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Se estudia el flujo de calor terrestre y el volcanismo como una de sus consecuencias más

directas. Además se trata la Geofísica Volcánica, que consiste en la caracterización de los


efectos geofísicos que tienen los procesos volcánicos.

 Transmisión de Calor: En este tema haremos un repaso de los conceptos


fundamentales de la Termodinámica, haciendo especial énfasis en los mecanismos
de transmisión de calor: conducción, convección y radiación.
 Ecuaciones fundamentales de la conducción del calor: En este capítulo haremos una
revisión de las ecuaciones fundamentales de la conducción del calor, con especial
detalle en el caso de la Tierra, estudiando diversos casos en función de las
condiciones de contorno.
 Fuentes de calor en la Tierra: Estudiaremos la distribución de calor en la Tierra, así
como en qué fenómeno predomina cada proceso de transporte de calor. Litosfera,
conducción, Manto, convección y volcanismo y radiación.
 Energía geotérmica: Veremos los principales mecanismos de anomalías de calor en
la corteza, fuentes de alta, media y baja energía. Veremos los diferentes tipos de
plantas geotérmicas, su aprovechamiento, rendimiento y se finalizará con ejemplos
de explotaciones geotérmicas. Finalmente se estudiará este tipo de energía
comparado frente a otros.

 Introducción al Volcanismo: trataremos sobre el origen y la localización de los


volcanes, los tipos de volcanes, el tamaño y la frecuencia de las erupciones, las
propiedades físicas del magma y su relación con los diferentes estilos eruptivos.
También hablaremos sobre los peligros volcánicos, como flujos de lava, emisión de
ceniza, flujos piroclásticos, gases volcánicos, lahares, terremotos y tsunamis.
 Vigilancia de volcanes activos: descripción de los métodos geofísicos que se
utilizan en la investigación de los volcanes, entre otros estimación de temperaturas,
geoquímica de gases, medidas de deformación y gravedad, y de cómo se interpretan
los datos que proporcionan para entender el funcionamiento de los volcanes.
 Sismología Volcánica: estudio de los terremotos volcánicos como herramienta para
acceder a información directa sobre el estado interno de los volcanes. Repasaremos
algunos conceptos de Sismología, como las características de las ondas sísmicas, el
análisis de sismogramas, o la importancia del efecto de la fuente y del camino.
Finalmente nos centraremos en las características de los terremotos volcánicos, en
particular los terremotos volcano-tectónicos y la sismicidad de largo y muy largo
periodo (incluyendo el tremor volcánico) y en su relación con los procesos
volcánicos.
a Geofísica Volcánica, que consiste en la caracterización de los efectos geofísicos
que tienen los procesos volcánicos.
Propiedades Físicas del Magma
El magma es un fluido y como tal puede escurrirse y cambiar de forma bajo la acción de un esfuerzo
tangencial, por más débil que sea. Los fluidos ideales no tienen ningún tipo de resistencia a la deformación, y
si no están contenidos, no transmiten ningún tipo de esfuerzo, porque son completamente absorbidos por la
deformación. Pero antes de continuar con el análisis de las propiedades físicas del magma debemos recordar
que este comportamiento no es exclusivo de los líquidos como ya se ha explicado en el capítulo anterior.
También numerosos sólidos, bajo ciertas condiciones muy especiales, fluyen de manera similar a los líquidos,
por lo cual en reología a estos materiales también se los denomina fluidos.

Este comportamiento dual de los agregados policristalinos queda claramente ejemplificado con lo que sucede
en la corteza inferior, caracterizada por la ausencia de focos sísmicos, pero que deja pasar las ondas sísmicas
provenientes del interior de la Tierra. En los casos en que las rocas de la corteza inferior se deforman a
velocidades muy lentas, como ocurre en la mayoría de los procesos geológicos, su comportamiento reológico
es equiparable al de un fluido, y consecuencia los esfuerzos que pueden soportar antes de ceder (= yield) son
muy pequeños, del orden de unos pocos Pascales.

Por el contrario, si la velocidad de deformación es mucho más rápida, como p. ej. sucede cuando una onda
sísmica atraviesa la corteza inferior, esta se comporta como un sólido. Para comprender esto podemos
imaginar que nos introducimos en la corteza inferior y aplicamos un martillazo, tal cual lo hacemos en la
superficie para quebrar las rocas: el resultado será el mismo que si estuviéramos en la superficie, la roca se
romperá frágilmente en varios trozos. Pero si dejamos el martillo y regresamos al cabo de un tiempo
prolongado encontraremos que el martillo, al ser más denso, se ha hundido hasta una cierta distancia, de la
misma manera que un sólido más denso se hunde en un fluido.

