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De hecho, para los bolcheviques, la 

reforma agraria era lo que se encontraba en el orden del


día y no la construcción de una sociedad socialista, que parecía imposible en un país tan
pobre. Conscientes de que no podían gobernar sin el apoyo de las masas rurales, la gran
mayoría del país, los bolcheviques convocaron del 10 al 16 de noviembre un congreso
campesino. A pesar de la presencia de una mayoría socialrevolucionaria hostil a los
bolcheviques, este último ratificó el Decreto sobre la Tierra y apoyó al nuevo gobierno,
consagrando la unión entre el proletariado urbano y el campesinado.
Así, en los dificilísimos meses que precedieron al Tratado de Brest-Litovsk, el nuevo poder
había conseguido evitar el peligro de enfrentarse a las masas rurales, teniendo en cuenta que
tenía que hacer frente a la hostilidad de los monárquicos, de los liberales y de la mayor parte
de los grupos socialistas. Pero el régimen heredó el catastrófico problema de abastecimiento
de las ciudades, que ya había derribado a Nicolás II y a Kérenski. La necesidad de hacer
pedidos de cereales para sobrevivir traía consigo el germen de un grave conflicto con el
campesinado. Los sóviets organizaron en la primavera de 1918 destacamentos de
trabajadores, destinados a llevar a cabo las requisas en el campo, la llamada prodrazvyorstka.
La violencia era frecuente en sus métodos y en la resistencia campesina, 55 produciendo a su
vez un descenso significativo de la producción agrícola. Posteriormente, los Blancos, a pesar
de proclamar el libre comercio, también se vieron obligados a recurrir a las requisas forzadas.

Primeros combates de la Guerra Civil (otoño de 1917)[editar]


Artículo principal: Guerra Civil Rusa

Si la revolución fue un éxito en Petrogrado, la tentativa de tomar Moscú del 28 de octubre al 2


de noviembre se encontró con una violenta resistencia. Los bolcheviques ocuparon el Kremlin,
pero los dirigentes locales de su partido dudaron y firmaron una tregua con la autoridad
socialrevolucionaria de la ciudad antes de evacuar el edificio. Las tropas gubernamentales
aprovecharon la oportunidad de ametrallar a los trescientos miembros de la Guardia Roja y
obreros desarmados que abandonaban el edificio, siguiendo órdenes del alcalde
socialrevolucionario Vadim Rúdnev.56 Hizo falta una semana de combates encarnizados antes
de que los bolcheviques, conducidos por el joven Nikolái Bujarin, finalmente se apoderaran del
Kremlin y tomaran el control de la ciudad. Sus opositores, socialrevolucionarios y
monárquicos, dirigieron una represión sangrienta.
El 12 de noviembre, el nuevo poder hizo fracasar la tentativa de reconquista de
Petrogrado llevada a cabo por Kérenski y los cosacos del general Krasnov. Por su parte, el
Gran Cuartel general (la Stavka) del Ejército Imperial Ruso anunció el 31 de octubre su
voluntad de marchar sobre Petrogrado «con el objetivo de restablecer el orden». Reunido de
nuevo por los dirigentes del Partido Social-Revolucionario, Chernov y Gots, pero abandonado
por sus tropas, el Estado Mayor debió huir el 18 de noviembre.
En las semanas siguientes, miles de junkers (cadetes) y funcionarios como Kornílov, huido, se
reunieron en la República del Don. Se formó el Ejército de Voluntarios, dirigido por el general
zarista Mijaíl Alekséyev. Reprimió con sangre los levantamientos obreros de Rostov del
Don y Taganrog, el 26 de noviembre y el 2 de enero, pero fue desmembrado por la guerrilla de
la Guardia Roja llegada a modo de refuerzos desde las dos capitales. Al conocer la derrota de
los blancos, Lenin creyó que podía exclamar, a 1 de abril de 1918, que la Guerra Civil había
terminado.
Otros combates se llevaron a cabo en Kubán, donde el poder de los sóviets se trasladó
a Krasnodar. En cuanto a la sublevación de los cosacos del Ural, se saldó con un fracaso. En
el frente rumano, el ejército se dividió en destacamentos blancos, que se unieron al ejército de
los blancos de Denikin, y en regimientos rojos.
El problema de la coalición[editar]
Artículo principal: Negociaciones Vikzhel

