Año 6 No.

23 Mayo-Julio 2023

E l año 2025 será un año jubilar para la Iglesia Universal. Desde ahora el Papa
Francisco nos está invitando para prepararnos espiritualmente para este tiempo
de gracia.
En la carta que el Papa Francisco le envía a Monseñor Rino Fisichella,
Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización,
después de señalar los sufrimientos que ha pasado la humanidad por la pandemia
dice: “Debemos mantener encendida la llama de la esperanza que nos ha sido dada,
y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al
futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras.  El próximo Jubileo
puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de
un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente.  Por esa razón elegí el
lema Peregrinos de la Esperanza” (Carta del Santo Padre Francisco A S.E. Mons.
Rino Fisichella para el Jubileo 2025).
También nos propone el Papa “redescubrir las cuatro Constituciones del
Concilio Vaticano II, junto con el magisterio de estas décadas, para orientar y guiar
al pueblo de Dios” (Mons. Rino Fisichella), con la finalidad de unirnos al deseo
del Santo Padre, ofrecemos en este número, artículos que nos ayudarán a meditar y
redescubrir el gran valor que contienen para nuestra Iglesia, las Constituciones del
Concilio Vaticano II. Ojalá que sean de gran apoyo para todos los agentes de pastoral.
A nivel continental nos estamos preparando para celebrar los 500 años de las
apariciones de la Virgen de Guadalupe, por eso es importante tener presente la ruta
que nos va marcando la Iglesia Latinoamericana en la novena guadalupana.
Todos estos materiales que presentamos, serán un apoyo para seguir caminando
como Iglesia Diocesana, en sintonía con la Iglesia Universal y Latinoamericana.
Finalmente ponemos en sus manos los materiales para la evaluación del “Año
de la Sinodalidad”, cuyas fechas están ya próximas.
Que Nuestra Señora de la Asunción de las Aguascalientes, interceda por esta
Diócesis que es suya, para que tanto agentes de pastoral así como todos los fieles,
caminemos juntos construyendo una Iglesia misionera y sinodal.

Pbro. Lic. Rogelio Pedroza González

Vicario Episcopal de Pastoral.

1
 1

Carta del Dicasterio para la Evangelización

que pide redescubrir las Cuatro
Constituciones del Vaticano II
3

El Vaticano II, referencia

imprescindible en la iglesia actual
P. Francisco Merlos Arroyo
4

La Constitución Sacrosanctum
Concilium (SC) del Concilio
Vaticano II
"Los discípulos, por tanto, se quedaron en Jerusalén
P. Lic. Manuel Aranda Soto esperando al Espíritu Santo que Jesús les había
12 prometido. Cuando llegó el día de Pentecostés,
estaban todos reunidos en un mismo lugar"...
La fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más
La Constitución Dogmática importante del año litúrgico en donde los cristianos
Lumen Gentium (LG), sobre la tenemos la oportunidad de vivir intensamente la
relación existente entre la Resurrección de Cristo, su
Iglesia, del Concilio Vaticano II Ascensión y la venida del Espíritu Santo.
P. Lic. Manuel de Jesús Romero Gálvez Esta festividad se celebra cincuenta días después de
17 la Pascua, poniendo fin al periodo pascual.

La Constitución dogmática
"Dei Verbum" (DV), sobre la
Divina Revelación
P. Dr. Eduardo Córdova González
21

La Constitución
"Gaudium et Spes" (GS)
P. Julio Guerrero Esparza
25

Novena Intercontinental
Guadalupana
P. Lic. José Alfredo Vázquez Fonseca
29

Proceso de Evaluación del

Año de la Sinodalidad
32
 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

3
 Revista de Pastoral
El Vaticano II, referencia imprescindible
en la Iglesia actual
1. Abordar el acontecimiento Conciliar después
de medio siglo, nos induce a buscar su signifi-
cado histórico, teológico y pastoral. Tal significa-
do procede de diversas causas que le dieron origen.
Por una parte, las inercias adquiridas por la Iglesia
en los últimos siglos, su desubicación frente a las
nuevas situaciones socioculturales, y sus cons-
tantes pugnas ante todo lo que ella percibía como
amenaza a la integridad de su fe y la realización
de su misión. Por otra parte, existían los anhelos y
el malestar de muchos cristianos que reclamaban
un cambio cualitativo en su Iglesia, unido a los
innumerables esfuerzos de muchas personalidades
cristianas, que hacían avanzar sus investigaciones
y estudios para retornar a las fuentes más puras de
la revelación y de la fe. Asimismo crecía el auge
de la racionalidad moderna y la primacía de las
4
P. Francisco Merlos Arroyo
ciencias humanas, a tal grado que el espíritu de la
época, mientras se volvía más crítico quería some-
terlo todo al veredicto de la ciencia como criterio
absoluto y único de la verdad. Finalmente, surgió
la figura providencial e inspiradora de Juan XXIII,
que captando los signos de los tiempos, supo leer-
los a la luz penetrante del Evangelio, para desen-
trañar en ellos las intenciones profundas del Señor
de la historia.
2. El Concilio quiso ser desde el inicio, punto
de llegada de todos los que dentro y fuera de
la Iglesia, pudiesen dar alguna contribución a las
intenciones y propósitos de un suceso de propor-
ciones universales. Para lo cual la convocatoria,
preparación, celebración, y posterior proyección
de las determinaciones conciliares, debía ser la

expresión de una Iglesia que, mirándose con ho-
nestidad a sí misma, pudiese ser un «signo creíble
levantado ante los pueblos». Su tono de libertad y
su espíritu esperanzador y solidario, serían las for-
talezas que hicieran pasar a la Iglesia de las desca-
lificaciones al diálogo. Era necesario contemplar
al mundo no como «profetas de desventuras»,
sino como creyentes que creen en la conducción
providente del Señor. Si el mundo estaba en una
constante ebullición, se requería igualmente que
la Iglesia estuviera a su altura, en una permanen-
te actitud de aggiornamento (actualización), asu-
miendo la divisa de la Ecclesia Semper reforman-
da (Iglesia en estado de renovación continua).
3. La asamblea conciliar tenía la convicción de
que no sería posible renovar nada significati-
vo en la Iglesia y en su acción misionera, si no se
atrevía a revisar su paradigma teológico, es decir,
su forma de pensar, de entender, de interpretar y de
hablar acerca de su fe, sobre todo en cuestiones vi-
tales como la Palabra de Dios, la persona de Jesús,
la Iglesia, los ministerios, la historia donde Dios
se revela, el mundo donde se vive el seguimien-
to de Cristo, la salvación, la revelación y muchas
otras realidades teológicas. El Concilio estableció
con toda claridad este criterio, al revisar primero
la manera como la Iglesia entendía su fe mediante
la teología, antes de querer renovar su vida y su
acción pastoral, litúrgica, moral y misionera. Di-
cho criterio no siempre fue asimilado con todas sus
consecuencias por parte de los creyentes, los pas-
tores y los agentes de la pastoral. Muchos vivieron
un verdadero conflicto. Por un lado, querían que
la misión de la Iglesia respondiera adecuadamente
a los nuevos escenarios y desafíos que se le plan-
teaban, pero, por el otro, no estaban dispuestos a
cambiar nada o muy poco de sus antiguas mane-
ras de interpretar la fe cristiana. Algunos pensaron
de inmediato que, por ser un Concilio de carácter
pastoral, se trataba únicamente del cambio en las
formas de trabajo, en los métodos y en la organi-
zación, olvidando que detrás de todo eso estaban
primeramente las mentalidades teológicas, las ac-
titudes y el estudio serio de las nuevas situaciones
de los hombres y mujeres contemporáneos.
5
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
4. El objetivo primordial del Concilio fue esplén-
didamente trazado por el Papa Juan XXIII, en
su memorable discurso de inauguración, donde se-
ñalaba al mismo tiempo su óptica fundamental, el
espíritu que debía animarlo y la actitud evangélica
que la Iglesia adoptaría con relación misión. Ten-
dría que mirar en tres direcciones: la fidelidad a
su la riqueza perenne de la Revelación contenida
viva; la atención cuidadosa a los nuevos escenarios
del mundo contemporáneo; y el anuncio del Evan-
gelio en un lenguaje entendible a su generación.
Las palabras del Papa Juan aún resuenan en el co-
razón de la Iglesia, para conservarlas en la memo-
ria cristiana todavía por mucho tiempo:
El objetivo esencial de este Concilio no es una
discusión sobre tal o cual tema de la doctri-
na fundamental de la Iglesia, una discusión
que recogiera ampliamente la enseñanza de
los Padres y de los teólogos antiguos y mo-
dernos, que se supone está siempre presente y
resulta familiar a los espíritus. Para esto no se
necesitaba un Concilio [...] Nuestro deber no
es tan sólo guardar este precioso tesoro como
si no tuviéramos más preocupación que la del
pasado, sino dedicarnos decididamente y sin
temor a la obra que exige nuestra época, pro-
siguiendo de este modo el camino que reco-
rre la Iglesia desde hace veinte siglos [...] El
espíritu cristiano, católico y apostólico, está
esperando en el mundo entero un salto ade-
lante, hacia una penetración doctrinal y una
formación de las conciencias que corresponda
más perfectamente y con mayor fidelidad a la
doctrina auténtica, que, sin embargo, debe ser
expuesta según los métodos de investigación
y de presentación que usa el pensamiento mo-
derno. Una cosa es la sustancia de la doctrina
antigua contenida en el «Depósito de la Fe», y
otra cosa es la formulación con que se la revis-
te, guiándose para sus formas y su proposición
por las necesidades de un terreno sobre todo
pastoral [...] Hoy la Iglesia prefiere el remedio
de la misericordia más que el de la severidad;
piensa atender a las necesidades de la hora
presente, mostrando el valor de su enseñanza,
más bien que renovar sus condenaciones.
(Discurso pronunciado por Juan XXIII el 11 de
octubre en la basílica de San Pedro, en el acto de
inauguración solemne del Concilio ecuménico
Vaticano II).
 Revista de Pastoral
1. El Concilio Vaticano II como acontecimiento, su vida con él, expresándola en los nuevos esce-
documento escrito y proyecto de Iglesia narios históricos, y trazando estrategias para que
Estas miradas pueden adoptarse como claves de todo el mundo pudiera encontrar en la Iglesia, el
interpretación, que nos dan una visión complexiva espacio donde resplandeciera con claridad la más
sobre la asamblea conciliar. pura esencia del mensaje de Jesús.
1.1 El acontecimiento.
Se sitúa en el momento histórico de la segunda
mitad del siglo XX. En el acontecimiento enrai-
za la experiencia, cuya memoria permanece como
sustento inagotable de ese paso del Espíritu por la
vida de la Iglesia. En cuanto tal, se percibe como
convocatoria a la comunidad creyente, a fin de
confrontarla con las nuevas realidades del tiempo
y verificar hasta qué punto sigue siendo significati-
va y creíble. Y de no ser así, reconocer con lealtad
evangélica las carencias que le impiden ser "sacra-
mento del Reino en el mundo". El acontecimiento
conciliar está integrado por cuatro fases: ante-pre-
paratoria, preparatoria, celebrativa y prospectiva.
Cada una de ellas tuvo su peculiar significado en
su proceso global. Ellas fueron los ejes que asegu-
raron la dinámica interna del evento conciliar, de-
bido al esfuerzo sostenido, a la pluralidad de pos-
turas, al amor y la pericia de todos los actores, y a
la entrega incondicional de los hombres y mujeres,
que hicieron posible la asamblea conciliar con su
sabiduría.
1.2 El documento escrito.
En realidad el acontecimiento se refleja en varios
textos, elaborados durante las cuatro fases arri-
ba mencionadas, dichos textos tienen el papel de
testigos de aquel hecho histórico. En primer lugar
hay que destacar los dieciséis documentos finales
(Constituciones, decretos, declaraciones), los cua-
les reflejan el arduo camino que tuvo que recorrer
el Concilio para llegar a su aprobación y promulga-
ción final. Para interpretar y entender los dieciséis
textos finales, es necesario leerlos a la luz del acon-
tecimiento vivido. De esa forma se podrán descu-
brir las intenciones auténticas, los conflictos, las
carencias y hasta los intereses de grupos diversos,
con sus tendencias, sus opiniones y sus opciones.
En los textos podemos visualizar las expectativas
de una comunidad católica que, por la voz del Con-
cilio, pretendía ser fiel al Evangelio, confrontando
6
1.3 El proyecto.
El acontecimiento y el documento escrito, sólo
harían historia cuando se expresaran en opciones
operativas, en compromisos transformadores, en
ministerios pastorales que fomentaran los cambios
requeridos, de acuerdo al designio de Dios y a las
aspiraciones de los hombres y mujeres de la época.
Este paso es quizá el más desafiante y delicado,
porque en todos los sectores de la Iglesia, jerár-
quicos y laicales, existen actitudes fundamentales
y posturas que a menudo traicionan la misión y la
Buena Nueva del Reino de Dios, confundiéndola
con los mezquinos intereses personales o de grupo.
Celebrar eventos de Iglesia y escribir documentos
puede ser saludable y hasta meritorio, pero tam-
bién puede ser una trampa para distraer la aten-
ción, para tranquilizar la conciencia, o para no per-
mitir que el Espíritu transforme las mentalidades,
los criterios, las conductas pastorales y las falsas
jerarquías de valores.
2. Los tiempos del Concilio Vaticano II: antes,
durante y después
Mucho se ha escrito sobre la trascendencia y los
impactos de aquel acontecimiento singular, cele-
brado en la década de los años 60’s del siglo pasa-
do. Hoy nadie pone en duda que fue el evento más
relevante en la Iglesia y más allá de sus fronteras.
Ayuda mucho a comprender el significado profun-
do del Concilio, si lo situamos en tres momentos
privilegiados de su devenir histórico: el antes, el
durante y el después.
2.1 Antes
2.1.1 Fuera de la Iglesia
En la segunda mitad del siglo XX, se vivían aún
las secuelas de la barbarie de la Segunda Guerra
Mundial, que generó la carrera armamentista y la
llamada Guerra Fría, sostenida por los dos grandes
bloques ideológicos: capitalista y socialista. Surgía

