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Golpe de Estado en Chile de 1973

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Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973
Parte de la Operación Cóndor y la Guerra Fría
Golpe de Estado 1973.jpg
Bombardeo al Palacio de La Moneda en Santiago.
Contexto del acontecimiento
Fecha 11 de septiembre de 1973
Sitio Bandera de Chile Chile
Impulsores Fuerzas Armadas de Chile, con apoyo del Partido Nacional, sectores de
la Democracia Cristiana y otros civiles. Apoyo internacional del Gobierno de
Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia.12
Motivos Guerra Fría: crisis política, social y económica en el gobierno de
Salvador Allende.3
Influencias ideológicas de los impulsores Anticomunismo
Gobierno previo
Gobernante Salvador Allende
Forma de gobierno República presidencial
Gobierno resultante
Gobernante Junta de Gobierno, liderada por Augusto Pinochet
Forma de gobierno Dictadura militar
El golpe de Estado en Chile del 11 de septiembre de 1973 fue una acción militar
llevada a cabo por las Fuerzas Armadas de Chile conformadas por la Armada, la
Fuerza Aérea y el Ejército, para derrocar al presidente socialista Salvador Allende
y al gobierno izquierdista de la Unidad Popular.

Salvador Allende asumió en 1970 como presidente de Chile, siendo el primer político
de orientación marxista en el mundo que accedió al poder a través de elecciones
generales en un Estado de Derecho.4 Su gobierno, de marcado carácter reformista, se
caracterizó por una creciente polarización política en la sociedad y una dura
crisis económica que desembocó en una fuerte convulsión social.

La posibilidad de ejecutar un golpe de Estado contra el gobierno de Allende existió


incluso antes de su elección. El gobierno de Estados Unidos, dirigido por el
presidente Richard Nixon y su secretario de Estado Henry Kissinger, influyeron
decisivamente en grupos opositores a Allende, financiando y apoyando activamente la
realización de un golpe de Estado.125n 1n 2 Dentro de estas acciones se encuentran
el asesinato del general René Schneider y el Tanquetazo, una sublevación militar el
29 de junio de 1973.

Tras el Tanquetazo, grupos dentro de la Armada de Chile planearon derrocar al


gobierno,6 al que posteriormente se sumaron los altos mandos de la Fuerza Aérea y
grupos dentro de Carabineros. Días antes de la fecha planificada para la acción
militar, se sumó Augusto Pinochet, comandante en jefe del Ejército. En la mañana
del 11 de septiembre de 1973, las cúpulas de las Fuerzas Armadas y de Orden
lograron rápidamente controlar gran parte del país y exigieron la renuncia
inmediata de Salvador Allende, quien se refugió en el Palacio de La Moneda. Tras el
bombardeo de la sede presidencial, Allende se suicidó y la resistencia en el
Palacio fue neutralizada.

El golpe de Estado marcó el fin del gobierno de la Unidad Popular, que fue seguida
por el establecimiento de una junta militar liderada por Pinochet. Chile, que hasta
ese entonces se mantenía como una de las democracias más estables en América
Latina,[cita requerida] entró en una dictadura militar que se extendió hasta 1990.
Durante este periodo, fueron cometidas sistemáticas violaciones a los derechos
humanos,78 se limitó la libertad de expresión, se suprimieron los partidos
políticos y el Congreso Nacional fue disuelto.
Índice
1 Denominación y discrepancia
2 Chile antes del golpe de Estado
2.1 Victoria electoral de la Unidad Popular
2.1.1 Proclamación de Allende
2.2 Gobierno de la Unidad Popular
2.2.1 Violencia en las calles
2.2.2 Renuncia el general Prats
2.2.3 El Congreso declara el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal
de la República
2.2.4 Marinos antigolpistas
2.2.5 Prensa chilena hacia 1973
2.2.6 Asesinato del edecán naval del presidente Allende
3 Preparativos del golpe
3.1 Contexto histórico
3.2 Conspiración golpista
3.3 Primeras reuniones golpistas
3.4 Las Fuerzas Armadas
3.5 Intervención estadounidense
4 El 11 de septiembre
4.1 Valparaíso
4.2 Santiago
4.3 Primera proclama golpista
4.4 Primeras reacciones de partidarios del Gobierno de la UP
4.5 Último discurso radial del presidente Allende
4.6 Ataque de artillería contra la Casa de Gobierno
4.7 Ataque aéreo contra la Casa de Gobierno y la Casa Presidencial
4.8 Asalto de infantería contra la Casa de Gobierno
4.9 Llamamiento a la rendición en el Palacio de La Moneda y posterior suicidio de
Allende
4.10 Le informan a Pinochet de la muerte del presidente Allende
4.11 Primera reunión tras la muerte del presidente Allende
5 Reacciones
5.1 Expresidentes de Chile
6 Consecuencias
6.1 Inmediatas
6.2 Generales
7 Conmemoraciones
8 Actualidad
9 En la cultura popular
10 Véase también
11 Notas y referencias
11.1 Notas
11.2 Referencias
12 Bibliografía
13 Enlaces externos
Denominación y discrepancia
Entre partidarios y detractores del golpe de Estado chileno existe discrepancia
respecto a su denominación: los primeros lo califican de pronunciamiento militar,
mientras los últimos rechazan tal definición por considerarla eufemística. Al
respecto, la guía titulada "¿Golpe militar o pronunciamiento?"9 (Proyecto Enlaces
MINEDUC en conjunto con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso) coteja
ambas visiones:

Visión N.º 1: Pronunciamiento militar


La Junta de Gobierno integrada por los cuatro Jefes de las Fuerzas Armadas, asumió
el mando supremo del país el 11 de septiembre de 1973, constituida como tal por
Decreto Ley N.º 1 de esa misma fecha. El movimiento militar que se produjo, se
califica dentro de la tipología de las intervenciones castrenses como un
pronunciamiento militar. En efecto, "éste se caracteriza porque es perpetrado por
la unanimidad de las Fuerzas Armadas, con el consentimiento expreso de las mismas y
en muchas circunstancias con el consentimiento tácito de la población".
Centro de Estudios de Derecho Informático de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Chile, 2002.10
Visión N.º 2: Golpe militar
Las naciones civilizadas tienen los medios para establecer la inconstitucionalidad
e ilegalidad eventual de un determinado gobierno y, de ninguna forma, conforme a la
doctrina del derecho más puro, corresponde a las Fuerzas Armadas y de Orden la
restauración de las instituciones que aseguran un Estado con los requisitos y
condiciones que conforme a las instituciones políticas son inherentes a la
democracia. Uno de ellos es el plebiscito que se ha asegurado, con documentación y
testimonios fidedignos, habría sido una opción que no estaba lejos de ser
materializada. Por ello es que al «pronunciamiento militar» se le llama, no por ser
más peyorativo sino más preciso: «Golpe de Estado». Precisamente es en éste, donde
se impone un «Gobierno de Facto» que se aleja, por doctrina y praxis, de un
verdadero Estado de Derecho. Si en el gobierno de Salvador Allende existía un claro
debilitamiento y deterioro grave de las instituciones, fue en el gobierno de la
Junta Militar y luego en el de Augusto Pinochet en donde efectivamente, se pone
término a un Estado de Derecho. Los fundamentos están en el Derecho Constitucional,
en el Positivo y, especialmente, en el Derecho Comparado.
Alicel Belmar Rojas, Estado de Derecho: ¿Cuándo se vulneró?11
Chile antes del golpe de Estado
Véase también: Unidad Popular
Victoria electoral de la Unidad Popular
Candidato Votos %
Salvador Allende 1 075 616 36,63
Jorge Alessandri 1 036 278 35,29
Radomiro Tomic 824 849 28,08
Total 2 936 743 100
Fuente: Tricel
Tras quedar en primer lugar en la elección del 4 de septiembre de 1970 con el 36,63
% de los votos —constituyendo así la primera mayoría relativa—, Allende fue
elegido, en definitiva, presidente por el Congreso el 24 de octubre.12 La propuesta
de Allende y la Unidad Popular era transformar a Chile en un régimen socialista,
siguiendo un curso distinto al de otros países, al que se ha llamado «vía chilena
al socialismo, con sabor a empanadas y vino tinto». Esta nueva vía al socialismo,
por medios pacíficos y democráticos, tuvo inicialmente el visto bueno de gran parte
de la Democracia Cristiana, que no solo apoyó la elección de Allende en el Congreso
en 1970, sino que también, en su anterior gobierno, ya había sentado las bases para
procesos de cambio históricos como la reforma agraria o la nacionalización del
cobre. El apoyo inicial a este modelo —que se reflejó en el 49 % de los votos en
las elecciones municipales de 1971— se fue perdiendo por el deterioro de la
situación económica, debido a la poco feliz medida de imprimir más dinero sin
respaldo, lo que produjo un exceso del circulante y, como consecuencia, un
incremento en la inflación.

Proclamación de Allende
Artículos principales: Elección presidencial de Chile de 1970 y Asesinato de René
Schneider.
Debido a que ningún candidato alcanzó la mayoría absoluta en la votación popular en
la elección presidencial de 1970, le correspondió al Congreso Pleno determinar
quién sería el presidente, entre las dos primeras mayorías relativas, el 24 de
octubre de 1970.

El triunfo obtenido por Allende el 4 de septiembre de 1970 planteó a las fuerzas


opositoras dos alternativas: se respaldaba a la primera mayoría relativa en el
Congreso —como tradicionalmente se había hecho en Chile—, o se trataba de impedir
que el candidato marxista asumiera el gobierno.
Para la derecha, la opción consistía en que no se respetara la tradición en el
Congreso Pleno, de modo tal que, con sus votos más los de la Democracia Cristiana,
éste eligiese a Alessandri, quien había alcanzado la segunda mayoría. Su teoría era
que Alessandri renunciaría sin asumir y se convocaría a una nueva elección
presidencial, en que se presentaría Frei, y vencería con los votos de ambos
sectores. La DC no aceptó la fórmula, y en este partido se impuso la tesis de
Tomic: reconocer el triunfo de Allende a cambio de un Estatuto de Garantías, el
cual posteriormente resultó aprobado como reforma a la Constitución en 1971.

Para evitar la llegada de Allende a la presidencia, Roberto Viaux, junto a miembros


de Patria y Libertad planearon el secuestro de René Schneider, con el fin de
provocar la intervención de las fuerzas armadas y evitar la sesión del Congreso
Pleno. El 19 de octubre de 1970, un grupo de hombres equipados con granadas de gas
lacrimógeno intentó secuestrar a Schneider a la salida de una cena oficial. La
tentativa falló porque el General abandonó el recinto en su automóvil privado y no
en el vehículo oficial previsto por los hombres de Viaux. El segundo intento de
secuestro se realizó a las 08:00 del 22 de octubre de 1970, cuando el automóvil
oficial de Schneider fue bloqueado por cuatro vehículos en la esquina de Avenida
Américo Vespucio con Martín de Zamora (comuna de Las Condes) y un grupo de jóvenes
rodeó el del General, destrozando con martillos los cristales traseros y la puerta
lateral trasera. Al percatarse de que Schneider tomaba su arma para repeler la
acción, los secuestradores dispararon sobre él, impactándolo con tres balas, y
luego huyeron. El cabo-chófer, Leopoldo Mauna Morales, al ver desangrándose al
comandante en jefe, lo llevó al Hospital Militar. Debido a su gravísimo estado, el
general sufrió un paro cardíaco, falleciendo a las 07:50 del 25 de octubre de 1970,

La Doctrina Schneider era un principio de apego al orden constitucional, respeto de


la voluntad ciudadana y no intervención en política por parte del Ejército de
Chile. Encarnada por el general chileno, permitió la elección de Salvador Allende
como presidente de Chile, y era el principal obstáculo ideológico para un golpe de
Estado militar contra él.

Gobierno de la Unidad Popular


Artículo principal: Gobierno de Salvador Allende
Violencia en las calles
La violencia, desatada por grupos radicales de adherentes y opositores al gobierno,
como el MIR en la extrema izquierda o Patria y Libertad en la extrema derecha,
provocó un clima de confrontación, que se fue expandiendo a todos los ámbitos de la
sociedad, llegando incluso a los sectores de élite de la sociedad, que siempre se
habían encontrado al margen de las convulsiones sociales, económicas y políticas
del país.

En este período los enfrentamientos callejeros, entre grupos de extrema izquierda y


de ultra derecha, frecuentemente daban como resultado heridos de diversa
consideración, llegándose a la muerte de algunas personas. Además se desataron
enfrentamientos de grupos políticos y sindicatos contra efectivos de Carabineros,
entre los que destaca los enfrentamiento de los mineros de El Teniente en Santiago,
el 15 de junio de 1973, que terminó con la muerte del obrero Milton Da Silva,
además de 64 heridos y más de 100 detenidos.

Grupos de ultraderecha surgidos al alero del Partido Nacional, junto al movimiento


Patria y Libertad, intentaron por diferentes medios violentos terminar con el
gobierno, siendo apoyados y financiados por la CIA, que también conspiraba para
terminar con el gobierno de la Unidad Popular. En 1973, una vez que los métodos
democráticos para deponer a Allende fracasaron, intensificaron su campaña de
atentados con bombas y ataques para desestabilizar al gobierno.

Entre las acciones de estos grupos figura el asesinato del comandante de la Armada
Arturo Araya Peeters, edecán naval del Presidente Allende; diversos atentados con
bomba a torres de alta tensión y oleoductos; el asesinato de militantes de
izquierda; y varios atentados a embajadas (por ejemplo, las de Cuba y la Unión
Soviética), sedes de partidos políticos de izquierda y radioemisoras. El 14 de mayo
de 1973 fueron allanados varios locales de Patria y Libertad, encontrándose
numeroso armamento y explosivos, luego del llamado de su líder Roberto Thieme,
desde Argentina, a desencadenar una guerra civil.

Renuncia el general Prats


Finalmente cae el general Carlos Prats. El día 21 de agosto, una manifestación de
esposas de generales se produce frente a su casa, a la que llegan a protestar
también varios oficiales de civil contra él. Es insultado y agredido. Al ser
deshecha la manifestación por Carabineros, ésta se vuelve a organizar con más
fuerza. Llegan al lugar Augusto Pinochet (considerado el segundo de Prats), Allende
y sus ministros. Todos son abucheados. Deprimido y desilusionado, pide a los
generales que reafirmen su lealtad para con él; como sólo unos pocos lo hicieran,
resuelve renunciar a la comandancia en jefe. Recomienda pues a Allende que el cargo
sea ocupado por Augusto Pinochet Ugarte, quien tenía una hoja de vida estimada como
limpia, siendo caracterizado como un soldado profesional y apolítico.

El Congreso declara el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la


República
El 22 de agosto la Cámara de Diputados en la cual la oposición tenía mayoría,
aprueba un texto en el que señala la existencia de un grave quebrantamiento del
Orden Constitucional y legal de la República; causada por la negativa del ejecutivo
a promulgar la reforma constitucional de las tres áreas de la economía, a pesar de
haber sido aprobadas por el Congreso, y actuando en contra de la constitución.13

“Primero - Representar a S.E., el Presidente de la República y a los señores


Ministros del Estado miembros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros,
el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República;
Segundo- Representarles, asimismo, que les corresponde poner inmediato término a
todas las situaciones de hecho referidas, que infringen la Constitución y las
leyes, con el fin de encauzar la acción gubernativa por las vías del Derecho y
asegurar el orden constitucional de nuestra patria y las bases esenciales de
convivencia democrática entre los chilenos;

Tercero- Declarar que, si así se hiciere, la presencia de dichos señores Ministros


en el Gobierno importaría un valioso servicio a la República. En caso contrario,
comprometerían gravemente el carácter nacional y profesional de las Fuerzas Armadas
y del Cuerpo de Carabineros, con abierta infracción a lo dispuesto en el artículo
22 de la Constitución Política y con grave deterioro de su prestigio, y

Cuarto - Trasmitir este acuerdo a S.E., el Presidente de la República y a los


señores Ministros de Hacienda, Defensa Nacional, Obras Públicas y Transportes y
Tierras y Colonización”.
Existía un solo camino: la acusación constitucional, según el procedimiento
expresamente contemplado por la Constitución Política del Estado. Procedimiento que
nunca se llevó a cabo.

Marinos antigolpistas
Fue intento de un grupo de cabos, sargentos, suboficiales, marineros y personal
civil1415-sin participación de oficiales- de parar el golpe de Estado en marcha al
interior de la Armada, denunciándolo a las autoridades y llegando a la toma de
barcos y detención de los oficiales para alertar al país sobre la subversión en
desarrollo, y galvanizar así a la opinión pública en defensa del gobierno16

Algunos marinos se reúnen con Carlos Altamirano Orrego, secretario general del
Partido Socialista, para advertirle de los intentos golpistas, siendo estos marinos
los primeros procesados por la Armada. Altamirano lanza el discurso que le ha hecho
fama, catalogado de incendiario por los sectores favorables al golpe. En este
discurso reivindica su derecho a recibir informes de cualquiera que denuncie
conspiraciones, "Si pudiera hablaría de nuevo con ello". Si se intenta un golpe,
Chile será un segundo “Vietnam heroico”, dice.

Por su parte, la Corte Suprema determina resolver a la petición de desafuero de


Altamirano —pedida por la Armada—, el día 11 de septiembre.

Prensa chilena hacia 1973


Durante el gobierno de Salvador Allende, los medios de comunicación masivos
desempeñaron un papel fundamental en cuanto a la formación de criterio de la
población. Prensa, radio y televisión apoyaron abierta y directamente a la derecha
e izquierda chilenas polarizando las diferencias entre ambos sectores.

