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Un Adiós No Es para Siempre
Un Adiós No Es para Siempre
Capítulo 1
Narra Bulma:
Después de haber derrotado al Dragón de 7 esferas, el mundo estuvo a salvo finalmente Mi querido
amigo Goku se había ido con Shenlong, no tenía ni idea del porqué se había ido… los únicos que lo
sabían eran; Piccolo y mi esposo Vegetta. Vegetta me dijo que se fue para entrenar, pero algo me
decía que era mentira.
Pasaron los días, estuvo todo muy tranquilo. Una tarde, mientras estaba en el laboratorio, buscando
unas piezas me topé con el radar del dragón, me pareció muy nostálgico. Me recordó todo lo que
había pasado, y cómo conocí a Goku; tantas aventuras que pasé a su lado, cómo conocí a todos mis
amigos, y cómo conocía a Vegetta, el príncipe. Nunca pensé que me enamoraría de alguien como él,
pero poco a poco, cautivó mi corazón, y yo aprendí a amarlo. Realmente soy feliz a su lado.
BULMA: Jajaja, solo estaba recordando un poco. Ahora te hago algo de comer- dijo saliendo del
laboratorio.
Capítulo 2
Narra Vegetta:
Al lado de esta mujer vulgar, yo era feliz. Bulma me había dado algo que nunca tuve; una familia, y
me hizo sentir cosas que jamás creí poder sentir: vergüenza, tristeza, confianza, felicidad y
sobretodo, amor. Antes de conocerla, mi prioridad era vencer a a Kakaroto, pero ella lo cambió
todo. Ahora mi prioridad es ella. Mi deber ya no era el vencer a a Kakaroto, sino que mi deber era el
de que ella estuviera a salvo...
Capítulo 3
NARRA BULMA
Pasaron los años, fui a hacerme un chequeo médico y me dijeron una noticia muy grave: ya no tenía
tanto tiempo de vida. Era obvio, creo.. ya tenía como unos 75 años, pero seguía siendo igual de
hermosa jajaja, y aún conservaba un poco de mi energía. El doctor me dijo que tendría que estar en
reposo, pero ese no era mi estilo.
Al llegar a casa no le comenté nada a Vegetta. Lo miraba fijamente y sentía envidia de él; teníamos
casi la misma edad, pero Vegetta se veía como de 30 años. Qué envidia. Los sayajins envejecían
lentamente. Yo creí poder llevar una vida normal, pero no pude.
NARRA VEGETTA
Como siempre, le pedía comida, y cuando sonaba enojada, la ignoraba dándole la espalda, pero
escuché que empezó a toser muy fuerte. Me di la vuelta un poco y fue cuando la vi; se había
desplomado en el suelo.
VEGETTA: ¡¡BULMA!!
Su pulso había disminuido y su ki se debilitaba cada segundo. No perdí tiempo, no me importó que
me vieran volando por ahí, no iba a arriesgar a Bulma. La llevé al hospital, la atendieron de
inmediato. No quería alejarme de ella pero cuando la metieron en un lugar llamado “urgencias“ una
mujer no me dejó pasar, me dijo que debía esperar.
CAPÍTULO 4
Pasaron horas que para mi fueron siglos, Todas las batallas que había pasado no se comparaban con
esto.
Después de muchas horas de espera, la misma mujer la llevó a una habitación y justo antes de entrar
lo escuché:
* voces *
DOCTOR: Aún aún eres una testaruda, ¿no Bulma?
BULMA: Jajaja, cof cof
DOCTOR: No hagas esfuerzos. Eres una mujer sorprendente. ¿Cuándo se lo ibas a decir a
tu familia?
BULMA: No lo iba a hacer.
DOCTOR: ¡Qué terca!
BULMA: ¿No me voy a morir? ¿¡Cierto!?
DOCTOR: Bueno, mientras sigas conectada a esta máquina, estarás bien un par de meses. Si me
disculpa.- sale de la habitación.
BULMA: Que molesto, ¿verdad Vegetta?
NARRA VEGETTA
Ver a Bulma conectada a esa máquina y verla sonreír tan débil e inocente, me dolía más que
cualquiera herida que haya tenido, pero no podía mostrarlo, no frente a ella. Los doctores llamaron
a Trunks y él a Braa. Ambos llegaron volando, ambos muy preocupados y con lágrimas. Bulma los
miraba con una sonrisa.
CAPÍTILO 5
NARRA VEGETTA
Ellos empezaron a sonreír por lo que decidí dejarlos a solas. Salí del hospital y en ese momento
recordé todo lo que había pasado desde que era niño hasta hoy en día.
Cuándo vi a los chicos irse caminando en vez de volando decidí entrar de nuevo. Me quedé con ella
2 noches y un día por la mañana.
BULMA: Vegetta
VEGETTA: ¿Qué?- dije despertándome
BULMA: ¿Podrías llevarme a aquel campo? Al del bosque.
VEGETTA: ¿Por qué debería?
BULMA: Nunca me gustaron estos lugares. Por favor.
CAPÍTILO 6
NARRA VEGETTA
VEGETTA: ¡No seas tonta! Cuando muera, iré al paraíso de los guerreros, y tu a al de los humanos.
BULMA: Entonces iré contigo. Sino, ¿quién te hará máquinas para que entrenes y seas más fuerte?
CAPÍTILO 7
NARRA BULMA
Vegetta se había quedado callado por un ato. Yo solo sonreía, quería que me viese sonreír por
última vez.
