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1. Criterios de clasificación
En consideración con los diferentes objetivos que figuran en las especificaciones que las justifican,
las instalaciones pueden clasificarse: según su configuración (por el principio de circulación, los
componentes y la conexión entre los mismos), según la aplicación a que vayan a ser destinadas y
por el carácter público o privado de su utilización.
- El principio de circulación.
- El sistema de expansión.
- Sistema abierto.
- Sistema cerrado.
Esta clasificación se basa en las diferentes formas que presentan las instalaciones según sea el
modo de circulación que presenta el fluido procedente de los captadores dentro del acumulador.
En estas instalaciones el movimiento del líquido caliente se produce por circulación natural o
termosifón: cuando el fluido que circula por el circuito primario es calentado por el sol en el
colector, disminuye su densidad y se vuelve más ligero. Al ser más ligero, asciende. Por otra parte,
en el sistema de acumulación, el fluido está más frío, por lo que es más pesado. Ésta es la razón de
que esté colocado a una altura superior a la del colector y a poca distancia de él. El panel y el
depósito de acumulación están conectados por tuberías que enlazan las entradas y salidas de
ambos elementos. El agua fría del acumulador sale de éste y al entrar en el colector, va
empujando al líquido que se está calentando y que, por lo tanto, pesa menos. Este líquido
asciende y sale por el conducto superior del panel, que lleva de nuevo al acumulador, en el que
entra ocupando el lugar dejado por el fluido saliente. Cuando se calienta el agua del acumulador,
las temperaturas se igualan y el movimiento del líquido cesa. Sin embargo, si se extrae agua de él,
la temperatura del depósito baja, y con ello se reinicia la circulación.
El depósito debe colocarse sobre los colectores para permitir la convección por diferencia de
temperatura. Para facilitar el movimiento del agua tiene que haber diferencia suficiente de
temperatura entre la salida del colector y la parte inferior del acumulador, y una diferencia de
altura mayor de 30 centímetros entre el acumulador y los colectores. Cuanto mayor sea la
diferencia de temperatura y de altura, mayor es la energía para mover el líquido. Para evitar el
riesgo de temperaturas elevadas en el depósito, se diseña con volúmenes mayores de 70 l/m2 de
colector.
- Autorregulación de la circulación.
En los sistemas de circulación forzada, el movimiento del líquido se consigue mediante la acción
de una bomba eléctrica. La bomba es mandada por una central de control o por un termostato
que se activa, a su vez, por sondas colocadas en el captador y en el depósito.
Con este sistema se mejora el desplazamiento del líquido. Se evitan los defectos propios de los
sistemas de circulación natural, ya que el acumulador puede colocarse en el lugar que convenga y
no necesariamente sobre el colector solar. Como inconvenientes están la necesidad de energía
eléctrica, y de mecanismos de regulación y control de la bomba; también, que el precio es más
elevado. Además, tiene un mayor mantenimiento. Este sistema cuenta con una serie de
protecciones de seguridad. Se aumenta el número de aplicaciones a las que puede ir destinada y el
lugar geográfico donde se puede ubicar.
Cuando el intercambiador está a una altura inferior a los colectores, la bomba es imprescindible.
Hay que incluir además una válvula antirretorno para evitar el posible efecto termosifónico
nocturno.
En el circuito primario entra el agua de la red, pasando por la primera válvula de corte, quedando
esta válvula abierta hasta que el circuito esté lleno. Esta válvula sirve para aislar al circuito. El agua
llega hasta la bomba, que tiene conectado en paralelo un manómetro con dos llaves que sirven
para medir la presión del circuito y de la bomba. Después hay una válvula antirretorno, que sirve
para evitar un efecto termosifónico no deseado cuando el colector no está captando energía. Pasa
los colectores solares y se empezaría a medir la temperatura para poder controlar el
funcionamiento del circuito: Cuando la temperatura es muy alta o muy baja, se cierra la válvula de
tres vías y la bomba se pone en funcionamiento. En el punto más alto está el purgador que sirve
para la expulsión de los gases de la instalación. También está la válvula de seguridad que dejará
expulsar el líquido del circuito si la presión en éste sube por encima del nivel fijado.
