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Definición
Existen numerosos ejemplos en la historia sobre diferentes formas de ocupación y
organización del territorio, sobre todo vinculadas a procesos de conquista y usurpación y sus
consiguientes mecanismos de control territorial. Tal vez los casos del Imperio Romano o del
Imperio Inca sean los más representativos de las diversas maneras en que un pueblo
conquistador estructuraba el territorio para ejercer el control sobre sus nuevos dominios.
Pero podemos considerar que las Leyes de Indias, formuladas en el siglo XVI para planificar la
conquista del continente americano, son nuestro ejemplo más cercano del concepto moderno
de ordenamiento territorial organizado a través de normativas expresas. Allí se formulan los
lineamientos bajo los cuales se estructuró el territorio de la conquista: su ocupación a través
de la fundación de ciudades, su vinculación por caminos reales y redes de postas, la
organización de sus actividades productivas de acuerdo al reparto de tierras y la regulación de
la configuración de las ciudades. A lo largo de sus distintos Libros estas leyes establecen
directivas claras sobre subdivisión del territorio y usos del suelo.
Del párrafo anterior se despenden cuatro conceptos básicos (ocupación, vinculaciones, usos
del suelo y morfología urbana), que son los elementos que constituyen lo que denominamos
Ordenamiento Territorial. Sin duda se trata de un proceso complejo, para el que se pueden
ensayar varias definiciones que responderán a los diferentes marcos jurídicos, culturales y
políticos de los países o las regiones en que se aplique. Sin embargo existen elementos
comunes que permiten aproximar a una definición general que trate de abarcar la complejidad
del concepto.
La Carta Europea de Ordenación del Territorio lo define como “el proceso político, técnico y
administrativo, concebido como un enfoque interdisciplinario y global, tendiente a organizar,
administrar y armonizar el uso y la ocupación del territorio, y es, al mismo tiempo, el
conjunto de normas necesario para llevar adelante dicho proceso.”
A su vez, para la Carta de Intención signada por todas las provincias argentinas para la
elaboración del Proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial, se trata de “la expresión
espacial de las políticas económicas, sociales, culturales y ecológicas de toda la sociedad, que
se llevan a cabo mediante determinaciones que orientan el accionar sobre el suelo, de los
agentes privados y públicos.”
Una síntesis de estas definiciones nos permite aproximar que se trata entonces de un
instrumento de política pública necesario para la clasificación y el uso racional, eficiente y
estratégico del territorio, tendiente a establecer el marco de referencia espacial necesario
para las distintas actividades, ya sean asentamientos humanos, actividades productivas o de
protección de los recursos naturales, señalando la vocación de las diversas zonas, para lograr
un desarrollo socioeconómico equilibrado de las regiones y la organización física del espacio
según un concepto rector.
Para ejemplificar estas diferencias tomaremos por un lado el caso de la República de Chile, país
unitario, y por el otro el de la República Argentina, país que adoptó un sistema federal. El
territorio chileno está dividido administrativamente en regiones (15 en total incluyendo el
Área Metropolitana de Santiago), y se organiza a partir de una “Ley General de Urbanismo y
Construcciones” (de orden Nacional), que establece cuatro niveles de planificación:
Estos actores, en cada uno de los diferentes niveles, cuentan con los siguientes instrumentos
de gestión:
2) Regional: planes regionales de desarrollo, que fijan los roles de los centros urbanos,
sus áreas de influencia recíproca, relaciones gravitacionales, metas de crecimiento, etc.
Este esquema se repite, con diferentes matices, en otros países organizados en base a un
sistema unitario, como Uruguay o Colombia.
De esta manera, cada Provincia posee las facultades para crear sus propios organismos y dictar
sus propias normativas que regulen el uso y la ocupación de su territorio, y para delegar en
instancias municipales los aspectos más locales de la planificación.
No obstante esto, el Estado Nacional posee atribuciones para generar consensos entre los
distintos Estados Provinciales, tendientes a promover el desarrollo equitativo y sustentable del
territorio nacional. Así se desprende del Art. 41 de la Constitución Nacional, según el cual
corresponde a la Nación garantizar “el derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el
desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades
presentes sin comprometer las de las generaciones futuras”, y por consiguiente “Corresponde
a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de preservación del
patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y para la utilización racional de los
recursos naturales”.
