Está en la página 1de 3

por la acción de los bolcheviques, en todo caso la vida empujará

a la sociedad y a la población a contemplar la inevitabilidad de


una cirugía.» La Unión de oficiales del ejército y de la marina,
organización influyente en la parte superior del cuerpo del
Ejército ruso y financiada por la comunidad empresarial, pidió
el establecimiento de una dictadura militar. En el frente, el
capitán Muraviov, miembro del Partido Social-Revolucionario,
formó varios batallones de la muerte y aseguró que «estos
batallones no están destinados a ir al frente, sino a Petrogrado,
donde ajustarán cuentas con los bolcheviques».32 ​

A finales de agosto de 1917, Kornílov organizó un


levantamiento armado, enviando tres regimientos de caballería
por ferrocarril a Petrogrado, con el objetivo de aplastar los
sóviets y las organizaciones obreras para devolver a Rusia al
contexto bélico. Ante la incapacidad del Gobierno Provisional
para defenderse, los bolcheviques organizaron la defensa de la
capital. Los obreros cavaron trincheras y los ferroviarios Aleksandr Kérenski, líder del
enviaron los trenes a vías muertas, provocando que el Gobierno Provisional Ruso.
contingente se disolviera.

Las consecuencias del intento de golpe fueron importantes: las masas se rearmaron, los
bolcheviques pudieron salir de su semiclandestinidad y en julio, los presos políticos, incluido
Trotski, fueron puestos en libertad por los marineros de Kronstadt. Para sofocar el golpe, Kérenski
solicitó la ayuda de todos los partidos revolucionarios, aceptando la liberación y el rearme de los
bolcheviques. Perdió el apoyo de la derecha, que no le perdonaba el haber sofocado el intento de
golpe, pero sin obtener al tiempo el de la izquierda, que lo consideraba demasiado indulgente en
cuanto a las represalias hacia los cómplices de Kornílov, y mucho menos el apoyo de la extrema
izquierda bolchevique, en la que Lenin, desde su escondite, dio la orden de no apoyar a Kérenski y
de limitarse a luchar contra Kornílov.

Ebullición popular, explosión campesina y crecimiento de los bolcheviques

Poco a poco, los obreros y los soldados se fueron


convenciendo de que no podía haber una reconciliación entre
el antiguo modelo de sociedad defendido por Kornílov y el
nuevo. El golpe y la caída del Gobierno Provisional, que dio a
los sóviets la dirección de la resistencia, fortaleció y reforzó la
autoridad y la presencia en la sociedad de los bolcheviques. Su
prestigio iba en aumento: apremiados por la
contrarrevolución, las masas se radicalizaron y los sindicatos
se alinearon con los bolcheviques. El 31 de agosto, el Sóviet de
Reunión bolchevique con Lenin a la
Petrogrado ya era mayoritariamente bolchevique, escogiendo
derecha de la imagen.
a Trotski como su presidente el 30 de septiembre.

Todas las elecciones fueron testimonio del crecimiento


bolchevique: así, en las elecciones de Moscú, entre junio y septiembre, el PSR pasó de 375 000 a
54  000 votos, los mencheviques de 76  000 a 16  000 y el KD de 109  000 a 101  000 sufragios,
mientras que los bolcheviques aumentaron de 75  000 a 198  000 votos. El lema «Todo el poder
para los sóviets» fue utilizado más allá del ámbito bolchevique, siendo usado por obreros del PSR o
por los mencheviques. El 31 de agosto, el Sóviet de Petrogrado y otros 126 sóviets votaron una
resolución en favor del poder soviético.
La revolución continuaba y se aceleraba, especialmente en las
zonas rurales. Durante el verano de 1917, los agricultores
adoptaron medidas, tomando las tierras de los señores, sin
esperar a la prometida reforma agraria y retrasada de forma
constante por el Gobierno. El campesinado ruso, de hecho,
regresó a su larga tradición de grandes levantamientos
espontáneos (los bunts), que ya habían marcado el pasado
nacional, como las revueltas protagonizadas por Stenka Razin
en el siglo xvii o Yemelián Pugachov en tiempos de Catalina II.
No siempre violentas, estas ocupaciones masivas de tierras
Manifestación de obreros armados y
fueron a menudo el escenario de levantamientos espontáneos
la Guardia Roja en Petrogrado en
donde las propiedades de los maestros eran quemadas,
1917.
llegando ellos mismos a ser maltratados o asesinados. Estos
inmensos levantamientos campesinos, sin duda los más
importantes de la historia europea, consiguieron que las
tierras se compartieran sin que el gobierno condenara ni ratificara el movimiento. Sabiendo que la
«repartición negra» (nombre de la antigua organización naródnik Repartición Negra) estaba
cumpliéndose en sus pueblos, los soldados, de origen mayoritariamente campesino, desertaron en
masa con el fin de poder participar a tiempo en la nueva distribución de las tierras. La acción de la
propaganda pacifista y el desaliento tras el fracaso de la última ofensiva del verano hicieron el
resto. Las trincheras se vaciaron poco a poco.