Además, manipularon la información con tal de cumplir cualquiera de sus dos fines:
desacreditar las acciones y la figura del mandatario chileno o bien, reconocer sus
méritos y engrandecer sus esfuerzos por establecer el socialismo como forma de
gobierno.

Durante las campañas presidenciales de 1970, la prensa de derecha, por ejemplo,


comenzó una campaña publicitaria contra la coalición de la Unidad Popular que tenía
como objetivo desacreditar al socialismo y despertar el miedo entre la población
chilena.

Una vez que Salvador Allende asumió la presidencia, la noticia sirvió como pretexto
para defender los intereses de la burguesía, que se encargó de decidir cuáles
noticias debían tener una circulación preferencial y manejaron constantemente la
ironía, el ridículo, el apodo ofensivo y el insulto.17 Incluso, documentos
desclasificados de la CIA de Estados Unidos revelan que el gobierno estadounidense
financió periódicos y revistas de derecha en perjuicio del gobierno de Allende.

Sin embargo, la llegada de Salvador Allende a la presidencia, favoreció el


surgimiento y crecimiento de diversas publicaciones de izquierda cuyo objetivo
principal fue apoyar la propuesta socialista del nuevo mandatario. Entre estos se
encuentran: las revistas Ramona y Punto Final.

Asesinato del edecán naval del presidente Allende

El edecán Arturo Araya Peeters (derecha) con el presidente Salvador Allende (1971).
Artículo principal: Arturo Araya Peeters
En julio de 1973 militantes de Patria y Libertad asesinan al edecán naval del
presidente Salvador Allende, comandante Arturo Araya Peeters. Este sufrió un
disparo de un francotirador frente a su domicilio.n 3

Hasta ahora no hay concordancia entre los relatos de los testigos y las pruebas
forenses que determinan que el disparo mortal fue desde arriba, ya que se especula
que los miembros de Patria y Libertad se encontraban en una posición baja respecto
al comandante.18

“la trayectoria intracorporal seguida por el proyectil, estando el cuerpo en


posición normal, es de adelante hacia atrás, de izquierda a derecha y ligeramente
de arriba hacia abajo. El disparo corresponde a los llamados de larga distancia en
medicina legal y es de tipo homicida”.
Informe de Autopsia del Edecan Araya Peeters.7
En los muros de la casa de Fidel Oteíza 1953, en la comuna de Providencia, donde
vivía el capitán de navío Arturo Araya Peeters, quedaron marcados, pasada la 01.30
horas de ese día 27 de julio de 1973, cinco impactos de proyectiles. Con la bala
que mató al edecán sumaron seis los disparos hechos en dirección al balcón del
segundo piso de su casa, que miraba directo al norte, hacia avenida Providencia.

Un total de 32 miembros de Patria y Libertad, cuyo fundador era Pablo Rodríguez


Grez, fueron detenidos y procesados por la Fiscalía Naval, pero todos quedaron
libres tras algunos tirones de orejas. Solo uno de ellos, Guillermo Claverie, luego
de haber estado un tiempo prófugo, resultó condenado a tres años y un día de
prisión como autor material del crimen, pena que tampoco cumplió ya que, al final,
todos los conspiradores fueron indultados en 1981 por Augusto Pinochet Ugarte, “por
servicios prestados a la Patria". Guillermo Claverie no solo no cumplió cárcel sino
que fue indultado por José Toribio Merino.

Entre ellos, destacaban: el presunto autor de los disparos (Guillermo Claverie),


una dirigente de la Juventud del Partido Nacional y del Comando Rolando Matus -Uca
Eileen Lozano-, el hijo "Patria y Libertad" del conocido empresario panadero
Castaño, Odilio Castaño Jiménez; el militante de Patria y Libertad, Luis "Fifo"
Palma Ramírez, que dos años después tendría una destacada participación en el SIFA
y en las desapariciones del Comando Conjunto, un sobrino CRM del psiquiatra de la
DINA, Laihlacar, de apellidos Potin Laihlacar, el dirigente de la DR, Guillermo
Schilling, y un militante del CRM, Miguel Sepúlveda Campos, hijo de un conocido
almirante retirado.

De acuerdo a peritajes forenses y balísticos efectuados en el 2005,7 ninguna de las


armas encontradas disparó el proyectil calibre 22 Long Riflen 4n 5 que mató al
edecán, ni disparó las cuatro vainillas (tres marca Orbea y una marca Remington)
calibre 22 Long Rifle encontradas en la calle frente a la casa del edecán. Otras
siete vainillas halladas en Providencia con Lyon fueron percutidas por la misma
arma que disparó frente a la casa del edecán las tres vainillas Orbea. Pero el arma
que usó Claverie, de la cual presumiblemente provinieron los disparos que arrojaron
las 11 vainillas Orbea referidas, desapareció. Por ello, nunca se pudo establecer
científicamente que fue ese rifle automático el que las disparó.

“A su padre lo mató un tirador escogido que le disparó desde el frente, de esa


casona que todavía existe y que era un colegio de monjas”
Conclusión de la Policía de Investigaciones de Chile según los hijos del Comandante
Araya Peeters anulada por el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.7
El asesinato del edecán Araya está siendo nuevamente investigado por la jueza del
17º Juzgado del Crimen de Santiago, Patricia González. La magistrada dictó en marzo
de 2005 una orden de investigar a la Brigada de Asuntos Especiales y Derechos
Humanos de la policía civil. A ello se suma otra querella que los hijos del edecán
interpusieron en contra de Jorge Ehlers y otros civiles que formaron parte del
complot.19

Preparativos del golpe


Contexto histórico
La existencia de intervención extranjera en Chile se enmarca en un contexto mundial
en que Estados Unidos consideraba como prioritario impedir el avance del comunismo
y el socialismo en América Latina. Sin embargo, considerando la polarización
política local y el desempeño del gobierno de la Unidad Popular, no existe consenso
académico sobre si dicha intervención (expresada fundamentalmente en apoyo
económico a medios de comunicación, partidos políticos y organizaciones opositoras)
jugó o no un papel determinante en el desarrollo de los acontecimientos.

Nixon, apenas asumido, ordenó derrocar a Allende mediante el Proyecto FUBELT, más
conocido como Track II.20

Una serie de documentos desclasificados de la Casa Blanca publicados en 2009


revelaron que Nixon, durante su gestión, ofreció dinero y ayuda discreta al
dictador brasileño Emilio Garrastazu Médici para influir a las fuerzas armadas
chilenas con el fin de derrocar a Allende.21
De acuerdo con papeles oficiales secretos divulgados por la organización no
gubernamental National Secret Archives, Nixon le preguntó a Médici, en un encuentro
en la Casa Blanca el 9 de diciembre de 1971, si los militares chilenos eran capaces
de derribar a Allende, a lo cual Médici le respondió que sí y «dejó claro que
Brasil estaba trabajando con ese objetivo».21

Conspiración golpista
La Cofradía fue un núcleo importante en la conspiración para organizar el golpe de
Estado contra Salvador Allende.n 6n 7 Todos sus miembros ocuparán cargos relevantes
en el gobierno de facto. Tanto dentro de él o desde fuera. Las reuniones se
efectúan a manera de comidas rotativas en casa de cada uno de los miembros. Todos,
tanto civiles como militares, tendrán activa participación en la sedición contra el
gobierno de Salvador Allende, en desatar el golpe y durante la dictadura. La
coordinación de la intervención se centró en Viña del Mar, como lo afirmaría
después el general Carlos Prats en The Times de Londres:22
Fue allí en Valparaíso donde los oficiales comprometidos en la conspiración se
reunieron en secreto con un oficial de Marines estadounidense, el mismo que después
mantendría contactos con el almirante José Toribio Merino, Jefe de la Armada en
Valparaíso e integrante de la Cofradía Náutica del Pacífico Austral, ente
primigenio del golpe. Ese hombre era el teniente coronel Patrick Ryan de la Oficina
de Inteligencia Naval.
General Carlos Prats en The Times de Londres.

Richard Nixon, presidente de Estados Unidos durante el golpe de Estado de 1973.


La misma Agencia de Horman citaría dos años más tarde estas reuniones entre
personal diplomático y naval norteamericano con los sediciosos chilenos.

Varios agentes de la CIA que operan en Chile están implicados en las actividades de
grupos abiertamente sediciosos, sin que esté libre de sospecha el embajador
Nathaniel Davis, quien estuvo en Guatemala en el período en que asesores
diplomáticos y militares ayudaron a organizar grupos terroristas fascistas como La
Mano Blanca, Nueva Organización Anticomunista y el Consejo Anticomunista de
Guatemala, que asesinaron a miles de estudiantes, trabajadores y campesinos.
Agencia FIN23
En los días posteriores a la estrecha elección de Salvador Allende como presidente
de Chile el 4 de septiembre de 1970, Henry Kissinger sostuvo una serie de
conversaciones telefónicas urgentes24 sobre «cómo hacerlo» en Chile. «No
permitiremos que Chile se vaya por el desagüe», le dijo Kissinger en una de esas
llamadas al director de la CIA, Richard Helms, quien le respondió «estoy contigo».

El 15 de septiembre, durante una reunión de quince minutos en la Casa Blanca a la


que asistió Kissinger, el presidente Nixon instruyó al director de la CIA, Richard
Helms, de que la elección de Allende era inaceptable, ordenando a la agencia actuar
con su ya conocida frase «haremos chillar a la economía chilena», como lo registró
Helms en sus apuntes.25

La CIA lanzó una campaña masiva de operaciones encubiertas –primero para impedir
que Allende asumiera el gobierno, y cuando esa estrategia fracasó, para minar su
gobernabilidad. «Nuestra principal preocupación en Chile es la posibilidad de que
Allende se consolide, y que su imagen ante el mundo sea su éxito», dijo Nixon ante
su Consejo de Seguridad Nacional el 6 de noviembre de 1970, dos días después de que
Allende iniciara su gobierno.

Llevando a cabo la orden de Nixon, en los años siguientes el gobierno de Estados


Unidos «estranguló» la economía de Chile, según Henry Kissinger. Los bancos
congelaron créditos y el gobierno congeló la ayuda económica. El Banco Mundial y
otras instituciones financieras internacionales dominadas por Estados Unidos
cancelaron préstamos. La ITT formó un comité de representantes de corporaciones
estadounidenses para fraguar una estrategia contra Allende, de la mano con la
administración Nixon. Se enviaron agentes de la CIA a sabotear la economía y
fomentar un movimiento de oposición contra el gobierno de Allende, como la huelga
de camioneros que paralizó el sistema de transporte.

Obligado a buscar fuentes alternativas de comercio y finanzas, Chile obtuvo


compromisos de la Unión Soviética para invertir unos $ 400 millones en Chile en los
próximos seis años.

El gobierno de Allende estaba decepcionado de haber recibido mucha menos ayuda


económica de la Unión Soviética de lo que esperaba. El comercio entre los dos
países no aumentó significativamente y los créditos se vincularon principalmente a
la compra de equipos soviéticos. Además, los créditos de Rusia fueron mucho menores
que los proporcionados por China y los países de Europa del Este. Cuando Allende
visitó la Unión Soviética a fines de 1972 en busca de más ayuda y líneas de crédito
adicionales, fue rechazado.26

El historiador Christopher Andrew afirma, basándose en las notas escritas a mano


del presunto archivero de la KGB Vasili Mitrojin, de que Allende estaba conectado a
la KGB.27 Sin embargo, la creencia de que Allende era un agente de la KGB no es
universal.

Las declaraciones del General de la KGB Nikolái Leonov, exjefe Adjunto de la


Primera Dirección Principal del Comité de Seguridad del Estado de la KGB,
establecen que la Unión Soviética apoyó al gobierno de Allende económica, política
y militarmente.28 Leonov declaró en una entrevista en el Centro de Estudios
Públicos (CEP) que el apoyo económico soviético incluyó más de $100 millones en
crédito, tres barcos de pesca (que distribuyeron 17.000 toneladas de pescado
congelado a la población), fábricas (como ayuda después del Terremoto de Illapel de
1971), 3.100 tractores, 74.000 toneladas de trigo y más de un millón de latas de
leche condensada.28

Primeras reuniones golpistas


La primera reunión para elaborar el plan económico del golpismo se realiza con la
mayoría de los economistas, en agosto de 1972 en el Círculo Español, en Santiago.
Los economistas que son demócrata cristianos acuerdan incorporarse a la elaboración
del plan económico pedido por los marinosn 8n 9 y al mismo tiempo mantener
informado a Eduardo Frei Montalvan 10 como lo hacen los otros economistas con el
Partido Nacional.

El golpe de Estado, en agosto, era planeado prácticamente por la totalidad de la


plana superior de la Armada de Chile, salvo por el almirante Raúl Montero y alguno
que otro oficial constitucionalista, que no representaba peso alguno dentro del
estamento castrense, o bien, se encontraba aislado de las bases. La cuestión es que
la Armada obedecía de facto al Vicealmirante José Toribio Merino. Algo similar
sucedía en la Aviación, donde la excepción la marcaba el general César Ruiz, cabeza
de la entidad. Pero, al retirarse este último del Ministerio de Obras Públicas y
Transporte (que había asumido como consecuencia del «Tanquetazo»), Allende lo
obliga a renunciar a ambos cargos, el de Ministro y Comandante, asumiendo en su
lugar ese cargo militar, el general Gustavo Leigh, opositor al gobierno. El
Ejército estaba dividido, pero la balanza tendía cada vez más a favor de aquellos
que propugnaban la opción del golpe, siendo la posición contraria la llevada por su
comandante en jefe, Carlos Prats. En Carabineros, por último, estaban a favor del
golpe no más que dos o tres generales de baja antigüedad, entre ellos el general
César Mendoza, quien al 11 de septiembre ocupaba el cargo de Director de Bienestar
en la institución.

Las Fuerzas Armadas


José Toribio Merino.
Las Fuerzas Armadas de Chile estaban preparadas para el alzamiento mucho antes de
pensar en él. El Ejército tenía «planes de contrainsurgencia», para el caso de que
una subversión sobrepasase a las Fuerzas de Orden (Carabineros). Este plan
consistía en dividir al país en diferentes secciones, estableciendo para cada una
un plan de acción, dirigido en contra de la posible insurgencia. Este plan es la
base prima de los golpistas, quienes sólo tuvieron que adaptarlo a las nuevas
circunstancias.

El problema era el general Prats, que mantenía su lealtad al presidente y tenía a


la guarnición de Santiago y al Comando de Institutos Militares en manos de gente
cercana (generales Sepúlveda y Pickering).

Se tenía que adelantar el golpe para antes de fiestas patrias, porque si se


retardaba mucho podía ocurrir otro tanquetazo, que permitiría limpiar de oficiales
que apoyaban el golpe de la plana del ejército. Pero cayó Prats, así Sepúlveda y
Pickering renunciaron en un gesto de solidaridad. El nuevo comandante en jefe es
Pinochet, del cual no se sabe si apoya o no el golpe.

El día viernes 7 de septiembre los generales fijan el día D, el 11 de septiembre, y


la hora H (6:00 horas en Valparaíso y 8:30 horas el resto del país).

El sábado se envía al general Sergio Arellano Stark a hablar con Augusto Pinochet,
le explica la situación y le dice que va a haber golpe con o sin su apoyo, a lo que
Pinochet responde: “¡Yo no soy marxista, mierda!” y golpea el sillón en que estaba
sentado. El general Arellano interpreta su gesto como apoyo al golpe, y se lo
comunica a Leigh y a Merino, pero todavía no hay nada claro con Pinochet.

Se rumorea que el domingo en la mañana Allende se reunió con el comandante en jefe


y otros generales. Allí supuestamente les explica que pretende anunciar un
plebiscito. Sería la última vez que se verían los dos protagonistas de este
capítulo de la historia de Chile. Pasada la tarde, Leigh visitó a Pinochet, quien
(según el testimonio de Leigh), todavía vacilaba. Llegaron a la casa de Pinochet el
contralmirante Sergio Huidobro y el capitán de navío Ariel González, venían para
saber la posición del ejército.

Huidobro sacó un papel firmado por Merino que ratificaba el día D y la hora H,
dirigiéndose a «Augusto» y «Gustavo».

«Los saluda con esperanzas de comprensión. J.T. Merino».


Y al reverso:

«Gustavo: es la última oportunidad. J.T.»


«Augusto: Si no pones toda la fuerza en Santiago desde el primer momento, no
viviremos para ver el futuro. Pepe»
Leigh y Pinochet firmaron el documento. El comandante en jefe del Ejército se
acababa de plegar al golpe, la suerte estaba echada.

Según datos recogidos por prensa de la época, las fuerzas armadas se componían de
24 000 hombres en el ejército, agrupados en 6 regimientos de caballería, 16 de
infantería y 1 de artillería; 8500 en la fuerza área para operar 45 aviones de
combate, 90 de transporte y 30 helicópteros; 15 000 en la armada con 3 cruceros, 4
destructores y 2 submarinos; y 25 000 carabineros con armamento de infantería.2930

Intervención estadounidense
Artículos principales: Intervención estadounidense en Chile y The Pinochet File.

El fragata USS Jesse L. Brown (FF-1089) estuvo en las afueras de Valparaíso


El encargado fue el vicealmirante Frederick J. Harlfinger II. Es de común consenso
entre los estudiosos del golpe de 1973, que fue un plan casi exclusivamente naval
con miembros de la Fuerza Aérea a la que se sumó a última hora Pinochet y el
Ejército de Chile. Los organismos de inteligencia naval de Estados Unidos tenían
libre acceso a las dependencias de la Armada y al Ministerio de defensa. El Golpe
Naval se hizo bajo la cobertura de la Operación UNITAS. Muchos de los oficiales de
la Office of Naval Intelligence que participaron en las etapas previas y en las
acciones primeras del golpe estaban embarcados en Buques de la Armada de los
Estados Unidos navegando en las afueras de Valparaíso.

