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LA ISLA DE BENIDORM.
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Allí atracaban de tanto en tanto algún barquito con
vistas submarinas o el tradicional barco de la isla, con
turistas entusiasmados de pensar que iban a encontrar.
Los visitantes eran escasos ya que quienes visitaban ese
páramo, además de saborear su entorno y admirar sus
inmejorables vistas, solo se encontraban con media
docena de pavorreales famélicos que allí habitaban
soportando su calor abrasador y servían como reclamo.
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Tan cerca pero a la vez tan lejos, del murmullo, de la
muchedumbre de la urbe y del bullicio de su gentío,
pero, al cobijo de la magia de la ciudad de Benidorm
desde su punto más místico tan misteriosamente
olvidado.
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Se trataba del bien conocido macizo del Puig Campana
a los pies del cual dormía la ciudad en la que nació y a la
que pertenecía Raysa.
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Impresionante a primera vista, desconcertante
materialmente y paisajísticamente hablando, y de forma
físicamente inaudito. Pero los habitantes del lugar
basaban la explicación ante aquel inimaginable
fenómeno con una antigua leyenda.
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En invierno allí reinaba la calma igual que antaño
cuando solo habitaban familias de pescadores, pero
en temporada de verano la ciudad explotaba con
millones de turistas venidos de todo el mundo a
bañarse en sus playas, encantados con su reclamo
turístico: ‘Sol asegurado los 300 días al año!’
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Era agosto y la humedad de la zona hacía que el
calor asfixiante se calará en tus huesos. La calle
estaba en absoluta calma y no soplaba ni una gota
de viento. Por la carretera no se veía más que el
resplandor de la clara y brillante luna en ese cielo
abierto de aquella noche estrellada.
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bonita aldea el lugar idóneo para desconectar. Allí al
fin iban a descansar de su dura jornada de hostelería
esa noche en el pub. Los jóvenes residían con otro
amigo más en un piso compartido y se llevaban
genial. Desconectaban del estrés de la vida diaria y el
caos de la ciudad. Compartían risas y buenos
momentos en cenas interminables con
conversaciones trascendentales en exaltación de la
amistad, momentos de evasión y total relax.
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incertidumbre de que era lo próximo que les
esperaba ante la perturbable aparición.
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ellos delante de sus ojos, devolviendolos al
momento visual que jamás en toda su vida antes
habían contemplado, ni que ya jamás podrían
olvidar.
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Suspendido en el aire sin un solo ruido de motores o
de carburante quemando por los pistones. Posado
en el aire en el vacío inmenso de la nada, pero en
vuelo.
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aquella cosa, tal vez se tratase de un efecto óptico por
alguna estrella cercana o buscando a mil revoluciones
por segundo en su cerebro. Alguna explicación posible y
razonable ante aquel fenómeno inquietante. Seguían fijos
sin ni siquiera parpadear ante lo más aberrantemente
extraño que jamás antes habían contemplado antes en sus
vidas.
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Un descenso de aterrizaje lateral como jamás
podría haber hecho cualquier máquina humana
voladora que había resultado revelador, aunque
Raysa y Charly aun estaban intentando asimilar lo
que había pasado.
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salimos y preguntamos por el pueblo’, replicó la
conductora atacada de los nervios. Charly asintió
con la cabeza refunfuñando pero con el congojo aùn
por dentro y continuaron con el latido del corazón
al unísono fuertemente golpeando sus pechos.
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CAPÍTULO 2.
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Se mostraba imponente ante los ojos de los espectadores
que ignorantes y crédulos ni siquiera se paraban a
cuestionarse el origen místico que habían dado a aquel
antiestético corte limpio en la cumbre del pico de Sierra
Aitana. Esta leyenda popular de gigantes y brujas, había
sido contada por los lugareños con cariño y había
conseguido explicar durante siglos lo inaudito. Pero ni la
madre naturaleza con su grandiosidad ni por descontado el
ser humano había podido tener la destreza para haber
cortado y vaciado aquella cima, con aquella precisión y
haber mandado el trozo cortado en el medio al fondo del
mar.. Su forma exacta, equilátera, perfecta definiendo el
contorno de la meseta en el paisaje. Rotundamente, ni
todos los egipcios del planeta con sus técnicas ni ninguna
maquinaria terrenal conocida, hubiera sido capaz de realizar
aquella hazaña arquitectónica de moldear la roca como si de
cerámica o de arcilla se tratase.