BULMA: Vegetta, sé que nunca fuiste el tipo más amable o romántico, pero aún así, te amo sobre
todas las cosas. Desde que era una niña busqué a mi príncipe azul, y ¿quién lo diría?, tuve a mi
príncipe sayajin. Jamá me dejaste, aunque estuviera así de vieja, ¡gracias!
VEGETTA: Te equivocas, yo soy el que te da las gracias. Me demostraste que tengo un lado
compasivo. Además de que me mostraste el amor, me amaste a pesar de como era. Te amo, Bulma.
Perdón por no decírtelo antes.
BULMA: Vegetta, aunque no me lo dijeras, siempre me lo demostrabas. Tal vez no con palabras
pero si cuando me besabas, cuando me abrazabas y cuando me protegiste de Bills. ¿Lo recuerdas?
No me arrepiento de nada, Vegetta.
VEGETTA: Yo sí; he estado tanto tiempo a tu lado y nunca te mostré afecto. Realmente l osientp,
perdóname, Bulma. Yo realmente te amo, amo cada aspecto de ti.
BULMA: ¿Eso es cierto?
VEGETTA: Claro que si. Amo tu forma de ser, solo tu tenías al príncipe sayajin para ti. Solamente
tú supiste darme cariño y calor cuando muchas veces lo negaba, nunca te rendiste, jamás, eso fue lo
que me hizo quererte. Me diste una familia, un hogar y mucho más, Bulma. Tengo miedo de
perderte, no quiero que me dejes...
BULMA: Siempre estaré contigo.
VEGETTA: Eso no es verdad, estaré solo.
CAPÍTILO 8
BULMA: Soy muy feliz Vegetta. No llores, mi tiempo de vida terminó, estaré con mis amigos hastq
el momento en que llegues. Vegetta, ¿podrías decírmelo una vez más?
Bulma puso su mano en el brazo de su esposo.
VEGETTA: Bulma- dijo abrazándola con fuerza- ¡¡NOO!! ¡¡BULMAA!!- gritó llorando
desconsoladamente.
Vegetta lloró y lloró. Repetía una y otra vez el nombre de la mujer a la que amó y que se había ido.
Sacó todo lo que llevaba dentro para así, no llorar por ella en el funeral.
CAPÍTILO 9
Al día siguiente, era el entierro de Bulma. Todos le dedicaron unas palabras para su querida amiga.
Sol dos personas no lloraron; padre e hijo; Vegetta y Trunks. Braa, por otro lado estaba dedicando
unas palabras a su madre cuando comenzó a llover, era una lluvia muy nostálgica.
BRAA: Mamá, jaja, no fuiste solo mi madre, sino también mi mejor amiga- dijo llorando pero con
una sonrisa- Te quiero mucho- se le borra lentamente la sonrisa- ¡Mamá, te extraño!
TRUNKS: Braa, tranquila
BRAA: ¿Como me dices que me tranquilice? Nuestra madre murió y ni tú ni papá sufren por ella.
Tal vez vosotros no la quisieron, pero yo sí, y ahora ella se fue...
VEGETTA: ¿Dices que no la quise?
BRAA: Nunca se lo demostraste cuando estaba viva y ahora menos que está muerta- dijo llorando.
VEGETTA: Tú madre te vio feliz, te veía con una sonrisa y ella te lo decía, tal vez mejor sonriendo.
Esta lluvia son sus lágrimas. Ella nunca deseó veros llorar por lo que a mi no me verá llorar.
CAPÍTILO 10
Braa se secó las lágrimas y sonrió frente a la tumba de su madre. La lluvia, misteriosamente cesó.
Vegetta sonrió al cielo. Todos se fueron menos Vegetta. Se quedó mirando la tumba.
Pasaron los años, Braa se había casado y había tenido dos hijos; dos niños muy fuertes. Trunks se
volvió presidente de la corporación Cápsula y juntó con Pan, la hija de Gohan y nieta de Goku.
Vegetta, por su parte entrenó durante un tiempo a los hijos de Braa, pero un día, mientras entrenaba,
le empezó a doler el corazón. Sus nietos se fueron corriendo a llamar a su madre. Vegetta sabía que
era la hora y con las pocas fuerzas que le quedaban, se fue volando al mismo lugar donde llevó a
Bulma. Se recostó en el pasto, sintió frío y sueño. A lo lejos escuchaba a sus hijos llamarle, Vegetta
sonreía y sacó una carta. Cerró lentamente los ojos y dio su último suspiro. Vegetta se había ido.
BRAA: ¡PAPÁ, NOO!- dijo abrazándolo con fuerza- ¿Qué?- dijo al ver la carta.- Trunks, mira.
TRUNKS: ¡Fue escrita por papá!- dijo secándose las lágrimas.
La carta decía:
Chicos, os escribo porque sé que pronto estaré con vuestra madre. Nunca os dije a causa de mi
orgullo que os quiero. Ambos me conocéis, y sabéis que no lo diría, mi orgullo me lo impedía.
Trunks, eres un gran hijo. Inteligente como tu madre y fuerte como yo. Braa, eres la imagen de tu
madre; tienes sus ojos, su sonrisa y su carácter.
Trunks, cuida de tu hermana y Braa, protege a tu familia con la fuerza que heredaste de mi. Estoy
orgulloso de vosotros, hijos míos.
Lo que decía la carta provocó lágrimas en los hermanos. Mientras, en otro lugar, o mas bien, en el
paraíso, se encontraba un Vegetta nuevamente joven. Se levantó; era un campo muy bello. Al darse
la vuelta, la vio; vio a su esposa, a Bulma, su Bulma que tanto amaba. Era joven y le sonreía.
Vegetta no lo pensó dos veces y echó a correr a abrazar a su esposa.