define como “el proceso político, técnico y
administrativo, concebido como un enfoque interdisciplinario y global, tendiente a organizar,
administrar y armonizar el uso y la ocupación del territorio, y es, al mismo tiempo, el
conjunto de normas necesario para llevar adelante dicho proceso.”

A su vez, para la Carta de Intención signada por todas las provincias argentinas para la
elaboración del Proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial, se trata de “la expresión
espacial de las políticas económicas, sociales, culturales y ecológicas de toda la sociedad, que
se llevan a cabo mediante determinaciones que orientan el accionar sobre el suelo, de los
agentes privados y públicos.”

Estas definiciones generales pueden complementarse con criterios que se incorporan en


diferentes legislaciones locales, como por ejemplo la Ley de Ordenamiento Territorial y
Desarrollo Sostenible de Uruguay (Nº 18.308), que incorpora los conceptos de “la integración
social en el territorio y el uso y aprovechamiento ambientalmente sustentable y democrático
de los recursos naturales y culturales”, o la Ley de Desarrollo Territorial de Colombia, que
afirma que estos procesos deben realizarse “en armonía con el medio ambiente y las
tradiciones históricas y culturales”.

Una síntesis de estas definiciones nos permite aproximar que se trata entonces de un
instrumento de política pública necesario para la clasificación y el uso racional, eficiente y
estratégico del territorio, tendiente a establecer el marco de referencia espacial necesario
para las distintas actividades, ya sean asentamientos humanos, actividades productivas o de
protección de los recursos naturales, señalando la vocación de las diversas zonas, para lograr
un desarrollo socioeconómico equilibrado de las regiones y la organización física del espacio
según un concepto rector.

Soporte jurídico, organización administrativa e instrumentos de gestión


Las formas legales que adopta el Ordenamiento Territorial varían en cada país y en cada
región, de acuerdo a su estructura jurídica y su forma de organización. Por lo general se
materializa a través de leyes, planes, códigos u otros instrumentos normativos, dictados por
los distintos niveles de gobierno, en función de sus propias atribuciones e incumbencias.

El ordenamiento del territorio no es el mismo en un país organizado en base a un sistema


unitario que en uno federal, tampoco en uno presidencialista que en uno parlamentarista. En
el primer caso varían fundamentalmente los actores responsables del O.T., en el segundo los
criterios de mayor o menor centralidad en las atribuciones de cada uno de esos actores.

En países cuyo sistema de gobierno es unitario, el ordenamiento territorial se realiza a partir


de normas de carácter nacional, que rigen el marco general de la planificación del territorio, y
van delegando facultades acotadas en organismos regionales y comunales para el
ordenamiento específico de cada sector, mientras que en uno federal es atribución de cada
uno de los Estados que lo componen, pudiendo o no existir una ley marco que dicte los
lineamiento básicos para una planificación estratégica de la totalidad del territorio.

Para ejemplificar estas diferencias tomaremos por un lado el caso de la República de Chile, país
unitario, y por el otro el de la República Argentina, país que adoptó un sistema federal. El
territorio chileno está dividido administrativamente en regiones (15 en total incluyendo el
Área Metropolitana de Santiago), y se organiza a partir de una “Ley General de Urbanismo y
Construcciones” (de orden Nacional), que establece cuatro niveles de planificación:

1) Nacional: a cargo del Ministerio de Vivienda y Urbanismo

2) Regional: a cargo de Secretarías Regionales del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo

3) Intercomunal: a cargo de las Secretarías Regionales de las regiones involucradas

4) Comunal: a cargo de cada Comuna

Estos actores, en cada uno de los diferentes niveles, cuentan con los siguientes instrumentos
de gestión:

1) Nacional: Ley General de Urbanismo y Construcciones, que contiene los principios,


atribuciones, potestades, facultades, responsabilidades, derechos, sanciones y demás normas
que rigen a los organismos, funcionarios, profesionales y particulares, en las acciones de
planificación urbana, urbanización y construcción.

2) Regional: planes regionales de desarrollo, que fijan los roles de los centros urbanos,
sus áreas de influencia recíproca, relaciones gravitacionales, metas de crecimiento, etc.