Los barcos de la Armada de los Estados Unidos en la Operación UNITAS XIV fueron: el
crucero USS Richmond K. Turner, destructor USS Vesole, de la fragata misilera USS
Talbot y del submarino convencional USS Trumpetfish. En forma anexa había barcos
que acompañaban por afuera, encargados de la comunicación con el Pentágono. La
fragata USS Jesse L. Brown estuvo en las afueras de Valparaíso sirviendo de nexo
directo con el Pentágono. El Jesse Brown es de un tipo especial de destructor
destinado a la guerra electrónica. Otro de los de la clase, fue el USS Maddox,
famoso por el incidente del golfo de Tonkìn. También es reportada la presencia de
un barco CIA ultrasecreto.

Según el analista Peter Kornbluh, del Centro de Investigación Periodística de


Chile, los archivos desclasificados de la CIA en 2017 revelan que la CIA contó
entre sus agentes chilenos con, al menos, un líder del Partido Demócrata Cristiano,
dos directivos de El Mercurio y un alto oficial del Ejército.31

El 11 de septiembre
Valparaíso
El 10 de septiembre, a las 16:00 horas, zarpa la escuadra, tal y como estaba
previsto, ya que debe participar en las maniobras navales internacionales UNITAS
XVI. Mientras el Ejército se acuartela. La razón dada: el probable desafuero de
Altamirano y Garretón el día 11. Este desafuero, según explicó Pinochet al Ministro
de Defensa Orlando Letelier, podía causar disturbios, por lo que se hacía necesario
el acuartelamiento.

En la madrugada del 11 de septiembre, la escuadra reaparece en Valparaíso y las


fuerzas armadas toman la ciudad. El prefecto de Valparaíso, Luis Gutiérrez, realiza
una llamada por el único teléfono que funciona en el puerto, el suyo (línea dejada
libre a propósito por los golpistas), para avisar al subdirector de Carabineros,
general Jorge Urrutia, que la infantería de marina está en las calles y ha empezado
a tomar posiciones de combate. Urrutia telefonea al presidente, que se encuentra en
su residencia de Tomás Moro. Allende, calmado, pide ubicar a Pinochet y a Leigh,
pero son inubicables.

Santiago
A las 7:20, Allende, en su automóvil Fiat 125, y el GAP se enfilan hacia La Moneda,
al que llegan veinte minutos después.

Viste Allende una chaqueta de tweed y un pantalón marengo. Carga con un fusil AK-
47, regalo de Fidel Castro, y el GAP ingresa al palacio de gobierno dos
ametralladoras y tres RPG-7, además de sus armas personales.

Paralelamente llega a esas horas Pinochet al comando de telecomunicaciones, en


Peñalolén, con capacidad de anular las comunicaciones de algunas emisoras de radio,
un poco retrasado en la hora. Se organizan las redes de comunicaciones con las
demás ramas de las Fuerzas Armadas, especialmente con Leigh, que se encuentra en la
Academia de Guerra Aérea, y con Patricio Carvajal que está en el ministerio de
defensa, que será el coordinador de todo el golpe.

Allende trata de obtener información sobre el movimiento, al no poder contactar a


Pinochet exclama, "Pobre Pinochet, debe estar preso". Sepúlveda, director general
de Carabineros llega a La Moneda, y le asegura que Carabineros le seguirá fiel al
gobierno. Lo ignora, pero Carabineros ya estaba controlado por los generales César
Mendoza y Arturo Yovane.

Allende emitirá a continuación su primer mensaje del día a la nación, en el que


advierte la sublevación de un sector de la marinería. No llama al pueblo a las
armas ni a la violencia, sino a la prudencia. Allende se queda en palacio junto al
dispositivo de seguridad del GAP, sus médicos personales, algunos colaboradores
cercanos, su secretaria personal, como también se encontraban en La Moneda
detectives del Servicio de Investigaciones, actual PDI, al mando del Inspector Juan
Seoane Miranda, seguido de los detectives Fernando del Pino Abarca, Carlos Espinoza
Pérez, Quintín Romero Moran, David Garrido Gajardo, Eduardo Ellis Belmar, Pedro
Valverde Quiñones, Erasmo Torrealba Aliaga, Douglas Gallegos Todd, Carlos San
Martín Zúñiga, José Sotomayor Llano, Juan Romero Moran, Luis Henríquez Seguel,
Reinaldo Hernández Tarifeño, Héctor Acosta Rey, Gustavo Basaure Barrera y Juan
Collio Huenuman, quienes pese a que Allende anteriormente los había dejado en
libertad de acción, no abandonaron el lugar, aduciendo que quedarse a defender el
palacio era cumplir con el deber.

Primera proclama golpista


A las 8:42, la «Cadena Democrática», formada por las radios Minería y Agricultura,
emite la primera proclama militar. Allende debe hacer entrega inmediata de su cargo
a la junta de gobierno, integrada por los jefes supremos de las fuerzas Armadas:
Pinochet, Leigh, Merino y Mendoza —los dos últimos recién acababan de tomar las
jefaturas supremas de sus ramas, Armada y Carabineros respectivamente—.

Aún a esa hora, las cadenas de reacción de la UP en la periferia de la ciudad no se


habían agrupado, cosa que les pareció sorprendente a los oficiales de las FF. AA.
que tenían conocimiento de ellas a través de los informes de inteligencia, de la
prensa y de los mismos sectores de izquierda que aseguraban tener estos grupos de
reacción provistos de armamento liviano. A las 11:00 horas la mayoría de estas
cadenas habían sido anuladas por personal de Carabineros o de las FF. AA., siendo
la única sin desarticular la unidad perteneciente a La Legua, que sorprendió y
repelió a las fuerzas de Carabineros encargadas de anularlas.[cita requerida]

La proclama leída por el teniente coronel Roberto Guillard decía:


A partir de este momento damos paso a una red provincial y nacional de
radiodifusión de las fuerzas armadas. Se invita a todas las radioemisoras libres a
conectarse a esta cadena.
Santiago, 11 de septiembre de 1973. Teniendo presente:
1.º- La gravísima crisis económica, social y moral que está destruyendo el país;
2.º- La incapacidad del Gobierno para adoptar las medidas que permitan detener el
proceso y desarrollo del caos;
3.º- El constante incremento de los grupos armados paramilitares, organizados y
entrenados por los partidos políticos de la Unidad Popular que llevarán al pueblo
de Chile a una inevitable guerra civil, las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile
declaran:
1.º- Que el señor Presidente de la República debe proceder a la inmediata entrega
de su alto cargo a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile.
2.º- Que las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Carabineros de Chile están unidos, para
iniciar la histórica y responsable misión de luchar por la liberación de la Patria
del yugo marxista, y la restauración del orden y de la institucionalidad.
3.º- Los trabajadores de Chile pueden tener la seguridad de que las conquistas
económicas y sociales que han alcanzado hasta la fecha no sufrirán modificaciones
en lo fundamental.
4.º- La prensa, radiodifusoras y canales de televisión adictos a la Unidad Popular
deben suspender sus actividades informativas a partir de este instante. De lo
contrario recibirán castigo aéreo y terrestre.
5.º- El pueblo de Santiago debe permanecer en sus casas a fin de evitar víctimas
inocentes.
Firmado: Augusto Pinochet Ugarte, General de ejército, Comandante en jefe del
Ejército; Toribio Merino Castro, Almirante, Comandante en jefe de la Armada;
Gustavo Leigh Guzmán, General del Aire, Comandante en jefe de la Fuerza Aérea de
Chile; y César Mendoza Durán, General, Director General de Carabineros de Chile.
Se le da también al presidente un ultimátum: si La Moneda no es desalojada antes de
las 11, será atacada «por tierra y aire». El ambiente en La Moneda es de tristeza,
lo peor que podía ocurrir estaba pasando. Carabineros retira las tanquetas
apostadas frente a La Moneda y el personal se retira.

Primeras reacciones de partidarios del Gobierno de la UP


Muchos reaccionan de forma violenta contra la proclama. La CUT llama los
trabajadores a ocupar fábricas y fundos, organizar la resistencia y esperar
instrucciones, con la esperanza de poder detener el golpe, por medio de los
cordones industriales. Allende, que da otro discurso, por el contrario no hace
ninguna referencia a la lucha armada ni instrucciones a los líderes de la UP.
Mientras un séquito de ministros aparecen y entran a conversar con el presidente
para conocer su opinión. A pesar de las ideas de sacarlo, él es tajante con su idea
de defender su puesto hasta el final.

Los militares se contactan con La Moneda y le hacen la proposición de sacarlo del


país, pero reciben una respuesta clara, Allende no se va a rendir. Pinochet se
contacta con Carvajal, quien le indica la negativa del presidente a rendirse:

Carvajal: Yo hablé personalmente con él, le intimé rendición en nombre de los


comandantes en jefe. Eh... Contestó con una serie de garabatos, no más.
Pinochet: O sea, quiere decir que a las 11, cuando lleguen los primeros pericos...
Vai a ver lo que va a pasar. ¡A las 11 en punto se bombardea!
Carvajal: Cuando se evacue la Moneda va a ser más fácil asaltarla.
Pinochet: Una vez bombardeada la asaltamos con el Buin y con la escuela de
infantería. Hay que decirle a [Herman] Brady.
Carvajal: Conforme. Vamos a esperar no más que evacuen los edecanes y los
carabineros.
Pinochet: Conforme.
A las 9:55 los tanques del general Palacio ingresan en el perímetro de La Moneda;
hacía poco que se había desatado el fuego. Francotiradores apostados en los altos
edificios aledaños tratan de repelerlos, y se inicia la balacera, pero La Moneda
aún no es atacada.

Último discurso radial del presidente Allende


A las 10:15, a través de Radio Magallanes, la última pro-gubernamental aún no
silenciada, Allende emite su último mensaje a la Nación:

Estatua de Salvador Allende frente al Palacio de la Moneda.


Quizás sea ésta la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza
Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación. Mis palabras
no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han
traicionado el juramento que hicieron: Soldados de Chile, comandantes en jefe y
titulares..., el almirante Merino... más el señor Mendoza, general rastrero que
sólo ayer manifestara su solidaridad y lealtad al gobierno, también se ha
denominado director general de Carabineros.
Ante estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores: Yo no voy a renunciar.
Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les
digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna
de miles y miles de chilenos no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza,
podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni
con la fuerza.
La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
¡Trabajadores de mi Patria!: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron,
la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes
anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la
ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme
a ustedes, espero que aprovechen la lección.
El capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, crearon el clima para
que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición: la que les señaló Schneider y que
reafirmara el Comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en
sus casas esperando, con mano ajena, reconquistar el poder para seguir defendiendo
sus granjerías y sus privilegios...
Me dirijo sobre todo, a la modesta mujer de nuestras tierras, a la campesina que
creyó en nosotros, a la obrera que trabajó más, a la madre que supo sobre la
preocupación por los niños.
Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que
siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales,
colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista
de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y espíritu
de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a
aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace
muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando
las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio
de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los
juzgará.
...Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no
llegará a ustedes. No importa, la seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes.
Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar
ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
¡Trabajadores de mi Patria!: Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros
hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan
ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes
alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva
Chile!, ¡Viva el pueblo!, ¡Vivan los trabajadores!
Éstas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que mi sacrificio no será en
vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una sanción moral que castigará
la felonía, la cobardía y la traición.
Wikisource contiene obras originales de o sobre Golpe de Estado en Chile de 1973.
Ataque de artillería contra la Casa de Gobierno
A las 10:30, los tanques abren fuego contra la Moneda; les siguen las tanquetas y
los soldados, fuego que es respondido por los miembros del GAP y francotiradores
apostados en los edificios aledaños.

Carvajal se comunica nuevamente con Pinochet, informándole de la intención de


parlamentar:

Carvajal: Me acaban de informar que habría intención de parlamentar.


Pinochet: No, se tiene que ir a la Moneda, él con una pequeña cantidad de gente.
Carvajal:...se retiraron, pero ahí...
Pinochet:...al ministerio, al ministerio...
Carvajal:...que se está ofreciendo parlamentar.
Pinochet: Rendición incondicional, ¡nada de parlamentar!. ¡Rendición incondicional!
Carvajal: Bien, conforme, rendición incondicional, y se le toma preso, ofreciéndole
nada más que respetarle la vida, digamos.
Pinochet: La vida y la integridad física, y en seguida se le va a despachar a otra
parte.
Carvajal: Conforme. Ya... O sea que se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del
país.
Pinochet: Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país. Pero el avión se cae,
viejo, cuando vaya volando.
Carvajal: Conforme..., conforme. Vamos a proponer que prospere el parlamento.
Ataque aéreo contra la Casa de Gobierno y la Casa Presidencial
Alrededor del mediodía, los aviones Hawker Hunter de la Fach, inician el ataque
contra La Moneda, disparando en cuatro oportunidades sus cohetes Sura P3 sobre la
casa de gobierno; el daño causado es devastador. Tal como lo demuestran los videos
hechos por los canales de televisión, desde la azotea del Hotel Carrera frente al
costado oeste de la Plaza de La Constitución, en el primer ataque los cohetes
destruyeron el portón norte y los techos del primer piso; en el segundo ataque los
cohetes cayeron en el pabellón que separa los patios de Los Cañones y Los Naranjos.
En el tercero un cohete rebotó en una de las gárgolas de la fachada y estalló en el
segundo piso del lado sur; en el cuarto los cohetes cayeron de lleno sobre la
fachada y una bola de fuego saltó a la calle y al quinto los aviones dispararon sus
cañones automáticos Rolls Royce Aden calibre 30 mm. Otros dos aviones bombardean la
residencia presidencial de Tomás Moro, a la sazón defendida por algunos miembros
del GAP que no alcanzaron a irse con Allende a La Moneda. Uno de los aviones
bombardea por equivocación el Hospital de la Fuerza Aérea de Chile, situado en las
cercanías.3233

El 6 de julio de 2011 el periodista y escritor Eduardo Labarca reveló los nombres


de los pilotos que bombardearon La Moneda y Tomás Moro. Hasta entonces, sólo se
conocía el del líder del grupo de bombardeo, general (R) Mario López Tobar, quien
escribió un libro —El 11 en la mira de un Hawker Hunter (1999)— en el que no
identificaba a los otros participantes. La revelaciones fueron hechas 24 horas
después de que el juez Mario Carroza, que investiga las causas de la muerte de
Allende, interrogara al jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), Fernando Matthei,
quien aseguró no conocer los nombres de los pilotos a cargo del ataque.34

Mario López Tobar —nombre de combate: Libra; comandante del "Grupo de Aviación N.º
7" y piloto del Avión 1— cuenta en su libro citado que el ataque comenzó con el
bombardeo de cinco antenas, en el que participaron él y otros tres aviones.

El primer disparo contra La Moneda, que perforó la puerta principal, lo hizo el


teniente de 24 años Ernesto Amador González Yarra (Pekín), "famoso por su talento
de piloto y certera puntería". El segundo ataque estuvo a cargo de Fernando Rojas
Vender (Rufián), quien llegó a ser comandante en jefe de la FACH. Su primer disparo
apuntó al techo del palacio presidencial. En una última pasada, los pilotos usaron
cañones de 30 mm. La operación fue coordinada desde tierra por el operador aéreo,
comandante Enrique Fernández Cortez (Gato).35

La residencia de Tomás Moro —donde estaba Hortensia Bussi, la esposa de Allende—


fue atacada por los Hawker Hunter que piloteaban el capitán Eitel von Mühlenbrock y
el teniente Gustavo Leigh Yates, hijo del entonces comandante en jefe de la FACH y
miembro de la junta militar. Fue Leigh el que "equivocó el blanco y bombardeó el
Hospital de la FACH, por lo cual hasta su muerte hace tres años era objeto de
bromas y tallas en la institución".35

Labarca constata también las discrepancias que hay en torno a la hora exacta del
ataque a La Moneda: "Según el coronel López Tobar, comandante de la operación,
comenzó pocos minutos antes de las 11.30. El almirante Patricio Carvajal, jefe del
estado mayor del golpe, sitúa el ataque entre las 11.52 y las 12.08. Según el
general Gustavo Leigh, entonces comandante en jefe de la FACH, el ataque tuvo lugar
“después de las 12”.35

Asalto de infantería contra la Casa de Gobierno


El ataque prosigue al palacio de gobierno con el uso de gases lacrimógenos, pero al
ver que La Moneda todavía se negaba a rendirse, el general Javier Palacios decide
tomarla y envía a un grupo de soldados a derribar la puerta del palacio, son las
dos y media de la tarde. Dentro le gritan a Allende: ¡Presidente!, ¡el primer piso
está tomado por los militares! ¡dicen que deben bajar y rendirse!.

Llamamiento a la rendición en el Palacio de La Moneda y posterior suicidio de


Allende
Artículo principal: Muerte de Salvador Allende

Fusil de asalto AKMS soviético, de culata plegable, del mismo tipo que usó Allende
para suicidarse.
El presidente dispone rendirse: «¡Bajen todos! ¡dejen las armas y bajen! Yo lo haré
al último».

Entonces, según el testimonio de uno de sus doctores, Patricio Guijón, que regresó
para llevarse su mascarilla antigás («de recuerdo», dice), Allende grita: «¡Allende
no se rinde, milicos de mierda!» y con el fusil AKMS que le había regalado Fidel
Castro se dispara en la barbilla («más de un disparo, y menos de una ráfaga», según
su testimonio), explotando la bóveda craneana y muriendo al instante.

