Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Amén”.
COMUNION ESPIRITUAL
Oración a San Miguel
Oración a San Miguel Arcángel para superar
Arcángel de protección dificultades
Amén".
has hecho, y especialmente por haberte
ORACIONES A JESUS SACRAMENTADO
dado tu mismo en este sacramento, por
haberme concedido por mi abogada a tu
1. San Ignacio de Loyola amantísima Madre y haberme llamado a
visitarte en esta iglesia.
– Anima Christi
Adoro ahora a tu Santísimo Corazón y deseo
Alma de Cristo, santifícame. adorarlo por tres fines: el primero, en acción
Cuerpo de Cristo, sálvame. de gracias por este insigne beneficio; en
Sangre de Cristo, embriágame. segundo lugar, para resarcirte de todas las
Agua de costado de Cristo, lávame. injurias que recibes de tus enemigos en este
Pasión de Cristo, fortaléceme. sacramento; y finalmente, deseando
¡Oh, buen Jesús, óyeme! adorarte con esta visita en todos los lugares
Dentro de tus llagas, escóndeme. de la tierra donde estás sacramentado con
No permitas que me aparte de ti. menos culto y abandono.
Del enemigo maligno, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame
y mándame ir a ti, 3. Santo Tomás de Aquino
para que con tus santos te alabe, – Adoro te devote
por los siglos de los siglos.
Amén
Te adoro con devoción, Dios escondido,
oculto verdaderamente bajo estas
2. San Alfonso María de apariencias. A Ti se somete mi corazón por
completo, y se rinde totalmente al
Ligorio – Señor mío contemplarte.
Jesucristo
Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto,
el gusto; pero basta el oído para creer con
Señor mío Jesucristo, que por amor a los
firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de
hombres estás noche y día en este
Dios: nada es más verdadero que esta
sacramento, lleno de piedad y de amor,
palabra de verdad.
esperando, llamando y recibiendo a cuantos
vienen a visitarte: creo que estás presente
En la Cruz se escondía sólo la Divinidad,
en el sacramento del altar.
pero aquí se esconde también la
Humanidad; creo y confieso ambas cosas, y
Te adoro desde el abismo de mi nada y te
pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.
doy gracias por todas las mercedes que me
No veo las llagas como las vio Tomas pero
confieso que eres mi Dios: haz que yo crea Que mi participación en tus Santos
más y más en Ti, que en Ti espere y que te Misterios, ¡oh Señor! no sea para mi juicio o
amé. condenación, sino para sanar mi alma y mi
cuerpo.
¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan
vivo que das vida al hombre: concede a mi ¡Oh Señor!, yo también creo y profeso que lo
alma que de Ti viva y que siempre saboree que estoy a punto de recibir es
tu dulzura. Señor Jesús, bondadoso verdaderamente tu Preciosísimo Cuerpo y tu
Pelícano, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre Vivificante, los cuales ruego me
Sangre, de la que una sola gota puede liberar hagas digno de recibir, para la remisión de
de todos los crímenes al mundo entero. todos mis pecados y la vida eterna. Amén.
Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego ¡Oh Dios!, se misericordioso conmigo,
que se cumpla lo que tanto ansío: que al pecador.
mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz ¡Oh Dios!, límpiame de mis pecados y ten
viendo tu gloria. Amén. misericordia de mí.
¡Oh Dios!, perdóname, porque he pecado
incontables veces.
4. San Juan Crisóstomo
– Oh Señor, yo creo 5. San Ambrosio – Me acerco a tu altar
¡Oh Señor!, yo creo y profeso que Tú eres el Señor mío Jesucristo, me acerco a tu altar lleno de
Cristo Verdadero, el Hijo de Dios vivo que temor por mis pecados, pero también lleno de
vino a este mundo para salvar a los confianza porque estoy seguro de tu misericordia.
pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Tengo conciencia de que mis pecados son muchos y de
Acéptame como participante de tu Cena que no he sabido dominar mi corazón y mi lengua.
Mística, ¡oh Hijo de Dios!
Por eso, Señor de bondad y de poder, con mis miserias
No revelaré tu Misterio a tus enemigos, ni te y temores me acerco a Ti, fuente de misericordia y de
daré un beso como lo hizo Judas, sino que perdón; vengo a refugiarme en Ti, que has dado la vida
por salvarme, antes de que llegues como juez a
como el buen ladrón te reconozco.
pedirme cuentas.
Recuérdame, ¡Oh Señor!, cuando llegues a tu Señor no me da vergüenza descubrirte a Ti mis llagas.
Reino. Recuérdame, ¡oh Maestro!, cuando Me dan miedo mis pecados, cuyo número y magnitud
llegues a tu Reino. Recuérdame, ¡oh Santo!, sólo Tú conoces; pero confío en tu infinita
misericordia.
cuando llegues a tu Reino.
Señor mío Jesucristo, Rey eterno, Dios y hombre
verdadero, mírame con amor, pues quisiste hacerte
hombre para morir por nosotros. Escúchame, pues
espero en Ti.