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2022

Segundo año
“B” y “C”

1. Lengua
2. Literatura
3. Ortografía

[LENGUA Y LITERATURA]
0
LENGUA

1
El texto
Los mensajes verbales, orales o escritos, se organizan en textos. Un texto puede estar
formado por una palabra o muchas oraciones. Cuando hay dos oraciones o más, estas se
relacionan unas con otras por su sentido. Las oraciones presentan la información de un modo
completo y ordenado, de acuerdo con la finalidad para la cual se produce el texto.

Coherencia y cohesión
Para que un texto pueda ser considerado como tal, debe ser coherente. Esto significa que
la información tiene que estar relacionada con el tema general del texto y presentarse de manera
ordenada y completa. En los textos escritos, ese orden se suele manifestar en la forma en la que
cada párrafo se relaciona con el anterior y, a la vez, agrega información nueva.

Ejercitación: a- Lean el siguiente escrito y tachen todo lo que no corresponda al tema del
texto. b- Redacten un título que anticipe el tema.
……………………………………………………………………………………………………………..
Hola. Los telescopios son el símbolo de la observación astronómica. Ayer justo cuando llegué de
la escuela, recibí la encomienda. Sin embargo, los expertos de esa práctica no recomiendan a los
principiantes comprar un telescopio como primera pieza del equipo. Los binoculares que me
mandaste son perfectos. En esa época, los europeos comenzaron a observar las costumbres del
lagarto leopardo con poco éxito. En lugar de eso, les aconsejan iniciar sus indagaciones del cielo
nocturno con unos buenos binoculares. Los pagué carísimos. Con éstos es posible localizar
fácilmente los cuerpos celestes. Te mando un abrazo. Ello se debe a sus aumentos reducidos y a
su amplio campo de visión. Vieja, traeme un sándwich. Emilio.
***En resumen***
Para que un texto sea coherente debe mantener las siguientes características:

 El tema de un texto debe ser fácilmente reconocible.


 El texto debe estar completo, es decir que no debe faltar información.
 La información que brinda debe estar bien distribuida, organizada en oraciones y párrafos
ordenados y bien relacionados.

La cohesión es la propiedad por la cual las oraciones y las partes de un texto se conectan
unas a otras. Para escribir un texto, tenemos que tratar que la idea se comprenda claramente, que
no haya repeticiones, que los lectores entiendan lo que quisimos expresar.
A veces, repetimos la idea o palabra o damos por sentado que está presente en el texto
porque en nuestra mente está muy clara, pero no es necesariamente así para quien lee. En los
textos orales o escritos debemos apelar a estrategias para no ser repetitivos y presentar la misma
información de distintas maneras. Esto sucede en todas las lenguas y es necesario para que los
textos sean coherentes.

2
Los recursos cohesivos
A continuación presentamos un cuadro con los recursos de cohesión. Algunos son léxicos y
otros son gramaticales.
Recurso Características
Sinonimia Consiste en el uso de sinónimos, es decir, de palabras con significado igual o
parecido para evitar las repeticiones. Por ejemplo: perro, can.
Antonimia Consiste en el uso de antónimos, es decir, de palabras de significado
opuesto. Por ejemplo: bueno, malo.
Hiperonimia e hiponimia Es la relación de inclusión que se establece entre palabras de un significado
genérico (hiperónimos) y otras de significado específico (hipónimos) para
evitar repeticiones. Por ejemplo: gato, perro, conejo, pez son los hipónimos
de animal, que sería el hiperónimo.
Repetición Consiste en la aparición repetida de una palabra o expresión para fijar un
concepto, para reforzar una idea o porque algunos términos científicos o
técnicos no se pueden sustituir por un sinónimo. También se la utiliza para
lograr un efecto estético en un texto literario.
Palabras generalizadoras Son términos que tienen un significado propio pero muy amplio, más extenso
que los hiperónimos, por lo que resultan poco precisos. Las más comunes
son: cosa, hecho, asunto, problema, objeto que sirven para sintetizar lo dicho
con anterioridad.
Campo semántico Se refiere al conjunto de palabras que se relacionan entre sí por su
significado. Todo texto coherente exige cohesión lexical, es decir, las palabras
utilizadas deben pertenecer al campo semántico para mantener el tema del
cual se habla. Por ejemplo, si hablamos de agua potable encontraremos
palabras como: riego, oxígeno, hidrógeno, etc. No debemos confundir campo
semántico con familia de palabras, ya que éstas tienen la misma raíz (agua,
aguacero, aguatero, etc.)
Elipsis Es un recurso que consiste en omitir o suprimir expresiones y palabras que se
repiten o que se sobreentienden. Por ejemplo: Juan y María se
comprometieron en mayo. Se casarán el año próximo.
Referencia Consiste en el uso de pronombres para referirse a personas u objetos ya
mencionados en el texto. Por ejemplo: Juan y María se casan. Ellos se
conocieron en mayo del año pasado.

Otro recurso cohesivo son los conectores, que son las palabras o expresiones que se
utilizan para relacionar o conectar las ideas de un texto. Sirven para organizar de forma coherente
la información y podemos clasificarlos de la siguiente manera:

De unión Agregan información: y/ e, además, también.


De opción Indican elección: o /u
Adversativos Indican oposición: pero, aunque, sin embargo, no obstante.
Causa-consecuencia Indican la causa o la consecuencia en un razonamiento: entonces, por eso, en
consecuencia, por esa razón, por lo tanto, así que, porque, por consiguiente, ya
que, etc.
Temporales Mientras, al principio, más tarde, después, de pronto, un día después,
previamente, etc.
De orden A continuación, en primer lugar, por un lado, finalmente, para terminar, etc.

3
Ejercitación:
 Lean el siguiente texto y luego resuelvan las consignas:
Los romances
El romance es un poema narrativo y anónimo, característico de la tradición oral española.
Se populariza en el siglo XV, porque se recogen por primera vez por escrito en colecciones
denominadas romanceros. Éstos son generalmente poemas que cuentan una historia, por eso
tienen una gran variedad temática. Se interpretan declamando, cantando o intercalando canto y
declamación.
Un romance pertenece al género lírico ya que consta de grupos de versos de ocho sílabas
(octosílabos) con rima asonante en los versos pares; aunque no poseen división estrófica. Todos
los romances viejos son anónimos y son influidos en gran manera por la religión, la guerra o el
amor.
Su estilo se caracteriza por ciertas repeticiones de sintagmas en función rítmica (Por
ejemplo: Río verde, río verde), por un uso algo libre de los tiempos verbales, por la abundancia de
variantes (los textos varían y se contaminan entre sí, se “modernizan” o terminan de distinto
modo a causa de su transmisión oral) y por el frecuente corte brusco al final, que en las mejores
ocasiones aporta un gran misterio al poema.
Los romances se caracterizan por:

a) Transmisión oral: por esta razón no conocemos el nombres de los autores que
los compusieron (son anónimos), y también, por ello, existen variantes de un
mismo romance
b) Mezcla de narración y diálogo: el diálogo suele introducirse con fórmulas fijas:
“Allí habló… bien oiréis lo que dirá”; “Respondióle…, tal respuesta le fue a dar”
c) Fragmentarismo narrativo: el romance se centra en un momento determinado
de la acción, fundamentalmente por su dramatismo, y suele interrumpirse de
forma abrupta, algunas veces sin desenlace claro
d) Sencillez de recursos expresivos: suelen usarse las comparaciones y las
imágenes sensoriales.

1- Funciones del lenguaje: Marca con una cruz la opción correcta para contestar a la
siguiente pregunta: ¿Cuál es la intención del emisor de este texto?
Informar
Expresar emociones o sentimientos
Apelar o intentar convencer al receptor de algo
Hacer algo bello con las palabras y el lenguaje

2- La coherencia: ¿Cuál es el tema central de este texto?

3- Cohesión: Extrae las palabras que forman el campo semántico del texto.(Tienen que
ser acorde al tema que identificaste)

4
4- Reconoce en el texto los recursos cohesivos usados por el emisor para no repetir la
palabra “romance”.
5- Extrae del relato los conectores y clasifícalos ubicándolos en el cuadro:
De unión
De opción
Adversativos
Causa-consecuencia
Temporales
De orden .

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Trabajo práctico
*********************

A continuación te proponemos el siguiente romance para analizar el tema:


Romance de la mano muerta diz que el viento repetía:
¡Mal haya quien en promesas de hombre fía!

Su hermano, que estaba allí,


estas palabras oía:
-Nos has deshonrado, dice.
-Me juró que tornaría.
-No te encontrará, si torna,
donde encontrarte solía.
Mientras la infeliz se muere,
La niña tiene un amante
diz que el viento repetía:
que escudero se decía;
¡Mal haya quien en promesas de hombre fía!
el escudero le anuncia
que a la guerra se partía.
Muerta la llevan al soto,
-Te vas y acaso no tornes.
la han enterrado en la umbría;
-Tornaré por vida mía.
por más tierra que la echaban,
Mientras el amante jura,
la mano no se cubría:
diz que el viento repetía:
la mano donde un anillo
¡Mal haya quien en promesas de hombre fía!
que le dio el conde tenía.
De noche, sobre la tumba,
El conde con la mesnada
diz que el viento repetía:
de su castillo salía:
¡Mal haya quien en promesas de hombre fía!
ella, que le ha conocido,
con gran aflicción gemía:
-¡Ay de mí, que se va el conde
y se lleva la honra mía!
Mientras la cuitada llora,

5
EL TEXTO EXPOSITIVO

Los textos expositivos o explicativos son, por lo general, textos de estudio. Este tipo de texto
informa a través de un discurso bien organizado, ordenado según un criterio que suele ir de lo
más general a lo particular, de lo más simple a lo más complejo, usando un lenguaje objetivo y
poniendo en juego definiciones, ejemplos, comparaciones.
A los textos expositivos los podemos encontrar en enciclopedias, diccionarios, revistas científicas,
manuales y todo tipo de libros de estudio; incluso también en versiones digitales como la
Wikipedia.

Procedimientos explicativos:
 La definición consiste en enunciar de manera breve y precisa el significado de
una palabra, objeto o concepto. Generalmente responde a la pregunta ¿Qué
es?
 La ejemplificación es un proceso que consiste en brindar un caso concreto
para facilitar la comprensión de algún concepto.
 La reformulación o paráfrasis consiste en decir lo mismo de otra manera, para
aclarar un término o una expresión anterior.
 La comparación consiste en indicar las semejanzas o diferencias entre dos o
más objetos, ideas, conceptos, hechos, etcétera.
Los textos de expositivos son algo cotidiano en nuestra vida escolar. Te proponemos las siguientes
actividades de comprensión para analizar este tipo de textos.

ACTIVIDAD 1
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 Después de leer atentamente el siguiente texto realice lo que se le solicita


…………………………………………………………………………………………………………………………………………
El idioma español o castellano es una lengua romance del grupo ibérico. Es uno de los seis
idiomas oficiales de la ONU y es la segunda lengua más hablada del mundo, por el número de
personas que la tienen como lengua materna, tras el chino mandarín.
Con la llegada de los romanos en el 218 a. C, la península ibérica pasó a integrar la
Romania, es decir, el conjunto de los pueblos dominados por Roma. Con los conquistadores llegó a
España una cultura superior, la grecolatina y una nueva lengua, el latín vulgar. La necesidad de
comunicarse entre conquistadores y conquistados determinó que, con el correr del tiempo, las
lenguas que hasta entonces se hablaban en la península fueran relegadas al ámbito familiar y se
adoptara el latín vulgar, idioma rico y común a todo el imperio.
Además del latín vulgar había un latín culto, literario que era escrito y usado solamente
por los escritores. El latín vulgar era la lengua del pueblo y los conquistadores lo implantaron en
todas las tierras que abarcaban el extenso imperio. 6
Con la caída del Imperio romano en el año 476 surgieron las lenguas romances, que eran
una combinación moderna del latín vulgar que se hablaba en cada provincia romana. Así nacieron
el francés, el portugués, el italiano y el español. Al caer el Imperio, las lenguas se fueron
diversificando y formando distintos idiomas.
En el siglo V el debilitado Imperio romano fue arrasado por las invasiones bárbaras. Estos
pueblos germánicos invadieron también lo que hoy conocemos como España, dejando algunas
marcas en el idioma, pero sin modificarlo significativamente. Esto se debe a que los visigodos
(pueblo que invadió la península ibérica) tenían una cultura y una lengua inferior a los
conquistados, por lo que no sólo no lograron imponer su idioma sino que adoptaron el lenguaje y
la cultura del lugar.
En el siglo VIII (año 711) los árabes invadieron la península ibérica cruzando el estrecho de
Gibraltar. La dominación musulmana duró como la de Roma, ocho siglos, es decir, hasta 1492.
Aunque no lograron imponer su idioma, influyeron de tal manera sobre el pueblo conquistado,
que el elemento árabe es, después del latino, el más importante en el idioma, pues le dejaron
alrededor de 4000 palabras.
La lucha por la reconquista se inició en Castilla, reino independiente que se llamaba así por
ser tierra de castillos fortificados. Cada uno de los reinos que formaban la península ibérica
hablaba su propio dialecto. El castellano no era el más prestigioso, pero como fue el único reino
que no fue ocupado por los árabes y fue el lugar desde donde se organizó y llevó a cabo el
rechazo a los invasores, se convirtió en la lengua que dio origen a la unidad lingüística española.
En 1492 se produjeron tres hechos históricos de enorme importancia para la difusión y
expansión del castellano: la expulsión de los moros, la publicación de la primera Gramática
española y el descubrimiento de América.

1- Redactá un título para el texto que anticipe el tema.


2- Separá los párrafos entre corchetes y agrégueles un número romano. Luego redacte
un título para cada párrafo.
3- Extrae la definición de lengua castellana
4- ¿Por qué fue importante la llegada de los romanos para el idioma castellano?
5- ¿Por qué los visigodos no pudieron imponer su lengua?
6- ¿Cuál fue el aporte de los árabes al castellano?
7- ¿Por qué te parece que el español recibió el nombre del castellano?
La redacción de respuestas:
Para redactar correctamente una respuesta, tenemos que tener en cuenta cuatro
elementos fundamentales para su correcta interpretación; ya que cuando las
escribimos, estamos creando nosotros también textos. Debemos tener en cuenta que
una respuesta es un texto autónomo, es decir, debe entenderse sin la pregunta.
Además debe tener toda la información que se pide en la interrogación. Debe
responder al tema o asunto sobre el que se nos pregunta y tiene que responder al
verbo que aparece en la consigna, es decir, si se nos pide una definición no se puede
responder con un ejemplo o una comparación. 7
8- Las siguientes respuestas a la pregunta “¿Qué son las lenguas romances?” está mal
redactada. Identifica el error y luego redáctala correctamente.
a- Eran una combinación del latín vulgar que se hablaba en cada provincia del antiguo
Imperio romano, de allí surgen el español, el portugués, el francés y el italiano. Se
diferenciaba del latín culto, lenguaje que se reservaba para las obras cultas y literarias.
……………………………………………………………………………………………………………………………………………
b- Las lenguas romances son una combinación del latín vulgar
……………………………………………………………………………………………………………………………………………
c- Un ejemplo de las lengua romances es el castellano.
……………………………………………………………………………………………………………………………………………
d- Las lenguas romances se empezaron a hablar en el siglo IV
……………………………………………………………………………………………………………………………………………
9- Redacta la correctamente la respuesta a la pregunta ¿Qué son las lenguas
romances?

ACTIVIDAD 2
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………………………………………………………………………………………………………………………………
Los más antiguos: tablas, rollos, códices.
La historia del libro se remonta a 5000 años antes de Cristo. La cultura egipcia, la
mesopotámica y la China desarrollaron tempranamente diferentes formas de conservar sus
escritos.
Los primeros materiales utilizados para este fin fueron fibras vegetales, como los papiros
en Egipto, con los cuales se fabricaban largas fajas de entre quince y diecisiete centímetros de
altura que se raspaban con diferentes instrumentos. Las fajas se guardaban enrolladas. Por esta
razón, se conocen como rollos.
En la Mesopotamia, era frecuente la escritura sobre tablillas de arcilla, que se trabajaban
antes de secarse; en cambio en China, los primeros “libros” fueron tablas de madera sobre las que
se pintaban los ideogramas.
Distintos factores hicieron que los materiales que se utilizaban para la confección de estas
formas primitivas fueran cambiando. Por ejemplo, en China, una gran hoguera de libros que fue
ordenada por el emperador Ts’ in Shiuhuangati en el año 213 a.C. motivó luego la búsqueda de
otros materiales para escribir. Así fue que comenzaron a trabajar sobre la seda, pintando los
caracteres con una mezcla de hollín de pino y cola, la conocida tinta china.
También se utilizó el cuero como superficie para escribir, con este material se realizaban
los pergaminos. El cuero, proveniente de terneros, cabras o corderos; que recibía un tratamiento
especial, era más económico, más dúctil y conservable. Por esta razón, después de competir
durante tres siglos con el papiro _más caro y delicado_ en el siglo IV se impuso el uso del
pergamino. 8
Al mismo tiempo, la escritura en tablillas de arcilla, madera u otros materiales se seguía
utilizando para transacciones comerciales, cartas o ejercitación de escribas. A menudo, se
agrupaban dos o tres tablillas y el resultado era una especie de cuaderno. El peso, el tamaño y la
fragilidad de estos materiales hicieron que se implementara la utilización del pergamino en su
confección. De esta manera surgieron los llamados “códices”. Los códices eran más fáciles de
utilizar que los rollos de papiro, ya que estos debían ser trabajosamente enrollados o
desenrollados para su lectura. Los rollos no se dividían en páginas sino en una especie de
columnas que quedaban ocultas a medida que avanzaba la lectura. Sin embargo, estos últimos
eran más prestigiosos que los códices. Recién en el siglo V se utilizará exclusivamente el
pergamino.
El papel y la imprenta
La utilización del papel en la confección de los códices se difundió a partir del siglo VIII de
nuestra era. El papel había sido inventado por los chinos, que buscaban un sistema menos costoso
que la seda, en el año 105 a. C; aunque mantuvieron en secreto esta invención hasta que fueron
invadidos por los árabes. Serán estos últimos quienes lo introducirán en Europa en el año 1100,
más precisamente en España.
Alrededor del año 1450 Guttemberg inventó la imprenta. Esto generó cambios muy
importantes, ya que la producción y difusión de libros fue más rápida y numerosa. Además
permitió la posibilidad de que los que no eran especialistas pudieran vincularse directa e
independientemente con los textos. Antes de esto, sólo tenían acceso a los libros los copistas o los
expertos.

1- Redacta un título que anticipe el tema del texto.


2- Buscá en el diccionario las palabras subrayadas.
3- Contestá las siguientes preguntas:
a- ¿Qué eran los rollos?
b- ¿Qué eran las tablillas?
c- ¿Por qué se impuso el uso del pergamino?
d- Redacta una definición de códice que puedas incluir en el texto.
e- ¿Qué cambios produjo la invención de la imprenta?

 Tené en cuenta que para escribir las respuestas debés redactarlas en forma completa y
precisa , es decir; debe entenderse sin la pregunta, debe responder al verbo que aparece
en la consigna, tiene que tener toda la información solicitada y a la vez no debes agregar
información que no se te pida.

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Trabajo práctico
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¿Qué son los mitos urbanos?
A lo mejor sucedió realmente, o puede llegar a ocurrir, pero nadie parece haber sido
testigo directo del suceso. A veces, el mito urbano es un deseo colectivo, una esperanza, otras
veces un temor, una premonición. Muchas veces parece ser una explicación improvisada o una
lección moralizante que se deja leer entre líneas. Algunos ejemplos de mitos urbanos son aquellos
que hablan de fantasmas que habitan ciertos edificios públicos; de animales domésticos con
poderes extraordinarios; de la aparición repentina de personajes famosos en ciertos lugares,
etcétera.
Es muy difícil rastrear el origen de estas historias que aparecen y se repiten no sólo en la
tradición oral sino también en los medios de comunicación. Es probable que algunos de estos
relatos sean elaborados intencionalmente con algún objetivo particular, como por ejemplo,
desacreditar a alguien u obtener beneficios comerciales.
Ahora bien, la pregunta es por qué un mito urbano, que de por sí contiene elementos
claramente irracionales, se transforma en un relato creíble. En efecto, muchos de estos relatos, si
bien son abiertamente fantásticos, son al menos sorprendentes por improbables.
La relevancia de los mitos urbanos es que cumplen la función de darles a las personas la
posibilidad de expresar una opinión, un temor, o acaso una sospecha. Tal vez encuentre un atajo
para una explicación demasiado compleja, excesivamente elaborada. El mito es una expresión tan
antigua como la cultura y su estructura resiste en nuestras mentes así como nuestros miedos y
anhelos y no deja de expresarse con formatos nuevos, adaptados al tiempo presente.

10
DESAFÍO
Los diccionarios contienen también, breves textos informativos o expositivos. A continuación te
proponemos la siguiente actividad:

***MATABURROS***

En un diccionario podemos encontrar casi todas las palabras que existen en una lengua (decimos
“casi” todas, porque la lengua siempre se va renovando con palabras inventadas que se usan un tiempo
y después caen en desuso y, por lo tanto, no llegan a estar en el diccionario). Como todos saben, en un
diccionario las palabras están ordenadas alfabéticamente de la A a la Z. Claro que si uno quiere
enterarse de lo que significa cada palabra, tendrá que saber además, cómo orientarse; porque allí
encontrará abreviaturas y signos diversos que indican cómo interpretar los significados. Veamos:

Monstruo: s.m. (bajo lat. Monstruum). Ser vivo que posee caracteres anormales en su especie:
monstruo de dos cabezas. // 2. Ser fantástico, extraño, desproporcionado: el monstruo del lago Ness.//
3. Fig. persona o cosa de fealdad o dimensión extraordinarias. //4. Fig. Persona muy o cruel o perversa.
//5. Fam. Cosa muy grande o extraordinaria: una idea monstruo. //6. Persona extraordinariamente
dotada para una actividad: un monstruo para el fútbol.

Siempre aparece la clase de palabra (s. sustantivo, adj. Adjetivo, etc.); luego, aparece el género (f.
femenino, m. masculino). Si hay varias definiciones para una misma palabra, éstas se separan entre
barras (//); a veces se numeran como en el ejemplo. Además, suele aparcer el vocablo en latín, que es
donde deriva o viene el castellano (bajo lat. =latín literario)

 A continuación te proponemos que inventes definiciones de palabras como si fueran de un


diccionario. Para que se parezca lo más posible, utiliza las abreviaturas, siglas y pasos de los
diccionarios reales. No olvides redactar varias definiciones si la palabra tiene varios
significados. Al finalizar, te proponemos comparar tu definición con la que aparece en el
diccionario.

Feroz- mortal- natural-bárbaro-

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Las palabras
Formación de palabras por derivación
Las palabras están formadas por unidades de distintos tipos. Los fonemas son los sonidos que cada
lengua selecciona para formar las palabras (por ejemplo, m/e/ t/a/K/m/B). no poseen significado en sí
mismos pero ayudan a distinguirlos.
En cambio, los morfemas son las unidades mínimas dotadas de significado. El morfema que
contiene el significado básico de cada palabra se llama raíz. Los morfemas que se agregan a la raíz y le
agregan nuevos significados se llaman afijos. Por ejemplo: en la palabra tristísimo trist es la raíz (que
significa sentimiento de dolor anímico producido por un suceso desfavorable) e ísimo es el afijo (que indica
que es un adjetivo en grado superlativo, es decir, que tiene alguna cualidad en su más alto grado)
Los afijos que se anteponen a la raíz se llaman prefijos (preescolar, incómodo, anteayer). Los que se
colocan detrás de la raíz se llaman sufijos (casualmente, amado, casita). Las palabras que se forman
mediante el agregado de un sufijo o un prefijo se denominan palabras derivadas, ya que derivan una de
otra. 11
Ejercitación
1- Formen palabras anteponiendo o posponiendo afijos a las siguientes raíces. Puedes usar afijos
que no estén en el cuadro.
Prefijos ante- a - de – des – in –im –pre – re -
Raíces form – perfec – lent –útil- pez – buen –previs- correct- viv- sal-
Sufijos ar- er – ir – mente- o- a- ísim –cit- it- dad- sión- ción- in – id- ad

2- Busquen ejemplos de palabras que estén formadas por un prefijo, una raíz y un sufijo.
Por ejemplo, semimetálico.
………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………
Formación de palabras por composición
Además de la derivación, el castellano permite la composición para la formación de
palabras. Este proceso consiste en formar palabras compuestas, es decir, unir dos raíces. Por
ejemplo: sacacorchos, salvavidas, lavaplatos.
Ejercitación
Busquen ejemplos de palabras compuestas.
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
Clases de palabras
Las palabras pueden clasificarse según distintos criterios. Según su forma o un criterio
morfológico, se distingue entre palabras variables e invariables y se las clasifica por el tipo de
sufijo que admiten (por ejemplo, el que indica género, número, tiempo o modo)
Las palabras se clasifican gramaticalmente también por su función, es decir, podemos
clasificarlas en sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, preposiciones, pronombres, artículos,
etcétera.
Las palabras variables son aquellas que admiten variaciones mediante el agregado de
sufijos y nos ayudan a reconocer la función de las palabras, ya que gracias a estos cambios
podemos identificar si son adjetivos, sustantivos, verbos, etcétera. Por ejemplo, los sustantivos y
adjetivos varían en género y número (Mi amorosa amiga – Mis amorosos amigos).
Las palabras invariables no admiten cambios de este tipo. Por ejemplo, las preposiciones o
los adverbios mantienen siempre su forma ya que no admiten cambios de género, número o
tiempo. (Estaba medio loco- Estaba medio loca.)
Ejercitación
Completen el cuadro marcando con una x el casillero que corresponda:
Clase de palabras Varían en género y Varía según la Varía según tiempo No varía
número persona. y modo
Sustantivo
Adjetivo
Verbo
Adverbio
Preposición
Pronombre
12
El sustantivo
El sustantivo es una clase de palabra que se utiliza para nombrar personas (Pedro),
animales (tigre), objetos (zapatilla), sentimientos (alegría), cualidades (sinceridad), lugares
(Córdoba), conjunto de seres o elementos (manada, constelación).
Se los puede clasificar semánticamente de la siguiente manera:
Propios Comunes
Designan los Abstractos Concretos
nombres de Se refieren a Designan objetos, seres o entidades, reales o imaginarias,
personas o emociones, que tienen existencia independiente. (casa, niño, hada)
lugares. También sentimientos o Individuales Colectivos
nombra palabras que
Designan a un solo Designan, en singular o plural,
instituciones. derivan de
elemento (pájaro, casa) a un conjunto de elementos
Se escriben verbos. (amor,
iguales. (bandada, jauría)
siempre con valentía,
mayúscula inicial. salida)
(María, Córdoba,
Instituto
Secundario
Ricardo Palma)

Ejercitación:
a) Lean el siguiente comienzo de un cuento y subrayen todos los sustantivos:
La nave bajó del espacio. Venía de las estrellas y de los abismos oscuros, las órbitas relucientes, los
silenciosos golfos del espacio. (…) Llevaba diecisiete hombres, incluido el capitán. La muchedumbre,
reunida en la pista de Ohio, los había despedido con gritos de alegría, agitando las manos a la luz del
Sol, y el cohete, envuelto en grandes flores de color, se había alejado en el espacio. ¡El tercer viaje a
Marte!
b) Clasifíquenlos semánticamente ubicándolos en el siguiente cuadro
Propios Comunes
Abstractos Concretos
Individuales Colectivos
nave

13
El género y el número en los sustantivos
El género
Muchos sustantivos tienen un solo género, masculino (espacio, abismo) o femenino (estrella,
nave, flor). Los sustantivos que nombran personas y animales suelen tener dos géneros. En estos
casos, existen diversas reglas para indicar el femenino o el masculino. Algunas de ellas son las
siguientes:
 Cambiar el sufijo a por o (médica-médico)
 Cambiar la terminación e por a (elefante- elefanta)
 Cambiar el artículo el por la (el pianista- la pianista)
 Cambiar la palabra (yerno- nuera)
 Cambiar el sufijo. Las terminaciones que se usan para cambiar el género en los sustantivos
son: isa, ina, esa, iz. (profeta- profetisa, rey-reina, conde-condesa, actor-actriz)
 En algunos nombres de animales se agrega la palabra macho o hembra (la jirafa macho, la
jirafa hembra.)
Ejercitación:
a- Lean el siguiente fragmento sacado de un manual de historia y realicen una lista con los
sustantivos que están en femenino y otra con los que están en masculino.
b- Pasen al género contrario los sustantivos que han encontrado, si se puede.