3) Intercomunal: Planes Reguladores Intercomunales o Metropolitanos, que regulan el


desarrollo físico de las áreas urbanas y rurales de diversas comunas que, por sus relaciones, se
integran en una unidad urbana.

4) Comunal: Planes Reguladores Comunales, que promueven el desarrollo armónico del


territorio comunal, en especial de sus centros poblados, en concordancia con las metas
regionales de desarrollo económico-social.

Imagen 2: Plan Regulador Metropolitano de Santiago, 1994.


La Ley Nacional establece las pautas generales que deberán cumplirse en todo el territorio
chileno en temas como límites urbanos, usos del suelo, subdivisión y urbanización del suelo,
renovación urbana y saneamiento. Además establece lineamientos concretos a partir de los
cuales las autoridades regionales y locales elaboran sus respectivos Planes Reguladores y sus
Códigos de Edificación.

Este esquema se repite, con diferentes matices, en otros países organizados en base a un
sistema unitario, como Uruguay o Colombia.

Ordenamiento territorial en Argentina


En la República Argentina, en cambio, dado su carácter federal, el Ordenamiento Territorial es
atribución de cada una de las Provincias. Eso se desprende de lo establecido por la
Constitución Nacional, en su art. 121: “Las provincias conservan todo el poder no delegado
por esta Constitución al Gobierno Federal…” y el art. 124: “Las provincias podrán crear
regiones para el desarrollo económico y social y establecer órganos con facultades para el
cumplimiento de sus fines…”, y del mismo artículo: “Corresponde a las provincias el dominio
originario de los recursos naturales existentes en su territorio.”

De esta manera, cada Provincia posee las facultades para crear sus propios organismos y dictar
sus propias normativas que regulen el uso y la ocupación de su territorio, y para delegar en
instancias municipales los aspectos más locales de la planificación.

No obstante esto, el Estado Nacional posee atribuciones para generar consensos entre los
distintos Estados Provinciales, tendientes a promover el desarrollo equitativo y sustentable del
territorio nacional. Así se desprende del Art. 41 de la Constitución Nacional, según el cual
corresponde a la Nación garantizar “el derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el
desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades
presentes sin comprometer las de las generaciones futuras”, y por consiguiente “Corresponde
a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de preservación del
patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y para la utilización racional de los
recursos naturales”.

En base a estos postulados constitucionales, el Estado Nacional elabora, con la participación de


la totalidad de las provincias, el Plan Estratégico Territorial, en el cual asume el liderazgo de
una Política Nacional de Desarrollo Territorial. En este Plan Estratégico, la Nación y cada una
de las Provincias define su modelo territorial actual (diagnóstico), un modelo deseado
(propuesta) y una cartera preliminar de iniciativas, programas y proyectos de infraestructura
necesarios para alcanzar ese modelo deseado (estrategias de implementación).
Imagen 3: Plan Estratégico Territorial – Avance III (2015) Modelo territorial deseado

Además, y basándose también en el mismo mandato constitucional, existen en la actualidad


varios proyectos de Ley Nacional de Ordenamiento Territorial con la intención de contar con
“un marco jurídico que, respetando las potestades provinciales y las autonomías de los
municipios, proteja los derechos de los habitantes en relación al suelo y provea de
instrumentos que faciliten la promoción de políticas urbanas y de vivienda con un sentido
redistributivo”. (Proyecto Dip. Silvia Augsburger, 2009).

Sin embargo, y pese al creciente interés por disponer de una ley nacional que regule aspectos
vinculados al ordenamiento territorial, aún no se han logrado los consensos necesarios para la
aprobación de una legislación que establezca los principios, directrices, líneas maestras y
reglas jurídicas generales para una política territorial nacional. En el año 2015, y en el marco
del Plan Estratégico Territorial, el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y
Servicios y el Consejo Federal de Planificación (CoFePlan) integrado por representantes de
todas las provincias, confeccionaron un documento denominado Lineamientos para la
Planificación Territorial, en un intento de articulación, armonización y consenso de las
políticas territoriales de los distintos niveles jurisdiccionales.
Nivel Provincial
En lo que respecta a los niveles provinciales, como se ha dicho cada provincia tiene la
autonomía para generar sus propios soportes jurídicos, su propia organización administrativa y
sus propios instrumentos de gestión. Cada territorio provincial está dividido
administrativamente en Departamentos, y éstos a su vez se dividen en Municipios. Pero la
autonomía provincial de la que hablamos les permite incluso adoptar su propia definición de
Municipio.