Así, los bolcheviques, a los que todavía se los calificaba en junio como «insignificante puñado de
demagogos»33 ​ controlaban la mayor parte del país. Desde junio de 1917, en una sesión del 1.er
Congreso Panruso de los Sóviets, Lenin ya había anunciado abiertamente —durante una célebre
discusión con el menchevique Irakli Tsereteli— que los bolcheviques estaban dispuestos a tomar el
poder, pero que por el momento sus palabras no habían sido tomadas en serio.34 ​

Octubre de 1917
En octubre de 1917, Lenin y Trotski consideraron que había llegado el momento de terminar con la
situación de doble poder. La coyuntura les era oportuna por el gran descrédito y el aislamiento del
Gobierno provisional, ya reducido a la impotencia, así como por la impaciencia de los propios
bolcheviques.

La insurrección

Los debates en el seno del Comité central del Partido bolchevique con el objetivo de que este
organizara una insurrección armada y tomara el poder eran cada vez más intensos. Algunos en
torno a Kámenev y Zinóviev consideraban que todavía había que esperar, porque el partido ya
estaba asentado en la mayoría de los sóviets, y se encontraría, según su opinión, aislado en Rusia y
en Europa si tomaba el poder de manera individual y no dentro de una coalición de partidos
revolucionarios. Lenin y Trotski consiguieron superar estas reticencias internas y el Comité aprobó
y pasó a organizar la insurrección que Lenin fijó para la víspera del 2.º Congreso de los Sóviets, que
debía reunirse el 25 de octubre.

Se creó un Comité Militar Revolucionario en el seno del Sóviet de Petrogrado, siendo dirigido por
Trotski, presidente del mismo. Se componía de obreros armados, soldados y marineros. Aseguraba
el apoyo o neutralidad de la guarnición militar de la ciudad y la preparación metódica de la toma de
los puntos estratégicos de la ciudad. La preparación del golpe se hizo prácticamente a la vista de
todo el mundo, ya que todos los planes que se ofrecieron a Kámenev y Zinóviev se podían
encontrar disponibles en los periódicos, y el propio Kérenski solamente esperaba que el
enfrentamiento final terminara con la situación.35 ​
La insurrección se puso en marcha en la noche del 6 al 7 de
noviembre (24 y 25 de octubre según el calendario juliano). Los
sucesos se desarrollaron sin apenas derramamientos de sangre.
La Guardia Roja bolchevique tomó, sin resistencia, el control de
los puentes, de las estaciones, del banco central y de la central
postal y telefónica justo antes de lanzar un asalto final al
Palacio de Invierno. Las películas oficiales posteriores elevaron
estos sucesos al rango de heroicos, pero en realidad los
insurgentes solo tuvieron que hacer frente a una resistencia
débil. De hecho, entre las tropas acuarteladas en la ciudad,
solamente algunos batallones de cadetes (junkers) apoyaron al
Gobierno Provisional, mientras que la inmensa mayoría de los
regimientos se pronunciaron a favor del levantamiento o se
declararon neutrales. En total, hubo cinco muertos y varios
heridos.36 ​ Durante el levantamiento, los tranvías continuaron
circulando, los teatros con sus representaciones y las tiendas
abrieron con normalidad. Uno de los acontecimientos más
importantes del siglo  xx había tenido lugar sin que
Proclama del Comité Militar
prácticamente nadie lo tuviera en cuenta.37 ​
Revolucionario de Petrogrado
anunciando la deposición del
Si un puñado de partisanos había podido tomar el control de la
Gobierno Provisional.
capital ante un Gobierno Provisional que ya nadie apoyaba, el
levantamiento debía en ese momento ser ratificado por las
masas. Al día siguiente, el 25 de octubre, Trotski anunció
oficialmente la disolución del Gobierno Provisional en la apertura del 2.º Congreso Panruso de los
Sóviets de Diputados de Obreros y Campesinos, con 562 delegados presentes, de los cuales, 382
eran bolcheviques y 70 del Partido Socialista Revolucionario de Izquierda).38 ​

Sin embargo, algunos delegados creían que Lenin y los bolcheviques habían tomado el poder
ilegalmente, y alrededor de cincuenta abandonaron el congreso.39 ​ Estos, socialistas
revolucionarios de derechas y mencheviques, crearon al día siguiente un «Comité de Salvación de
la Patria y de la Revolución».40 ​ Este abandono del congreso se vio acompañado por una
resolución improvisada por parte de León Trotski: «El 2.º Congreso debe ver que la salida de los
mencheviques y de los socialrevolucionarios es un intento criminal y sin esperanza de romper la
representatividad de la asamblea cuando las masas intentan defender la revolución de los ataques
de la contrarrevolución».41 ​ Al día siguiente, los sóviets ratificaron la creación de un Consejo de
Comisarios del Pueblo (Sovnarkom), constituido en su totalidad por bolcheviques, como base del
nuevo gobierno, a la espera de la celebración de una asamblea constituyente. Lenin se justificó al
día siguiente ante el representante de la guarnición de Petrogrado de la siguiente manera: «No es
nuestra responsabilidad si los socialistas revolucionarios y los mencheviques han abandonado el
congreso. Nosotros les habíamos propuesto compartir el poder [...] Hemos invitado a todo el
mundo a participar en el gobierno».42 ​

El nuevo Gobierno

En las horas siguientes, varios decretos sentaron las bases del nuevo régimen. Cuando Lenin hizo
su primera aparición pública, fue ovacionado y declaró: «Vamos a proceder a la construcción del
orden socialista».

En primer lugar, Lenin anunció la abolición de la diplomacia secreta y la propuesta a todos los
países beligerantes en la Primera Guerra Mundial de entablar conversaciones «con miras a una paz
justa y democrática, inmediata, sin anexiones y sin indemnizaciones».

También podría gustarte