la emancipación de numerosas colonias en Áfri-
ca y en Asia. Se daban las masivas protestas es-
tudiantiles en las principales capitales europeas y
latinoamericanas; aparecía el movimiento hippie,
la liberación sexual y la cultura de las drogas, la
enorme influencia de los Beatles en el campo mu-
sical, de la minifalda y los jeans en el campo de la
moda y las corrientes feministas y de género en el
ámbito social. Comenzaban los viajes espaciales,
se iniciaban las investigaciones en el campo de la
bioética, la biotecnología y la ingeniería genética,
de la informática, de la cibernética y de la comu-
nicación digital. Se vivía la explosión de la novela
latinoamericana y la tensión entre dictaduras, re-
volución y democracia. En América Latina se ha-
blaba de guerrillas como vía privilegiada para la
conquista del poder y el cambio social (Cuba era
el prototipo).
Se vivía la impopular Guerra de Vietnam. Se
creaba el Mercado Común Europeo (después Co-
munidad Europea). Se iniciaba el protagonismo de
la llamada Cuenca del Pacifico Asiático (China,
Japón, Taiwan, Corea...). Se recrudecía el conflic-
to árabe-israelí, como lugar de enfrentamiento de
las dos ideologías predominantes. Las sociedades
del mundo se emancipaban irreversiblemente del
tutelaje de las Iglesias tradicionales, dando como
resultado el avance imparable del secularismo y
de la racionalidad moderna y posmoderna. La in-
dustrialización, el urbanismo, las migraciones, el
incremento de la población obrera, y la consoli-
dación de los estados modernos, que enfrentaban
7
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
estos nuevos fenómenos sociales con sus propios
recursos. Se hablaba de problemas complejos que
requerían soluciones prontas y solidarias al ham-
bre, la paz, los derechos humanos y culturales de
los pueblos y la defensa del medio ambiente. Todo
ello como preludios del cambio de época, de la
globalización y de la llamada ética universal, que
ya se anunciaba y hoy involucra a todos por igual.
Existía la crisis y decadencia de muchas uto-
pías. As mismo la aparición de regímenes totalita-
rios (marxismo-leninismo), dictaduras militares en
numerosos países y el enfrentamiento entre países
subdesarrollados y los que se decían desarrolla-
dos. La ONU era el espacio privilegiado de enten-
dimiento entre los pueblos. Se hicieron presentes
corrientes culturales que ponían en entredicho los
viejos fundamentos en que se fincaban los prin-
cipios éticos de las sociedades anteriores: aborto,
eutanasia, pena de muerte, bioética, sicoanálisis.
En fin, surgía un mundo en proceso imparable de
descristianización, que comenzaba a cuestionarlo
todo, descubriendo en las ciencias del conocimien-
to y en la tecnología un fenómeno determinante
de su emancipación. Un mundo que, gracias a las
corrientes modernistas, vaciaba de su carácter so-
brenatural a la revelación y a la fe, sosteniendo que
la razón humana es capaz de acceder por sí sola a
la trascendencia. Ese mundo no era exactamente el
de la «fe espontánea» de la cristiandad sociológica.
Hablaba otro lenguaje, el de una secularidad que
a menudo se deslizaba hacia un secularismo en el
que Dios y el ser humano eran rivales, y había que
optar por uno de los dos. Es por ello que algunos
han afirmado que la década de los 60’s fue como el
final del siglo XX y el inicio del XXI, pues muchas
de las conquistas de ese tiempo se convirtieron
después en paradigmas de conducta, adoptados en
todos los ámbitos de la vida actual.
2.1.2 Dentro de la Iglesia
La solución a la cuestión romana, entre el Papa y
Mussolini había concluido la controversia por los
Estados Pontificios. Pero la Iglesia de ese entonces
llevaba aún la carga de los tres siglos anteriores:
el temor a las nuevas condiciones culturales y el
rechazo a los movimientos filosófico-sociales; la
 Revista de Pastoral

polémica contra los supuestos o reales enemigos produjeron una confrontación con la modernidad y
de la fe; la incapacidad para comprender los signos la posmodernidad. Las nuevas corrientes de pensa-
del tiempo y la dificultad para dialogar con los gru- miento se veían como agresiones a la integridad de
pos sociales que no tenían en la Iglesia católica el la fe. El centralismo romano, la ausencia de diálo-
referente principal de su militancia. go ecuménico con las otras confesiones religiosas,
la homogeneidad católica, que se identificaba con
Esta Iglesia había llegado a una fijación de fór-
la unidad de la fe; la irrelevancia y deliberada ex-
mulas sin avance alguno en lo teológico, moral, li-
clusión de las Iglesias particulares de la periferia;
túrgico y pastoral. De allí que un malestar creciente
el envejecimiento de muchas instituciones y es-
de muchos cristianos, la llevaría a desencadenar ca-
tructuras eclesiásticas; y la primacía de lo canóni-
lladamente una serie de intuiciones y convicciones,
co sobre lo bíblico, lo teológico y lo pastoral, eran
que evolucionaban lentamente, a fin de recuperar
fruto de una cierta herencia venida del Concilio de
los grandes valores evangélicos que se opacaron
Trento y del Vaticano I.
durante siglos. Ese malestar era producto de insa-
tisfacciones que se expresaban en cuestionamientos
internos a la misma institución eclesial, a causa del
distanciamiento entre teología y espiritualidad, en-
tre teología y predicación, entre teología, liturgia y
pastoral, entre teología y mundo moderno.
La Iglesia como institución se veía marcada-
mente alejada de las grandes corrientes de pensa-
miento del mundo contemporáneo. La formación
teológica de los pastores era especulativa y escolás-
tica, sin apego a las fuentes de la Revelación, des-
encarnada y sin clara proyección pastoral. La pie-
dad popular continuaba siendo la alternativa de las
masas cristianas, que nutrían su fe con devociones,
por no tener acceso a un cristianismo evangelizado
y adulto. Mientras tanto, crecía el interés por des-
Desde principios del siglo XX, se sabía tam-
racionalizar el cristianismo, favoreciendo la unidad
bién de los avances silenciosos de los estudios
entre la fe y la vida. Desde el inicio del siglo XX
bíblicos, patrísticos y litúrgicos que anunciaban
aumentaba la preocupación por lo que se llamó «el
la vuelta a las fuentes primeras del cristianismo.
retorno a las fuentes», que consistía en retomar la
Varias tentativas eclesiales de diversa índole sur-
vertiente bíblica, litúrgica y patrística, movimientos
gieron para insertar a la Iglesia en la corriente de
que propiciarían una real renovación de la vida in-
la historia contemporánea, entre las cuales se po-
terna de la vida Iglesia. Por su parte, la teología, se-
dría mencionar, la llamada Nouvelle Théologie (la
parándose poco a poco del predominio de la esco-
Nueva Teología) y el diálogo inicial de la Iglesia
lástica, iniciaba su diálogo no sólo con las fuentes a
con las ciencias modernas y la mentalidad cientí-
las cuales la Iglesia retornaba, sino también con las
fica, sobre todo en los ámbitos académicos y uni-
ciencias humanas y otras corrientes de pensamiento
versitarios. Se vivía una experiencia difícil para
de la época. En todo caso quería estar más atenta a
enfrentar los desafíos históricos con recursos en
la problemática del mundo moderno.
gran parte anquilosados. Muchos percibían que era
Se observaba un repliegue y un inmovilismo necesaria una ruptura de proporciones impredeci-
preocupante de la Iglesia institucional, que venía bles, como condición de la ansiada renovación que
desde los conflictos con la Ilustración, con el Siglo latía en muchos espíritus.
de las Luces y la Revolución industrial, los cuales
8

2.2 Durante
Entre los Pontífices que sirvieron a la Iglesia en la
segunda mitad del siglo XX y los inicios del XXI,
sin lugar a dudas la figura de Juan XXIII sobresale
entre todos, no sólo por su talante profundamente
evangélico, su clarividencia histórica, su sabiduría
y apertura al mundo contemporáneo, sino sobre
todo por la osadía cristiana que tuvo al convocar
el Concilio. Todo lo que se venía madurando des-
de principios de siglo, finalmente encontró en él
una amplia acogida y abrió cauces para que la co-
munidad cristiana pudiera ser «la Iglesia que Jesús
quería y los apóstoles nos dejaron». Al anuncio del
acontecimiento, acompañado de no poco escepti-
cismo, se unió su compleja fase ante-preparatoria
y preparatoria. Se vivía la experiencia de no saber
celebrar concilios y se constataba la actitud con-
servadora de la curia romana, lo cual hacía más
penosa la celebración del Concilio. Sin embargo,
el espíritu de libertad y esperanza, de fraternidad y
participación, alentado por la genialidad profética
del Papa Juan, demostró al mundo entero la cali-
dad humana y evangélica que él deseaba infundir
a toda la Iglesia.
Los 72 esquemas preparatorios, surgidos de
los aportes de la Iglesia universal y elaborados por
la curia romana y sus teólogos, se convertirían en
punto de partida, para dar lugar a los debates con-
ciliares, que se reflejarían en los dieciséis docu-
mentos finales, emanados de las cuatro etapas del
Concilio que se efectuaron entre 1962 y 1965. En-
tre estos documentos cabe destacar las cuatro gran-
des constituciones, que serían la columna vertebral
de la era postconciliar. Entre los grandes protago-
nistas, además del Papa Juan y después Pablo VI,
hay que destacar la convocatoria a los teólogos
más ilustres de la época, incluso a algunos que ha-
bían sido puestos en entredicho por la autoridad
eclesiástica. Ellos fueron los principales artífices
de la teología que nutrió al Concilio. Es oportuno
señalar aquí la ausencia casi total de teólogos del
entonces llamado Tercer Mundo (quizá no existían
aún). Igualmente la notable presencia de obispos
latinoamericanos insignes, que intuyeron que el
Concilio no era un evento más (Helder Câmara,
9
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
Manuel Larraín, Bogarín, Silva Henríquez, Mén-
dez Arceo, Landázuri...); asimismo la participa-
ción de los ortodoxos, de los hermanos separados,
de los laicos y de varias mujeres. La presidencia
del Concilio, nombrada por el Papa en la persona
de los cardenales Lercaro, Doefner, Agagianian y
Suenens, tuvo un papel determinante en la marcha
eficaz de la asamblea conciliar.
La teología comenzó a hacer nuevos caminos
como premisa y sustento de las grandes decisiones
renovadoras que pretendía realizar el Concilio. Era
necesario interpretar la fe de otra manera sobre los
constitutivos esenciales del cristianismo, si de ve-
ras se quería entrar en la corriente de la historia,
dialogando con todos sus interlocutores. Era cla-
ra la convicción: la Iglesia en estado permanente
de renovación estaba abriendo todas sus ventanas
para que entrara aire fresco, según la célebre fra-
se de Juan XXIII. Se estaba gestando el equilibrio
entre la memoria de la sana Tradición cristiana con
la actualidad desafiante, cargada de signos de los
tiempos. Los dieciséis documentos del Concilio,
que miraban hacia dentro y hacia fuera de la Igle-
sia, daban cuenta de la conciencia eclesial en orden
a la acción misionera y pastoral.
2.3 Después
La era postconciliar estuvo acompañada de
una recepción desigual, de entusiasmos desbor-
dantes y a veces ingenuos, de impactos imprede-
cibles, de deseos profundos por plasmar y aplicar
las orientaciones conciliares a corto, a mediano y
a largo plazo. Otro espíritu y otro estilo estaban
surgiendo en la Iglesia, hasta entonces un tanto
adormilada. América Latina no dudó ni un instan-
te en hacer del Concilio su referencia obligada, su
inspiración fundamental y su autoridad indiscuti-
ble en las décadas siguientes. Hubo una ilustre ge-
neración de obispos-profetas que lo tomaron muy
en serio. Comenzó un proceso de conocimiento,
de asimilación y de estudio, de profundización y
de aplicación casi inmediata (ejemplos: la UMAE
en México y Medellín en AL). Surgieron iniciati-
vas numerosas e inéditas en el campo de la Biblia,
la teología, la espiritualidad, la moral, la pastoral,
el compromiso social, la liturgia, la catequesis, la
 Revista de Pastoral

organización, la creación de consejos. Se hablaba 3. Algunas cuestiones pendientes

asimismo de una inminente reforma de la curia
Cabe señalar también algunas cuestiones pendien-
romana, menos jurídica y más al servicio de las
tes que de hecho no han dejado que el Concilio lle-
Iglesias particulares, donde destacaría el principio
gara hasta donde debía llegar. Ello nos hace com-
de la colegialidad episcopal, el protagonismo y la
prender que el Espíritu que quiere hacer las cosas
relevancia teológica de las conferencias de obis-
nuevas, puede ser asfixiado cuando la libertad hu-
pos, que antes se comportaban como simples eje-
mana se empeña en cerrarle los caminos.
cutores de las consignas de la curia romana.
• Se advierte en muchos cristianos un cierto
Los dieciséis documentos conciliares, abor-
cansancio y escepticismo, pues creyeron que
daron cuestiones neurálgicas del Misterio cris-
el Concilio cambiaría repentinamente muchas
tiano, que marcarían definitivamente los años si-
cosas que estaban en abierta contradicción con
guientes. Surgieron nuevos lenguajes, relaciones
el Evangelio. Pero la realidad nos dice que no
y actitudes dentro de la Iglesia y con las instancias
fue así, provocando en muchos espíritus una
seculares. El diálogo de la Iglesia con la cultura
profunda frustración. Las diversas interpreta-
moderna y postmoderna estaba en marcha. África,
ciones que de él se hacen, llevan a descubrir
Asia y América Latina aparecieron en el escenario
posturas que apuestan por la fidelidad a sus
de la Iglesia universal. El Concilio consideró que
operativos teológicos, espirituales y pastora-
las estructuras jurídicas, administrativas, formati-
les; pero existen interpretaciones que olvidaron
vas y pastorales estaban urgidas de profunda reno-
que el Concilio esperaba congruencia entre la
vación. El surgimiento de grupos críticos y profé-
teología que sustentamos y las transformacio-
ticos no se hizo esperar, y la producción teológica
nes que nos pide el momento histórico que vi-
se desencadenó como nunca antes, dando como
vimos.
fruto un rico pluralismo teológico de dimensiones
planetarias. • Se tuvo la impresión de que en el pos-conci-
lio frecuentemente se aplicó la ley en forma
Ciertamente también se vivieron excesos, en-
inapelable, incluso por encima de la primacía
frentamientos, tensiones, ataques al Concilio, in-
que tiene el Evangelio. Prevaleció la organiza-
terpretaciones distorsionadas, aferramiento a una
ción centralista sobre la corresponsabilidad y
tradición que se creía traicionada, deserciones, y
la creatividad de quienes vivían en situaciones
muchas resistencias al cambio de quien menos se
marcadas por la pluralidad. La homogeneidad
hubiera esperado. Hubo personas, comunidades e
se identificó con la unidad, olvidando que en
instituciones demasiado conservadoras, que cre-
la teología paulina, tanto la unidad como la di-
yeron que les habían cambiado la sustancia de la
versidad, son gracias otorgadas por el mismo
fe; la curia romana y numerosos obispos, que aún
Espíritu.
se aferraban obstinadamente a las tradiciones,
se mantuvieron en un extraño escepticismo. En • En el post-concilio se advirtió un cierto empo-
suma, una novedosa esperanza creativa surgía a brecimiento en la producción teológica, quizá
través de un lento proceso asimilativo de las gran- debido a los conflictos y malentendidos que
des propuestas conciliares. La Iglesia universal, en determinados momentos se dieron entre el
no obstante los riesgos que se corrían antes, du- Magisterio de la Iglesia y el magisterio de los
rante y después del Concilio, estaba viviendo una teólogos. Posiblemente se olvidó que ambos
auténtica primavera de libertad, de renovación son carismas del Espíritu destinados a la edifi-
profunda, de rescate y de proclamación profética cación de la comunidad creyente. Ambos están
de los valores esenciales del Evangelio, que quizá subordinados a la Palabra revelada y al Miste-
estuvieron por mucho tiempo silenciados. rio de Dios que en ella se revela. El Magisterio
de la Iglesia ofrece certezas, mientras que el