Si bien el Art. 123 de la Constitución Nacional en su reforma de 1994 establece que “Cada
provincia dicta su propia Constitución, conforme a lo dispuesto por el Art. 5 asegurando la
autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político,
administrativo, económico y financiero”, al día de hoy no todas las Provincias han reformado
sus propias legislaciones para garantizar esta autonomía, y aun habiéndolo hecho, el concepto
de “autonomía municipal” sigue siendo materia de discusión, en temas como su capacidad de
administrarse, de dictar sus propias normas y de elegir sus representantes.

Partiendo de la definición jurídica de Municipio como un “conjunto de población que,


contando con un gobierno propio, dentro de un territorio determinado, es reconocido como
tal por el ordenamiento jurídico vigente", cada Provincia utiliza los conceptos de “población”
y de “territorio” y los relaciona de diferente manera para llegar a su propia definición. Por
ejemplo, para la provincia de Jujuy un Municipio requiere una población mínima de 20000
habitantes, mientras que para Córdoba es necesario un mínimo de 10000 y una declaración de
“Ciudad” por parte de la Legislatura provincial.

El resultado de estas diferentes interpretaciones se refleja en dos sistemas básicos de


organización del territorio provincial. El primero de ellos es el sistema denominado de “ejidos
no colindantes”, en el cual el área del Municipio abarca el sector poblado, definido
funcionalmente por el alcance de los servicios, y en algunos casos ampliado a un espacio
circundante considerado “de reserva” para futuro crecimiento. El área por fuera de los
Municipios es considerada jurisdicción departamental.

En el otro sistema, denominado de “ejidos colindantes”, el criterio que se utiliza es el de


equiparar el área del Municipio con la del Departamento o Partido que lo contiene. Esto
significa que cada punto dentro de la Provincia está comprendido dentro de un gobierno local,
y por lo tanto no existen tres niveles de gobierno sino sólo dos. Esto implica que dentro de
cada Municipio existen localidades menores que jurídicamente están subordinadas a él. Las
únicas provincias que han adoptado este sistema son Buenos Aires, La Rioja, Mendoza y San
Juan.

Entre las ventajas de este sistema podemos detallar:

• Facilita la planificación territorial


• Abarca la totalidad del territorio
• Integra poblaciones dispersas, que de otro modo no serían atendidas por ningún nivel
estatal
• Garantiza “ciudadanía” en territorios alejados, aislados, o con una identidad menos
definida

Como ejemplos de estos dos sistemas de organización del territorio analizaremos los casos de
las provincias de Santa Fe y Buenos Aires.
Provincia de Santa Fe
Santa Fe es un ejemplo del sistema de ejidos no colindantes. Su territorio está organizado en
los tres niveles mencionados, y en el nivel provincial ejerce sus atribuciones a través de un
Comité Interministerial de Ordenamiento Territorial, integrado por los Ministerios de Gobierno
y Reforma del Estado, Economía y Secretaría de Estado del Hábitat y Medio Ambiente. Este
Comité, del que, como se observa, participan únicamente entidades pertenecientes al Poder
Ejecutivo provincial, cuenta según su propia definición con las siguientes atribuciones:

• Coordinar acciones entre los diferentes estamentos del Estado Provincial con los
Municipios y Comunas resultantes de la inclusión con el territorio y sus procesos de
ordenamiento.

• Contribuir a conducir la relación entre el sector público y el privado hacia un espacio


más armónico para fortalecer el desarrollo en la acción colectivamente asumida.

• Promover la planificación constituyéndola como una herramienta central para ofrecer


previsibilidad a los ciudadanos, estableciendo un conjunto de acuerdos que definen la
dirección de las políticas públicas con antelación, evitando la resolución del problema
una vez generado.