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altas de la Marina Baixa y que vivía en lo alto del
majestuoso Puig Campana. Este héroe en el pueblo
idolatrado por mil hazañas, había sido condecorado en mil
batallas y gozaba de grandes títulos nobiliarios.
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Hasta que un buen día y al pesarle tanto la soledad,
abatido por la tristeza y la pena que le acompañaba dentro
de su pecho, por la mañana decidió salir de su castillo a
ahogar sus desdichas y adentrándose sin más en la mar
dar así fin a su vida.
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Sentía la necesidad de acariciar su voz de ninfa y sentir
su tacto suave. Perdió el rubor que primero le había
asaltado y también la noción del tiempo y de la
realidad, que para él se había parado en ese instante.
Contemplaba a su musa a distancia como cantaba
jugando con la marea y resplandeciendo con el mar que
salpicaba su frágil cuerpo y brillaba en su suave piel de
diamante .
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Ella le vió e insegura se asusta y da un paso atrás
sorprendida por su imponente presencia y su colosal
tamaño. Un grito agudo escapa de su pecho hasta la boca
por su llegada repentina ‘Ah!’ exclamó asombrada ,
temerosa. ‘¡No tengas miedo, pequeña!’, la tranquiliza él.
Y al mirarle cara a cara y descubrir la nobleza en lo más
profundo de sus ojos, ríe luego ahora ya de nuevo
tintineante. Él vuelve a quedar invadido con su calidez y
resopla con un suspiro nacido desde dentro de su alma.
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Entonces ella sonríe de nuevo nerviosa para a
continuación estar segura de lo que estaba sintiendo y sin
dudar afirmó rendida ‘Yo también estoy sintiendo lo
mismo, es un sentimiento muy bonito, será el amor!’ y se
fundieron en un largo y profundo beso .
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cual ella carecía. Se la conocía por ser fría y despiadada y
por haber hecho desgraciados con su brujería y así caer en
desdicha a muchas parejas felices, con sus hechizos y
encantamientos.
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oyéndole un 'ahhh!' de horror general. El
envenenamiento tramado para matarla aquella fatídica
noche y destruir su amor la había llevado a través de los
confines más alejados del reino guiada por su envidia y
movida por su ira, dispuesta a cumplir sus propósitos y
para ello lanzar a Raysa con la poción de odio su veneno,
en su ahínco de destruir el amor de la pareja y su
felicidad sin temor y sin piedad con la muerte.
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Y desapareció entre una densa nube de maldad
chisporroteante que humeaba, ante los ojos asustados de
todos los allí presentes y testigos del desastre que para los
amados se avecinaba . Raudos acudieron los doctores para
así poder comprobar y constatar que efectivamente la
bella jóven desplomada y débil había quedado a merced
del veneno circulando por su sangre. Su tez era ahora más
pálida, de un blanco enfermizo, no cabía la menor duda,
estaba envenenada y contaba con pocas horas restantes
para hallar su trágico final.
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desconsolado por la pena de su pérdida y como si fuera de
plumas suaves, cogió el cuerpo ahora inerte de su amor
entre sus brazos. La que había sido su pedacito de cielo
sobre la tierra y él abatido, se montaron en una barquita
en el muelle donde con sumo cuidado su cuerpo yacía
como si de cristal fino se tratase.
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Pero, ¿qué ocurriría si, desde el mismo ángulo, desde el
ángulo correcto, fuera posible observar al Sol ponerse por
el mismo dentro del tajo de Roldán, como sucedió en su
día, según la leyenda? Sin duda un instante mágico.. Pues
bien, ese mágico acontecimiento se seguía pudiendo
observar cada año, en los días cercanos al Solsticio de
Verano sobre los días 21 de Junio.
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CAPÍTULO 3
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En ocasiones se veía claramente como las nubes de lluvia
y las tormentas se quedaban atrapadas en la barrera que
a modo de fortaleza medieval desde el otro lado no
llegaban a pasar. Se notaba la presión atmosférica por el
fenómeno cuando esto sucedía.
