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Lección Para Esperantes en el Espíritu Santo

El Ayuno en la Vida Cristiana,


Primera parte.

“Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los
fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con
ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. Pero vendrán días cuando el esposo les será
quitado, y entonces en aquellos días ayunarán”. (Marcos 2:18-20)

Hace tan solo unos días tuve una breve conversación relacionada con el ayuno la cual me motivó hacer este estudio. La
situación es, que este es otro de los temas doctrinales que está cayendo en entredicho. Según el criterio de algunos el
ayuno no es necesario para el cristiano porque su intención es tratar de comprar a Dios con buenas obras lo cual es
completamente inadecuado. ¿Cuánto de cierto hay en este criterio? ¿Es el ayuno un ejercicio espiritual que todavía sigue en
vigencia? Veamos:

¿Qué es ayunar?
Ayunar, del griego νηστεία, de ne, prefijo negativo, y esthio, comer. Abstenerse de comer.

El ayuno en la historia
“El ayuno está muy enraizado en todas las antiguas religiones y muy positivamente valorado por la Biblia como signo del
reconocimiento de la condición frágil y pecadora del hombre frente a la soberanía y santidad de Dios”. Diccionario Bíblico
Pastoral

La primera mención del ayuno en las Escrituras aparece en el libro de los Jueces, cuando en la guerra civil contra la tribu de
Benjamín los israelitas fueron inicialmente derrotados. “Los hijos de Israel... ayunaron aquel día hasta la noche; y ofrecieron
holocaustos... preguntaron a Jehová...” (Jue 20:26-27). Como podemos ver aquí se menciona el ayuno relacionado con la
oración.

En otra ocasión el pueblo fue reunido por el profeta Samuel en Mizpa “y ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra Jehová
hemos pecado” (1 Samuel 7:6). En esta ocasión como resultado de una actitud de contrición, arrepentimiento y confesión.

La práctica del ayuno era muy común entre los Israelitas, ellos lo hacían como medio de implorar la protección divina contra
una calamidad (Joel 2:12-17) o antes de emprender una difícil empresa (Jueces 20:26); (Ester 4:16); (Hebreos 13:2-3), como
señal de luto por una desgracia familiar (2 Samuel 12:16); (2 Samuel 12:22), o nacional (1 Samuel 7:6); (2 Samuel 1:12);
(Zacarías 8:19), o simplemente como manera de prepararse al encuentro con Dios (Éxodo 34:28)

Después del cautiverio, se añadieron cuatro ayunos anuales en memoria de las calamidades nacionales que había sufrido el
país; (Zacarías 7:1-7; y 8:19).

En el Nuevo Testamento la práctica del ayuno era muy común. La profetisa Ana servía a Dios con oraciones y ayunos (Lucas
2:37). Los judíos devotos ayunaban los lunes y los jueves (Hechos 27:9; Lucas 18:12). Los discípulos de Juan el Bautista
ayunaban (Marcos 2:18). Jesucristo ayunó cuarenta días y cuarenta noches antes de la tentación, (Hay quienes no lo ven
como un ayuno por el hecho de que estaba en el desierto donde no había comida, pero recordemos que si Él hubiese
querido comer lo hubiese hecho con tan sólo pedir a las piedras que se convirtieran en pan o con ordenar a los cuervos que
le trajeran comida como pasó con Elías. La frase “tubo hambre” debe entenderse como lo que sintió una vez terminado el
ayuno) (Mateo 4:2). Asimismo, se menciona el ayuno de Cornelio (Hechos 10:30), de Los dirigentes en Antioquía que
ayunaron antes de ordenar a Pablo al ministerio del evangelio (Hechos 13:2, 3), el apóstol Pablo siguió la misma práctica
cuando ordenaba ancianos en las iglesias locales que él establecía (Hechos 14:23). Se menciona también el ayuno de Pablo y
Bernabé (Hechos 14:23). etc., etc. etc. ¿Podríamos atrevernos a pensar que todos estos creyentes del primer siglo
estuvieron equivocados al practicar el ayuno?
Por 300 años el ayuno fue una práctica común en la iglesia cristiana naciente. Siglos más adelante con la declaración del
cristianismo como religión oficial del estado romano por el Concilio de Nicea (324 d. C.), él mismo comenzó a declinar en
fuerza, debido a que en la Europa Occidental no era bien visto el ayuno y la falta de sueño por el sólo hecho de castigar el
cuerpo.