“En la Edad Media, se cazaban los osos y lobos, pues amenazaban a los rebaños;
las ardillas y las martas, por su piel; y los ciervos y los corzos, por su carne, aunque
también por deporte. Las presas pertenecían al dueño del bosque y sólo los señores
tenían derecho a cazar, pasatiempo que practicaban a caballo, acompañados por perros
y halcones. Las damas también cazaban; no así los campesinos, quienes se dedicaban a la
caza furtiva, delito severamente castigado.”

14
El número
En general, el plural de los sustantivos terminados en vocal se forma agregando el sufijo
“s” (pista-pistas, grito-gritos, viaje-viajes). Cuando el sustantivo termina en consonante o en “y”,
el plural se forma agregando el sufijo “es” (luz-luces, rey-reyes). Cuando termina en “í” o en “ú”,
habitualmente puede agregarse tanto “s” como “es” (maní-maníes-manís/ bambú-bambúes-
bambús). Cuando el sustantivo es una palabra grave o esdrújula terminada en “s” o en “x”, no
varía en plural (la caries- las caries/ el tórax- los tórax).

Ejercitación: escriban en sus carpetas el plural de los siguientes sustantivos.


Rubí, manzana, girasol, ley, compás, menú, viernes, té, reloj, esquí, lagarto, ómnibus, tribu, imán,
bisturí, sofá, taxi, conde, álbum.

Formación de sustantivos por derivación


Muchos sustantivos se forman agregando un sufijo a la raíz de un verbo, de un adjetivo o
de otro sustantivo. Por ejemplo: corregir=corrección / paciente=paciencia/ flor=florería.
Generalmente, se forman sustantivos abstractos.
Ejercitación: formen sustantivos agregando sufijos a los siguientes adjetivos y verbos.
Carpintero- bravo-incluir- alegre-confiar-pan-leer- libre-reunir-arte-torpe-afirmar-decente-
descubrir-navegar- espeso-atrevido-redondo-dulce-simple-libro.

Pistas*****************************************************************************
Algunos sufijos que se usan para formar sustantivos son:
ada-(patear)patada, tud-(pleno)plenitud,
anza-(criar)crianza, miento-(nacer)nacimiento,
ción-(distribuir)distribución, ancia-(vago)vagancia,
dad-(solo)soledad, encia-(paciente)paciencia,
dor-(comer)comedor, ante-(cantar)cantante,
era- (sordo)sordera, sión-(discutir)discusión,
ero-(hormiga)hormiguero, tor-(leer)lector,
ez-(ácido)acidez, ura-(fresco)frescura,
eza-(pobre)pobreza, ía-(alegre)alegría.
icia-(avaro)avaricia,

*********************************************
El adjetivo
El adjetivo es una clase de palabra que modifica o acompaña directamente al sustantivo.
Morfológicamente, los adjetivos concuerdan en género y en número con los sustantivos a los que
modifican. Por ejemplo:
Una amiga sincera Unos amigos sinceros
adj. sust. adj. adj. sust. adj.
15
Los adjetivos se pueden clasificar semánticamente de la siguiente manera:
Calificativos Expresan las cualidades del sustantivo Intensas lluvias/ Mujer
fuerte/ Amigo fiel
Gentilicios Indican el origen o procedencia de los sustantivos Alfajores cordobeses/
Niño japonés
Numerales Cardinales Indican cantidad Cinco hermanos
Ordinales Indican orden Primer lugar
Múltiplos Indican multiplicación Doble trabajo
Partitivos Indican división Media hora
Distributivos Indican distribución en partes iguales. Compró ambos regalos
(Son: ambos, sendos, cada) para sendos niños.
Cada niño recibirá un
regalo.
Pronominales Posesivos Indican posesión. Son: mi, mis, tu, tus, Mi casa. Tu perro. Su
su, sus. regalo
Demostrativos Indican distancia con respecto al Aquel niño. /Ese libro.
sustantivo del que se habla. Son: / Este problema.
este/a/os/as,ese/a/as/os,
aquel/a/as/os.
Indefinidos Indican imprecisión o generalidad. Son: Unos niños./ Todas las
un/a/os/as, algún/a/os/as, todo, mujeres./ Muchas
mucho, poco, demasiada, varios, personas.
etcétera.

En síntesis

Clasificación Descriptivos *Calificativos


Semántica *Numerales
Del * Gentilicios
Adjetivo

No *Posesivos
descriptivos *Demostrativos
*Indefinidos

Clasificación Género *Masculino


Morfológica *Femenino
De los
Adjetivos Número *Singular
*Plural
16
El género y el número de los adjetivos
El adjetivo siempre tiene el mismo género y número que el sustantivo al que modifica o
acompaña. En algunos adjetivos el cambio de género se expresa en el sufijo a/ o: adulta-adulto.
Otros adjetivos, en cambio, son neutros en cuanto a género y llevan el sufijo e. Por ejemplo: niña
fuerte- niño fuerte.
El número plural en los adjetivos se forma agregando la s cuando el singular termina en
vocal y agregando el sufijo es si termina en consonante. Por ejemplo: fuerte- fuertes/ ágil-ágiles.

Ejercitación:
1- Subraya todos los adjetivos e indica con una flecha a qué sustantivo están modificando.
2- Luego clasifícalos semántica y morfológicamente.
La rata de campo es un lindísimo animal, que apenas recuerda a la infecta, oscura y pelada
rata de ciudad. Vista desde arriba, es de un color plomizo brillante. Vista desde abajo, parece de
plata por tener blancos la garganta, el pecho, el vientre y la parte interna de las patas.
3- Copien en su carpeta el siguiente fragmento pasando al género y al número contrario
los adjetivos y sustantivos, si se puede.
Me casé siendo un hombre joven y tuve la alegría de que mi esposa compartiera mis
preferencias. Al observar mi gusto por los animales, no perdía oportunidad de procurarme los
más agradables de entre ellos. Teníamos un canario, peces de colores, un hermoso perro,
conejos, un monito y un gato.

Formación de adjetivos por derivación


Muchos adjetivos derivan de otras palabras, como sustantivos, verbos y otros adjetivos.
Para formarlos se agrega un sufijo a la raíz de esa palabra. Por ejemplo: moler=molido/
horror=horroroso.
Ejercitación:
a) Escriban los adjetivos que derivan de las siguientes palabras: raya, lluvia, duda, carne,
color, verde, gris, calor, verdad, pelo, mojar, pintar, mentir, romper, vagar, placer, crear.
b) Clasifica semánticamente los adjetivos que formaste.
Pistas*****************************************************************************
Algunos sufijos que se usan para formar adjetivos son: ado, ido, ble, ero,izo, ense, eño, ante, esco,
oso, udo, ino, al, áseo, uro, il, ente, ivo, ico, bundo.
El verbo
Los verbos son una clase de palabra que expresan acciones (saltar, hablar, hacer), estados
(tener, estar) o procesos (sanar, crecer).
Los nombres de los verbos se expresan en infinitivo. Según la terminación del infinitivo,
los verbos se clasifican en tres modos de conjugación:
Primera conjugación Segunda conjugación Tercera conjugación
Terminan en AR Terminan en ER Terminan en IR
Amar Temer Partir
17
Ejercitación: escribe al lado de cada verbo conjugado el infinitivo correspondiente y clasifícalo
según el modelo de conjugación.
Dibujaríamos:…………………………………………………….. Trabajaron:…………………………………………………….
Aprendí:……………………………………………………………. Ha disentido:………………………………………………….
Habían salido:……………………………………………………. Tuvimos:………………………………………………………..
Variaciones morfológicas de los verbos
Los verbos tienen raíz y desinencia. La raíz indica el significado del verbo y la desinencia
expresa las variaciones morfológicas de persona, número, tiempo y modo.
Para encontrar la raíz del verbo debemos buscar su infinitivo y luego suprimir la
terminación ar, er, ir. Lo que queda es la raíz, por ejemplo: amé- amar = raíz: am/ desinencia: é.
Conjugar un verbo significa enunciar las formas que adopta para manifestar los morfemas
de tiempo, persona, número y modo.

Modo indicativo: expresa la acción como


certeza o posibilidad. Ej.:
estudio/estudiaría

Modo subjuntivo: expresa la acción como


deseo, duda o posibilidad. Ej.: estudiara/
Modo:
haya estudiado
indica la actitud del hablante
Modo imperativo: expresa la acción como
ruego, deseo u orden. Ej. estudiá

Presente: Ej.: hoy estudio

Pasado o pretérito: Ej.: ayer estudié

Futuro: Ej.: mañana estudiaré

Tiempo: Tiempos compuestos: se forman con el


auxiliar haber. Ej.: yo he estudiado
Señala el momento en que se realiza
la acción Tiempos simples: se forman sin auxiliar.
Ej.: yo estudié

Persona: Primera: Yo estudio

Morfológicamente Indica la persona que habla, a quién Segunda: tu estudias-vos estudiás-usted


habla y de quién o qué hablan estudia
el verbo varía en:
Tercera: él estudia

Singular: ej.:el alumno estudia

Número Plural: ej.: los alumnos estudian

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Paradigma de conjugación regular. Modo indicativo

Usamos el modo indicativo de los verbos para expresar acciones reales u objetivas y usamos
distintos tiempos o formas (simple y compuesta) tanto si se refieren al momento en que se habla como al
pasado, futuro o condicional.

Presente (momento en que se habla)


------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Yo amo temo parto
Tú amas temes partes
Él/ella/usted ama teme parte
Nosotros amamos tememos partimos
Ustedes aman temen parten
Ellos /ellas aman temen parten

Pretérito Imperfecto (la acción no ha terminado, se repite en el pasado)

Yo amaba temía partía


Tú amabas temías partías
Él /ella / usted amaba temía partía
Nosotros amábamos temíamos partíamos
Ustedes amaban temían partían
Ellos /ellas amaban temían partían

Pretérito perfecto simple (la acción ocurre en el pasado y ha acabado)

Yo amé temí partí


Tú amaste temiste partiste
Él/ ella/ usted amó temió partió
Nosotros amamos temimos partimos
Ustedes amaron temieron partieron
Ellos / ellas amaron temieron partieron

Futuro imperfecto (la acción ocurrirá)

Yo amaré temeré partiré


Tú amarás temerás partirás
Él / ella / usted amará temerá partirá
Nosotros amaremos temeremos partiremos
Ustedes amarán temerán partirán
Ellos / ellas amarán temerán partirán

19
Condicional (Es posible que ocurra)

Yo amaría temería partiría


Tú amarías temerías partirías
Él / ella /usted amaría temería partiría
Nosotros amaríamos temeríamos partiríamos
Ustedes amarían temerían partirían
Ellos / ellas amarían temerían partirían

Pretérito Perfecto Compuesto

Yo he cantado he leído he reído


Tú has cantado has leído has reído
Él / ella/ usted ha cantado ha leído ha reído
Nosotros hemos cantado hemos leído hemos reído
Ustedes han cantado han leído han reído
Ellos / ellas han cantado han leído han reído
Pretérito Pluscuamperfecto
Yo había cantado había leído había reído
Tú habías cantado habías leído habías reído
Él / ella/ usted había cantado había leído había reído
Nosotros habíamos cantado habíais leído habíais reído
Ustedes habían cantado habían leído habían reído
Ellos / ellas habían cantado habían leído habían reído

Futuro perfecto

Yo habré cantado habré leído habré reído


Tú habrás cantado habrás leído habrás reído
Él / ella / usted habrá cantado habrá leído habrá reído
Nosotros habremos cantado habremos leído habremos reído
Ustedes habrán cantado habrán leído habrán reído
Ellos / ellas habrán cantado habrán leído habrán reído

Condicional perfecto

Yo habría cantado habría leído habría reído


Tú habrías cantado habrías leído habrías reído
Él / ella / usted habría cantado habría leído habría reído
Nosotros habríamos cantado habríamos leído habríamos reído
Ustedes habrían cantado habrían leído habrían reído
Ellos / ellas habrían cantado habrían leído habrían reído

Pretérito anterior
Yo hube cantado hube leído hube reído
Tú hubiste cantado hubiste leído hubiste reído
Él / ella/ usted hubo cantado hubo leído hubo reído
Nosotros hubimos cantado hubimos leído hubimos reído
Ustedes hubieron cantado hubieron leído hubieron reído
Ellos / ellas hubieron cantado hubieron leído hubieron reído 20
Los verboides:
Los verboides son las formas impersonales o NO personales del verbo, es decir, no tienen
persona, número, tiempo o modo. Se los divide en tres: infinitivo, participio y gerundio:
Infinitivo Participio Gerundio
Terminan en: Terminan en: Terminan en:

AR –ER- IR ADO- IDO ANDO- ENDO

Por ejemplo: Por ejemplo: Por ejemplo:


AMAR/ TEMER/ PARTIR AMADO/ TEMIDO/ PARTIDO AMANDO/TEMIENDO/
PARTIENDO
Los verboides pueden funcionar como otras clases de palabras:
Infinitivo: puede cumplir la función de sustantivo. (El correr de los días)
Participio: puede cumplir la función de adjetivo. (Es una obra muy admirada)
Gerundio: puede cumplir la función de adverbio. (Llegó corriendo)
EJERCITACIÓN:

1) Subraya todos los verbos que encuentres en el siguiente fragmento. Luego clasifícalos
semántica y morfológicamente.
La tormenta rugió furiosamente toda la noche. Nada digno de mencionarse ocurrió. A la mañana
siguiente, cuando bajaron a desayunar, vieron otra vez la terrible mancha de sangre en el suelo.
Había aparecido en el mismo lugar de siempre, pero tenía un extraño color verdoso.

2) TENIENDO EN CUENTA COMO SE USAN LOS TIEMPOS VERBALES EN LAS NARRACIONES, COMPLETE EL
SIGUIENTE TEXTO CONJUGANDO LOS VERBOS COMO CORRESPONDA
El cigarrillo
El nuevo cigarrero del zaguán, flaco, astuto, lo (mirar).................... burlonamente al venderle el atado.
Juan (entrar) ...................... en su cuarto, se (tender)..................... en la cama para descansar y
(encender)..................................un cigarrillo en la oscuridad. Se (sentir)................. furiosamente chupado. El cigarrillo lo
(ser).......................... fumando con violencia y pedazos de hombre convertidos en humo (ser)...............................
lanzados en espantosas bocanadas.
Encima de la cama el cuerpo se le (ser)........................desmoronando en cenizas, desde los pies, mientras la
habitación se (llenar)........................de nubes violáceas.

3) COMPLETE EL SIGUIENTE CUADRO BUSCANDO LOS INFINITIVOS, PARTICIPIOS Y


GERUNDIOS DE LOS SIGUIENTES VERBOS
VERBOS INFINITIVOS PARTICIPIOS GERUNDIOS
CONTUVE
HABRÁ ENSEÑADO
CUBRIMOS
VIAJARÁ
HAS MOLESTADO
21
Los adverbios:
Los adverbios son palabras invariables, es decir, no cambian para indicar género, número,
tiempo, modo o persona.
El adverbio puede modificar a un verbo (corrió rápidamente), a un adjetivo (Poco
amigable) o a otro adverbio (Muy bien)
Los podemos clasificar de la siguiente manera:
Clases de Ejemplos
adverbios
Modo Bien, mal, así y la mayoría de los adverbios terminados en mente: rápidamente,
locamente, alegremente, etcétera.
Lugar Aquí, allí, ahí, lejos, cerca, afuera, adentro, atrás, adelante.
Tiempo Ahora, repentinamente, de repente, tarde, temprano, pronto, aún, hoy,
mañana, recién, luego, después, ayer.
Cantidad Muy, poco, mucho, bastante, mucho, más, menos, nada.
Duda Quizás, tal vez, acaso.
Afirmación Sí, siempre, seguro, seguramente, ciertamente.
Negación No, nunca, jamás, tampoco

*Nunca y jamás pueden ser adverbios de negación o de tiempo, según el contexto.

Ejercitación:
a) Extrae los adverbios del siguiente fragmento y clasifícalos según el cuadro:
El ómnibus proveniente de Misiones llegó tarde. Las personas que esperaban impacientemente
allí, en la zona de los andenes, se acercaron para recibir a los pasajeros. Ahora, todos estaban más
tranquilos y conversaban muy animadamente con los recién llegados.

b) Agrega al siguiente texto adverbios, según lo creas conveniente. Incluye por lo menos tres.
Nuestros parientes llegaron de Mendoza. El viaje en ómnibus fue confortable. Vinieron porque
tienen una fiesta de casamiento. Trajeron regalos para todos.

Los pronombres:
Los pronombres son palabras que sirven para reemplazar al sustituir al nombre o sustantivo.
De hecho, la palabra pronombre viene del latín: pro, que significa “en lugar de” y nomen, que
significa “nombre”. Es decir, pronombre significa: en lugar del nombre.
Además los pronombres poseen referencia ocasional, en otras palabras, para poder reconocer
a qué o a quién se refieren, es necesario tener en cuenta la situación comunicativa en la que se
encuentran o el contexto –oral o escrito- en el que aparecen.

22
Pronombres personales:
Los pronombres personales se refieren a las personas o cosas de las que se habla en un
discurso o situación comunicativa. Pueden estar en primera, segunda o tercera persona; además
pueden variar en género y número.
Persona Singular Plural
1° Yo, me, mí, conmigo Nosotros, nosotras, nos
2° Tú, vos, usted, te, ti, contigo Ustedes, vosotros, vosotras, os
3° Él, ella, lo, la, le, sí, se, consigo Ellos, ellas, los, las, les

Algunos pronombres se unen a los verbos, conjugados o no, formando una sola palabra.
Por ejemplo: vestirse, mírala, cómpramelo. Se llaman pronombres enclíticos.
Pronombres posesivos y demostrativos:
Los pronombres posesivos indican la pertenencia con respecto a la persona (mío/mía/
nuestro/ nuestra/tuyo/tuya/suyo/suya). Los demostrativos, en cambio, señalan la proximidad con
respecto a las personas gramaticales ( este/esto/esta/ esa/ese/eso/ aquel/aquella/aquello)
Pronombres indefinidos, relativos y enfáticos:
Los pronombres indefinidos son aquellos que sirven para indicar una situación o cantidad
incierta (nada/nadie/ninguna/todos/ todas/ algo/alguien/etc.)
Los pronombres relativos son los pronombres que se utilizan para aludir a un sujeto que
fue mencionado previamente dentro de una oración, para evitar caer en la repetición. Por
ejemplo: La señora que me saludó es mi profesora. Son: que, quien, cual, cuanto, cuyo, cuya,
donde.
Estos pronombres siempre se usan luego de que la persona, animal o cosa haya sido
mencionada, es decir, siempre tienen un referente anterior en la oración.
Los pronombres qué, quién, cuál, cuándo, dónde, cómo, cuánto, llevan tilde cuando son
exclamativos o interrogativos directos o indirectos. Se los conoce entonces, como pronombres
enfáticos porque ponemos un énfasis en su pronunciación.
Ejercitación:
 Lee el fragmento de un novela que cuenta la vida de Julio César y realiza las actividades:
a- Subraya todos los pronombres que encuentres.
b- Luego cópialos en tu carpeta y escribe a quién se refiere cada unos.
c- Además clasifícalos indicando que clase de pronombre es.
Baiae, 24 de agosto
Queridísima Clodia:
Acabo de recibir la invitación para la cena de mañana y la guardaré hasta que
llegue mi marido al anochecer. Escribo esto a toda prisa para que te lo lleve el mismo mensajero
que enviaste.
Lo que yo tengo que decir es muy, pero muy confidencial, y espero que tú destruyas estas
en el mismo instante en el que las termines de leer. Te digo un secreto: una persona llegada de la
orilla del Nilo nos hará una vista pronto. Me gustaría conocer tu opinión sobre el asunto. Estoy a
punto de caer en la desesperación por esto. ¿Me enviarías unas líneas tuyas para confortarme?
Siempre tuya.
Pompeya

23
************************************************************************

La oración simple

Sintaxis: s. f. Parte de la gramática que estudia la estructura de la oración. Modo de


combinarse que tienen las palabras en una oración.
********************************************************
La oración es una palabra o un conjunto de palabras con sentido completo. En el lenguaje
escrito se la reconoce porque comienza con mayúscula y termina en un punto. También los signos
de entonación señalan oraciones.
Las oraciones pueden ser bimembres ( O.B) o unimembres (O.U). Son bimembres cuando
se pueden dividir en sujeto y predicado. Son unimembres cuando no se puede dividir en sujeto y
predicado. Existen dos tipos de unimenbres: a) las que no tienen verbo (Día soleado) y b) las que
tienen verbos impersonales, como los que indican fenómenos meteorológicos (Llueve. Nevará
mañana. ¿Granizó? Etcétera. )
Ejercitación
1- Las siguientes oraciones son unimembres, conviértelas en bimembres.
El río torrentoso………………………………………………………………………………………..
El jugador argentino………………………………………………………………………………….
2- Explica cómo lo hiciste
………………………………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………………………………………
24
3- Encierra entre corchetes todas las oraciones que encuentres en el siguiente texto y
luego clasifícalas en bimembres (O.B) y unimembres (O.U)
4- Redacta otro título para el cuento que adelante el tema y que sea una oración
unimembre.

Tabú
El ángel de la guarda le susurra a Fabián, por detrás del hombro:
-¡Cuidado, Fabián! Está dispuesto que mueras en cuanto pronuncies la palabra
zangolotino.
-¿Zangolotino? -pregunta Fabián azorado.
Y muere. (Enrique Anderson Imbert)

Reconocimiento de sujeto y predicado


El sujeto es la parte de la oración de quien se habla. Puede estar al principio, al medio o al
final de la oración. También puede ser tácito. Se lo reconoce preguntándole al verbo ¿Quién o
quiénes realizan la acción? Por ejemplo:

Los niños del coro cantaron varias canciones. ¿Quiénes cantaron? Los niños del coro.

El predicado es lo que se dice del sujeto. Tiene como núcleo un verbo conjugado que
concuerda con el sujeto en género y en número.

Ejercitación
1- Copiá las siguientes oraciones en tu carpeta y analízalas marcando solamente
sujeto, predicado y núcleos

a- Pedrito ejecutó el gol de la victoria


b- Pasó una nubecita gris
c- Todas las mañanas sale el sol
d- Anoche me llamó tu prima
e- Dejaste la tele prendida
2- Utilizá un verbo para las siguientes oraciones que concuerde en persona y en
número con el sujeto.
a- Aquellos días de verano, mis amigos y yo (nadar) …………………………..en el río.
b- María y sus amigas (viajar)………………………al Norte argentino.
c- Yo (caminar)…………………………….todo el día buscando el libro para el colegio.
d- Sofía y Camila (estudiar)……………………………inglés.
25
El sujeto y el predicado

SIMPLE: tiene un solo núcleo.

Clasificación COMPUESTO: tiene dos o más núcleos.


del
sujeto TÁCITO: no está escrito.

EXPRESO: está escrito.

SIMPLE: tiene un solo núcleo.

COMPUESTO: tiene más de un núcleo.


Clasificación
del VERBAL: tiene como núcleo un verbo conjugado
predicado
NO VERBAL: tiene como núcleo a un sustantivo, un adjetivo o un verboide

Modificadores del sujeto


1- Modificador directo (M.D): es un adjetivo o artículo que aparecen unidos directamente al
núcleo. Por ejemplo: Mi perro fiel se perdió.
2- Modificador indirecto: (M.I): es un sustantivo o una construcción sustantiva que aparece
unida al núcleo por medio de una preposición o una contracción. Por ejemplo:
El gesto de María nos sorprendió.
3- Aposición: es un sustantivo o una construcción sustantiva que aclara algo del núcleo.
Siempre va entre comas y se reconoce porque puede pasar a ser núcleo del sujeto y el
núcleo aposición. Por ejemplo:
Mara, mi prima de Salta, viajó ayer. Mi prima de Salta, Mara, viajó ayer.
4- Construcción comparativa: modifica al núcleo por medio del nexo como. Por ejemplo:
Los osos como bolas de nieve rodaban por el valle.

Las preposiciones: a, ante, bajo, con, contra, de , desde, durante, en, entre, hacia, hasta,
mediante, para, por, según, sin, sobre, tras.
Contracciones: al y del.

26
Ejercitación
1- Completá los espacios en blanco con los modificadores solicitados
………….. …………………….calle ………………………………………….lo asustó. Echó a correr. En la
M.D M.D M.I
esquina estaba Mario,………………………………………… Conversó con él y se tranquilizó. Ya
apos.
en la avenida,……………….luces …………………………………. Y …………………….bullicio
M.D M.I M.D
……………………………………………………le permitieron regresar tranquilo a su casa.
Cons. Comp

2- Aclará de quién se trata. Para eso agregá aposiciones a los siguientes núcleos del
sujeto. No te olvides de las comas.
El jugador argentino decidió el partido con sus goles
……………………………………………………………………………………………………………………………….
Córdoba atrae turistas todo el año.
………………………………………………………………………………………………………………………………
Stevenson es el autor de “El diablo en la botella”.
………………………………………………………………………………………………………………………………
Modificadores del predicado
1- Objeto directo (O.D): es un sustantivo o una construcción sustantiva. Se lo reconoce
preguntándole al verbo ¿Qué cosa? , salvo cuando se refiere a persona o a objetos
animados. En ese caso necesita la preposición a. Ejemplos: Luis trajo caramelos. Luis
trajo a su abuela.
También se lo reconoce porque puede ser reemplazado por los pronombres: la, las, lo,
los. Por ejemplo: Luis los trajo. Luis la trajo.
 Ejercitación: Completa las oraciones agregando un objeto directo. Luego
transfórmalo en un pronombre objetivo
María trajo………………………………….. María ………trajo
Mi tío dejó…………………………………… Mi tío ………..dejó
2- Objeto indirecto (O.I): se lo reconoce preguntándole al verbo ¿A quién? O ¿Para
quién? Siempre está encabezado por las preposiciones a o para. También puede ser
reemplazado por los pronombres le y les. Por ejemplo:
La leona dio alimento a sus cachorros. La leona les dio alimento
 Ejercitación: Completa las oraciones agregando un objeto indirecto. Luego
transfórmalo en un pronombre objetivo
El fantasma dio un susto……………………….a lord Canterville
El fantasma ………dio un susto
La profe compró libros………………………….a los alumnos
La profe ………….compró libros. 27
3- Complemento circunstancial (c.c): indica las circunstancias en las que se realiza la
acción. Generalmente, son adverbios o construcciones adverbiales. Se pueden
reconocer a través de preguntas.
De modo ¿Cómo? Vivían cómodamente
De tiempo ¿Cuándo? Vino ayer
De lugar ¿Dónde? Nació en Villa Belgrano
De Cantidad ¿Cuánto? Estudió mucho
De compañía ¿Con quién? Viajó con sus primos
De instrumento ¿Con qué? Lo arregló con sus manos
De fin ¿Para qué? Lo trajo para estudiar
De causa ¿Por qué? La acusó por celos
También hay otros circunstanciales que no responden a preguntas:
De afirmación: Sí, quiero.
De negación: No quiero.
De duda: Quizás vaya.
 Ejercitación: Completen el siguiente cuadro con un circunstancial y con la
pregunta necesaria para reconocerlo
Oración Circunstancial Pregunta
Los marcianos construyeron sus anoche ¿Cuándo?
naves
Los marcianos atacaron
Vinieron a la tierra
El extraterrestre regresó
Arrasaron la ciudad
Los marcianos disfrutaron
Hablamos de eso

4- Predicativo subjetivo obligatorio (p.o): aparecen cuando hay un verbo copulativo (ser,
estar y parecer), ya que necesitan obligatoriamente un modificador para completar el
sentido de la oración. Por ejemplo: El perro será enorme.
Otra característica importante es que modifica tanto al verbo como al sujeto. Puede ser un
sustantivo, un adjetivo o una construcción sustantiva o adjetiva. Podemos confundirlo con un
circunstancial de modo, ya que puede responder a la pregunta ¿Cómo? Sin embargo, podemos
diferenciarlos con facilidad si pensamos que los circunstanciales se forman con adverbios. Además
los predicativos concuerdan en género y número con el sujeto. Por ejemplo:
La casa de María es pequeña
5- Predicativo no obligatorio (p.n.o): Tiene las mismas características del predicativo
obligatorio, salvo que no acompaña a un verbo copulativo; por lo que no sería
necesaria su aparición para completar el sentido de la oración. Por ejemplo:
Las aguas bajan turbias.
6- Predicativo objetivo(p.obj.): es un modificador que se refiere a dos palabras al mismo
tiempo: al núcleo verbal y al objeto directo. Por ejemplo: Vi a Mario cansado.
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Al igual que los otros predicativos, es un sustantivo, un adjetivo o una construcción
sustantiva o adjetiva.