Con respecto al magma, las propiedades físicas más importantes que regulan su desplazamiento a través de la
litósfera, el modo de extruirse en la superficie, y la forma y volumen de los cuerpos ígneos, son la viscosidad
y la densidad. Por la primera propiedad el magma tiene la capacidad de fluir a través de la litósfera y llegar
hasta la superficie, y lo debe hacer con tal eficiencia que debe mantener su temperatura por encima del solidus
para no congelarse en el camino. La menor densidad del magma respecto al medio que lo rodea, favorece su
ascenso hacia los niveles superiores de la litósfera, fenómeno que se expresa mencionando que tiene
flotabilidad (en inglés = buoyancy). En los casos en que la densidad del magma se iguala con la de la roca de
caja, la flotabilidad tiende a cero, por lo cual el magma deja de ascender. En estos casos si su viscosidad es
baja, tiende a fluir horizontalmente, formando cuerpos laminares subhorizontales, denominados filones capa.
Ejemplos de estos cuerpos son los enjambres de filones capa que han sido descriptos en diversos lugares del
mundo.

Cuando un fluido se desplaza posee una cierta cantidad de movimiento o momento que es proporcional a su
masa y a su velocidad. El momento de un fluido es el producto de su masa por su velocidad. La variación del
momento de un fluido (o un cuerpo cualquiera) es proporcional a la fuerza resultante (segunda ley de
Newton).

La energía cinética (E c = ½ m v 2, donde m = masa y v = velocidad) que posee un fluido en movimiento es
la responsable de vencer las fuerzas de fricción que tienden a detener el flujo, y comúnmente durante este
proceso la energía cinética se transforma en calor y se disipa. En las rocas extrusivas no consolidadas
(depósitos de caída de tefra, brechas de los laterales de las coladas o de los domos) que se depositan con alto
ángulo de reposo, la energía potencial (E p = mgh, donde m = masa, g = aceleración de la gravedad y h =
altura) se puede transformar en energía cinética si se disminuyen las fuerzas de fricción. Los flujos de
densidad fríos, como los lahares, se originan porque al introducirse el agua en el interior del cuerpo disminuye
drásticamente las fuerzas de fricción entre las bloques y partículas sólidas.
Otro aspecto interesante del magma es el aumento de la densidad que se produce por la cristalización. Esta
variación en el volumen tiene una gran importancia en la distribución del campo de esfuerzos local y tiene
una gran influencia en las estructuras y texturas de los estadios finales de la cristalización de los cuerpos
ígneos.

3.1. Viscosidad

Los fluidos tienen una propiedad intrínseca que es la de fluir. A diferencia de los sólidos los fluidos no tienen
forma propia y por lo tanto cuando se desplazan se deforman internamente sin pérdida de cohesión. Los
materiales sólidos, en cambio, pueden trasladarse sin deformarse internamente, como sucede p. ej. en un
bloque transportado tectónicamente. La resistencia interna a fluir se denomina viscosidad y es una constante
para cada líquido.

Los fluidos que poseen elevadas viscosidades fluyen con mayor lentitud que los fluidos con viscosidades más
pequeñas. La fluidez f es la inversa de la viscosidad . :

En reología cuando un fluido fluye también significa que se deforma. Los fluidos no poseen ninguna
resistencia a la deformación – aún en aquellos casos que sus viscosidades sean extremadamente elevadas – y
ceden ante un esfuerzo por más pequeño que sea. En consecuencia, la cantidad de deformación dependerá del
tiempo de aplicación de ese esfuerzo: cuanto mayor sea el tiempo que actúa el esfuerzo mayor será la
deformación. Para un tiempo y un esfuerzo determinados la cantidad de deformación dependerá de la
viscosidad, lo cual significa que líquidos con menor viscosidad se deformarán en una proporción mayor
respecto de aquellos líquidos que tengan una viscosidad mayor. Así, p. ej., dos coladas de lava con diferentes
viscosidades, por ejemplo una máfica y otra silícica, que fluyen por una misma pendiente, llegará más lejos la
que posee menor viscosidad.

La deformación de los fluidos no se recupera, es permanente, por lo cual la deformación es del tipo disipativa.
Esta característica permite diferenciar a los fluidos de los materiales con comportamiento elástico, los cuales
una vez que se quita el esfuerzo, recuperan la deformación y por lo tanto devuelven al sistema la energía que
habían almacenado durante la deformación.