Existe en la actualidad un Proyecto de Ley de Uso del Suelo y Hábitat, que tiene por objetivo
“promover el derecho constitucional al hábitat y la vivienda digna,… estableciendo los
principios rectores, instrumentos y herramientas de aplicación a los fines precitados”. Dichos
principios rectores son los siguientes:

• El derecho a la ciudad.
• El derecho al hábitat y una vivienda dignos.
• La función social de la propiedad.
• La gestión democrática de la ciudad.
• La democratización del acceso al suelo.

Las herramientas de gestión que define, a título enunciativo son:

• Código Urbano: Compendio de Normas Urbanísticas que ordena el crecimiento del


tejido edilicio y funcional del espacio urbano.
• Plan Director: Define el desarrollo urbano y territorial expresando las previsiones para
la organización y el desarrollo futuro de la ciudad y su distrito, e instrumenta los
reglamentos o normativas necesarias en función de lo previsto por el mismo.
• Planificación Estratégica Territorial: Proceso en el cual se define, diseña y prevé un
escenario futuro deseado.
• Plan Estratégico Territorial: expresa el resultado de la planificación estratégica,
conteniendo análisis situacional, fijación de imagen objetivo, establecimiento de la
estrategia para alcanzarlo, e instrumentos operativos necesarios.
• Memorias de sostenibilidad económica y ambiental: se refiere al análisis y evaluación
del impacto de los instrumentos urbanísticos y normas de gestión, sobre el erario
público afectado por su aplicación.

Este proyecto, en su último artículo “invita a los Municipios y Comunas a adherir a la presente,
estableciendo en sus distintos ámbitos y sistemas, normas e Instrumentos similares y
compatibles con la presente Ley”, es decir, respeta el concepto ya citado de autonomía
municipal. Cada Municipio es libre de adherir o no a la Ley.

Imagen 4: Mapa departamental de la Provincia de Santa Fe

El nivel departamental no posee incumbencias sobre el Ordenamiento Territorial, sus


funciones se limitan a cuestiones estadísticas, electorales y organizativas de los organismos
provinciales, como por ejemplo, la seguridad.

En el nivel municipal, la organización está regida por una Ley Orgánica de Municipios
(provincial), que constituye el marco para que cada Municipio dicte sus propios instrumentos
de gestión (a través de Ordenanzas), en línea con los enunciados por el Proyecto de Ley citado.

Provincia de Buenos Aires


Entre las provincias organizadas a través de ejidos colindantes, Buenos Aires es uno de los
ejemplos más característicos, ya que es una de las pocas que cuentan al día de hoy con una Ley
de Ordenamiento Territorial. Esta Ley (Dec/Ley 8912/77) regula el uso, ocupación, subdivisión
y equipamiento del suelo y constituye el soporte jurídico en que se basa el ordenamiento del
territorio provincial. Como ya hemos mencionado, su organización administrativa reconoce
sólo dos niveles, el provincial y el departamental, que en este caso coincide con el municipal.
La Provincia está dividida en 135 Municipios, que por razones históricas se denominan
Partidos.

Si bien delega en los Municipios las facultades para organizar su territorio, en su art. 3 inc. B
establece que “Las comunas deberán realizarlo en concordancia con los objetivos y
estrategias definidas por el Gobierno Provincial para el sector y con las orientaciones
generales y particulares de los planes provinciales y regionales de desarrollo económico y
social y de ordenamiento físico”, es decir, supedita los intereses municipales a las directivas y
estrategias de la Provincia, condición que lleva implícita una intención del estado provincial de
realizar una planificación integral de su territorio.

Imagen 5: Mapa político de la Provincia de Buenos Aires

Cabe mencionar que este Decreto Ley, promulgado durante la última dictadura cívico-militar,
es contemporáneo del Código de Planeamiento de la Ciudad de Buenos Aires, y está basado en
los mismos principios rectores que establecen el Zoning (zonificación) como herramienta
fundamental en la organización del territorio.
El capítulo II establece las formas en que se subdivide el territorio, en áreas rurales, urbanas y
complementarias, y en su art.7 establece las bases para una zonificación por usos de ellas,
identificando las siguientes zonas:
a) Zona residencial

b) Zona residencial extraurbana

c) Zona comercial y administrativa

d) Zona de esparcimiento

e) Zona industrial

f) Zona de reserva

g) Zona de reserva para ensanche urbano

h) Zona de recuperación

i) Zona de recuperación de dunas o médanos vivos

j) Zona de usos específicos

En el capítulo IV fija las pautas para la creación y ampliación de núcleos urbanos o centros de
población en cuanto a su justificación, su factibilidad y las condiciones mínimas para la
prestación de servicios.