El 2.º Congreso de los Sóviets había aprobado el nombramiento de un gobierno compuesto


exclusivamente de bolcheviques, pero para muchos activistas bolcheviques, esta solución no
era aceptable. El día después del levantamiento, casi todos los delegados del congreso de los
sóviets votaron a favor de una resolución del menchevique Yuli Mártov, apoyada por el
bolchevique Lunacharski, donde se pedía al Consejo de Comisarios del Pueblo que se
ampliara con representantes de otros partidos socialistas.
Después de acalorados debates en el seno del partido bolchevique, que lo pusieron al borde
de la escisión (varios dirigentes dimitieron para denunciar el rechazo a una coalición
expresado por Lenin, Zinóviev, Kámenev, Rýkov y Noguín). Lenin, en minoría, se vio obligado
a transigir: se negaba a continuar con las negociaciones para formar una coalición con los
socialistas, pero estaba de acuerdo en pactar con el Partido Social-Revolucionario de
Izquierda, pasando varios miembros de dicho partido a formar parte del gobierno en diciembre
de 1917.

Los primeros días de un nuevo Estado[editar]


Se comparten diversas opiniones sobre los primeros días tras el cambio de poder en octubre
de 1917:
Para algunos, fue el comienzo de una dictadura. Máximo Gorki escribió el 7 de
diciembre de 1917: «Los bolcheviques se han colocado en el Congreso de los Sóviets
tomando el poder por sí mismos, no por los sóviets. [...] Esto es una república oligárquica, la
república de algunos comisarios del pueblo». 57
La mañana después del 7 de noviembre, se prohibieron siete periódicos en la capital. 58 Se
trata, según Victor Serge, de siete periódicos que defendían abiertamente la resistencia
armada contra el «golpe de fuerza de los agentes del Kaiser.» Los socialistas conservaron su
prensa. Según Victor Serge, la prensa legal menchevique desapareció en 1919, la de los
anarquistas hostiles al régimen en 1921 y la de los socialrevolucionarios de izquierda en julio
de 1918 a raíz de su rebelión contra los bolcheviques.
Pero los bolcheviques se habían pronunciado, antes de asumir el poder, a favor de la libertad
de prensa, incluido Lenin,59 y este giro no fue aceptado por muchos bolcheviques. 60 Marc
Ferro considera que «contrariamente a la leyenda, la abolición de la prensa burguesa y de las
publicaciones socialrevolucionarias no viene ni de Lenin ni de las altas esferas del partido
bolchevique», sino que «es el público en forma de insurgencia popular». 61
De modo que prácticamente la totalidad de los funcionarios de Petrogrado se declararon en
huelga para protestar contra el golpe de Estado, pasando las listas públicas a denunciar a
aquellos que se niegan a servir al nuevo poder. El 10 de diciembre, los líderes del KD, que se
habían puesto al frente de la resistencia armada al gobierno bolchevique, fueron declarados
en estado de arresto.62
Otros creen que la clemencia fue lo que caracterizó a los primeros días del régimen
soviético.63 Los ministros del Gobierno provisional fueron detenidos y liberados rápidamente.
La mayor parte había participado en la Guerra Civil en el bando Blanco. El general Piotr
Krasnov, que se había levantado a raíz de la Revolución de Octubre, fue puesto en libertad
junto con otros oficiales, tomó las armas contra el régimen soviético en contra de su palabra y
pasó a liderar el Ejército Blanco en los meses posteriores.
Para Nicolas Werth, el nuevo poder llevó a cabo una reconstrucción autoritaria del Estado en
detrimento de los órganos de poder que surgen espontáneamente en la sociedad civil: los
comités de fábrica, las cooperativas que reemplazaban a los sindicatos o sóviets, meros
instrumentos vacíos pero ya infiltrados en el sistema y subordinados a él. «En un par de
semanas (finales de octubre de 1917-enero de 1918), "el poder desde abajo", "el poder de los
Sóviets", que se había desarrollado de febrero a octubre de 1917 [...] se convierte en un gran
poder, a raíz de los procedimientos burocráticos o autoritarios. El poder de la sociedad al
Estado, y del Estado al partido bolchevique». 64

La paz de Brest-Litovsk[editar]
Artículos principales: Tratado de Brest-Litovsk  y  Tratado de Brest-Litovsk (Ucrania).