En el circuito secundario estaría el acumulador junto con una fuente auxiliar de energía
(calentador), que podría estar en serie con éste.
1.2. Según el sistema de transferencia de calor.
Dos son los sistemas con los que se aprovecha la circulación natural: sistemas de intercambio
directo y sistemas de intercambio indirecto.
En los sistemas de intercambio directo es el mismo fluido que se calienta en el colector el que se
recoge en el acumulador, del que se extrae para su consumo. En este caso el fluido que se calienta
es agua. Con este sistema se consigue un buen rendimiento térmico y el sistema presenta
simplicidad. Hay que emplear materiales que no contaminen el agua.
En los sistemas de intercambio indirecto, existe un intercambiador térmico por el que circula una
mezcla de agua desmineralizada y glicol (fluido caloportador), debiéndose evitar que el fluido
caloportador se mezcle con el ACS.
Son sistemas muy sencillos que requieren poco mantenimiento y se pueden construir utilizando
cualquier modelo de panel solar.
Los sistemas con intercambiador externo, exigen la colocación de este elemento entre los circuitos
primario y secundario. El acumulador aquí solo sirve de depósito. Este procedimiento es el
empleado en instalaciones de mediano o gran tamaño, como pueden ser hospitales, residencias o
edificios de viviendas, en donde la producción de los captadores sirve para calentar el agua que se
almacena en diversos acumuladores para dar servicio a otros tantos usuarios.
El vaso de expansión que hemos visto como componente del sistema del circuito hidráulico, sirve
también como criterio diferenciador del tipo de instalación solar térmica. Así, con los vasos de
expansión abiertos tendremos sistemas abiertos, en los que la expansión tiene lugar en
condiciones atmosféricas, y con los vasos de expansión cerrados tendremos sistemas cerrados.
1.4. Según el sistema de aporte de energía auxiliar
El aporte de energía auxiliar (sistema de apoyo energético), se emplea para con seguir que en los
momentos de consumo pico o similares, se pueda disponer de ACS a la temperatura adecuada.
Según sea el sistema que se emplee para producir el apoyo energético, así se clasificarán las
instalaciones. Los sistemas de apoyo energético que se emplean son dos:
- Sistema de energía auxiliar en acumulador, que puede ser el mismo acumulador, o un depósito
secundario. Cuando se usa un depósito secundario, éste puede usarse de forma centralizada para
suministrar a varios usuarios, o ser individual, depósitos secundarios distribuidos, de forma que
cada depósito secundario suministre a un usuario diferente.
- Sistema de energía auxiliar en línea, que incorpora un calentador de gas o similar para realizar el
aporte energético. También puede ser centralizado, si con él se realiza el aporte a todos los
usuarios, o distribuido, si cada usuario tiene su propio sistema de apoyo. Este sistema se considera
instantáneo por el escaso tiempo que se invierte en calentar el agua del sistema.
2. Configuraciones básicas
Las configuraciones básicas anteriores admiten dos variantes según que el circuito primario sea
abierto o cerrado.
Las configuraciones básicas se completan con cualquiera de los sistemas de aporte de energía
auxiliar anteriormente mencionados.
3. Selección de la configuración básica
En los proyectos, la configuración debe establecerse siguiendo alguno de los criterios de diseño
vistos hasta ahora, tanto en la configuración básica como en el sistema de energía auxiliar.
En instalaciones con volumen de acumulación superior a 500 litros es aconsejable no utilizar las
Configuraciones 1 y 2.
A partir de 10 m2 de superficie útil de captación, sólo serán admisibles circuitos indirectos, tanto
en instalaciones como en equipos solares domésticos. Se utilizarán por lo tanto las configuraciones
Nº 2, 4 y 5.