 Ejercitación:
1- Analizá sintácticamente las siguientes oraciones.
a- La luna asomaba majestuosamente entre los cerros.
b- Virginia, una niña dulce y bonita, ayudó a lord Canterville.
c- No llovió nada.
d- Los turistas recibieron mapas para la excursión.
e- La preocupación de Susana no tenía motivos.
f- Los investigadores recorrían las costas en barcos y recorrían los lugares a pie.
g- La profesora de Geografía explica a sus alumnos la lectura de los mapas.
h- Busqué, recorté y pegué figuritas en mi carpeta para el trabajo de Historia.
i- Encontramos a mis amigos así.
j- Ahora vamos con Paquita al cine
k- En el tejado dormía Roque, el gran gato gris.
l- La película era muy aburrida
m- La mujer vampiro ataca de nuevo
n- El ataque de la mujer vampiro
2- Completa los espacios en blanco con los modificadores solicitados.
______________los hombres exploraron ______________ __________________.
c. c. tiempo o.d c.c.modo
____________ pobladores dibujaban mapas _____________________________.
m.d c.c instrumento
Los exploradores ______________________ seguían ______________________
Cons.comp o.d
________________________________. ____________________ lleguen
c.c. de fin c.c de duda
_________________________________.
c.c lugar

3- Analizá sintácticamente las siguientes oraciones y transformá los o.d en


pronombres objetivos.
a- Los mapas ubicaron a los turistas.
b- En Turquía encontraron templos antiguos.
c- Mapas medievales ubicaron el Paraíso en Oriente
d- Antiguamente, los habitantes de un extraño pueblo pintaron en sus muros
símbolos desconocidos
29
4- Inventa oraciones donde las siguientes expresiones sean objetos directos: carta
de amor, tesoros escondido, a mi mascota.
5- Inventa oraciones donde las siguientes expresiones sean objetos indirectos: a sus
vecinos, para los navegantes, al rey.
6- Analizá las siguientes oraciones y transformá los o.d en construcciones
sustantivas
a- Lo dejé en tu casa. b- Mi hermanito la escondió allí. c- ¿Los encontraste?

7- Completá los espacios en blanco con predicativos


Ayer fuimos a un nuevo restaurante. El lugar era……………………………… La comida
estaba…………………………………pero parecía…………………………………. Nos sentíamos
…………………………….. ahí hasta que llegó mi tía Gertrudis. Ella siempre
fue…………………………....................
 ¿Qué clase de palabras utilizaste para completar las oraciones?
……………………………………………………………………………………………………………
 ¿Todos los predicativos del texto son obligatorios?¿Por qué?
…………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………………….
8- Transcribí las oraciones del siguiente texto en tu carpeta y analízalas
sintácticamente.
Los osos polares
Parque Nacional Wapusk en Canadá. Una osa, gigante y somnolienta,
juega con sus crías. Un cuadro conmovedor. Los oseznos como bolas de nieve
ruedan en el suelo. No han desarrollado aún el peso ni la pelambre suficiente. La
muerte de la madre los volvería vulnerables. Los cachorros necesitan dos años
para independizarse.
La hembra, diestra cazadora, está hambrienta. Recorre el parque nevado
en busca de alimento. Las crías la siguen y le exigen cuidados especiales.
Construye la osera durante el día con sus enormes zarpas. Cava sin descannso.
Un cachorro está muy débil. La madre lo protege tierna y cálida. Le da la
leche, alimento básico para los oseznos. La imagen me enternece. Saco
fotografías. Las imágenes serán admiradas en numerosos países.
Norbert Rosing. Revista National Geographic, Diciembre 2000 (texto
adaptado)

*********************************************************************

30
LITERATURA
*************
 EL TEXTO NARRATIVO FICCIONAL Y SUS CARACTERÍSTICAS

EL CUENTO
El cuento es un relato ficcional breve que narra acciones realizadas por personajes
en un lugar y un tiempo determinados. Estas acciones siempre desencadenan un
problema o conflicto que se resolverá de manera feliz o infeliz en el desenlace.

***Propuesta de lectura***
 Lee atentamente el siguiente cuento:
La princesa, el ogro y el caballero
Érase una vez un reino dominado hacía tiempo por una tribu de ogros. Muchos valientes
guerreros habían perdido la vida tratando en vano de reconquistar su libertad. Por eso, ya nadie
intentaba desafiar a los indestructibles invasores, y el pueblo se había resignado a la esclavitud.
Los ogros, sin embargo, tenían un punto débil: su vida estaba concentrada en dos abejas de oro.
Tres años llevaba cautiva una bella princesa en el palacio del jefe de la tribu y todas las
noches, durante esos tres años, el ogro, enamorado, le suplicaba que lo quisiese.
La última noche de su tercer año de prisión, cuando el ogro repitió su pedido, la princesa
fingiendo gran preocupación, le dijo:
-¡Oh, mi señor! Aceptaría tu amor si tuviese la certeza de que eres inmortal.
-Los ogros no morimos-respondió el ogro para tranquilizarla.- No somos inmortales, pero
nuestra muerte depende de un secreto que ningún ser humano adivinará. Te lo revelaré para que
no sufras. Mira ese estanque: en su mayor profundidad, en el centro, hay una columna de cristal,
en cuya cima, bajo el agua, reposan dos abejas de oro. Si un hombre puede sumergirse en esas
aguas y volver a la tierra con las abejas y darles libertad, todos los ogros moriremos. ¿Pero quién
adivinará el secreto? No te apesadumbres, puedes considerarme inmortal.
La princesa pidió permiso para retirarse a descansar y prometió que al día siguiente
comenzaría con los preparativos de la boda. Sin embargo, una vez que se quedó sola, escribió el
secreto del ogro en un finísimo papel, lo dobló en incontables pliegues y lo guardó bajo la piedra de
su anillo. Luego, colocó la joya en la pata de un pájaro que su guardián le había regalado y soltó al
ave para que saliera volando por la ventana.
La desgracia del reino sometido se conocía ya en tierras lejanas, y desde allí cabalgaba un
joven caballero en busca de fama y aventuras. La noche lo había sorprendido en el bosque cerca de
la morada del ogro, por lo que encendió una hoguera y se dispuso a descansar. A punto de
quedarse dormido, escuchó el triste canto del pájaro. Se levantó, y lleno de intriga, buscó el sitio
desde donde provenía la melodía. Le llamó la atención algo que brillaba a la luz de la luna.
Entonces descubrió al pájaro con el anillo de la princesa en la pata. Sin perder un instante, oculto
en las sombras, se introdujo con sigilo en el estanque, libertó a las abejas y todos los ogros
murieron, cada uno en su palacio.
Lal Behari Day, versión de “La aniquilación de los ogros”.

31
 Actividades para responder en la carpeta (Recuerda redactar tus respuestas de
forma completa)

1- Reemplacen en sus carpetas las expresiones subrayadas en las siguientes oraciones por
otras de igual significado:

 Ya nadie intentaba desafiar a los indestructibles invasores, el pueblo se había resignado a


la esclavitud.
 Tres años llevaba cautiva una bella princesa en el palacio del jefe de la tribu.
 El caballero se introdujo con sigilo en el estanque para liberar al pueblo sometido.

El narrador: además de inventar a los personajes, el autor también inventa un narrador al


que le hace contar la historia. Por eso, no debemos confundir autor con narrador. Existen
tres tipos de narradores.
Omnisciente: no participa de los hechos que relata pero conoce todo acerca de los
personajes (lo que sienten o piensan). Usa la tercera persona.
Protagonista: es el personaje principal. Cuenta los hechos que protagoniza y narra en
primera persona.
Testigo: sólo cuenta lo que ve o escucha. Puede emplear la tercera o la primera persona.

2- ¿Qué tipo de narrador tiene el cuento? Justifica tu respuesta teniendo en cuenta la


información del recuadro.
Los personajes: en los cuentos hay pocos personajes porque son relatos breves. Ellos se
clasifican en principales y secundarios.
Los personajes principales o protagonistas son aquellos que realizan las acciones más
importantes que hacen avanzar la historia.
Los personajes secundarios complementan o acompañan las acciones de los principales.

3- Realiza una lista con los personajes principales y secundarios.


4- ¿Quiénes son los personajes principales en esta historia? ¿Por qué?

Estructura del cuento: las acciones principales del cuento se organizan en tres
grandes momentos.
Situación inicial: se presenta a los personajes, el lugar y el tiempo donde ocurren
los hechos.
Conflicto o desarrollo: la situación inicial cambia porque surge un problema o
conflicto. Esto trae como consecuencia una serie de acciones.
Resolución o desenlace : el conflicto se resuelve de manera feliz o infeliz.
5- ¿Cuál es la situación inicial del cuento?
6- ¿Cuál es el conflicto?
7- ¿Cómo se resuelve la historia? 32
8- Taller de escritura:
La descripción que falta. En algunas narraciones, los autores prefieren contar lo que hacen
los personajes y no los describen. Es el caso de este cuento. ¿Cómo te parece que serán
los personajes que aparecen en este relato?
Elige entre el ogro, la princesa y el caballero e imagina cómo podría ser ese personaje.
Luego redacta una descripción que tenga un título y dos párrafos. (Si quieres, puedes
agregar un dibujo a tu redacción)

 Características del cuento maravilloso:

Como podemos observar, el cuento


“La princesa, el ogro y el caballero” es un
cuento maravilloso.
9- Para repasar las características del
género, marca con una cruz los
elementos del cuento maravilloso
que sí aparezcan en el relato.

Es un tipo de relato en el que intervienen hechos extraordinarios que


confirman la existencia de un universo en el cual lo imposible se transforma en
posible. Ese mundo sobrenatural, que tiene sus propias leyes es aceptado por
los personajes, el narrador y el lector
El tiempo en este tipo de textos es remoto, el espacio indeterminado y los
personajes más frecuentes son: hadas, brujas, princesas encantadas, gigantes,
ogros, duendes, animales que hablan, etc.
Además siempre aparecen objetos mágicos como talismanes, anillos, bolas de
cristal, pociones, etc.

El relato maravilloso presenta siempre a un héroe o heroína que sufre una


carencia o una agresión, o simplemente debe cumplir una prueba; se aleja del
hogar con el fin de solucionar el problema y en el camino se encuentra con uno
o varios ayudantes (personajes u objetos) que le facilitarán su búsqueda.
También encontrará varios oponentes o antagonistas que le dificultarán las
cosas.
Suele aparecer el número tres, que es considerado un número mágico. Por
ejemplo: tres hermanos, tres cerditos, tres pruebas, etc.
El héroe siempre suele tener éxito, los malvados son castigados y el relato tiene
un final feliz.

33
Tema y argumento:
El tema y el argumento son otros dos elementos que caracterizan a los textos narrativos.
Identificar el tema facilita la comprensión de los cuentos al leerlos . También es importante no
confundirlo con el argumento o historia del relato.
El tema del cuento es el asunto sobre el que trata el texto; es decir, es el común
denominador, una constante que aparece repetidamente en una narración. Los temas se expresan
con sustantivos abstractos como por ejemplo: el amor, la muerte, la soledad, la amistad, etc.
El argumento, en cambio, es el conjunto de acciones que realizan los personajes. Para
redactar el argumento de un cuento, debemos considerar las siguientes reglas.
Pautas para redactar el argumento:
 Nuestra redacción debe tener un título:“Argumento de… (nombre del cuento) de ...
(nombre del autor). Por ejemplo: Argumento del cuento “El ogro, la princesa y el
caballero” de Lal Behari Day.
 Debe comenzar con la frase “El argumento es…” para diferenciar nuestra redacción de la
historia.
 El argumento es una síntesis del relato que leímos. Por lo tanto debe ser un resumen de la
historia. Debemos contar en él lo que entendimos suprimiendo las acciones secundarias,
las descripciones de lugares o personajes, los diálogos; pero sin omitir la situación inicial,
el conflicto o la resolución.
 Debemos contar la historia de manera cronológica, estableciendo una relación de causa y
efecto.
 Podemos guiarnos por la secuencia narrativa, si la hemos hecho, pero no podemos
copiarla textualmente una al lado de la otra.
10- Teniendo en cuenta estas consideraciones realiza las siguientes consignas:
a- ¿Cuál es el tema del cuento “El ogro, la princesa y el caballero” de Lal Behari Day?
b- Redacta el argumento del cuento “El ogro, la princesa y el caballero”

CLASIFICACIÓN DE CUENTOS
EL CUENTO FANTÁSTICO
En este tipo de relatos un elemento insólito, extraño o sobrenatural, irrumpe en la
realidad cotidiana como algo imposible o absurdo.
La característica principal del cuento fantástico es la vacilación entre una explicación
natural o sobrenatural de los hechos. Los personajes y el lector nunca están seguros de lo que
pasa. El lector se identifica con el protagonista porque participa junto a éste de la ruptura del
orden lógico o normal de las cosas. 34
Los temas más frecuentes son: la metamorfosis, la aparición de fantasmas, la invisibilidad,
el pacto con el diablo, las deformaciones del tiempo y del espacio, la realidad que se mezcla con
los sueños, el más allá de la muerte, etcétera. Así también los personajes más frecuentes son: los
fantasmas, los seres sobrenaturales, los monstruos, los animales que hablan o tienen poderes, o
simplemente aquellos que resultan extraños para nuestra realidad cotidiana.
DIFERENCIA ENTE LOS CUENTOS FANTÁSTICOS Y LOS CUENTOS MARAVILLOSOS:
De esta definición puede surgir una pregunta, si los cuentos fantásticos narran hechos
sobrenaturales ¿cuál sería la diferencia entre este tipo de cuento y los maravillosos, que relatan
sucesos también extraños o imposibles? La diferencia se da en el ambiente o lugar donde ocurren
los hechos narrados. Mientras que en los cuentos maravillosos los hechos ocurren en un ambiente
donde es normal o posible que estas acciones sobrenaturales ocurran (que haya objetos mágicos
como espejos que hablan, varitas mágicas, hechizos o animales extraordinarios) el ambiente de los
cuentos fantásticos es normal o cotidiano, es decir, se parece al mundo que conocemos; por eso
tanto los personajes como el lector se sorprenderán de los hechos extraños que allí ocurre.
Pongamos un ejemplo: en un cuento maravilloso como “Caperucita Roja” la protagonista
se encuentra con un animal que le habla. La niña no se cuestiona si el hecho que acontece ante sus
ojos es posible o no, sólo lo toma como algo normal y acepta la propuesta del lobo. Si esto
ocurriera en un cuento fantástico -donde se ha presentado un ambiente cotidiano y realista- el
personaje y el lector se cuestionarían la “normalidad” o la lógica de este suceso.

 Los cuentos fantásticos:


Actividad
Lee las narraciones que te proponemos a continuación y explica -según la definición que leíste
sobre cuento fantástico- a qué clasificación pertenece cada uno. Debes decir si son fantásticos,
maravillosos o realistas. Luego de escribir debajo a qué clasificación pertenece, justifica tu
elección. Aclara si los hechos que narra cada historia son posibles o imposibles en nuestro mundo
cotidiano y si el ambiente o lugar donde sucede cada relato se parece o no al nuestro.

Opción A

Recompensa
En mi casa vivíamos yo, mi perro y un fantasma. El perro es (o era) pequeño, blanco con manchas
marrones, patizambo y de raza indefinida, tirando a fox terrier. En cuanto al fantasma, no sé qué catadura
tiene (o tenía) porque nunca lo vi. El que lo veía era el perro. Se habían hecho amigos y al anochecer jugaban
en el patio a quitarse una vieja pelota de trapo. La vez que intenté participar en el juego, el perro se negó
totalmente a colaborar y hasta llegó a mostrarme los dientes. Pienso que el fantasma hizo lo mismo, pero no
puedo asegurarlo. Lo cierto es que lo habitual del hecho terminó convirtiéndolo en rutina y la extraña
convivencia se desarrolló sobre rieles por varios meses. El perro engordaba, el fantasma fantasmeaba sin
molestar y yo me cuidaba de no rezar ni encender velas ante las estampitas de los santos para no causarle
inconvenientes a la invisible presencia. Pero un día (mejor dicho, un anochecer) mi perro desapareció y,
obrando con perfecta camaradería, el fantasma también. Me gustaría recobrarlos, porque los extraño
mucho. Pagaré una recompensa a quien sepa brindarme datos sobre sus paraderos. (Víctor del Val) 35
Opción B

HISTORIA DE LOS DOS QUE SOÑARON

Cuentan los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no
duerme) que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todo lo
perdió, menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el
sueño lo rindió debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño a un desconocido que le dijo:

_ Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla.

A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los
desiertos, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto
de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había junto a la
mezquita una casa y por el decreto de Dios todopoderoso una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se
metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron y pidieron socorro. Los vecinos también
gritaron, hasta que el capitán de serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron
por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo y lo llevaron a la
cárcel. El juez lo hizo comparecer y le dijo: _ ¿Quién eres y cuál es tu patria?

El hombre declaró: _ Soy de la famosa ciudad de El Cairo y mi nombre es Yacub el Magrebí.

El juez le preguntó: _ ¿Qué te trajo a Persia?

El hombre optó por decir la verdad y le dijo: _Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján,
porque aquí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que la fortuna que me prometió ha de ser la cárcel.

El juez se echó a reír: _ Hombre desatinado _ le dijo_ ,tres veces he soñado con una casa en la
ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín, y en el jardín, un reloj de sol y después del reloj de sol, una
higuera y bajo la higuera, un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, has errado
de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no vuelva a verte en Isfaján. Toma estas monedas y
vete.

El hombre las tomó y regresó a su patria. Debajo de la higuera de su casa (que era la del sueño del
juez) desenterró el tesoro. Así Dios le dio bendición y lo recompensó y exaltó. Dios es el generoso, el Oculto.

Tomado de Antología de la literatura fantástica de Borges, Ocampo y Bioy Casares.

Opción C
Caperucita cocinera: (narración en verso)
Ya es grande Caperucita,
Se convirtió en Caperuza;
Vive en Santa Teresita
y es maestra de lechuzas:
les enseña a abrir los ojos
bien grandes toda la noche
para ver cómo los piojos
salen a pasear en coche.
Se casó con un cartero
que conoció en Chacabuco,
donde fue a comprar ruleros
y a jugar torneos de truco.
Cuando llega el carnaval,
disfrazada de lenteja, 36
inaugura un festival
que organizan las almejas.
Es feliz, ya no se acuerda
de ese día tan terrible,
cuando por ser medio lerda
se la comió un lobo horrible.
Sin embargo algunas veces,
cuando está muy aburrida,
el lobo se le aparece
y ella le hace la comida.
( Por Guillermo Saavedra)

CUENTOS DE TERROR
Pertenecen a este género los cuentos que por sus hechos fantásticos o sobrenaturales
puedan producir, inquietud, miedo o terror en el lector. La literatura de terror trabaja a partir de
los temores y supersticiones más antiguas del hombre, como el miedo a lo desconocido, la vida
después de la muerte, la existencia de fuerzas malignas que están más allá de lo humano. Aunque
hay cuentos de terror que son realistas, la mayoría de estas historias pertenece al género
fantástico.
***Propuesta de lectura***
Lee el siguiente relato y responde las preguntas:

EL BESO DE LA MUJER DEMONIO


(Ana María Shua)
En una pequeña aldea cerca de la ciudad de Kiev, vivía Sergio Dimitri Kóvak. Era un
muchacho moreno, con cejas espesas y los ojos un poco alargados a la oriental. Sus padres le
decían cariñosamente Sasha.
Para ser simples aldeanos, los Kóvak vivían mejor que otras familias. En parte porque
Sasha fue el único de sus hijos que sobrevivió a las enfermedades de la infancia y así nunca hubo en
la casa muchas bocas que mantener. En parte porque los bordados de su madre eran muy
apreciados y bien pagados. En parte porque Sasha y su padre eran hombres trabajadores y
gastaban en vodka menos que otros. 37
El padre de Sasha había conseguido ahorrar algunos rublos que tenía escondidos detrás de
un ladrillo en la pared. Sabiendo que contaban con esa modesta fortuna, los tres se sentían ricos.
Todos los años, cuando terminaba la cosecha, en la aldea de organizaba una gran fiesta.
Las muchachas recogían frutos del bosque para rellenar pastelillos, se horneaban tortas de miel
con nueces, deliciosos arrollados de semillas de amapola y tartas de manzana con pasas. Por la
noche, a la luz de las antorchas, los jóvenes bailaban en la calle principal, la ronda de mujeres
adentro de la ronda de hombres. Después se mezclaban todos en danzas de pueblo, en que las
miradas eran más importantes que las manos. El viejo Antón y sus amigos tocaban el violín y la
balalaika.
Una de esas noches felices, en que los jóvenes se divertían, bailaban y se reían mientras los
mayores los miraban suspirando, llegó a la aldea una troika tirada por cuatro caballos. Eran tan
negros que sus siluetas se recortaban contra el cielo de la noche. Más negros que la oscuridad
misma. Una joven bellísima bajo del vehículo. Era una noche demasiado cálida para su capa de
zorro blanco.
-No es este su lugar, señora- le dijeron los campesinos-. La guiaremos hasta el castillo de
nuestro señor. Pero la joven no quiso aceptar ninguna escolta. Al contrario, pidió permiso para
quedarse con ellos y participar en el festejo.
-Debajo de esta capa de zorro, no soy más que una campesina igual que ustedes –les dijo.
Al quitarse la capa todos vieron que llevaba, en efecto, un traje de campesina hecho de
seda nueva y brillante: más que una verdadera muchacha de aldea, parecía una princesa
disfrazada.
La joven participó con todos en el baile. Bailaba con más gracia y alegría que ninguna. Sus
hermosos tobillos se asomaban debajo de la falda en los saltos y vueltas de la danza. ¡Y qué
ardientes miraban a Sasha sus ojos negros!
Después de recibir esa mirada de fuego, Sasha sintió que ninguna de las muchachas del
pueblo podía interesarle ya. Como encandilado, se fue detrás de la bella dama, que volvía a subir a
su troika.

