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La mayoría de las veces nosotres trabajadores de la salud y particularmente ts y psicólogos,

trabajamos en una realidad y diversidad compleja que requiere atención integral. Las mayoría
de las situaciones se efectúan en la urgencia, en la demanda espontanea y en una total
desorganización, producto de lo que “pide” la situación. En estas situaciones, la mayoría de las
veces nos ponemos en un lugar que Elena de la Aldea llama “subjetividad heroica”, es decir el
profesional tiene una idea de cómo es la realidad y qué hacer con ella, en función de ello
actúa, toma la realidad, orienta su trabajo e intenta transformar, de acuerdo a ese “ideal”. Por
tanto el profesional, ante la falta de elementos, las fallas en la política pública, la ausencia del
Estado, y la falta de respuesta del sistema de salud, ingresa en un círculo en el cual, siente que
es el único y el último eslabón de todo el sistema, por tanto actúa como héroe. El héroe según
el texto de Elena de la Aldea, es aquel que todo lo puede, por tanto la subjetividad del héroe
se sitúa en un lugar de saber y otorga una excusa para no pensar: la urgencia. También es
importante resaltar, que el héroe no tiene descanso, ni puede decir que no puede, debe
“salvar” al sujeto, a la comunidad, a la sociedad, al mundo… no hay excusa para él, es un súper
humano, que soluciona la falta con más trabajo, más recursos propios, mas conocimientos,
etc. Asimismo nuestro héroe centraliza el poder, no puede delegar, confiar en un otre, porque
él en la intervenciones es el que comprende la situación en profundidad y por tanto el “como
yo no hay otro”, es omnipotente. Lo opuesto a la omnipotencia es la ponencia, desde la excusa
de la potencia , porque la falta de tiempo, es excusa para que todos accedamos a su saber.

La contraparte de ello es el inédito viable que habla Paulo freile, es intentar lograr aquello que
nunca se hizo, pero tiene gran potencialidad de realizarse.

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