10

teólogo, además de certezas, ofrece también
hipótesis nuevas de investigación. Magisterio
de la Iglesia y quehacer teológico no son espa-
cios para medir fuerzas, sino diaconías suscita-
das por el Espíritu. Hay que reconocer que el
Magisterio de la Iglesia sin el teólogo se empo-
brece, pero el teólogo sin el Magisterio puede
esterilizarse.
• Asimismo, los derechos humanos y eclesiales,
tan fuertemente proclamados por el Concilio,
en no pocas ocasiones se vieron lastimados
dentro de la Iglesia, a causa de un temor a la
discrepancia, a la sana actitud profética y a
la audacia cristiana para proclamar el Evan-
gelio con signos y lenguajes más acordes con
la cultura contemporánea. Cristianos lúcidos
y clarividentes que aman profundamente a su
Iglesia, han tenido que padecer la sospecha, el
desprestigio y hasta la persecución por parte
de ella.
• Finalmente, no deja de sorprender que en la
Iglesia del postconcilio no se trata de igual
manera a los que tienen actitudes e iniciativas
conservadoras e involucionistas con respecto
a los que buscan otras alternativas más cohe-
rentes con la actualidad. Mientras que a los
primeros se les ve con mucha consideración y
benevolencia, a los segundos se les mira con
atenta suspicacia. Parecería que la fidelidad a
la tradición es un valor casi único, olvidando
que la fidelidad a la actualidad es un sagrado
deber tan necesario como aquél. Fidelidad a la
tradición y fidelidad a la actualidad son dones
del Espíritu que pide forjar con ambas la ar-
monías.
Conclusión
No obstante las oposiciones constatadas antes, du- Bibliografía:
rante y después del Concilio, por parte de espíritus El Concilio Vaticano II: ¿batalla perdida o esperan-
que se aferraban al viejo paradigma de una Iglesia
replegada sobre sí misma, atenta sólo a condenar
errores, hubo una actitud de acogida que produ-
jo cambios significativos, no sólo al interior de la
Iglesia, sino sobre todo con relación a la cultura
emergente. El Concilio entró en un proceso don-
11
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
de era necesaria la incorporación y la identifica-
ción con sus determinaciones, las cuales darían un
rostro diferente a la Iglesia de cara al mundo. Se
trataba de acoger el Concilio no con una obedien-
cia pasiva o acatándolo como conjunto de nuevas
normas inapelables. Era más bien la convocatoria
a una aceptación libre, a una asimilación profunda
de sus aportes esenciales y a una clara opción para
proyectarlo creativamente en todas las instancias
humanas. Es verdad que la proyección de los con-
cilios no siempre ha sido inmediata ni fácil en la
historia de la Iglesia, sino más bien lenta y com-
pleja, pues se trataba de abandonar viejas posturas
que implicaban dolorosas rupturas.
El Concilio, sin embargo, fue penetrando pro-
gresivamente en la vida de la Iglesia. Adquirió una
consistencia, que apuntaba a una nueva era y a mo-
dalidades inéditas de presencia y de servicio, para
realizar el proyecto de Dios en los recientes esce-
narios de la sociedad moderna y postmoderna. A lo
largo de varias décadas, el Vaticano II fue hacien-
do camino, transformando de manera significati-
va numerosas expresiones del tejido eclesial. Una
savia esperanzadora recorría todos los sectores del
Pueblo de Dios, a tal punto que numerosos cre-
yentes pensaron que por fin había llegado la hora
de una profunda renovación. En diversos ámbitos
de la Iglesia comenzaron a moverse muchas cosas,
no sólo por el entusiasmo provocado por el mis-
mo acontecimiento conciliar, sino principalmente
por los nuevos aires de libertad, de participación y
de creatividad a los que convocaba en su intención
más profunda. Los individuos y las comunidades
creían haber redescubierto nuevas razones para se-
guir nutriendo su fe y dar razón de su esperanza. Y
cincuenta años después del inicio del Concilio Va-
ticano II, aún nos estamos nutriendo de esa utopía.
za renovada?, Agenor Brighenti-Juan Carlos Casas
García-Francisco Merlos Arroyo (Coords.), El Va-
ticano II, referencia imprescindible en la Iglesia
actual, Ed. Universidad Pontificia de México-Ins-
tituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, Mé-
xico, 2015 .
 Revista de Pastoral

La Constitución Sacrosanctum Concilium (SC),

del Concilio Vaticano II
Elaboración, análisis, novedad eclesial, perspectivas y retos para la Iglesia de hoy
P. Lic. Manuel Aranda Soto

E l presente escrito es una síntesis de un artículo importante de todos los tiempos la cual se sucede
bien logrado por su autor, en este se reflejan luego de la promulgación de la SC.
solamente unos elementos que es necesario pro- Los Papas Pío X (1903-1914), Pío XI (1924-
fundizar en el escrito original. 1939), Pío XII (1939-1958) y Juan XXIII (1958-
El Concilio Vaticano II ha sido, para muchos, 1963) se muestran particularmente interesados en
la obra de reforma más grande llevada a cabo en la el campo litúrgico y, cada uno a su manera, busca
Iglesia, no solo por el número de los participantes promover la participación activa del pueblo en la
que fueron 2540, sino por los temas tratados en el celebración, elemento primordial de esta Consti-
mismo. tución.
De hecho se puede decir que fue un aconte- Fueron varias las iniciativas de estudio e in-
cimiento original dentro de la Iglesia. El tema que tercambio académico, en este periodo, cabe des-
nos ocupa es la Constitución Sacrosactum Conci- tacar el primer Congreso Internacional de Liturgia
lium, de aquí en adelante citado con las siglas SC; Pastoral celebrado en Asís (Italia) en 1956, el cual
dicha Constitución expone los principios que con- fue un acontecimiento preconciliar significativo.
ciernen a la liturgia, muestra a la Iglesia como su- Muchas de las preocupaciones expuestas allí se
jeto de las acciones litúrgicas y ligado íntimamente verán reflejadas en la promulgación de la Consti-
a todo lo que pertenece al culto divino. tución Litúrgica. 
Elaboración y algunos antecedentes históricos. El 25 de enero de 1959, el papa Juan XXIII
convoca la realización del Concilio Vaticano II. El
El Movimiento Litúrgico, desde sus orígenes, iba
17 de mayo del mismo año el Santo Padre nombra
acompañado por una preocupación eclesiológica
la Comisión Ante preparatoria, que habría de «tra-
de ahí que la liturgia y la eclesiología de este Con-
zar las líneas generales de los temas a discutir por
cilio están íntimamente unidas.
el concilio». La Comisión trabajará en el esquema
El magisterio pontificio de la primera mitad del documento que pasa por tres redacciones antes
del siglo XX, y los trabajos académicos y pastora- de ser entregado a la comisión central de, la que lo
les del Movimiento litúrgico son los antecedentes examina en su quinta sesión, entre marzo y abril de
que preparan e impulsan la reforma litúrgica más 1962.
12

Iniciado el Concilio Vaticano II, el 11 de octu-
bre de 1962, en la cuarta reunión, se da comienzo al
debate acerca del borrador propuesto para la Cons-
titución sobre la Liturgia y de la reforma litúrgica
en general, discusión que se prolonga a lo largo de
quince reuniones. En la apertura de la segunda se-
sión conciliar, ya bajo el pontificado del papa Pablo
VI, el 8 de octubre de 1963 se empiezan a votar
las enmiendas. El voto global de todo el esquema
por parte de los Padres del Concilio se realiza el 22
de noviembre; y el 4 de diciembre del mismo año,
en la solemne clausura de la segunda sesión, en la
Basílica Vaticana de San Pedro, el Sumo Pontífice
promulga la Constitución Litúrgica Sacrosanctum
Concilium del Concilio Vaticano II.
Estructura y análisis
El nombre del documento se toma, como es tradi-
ción en los textos pontificios,  Sacrosanctum Con-
cilium, «Este sacrosanto Concilio». Es cataloga-
do como “Constitución”, es decir, con el máximo
estatus de un texto conciliar, pues lo que presenta pastorales, se puede distinguir en la Constitución
no es un simple cambio de disciplina del tema que una serie de principios conceptuales y celebrativos:
aborda, sino que, bajo los principios doctrinales
expresados, asienta la raíz de una verdadera y pro-
pia reforma. Ofrece una guía segura de renovación
profunda de la vida de la Iglesia para que ésta pue-
da presentar, de cara al mundo, su verdadera natu-
raleza, en su original esplendor.
El texto de la SC está distribuido en 130 nu-
merales. Cada uno de sus siete capítulos se abre
con una introducción doctrinal de alcance discreto,
pero de un contenido denso; a dicha introducción
le siguen las líneas fundamentales de renovación
litúrgica y las indicaciones relativas al desarrollo
de los ritos, según el caso.
El documento inicia con un proemio breve y
solemne, exordio que evalúa la liturgia como ex-
presión del misterio de Cristo en la vida de los fie- tificación de los hombres es llevada a cabo (Cf.
les y como manifestación de la genuina naturaleza
de la Iglesia (SC, 1-4). Presenta «los principios
generales para la reforma y fomento de la sagra-
da liturgia», «el misterio eucarístico», «los otros
sacramentos y sacramentales», «el oficio divino»,
«el año litúrgico», «la música sagrada», así como
«el arte y los objetos sagrados». Finalmente, la
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
Constitución se cierra, a modo de apéndice, con
una declaración sobre la revisión del calendario del
año litúrgico.
A lo largo de cada uno de los capítulos se en-
cuentran dos planos: los principios que tienen que
ver, de forma muy fundamental y general, con la
esencia de la liturgia y su celebración y, por otro
se dan instrucciones normativas para la renovación
práctica de la liturgia romana.
La novedad eclesial
A partir de la promulgación de la Constitución SC,
la Iglesia lleva a cabo una nueva organización del
año litúrgico, cuenta con unos libros litúrgicos re-
novados para cada uno de los sacramentos y sa-
cramentales, da impulso a una rica doctrina con
orientaciones de pastoral sacramental y litúrgica, y
ofrece una mayor comprensión para una participa-
ción del misterio celebrado.
Resaltando los elementos inmediatamente
- La liturgia cristiana es siempre Misterio Pas-
cual de Cristo (SC, n 5, 6, 47, 61, 104, 106,
107 y 109). «La liturgia es la teología hecha
oración». En ella, los signos sensibles signifi-
can y cada uno a su manera realiza la santifi-
cación del hombre, y así el Cuerpo Místico de
Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros,
ejerce el culto público íntegro (SC, 7).
El Misterio Pascual vuelve al centro de toda
la liturgia. Sólo insertándose de nuevo en el
Misterio Pascual, y sacando de ello todas las
consecuencias prácticas, el mundo encuentra la
salvación y se renueva en profundidad la vida
cristiana
- La liturgia ejerce el poder sacerdotal de Cris-
to, mediante el cual Dios es glorificado y la san-
SC, 9). La liturgia tiene una función primera
de alabanza (vertiente ascendente). Pero es a
su vez fuente de salvación para todos (vertien-
te descendente).
– La liturgia tiene una dimensión misionera,
impulsa a los fieles a anunciar a los demás
aquello que han visto y contemplado, a dar tes-
13
 Revista de Pastoral
timonio en la vida de lo que han recibido por la
fe (Cf. SC, 10). Una salvación que no queda en
la santificación personal y que debe ser genera-
dora de justicia, solidaridad, paz y fraternidad.
- La liturgia tiene una dimensión eclesial. El
centro de la Constitución es una profunda me-
ditación sobre el misterio de la Iglesia (Cf. SC,
5). De los sacramentos se nutre la Iglesia, que
continuamente crece y se renueva en la cele-
bración de la eucaristía y en la administración
de cada uno de ellos. De ahí que ninguna otra
acción en la Iglesia alcance la eficacia de la ce-
lebración litúrgica. Ella es la cumbre, el punto
de llegada de toda la acción evangelizadora y
pastoral y, al mismo tiempo, la fuente de la vida
sobrenatural que alimenta su vida y su acción.
- La dimensión pneumatológica de la litur-
gia tiene poco relieve en la SC, sin embargo,
lo que se afirma con relación a la presencia del
misterio, obra gracias a «la fuerza del Espíritu
Santo» (Cf. SC, 6). En la liturgia, el Espíritu
Santo es el pedagogo de la fe y el artífice de los
sacramentos. Toda celebración litúrgica es una
súplica de la Iglesia al Padre para que envíe el
Espíritu Santo y haga de la vida de los fieles
una ofrenda viva a Él.
-La dimensión escatológica de la liturgia, el
«ya pero todavía no» de la liturgia terrena, ce-
lebrada en camino mientras la Iglesia continúa
su peregrinación hacia el banquete celestial que
se celebrará en la nueva y eterna Jerusalén. La
SC hace presente que por la participación en la
liturgia se crea una contemporaneidad entre lo
eterno y lo presente; se crea la comunión entre
la Iglesia celeste y la terrena. Al mismo tiem-
po se renueva la esperanza en lo definitivo que
sólo llegará con Cristo (Cf. SC, 8).
- Participación activa  (Cf. SC, 8, 10, 11, 12,
14, 17, 19, 21, 26, 27, 30, 33, 41, 48, 50, 53, 55,
56, 79, 85, 90, 106, 113, 114 y 124). La natura-
leza misma de la liturgia y el carácter bautismal
de los fieles, exige que éstos sean guiados a una
«participación plena, consciente y activa en las
celebraciones litúrgicas» (SC, 14)  de trabajo grandes intuiciones teológicas.
Las acciones litúrgicas son celebraciones de la
Iglesia, «pero cada uno de los miembros de este
cuerpo recibe un influjo diverso, según la di-
14
versidad de órdenes, funciones y participación
actual» (SC, 26).
Participar en la liturgia significa entrar en el
misterio trinitario; en el misterio del Verbo
encarnado; en el misterio de la Iglesia y de la
asamblea litúrgica.
-La noble sencillez de la liturgia querida por el
Concilio, le llevó a afirmar que, para facilitar
la participación, «los ritos deben resplandecer
con noble sencillez; deben ser breves, claros,
evitando las repeticiones inútiles, adaptados a
la capacidad de los fieles y, en general, no de-
ben tener necesidad de muchas explicaciones»
(SC, 34).
- La celebración litúrgica es acción sagrada
por excelencia de la Iglesia (Cf. SC, 7), es un
don. Se trata del misterio de la salvación en
Cristo, confiado a la Iglesia para hacerlo dispo-
nible en cada momento y en cada lugar por me-
dio del carácter objetivo del rito litúrgico-sa-
cramental.
Es necesario respetar la liturgia y su inmanipula-
bilidad. Ella no es propiedad privada, ni del cele-
brante, ni de la comunidad donde se celebran los
misterios, es una convocación por parte de Dios
para estar en su presencia; es la venida de Dios en
medio de su pueblo; es Dios que sale al encuentro
del mundo. De allí que nadie deba usurpar el pa-
pel de la Iglesia para improvisar o para cambiar las
cosas a su antojo. Nadie debe omitir ritos, ni com-
poner plegarias litúrgicas, ni introducir elementos
extraños para hacerlos más agradables y atractivos.
«Nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cam-
bie cosa alguna por iniciativa propia en la Litur-
gia» (SC, 22).
Logros
La Constitución Litúrgica, al ser el primer docu-
mento surgido a partir de las deliberaciónes con-
ciliares, preparó a los Padres para que abordasen
los otros esquemas del Vaticano II desde una mejor
perspectiva y contribuyó a madurar dentro del aula
La Constitución Dogmática sobre la Igle-
sia, Lumen Gentium, y el Decreto sobre el minis-
terio y la vida de los presbíteros, Presbyterorum