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Además, lo más frecuente eran imprevistos de última
hora que se tenían que solucionar. Compras,
proveedores y demás quehaceres diarios.
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Tras los quehaceres matutinos y una fideuá marinera a la
hora del almuerzo para reponer fuerzas en un mesón
amigo. A la sombra de una sombrilla de terraza y con el
sol azotando sobre sus cabezas, se relajaban tranquilos
deleitándose con un buen vino reposado a la vista de la
serena bahía de Altea los dos jóvenes.
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En su lucha musical por no ser vencidos por los ritmos
comerciales y el reggaeton que invadía por esos tiempos
la cultura musical. Ellos pensaban que los nuevos ritmos
estaban ensuciando las mentes de los jóvenes cada vez más
calenturientos escuchando sus letras pervertidas y su
perreo picante en la pista de baile de las discotecas y salas
musicales de fiesta de el país entero .
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Ese día había que preparar los toldos y cerramientos de la
terraza. Para ello habían previsto redecorar con cañizo y
cañas de bambú forrando el perímetro así, que bajaba
desde el techo cubierto y les servía de apoyo para formar
una pared con cañas de bambú que le daría más intimidad
al garden. Los muchos clientes que allí tomarian su copa
también conseguirían disfrutar del nuevo ambiente chill
out chic y animaría a todos a la entrada a su paso.
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Una escalera plegable de cinco metros y demás bultos
pesados y aparatosos se amontonaban a la espera en una
montaña de utensilios varios.‘¿Necesitamos todo esto?’ se
apresuró Charly a quejarse acaloradamente, para intentar
escabullirse antes de cargar. La pila de cosas dispuestas
para cargar que Julián había dispuesto, pues así se
llamaba el otro amigo de Raysa, era considerable y
bastante voluminosa.
‘No nos quejamos, pero valla sol que hace para cargar
tantas cosas’ se quejó Charly refunfuñando ante el trabajo
pesado, de nuevo. Era un tiquismiquis y no le gustaba el
esfuerzo físico por lo que no podía disimular que estaba
ligeramente molesto por eso.
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Llegaron sin más dilación a la hora fijada. A las seis de la
tarde ya no quema tanto el sol pero aún así calentaba.
Sudando como pollos por la altísima humedad y el sol
brillante ya bajando al horizonte, sudando de calor, un
constante y tremendo calor. Subieron costosa la persiana
cuyo engranaje era antiguo y, aunque automático, subía a
duras penas con esfuerzo pero también con ayuda externa
manual ya que su cadena estaba gastada. Pulsando en
mando empezó a rodar subiendo con esfuerzo con su
motor, automáticamente. La ayudaron a subir entre
todos, guiándola chillona a mano hasta subir entera.
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La escalera, los utensilios de herramientas, alambres,
alicates, colgadores, todo un despliegue de medios con el
fin de cumplir con su ya marcado objetivo de convertirla
en la terraza más popular de los clubs de ocio de música
de la zona.
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Los chicos acababan de terminar de fijar todo y Raysa de
ubicar los ornamentos decorativos y palmas verdes que
iban a dar el toque final al conjunto de aspecto ibicenco
con césped artificial en el suelo. Mimbre y sofás blancos
y negros de piel sintética además de los puffs daban
forma a la ‘garden terrace’ que habían creado en el local.
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ellos se limitaron a ir cargando de vuelta toda la
parafernalia utilizada y la escalera para devolverlo a casa
de su amigo y volver a tiempo, Raysa revisaba bebidas,
hielo, el dinero del cambio de la caja y demás necesidades
ante la inminente apertura en menos de sesenta minutos
del negocio, se tenían que apresurar.
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Sonriendo para sus adentros, ensimismada en las luces
de neón, sobre el blanco cálido decorado con un
entorno muy armonioso veraniego esperaban ya abrir
las puertas a los primeros asistentes al evento.
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asistencia masiva durante la noche les iba a llevar directos
a lo que iba a desencadenar los acontecimientos futuros
que vivirían.
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vaciaron el local. Todavía quedaba hacer la caja y limpiar.
