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HISTORIA
Durante la división del supercontinente pangea, el territorio de la actual cordillera de los andes era una
meseta con picos que apenas alcanzaban los 1000 metros de altura. Era una inmensa sabana que se
encontraba a orillas de un mar que abarcaba desde la actual Colombia hasta el Norte de Bolivia, este
ecosistema templado a orillas de un mar con ríos tributarios de gran caudal que descendían de una baja
cordillera de los andes , propició la proliferación de diversas especies de dinosaurios. La presencia humana
en la región se data desde aproximadamente 13.000 años a.C; dentro y alrededor del parque existen varios
sitios arqueológicos que dan muestra de la ocupación humana, los restos más conocidos son la pampa
Recuay y chavín de Huántar. Al igual que diferentes pisos ecológicos del parque, donde hallamos sistemas de
andenes, caminos, chullpas, tumbas y fortificaciones. Durante el virreinato el territorio del parque fue
adquirido por familias portuguesas españolas y criollas, estas familias fundaron grandes haciendas con el fin
de explotar el territorio contiguo rico en mineral. La minería continuó sin interrupción por 400 años y se
consolidaría con la llegada de la república. Donde las tierras en un inicio pertenecían a las comunidades
campesinas, siéndoles después arrebatadas completamente, pero devueltas en 1969 por el proceso de
reforma agraria. Entregándoles las tierras de las zonas bajas de los valles y reservando como un área
protegida por el gobierno las zonas más altas.
FLORA
Puya Raimondi:
El nombre de esta planta provino de un escritor de apellido Raimondi, italiano, a quien le llamo la atención
esta planta y por ello escribió de ella en un libro; en la actualidad hay miles de ellas dispersas en una pradera
ubicada en Pumapampa. Miden de 3 a 10 metros, y pueden tener entre 80 y 100 años de vida, cuando llega
a esta edad, muere y vuelve a nacer.
Queñal:
Es una especie forestal caracterizada por su seco, envejecido y retorcido tronco, cubierto por una corteza de
color café-rojiza, del cual se desprenden láminas delgadas, que forman un paquete alrededor del tronco,
actuando a modo de aislante térmico, protegiéndose así de las heladas. Suelen crecer en laderas rocosas,
morrenas y a lo largo de pequeñas quebradas. Sus múltiples beneficios incluyen regular el cambio climático,
la absorción, almacenamiento y purificación de agua, y, previenen la erosión de los suelos.
Quisuar:
Es una plantación con aspecto similar al queñal, alcanza los 4 metros de altura y su copa es globosa con
denso y compacto follaje de color verde oscuro, la cara inferior de las hojas es de color blanquecino y de
textura aterciopelada. Sus flores son pequeñas, abundantes y de color rojo vivo o anaranjado y forman
racimos globosos. En la actualidad sus bosques son una rareza por su lentísimo crecer, y por los poquísimos
que aún quedan. Ahora son arboledas que perduran al borde de precipicios o en laderas distantes,
flanqueadas por rocas. Gracias a diferentes investigaciones, se sabe que las raíces del polylepis y sus tallos
formidables intervienen en los ciclos del agua y que las sequías en regiones donde antes corrían riachuelos
tienen que ver con su desaparición progresiva.
Bofedales:
Los bofedales vendrían a ser humedales que almacenan aguas provenientes de precipitaciones pluviales,
deshielo de glaciares y principalmente afloramientos superficiales de aguas subterráneas. Regulando el ciclo
hídrico, almacenando carbono y haciendo gran aporte para los regadíos que se necesitan para preservar las
praderas y ciertas plantaciones, y alimentar al ganado.

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