ordinis, representan un gran paso adelante en la
eclesiología al insistir en la triple misión bautismal
de los fieles y en su sacerdocio. Temas que, aunque
no aparecen explícitos en la SC, están presentes
cuando se dice que la liturgia es celebración «del
pueblo santo reunido y organizado». La Constitu-
ción insiste en el derecho y en el deber que tienen
los fieles de una participación plena, consciente,
activa y fructuosa (Cf. SC, 11 y 14), como también
en la ofrenda espiritual que cada uno hace de sí
mismo en el sacrificio espiritual (Cf. SC, 12 y 48).
Está, pues, insinuado el sacerdocio de los bauti-
zados, aunque no llegue a explicitarse. La SC se
limita a citar 1 P 2,9 («el sacerdocio real, nación
santa»), pero sin tematizar el argumento.
Aunque la Constitución dio lugar a un mayor
uso de la lengua vernácula, apela para «que los fie-
les sean capaces también de recitar o cantar juntos
en latín las partes del ordinario de la Misa que les
corresponde» (Cf. SC, 54). y, a partir de estos tex-
tos latinos, se traduce cuidadosamente a la lengua
vernácula.
La Palabra en la celebración litúrgica es uno
de los logros más importantes de la renovación
litúrgica. Ninguna acción litúrgica sin la Palabra.
El Concilio restableció «una lectura de la Sagrada
Escritura más abundante, más variada y más apro-
piada [...] para que aparezca con claridad la íntima
conexión entre la palabra y el rito en la liturgia»
(SC, 35).
Con los Leccionarios, se ha dispuesto una
mesa de la Palabra de Dios más abundante, variada
y apropiada para ser proclamada. Es la primera vez - Se ha de evitar la celebración “revestida de es-
en la historia de la Iglesia que en el leccionario se pectáculo”, infundiendo deleite, asombro, dolor
15
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
tiene una lectura bíblica tan abundante y pedagógi-
camente organizada.
La homilía, tal como se tiene hoy, es decir,
parte constitutiva de la misma celebración sacra-
mental - luego de las lecturas- con la que se han
de exponer los misterios de la fe y las normas de
la vida cristiana a partir de los textos sagrados (Cf.
SC, 24 y 52), es una recuperación querida por el
Concilio; dentro de la historia de la liturgia repre-
senta una novedad por los términos en que hablan
de ella no solo los demás documentos conciliares
sino también cada uno de los libros litúrgicos pos-
conciliares.
La obra realizada en el campo litúrgico es in-
mensa: se han renovado completamente el Ritual,
el Pontifical, la Liturgia de las Horas, el Bendicio-
nal. Además, se ha reorganizado todo aquello que
afecta a la celebración en sus variados aspectos: el
espacio celebrativo, la música, las vestiduras.
Hoy, sin duda, las celebraciones son más par-
ticipadas, poseen elementos de gran valor catequé-
tico: la distinción entre las dos partes de la misa;
la adaptación de los espacios celebrativos (el bau-
tisterio, la capilla penitencial, la mesa del altar no
pegada a la pared -de modo que se puede rodear y
celebrar cara al pueblo-, el ambón como lugar de la
proclamación de la Palabra de Dios, la sede como
lugar del presidente); la introducción de la oración
de los fieles y la obligación de la homilía; los ci-
clos de lecturas bíblicas para las misas de los días
feriales y para circunstancias particulares; la con-
celebración de la santa misa; la liturgia de las horas
y la recomendación para que alguna de sus partes
venga celebrada con el pueblo, entre otras cosas.
Desafíos para la Iglesia de hoy
-Buscar siempre la participación plena y activa en
la liturgia es decir en que los que concurren a ella,
hagan suya la acción sagrada y la vivan como un
acontecimiento de carácter espiritual, realizando
cada cual, ministro o fiel, todo y solamente aquello
que le corresponde según la naturaleza de la acción
y las normas litúrgicas (SC, 26).
 Revista de Pastoral

u otros afectos. Hay quienes apelan en ocasio- narios, en la preparación de los sacerdotes y en la
nes a la necesidad de expresar los sentimientos, especialización de los profesores (Cf. SC, 15 y 18).
de manifestar las emociones, de dar a la liturgia Todavía más: reclama la necesidad de comisiones
un clima por lo general de fiesta y alegría: aun- litúrgicas diocesanas, provinciales y nacionales,
que está intencionalidad es laudable, no hay que con personas expertas en liturgia, música, arte sa-
perder de vista que la liturgia cristiana no es la cro, y actividad pastoral (Cf. 44- 46).
simple suma de emociones de un grupo, ni mucho - La arquitectura litúrgica tiene un papel funda-
menos el receptáculo de sentimientos personales mental en la promoción de la participación plena,
y colectivos. consciente y activa en el culto de la Iglesia (Cf.
- La Constitución establece formas de adaptación SC, 124).
para situaciones particulares, circunstancias que - No se puede prescindir de la música sagrada o
están previstas y es bueno que así sea. litúrgica para entrar de manera auténtica en el espí-
- Promover auténticas celebraciones festivas te- ritu de la liturgia: el carácter comunitario y la nece-
niendo en cuenta la realidad de cada comunidad, saria belleza con la que se debe revestir la liturgia,
sin caer, como se ha dicho anteriormente en “es- exigen la presencia en ella del canto. La Consti-
pectáculos” que vacíen la celebración de su sentido tución considera la Música sagrada «como parte
original. Es decir, revalorando el signo sacramen- necesaria o integrante de la liturgia solemne» (SC,
tal. 112). Por lo tanto, la liturgia siempre estará enmar-
cada por la presencia del canto que lleve también a
- Cuidar la calidad del servicio de la presidencia
la participación de los files y estos no sean simples
en la liturgia en su forma más alta y fecunda, debe
espectadores.
ser un principio de comunión, con la convicción
de que cuanto se realiza no proviene del impulso - Asumir la normativa de los libros litúrgicos
emotivo personal e improvisado, sino que es obra promulgados, para una mejor acción celebrati-
de la Iglesia de Cristo y pertenece a toda ella. va. La observancia y cumplimiento de los do-
cumentos respectivos a la liturgia: La IGMR,
- La claridad e inteligibilidad en la liturgia. En la OGLH, Normas Universales sobre el año litúrgico
liturgia no todo texto se entiende sin más por el y el calendario, El Ceremonial de Obispos, El Pon-
solo hecho de que se lea en la propia lengua; en tifical Romano, así como los documentos propios
muchos casos sin una adecuada interpretación, los de nuestra diócesis, el Plan Diocesano de Pastoral
textos no se comprenden. y las Normas del III Sínodo Diocesano.
- Los ritos mismos deben ser «claros», que no pre- Sin duda quedarán varios retos pendientes pero
cisen de «muchas explicaciones», aunque pueden estos que se presentan bastarían para que poco a
acompañarse de «moniciones» como ayuda para poco vayamos haciendo de nuestras celebraciones
la comprensión, sabiéndose que éstas reclaman la litúrgicas unas auténticas celebraciones.
brevedad, ateniéndose a textos previamente escri-
tos (SC, 34-36). Bibliografía:
- Es importante llevar a cabo una pastoral litúrgica MOLINA VELEZ, Gabriel, La  Sacrosanctum Con-
cilium: planteamientos, logros y desafío, Revista
que rescate el valor de los signos, gestos y ritos
Cuestiones Teológicas Vol. 42, 97. Bogotá 2015
de la liturgia; conviene destacar de modo especial
aquéllos que tienen gran resonancia entre los fieles, LATOURELLE R. Vaticano II: balance y perspecti-
poniendo gran énfasis en la religiosidad popular. vas, parte IV, Sígueme, Salamanca 1989
CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DI-
- Se necesita una «iniciación» o educación litúrgi-
VINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SA-
ca. En tres numerales de la Constitución se insiste CRAMENTOS, Directorio sobre la pie-
por ello en la enseñanza de la liturgia en los semi- dad popular y la liturgia, Vaticano 2002.

16

La Constitución Dogmática Lumen Gentium
(LG), sobre la Iglesia, del Concilio Vaticano II
La Iglesia no es el Reino de Dios ni lo agota, pues
es más amplio que ella. Pero sí es la semilla en la
cual crece el Reino y se extiende; lo anuncia a todos
y anhela su plena realización con Cristo resucitado y
con el Padre.
1. Antecedentes: El Concilio Vaticano II fue
convocado por el Papa Juan XXIII, quien lo
anunció el 25 de enero de 1959 y se llevó a cabo de
1962 a 1965 durante cuatro sesiones. Dado que el
Papa Juan XXIII murió durante el Concilio, fue su
sucesor, el Papa san Pablo VI, quien clausuró esta
histórica reunión. Este Concilio trató de completar
los asuntos pendientes del Concilio Vaticano I, que
había definido el dogma de la infalibilidad papal,
pero tuvo que interrumpir sus deliberaciones debido
a la guerra franco-prusiana. El Concilio Vaticano I
nunca fue “clausurado oficialmente”, aunque tenía
la intención de abordar el tema eclesiológico
El primer esquema preparado para el Concilio
Vaticano I, “De Ecclesia Christi”, daba por título a
su primer capítulo: “Ecclesiam esse Corpus Christi
Mysticum”. El Concilio no pudo llevar a término
su trabajo, aunque despertó un gran interés entre
los teólogos católicos por el misterio de la Iglesia.
2. Elaboración: Se elaboró un “esquema
preparatorio” que tenía, como punto de partida,
las respuestas a la consulta en torno a los temas
del concilio y se orientaban a completar e integrar
la enseñanza del Concilio Vaticano I. Los padres
17
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
P. Lic. Manuel de Jesús Romero Gálvez
conciliares recibieron el texto De Ecclesia
elaborado previamente por la Comisión teológica
preparatoria y revisado por la comisión central y
cuya discusión comenzó el 1 de junio de 1962.
Este documento recibió fuertes críticas de los
padres conciliares durante la primera sesión del
Concilio: Sobre la estructura del esquema que se
mostraba poco orgánico y desarticulado, pero la
crítica mayor es el juridicismo con que se com-
prende la Iglesia. Se pide una exposición más de
carácter pastoral e insistir más en el aspecto Iglesia
– comunidad espiritual que en el tema Iglesia – so-
ciedad perfecta.
De diciembre de 1962 a septiembre de 1963
(entre la primera y segunda sesión del Concilio) se
trabajan posibles nuevos esquemas. La Comisión
de Coordinación trabaja el nuevo esquema tenien-
do a la base el proyecto del grupo franco-belga y
se propone un segundo esquema para la segunda
sesión del Concilio con el índice de los capítulos
que deberían conformar el documento: 1º acerca
del misterio de la Iglesia, 2º acerca de la constitu-
ción jerárquica de la Iglesia, en especial acerca del
episcopado, 3º acerca del Pueblo de Dios y espe-
cialmente de los laicos. 4º acerca de la vocación a
la santidad de la Iglesia.
Del nuevo esquema se precisa lo siguiente:
el tema del Pueblo de Dios, ha de ser tratado in-
mediatamente después de tratar del Misterio de la
Iglesia. Otra cuestión que se planteó era sobre el
lugar para el tema sobre la Virgen María, es de-
cir, si sería un tratado aparte o iría incluido en el
esquema De Ecclesia. La votación se inclinó por
incluirlo en el tratado de la Iglesia y, de momento
quedó como el capítulo VI. Se siguió trabajando el
documento y para la tercera sesión del Concilio, en
el otoño de 1964, se tiene el tercer esquema.
Sobre el tercer esquema se pide agregar un
capítulo (7º) Acerca de la índole escatológica de la
Iglesia peregrinante y su unión con la Iglesia Ce-
lestial y se pone como capítulo 8º el consagrado a
la Virgen María.
 Revista de Pastoral
Así el texto De Ecclesia se vota el 19 de
noviembre de 1964 en la Congregación General.
De los 2145 padres votantes, 2134 votaron Placet
y sólo 10 Non placet y 1 nulo. Y en sesión solemne
del día 21 de noviembre, presidida por Pablo VI y
con la que concluía esta tercera Sesión del Concilio
y habiendo incluido la famosa nota explicativa
previa sobre el Colegio episcopal, 2156 padres
votaron Placet y solo 5 Non placet. El texto final
votado y aprobado tiene el esquema de los ocho
capítulos que ya conocemos.
3. Análisis: Desde la década de 1920 se venía
generando una renovación en distintos ámbitos de
la vida eclesial, como en la liturgia, en el estudio
de la Sagrada Escritura, el volver a las fuentes.
Esta renovación también tuvo su incidencia en
los estudios teológicos. Son loables los esfuerzos
llevados a cabo por el Concilio de Trento (1545-
1563) y por el Vaticano I (1869-1870) para responder
a la problemática del tiempo, pero a mitad del siglo
XX venían a ser respuesta insuficiente. El modelo
eclesiológico preconciliar seguía considerando
a la Iglesia como sociedad jerárquica perfecta.
Se necesitaba un giro profundo, y era necesario
reformar la Iglesia para responder a una nueva
sensibilidad eclesiológica.
Así, esta constitución dogmática sobre la
Iglesia, con la visión de Iglesia que allí nos presenta,
y aunque fue el segundo documento aprobado en
el Concilio, el primero fue la constitución sobre la
liturgia, viene a ser el eje transversal presente en
todos los documentos del Concilio y representa un
giro eclesiológico que, por demás, era ya necesario
y desde el cual se comprenderá la orientación y
el enfoque de todos los trabajos conciliares y su
aplicación.
Resulta altamente significativo que el primer
capítulo del documento sea precisamente “El
Misterio de la Iglesia”. Ya la expresión misma
indica superación del juridicismo y extrincesismo
que caracterizaba la anterior noción de la Iglesia.
Decir que la Iglesia es Mysterium es ver sus raíces
y su origen mismo en el seno de la Trinidad, es su
esencia y su misterio. Esto significa que la Iglesia
no es sólo imagen de la comunión trinitaria, sino
también actualización. La Iglesia es voluntad del
Padre, pues Él “determinó convocar a quienes
18
creen en Cristo en la santa Iglesia, que ya fue
prefigurada desde el origen del mundo, preparada
admirablemente en la historia del pueblo de Israel
y en la Antigua Alianza, constituida en los tiempos
definitivos, manifestada por la efusión del Espíritu
y que se consumará gloriosamente al final de los
tiempos” (LG 2). Se recalca su origen eterno, en
cuanto que está en el designio de Dios y prefigurada
desde la creación misma, su preparación en la
historia del pueblo de Israel, su constitución por
Cristo y manifestación en Pentecostés, así como su
consumación escatológica. La Iglesia es misión y
obra del Hijo (LG 3) y la santifica el Espíritu de
Dios (LG 4).
Una de las grandes riquezas del documento
está en los grandes conceptos que emplea para
describir el misterio de la iglesia y gran variedad
de imágenes, sobre todo bíblicas, con las que nos la
presenta. La Iglesia es ese grande sacramento que
Dios ha establecido para realizar nuestra salvación.
Por otra parte, en relación con cada una de las
divinas personas resulta una imagen de la Iglesia:
ella es Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Templo
del Espíritu. Un concepto de particular importancia
y del cual se derivan nuevas aproximaciones
e implicaciones del misterio de la Iglesia es el
concepto comunión.
El Concilio, en este documento, no solamente
nos ofrece variedad de nociones y conceptos para
expresarnos el ser y la misión de la Iglesia, sino
que nos ofrece una multiplicidad de imágenes
para enriquecer nuestra comprensión de la misma.
La Iglesia es «redil», grey, «agricultura» o arada
de Dios, «edificación» de Dios, casa de Dios,
«Jerusalén de arriba», madre, esposa, etc. (LG 6).
4. Novedad eclesiológica: Podemos decir que
lo nuevo está en todo el contenido y en todo el
documento que presenta ese giro eclesiológico de
180 grados. Habría que comparar el primer esquema
y su contenido con el documento final aprobado.
Esto no quiere decir que lo que aquí se contiene
sean novedades o que estemos ante una ruptura con
la multisecular tradición de la Iglesia. Es, más bien,
todo lo contrario, es un volver a las fuentes. Se dice,
por ejemplo, que en el primer documento las citas
eran casi en su totalidad referencia al magisterio
de los Papas, sobre todo referencias a la enseñanza

