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6.

LUZ NATURAL Y LUZ ARTIFICIAL

Hace tiempo que la iluminación de interiores va más allá de imitar la luminosidad natural.
Según el concepto de diseño que tengamos, los espacios se pueden iluminar de forma
natural o artificial. De todas formas, la percepción del tipo de iluminación también depende
de lo que prevé el usuario; es decir, si se encuentra en un entorno natural o artificial, la
situación adversa siempre resultará sorprendente. Hoy en día, todo lo que lleva la etiqueta
de "naturaleza" o "natural" parece tener un encanto especial, mientras que lo artificial evoca
imitaciones de materiales y productos naturales. Se suele hacer la misma distinción con la
luz.

Si consideramos diferentes características de la luz como la composición espectral o la


dirección, podemos decir que nuestro sistema visual está diseñado para la luz solar, por lo
que se utiliza como referencia básica para evaluar la iluminación artificial. Por otra parte, la
luz natural es muy variable: según la altura del sol y las condiciones atmosféricas, su color
puede variar de rojizo a azulado, puede pasar de ser una luz aguda y recta a ser suave y
dispersa, produciendo grandes contrastes, e incluso su intensidad luminosa cambia
constantemente. Los seres humanos somos capaces de detectar e interpretar nuestro
entorno de forma automática en función de los cambios más sutiles (las condiciones
meteorológicas, el momento del día, la localización espacial, etc.)

El beneficio cultural de la iluminación artificial

Hoy en día, gracias a los nuevos sistemas constructivos, los interiores se han llenado de luz
natural, y ésto tiene consecuencias positivas y negativas. Aunque la luz natural es variable e
inestable, los edificios deberían funcionar, en la medida de lo posible, con luz diurna. Es un
recurso al que podemos acceder gratuitamente y que permite ahorrar energía y respetar el
medio ambiente.

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Si antaño la iluminación artificial, aun siendo de fácil acceso, era difícil de controlar, hoy se
ha convertido en un sofisticado recurso de diseño. Ligado a este desarrollo, se ha alejado
del ideal de imitación de la luz diurna y ha sufrido una evolución propia. Las posibilidades
que ofrece la iluminación artificial se utilizan de forma creativa para reinterpretar la
arquitectura y los interiores. También ha creado la imagen característica de la noche, que se
diferencia del ambiente diurno. La importancia de la iluminación artificial en la vida actual es
evidente; hemos colonizado la noche, y el potencial de la industria y la cultura han
aumentado considerablemente.

Cristobal Balenciaga Museoa. Getaria.

Naturalidad artificial

En el diseño de la iluminación es un error pensar que es fácil imitar la luz del día y alcanzar
una luminosidad de aspecto natural. Hay que tener en cuenta, además, que la luz natural
tiene un lado negativo: puede producir contrastes excesivos y emite radiaciones
ultravioletas e infrarrojas no deseables. El primero daña materiales y objetos (cuadros, telas,
etc.), y el segundo, además de dañar superficies provoca el calentamiento de edificios.
William C. Lam distinguía en su tesis las necesidades biológicas de las de actividad.
Defendía la idea de que en interiores con luz natural se refuerza la sensación de bienestar,
al igual que resultan también más beneficiosas las vistas reales visibles desde las ventanas,
que las claraboyas sin información o las paredes translúcidas de vidrio. Tampoco hay que
olvidar que el contraste luminoso puede producir deslumbramientos intensos en el interior,
lo que es perjudicial sobre todo para tareas de oficina y el uso de ordenadores y pantallas.

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Oteiza Museoa. Alzuza.

Algunos tipos de iluminación se perciben como naturales, por lo que el observador las
recibe como normales y agradables, mientras que otros tipos, al no tener lugar en la
naturaleza, parecerán extraordinarios y llamarán su atención.

Armani Silos. Milan.

En cuanto al color de la luz, según la hora del día y el tipo de actividad, consideraremos los
diferentes matices de blanco como naturales, mientras que las luces de color siempre nos
parecerán artificiales. Por otro lado, la iluminación de aspecto “natural” puede ser tanto
difusa como directa, pero la combinación de luces en distintas direcciones se identificarán
inmediatamente como artificiales. La forma de percibir la luz también está condicionada por
la dirección de la misma; la sombra que produce la iluminación superior influye mucho en la
en la forma de visualizar los elementos del espacio, por lo que luces en otras direcciones, y
especialmente de abajo arriba, nos parecerán artificiales. Por último, cabe destacar la
reproducción de los colores; al tener como referencia la luz del día, la reproducción del color
de las fuentes luminosas con espectro continuo nos parece natural (las lámparas
incandescentes por ejemplo) y en cambio, nos resultan artificiales las fuentes de luz de
espectro discontinuo.

El diseñador debe tener en cuenta todas estas características, pero sin olvidar otros
factores que influyen en la percepción humana, como la previsión. Así, si en un entorno
artificial, como un centro comercial, generamos un efecto luminoso que parece totalmente
natural, nos llamará la atención, y viceversa.

