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Cómo identificar la confianza y la reciprocidad.

James C Cox.

Este documento utiliza un diseño de tres juegos para identificar el comportamiento de


confianza y reciprocidad. Una gran cantidad de juegos se basan en el supuesto implícito
de que los sujetos no tienen preferencias altruistas o de aversión a la desigualdad con respecto
a los demás. Por el contrario, hay experimentos que demuestran que este supuesto es
erróneo. Descomponer la confianza del altruismo y la reciprocidad del altruismo o la aversión a
la desigualdad es fundamental para obtener información empírica que pueda
guiar el proceso de construcción de modelos que pueden aumentar la validez empírica de la
teoría de juegos.

1. Introducción:
En su trabajo seminal sobre teoría de juegos, von Neumann y Morgenstern (1944, 1947)
creyó necesario desarrollar simultáneamente una teoría de la utilidad y una teoría del juego
para juegos estratégicos. Por el contrario, gran parte del desarrollo posterior de la teoría de
juegos se ha centrado en analizar el juego con exclusión de la teoría de la utilidad. Típicamente
se ha asumido que las utilidades de los agentes son transformaciones afines de (solamente)
sus propios pagos monetarios, esta interpretación de la teoría de juegos
incorpora los supuestos de que los agentes no se preocupan por los demás. Debido a lo frágil
del supuesto anterior ha habido desarrollos de la teoría de la utilidad destinados a mejorar la
validez empírica de teoría de juegos. Por ejemplo, Rabin (1993) y Dufwenberg y Kirchsteiger
(2001) han desarrollado modelos que incorporan percepciones de las intenciones de otros en
las utilidades de los jugadores del juego. En contraste, Levine (1998), Fehr y Schmidt (1999) y
Bolton y Ockenfels (2000) ha desarrollado modelos que incorporan preferencias relacionadas
con los demás (equidad=aversión a la desigualdad=altruismo) en las utilidades de los
jugadores. La fuente de la dificultad es que los diseños experimentales de un solo juego
utilizados para generar los datos en estos experimentos no discriminen entre acciones
motivadas por la confianza o la reciprocidad y acciones motivadas por preferencias hacia los
demás caracterizadas por el altruismo o la aversión a la desigualdad. En el presente trabajo, un
diseño experimental de tres juegos se utiliza para discriminar entre las transferencias
resultantes de la confianza o la reciprocidad y las transferencias resultantes de preferencias
con respecto a los demás que no están condicionadas al comportamiento de otro. Esta
discriminación se basa en juegos dictatoriales que otorgan un primer o un “segundo
movimiento” las mismas opciones viables que en el juego original, pero eliminando los
posibles efectos de las acciones (observadas o anticipadas) del otro agente.

2. Definiciones:

Sean yk e yj los pagos en dinero de agentes k y j. Suponga que las preferencias del agente k
pueden representarse mediante una función de utilidad. Entonces el agente k tiene
preferencias respecto a los ingresos del agente j si su utilidad función, uk(yk, yj ) no es una
función constante de yj.

Otras preferencias: las preferencias sobre los pagos materiales propios y ajenos. Tales
preferencias pueden ser altruistas, aversión a la desigualdad, cuasi-maximino o posiblemente
incluso malévolo.

La reciprocidad positiva: es una motivación para devolver las acciones generosas o útiles de
otro mediante la adopción de acciones que sean generosas o útiles para la otra persona. Una
acción que es positivamente recíproca es una acción generosa que se adopta en respuesta a
una acción generosa. Por lo tanto, el comportamiento recíproco positivo es bondad
condicional que es distinta de la bondad incondicional motivada por el altruismo. Un individuo
que se comporta de una forma recíproca toma decisiones que pueden ser modeladas con
preferencias respecto a los demás que están condicionados a las intenciones percibidas detrás
de las acciones de otros.

