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Elaboración de pergamino

El pergamino que vamos a elaborar en nuestro departamento para colaborar con el


proyecto interdepartamental del IES. Zaframagón "El arte de escribir, un viaje en el
tiempo", se puede elaborar a partir de la piel de muchos animales, tradicionalmente de
oveja o de cabra. El profesor Juan Jesús Martín y yo vamos a emplear pieles de conejo
procedentes de ejemplares cazados en la temporada anterior, por lo que habrá que
descongelar los conejos y despellejarlos para utilizar las pieles en la elaboración de
nuestros pergaminos. El método que voy a describir aquí sigue la tradicional
elaboración medieval del mismo, por lo que usaremos sólo cal, piedra pómez y yeso
para obtener una piel sobre la que se pueda escribir con tinta. Intentaremos que algunos
de nuestros alumnos y alumnas se animen a repetirlo en el laboratorio (inicialmente así
lo planificamos) en este trimestre pero no todos soportan trabajar con restos de
animales, por lo que quizás sea opcional.

Elaboración paso a paso:

1) Remojado de las pieles:

Como usamos pieles congeladas, vamos a mantenerlas un par de día en remojo para así
eliminar restos de sangre y carne que puedan quedar. No es muy importante limpiar
bien las pieles ya que nada más tratarlas con la cal apagada (hidróxido de calcio y agua).
Para evitar el mal olor por corrupción, hemos añadido un poco de ácido sulfúrico para
acidificar el agua.
En la imagen podemos ver cómo junto con las pieles tenemos restos del cuerpo de los
conejos (hay dos pieles), con partes de las cabezas, orejas, extremidades o colas.
Es evidente que el aspecto no es para estómagos sensibles. Se comprende entonces que
las tenerías o curtidurías antiguas fuesen lugares detestados tanto por las imágenes de
los cadáveres animales como, sobre todo los olores.
2) Tratamiento con cal apagada:

Podemos hacer nosotros mismos la cal apagada usando cal viva (hidróxido de calcio)
añadiéndole agua al 50%. No obstante hoy día se puede adquirir ya la cal apagada en
cómodas bolsas sin necesidad de tener que hacerla).
En principio basta con unos tres días para eliminar el pelo de la piel, pero nosotros
hemos dejado actuar la cal durante unos cuatro o cinco días, de manera que el pelo se ha
caído prácticamente solo. Conviene remover de vez en cuando.
El proceso de lavado y eliminación del pelo es realmente desagradable, por lo que no
todo el alumnado lo llevará a cabo con la misma satisfacción.
El hedor a lo largo de todo el proceso es significativo. No es propiamente el mal olor
característico de un tejido descompuesto, pero es lo suficientemente fuerte como para
que resulte desagradable.

3) Eliminación del pelo, enjuagado y aclarado con agua:

El proceso de eliminación del pelo es inmediato tras la cal. Se procede a retirarlo con
los dedos (usando guantes debido a la peligrosidad de la cal apagada, que disuelve
perfectamente las grasas). Es sorprendente la facilidad con la que el pelo cae de la piel
dejando la superficie de la misma limpia y suave. Se aprovecha para tirar todos los
restos del conejo que no nos interesan, como pueden ser la cola, las extremidades o los
restos de la cabeza.
Una vez retirado el pelo se debe lavar bien varias veces para eliminar toda la cal. Se
deja la piel reposar en agua un par de días, cambiando el agua a menudo, de manera que
estemos completamente seguros que no quedan restos de la cal.
4) Eliminación de parte de la dermis:

Para que el pergamino sea lo más fino posible podemos retirar parte de la dermis. Se
puede apreciar cómo basta con tirar de ella para arrancar toda la parte inferior de la piel,
donde hay una gran cantidad de grasa.
En principio se podía dejar como estaba sin que hubiera ningún problema para escribir,
pero hemos decidido eliminar esa parte de la piel.

5) Estirado de la piel en un bastidor:

Como no tenemos bastidor vamos a usar un panel sobre el que tensaremos la piel de los
conejos mediante chinchetas. Hay que pensar que es posible que se produzcan desgarros
en la piel.
Debido a que los animales fueron obtenidos por caza, se pueden apreciar agujeros en las
pieles, a causa de los perdigones que han atravesado a ambos animales.

En la piel de arriba podemos ver la enorme mancha natural que el conejo tenía en el
lomo.

Una vez que las pieles se han tensado sobre el panel se deben colocar al sol para que el
secado sea rápido, cuidando de que no haya desgarros. Los agujeros o daños en el
pergamino se arreglaban antes mediante cosido de los mismos, pero también se pueden
remendar fácilmente mediante el pegado de otros trozos de piel. De hecho, las
limaduras que se obtienen de las pieles tratadas (para pulirlas antes de la escritura)
sirven para fabricar cola con un alto poder de unión, de ahí que baste colocar un trozo
de piel sobre un agujero y apretarlo, para que quede perfectamente sellado.

6) Retirada del bastidor, pulido con piedra pómez y yeso:

Para concluir, basta pulir con piedra pómez el pergamino por ambos lados. La cara más
fina es evidentemente aquella donde no había pelo, la interior, que es donde se suele
escribir. Nuestro pergamino va a quedar tan fino que no admitiría una escritura por
ambas caras. Por último se trata la superficie con yeso, de manera que la escritura se
lleve a cabo con la homogeneidad necesaria y se fije adecuadamente a la piel.
El pergamino elaborado es flexible y resistente. Puede recortarse para eliminar los
bordes irregulares del mismo si se desea.

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