Está en la página 1de 11

Acosta Agostina

Mail: agostina.c.acosta@gmail.com
DNI:40.397.452
Docente de prácticos: Profesora Mariana Sverlij

Monografia de Literatura Europea del Renacimiento

La construcción de ideales y modelos perfectos en El

cortesano y en Utopía, coincidencias y diferencias.

En el siguiente trabajo, se realizará un recorrido a través de “El Cortesano” de

Castiglione y de “Utopía” de Thomas Moro, en un estudio acerca de la construcción de

ideales que cada autor presenta en estos textos, buscando encontrar puntos en común y

denotar a su vez las diferencias que expresan en sus representaciones.

En primer lugar, se debe especificar a qué se refiere este trabajo cuando se habla de

estudio de ideales en los autores. Según la definición de la Real Academia Española, el

sustantivo ideal refiere a un “[…] m. Modelo perfecto que sirve de norma en cualquier

dominio. m. pl. Conjunto de ideas o de creencias de alguien. […]” (2021). Teniendo en

cuenta esta definición en su totalidad, podemos buscar en los textos los indicios que dan

los autores acerca de esta definición; primariamente los modelos que utiliza cada autor,

y a partir de eso, si buscan referir a un modelo que sirva de norma o a un conjunto de

creencias (o ambas incluso). Por consiguiente, se trabajará en torno a la formación de

estos ideales, las coincidencias que podrían surgir entre los pensamientos de los autores,

y las diferencias, así como el contexto en el que cada una se presenta y qué se podía

esperar de estas lecturas.


En la lectura de “El Cortesano” surge debido a un juego, la consigna de conformar las

condiciones que debe tener el perfecto Cortesano: “[…] paréceme que hará al caso que

agora sea nuestro juego escoger alguno de la compañía , el cual tome cargo de formar

un perfeto cortesano, explicando en particular todas las condiciones y calidades que se

requieren para merecer este título.” (Castiglione,1528: p 89). Es en esta cita que se nos

presenta el modelo que se discutirá a lo largo del relato y nuestro objeto de estudio, que

contendrá a su vez las distintas ideas y creencias del ambiente cortés al ser dialogado

cada rasgo.

En el caso de “Utopía” podemos encontrar de nuestro interés, respecto al modelo que

presentará el autor, la siguiente cita:

“Por otra parte, así como vio entre esos nuevos pueblos muchas instituciones erróneas,

notó, en cambio, no pocas que podrían proporcionar ejemplos adecuados para corregir los

errores de ciudades, naciones, pueblos y reinos de los que, como he dicho, trataré en otra

ocasión. Ahora es mi intento solamente referir lo que nos contó acerca de las costumbres

e instituciones de los utópicos, reproduciendo antes la conversación con la cual, como por

un rodeo, llegamos a mencionar la República Utópica.” (Moro, 1548: p.22)

Se puede observar en esta cita una intención de mostrar una institución que puede servir

como ejemplo ante otras instituciones erróneas, y se presenta así la llamada República

Utópica: se presenta un modelo (casi perfecto) que serviría de norma para otros

dominios, coincidiendo con la definición de ideal ya antes nombrada, por lo que el

modelo ideal que se trabajará será una república en específico.

Se debe considerar en este análisis, además, las formas en que se construyen los relatos;

Castiglione trabaja con un diálogo a lo largo de todo el texto, donde busca retratar la

sociedad y comunidad de la corte en un sentido casi literal, ya que se busca basarse en

diálogos y personajes verídicos, contemporáneos a él que suceden en la corte de


Urbino ,y expresa en su prólogo una intención de lograr una representación fiel a los

hechos, incluso si él no pudo estar presente durante esta discusión.

Yo en este libro no seguiré cierta orden o regla de precetos, […]; más (según la

costumbre de muchos antiguos) renovando una agradable memoria, recitaré algunas

pláticas que entre algunos singulares hombres sobre semejante propósito verdaderamente

pasaron, en las cuales, aunque yo no haya sido presente […], trabajaré agora, cuan

puntualmente la memoria me sufriere de acordallas según poco después que fui vuelto las

supe de persona que muy fielmente me las contó, y con esto veréis lo que creyeron y

juzgaron en esta materia hombres ecelentes y de muy gran fama, a cuyo juicio en toda

cosa se puede dar mucha fe. (Castiglione,1528: p 78-6)

El dialogo de Catiglione permite visualizar un sistema de valores e ideales de la corte,

reflejados en el personaje que mejor representa este ambiente. El hecho de que la

estructura del texto sea un dialogo permite plasmar claramente el ideario colectivo de

los distintos participantes, ya que se exponen en varias ocasiones interrogantes o

propuestas de valores distintas a las que proponen como perfectas, es un movimiento

que recorre la corte, permite conocer un ideal formado además por otros

cuestionamientos u adiciones.