La confianza: es inherentemente una cuestión de creencias que un agente tiene sobre el


comportamiento de otro. Una acción que implica confiar en otro es aquella que crea la
posibilidad de mutuo beneficio, si la otra persona coopera, y el riesgo de pérdida para uno
mismo si la otra persona deserta. Si el primer jugador en un juego de forma extensiva cree que
el segundo jugador puede tienen preferencias respecto a los demás, o están motivados por la
reciprocidad positiva, entonces el primero el jugador puede hacer una transferencia que
aumente la eficiencia al segundo jugador. El primer jugador puede hacer esto, incluso si él
mismo tiene preferencias personales(egoístas) cuando cree que es poco probable que el
segundo jugador deserte, es decir, si confía en el segundo jugador.
3. El juego de la inversión:

El diseño experimental de Berg, Dickhaut y McCabe para el juego de inversión consiste: los
sujetos se dividen en dos grupos, el grupo de la sala A y el grupo de sala B, cada sujeto
individual recibe diez billetes de $1. A los sujetos de sala B se les indico que se quedaran con
los $10 y a los sujetos de la sala A se les informa que cada uno de ellos, puede transferir a una
persona anónima emparejada en la habitación B cualquier número entero de sus propios diez
billetes de $1, del 0 al 10, y se quedan con el resto. Cualquier cantidad transferida por los
sujetos A es multiplicada por 3 por el experimentador antes de ser entregado al sujeto B.
Luego a cada sujeto de la sala B se le da la oportunidad de devolver parte, todo o nada del
monto triplicado de la transferencia de la persona anónima emparejada en la habitación A

Si se supone que los sujetos tienen preferencias personales, entonces la teoría de juegos
predice que: los sujetos de la habitación B se quedarán con todos los montos triplicados
transferidos por los sujetos de la habitación A y sabiendo esto, los sujetos de la habitación A no
transferirán ninguna cantidad positiva. Los resultados fueron que el monto promedio
transferido por los sujetos de la habitación A fue de $ 5.16 y el promedio la cantidad de vuelta
por los sujetos de la habitación B fue de $4,66 en contradicción con la teoría de las
preferencias egoístas. El diseño experimental de Berg, Dickhaut y McCabe no permite
distinguir entre las transferencias resultantes de la confianza, la reciprocidad o las preferencias
incondicionales hacia los demás.

4. Diseño y procedimientos experimentales:

El experimento involucra tres tratamientos:

1) El tratamiento A: que es igual al juego de inversión de Berg, Dickhaut y McCabe.

2) El tratamiento B: es un juego de dictador que difiere del tratamiento A solo en que los
individuos del segundo movimiento (sujetos sala B) no tienen una decisión que tomar; por lo
tanto, no tienen oportunidad de devolver parte del importe recibido.

3)El tratamiento C: difiere del tratamiento A de la siguiente manera. Los primeros en mover
(Sujetos sala A) no tienen que tomar una decisión. Cada segundo jugador recibe $10

dotación. Los primeros en mover reciben dotaciones en montos iguales a los montos
mantenidos (es decir, no enviados) por los primeros en mover en el tratamiento A. Además,
los segundos en mover en el tratamiento C reciben montos adicionales en dólares iguales a los
montos recibidos por los segundos en mover en el tratamiento A, de las cantidades triplicadas
enviadas por los primeros en mover en el tratamiento A. Los sujetos son informados con una
tabla de la relación inversa exacta entre el número de dólares adicionales recibidos por un
segundo jugador y la dotación del primer jugador anónimo emparejado. Todas las
características de diseño anteriores son información común proporcionada a los sujetos
excepto por un item. A los sujetos en el tratamiento C no se les informa que las cantidades
inversamente relacionadas de la dotación del primero en moverse y el adicional del segundo
en moverse son determinado por las decisiones de los sujetos en el tratamiento A.

Hubo seis sesiones de experimentación, dos por tratamiento. Ningún sujeto participó en más
de una sesión de experimento. Había 30 pares de sujetos en el tratamiento B y 32 pares de
sujetos en cada uno de los tratamientos A y C.

5. Discriminación entre preferencias con respecto a los demás y confianza o


reciprocidad.

El tratamiento B difiere del tratamiento A solo en que los segundos jugadores no tienen una
decisión a tomar; por lo tanto, no tienen la oportunidad de devolver nada. Dado que los
"segundos jugadores" no pueden devolver nada en el tratamiento B, los primeros jugadores no
pueden estar motivados por la confianza de que lo harán. En cambio, en el tratamiento A los
primeros en moverse pueden estar motivados para enviar cantidades positivas tanto por la
confianza como por el altruismo. Por lo tanto, las conclusiones sobre si las transferencias del
primer jugador en el juego de inversión (tratamiento A) están parcialmente motivados por la
confianza se basan en la diferencia entre los tratamientos A y B en las cantidades de dinero
enviadas por los primeros jugadores a los segundos.