Cambios territoriales tras el tratado de Brest-Litovsk.

Al tomar el poder en Rusia, los bolcheviques tenían la esperanza de que se produjera un


levantamiento revolucionario en Europa. Este no se produjo, y la paz prometida en octubre
pasó a ser una necesidad absoluta para satisfacer las demandas del ejército y de los
campesinos. Se trataba al mismo tiempo de firmar la paz, de negociar la política expansionista
territorial de los Gobiernos burgueses, pero sin que pareciera que se claudicaba ante
los Imperios centrales.
Se firmó un armisticio el 15 de diciembre y los debates sobre la paz comenzaron el 22 de
diciembre, siendo comandada la delegación rusa por Trotski, que hizo publicar todos los
tratados secretos y acuerdos sobre cambios territoriales alcanzados previamente entre ambas
potencias. Las exigencias alemanas fueron enormes: Polonia, Lituania y Bielorrusia debían
pasar a estar bajo ocupación alemana. Se inició así un acalorado debate en el seno del
partido bolchevique, donde se confrontaban tres posiciones. Unos, como Bujarin, defendían la
necesidad de una guerra revolucionaria, Lenin opinaba que había que dar el brazo a torcer, y
Trotski, que venció en la votación con nueve votos a favor por siete en contra, propuso
rechazar la firma de una paz que conllevara cambios territoriales pero que sí que había que
declarar el fin de la guerra.
Como respuesta, el ejército alemán lanzó una ofensiva el 17 de enero, avanzando
rápidamente en Ucrania. La posición de Lenin, favorable a la firma inmediata de la paz, fue
ganando adeptos dentro del partido, pero los alemanes endurecieron las condiciones del
tratado de paz.
El 9 de febrero de 1918, la República Popular Ucraniana firmaba el Tratado de Brest-Litovsk
entre los Imperios Centrales y Ucrania por el que los Imperios Centrales reconocían la
soberanía de Ucrania. El 3 de marzo de 1918, los bolcheviques firmaron su Tratado de Brest-
Litovsk, por el cual Rusia perdía el 26 % de su población, el 27 % de su superficie cultivada y
el 75 % de su producción de acero y de hierro. La situación económica de la joven república
soviética, ya agravada por una guerra mortuoria que había durado cuatro años, se presentaba
desesperante.

La creación de la Checa[editar]

Emblemas de la Checa: la espada y el escudo.

El 20 de diciembre de 1917, se fundó la «Comisión extraordinaria de lucha contra el sabotaje y


la contrarrevolución» (en ruso: VChK o Vecheká), comúnmente conocida como Checa. Sus
acciones no tenían ninguna base legal ni judicial (el decreto fundacional no se hizo público
hasta después de la muerte de Lenin) y había sido concebida como un instrumento provisional
de represión independiente de la justicia. Era dirigida por un comité de cinco miembros (tres
bolcheviques y dos socialrevolucionarios) presidido por Féliks Dzerzhinski. Entre los
«saboteadores» y enemigos previstos por el decreto figuraban afiliados del Partido
Democrático Constitucional (KD) y del Partido Social-Revolucionario de derecha, periodistas,
huelguistas... De repente, la Checa multiplicó los llamamientos a la delación y a la constitución
de Checas locales. Fundada con 100 funcionarios (entre los que
estaban Menzhinski y Yagoda), ya contaba con 12 000 en julio de 1918. Al llegar a Moscú, se
instaló en Lubyanka, el 10 de marzo de 1918, con 600 miembros. En julio, ya contaba con
2000. A partir de esta fecha, los efectivos policiales de los bolcheviques fueron superiores a
los de la Ojrana de los tiempos de Nicolás II.
Según Pierre Broué, la Checa no comenzó verdaderamente a funcionar hasta marzo,
momento en el que se produjo la ofensiva alemana, y la represión se desplegó en toda su
magnitud en verano de 1918, tras la insurrección de los socialrevolucionarios de izquierda de
Moscú y una serie de atentados contra los dirigentes bolcheviques, entre los que se
encontraban Moiséi Uritski, asesinado el 30 de agosto, y el propio Lenin, gravemente herido
por Fanni Kaplán, ejecutada sumariamente poco después. Los dirigentes bolcheviques,
asegurando inspirarse en el ejemplo jacobino de la Revolución francesa, decretaron el «terror
rojo» para oponerse al «terror blanco». En los seis primeros meses de 1918, hubo veintidós
ejecuciones realizadas por la Checa. En los seis últimos, la cifra aumentó hasta 6000.
Victor Serge estima que la creación de la Checa, con sus procedimientos secretos, fue el peor
error del poder bolchevique. Señala, sin embargo, que la joven república vivía bajo un «peligro
mortal» y que el terror blanco precedió al rojo. Precisa que Dzerzhinski temía los excesos de
las Checa locales y que muchos chequistas fueron fusilados por ello.
Isaac Steinberg, comisario del pueblo de Justicia y miembro del Partido Social-Revolucionario
de Izquierda, relata en sus memorias que, mientras intentaba frenar las acciones ilegales de la
Checa a principios de 1918, exclamó delante de Lenin: «¿Para qué un Comisariado de
Justicia? Llamémoslo Comisariado del exterminio social, la causa será entendida». A lo que
este respondió: «Excelente idea, tal y como yo veo la cosa. Desgraciadamente, no podemos
llamarla así».65