Sin embargo, y pese al creciente interés por disponer de una ley nacional que regule aspectos
vinculados al ordenamiento territorial, aún no se han logrado los consensos necesarios para la
aprobación de una legislación que establezca los principios, directrices, líneas maestras y
reglas jurídicas generales para una política territorial nacional. En el año 2015, y en el marco
del Plan Estratégico Territorial, el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y
Servicios y el Consejo Federal de Planificación (CoFePlan) integrado por representantes de
todas las provincias, confeccionaron un documento denominado Lineamientos para la
Planificación Territorial, en un intento de articulación, armonización y consenso de las
políticas territoriales de los distintos niveles jurisdiccionales.
Nivel Provincial
En lo que respecta a los niveles provinciales, como se ha dicho cada provincia tiene la
autonomía para generar sus propios soportes jurídicos, su propia organización administrativa y
sus propios instrumentos de gestión. Cada territorio provincial está dividido
administrativamente en Departamentos, y éstos a su vez se dividen en Municipios. Pero la
autonomía provincial de la que hablamos les permite incluso adoptar su propia definición de
Municipio.
Si bien el Art. 123 de la Constitución Nacional en su reforma de 1994 establece que “Cada
provincia dicta su propia Constitución, conforme a lo dispuesto por el Art. 5 asegurando la
autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político,
administrativo, económico y financiero”, al día de hoy no todas las Provincias han reformado
sus propias legislaciones para garantizar esta autonomía, y aun habiéndolo hecho, el concepto
de “autonomía municipal” sigue siendo materia de discusión, en temas como su capacidad de
administrarse, de dictar sus propias normas y de elegir sus representantes.
Como ejemplos de estos dos sistemas de organización del territorio analizaremos los casos de
las provincias de Santa Fe y Buenos Aires.
Provincia de Santa Fe
Santa Fe es un ejemplo del sistema de ejidos no colindantes. Su territorio está organizado en
los tres niveles mencionados, y en el nivel provincial ejerce sus atribuciones a través de un
Comité Interministerial de Ordenamiento Territorial, integrado por los Ministerios de Gobierno
y Reforma del Estado, Economía y Secretaría de Estado del Hábitat y Medio Ambiente. Este
Comité, del que, como se observa, participan únicamente entidades pertenecientes al Poder
Ejecutivo provincial, cuenta según su propia definición con las siguientes atribuciones:
• Coordinar acciones entre los diferentes estamentos del Estado Provincial con los
Municipios y Comunas resultantes de la inclusión con el territorio y sus procesos de
ordenamiento.
Existe en la actualidad un Proyecto de Ley de Uso del Suelo y Hábitat, que tiene por objetivo
“promover el derecho constitucional al hábitat y la vivienda digna,… estableciendo los
principios rectores, instrumentos y herramientas de aplicación a los fines precitados”. Dichos
principios rectores son los siguientes:
• El derecho a la ciudad.
• El derecho al hábitat y una vivienda dignos.
• La función social de la propiedad.
• La gestión democrática de la ciudad.
• La democratización del acceso al suelo.
Este proyecto, en su último artículo “invita a los Municipios y Comunas a adherir a la presente,
estableciendo en sus distintos ámbitos y sistemas, normas e Instrumentos similares y
compatibles con la presente Ley”, es decir, respeta el concepto ya citado de autonomía
municipal. Cada Municipio es libre de adherir o no a la Ley.
En el nivel municipal, la organización está regida por una Ley Orgánica de Municipios
(provincial), que constituye el marco para que cada Municipio dicte sus propios instrumentos
de gestión (a través de Ordenanzas), en línea con los enunciados por el Proyecto de Ley citado.
Si bien delega en los Municipios las facultades para organizar su territorio, en su art. 3 inc. B
establece que “Las comunas deberán realizarlo en concordancia con los objetivos y
estrategias definidas por el Gobierno Provincial para el sector y con las orientaciones
generales y particulares de los planes provinciales y regionales de desarrollo económico y
social y de ordenamiento físico”, es decir, supedita los intereses municipales a las directivas y
estrategias de la Provincia, condición que lleva implícita una intención del estado provincial de
realizar una planificación integral de su territorio.
Cabe mencionar que este Decreto Ley, promulgado durante la última dictadura cívico-militar,
es contemporáneo del Código de Planeamiento de la Ciudad de Buenos Aires, y está basado en
los mismos principios rectores que establecen el Zoning (zonificación) como herramienta
fundamental en la organización del territorio.
El capítulo II establece las formas en que se subdivide el territorio, en áreas rurales, urbanas y
complementarias, y en su art.7 establece las bases para una zonificación por usos de ellas,
identificando las siguientes zonas:
a) Zona residencial
d) Zona de esparcimiento
e) Zona industrial
f) Zona de reserva
h) Zona de recuperación
En el capítulo IV fija las pautas para la creación y ampliación de núcleos urbanos o centros de
población en cuanto a su justificación, su factibilidad y las condiciones mínimas para la
prestación de servicios.