El General Javier Palacios entra en el salón Independencia, y se encuentra con


Allende y el doctor Guijón. Llama al oficial de radio y entrega su escueto informe:
«Misión cumplida. Moneda tomada, presidente muerto».

Le informan a Pinochet de la muerte del presidente Allende


A las 14.38, Carvajal le informa a Pinochet y a Leigh: «Hay una comunicación, una
información de personal de la Escuela de Infantería que está ya dentro de La
Moneda. Por la posibilidad de interferencia, la voy a transmitir en inglés: They
say that Allende committed suicide and is dead now» («Ellos dicen que Allende se
suicidó y ahora está muerto»).

Los bomberos apagaron el fuego de La Moneda entre las 14:30 y las 16 horas. En el
libro de incidentes del Cuerpo de Bomberos de Santiago, que apagó el incendio la
tarde de ese mismo día después que los militares entraron al edificio, quedó el
siguiente registro:

«El trabajo en el incendio del Palacio de La Moneda se organizó con el material


movilizado, en forma de evitar que el fuego se propagara más allá de lo que tenía
comprometido a la llegada del Cuerpo, y que era todo el amplio sector comprendido
por el frente de la calle Moneda (excepto la primera oficina del lado oriente) y el
de la calle Teatinos hasta más o menos 25 metros de distancia de la esquina de la
Plaza de la Libertad, incluidas las edificaciones que existían dentro del Palacio
circundando el patio cercano a la entrada por calle Moneda y el bloque que
atravesaba de oriente a poniente, al ala norte del patio de Los Naranjos, excepto
el Gran Comedor, denominado también Salón Toesca. Se logró detener el fuego.

En consecuencia, no sufrió daño alguno la zona del edificio comprendida desde


Morandé 80 hacia el sur y la que tiene frente a la Plaza de la Libertad, desde
Morandé hasta Teatinos. La extinción total de los escombros sólo se logró el
viernes 14 de septiembre y explica que el miércoles 12 debieron acudir 7 compañías
en distintas horas, y 5 más el viernes 14.»
Primera reunión tras la muerte del presidente Allende
A las 18 horas se reunieron en la Escuela Militar los cuatro comandantes máximos de
las Fuerzas Armadas, eran la nueva Junta Militar. A excepción de unas pequeñas
escaramuzas en sitios aislados de Santiago, la junta toma el poder del país. La
Unidad Popular y su presidente habían muerto, se iniciaban los 16 años y medio de
dictadura.

Reacciones
Expresidentes de Chile
El 18 de septiembre de 1973 se realizó el tradicional Te Deum en la Basílica de La
Gratitud Nacional (Santuario María Auxiliadora, de los Padres Salesianos),
asistiendo los expresidentes de la República Gabriel González Videla (ex-Radical),
Jorge Alessandri Rodríguez (Independiente pro Nacional) y Eduardo Frei Montalva
(Demócrata Cristiano).36 Dicha acción fue interpretada como una señal de apoyo a la
Junta Militar de los expresidentes. De hecho tanto González Videla como Alessandri
Rodríguez colaboraron activamente con la dictadura de Pinochet como miembros del
Consejo de Estado.373839

El 10 de octubre de 1973, en una entrevista dada al diario español ABC, el ex


Presidente Eduardo Frei Montalva habría señalado: Los militares han salvado a
Chile.40Un mes más tarde el exgobernante, en una carta de 23 páginas enviada a
Mariano Rumor, presidente mundial de la Democracia Cristiana, declaró lo siguiente:

“A nuestro juicio, la responsabilidad íntegra de esta situación y, lo decimos sin


eufemismo alguno, corresponde al régimen de la Unidad Popular instaurado en el
país; las Fuerzas Armadas, estamos convencidos, no actuaron por ambición, más aún,
se resistieron largamente a hacerlo, su fracaso sería el fracaso del país.”
Carta de Eduardo Frei Montalva a Mariano Rumor, el 8 de noviembre de 1973.41
Consecuencias
Inmediatas

Portada del diario La Tercera publicada el 13 de septiembre de 1973.

Quema de libros, revistas y periódicos políticos después del golpe militar.


Se declaró el toque de queda en todo el territorio nacional a partir de las 15
horas del 11 de septiembre de 1973, se permitió a los civiles, previo control,
abandonar el centro de las ciudades y dirigirse a sus casas. En Santiago,
inmediatamente las instalaciones de las radios Portales, Magallanes y Corporación,
todas las estaciones de TV excepto Canal 13 fueron silenciadas y sus operadores,
locutores y directores detenidos a las 13.30 horas y llevados al Banco del Estado
de Chile. Los diarios Clarín, El Siglo y otros fueron allanados y sus prensas
destruidas.

En las zonas rurales se detuvieron a muchos dirigentes de la Reforma Agraria,


muchos fueron ejecutados en el lugar de detención. La colonia alemana benefactora
Villa Baviera, ubicada en la zona central, sirvió como centro de detención y lugar
de desaparición de muchos activistas de la Unidad Popular.

Cientos de miles de proallendistas tomaron aquellas especies, registros, carné de


partidos, libros y propaganda comprometedora y se deshicieron de ella
enterrándolas, quemándolas o botándolas a los cauces de ríos. Se declaró ilegal y
proscrito al Partido Comunista y Socialista; los partidos Nacional,
Democratacristiano y Radical fueron suspendidos cuando se disolvió el Senado. Se
conminó a todos los ciudadanos a entregar sus armas de fuego en las comisarías de
Carabineros.

Se instó a denunciar a los adherentes al gobierno, por ser traidores a la Patria,


según decía el comunicado militar denunciándolos ante las comandancias y cantones.
Se publicaron bandos que instaban a la población a delatar a los líderes más
prominentes de la UP tales como Carlos Altamirano, Volodia Teitelboim, José Tohá,
Luis Corvalán y otros.

Se llamó a aquellos que tuvieran cargos y representatividades de grupos sociales a


entregarse a las comisarías para regularizar su situación. Se detuvieron a miles de
personas y fueron conducidas el Estadio Chile y luego al Nacional, a aquellas
personas que fueron llamadas a viva voz y respondieron de entre la multitud fueron
ejecutadas en el mismo lugar, como es el caso de Víctor Jara.

En la Universidad Técnica del Estado de Santiago, militares hicieron allanamientos


y ejecutaron a decenas de estudiantes combatientes en las mismas aulas. Muchas
ejecuciones fueron hechas a la "bala en fila". Fueron allanadas las fábricas, las
reparticiones públicas y las mineras forzando a los trabajadores a seguir laborando
y manteniendo la producción en marcha. En muchas fábricas se realizaron detenciones
de todos los sindicalistas y representantes de gremios de la Unidad Popular.

Las poblaciones populares tales como La Legua, La Victoria y San Ramón (La Bandera)
fueron allanadas y sus pobladores detenidos en masa. En la Villa La Reina se
produjeron ejecuciones sumarias a aquellos líderes que se sorprendieron ocultos.
Durante todo el día y la noche y toda la semana se escucharon disparos de
ametralladoras en distintos puntos de la capital.

En el sur de país, el 12 de septiembre un grupo trabajadores, campesinos y


activistas del Movimiento Campesino Revolucionario intentaron tomarse el retén de
carabineros de Neltume en la cordillera valdiviana en un intento fallido de
defender el gobierno de la UP, que acabó sin muertos ni heridos. Por dicho acto
serían ejecutados sumariamente 12 personas tres semanas más tarde en Valdivia.42

Miles de perseguidos políticos se refugiaron en las embajadas de gobiernos amigos


de la Unidad Popular, como es el caso de Suecia, Italia, Canadá, Australia,
Dinamarca, México, Unión Soviética y Cuba. Otras personas, especialmente ajenas a
la política, se refugiaron en Canadá. En principio, Canadá no permitió a muchos
chilenos refugiarse en su país debido a sus estrictas leyes de inmigración. Pero en
1976, con la ayuda de trabajadores del gobierno, como Bob Thompson; iglesias,
grupos de los derechos humanos, y muchos más, se modificaron las leyes de
inmigración en Canadá. Después, a miles de chilenos se les permitió el ingreso al
país. Esta operación fue conocida como «Movimiento Especial de Chile».43

El 15 de septiembre de 1973, Nixon llamó a Kissinger nuevamente. Se lamentaron


sobre lo que Kissinger calificó como los diarios llorones y la sucia hipocresía de
la prensa por concentrarse en la represión de los militares chilenos y las condenas
al rol jugado por Estados Unidos.

En esta conversación telefónica, que fue desclasificada en mayo de 2004,44 Nixon


señala: Nuestra mano se mantiene oculta en esto. Y Kissinger replica: No lo hicimos
nosotros… Quiero decir, les ayudamos. [Censurado] creó las máximas condiciones
posibles… En la era de Eisenhower, seríamos considerados héroes.

Generales
El golpe de Estado puso fin en Chile a casi 50 años de desarrollo de la
institucionalidad democrática, inaugurada con la aplicación de la Carta de 1925
tras la caída de la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo en 1931. Tal
institucionalidad venía experimentando desde comienzos de los 60 una fuerte erosión
producto de los proyectos mutuamente excluyentes de los sectores políticos
dominantes. En lo más cercano el golpe clausuró la "vía chilena al socialismo"
largamente esperada por los sectores de izquierda e inauguró un extenso período de
facto caracterizado por la concentración casi total del poder en la Junta de
Gobierno y en la figura del General Pinochet, así como una fuerte represión sobre
los sectores opositores y disidentes (políticos, sindicales, gremiales y
poblacionales) mediante la acción de organismos de seguridad creados para el efecto
(DINA, CNI), con su cortejo de violaciones a los derechos humanos fundamentales. El
período terminaría en 1990, debido que la misma Constitución de 1980, promulgada
por el General Pinochet y legitimada en un plebiscito (aunque sus resultados han
sido cuestionados, debido a que no hubo posibilidades de fiscalización y propaganda
electoral por parte de la oposición en ese entonces, ni registros electorales),
decía que en 1988 los comandantes en jefe de las fuerzas armadas y de orden debían
nombrar a un candidato único a la presidencia de Chile (que posteriormente sería el
mismísimo General Pinochet), y que en caso de ser derrotado (como así fue) habría
elecciones presidenciales libres en 1989 en conjunto con las elecciones
parlamentarias; en dichas elecciones fue elegido Patricio Aylwin quien asumió la
presidencia de Chile el 11 de marzo de 1990.

En lo social significó el comienzo de un dominio sin contrapeso de los sectores


empresariales, los cuales aprovecharon el desmantelamiento de la estructura
productiva estatal llevado a cabo por el gobierno de Pinochet a fines de los 70 y
comienzos de los 80, por medio de un proceso de privatización. Por otra parte,
significó el comienzo de una pauperización de las clases medias y la precariedad e
inestabilidad laboral para los sectores asalariados. También el golpe significó el
comienzo de un largo exilio para miles de chilenos.

En lo estrictamente económico significó un cambio radical de orientación del papel


del Estado en materia económica: de un rol productor y estatizador desarrollado
desde la década de los 20, se pasaría a uno de tipo subsidiario, inspirado en las
doctrinas económicas neoliberales; éstas privilegiaron en Chile un control estricto
de la inflación y de la emisión del circulante, así como una política radical de
privatizaciones de las empresas públicas y el fomento de las exportaciones de
bienes producidos por el sector primario (agrícolas, mineros) y la importación de
bienes de consumo y de capital.

En lo cultural, el golpe significó el comienzo del llamado "apagón cultural",


caracterizado por la represión y autorrepresión de ciertas manifestaciones
culturales consideradas contrarias a la línea de la dictadura militar.

Conmemoraciones

Manifestación de apoyo al gobierno de facto, el 11 de septiembre de 1976.


Cada 11 de septiembre desde 1974 se han realizado, tanto en Chile como en otros
países, diversos actos en conmemoración a este golpe de Estado, tanto con un
carácter festivo por parte de los adherentes a la dictadura militar, como reflexivo
por parte de sus detractores.

Durante la dictadura, la conmemoración era conocida como el «Aniversario de la


Liberación Nacional» por la Junta, día en que se realizaban actos oficiales, de
marcado carácter militar y encabezados por Augusto Pinochet, para «honrar» a las
Fuerzas Armadas por su intervención. Uno de los primeros actos de este tipo fue el
encendido de un fuego ceremonial conocido como la Llama de la Libertad, el 11 de
septiembre de 1975.45

En 1978 se declaró feriado legal la tarde del 11 de septiembre de ese año,46 y


posteriormente, en 1981, el régimen instauró el feriado del «Aniversario de la
Liberación Nacional», creado por Ley 18.026.47 La represión y censura a los
detractores de la dictadura no permitió realizar en Chile actos masivos que
demostraran repudio a esa fecha, durante gran parte de la década de 1980. Sin
embargo, en el exterior se realizaron cientos de manifestaciones con miles de
asistentes, incluyendo a chilenos exiliados por el régimen.48

Conmemoración del golpe en el Palacio de La Moneda, 9 de septiembre de 2013.

Conmemoración del golpe en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, 9 de


septiembre de 2013.
En 1983 se conmemoró la primera década desde el golpe, ocasión en la cual se
realizó una marcha por la Alameda, entre el Palacio de La Moneda y el Edificio
Diego Portales —entonces sede del gobierno—, donde Pinochet dio un discurso de 95
minutos en donde ratificó el «compromiso irrenunciable para con la patria» de las
Fuerzas Armadas.49 El último 11 de septiembre con Pinochet al mando de Chile fue el
de 1989, en donde a modo de despedida, se dirigió al país diciendo que seguiría
luchando «para (sic) esta bendita patria»; ese mismo día, unos cinco mil
detractores de la dictadura se congregaron en la tumba de Salvador Allende, en ese
entonces ubicada en Viña del Mar, para rendirle homenaje.50

Flores en Morandé 80, 11 de septiembre de 2009.


Con la llegada de la democracia, el 11 de septiembre fue conmemorado de manera
discreta por el presidente Patricio Aylwin, incluyendo el aniversario 20.º del
golpe, en que no hubo acto oficial del gobierno. Durante la década de 1990 los
partidarios y detractores de la dictadura realizaron sus actos correspondientes, y
se volvió común el desarrollo de disturbios entre manifestantes y carabineros en
las principales ciudades.5152 El feriado de la «Liberación Nacional» no fue
derogado sino hasta 1998, año en que se cambió por el «Día de la Unidad Nacional»
(celebrado el primer lunes de septiembre), el cual no tuvo el recibimiento esperado
y fue derogado en 2002.

El 11 de septiembre de 2003, cuando se cumplían 30 años del golpe, se realizó una


gran ceremonia oficial en el Palacio de La Moneda liderada por el presidente
socialista Ricardo Lagos. En el palacio de gobierno se reabrió una puerta del
edificio con el número 80 de la calle Morandé, por donde fue sacado el cadáver de
Allende en 1973 y que fue tapada por el régimen de Pinochet.53

En 2013, el presidente Sebastián Piñera, el primero de derecha tras el retorno a la


democracia, realizó un acto en La Moneda para conmemorar los 40 años del golpe el 9
de septiembre de ese año, donde afirmó que éste «fue el desenlace previsible,
aunque no por ello inevitable, a una larga y penosa agonía de los valores
republicanos»,54 y el 11 de septiembre asistió a una misa católica en el mismo
palacio.55 La oposición al gobierno no aceptó la invitación de Piñera para asistir
al acto en La Moneda, y realizó uno propio en el Museo de la Memoria y los Derechos
Humanos, el 9 de septiembre, encabezado por la expresidenta y candidata
presidencial Michelle Bachelet,56 quien el 11 de septiembre visitó Villa Grimaldi,
lugar donde en 1975 fue torturada por militares.57

Actualidad
El 25 de enero de 2010, los once cuerpos encontrados en el Campo Militar Peldehue
fueron identificados como de los asesores del presidente Allende asesinados en la
Moneda mediante análisis de ADN.58 Las identidades corresponden a los dos asesores
del presidente Allende, Enrique Paris Roa (40 años al momento de su detención) y
Héctor Pincheira Núñez (28); y a los nueve integrantes de la seguridad personal
(GAP) del mandatario, Óscar Avilés Jofré (28), Manuel Castro Zamorano (23), Óscar
Lagos Ríos (21), Julio Moreno Pulgar (24), Luis Rodríguez Riquelme (¿?), Jaime
Sotelo Ojeda (33), Julio Tapia Martínez (24), Héctor Urrutia Molina (22) y Juan
Vargas Contreras (23). Las identidades de Lagos, Moreno, Tapia y Vargas aparecieron
como «lanzados al mar» en el informe sobre el destino final de 200 detenidos
desaparecidos que entregó el Ejército de Chile en enero de 2001, luego de la mesa
de diálogo de derechos humanos realizada en 2000.