del Papa Pío XII, muy poco a
los santos padres y lo poco
que había de referencia a la
Sagrada Escritura era en el
sentido de dicta probantia,
es decir, utilizar textos sólo
para probar las afirmaciones
o sentencias que al caso se
presentan.
Pero en cuanto a novedad del
documento, quiero hacer referencia a
lo que podemos llamar un concepto flexi-
ble de Iglesia. Este concepto flexible permeará to-
dos los demás documentos, de forma particular el
Decreto sobre el ecumenismo. Esto trae consecuen-
cias profundas como aquí lo expresaré.
El Vaticano II acepta decir que “la Iglesia Ca-
tólica es la Iglesia de Cristo”, pero renuncia a de-
cir que “la Iglesia de Cristo es la Iglesia Católica.”
Dice más bien que “la Iglesia de Cristo subsiste en
la Iglesia Católica” (LG 8). La diferencia de expre-
siones (“est” o “subsistit”) corresponde a una di-
ferencia de definición de la Iglesia. Aquí es donde
radica la diferencia entre un concepto flexible de
Iglesia o un concepto, por así decir, rígido de la
misma.
El númeral 8 de la constitución  Lumen
gentium enuncia: “Esta Iglesia, como sociedad
constituida y organizada en este mundo, subsiste
(‘subsistit’) en la Iglesia Católica, gobernada por
el sucesor de Pedro y los Obispos que están en
comunión con él, aunque numerosos elementos
de santificación y de verdad se encuentran fuera
de sus estructuras, elementos que, al pertenecer
propiamente por don de Dios a la Iglesia de Cristo,
llaman por sí mismos a la unidad católica”.
Se adopta este cambio para poder reconocer
a las iglesias surgidas de la reforma, elementos
de eclesialidad y de verdad que también tienen
valor salvífico. Al mismo tiempo se mantiene
la identidad de la Iglesia de Cristo con la Iglesia
Católica, precisamente porque la Iglesia Católica
posee la plenitud de los medios de salvación que
Cristo quiso para su Iglesia. El “subsistit” significa
también que la presencia y la acción de la Iglesia de
Cristo se extienden más allá de los límites jurídicos,
visibles e institucionales de la Iglesia Católica, esto
19
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
es, allí donde se encuentran
elementos de verdad y de
santificación, propios de la
Iglesia de Cristo.
Y se dice que en la Igle-
sia Católica se encuentran en
plenitud los medios de salva-
ción con los que Cristo quiso
dotar a su Iglesia, no así en las
otras Iglesias, por lo siguiente: El
elemento que faltará siempre a todas
las comunidades separadas de la Iglesia
es el poder de una jurisdicción suprema y uni-
versal, confiado por Cristo al Sucesor de Pedro, el
Obispo de Roma. Este elemento no es un elemento
entre otros. Es un elemento determinante, es decir,
un principio, el principio visible mismo de la uni-
dad de la Iglesia, y para algunas iglesias, además,
los sacramentos.
Decir que la Iglesia de Cristo subsiste
(subsistit) en la Iglesia Católica no significa, al
menos directamente, que habría varias formas de
existencia para la Iglesia de Cristo. Significa que
hay una presencia y una acción de la Iglesia de
Cristo en las comunidades cristianas separadas,
distintas de una subsistencia de la Iglesia de Cristo
en la Iglesia Católica; y por lo tanto que no hay
adecuación estricta entre la Iglesia de Cristo y la
Iglesia Católica. La Iglesia de Cristo es un conjunto
mucho más vasto que la Iglesia Católica, la incluye,
pero la sobrepasa en extensión.
Consecuentemente, el Concilio no se va a
expresar en términos de pertenencia a la Iglesia
donde todo se define en un estar dentro o fuera de la
Iglesia, sino más bien en término de una orientación
o destinación hacia ella que admite una graduación
diferente; dice: “todos lo hombres son admitidos
a esta unidad católica del pueblo de Dios, que
prefigura y promueve la paz, y a ella pertenecen de
varios modos o se destinan tanto los fieles católicos
como los otros cristianos, e incluso todos los
hombres en general, llamados a la salvación por la
gracia de Dios” (LG 13).
Otro punto de novedad de este documento
es que presentó el episcopado como plenitud del
sacramento del orden y desarrolló el tema de la
Colegialidad episcopal. Esto quiere decir que el
Concilio reconoce en el vértice de la autoridad
 Revista de Pastoral
suprema de la Iglesia, junto con la potestad del
Romano Pontífice como autoridad suprema, directa
y universal de la Iglesia, la autoridad del Colegio
episcopal, es decir, del grupo de obispos de todo el
mundo en comunión con el Papa y el Papa mismo
como cabeza de este grupo. Esta enseñanza a
muchos les causaba dificultad, pues creían que esta
doctrina contradecía el dogma de la infalibilidad
del Romano Pontífice. Además de la dificultad de
aceptar dos entes o figuras como autoridad suprema
(el ejemplo más claro del Colegio episcopal como
autoridad suprema es su expresión en un Concilio
ecuménico). Pero Atención, no se trata de dos
autoridades supremas en la Iglesia, sino de una
sola que se expresa ya sea en la figura del Romano
Pontífice o en la figura del Colegio Episcopal donde
el Romano Pontífice es su cabeza. De todos modos,
para mayor claridad, se pidió una nota explicativa
previa para aclarar cómo había de entenderse este
punto y se tiene al final del documento.
Por otra parte, el concepto flexible de Iglesia
que reconoce elementos de eclesialidad y de verdad
en las otras Iglesias, vino a modificar el modo de
entender el axioma extra eclesiam nulla salus (fuera
de la Iglesia no hay salvación) de san Cipriano
y que había ratificado el Concilio de Florencia.
Hay que decir que el axioma sigue valiendo, otra
cosa es cómo se ha entendido y cómo hay que
entenderlo. Hay quienes se van por la vía simple
y fácil y simplemente dicen: ya está superado.
Pero no es así. El axioma no funciona cuando por
Iglesia entendemos la iglesia visible, institucional
y jurídica, pues más allá de esos límites sí hay
salvación. Pero si por Iglesia entendemos que se
trata del Cuerpo de Cristo vamos a ver si hay alguien
que pueda salvarse fuera del cuerpo de Cristo, es
decir, separado de Cristo. Y el mismo Cristo dijo:
“vayan y anuncien… quien crea y se bautice se
salvará, el que se resista a creer, será condenado”
(Cfr. Mc 16, 15 – 20). Así, el concepto flexible de
Iglesia nos ayuda a entender los límites de la Iglesia
como límites teológicos más que límites jurídicos e
institucionales.
Perspectivas:
Tal vez nos hemos deslumbrado con el tema de la
sinodalidad, pero podemos decir que la sinodalidad
de la Iglesia ha estado allí desde que la Iglesia
existe. Una nota de su esencia es ser sinodal, otra
20
cosa es cuál es la conciencia que de ella tenemos y
cómo la vamos actuando y expresando.
En el caso del nuestro documento allí se
contienen profundamente, aunque en germen, los
principios de la sinodalidad. No olvidemos que
uno de los conceptos fundamentales de la Lumen
Gentium es el de la Iglesia Comunión que implica
una viva y profunda participación. Esta comunión
antes que ser sociológica, es teológica y se refiere
primeramente a la comunión intratrinitaria que en
Cristo y por el Espíritu nos es participada. Esta
comunión no es el resultado de nuestros consensos,
es don de Dios que al mismo tiempo se hace tarea
nuestra. Allí va implicada la sinodalidad y el mismo
camino sinodal de la Iglesia.
Retos para la Iglesia de hoy:
Como es un documento que estudiamos hace
décadas, corremos el riesgo de darlo por supuesto;
suponiendo que lo estudiamos. Por otra parte, hay
muchos agentes de pastoral nuevos en nuestras
comunidades que muy seguramente poco han oído
hablar de este documento y del mismo Concilio. A
ya casi 60 años del Concilio, podemos decir que no
lo hemos agotado y corremos el riesgo de dejar en
el olvido tan luminosas directrices. Se impone, pues
su estudio y seguir luchando por la aplicación de
esas grandes directrices como líneas que orienten
nuestros trabajos pastorales. La Constitución
Dogmática Lumen Gentium, sigue siendo algo
nuevo.
Bibliografía:
• CONCILIO VATICANO II. Constituciones, Decretos
y Declaraciones, BAC, Madrid, 1965.
• PHILIPS, Gerard. La Iglesia y su Misterio en el
Concilio Vaticano II, Historia, texto y comentario
de la Constitución Lumen Gentium, Ed. Jaca Book,
Milán, 1993.
• TOUTIN CATALDO, Alberto, Iglesia ¿qué dices de
ti misma? Algunos hitos de la elaboración de la •
Lumen Gentium y su actualidad, en: Iglesia ¿qué
dices de ti misma? Algunos hitos de la elaboración
de la Lumen Gentium y su actualidad. - Dialnet
(unirioja.es), al 5 de abril de 2023.
• MEDINA E. Jorge, Algunos Antecedentes sobre la
Historia del Texto de la Constitucion Dogmática
“Lumen Gentium”, en: https://repositorio.uc.cl/
xmlui/bitstream/handle/11534/15155/000409877.
pdf, al 5 de abril de 2023.

La Constitución Dogmática "Dei Verbum" (DV),
sobre la Divina Revelación
Introducción
La constitución dogmática Dei Verbum, del Conci- encíclica:
lio Vaticano II, ha tenido una gran repercusión en la
vida de la Iglesia. Ha marcado el rumbo teológico
en lo que se refiere al tema de la revelación divina
y, en particular, en todo lo concerniente a la sagrada
Escritura: la inspiración, el canon, la hermenéutica
bíblica, la Biblia en la vida de la Iglesia.
El itinerario de este breve estudio es el siguien-
te: 1. Mencionar dos encíclicas anteriores al Vati-
cano II, las cuales abordan la cuestión bíblica, de
acuerdo a la problemática de su tiempo, y que influ-
yeron de algún modo en la Dei Verbum. 2. Mostrar
el esquema de la constitución Dei Verbum. 3. Dete-
nernos en el tema concreto de la historicidad de los
evangelios, el cual es presentado en el número 19
de esa constitución, ofreciendo un sucinto panora-
ma histórico de su elaboración. 4. Llegaremos así a
una conclusión.
1. Dos encíclicas anteriores
La encíclica Providentissimus Deus, del papa León
XIII, fue presentada en 1893.
El papa Juan Pablo II, en un discurso pronun-
ciado el 23 de abril de 1993, cuando el cardenal J.
Ratzinger presentó el documento de la Pontificia 1 Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la
Comisión Bíblica sobre la Interpretación de la Bi- Biblia en la iglesia, Roma, 1993.
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
P. Dr. Eduardo Córdova González
blia en la Iglesia, comenta lo siguiente sobre esta
La Providentissimus Deus quiere proteger la in-
terpretación católica de la Biblia contra los ata-
ques de la ciencia racionalista…
La Providentissimus Deus fue publicada en una
época marcada por duras polémicas contra la fe
de la iglesia. La exégesis liberal alimentaba en
gran medida estas polémicas, porque utilizaba
todos los recursos de las ciencias, desde la crítica
textual hasta la geología, pasando por la filosofía,
la crítica literaria, la historia de las religiones, la
arqueología y otras disciplinas más…
La encíclica exhorta a los exégetas católicos a
adquirir una verdadera competencia científica,
para que aventajen a sus adversarios en el mismo
terreno. El primer medio de defensa -sostiene-
“se encuentra en el estudio de las lenguas orien-
tales antiguas, así como en el ejercicio de la críti-
ca científica” (Enchiridion Biblicum, 118).
La iglesia no tiene miedo de la crítica científica.
Solo desconfía de las opiniones preconcebidas
que pretenden fundarse en la ciencia, pero que,
en realidad, hacer salir subrepticiamente a la
ciencia de su campo propio1.
21
 Revista de Pastoral
La encíclica Divino Afflan-
te Spiritu, del papa Pío XII, fue
publicada en 1943, con motivo
del quincuagésimo aniversario
de la Providentissimus Deus.
El papa Juan Pablo II, en el
discurso mencionado, declaró lo
siguiente sobre esta encíclica:
La Divino Afflante Spiritu se
preocupa más por defender la inter-
pretación católica contra los ataques de
quienes se oponen al empleo de la ciencia por
parte de los exégetas y quieren imponer una inter-
pretación no científica, llamada espiritual, de la Sa-
grada Escritura…
La Divino Afflante Spiritu se publicó poco
tiempo después de una polémica suscitada,
sobre todo en Italia, contra el estudio cientí-
fico de la Biblia. Un opúsculo anónimo muy
difundido ponía en guardia contra lo que des-
cribía como “un peligro grave para la Iglesia
y las almas: el sistema crítico-científico en el
estudio y la interpretación de la Sagrada Es-
critura, sus desviaciones funestas y sus abe-
rraciones”2.
2. El contenido de la Dei Verbum
La Dei Verbum, en sus 26 párrafos, distribui-
dos en 6 capítulos, ofrece el siguiente contenido,
que parte del tema de la revelación para llegar a
la cuestión de la Sagrada Escritura en la vida de la
Iglesia: Introducción (1). Capítulo I: La revelación
en sí misma (2-6). Capítulo II: La transmisión de la
revelación divina (7-10). Capítulo III: Inspiración
divina de la Sagrada Escritura y su interpretación
(11-13). Capítulo IV: El antiguo Testamento3 (14-
16). Capítulo V: El Nuevo Testamento (17-20).
Capítulo VI: La Sagrada Escritura en la vida de la
Iglesia4 (21-26).
2 Ibidem.
3 La Pontificia Comisión Bíblica publicó en el año 2002
el documento: El pueblo judío y sus Escrituras en la Biblia
cristiana, el cual aborda precisamente la relación entre el An-
tiguo y el Nuevo Testamento.
4 En el año 2010, el papa Benedicto XVI ofreció a la Iglesia
la exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini, sobre
la palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. Tal
exhortación pone énfasis en lo que es el capítulo VI de la Dei
Verbum, pero también aborda cuestiones como la revelación
22
3. Dei Verbum 19
Presentamos ahora, en forma
sintética, cómo fue elaborándo-
se la constitución Dei Verbum,
teniendo en cuenta de manera
especial lo que se refiere a la
historicidad de los evangelios.
Se habla de cinco esquemas5.
El esquema I
Este esquema fue redactado por una
Comisión teológica y se presentó al aula conci-
liar el 14 de noviembre de 1962. El documento tenía
como título: «De fontibus revelationis». El capítulo
IV se dedicaba al NT. En el n. 20 se hablaba del
valor histórico de los evangelios. Ahí se exponía la
actitud de la iglesia ante ellos: «Con firme y cons-
tantísima fe ha creído y cree que los cuatro refe-
ridos evangelios sinceramente comunican lo que
Jesús, Hijo de Dios, viviendo entre los hombres,
realmente hizo y enseñó». En el n. 21 se condena-
ban algunos errores por los que se negaba o dismi-
nuía la genuina verdad histórica de los hechos de
la vida de Jesucristo. En el n. 22 se condenaban los
errores por los que se afirma que las palabras, tal y
como los evangelistas las atribuyen al Señor… no
son, la mayoría de las veces, de Cristo, sino que
más bien nos dan la mente del evangelista o, lo que
es más grave, de la primitiva comunidad cristiana.
El esquema debía ser sometido a debate. El
papa consideró útil que una comisión especial es-
tudiara el esquema, antes de proseguir el examen.
El esquema II
El esquema se envió a los padres conciliares
el 23 de abril de 1963. El nuevo título del docu-
mento suponía un cambio de orientación: «De di-
vina revelatione». En el tema de la historicidad de
los evangelios también hay cambios notables: el
nuevo esquema omite la condenación de los erro-
res sobre la verdad histórica de los evangelios y
sobre la procedencia de las palabras de Cristo. Por
otra parte, la actitud de la iglesia ante el valor his-
y la hermenéutica de la Biblia.
5 Caba, José, “Historicidad de los evangelios (DV 19): gé-
nesis y fruto del texto conciliar”, en René Latourelle (ed.),
Vaticano II. Balance y Perspectivas (Verdad e Imagen 109;
Sígueme, Salamanca 1990) 209-216.