-Tengo que irme, Sasha –le dijo -. Pero mañana volveré. 38


Esa noche la madre de Sasha escuchó a su hijo dar mil vueltas en la cama sin poder
dormirse. A la madrugada fue a conversar con él.
-Madre –dijo Sasha-, estoy enamorado.
-Hijo –dijo la madre -, eso ya lo sé. Conozco todos los síntomas de esa enfermedad. Los
únicos remedios que la curan son el tiempo o el matrimonio.
Pero ¿quién era esa muchacha? ¿Cómo saber que no era en realidad una princesa que se
burlaba de un pobre aldeano por pura diversión? ¿De dónde venía? Durante el día trataron de
averiguarlo, pero nadie recordaba haberla visto en ninguno de los pueblos vecinos.
-Princesa o no princesa –dijo la madre más tarde, hablando con su marido -, una muchacha
que viaja sola de noche no me gusta para esposa de mi hijo.
Ese atardecer, antes de que se encendieran los hachones que iluminaban el baile, la madre
le dio a Sasha un carretel de hilo.
-Vas a atar una punta del hilo a uno de los botones del traje de tu amada. Que no se dé
cuenta. Después, siguiendo el hilo, sabrás adónde vive. Durante horas enteras bailaron esa noche
Sasha y la campesina princesa. Esta vez, antes de separarse de ella, Sasha consiguió tomarla en sus
brazos y despedirla con un beso de pasión. Pero no tanta pasión como para olvidar el consejo de su
madre.
La chica saltó a su troika, los caballos se lanzaron al galope y pronto desapareció con los
largos cabellos al viento. El carretel de hilo se desovillaba tan rápidamente que Sasha casi no podía
sostenerlo entre sus manos. Cuando el hilo se terminó, Sasha echó a correr, siguiéndolo para
averiguar donde dormía su prometida. ¿En un palacio, o en una choza de campesinos?
Al principio el hilo se extendía por el camino, pero pronto se apartó para meterse entre los
árboles y a campo traviesa. Sasha tuvo que pasar por encima de tapias y zanjones hasta llegar al
cementerio.
Buscó con la mirada, caminó entre las tumbas y de golpe la vio, allí abajo. Con las manos
sucias de tierra hasta los brazos, su amada había cavado en la tumba de la anciana Marusia,
enterrada esa misma mañana. Había corrido la tapa del féretro. Sin usar ya los exquisitos modales
con los que deslumbraba a los aldeanos, como una campesina cualquiera que se zampa una pata
de pollo, estaba comiéndose el cadáver con groseros ruidos y gruñidos.
Sasha no se atrevía a escapar por no delatarse. Escondido detrás de una lápida vio como la
bella muchacha, terminado su festín, borraba las huellas de su paso. Después la vio pararse arriba
de una tumba, levantar los brazos y hundirse lentamente en la tierra hasta desaparecer.
Sólo entonces salió corriendo a tanta velocidad que llego a su casa antes de que termines
de leer esta frase. Se acostó, tembloroso. Otra vez no podía dormir, pero por diferentes razones.
Sin necesidad de tiempo ni de matrimonio, la enfermedad del amor se le había curado por
completo, dejándole a cambio un miedo espantoso. Ni siquiera se atrevía a contar lo que había
visto. ¿Quién le creería?
En la última noche del baile de la cosecha, la princesa campesina vino a despedirse de sus
nuevos amigos. La gente de la aldea no entendía porque Sasha se negaba a salir de su casa y entre
todos, con risas y bromas, acompañaron a la misteriosa joven hasta la puerta de la cabaña donde
vivía la familia Kóvak.
Ahora Sasha ya no podía negarse. Muy pálido, les abrió la puerta. 39
-Vamos, Sasha, ¿no vas a despedirte de tu novia? –bromeaban sus amigos.
Pero la chica dijo con seriedad:
-Vine a despedirme de ustedes, pero no de Sasha. Él es mi prometido y debe venir conmigo.
La gente aplaudía y gritaba. Todo el pueblo los acompañó hasta la carreta de los caballos
negros y después se fueron, dejándolos solos.
Entonces la cara de la muchacha cambió de golpe, y su expresión risueña se transformó en
una mueca monstruosa.
_¿Estuviste anoche en el cementerio?_ preguntó.
_No.
_¿Viste lo que estaba haciendo allí?
_No.
_Muy bien. Entonces mañana morirá tu padre.
Troika, caballos y muchacha desaparecieron de golpe confundiéndose en el aire de la
noche.
Sasha volvió a su casa desesperado. Sin cerrar los ojos ni un momento, pasó toda la noche
sentado al lado de la cama donde dormía su padre para protegerlo. Sin embargo, con la primera
luz de la mañana, el hombre estaba muerto.
Durante todo el día velaron el cadáver. Al atardecer, unas vecinas consiguieron arrancar a
la madre de al lado del ataúd.
_Voy a ver si consigo hacerla dormir un poco en mi casa_ le dijo una de ellas a Sasha_. Les
espera una noche muy larga.
Apenas Sasha se quedó solo, apareció en la casa, sin entrar por la puerta, su misteriosa
prometida.
_¿Estuviste esa noche en el cementerio?
_No.
_¿Viste lo que estaba haciendo allí?
_No.
_Muy bien. Entonces mañana morirá tu madre.
Nadie se sorprendió demasiado cuando esa noche, en el velorio, rodeada de amigos y
vecinos, la madre de Sasha se desplomó de golpe. Estaba muerta.
_Se le rompió el corazón de pena_ dijeron todos.
Sólo Sasha sabía la espantosa verdad.
Por la mañana sus padres fueron sepultados uno al lado del otro, por el mucho amor que
se tenían. Después del entierro, el muchacho se volvió a su casa, solo, triste, aterrado.
Allí lo estaba esperando la monstruosa mujer demonio. Sasha miró con horror el brillo
artificial de sus ojos de muerta, sin poder creer que alguna vez le habían parecido hermosos.
_¿Estuviste esa noche en el cementerio?
_No.
_¿Viste lo que estaba haciendo allí?
_No.
_Muy bien. Entonces esta noche morirás.
Y desapareció. 40
Sasha vagó por las calles del pueblo con la cabeza gacha. Todos los que lo veían pasar lo
saludaban con afecto, le daban un golpecito en el hombro o un abrazo. Había sufrido en sólo dos
días la terrible pérdida de su padre y de su madre.
La anciana que vivía de la caridad en la última y la más pobre de las casas del pueblo, no
pudo verlo pasar porque era ciega. Sin embargo lo reconoció por el olfato.
_Sergio Kóvac, cuando me contaron lo que pasó, pensé que debía ser obra de algún
demonio. Sergio Dimitri Kóvac, te reconocí por el olor a azufre.
Sasha se dio vuelta sorprendido. Con un alivio enorme. Por fin tenía a quien contarle lo que
le había pasado. Aunque fuera una pobre vieja ciega, de la que hacían burla los chicos del pueblo,
ella le creería y así fue.
_Hay una manera de salvarte, Sasha. Da gracias a que no hace frío y el fuego está
apagado. Entrarás a tu casa sin usar puerta ni ventana: por la chimenea del horno. Saldrás de tu
casa sin usar puerta ni ventana: cavando un pozo debajo del umbral. Después te irás. Nunca
vuelvas a este pueblo y nunca entres a ningún cementerio sin llevar contigo estos dos frasquitos de
agua del Paraíso.
Sasha hizo todo lo que la vieja le había ordenado. Sus vecinos creyeron que el dolor y la
pena lo habían enloquecido de tal modo, que no quiso siquiera despedirse cuando dejó el pueblo,
sin llevarse más que la ropa que tenía puesta.
En realidad, Sasha se llevaba también esos rublos que su padre había escondido en la casa,
detrás de un ladrillo.
Siguiendo las instrucciones de la viejita ciega, Sasha llegó a la ciudad de Kiev y allí
consiguió trabajo como ayudante en una panadería. En su gran tristeza, le hacía bien levantarse a
la madrugada y hundir los brazos en la harina. Sus compañeros de trabajo se acostumbraron a no
hacerle muchas preguntas y a dejarlo en paz.
El tiempo pasó y Sasha empezó a sentirse mejor. En la siguiente primavera sintió que su
corazón comenzaba a descongelarse. Pudo volver a hacer planes y a pensar en las cosas de la vida.
Cuando estuvo seguro de haber aprendido su nuevo oficio, quiso instalarse por su cuenta.
Con los rublos que le dejó su padre puso una panadería muy pequeña en un barrio pobre de Kiev.
Vendiendo pan y charlando con sus clientes pronto se hizo conocido y apreciado en la calle donde
vivía. Se enamoró de una joven viuda que iba todos los días con su hijita a comprar el pan, y ella se
enamoró de él.
Pero antes de casarse Sasha le hizo prometer a su mujer que nunca jamás lo obligaría a
pisar un cementerio.
Tuvieron dos hijos, el negocio prosperó. Sasha se convirtió en el respetado panadero Sergio
Dimitri Kóvac.
Un día entre los días, murió, ya muy anciana, su señora suegra. Olvidando su promesa, su
mujer le rogó que la acompañara al entierro de su madre, que no la dejara sola en una situación de
pena y dolor.
_Los vecinos ya se dieron cuenta de que nunca te ven en el cementerio. ¿Qué van a pensar
si no vas al entierro de tu propia suegra? 41
El respetable Sergio Dimitri Kóvac se estremeció de sólo pensar que los vecinos pudieran
sospechar de él, y sobre todo, dejar de confiar en su delicioso pan. Para su mal, decidió acompañar
a su suegra en su último viaje.
Apenas había traspuesto la verja del cementerio cuando una fuerza invisible lo apartó del
resto del cortejo fúnebre. Ante él, siempre joven, con sus ojos siempre ardientes y sus labios
siempre fríos, estaba la princesa demonio.
Como ya había pasado tanto tiempo, Sasha se había olvidado de llevar con él sus dos
frasquitos con agua del Paraíso.
_¿Estuviste esa noche en el cementerio?
_No.
_¿Viste lo que estaba haciendo allí?
_No.
_Muy bien. Entonces tu mujer y tus hijos morirán.
Sasha sabía que por el momento no podía hacer nada. Asistió al entierro de su suegra y
después volvió a su casa, furioso y seguro de lo que tenía que hacer. Esa noche vio morir a su
esposa y a sus hijos sin derramar una lágrima.
Tomando los frasquitos de agua del Paraíso, a la medianoche se fue al cementerio. El
hermoso monstruo lo estaba esperando.
_¿Estuviste esa noche en el cementerio?
_Sí.
_¿Viste lo que estaba haciendo allí?
_Estabas metida en una tumba devorando un cadáver.
_Muy bien. Entonces ahora mismo te comeré.
La mujer demonio se le echó encima. Su boca se abría sin límites, más y más grande, roja,
repugnante, inmensa, con tres hileras de dientes afilados como las mandíbulas de los tiburones.
Sin moverse de su lugar, Sasha le tiró adentro la mitad del agua del frasquito. La mujer
demonio empezó a gritar y a retorcerse, como si se estuviera quemando; su cuerpo se deshizo
emitiendo un vapor azulado y por fin quedó convertida en un montón de cenizas.
Sasha llegó a su casa y usó el resto del frasquito para rociar a su mujer y a sus hijos, que
volvieron a la vida sin despertar. Durmieron hasta bien entrada la mañana y se despertaron
sorprendidos de no haber escuchado el canto de los gallos. Sasha decidió que era mejor no
contarles lo que había sucedido esa noche.
La familia vivió desde entonces tranquila y feliz. Los chicos se acordaban de vez en cuando
de haberse soñado muertos.
_Se sueña cualquier tontería_ les decía la mamá_. Yo misma soñé una noche que mi alma
volaba sin cuerpo buscando la entrada al cielo. Alguna comida que me habrá caído mal. 42
Sobre la autora:
Ana María Shua nació en Buenos Aires en 1951. Escribe desde los ocho años. A los quince ganó
un concurso del Fondo Nacional de las Artes y la faja de honor de la S.A.D.E con El sol y yo, su
primer libro de poemas. Ha recibido desde entonces, varios premios y reconocimientos.
Se ha dedicado a la poesía, al cuento, la novela y el ensayo. El cuento “El beso de la mujer
demonio” está tomado de su libro La fábrica del terror II.

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Trabajo práctico
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La soga
A Antoñito López le gustaban los juegos peligrosos: subir por la escalera de mano del
tanque de agua, tirarse por el tragaluz del techo de la casa, encender papeles en la chimenea. Esos
juegos lo entretuvieron hasta que descubrió la soga, la soga vieja que servía otrora para atar los
baúles, para subir los baldes del fondo del aljibe y, en definitiva, para cualquier cosa; sí, los juegos
lo entretuvieron hasta que la soga cayó en sus manos. Todo un año, de su vida de siete años,
Antoñito había esperado que le dieran la soga; ahora podía hacer con ella lo que quisiera.
Primeramente hizo una hamaca colgada de un árbol, después un arnés para el caballo, después
una liana para bajar de los árboles, después un salvavidas, después una horca para los reos,
después un pasamano, finalmente una serpiente. Tirándola con fuerza hacia delante, la soga se
retorcía y se volvía con la cabeza hacia atrás, con ímpetu, como dispuesta a morder. A veces subía
detrás de Toñito las escaleras, trepaba a los árboles, se acurrucaba en los bancos. Toñito siempre
tenía cuidado de evitar que la soga lo tocara; era parte del juego. Yo lo vi llamar a la soga, como
quien llama a un perro, y la soga se le acercaba, a regañadientes, al principio, luego, poco a poco,
obedientemente. Con tanta maestría Antoñito lanzaba la soga y le daba aquel movimiento de
serpiente maligna y retorcida que los dos hubieran podido trabajar en un circo. Nadie le decía:
“Toñito, no juegues con la soga.” 43
La soga parecía tranquila cuando dormía sobre la mesa o en el suelo. Nadie la hubiera
creído capaz de ahorcar a nadie. Con el tiempo se volvió más flexible y oscura, casi verde y, por
último, un poco viscosa y desagradable, en mi opinión. El gato no se le acercaba y a veces, por las
mañanas, entre sus nudos, se demoraban sapos extasiados. Habitualmente, Toñito la acariciaba
antes de echarla al aire, como los discóbolos o lanzadores de jabalinas, ya no necesitaba prestar
atención a sus movimientos: sola, se hubiera dicho, la soga saltaba de sus manos para lanzarse
hacia delante, para retorcerse mejor. Si alguien le pedía:
—Toñito, préstame la soga.
El muchacho invariablemente contestaba:
—No.
A la soga ya le había salido una lengüita, en el sito de la cabeza, que era algo aplastada,
con barba; su cola, deshilachada, parecía de dragón. Toñito quiso ahorcar un gato con la soga. La
soga se rehusó. Era buena.
¿Una soga, de qué se alimenta? ¡Hay tantas en el mundo! En los barcos, en las casas, en
las tiendas, en los museos, en todas partes... Toñito decidió que era herbívora; le dio pasto y le dio
agua. La bautizó con el nombre Prímula. Cuando lanzaba la soga, a cada movimiento, decía:
“Prímula, vamos Prímula.” Y Prímula obedecía. Toñito tomó la costumbre de dormir con Prímula
en la cama, con la precaución de colocarle la cabecita sobre la almohada y la cola bien abajo, entre
las cobijas. Una tarde de diciembre, el sol, como una bola de fuego, brillaba en el horizonte, de
modo que todo el mundo lo miraba comparándolo con la luna, hasta el mismo Toñito, cuando
lanzaba la soga. Aquella vez la soga volvió hacia atrás con la energía de siempre y Toñito no
retrocedió. La cabeza de Prímula le golpeó el pecho y le clavó la lengua a través de la blusa. Así
murió Toñito. Yo lo vi, tendido, con los ojos abiertos. La soga, con el flequillo despeinado,
enroscada junto a él, lo velaba.

Silvina Ocampo

44
1- ¿Qué tipo de narrador tiene el cuento? Justifica tu respuesta.
2- Explica por qué esta historia es un relato fantástico.
3- Menciona las características de los cuentos de terror que aparecen en esta narración.
4- Busca el significado de la palabra “Prímula” e indica qué relación guarda el personaje con lo que
designa la palabra.
5- Caractericen al personaje de Prímula. Para ello, redacten un texto que tenga al menos dos párrafos y un
título.
6- Explique por qué el narrador dice que la serpiente “era buena”.
7- Según el final del cuento ¿te parece que esta apreciación es correcta? ¿Por qué?

Sobre la autora:
Silvina Ocampo (1903-1994) fue una de las escritoras argentinas más importantes
del siglo XX. A través de su hermana mayor, Victoria ,–fundadora de la revista Sur-se
vinculó con Adolfo Bioy Casares, con quien se casó en 1940.
Su obra incluye poesía y narrativa. Sus relatos se caracterizan por los personajes
infantiles y los ámbitos cerrados. En ellos ocurren hechos trágicos que suelen resolverse
de manera fantástica.

45
TALLER DE ESCRITURA
1) Redacta un cuento incorporando en el desarrollo el siguiente fragmento.
“La gente, distraída, no advirtió inmediatamente que el ciclista era un tigre. Cuando llegó a la
confitería de la esquina se detuvo, bajó de la bicicleta y, avergonzado, pues todavía no se
habituaba a ser tigre, se acercó a las mesas que estaban en la acera. Algunas señoras que
estaban tomando chocolate se desmayaron. Chingolo se sentó a la mesa donde había una jarra
de naranjada y una torta cubierta de azúcar rosada y se puso a comer”

 Extensión, sin incluir el texto dado, 20 renglones.


 Recuerda que el fragmento es el conflicto central de la historia, por lo tanto debes
inventar la situación inicial y contar cómo fue que Chingolo se transformó en un tigre.
 Debes incluir necesariamente y donde desees los siguientes conectores: ya en ese sitio, sin
embargo, además, por lo tanto. Subráyalos
 Atención al uso de los signos de puntuación y la ortografía.
 Al finalizar tu cuento reléelo y escribe un título anticipador del tema. Recuerda que no
debe ser un nombre propio sino referir el tema. ¿De qué trata?

46
TALLER DE ESCRITURA:
A- FINAL PARA UN CUENTO FANTÁSTICO

El siguiente fragmento pertenece a un cuento del escritor inglés A. Ireland y se llama


justamente Final para un cuento fantástico. Después de leerlo cumplan con las consignas.

_¡Qué extraño!_ dijo la muchacha, avanzando cautelosamente_ ¡Qué puerta más pesada!_ La tocó al
hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.
_¡Dios mío! _dijo el hombre_ .Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han
encerrado a los dos!
_A los dos no. A uno solo _dijo la muchacha.
Pasó a través de una puerta y desapareció.
 Redacten un cuento para este final.
 Inventen otro título que anticipe el final de la nueva historia.
 Agreguen una descripción de la muchacha.

B- CUENTO CON AYUDA


Te proponemos que escribas un cuento. Como ayuda, y para que tengas una guía, te
damos el principio, el medio y el final. Estas frases tienen que aparecer en la situación
inicial, el conflicto y la resolución. No te olvides de inventar un título.
Principio: En el otoño de 18…, mientras viajaba por las provincias meridionales de Francia,
mi camino me condujo a pocas millas de cierta Mansión de Santé, o manicomio privado,
del cual mucho había oído hablar a mis amigos médicos de París.
Medio: Volvieron a oírse los gritos con mayor fuerza y al parecer, más cerca se repitieron
con mayor intensidad.
Final: Pero, al fin, tras escapar por una cloaca, uno de los prisioneros logró poner en
libertad a los demás.
(Extensión máxima: 30 renglones. Mínima: 20.)

47
 CUENTOS DE CIENCIA FICCIÓN:
Son relatos ambientados en el futuro y se basan en avances científicos o tecnológicos. En
ellos se habla de viajes interespaciales, vidas en otros planetas, máquinas que pueden hacer cosas
imposibles, etc.
Si bien en estos cuentos se utiliza la fantasía, la característica que lo distingue es el empleo
de una lógica científica, que exige un desarrollo de las situaciones como si se tratara de algo real.
Con otras palabras: en este tipo de relato se plantea una hipótesis de las probables consecuencias
de los avances científicos y tecnológicos. A veces se plantea el uso indebido de la ciencia como
consecuencia de la ambición, de la lucha por el poder o de la deshumanización.

¡FELICIDADES, QUERIDA! De Alfredo Cardona Peña


Se encendió el ojo verde del visiofono y Josefina vio a su amiga que le hablaba desde
Nueva York.
_ ¡Felicidades, querida! Dentro de veinte minutos llegaremos, pues hemos alquilado un
taxicohete. ¿Cómo está el tiempo en México?
_ Más transparente que el aire, Lucy. Aquí en nuestra casa de la cima del Izxtaccíhatl, se
está mejor que en Acapulco.
_ Te envidio; en cambio, nosotros no podemos prescindir de las odiosas escafandras:
estamos a muchas rayas bajo cero.
_ Bueno, no se tarden.
El ojo verde se apagó. Minutos después, la hermana de Josefina con su marido y dos
amigos íntimos tomaban cocteles que servía un camarero metálico. En total cinco personas,
incluyendo a la festejada. Rebosaba alegría y, sobre todo, juventud, una juventud rozagante y
parlanchina, completamente extrovertida. Por lo que respecta a los hombres, se portaban como
muchachos.
Los cutis de ellas eran tersos, y sus anatomías, femeninamente perfectas. Los de ellos,
rosados, con maquillajes tan varonilmente perfectos, como difícil de notar.
Llegó el momento de rodear la mesa, en cuyo centro un enorme pastel, en forma de barco
con sus velas iluminadas, resplandecía como araña de catedral antigua.
En honor a Josefina cantaron el “happy birthday to you” y “Estas son las mañanitas”.
Luego la cumpleañera emocionada, enjugándose una lágrima que no pudo reprimir, hizo funcionar
el diminuto extintor de pilas, y todas las velas se apagaron. Risas, risas y abrazos, besos y más
congratulaciones. Hacia la madrugada el grupo se dispersó, volando en sus taxicohetes. Josefina
quedó sola, y antes de retirarse a dormir recorrió con la mirada la mesa, las flores desparramadas,
los restos del enorme pastel que en ese momento recogía el criado robot con su montacargas
doméstico.
Josefina subió cansadamente la escalera, entró en su cuarto y comenzó a desvestirse. Fue
quitándose la piel, toda la piel, que cubría su cuerpo en una malla color carne palpitante y luego
depositó en un alhajero sus pestañas, sus dientes, sus ojos, sus labios, sus pechos, sus cabellos y
sus uñas. 48
_ ¡Quién lo diría! –murmuró suspirando, mientras en la penumbra se recortaba su figura
putrefacta –Hoy he apagado las doscientas velitas de mi cumpleaños.
Y se metió en el lecho, como una momia romántica, como una rosa que había sido
maravillosamente disecada. Todas sus amistades, allá en Nueva York, hicieron lo mismo, dejando
al lado de la cama máscaras y pieles, mientras la aurora de dorados cabellos avanzaba con un día
recién nacido entre sus brazos.
Sobre el autor:
Alfredo Cardona Peña nació en San José de Costa Rica, el 11 de agosto de 1917; muere el 31 de
enero de 1995. Fue ensayista, narrador y poeta. Radicó en México desde 1938. Realizó estudios
de Ciencias y Letras en Costa Rica. Fue reportero, editorialista, reseñista y entrevistador de
Novedades; catedrático de la Escuela de Verano de la UNAM y de la Escuela Normal de Maestros;
perteneció a la generación de Tierra Nueva.

 EL CUENTO REALISTA
En este tipo de relatos se plantean situaciones y personajes verosímiles, es decir creíbles,
semejantes a la realidad. Para esto, se intenta reproducir el mundo tal cual es, basándose en
hechos reales o imitando la vida cotidiana.
Como el autor procura copiar la realidad, muestra al mundo en todos sus aspectos: material,
moral, económico, político, religioso, etc. Generalmente las descripciones son muy detalladas, el
tiempo es preciso y lineal.
En este tipo de cuentos no aparecen sucesos fabulosos o extraordinarios y aunque los
hechos narrados nunca hayan sucedido son probables, por eso los consideramos creíbles.
Los personajes constituyen por lo general tipos sociales. Su lenguaje es reproducido lo más
fielmente posible. A veces suelen aparecer en este tipo de cuentos personajes históricos o hechos
que realmente ocurrieron.

La Venus pensativa de Ema Wolf


Claudio trabaja de estatua viviente. En el parque, en horario vespertino, siempre que no
llueva porque la lluvia lo despinta. Si a eso se le llama “posar”, puede decirse que posa entre tres y
cuatro horas diarias, de lunes a viernes, los sábados un rato más para aprovechar el público de los
recitales de rock en el anfiteatro.
Representa a un emperador romano, su homónimo, que vivió entre los años 10 a.C. y 54
d.C., conquistador de Britania, saneador de pantanos, uxoricida y constructor de acueductos,
sujeto confuso si los hubo. En la base del pedestal enyesado, con letras que él mismo cinceló a
punta de destornillador, se lee: “Yo, Claudio”.
El perfil de nariz quebrada, el mentón protruso, las orejas enérgicas y los rulos que heredó
de un bisabuelo calabrés lo ayudan a componer un romano bastante creíble. El emperador lleva
sandalias, toga y un aro de laureles ceñido a la coronilla. Ropa, laureles, pecho, manos, piernas,
uñas, pelo, cara, todo es de un blanco inmortal. Porque no se trata de representar al emperador
mismo en la tosquedad de su existencia carnal y sudorosa sino algo mucha más sublime: su
estatua. Es el emperador pasado por el rebozador de la posteridad, ennoblecido, perdonadas
todas las porquerías que cometió en vida. 49
A Claudio le lleva una hora pintarse, y media hora bajo la ducha despintarse. La fricción de
la esponja le deja la piel del color de un bife crudo, pero después recupera su tonalidad normal. La
pintura, al desprenderse, tapa las cañerías. En su casa lo increpan por esto.
Lo peor del oficio es estarse quieto. Imagina que dentro de ochenta años, ya artrítico, le
resultará más fácil. Por ahora, todo él es una superficie rascable donde brotan islas de picazón sin
causa aparente. Le pica porque sí, le pica con la mente, basta que piense en una parte cualquiera
de su cuerpo para que le pique. Es una tortura, pero no puede evitarlo. La concentración zen _ya
probó_ no le sale. Su única defensa consiste en una especie de estoicismo resignado, a prueba de
alimañas y criaturas.
Las criaturas lo aterran porque se acercan a toquetearlo con los dedos pringosos, además
los padres no les enseñaron que las estatuas se aprecian mejor de lejos. Los insectos no logran
traspasar la capa de pintura y se quedan pegados. Un día sintió que un caracol le trepaba por la
pierna. El caracol se instaló en una parte furtiva de su anatomía. Claudio lloró de asco, pero no se
movió.
El único movimiento que el oficio permite es a partir de una moneda que alguien deja.
Cuando alguien deja caer una moneda al lado del pedestal, el emperador se anima. Muy
lentamente, modifica la posición. Mueve una mano, ladea el cuello, cambia la pierna de apoyo,
adelanta una rodilla. Eso confirma que la estatua está viva. Entonces la gente siente alivio, sonríe,
se afloja y aplaude al ser humano que respira debajo de la pintura. Por obra de la moneda
recuperó el alma. Es todo.
Hoy, sábado, Claudio ya lleva varias horas de inmovilidad. Es un día particularmente
penoso para él porque está impaciente, y la impaciencia, como el picor y los caracoles, no son
buenos para las estatuas.
Ya sabe que no va a poder soportar el invierno con ropa tan liviana. No entiende: o los
romanos vivían todo el año así, en fresca desnudez mediterránea, o la estatuaria clásica, por algún
motivo, descuidó ese detalle elemental: cómo se abrigaba esa gente. Dado que un emperador con
campera no es creíble, no encuentra la solución al problema. Está convencido de que lo mejor será
emigrar al hemisferio norte apenas lleguen los fríos de abril.
Pero no solo. Con ella.
Ella es el punto donde todos los días instala la mirada, algo que hace mucho dejó de ser
casual para convertirse en desesperación: una Venus pensativa de auténtico mármol de Carrara,
emplazada a quince metros del lugar que Claudio eligió para mostrarse. Está allí desde que se
inauguró el parque, cuando un miembro sobresaliente de la colectividad italiana la mandó a traer
por barco desde Génova.
El primer día Claudio apenas reparó en la estatua, el segundo la miró hasta que le quedó
una muesca en la retina, el tercero estaba enamorado como un caballo.
Ocurre que es perfecta. El hollín y los caños de escape, que tiñeron de negro hasta los
cisnes del lago, no la rozaron. Un milagro. Los artistas del graffiti la respetaron como a una
hermanita virgen, nadie se atrevió a escribirla. Está descalza, mal cubierta por una túnica, lleva el
pelo recogida sobre la nuca, la cara descansa sobre la mano izquierda con naturalidad, los ojos se
50
pierden en una línea que casi roza a Claudio, la mirada pasa a diez centímetros de su oreja y se la
entibia. Como tiene una media sonrisa maliciosa, improbable en alguien que piensa, él no cree que
esté pensando, cree que tiene mimos, de él.
Está muerto por la Venus, muerto y medio. Es el blanco absoluto de sus pensamientos, su
monomanía, su eclipse, su neblina, la activadora de todos sus planes, de todas las fantasías
temerarias que fue amontonando a lo largo de días y días de rigor inmóvil, y a razón de una
fantasía cada tres segundos, evidentemente son muchas. Ninguna persona sensata dudaría que
esos dos, al menos por fuera, hacen juego. Él no duda de que los dos se pertenecen.
Fin de la jornada para Claudio. La recaudación fue escasa, pero hoy eso no le importa, hoy
es el día, sábado de gloria.
Salta de su pedestal, recorre silbando los quince metros que lo separan del pedestal de la
Venus, se inclina, deja caer una moneda y espera.

Sobre la autora:
Ema Wolf nació en Carapachay, Buenos Aires en 1948. Es licenciada en Letras Modernas y
trabajó en medios periodísticos. Se ha destacado por ser una de las escritoras de
literatura infantil más reconocidas de la Argentina.
Publicó su primer libro en 1984. Obtuvo, entre otros, los premios Konex, Nacional
de Literatura Infantil, Banco del Libro.

 Taller de escritura:

LA DESCRIPCIÓN QUE FALTA


En algunas narraciones los autores prefieren no describir mucho a sus personajes, así los lectores
pueden imaginárselos como prefieran. Esto pasa con el siguiente cuento de Galeano. Gracias a las acciones
de la protagonista, podemos tener una idea clara de cómo es el personaje aunque el escritor no la describa
con mucho detalle.
Te proponemos que redactes una descripción de la mujer que aparece en el siguiente relato que
pueda intercalarse en el texto. 51
Celebración de la amistad/2
Juan Gelman me contó que una señora se había batido a paraguazos, en una avenida de
París, contra toda una brigada de obreros municipales. Los obreros estaban cazando
palomas cuando ella emergió de un increíble Ford a bigotes, un coche de museo, de
aquellos que arrancaban a manivela; y blandiendo su paraguas, se lanzó al ataque.
A mandobles se abrió paso, y su paraguas justiciero rompió las redes donde las palomas
habían sido atrapadas. Entonces, mientras las palomas huían en blanco alboroto, la señora
la emprendió a paraguazos contra los obreros.
Los obreros no atinaron más que a protegerse, como pudieron, con los brazos, y
balbuceaban protestas que ella no oía: más respeto, señora, haga el favor, estamos
trabajando, son órdenes superiores, señora, por qué no le pega al alcalde, cálmese,
señora, qué bicho la picó, se ha vuelto loca esta mujer...
Cuando a la indignada señora se le cansó el brazo, y se apoyó en una pared para tomar
aliento, los obreros exigieron una explicación.
Después de un largo silencio, ella dijo:
—Mi hijo murió.
Los obreros dijeron que lo lamentaban mucho, pero que ellos no tenían la culpa. También
dijeron que esa mañana había mucho que hacer, usted comprenda...
—Mi hijo murió —repitió ella.
Y los obreros: que sí, que sí, pero que ellos se estaban ganando el pan, que hay millones
de palomas sueltas por todo París, que las jodidas palomas son la ruina de esta ciudad…
—Cretinos —los fulminó la señora.
Y lejos de los obreros, lejos de todo, dijo:
—Mi hijo murió y se convirtió en paloma.
Los obreros callaron y estuvieron un largo rato pensando. Y por fin, señalando a las
palomas que andaban por los cielos y los tejados y las aceras, propusieron:
—Señora: ¿por qué no se lleva a su hijo y nos deja trabajar en paz?
Ella se enderezó el sombrero :
—¡Ah, no! ¡Eso sí que no!
Miró a través de los obreros, como si fueran de vidrio, y muy serenamente dijo:
—Yo no sé cuál de las palomas es mi hijo. Y si supiera, tampoco me lo llevaría. Porque,
¿qué derecho tengo yo a separarlo de sus amigos?
Eduardo Galeano - El libro de los abrazos
 Si no se te ocurre nada, te ayudamos con algunas preguntas: ¿Cómo se llama?
¿Cómo está vestida? ¿Cómo es su sombrero? ¿Qué edad tiene? ¿Cómo es
físicamente? ¿Cuál es la expresión de su cara al bajar del auto? ¿Tiene alguna
característica o rasgo particular? ¿Dónde vive?¿A qué se dedica? No hace falta que
contestes todas las preguntas.