El 23 de mayo de 2011, los restos de Salvador Allende fueron exhumados con el


objeto de dilucidar por completo la causa de su muerte; la familia del expresidente
solicita que el Ejército ayude a localizar el fusil con el cual se supone que
Allende se suicidó y que fue incautado durante el Golpe Militar.59 El 19 de julio
del mismo año, fue entregado el resultado de los estudios de la exhumación,
confirmando la teoría del suicidio del presidente Allende como causa de su muerte.
Según los expertos, la presencia de dos salidas de bala se deberían a que el arma
estaba en estado automático.60 El forense Francisco Etxeberria que participó en la
nueva autopsia declaró que «[c]on base en argumentos técnicos y científicos podemos
asegurar que la muerte del presidente Salvador Allende se produjo como consecuencia
directa de un disparo realizado bajo el mentón que le produjo la destrucción de la
cabeza y la muerte inmediata, lo que interpretamos como suicida desde la
perspectiva forense».Golpe de Estado en Chile de 1973
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973
Parte de la Operación Cóndor y la Guerra Fría
Golpe de Estado 1973.jpg
Bombardeo al Palacio de La Moneda en Santiago.
Contexto del acontecimiento
Fecha 11 de septiembre de 1973
Sitio Bandera de Chile Chile
Impulsores Fuerzas Armadas de Chile, con apoyo del Partido Nacional, sectores de
la Democracia Cristiana y otros civiles. Apoyo internacional del Gobierno de
Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia.12
Motivos Guerra Fría: crisis política, social y económica en el gobierno de
Salvador Allende.3
Influencias ideológicas de los impulsores Anticomunismo
Gobierno previo
Gobernante Salvador Allende
Forma de gobierno República presidencial
Gobierno resultante
Gobernante Junta de Gobierno, liderada por Augusto Pinochet
Forma de gobierno Dictadura militar
El golpe de Estado en Chile del 11 de septiembre de 1973 fue una acción militar
llevada a cabo por las Fuerzas Armadas de Chile conformadas por la Armada, la
Fuerza Aérea y el Ejército, para derrocar al presidente socialista Salvador Allende
y al gobierno izquierdista de la Unidad Popular.

Salvador Allende asumió en 1970 como presidente de Chile, siendo el primer político
de orientación marxista en el mundo que accedió al poder a través de elecciones
generales en un Estado de Derecho.4 Su gobierno, de marcado carácter reformista, se
caracterizó por una creciente polarización política en la sociedad y una dura
crisis económica que desembocó en una fuerte convulsión social.

La posibilidad de ejecutar un golpe de Estado contra el gobierno de Allende existió


incluso antes de su elección. El gobierno de Estados Unidos, dirigido por el
presidente Richard Nixon y su secretario de Estado Henry Kissinger, influyeron
decisivamente en grupos opositores a Allende, financiando y apoyando activamente la
realización de un golpe de Estado.125n 1n 2 Dentro de estas acciones se encuentran
el asesinato del general René Schneider y el Tanquetazo, una sublevación militar el
29 de junio de 1973.

Tras el Tanquetazo, grupos dentro de la Armada de Chile planearon derrocar al


gobierno,6 al que posteriormente se sumaron los altos mandos de la Fuerza Aérea y
grupos dentro de Carabineros. Días antes de la fecha planificada para la acción
militar, se sumó Augusto Pinochet, comandante en jefe del Ejército. En la mañana
del 11 de septiembre de 1973, las cúpulas de las Fuerzas Armadas y de Orden
lograron rápidamente controlar gran parte del país y exigieron la renuncia
inmediata de Salvador Allende, quien se refugió en el Palacio de La Moneda. Tras el
bombardeo de la sede presidencial, Allende se suicidó y la resistencia en el
Palacio fue neutralizada.

El golpe de Estado marcó el fin del gobierno de la Unidad Popular, que fue seguida
por el establecimiento de una junta militar liderada por Pinochet. Chile, que hasta
ese entonces se mantenía como una de las democracias más estables en América
Latina,[cita requerida] entró en una dictadura militar que se extendió hasta 1990.
Durante este periodo, fueron cometidas sistemáticas violaciones a los derechos
humanos,78 se limitó la libertad de expresión, se suprimieron los partidos
políticos y el Congreso Nacional fue disuelto.

Índice
1 Denominación y discrepancia
2 Chile antes del golpe de Estado
2.1 Victoria electoral de la Unidad Popular
2.1.1 Proclamación de Allende
2.2 Gobierno de la Unidad Popular
2.2.1 Violencia en las calles
2.2.2 Renuncia el general Prats
2.2.3 El Congreso declara el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal
de la República
2.2.4 Marinos antigolpistas
2.2.5 Prensa chilena hacia 1973
2.2.6 Asesinato del edecán naval del presidente Allende
3 Preparativos del golpe
3.1 Contexto histórico
3.2 Conspiración golpista
3.3 Primeras reuniones golpistas
3.4 Las Fuerzas Armadas
3.5 Intervención estadounidense
4 El 11 de septiembre
4.1 Valparaíso
4.2 Santiago
4.3 Primera proclama golpista
4.4 Primeras reacciones de partidarios del Gobierno de la UP
4.5 Último discurso radial del presidente Allende
4.6 Ataque de artillería contra la Casa de Gobierno
4.7 Ataque aéreo contra la Casa de Gobierno y la Casa Presidencial
4.8 Asalto de infantería contra la Casa de Gobierno
4.9 Llamamiento a la rendición en el Palacio de La Moneda y posterior suicidio de
Allende
4.10 Le informan a Pinochet de la muerte del presidente Allende
4.11 Primera reunión tras la muerte del presidente Allende
5 Reacciones
5.1 Expresidentes de Chile
6 Consecuencias
6.1 Inmediatas
6.2 Generales
7 Conmemoraciones
8 Actualidad
9 En la cultura popular
10 Véase también
11 Notas y referencias
11.1 Notas
11.2 Referencias
12 Bibliografía
13 Enlaces externos
Denominación y discrepancia
Entre partidarios y detractores del golpe de Estado chileno existe discrepancia
respecto a su denominación: los primeros lo califican de pronunciamiento militar,
mientras los últimos rechazan tal definición por considerarla eufemística. Al
respecto, la guía titulada "¿Golpe militar o pronunciamiento?"9 (Proyecto Enlaces
MINEDUC en conjunto con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso) coteja
ambas visiones:

Visión N.º 1: Pronunciamiento militar


La Junta de Gobierno integrada por los cuatro Jefes de las Fuerzas Armadas, asumió
el mando supremo del país el 11 de septiembre de 1973, constituida como tal por
Decreto Ley N.º 1 de esa misma fecha. El movimiento militar que se produjo, se
califica dentro de la tipología de las intervenciones castrenses como un
pronunciamiento militar. En efecto, "éste se caracteriza porque es perpetrado por
la unanimidad de las Fuerzas Armadas, con el consentimiento expreso de las mismas y
en muchas circunstancias con el consentimiento tácito de la población".
Centro de Estudios de Derecho Informático de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Chile, 2002.10
Visión N.º 2: Golpe militar
Las naciones civilizadas tienen los medios para establecer la inconstitucionalidad
e ilegalidad eventual de un determinado gobierno y, de ninguna forma, conforme a la
doctrina del derecho más puro, corresponde a las Fuerzas Armadas y de Orden la
restauración de las instituciones que aseguran un Estado con los requisitos y
condiciones que conforme a las instituciones políticas son inherentes a la
democracia. Uno de ellos es el plebiscito que se ha asegurado, con documentación y
testimonios fidedignos, habría sido una opción que no estaba lejos de ser
materializada. Por ello es que al «pronunciamiento militar» se le llama, no por ser
más peyorativo sino más preciso: «Golpe de Estado». Precisamente es en éste, donde
se impone un «Gobierno de Facto» que se aleja, por doctrina y praxis, de un
verdadero Estado de Derecho. Si en el gobierno de Salvador Allende existía un claro
debilitamiento y deterioro grave de las instituciones, fue en el gobierno de la
Junta Militar y luego en el de Augusto Pinochet en donde efectivamente, se pone
término a un Estado de Derecho. Los fundamentos están en el Derecho Constitucional,
en el Positivo y, especialmente, en el Derecho Comparado.
Alicel Belmar Rojas, Estado de Derecho: ¿Cuándo se vulneró?11
Chile antes del golpe de Estado
Véase también: Unidad Popular
Victoria electoral de la Unidad Popular
Candidato Votos %
Salvador Allende 1 075 616 36,63
Jorge Alessandri 1 036 278 35,29
Radomiro Tomic 824 849 28,08
Total 2 936 743 100
Fuente: Tricel
Tras quedar en primer lugar en la elección del 4 de septiembre de 1970 con el 36,63
% de los votos —constituyendo así la primera mayoría relativa—, Allende fue
elegido, en definitiva, presidente por el Congreso el 24 de octubre.12 La propuesta
de Allende y la Unidad Popular era transformar a Chile en un régimen socialista,
siguiendo un curso distinto al de otros países, al que se ha llamado «vía chilena
al socialismo, con sabor a empanadas y vino tinto». Esta nueva vía al socialismo,
por medios pacíficos y democráticos, tuvo inicialmente el visto bueno de gran parte
de la Democracia Cristiana, que no solo apoyó la elección de Allende en el Congreso
en 1970, sino que también, en su anterior gobierno, ya había sentado las bases para
procesos de cambio históricos como la reforma agraria o la nacionalización del
cobre. El apoyo inicial a este modelo —que se reflejó en el 49 % de los votos en
las elecciones municipales de 1971— se fue perdiendo por el deterioro de la
situación económica, debido a la poco feliz medida de imprimir más dinero sin
respaldo, lo que produjo un exceso del circulante y, como consecuencia, un
incremento en la inflación.

Proclamación de Allende
Artículos principales: Elección presidencial de Chile de 1970 y Asesinato de René
Schneider.
Debido a que ningún candidato alcanzó la mayoría absoluta en la votación popular en
la elección presidencial de 1970, le correspondió al Congreso Pleno determinar
quién sería el presidente, entre las dos primeras mayorías relativas, el 24 de
octubre de 1970.

El triunfo obtenido por Allende el 4 de septiembre de 1970 planteó a las fuerzas


opositoras dos alternativas: se respaldaba a la primera mayoría relativa en el
Congreso —como tradicionalmente se había hecho en Chile—, o se trataba de impedir
que el candidato marxista asumiera el gobierno.

Para la derecha, la opción consistía en que no se respetara la tradición en el


Congreso Pleno, de modo tal que, con sus votos más los de la Democracia Cristiana,
éste eligiese a Alessandri, quien había alcanzado la segunda mayoría. Su teoría era
que Alessandri renunciaría sin asumir y se convocaría a una nueva elección
presidencial, en que se presentaría Frei, y vencería con los votos de ambos
sectores. La DC no aceptó la fórmula, y en este partido se impuso la tesis de
Tomic: reconocer el triunfo de Allende a cambio de un Estatuto de Garantías, el
cual posteriormente resultó aprobado como reforma a la Constitución en 1971.

Para evitar la llegada de Allende a la presidencia, Roberto Viaux, junto a miembros


de Patria y Libertad planearon el secuestro de René Schneider, con el fin de
provocar la intervención de las fuerzas armadas y evitar la sesión del Congreso
Pleno. El 19 de octubre de 1970, un grupo de hombres equipados con granadas de gas
lacrimógeno intentó secuestrar a Schneider a la salida de una cena oficial. La
tentativa falló porque el General abandonó el recinto en su automóvil privado y no
en el vehículo oficial previsto por los hombres de Viaux. El segundo intento de
secuestro se realizó a las 08:00 del 22 de octubre de 1970, cuando el automóvil
oficial de Schneider fue bloqueado por cuatro vehículos en la esquina de Avenida
Américo Vespucio con Martín de Zamora (comuna de Las Condes) y un grupo de jóvenes
rodeó el del General, destrozando con martillos los cristales traseros y la puerta
lateral trasera. Al percatarse de que Schneider tomaba su arma para repeler la
acción, los secuestradores dispararon sobre él, impactándolo con tres balas, y
luego huyeron. El cabo-chófer, Leopoldo Mauna Morales, al ver desangrándose al
comandante en jefe, lo llevó al Hospital Militar. Debido a su gravísimo estado, el
general sufrió un paro cardíaco, falleciendo a las 07:50 del 25 de octubre de 1970,

La Doctrina Schneider era un principio de apego al orden constitucional, respeto de


la voluntad ciudadana y no intervención en política por parte del Ejército de
Chile. Encarnada por el general chileno, permitió la elección de Salvador Allende
como presidente de Chile, y era el principal obstáculo ideológico para un golpe de
Estado militar contra él.

Gobierno de la Unidad Popular


Artículo principal: Gobierno de Salvador Allende
Violencia en las calles
La violencia, desatada por grupos radicales de adherentes y opositores al gobierno,
como el MIR en la extrema izquierda o Patria y Libertad en la extrema derecha,
provocó un clima de confrontación, que se fue expandiendo a todos los ámbitos de la
sociedad, llegando incluso a los sectores de élite de la sociedad, que siempre se
habían encontrado al margen de las convulsiones sociales, económicas y políticas
del país.

En este período los enfrentamientos callejeros, entre grupos de extrema izquierda y


de ultra derecha, frecuentemente daban como resultado heridos de diversa
consideración, llegándose a la muerte de algunas personas. Además se desataron
enfrentamientos de grupos políticos y sindicatos contra efectivos de Carabineros,
entre los que destaca los enfrentamiento de los mineros de El Teniente en Santiago,
el 15 de junio de 1973, que terminó con la muerte del obrero Milton Da Silva,
además de 64 heridos y más de 100 detenidos.

Grupos de ultraderecha surgidos al alero del Partido Nacional, junto al movimiento


Patria y Libertad, intentaron por diferentes medios violentos terminar con el
gobierno, siendo apoyados y financiados por la CIA, que también conspiraba para
terminar con el gobierno de la Unidad Popular. En 1973, una vez que los métodos
democráticos para deponer a Allende fracasaron, intensificaron su campaña de
atentados con bombas y ataques para desestabilizar al gobierno.

Entre las acciones de estos grupos figura el asesinato del comandante de la Armada
Arturo Araya Peeters, edecán naval del Presidente Allende; diversos atentados con
bomba a torres de alta tensión y oleoductos; el asesinato de militantes de
izquierda; y varios atentados a embajadas (por ejemplo, las de Cuba y la Unión
Soviética), sedes de partidos políticos de izquierda y radioemisoras. El 14 de mayo
de 1973 fueron allanados varios locales de Patria y Libertad, encontrándose
numeroso armamento y explosivos, luego del llamado de su líder Roberto Thieme,
desde Argentina, a desencadenar una guerra civil.

Renuncia el general Prats


Finalmente cae el general Carlos Prats. El día 21 de agosto, una manifestación de
esposas de generales se produce frente a su casa, a la que llegan a protestar
también varios oficiales de civil contra él. Es insultado y agredido. Al ser
deshecha la manifestación por Carabineros, ésta se vuelve a organizar con más
fuerza. Llegan al lugar Augusto Pinochet (considerado el segundo de Prats), Allende
y sus ministros. Todos son abucheados. Deprimido y desilusionado, pide a los
generales que reafirmen su lealtad para con él; como sólo unos pocos lo hicieran,
resuelve renunciar a la comandancia en jefe. Recomienda pues a Allende que el cargo
sea ocupado por Augusto Pinochet Ugarte, quien tenía una hoja de vida estimada como
limpia, siendo caracterizado como un soldado profesional y apolítico.

El Congreso declara el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la


República
El 22 de agosto la Cámara de Diputados en la cual la oposición tenía mayoría,
aprueba un texto en el que señala la existencia de un grave quebrantamiento del
Orden Constitucional y legal de la República; causada por la negativa del ejecutivo
a promulgar la reforma constitucional de las tres áreas de la economía, a pesar de
haber sido aprobadas por el Congreso, y actuando en contra de la constitución.13

“Primero - Representar a S.E., el Presidente de la República y a los señores


Ministros del Estado miembros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros,
el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República;
Segundo- Representarles, asimismo, que les corresponde poner inmediato término a
todas las situaciones de hecho referidas, que infringen la Constitución y las
leyes, con el fin de encauzar la acción gubernativa por las vías del Derecho y
asegurar el orden constitucional de nuestra patria y las bases esenciales de
convivencia democrática entre los chilenos;

Tercero- Declarar que, si así se hiciere, la presencia de dichos señores Ministros


en el Gobierno importaría un valioso servicio a la República. En caso contrario,
comprometerían gravemente el carácter nacional y profesional de las Fuerzas Armadas
y del Cuerpo de Carabineros, con abierta infracción a lo dispuesto en el artículo
22 de la Constitución Política y con grave deterioro de su prestigio, y

Cuarto - Trasmitir este acuerdo a S.E., el Presidente de la República y a los


señores Ministros de Hacienda, Defensa Nacional, Obras Públicas y Transportes y
Tierras y Colonización”.
Existía un solo camino: la acusación constitucional, según el procedimiento
expresamente contemplado por la Constitución Política del Estado. Procedimiento que
nunca se llevó a cabo.

Marinos antigolpistas
Fue intento de un grupo de cabos, sargentos, suboficiales, marineros y personal
civil1415-sin participación de oficiales- de parar el golpe de Estado en marcha al
interior de la Armada, denunciándolo a las autoridades y llegando a la toma de
barcos y detención de los oficiales para alertar al país sobre la subversión en
desarrollo, y galvanizar así a la opinión pública en defensa del gobierno16

Algunos marinos se reúnen con Carlos Altamirano Orrego, secretario general del
Partido Socialista, para advertirle de los intentos golpistas, siendo estos marinos
los primeros procesados por la Armada. Altamirano lanza el discurso que le ha hecho
fama, catalogado de incendiario por los sectores favorables al golpe. En este
discurso reivindica su derecho a recibir informes de cualquiera que denuncie
conspiraciones, "Si pudiera hablaría de nuevo con ello". Si se intenta un golpe,
Chile será un segundo “Vietnam heroico”, dice.

Por su parte, la Corte Suprema determina resolver a la petición de desafuero de


Altamirano —pedida por la Armada—, el día 11 de septiembre.

Prensa chilena hacia 1973


Durante el gobierno de Salvador Allende, los medios de comunicación masivos
desempeñaron un papel fundamental en cuanto a la formación de criterio de la
población. Prensa, radio y televisión apoyaron abierta y directamente a la derecha
e izquierda chilenas polarizando las diferencias entre ambos sectores.