Jupi se puso a recargar las cámaras mientras Raysa se
encargó de las cuentas de la caja y Charly acababa de
recoger la cabina del DJ y ayudar a limpiar.
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situación de agotamiento y sensación de bajón del
momento por las largas horas de servicio en el pub.
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alzándose en el horizonte , el viento esa noche nulo y en
medio del camino, arriba en el cielo la oscura noche
iluminada por millones de estrellas.
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Iban ya callados, sin hablar en silencio cuando desde la
nada del cielo caluroso estrellado de verano sin un solo
impedimento descendió sobre sus cabezas la nave que les
llevaría a la puerta del secreto. El fenómeno más
inesperado de sus vidas que les llevaría a acontecimientos
futuros en busca de la verdad sobre la puerta del secreto.
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CAPÍTULO 4
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Muchas eran las preguntas que ahora mismo asaltaban
sus dudas en la cabeza. Preguntas sin fin desatadas por
respuestas no pedidas y que nunca se hubieran podido
cuestionar, si no hubiera sucedido lo que nunca
esperaban presenciar en su vida.
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de manera clara, perfecta y determinadamente nítida en
lo alto del cielo y sobre sus cabezas. Y a continuación
había descendido en un recorrido transversal hacia la
derecha en descenso lateral hacia la montaña.
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sus testigos mudos de que no todo es como nos habían
enseñado en los libros de ciencias y que había mucho más
por descubrir de lo que estamos programados a concebir
como verídico en nuestro entendimiento.
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Abrieron la cancela de la puerta de rejas del jardín y
accedieron no sin mirar a ambos lados y tras ellos varias
veces comprobando que no les habían seguido nada ni
nadie, tras aquel avistamiento. Suponían que sus visitantes
a los mandos habían tomado tierra y estarían aquí.
¿Dónde aterrizó? ¿Cuál era su destino? Sería una nave
perdida o acaso llevaba un rumbo fijado allí y no había
variado el mismo ni ante la presencia de extraños testigos
desconocidos que solo estaban en el momento y el lugar
equivocado.
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espantada aún estaba en shock conmocionada sin
entender qué era aquello. El fenómeno ovni aterrizó ante
su mirada y en su propio pueblo, en su propio planeta.
Sonaba a película de las galaxias con sus naves ficticias que
volaban hacia las estrellas.
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por unos instantes si he temido por nosotros’, ‘obvio’
asintió él sin titubeos.
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continuación decidieron buscar la web de noticias Marina
Baixa y comarca que eran las noticias regionales de canales
locales. Solo anuncios de teletienda y demás programas de
juego al poker y ruleta online, pero sin noticias de algún
pequeño indicio de que fuera a repercutir a la
información en absoluto el tan sonado acontecimiento
que ellos daban por inaudito e irrepetible, pero pronto
descubrirán que no sería mediático.
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CAPÍTULO 5.
El día después
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Se refrescaron con una ducha para borrar las huellas del
cansancio de haber trasnochado y sin más preámbulos
hacia allí se dirigieron. Entre tanto y tanto ya eran las siete
de la mañana y ni rastro de noticias alarmistas ni de
invasión extraterrestre, ni nada. Todo estaba tranquilo y
sin perspectivas catastrofistas como tanto habían
especulado durante la noche.
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Impresionados ante aquel misterioso silencio de los
medios, de la falta de eco en ellos por la noticia que podría
ser portada mundial, iban alucinando cada vez y poco a
poco, más y más.
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dicho nada en su portada principal, tampoco
contraportada por lo que cuidadosamente iban viendo
páginas. Cuando ojearon la portada, contraportada de
nuevo asombrados y espantados a la vez de que lo que ellos
pensaban que iba a ser un acontecimiento histórico en los
tabloides, no iba a quedar más que en un misterioso
secreto que ellos no querían aún desvelar.
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El camarero llegó con todo sobre su bandeja colocado
estratégicamente, ‘bon dia’ dijo el señor que hablaba
valenciano como era típico en la zona, ‘los cafés y las
tostadas, bon profit xics!’ les deseo sin inmutarse. Ellos
dieron las gracias al hombre y se quedaron estáticos sin
mediar palabra ya que no veían preocupación en su rostro
ni nada fuera de lo normal que dijera que le perturbaba
algo a su calma de la rutina matutina diaria.