ARTÍCULO 25.- Se denominará uso del suelo, a los efectos de la presente Ley, el destino
establecido para el mismo en relación al conjunto de actividades humanas que se
desarrollen o tenga las máximas posibilidades de desarrollarse en un área territorial.
Los indicadores que los regulan están específicamente establecidos en el Art. 27, y son:
Más adelante establece valores máximos para cada uno de esos indicadores, en función
principalmente de la posibilidad de acceso a la provisión de servicios. Regula también el
dimensionamiento de lotes para nuevas urbanizaciones y los requerimientos de servicios para
autorizar dichos emprendimientos.
Como complemento de esta Ley, en el año 2012 la Legislatura Bonaerense sancionó la Ley N°
14449, también denominada “de acceso justo al hábitat”, que modifica una serie de
parámetros de la 8912/77, sobre todo en lo referido a dimensiones de lotes, facilitando el
acceso a los mismos por parte de los sectores populares. Al mismo tiempo crea una serie de
mecanismos de intervención estatal en el mercado de suelos, y de recuperación de renta
urbana y castigo a la especulación inmobiliaria. La ley establece herramientas que permiten
fortalecer la capacidad del estado provincial, de los estados municipales y de las
organizaciones sociales, para intervenir activamente en la promoción de políticas de hábitat y
en la remoción de los factores que históricamente han generado exclusión social y deterioro
ambiental.
Nivel Municipal:
Siguiendo los lineamientos establecidos en la Ley 8912/77, cada uno de los Municipios ha ido
desarrollando sus propias herramientas de gestión, según un esquema de etapas fijado en el
Art. 75 de la misma Ley:
Si bien esta normativa entró en vigencia en 1977, al día de hoy no todos los municipios han
llegado a cumplimentar la etapa 3, que implica “ordenar físicamente el territorio,
estructurándolo en áreas, subáreas, zonas y distritos vinculados por la trama circulatoria y
programando su desarrollo a través de propuestas de acciones de promoción, regulación,
previsión e inversiones, mediante métodos operativos de ejecución en el corto, mediano y
largo plazo…”. La herramienta utilizada para hacerlo es el Código de Ordenamiento Urbano
(C.O.U.), que tiene la forma legal de una Ordenanza Municipal que debe ser obligatoriamente
refrendada por el organismo provincial competente.
Conclusiones:
• Más allá de los marcos regulatorios, variables en cada país y en cada región, en los
casos analizados es siempre el último de los estamentos, el municipal o comunal, el
que decide acerca de temas tan importantes como la forma en que ocupa su territorio,
cómo organiza su producción, cómo protege su patrimonio histórico y natural y cómo
imagina su futuro. Esto destaca la importancia de los procesos participativos, en los
cuales los vecinos pueden opinar, acordar o disentir sobre los planes y proyectos que
los involucran.
• El Ordenamiento Territorial, dependiendo de su marco jurídico, involucra a una serie
de actores responsables del mismo, pero sin duda se trata de un proceso muy
complejo que resulta determinante para el desarrollo de la región, ya que es el reflejo
de la vocación de un territorio y de la voluntad de sus habitantes en lo que respecta a
las actividades que se pueden desarrollar en él. Podemos coincidir con la definición de
Mikel Fabo (1983) cuando dice que el ordenamiento territorial es “el instrumento al
que recurren el territorio y sus pobladores contra la anarquía del crecimiento
económico, fijando un conjunto amplio de variables espaciales, sociales y
económicas, tratando de perfilar un modelo de optimización para la localización de
las actividades sobre el territorio disponible”.
Bibliografía
CARTA EUROPEA DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO - Conferencia Europea de Ministros
Responsables de la Ordenación del Territorio (1983) - Torremolinos (España)
https://www.uco.es/~gt1tomam/master/ot/cartaeuropea1983.pdf
PLAN ESTRATÉGICO TERRITORIAL – Avance 2008 – Ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios – Buenos Aires (Argentina)
http://www.mininterior.gov.ar/planificacion/pdf/Plan-Estrategico-Territorial-AvanceI.pdf
Hacia una Ley Nacional de Ordenamiento Territorial: reflexiones a partir de tres propuestas
normativas – Café de las Ciudades N° 95 - https://cafedelasciudades.com.ar/planes_96_1.htm
Decreto-Ley 8.912/77
http://www.normativas.org.ar/ZNormativas/LeyesProvinciales/197708912.pdf