Dado que los primeros jugadores no pueden enviar nada en el tratamiento C, los segundos
jugadores no pueden estar motivado por la reciprocidad positiva, es decir, la necesidad de
devolver una acción amistosa por parte de un primer jugador. Por el contrario, en el
tratamiento A, los segundos jugadores pueden estar motivados para devolver resultados
positivos. Así, las conclusiones acerca de si las transferencias del segundo jugador en el juego
de inversión están parcialmente motivadas por reciprocidad se basan en la diferencia entre
los tratamientos A y C en las cantidades de dinero devuelto por los segundos jugadores a los
primeros jugadores.
5.1 Implicaciones de un modelo de preferencias sobre resultados.

Confianza:

Se dirá que un primer jugador emprende una acción en el juego de inversión que demuestra
confianza si la acción elegida: da una cantidad positiva de la dotación de dinero del primer
jugador al segundo jugador y es arriesgado para el primer jugador, en el sentido de que la
cantidad de dinero que se envía es mayor que la cantidad que maximizaría la utilidad del
primer jugador si no le devolviera nada al segundo jugador. Si un primer jugador tiene
preferencias racionales, entonces el acto de enviar cualquier cantidad positiva implica
confianza porque el primer jugador perderá utilidad si el segundo jugador no devuelve al
menos tanto dinero como el que el entregó. Pero un primer jugador puede tener otras
preferencias. Ya que, en el juego de inversión cualquier cantidad enviada por

el primer jugador se triplica, un primer jugador con preferencias altruistas podría preferir dar

el segundo mover algo de dinero, incluso si sabía que no recibiría nada a cambio. De este
modo el mero hecho de enviar una cantidad positiva de dinero no es evidencia de un
comportamiento de confianza a menos que se sepa que los primeros en moverse tienen
preferencias racionales. Suponga que cada sujeto en cada par tiene preferencias sobre sí
mismo y sobre el par. Estas preferencias pueden ser de consideración hacia los demás o hacia
uno mismo. Si las preferencias son egoístas entonces la utilidad es una función constante del
pago en dinero del otro. Si las preferencias son diferentes, entonces pueden ser altruistas o
adversas a la desigualdad. En el tratamiento B, un primer jugador elige una cantidad para
enviar del conjunto S ∈ (0;10). La elección en el tratamiento B, sb implica:

u1(10 − sb, 10 + 3sb) -> u1(10 − s, 10 + 3s), para todo s ∈ S. (1)

Ahora suponga que la cantidad de dinero sa que el primer jugador le da al segundo jugador en

tratamiento A es mayor que la dada en B, entonces podemos concluir que el primer jugador ha
mostrado confianza.

Si sa>sb entonces la declaración (1) y la cuasi-concavidad estricta de u1 implica que el primer


jugador tendrá una utilidad menor de la que podría haber obtenido si hubiera sabía que el
segundo jugador no devolvería nada:

u1(10 − sa, 10 + 3sa)<u1(10 − sb, 10 + 3sb) (2)

porque sa ∈ S.

Reciprocidad:

La pregunta es si los segundos jugadores en el juego de inversión eligen acciones más


generosas después de que el primer jugador les haya enviado dinero.

Se dirá que un segundo jugador emprender una acción que muestre reciprocidad positiva si la
acción elegida es una cantidad positiva de dinero y si es costoso para el segundo jugador, en el
sentido de que el monto devuelto es mayor que la cantidad que maximizaría la utilidad del
segundo jugador en ausencia de la generosa acción del primer jugador. Un segundo jugador
con preferencias racionales no devolverá dinero al primer jugador. Pero un segundo jugador
puede devolver dinero al primer jugador motivado por altruismo o su aversión a la
desigualdad. Por lo tanto, el mero hecho de que el segundo jugador devuelva dinero al
primero no es evidencia de reciprocidad. Pero el juego del dictador del tratamiento C, junto
con el tratamiento A permite identificar acciones recíprocas, como sigue. Un segundo jugador
en el tratamiento C recibe una dotación que está inversamente relacionada con la dotación del
sujeto apareado. Las dotaciones de un par de sujetos en el tratamiento C están determinados
por la decisión de un primer jugador (distinto) en el tratamiento A (pero los sujetos no

no saber esto). Así, las dotaciones de un par de sujetos del tratamiento C están dadas por
(10−sa, 10+3sa). En el tratamiento C, un segundo jugador elige una cantidad para devolver del
conjunto R(sa) entre 0 y 3sa. La elección en el tratamiento C, rc implica

u2(10 + 3sa − rc, 10 − sa + rc) u2(10 + 3sa − r, 10 − sa + r), para todo r ∈ R(sa) (3)