El Título III está dedicado íntegramente a la definición de usos del suelo:

ARTÍCULO 25.- Se denominará uso del suelo, a los efectos de la presente Ley, el destino
establecido para el mismo en relación al conjunto de actividades humanas que se
desarrollen o tenga las máximas posibilidades de desarrollarse en un área territorial.

Los indicadores que los regulan están específicamente establecidos en el Art. 27, y son:

1) Tipo de uso del suelo.

2) Extensión de ocupación del suelo (F.O.S.)

3) Intensidad de ocupación del suelo (F.O.T.) y, según el uso, densidad.

4) Subdivisión del suelo.

5) Infraestructura de servicios y equipamiento comunitario.

Más adelante establece valores máximos para cada uno de esos indicadores, en función
principalmente de la posibilidad de acceso a la provisión de servicios. Regula también el
dimensionamiento de lotes para nuevas urbanizaciones y los requerimientos de servicios para
autorizar dichos emprendimientos.

En el Título IV se desarrollan los mecanismos de implementación de estos lineamientos, las


herramientas de gestión con las que cuentan los Municipios para cumplir con “la
responsabilidad primaria del ordenamiento territorial”, como versa el art. 70. Establece
quiénes son los actores municipales que llevarán a cabo el proceso de Ordenamiento
Territorial y cuáles son las herramientas de gestión con las que cuentan.

Como complemento de esta Ley, en el año 2012 la Legislatura Bonaerense sancionó la Ley N°
14449, también denominada “de acceso justo al hábitat”, que modifica una serie de
parámetros de la 8912/77, sobre todo en lo referido a dimensiones de lotes, facilitando el
acceso a los mismos por parte de los sectores populares. Al mismo tiempo crea una serie de
mecanismos de intervención estatal en el mercado de suelos, y de recuperación de renta
urbana y castigo a la especulación inmobiliaria. La ley establece herramientas que permiten
fortalecer la capacidad del estado provincial, de los estados municipales y de las
organizaciones sociales, para intervenir activamente en la promoción de políticas de hábitat y
en la remoción de los factores que históricamente han generado exclusión social y deterioro
ambiental.

Nivel Municipal:
Siguiendo los lineamientos establecidos en la Ley 8912/77, cada uno de los Municipios ha ido
desarrollando sus propias herramientas de gestión, según un esquema de etapas fijado en el
Art. 75 de la misma Ley:

1.- Delimitación preliminar de áreas.

2.- Zonificación según usos.

3.- Planes de ordenamiento municipal.

4.- Planes particularizados.

Si bien esta normativa entró en vigencia en 1977, al día de hoy no todos los municipios han
llegado a cumplimentar la etapa 3, que implica “ordenar físicamente el territorio,
estructurándolo en áreas, subáreas, zonas y distritos vinculados por la trama circulatoria y
programando su desarrollo a través de propuestas de acciones de promoción, regulación,
previsión e inversiones, mediante métodos operativos de ejecución en el corto, mediano y
largo plazo…”. La herramienta utilizada para hacerlo es el Código de Ordenamiento Urbano
(C.O.U.), que tiene la forma legal de una Ordenanza Municipal que debe ser obligatoriamente
refrendada por el organismo provincial competente.

La elaboración de estos Códigos está a cargo de las oficinas de Planeamiento de cada


Municipio, que normalmente recurre a diversos mecanismos de participación ciudadana para
obtener una visión local de la ciudad futura. Esto implica una puja importante de intereses, ya
que el Código es una herramienta fundamental en la determinación del valor del suelo, tanto
urbano como rural. En esta puja participan todos los actores involucrados, desde los
vinculados a la producción, los profesionales del hábitat, los académicos, los agentes
inmobiliarios, las empresas proveedoras de servicios, etc. Luego es el Concejo Deliberante
quien le da el formato de Ordenanza para su aprobación y elevación para su homologación en
la Subsecretaría de Tierra, Vivienda y Urbanismo de la Provincia de Buenos Aires.