En cambio, en los fluidos la energía utilizada durante la deformación no se recupera y por lo tanto debe ser
disipada. Comúnmente esa energía se transforma en calor. Sin embargo, este calor, aportado por la disipación
de la viscosidad, es mínimo y aún no ha sido incorporado en los cálculos de variación de la temperatura para
los magmas en movimiento.

La viscosidad del magma depende de su grado de polimerización, que a su vez es una función de la
proporción de sílice. En los fundidos silicáticos el silicio se une con el oxígeno preferentemente con
coordinación tetraédrica, por lo cual el silicio se encuentra en el centro de un tetraedro cuyos vértices son los
oxígenos (SiO 4 -4 ). Las cargas negativas de los oxígenos permiten la unión con otros tetraedros, formando
cadenas (Fig. 1). La magnitud de las cadenas es la que expresan el grado de polimerización del magma y la
que le confiere la viscosidad. En síntesis, el silicio es un catión formador de red (T) por su afinidad a la
coordinación tetraédrica con el oxígeno. Los oxígenos que comparten dos tetraedros se llaman oxígenos
puentes (BO),

 
mientras que los oxígenos que comparten otros poliedros, con coordinación mayor que la tetraédrica, se
denominan no-puentes (NBO), porque interrumpen el crecimiento de la cadena.

La proporción de oxígenos no-puentes por tetraedro describe el grado de polimerización del magma y se
define por la relación NBO/T (Mysen, 1990), es decir, por la relación del número de oxígenos de un tetraedro
combinados con cualquier otro poliedro (oxígenos no puentes) con respecto a los oxígenos con coordinación
tetraédrica (oxígenos puentes, Fig. 1). La relación NBO/T varía entre 0 y 4, correspondiendo a 0 el máximo
grado de polimerización, ya que ningún oxígeno del tetraedro está unido a otro poliedro y por lo tanto tiene la
posibilidad de unirse a otro tetraedro. Cuando esta relación es igual a 4, todos los oxígenos del tetraedro están
unidos a otros poliedros, impidiendo la formación de cadenas, lo cual significa que el líquido no está
polimerizado. La relación NBO/T en las riolitas es 0,031 ± 0,052, mientras que en las andesitas es de 0,247 ±
0,018 y en los basaltos es de 0,682 ± 0,147 (Mysen, 1990), lo cual está de acuerdo con las viscosidades de los
fundidos respectivos.

El grado de polimerización de los magmas silícicos disminuye debido a la presencia de iones que tienden a
dificultar la coordinación tetraédrica del silicio, ya sea reemplazando a los oxígenos, o al silicio. Entre los
componentes más importantes y frecuentes que reemplazan a los oxígenos se encuentra el agua que está
disuelta en el magma. Los iones OH - reemplazan al O = en coordinación tetraédrica dificultando la unión con
otros tetraedros y por lo tanto la polimerización. La viscosidad de un magma silícico anhidro a las
temperaturas comprendidas entre el solidus y el liquidus, es del orden de 1x10 13 Pas, mientras que estos
mismos magmas, pero saturados en agua, la viscosidad desciende hasta 1x10 6 Pa s, lo cual representa una
diferencia de hasta 7 ordenes de magnitud (Fig. 2). El flúor es otro de los elementos que tiene propiedades
similares a las del agua en cuanto a su capacidad por disminuir la polimerización del magma (Dingwell,
1987), ocasionando una fuerte disminuciones en su viscosidad. La influencia del cloro en el descenso de la
viscosidad de los fundidos graníticos, en cambio, es mucho menos efectiva que la del flúor. (Dingwell, 1999).

La sustitución del silicio, que se encuentra en el centro del tetraedro, por otros elementos cambia las
longitudes y las relaciones eléctricas de los enlaces, variando el número de coordinación y por lo tanto
variando el grado de polimerización. El hierro es uno de ellos. El estado de oxidación del hierro en los
fundidos silicáticos tiene una gran importancia en el grado de polimerización, variando su importancia de
acuerdo con la composición del magma. La relación Fe +3 /...Fe entre las rocas volcánicas es máxima para las
riolitas (0,63 ± 0,25), mientras que para los basaltos tholeíticos es menor (0,29 ± 0,13) (Mysen, 1990). El
Fe +3 en los magmas riolíticos se comporta como un catión formador de red por su capacidad de coordinación
tetraédrica, pero en los magmas máficos tiene preferencia por la coordinación octaédrica y por lo tanto se
comporta como un catión modificador de red, disminuyendo en estos casos la viscosidad.