En la actualidad han surgidos varias corrientes teológicas que desechan el ayuno como una práctica vigente. Tal vez lo que
está ocurriendo es que él mismo es considerado como un acto religioso, poco apreciado por la moderna cultura secular. El
pensamiento teológico que más lo rechaza es lo que se conoce como: “la teología dispensacionalista de la gracia”. Esta es
una teología que se opone a casi toda, por no decir toda, práctica cristiana, argumentando que si la salvación es
absolutamente por gracia, cualquier práctica hecha por un cristiano es un intento a “comprar” por medio de obras lo que
Dios regaló.

Al referirse al ayuno ellos comentan lo siguiente: “El ayuno no es una señal de piedad ni de espiritualidad. Si fuera así, los
que hacen “huelga de hambre” para forzar a que se satisfagan sus reclamos serían personas piadosas.
Lo mismo personas de distintas religiones que practican ayunos prolongados: islamismo (Ramadán); budismo; catolicismo;
judaísmo (Yon Kipur); etc., serían súper espirituales y súper piadosas”… El ayuno físico aviva y potencia aún más los deseos
de la carne… Dios no acepta ayunos físicos religiosos, porque si las bendiciones se alcanzaran por obras, entonces por
demás murió Cristo”.

¿Tienen razón los dispensacionalistas de la gracia en lo que afirman?


Sí y no. Sí, en cuento a que la salvación es absolutamente por gracia y no hay nada que pueda hacer el hombre para
merecerla. En realidad Dios ha decidido regalarnos la salvación por cuanto es “casi” imposible ser perfecto. Digo “casi”
porque Dios considera que se puede ser perfecto y hasta lo demanda (Mateo 5:48). La declaración bíblica más evidente de
lo que es perfección está contenida en las palabras de Pablo: “Ya no vivo yo más vive Cristo en mí”. Por cuanto era
imposible por medio de la ley justificarnos para con Dios el Señor mandó a su Hijo para redimirnos de la maldición de la Ley.
Es por eso que somos salvos por gracia.

Ahora bien, no estoy de acuerdo totalmente con este sistema de pensamiento ya que afirma que si la salvación es por
gracia, nada más se debe hacer. Creo que cuando el cristiano verdadero produce en su vida buenas obras no es con la
pretensión de agradar y conquistar el favor del Padre por medio de ellas, sino como “resultado” de su amor hacia él y la
compresión de lo que Él significa para su vida. Dicho en otras palabras; “El cristiano verdadero no hace lo bueno porque
desee evitar el castigo y el juicio del Padre, sino porque le tiene en un alto concepto, una inmensa estima y le ama
entrañablemente. Sus buenas obras son el resultado de que es salvo, no la causa de su salvación.

(Continuará)
Lección Para Esperantes en el Espíritu Santo

El Ayuno en la Vida Cristiana,


Segunda parte.

El fin del ayuno


Ayunar en sí no es lo importante sino la finalidad con lo que se hace.

Opino que la “la teología dispensacionalista de la gracia” falla porque pierde de vista lo más esencial en este asunto: el
propósito en el ayuno. Ayunar por el sólo hecho de ayunar no debe ser considerado como ayuno cristiano. Según nosotros y
ellos entendemos, hay personas que ayunan por protesta o huelgas, otros lo hacen para servir a sus ídolos. También hay
quienes lo practican con fines se salud, como para adelgazar, controlar algunas enfermedades, etc. ¿Están ellos haciendo el
ayuno cristiano por el sólo hecho de abstinencia de alimentos? Bueno creo que la misma pregunta se aplica para los que se
pasan todo un sábado durmiendo o simplemente sin salir a trabajar: ¿Observaron el día de reposo porque no realizaron
trabajo alguno? La respuesta en cada caso es muy clara: ¡No!

Lo importante del ayuno, de la observancia del sábado, del acatamiento de la ley de salubridad, etc. está en su “finalidad”.
¿Con qué propósito se haces? Eso es lo que determina si es correcto o incorrecto. Cuando el Señor censura el ayuno que
estaban haciendo los Israelitas en Isaías 58, o el ayuno que hacían los fariseos del Nuevo Testamento, no censura al ayuno
en sí mismo. ¡Que nadie se confunda en esto! Él censura la finalidad con la que ellos lo realizaban, no la práctica en sí
misma. En Isaías 58 dice que el ayuno que Él deseaba era un ayuno que tuviera estrecha relación con sus intenciones de
bien para los seres humanos. En relación al ayuno que hacían los fariseos con el propósito de mostrar por medio de él su
aparente religiosidad, no les dice que dejaran de ayunar, sino que no lo hicieran con fines publicitarios de autofidelidad sino
con fines de verdadera consagración ante Dios, orando y ayunando a su Padre en lo secreto, que Él le recompensaría por
ello en público.