Cálculos de la instalación
1. El dimensionado adecuado
El dimensionado adecuado de una instalación solar térmica para cubrir las demandas de un
edificio de uso colectivo, como puede ser un edificio de viviendas, hoteles, polideportivos, etc., es
complicado: requiere conocimientos técnicos elevados y herramientas de diseño informático.
El dimensionado de una instalación se inicia con el cálculo del consumo energético; después se
analiza la radiación solar disponible, se aplican los rendimientos oportunos y se toman decisiones
en función de criterios de diseño, como la fracción solar, el coste, la autonomía, etc.
Evidentemente, mientras mayor sea el tamaño de la instalación, más complicado será el proceso.
Los pasos que aquí vamos a ver se corresponden con el diseño de instalaciones para la obtención
de ACS, de acuerdo a lo establecido por la SSERyEE.
Para establecer las necesidades de agua caliente sanitaria, es necesario conocer los litros de agua
consumidos al día por los usuarios del edificio, lo que puede hacerse de dos formas:
La segunda opción es la más habitual, ya que en pocos edificios se contabiliza el gasto de ACS.
Las cargas de consumo se suelen referir al consumo diario medio mensual, a una temperatura de
45 °C.
Existen tablas en las que se pueden consultar los valores unitarios de consumo para diversas
actividades, como la siguiente:
A una temperatura distinta, también lo son las cantidades de agua para consumo que aparecen en
las tablas. Si vemos una tabla en la que se den los litros/día de ACS por ejemplo, a 60 °C, vemos
que las cantidades necesarias son menores, previendo que en el punto de consumo, la
temperatura será rebajada.
Para las instalaciones colectivas en edificios de viviendas, el consumo de agua caliente sanitaria a
efectos del dimensionamiento de la instalación solar se calculará de acuerdo a la siguiente
expresión:
V=f.N.n.v
donde
f = factor de simultaneidad.
El factor de simultaneidad f es un coeficiente de reducción que sirve para tener en cuenta el hecho
de que, en los edificios multifamiliares, a medida que aumenta el número de viviendas, también lo
hace el número de las que permanecen inhabitadas y el de las que tienen bajo nivel de ocupación.
Para f se toman los siguientes valores:
El número de personas por vivienda, deberá establecerse teniendo en cuenta los siguientes
valores mínimos:
N . n . v es la suma de los consumos Vi de todas las viviendas del edificio, calculadas según la
fórmula indicada anteriormente.
Una vez que se ha calculado el volumen de agua que van a consumir los usuarios, hay que calcular
la energía que hay que aportar para conseguir que la temperatura del agua que circula por la red
de suministro, alcance la de servicio. Para ello, primero debe conocerse el salto térmico, que es la
diferencia entre la temperatura que tendrá el agua en el punto de consumo (p.ej., 45 °C) y la
temperatura del agua que circula por la red de suministro, que varía según el lugar y el mes del
año. En los siguientes mapas vemos cuáles son las temperaturas medias para cada mes del año.
Cuando se realicen los cálculos, debe indicarse la fuente de procedencia y proceso de obtención
de este dato.
A efectos del cálculo de la carga de consumo, los valores orientativos de temperatura de agua fría
de red se estiman en un valor igual a la media anual de la localidad en donde se pretende emplazar
el sistema solar térmico.
En el caso de que sea agua de pozo, es posible utilizar los valores de la siguiente tabla:
Conocidos el volumen diario de agua a calentar y el salto térmico, el valor de la energía media
diaria se calculará aplicando la expresión:
Q = V . δ . Cp · ∆t
donde
Nota: El calor específico Cp es la cantidad de calor que hay que suministrar a un gramo de una
sustancia para que eleve su temperatura 1 °C.
Hay que realizar el cálculo de las necesidades energéticas mes a mes, para todos los meses de
ocupación, y teniendo en cuenta si esa ocupación va a ser total. Para ello, se emplea una tabla en
la que para cada mes se indican:
- El porcentaje de ocupación.