Si bien los textos no coinciden en los modelos de trabajo para exponer sus ideas, ambos

buscan visualizar sus ideales y a su vez reflexionar acerca de los problemas o valores

vigentes en sus respectivas épocas. Castiglione se encarga de retratar un ambiente

cortes, y cómo sería el individuo ideal que pertenecería a este:

En Europa, como en Bali, el centro del poder era considerado sagrado y ejemplar, un

modelo para los demás. Se veía la corte como la plasmación del orden político y social, el

microcosmos del orden de la naturaleza y el reflejo de la jerarquía sobrenatural. […] La


corte estaba, por definición, donde quiera que estuviera el príncipe, y los príncipes

renacentistas no solían quedarse mucho tiempo en un lugar. (Burke,1988: p 5/137)

Esta cita de Burke permite a su vez visualizar cómo era vista la corte y cómo

funcionaba; el texto de Castiglione no solo construye un ideal del colectivo cortes,

construye un ideal político y social, y decide caracterizar al perfecto cortesano en lugar

del príncipe (quien lideraba este ecosistema social), personaje de la corte fiel al

príncipe, y que a su vez abarcaba otros roles sociales (mercaderes, políticos, humanistas,

escritores, etc).

En el caso de Moro, su texto se inclina por el uso de la ficción para mostrar este ideal,

aunque como dice Ginzburg en Ninguna isla es una isla, hay una intención de mostrar

como real la conversación del primer libro y las descripciones del segundo, pero

descriptos de tal manera que solo los letrados entiendan que es en realidad una ficción:

Si sustituimos el carácter indicativo, las intenciones de Moro resultan muy claras: planeó

escribir acerca de la cosa pública; una historia, o quizá un mito [fabula] de su

imaginación; decidió utilizarlo para hacer más apetitosa la verdad que quería transmitir a

sus lectores. Aunque quería aprovechar la ignorancia de la gente común, dio pistas a los

litteratiores, la élite intelectual, para acentuar el carácter ficticio de su narración.

(Ginzburg,2006; p 12)

Se puede distinguir en su trabajo que Thomas Moro se inclina hacia una construcción

ideal de un sistema político, económico y de valores, sistemas ideales que influencian y

conforman una sociedad utópica. A su vez, se realiza una crítica a la sociedad inglesa

del siglo XVI, ya que a lo largo del texto se muestra en contrapartida distintos valores

utópicos que resultarían imposibles para la sociedad de Moro (insertar cita sobre que la

gente es un desastre, buscar en la primera parte del texto).


Ésta es la causa de que en muchos lugares hayan encarecido los víveres y aumentado el

precio de la lana a tal punto que no se puede comprar ni siquiera esa más tosca con la que

suelen fabricarse los paños en vuestro país. Por esta razón, muchas gentes, privadas de

trabajo, caen en la ociosidad. […], no por eso disminuiría su precio, pues si bien no existe

lo que pudiera llamarse propiamente un monopolio, porque no es uno solo el que vende,

sí hay en cambio un oligopolio, pues han venido a parar totalmente en manos de unos

pocos, los más ricos por cierto, a quienes no urge la necesidad de vender antes de que les

plazca, y no les place hasta que pueden hacerlo a precio ventajoso. (Moro, 1528: p 28)

Moro imagina este ideal social en denuncia de la falta de valores de su sociedad actual,

especialmente de los grandes abarcadores de tierra en Inglaterra, que desplazaban

familias agrarias a la miseria. Utopía no solo denuncia estas faltas sociales, sino que en

comparación propone un modelo que funciona y posee valores contrarios a los vigentes

en la sociedad.

El ideal de Moro es una sociedad con base agraria, como establece Ginzburg en su

trabajo, siendo este modelo el que mejor lleva una sociedad utópica. La utopía es un

reflejo social pero desde una perspectiva crítica, donde la construcción del modelo

utópico evidencia los problemas sociales, económicos y morales que se encuentran en la

sociedad inglesa.

Se puede encontrar en estos relatos a su vez, un elemento en común entre sus

definiciones de ideales; existe en ambos una necesidad de conocimiento por las letras,

tanto de la escritura como de la lectura.

En el texto de Moro, la sociedad utópica encuentra en sus momentos de ocio tiempo

para escuchar o leer relatos: “[…] muchos consagran estos intervalos al cultivo de las

letras. Acostumbran tener diariamente y antes del amanecer lecturas públicas a las que

sólo están obligados a asistir los que han sido especialmente seleccionados para las
letras.” (Moro,1534: p 54) El conocimiento de las letras se considera un bien común en

Utopía, tanto como otros bienes, y considera a los letrados de los pocos exentos del

trabajo agrario. En el ideal utópico, el ocio se sacia con las letras, y es tal la importancia

de ellas que esta sociedad basada en una cultura de trabajo, puede eximir a los letrados

de este.

