Está en la página 1de 2

PISC411 – Semana 11 – Caso de estudio: Will 1

CASO DE ESTUDIO: WILL


Will es un joven que ha vivido una difícil historia de violencia, ha tenido que aprender a vivir por su cuenta y no
confía en nadie más que en él. Luego de que un profesor de una universidad prestigiosa reconociera su talento,
consigue que un famoso terapeuta pueda verlo y ayudarlo en un proceso de reparación. El psicólogo, llamado
Sean, tiene en su oficina un cuadro que le recuerda a su mujer que falleció de cáncer hace dos años. Will, con una
actitud desafiante y arrogante, critica duramente el cuadro, lo cual hace que Sean sienta una inmensa rabia y
piense en desistir de ser su terapeuta.
Sin embargo, un pensamiento importante llega a Sean, por lo que invita a Will a un parque y le dice lo siguiente:
Eres solo un muchacho, no tienes la menor idea... Nunca saliste de Boston.
Si te pregunto de arte, leíste y sabes mucho...de Miguel Ángel, su vida, sus preferencias, su ideología, sus
aspiraciones, sus obras, pero jamás podrás decirme como huele la Capilla Sixtina. Si te pregunto sobre mujeres,
me contarás tus preferencias, habrás salido y tenido sexo con algunas, pero no podrás decirme lo que se siente
despertarse todos los días junto a una mujer y sentirse verdaderamente feliz.
Eres un chico duro. Si te pregunto sobre la guerra, me citarás a Shakespeare, pero nunca estuviste en ella, nunca
tuviste en el regazo a un amigo y lo viste exhalar su último suspiro pidiendo ayuda.
¿Amor? Podrás recitar un bello soneto. Pero nunca miraste a una mujer y te sentiste vulnerable, conocer a alguien
que te podría igualar con la mirada, sintiendo que Dios puso un ángel en la tierra para ti, que podría rescatarte de
las profundidades del infierno y no sabrías qué es “ser su ángel”. Tener ese amor por ella, estar “allí” para siempre,
a pesar de todo, a pesar del cáncer. Y no sabrías qué es dormir sentando en una habitación del hospital por dos
meses, sosteniendo su mano, porque los doctores vieron en tus ojos que los horarios de visita no se aplican para
ti. No sabes de las verdaderas pérdidas, porque eso ocurre cuando amas algo más que a ti mismo. Dudo que te
hayas atrevido a amar a alguien así.
Te miro y no miro un hombre inteligente y seguro de sí mismo. Veo un muchacho engreído y asustado. Eres un
genio Will, nadie niega eso. Nadie podría entender tus profundidades. Pero presumes saber todo de mi porque
viste una pintura.
¿Eres huérfano? (Will asiente con la cabeza) Piensas que sabría algo acerca de lo duro de tu vida, como te sientes,
qué eres solo porque he leído a Oliver Twist. ¿Eso te encapsula?
Personalmente, me importa un carajo… Porque no puedo aprender nada de ti, no lo puedo leer en los libros. A
menos que quieras hablar de ti, quién eres. Y estoy fascinado. Estoy adentro. Pero no quieres hacer eso ¿no es así?
Estás aterrado de lo que podrías decir. Ahora es tu jugada, jefe (Van Sant, 1997).
Luego de esta conversación, Will accede a comenzar un proceso de terapia con Sean. Las primeras dos
sesiones, Will no dijo nada y tampoco Sean, hasta que de repente comenzaron a hablar de diversos temas, siendo
Will el que inició la conversación.
Sean le contó a su paciente sobre su señora, cómo ella reía y se tiraba peos en la noche, con la intención
de poder ayudar a Will a abrirse a otros vínculos nuevos. Le comentó que él también fue víctima de grave violencia
por parte de su padre y Will también contó cómo sus familias de acogida lo maltrataron. En ese momento Sean
decide mirar a los ojos a su paciente y repetir una y otra vez “No fue tu culpa”, al principio Will dijo “Lo sé”, pero a
medida que su terapeuta lo repitió, comenzó a llorar, abraza fuertemente a Sean diciendo “Lo siento, lo siento
PISC411 – Semana 11 – Caso de estudio: Will 2

tanto”. No queda claro de qué se estaba disculpando exactamente, ¿de haber criticado la pintura de su psicólogo?,
¿por la violencia que vivió?, ¿las oportunidades que perdió? No se sabe con certeza, pero si podemos concluir que
ese fue el día que Will pudo volver a confiar, y de alguna manera, re-encontrar una figura protectora y de cariño
en quien apoyarse, cosa que no había hecho desde que era un niño.

Referencias
Van Sant, G. (1997). Good Will Hunting [Película]. A Band Apart y Miramax.

También podría gustarte