La disolución de la Asamblea Constituyente[editar]


Reclamada por todos los programas de los partidos revolucionarios desde el siglo XIX,
la Asamblea Constituyente Rusa fue elegida en noviembre de 1917. Aunque obtuvieron un
25 % de los votos y un gran éxito en las grandes urbes, los bolcheviques resultaron una fuerza
minoritaria, con 175 de los 707 diputados de la asamblea. Los campesinos prefirieron votar a
los socialistas-revolucionarios. Según palabras de Jacques Baynac,66 los resultados de las
elecciones indicaron que el país no quería de forma mayoritaria un Gobierno afín a la
Revolución de Febrero ni uno de la Revolución de Octubre. Sin embargo, no hubo revolución
alguna en enero o julio de 1918. La represión y la Guerra Civil contribuyeron a ello.
Víktor Chernov, socialrevolucionario, resultó elegido presidente de la asamblea, con un total
de 246 votos frente a los 151 de Mariya Spiridónova, socialrevolucionaria de
izquierda apoyada por los bolcheviques. La disolución de la Asamblea Constituyente por la
Guardia Roja se produjo inmediatamente después de su primera reunión, el 19 de enero de
1918. Aunque la mayoría de la población permaneció indiferente ante este golpe de fuerza,
veinte manifestantes que protestaron contra la disolución de la asamblea resultaron
muertos: Máximo Gorki, que acudió a su funeral, los calificó como mártires de una experiencia
democrática de apenas unas horas que se llevaba esperando durante cientos de años.
El marxista Charles Rappoport comentó: «Lenin actuó como un zar. Al disolver la Asamblea
Constituyente, Lenin creó un horrible vacío a su alrededor, que provoca una terrible guerra
civil sin fin y prepara un futuro terrible». 67 También escribió: «La Guardia Roja de Lenin y
Trotski han fusilado a Karl Marx».68
Según Martin Malia: «La disolución de la Asamblea Constituyente es considerada a menudo
como el crimen supremo de los bolcheviques contra la democracia, exactamente igual que el
golpe de fuerza de octubre, algo que es absolutamente cierto. Pero lo que no se destaca a
menudo es que esta asamblea apenas habría estado capacitada para gobernar frente a los
desórdenes de la época. Trotski exageraba cuando afirmaba que la asamblea no era más que
un fantasma del Gobierno Provisional: estaba dominada por los mismos partidos que habían
sido incapaces de controlar la situación en febrero de 1917, y como tal, fue privada de
cualquier apoyo militar o administrativo.» 69

Enfrentamiento con partidos revolucionarios[editar]