El contenido de aluminio también ejerce una influencia importante en la estructura del magma, en particular
cuando la relación Al/Al + Si es elevada. Si, además, esta condición está acompañada por una cantidad de
agua disuelta en el magma mayor a 3%, se produce una marcada disminución de la viscosidad, porque estas
condiciones favorecen la despolimerización del magma (Mysen, 1992).

La viscosidad es la relación entre un esfuerzo tangencial y la deformación que este produce en la unidad de
tiempo. Por lo tanto existe una relación directa entre el esfuerzo tangencial s t y la deformación, que se puede
expresar en la siguiente ecuación: tetraédrica, pero en los magmas máficos tiene preferencia por la
coordinación octaédrica y por lo tanto se comporta como un catión modificador de red, disminuyendo en estos
casos la viscosidad.

El contenido de aluminio también ejerce una influencia importante en la estructura del magma, en particular
cuando la relación Al/Al + Si es elevada. Si, además, esta condición está acompañada por una cantidad de
agua disuelta en el magma mayor a 3%, se produce una marcada disminución de la viscosidad, porque estas
condiciones favorecen la despolimerización del magma (Mysen, 1992).
La viscosidad es la relación entre un esfuerzo tangencial y la deformación que este produce en la unidad de
tiempo. Por lo tanto existe una relación directa entre el esfuerzo tangencial s t y la deformación, que se puede
expresar en la siguiente ecuación:

donde dx/dt expresa la cantidad de deformación interna producida al cabo de un tiempo y por lo tanto mide la
velocidad de la deformación; dz representa la distancia, medida perpendicularmente al desplazamiento del
líquido, entre la pared que lo contiene y el interior del mismo (Fig. 3).

La relación:

representa el gradiente de la velocidad; dv/dz, y se expresa comúnmente con el símbolo e que representa la


tasa de deformación del fluido y tiene como dimensión tiempo -1 . De acuerdo con (2) y (3) la ecuación que
caracteriza la viscosidad de un fluido puede escribirse como s =.e .

Las tasas de deformación lentas que se consideran apropiadas para que los agregados policristalinos cedan
ante un mínimo esfuerzo y fluyan, se encuentran en el rango comprendido entre 10 -12 s -1 y 10 -18 s -1 . Estas
tasas son comunes en la corteza inferior y en el manto.

Las dimensiones de la viscosidad están dadas por la relación esfuerzo/tasa de deformación.

En el sistema c.g.s. la unidad es el poise = 1 dina s cm -2 , mientras que en el sistema internacional la unidad
es el Pascal s = 1 newton s m -2 . La conversión entre Pascal y poise es de 1Pa s = 10 poises. Para tener una
idea de la magnitud de la viscosidad de los fundidos silicáticos podemos mencionar que la viscosidad del
agua, que por su baja viscosidad es considerada un fluido ideal, es 10 -3 Pa s = 10 -2 poises. La viscosidad del
manto, que ha sido inferida por distintos métodos indirectos, oscila entre 10 20 - 10 22 Pa s, y la viscosidad de
un glaciar, el cual desciende lentamente de la montaña, se ha estimado en 1x10 13 Pa s. La viscosidad de un
magma basáltico varía entre 5-10 Pa s y 1 x 10 3 Pa s y la de un fundido riolítico entre 1 x 10 6 Pa s y 1 x
10 13 Pa s.

Si se conoce la viscosidad de un material se puede deducir la tasa de deformación que resulta de la aplicación
de un esfuerzo determinado. Por ej. la tasa de deformación en el manto se puede calcular, si se asume un
esfuerzo de 1 MPa (= 0,01kb), de acuerdo con la siguiente relación:

En la Fig. 4 se muestra el movimiento laminar de un fluido en un conducto de paredes rígidas. La longitud de


las flechas es proporcional a la velocidad con que se mueve una partícula en el interior del líquido. La
relación de velocidades entre las partículas contiguas expresa la tasa de cizalla. En los bordes externos del
líquido, contra la pared que lo contiene, la velocidad es mínima – debido al rozamiento con la pared – y
aumenta en forma progresiva hacia el interior del líquido, hasta alcanzar las partículas una misma velocidad.
Por esta razón la tasa de cizalla es máxima en el borde y mínima en el interior, debido a que las partículas se
mueven con una misma velocidad (Fig.4). La tasa de cizalla se manifiesta en los cuerpos ígneos viscosos,
como una foliación, que en muchos casos puede llegar a ser extremadamente fina y ser comparable con la
esquistosidad de una roca metamórfica. Estas estructuras se encuentran comúnmente en diques, en cuerpos
subvolcánicos (p. ej. domos, Fig. 5) y coladas silícicas. En los diques y domos la foliación es paralela al
contacto con la roca de caja. En las coladas y en el interior de los domos es irregular y puede estar plegada por
efectos del flujo.