Además, manipularon la información con tal de cumplir cualquiera de sus dos fines:
desacreditar las acciones y la figura del mandatario chileno o bien, reconocer sus
méritos y engrandecer sus esfuerzos por establecer el socialismo como forma de
gobierno.

Durante las campañas presidenciales de 1970, la prensa de derecha, por ejemplo,


comenzó una campaña publicitaria contra la coalición de la Unidad Popular que tenía
como objetivo desacreditar al socialismo y despertar el miedo entre la población
chilena.

Una vez que Salvador Allende asumió la presidencia, la noticia sirvió como pretexto
para defender los intereses de la burguesía, que se encargó de decidir cuáles
noticias debían tener una circulación preferencial y manejaron constantemente la
ironía, el ridículo, el apodo ofensivo y el insulto.17 Incluso, documentos
desclasificados de la CIA de Estados Unidos revelan que el gobierno estadounidense
financió periódicos y revistas de derecha en perjuicio del gobierno de Allende.

Sin embargo, la llegada de Salvador Allende a la presidencia, favoreció el


surgimiento y crecimiento de diversas publicaciones de izquierda cuyo objetivo
principal fue apoyar la propuesta socialista del nuevo mandatario. Entre estos se
encuentran: las revistas Ramona y Punto Final.

Asesinato del edecán naval del presidente Allende

El edecán Arturo Araya Peeters (derecha) con el presidente Salvador Allende (1971).
Artículo principal: Arturo Araya Peeters
En julio de 1973 militantes de Patria y Libertad asesinan al edecán naval del
presidente Salvador Allende, comandante Arturo Araya Peeters. Este sufrió un
disparo de un francotirador frente a su domicilio.n 3

Hasta ahora no hay concordancia entre los relatos de los testigos y las pruebas
forenses que determinan que el disparo mortal fue desde arriba, ya que se especula
que los miembros de Patria y Libertad se encontraban en una posición baja respecto
al comandante.18

“la trayectoria intracorporal seguida por el proyectil, estando el cuerpo en


posición normal, es de adelante hacia atrás, de izquierda a derecha y ligeramente
de arriba hacia abajo. El disparo corresponde a los llamados de larga distancia en
medicina legal y es de tipo homicida”.
Informe de Autopsia del Edecan Araya Peeters.7
En los muros de la casa de Fidel Oteíza 1953, en la comuna de Providencia, donde
vivía el capitán de navío Arturo Araya Peeters, quedaron marcados, pasada la 01.30
horas de ese día 27 de julio de 1973, cinco impactos de proyectiles. Con la bala
que mató al edecán sumaron seis los disparos hechos en dirección al balcón del
segundo piso de su casa, que miraba directo al norte, hacia avenida Providencia.
Un total de 32 miembros de Patria y Libertad, cuyo fundador era Pablo Rodríguez
Grez, fueron detenidos y procesados por la Fiscalía Naval, pero todos quedaron
libres tras algunos tirones de orejas. Solo uno de ellos, Guillermo Claverie, luego
de haber estado un tiempo prófugo, resultó condenado a tres años y un día de
prisión como autor material del crimen, pena que tampoco cumplió ya que, al final,
todos los conspiradores fueron indultados en 1981 por Augusto Pinochet Ugarte, “por
servicios prestados a la Patria". Guillermo Claverie no solo no cumplió cárcel sino
que fue indultado por José Toribio Merino.

Entre ellos, destacaban: el presunto autor de los disparos (Guillermo Claverie),


una dirigente de la Juventud del Partido Nacional y del Comando Rolando Matus -Uca
Eileen Lozano-, el hijo "Patria y Libertad" del conocido empresario panadero
Castaño, Odilio Castaño Jiménez; el militante de Patria y Libertad, Luis "Fifo"
Palma Ramírez, que dos años después tendría una destacada participación en el SIFA
y en las desapariciones del Comando Conjunto, un sobrino CRM del psiquiatra de la
DINA, Laihlacar, de apellidos Potin Laihlacar, el dirigente de la DR, Guillermo
Schilling, y un militante del CRM, Miguel Sepúlveda Campos, hijo de un conocido
almirante retirado.

De acuerdo a peritajes forenses y balísticos efectuados en el 2005,7 ninguna de las


armas encontradas disparó el proyectil calibre 22 Long Riflen 4n 5 que mató al
edecán, ni disparó las cuatro vainillas (tres marca Orbea y una marca Remington)
calibre 22 Long Rifle encontradas en la calle frente a la casa del edecán. Otras
siete vainillas halladas en Providencia con Lyon fueron percutidas por la misma
arma que disparó frente a la casa del edecán las tres vainillas Orbea. Pero el arma
que usó Claverie, de la cual presumiblemente provinieron los disparos que arrojaron
las 11 vainillas Orbea referidas, desapareció. Por ello, nunca se pudo establecer
científicamente que fue ese rifle automático el que las disparó.

“A su padre lo mató un tirador escogido que le disparó desde el frente, de esa


casona que todavía existe y que era un colegio de monjas”
Conclusión de la Policía de Investigaciones de Chile según los hijos del Comandante
Araya Peeters anulada por el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.7
El asesinato del edecán Araya está siendo nuevamente investigado por la jueza del
17º Juzgado del Crimen de Santiago, Patricia González. La magistrada dictó en marzo
de 2005 una orden de investigar a la Brigada de Asuntos Especiales y Derechos
Humanos de la policía civil. A ello se suma otra querella que los hijos del edecán
interpusieron en contra de Jorge Ehlers y otros civiles que formaron parte del
complot.19

Preparativos del golpe


Contexto histórico
La existencia de intervención extranjera en Chile se enmarca en un contexto mundial
en que Estados Unidos consideraba como prioritario impedir el avance del comunismo
y el socialismo en América Latina. Sin embargo, considerando la polarización
política local y el desempeño del gobierno de la Unidad Popular, no existe consenso
académico sobre si dicha intervención (expresada fundamentalmente en apoyo
económico a medios de comunicación, partidos políticos y organizaciones opositoras)
jugó o no un papel determinante en el desarrollo de los acontecimientos.

Nixon, apenas asumido, ordenó derrocar a Allende mediante el Proyecto FUBELT, más
conocido como Track II.20

Una serie de documentos desclasificados de la Casa Blanca publicados en 2009


revelaron que Nixon, durante su gestión, ofreció dinero y ayuda discreta al
dictador brasileño Emilio Garrastazu Médici para influir a las fuerzas armadas
chilenas con el fin de derrocar a Allende.21

De acuerdo con papeles oficiales secretos divulgados por la organización no


gubernamental National Secret Archives, Nixon le preguntó a Médici, en un encuentro
en la Casa Blanca el 9 de diciembre de 1971, si los militares chilenos eran capaces
de derribar a Allende, a lo cual Médici le respondió que sí y «dejó claro que
Brasil estaba trabajando con ese objetivo».21

Conspiración golpista
La Cofradía fue un núcleo importante en la conspiración para organizar el golpe de
Estado contra Salvador Allende.n 6n 7 Todos sus miembros ocuparán cargos relevantes
en el gobierno de facto. Tanto dentro de él o desde fuera. Las reuniones se
efectúan a manera de comidas rotativas en casa de cada uno de los miembros. Todos,
tanto civiles como militares, tendrán activa participación en la sedición contra el
gobierno de Salvador Allende, en desatar el golpe y durante la dictadura. La
coordinación de la intervención se centró en Viña del Mar, como lo afirmaría
después el general Carlos Prats en The Times de Londres:22
Fue allí en Valparaíso donde los oficiales comprometidos en la conspiración se
reunieron en secreto con un oficial de Marines estadounidense, el mismo que después
mantendría contactos con el almirante José Toribio Merino, Jefe de la Armada en
Valparaíso e integrante de la Cofradía Náutica del Pacífico Austral, ente
primigenio del golpe. Ese hombre era el teniente coronel Patrick Ryan de la Oficina
de Inteligencia Naval.
General Carlos Prats en The Times de Londres.

Richard Nixon, presidente de Estados Unidos durante el golpe de Estado de 1973.


La misma Agencia de Horman citaría dos años más tarde estas reuniones entre
personal diplomático y naval norteamericano con los sediciosos chilenos.

Varios agentes de la CIA que operan en Chile están implicados en las actividades de
grupos abiertamente sediciosos, sin que esté libre de sospecha el embajador
Nathaniel Davis, quien estuvo en Guatemala en el período en que asesores
diplomáticos y militares ayudaron a organizar grupos terroristas fascistas como La
Mano Blanca, Nueva Organización Anticomunista y el Consejo Anticomunista de
Guatemala, que asesinaron a miles de estudiantes, trabajadores y campesinos.
Agencia FIN23
En los días posteriores a la estrecha elección de Salvador Allende como presidente
de Chile el 4 de septiembre de 1970, Henry Kissinger sostuvo una serie de
conversaciones telefónicas urgentes24 sobre «cómo hacerlo» en Chile. «No
permitiremos que Chile se vaya por el desagüe», le dijo Kissinger en una de esas
llamadas al director de la CIA, Richard Helms, quien le respondió «estoy contigo».

El 15 de septiembre, durante una reunión de quince minutos en la Casa Blanca a la


que asistió Kissinger, el presidente Nixon instruyó al director de la CIA, Richard
Helms, de que la elección de Allende era inaceptable, ordenando a la agencia actuar
con su ya conocida frase «haremos chillar a la economía chilena», como lo registró
Helms en sus apuntes.25

La CIA lanzó una campaña masiva de operaciones encubiertas –primero para impedir
que Allende asumiera el gobierno, y cuando esa estrategia fracasó, para minar su
gobernabilidad. «Nuestra principal preocupación en Chile es la posibilidad de que
Allende se consolide, y que su imagen ante el mundo sea su éxito», dijo Nixon ante
su Consejo de Seguridad Nacional el 6 de noviembre de 1970, dos días después de que
Allende iniciara su gobierno.

Llevando a cabo la orden de Nixon, en los años siguientes el gobierno de Estados


Unidos «estranguló» la economía de Chile, según Henry Kissinger. Los bancos
congelaron créditos y el gobierno congeló la ayuda económica. El Banco Mundial y
otras instituciones financieras internacionales dominadas por Estados Unidos
cancelaron préstamos. La ITT formó un comité de representantes de corporaciones
estadounidenses para fraguar una estrategia contra Allende, de la mano con la
administración Nixon. Se enviaron agentes de la CIA a sabotear la economía y
fomentar un movimiento de oposición contra el gobierno de Allende, como la huelga
de camioneros que paralizó el sistema de transporte.

Obligado a buscar fuentes alternativas de comercio y finanzas, Chile obtuvo


compromisos de la Unión Soviética para invertir unos $ 400 millones en Chile en los
próximos seis años.

El gobierno de Allende estaba decepcionado de haber recibido mucha menos ayuda


económica de la Unión Soviética de lo que esperaba. El comercio entre los dos
países no aumentó significativamente y los créditos se vincularon principalmente a
la compra de equipos soviéticos. Además, los créditos de Rusia fueron mucho menores
que los proporcionados por China y los países de Europa del Este. Cuando Allende
visitó la Unión Soviética a fines de 1972 en busca de más ayuda y líneas de crédito
adicionales, fue rechazado.26

El historiador Christopher Andrew afirma, basándose en las notas escritas a mano


del presunto archivero de la KGB Vasili Mitrojin, de que Allende estaba conectado a
la KGB.27 Sin embargo, la creencia de que Allende era un agente de la KGB no es
universal.

Las declaraciones del General de la KGB Nikolái Leonov, exjefe Adjunto de la


Primera Dirección Principal del Comité de Seguridad del Estado de la KGB,
establecen que la Unión Soviética apoyó al gobierno de Allende económica, política
y militarmente.28 Leonov declaró en una entrevista en el Centro de Estudios
Públicos (CEP) que el apoyo económico soviético incluyó más de $100 millones en
crédito, tres barcos de pesca (que distribuyeron 17.000 toneladas de pescado
congelado a la población), fábricas (como ayuda después del Terremoto de Illapel de
1971), 3.100 tractores, 74.000 toneladas de trigo y más de un millón de latas de
leche condensada.28

Primeras reuniones golpistas


La primera reunión para elaborar el plan económico del golpismo se realiza con la
mayoría de los economistas, en agosto de 1972 en el Círculo Español, en Santiago.
Los economistas que son demócrata cristianos acuerdan incorporarse a la elaboración
del plan económico pedido por los marinosn 8n 9 y al mismo tiempo mantener
informado a Eduardo Frei Montalvan 10 como lo hacen los otros economistas con el
Partido Nacional.

El golpe de Estado, en agosto, era planeado prácticamente por la totalidad de la


plana superior de la Armada de Chile, salvo por el almirante Raúl Montero y alguno
que otro oficial constitucionalista, que no representaba peso alguno dentro del
estamento castrense, o bien, se encontraba aislado de las bases. La cuestión es que
la Armada obedecía de facto al Vicealmirante José Toribio Merino. Algo similar
sucedía en la Aviación, donde la excepción la marcaba el general César Ruiz, cabeza
de la entidad. Pero, al retirarse este último del Ministerio de Obras Públicas y
Transporte (que había asumido como consecuencia del «Tanquetazo»), Allende lo
obliga a renunciar a ambos cargos, el de Ministro y Comandante, asumiendo en su
lugar ese cargo militar, el general Gustavo Leigh, opositor al gobierno. El
Ejército estaba dividido, pero la balanza tendía cada vez más a favor de aquellos
que propugnaban la opción del golpe, siendo la posición contraria la llevada por su
comandante en jefe, Carlos Prats. En Carabineros, por último, estaban a favor del
golpe no más que dos o tres generales de baja antigüedad, entre ellos el general
César Mendoza, quien al 11 de septiembre ocupaba el cargo de Director de Bienestar
en la institución.

Las Fuerzas Armadas

José Toribio Merino.


Las Fuerzas Armadas de Chile estaban preparadas para el alzamiento mucho antes de
pensar en él. El Ejército tenía «planes de contrainsurgencia», para el caso de que
una subversión sobrepasase a las Fuerzas de Orden (Carabineros). Este plan
consistía en dividir al país en diferentes secciones, estableciendo para cada una
un plan de acción, dirigido en contra de la posible insurgencia. Este plan es la
base prima de los golpistas, quienes sólo tuvieron que adaptarlo a las nuevas
circunstancias.

El problema era el general Prats, que mantenía su lealtad al presidente y tenía a


la guarnición de Santiago y al Comando de Institutos Militares en manos de gente
cercana (generales Sepúlveda y Pickering).

Se tenía que adelantar el golpe para antes de fiestas patrias, porque si se


retardaba mucho podía ocurrir otro tanquetazo, que permitiría limpiar de oficiales
que apoyaban el golpe de la plana del ejército. Pero cayó Prats, así Sepúlveda y
Pickering renunciaron en un gesto de solidaridad. El nuevo comandante en jefe es
Pinochet, del cual no se sabe si apoya o no el golpe.

El día viernes 7 de septiembre los generales fijan el día D, el 11 de septiembre, y


la hora H (6:00 horas en Valparaíso y 8:30 horas el resto del país).

El sábado se envía al general Sergio Arellano Stark a hablar con Augusto Pinochet,
le explica la situación y le dice que va a haber golpe con o sin su apoyo, a lo que
Pinochet responde: “¡Yo no soy marxista, mierda!” y golpea el sillón en que estaba
sentado. El general Arellano interpreta su gesto como apoyo al golpe, y se lo
comunica a Leigh y a Merino, pero todavía no hay nada claro con Pinochet.

Se rumorea que el domingo en la mañana Allende se reunió con el comandante en jefe


y otros generales. Allí supuestamente les explica que pretende anunciar un
plebiscito. Sería la última vez que se verían los dos protagonistas de este
capítulo de la historia de Chile. Pasada la tarde, Leigh visitó a Pinochet, quien
(según el testimonio de Leigh), todavía vacilaba. Llegaron a la casa de Pinochet el
contralmirante Sergio Huidobro y el capitán de navío Ariel González, venían para
saber la posición del ejército.

Huidobro sacó un papel firmado por Merino que ratificaba el día D y la hora H,
dirigiéndose a «Augusto» y «Gustavo».

«Los saluda con esperanzas de comprensión. J.T. Merino».


Y al reverso:

«Gustavo: es la última oportunidad. J.T.»


«Augusto: Si no pones toda la fuerza en Santiago desde el primer momento, no
viviremos para ver el futuro. Pepe»
Leigh y Pinochet firmaron el documento. El comandante en jefe del Ejército se
acababa de plegar al golpe, la suerte estaba echada.

Según datos recogidos por prensa de la época, las fuerzas armadas se componían de
24 000 hombres en el ejército, agrupados en 6 regimientos de caballería, 16 de
infantería y 1 de artillería; 8500 en la fuerza área para operar 45 aviones de
combate, 90 de transporte y 30 helicópteros; 15 000 en la armada con 3 cruceros, 4
destructores y 2 submarinos; y 25 000 carabineros con armamento de infantería.2930

Intervención estadounidense
Artículos principales: Intervención estadounidense en Chile y The Pinochet File.

El fragata USS Jesse L. Brown (FF-1089) estuvo en las afueras de Valparaíso


El encargado fue el vicealmirante Frederick J. Harlfinger II. Es de común consenso
entre los estudiosos del golpe de 1973, que fue un plan casi exclusivamente naval
con miembros de la Fuerza Aérea a la que se sumó a última hora Pinochet y el
Ejército de Chile. Los organismos de inteligencia naval de Estados Unidos tenían
libre acceso a las dependencias de la Armada y al Ministerio de defensa. El Golpe
Naval se hizo bajo la cobertura de la Operación UNITAS. Muchos de los oficiales de
la Office of Naval Intelligence que participaron en las etapas previas y en las
acciones primeras del golpe estaban embarcados en Buques de la Armada de los
Estados Unidos navegando en las afueras de Valparaíso.