En el texto de El Cortesano se expone en la figura del Cortesano ideal o perfecto

también la condición de letrado:

Por eso, dexemos esto y volvamos a nuestro Cortesno, el cual querría yo que fuese en las

letras más que medianamente instruido, a lo menos en las de humanidad, y tuviese

noticia, no sólo de la lengua latina, mas aun de la griega, por las muchas y diversas cosas

que en ella maravillosamente están escritas. No dexe los poetas ni los oradores, ni cese de

leer historias; exercítese en escribir en metro y en prosa, mayormente en esta nuestra

lengua vulgar, […]. (Castiglione, 1528: p 124)

Este ideal indica a los miembros de la corte que deben ser cultos en las artes literarias, y

ya que estos valores corteses son los que se difunden en el resto de la sociedad, se

considera entonces la necesidad de las letras como un punto esencial en la conformación

social. Aunque no se considera un bien común como en el texto de Moro, las letras se

convierten en una característica que le concede prestigio al Cortesano.

Se puede apreciar a su vez en esta última cita cierta predilección por el uso de la lengua

vernácula por sobre el latín en la escritura, lo cual genera en el diálogo de Castiglione

un debate pertinente, ya que tomaría como ideal que el Cortesano escriba como habla:

[…] la costumbre es la guía. Pero porque aquellos que tenían la latina por su lengua

propia y natural, como nosotros tenemos la vulgar, no están ya en el mundo, es necesario

que de sus escritos aprendamos lo que ellos aprendieron del uso. Y si bien lo miráis,
ninguna otra cosa quiere decir hablar antiguo sino costumbre antigua de hablar;[…].

(Castiglione,1528: p 115)

Se propone en el ideal cortesano entonces, un uso de la legua vernácula como literaria,

ya que esta reflejaría mejor la sociedad, y de las lenguas muertas solo competería

aprender de sus textos, pero no imitarlos. Este debate se da a lo largo del texto, y se

pueden apreciar distintas perspectivas respecto a esto, pero es el ideal una construcción

del Cortesano como uno que posee una identidad propia lingüística, y no la de los

antiguos. Se puede apreciar en esto una construcción humanista del Cortesano, al querer

separar los modernos de los antiguos, mientras no se pierden sus enseñanzas.

Además de la necesidad literaria, hay un ideal o característica en el que el diálogo de

Castiglione hace hincapié a lo largo del mismo, y refiere a que todos los ideales que

debe poseer el Cortesano perfecto deben ser acompañados de la gracia:

Pero, sobre todo, si quiere merecer aquella opinión general buena, que tan preciad es en el

mundo, acompañe todas sus cosas con un buen juicio y una buena gracia. […] Y así debe,

por no causar continamente invidia, y porque le tengan por hombre de buena

conversación, hacer todo lo que los otros hacen con tal que sea o que hiciere honesto y

virtuoso, y que él se rija siempre con tan buen juicio, que no haga necedades ni locuras,

sino que se burle, ría, sepa estar falso, dance y se muestre en todo de tan buen arte, que

parezca avisado y discreto, y en nada le falte buena gracia. (Castiglione,1528: p 99-100)

Como se observa en esta cita, este rasgo debería acompañar todas las características del

perfecto Cortesano. Es de este modo, que encontramos el principal ideal en la

construcción de este modelo. El significado que advierte el texto respecto a la gracia no

pertenece a los usuales, sino que lo define vagamente como:

[…] usando en toda cosa un cierto desprecio o descuido, con el cual se encubra el arte y

se muestre que todo lo que se hace y se dice, se viene hecho de suyo sin fatiga y casi sin
habello pensado. De esto creo yo que nace harta parte de la gracia; porque comúnmente

suele haber dificultad en todas las cosas bien hechas y no comunes, y así en éstas la

facilidad trae gran maravilla, […]”. (Castiglione,1528: p 103)

Sería entonces una suerte de artificio que se debe ejecutar constantemente, una

actuación que de la impresión de una falta de esfuerzo o dificultad en actividades que

usualmente son forzosas. Al aplicarse esta característica a otras, el Cortesano se

mostraría como un personaje dotado de varios talentos (en las letras, el habla, en las

armas, etc) que son naturales a su persona. Este artificio al ser general implicaría un

constante acto del Cortesano, y si el modelo perfecto debería presentarse así, esto

reflejaría una corte en la cual todos sus miembros deben actuar de esta manera, una

corte como un escenario en el que constantemente interpretan. El ideal para poder

pertenecer a la corte es saber interpretar el papel que corresponde en ella. Podemos

incluso observar este rasgo de actuación en el texto, especialmente cuando interviene la

Duquesa o Emilia, los personajes que poseen mayor poder en la corte, y quienes

orquestan la jerarquía social allí:

Proseguía más adelante en esto miser Federico, pero Emilia le atajó diciendo: Ese juego

(si la señora Duquesa fuere servida) ha de ser por agora el nuestro. Respondió la Duquesa

que le placia. Entonces todos, los unos como entre sí y los otros alto, dijeron que aquel

era el mejor juego que se pudiera en el mundo hallar. (Castiglione,1528: p 89 )

El hecho de que la Duquesa diera su aprobación a la consigna, convierte a este juego en

el predilecto, luego de una larga discusión previa sobre cual juego harían y sin concluir

una votación entre los presentes. El personaje de mayor jerarquía es el que dirige, y el

resto de la corte lo sigue, actuando a su vez todos un papel, buscando todos el favor de

la figura con mayor poder en la corte. Este tipo de escenas muestra la necesidad de este

ideal de gracia para pertenecer al ambiente cortes.


Podemos encontrar otros puntos coincidentes entre los dos textos respecto a la

construcción del modelo perfecto e ideal, tales como una necesidad de saber actuar en

las armas, aunque cada autor propone esto de manera distinta. Moro construye una

sociedad que adscribe por la paz, pero que a su vez puede desenvolverse en la batalla y,

prefieren pelear por razones que consideran justas:

Y si bien hombres y mujeres se ejercitan con asiduidad y en determinados días en las

disciplinas militares, lo hacen para no encontrarse torpes en la lucha en caso necesario.

Nunca declaran una guerra sin necesidad, sino para proteger sus fronteras, expulsar de los

territorios amigos al invasor o libertar con sus fuerzas y llevados de un sentimiento de

humanidad a los pueblos tiranizados del yugo y servidumbre de su opresor. (Moro, 1534:

p 79)

Esta postura anticolonialista o antiexpansionista es también una postura política que el

autor implementa en el texto hacia la sociedad inglesa, una crítica a los grandes

mandatarios, y a sus líderes (aunque irónicamente uno de los más grandes imperios fue

el británico).

Comparativamente, en el relato de Castiglione también se evoca una necesidad de que el

Cortesano perfecto poseea destreza en las armas, e incluso se valora más este ideal que

el conocimiento de las letras:

Antes al alma y al cuerpo pertenece el exercicio de las armas; […]. Yo condeno,

respondió el Conde, los franceses, porque piensan que las letras estorban las armas, y

tengo por cierto que a nadie conviene más la dotrina que a un caballero que ande en cosas

de guerra, y por eso estas dos calidades, asidas y ayudadas la una con la otra, quiero que

se hallen en nuestro Cortesano: […] (Castiglione,1528: p125-126)

El relato establece entonces este ideal caballeresco; aquel que es diestro en la batalla como

en la escritura, y a su vez estas cualidades siempre deben ser con gracia. Es una propuesta
distinta respecto a la de Moro, ya que el ideal de él era uno que evita la lucha y la gallardía

innecesaria, y el ideal de Castiglione ve en esto un rasgo que sostiene la figura del

Cortesano: este debe estar dispuesto a la batalla, y las guerras que ganan territorios favorecen

a los príncipes y a las cortes, es esto lo que se le pide al Cortesano, ser útil en las armas a la

corte.

Existen otros puntos en la construcción ideal de cada modelo, pero considero estos los

más adecuados al análisis comparativo de estos textos. Podemos decir entonces que

cada autor construye en base a sus distintas necesidades (Thomas Moro busca una

crítica hacia la sociedad inglesa, Castiglione retrata un modelo social ideal a seguir en la

corte) sus distintos ideales, y estos a su vez se aplican sobre distintos modelos de trabajo

(un modelo a escala social como en Utopía, y uno a escala personal como en El

Cortesano). El período renacentista poseía esta necesidad de construcción del yo

(separada de la edad media, y reconociendo la grandeza de los antiguos pero sin

imitarlos), como podemos apreciar en el texto de El Hombre del Renacimiento de

Burke, y esto dio paso a este tipo de construcciones ideales, pero ya no en una escala

personal del humanista, sino en una medida social, una crítica y un ejemplo sobre cómo

se construye la sociedad renacentista.


BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES:

Burke, Chastel, Firpo, Garin, M.L. King, Law, Mallett, Tenenti, Todorov, El hombre

del Renacimiento, 1988, Edición de Eugeno Garín, 1999, Alianza Editorial.

Burke, El Renacimiento,1987, traducción castellana de Carme Castells, 1999, Editorial

Crítica Barcelona.

Castiglione Baltasar, El Cortesano,1528, material de cátedra.

Diccionario de la Real Académia Española, 2021

Ginzburg Carlo, Ninguna isla es una isla, 2006, traducción de María Jiménez y Mier y

Terán.

Moro Thomas, Utopía, 1516, versión Agustin Milllares Carlo,2016, edición

conmemorativa de Tezontle.

También podría gustarte