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⏩ Índice de rendimiento cromático (índice de reproducción cromática)

El espectro de luz blanca que emite el sol es continuo, es decir, está formado por una serie continua de
longitudes de onda, y la forma en la que los humanos percibimos los colores se basa en ese espectro. La
mayoría de las fuentes de luz son de espectro discontinuo, por lo que el color de un objeto puede parecer
diferente y artificial. El índice de rendimiento o reproducción del color (Ra) es el parámetro utilizado para medir la
calidad de los colores que se visualizan. Para determinar la Ra de una fuente de luz se utiliza una gama de
colores seleccionada y una luz de referencia. En algunas actividades (museos, tiendas...) son imprescindibles
índices de rendimiento de color altos (Ra>90). La luz diurna y las lámparas incandescentes presentan los
valores más elevados (Ra = 100).

7. LUZ BLANCA Y LUZ DE COLOR

La luz blanca abarca todo el espectro de colores, y gracias al complejo sistema visual
humano, percibimos las diferentes longitudes de onda de la luz en forma de color. Así, el
contraste entre luz blanca y coloreada y la diferenciación de los colores ofrece un amplio
abanico creativo en el diseño de la iluminación. Además, gracias a recursos actuales como
las luminarias LED que mezclan colores, la producción y el uso de la luz coloreada es más
fácil y eficaz que nunca.

El concepto de luz y color se ha trabajado en múltiples disciplinas (física, poesía, arte…). Se


distinguen dos formas de mezclar colores: la mezcla sustractiva de pigmentos opacos y la
superposición o mezcla aditiva de colores transparentes. Cuando se utiliza la luz, las
mezclas de color del espectro son del segundo tipo. Superponiendo los colores primarios
(rojo, verde y azul) se obtiene luz blanca. Hoy en día es muy frecuente el uso de este tipo
de luminarias (mezcladores de RGB). En el diagrama cromático CIE se representan los
colores de luz visibles para los humanos y sirve para definir los tonos de luz de las
luminarias que hacen mezclas de color.

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La luz blanca es la habitual

Tanto en la naturaleza como en la arquitectura, la luz blanca es la habitual. La luz diurna


aparentemente blanca, en realidad, está formada por todo el espectro de colores del arco
iris y es la referencia de todos los pigmentos de color. Ya se ha mencionado anteriormente
que los ojos humanos tienen una gran capacidad para neutralizar los matices de luz blanca.
Los tonos blancos de la luz solar son variables a lo largo del día; por la mañana y al
anochecer, son más cálidos y al mediodía, más fríos. En la luz artificial, estos cambios de
tono dependen de las propiedades de las fuentes luminosas y del reflejo que producen en
función de los colores de paredes, techos y suelos. La mayor parte de las fuentes de luz
tienen como objetivo producir luz blanca de color neutro con el fin de no conataminar la
visión. Además, la combinación de luces y superficies de color ofrece infinitas posibilidades
de diseño. Cuando el color de la luz es el mismo que el de la superficie, el resultado que se
obtiene es muy llamativo, mientras que utilizando colores complementarios conseguiremos
ambientes de aspecto oscuro y mate. Por otra parte, la iluminación de una sala o de un
espacio con luz completamente monocromática generará un potente efecto ambiental, pero
la realización de actividades visuales basadas en colores reales será difícil o imposible.

La luz de color como fondo y acento

La luz diurna se colorea, al amanecer y al atardecer. El pequeño ángulo de emisión de los


rayos solares provoca la refracción de la luz, produciendo tonos naranjas, rojizos y violetas
que se visualizan en el cielo. El uso de luces de colores en el interior, normalmente,
pretende intensificar la atmósfera o el ambiente que tiene un determinado espacio. Cuando
utilizamos el color como recurso de diseño, el principal medio de expresión suele ser el
contraste. Las posibilidades de diseño que nos ofrece la luz completamente monocromática
son similares a la luz en tono blanco (claro, oscuro, directo, difuso, etc.). El contraste entre
un entorno de luz blanca y un acento de luz en color puede ser crítico; aunque el encanto
del color puede aumentar la atracción hacia el objeto resaltado, puede falsificar su color
real. Otra opción será, por tanto, crear una atmósfera de fondo con luz coloreada y realzar
el objeto con luz blanca neutra. El abanico puede ser aún más amplio si se utiliza luz blanca
y luces de distintos colores. Con ellos se pueden hacer diferentes combinaciones, creando
contrastes que responden a la teoría del color (contrastes complementarios, contrastes
frío-calor y contrastes de saturación, entre otros).

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Cristobal Balenciaga Museoa. Getaria.