52
 CUENTOS POLICIALES
Se caracterizan por presentar un enigma (un asesinato, un robo) que se resuelve gracias a
las deducciones de un detective o policía. Como el autor del delito o crimen y las causas del hecho
se desconocen, el lector y los personajes van a ir descubriendo el enigma juntos. Es importante
que el hecho se resuelva verosímil y racionalmente.
Para resolver el misterio, el detective podrá valerse de los indicios o pistas que haya
dejado el delincuente. Los mismos pueden estar en el lugar de los hechos o en los testimonios o
actitudes de los personajes; con todos los datos obtenidos se llega a la resolución del caso.
En este tipo de cuento siempre aparece uno o varios sospechosos. El investigador se basará en el
método inductivo-deductivo para construir hipótesis preliminares, recolectará pistas, entrevistará
a testigos y sospechosos, analizará pruebas hasta dar con el verdadero culpable y los motivos que
le llevaron a cometer el crimen.
Se suele decir que estos cuentos comienzan por el final y es éste el que desencadena el
mismo relato.

***Propuesta de lectura***

El Crimen casi perfecto


Por Roberto Arlt
La coartada de los tres hermanos de la suicida fue verificada. Ellos no habían mentido. El
mayor, Juan, permaneció desde las cinco de la tarde hasta las doce de la noche (la señora Stevens
se suicidó entre siete y diez de la noche) detenido en una comisaría por su participación
imprudente en una accidente de tránsito. El segundo hermano, Esteban, se encontraba en el
pueblo de Lister desde las seis de la tarde de aquel día hasta las nueve del siguiente, y, en cuanto
al tercero, el doctor Pablo, no se había apartado ni un momento del laboratorio de análisis de
leche de la Erpa Cía., donde estaba adjunto a la sección de dosificación de mantecas en las cremas.
53
Lo más curioso de caso es que aquel día los tres hermanos almorzaron con la suicida para
festejar su cumpleaños, y ella, a su vez, en ningún momento dejó de traslucir su intención funesta.
Comieron todos alegremente; luego, a las dos de la tarde, los hombres se retiraron.
Sus declaraciones coincidían en un todo con las de la antigua doméstica que servía hacía
muchos años a la señora Stevens. Esta mujer, que dormía afuera del departamento, a las siete de
la tarde se retiró a su casa. La última orden que recibió de la señora Stevens fue que le enviara por
el portero un diario de la tarde. La criada se marchó; a las siete y diez el portero le entregó a la
señora Stevens el diario pedido y el proceso de acción que ésta siguió antes de matarse se
presume lógicamente así: la propietaria revisó las adiciones en las libretas donde llevaba anotadas
las entradas y salidas de su contabilidad doméstica, porque las libretas se encontraban sobre la
mesa del comedor con algunos gastos del día subrayados; luego se sirvió un vaso de agua con
whisky, y en esta mezcla arrojó aproximadamente medio gramo de cianuro de potasio. A
continuación se puso a leer el diario, bebió el veneno, y al sentirse morir trató de ponerse de pie y
cayó sobre la alfombra. El periódico fue hallado entre sus dedos tremendamente contraídos.
Tal era la primera hipótesis que se desprendía del conjunto de cosas ordenadas
pacíficamente en el interior del departamento pero, como se puede apreciar, este proceso de
suicidio está cargado de absurdos psicológicos. Ninguno de los funcionarios que intervinimos en la
investigación podíamos aceptar congruentemente que la señora Stevens se hubiese suicidado. Sin
embargo, únicamente la Stevens podía haber echado el cianuro en el vaso. El whisky no contenía
veneno. El agua que se agregó al whisky también era pura. Podía presumirse que el veneno había
sido depositado en el fondo o las paredes de la copa, pero el vaso utilizado por la suicida había
sido retirado de un anaquel donde se hallaba una docena de vasos del mismo estilo; de manera
que el presunto asesino no podía saber se la Stevens iba a utilizar éste o aquél. La oficina policial
de química nos informó que ninguno de los vasos contenía veneno adherido a sus paredes.
El asunto no era fácil. Las primeras pruebas, pruebas mecánicas como las llamaba yo, nos
inclinaban a aceptar que la viuda se había quitado la vida por su propia mano, pero la evidencia de
que ella estaba distraída leyendo un periódico cuando la sorprendió la muerte transformaba en
disparatada la prueba mecánica del suicidio.
Tal era la situación técnica del caso cuando yo fui designado por mis superiores para
continuar ocupándome de él. En cuanto a los informes de nuestro gabinete de análisis, no cabía
dudas. Únicamente en el vaso, donde la señora Stevens había bebido, se encontraba veneno. El
agua y el whisky de las botellas eran completamente inofensivos. Por otra parte, la declaración del
portero era terminante; nadie había visitado a la señora Stevens después que él le alcanzó el
periódico; de manera que si yo, después de algunas investigaciones superficiales, hubiera cerrado
el sumario informando de un suicidio comprobado, mis superiores no hubiesen podido objetar
palabra. Sin embargo, para mí cerrar el sumario significaba confesarme fracasado. La señora
Stevens había sido asesinada, y había un indicio que lo comprobaba:¿ dónde se hallaba el envase
que contenía el veneno antes de que ella lo arrojara en su bebida?
Por más que nosotros revisáramos el departamento, no nos fue posible descubrir la caja,
el sobre o el frasco que contuvo el tóxico. Aquel indicio resultaba extraordinariamente sugestivo.
Además había otro: los hermanos de la muerta eran tres bribones.
54
Los tres, en menos de diez años, habían despilfarrado los bienes que heredaron de sus
padres. Actualmente sus medios de vida no eran del todo satisfactorios.
Juan trabajaba como ayudante de un procurador especializado en divorcios. Su conducta
resultó más de una vez sospechosa y lindante con la presunción de un chantaje. Esteban era
corredor de seguros y había asegurado a su hermana en una gruesa suma a su favor,; en cuanto a
Pablo, trabajaba de veterinario , pero estaba descalificado por la Justicia e inhabilitado para
ejercer su profesión, convicto de haber dopado caballos. Para no morirse de hambre ingresó en la
industria lechera, se ocupaba de los análisis.
Tales eran los hermanos de la señora Stevens. En cuanto a ésta, había enviudado tres
veces. El día del “suicidio” cumplió 68 años; pero era una mujer extraordinariamente conservada,
gruesa, robusta, enérgica, con el cabello totalmente renegrido. Podía aspirar a casarse una cuarta
vez y manejaba su casa alegremente y con puño duro. Aficionada a los placeres de la mesa, su
despensa estaba provista de vinos y comestibles, y no cabe duda de que sin aquel “accidente” la
viuda hubiera vivido cien años. Suponer que una mujer de ese carácter era capaz de suicidarse, es
desconocer la naturaleza humana. Su muerte beneficiaba a cada uno de los tres hermanos con
doscientos treinta mil pesos.
La criada de la muerta era una mujer casi estúpida, y utilizada por aquélla en las labores
groseras de la casa. Ahora estaba prácticamente aterrorizada al verse engranada en un
procedimiento judicial.
El cadáver fue descubierto por el portero y la sirvienta a las siete de la mañana, hora en
que ésta, no pudiendo abrir la puerta porque las hojas estaban aseguradas por dentro con cadenas
de acero, llamó en su auxilio al encargado de la casa. A las once de la mañana, como creo haber
dicho anteriormente, estaban en nuestro poder los informes del laboratorio de análisis, a las tres
de la tarde abandonaba yo la habitación que quedaba detenida la sirvienta, con una idea
brincando en el magín: ¿y si alguien había entrado en el departamento de la viuda rompiendo un
vidrio de la ventana y colocando otro después que volcó el veneno en el vaso? Era una fantasía de
novela policial,. pero convenía verificar la hipótesis.
Salí decepcionado del departamento. Mi conjetura era absolutamente disparatada : la
masilla solidificada no revelaba mudanza alguna.
Eché a caminar sin prisa. El “suicidio” de la señora Stevens me preocupaba (diré una
enormidad) no policialmente, sino deportivamente. Yo estaba en presencia de un asesino
sagacísimo, posiblemente uno de los tres hermanos que había utilizado un recurso simple y
complicado, pero imposible de presumir en la nitidez de aquel vacío.

Absorbido en mis cavilaciones, entré en un café, y tan identificado estaba en mis conjeturas, que
yo. que nunca bebo bebidas alcohólicas, automáticamente pedí un whisky. ¿Cuánto tiempo
permaneció el whisky servido frente a mis ojos? No lo sé; pero de pronto mis ojos vieron el vaso
de whisky, la garrafa de agua y un plato con trozos de hielo. Atónito quedé mirando el conjunto
aquel. De pronto una idea alumbró mi curiosidad, llamé al camarero, le pagué la bebida que no
había tomado, subí apresuradamente a un automóvil y me dirigí a la casa de la sirvienta. Una
hipótesis daba grandes saltos en mi cerebro. Entré en la habitación donde estaba detenida, me
senté frente a ella y le dije: 55
- Míreme bien y fíjese en lo que me va a contestar: la señora Stevens, ¿tomaba el whisky con hielo
o sin hielo?
-Con hielo, señor.
-¿Dónde compraba el hielo?
- No lo compraba , señor. En casa había una heladera pequeña que lo fabricaba en pancitos. - Y la
criada casi iluminada prosiguió, a pesar de su estupidez.-
.-Ahora que me acuerdo, la heladera, hasta ayer, que vino el señor Pablo, estaba descompuesta. Él
se encargó de arreglarla en un momento.
Una hora después nos encontrábamos en el departamento de la suicida el químico de
nuestra oficina de análisis, el técnico retiró el agua que se encontraba en el depósito congelador
de la heladera y varios pancitos de hielo. El químico inició la operación destinada a revelar la
presencia del tóxico, y a los pocos minutos pudo manifestarnos:
- El agua está envenenada y los panes de este hielo están fabricados con agua envenenada.
Nos miramos jubilosamente. El misterio estaba desentrañado.
Ahora era un juego reconstruir el crimen. El doctor Pablo, al reparar el fusible de la
heladera (defecto que localizó el técnico) arrojó en el depósito congelador una cantidad de
cianuro disuelto. Después, ignorante de lo que aguardaba, la señora Stevens preparó un whisky;
del depósito retiró un pancito de hielo (lo cual explicaba que el palto con hielo disuelto se
encontrara sobre la mesa), el cual, al desleírse en el alcohol, lo envenenó poderosamente debido a
su alta concentración. Sin imaginarse que la muerte la aguardaba en su vicio, la señora Stevens se
puso a leer el periódico, hasta que juzgando el whisky suficientemente enfriado, bebió un sorbo.
Los efectos no se hicieron esperar.
No quedaba sino ir en busca del veterinario. Inútilmente lo aguardamos en su casa.
Ignoraban dónde se encontraba. Del laboratorio donde trabajaba nos informaron que llegaría a las
diez de la noche.
A las once, yo, mi superior y el juez nos presentamos en el laboratorio de la Erpa. El doctor
Pablo, en cuanto nos vio comparecer en grupo, levantó el brazo como si quisiera anatemizar
nuestras investigaciones, abrió la boca y se desplomó inerte junto a la mesa de mármol. Lo había
muerto de un síncope. En su armario se encontraba un frasco de veneno. Fue el asesino más
ingenioso que conocí.

Sobre el autor:
Roberto Godofredo Christophersen Arlt nació en Buenos Aires el 2 de abril de 1900. Era hijo de
Karl Arlt y Ekatherine Iostraibitzer. Su infancia transcurrió en el barrio porteño de Flores. Además
de escritor, fue un notable periodista. Sus “Aguafuertes porteñas”, son una muestra de ello. En
sus relatos se describe de modo descarnado e intenso las bajezas y grandezas de personajes
inmersos en ambientes indolentes. Murió el 26 de julio de 1942 en Buenos Aires, a causa de un
infarto.

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El fantasma de Canterville de Oscar Wilde
Datos biográficos del autor: Oscar Fingal O´
Flahertie Wills Wilde –conocido sólo como
Oscar Wilde- nació en Dublín, Irlanda, en
1854. Su padre era médico y su madre era
una poetisa rebelde que publicó su obra con
un pseudónimo masculino.
La familia Wilde acostumbraba a
celebrar en su casa reuniones o tertulias
culturales, donde el joven Oscar vio
estimulada su inclinación por el arte y la
literatura. Fue un estudiante destacado, ya
que consiguió altas calificaciones, premios y
reconocimientos en las destacadas escuelas
e instituciones donde se formó. En este
ámbito comenzó a desarrollarse su espíritu
cáustico y mordaz que vemos en sus obras.

Wilde fue un ejemplo de la unión entre la sensibilidad poética y el dandismo. Le gustaba


transgredir todas las reglas por eso lo demostraba con una extravagante apariencia exterior: vestía
trajes de colores o estampados insólitos – trajes rosas o a grandes cuadros-, llevaba el cabello
largo, un lirio; además usaba una gardenia o un girasol en el ojal como “toque de distinción”. Su
excentricidad y su audaz ironía llamaban ahora la atención en Londres, donde era conocido por su
“arte” en la conversación en reuniones literarias, políticas o simplemente frívolas.
En 1881 publicó su primer libro de poesía. Más tarde viajó por Estados Unidos donde
ofreció una serie de conferencias. Cuando volvió a Inglaterra se casó con Constance Mary Lloyd
con quien tuvo dos hijos para quienes escribió una serie de cuentos infantiles, entre los que
podemos mencionar “El príncipe feliz” o “El gigante egoísta”.
Oscar Wilde tiene una vasta obra literaria que cuenta con poesía, ensayos, cuentos,
novelas y obras de teatro. En muchas de ellas cuestionó a la sociedad de su época y esto irritó a la
clase conservadora ya que el escritor puso en tela de juicio los privilegios sociales de los que
gozaba. También criticó con su tono irónico y sarcástico la hipocresía de la sociedad victoriana que
se fijaba sólo en las apariencias y reprimía los impulsos o deseos de los ciudadanos. Sus obras
tuvieron adhesiones y rechazos ya que todos admiraban su evidente talento a la hora de escribir
pero la gente de la clase alta no le disculpaba sus mordaces observaciones.
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Entre sus obras más importantes podemos mencionar:
El abanico de Lady Windermere (1891)
El fantasma de Canterville (1887)
El retrato de Dorian Gray (1891)
La importancia de llamarse Ernesto (1893)
Salomé (1892)
El príncipe feliz y otros cuentos (1891)
El crimen de Lord Arthur Saville (1887)

Oscar Wilde
Aunque estaba felizmente casado, Wilde mantenía relaciones homosexuales en secreto. El
conflicto estalló cuando conoció al tercer hijo del marqués de Queensberry, con quien tuvo una
relación apasionada y tormentosa. Casi esclavo de la voluntad del joven, la vida de Wilde cayó en
un irrefrenable y autodestructivo camino que lo llevó al escándalo público y la ruptura con su
esposa Constance. Cuando se encontraba en la cima de su carrera, el padre de Alfred sospechaba
–el joven marqués de Queensberry- sospechaba que su hijo mantenía un romance con el escritor y
acusó a Wilde públicamente por que Oscar debió enfrentar dos juicios. El jurado decidió que había
violentado la moral pública y acabó siendo condenado y confinado a trabajos forzados durante dos
años en la cárcel de Reading. La prensa, la aristocracia, el mundo teatral y literario no fueron
solidarios con él. Se cobraron las críticas y sarcasmos que Wilde que Wilde manifestó en sus obras
contra ellos y no lo apoyaron.
La humillación pública y los padecimientos en la cárcel fueron destructivos para él.
Además tras el encarcelamiento de Wilde, Constance cambió su apellido y el de sus hijos a Holland
para desvincularse del escándalo; aunque nunca se divorció de Wilde, quien también fue obligado a
renunciar a la patria potestad de sus hijos. Oscar no volvió a ver a sus hijos y Constance murió agobiada
por la pobreza y la enfermedad.
Después de salir de la cárcel, Wilde intentó comenzar una nueva vida lejos de Inglaterra. Pero
salud estaba muy deteriorada por las penurias sufridas en la cárcel. Intentó continuar su relación con
Alfred pero éste lo abandonó en Italia. Terminó muriendo pobre, solo y olvidado en un hotel de mala
muerte en París en el año 1900. Poco antes había dicho: “Siento que no llegaré al fin de siglo. Los
ingleses no lo soportarían.”

El fantasma de Canterville:
Oscar Wilde no escribió la típica historia de fantasmas. Como rebelde e inconformista de
su época elige, tanto para su profesión de escritor como para vida personal, la ironía.
La ironía es ese tipo de burla o chiste disfrazado de lenguaje formal; en las manos de
Wilde, se convierte en una espada que se clava en las entrañas de la sociedad inglesa. ¿De qué se
burla Wilde en esta obra? De la tendencia supersticiosa de los ingleses a creer en historias de
fantasmas. También de lo anticuados y tradicionalistas que pueden llegar a ser.
Pero no sólo se burla de los ingleses. En la historia aparece una familia de estadounidenses
– a quienes el fantasma trata de advenedizos- que compra el castillo. Como veremos al empezar a
leer la novela, la ironía aparece desde el principio. 58
Al ser advertido por lord Canterville de que en la propiedad hay un fantasma, el señor Otis
le responde: “(…) me quedaré con los muebles y con el fantasma bajo inventario”. Con esta
respuesta no intenta decir que quiere comprar una “presencia sobrenatural” sino que
simplemente no cree en ella. Como vemos entonces, la ironía es una broma elegante que afirma lo
que en realidad pretende negar. Es una burla velada.
Se verá a lo largo de la narración que la ironía aparece casi siempre en boca de la familia
Otis, compuesta por seis personajes norteamericanos que sintetizan la crítica de Oscar Wilde al
imperio británico de fin de siglo. Pero también muestra a estos estadounidenses como demasiado
pragmáticos y materialistas. Esto se sintetiza en la siguiente intervención del señor Otis:
“Provengo de un país moderno donde poseemos todo cuanto puede comprarse con dinero…Creo
que si existiese un fantasma en Europa, pronto se encontraría en uno de nuestros museos
públicos, o lo exhibirían en cualquier espectáculo de feria.”
Así como los ingleses son para Wilde demasiado supersticiosos, anticuados,
tradicionalistas y conservadores; los estadounidenses son demasiado modernos, materialistas,
prácticos, escépticos (o incrédulos) y hasta oportunistas.
A partir de un viaje que el escritor hizo a los Estados Unidos para dictar una serie de
conferencias, consideró que los americanos eran ignorantes y poco refinados, tenían un pésimo
gusto y carecían de una historia o tradición que los legitimara. Por supuesto nunca se cuidó de
ocultar esta apreciación por lo que la divulgó cada vez que tuvo oportunidad.
Los personajes de El fantasma de Canterville encarnan esa polaridad que Oscar Wilde
quiso mostrar en sus obras. Por un lado, la Inglaterra de fines del siglo XIX, gobernada por la reina
Victoria (que dio el nombre a este período: el victoriano) de gran orden, rigidez, prejuicio y
organización. Las tradiciones y las costumbres del pueblo inglés empiezan a ser cuestionadas en
ese entonces porque el mundo estaba cambiando de manera acelerada. Por otro lado, está
Estados Unidos en pleno auge de adelantos y crecimiento. Sus habitantes profesan la “fe del sueño
americano”. Creen en el trabajo, la ciencia y la tecnología. Se sienten poderosos y se muestran,
bastante seguido, ignorantes de costumbres ajenas a su cultura.
Wilde comulga con la postura inglesa, pero usa la cosmovisión americana para reírse de
sus compatriotas.

¿Historia de terror o parodia del género?


La novela de Wilde es indudablemente un relato fantástico. En un ambiente normal y
cotidiano del siglo XIX irrumpe un elemento sobrenatural: no hay dudas de que la mansión está
habitada por un fantasma. Sin embargo podemos dudar de que la obra pertenezca al género de
terror ya que la intención de Wilde no es causar miedo o temor a los lectores sino presentar una
crítica social entretenida sobre varios aspectos de su época. Incluso intenta provocar la risa, para
ello recurre a la parodia.
La parodia es la imitación con intención irónica, humorística o burlesca de una obra
estética o un género. El texto original se trasforma o se distorsiona, para dar lugar a un nuevo
texto, cuyas características no coinciden en su totalidad con las del original.
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Para apreciar el texto paródico, es conveniente conocer el texto parodiado. Se pueden
imitar o parodiar diferentes aspectos de una obra: el lenguaje, las características del género, el
personaje, el tema.
Wilde imita burlonamente los elementos propios de un género literario muy popular en
Inglaterra durante el siglo XIX: la novela gótica. Estas obras nos introducen en un mundo oscuro y
siniestro, donde abundan los fantasmas, los castillos, los muertos que vuelven de la tumba, las
amas de llave amenazadoras. Pensemos en novelas como Frankenstein de Mary Shelley, Cumbres
borrascosas de Emily Brontë, “La caída de la casa de Usher” de Edgar Allan Poe o Drácula de Bram
Stoker. En estas obras aparecen elementos propios del género de terror:
 Sus hechos fantásticos o sobrenaturales (por ejemplo, la aparición de un fantasma)
pueden producir, inquietud, miedo o terror en los personajes y el lector.
 La literatura de terror trabaja a partir de los temores y supersticiones más antiguas del
hombre, como el miedo a lo desconocido, la vida después de la muerte, la existencia de
fuerzas malignas que están más allá de lo humano.
 El ambiente en estos relatos es oscuro, siniestro o aterrador. Para producir suspenso,
cuando las apariciones sobrenaturales o demoníacas están por manifestarse, suele
arruinarse el clima, llega la noche o la oscuridad o hay tormentas.
 El ser sobrenatural o siniestro atormenta o asusta a los personajes principales.

El fantasma de Canterville ¿Cuento largo o novela corta?


Esta obra puede caracterizarse como novela corta, es decir, participa de alguna de las
particularidades del cuento, como la simplicidad de la línea argumental y la brevedad; pero
adquiere algunos elementos propios de la novela, como la separación en capítulos, las
descripciones más detalladas, historias secundarias unidas al conflicto principal, la abundancia de
diálogos, la aparición de varios personajes secundarios junto a los protagonistas.
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Te proponemos a continuación, leer la novela de Oscar Wilde:

Capítulo 1
Cuando el señor Hiram B. Otis, el ministro de Estados Unidos, compró Canterville-Chase,
todo el mundo le dijo que cometía una gran necedad, porque la finca estaba embrujada.
Hasta el mismo lord Canterville, como hombre de la más escrupulosa honradez, se creyó
en el deber de participárselo al señor Otis cuando llegaron a discutir las condiciones.
-Nosotros mismos -dijo lord Canterville- nos hemos resistido en absoluto a vivir en ese
sitio desde la época en que mi tía abuela, la duquesa de Bolton, tuvo un desmayo, del que nunca
se repuso por completo, motivado por el espanto que experimentó al sentir que dos manos de
esqueleto se posaban sobre sus hombros, estando vistiéndose para cenar. Me creo en el deber de
decirle, señor Otis, que el fantasma ha sido visto por varios miembros de mi familia, que viven
actualmente, así como por el rector de la parroquia, el reverendo Augusto Dampier, agregado de
la Universidad de Oxford. Después del trágico accidente ocurrido a la duquesa, ninguna de las
doncellas quiso quedarse en casa, y lady Canterville no pudo ya conciliar el sueño, a causa de los
ruidos misteriosos que llegaban del corredor y de la biblioteca.
-Señor -respondió el ministro-, adquiriré el inmueble y el fantasma, bajo inventario. Llego
de un país moderno, en el que podemos tener todo cuanto el dinero es capaz de proporcionar, y
esos mozos nuestros, jóvenes y avispados, que recorren de parte a parte el viejo continente, que
se llevan los mejores actores de ustedes, y sus mejores prima donnas, estoy seguro de que si
queda todavía un verdadero fantasma en Europa vendrán a buscarlo enseguida para colocarlo en
uno de nuestros museos públicos o para pasearlo por los caminos como un fenómeno.
-El fantasma existe, me lo temo -dijo lord Canterville, sonriendo-, aunque quizá se resiste a
las ofertas de los intrépidos empresarios de ustedes. Hace más de tres siglos que se le conoce.
Data, con precisión, de mil quinientos setenta y cuatro, y no deja de mostrarse nunca cuando está
a punto de ocurrir alguna defunción en la familia.
-¡Bah! Los médicos de cabecera hacen lo mismo, lord Canterville. Amigo mío, un fantasma
no puede existir, y no creo que las leyes de la Naturaleza admitan excepciones en favor de la
aristocracia inglesa.
-Realmente son ustedes muy naturales en América -dijo lord Canterville, que no acababa
de comprender la última observación del señor Otis-. Ahora bien: si le gusta a usted tener un
fantasma en casa, mejor que mejor. Acuérdese únicamente de que yo lo previne. 61
Algunas semanas después se cerró el trato, y a fines de estación el ministro y su familia
emprendieron el viaje a Canterville.
La señora Otis, que con el nombre de miss Lucrecia R. Tappan, de la calle West, 52, había
sido una ilustre "beldad" de Nueva York, era todavía una mujer guapísima, de edad regular, con
unos ojos hermosos y un perfil soberbio. Muchas damas norteamericanas, cuando abandonan su
país natal, adoptan aires de persona atacada de una enfermedad crónica, y se figuran que eso es
uno de los sellos de distinción de Europa; pero la señora Otis no cayó nunca en ese error. Tenía
una naturaleza magnífica y una abundancia extraordinaria de vitalidad. A decir verdad, era
completamente inglesa bajo muchos aspectos, y hubiese podido citársele en buena lid para
sostener la tesis de que lo tenemos todo en común con Estados Unidos hoy día, excepto la lengua,
como es de suponer.
Su hijo mayor, bautizado con el nombre de Washington por sus padres, en un momento
de patriotismo que él no cesaba de lamentar, era un muchacho rubio, de bastante buena figura,
que se había erigido en candidato a la diplomacia, dirigiendo un cotillón en el casino de Newport
durante tres temporadas seguidas, y aun en Londres pasaba por ser bailarín excepcional. Sus
únicas debilidades eran las gardenias y la patria; aparte de esto, era perfectamente sensato.
La señorita Virginia E. Otis era una muchachita de quince años, esbelta y graciosa como un
cervatillo, con un bonito aire de despreocupación en sus grandes ojos azules. Era una amazona
maravillosa, y sobre su caballito derrotó una vez en carreras al viejo lord Bilton, dando dos veces la
vuelta al parque, ganándole por caballo y medio, precisamente frente a la estatua de Aquiles, lo
cual provocó un entusiasmo tan delirante en el joven duque de Cheshire, que le propuso acto
continuo el matrimonio, y sus tutores tuvieron que expedirlo aquella misma noche a Elton, bañado
en lágrimas.
Después de Virginia venían dos gemelos, conocidos de ordinario con el nombre de
Estrellas y Bandas, porque se les encontraba siempre ostentándolas. Eran unos niños
encantadores, y, con el ministro, los únicos verdaderos republicanos de la familia.
Como Canterville-Chase está a siete millas de Ascot, la estación más próxima, el señor Otis
telegrafió que fueran a buscarlo en coche descubierto, y emprendieron la marcha en medio de la
mayor alegría.
Era una noche encantadora de julio, en que el aire estaba aromado de olor a pinos. De
cuando en cuando se oía una paloma arrullándose con su voz más dulce, o se entreveía, entre la
maraña y el fru-fru de los helechos, la pechuga de oro bruñido de algún faisán. Ligeras ardillas los
espiaban desde lo alto de las hayas a su paso; unos conejos corrían como exhalaciones a través de
los matorrales o sobre los collados herbosos, levantando su rabo blanco.
Sin embargo, no bien entraron en la avenida de Canterville-Chase, el cielo se cubrió
repentinamente de nubes. Un extraño silencio pareció invadir toda la atmósfera, una gran
bandada de cornejas cruzó calladamente por encima de sus cabezas, y antes de que llegasen a la
casa ya habían caído algunas gotas.
En los escalones se hallaba para recibirlos una vieja, pulcramente vestida de seda negra,
con cofia y delantal blancos. Era la señora Umney, el ama de gobierno que la señora Otis, a vivos
requerimientos de lady Canterville, accedió a conservar en su puesto.
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Hizo una profunda reverencia a la familia cuando echaron pie a tierra, y dijo, con un
singular acento de los buenos tiempos antiguos:
-Les doy la bienvenida a Canterville-Chase.
La siguieron, atravesando un hermoso hall de estilo Túdor, hasta la biblioteca, largo salón
espacioso que terminaba en un ancho ventanal acristalado.
Estaba preparado el té. Luego, una vez que se quitaron los trajes de viaje, se sentaron
todos y se pusieron a curiosear en torno suyo, mientras la señora Umney iba de un lado para el
otro.
De pronto, la mirada de la señora Otis cayó sobre una mancha de un rojo oscuro que había
sobre el pavimento, precisamente al lado de la chimenea y, sin darse cuenta de sus palabras, dijo a
la señora Umney:
-Veo que han vertido algo en ese sitio.
-Sí, señora -contestó la señora Umney en voz baja-. Ahí se ha vertido sangre.
-¡Es espantoso! -exclamó la señora Otis-. No quiero manchas de sangre en un salón. Es
preciso quitar eso inmediatamente.
La vieja sonrió, y con la misma voz baja y misteriosa respondió:
-Es sangre de lady Leonor de Canterville, que fue muerta en ese mismo sitio por su propio
marido, Simón de Canterville, en mil quinientos sesenta y cinco. Simón la sobrevivió nueve años,
desapareciendo de repente en circunstancias misteriosísimas. Su cuerpo no se encontró nunca,
pero su alma culpable sigue embrujando la casa. La mancha de sangre ha sido muy admirada por
los turistas y por otras personas, pero quitarla, imposible.
-Todo eso son tonterías -exclamó Washington Otis-. El detergente y quitamanchas marca
"Campeón Pinkerton" hará desaparecer eso en un abrir y cerrar de ojos.
Y antes de que el ama de gobierno, aterrada, pudiera intervenir, ya se había arrodillado y
frotaba vivamente el entarimado con una barrita de una sustancia parecida a un cosmético negro.
A los pocos instantes la mancha había desaparecido sin dejar rastro.
-Ya sabía yo que el "Campeón Pinkerton" la borraría -exclamó en tono triunfal, paseando
una mirada circular sobre su familia, llena de admiración.
Pero apenas había pronunciado esas palabras, cuando un relámpago formidable iluminó
la estancia sombría, y el retumbar del trueno levantó a todos, menos a la señora Umney, que se
desmayó.
-¡Qué clima más atroz! -dijo tranquilamente el ministro, encendiendo un largo cigarro-.
Creo que el país de los abuelos está tan lleno de gente, que no hay buen tiempo bastante para
todo el mundo. Siempre opiné que lo mejor que pueden hacer los ingleses es emigrar.
-Querido Hiram -replicó la señora Otis-, ¿qué podemos hacer con una mujer que se
desmaya?
-Descontaremos eso de su salario. Así no se volverá a desmayar.
En efecto, la señora Umney no tardó en volver en sí. Sin embargo, se veía que estaba
conmovida hondamente, y con voz solemne advirtió a la señora Otis que debía esperarse algún
disgusto en la casa.
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-Señores, he visto con mis propios ojos algunas cosas… que pondrían los pelos de punta a
cualquier cristiano. Y durante noches y noches no he podido pegar los ojos a causa de los hechos
terribles que pasaban.
A pesar de lo cual, el señor Otis y su esposa aseguraron vivamente a la buena mujer que
no tenían miedo ninguno de los fantasmas. La vieja ama de llaves, después de haber impetrado la
bendición de la Providencia sobre sus nuevos amos y de arreglárselas para que le aumentasen el
salario, se retiró a su habitación renqueando.