Suponga que el segundo jugador le devuelve al primer jugador en el tratamiento A una


cantidad positiva de dinero o, quizás, incluso una cantidad mayor que la que envió el primer
jugador. Esto en sí mismo, no apoya la conclusión de que el segundo jugador fue motivado por
reciprocidad porque la elección asumida podría haber sido motivada por la maximización de
preferencias altruistas incondicionales o adversas a la desigualdad con respecto a los demás.
Sin embargo, si uno observa que ra > rc, entonces puede concluir que el segundo jugador
estuvo motivado por la reciprocidad porque la cantidad de dinero devuelta es demasiado
grande para ser plenamente contabilizada por preferencias incondicionales respecto a los
demás. Esto se sigue de notar que ra > rc, el enunciado (3) y la cuasi-concavidad estricta de u2
implican

u2(10 + 3sa − ra, 10 − sa + ra)<u2(10 + 3sa − rc, 10 − sa + rc) (4)

porque ra ∈ R(sa).

Al principio, podría parecer inconsistente con la maximización de la utilidad que un sujeto


devuelva una cantidad de dinero. Pero una norma social para la reciprocidad puede cambiar
las preferencias de un agente sobre los pagos materiales. Tal norma puede ser incorporada en
una teoría de la utilidad al introducir la posibilidad de que las preferencias de un agente sobre
los resultados pueden depender del comportamiento observado de otro. Específicamente, con
respecto a la reciprocidad.

Así, sea λa una variable de estado que depende de la cantidad de dinero enviada por el primer
jugadorval segundo jugador en el tratamiento A:

λa = f (sa). (5)

La utilidad para el segundo jugador de los pagos monetarios en el juego de inversión puede ser
condicionada a la variable de estado de reciprocidad. Por lo tanto, no es necesario que haya
inconsistencia entre la desigualdad (4) y la desigualdad de preferencia condicional norma,

u2

λa (10 + 3sa − ra, 10 − sa + ra)

u2

λa (10 + 3sa − r, 10 − sa + r), para todo r ∈ R(sa). (6)


Para incorporar a la teoría de juegos la posibilidad de que los agentes puedan ser motivados
por reciprocidad, es necesario incluir la posibilidad de que las preferencias de los agentes
sobre los resultados puedan estar condicionada a la conducta observada de los demás.

6. Comportamiento de los sujetos.

Primero se discutirá el comportamiento de los sujetos en el juego de inversión y


posteriormente, los datos de los tres tratamientos se utilizarán para determinar si existe apoyo
empírico para la conclusión de que el comportamiento de los sujetos se caracteriza por la
confianza y/o reciprocidad.

6.1. Decisiones de primer y segundo jugador en el juego de inversión.

La Figura 1 muestra los montos enviados y devueltos por los sujetos en el tratamiento A. La
barra negra sólida para cada par muestra la cantidad enviada por el primer jugador y La otra
barra muestra la cantidad de vuelta por el segundo jugador

En la Fig. 1, 26 de los 32 pioneros enviaron montos positivos. ¿Esto es confiar? La comparación


del comportamiento en los tratamientos A y B permitirá responder A esta pregunta. La Figura
1 también muestra que 17 de los segundos jugadores arrojaron cantidades positivas y parece
haber una relación general creciente entre las cantidades devueltas y montos enviados. ¿Es
este comportamiento recíproco? Comparación de comportamiento en los tratamientos A y C
permitirá responder a esta pregunta
6.2 Identificar la confianza, la reciprocidad y el altruismo.

La Figura 2 muestra el número de primeros jugadores en los tratamientos A y B que enviaron


cantidades variando de $0 a $10. Las barras blancas representan el tratamiento A. Las barras
negras sólidas representan los datos del tratamiento B. Lo primero a tener en cuenta en la Fig.
2 es que 19 de los 30 pioneros en el tratamiento B enviaron cantidades positivas de dinero a
los sujetos emparejados. Por lo tanto, hay pruebas sustanciales de preferencias
incondicionales (Altruismo) con respecto a los demás en estos datos.