tórico de los evangelios se formula, ya no con la
expresión «credidit et credit», sino con esta otra:
«tenuit et tenet», y la hace preceder, ya no con los
adjetivos «firma et constantissima fide», sino con
los adverbios «firmiter et constantissime». Ade-
más, al hablar de la transmisión de los evangelios
de lo que Jesús hizo y enseñó, ya no se habla de
«sincere tradere», sino de «vere tradere».
El esquema II no se discutió en el aula conci-
liar. Los padres fueron enviando sus observaciones
al esquema durante la segunda mitad del año 1963
y primera del año 1964.
El esquema III
Este esquema se elabora como fruto de las 2481
propuestas de enmienda, enviadas por los padres
al esquema anterior. En el problema concreto de
la historicidad de los evangelios será decisiva la
instrucción sobre la verdad histórica de los evan-
gelios, emanada de la Pontificia Comisión Bíblica.
La redacción de este documento fue encomendada
por el papa Juan XXIII a la citada comisión, a fi-
nales del año 1962. El papa pidió ante todo que se
estudiase la cuestión de la «Historia de las formas»
y su aplicación a la cuestión de la historicidad de
los evangelios. El estudio se realizó durante el año
1963 y se terminó el año 1964. La instrucción de la
Comisión quedó fechada el 21 de abril de 1964 y
es conocida con el título «Sancta Mater Ecclesia».
La instrucción «Sancta Mater Ecclesia» seña-
la lo siguiente, en lo que se refiere al método de
la «Historia de las formas»: El exegeta puede uti-
lizar el método de la Historia de las formas, pero
ha de hacerlo con cautela, porque el método puede
tener principios filosóficos y teológicos inadmisi-
bles. Por ejemplo, algunos rechazan la existencia
del orden sobrenatural y la intervención de un Dios
personal en el mundo, así como los milagros y las
profecías. Otros parten de una noción de fe des-
interesada de la historia. Otros niegan a priori el
valor e índole histórica de los documentos de la
revelación. Otros exageran el poder creador de la
comunidad (post-pascual).
Otra aportación valiosa de tal instrucción es
la que se refiere a los tres estadios de formación
de los evangelios: primero, Jesús, rodeado de los
discípulos, testigos de las obras y palabras; segun-
do, los apóstoles que, enseñados por los aconteci-
23
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
mientos gloriosos de Cristo y por la iluminación
del Espíritu Santo, exponen la vida de Cristo y re-
piten sus palabras, acomodándose a las exigencias
de los oyentes; tercero, los autores sagrados, que
pusieron por escrito los evangelios con una labor
de selección, de síntesis, de adaptación a las situa-
ciones de las iglesias.
En este esquema ya se presentan algunas mo-
dificaciones, en cuanto a la numeración del docu-
mento, de tal manera que el n. 19 es el que estará
dedicado a los evangelios y su historicidad.
Este esquema III se discutió en el aula conci-
liar del 30 de septiembre al 6 de octubre de 1964.
Esquema IV
Este esquema, elaborado con las observaciones he-
chas al esquema III, se entrega a los padres el 20 de
noviembre de ese año 1964. Las variantes, en rela-
ción con el esquema precedente, en cuanto a la his-
toricidad de los evangelios, son más bien escasas.
Por ejemplo, se omite la mención del postulado de
la «Escuela de la historia de las formas» sobre el
poder creador de la comunidad post-pascual.
El 29 de octubre de 1965, en la Congregación
general 155, se procedió a la votación del texto que
ya contenía las correcciones sugeridas. En la vo-
tación del capítulo V, donde se trataba la cuestión
de la historicidad de los evangelios, entre un total
de 2139 votantes, se obtuvieron 2115 «placet», 19
«non placet» y 5 nulos.
El esquema V
Fue el definitivo, y surgió como fruto de la men-
cionada votación. Aprobado por la Congregación
general, solo faltaba la presentación del papa, la
aprobación solemne en sesión pública junto con la
promulgación de la Constitución.
En la sesión pública se procedió a la votación
solemne de la Constitución dogmática Dei Verbum.
Fueron 2350 votantes. De ellos, 6 dijeron «non pla-
cet» y 2344 dijeron «placet». Con aprobación casi
unánime se aprobaba la Constitución. En seguida,
el Papa Pablo VI, con su autoridad, promulgaba la
Constitución el 18 de noviembre de 1965.
El n. 19 de la Constitución expresa lo siguiente:
La Santa Madre Iglesia firme y constantemente
ha mantenido y mantiene que los cuatro referidos
Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar,
 Revista de Pastoral

comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, Los elementos positivos que se generaron son,
viviendo entre los hombres, hizo y enseñó real- entre otros, los siguientes: la distinción de las tres
mente para la salvación de ellos, hasta el día que etapas en la redacción de los evangelios (Jesús, la
fue levantado al cielo. Los Apóstoles, ciertamen- comunidad post-pascual y la redacción de los evan-
te, después de la ascensión del Señor, predicaron gelios); el reconocimiento de los evangelistas como
a sus oyentes lo que Él había dicho y obrado, con verdaderos autores de sus obras, que tienen su pro-
aquella crecida inteligencia de que ellos gozaban, pio valor literario y teológico; la mayor valoración
amaestrados por los acontecimientos gloriosos de de la comunidad post-pascual como portadora fide-
Cristo y por la luz del Espíritu de verdad. Los au- digna de la tradición sobre Jesús, con la capacidad
tores sagrados escribieron los cuatro Evangelios de adaptar esa tradición a las propias circunstan-
escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se cias; el valor de los textos evangélicos como textos
trasmitían de palabra o por escrito, sintetizando kerigmáticos; y, sobre todo, la posibilidad y la im-
otras, o explicándolas atendiendo a la condición de
portancia de acceder al Jesús histórico.
las Iglesias, reteniendo por fin la forma de procla-
mación de manera que siempre nos comunicaban la Por lo tanto, para una exégesis acertada y com-
verdad sincera acerca de Jesús. Escribieron, pues, pleta de los textos evangélicos, es muy importante
sacándolo ya de su memoria o recuerdos, ya del el método histórico-crítico, que tiene en cuenta to-
testimonio de quienes «desde el principio fueron dos los elementos positivos mencionados, en parti-
testigos oculares y ministros de la palabra» para cular el aspecto histórico. La Pontificia Comisión
que conozcamos «la verdad» de las palabras que Bíblica señala los siguientes pasos de ese método,
nos enseñan (cf. Lc 1,2-4). que puede aplicarse a todo texto bíblico como, en
4. Conclusión este caso, a nuestros evangelios: la crítica textual, la
crítica literaria, la crítica de los géneros, la crítica de
Con el panorama que se ha propuesto, en particular las tradiciones, la crítica de la redacción y la crítica
sobre el valor histórico de los evangelios, se pue- histórica6.
de reconocer que nos encontramos en una situación
bastante madura y positiva. Con Dei Verbum 19 se 6 Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la
llegó a una etapa en la que se recogieron buenos fru- Biblia en la iglesia, Roma, 1993, IA3.
tos, aportados por muchos investigadores. Se hizo
una labor de selección: se aceptaron (a veces con di- Bibliografía:
ficultad) elementos que ahora han conseguido esta- - Caba, José, “Historicidad de los evangelios (DV
bilidad en los estudios sobre el tema. Por otra parte, 19): génesis y fruto del texto conciliar”, en René
fueron desechados otros elementos que no podían Latourelle (ed.), Vaticano II. Balance y Perspec-
aceptarse, tanto desde el punto de vista académico tivas (Verdad e Imagen 109; Sígueme, Salamanca
como desde el punto de vista de la fe católica. 1990) 209-216.
- Papa León XII, Carta encíclica “Providentissimus
Entre los elementos que fueron rechazados
Deus”, Roma 1993 (EB 81-134).
están los siguientes: el racionalismo exagerado,
que niega el elemento sobrenatural en la vida de - Papa Pío XII, Carta encíclica “Divino Afflante Spi-
Jesús, e incluso niega la intervención de Dios en la ritu”, Roma 1943 (EB 538-569).
historia; el escepticismo o desinterés por el Jesús - Papa Benedicto XVI, Exhortación apostólica post-
de la historia, para acentuar la importancia de la sinodal “Verbum Domini”, sobre la palabra de
fe ante el carácter kerigmático de los evangelios; Dios en la vida y en la misión de la Iglesia, Roma
el conceder demasiada inventiva a la comunidad 2010.
post-pascual, a la que habría que atribuir casi to- - Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la
dos los datos contenidos en los evangelios acerca Biblia en la Iglesia, Roma 1993.
de Jesús; el papel prácticamente secundario que
tuvieron los evangelistas, en la redacción de sus o El pueblo judío y sus Escrituras en la Biblia cristia-
na, Roma 2002.
respectivas obras, etc.
24

La Constitución "Gaudium et Spes" (GS)
INTRODUCCIÓN
La preocupación por el desarrollo de la persona
ha formado parte, desde diferentes matices, del
quehacer de todas las épocas de la humanidad. El
ser humano en un tiempo y en un espacio deter-
minado ha ido, en las diferentes circunstancias,
creando marcos de referencia que le sirven para
crecer en su presente y crear las bases para las ge-
neraciones futuras. En ese sentido, el hombre se
convierte en un ser histórico, que transciende su
propia historia para permanecer en el tiempo. Esto
lo logra a través de la construcción de un ideal que
tiene como fundamento y objetivo determinar lo
que debe ser y lo que está llamado a ser, según los
deseos de Dios.
En la actualidad existen nuevas formas de
concebir la antropología, entre ellas se encuentra
un movimiento llamado Transhumanismo que bus-
ca perfeccionar la naturaleza humana a través de
la ciencia y la tecnología. Se habla de una trans-
formación del cuerpo tal como el hombre lo desea
física o intelectualmente, ampliar la esperanza de
vida, y la realidad de esta. Esta situación trae como
consecuencia crisis en la pérdida del sentido de lo
humano hasta llevarlo a las últimas consecuencias
poniendo en riesgo incluso la vida del hombre, su
dignidad y la existencia de un ser trascendental.
25
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
P. Julio Guerrero Esparza
Se pretende por medio de esta reflexión iden-
tificar los aportes de la constitución pastoral Gau-
dium et Spes ante la crisis de la pérdida de sentido
de lo humano hoy, puesto que, el hombre moderno
está sometido a una serie de cambios que generan
en él angustia y pérdida de lo humano con rela-
ción a la dignidad de la persona humana, excesi-
vas desigualdades económicas y sociales que recae
sobre sus juicios, comportamientos, pensamientos,
deseos individuales y colectivos. En ese sentido
abordar el concepto de humanismo es encontrarse
con una de las nociones más ampliamente desa-
rrolladas en la historia. Aproximarse a dicho con-
cepto a través de la Constitución Pastoral Gaudium
et Spes, es insertarse en el desarrollo de una con-
cepción cristiana del hombre y de su realidad que
sigue interpelando al mundo de hoy, cuestionán-
dolo y abriéndole, a su vez, caminos de acciones
posibles para su transformación.1
VALORACIÓN GENERAL.
El 7 de diciembre de 1965, el Concilio Vaticano II
aprobó la Constitución Pastoral “Gaudium et spes”
sobre la Iglesia en el mundo actual que, no obs-
tante, los años transcurridos, sigue teniendo plena
vigencia en nuestros días.
Constituye el documento básico del
humanismo cristiano.
Su denominación deriva de las tres primeras
palabras con las que comienza su texto: “los gozos
y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los
hombres de nuestro tiempo…son a la vez gozos y
esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos
de Cristo…”.2
Está dirigido al género humano y no solo a los
cristianos. La humanidad, admirada de sus avan-
ces técnicos y de su poder, sigue preguntándose de
1 PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD
DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN CIENCIAS
RELIGIOSAS BOGOTÁ D.C 2018
2 Constitución Pastoral Gaudium Et Spes
 Revista de Pastoral
manera angustiosa sobre las cuestiones que tales
avances y poder no han resuelto: hacia dónde va el
mundo, que puesto y que misión tiene el hombre
en el universo, cual sea el sentido del esfuerzo tan-
to individual como colectivo y cual sea el último
destino de la humanidad.
El Concilio Vaticano II pretendió que la Iglesia
dialogase con este mundo sobre estas cuestiones
y transmitiese la respuesta que ella tiene, porque
considera que es la persona la que hay que salvar
y la sociedad humana la que hay que renovar. “Es,
por consiguiente, el hombre, pero el hombre todo
entero, cuerpo y alma, corazón y conciencia, inte-
ligencia y voluntad, quien será el objeto central de
eta constitución Pastoral Gaudium Et Spes.3
La interpretación desde el método
ver-juzgar y actuar
Ver Mediante el estudio y el análisis de la realidad
a la luz de la constitución pastoral Gaudium et Spes
se percibe un contexto marcado por el modernismo
y las nuevas tecnologías que ha generado muchos
cambios en la sociedad hasta el punto de desapa-
recer estructuras sociales que buscan cultivar en el
hombre principios y valores.
“Cuatro periodos habían transcurrido después
de la Segunda Guerra Mundial y un gigantesco
cambio se estaba gestando en el lapso de ese tiem-
po. La nueva tecnología (con la energía nuclear,
las comunicaciones, los aparatos electrónicos y las
computadoras eran arrolladoras).4
Se evidencia una imagen del hombre intere-
sado por el poder, el imperialismo la industrializa-
ción, la civilización, la tecnología. La integridad
del ser pasó a un segundo plano que género escla-
vitud, marginación, guerra, corrupción, asesinatos,
violencia, pérdida de sentido de lo humano, ham-
bre, miseria entre otros. “Para hacer frente a los re-
tos del momento de progreso, muchas estructuras
sociales se miraban ya obsoletas, la justicia y la
equidad ya no regían las acciones de los seres hu-
manos.” Así mismo, el hombre “experimenta múl-
tiples limitaciones; se siente, sin embargo, ilimita-
3
Vicepresidente de la fundación, Fernando Díez Moreno,
para una conferencia impartida en el monasterio de silos el
10 de junio de 2014.
4 Constitución Pastoral Gaudium Et Spes
26
do en sus deseos y llamado a una vida superior.”
Sus acciones y decisiones tienen un efecto en Él
y en los demás, hay confusión en la búsqueda de
sentido, desconfianza en sí mismo, temor y mie-
do en la búsqueda de sus sueños y proyectos. Por
el pecado, va en contra de la voluntad de Dios y
se aleja de su presencia; esta debilidad lo hace es-
clavo de la moda, los medios de comunicación, el
relativismo, la sexualidad, adicción a la tecnología,
consumismo y drogadicción.
Este egocentrismo que vive algunos hombres
trasciende hasta llegar a dejar a un lado la relación
con Dios, a verla como no necesaria para el diario
vivir, “se desentienden del todo de esta íntima y
vital unión con Dios o la niegan en forma explícita.
Es este ateísmo uno de los fenómenos más graves
de nuestro tiempo” que conlleva a replantear el
significado mismo de lo humano, de sus activida-
des, que, al no ser ya guiadas o supervisadas por un
Dios, libres ya de la carga del pecado, creen tener
vía libre para manipular aspectos fundamentales
del ser, inteligencia, fuerza, longevidad entre otros.
Ver al hombre como un ser “modificable” ese ser
“inacabado” que por la ciencia puede tomar el rum-
bo de su evolución y perfeccionar cual, si fuera una
máquina, conduce a una autonomía con tintes de
autosuficiencia puesto que “si por autonomía de la
realidad se quiere decir que las cosas creadas y la
sociedad misma gozan de propias leyes y valores,
que el hombre ha de descubrir, emplear y ordenar
poco a poco, es absolutamente legítima esta exi-
gencia de autonomía”.
Juzgar los retos para la Iglesia hoy
Nos encontramos en una sociedad en la que algu-
nos de sus miembros viven o desarrollan su servi-
cio impulsados por intereses individuales y egoís-
tas generando así la corrupción, el desplazamiento
de los más pobres, pobreza extrema, manipulación,
injusticia social, desigualdad y la familia enfrenta
múltiples retos a los cuales la Iglesia y la socie-
dad deben atender urgentemente. Se pasa por alto
las leyes o normas sociales, y estas pueden colo-
car en peligro la propia vida: “Algunos subestiman
ciertas normas de la vida social; por ejemplo, las
referentes a la higiene o las normas de la circula-
ción, sin preocuparse de que su descuido pone en
peligro la vida propia y la vida del prójimo. La si-
 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