Capítulo 2
La tempestad se desencadenó durante toda la noche, pero no produjo nada
extraordinario. Al día siguiente, por la mañana, cuando bajaron a almorzar, encontraron de nuevo
la terrible mancha sobre el entarimado.
-No creo que tenga la culpa el "Limpiador sin rival" -dijo Washington-, pues lo he ensayado
sobre toda clase de manchas. Debe de ser cosa del fantasma.
En consecuencia, borró la mancha, después de frotar un poco. Al otro día, por la mañana,
había reaparecido. Y, sin embargo, la biblioteca había permanecido cerrada la noche anterior,
porque el señor Otis se había llevado la llave para arriba. Desde entonces, la familia empezó a
interesarse por aquello. El señor Otis se hallaba a punto de creer que había estado demasiado
dogmático negando la existencia de los fantasmas. La señora Otis expresó su intención de afiliarse
a la Sociedad Psíquica, y Washington preparó una larga carta a los señores Myers y Podmone,
basada en la persistencia de las manchas de sangre cuando provienen de un crimen. Aquella
noche disipó todas las dudas sobre la existencia objetiva de los fantasmas.
La familia había aprovechado la frescura de la tarde para dar un paseo en coche.
Regresaron a las nueve, tomando una ligera cena. La conversación no recayó ni un momento sobre
los fantasmas, de manera que faltaban hasta las condiciones más elementales de "espera" y de
"receptibilidad" que preceden tan a menudo a los fenómenos psíquicos. Los asuntos que
discutieron, por lo que luego he sabido por la señora Otis, fueron simplemente los habituales en la
conversación de los norteamericanos cultos que pertenecen a las clases elevadas, como, por
ejemplo, la inmensa superioridad de miss Janny Davenport sobre Sarah Bernhardt, como actriz; la
dificultad para encontrar maíz verde, galletas de trigo sarraceno, aun en las mejores casas
inglesas; la importancia de Boston en el desenvolvimiento del alma universal; las ventajas del
sistema que consiste en anotar los equipajes de los viajeros, y la dulzura del acento neoyorquino,
comparado con el dejo de Londres. No se trató para nada de lo sobrenatural, no se hizo ni la
menor alusión indirecta a Simón de Canterville.
A las once, la familia se retiró. A las doce y media estaban apagadas todas las luces. Poco
después, el señor Otis se despertó con un ruido singular en el corredor, fuera de su habitación.
Parecía un ruido de hierros viejos, y se acercaba cada vez más. Se levantó en el acto, encendió la
luz y miró la hora. Era la una en punto. El señor Otis estaba perfectamente tranquilo. Se tomó el
pulso y no lo encontró nada alterado. El ruido extraño continuaba, al mismo tiempo que se oía
claramente el sonar de unos pasos.
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El señor Otis se puso las zapatillas, tomó un frasquito alargado de su tocador y abrió la
puerta. Y vio frente a él, en el pálido claro de luna, a un viejo de aspecto terrible. Sus ojos parecían
carbones encendidos. Una larga cabellera gris caía en mechones revueltos sobre sus hombros. Sus
ropas, de corte anticuado, estaban manchadas y en jirones. De sus muñecas y de sus tobillos
colgaban unas pesadas cadenas y unos grilletes herrumbrosos.
-Mi distinguido señor -dijo el señor Otis-, permítame que le ruegue vivamente que se
engrase esas cadenas. Le he traído para ello una botella de "Engrasador Tammany-Sol-Levante".
Dicen que una sola untura es eficacísima, y en la etiqueta hay varios certificados de nuestros
agoreros nativos más ilustres, que dan fe de ello. Voy a dejársela aquí, al lado de las mecedoras, y
tendré un verdadero placer en proporcionarle más, si así lo desea.
Dicho lo cual el ministro de los Estados Unidos dejó el frasquito sobre una mesa de
mármol, cerró la puerta y se volvió a meter en la cama.
El fantasma de Canterville permaneció algunos minutos inmóvil, presa de natural
indignación. Después tiró, lleno de rabia, el frasquito contra el suelo encerado y huyó por el
corredor, lanzando gruñidos cavernosos y despidiendo una extraña luz verde. Sin embargo,
cuando llegaba a la gran escalera de roble, se abrió de repente una puerta. Aparecieron dos
siluetas infantiles, vestidas de blanco, y una voluminosa almohada le rozó la cabeza.
Evidentemente, no había tiempo que perder; así es que, utilizando como medio de fuga la cuarta
dimensión del espacio, se desvaneció a través del estuco, y la casa recobró su tranquilidad.
Llegado a un cuartito secreto del ala izquierda, se adosó a un rayo de luna para tomar
aliento, y se puso a reflexionar para darse cuenta de su situación. Jamás en toda su brillante
carrera, que duraba ya trescientos años seguidos, fue injuriado tan groseramente.
Se acordó de la duquesa viuda, en quien provocó una crisis de terror y cayó al suelo medio
muerta, mientras se miraba al espejo cubierta de brillantes y de encajes; de las cuatro doncellas a
quienes había enloquecido, produciéndoles convulsiones histéricas, sólo por lanzar una
escalofriante risa entre las cortinas de una de las habitaciones destinadas a invitados; del rector de
la parroquia, cuya vela apagó de un soplo cuando volvía el buen señor de la biblioteca a una hora
avanzada, y que desde entonces se convirtió en mártir de toda clase de alteraciones nerviosas; de
la vieja señora de Tremouillac, que, al despertarse a medianoche, lo vio sentado en un sillón, al
lado de la lumbre, en forma de esqueleto, entretenido en leer el diario que redactaba ella de su
vida, y que como resultado de la impresión tuvo que guardar cama durante seis meses, víctima de
un ataque cerebral. Una vez curada se reconcilió con la iglesia y rompió toda clase de relaciones
con el señalado escéptico monsieur de Voltaire.
Recordó igualmente la noche terrible en que el bribón de lord Canterville fue hallado
agonizante en su tocador, con una sota de espadas hundida en la garganta, viéndose obligado a
confesar que por medio de aquella carta había timado la suma de diez mil libras a Carlos Fos, en
casa de Grookford. Y juraba que aquella carta se la hizo tragar el fantasma. Todas sus grandes
hazañas le volvían a la mente. Vio desfilar al mayordomo que se levantó la tapa de los sesos por
haber visto una mano verde tamborilear sobre los cristales, y la bella lady Steefield, condenada a
llevar alrededor del cuello un collar de terciopelo negro para tapar la señal de cinco dedos,
impresos como un hierro candente sobre su blanca piel, y que terminó por ahogarse en el
estanque que había al extremo de la Avenida Real. 65
Y, lleno del entusiasmo ególatra del verdadero artista, pasó revista a sus creaciones más
célebres. Se dedicó una amarga sonrisa al evocar su última aparición en el papel de "Rubén el
Rojo", o "el Niño Estrangulado", su "debut" en el "Gibeón, el Vampiro flaco del páramo de Bexley",
y el furor que causó una tarde encantadora de junio sólo con jugar a los bolos con sus propios
huesos sobre el campo de hierba de "lawn-tennis".
¿Y todo para qué? ¡Para que unos miserables norteamericanos le ofreciesen el engrasador
marca "Sol-Levante" y le tirasen almohadas a la cabeza! Era realmente intolerable.
Además, la historia nos enseña que jamás fue tratado ningún fantasma de aquella manera.
Por consiguiente, llegó a la conclusión de que era preciso vengarse, y permaneció hasta el
amanecer en actitud de profunda meditación.

Capítulo 3
Cuando a la mañana siguiente el almuerzo reunió a la familia Otis, se discutió
extensamente acerca del fantasma. El ministro de los Estados Unidos estaba, como era natural, un
poco ofendido viendo que su ofrecimiento no había sido aceptado.
-No quisiera en modo alguno injuriar personalmente al fantasma -dijo -, y reconozco que,
dada la larga duración de su estancia en la casa, no era nada cortés tirarle una almohada a la
cabeza…
Siento tener que decir que esta observación tan justa provocó una explosión de risa en los
gemelos.
-Pero, por otro lado -prosiguió el señor Otis-, si se empeña, sin más ni más, en no hacer
uso del engrasador marca "Sol-Levante", nos veremos precisados a quitarle las cadenas. No habría
manera de dormir con todo ese ruido a la puerta de las alcobas.
Pero, sin embargo, en el resto de la semana no fueron molestados. Lo único que les llamó
la atención fue la reaparición continua de la mancha de sangre sobre el "parquet" de la biblioteca.
Era realmente muy extraño, tanto más cuanto que el señor Otis cerraba la puerta con llave por la
noche, igual que las ventanas.
Los cambios de color que sufría la mancha, comparables a los de un camaleón, produjeron
asimismo frecuentes comentarios en la familia. Una mañana era de un rojo oscuro, casi violáceo;
otras veces era bermellón; luego, de un púrpura espléndido, y un día, cuando bajaron a rezar,
según los ritos sencillos de la libre iglesia episcopal reformada de Norteamérica, la encontraron de
un hermoso verde esmeralda. Como era natural, estos cambios caleidoscópicos divirtieron
grandemente a la reunión y se hacían apuestas todas las noches con entera tranquilidad.
La única persona que no tomó parte en la broma fue la joven Virginia. Por razones
ignoradas, siempre parecía muy impresionada ante la mancha de sangre, y estuvo a punto de
llorar la mañana que apareció verde esmeralda.
El fantasma hizo su segunda aparición el domingo por la noche. Al poco tiempo de estar
todos ellos acostados, les alarmó un enorme estrépito que se oyó en el salón. Bajaron
apresuradamente, y se encontraron con que una armadura completa se había desprendido de su
soporte y caído sobre las losas. Cerca de allí, sentado en un sillón de alto respaldo, el fantasma de
Canterville se restregaba las rodillas, con una expresión de agudo dolor sobre su rostro.
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Los gemelos, que se habían provisto de sus hondas, le lanzaron inmediatamente dos
balines, con esa seguridad de puntería que sólo se adquiere a fuerza de largos y pacientes
ejercicios sobre el profesor de caligrafía. Mientras tanto, el ministro de los Estados Unidos
mantenía al fantasma bajo la amenaza de su revólver, y, conforme a la etiqueta californiana, lo
instaba a levantar los brazos.
El fantasma se alzó bruscamente, lanzando un grito de furor salvaje, y se disipó en medio
de ellos, como una niebla, apagando de paso la vela de Washington Otis y dejándolos a todos en la
mayor oscuridad.
Cuando llegó a lo alto de la escalera, una vez dueño de sí, se decidió a lanzar su célebre
repique de carcajadas satánicas, que en más de una ocasión le habían sido muy útiles. Contaba la
gente que aquello hizo encanecer en una sola noche el peluquín de lord Raker. Y que tres
sucesivas amas de gobierno renunciaron antes de terminar el primer mes en su cargo. Por
consiguiente, lanzó su carcajada más horrible, despertando paulatinamente los ecos en las
antiguas bóvedas; pero, apagados éstos, se abrió una puerta y apareció, vestida de azul claro, la
señora Otis.
-Me temo -dijo la dama- que esté usted no se encuentra bien, y aquí le traigo un frasco
del jarabe del doctor Dobell. Si se trata de una indigestión, esto le sentará bien.
El fantasma la miró con ojos furibundos y se creyó en el deber de metamorfosearse en un
gran perro negro. Era un truco que le había dado una reputación merecidísima, y al cual atribuía la
idiotez incurable del tío de lord Canterville, el honorable Tomás Horton.
Pero un ruido de pasos que se acercaban le hizo vacilar en su cruel determinación, y se
contentó con volverse un poco fosforescente. En seguida se desvaneció, después de lanzar un
gemido sepulcral, porque los gemelos iban a darle alcance.
Una vez en su habitación se sintió destrozado, presa de la agitación más violenta. La
ordinariez de los gemelos, el grosero materialismo de la señora Otis, todo aquello resultaba
realmente vejatorio; pero lo que más lo humillaba era no tener ya fuerzas para llevar una
armadura.
Contaba con hacer impresión aun en esos norteamericanos modernos, con hacerles
estremecer a la vista de un espectro acorazado, ya que no por motivos razonables, al menos por
deferencia hacia su poeta nacional Longfellow, cuyas poesías, delicadas y atrayentes, le habían
ayudado con frecuencia a matar el tiempo, mientras los Canterville estaban el Londres. Además,
era su propia armadura. La llevó con éxito en el torneo de Kenilworth, siendo felicitado
calurosamente por la Reina-Virgen en persona. Pero cuando quiso ponérsela quedó aplastado por
completo con el peso de la enorme coraza y del yelmo de acero. Y se desplomó pesadamente
sobre las losas de piedra, despellejándose las rodillas y contusionándose la muñeca derecha.
Durante varios días estuvo malísimo y no pudo salir de su morada más que lo necesario
para mantener en buen estado la mancha de sangre. No obstante lo cual, a fuerza de cuidados
acabó por restablecerse y decidió hacer una tercera tentativa para aterrorizar al ministro de los
Estados Unidos y a su familia.
67
Eligió para su reaparición en escena el viernes 17 de agosto, consagrando gran parte del
día a pasar revista a sus trajes. Su elección recayó al fin en un sombrero de ala levantada por un
lado y caída del otro, con una pluma roja; en un sudario deshilachado por las mangas y el cuello y,
por último, en un puñal mohoso.
Al atardecer estalló una gran tormenta. El viento era tan fuerte que sacudía y cerraba
violentamente las puertas y ventanas de la vetusta casa. Realmente aquél era el tiempo él
adoraba.
He aquí lo que pensaba hacer: Iría sigilosamente a la habitación de Washington Otis, le
musitaría unas frases ininteligibles, quedándose al pie de la cama, y le hundiría tres veces seguidas
el puñal en la garganta, a los sones de una música apagada. Odiaba sobre todo a Washington,
porque sabía perfectamente que era él quien acostumbraba quitar la famosa mancha de sangre de
Canterville, empleando el "limpiador incomparable de Pinkerton".
Después de reducir al temerario y despreocupado joven, entraría en la habitación que
ocupaba el ministro de los Estados Unidos y su mujer. Una vez allí, colocaría una mano viscosa
sobre la frente de la señora Otis, y al mismo tiempo murmuraría, con voz sorda, al oído del
ministro tembloroso, los secretos terribles del osario.
En cuanto a la pequeña Virginia, aún no tenía decidido nada. No lo había insultado nunca.
Era bonita y cariñosa. Unos cuantos gruñidos sordos, que saliesen del armario, le parecían más
que suficientes, y si no bastaban para despertarla, llegaría hasta tirarla de la puntita de la nariz con
sus dedos rígidos por la parálisis.
A los gemelos estaba resuelto a darles una lección: lo primero que haría sería sentarse
sobre sus pechos, con el objeto de producirles la sensación de pesadilla. Luego, aprovechando que
sus camas estaban muy juntas, se alzaría en el espacio libre entre ellas, con el aspecto de un
cadáver verde y frío como el hielo, hasta que se quedaran paralizados de terror. En seguida,
tirando bruscamente su sudario, daría la vuelta al dormitorio en cuatro patas, como un esqueleto
blanqueado por el tiempo, moviendo los ojos de sus órbitas, en su creación de "Daniel el Mudo, o
el esqueleto del suicida", papel en el cual hizo un gran efecto en varias ocasiones. Creía estar tan
bien en éste como en su otro papel de "Martín el Demente o el misterio enmascarado".
A las diez y media oyó subir a la familia a acostarse. Durante algunos instantes lo
inquietaron las tumultuosas carcajadas de los gemelos, que se divertían evidentemente, con su
loca alegría de colegiales, antes de meterse en la cama. Pero a las once y cuarto todo quedó
nuevamente en silencio, y cuando sonaron las doce se puso en camino.
La lechuza chocaba contra los cristales de la ventana. El cuervo crascitaba en el hueco de
un tejo centenario y el viento gemía vagando alrededor de la casa, como un alma en pena; pero la
familia Otis dormía, sin sospechar la suerte que le esperaba. Oía con toda claridad los ronquidos
regulares del ministro de los Estados Unidos, que dominaban el ruido de la lluvia y de la tormenta.
Se deslizó furtivamente a través del estuco. Una sonrisa perversa se dibujaba sobre su
boca cruel y arrugada, y la luna escondió su rostro tras una nube cuando pasó delante de la gran
ventana ojival, sobre la que estaban representadas, en azul y oro, sus propias armas y las de su
esposa asesinada. Seguía andando siempre, deslizándose como una sombra funesta, que parecía
hacer retroceder de espanto a las mismas tinieblas en su camino.
68
En un momento dado le pareció oír que alguien lo llamaba: se detuvo, pero era tan sólo un
perro, que ladraba en la Granja Roja. Prosiguió su marcha, refunfuñando extraños juramentos del
siglo XVI, y blandiendo de cuando en cuando el puñal enmohecido en el aire de medianoche.
Por fin llegó a la esquina del pasillo que conducía a la habitación de Washington. Allí hizo
una breve parada. El viento agitaba en torno de su cabeza sus largos mechones grises y ceñía en
pliegues grotescos y fantásticos el horror indecible del fúnebre sudario. Sonó entonces el cuarto
en el reloj. Comprendió que había llegado el momento. Se dedicó una risotada y dio la vuelta a la
esquina.
Pero apenas lo hizo retrocedió, lanzando un gemido lastimero de terror y escondiendo su
cara lívida entre sus largas manos huesosas. Frente a él había un horrible espectro, inmóvil como
una estatua, monstruoso como la pesadilla de un loco. La cabeza del espectro era pelada y
reluciente; su faz, redonda, carnosa y blanca; una risa horrorosa parecía retorcer sus rasgos en una
mueca eterna; por los ojos brotaba a oleadas una luz escarlata, la boca tenía el aspecto de un
ancho pozo de fuego, y una vestidura horrible, como la de él, como la del mismo Simón, envolvía
con su nieve silenciosa aquella forma gigantesca.
Sobre el pecho tenía colgado un cartel con una inscripción en caracteres extraños y
antiguos. Quizá era un rótulo infamante, donde estaban escritos delitos espantosos, una terrible
lista de crímenes. Tenía, por último, en su mano derecha una cimitarra de acero resplandeciente.
Como nunca antes había visto fantasmas, naturalmente sintió un pánico terrible, y,
después de lanzar a toda prisa una segunda mirada sobre el monstruo atroz, regresó a su
habitación, tropezando en el sudario que le envolvía. Cruzó la galería corriendo, y acabó por dejar
caer el puñal enmohecido en las botas de montar del ministro, donde lo encontró el mayordomo
al día siguiente.
Una vez refugiado en su retiro, se desplomó sobre un reducido catre de tijera, tapándose
la cabeza con las sábanas. Pero, al cabo de un momento, el valor indomable de los antiguos
Canterville se despertó en él y tomó la resolución de hablar al otro fantasma en cuanto
amaneciese.
Por consiguiente, no bien el alba plateó las colinas, volvió al sitio en que había visto por
primera vez al horroroso fantasma. Pensaba que, después de todo, dos fantasmas valían más que
uno sólo, y que con ayuda de su nuevo amigo podría contender victoriosamente con los gemelos.
Pero cuando llegó al sitio se halló en presencia de un espectáculo terrible. Le sucedía algo
indudablemente al espectro, porque la luz había desaparecido por completo de sus órbitas. La
cimitarra centelleante se había caído de su mano y estaba recostado sobre la pared en una actitud
forzada e incómoda. Simón se precipitó hacia delante y lo tomó en sus brazos; pero cuál no sería
su terror viendo despegarse la cabeza y rodar por el suelo, mientras el cuerpo tomaba la posición
supina, y notó que abrazaba una cortina blanca de lienzo grueso y que yacían a sus pies una
escoba, un machete de cocina y una calabaza vacía.
Sin poder comprender aquella curiosa transformación, tomó con mano febril el cartel,
leyendo a la claridad grisácea de la mañana estas palabras terribles:
He aquí al fantasma Otis
El único espíritu auténtico y verdadero
Desconfíen de las imitaciones 69
Todos los demás son falsificaciones
Y la entera verdad se le apareció como un relámpago. ¡Había sido burlado, engañado,
escarnecido!
La expresión característica de los Canterville reapareció en sus ojos, apretó las mandíbulas
desdentadas y, levantando por encima de su cabeza sus manos amarillas, juró, según el ritual
pintoresco de la antigua escuela, "que cuando el gallo tocara por dos veces el cuerno de su alegre
llamada se consumarían sangrientas hazañas, y el crimen, de callado paso, saldría de su retiro".
No había terminado de formular este juramento terrible, cuando de una alquería lejana,
de tejado de ladrillo rojo, salió el canto de un gallo. Lanzó una larga risotada, lenta y amarga, y
esperó. Esperó una hora, y después otra; pero por alguna razón misteriosa no volvió a cantar el
gallo.
Por fin, a eso de las siete y media, la llegada de las criadas lo obligó a abandonar su terrible
guardia y regresó a su morada, con altivo paso, pensando en su juramento vano y en su vano
proyecto fracasado.
Una vez allí consultó varios libros de caballería, cuya lectura le interesaba
extraordinariamente, y pudo comprobar que el gallo cantó siempre dos veces en cuantas
ocasiones se recurrió a aquel juramento.
-¡Que el diablo se lleve a ese animal volátil! -murmuró-. ¡En otro tiempo hubiese caído
sobre él con mi buena lanza, atravesándole el cuello y obligándolo a cantar otra vez para mí,
aunque reventara!
Y dicho esto se retiró a su confortable caja de plomo, y allí permaneció hasta la noche.