¿El ayuno buscas comprar el favor de Dios?


“El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres,
ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé
propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece,
será humillado; y el que se humilla será enaltecido”. (Lucas 18:11-14)

He aquí un ejemplo de alguien que erradamente intenta ganarse el favor de Dios por medio de actos. Pero, si afirmamos,
debido a este ejemplo, que no se debe ayunar porque lo que le importa al Señor es la humillación como la del publicano,
entonces tendíamos que aceptar que tampoco se debe diezmar, o no se debe ser diferente a los pecadores, puesto que
estas prácticas también las realizaba el fariseo de la parábola. Nuevamente sale a la luz la “intención” o la “finalidad” acerca
de lo que se hacía. La Biblia no dice que este hombre no fuera justificado por lo que realizaba, lo que dice es que el
publicano fue justificado primero. En realidad lo que estaba intentando hacer el fariseo era comprar con buenas obras el
favor de Dios y por ese camino no lo iba a lograrlo.

Ahora, la pregunta clave es: ¿intento comprar el favor de Dios cuando ayuno? ¡Pues claro que no! Es importante entender
la finalidad del ayuno para darse cuenta que no podemos dejar de hacerlo.

La finalidad del ayuno


La práctica del ayuno fue enseñada por Dios a su pueblo y fue incluida en las leyes dadas al mismo. Había ciertos ayunos
anuales. Se ayunaba el día de la expiación (Levítico 16:29, 31; 23:27–32; Números 29:7) En estos textos no encontramos
directamente la palabra ayuno pero los comentaristas creen que se hace referencia directamente a él, cuando se utiliza el
término: “afligiréis vuestras almas”.

Existen varias finalidades cuando Dios nos sugiere el ayuno. Algunas son: a- La mortificación de la carne para el
fortalecimiento de la vida espiritual, b- La obtención de claridad mental que proviene de una abstinencia de los alimentos, y
que capacita a la persona para percibir la voluntad de Dios en forma más clara, c- La búsqueda de la presencia de Dios de
manera más objetiva, d- El poder tener control sobre la naturaleza carnal, e- El revestimiento de Poder por medio del
Espíritu Santo para realizar milagros que únicamente se realizarán a través del ejercicio de la oración y el ayuno (Mateo
17:21), etc. (Si dejamos de ayunar entonces esos diferentes “géneros” especiales de los que Cristo habla no tendían sus
debidas respuestas).

Muchas son las finalidades más por lo que debemos ayunar y muchos son los beneficios que se obtienen por medio del
ayuno. Ciertamente el ayuno es un acto de tu voluntad, Dios no exige que ayunes pero espera que lo hagas. Un aspecto
clave obviado en muchas ocasiones es el asunto del “libre albedrío”. Cuando Dios te concede la libertad de hacer cosas,
espera que las hagas; que uses la libertad que te regaló para agradarle. Cuando el Señor le pidió a Jonás que fuera a
predicarle a los Ninivitas puso delante de ellos una posibilidad de salvación. A ellos le tocaba decidir sobre esa posibilidad, Él
no les obligó a tomar la determinación más adecuada, sólo le puso delante de sí mismo, la vida y la muerte, el bien y el mal.
Los Ninivitas comprendieron lo que Dios les estaba insinuando y decidieron voluntariamente implorar su favor. Entonces si
pusieron en ayuno, desde el rey hasta las bestias, y el Señor se movió a misericordia.