tuación del hombre en general es de pobreza y es- quiera conocer el por qué y para qué de su vida, y
casos recursos. Existe una contraposición de ricos quiera dar sentido a cada elección concreta, debe
y pobres; todavía se ve muchas necesidades para imitar a Jesús, Él es fuente de vida para el hombre,
los pueblos: “una gran parte de la humanidad sufre fuente que mana de la especial relación de intimi-
hambre y miseria y son muchedumbre los que no dad que mantiene con Dios. De ahí que se afirme
saben leer ni escribir. Nunca ha tenido el hombre con vehemencia desde la Constitución: “misterio
un sentido tan agudo de su libertad, y entretanto del hombre que sólo se esclarece en el misterio del
surgen nuevas formas de esclavitud social y psi- Verbo encarnado.”
cológica”. Actuar de la Iglesia en el diálogo entre todos
Ante la crisis de la pérdida de sentido de lo los hombres6 . La Iglesia, en virtud de la misión
humano hoy se concluye que para ser frente a esta que tiene de iluminar a todo el orbe con el mensaje
realidad es necesario trabajar por la dignidad del evangélico y de reunir en un solo Espíritu a todos
hombre, el respeto a la vida y la dignificación los hombres de cualquier nación, raza o cultura,
del matrimonio y la familia. por la fraternidad se convierte en señal de la fraternidad que permite
universal, por la libertad, el diálogo, el respeto, y consolida el diálogo sincero. Lo cual requiere,
la justicia social, la paz, acabar con todo acto que en primer lugar, que se promueva en el seno de la
degradan la civilización humana y que son total- Iglesia la mutua estima, respeto y concordia, re-
mente contrarias a la voluntad Dios; cumplir con conociendo todas las legítimas diversidades, para
fidelidad los deberes temporales, guiado siempre abrir, con fecundidad siempre creciente, el diálo-
por el espíritu evangélico, la promoción del bien go entre todos los que integran el único Pueblo de
común y el amor desde un esfuerzo generoso y Dios, tanto los pastores como los demás fieles. Los
evangelizador, respondiendo así a las exigencias lazos de unión de los fieles son mucho más fuertes
más urgentes de nuestro tiempo expresada en los que los motivos de división entre ellos. Haya uni-
avances científicos y técnicos, cambios profundos dad en lo necesario, libertad en lo dudoso, caridad
en el hombre a nivel psicológico, moral y religio- en todo.
so; superando la superficialidad en la manera de "Nuestro espíritu abraza al mismo tiempo a
actuar y ver las cosas, pobreza, violaciones a los los hermanos que todavía no viven unidos a noso-
Derechos Humanos, amenazas, niños en la guerra, tros en la plenitud de comunión y abraza también
secuestros, daños materiales y morales, soluciones a sus comunidades. Con todos ellos nos sentimos
a corto plazo entre otros factores que genera crisis unidos por la confesión del Padre y del Hijo y del
en el corazón del hombre y repercute en su rela- Espíritu Santo y por el vínculo de la caridad, cons-
ción con los demás.5 cientes de que la unidad de los cristianos
Se entiende por humanismo es objeto de esperanzas y de deseos
desde la constitución pastoral hoy incluso por muchos que no
Gaudium et Spes, los princi- creen en Cristo. Los avances
pios a través de los cuales la que esta unidad realice en la
Iglesia quiere proporcionar- verdad y en la caridad bajo
le a la humanidad la ver- la poderosa virtud y la paz
dad acerca del hombre y para el mundo. Por ello,
del mundo contenida en el con unión de energías y en
misterio de la Encarnación formas cada vez más ade-
y de la Redención; don- cuadas para lograr hoy con
de, cualquier persona que eficacia este importante
propósito, procuremos que,
5 Pontificia universidad
ajustándonos cada vez más
javeriana facultad de teología al Evangelio, cooperemos
licenciatura en ciencias religio-
sas Bogotá d.c 2018 6 n°92. Gaudium Et Espes
27
 Revista de Pastoral
fraternalmente para servir a la familia humana, que
está llamada en Cristo Jesús a ser la familia de los
hijos de Dios. Nos dirigimos también por la misma
razón a todos los que creen en Dios y conservan en
el legado de sus tradiciones preciados elementos
religiosos y humanos, deseando que el coloquio
abierto nos mueva a todos a recibir fielmente los
impulsos del Espíritu y a ejecutarlos con ánimo
alegre. El deseo de este coloquio, que se siente mo-
vido hacia la verdad por impulso exclusivo de la
caridad, salvando siempre la necesaria prudencia,
no excluye a nadie por parte nuestra, ni siquiera a
los que cultivan los bienes esclarecidos del espíri-
tu humano, pero no reconocen todavía al Autor de
todos ellos. Ni tampoco excluye a aquellos que se
oponen a la Iglesia y la persiguen de varias mane-
ras. Dios Padre es el principio y el fin de todos. Por
ello, todos estamos llamados a ser hermanos. En
consecuencia, con esta común vocación humana y
divina, podemos y debemos cooperar, sin violen-
cias, sin engaños, en verdadera paz, a la edifica-
ción del mundo".
28
Bibliografía:
Kelian Paola Ortega Barros Oscar Fernando Fonseca
Edison Alberto Botello
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FA-
CULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN
CIENCIAS RELIGIOSAS BOGOTA D.C 2018
ARTÍCULO 23 de la Resolución No. 13 del 6 de julio
de 1946 del Reglamento de la Pontificia Universi-
dad Javeriana.
CONSTITUCIÓN PASTORAL GAUDIUM ET SPES
SOBRE LA IGLESIA EN EL MUNDO ACTUAL
Concilio Vaticano II. “Constitución pastoral Gaudium
et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual”. En
Documentos completos, por Concilio Vaticano II,
51-98. Madrid: Editoriales Católicas, 1975.
Giraldo Aristizabal, Juan Diego. “El pecado como des-
humanización en el documento de Aparecida”. 16
de agosto de 2013, ISSN 0120-131X | Vol. 40 | No.
94 | Julio-Diciembre • 2013 | pp. 433-456. Cuestio-
nes Teológicas | Medellín-Colombia
 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

Novena Intercontinental Guadalupana

P. Lic. José Alfredo Vázquez Fonseca
Introducción:

E l pasado 12 de diciembre del año 2022 comen-

zó la gran Novena Intercontinental Guadalu-
pana, a nueve años de celebrar cinco siglos del
Inicio del Acontecimiento Guadalupano con las
Apariciones de la Virgen de Guadalupe en el Cerro
del Tepeyac al humilde san Juan Diego.
Una vez que los españoles habían afianzado la
conquista con la caída de la gran Tenochtitlán del
Imperio Azteca, comenzó así un hecho irreversi-
ble: el mestizaje. De hecho, en la Plaza de las tres
culturas que está en Ciudad de México está una
lápida de mármol que conmemora aquél momento:
“El 13 de agosto de 1521, heroicamente defendido
por Cuauhtémoc cayó Tlatelolco en poder de Her-
nán Cortés. No fue triunfo ni derrota; fue el doloro-
so nacimiento del pueblo mestizo que es el México
de hoy”.
En la historia de México la conquista y la co-
lonia señalaron el choque, la confrontación de dos
culturas, de dos pueblos profundamente diferentes
entre sí. Pero la llegada de los españoles no fue una
imposición total, no fue tampoco un destruir inte-
gral, no fue un imponer algo totalmente distinto.
Y es que, para apreciar el hondo significado
de Guadalupe es importante conocer el contexto
histórico, en él se nos revela claramente que tanto
en el plano social como en el religioso el mestizaje
es el fruto de un enriquecimiento, los pueblos pre-
hispánicos se enriquecieron con la cultura españo-
la y viceversa.
Este es México, el resultado de dos grandes
civilizaciones. El Evangelio (Jn 15, 13) nos habla
de que no existe nada mejor que dar la vida por
quien se ama, y en eso el mundo indio no podía es-
tar más ardientemente de acuerdo, y eso fue lo que
Dios le concedió: morir por amor y fidelidad a lo
que amaba, premió así, y reprimió, los sacrificios
humanos, consumándolos en ese último, triunfal-
mente grandioso y final.
Y esto no es hipérbole ni mera metáfora: cul-
tural y numéricamente el mundo indio desapare-
29
 Revista de Pastoral

ció con la conquista; pero ése “Quinto Sol” murió cia de la Iglesia en estas tierras venía a manifestar
como la semilla de la que habla Jesús (Jn 12, 24), que había un Dios verdadero que nos había alcan-
no para perderse y destruirse, sino para enrique- zado la Redención, que no hacían falta más cora-
cerse renaciendo cien veces en la futura cosecha: zones humanos para dioses “fantasmas”, fruto del
murió para darnos la vida a nosotros, el pueblo terror y de la fantasía humana.
mestizo que somos ahora: México.
Dicha Redención del Hijo de Dios-Jesucris-
México no debe olvidar que es demasiado to, cumplirá dos milenios en el año 2033, y como
rico en su personalidad étnica, y demasiado joven Iglesia Católica hemos de celebrarla con júbilo; de
en su existencia histórica, para no sentir aún en este modo, los 500 años del Acontecimiento Gua-
sus venas la agonía de la conquista: por un lado, dalupano y los dos mil años de la Redención, son
su sangre hispana conserva algo de al-
el marco de referencia para esta iniciativa
tivez de “vencedor” y, su sangre
de los Obispos mexicanos.
india “adolece” aun del trauma-
tismo de quien vio su victo- De hecho, el Cardenal Car-
ria transmutarse en humi- los Aguiar Retes, Arzobispo
llante derrota. Primado de México y cus-
El detalle aquí está todio de la imagen sagrada
en que el mexicano aún de la Virgen de Guada-
no se acepta en su ri- lupe; Monseñor Rogelio
queza de mestizo, y Cabrera López, Arzobis-
(contradictoriamente) po de Monterrey y Pre-
salta de querer ser exclu- sidente de la Conferencia
sivamente indio a querer del Episcopado Mexicano;
ser considerado solo como y Monseñor Salvador Martí-
blanco. La Virgen de Guada- nez Ávila, Rector de la Insig-
lupe ha venido para quedarse y ne y Nacional Basílica de Santa
mostrar por medio de su rostro mes- María de Guadalupe, fueron quienes
tizo la riqueza que encierra y que es un dieron la magnífica noticia de la Novena In-
don para el mundo entero. tercontinental Guadalupana.
El novenario ¿Y qué es esta Novena? La Novena es un ca-
intercontinental mino de preparación y una celebración de nueve
Como se ha dicho, ambas civilizaciones lle- años que comenzó como se dijo inicialmente en di-
vaban miles de años avanzando, sin embargo, la ciembre de 2022 y terminará en diciembre de 2031,
nuestra, la mexica, avanzaba sin el conocimiento cuando se cumplan los 500 años del Acontecimien-
del Dios de Jesucristo, y es que, uno de los fenó- to Guadalupano, del encuentro de Nuestra Santa
menos más notables de la Conquista fue la cristia- Madre con el indio san Juan Diego, en el Cerrito
nización de los numerosos grupos indígenas que del Tepeyac.
habitaban los territorios del México prehispánico
y no solo en ellos, sino en todo el Continente de Durante estos años, se desea que distintos
América con sus valiosas Islas; tal evangelización Continentes, de ahí su nombre, conozcan y/o pro-
dio lugar a la bien llamada “conquista espiritual”, fundicen el Acontecimiento Guadalupano, que los
cuyo fin no solo era la conversión de los indivi- católicos del mundo redescubran el significado pro-
duos, sino también el establecimiento de la Iglesia fundo de la presencia de Jesucristo a través de Ma-
de Cristo con todo lo que esta implica. La presen- ría la Virgen Morena del Tepeyac. Es por ello que,