La Figura 2 muestra que seis sujetos enviaron $0 en el tratamiento A mientras que 11 sujetos
enviaron esta elección en el tratamiento B. En el otro extremo, 13 sujetos enviaron todos los
$10 en el tratamiento A mientras que cuatro sujetos tomaron esta decisión en el tratamiento
B. Esta pronunciada diferencia sugiere que el comportamiento de los primeros jugadores en el
tratamiento A resultó en parte de la confianza. Otra diferencia notable en la Fig. 2 es de $5:
siete primeros en mover enviaron esa cantidad en el tratamiento A pero solo tres lo hicieron
así en el tratamiento B.
¿Existe un apoyo estadísticamente significativo para la existencia de confianza en los datos?

La segunda columna de la Tabla 1 informa que la cantidad media enviada por los primeros en
mover fue de $ 5.97 en el tratamiento A y $3.63 en el tratamiento B. El monto promedio
enviado en el tratamiento A es significativamente mayor que la del tratamiento B por la
prueba t de dos muestras de una cola (p = 0.010) informada en la cuarta columna de la Tabla 1.
Por lo tanto, la prueba de medias apoya la conclusión de que los sujetos mostraron confianza
en el juego de inversión. Como se informa en la Tabla 1, el Mann- de una cola y la prueba de
Whitney también detectan que las cantidades enviadas del tratamiento A son
significativamente mayores que las cantidades enviadas al tratamiento B (p = 0,010). Por lo
tanto, todas estas pruebas respaldan la conclusión de que existe una confianza significativa.
comportamiento en el juego de inversión.
En la Fig. 3, las barras blancas muestran los montos devueltos en el tratamiento y las barras
negras sólidas muestran las cantidades devueltas en el tratamiento C (el juego del dictador de
control de reciprocidad). Lo primero a tener en cuenta en la Fig. 3 es que 13 de los 32
segundos jugadores en el tratamiento C dieron cantidades positivas de dinero a los sujetos
emparejados. De este modo, hay pruebas sustanciales de preferencias incondicionales
respecto a los demás en estos datos.

El eje del piso en la Fig. 3 registra las cantidades enviadas por los primeros jugadores. El eje del
suelo es etiquetado con combinaciones de números/letras. El número es la cantidad enviada y
la letra designa un primer jugador que envió esa cantidad en el tratamiento A. Algunas
diferencias notables entre los tratamientos A y C se muestran en la Fig. 3. Primero considere
las 13 observaciones para el cual el monto enviado fue de $10. Para esta categoría, cinco de los
13 segundos jugadores en el tratamiento A devolvió montos mayores o iguales a $10. En
cambio, sólo uno de los 13 segundos jugadores en el tratamiento C devolvió un monto mayor
o igual a $10. Otra diferencia notable aparece con las nueve observaciones para el cual el
monto enviado varió de $5 a $7. Para esta categoría, cinco de los nueve segundos en el
tratamiento A devolvieron más de lo que se envió. En cambio, sólo uno de los nueve segundos
jugadores en el tratamiento C a los que se enviaron montos entre $5 y $7 devolvieron una
monto mayor o igual al monto enviado. Hay tres observaciones para las cuales los montos
“devueltos” en el tratamiento C exceden los montos devueltos en el tratamiento A cuando los
montos enviados son bajos, oscilando entre $0 y $4.
¿Existe un apoyo estadísticamente significativo para la existencia de reciprocidad en los datos?

La tercera columna de la Tabla 1 informa que el monto promedio devuelto por los segundos
jugadores fue de $ 4.94 en el tratamiento A y $ 2.06 en el tratamiento C. El monto promedio
devuelto en el tratamiento A es significativamente mayor que el del tratamiento C por la t de
dos muestras de una cola. -test (p = 0,018) informado en la cuarta columna de la Tabla 1.

7. Observaciones finales.
Este experimento con un diseño de tres juegos identifica el comportamiento de confianza y
reciprocidad. Este patrón de resultados, y los resultados de muchos otros experimentos de
equidad, son inconsistentes con los equilibrios perfectos en subjuegos donde los agentes
tienen preferencias racionales. Una vez demostrado que los agentes no son siempre racionales
es importante saber diferenciar las causas por los cuales los individuos se desvían de estas
preferencias, este experimento permite diferenciar entre preferencias condicionales de
confianza o reciprocidad que dependen de como actúen los otros individuos y preferencias
incondicionales respecto a los demás.

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