No es este el único caso, también tenemos el de la rebelión de Israel en el tiempo de los Jueces, Él les habló muy enojado:
“Mas vosotros me habéis dejado, y habéis servido a dioses ajenos; por tanto, yo no os libraré más. Andad y clamad a los
dioses que os habéis elegido; que os libren ellos en el tiempo de vuestra aflicción. Y los hijos de Israel respondieron a Jehová:
Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te parezca; sólo te rogamos que nos libres en este día. Y quitaron de entre sí
los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová; y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel”. (Jueces 10:14-16). No vemos
aquí una referencia a la práctica del ayuno pero sí el uso voluntario del libre albedrío cuando “quitaron” los dioses ajenos y
“sirvieron” a Dios. O sea, “hicieron cosas” para demostrar su arrepentimiento. Los dispensacionalistas de la gracia bien
podrían decir que ellos estaban tratando de negociar con Dios, de comprar su favor, etc. Sin embargo eso depende de que
perfil estés mirando el asunto. Si lo mira como los dispensacionalistas, entonces reconocerás que ellos tenían malas
pretensiones, pero si lo ves como en realidad fue, o sea una muestra de verdadero pesar y de arrepentimiento, entonces
comprenderás por qué Dios fue angustiado a causa de la aflicción de Israel y les perdonó su agravio.

(Continuará)

Cuestionario:
1- ¿Ayunar por el sólo hecho de ayunar debe ser considerado como ayuno cristiano?
2- Mencione algunos de los beneficios del ayuno.
Lección Para Esperantes en el Espíritu Santo
El Ayuno en la Vida Cristiana,
Tercera parte.

Un asunto preocupante
Cada vez se aumentan más los sistemas de pensamientos que tienden a poner en tela de juicio las doctrinas básicas de la
cristiandad. Sin embargo: ¿acaso no es preocupante que la iglesia del Nuevo Testamento, la iglesia cristina primitivas y la
mayoría de las iglesias que surgieron después de la reforma, hayan observado algunas de esas normas, como el ayuno por
ejemplo, sin contradicción ni problema, y más bien hayan condenado y tenido por herejías las interpretaciones que los
rechazaran? ¿A caso no preocupa que algunas de las “nuevas interpretaciones” sobre doctrina vengan de personas que no
tienen una vida espiritual correcta, en la que algunos hasta vivan en adulterio, y pertenecen a otra forma de doctrina con la
cual no estamos de acuerdo? ¿No nos preocupa que tuviera que pasar casi 2000 años, tendiendo que aceptar que la iglesia
cristiana supuestamente se equivocó desde sus mismos inicios, para que algunas de estas aparentes verdades empezaran a
surgir según se cree como debieran, sobre todo en el peor tiempo apocalíptico? ¿No es preocupante que en nuestra iglesia
los hombres y las mujeres más espirituales a los cuales Dios les revelaba sus mensajes fueron personas cuya vida estaban
envueltas en el ayuno y la oración? ¿No nos llama la atención que los momentos en los que más cerca nos hemos sentido
de Dios y en lo que hemos tenido mejores experiencias espirituales han sido cuando estábamos en ayuno y oración? ¿No
nos preocupa desechar una de las armas más eficaces para fortalecernos espiritualmente y quedarnos desarmados? Creo
que si a otros no le preocupa, a nosotros sí nos debería preocupar.

Puesto que el ayuno está basado en el fortalecimiento del espíritu, en el crecimiento de la vida espiritual y en el
acercamiento a Dios, no puede considerarse una práctica pasada de moda, ni mucho menos una ley ritual únicamente para
Israel.

El ayuno y la salud física


En el libro "Ayuno: La Dieta Máxima", escrita por el Dr. Alan Cott, él dice: "Debemos devolver el ayuno al sitio que ocupó en
una antigua jerarquía de valores 'que están por encima de la medicina'. Tenemos obligación de redescubrirlo y restaurarle
su honor porque es una necesidad. Un ayuno benéfico de varias semanas, como se practicaba en los primeros días de la
Iglesia, era para dar fuerza, vida y salud al cuerpo y al alma de todos los cristianos que tenían el valor de practicarlo." Tal
como el ayuno puede ayudar a sanar el cuerpo físicamente, así da poder al espíritu también. ¿Dónde está el poder de los
cristianos hoy en día? Quizá no tienen poder, porque han olvidado la importancia del ayuno y tienen temor de hacerlo. "Y
les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno." MARCOS 9:29 Pastor Scott P. Brown Elbe - Acapulco,
GRO, México

Complicaciones en la Salud
“El principal cambio que se da durante la práctica del ayuno es que el sistema digestivo pasa de tener un papel receptor de
alimentos a ser un eliminador de toda clase de residuos, con lo que el organismo comienza un proceso de reparación y
purificación. No obstante, durante periodos excesivamente largos de tiempo, comienzan a sobrevenir complicaciones de
salud asociadas con la inanición. La inanición incluye desbalances de electrolitos, caída de pelo, lanugo, arritmia cardíaca y
fallo renal”.