Una vez calculados los consumos energéticos en cada mes se representa gráficamente en una
curva o diagrama de consumo.
El cálculo de la superficie colectora total se realiza de manera que la aportación solar en el período
en que la instalación está activa sea igual al consumo. Para obtener el número de colectores debe
coincidir el consumo anual con la aportación solar.
Estas tablas suelen contener dos valores que hay que tener en cuenta a la hora de calcular el valor
de la radiación incidente:
- La inclinación de los captadores, ya que en las tablas aparecen los datos de la radiación para
superficies inclinadas de 0 a 90°, con intervalos de 5°.
- El mes del año: en las tablas aparecen los datos de la radiación global media para cada uno de los
meses del año, por tanto, la mejor opción es hacer los cálculos de las necesidades de radiación
para cada uno de los meses y después escoger la superficie más adecuada a efectos técnicos y
económicos.
Hay que tener en cuenta que la radiación solar que dan estas tablas está realizada con
instrumentos muy precisos, pero que la instalación solar no aprovecha el 100% de la radiación, por
lo que los valores de la radiación real serán menores.
Para escoger la inclinación óptima, se siguen los siguientes criterios en función de la estación del
año de máxima utilización:
Puede que los captadores no se instalen según su inclinación óptima, porque esto no sea seguro, o
porque causen un impacto estético negativo.
Para poder realizar este cálculo primeramente se consulta en la tabla la radiación estimada para el
lugar en el mes indicado. Se obtiene la energía aprovechable de un día medio, a partir de la
irradiación horizontal media en un día de cada mes, H, en MJ/m2.
Este valor debe multiplicarse por un factor de corrección que tiene en cuenta si la instalación está
situada:
E = 0,94 . K . H
0,94 es un coeficiente que corrige el efecto de la variación del ángulo de incidencia de la luz solar
sobre el captador a lo largo del día, y que también tiene en cuenta el envejecimiento de la cubierta
y la suciedad que la cubre.
A los fines del dimensionamiento, en general se considera un valor de K = 0,96 para un colector
plano y K = 1 para un colector de tubos evacuados. De lo contrario, se recomienda utilizar el valor
del factor modificador del ángulo de incidencia correspondiente a los 50° determinado según
norma IRAM 210.002.
I=E/t
donde
Los colectores solares están en permanente equilibrio con el ambiente. La eficiencia de conversión
del mismo depende de los siguientes factores:
• Radiación solar;
• Temperatura ambiente;
• Caudal de circulación.
De esta manera, no es posible asignar un solo valor de eficiencia a los colectores solares, sino que
es necesario determinar su curva de rendimiento. Esta curva representa el funcionamiento de los
colectores solares bajo distintas situaciones ambientales y es necesaria para dimensionar
cualquier instalación. La curva de rendimiento se determina experimentalmente bajo condiciones
controladas de los parámetros mencionados y conforme a la norma IRAM 210.002. Puede tener la
forma de la ecuación 1, donde η0 es la ordenada al origen, a1 es el coeficiente de pérdidas térmicas
en [W/m2 K], I es la irradiancia solar en [W/m2] y Tmf - Tamb es la diferencia entre la temperatura
media del fluido y la temperatura ambiente, en [K]:
De esta manera, el tipo correcto de colector solar a utilizar en cada aplicación específica (agua
caliente sanitaria, calefacción o calentamiento de piscinas) está dado por las características
climáticas de la zona (temperatura ambiente, velocidad de viento, irradiación solar, etc.). Todos
los colectores son útiles para calentar fluidos. Algunos son más eficientes que otros, es decir,
generan más calor con la misma radiación. No obstante, no siempre el más eficiente es el más
conveniente. En las zonas del norte del país, donde hay mucha radiación solar disponible, es
conveniente utilizar un colector que no sea tan eficiente para evitar sobrecalentamientos en