En la superficie de los planos de foliación se puede observar una lineación, consistente en los surcos dejados
por las protuberancias de los fenocristales (Fig. 4b). La condición para que se preserve la lineación es un
rápido congelamiento del cuerpo, que imposibilita la recomposición de la textura después de haberse detenido
el movimiento. En la Fig 5 se observa la foliación, paralela al contacto, del borde externo de un domo
dacítico, intruido en areniscas del Terciario, perteneciente al complejo volcánico de Farallón Negro. En
magmas con viscosidades pequeñas, la tasa de cizalla es proporcionalmente más baja, y no llega a
manifestarse en la roca como planos de foliación. Esto sucede porque al detenerse el magma los planos que
separan los filetes de flujo, que están apenas insinuados por la baja tasa de cizalla, tienden a desaparecer

Figura 4. a) Movimiento laminar de un fluido a través de un conducto formado por paredes rígidas. La
diferencia de velocidad con que se mueven las partículas en los bordes es alta, por lo cual tienen una tasa de
cizalla alta. En cambio, en el interior la diferencia de velocidades entre las partículas es baja y la tasa de
cizalla es también baja. b) Lineación en la superficie que separa dos láminas de flujo con distinta velocidad.
La lineación consiste en surcos producidos por los fenocristales y otras irregularidades de la superficie. Esta
textura es propia de magmas viscosos y corresponde a la zona con alta tasa de cizalla. Debido al rápido
enfriamiento la estructura queda congelada y por lo tanto se la puede observar con claridad.

durante la cristalización.

Cuando la relación entre el esfuerzo tangencial y la tasa de cizalla es constante se considera que el líquido
tiene un comportamiento newtoniano (Fig. 6), lo cual significa que cualquiera que sea el esfuerzo al cual está
sometido, o también cualquiera sea la tasa de deformación, la viscosidad del fluido es la misma. Su
comportamiento es linear.

No todos los fluidos tienen un comportamiento newtoniano, de modo que una ecuación generalizada que
abarque a la mayoría de ellos es la siguiente:
donde s 0 representa un umbral elástico que es necesario vencer para que el líquido comience a fluir. Cuando
s 0 > 0 se denominan fluidos Bingham. En la Fig. 6 se ha representado a uno de estos líquidos que luego de
sobrepasar el umbral elástico (0 ) se comporta como newtoniano. La magnitud de los umbrales elásticos a
partir de los cuales el magma comienza a fluir aumenta con el grado de polimerización. La mayoría de los
magmas silícicos tienen un valor de s 0 que impide que pequeños cristales, más densos que el magma, se
hundan, porque la diferencia de la densidad no es lo suficientemente elevada como para generar el esfuerzo
necesario para superar el umbral elástico. Es por esta razón que los fenocristales de las rocas volcánicas, en
particular las que poseen composiciones intermedias a ácidas, no se segregan ni se concentran entre las
láminas de flujo durante el movimiento del magma, conservando los lugares donde se han nucleado y crecido.
En magmas con menor viscosidad es factible la concentración de cristales como puede observarse en magmas
graníticos de alta temperatura con megacristales de feldespato potásico donde estos se segregan en bandas
paralelas a las láminas de flujo. Como ejemplo de estos granitos, tenemos los provenientes de la sierra de San
Luis, que debido a sus bellas propiedades ornamentales se los puede observar en los frentes de numerosos
edificios.

La tasa de deformación elevada a un exponencial n .1, ( e ) n , significa que el fluido no tendrá una relación
constante entre el esfuerzo y la tasa de cizalla, como es propio de los fluidos newtonianos. En estos casos se
dice que el líquido es no-newtoniano. Generalmente n está comprendido entre 1 y 3. En los fluidos no-
newtonianos la viscosidad varía de acuerdo con la tasa de deformación, por lo cual cuando se deforman y
están sometidos a diferentes esfuerzos puede responder con diferentes viscosidades. En general, aunque no
siempre es así, en los fluidos no-newtoniano cuanto mayor es el esfuerzo y/o la tasa de deformación menor es
la viscosidad.

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