30
 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

la Novena Intercontinental Guadalupana se desea camino mediante la celebración de los 500 años
esté integrada por cinco líneas de acción, a saber: del Milagro Guadalupano. María, como Mujer nos
• Formación permanente en el reunirá a todos con su carisma y rostro maternal.
Acontecimiento Guadalupano, Es una oportunidad para que por medio de la Vir-
gen María Ntra. Madre y Sra. de Guadalupe nos
• Investigación Integral,
encontremos con el verdaderísimo Dios por quien
• Promoción de una devoción informada y
se vive y así, reinventarnos, reconstruirnos y sa-
testimonial,
narnos con la gracia de Dios y el poder del amor.
• Difusión masiva del Acontecimiento
Guadalupano, y Que sea este un Novenario de años donde esté
• Producción creativa. siempre presente la maravillosa “Teología del En-
cuentro”, cuyo fruto es la alegría, la alegría del en-
Dicha Novena, además forma parte ya del Proyec- cuentro con el Señor, la alegría del encuentro con
to Global de Pastoral, el cual surgió con motivo Santa María de Guadalupe y la alegría del encuen-
de la visita que realizó el Papa Francisco a nues- tro entre nosotros.
tro País. El 13 de febrero de 2016 en la Catedral
Definitivamente, a casi medio milenio de este
metropolitana de la Ciudad de México pidió a los
magnífico Evento, el mensaje que dejó Santa Ma-
Obispos un serio y cualificado Proyecto Pastoral ría de Guadalupe en su diálogo con san Juan Diego
que respondiera con valor profético a las circuns- es más vigente que nunca; este mensaje nos invita
tancias que se viven. De este modo, la Iglesia que a apreciar con nueva fuerza la belleza y dignidad
peregrina en México hace un llamado a todos para de la presencia profética de la mujer, el necesario
ponernos en manos de Santa María de Guadalupe protagonismo laical, la opción por los pobres, la
y seguir su ejemplo de amor y cercanía maternal. sinodalidad como dimensión dinámica de la comu-
Hay que tener en cuenta que no todo está nión, y la orientación radical de toda la vida hacia
proyectado, apenas se inició en diciembre del año Jesucristo, con el fin de hacer de nuestras familias,
2022, se está fraguando, pero ya se ha dado el pri- de nuestros países, de nuestras Diócesis y de todo
mer paso, es decir, ya comenzamos como Iglesia el Continente, una «Casita Sagrada» en la que pue-
en México este camino hacia el quinto centenario da anunciarse con plena libertad la fe en «el verda-
del Encuentro entre Santa María de Guadalupe y dero Dios por quien se vive».
Juan Diego, que como se ha dicho, marcó el ini-
Bibliografía:
cio de un nuevo Pentecostés, donde María está al
centro. Todas las Diócesis deberán estar atentas y Aa.Vv., El encuentro de la Virgen de Guadalupe y
promover en grado sumo lo que se proyecte. Juan Diego, Porrúa, México 2011.
Robert Ricard, La conquista espiritual de Méxi-
Por ahora, se cuenta ya con un Himno de la
co. Ensayo sobre el apostolado y los métodos
Novena Intercontinental que tiene por título: “¿No
misioneros de las órdenes mendicantes en la
estoy aquí yo que soy tu madre?”, cuyo autor es
Nueva España de 1523-1524 a 1572, Fondo
Luis Alfredo Díaz, quien, además ya prepara un
de Cultura Económica, México 112013.
musical con miras a los 500 años del Aconteci-
S. De Fiores, S. Meo Eliseo Tourón, Nuevo Dic-
miento Guadalupano.
cionario de Mariología, San Pablo, España
Además, está ya el logotipo oficial de “La 2001.
Novena Intercontinental Guadalupana”, 500 años. PGP, Hacia el encuentro de Jesucristo Redentor,
Santa María de Guadalupe, Madre del Redentor. bajo la mirada amorosa de Santa María de
Conclusión Guadalupe, CEM, México 2019.
Ante una sociedad que parece haber perdido los Mons. Salvador Martínez Ávila,
valores, envuelta en desesperanza y sin dirección, https://novenaguadalupana.virgendeguada-
la fe nos volverá a unir, volverá a iluminar nuestro lupe.org.mx/, 31 de marzo de 2023.
31
 Revista de Pastoral
Asamblea Parroquial de Evaluación Pastoral
I. OBJETIVO
Evaluar el “Año de la Sinodalidad 2022-
2023” en la Parroquia, identificando los avances,
obstáculos y dinamismos surgidos dentro de la
misión permanente.
II. INDICACIONES
1. Cada pastoral realizará en los días previos a
la Asamblea Parroquial, la evaluación de su progra-
mación 2022-2023, con la ayuda de los instrumen-
tos de evaluación que se proporcionan.
2. La Asamblea Parroquial será coordinada
por el párroco, con la asistencia de todos los sacer-
dotes de la parroquia y los equipos coordinadores
de cada pastoral.
3. En la Asamblea Parroquial se compartirá
(escuchará) la evaluación de cada pastoral en ple-
nario; después, en pequeños grupos integrados por
Asamblea Decanal de Evaluación Pastoral
I. OBJETIVO
Evaluar el “Año Pastoral de la Sinodalidad
2022-2023” en el Decanato, identificando los
avances, obstáculos y dinamismos surgidos
dentro de la misión permanente.
II. INDICACIONES
1. Cada equipo pastoral decanal juntamente
con su sacerdote asesor realizará en los días previ-
os a la Asamblea Decanal, la evaluación de su pro-
gramación 2022-2023, con la ayuda de los instru-
mentos de evaluación que se proporcionan.
2. La Asamblea Decanal será coordinada por
el Decano, con la asistencia de todos los sacerdotes
del Decanato y los equipos decanales de cada pas-
toral.
3. En la Asamblea Decanal se compartirá (es-
cuchará) la evaluación de cada pastoral en plenario;
después, en pequeños grupos integrados por perso-
32
personas de las distintas pastorales se harán suge-
rencias para mejorar el trabajo de cada pastoral para
el próximo año pastoral y los aportes serán compar-
tidos en plenario.
4. Cada parroquia determinará los horarios y
los días para cumplir con los objetivos de la Asam-
blea, dentro de la semana del 4 al 10 de junio de
2023.
5. Utilizar la oración del Año de la Sinodali-
dad, cantar el himno de este año pastoral (“Juntos
cantando la alegría”) y reflexionar en la importan-
cia de la evaluación pastoral, apoyados por el tema
que se propone en la Revista de Pastoral.
6. El encargado del ODA de cada parroquia
realizará la captura digital de los resultados de la
evaluación a más tardar el 20 de junio de 2023 a
la página del ODA: www.obseags.org.mx/evalua-
cion2023
nas de las distintas pastorales se harán sugerencias
para mejorar el trabajo de cada pastoral para el
próximo año pastoral y los aportes serán compar-
tidos en plenario.
4. Cada Decanato determinará los horarios y
los días para cumplir con los objetivos de la Asam-
blea, dentro de la semana del 11 al 17 de junio de
2023.
5. Se recomienda realizar la oración del Año
de la Sinodalidad y cantar el himno de este año pas-
toral (“Juntos cantando la alegría”).
6. El Secretario decanal capturará las evalua-
ciones pastorales decanales en la página del ODA
a más tardar el 24 de junio de 2023: www.obseags.
org.mx/evaluacion2023
7. Cada Decanato podrá tratar asuntos propios
en algún momento de la Asamblea Decanal.

Reunión Diocesana de Evaluación Pastoral
I. OBJETIVOS
1.1. Objetivo general:
Evaluar el “Año Pastoral de la Sinodalidad
2022-2023” en la Diócesis, identificando los avan-
ces, obstáculos y dinamismos surgidos dentro de
la misión permanente y presentar las orientaciones
pastorales para el “Año de la Participación sinodal
2023-2024” para asumir la sinodalidad como modo
ordinario de vivir y obrar y para que la Diócesis se
siga constituyendo en una Iglesia en estado perma-
nente de Misión.
1.2. Objetivos específicos
a) Evaluar el “Año de la Sinodalidad 2022-
2023”.
b) Reflexionar en la participación sinodal
como elemento indispensable de la Misión
permanente.
c) Ofrecer criterios para la elaboración de la
programación pastoral para el “Año de la
Participación sinodal 2023-2024”.
II. INDICACIONES
1. Cada comisión diocesana realizará su
evaluación durante la primera quincena de junio
de 2023, siguiendo los instrumentos presentados
en la Revista de Pastoral y la capturará de forma
digital al ODA a la dirección: www.obseags.org.
mx/evaluacion2023 a más tardar el 20 de junio de
2023.
2. La XIV Reunión Diocesana de Evaluación
se realizará el viernes 14 de julio de 2023 en
el Auditorio “San Julio Álvarez Mendoza” del
Seminario Diocesano de Aguascalientes.
III. PARTICIPANTES
CURIA DIOCESANA:
1. Sr. Obispo
2. Vicario General
2. Vicario de Pastoral
3. Vicario del Clero
4. Vicario de Vida Consagrada
5. Rector del Seminario
33
Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023
EQUIPO DE LA VICARÍA DE PASTORAL
DECANATOS (18):
1. Colegio de Decanos
2. Secretarios decanales
3. El coordinador laico del Equipo de Animación
Pastoral Decanal de Laicos
COMISIONES DIOCESANAS DE PRIORIDA-
DES PASTORALES:
1. Pastoral Familiar: Asesor diocesano, matrimonio
coordinador y 1 matrimonio.
2. Pastoral Juvenil: Asesor diocesano, coordinador
y 2 jóvenes.
3. Pastoral de Adolescentes: Asesor diocesano,
coordinador y 2 agentes.
4. Formación de Agentes de Pastoral: Asesor dioce-
sano, coordinador y Directores de las Escuelas
Diocesanas.
5. Pastoral Vocacional: Asesor diocesano, coordi-
nador y 3 agentes del equipo diocesano.
COMISIONES DIOCESANAS DE
PASTORALES FUNDAMENTALES:
1. Pastoral Profética: Asesor diocesano y coordi-
nador; sacerdote asesor y laico coordinador de
cada equipo diocesano que integra esta pastoral.
2. Pastoral Litúrgica: Asesor diocesano y coordi-
nador; sacerdote asesor y laico coordinador de
cada equipo diocesano que integra esta pastoral.
3. Pastoral Social: Asesor diocesano y coordinador;
sacerdote asesor y laico coordinador de cada
equipo diocesano que integra esta pastoral.
PRESBÍTEROS
Equipo de la Vicaría del Clero
LAICOS
Comisión Diocesana de Organismos Eclesiales
Laicales: Asesor diocesano, coordinador y 3 laicos;
2 representantes del Consejo Diocesano de Laicos.
VIDA CONSAGRADA
Directiva de la CIRM (3)
SEMINARIO DIOCESANO
Equipo Auxiliar de Pastoral (3) y sacerdote respon-
sable de la Dimensión Pastoral.
 Revista de Pastoral

Evaluación del Año Pastoral

Parroquia o Decanato o Comisión
Diocesana o Vicaría Episcopal:

Pastoral:

I. EVALUACIÓN DE LAS ORIENTACIONES PASTORALES PARA EL AÑO DE LA

SINODALIDAD
1. Adoptar como método sinodal para nuestros
encuentros sinodales de cualquier instancia el
orar con la Palabra de Dios, un momento de
estudio, asuntos pastorales y convivencia fra-
terna.
2. Conocer y asumir la formación y vivencia de la
sinodalidad (comunión, participación y misión
a través de la escucha, diálogo, discernimien-
to, oración y salida) en los Consejos Pastorales
Parroquiales, el Equipo Decanal de Animación
Pastoral (EDAP) y Equipos parroquiales, de-
canales y diocesanos.
3. Asumir las opciones y compromisos pastora-
les del PGP 2031-2033 y los resultados de la
fase diocesana del Sínodo de la sinodalidad en
nuestras programaciones pastorales parroquia-
les, decanales y diocesanas.
4. Retomar las orientaciones del documento de
Aparecida que nos guíen a pasar de una pasto-
ral de conservación a una pastoral misionera.
5. Crear y/o fortalecer los equipos pastorales pa-
rroquiales, los CPP, los sectores y en la medida
de los posible las áreas y pequeñas comunida-
des.
6. Crear y/o propiciar espacios para el impulso de
la iniciación cristiana, la educación y la cele-
bración de la fe hacia un compromiso social.
7. Propiciar en los organismos eclesiales laicales
un trabajo organizado e integrado al trabajo
pastoral diocesano.
8. Impulsar y promover la cultura vocacional
como un trabajo sinodal entre las distintas
pastorales afines (vida consagrada, Seminario,
pastoral vocacional, familiar, juvenil, adoles-
centes).
9. Promover una formación integral, que respon-
da a los retos actuales de la persona, realizan-
do un trabajo sinodal entre las pastorales afines
(familiar, juvenil, adolescentes, vocacional y
profética).
10. Promover la formación y capacitación perma-
nente de todos los agentes de pastoral a partir
del Catecismo de la Iglesia Católica.

34
 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

¿Qué se hizo? ¿En qué se nota? (¿Cuáles son los frutos?)

35
 Revista de Pastoral

¿Qué no se hizo? ¿Por qué?

36
 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

¿Qué quedó por hacerse? ¿Por qué?

37
 Revista de Pastoral

I. EVALUACIÓN DE LAS ORIENTACIONES PASTORALES PARA EL AÑO DE LA

SINODALIDAD
1. Dimensión de Integración y organización

¿Qué se hizo? ¿En qué se nota? (¿Cuáles son los frutos?)

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 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

¿Qué no se hizo? ¿Por qué?

39
 Revista de Pastoral

¿Qué quedó por hacerse? ¿Por qué?

Calificación Final de Integración y organización

*Califica del 1 al 5 de acuerdo a esta escala:
Hay intenciones pero no Se cumple Se cumple Se cumple Se cumple de manera
1 se ha hecho nada
2 poco
3 regular
4 bien
5 excelente

Integración y organización: Los equipos asumen la sinodalidad con una organización articulada y vinculada:

40
 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

2. Dimensión de Formación y Capacitación

¿Qué se hizo? ¿En qué se nota? (¿Cuáles son los frutos?)

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 Revista de Pastoral

¿Qué no se hizo? ¿Por qué?

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 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

¿Qué quedó por hacerse? ¿Por qué?

Calificación Final de Formación y Capacitación

*Califica del 1 al 5 de acuerdo a esta escala:
Hay intenciones pero no Se cumple Se cumple Se cumple Se cumple de manera
1 se ha hecho nada
2 poco
3 regular
4 bien
5 excelente

Formación y Capacitación: Los agentes se forman y fortalecen en la sinodalidad"

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 Revista de Pastoral

3. Dimensión de Espiritualidad

¿Qué se hizo? ¿En qué se nota? (¿Cuáles son los frutos?)

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 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

¿Qué no se hizo? ¿Por qué?

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 Revista de Pastoral

¿Qué quedó por hacerse? ¿Por qué?

Calificación Final de Espiritualidad

*Califica del 1 al 5 de acuerdo a esta escala:
Hay intenciones pero no Se cumple Se cumple Se cumple Se cumple de manera
1 se ha hecho nada
2 poco
3 regular
4 bien
5 excelente

Espiritualidad: "Se vive la espiritualidad en la sinodalidad "

Que sean uno, Padre, como tú y yo somos uno" (Jn 17,11)

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 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

4. Dimensión de Misión

¿Qué se hizo? ¿En qué se nota? (¿Cuáles son los frutos?)

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 Revista de Pastoral

¿Qué no se hizo? ¿Por qué?

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 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

¿Qué quedó por hacerse? ¿Por qué?

Calificación Final de Misión

*Califica del 1 al 5 de acuerdo a esta escala:
Hay intenciones pero no Se cumple Se cumple Se cumple Se cumple de manera
1 se ha hecho nada
2 poco
3 regular
4 bien
5 excelente

Misión: "Los agentes viven la misión permanente en sinodalidad"

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 Revista de Pastoral

5. Fruto Pastoral
*Califica del 1 al 5 de acuerdo a esta escala:
Hay intenciones pero no Se cumple Se cumple Se cumple Se cumple de manera
1 se ha hecho nada
2 poco
3 regular
4 bien
5 excelente

Somos una Iglesia sinodal que realiza la pastoral en comunión, participación y misión”
“Los agentes comprometidos en la misión permanente evaluaron el proceso del
IV Plan Diocesano de Pastoral"

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 Año 6 No. 23 Mayo-Julio 2023

NOTAS:

LOS EQUIPOS SESIONARON:

QUEDÓ EN ACTA LA FECHA DE ENTREGA AL SECRETARIO DECANAL EL DÍA:

OBSERVACIONES:

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