verano. Sin embargo, en el sur, donde hay poca radiación solar, es necesario utilizar colectores
que sean lo más eficiente posible. La próxima figura muestra las posibles aplicaciones de cada una
de las tecnologías explicadas. Asimismo, el colector debe ser capaz de resistir las condiciones de
operación: altas temperaturas y temperaturas bajo cero, presión de sobrecalentamiento,
dilataciones, lluvias, etc. De esta manera, para poder asegurar la calidad de un colector, es
necesario que el mismo cumpla varios requisitos definidos por normas. En Argentina, los requisitos
mínimos que deben cumplir los colectores están dados por la norma IRAM 210.022-1, los métodos
de ensayo de caracterización de los colectores se definen en la IRAM 210.007, y la curva de
rendimiento térmico se determina mediante los procedimientos de la norma IRAM 210.002. Los
colectores deben estar certificados de acuerdo a estas normas para poder ser utilizados en una
instalación. Para que el certificado sea válido debe figurar el número de serie y lote en el
certificado y cada colector debe tener un número de serie que lo identifique en ese lote. En caso
contrario, el certificado no corresponde a ese colector y consecuentemente, no quedan
aseguradas las prestaciones del mismo. Adicionalmente, todos los colectores que se comercializan
en Argentina deben cumplir con la Resolución 520/2018 de la Secretaría de Comercio.
Multiplicando E por el η y dividiendo por 100, se obtienen el aporte energético por cada m2 de
captador (Ecaptador).
Ecaptador = E . η
Pero solo una parte de la energía absorbida por el captador resulta aprovechada en forma de ACS;
el resto se pierde a través de las paredes del acumulador, las tuberías, etc. Es muy difícil evaluar el
total de las pérdidas que se producen en cada parte de la instalación, ya que dependen de muchos
factores, pero empíricamente se ha comprobado que éstas tienen un valor comprendido entre un
10 y un 15% de la energía obtenida en el captador, pudiendo ser menores (8-10%) en instalaciones
donde el consumo se concentra en las horas del día, o en aplicaciones estacionales no invernales,
o incrementarse hasta el 20%, en instalaciones en las que el consumo no se realiza en las horas de
producción, viviendas de fin de semana, etc.
Esto último nos obliga a aplicar otro factor de corrección con el que tener en cuenta las pérdidas
del acumulador. Aplicando este factor de corrección, se obtiene la energía aprovechada por el
sistema.
Como valor de Cperdidas se toma, por lo general un valor comprendido entre 0,85 y 0,90.
Scaptadora = Q / Esistema
Dividiendo el dato de la superficie obtenida (Scaptadora) entre la que tiene el captador elegido, que
es un dato proporcionado por el fabricante en sus catálogos, se obtiene, por redondeo, el número
de captadores necesarios.
A partir del Nº de captadores que se van a emplear, puede hallarse la superficie real de captación.
Una vez que se conoce cuál va a ser la superficie captadora que se va a instalar, multiplicándola
por la energía neta que produce cada captador por m2, se obtiene la energía que en realidad se
obtiene en los captadores, la energía aportada por el sistema.
A partir de estos datos se puede calcular la proporción del consumo que previsiblemente quedará
cubierta por el sistema solar, denominada fracción solar:
donde
El resultado de esta operación es porcentual. Es un dato orientativo, y sirve para conocer que la
instalación cumplirá con los requisitos de aporte solar mínimo que establecen las Ordenanzas
municipales, las cuales, como norma fijan el valor en un 60%.
Como la energía captada depende del mes considerado, habrá meses en los que la demanda de
energía no se cubra y otros en los que la instalación resulte sobredimensionada. Por razones
prácticas y de economía, normalmente las instalaciones no se dimensionan para cubrir el 100% de
las necesidades los doce meses del año; la solución más acertada es la que cubre las necesidades
de ACS la mayoría de los meses del año.
El resto hasta completar el 100% de la energía necesaria, debería ser suministrado por un sistema
de apoyo.