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Miró extrañado al oír la pregunta del camarero, mayor y
conocedor de todo el pueblo ‘no, ¿por qué?’ se apresuró a
devolver la pregunta a modo de respuesta. ‘No porque
ayer subimos tarde de trabajar y nos pareció ver una luz
fuerte intensa parada, como de un accidente’ mintió a
propósito su amigo para no ser descubierto ante la extraña
pregunta. ‘pues no se pero si me entero de algo ya te lo
diré a ver que ha podido pasar’ , ‘vale gracias de acuerdo’ Y
se despidieron levantándose de allí y se fueron. ‘Nada
Charly’ comentó Raysa, ‘es como si se tratara de un
secreto’ continuó hablando ofuscada.
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‘Nada raro supongo, vimos luces paradas abajo al subir
por la carretera y nos preguntamos si habría habido algún
accidente pero falsa alarma, tranquila , jaja’ y rieron ambas
la una pensando que la otra se había alarmado sin motivo
por sus preocupaciones infundadas como mujer .
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’Bon día tete’ entró Raysa abriendo la puerta y saludando
al salón comedor. Ya que la cocina era americana les daba
un multi espacio diáfano al entrar que junto con el salón
hacían de la parte de abajo del bungalow una zona de
reunión diaria. ‘Bon día tata’ contestó Vicent, pues así se
llamaba él ‘preparándome el desayuno para irme al
trabajo’ prosiguió con la taza de café en la mano y la
cucharilla en la otra dispuesto a remover.
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algo apareció en el cielo dejandolo por un momento
iluminado una esfera con su luz verde muy resplandeciente
nitida ante nosotros y ambos nos quedamos con los ojos
abiertos y sin palabras al ver que aquello tras analizarnos por
completo como con un rayo invisible, más allá de hacernos
nada aterrizó en el Puig ante nuestras narices’ concluyó ella
sin perder aliento. ’En el Puig Campana?’ respondió aludido
su amigo, atento y ahora también ojiplático, Vicen. ‘¡Sí!, en
medio de la montaña.. ¡ante nuestros ojos!’ añadió
reafirmando la historia e involucradose Charly en su
testimonio, que nunca hubiera contado mejor en resumidas
cuentas la historia. ‘¿Y qué hicisteis?’ volvió a preguntar
Vicent intrigado, ‘Continuar hasta casa sin perder un
segundo’ rieron juntos Vicent, Charly y Raysa, ‘¡Normal!’
dijo Vicent ‘A ver, claro.. como para que os hubiera hecho
algo…’ añadió inquietado. ‘Y por qué preguntaste que si fue
en el Puig Campana tete, ¿es que te has enterado de algo?’
preguntó Raysa a su amigo sin dilación.
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que ya se tenía casi que ir a trabajar, ‘es Ibai’ concluyó Vicent
poniendo la taza en el lavaplatos para coger seguidamente sus
cosas e irse. ‘¿Ibai?’ volvió a confirmar Charly que también
era amigo suyo, ‘Sí Ibai el Rambo’ corroboró Vicent dando
por terminada así su participación en la conversación por el
momento ya que se tenía que ir pues entraba a las diez al
trabajo. ‘¡Suerte chicos!’ dijo animoso,’ contactar con él de mi
parte y a ver si tenéis suerte. ¡Id con cuidado, por favor!. Nos
vemos a la hora de la comida si aún estáis por aquí’. ‘Vale…’
asintieron al unísono. Y se marchó no sin antes dar dos besos
de apoyo y despedirse de Raysa y un choque de manos con
Charly afectuoso. Ya tenían algo más claro, un hilo del que
tirar. No había lugar a dudas de que la descripción que daba
su amigo y paisano benidormense de las naves era tal y como
ellos reconocían en cuanto a forma y dimensiones así como
luces del objeto por lo que intentarían quedar con él y que les
confesara lo avistado por él para así poder compartir también
ellos la información calentita del fenómeno obtenida.
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CAPÍTULO 6.
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más tardar.