Beneficios en la salud
“Investigación sugiere que hay grandes beneficios de salud de restricción calórico. Los beneficios incluyen riesgos reducidos
de cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes, resistencia de insulina, desorden inmune, y más general, la reducción
de la velocidad de envejecimiento, y el potencial para aumentar el periodo de vigencia máximo”. Wikipedia

Cuestionario:
1- Pruebe que el ayuno es una práctica vigente
2- Pruebe que el ayuno es una práctica que contribuye a la salud física
Lección Para Esperantes en el Espíritu Santo
¡Tú eres Importante!

“... Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un
solo cuerpo, así también Cristo...
Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo
miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.” 1 Corintios 12:12-27

– ¡No puede ser, siempre he sido un hombre sano!...

Rafael no podía creer lo que el médico le estaba diciendo. Él era un joven de apenas 18 años de edad y desde niño estaba
acostumbrado a jugar, correr y caminar por los verdes prados donde vivía, pero ahora todo era diferente. Su cuerpo se
encontraba enfermo, el menor ejercicio le agotaba en extremo al punto en que le parecía que se podía morir en cualquier
momento. No entendía por qué su estado de ánimo se encontraba tan deteriorado, nada le llamaba la atención, y sin
explicárselo las lágrimas le brotaban con mucha frecuencia...

–Tienes problema en una de las glándulas endocrinas de tu organismo –dijo el médico– se llama tiroides y parece que se ha
descompuesto su funcionamiento. Ella debe segregar cierta cantidad de sustancia que ayuda en tu metabolismo; si su
funcionamiento se daña provoca muchos trastornos esa es la razón por la que te sientes así. Pero no te asustes el problema
se arreglará con este sencillo plan...

Una de las cosas más importante en la vida cristiana es poder mantener personalmente una buena salud espiritual que
puede influir en la salud general del Cuerpo de Cristo aquí en la tierra. Su iglesia. Quizás te preguntes: ¿Pero es realmente
tan importante mi condición espiritual para el buen funcionamiento del Cuerpo de Cristo? ¿Será que la iglesia se daña si yo
no realizo mi función correctamente? La respuesta sin duda alguna, es. Sí.

¿Por qué huyó Israel delante de un débil enemigo cuando parecía que la victoria contra Hai era segura? ¿Cómo podemos
entender el mal pago que dieron los hijos de Israel a la familia de Jerobaal matando a casi todos sus hijos, si él había sido un
libertador para ellos? ¿Cuál es la razón para que todo un pueblo se descaminara en pocos días después que fue bien
instruido por David y Salomón en el temor de Jehová por casi 80 años? Hay un común denominador en la causa que
provocaron esos problemas. En cada uno de ellos, el mal funcionamiento de un miembro en el pueblo sano.

Por el contrario ¿Por quién fue que se restituyó el verdadero culto a Jehová en el Templo cuando los sacerdotes lo habían
contaminado? Por un niño pequeño llamado Samuel. ¿Quién fue el que hizo volver al pueblo del error de su camino cuando
extraviado y confundido servía a otros dioses? Un miembro del pueblo de Dios tan pobre y humilde que su vestidura era
hecha de pieles de animales y su comida y guarida se encontraba en el monte.

Los más grandes beneficios que se hayan realizado al Pueblo de Dios no estuvieron exclusivamente en manos, como a veces
creemos, de grandes líderes. En realidad los mejores aportes han sido hechos por miembros fieles que trabajan
desinteresadamente y con un gran amor en el progreso de la obra de Dios. Sin esos modestos esfuerzos la tarea realizada
hasta el presente sería imposible. Jamás debiéramos olvidar que cuando el pueblo de Israel estaba perdido en sus
tradiciones y rituales fatalistas, cuando la religión que ellos profesaban no satisfacía las más profundas necesidades del ser
humano, cuando nuestro mundo se encontraba vacío y sin esperanza y el cuerpo de los hijos del Señor divagaba sin razón ni
sentidos. En un humilde paraje de la galilea antigua se levantó un grupo de miembros especial que cambiaron los designios
y los destinos del Cuerpo Santo de Dios dándole nueva vitalidad y energía. Por eso, amado hermano no te detengas en tu
tarea, ¡Tú eres importante!

Sugerencia:
1- Muestre la importancia de los miembros en el cuerpo de Cristo con ejemplos de la realidad de su iglesia local.

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