Véase también: Levantamientos de izquierda contra los bolcheviques

A partir del 9 de enero de 1918, se comenzó a plantear el traslado de la capitalidad y del


gobierno a Moscú, mientras que las negociaciones de paz con los alemanes se encontraban
en desarrollo en Brest-Litovsk. El traslado del Gobierno, efectivo en marzo, se debió a la
posibilidad de que los barrios obreros de Petrogrado, sufridores de hambre y exasperados, se
levantaran de nuevo, pero esta vez contra el Gobierno de Lenin surgido en la Revolución de
Octubre. Las ofensivas alemanas y blancas no influyeron en esta decisión. Igualmente, los
bolcheviques buscaban demostrar a sus opositores que su poder podía sobrevivir lejos de su
Petrogrado de origen.
El 27 de marzo de 1918, la Checa comenzó a ocuparse de los delitos de prensa,
recrudeciendo considerablemente la censura sufrida por la prensa no bolchevique.
El 11 y el 12 de abril, una ola de represión antianarquista sacudió Moscú: 1000 hombres de
las tropas especiales atacaron su sede, arrestando a 520 personas y ejecutando
sumariamente a otras 25. A partir de este episodio, los anarquistas comenzaron a ser
calificados oficialmente de «bandidos». Dzerzhinski advirtió que aquella operación no era más
que un comienzo.
La recuperación del Partido Social-Revolucionario de Izquierda (PSRI) y de los anarquistas
inquietaba al poder: en aquellos lugares donde todavía se celebraban elecciones locales
libres, estos obtenían más de la mitad de los votos. Como reacción, entre mayo y junio de
1918, 205 periódicos socialistas se cerraron y la Checa disolvió por la fuerza decenas de
sóviets socialrevolucionarios o mencheviques, los cuales habían sido elegidos legalmente. El
14 de junio de 1918, los mencheviques y los socialrevolucionarios de izquierda fueron
expulsados del Comité Ejecutivo Central Panruso, pasando a estar formado este solamente
por bolcheviques. El 16 de julio, el periódico de Máximo Gorki, La Nueva Vida, fue prohibido
por la policía política.
En las ciudades, la situación alimentaria continuaba siendo explosiva. Los bolcheviques no
pudieron más que retomar las retenciones obligatorias efectuadas por destacamentos
armados de ciudadanos, algo que provocó que los campesinos se levantaran contra el poder
urbano, al mismo tiempo que se alejaban del partido aquellos a quienes el Decreto de la
Tierra había acercado a las posiciones bolcheviques. Ciento cincuenta revueltas campesinas
se reprimieron en toda Rusia en julio de 1918 y en decenas de ciudades la Checa y algunos
miembros de la Guardia Roja cargaron las marchas del hambre, fusilando a los huelguistas y
disolviendo las reuniones populares.
El cierre patronal de las fábricas nacionales se convirtió en un nuevo medio de represión de
las huelgas. El 20 de junio de 1918, como medida de represalia por el asesinato del
responsable bolchevique Vladímir Volodarski, ochocientos líderes obreros fueron arrestados
en Petrogrado en apenas dos días y su sóviet disuelto. El 2 de julio, los obreros respondieron
con una huelga general, pero fue en vano.
Rechazando estos actos, así como el Tratado de Brest-Litovsk, que interpretaban como una
capitulación ante el imperialismo alemán, los socialrevolucionarios de izquierda rompieron a
su vez con el Gobierno bolchevique en marzo de 1918. El 6 de julio de 1918, trataron de
revivir la guerra contra Alemania asesinando al embajador del Reich, el conde Wilhelm von
Mirbach. Ese mismo día intentaron asaltar la sede de la Checa en Moscú. La represión
desencadenada a raíz del alzamiento socialrevolucionario acabó con el poder político del
PSRI que, si bien no desapareció completamente de las instituciones, no volvió a desempeñar
un papel político destacado en ellas.