Eaux = Q - Es
A partir de la superficie captadora que va a tener la instalación, puede elegirse el volumen óptimo
de acumulación. Para una aplicación de ACS, el área total de los captadores tendrá un valor tal que
se cumpla la condición:
donde
Aunque estos márgenes pueden cambiar si se consultan, por ejemplo, diferentes Ordenanzas.
A su vez, para instalaciones con fracciones solares bajas (zonas climáticas frías con menor
irradiación solar), se deberá considerar el uso de relaciones V/A pequeñas, es decir, se debería
aumentar el área de captación (A) y disminuir el volumen de acumulación (V). Por el contrario,
para instalaciones con fracciones solares elevadas (climas cálidos con mayor radiación solar) se
deberá aumentar dicha relación, es decir, aumentar la acumulación (V) para evitar
sobrecalentamientos y disminuir el área de captación (A).
donde
P ≥ 500 . A
donde
P= potencia, en W.
6.1. Bomba
P = Q . ∆p
donde
P = potencia necesaria.
Q = caudal, en l/s.
∆p= diferencia de presión entre dos puntos de una tubería (pérdida de carga).
Lo que quiere decir que la potencia de la bomba está en función de la pérdida de carga y del
caudal. Con estas dos variables se selecciona la bomba adecuada a partir de la curva característica
representada en unos ejes de coordenadas, con la que los fabricantes muestran su
comportamiento.
6.2. Tuberías
El diámetro de las tuberías depende del caudal de circulación. Para calcularlo se usa la expresión:
D = N . C0,35
donde
D = diámetro, en cm.
C = caudal, en m3/s.
El caudal al que trabaja la instalación viene dado por el fabricante en las especificaciones técnicas
de los captadores, teniendo en cuenta cuál es el calor específico del fluido que circula.
- La velocidad del fluido será inferior a 2 m/s cuando la tubería discurra por locales habitados y
hasta 3 m/s cuando el trazado sea al exterior o por locales no habitados.
Para el cálculo del volumen de un vaso de expansión cerrado, se aplica la siguiente fórmula:
V = VT . (0,2 + 0,01h)
donde
h = diferencia de altura entre el punto más alto del colector solar y del vaso de expansión.
7. Software de cálculo
En el mercado existe una amplia variedad de programas informáticos que permiten realizar el
dimensionado de un sistema solar térmico de una forma mucho más rápida y segura que de la
manera tradicional. Son adecuados, sobre todo, para el cálculo de instalaciones de ACS y para la
climatización de piscinas; y cuando se trata de instalaciones medianas o grandes, en las que el
tratamiento de datos es complejo, se hacen imprescindibles.
La forma de operar de estos programas es similar a la que se seguiría en un cálculo manual paso a
paso: a partir de unos datos iniciales fijos (como pueden ser los correspondientes al lugar de
ubicación de la instalación), y otros que dependen de la instalación (como pueden ser los datos
correspondientes a determinados componentes de la misma, tales como colectores), se hace un
cálculo inicial (el programa lo hace), y posteriormente se aproxima al diseño óptimo, aplicando los
resultados obtenidos en cada nuevo cálculo.
Como ejemplo de los datos que pueden ser necesarios introducir en uno de estos programas
informáticos, tenemos:
- Ubicación.
- Latitud.
- Inclinación.
- Desviación.
- Orientación.
- Tipo de vivienda.
- Número de usuarios.
- Nivel de ocupación.
- Demanda de ACS.
Aunque el programa, partiendo de alguno de ellos, puede llegar a mostrar otros (por ejemplo,
para un determinado lugar, pueden dar la latitud, temperaturas ambientales máximas y mínimas,
índice de radiación para cada mes del año, etc.).
Hay programas para todos: desde los más complejos, que resultan más caros y además necesitan
ordenadores más potentes, a otros más sencillos, económicos y didácticos, pero totalmente
válidos para el cálculo de sistemas solares térmicos a baja temperatura.