El color y su efecto

En los últimos años, el uso del color ha experimentado un notable crecimiento en el diseño
de la iluminación. Ésto no siempre supone una mejora en la calidad, ya que muchas veces
el uso de menos colores puede ser más eficaz. La luz de colores es muy atractiva y sus
características escénicas siempre se han utilizado con éxito en la iluminación de teatros y
eventos. Sin embargo, en el día a día, unos pocos matices de color suelen ser suficientes
para conseguir el objetivo y evitar aburrirse a corto plazo. En cuanto a la influencia del color
en el ser humano, más allá de la mera percepción, no hay una respuesta unitaria con
respecto al tema. Diversos estudios indican que el color nos puede producir efectos
interesantes; la luz roja, por ejemplo, es muy estimulante y el azul, tranquilizador. En
medicina, en el campo de la fototerapia, estos efectos están siendo investigados
constantemente. Sin embargo, muchas veces, los límites entre las realidades fisiológicas y
los comportamientos aprendidos culturalmente son difusos, por lo que la mayoría de los
individuos reconocemos el rojo como signo de “parada” y el verde como “continuar”. Este
ejemplo es un indicador de otro uso importante de las luces de colores: las señales de
dirección y las luminarias utilizadas para orientar.

Jewish Museum. Berlin. MACBA. Barcelona.

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La luz blanca y los materiales

La luz blanca es la base de una iluminación neutra, que es la que permite un rendimiento de
color más adecuado para visualizar objetos y materiales. Esto es especialmente importante
para la iluminación de tiendas y zonas de trabajo. Dependiendo del tipo de lámpara, el
índice de rendimiento del color varía y esto influye directamente en la percepción del color.
Por otra parte, los matices entre la luz blanco cálido y la luz blanco día dependerán de la
temperatura de color.

Azkuna Zentrua. Bilbo. MACBA. Barcelona.

Con luces blanco cálido (< 4000ºC), nuestra visión es más sensible a los contrastes que con
temperaturas de color superiores. Relacionamos estos tonos con el calor del fuego y la luz
de las velas. Se utiliza habitualmente en zonas privadas en las que predomina el confort y
los materiales de colores cálidos. La luz blanca neutra (4000-5000ºK) se utiliza cuando no
se quiere destacar la diferencia entre luz natural diurna e iluminación artificial. En estos
espacios, aunque haya materiales de diferentes colores, los tonos cálidos o fríos de la luz
no prevalecen. Por último, la luz de tono blanco luz de día (>5000K) evoca colores fríos y
azulados. Es útil como complemento a la iluminación natural cuando se trata de equilibrar la
iluminación artificial con el color de la luz diurna. Estos tonos de luz blanca también son
adecuados para resaltar los materiales de colores fríos.

Luz de color y superficies blancas

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El uso de luces de color influye en la percepción de los espacios, aumentando el impacto
emocional, de ahí que sea tan habitual su uso en la iluminación escénica. Cuando tenemos
luces de colores diferentes, los materiales y superficies de color blanco reflejan esas luces
sin alterar su color. La iluminación directa provocará un efecto más espectacular que la
difusa y teñirá el entorno con los colores de la luz. En consecuencia, incluso la gente allí
presente se verá coloreada.

Luz de color y superficies de color

Cuando el material de un determinado color se ilumina con luz del mismo color, la impresión
de este color aumenta; es decir, esta duplicación potencia el color. En el interior de una
habitación, debido al fenómeno de constancia del color, este efecto suele ser menos visible,
pero la atmósfera producida en la habitación provoca una gran impresión en el observador.

⏩ Herramientas para obtener luz de color

Aunque el color de las superficies de una habitación tiñen el componente difuso de la luz, la forma más habitual
para obtener luz de color es la utilización de filtros. Estos filtros son sustractivos (descolorantes) y según su color
absorben o reflejan determinadas longitudes de onda de la luz blanca, por lo que el color de la luz obtenida será
el de las longitudes de onda que han atravesado el filtro. Por otro lado, este tipo de filtros disminuyen el flujo
luminoso y la eficacia de la luminaria. Ésto viene determinado por el factor de transmisión; cuanto mayor sea
este factor, mayor será el porcentaje de luz que atraviesa el filtro. Estos conjuntos de filtros suelen ser
complementarios y se utilizan cuando se necesita un único color de luz.

Otra forma de obtener luz de color es utilizando fuentes de luz específicas para ello (pueden ser lámparas
fluorescentes o lámparas de descarga a alta presión). Según las sustancias químicas o materiales fluorescentes
utilizados, estas fuentes de luz emiten luz de un determinado espectro de color. Las lámparas de halogenuros
metálicos de color son muy adecuadas para su uso en luces de pared de gran potencia y como refuerzo de la
iluminación, ya que se obtienen colores y brillos uniformes. Por otro lado, las lámparas fluorescentes de colores
son adecuadas para su uso en paneles y techos luminosos, así como para su combinación con instrumentos de
control regulables y luminarias con tecnología de mezcla de color RGB. Sin embargo, en la actualidad, los LED
son las fuentes de luz más comunes para utilizar la mezcla de color en luminarias con una amplia gama de
tecnología y colores; por un lado se obtienen colores luminosos saturados y por otro tienen una eficacia y
controlabilidad óptimas.

Como resumen podemos decir que la clave es crear contrastes para diferenciar o resaltar el
espacio y objetos. Ésto se puede conseguir utilizando diferentes recursos y estrategias,
como los contrastes de luminosidad, la iluminación en color y/o el uso de diferentes
temperaturas de color. Las luces de color, pueden alterar el aspecto de los objetos blancos y
transformar completamente los interiores de tono neutro, creando atmósferas coloridas y
especiales.

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