Dicho Código está compuesto por:

• Texto Ordenado, que contiene una serie de disposiciones generales


• Clasificación del territorio en áreas, subáreas y distritos
• Normas que regulan el uso y la subdivisión del suelo, la intensidad permitida de dichos
usos, el tejido y la protección de áreas históricas y naturales.
• Anexos con planos de zonificación y planilla de usos.
Imagen 6: Planta urbana de la ciudad de Luján (Fuente: Código de Ordenamiento Urbano)

Conclusiones:

• Más allá de los marcos regulatorios, variables en cada país y en cada región, en los
casos analizados es siempre el último de los estamentos, el municipal o comunal, el
que decide acerca de temas tan importantes como la forma en que ocupa su territorio,
cómo organiza su producción, cómo protege su patrimonio histórico y natural y cómo
imagina su futuro. Esto destaca la importancia de los procesos participativos, en los
cuales los vecinos pueden opinar, acordar o disentir sobre los planes y proyectos que
los involucran.
• El Ordenamiento Territorial, dependiendo de su marco jurídico, involucra a una serie
de actores responsables del mismo, pero sin duda se trata de un proceso muy
complejo que resulta determinante para el desarrollo de la región, ya que es el reflejo
de la vocación de un territorio y de la voluntad de sus habitantes en lo que respecta a
las actividades que se pueden desarrollar en él. Podemos coincidir con la definición de
Mikel Fabo (1983) cuando dice que el ordenamiento territorial es “el instrumento al
que recurren el territorio y sus pobladores contra la anarquía del crecimiento
económico, fijando un conjunto amplio de variables espaciales, sociales y
económicas, tratando de perfilar un modelo de optimización para la localización de
las actividades sobre el territorio disponible”.

Bibliografía
CARTA EUROPEA DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO - Conferencia Europea de Ministros
Responsables de la Ordenación del Territorio (1983) - Torremolinos (España)
https://www.uco.es/~gt1tomam/master/ot/cartaeuropea1983.pdf
PLAN ESTRATÉGICO TERRITORIAL – Avance 2008 – Ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios – Buenos Aires (Argentina)
http://www.mininterior.gov.ar/planificacion/pdf/Plan-Estrategico-Territorial-AvanceI.pdf

LINEAMIENTOS PARA LA PLANIFICACIÓN TERRITORIAL – Plan Estratégico Territorial Avance III


(2015) – Buenos Aires (Argentina)
https://www.mininterior.gov.ar/planificacion/pdf/Lineamientos-planificacion-territorial-
(2015).pdf

Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible de Uruguay (Nº 18.308) -


https://legislativo.parlamento.gub.uy/temporales/leytemp7140049.htm

Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial de Colombia (2011)


https://www.mininterior.gov.co/sites/default/files/noticias/cartilla_ley_organica_de_ordenam
iento_territorial.pdf

Hacia una Ley Nacional de Ordenamiento Territorial: reflexiones a partir de tres propuestas
normativas – Café de las Ciudades N° 95 - https://cafedelasciudades.com.ar/planes_96_1.htm

Méndez Gustavo: Ejidos colindantes y no colidantes – Cátedra Régimen Jurídico y


Administración Territorial – Universidad Nacional de Cuyo (2018)
https://prezi.com/hyhunsic4gfa/ejidos-colindantes-y-no-colidantes_regjuridico/

Decreto-Ley 8.912/77
http://www.normativas.org.ar/ZNormativas/LeyesProvinciales/197708912.pdf

Ley 14449 de Acceso Justo al Hábitat


http://resources.capbauno.org.ar/21/files/archivos/noticias/LEY%2014449%20-
%20Acceso%20Justo%20al%20Habitat.pdf

Municipalidad de Luján – Código de Ordenamiento Urbano http://www.lujan.gob.ar/?p=1761

FABO Mikel - ¿ORDENACIÓN DEL TERRITORIO EN EL PAÍS VASCO? -


http://www.ingeba.org/lurralde/lurranet/lur06/06fabo/06fabo.htm

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