El crecimiento generalizado de los riesgos[editar]


Para enero de 1918, el experimento revolucionario ya había conseguido sobrevivir más que
la Comuna de París de 1871. En los meses siguientes, los peligros se acumularon y la Rusia
soviética se encontraba cercada por todas partes, al tiempo que sus convulsiones internas
sociales y políticas se agravaban.
Después del tratado de Brest-Litovsk, los países de la Triple Entente decretaron el embargo a
Rusia y desembarcaron tropas para impedir una victoria alemana total en el este. Los
japoneses y posteriormente los estadounidenses intervinieron así en Vladivostok a principios
de abril de 1918, mientras que los británicos lo hacían en Múrmansk y Arjángelsk. En el
mismo momento, los turcos penetraron en el Cáucaso y amenazaron Bakú, al tiempo que, a
pesar del tratado de Brest-Litovsk, los alemanes intentaron aprovechar su ventaja:
colaboraron con el aplastamiento de la revolución en Finlandia (guerra civil finlandesa), y
retomaron durante el verano las operaciones militares en los países bálticos y en Ucrania, que
someten y confían a un gobierno monárquico títere y represivo. La secesión en mayo de las
Repúblicas del Cáucaso (Georgia, Armenia y Azerbaiyán) acentuó la confusión
(véase República Democrática Federal de Transcaucasia).
Paralelamente, en abril y mayo, la Legión Checoslovaca formada por antiguos presos y
desertores del Ejército austrohúngaro, niega su disolución, y se rebela contra los
bolcheviques. Dueños de la zona de los montes Urales y del Transiberiano, así como de todo
el oro del banco imperial de Rusia, tomado en Kazán, los checoslovacos apoyaban a los
socialrevolucionarios del comité de los ex constituyentes que formaron el 8 de junio un
contragobierno en Samara.
Simultáneamente, los ejércitos blancos se levantaron en mayo por todo el país, en particular
en la zona del río Don, en torno a los cosacos de Krasnov, aliado del general Denikin, y
en Siberia alrededor del almirante Kolchak, quien instaló una autoridad zarista en Omsk. En
todos los territorios que controlaban, el terror blanco cayó de golpe sobre las poblaciones
campesinas insumisas, los judíos, los liberales, y los elementos revolucionarios más diversos.
Trotski obtuvo contra estos ejércitos las primeras victorias importantes del joven Ejército Rojo:
en julio en Tsaritsyn y a comienzos de agosto en Kazán.
El poder bolchevique se vio enfrentado al mismo tiempo a las rebeliones campesinas y
obreras y a la insurrección de los socialrevolucionarios de izquierda en Moscú el 6 de julio.
Estos reaparecían con terrorismo revolucionario: después del bolchevique Vladímir
Volodarski el 20 de junio y el embajador Wilhelm von Mirbach-Harff el 6 de julio, fue el
general Hermann von Eichhorn, comandante en jefe alemán en Ucrania, quien murió en una
de sus acciones el 30 de julio en Kiev. Posteriormente, el 30 de agosto, mientras que el jefe
de la Checa de Petrogrado, Moiséi Uritski, era asesinado, en Moscú, Fanni Kaplán disparó
a Lenin, hiriéndolo; fue ejecutada sumariamente tres días después. El 3 y 5 de septiembre,
exasperada, la Checa puso en marcha el «terror rojo». Millares de presos y de sospechosos
fueron masacrados a lo largo de toda Rusia. Comenzaba así la guerra civil entre los
bolcheviques y el resto de fuerzas.

De la Guerra Civil a la NEP (1918-1921)[editar]


Artículo principal: Guerra Civil Rusa
Desarrollo de la guerra civil rusa. Territorios bajo control bolchevique en 1918; países que obtuvieron su
independencia durante el conflicto; máximo avance de las fuerzas blancas

