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Todos los dias, cuando el sol llega al punto mas alto del horizonte, la familia caracol saca sus cuernitos al sol y sale a buscar la comida para el almuerzo. =iMiren aquel cantero, esas plantas parecen una delicial ~dice Carola, la mamé caracola. {Sil {Qué rico, hojas verdes como a mi me gustal ~grité Lito, el caracol mas chiquito. -iYo quiero la planta del medio! ~exclamo Manuel, el hermano mayor-. Hagamos una carrera, el primero en llegar gana y elige cual quiere. Ala caracola no le gusté nada la idea y, con su cara seria y usando el mismo tono de voz que ponen las mamés cuando estan enojadas, les explicé: -Nuestra comida esta del otro lado del camino y tenemos que tener mucha precaucién. Cuando se cruzala calle no se juegan carreras. jEs muy peligroso! La mamé caracola todavia no habia terminado de hablar cuando un ruido fuerte los sobresalt6. ~iCling, cling! jAbran paso! -era Facundo, que andaba en su bicicleta nueva. Facundo no tenia puesto su casco y andaba muy ligero, asi que imaginense que para un caracol, que por naturaleza tiene un andar muy lento, esa velocidad era més rpida que la de un bombero. ~iUfff! -dijo Manuel-. Menos mal que no cruzamos. Seguro que nos pisaba porque ni siquiera nos vio. -Es cierto -respondié Carola-. Muchas veces los conductores van distraidos y, como no prestan suficiente atenci6n, ponen en riesgo la vida de los demas. Lito tenia mucha hambre y ya queria cruzar, pero para no correr peligro mir6 muy bien. Queria asegurarse de que no viniera ninguna bicicleta. ~iYa podemos cruzar! No viene nadie ~dijo Lito. ~|Cuidado! -grité la mamé-. Del otro lado viene un enorme cochecito en nuestra direccion. ~éPero cémo puede ser? :Vienen de todos lados? -dijo Manuel. -No importa de qué lado vengan -le respondié Carola-. Los peatones siempre tenemos que mirar muy bien para los dos lados y solo podemos cruzar cuando estamos seguros de que no viene ningiin vehiculo. ~éLos peatones? ¢Quiénes son los peatones? -preguntaron los dos al mismo tiempo, ya que nunca habian escuchado esa palabra. -Un peatén es quien anda a pie por la via piblica -les explicé la mama. -jAhhhh! Entonces nosotros somos los peatones y esta calle parece muy transitada... Creo que va a ser muy dificil cruzar ~aseguré Lito. Enseguida los dos hermanitos comenzaron a llorar; ellos necesitaban ir del otro lado del camino. ~iBuaaaaal jBuaaaal |Queremos cruzar! Tenemos ganas de ir a comer. Lamami los miraba preocupada y bastante triste. Ella también andaba muy lento y, con tanto movimiento, cruzar era verdaderamente peligroso. Entonces tuvo una idea: ~iBueno, chicos, busquemos otro lugar! Esta plaza est repleta de plantas. Seguro vamos a encontrar otro almuerzo. Los caracolitos no estuvieron de acuerdo, ellos querian comer esas tiernas hojas que ya habian elegido. Carola, por dentro, pensaba que sus hijos tenfan raz6n. No era justo cambiar el meni por no poder cruzar. Los conductores tenian que dejarlos pasar y ella se ocuparia de que asi fuera. -jEsperen acé, chicos, que mama ya viene! -les dijo. Y asf, despacito, sin prisa y sin pausa, se fue hasta una esquina donde habfa visto que unos inspectores de transito estaban haciendo su trabajo. Cuando regresé, Lito y Manuel no podian creer lo que velan: su mamé trafa una enorme sefial que decia “iParel”. Mama caracola se paré en el medio de la calle y mostré su cartel alos conductores. Estos, cuando lo vieron, enseguida detuvieron la marcha y esperaron que los caracolitos cruzaran de una vereda ala otra, dejando su caminito de baba. Wy wll. SD) Finalmente, la familia caracol pudo cruzar hasta el cantero y, con sus cuernitos al sol, disfrutar de un rico y abundante almuerzo. Mientras todos comian, Carola pensabs que haber podio llegar hasta es ugar no haba sido nada sencilo, er pero que seguramente tanto esfuerzo tendria sus frutos, porque no solo habian podido alcanzar esas plantas, sino que también habian aprendido mucho sobre educacién vial. Desde ese dia, Manuel y Lito miran para los dos lados, buscan la senda peatonal, le hacen caso a los seméaforos, respetan las sefiales de transito y hasta prometen que, cuando sean grandes y puedan manejar, estardn bien atentos a todo lo que ocurra a su alrededor, porque saben que de esa manera estaran cuidando su vida y la de los demas. terra cna

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