Capítulo 4
Al día siguiente el fantasma se sintió muy débil y cansado. Las terribles emociones de las
cuatro últimas semanas empezaban a producir su efecto. Tenía el sistema nervioso
completamente alterado, y temblaba al más ligero ruido. No salió de su habitación en cinco días, y
concluyó por hacer una concesión en lo relativo a la mancha de sangre del "parquet" de la
biblioteca. Puesto que la familia Otis no quería verla, era indudable que no la merecía.
Aquella gente estaba colocada a ojos vistas en un plano inferior de vida material y era
incapaz de apreciar el valor simbólico de los fenómenos sensibles. La cuestión de las apariciones
de fantasmas y el desenvolvimiento de los cuerpos astrales era realmente para ellos cosa
desconocida e indiscutiblemente fuera de su alcance.
Pero, por lo menos, constituía para él un deber ineludible mostrarse en el corredor una
vez a la semana y farfullar por la gran ventana ojival el primero y el tercer miércoles de cada mes.
No veía ningún medio digno de sustraerse a aquella obligación. Verdad es que su vida fue muy
criminal; pero, quitado eso, era hombre muy concienzudo en todo cuanto se relacionaba con lo
sobrenatural.
Así, pues, los tres sábados siguientes atravesó, como de costumbre, el corredor entre
doce de la noche y tres de la madrugada, tomando todas las precauciones posibles para no ser
visto ni oído. Se quitaba las botas, pisaba lo más ligeramente que podía sobre las viejas maderas
carcomidas, se envolvía en una gran capa de terciopelo negro, y no dejaba de usar el engrasador
"Sol-Levante" para sus cadenas. 70
Me veo precisado a reconocer que sólo después de muchas vacilaciones se decidió a
adoptar este último medio de protección. Pero, al fin, una noche, mientras cenaba la familia, se
deslizó en el dormitorio de la señora Otis y se llevó el frasquito. Al principio se sintió un poco
humillado, pero después fue suficientemente razonable para comprender que aquel invento
merecía grandes elogios y cooperaba, en cierto modo, a la realización de sus proyectos.
A pesar de todo, no se vio libre de problemas. No dejaban nunca de tenderle cuerdas de
lado a lado del corredor para hacerlo tropezar en la oscuridad, y una vez que se había disfrazado
para el papel de "Isaac el Negro o el cazador del bosque de Hogsley", cayó cuan largo era al poner
el pie sobre una pista de maderas enjabonadas que habían colocado los gemelos desde el umbral
del salón de Tapices hasta la parte alta de la escalera de roble.
Esta última afrenta le dio tal rabia, que decidió hacer un esfuerzo para imponer su
dignidad y consolidar su posición social, y formó el proyecto de visitar a la noche siguiente a los
insolentes chicos de Eton, en su célebre papel de "Ruperto el Temerario o el conde sin cabeza".
No se había mostrado con aquel disfraz desde hacía sesenta años, es decir, desde que
causó con él tal pavor a la bella lady Bárbara Modish, que ésta retiró su consentimiento al abuelo
de actual lord Canterville y se fugó a Gretna Green con el arrogante Jack Castletown, jurando que
por nada del mundo consentiría en emparentar con una familia que toleraba los paseos de un
fantasma tan horrible por la terraza, al atardecer.
El pobre Jack fue al poco tiempo muerto en duelo por lord Canterville en la pradera de
Wandsworth, y lady Bárbara murió de pena en Tumbridge Wells antes de terminar el año; así es
que fue un gran éxito en todos los aspectos.
Sin embargo, era, permitiéndome emplear un término de argot teatral para aplicarlo a
uno de los mayores misterios del mundo sobrenatural (o en lenguaje más científico), "del mundo
superior a la Naturaleza", era, repito, una creación de las más difíciles, y necesitó sus tres buenas
horas para terminar los preparativos. Por fin, todo estuvo listo, y él contentísimo de su disfraz. Las
grandes botas de montar, que hacían juego con el traje, eran, eso sí, un poco holgadas para él, y
no pudo encontrar más que una de las dos pistolas del arzón; pero, en general, quedó bastante
complacido, y a la una y cuarto pasó a través del estuco y bajó a corredor.
Cuando estuvo cerca de la habitación ocupada por los gemelos, a la que llamaré el
dormitorio azul, por el color de sus cortinajes, se encontró con la puerta entreabierta. A fin de
hacer una entrada sensacional, la empujó con violencia, pero se le vino encima un balde de agua
que le empapó hasta los huesos, no dándole en el hombro por unos milímetros.
Al mismo tiempo oyó unas risas sofocadas que partían de la doble cama con dosel. Su
sistema nervioso sufrió tal conmoción, que regresó a sus habitaciones a todo escape, y al día
siguiente tuvo que permanecer en la cama con un fuerte resfrío.
El único consuelo que tuvo fue el de no haber llevado su cabeza sobre los hombros, pues
sin esto las consecuencias hubieran podido ser más graves. Desde entonces renunció para siempre
a espantar a aquella grosera familia de norteamericanos, y se limitó a vagar por el corredor, con
zapatillas de orillo, envuelto el cuello en una gruesa bufanda roja, por temor a las corrientes de
aire, y provisto de un pequeño arcabuz, para el caso en que fuese atacado por los gemelos.
71
Hacia el 19 de septiembre fue cuando recibió el golpe de gracia. Había bajado por la
escalera hasta el espacioso salón, seguro de que en aquel sitio por lo menos estaba a cubierto de
jugarretas, y se entretenía en hacer observaciones satíricas sobre las grandes fotografías del
ministro de los Estados Unidos y de su mujer, hechas en casa de Sarow.
Iba vestido sencilla, pero decentemente, con un largo sudario salpicado de moho de
cementerio. Se había atado la quijada con una tira de tela y llevaba una linternita y un azadón de
sepulturero. En una palabra, iba disfrazado de "Jonás el Desenterrador, o el ladrón de cadáveres
de Cherstey Barn". Era una de sus creaciones más notables y de las que guardaban recuerdo, con
más motivo, los Canterville, ya que fue la verdadera causa de su riña con lord Rufford, vecino suyo.
Serían próximamente las dos y cuarto de la madrugada, y, a su juicio, no se movía nadie en
la casa. Pero cuando se dirigía tranquilamente en dirección a la biblioteca, para ver lo que quedaba
de la mancha de sangre, se abalanzaron hacia él, desde un rincón sombrío, dos siluetas, agitando
locamente sus brazos sobre sus cabezas, mientras gritaban a su oído:
-¡Buh! ¡Buh!
Lleno de pánico, cosa muy natural en aquellas circunstancias, se precipitó hacia la
escalera, pero entonces se encontró frente a Washington Otis, que lo esperaba armado con la
regadera del jardín; de tal modo que, cercado por sus enemigos, casi acorralado, tuvo que
evaporarse en la gran estufa de hierro colado, que, afortunadamente para él, no estaba
encendida, y abrirse paso hasta sus habitaciones por entre tubos y chimeneas, llegando a su
refugio en el tremendo estado en que lo pusieron la agitación, el hollín y la desesperación.
Desde aquella noche no volvió a vérsele nunca de expedición nocturna. Los gemelos se
quedaron muchas veces en acecho para sorprenderlo, sembrando de cáscara de nuez los
corredores todas las noches, con gran molestia de sus padres y criados. Pero fue inútil. Su amor
propio estaba profundamente herido, sin duda, y no quería mostrarse.
En vista de ello, el señor Otis se puso a trabajar en su gran obra sobre la historia del
partido demócrata, obra que había empezado tres años antes. La señora Otis organizó una
extraordinaria horneada de almejas, de la que se habló en toda la comarca. Los niños se dedicaron
a jugar a la pelota, al ecarté, al póquer y a otras diversiones nacionales de Estados Unidos. Virginia
dio paseos a caballo por las carreteras, en compañía del duquesito de Cheshire, que se hallaba en
Canterville pasando su última semana de vacaciones.
Todo el mundo se figuraba que el fantasma había desaparecido, hasta el punto de que el
señor Otis escribió una carta a lord Canterville para comunicárselo, y recibió en contestación otra
carta en la que éste le testimoniaba el placer que le producía la noticia y enviaba sus más sinceras
felicitaciones a la digna esposa del ministro.
Pero los Otis se equivocaban. El fantasma seguía en la casa, y, aunque se hallaba muy
delicado, no estaba dispuesto a retirarse, sobre todo después de saber que figuraba entre los
invitados el duquesito de Cheshire, cuyo tío, lord Francis Stilton, apostó una vez con el coronel
Carbury a que jugaría a los dados con el fantasma de Canterville. A la mañana siguiente
encontraron a lord Stilton tendido sobre el suelo del salón de juego en un estado de parálisis tal
que, a pesar de la edad avanzada que alcanzó, no pudo ya nunca pronunciar más palabras que
éstas:
-¡Doble seis! 72
Esta historia era muy conocida en un tiempo, aunque, en atención a los sentimientos de
dos familias nobles, se hiciera todo lo posible por ocultarla, y existe un relato detallado de todo lo
referente a ella en el tomo tercero de las Memorias de lord Tattle sobre el Príncipe Regente y sus
amigos.
Desde entonces, el fantasma deseaba vivamente probar que no había perdido su
influencia sobre los Stilton, con los que además estaba emparentado por matrimonio, pues una
prima suya se casó en segundas nupcias con el señor Bulkeley, del que descienden en línea directa,
como todo el mundo sabe, los duques de Cheshire.
Por consiguiente, hizo sus preparativo para mostrarse al pequeño enamorado de Virginia
en su famoso papel de "Fraile vampiro, o el Benedictino desangrado". Era un espectáculo
espantoso, que cuando la vieja lady Starbury se lo vio representar, es decir en víspera del Año
Nuevo de 1764, empezó a lanzar chillidos agudos, que tuvieron por resultado un fuerte ataque de
apoplejía y su fallecimiento al cabo de tres días, no sin que desheredara antes a los Canterville y
legase todo su dinero a su farmacéutico en Londres.
Pero, a última hora, el terror que le inspiraban los gemelos lo retuvo en su habitación, y el
duquesito durmió tranquilo en el gran lecho con dosel coronado de plumas del dormitorio real,
soñando con Virginia.

Capítulo 5
Virginia y su galán de cabello rizado dieron, unos días después, un paseo a caballo por los
prados de Brockley, paseo en el que ella desgarró su vestido de amazona al saltar un seto, de tal
manera que, de vuelta a su casa, entró por la escalera de atrás para que no la viesen.
Al pasar corriendo por delante de la puerta del salón de Tapices, que estaba abierta de par
en par, le pareció ver a alguien dentro. Pensó que sería la doncella de su madre, que iba con
frecuencia a trabajar a esa habitación. Asomó la cabeza para encargarle que le cosiese el vestido.
¡Pero, con gran sorpresa suya, quien allí estaba era el fantasma de Canterville en persona!
Se había acomodado ante la ventana, contemplando el oro llameante de los árboles amarillentos
que revoloteaban por el aire, las hojas enrojecidas que bailaban locamente a lo largo de la gran
avenida. Tenía la cabeza apoyada en una mano, y toda su actitud revelaba el desaliento más
profundo. Realmente presentaba un aspecto tan abrumado, tan abatido, que la pequeña Virginia,
en vez dne ceder a su primer impulso, que fue echar a correr a encerrarse en su cuarto, se sintió
llena de compasión y tomó el partido de ir a consolarlo.
Tenía la muchacha un paso tan ligero y él una melancolía tan honda, que no se dio cuenta
de su presencia hasta que le habló.
-Lo he sentido mucho por usted -dijo-, pero mis hermanos regresan mañana a Eton, y
entonces, si se porta usted bien, nadie lo atormentará.
-Es inconcebible pedirme que me porte bien -le respondió, contemplando estupefacto a la
jovencita que tenía la audacia de dirigirle la palabra-. Perfectamente inconcebible. Es necesario
que yo sacuda mis cadenas, que gruña por los agujeros de las cerraduras y que corretee de noche.
¿Eso es lo que usted llama portarse mal? No tengo otra razón de ser.
-Eso no es una razón de ser. En sus tiempos fue usted muy malo ¿sabe? La señora Umney
nos dijo el día que llegamos que usted mató a su esposa. 73
-Sí, lo reconozco -respondió incautamente el fantasma-. Pero era un asunto de familia y
nadie tenía que meterse.
-No se debe matar a nadie -dijo Virginia, que a veces adoptaba un bonito gesto de
gravedad puritana, heredado quizás de algún antepasado venido de Nueva Inglaterra.
-¡Oh, no puedo sufrir la severidad barata de la moral abstracta! Mi mujer era feísima. No
almidonaba nunca lo bastante mis puños y no sabía nada de cocina. Mire usted: un día había yo
cazado un soberbio ciervo en los bosques de Hogsley, un hermoso macho de dos años. ¡Pues no
puede usted figurarse cómo me lo sirvió! Pero, en fin, dejemos eso. Es asunto liquidado, y no
encuentro nada bien que sus hermanos me dejasen morir de hambre, aunque yo la matase.
-¡Que lo dejaran morir de hambre! ¡Oh señor fantasma… ! Don Simón, quiero decir, ¿es
que tiene usted hambre? Hay un sándwich en mi costurero. ¿Le gustaría?
-No, gracias, ahora ya no como; pero, de todos modos, lo encuentro amabilísimo por su
parte. ¡Es usted bastante más atenta que el resto de su horrible, arisca, ordinaria y ladrona familia!
-¡Basta! -exclamó Virginia, dando con el pie en el suelo-. El arisco, el horrible y el ordinario
es usted. En cuanto a lo de ladrón, bien sabe usted que me ha robado mis colores de la caja de
pinturas para restaurar esa ridícula mancha de sangre en la biblioteca. Empezó usted por robar
todos mis rojos, incluso el bermellón, imposibilitándome para pintar puestas de sol. Después
agarró usted el verde esmeralda y el amarillo cromo. Y, finalmente, sólo me queda el añil y el
blanco. Así es que ahora no puedo hacer más que claros de luna, que da pena ver, y que son
incomodísimos, además, de colorear. Y no le he acusado, aun estando fastidiada y a pesar de que
todas esas cosas son completamente ridículas. ¿Se ha visto alguna vez sangre color verde
esmeralda… ?
-Vamos a ver -dijo el fantasma, con cierta dulzura-: ¿y qué iba yo a hacer? Es dificilísimo en
los tiempos actuales agenciarse sangre de verdad, y ya que su hermano empezó con su
quitamanchas incomparable, no veo por qué no iba yo a emplear los colores de usted para resistir.
En cuanto al tono, es cuestión de gusto. Así, por ejemplo, los Canterville tienen sangre azul, la
sangre más azul que existe en Inglaterra… Aunque ya sé que ustedes los norteamericanos no
hacen el menor caso de esas cosas.
-No sabe usted nada, y lo mejor que puede hacer es emigrar, y así se formará idea de
algo. Mi padre tendrá un verdadero gusto en proporcionarle un pasaje gratuito, y aunque haya
fuertes impuestos sobre los espíritus, no le pondrán dificultades en la Aduana. Y una vez en Nueva
York, puede usted contar con un gran éxito. Conozco infinidad de personas que darían cien mil
dólares por tener antepasados y que sacrificarían mayor cantidad aún por tener un fantasma para
la familia.
-Creo que no me divertiría mucho en Estados Unidos.
-Quizás se deba a que allí no tenemos ni ruinas ni curiosidades -dijo burlonamente
Virginia.
-¡Qué curiosidades ni qué ruinas! -contestó el fantasma-. Tienen ustedes su Marina y sus
modales.
-Buenas noches; voy a pedir a papá que conceda a los gemelos una semana más de
vacaciones. 74
-¡No se vaya, señorita Virginia, se lo suplico! -exclamó el fantasma-. Estoy tan solo y soy
tan desgraciado, que no sé qué hacer. Quisiera ir a acostarme y no puedo.
-Pues es inconcebible: no tiene usted más que meterse en la cama y apagar la luz. Algunas
veces es dificilísimo permanecer despierto, sobre todo en una iglesia, pero, en cambio, dormir es
muy sencillo. Ya ve usted: los gemelos saben dormir admirablemente, y no son de los más listos.
-Hace trescientos años que no duermo -dijo el anciano tristemente, haciendo que Virginia
abriese mucho sus hermosos ojos azules, llenos de asombro-. Hace ya trescientos años que no
duermo, así es que me siento cansadísimo. Virginia adoptó un grave continente, y sus finos labios
se movieron como pétalos de rosa. Se acercó y arrodilló al lado del fantasma, contempló su rostro
envejecido y arrugado.
-Pobrecito fantasma -profirió a media voz-, ¿y no hay ningún sitio donde pueda usted
dormir?
-Allá lejos, pasando el pinar -respondió él en voz baja y soñadora-, hay un jardincito. La
hierba crece en él alta y espesa; allí pueden verse las grandes estrellas blancas de la cicuta, allí el
ruiseñor canta toda la noche y la luna de cristal helado deja caer su mirada y el tejo extiende sus
brazos de gigante sobre los durmientes.
Los ojos de Virginia se empañaron de lágrimas y ocultó la cara entre sus manos.
-Se refiere usted al jardín de la Muerte -murmuró.
-Sí, de la muerte. Debe ser hermosa. Descansar en la blanda tierra oscura, mientras las
hierbas se balancean encima de nuestra cabeza, y escuchar el silencio. No tener ni ayer ni mañana.
Olvidarse del tiempo y de la vida; morar en paz. Usted puede ayudarme; usted puede abrirme de
par en par las puertas de la muerte, porque el amor la acompaña a usted siempre, y el amor es
más fuerte que la muerte.
Virginia tembló. Un estremecimiento helado recorrió todo su ser, y durante unos instantes
hubo un gran silencio. Le parecía vivir un sueño terrible. Entonces el fantasma habló de nuevo con
una voz que resonaba como los suspiros del viento:
-¿Ha leído usted alguna vez la antigua profecía que hay sobre las vidrieras de la
biblioteca?
-¡Oh, muchas veces! -exclamó la muchacha levantando los ojos-. La conozco muy bien.
Está pintada con unas curiosas letras doradas y se lee con dificultad. No tiene más que éstos seis
versos:
"Cuando una joven rubia logre hacer brotar una oración de los labios del pecador, cuando
el almendro estéril dé fruto y una niña deje correr su llanto, entonces, toda la casa recobrará la
tranquilidad y volverá la paz a Canterville".
Pero no sé lo que significan.
-Significan que tiene usted que llorar conmigo mis pecados, porque no tengo lágrimas, y
que tiene usted que rezar conmigo por mi alma, porque no tengo fe, y entonces, si ha sido usted
siempre dulce, buena y cariñosa, el ángel de la muerte se apoderará de mí. Verá usted seres
terribles en las tinieblas y voces funestas murmurarán en sus oídos, pero no podrán hacerle
ningún daño, porque contra la pureza de una niña no pueden nada las potencias infernales.
Virginia no contestó, y el fantasma se retorcía las manos en la violencia de su
desesperación, sin dejar de mirar la rubia cabeza inclinada. 75
De pronto se irguió la joven, muy pálida, con un fulgor en los ojos.
-No tengo miedo -dijo con voz firme - y rogaré al ángel que se apiade de usted.
Se levantó el fantasma de su asiento lanzando un débil grito de alegría, tomó la blonda
cabeza entre sus manos, con una gentileza que recordaba los tiempos pasados, y la besó.
Sus dedos estaban fríos como hielo y sus labios abrasaban como el fuego, pero Virginia no
flaqueó; el fantasma la guió a través de la estancia sombría. Sobre un tapiz, de un verde apagado,
estaban bordados unos pequeños cazadores. Soplaban en sus cuernos adornados de flecos y con
sus lindas manos le hacían gestos de que retrocediese.
-Vuelve sobre tus pasos, Virginia. ¡Vete, vete! -gritaban.
Pero el fantasma le apretaba en aquel momento la mano con más fuerza, y ella cerró los
ojos para no verlos.
Horribles animales de colas de lagarto y de ojazos saltones parpadearon maliciosamente
en las esquinas de la chimenea, mientras le decían en voz baja:
-Ten cuidado, Virginia, ten cuidado. Podríamos no volver a verte.
Pero el fantasma apresuró el paso y Virginia no oyó nada. Cuando llegaron al extremo de
la estancia el viejo se detuvo, murmurando unas palabras que ella no comprendió. Volvió Virginia
a abrir los ojos y vio disiparse el muro lentamente, como una neblina, y abrirse ante ella una negra
caverna. Un áspero y helado viento los azotó, sintiendo la muchacha que le tiraban del vestido.
-De prisa, de prisa -gritó el fantasma-, o será demasiado tarde.
Y en el mismo momento el muro se cerró de nuevo detrás de ellos y el salón de Tapices
quedó desierto.

Capítulo 6

Unos diez minutos después sonó la campana para el té y Virginia no bajó. La señora Otis
envió a uno de los criados a buscarla. No tardó en volver, diciendo que no había podido descubrir
a la señorita Virginia por ninguna parte. Como la muchacha tenía la costumbre de ir todas las
tardes al jardín a recoger flores para la cena, la señora Otis no se inquietó en lo más mínimo.
Pero sonaron las seis y Virginia no aparecía. Entonces su madre se sintió seriamente
intranquila y envió a sus hijos en su busca, mientras ella y su marido recorrían todas las
habitaciones de la casa.
A las seis y media volvieron los gemelos, diciendo que no habían encontrado huellas de su
hermana por parte alguna. Entonces se conmovieron todos extraordinariamente, y nadie sabía
qué hacer, cuando el señor Otis recordó de repente que pocos días antes habían permitido
acampar en el parque a una tribu de gitanos.
Así es que salió inmediatamente para Blackfell-Hollow, acompañado de su hijo mayor y de
dos de sus criados de la granja. El duquesito de Cheshire, completamente loco de inquietud, rogó
con insistencia al señor Otis que lo dejase acompañarlo, mas éste se negó temiendo alguna pelea.
Pero cuando llegó al sitio en cuestión vio que los gitanos se habían marchado. Se dieron
prisa a huir, sin duda alguna, pues el fuego ardía todavía y quedaban platos sobre la hierba. 76
Después de mandar a Washington y a los dos hombres que registrasen los alrededores, se
apresuró a regresar y envió telegramas a todos los inspectores de Policía del condado, rogándoles
que buscasen a una joven raptada por unos vagabundos o gitanos.
Luego hizo que le trajeran su caballo, y después de insistir para que su mujer y sus tres
hijos se sentaran a la mesa, partió con un criado por el camino de Ascot. Había recorrido apenas
dos millas, cuando oyó un galope a su espalda. Se volvió, viendo al duquesito que llegaba en su
caballito, con la cara sofocada y la cabeza descubierta.
-Lo siento muchísimo, señor Otis -le dijo el joven con voz entrecortada-, pero me es
imposible comer mientras Virginia no aparezca. Se lo ruego: no se enfade conmigo. Si nos hubiera
permitido casarnos el año último, no habría pasado esto nunca. No me rechaza usted, ¿verdad?
¡No puedo ni quiero irme!
El ministro no pudo menos que dirigir una sonrisa a aquel mozo guapo y atolondrado,
conmovidísimo ante la abnegación que mostraba por Virginia. Inclinándose sobre su caballo, le
acarició los hombros bondadosamente, y le dijo:
-Pues bien, Cecil: ya que insiste usted en venir, no me queda más remedio que admitirle
en mi compañía; pero, eso sí, tengo que comprarle un sombrero en Ascot.
-¡Al diablo sombreros! ¡Lo que quiero es a Virginia! -exclamó el duquesito, riendo.
Y acto seguido galoparon hasta la estación. Una vez allí, el señor Otis preguntó al jefe si no
habían visto en el andén de salida a una joven cuyas señas correspondiesen con las de Virginia,
pero no averiguó nada sobre ella. No obstante lo cual, el jefe de la estación expidió telegramas a
las estaciones del trayecto, ascendentes y descendentes, y le prometió ejercer una vigilancia
minuciosa.
En seguida, después de comprar un sombrero para el duquesito en una tienda de
novedades que se disponía a cerrar, el señor Otis cabalgó hasta Bexley, pueblo situado cuatro
millas más allá, y que, según le dijeron, era muy frecuentado por los gitanos. Hicieron levantarse al
guardia rural, pero no pudieron conseguir ningún dato de él. Así es que, después de atravesar la
plaza, los dos jinetes tomaron otra vez el camino de casa, llegando a Canterville a eso de las once,
rendidos de cansancio y con el corazón desgarrado por la inquietud.
Se encontraron allí con Washington y los gemelos, esperándolos a la puerta con linternas,
porque la avenida estaba muy oscura. No se había descubierto la menor señal de Virginia.
Los gitanos fueron alcanzados en el prado de Brockley, pero no estaba la joven entre ellos.
Explicaron la prisa de su marcha diciendo que habían equivocado el día en que debía celebrarse la
feria de Chorton y que el temor de llegar demasiado tarde los obligó a darse prisa. Además,
parecieron desconsolados por la desaparición de Virginia, pues estaban agradecidísimos al señor
Otis por haberles permitido acampar en su parque. Cuatro de ellos se quedaron atrás para tomar
parte en las pesquisas.
Se hizo vaciar el estanque de las carpas. Registraron la finca en todos los sentidos pero no
consiguieron nada. Era evidente que Virginia estaba perdida, al menos por aquella noche, y fue
con un aire de profundo abatimiento como entraron en casa el señor Otis y los jóvenes, seguidos
del criado, que llevaba de las bridas al caballo y al caballito.
77
En el salón se encontraron con el grupo de criados, llenos de terror. La pobre señora Otis
estaba tumbada sobre un sofá de la biblioteca, casi loca de espanto y de ansiedad, y la vieja ama
de gobierno le humedecía la frente con agua de colonia.
Fue una comida tristísima. No se hablaba apenas, y hasta los mismos gemelos parecían
despavoridos y consternados, pues querían mucho a su hermana. Cuando terminaron, el señor
Otis, a pesar de los ruegos del duquesito, mandó que todo el mundo se acostase, ya que no podía
hacer cosa alguna aquella noche; al día siguiente telegrafiaría a Scotland Yard para que pusieran
inmediatamente varios detectives a su disposición.
Pero he aquí que en el preciso momento en que salían del comedor sonaron las doce en
reloj de la torre. Apenas acababan de extinguirse las vibraciones de la última campanada, cuando
se oyó un crujido acompañado de un grito penetrante. Un trueno formidable bamboleó la casa,
una melodía, que no tenía nada de terrenal, flotó en el aire. Un lienzo de la pared se despegó
bruscamente en lo alto de la escalera, y sobre el rellano, muy pálida, casi blanca, apareció Virginia,
llevando en la mano un cofrecito.
Inmediatamente se precipitaron todos hacia ella. La señora Otis la estrechó
apasionadamente contra su corazón. El duquesito casi la ahogó con la violencia de sus besos, y los
gemelos ejecutaron una danza de guerra salvaje alrededor del grupo.
-¡Ah… ! ¡Hija mía! ¿Dónde te habías metido? -dijo el señor Otis, bastante enfadado,
creyendo que les había querido dar una broma a todos ellos-. Cecil y yo hemos registrado toda la
comarca en busca tuya, y tu madre ha estado a punto de morirse de espanto. No vuelvas a dar
bromitas de ese género a nadie.
-¡Menos al fantasma, menos al fantasma! -gritaron los gemelos, continuando sus
cabriolas.
-Hija mía querida, gracias a Dios que te hemos encontrado; ya no nos volveremos a
separar -murmuraba la señora Otis, besando a la muchacha, toda trémula, y acariciando sus
cabellos de oro, que se desparramaban sobre sus hombros.
-Papá -dijo dulcemente Virginia-, estaba con el fantasma. Ha muerto ya. Es preciso que
vayan a verlo. Fue muy malo, pero se ha arrepentido sinceramente de todo lo que había hecho, y
antes de morir me ha dado este cofrecito de hermosas joyas.
Toda la familia la contempló muda y aterrada, pero ella tenía un aire muy solemne y muy
serio. En seguida, dando media vuelta, los precedió a través del hueco de la pared y bajaron a un
corredor secreto.
Washington los seguía llevando una vela encendida, que tomó de la mesa. Por fin llegaron
a una gran puerta de roble erizada de recios clavos. Virginia la tocó, y entonces la puerta giró
sobre sus goznes enormes y se hallaron en una habitación estrecha y baja, con el techo
abovedado, y que tenía una ventanita.
Junto a una gran argolla de hierro empotrada en el muro, con la cual estaba encadenado,
se veía un largo esqueleto, extendido cuan largo era sobre las losas. Parecía estirar sus dedos
descarnados, como intentando llegar a un plato y a un cántaro, de forma antigua, colocados de tal
forma que no pudiese alcanzarlos.
78
El cántaro había estado lleno de agua, indudablemente, pues tenía su interior tapizado de
moho verde. Sobre el plato no quedaba más que un montón de polvo. Virginia se arrodilló junto al
esqueleto, y, uniendo sus manitas, se puso a rezar en silencio, mientras la familia contemplaba con
asombro la horrible tragedia cuyo secreto acababa de ser revelado.
-¡Miren! -exclamó de pronto uno de los gemelos, que había ido a mirar por la ventanita,
queriendo adivinar de qué lado del edificio caía aquella habitación-. ¡Miren! El antiguo almendro,
que estaba seco, ha florecido. Se ven admirablemente las hojas a la luz de la luna.
-¡Dios lo ha perdonado! -dijo gravemente Virginia, levantándose. Y un magnífico
resplandor parecía iluminar su rostro.
-¡Eres un ángel! -exclamó el duquesito, ciñéndole el cuello con sus brazos y besándola.