La guerra civil rusa no enfrentó solamente al joven Ejército Rojo contra los «ejércitos blancos»
monárquicos apoyados por los ejércitos extranjeros. Su violencia extrema no se debió
tampoco al impacto entre el «terror blanco» y el «terror rojo». Se trató de una guerra de los
campesinos contra las ciudades y contra toda autoridad exterior al pueblo y al campo. Así fue
como el «Ejército Verde», constituido por campesinos que rechazaban los reclutamientos
forzados y los requerimientos, se enfrentó al Ejército Rojo y a los blancos.
A estos combates se sobrepusieron un importante conflicto de generaciones (los jóvenes
campesinos decepcionados de las ciudades o los ejércitos deseosos de desembarazarse de
la tutela de la familia patriarcal, convirtiéndose en los agentes más determinantes de la
revolución en el campo),70 la acción de las minorías nacionales que procuraban emanciparse
de la vieja tutela rusa, la intervención de ejércitos extranjeros (como la de la nueva Segunda
República Polaca en la guerra polaco-soviética), o incluso las tentativas de los revolucionarios
antibolcheviques. Pero las expectativas de los opositores socialrevolucionarios, del comité de
los ex constituyentes, mencheviques, o incluso de los anarquistas en un tiempo dueños de
Ucrania durante la Revolución majnovista, jamás se hallaron en situación de prevalecer.
Mediante las reuniones, la fuerza o la represión, los bolcheviques impusieron su hegemonía
sobre la revolución, como los Blancos sobre la oposición a la revolución.
Confusa y caótica, la Guerra Civil Rusa se caracterizó por la desintegración del Estado y de la
sociedad bajo la acción de fuerzas centrífugas. La victoria bolchevique significó, en una Rusia
arruinada y exhausta, la reconstrucción de un Estado bajo la autoridad de un partido único sin
rivales ni enemigos y dotado de un poder absoluto. En particular, se forjó un nuevo Estado
policial en torno a la Checa en el transcurso de la Guerra Civil y del terror rojo.
Todo ello en detrimento de los sueños de las Revoluciones de Febrero y de Octubre, que
habían rechazado toda autoridad y visto confirmarse la autonomía de una sociedad civil, en lo
sucesivo muy duramente magullada, agotada y de nuevo sometida al poder.

El Ejército Rojo contra el Ejército Blanco[editar]


El 23 de febrero de 1918, Trotski fundó el Ejército Rojo. Organizador enérgico y competente,
buen orador, atravesó el país a bordo de su tren blindado y voló de un frente al otro para
restablecer por todas partes la situación militar, galvanizar las energías y desplegar un
esfuerzo enorme de propaganda destinada a los soldados y las masas. Restableció el servicio
militar y aplicó una disciplina de hierro hacia los enemigos y los desertores.
A pesar de las reacciones negativas de numerosos viejos bolcheviques, Trotski no vaciló
tampoco en reciclar por millares a los antiguos oficiales zaristas. Catorce mil de ellos (el 30 %
del total) aceptaron servir al nuevo poder a veces por fuerza (su familia respondería por su
lealtad, en virtud de la «ley de rehenes»), pero también en nombre de la continuidad del
Estado y de la salvación de un país amenazado por la anarquía y el desmembramiento.
Estaban flanqueados por comisarios políticos bolcheviques que vigilaban su acción.
El Ejército Rojo controlaba solamente un territorio del tamaño del antiguo Principado de
Moscú cercado de todas partes, pero contaba con la ventaja de su superior disciplina y
organización, de su posición central, de formar un bloque cohesionado, de disponer de ambas
capitales —Moscú y Petrogrado— y de las mejores carreteras y vías de ferrocarril.
Los Blancos de Kolchak, Yudénich, Denikin o Wrangel se encontraban divididos e incapaces
de coordinar sus ofensivas. Principalmente, no tenían nada que ofrecer a la población salvo la
vuelta a un antiguo régimen unánimemente detestado, la restitución de las tierras a los
antiguos propietarios, la negativa a toda concesión a las minorías nacionales y
los pogromos antisemitas responsables de cerca de 150 000 muertos. 71 Las masas finalmente
dejaron ganar a los bolcheviques, aunque los golpes violentos tampoco faltaron entre ellas y
estos últimos.

Campañas contra las ciudades: el Ejército Verde[editar]


Artículo principal: Rebelión de Tambov

Tanto el Ejército Rojo como los Ejércitos Blancos sufrieron las acciones de guerrillas
campesinas. El llamado Ejército Verde estaba compuesto por campesinos que rechazaban el
reclutamiento en ambos ejércitos, las requisas forzadas y la restitución de las tierras a los
antiguos propietarios de bienes inmuebles deseada por los Blancos.
Los desertores de ambos ejércitos, extremadamente numerosos, fueron un vivero esencial del
Ejército Verde. En 1919-1920, había no menos de tres millones de desertores de los cinco
millones de reclutas del Ejército Rojo; entre la mitad y dos tercios consiguieron escapar de las
búsquedas, detenciones y de la reintegración forzada en el ejército, reuniéndose con
frecuencia los combatientes verdes en los bosques. 72 Los Blancos generalmente fusilaban a
los desertores sin otro proceso.
Después de la derrota de los Blancos a finales de 1920, la paz volvió realmente a Rusia
solamente en 1921-1922, tras el aplastamiento de las grandes rebeliones campesinas como
la rebelión de Tambov conducida por el socialrevolucionario Antónov a mediados de 1921, la
destrucción de los ejércitos verdes (tiempo atrás dueños de territorios inmensos, como
en Siberia oriental, donde controlaron hasta un millón de km²) y el compromiso de
la NEP (marzo de 1921), aprobada por el régimen bolchevique y los campesinos.