Los barcos de la Armada de los Estados Unidos en la Operación UNITAS XIV fueron: el
crucero USS Richmond K. Turner, destructor USS Vesole, de la fragata misilera USS
Talbot y del submarino convencional USS Trumpetfish. En forma anexa había barcos
que acompañaban por afuera, encargados de la comunicación con el Pentágono. La
fragata USS Jesse L. Brown estuvo en las afueras de Valparaíso sirviendo de nexo
directo con el Pentágono. El Jesse Brown es de un tipo especial de destructor
destinado a la guerra electrónica. Otro de los de la clase, fue el USS Maddox,
famoso por el incidente del golfo de Tonkìn. También es reportada la presencia de
un barco CIA ultrasecreto.

Según el analista Peter Kornbluh, del Centro de Investigación Periodística de


Chile, los archivos desclasificados de la CIA en 2017 revelan que la CIA contó
entre sus agentes chilenos con, al menos, un líder del Partido Demócrata Cristiano,
dos directivos de El Mercurio y un alto oficial del Ejército.31

El 11 de septiembre
Valparaíso
El 10 de septiembre, a las 16:00 horas, zarpa la escuadra, tal y como estaba
previsto, ya que debe participar en las maniobras navales internacionales UNITAS
XVI. Mientras el Ejército se acuartela. La razón dada: el probable desafuero de
Altamirano y Garretón el día 11. Este desafuero, según explicó Pinochet al Ministro
de Defensa Orlando Letelier, podía causar disturbios, por lo que se hacía necesario
el acuartelamiento.

En la madrugada del 11 de septiembre, la escuadra reaparece en Valparaíso y las


fuerzas armadas toman la ciudad. El prefecto de Valparaíso, Luis Gutiérrez, realiza
una llamada por el único teléfono que funciona en el puerto, el suyo (línea dejada
libre a propósito por los golpistas), para avisar al subdirector de Carabineros,
general Jorge Urrutia, que la infantería de marina está en las calles y ha empezado
a tomar posiciones de combate. Urrutia telefonea al presidente, que se encuentra en
su residencia de Tomás Moro. Allende, calmado, pide ubicar a Pinochet y a Leigh,
pero son inubicables.

Santiago
A las 7:20, Allende, en su automóvil Fiat 125, y el GAP se enfilan hacia La Moneda,
al que llegan veinte minutos después.

Viste Allende una chaqueta de tweed y un pantalón marengo. Carga con un fusil AK-
47, regalo de Fidel Castro, y el GAP ingresa al palacio de gobierno dos
ametralladoras y tres RPG-7, además de sus armas personales.

Paralelamente llega a esas horas Pinochet al comando de telecomunicaciones, en


Peñalolén, con capacidad de anular las comunicaciones de algunas emisoras de radio,
un poco retrasado en la hora. Se organizan las redes de comunicaciones con las
demás ramas de las Fuerzas Armadas, especialmente con Leigh, que se encuentra en la
Academia de Guerra Aérea, y con Patricio Carvajal que está en el ministerio de
defensa, que será el coordinador de todo el golpe.

Allende trata de obtener información sobre el movimiento, al no poder contactar a


Pinochet exclama, "Pobre Pinochet, debe estar preso". Sepúlveda, director general
de Carabineros llega a La Moneda, y le asegura que Carabineros le seguirá fiel al
gobierno. Lo ignora, pero Carabineros ya estaba controlado por los generales César
Mendoza y Arturo Yovane.

Allende emitirá a continuación su primer mensaje del día a la nación, en el que


advierte la sublevación de un sector de la marinería. No llama al pueblo a las
armas ni a la violencia, sino a la prudencia. Allende se queda en palacio junto al
dispositivo de seguridad del GAP, sus médicos personales, algunos colaboradores
cercanos, su secretaria personal, como también se encontraban en La Moneda
detectives del Servicio de Investigaciones, actual PDI, al mando del Inspector Juan
Seoane Miranda, seguido de los detectives Fernando del Pino Abarca, Carlos Espinoza
Pérez, Quintín Romero Moran, David Garrido Gajardo, Eduardo Ellis Belmar, Pedro
Valverde Quiñones, Erasmo Torrealba Aliaga, Douglas Gallegos Todd, Carlos San
Martín Zúñiga, José Sotomayor Llano, Juan Romero Moran, Luis Henríquez Seguel,
Reinaldo Hernández Tarifeño, Héctor Acosta Rey, Gustavo Basaure Barrera y Juan
Collio Huenuman, quienes pese a que Allende anteriormente los había dejado en
libertad de acción, no abandonaron el lugar, aduciendo que quedarse a defender el
palacio era cumplir con el deber.

Primera proclama golpista


A las 8:42, la «Cadena Democrática», formada por las radios Minería y Agricultura,
emite la primera proclama militar. Allende debe hacer entrega inmediata de su cargo
a la junta de gobierno, integrada por los jefes supremos de las fuerzas Armadas:
Pinochet, Leigh, Merino y Mendoza —los dos últimos recién acababan de tomar las
jefaturas supremas de sus ramas, Armada y Carabineros respectivamente—.

Aún a esa hora, las cadenas de reacción de la UP en la periferia de la ciudad no se


habían agrupado, cosa que les pareció sorprendente a los oficiales de las FF. AA.
que tenían conocimiento de ellas a través de los informes de inteligencia, de la
prensa y de los mismos sectores de izquierda que aseguraban tener estos grupos de
reacción provistos de armamento liviano. A las 11:00 horas la mayoría de estas
cadenas habían sido anuladas por personal de Carabineros o de las FF. AA., siendo
la única sin desarticular la unidad perteneciente a La Legua, que sorprendió y
repelió a las fuerzas de Carabineros encargadas de anularlas.[cita requerida]

La proclama leída por el teniente coronel Roberto Guillard decía:


A partir de este momento damos paso a una red provincial y nacional de
radiodifusión de las fuerzas armadas. Se invita a todas las radioemisoras libres a
conectarse a esta cadena.
Santiago, 11 de septiembre de 1973. Teniendo presente:
1.º- La gravísima crisis económica, social y moral que está destruyendo el país;
2.º- La incapacidad del Gobierno para adoptar las medidas que permitan detener el
proceso y desarrollo del caos;
3.º- El constante incremento de los grupos armados paramilitares, organizados y
entrenados por los partidos políticos de la Unidad Popular que llevarán al pueblo
de Chile a una inevitable guerra civil, las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile
declaran:
1.º- Que el señor Presidente de la República debe proceder a la inmediata entrega
de su alto cargo a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile.
2.º- Que las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Carabineros de Chile están unidos, para
iniciar la histórica y responsable misión de luchar por la liberación de la Patria
del yugo marxista, y la restauración del orden y de la institucionalidad.
3.º- Los trabajadores de Chile pueden tener la seguridad de que las conquistas
económicas y sociales que han alcanzado hasta la fecha no sufrirán modificaciones
en lo fundamental.
4.º- La prensa, radiodifusoras y canales de televisión adictos a la Unidad Popular
deben suspender sus actividades informativas a partir de este instante. De lo
contrario recibirán castigo aéreo y terrestre.
5.º- El pueblo de Santiago debe permanecer en sus casas a fin de evitar víctimas
inocentes.
Firmado: Augusto Pinochet Ugarte, General de ejército, Comandante en jefe del
Ejército; Toribio Merino Castro, Almirante, Comandante en jefe de la Armada;
Gustavo Leigh Guzmán, General del Aire, Comandante en jefe de la Fuerza Aérea de
Chile; y César Mendoza Durán, General, Director General de Carabineros de Chile.
Se le da también al presidente un ultimátum: si La Moneda no es desalojada antes de
las 11, será atacada «por tierra y aire». El ambiente en La Moneda es de tristeza,
lo peor que podía ocurrir estaba pasando. Carabineros retira las tanquetas
apostadas frente a La Moneda y el personal se retira.

Primeras reacciones de partidarios del Gobierno de la UP


Muchos reaccionan de forma violenta contra la proclama. La CUT llama los
trabajadores a ocupar fábricas y fundos, organizar la resistencia y esperar
instrucciones, con la esperanza de poder detener el golpe, por medio de los
cordones industriales. Allende, que da otro discurso, por el contrario no hace
ninguna referencia a la lucha armada ni instrucciones a los líderes de la UP.
Mientras un séquito de ministros aparecen y entran a conversar con el presidente
para conocer su opinión. A pesar de las ideas de sacarlo, él es tajante con su idea
de defender su puesto hasta el final.

Los militares se contactan con La Moneda y le hacen la proposición de sacarlo del


país, pero reciben una respuesta clara, Allende no se va a rendir. Pinochet se
contacta con Carvajal, quien le indica la negativa del presidente a rendirse:

Carvajal: Yo hablé personalmente con él, le intimé rendición en nombre de los


comandantes en jefe. Eh... Contestó con una serie de garabatos, no más.
Pinochet: O sea, quiere decir que a las 11, cuando lleguen los primeros pericos...
Vai a ver lo que va a pasar. ¡A las 11 en punto se bombardea!
Carvajal: Cuando se evacue la Moneda va a ser más fácil asaltarla.
Pinochet: Una vez bombardeada la asaltamos con el Buin y con la escuela de
infantería. Hay que decirle a [Herman] Brady.
Carvajal: Conforme. Vamos a esperar no más que evacuen los edecanes y los
carabineros.
Pinochet: Conforme.
A las 9:55 los tanques del general Palacio ingresan en el perímetro de La Moneda;
hacía poco que se había desatado el fuego. Francotiradores apostados en los altos
edificios aledaños tratan de repelerlos, y se inicia la balacera, pero La Moneda
aún no es atacada.

Último discurso radial del presidente Allende


A las 10:15, a través de Radio Magallanes, la última pro-gubernamental aún no
silenciada, Allende emite su último mensaje a la Nación:

Estatua de Salvador Allende frente al Palacio de la Moneda.


Quizás sea ésta la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza
Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación. Mis palabras
no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han
traicionado el juramento que hicieron: Soldados de Chile, comandantes en jefe y
titulares..., el almirante Merino... más el señor Mendoza, general rastrero que
sólo ayer manifestara su solidaridad y lealtad al gobierno, también se ha
denominado director general de Carabineros.
Ante estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores: Yo no voy a renunciar.
Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les
digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna
de miles y miles de chilenos no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza,
podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni
con la fuerza.
La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
¡Trabajadores de mi Patria!: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron,
la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes
anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la
ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme
a ustedes, espero que aprovechen la lección.
El capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, crearon el clima para
que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición: la que les señaló Schneider y que
reafirmara el Comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en
sus casas esperando, con mano ajena, reconquistar el poder para seguir defendiendo
sus granjerías y sus privilegios...
Me dirijo sobre todo, a la modesta mujer de nuestras tierras, a la campesina que
creyó en nosotros, a la obrera que trabajó más, a la madre que supo sobre la
preocupación por los niños.
Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que
siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales,
colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista
de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y espíritu
de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a
aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace
muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando
las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio
de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los
juzgará.
...Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no
llegará a ustedes. No importa, la seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes.
Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar
ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
¡Trabajadores de mi Patria!: Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros
hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan
ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes
alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva
Chile!, ¡Viva el pueblo!, ¡Vivan los trabajadores!
Éstas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que mi sacrificio no será en
vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una sanción moral que castigará
la felonía, la cobardía y la traición.
Wikisource contiene obras originales de o sobre Golpe de Estado en Chile de 1973.
Ataque de artillería contra la Casa de Gobierno
A las 10:30, los tanques abren fuego contra la Moneda; les siguen las tanquetas y
los soldados, fuego que es respondido por los miembros del GAP y francotiradores
apostados en los edificios aledaños.

Carvajal se comunica nuevamente con Pinochet, informándole de la intención de


parlamentar:

Carvajal: Me acaban de informar que habría intención de parlamentar.


Pinochet: No, se tiene que ir a la Moneda, él con una pequeña cantidad de gente.
Carvajal:...se retiraron, pero ahí...
Pinochet:...al ministerio, al ministerio...
Carvajal:...que se está ofreciendo parlamentar.
Pinochet: Rendición incondicional, ¡nada de parlamentar!. ¡Rendición incondicional!
Carvajal: Bien, conforme, rendición incondicional, y se le toma preso, ofreciéndole
nada más que respetarle la vida, digamos.
Pinochet: La vida y la integridad física, y en seguida se le va a despachar a otra
parte.
Carvajal: Conforme. Ya... O sea que se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del
país.
Pinochet: Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país. Pero el avión se cae,
viejo, cuando vaya volando.
Carvajal: Conforme..., conforme. Vamos a proponer que prospere el parlamento.
Ataque aéreo contra la Casa de Gobierno y la Casa Presidencial
Alrededor del mediodía, los aviones Hawker Hunter de la Fach, inician el ataque
contra La Moneda, disparando en cuatro oportunidades sus cohetes Sura P3 sobre la
casa de gobierno; el daño causado es devastador. Tal como lo demuestran los videos
hechos por los canales de televisión, desde la azotea del Hotel Carrera frente al
costado oeste de la Plaza de La Constitución, en el primer ataque los cohetes
destruyeron el portón norte y los techos del primer piso; en el segundo ataque los
cohetes cayeron en el pabellón que separa los patios de Los Cañones y Los Naranjos.
En el tercero un cohete rebotó en una de las gárgolas de la fachada y estalló en el
segundo piso del lado sur; en el cuarto los cohetes cayeron de lleno sobre la
fachada y una bola de fuego saltó a la calle y al quinto los aviones dispararon sus
cañones automáticos Rolls Royce Aden calibre 30 mm. Otros dos aviones bombardean la
residencia presidencial de Tomás Moro, a la sazón defendida por algunos miembros
del GAP que no alcanzaron a irse con Allende a La Moneda. Uno de los aviones
bombardea por equivocación el Hospital de la Fuerza Aérea de Chile, situado en las
cercanías.3233

El 6 de julio de 2011 el periodista y escritor Eduardo Labarca reveló los nombres


de los pilotos que bombardearon La Moneda y Tomás Moro. Hasta entonces, sólo se
conocía el del líder del grupo de bombardeo, general (R) Mario López Tobar, quien
escribió un libro —El 11 en la mira de un Hawker Hunter (1999)— en el que no
identificaba a los otros participantes. La revelaciones fueron hechas 24 horas
después de que el juez Mario Carroza, que investiga las causas de la muerte de
Allende, interrogara al jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), Fernando Matthei,
quien aseguró no conocer los nombres de los pilotos a cargo del ataque.34

Mario López Tobar —nombre de combate: Libra; comandante del "Grupo de Aviación N.º
7" y piloto del Avión 1— cuenta en su libro citado que el ataque comenzó con el
bombardeo de cinco antenas, en el que participaron él y otros tres aviones.

El primer disparo contra La Moneda, que perforó la puerta principal, lo hizo el


teniente de 24 años Ernesto Amador González Yarra (Pekín), "famoso por su talento
de piloto y certera puntería". El segundo ataque estuvo a cargo de Fernando Rojas
Vender (Rufián), quien llegó a ser comandante en jefe de la FACH. Su primer disparo
apuntó al techo del palacio presidencial. En una última pasada, los pilotos usaron
cañones de 30 mm. La operación fue coordinada desde tierra por el operador aéreo,
comandante Enrique Fernández Cortez (Gato).35

La residencia de Tomás Moro —donde estaba Hortensia Bussi, la esposa de Allende—


fue atacada por los Hawker Hunter que piloteaban el capitán Eitel von Mühlenbrock y
el teniente Gustavo Leigh Yates, hijo del entonces comandante en jefe de la FACH y
miembro de la junta militar. Fue Leigh el que "equivocó el blanco y bombardeó el
Hospital de la FACH, por lo cual hasta su muerte hace tres años era objeto de
bromas y tallas en la institución".35

Labarca constata también las discrepancias que hay en torno a la hora exacta del
ataque a La Moneda: "Según el coronel López Tobar, comandante de la operación,
comenzó pocos minutos antes de las 11.30. El almirante Patricio Carvajal, jefe del
estado mayor del golpe, sitúa el ataque entre las 11.52 y las 12.08. Según el
general Gustavo Leigh, entonces comandante en jefe de la FACH, el ataque tuvo lugar
“después de las 12”.35

Asalto de infantería contra la Casa de Gobierno


El ataque prosigue al palacio de gobierno con el uso de gases lacrimógenos, pero al
ver que La Moneda todavía se negaba a rendirse, el general Javier Palacios decide
tomarla y envía a un grupo de soldados a derribar la puerta del palacio, son las
dos y media de la tarde. Dentro le gritan a Allende: ¡Presidente!, ¡el primer piso
está tomado por los militares! ¡dicen que deben bajar y rendirse!.
Llamamiento a la rendición en el Palacio de La Moneda y posterior suicidio de
Allende
Artículo principal: Muerte de Salvador Allende

Fusil de asalto AKMS soviético, de culata plegable, del mismo tipo que usó Allende
para suicidarse.
El presidente dispone rendirse: «¡Bajen todos! ¡dejen las armas y bajen! Yo lo haré
al último».

Entonces, según el testimonio de uno de sus doctores, Patricio Guijón, que regresó
para llevarse su mascarilla antigás («de recuerdo», dice), Allende grita: «¡Allende
no se rinde, milicos de mierda!» y con el fusil AKMS que le había regalado Fidel
Castro se dispara en la barbilla («más de un disparo, y menos de una ráfaga», según
su testimonio), explotando la bóveda craneana y muriendo al instante.