Capítulo 7
Cuatro días después de estos curiosos sucesos, a eso de las once de la noche, salía un
fúnebre cortejo de Canterville-House. El carro iba arrastrado por ocho caballos negros, cada uno
de los cuales llevaba adornada la cabeza con un gran penacho de plumas de avestruz, que se
balanceaban.
La caja de plomo iba cubierta con un rico paño de púrpura, sobre el cual estaban bordadas
en oro las armas de los Canterville. A cada lado del carro y de los coches marchaban los criados
llevando antorchas encendidas. Toda aquella comitiva tenía un aspecto grandioso e
impresionante.
Lord Canterville presidía el duelo; había venido del país de Gales expresamente para asistir
al entierro, y ocupaba el primer coche con la pequeña Virginia. Después iban el ministro de los
Estados Unidos y su esposa, y detrás, Washington y los dos muchachos. En el último coche iba la
señora Umney. Todo el mundo convino en que, después de haber sido atemorizada por el
fantasma por espacio de más de cincuenta años, tenía realmente derecho de verlo desaparecer
para siempre.
Cavaron una profunda fosa en un rincón del cementerio, precisamente bajo el tejo
centenario, y dijo las últimas oraciones, del modo más patético, el reverendo Augusto Dampier.
Luego, al bajar la caja a la fosa, Virginia se adelantó, colocando encima de ella una gran cruz hecha
con flores de almendro, blancas y rojas. En aquel momento salió la luna de detrás de una nube e
inundó el cementerio con sus silenciosas oleadas de plata, y de un bosquecillo cercano se elevó el
canto de un ruiseñor. Virginia recordó la descripción que le hizo el fantasma del jardín de la
Muerte; sus ojos se llenaron de lágrimas y apenas pronunció una palabra durante el regreso.
A la mañana siguiente, antes de que lord Canterville partiese para la ciudad, la señora Otis
conferenció con él respecto de las joyas entregadas por el fantasma a Virginia. Eran soberbias,
magníficas. Había, sobre todo, un collar de rubíes, en una antigua montura veneciana, que era un
espléndido trabajo del siglo XVI, y el conjunto representaba tal cantidad que el señor Otis sentía
vivos escrúpulos en permitir a su hija que se quedase con ellas.
79
-Señor -dijo el ministro-, sé que en este país se aplica la mano muerta lo mismo a los
objetos menudos que a las tierras, y es evidente, evidentísimo para mí, que estas joyas deben
quedar en poder de usted como legado de familia. Le ruego, por tanto, que consienta en
llevárselas a Londres, considerándolas simplemente como una parte de su herencia que le fuera
restituida en circunstancias extraordinarias. En cuanto a mi hija, no es más que una chiquilla, y
hasta hoy, me complace decirlo, siente poco interés por estas futilezas de lujo superfluo. He
sabido igualmente por la señora Otis, cuya autoridad no es despreciable en cosas de arte, dicho
sea de paso (pues ha tenido la suerte de pasar varios inviernos en Boston, siendo muchacha), que
esas piedras preciosas tienen un gran valor monetario, y que si se pusieran en venta producirían
una bonita suma. En estas circunstancias, lord Canterville, reconocerá usted, indudablemente, que
no puedo permitir que queden en manos de ningún miembro de la familia. Además de que todos
estas tonterías y juguetes, por muy apreciados y necesitados que sean a la dignidad de la
aristocracia británica, estarían fuera de lugar entre personas educadas según los severos
principios, pudiera decirse, de la sencillez republicana. Quizá me atrevería a asegurar que Virginia
tiene gran interés en que le deje usted el cofrecito que encierra esas joyas, en recuerdo de las
locuras y el infortunio del antepasado. Y como ese cofrecito es muy viejo y, por consiguiente,
deterioradísimo, quizá encuentre usted razonable acoger favorablemente su petición. En cuanto a
mí, confieso que me sorprende grandemente ver a uno de mis hijos demostrar interés por una
cosa de la Edad Media, y la única explicación que le encuentro es que Virginia nació en un barrio
de Londres, al poco tiempo de regresar la señora Otis de una excursión a Atenas.
Lord Canterville escuchó imperturbable el discurso del digno ministro, atusándose de
cuando en cuando el bigote gris para ocultar una sonrisa involuntaria. Una vez que hubo
terminado el señor Otis, le estrechó cordialmente la mano y contestó:
-Mi querido amigo, su encantadora hijita ha prestado un servicio importantísimo a mi
desgraciado antecesor. Mi familia y yo le estamos reconocidísimos por su maravilloso valor y por
la sangre fría que ha demostrado. Las joyas le pertenecen, sin duda alguna, y creo, a fe mía, que si
tuviese yo la suficiente insensibilidad para quitárselas, el viejo tunante saldría de su tumba al cabo
de quince días para infernarme la vida. En cuanto a que sean joyas de familia, no podrían serlo
sino después de estar especificadas como tales en un testamento, en forma legal, y la existencia
de estas joyas permaneció siempre ignorada. Le aseguro que son tan mías como de su
mayordomo. Cuando la señorita Virginia sea mayor, sospecho que le encantará tener cosas tan
lindas que llevar. Además, señor Otis, olvida usted que adquirió usted el inmueble y el fantasma
bajo inventario. De modo que todo lo que pertenece al fantasma le pertenece a usted. A pesar de
las pruebas de actividad que ha dado Simón por el corredor, no por eso deja de estar menos
muerto, desde el punto de vista legal, y su compra lo hace a usted dueño de lo que le pertenecía a
él.
El señor Otis se quedó muy preocupado ante la negativa de lord Canterville, y le rogó que
reflexionara nuevamente su decisión; pero el excelente par se mantuvo firme y terminó por
convencer al ministro de que aceptase el regalo del fantasma.
80
Cuando, en la primavera de 1890, la duquesita de Cheshire fue presentada por primera
vez en la recepción de la reina, con motivo de su casamiento, sus joyas fueron motivo de general
admiración. Y Virginia fue agraciada con la diadema, que se otorga como recompensa a todas las
norteamericanitas juiciosas, y se casó con su novio en cuanto éste tuvo edad para ello.
Eran ambos tan agradables y se amaban de tal modo, que a todo el mundo le encantó ese
matrimonio, menos a la vieja marquesa de Dumbleton, que venía haciendo todo lo posible por
atrapar al duquesito y casarlo con una de sus siete hijas. Para conseguirlo dio al menos tres
grandes comidas costosísimas.
Cosa rara: el señor Otis sentía una gran simpatía personal por el duquesito, pero
teóricamente era enemigo de los títulos y, según sus propias palabras, "era de temer que, entre
las influencias debilitantes de una aristocracia ávida de placer, fueran olvidados por Virginia los
verdaderos principios de la sencillez republicana".
Pero nadie hizo caso de sus observaciones, y cuando avanzó por la nave lateral de la
iglesia de San Jorge, en Hannover Square, llevando a su hija del brazo, no había hombre más
orgulloso en toda Inglaterra.
Después de la luna de miel, el duque y la duquesa regresaron a Canterville Chase, y al día
siguiente de su llegada, por la tarde, fueron a dar una vuelta por el cementerio solitario próximo al
pinar.
Al principio les preocupó mucho lo relativo a la inscripción que debía grabarse sobre la
losa fúnebre de Simón, pero concluyeron por decidir que se pondrían simplemente las iniciales del
viejo gentilhombre y los versos escritos en la ventana de la biblioteca.
La duquesa llevaba unas rosas magníficas, que desparramó sobre la tumba; después de
permanecer allí un rato, pasaron por las ruinas del claustro de la antigua abadía. La duquesa se
sentó sobre una columna caída, mientras su marido, recostado a sus pies y fumando un cigarrillo,
contemplaba sus lindos ojos.
De pronto tiró el cigarrillo y, tomándole una mano, le dijo:
-Virginia, una mujer no debe tener secretos con su marido.
-Y no los tengo, querido Cecil.
-Sí los tienes -respondió sonriendo-. No me has dicho nunca lo que sucedió mientras
estuviste encerrada con el fantasma.
-Ni se lo he dicho a nadie -replicó gravemente Virginia.
-Ya lo sé; pero bien me lo podrías decir a mí.
-Cecil, te ruego que no me lo preguntes. No puedo realmente decírtelo. ¡Pobre Simón! Le
debo mucho. Sí; no te rías, Cecil; le debo mucho realmente. Me hizo ver lo que es la vida, lo que
significa la muerte y por qué el amor es más fuerte que la muerte.
El duque se levantó para besar amorosamente a su mujer.
-Puedes guardar tu secreto mientras yo posea tu corazón -dijo a media voz.
-Siempre fue tuyo.
-Y se lo dirás algún día a nuestros hijos, ¿verdad?
Virginia se ruborizó.
FIN
81
 ACTIVIDADES

1- A BUSCAR SINÓNIMOS

En el siguiente fragmento se repite mucho una palabra. Subráyala y luego reescribe el


texto en tu carpeta reemplazándola por sinónimos o expresiones de igual significado. Continuamos
con una versión adaptada de El fantasma de Canterville:

A las once en punto, la familia entera se retiró a descansar. Media hora más tarde,
todas las luces se apagaron. Ninguna mención se hizo durante la cena sobre los fantasmas,
ni se mencionó en modo alguno al fantasma de Canterville. Al poco rato, se despertó el
señor Otis ante un ruido extraño que sonaba en la galería cerca de su habitación (…)se
encontraba completamente tranquilo y no estaba preocupado por el fantasma. (…) abrió
la puerta y frente a la entrada de su cuarto vio un fantasma de aspecto horrible. Los ojos
del fantasma eran rojos cual brasas encendidas. Sus largos cabellos grises caían
enmarañados sobre sus hombros…

2- La historia del fantasma está organizada en una serie de episodios que se reunen
en siete capítulos breves. Les proponemos que después de haber leído la obra, le
pongan un título alusivo a cada uno.
3- ¿Cuál es la diferencia entre los personajes ingleses y los norteamericanos?
4- Explique por qué El fantasma de Canterville es una parodia de los relatos de horror.
5- Busquen en el texto tres ejemplos de situaciones paródicas.
6- Oscar Wilde no nos priva de las ironías con la que acostumbraba a burlarse de sus
contemporáneos. En esta novella la mayoría aparece en la boca de los personajes
norteamericanos. Identificá una y explicá de qué se burla el autor o qué quiso decir
con la frase o diálogo que hayas tomado de ejemplo.
7- Extrae de la obra un ejemplo de cuando el fantasma asusta con éxito a los
habitantes del castillo y extrae otro contando cómo no puede asustar a los Otis.
8- Cuenta la historia de la mancha de sangre en la biblioteca: ¿A quién asesinó sir
Simón? ¿Por qué? ¿Qué ocurre cuando llegan los Otis? ¿Qué hacía el fantasma para
mantener la famosa mancha? 82
9- ¿Por qué el fantasma elige a Virginia para que lo ayude a descansar en paz? ¿Qué
debe hacer la joven para lograrlo?
10- Explica qué secretos revela Virginia cuando reaparece detrás del muro con la caja de
joyas.
11- ¿Cuál es la relación entre la llegada de la familia Otis al comienzo de la historia y la
salida del carruaje fúnebre de sir Simón al final?
12- Para crear y escribir: Imagina que en la escuela se aparece un fantasma. Redacta
un texto de no más de veinte renglones y no menos de diez contando su historia y
sus costumbres. No olvides redactar el título.

83
ORTOGRAFÍA
SIGNOS DE PUNTUACIÓN
Ejercitación 1:
 Como sabemos, los signos de puntuación pueden determinar el verdadero sentido de un
texto. Para comprobarlo, realicen el siguiente ejercicio.

Una chica dejó a tres amigos la misma nota sin usar los signos de puntuación. Tu tarea
es puntuarla de tres maneras diferentes (hay que escribir las tres versiones) para que
cada uno entienda que María, la joven, gusta del que lee la nota y no de los otros dos
chicos. Recuerda que no puedes sacar o agregar palabras, ni tampoco cambiarlas de
lugar. Sólo debes agregar signos de puntuación (punto, coma, punto y coma, signos de
entonación, etcétera)

Nota original:
Me gusta Julio no me agrada Marcelo tampoco de
ninguna manera me atrae Lucio
María

Versión de Julio:

Versión de Marcelo:

Versión de Lucio:

Versión de María:

 EL USO DEL PUNTO Y LA MAYÚSCULA


El punto y seguido separa oraciones relacionadas entre sí por su contenido. El punto y aparte
señala el final del párrafo. Se lo emplea para pasar a otro subtema. El punto final se coloca
cuando termina el texto.
Al comienzo de una oración se escribe siempre con mayúscula inicial.
También se coloca punto después de las abreviaturas (Sr., atte.).
Ejercitación 2:
El uso del punto y la mayúscula:

1- Copien en sus carpetas el siguiente texto reponiendo los puntos que falten. Coloquen las
mayúsculas necesarias.
2- Luego explicá cómo usaste los puntos (si para separar ideas, subtemas o finalizar el texto) y
señala qué clase de punto utilizaste.
el arte de la jardinería tuvo para los chinos una importancia simbólica de gran magnitud el
jardín se considera un lugar donde se proyecta la armonía entre los hombres y su entorno más
tarde, gracias al desarrollo del budismo, los jardines se integraron al mundo religioso y fueron
comunes en monasterios y templos 85
El punto se utiliza cuando lo que queremos expresar ya tiene sentido completo y se
pasa a exponer una nueva idea. Dicho de otro modo: el punto se emplea al terminar
una oración. Es la mayor pausa señalada por la ortografía
A)
 Lean los siguientes enunciados y escríbanlos nuevamente colocando de manera diferente
los puntos para lograr diferentes significados con las mismas palabras. (No deben
cambiar las palabras de lugar).

Ejemplo
Un significado: La profesora dijo que no había que entender.
Otro significado: La profesora dijo que no. Había que entender.

1) No viajaré en ómnibus jamás lo haré en avión.


Un significado:…………………………………………………………………………………………………………….
Otro significado posible: ……………………………………………………………………………………………..

2) Las llamas tienen la costumbre de escupir al igual que los guanacos son excelentes
animales de carga.
Un significado:
………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………….
Otro significado posible:
………………………………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………………………………………

B)
 Reescriban el siguiente fragmento, colocando los puntos y las mayúsculas
donde sea necesario para una correcta comprensión.

Federico salió rumbo a la escuela al llegar a la esquina se encontró con Francisco se


pusieron a conversas los minutos pasaban cuando escucharon el timbre corrieron
apresurados casi llegan tarde.
86
Utilizamos la mayúscula para:
 La primera palabra de un texto, oración, título y la primera después de un punto.
 Nombres propios de personas y lugares.
 Nombres de instituciones y establecimientos.
 Edades o eras históricas
 Nombres que indican dignidad, poder o cargo público.
 Títulos de obras, diarios, revistas o películas.
 Abreviaturas de tratamiento.
 Personificaciones de ideas, cosas o animales.

 EL USO DE LA COMA

Utilizamos la coma para:


 Encerrar aclaraciones o explicaciones (Luis, mi vecino, llamó a un plomero).
 Separar elementos de una enumeración (Recorrimos Salta, Jujuy, Tucumán y Santiago
del Estero).
 Cuando queremos indicar que se cambió el orden habitual de la oración. (Cuando caía
la noche, mi primo llegó).
 Delante de una conjunción adversativa (pero, sin embrago, no obstante).
 Delimitar algunos conectores (es decir, en otras palabras, en efecto, por último).
 Separar el vocativo del resto de la oración (Dale, Mariana, alcanzame mi lápiz).
 Indicar que se ha omitido el verbo (Yo, la mejor).
3- Reponé las comas en las siguientes oraciones y explicá para qué las utilizaste.
a- Nuestra perra Tinka nos recibió al llegar a casa con muestras de exagerada alegría.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
b- Los cuadros sirvieron para tapar manchas de humedad decorar pequeños salones y
llenar grandes espacios vacíos.
--------------------------------------------------------------------------------------------------
c- Canta oh diosa la cólera de Aquiles.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
d- Los aztecas usaban el jade porque lo asociaban con la vegetación y el agua es decir con
los ciclos vitales.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
e- A su pregunta sólo respondí: yo argentino.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
f- Los dibujos de Ana eran hermosos sin embargo me daban miedo.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
g- Después de muchos años apareció Juan.
--------------------------------------------------------------------------------------------------
87
4- El siguiente texto tiene varios errores de puntuación, ya que el autor no separó las
oraciones como corresponde. Lean el texto, corrijan el error y expliquen en qué
consistía.
“Nuestra historia ha llegado a un punto muerto”, esas fueron las palabras con las que
Haroldo puso fin a nuestra relación, yo me di cuenta, es decir, ya no disfrutábamos de
estar juntos, lloré pero decidí no amargarme, después de todo, yo sentía lo mismo, así que
decidí salir de viaje y conocer el mundo.

*********************
Trabajo práctico
*********************

 Relee la siguiente carta y coloca los puntos y las mayúsculas donde corresponda. Además
marca entre corchetes los párrafos indicando así, donde debería ir el punto y aparte.
Carta a un hijo lejano.
creo que es jueves de este año.
querido hijo:
te mando estas líneas para que sepas que estoy viva te escribo despacio porque sé
que no puedes leer de prisa si recibes esta carta es porque te llegó, si no avísame y te la mando de
nuevo tu padre leyó que la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de la casa así que
nos mudamos más lejos el lugar es lindo tiene un lavarropas pero no sé si funciona ayer metí la
ropa, tiré la cadena y no he vuelto a verla desde entonces te voy a mandar la chaqueta que querías
tu tío pepe me dijo: “ si las mandas con los botones puestos, pesará demasiado y el envío será más
costoso” así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo no te pongo la dirección de la
casa porque no la sé la última familia que vivió aquí se llevó los números para no tener que
cambiar de domicilio si la ves a tu tía Gertrudis dale saludos de mi parte si no la ves, no le digas
nada
tu madre que te quiere

 EL PUNTO Y COMA
Se usa punto y coma en una oración para separar partes que ya incluyen comas. En las
cartas comerciales se lo emplea para separar las cantidades expresadas en números.

5- Explique por qué se usa el punto y coma en las siguientes oraciones.


a- Recordó la casa y a los que vivían en ella: su hija mayor, Laura, con su marido; sus hijos
menores de 12 y 13 años; un amigo de toda la vida, don Carlos; su ahijado Guillermo, y
las dos empleadas que ayudaban con la limpieza.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
b- El patio estaba oscuro y primero no pudo ver nada; pero después, fijándose bien,
observó una forma larga que daba vueltas sobre sí misma.
88
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
6- Redacten una oración usando el punto y coma.

LOS HOMÓFONOS
Los homófonos son aquellas palabras que tienen una pronunciación igual o similar pero su
ortografía y su significado son diferentes. Esto sin duda ocasiona errores de escritura, especialmente cuando
se desconoce su significación o su forma.
A continuación presentemos una lista con los homófonos que presentan errores con más
frecuencia.
A- AHÍ, HAY, ¡AY!
AHÍ : ADVERBIO DE LUGAR Estuve ahí
HAY: VIENE DEL VERBO HABER No hay clases
¡AY! INTERJECCIÓN ¡Ay, me duele!

B- HABER/ A VER
HABER (TENER) Tiene que haber comida en la heladera
A VER (MIRAR) Vamos a ver televisión

C- TUVO/ TUBO
TUVO (VERBO: tener) No tuvo clases
TUBO (SUSTANTIVO: caño) El tubo se rompió

D- IBA/I.V.A
IBA: Viene del verbo ir Iba temprano a la escuela.
IVA: significa impuesto valor agregado Debes agregarle el IVA al precio que te dio.

E- VAYA/VALLA/ BAYA
VAYA: viene del verbo ir Ojalá no vaya.
VALLA: cerca o vallado Separó el terreno con una valla.
BAYA: fruto La baya es un fruto rojo, pequeño y carnoso.

F- A/HA
A: PREPOSICIÓN Vamos a tu casa
HA: Se utiliza para los verbos conjugados en Juan no ha comido.
pretérito perfecto compuesto. Acompaña a No ha terminado su tarea.
los participios (terminados en ado-ido).

89
G- BELLO/ VELLO
BELLO: viene de belleza ¡Qué bello niño!
VELLO: pelo que recubre casi todo el cuerpo Tiene mucho vello en los brazos.

H- HECHO/ ECHO
HECHO: viene de hacer Es un hecho sobrenatural o fantástico.
ECHO: viene de echar, sacar afuera Me echó a la calle/ No echo al perro por el frío
I- HAYA/ HALLA
HAYA: del verbo haber Ojalá no haya clases
HALLA: del verbo hallar, encontrar. No halló la clave

J- RALLAR/ RAYAR
RALLAR: desmenuzar con un rallador Rallar el pan
RAYAR: estropear o dibujar con rayas Rayó el disco/ Me rayó el dibujo.

K- CAYÓ/CALLÓ
CAYÓ: del verbo caer Se cayó en la calle.
CALLÓ: del verbo callar Se calló la boca.

7- Completen los espacios en blanco con los homófonos que correspondan


(ahí/hay/ ¡Ay!)
¡…..! ¡Viniste en bicicleta! Bueno, dejala …..,en la cochera. Tenemos mucho que estudiar
para el examen de Literatura. …….muchos cuentos que todavía no leímos.
(a ver/ haber)
Tiene 1500 pesos en su………………………………
Tiene que ……………………………………….galletitas en alguna parte. Vamos ……………………….si
hay en el kiosco de la esquina.
(tuvo/tubo)
……………………que arreglar el ……………………………..de la cañería
El……………………………….es una pieza hueca y cilíndrica, en cambio si decimos
………………………nos referimos al verbo tener conjugado en la tercera persona del pretérito
perfecto simple del modo indicativo.
(iba/IVA)
Julián………………….a pagar en efectivo, pero como le hacían descuento del 20 por ciento
sobre el ………………pagó con tarjeta.
(rayar/rallar)
¡Me …………………la hoja con los deberes!
¡Parecés un disco……………………………….con tus quejas!
Deberías………………………….el pan con el otro………………………………….. 90
(bello/vello)
¡Qué …………………………tienen!
¡Qué …………………………tienen los ojos!
(cayó/calló)
Se …………………….al suelo en Educación física.
Se…………………………….en clase porque la retó la profe.
(a/ha)
No …………salido a jugar
Salió……………jugar y no ……….llegado todavía
(haya/halla)
Ojalá…………………………….aprobado
No……………………………………la salida
(vaya/valla)
Saltó la …………………………….sin mirar.
…………………………….a dirección y hable con quien corresponda.
(echo/hecho)
El refrán dice: “A lo …………………… ,pecho”
Me ……………………….de su casa.
El……………………………..delictivo se produjo alrededor de las 20:20.
No ha………………………..nada grave.

CLASES DE PALABRA SEGÚN SU ACENTUACIÓN


En castellano, todas las palabras de más de una sílaba se pronuncian acentuando una de
ellas, es decir, pronunciándola con más fuerza. La sílaba acentuada se llama sílaba tónica.
Según cuál sea la sílaba acentuada, las palabras se clasifican como se observa en el cuadro.

Sílaba Última Penúltima Antepenúltima Anterior a la


acentuada antepenúltima
Clases Agudas Graves Esdrújulas sobresdrújulas
Ejemplos pizarrón camino lámpara explíqueselo

2) Subrayen la sílaba tónica en cada palabra y coloquen junto a cada una A,G,E o S,
según sean agudas, graves, esdrújulas o sobresdrújulas
….justicia ….sábana .….reloj .….muéstreselas
.…tambor .….dulcísimo .….amarillo ….revés
.…déjemelo .….lapicera .….contaron ….local
.….lección .….color .….arregló ….persiana
.….cariño .….ruido .….minúsculo …..tórax
91
ACENTUACIÓN DE PALABRAS GRAVES Y AGUDAS
Sabemos que las palabras esdrújulas y sobresdrújulas llevan tilde. Pero ¿qué sucede con
las palabras graves y agudas?
Las palabras agudas se acentúan cuando terminan en n s o vocal. Por ejemplo: oración,
cantó.
Las palabras graves se acentúan cuando no terminan en n s o vocal. Poe ejemplo: lápiz,
ángel.
3) Subraya la sílaba tónica de las siguientes palabras y luego ubícalas en el cuadro
según sean agudas, graves, esdrújulas o sobresdrújulas
Compás, Matemática, acérqueselo, exclamar, repiqueteo, telón, cartucho, aéreo, coliflor, tímido,
compañía, lúcido, realizar, realice, subráyemelo, campeón, baúl, sórdido, limpio, azúcar, burbujas.
AGUDAS GRAVES ESDRÚJULAS SOBRESDRÚJULAS

4) Las palabras compañía y baúl no cumplen con la regla general de acentuación ¿Por
qué?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………..
5) No toda palabra terminada en “on” lleva tilde. Coloque las tildes que faltan en las
siguientes palabras y luego explique la regla.

Cancion- contaron- mortificacion – mortificaron- escalon – salieron- escucharon

6) ¿Qué sucede con las siguientes palabras cuando las pasan al plural?

Volumen:……………………… examen:……………….... joven:…………..………… margen:…………..………..


Las palabras se convierten en………………………………………………por lo tanto llevan tilde.

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7) Taller de escritura:
Al siguiente cuento de Joaquín Gómez Bas le faltan las tildes. Reponelas donde correspondan y
luego en tu carpeta concluye el cuento. No olvides agregar un título que anticipe el tema.
Estaba de pie bajo la ducha. Me di un susto tremendo cuando senti su viscosa presencia
deslizandose entre mis piernas enjabonadas a la altura de los tobillos. Atine a aferrarme de la llave
del agua; si no, me desnuco contra el borde de la bañera.
Permaneci inmovil bajo el chorro tibio, indagando al acecho de la repeticion del caso. Y lo
vi nitidamente cuando se produjo un claro en la superficie espumosa ¡Un cocodrilo!
Enorme, verdoso. No entiendo como cabiamos los dos en tan reducido espacio. Lo pienso
erguido sobre su cola y seria tan alto como yo. Pero ahora no se movia tendido a lo largo, a un
costado, en su evidente proposito de no molestarme.
Para mortificarlo me aprete contra los azulejos de la pared, baje la palanca al maximo y al
instante salio en agua hirviente…

CASOS ESPECIALES DE ACENTUACIóN: MONOSíLABOS Y ENFáTICOS


8) Tacha en la siguiente lista las palabras que no sean monosílabos
Mar sol pie sal bien sin mal maíz baúl mes dos fue dio tío fe país fue vio
va así

Los monosílabos por regla general no llevan tilde pero algunos de igual forma y distinta
función sí la llevan para diferenciarse. Esta tilde se llama diacrítica.

Los monosílabos con acentuación diacrítica son los siguientes:

Sin tilde Con tilde


El : artículo (El auto) Él: pronombre (Él tiene un auto)
Tu: adjetivo posesivo (Tu casa) Tú: pronombre personal (Tú tienes casa)
Te: pronombre personal (Te quiero) Té: sustantivo (Quiero tomar té de manzanilla)
Mas: adverbio, significa pero (Vino, mas se fue) Más: adverbio de cantidad (Quiero más helado)
De: Preposición (Jugo de naranja) Dé: Verbo (dar) (No le dé café)
Se: pronombre personal (Se quieren mucho) Sé: Verbos: saber y ser (Sé mucho para la
prueba) (Sé bueno con la maestra)
Mi: adjetivo posesivo (Mi perro) Mí: pronombre personal (Es para mí)
Mi: sustantivo, nota musical.
Si: conjunción condicional (Si pudiera me iría a Sí: adverbio de afirmación (Sí estudié)
París) Sí: pronombre personal (Volvió en sí)
Si: sustantivo, nota musical.
Aun: adverbio, significa incluso, inclusive, Aún: adverbio, significa todavía (Aún no lo
hasta, siquiera (Le sale bien aun sin esforzarse) conozco)
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9) Coloquen las tildes en los monosílabos que corresponda y luego explique oralmente
cómo los usó en cada caso.
 Tu querías mas te pero no quedaba mas en la tetera.
 Sócrates dijo: solo se que no se nada.
 Decile que si cuando te invite a salir
 El cartel que el miraba decía: “Se compasivo con los animales”.
 A mi me gusta mi pelo lacio.
 Aun quedan dos horas de clase.
 Ni aun el estaba enterado de su premio.
 Se puso su pantalón de cuero y se fue bailar.
 Ya se por qué discutieron: tu no le dejaste ver el partido y el no te dejó ver la novela.

10) Redacte oraciones utilizando los siguientes pares de palabras: de- dé/ mi-mí/ se-sé/
te-té/ si-sí

ACENTUACIÓN DE PRONOMBRES ENFÁTICOS


Los pronombres qué, quién, cómo, cuándo, dónde, cuánto, cuál llevan tilde
cuando son exclamativos o interrogativos directos o indirectos.
El uso del por qué y del porque
Por qué se escribe separado y con tilde cuando indica interrogación o exclamación
directa o indirecta ¿Por qué llegaste tarde? Porque se escribe junto y sin tilde cuando
respondemos una pregunta o lo usamos como conector que indica causa –consecuencia:
llegué tarde porque no pasó el colectivo.

8- Redacten las preguntas perdidas de la siguiente entrevista. Recuerden que deben usar
los pronombres enfáticos y que las preguntas deben ser coherentes con las respuestas.
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Nací en Córdoba pero hace 10 años que vivo en Buenos Aires.
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Desde chiquito mi papá siempre a la cancha y cuando volvía a mi casa seguía pateando la
pelota
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Mis ídolos son Maradona y el “loco” Gatti.
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Con mis compañeros me llevo bárbaro. Más que un equipo, parecemos una familia.
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Me voy a jugar a Europa porque es una oportunidad única para continuar mi carrera, pero
mi corazón queda en Argentina.
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Mi sueño es ganar el mundial.
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