Las minorías nacionales y la Revolución[editar]


Véanse también: Las minorías nacionales y la Revolución,  Guerra de independencia de
Ucrania y  Declaración de independencia de Finlandia.

Los dirigentes de la República montañesa fundada durante la Guerra civil. Rusia se descomponía en


decenas de gobiernos más o menos efímeros, mientras que innumerables campesinos volvían a
la autarquía.

La Revolución aceleró las exigencias de independencia de las nacionalidades: en noviembre y


diciembre, la mayoría declararon su autonomía o incluso su independencia de Rusia, lo que
las enfrentó a aquellos favorables al nuevo gobierno soviético. El 2 de noviembrejul./ 15 de
noviembre de 1917greg., el gobierno bolchevique promulgó la «Declaración de los derechos de
los pueblos de Rusia» que fue firmada por Vladímir Lenin y Iósif Stalin.
Desde finales de 1917, animadas por la «Declaración de los derechos de los pueblos de
Rusia», que preveía la posibilidad de separarse de Rusia, Finlandia y Polonia proclamaron su
independencia. En la República Popular Ucraniana, la Rada Central (consejo) de Kiev le
confió desde 1917 al socialista y nacionalista Symon Petlyura la constitución de un ejército
nacional, y rompió con Moscú tras la Revolución de Octubre.
En las elecciones para elegir una Asamblea Constituyente, los mencheviques obtuvieron la
mayoría de los votos en Georgia, proclamando la independencia y constituyendo un gobierno
internacionalmente reconocido, incluso por Moscú, en 1920: la República Democrática de
Georgia, dirigida por Noe Jordania. Por el contrario, Letonia votó en un 72 % por los
bolcheviques. Los letones tenían una numerosa presencia en la Guardia Roja, el Ejército
Rojo y la Checa. Sin embargo, las repúblicas bálticas ya se habían independizado en el
transcurso de la Primera Guerra Mundial.73
Numerosos en todos los partidos y movimientos revolucionarios, los judíos eran abusivamente
relacionados con los bolcheviques por la contrarrevolución. Los Ejércitos Blancos o el Ejército
de Petlyura realizaron pogromos antisemitas sistemáticos y a gran escala, de una violencia
mortífera y sin precedente, para entonces, en la historia europea. El número de muertos
asciende a cerca de 150 000, a los que se deben añadir numerosas violaciones, robos y
vandalismos. En cuanto a los bolcheviques, situaron el sionismo y el bundismo fuera de la ley.
Los Blancos negaban toda concesión a las minorías y combatían tanto a los ejércitos
nacionales como a las tropas bolcheviques. Entre 1920 y 1922, por su parte, el Ejército Rojo
invadió Asia Central, Armenia, Georgia e incluso Mongolia, y reforzó la influencia ruso-
soviética sobre estos territorios. Sin ir más lejos, la República Popular de Mongolia, satélite de
la URSS, se fundó en 1924. Los cosacos, que constituían el núcleo duro del antibolchevismo,
fueron deportados en bloque y vieron suprimidos sus privilegios.
En Ucrania, el Ejército Rojo también se volvió contra sus antiguos aliados, los anarquistas
del Ejército Negro de Néstor Majnó: a partir de finales de 1920, atacó brutalmente la
experiencia inédita majnovista. Este movimiento campesino de masas había conseguido
dotarse de un ejército insurrecto capaz de hacer frente durante tres años a la vez a fuerzas
austro-alemanes, a los Blancos de Denikin y Wrangel, al ejército de la República Popular
Ucraniana dirigida por Petlyura y al Ejército Rojo.

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