El General Javier Palacios entra en el salón Independencia, y se encuentra con


Allende y el doctor Guijón. Llama al oficial de radio y entrega su escueto informe:
«Misión cumplida. Moneda tomada, presidente muerto».

Le informan a Pinochet de la muerte del presidente Allende


A las 14.38, Carvajal le informa a Pinochet y a Leigh: «Hay una comunicación, una
información de personal de la Escuela de Infantería que está ya dentro de La
Moneda. Por la posibilidad de interferencia, la voy a transmitir en inglés: They
say that Allende committed suicide and is dead now» («Ellos dicen que Allende se
suicidó y ahora está muerto»).

Los bomberos apagaron el fuego de La Moneda entre las 14:30 y las 16 horas. En el
libro de incidentes del Cuerpo de Bomberos de Santiago, que apagó el incendio la
tarde de ese mismo día después que los militares entraron al edificio, quedó el
siguiente registro:

«El trabajo en el incendio del Palacio de La Moneda se organizó con el material


movilizado, en forma de evitar que el fuego se propagara más allá de lo que tenía
comprometido a la llegada del Cuerpo, y que era todo el amplio sector comprendido
por el frente de la calle Moneda (excepto la primera oficina del lado oriente) y el
de la calle Teatinos hasta más o menos 25 metros de distancia de la esquina de la
Plaza de la Libertad, incluidas las edificaciones que existían dentro del Palacio
circundando el patio cercano a la entrada por calle Moneda y el bloque que
atravesaba de oriente a poniente, al ala norte del patio de Los Naranjos, excepto
el Gran Comedor, denominado también Salón Toesca. Se logró detener el fuego.

En consecuencia, no sufrió daño alguno la zona del edificio comprendida desde


Morandé 80 hacia el sur y la que tiene frente a la Plaza de la Libertad, desde
Morandé hasta Teatinos. La extinción total de los escombros sólo se logró el
viernes 14 de septiembre y explica que el miércoles 12 debieron acudir 7 compañías
en distintas horas, y 5 más el viernes 14.»
Primera reunión tras la muerte del presidente Allende
A las 18 horas se reunieron en la Escuela Militar los cuatro comandantes máximos de
las Fuerzas Armadas, eran la nueva Junta Militar. A excepción de unas pequeñas
escaramuzas en sitios aislados de Santiago, la junta toma el poder del país. La
Unidad Popular y su presidente habían muerto, se iniciaban los 16 años y medio de
dictadura.

Reacciones
Expresidentes de Chile
El 18 de septiembre de 1973 se realizó el tradicional Te Deum en la Basílica de La
Gratitud Nacional (Santuario María Auxiliadora, de los Padres Salesianos),
asistiendo los expresidentes de la República Gabriel González Videla (ex-Radical),
Jorge Alessandri Rodríguez (Independiente pro Nacional) y Eduardo Frei Montalva
(Demócrata Cristiano).36 Dicha acción fue interpretada como una señal de apoyo a la
Junta Militar de los expresidentes. De hecho tanto González Videla como Alessandri
Rodríguez colaboraron activamente con la dictadura de Pinochet como miembros del
Consejo de Estado.373839

El 10 de octubre de 1973, en una entrevista dada al diario español ABC, el ex


Presidente Eduardo Frei Montalva habría señalado: Los militares han salvado a
Chile.40Un mes más tarde el exgobernante, en una carta de 23 páginas enviada a
Mariano Rumor, presidente mundial de la Democracia Cristiana, declaró lo siguiente:

“A nuestro juicio, la responsabilidad íntegra de esta situación y, lo decimos sin


eufemismo alguno, corresponde al régimen de la Unidad Popular instaurado en el
país; las Fuerzas Armadas, estamos convencidos, no actuaron por ambición, más aún,
se resistieron largamente a hacerlo, su fracaso sería el fracaso del país.”
Carta de Eduardo Frei Montalva a Mariano Rumor, el 8 de noviembre de 1973.41
Consecuencias
Inmediatas

Portada del diario La Tercera publicada el 13 de septiembre de 1973.

Quema de libros, revistas y periódicos políticos después del golpe militar.


Se declaró el toque de queda en todo el territorio nacional a partir de las 15
horas del 11 de septiembre de 1973, se permitió a los civiles, previo control,
abandonar el centro de las ciudades y dirigirse a sus casas. En Santiago,
inmediatamente las instalaciones de las radios Portales, Magallanes y Corporación,
todas las estaciones de TV excepto Canal 13 fueron silenciadas y sus operadores,
locutores y directores detenidos a las 13.30 horas y llevados al Banco del Estado
de Chile. Los diarios Clarín, El Siglo y otros fueron allanados y sus prensas
destruidas.

En las zonas rurales se detuvieron a muchos dirigentes de la Reforma Agraria,


muchos fueron ejecutados en el lugar de detención. La colonia alemana benefactora
Villa Baviera, ubicada en la zona central, sirvió como centro de detención y lugar
de desaparición de muchos activistas de la Unidad Popular.

Cientos de miles de proallendistas tomaron aquellas especies, registros, carné de


partidos, libros y propaganda comprometedora y se deshicieron de ella
enterrándolas, quemándolas o botándolas a los cauces de ríos. Se declaró ilegal y
proscrito al Partido Comunista y Socialista; los partidos Nacional,
Democratacristiano y Radical fueron suspendidos cuando se disolvió el Senado. Se
conminó a todos los ciudadanos a entregar sus armas de fuego en las comisarías de
Carabineros.

Se instó a denunciar a los adherentes al gobierno, por ser traidores a la Patria,


según decía el comunicado militar denunciándolos ante las comandancias y cantones.
Se publicaron bandos que instaban a la población a delatar a los líderes más
prominentes de la UP tales como Carlos Altamirano, Volodia Teitelboim, José Tohá,
Luis Corvalán y otros.

Se llamó a aquellos que tuvieran cargos y representatividades de grupos sociales a


entregarse a las comisarías para regularizar su situación. Se detuvieron a miles de
personas y fueron conducidas el Estadio Chile y luego al Nacional, a aquellas
personas que fueron llamadas a viva voz y respondieron de entre la multitud fueron
ejecutadas en el mismo lugar, como es el caso de Víctor Jara.

En la Universidad Técnica del Estado de Santiago, militares hicieron allanamientos


y ejecutaron a decenas de estudiantes combatientes en las mismas aulas. Muchas
ejecuciones fueron hechas a la "bala en fila". Fueron allanadas las fábricas, las
reparticiones públicas y las mineras forzando a los trabajadores a seguir laborando
y manteniendo la producción en marcha. En muchas fábricas se realizaron detenciones
de todos los sindicalistas y representantes de gremios de la Unidad Popular.

Las poblaciones populares tales como La Legua, La Victoria y San Ramón (La Bandera)
fueron allanadas y sus pobladores detenidos en masa. En la Villa La Reina se
produjeron ejecuciones sumarias a aquellos líderes que se sorprendieron ocultos.
Durante todo el día y la noche y toda la semana se escucharon disparos de
ametralladoras en distintos puntos de la capital.

En el sur de país, el 12 de septiembre un grupo trabajadores, campesinos y


activistas del Movimiento Campesino Revolucionario intentaron tomarse el retén de
carabineros de Neltume en la cordillera valdiviana en un intento fallido de
defender el gobierno de la UP, que acabó sin muertos ni heridos. Por dicho acto
serían ejecutados sumariamente 12 personas tres semanas más tarde en Valdivia.42

Miles de perseguidos políticos se refugiaron en las embajadas de gobiernos amigos


de la Unidad Popular, como es el caso de Suecia, Italia, Canadá, Australia,
Dinamarca, México, Unión Soviética y Cuba. Otras personas, especialmente ajenas a
la política, se refugiaron en Canadá. En principio, Canadá no permitió a muchos
chilenos refugiarse en su país debido a sus estrictas leyes de inmigración. Pero en
1976, con la ayuda de trabajadores del gobierno, como Bob Thompson; iglesias,
grupos de los derechos humanos, y muchos más, se modificaron las leyes de
inmigración en Canadá. Después, a miles de chilenos se les permitió el ingreso al
país. Esta operación fue conocida como «Movimiento Especial de Chile».43

El 15 de septiembre de 1973, Nixon llamó a Kissinger nuevamente. Se lamentaron


sobre lo que Kissinger calificó como los diarios llorones y la sucia hipocresía de
la prensa por concentrarse en la represión de los militares chilenos y las condenas
al rol jugado por Estados Unidos.

En esta conversación telefónica, que fue desclasificada en mayo de 2004,44 Nixon


señala: Nuestra mano se mantiene oculta en esto. Y Kissinger replica: No lo hicimos
nosotros… Quiero decir, les ayudamos. [Censurado] creó las máximas condiciones
posibles… En la era de Eisenhower, seríamos considerados héroes.

Generales
El golpe de Estado puso fin en Chile a casi 50 años de desarrollo de la
institucionalidad democrática, inaugurada con la aplicación de la Carta de 1925
tras la caída de la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo en 1931. Tal
institucionalidad venía experimentando desde comienzos de los 60 una fuerte erosión
producto de los proyectos mutuamente excluyentes de los sectores políticos
dominantes. En lo más cercano el golpe clausuró la "vía chilena al socialismo"
largamente esperada por los sectores de izquierda e inauguró un extenso período de
facto caracterizado por la concentración casi total del poder en la Junta de
Gobierno y en la figura del General Pinochet, así como una fuerte represión sobre
los sectores opositores y disidentes (políticos, sindicales, gremiales y
poblacionales) mediante la acción de organismos de seguridad creados para el efecto
(DINA, CNI), con su cortejo de violaciones a los derechos humanos fundamentales. El
período terminaría en 1990, debido que la misma Constitución de 1980, promulgada
por el General Pinochet y legitimada en un plebiscito (aunque sus resultados han
sido cuestionados, debido a que no hubo posibilidades de fiscalización y propaganda
electoral por parte de la oposición en ese entonces, ni registros electorales),
decía que en 1988 los comandantes en jefe de las fuerzas armadas y de orden debían
nombrar a un candidato único a la presidencia de Chile (que posteriormente sería el
mismísimo General Pinochet), y que en caso de ser derrotado (como así fue) habría
elecciones presidenciales libres en 1989 en conjunto con las elecciones
parlamentarias; en dichas elecciones fue elegido Patricio Aylwin quien asumió la
presidencia de Chile el 11 de marzo de 1990.
En lo social significó el comienzo de un dominio sin contrapeso de los sectores
empresariales, los cuales aprovecharon el desmantelamiento de la estructura
productiva estatal llevado a cabo por el gobierno de Pinochet a fines de los 70 y
comienzos de los 80, por medio de un proceso de privatización. Por otra parte,
significó el comienzo de una pauperización de las clases medias y la precariedad e
inestabilidad laboral para los sectores asalariados. También el golpe significó el
comienzo de un largo exilio para miles de chilenos.

En lo estrictamente económico significó un cambio radical de orientación del papel


del Estado en materia económica: de un rol productor y estatizador desarrollado
desde la década de los 20, se pasaría a uno de tipo subsidiario, inspirado en las
doctrinas económicas neoliberales; éstas privilegiaron en Chile un control estricto
de la inflación y de la emisión del circulante, así como una política radical de
privatizaciones de las empresas públicas y el fomento de las exportaciones de
bienes producidos por el sector primario (agrícolas, mineros) y la importación de
bienes de consumo y de capital.

En lo cultural, el golpe significó el comienzo del llamado "apagón cultural",


caracterizado por la represión y autorrepresión de ciertas manifestaciones
culturales consideradas contrarias a la línea de la dictadura militar.

Conmemoraciones

Manifestación de apoyo al gobierno de facto, el 11 de septiembre de 1976.


Cada 11 de septiembre desde 1974 se han realizado, tanto en Chile como en otros
países, diversos actos en conmemoración a este golpe de Estado, tanto con un
carácter festivo por parte de los adherentes a la dictadura militar, como reflexivo
por parte de sus detractores.

Durante la dictadura, la conmemoración era conocida como el «Aniversario de la


Liberación Nacional» por la Junta, día en que se realizaban actos oficiales, de
marcado carácter militar y encabezados por Augusto Pinochet, para «honrar» a las
Fuerzas Armadas por su intervención. Uno de los primeros actos de este tipo fue el
encendido de un fuego ceremonial conocido como la Llama de la Libertad, el 11 de
septiembre de 1975.45

En 1978 se declaró feriado legal la tarde del 11 de septiembre de ese año,46 y


posteriormente, en 1981, el régimen instauró el feriado del «Aniversario de la
Liberación Nacional», creado por Ley 18.026.47 La represión y censura a los
detractores de la dictadura no permitió realizar en Chile actos masivos que
demostraran repudio a esa fecha, durante gran parte de la década de 1980. Sin
embargo, en el exterior se realizaron cientos de manifestaciones con miles de
asistentes, incluyendo a chilenos exiliados por el régimen.48

Conmemoración del golpe en el Palacio de La Moneda, 9 de septiembre de 2013.

Conmemoración del golpe en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, 9 de


septiembre de 2013.
En 1983 se conmemoró la primera década desde el golpe, ocasión en la cual se
realizó una marcha por la Alameda, entre el Palacio de La Moneda y el Edificio
Diego Portales —entonces sede del gobierno—, donde Pinochet dio un discurso de 95
minutos en donde ratificó el «compromiso irrenunciable para con la patria» de las
Fuerzas Armadas.49 El último 11 de septiembre con Pinochet al mando de Chile fue el
de 1989, en donde a modo de despedida, se dirigió al país diciendo que seguiría
luchando «para (sic) esta bendita patria»; ese mismo día, unos cinco mil
detractores de la dictadura se congregaron en la tumba de Salvador Allende, en ese
entonces ubicada en Viña del Mar, para rendirle homenaje.50
Flores en Morandé 80, 11 de septiembre de 2009.
Con la llegada de la democracia, el 11 de septiembre fue conmemorado de manera
discreta por el presidente Patricio Aylwin, incluyendo el aniversario 20.º del
golpe, en que no hubo acto oficial del gobierno. Durante la década de 1990 los
partidarios y detractores de la dictadura realizaron sus actos correspondientes, y
se volvió común el desarrollo de disturbios entre manifestantes y carabineros en
las principales ciudades.5152 El feriado de la «Liberación Nacional» no fue
derogado sino hasta 1998, año en que se cambió por el «Día de la Unidad Nacional»
(celebrado el primer lunes de septiembre), el cual no tuvo el recibimiento esperado
y fue derogado en 2002.

El 11 de septiembre de 2003, cuando se cumplían 30 años del golpe, se realizó una


gran ceremonia oficial en el Palacio de La Moneda liderada por el presidente
socialista Ricardo Lagos. En el palacio de gobierno se reabrió una puerta del
edificio con el número 80 de la calle Morandé, por donde fue sacado el cadáver de
Allende en 1973 y que fue tapada por el régimen de Pinochet.53

En 2013, el presidente Sebastián Piñera, el primero de derecha tras el retorno a la


democracia, realizó un acto en La Moneda para conmemorar los 40 años del golpe el 9
de septiembre de ese año, donde afirmó que éste «fue el desenlace previsible,
aunque no por ello inevitable, a una larga y penosa agonía de los valores
republicanos»,54 y el 11 de septiembre asistió a una misa católica en el mismo
palacio.55 La oposición al gobierno no aceptó la invitación de Piñera para asistir
al acto en La Moneda, y realizó uno propio en el Museo de la Memoria y los Derechos
Humanos, el 9 de septiembre, encabezado por la expresidenta y candidata
presidencial Michelle Bachelet,56 quien el 11 de septiembre visitó Villa Grimaldi,
lugar donde en 1975 fue torturada por militares.57

Actualidad
El 25 de enero de 2010, los once cuerpos encontrados en el Campo Militar Peldehue
fueron identificados como de los asesores del presidente Allende asesinados en la
Moneda mediante análisis de ADN.58 Las identidades corresponden a los dos asesores
del presidente Allende, Enrique Paris Roa (40 años al momento de su detención) y
Héctor Pincheira Núñez (28); y a los nueve integrantes de la seguridad personal
(GAP) del mandatario, Óscar Avilés Jofré (28), Manuel Castro Zamorano (23), Óscar
Lagos Ríos (21), Julio Moreno Pulgar (24), Luis Rodríguez Riquelme (¿?), Jaime
Sotelo Ojeda (33), Julio Tapia Martínez (24), Héctor Urrutia Molina (22) y Juan
Vargas Contreras (23). Las identidades de Lagos, Moreno, Tapia y Vargas aparecieron
como «lanzados al mar» en el informe sobre el destino final de 200 detenidos
desaparecidos que entregó el Ejército de Chile en enero de 2001, luego de la mesa
de diálogo de derechos humanos realizada en 2000.

El 23 de mayo de 2011, los restos de Salvador Allende fueron exhumados con el


objeto de dilucidar por completo la causa de su muerte; la familia del expresidente
solicita que el Ejército ayude a localizar el fusil con el cual se supone que
Allende se suicidó y que fue incautado durante el Golpe Militar.59 El 19 de julio
del mismo año, fue entregado el resultado de los estudios de la exhumación,
confirmando la teoría del suicidio del presidente Allende como causa de su muerte.
Según los expertos, la presencia de dos salidas de bala se deberían a que el arma
estaba en estado automático.60 El forense Francisco Etxeberria que participó en la
nueva autopsia declaró que «[c]on base en argumentos técnicos y científicos podemos
asegurar que la muerte del presidente Salvador Allende se produjo como consecuencia
directa de un disparo realizado bajo el mentón que le produjo la destrucción de la
cabeza y la muerte inmediata, lo que interpretamos como suicida desde la
perspectiva forense».

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