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eran nacidos en el mismo pueblo y habían ido al mismo
colegio aunque a clases distintas. ‘¿Y eso?, ¿por qué tanta
prisa que ya estáis aquí esperándome?’ dijo Ibai muy
observador a todo como siempre y dando la mano con una
buena palmada impetuosa en la mano del enclenque Charly al
mismo tiempo,ya que también era su amigo.
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anoche en el cielo cuando subiamos a casa de cerrar el pub
aterrizó ante nuestros ojos cerca de nosotros y no pudimos
grabarlo ni hacer nada… y esta mañana en el pueblo era como
si nada, nadie había visto, ni oído ni habían publicado nada.
Como si fuera un secreto y nadie pudiera decir nada’
concluyó Raysa indignada.
Era buena idea pues desde que había ocurrido aquello habían
estado deseando ir a descubrir aquel secreto desde más cerca,
in situ ver que es lo que había en el interior de aquella
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maquinaria tan extremadamente nueva. Pero su cobardía y el
miedo a que les hubieran abducido o cualquier otra cosa peor
y aquella densa niebla horas antes al entral al camino les había
acobardado de tal manera que de primeras habían desistido.
Pero ahora contaban con la nueva y renovada energía y la
pasión ante todo aquello que había revivido en ellos Ibai y
que les haría de protección también ya que era un tipo
fornido. No cabía duda, era la persona adecuada para que
fuera con ellos a investigar ese día sin falta.
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ante tanta presión de responsabilidad. ‘¡Vale jefa!’ por fin
aceptó Jupi la ardua tarea que le había tocado cumplir para
hacer posible la cada vez más real excursión de sus amigos al
centro de la tierra.
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cogió sobre su pecho y se dirigió sin perder tiempo a la cocina
para ponerle triple dosis de comida en su cuenco, por posibles
retrasos o imprevistos. Aunque su compañero de piso Vicent
vivía con ellos, no solía pasar mucho tiempo en casa ni
prestarle mucha atención al felino ya que era más de perros.
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Era ya la una del mediodía pasadas cuando por fín habiendo
recogido todo lo necesario de la casa de ellos y puesto al gato
comida y agua se dirigieron a la casa de Ibai donde recogerán
el hornillo de gas y la tienda de campaña. Además de los
bocadillos Raysa había preparado embutidos y carne variada
para que sus amigos carnívoros disfrutaran recién hechas al
fuego para cenar.
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Todo estaba listo para su peculiar acampada en lo
inhóspito de aquella peculiar montaña la cual recorrerían
desde el campamento base que iban a montar, tal y como
habían preparado y planeaban los tres amigos.
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Llegaron desde un sendero, no sin antes adentrarse en el
camino ahora ya despejado pero con una neblina
inquietante que bajaba flotando entre sus curvas cerradas
empinadas hacia arriba. Subieron a una gran altura por
pendientes que ellos en el fondo pensaron que no estaban
habilitadas para vehículos pero que, al ser el responsable
de su vehículo no repararon en ello evitando tener que
hacer el camino andando. Hasta que al final se contó el
sendero y desapareció el camino acabando en un claro.
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Por fin y después de horas divagando por el camino y
compartiendo sus opiniones y sus más ocultos miedos
sobre aquel fenómeno aterrizaje y por todo lo que este
llevaba implícito, acabaron por divisar una pequeña
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llanura entre tanta subida empinada y pedrisco. ‘Allí
podremos montar la tienda, allí acamparemos!’ sugirió el
jefe de ruta en el que espontáneamente se había
convertido Ibai, y asintiendo sin aliento y sin titubear los
demás cansados le siguieron.
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traído, ‘Si una de cada para él y para mí’ Raysa no quería
beber alcohol para que no tuviera un mínimo de
sustancias que le pudieran alterar la percepción y decidió
beber agua. Hicieron unos chorizos y unas longanizas a la
brasa sacando la barra de pan que quedaba y juntos
bebiendo y comiendo recobraron las fuerzas gastadas.
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CAPÍTULO 7.
LA CASA ENCANTADA.
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Los árboles con sus ramas secas y el paisaje nocturno
desde la senda empezaba a ser perturbador cuando de
repente ante ellos se abrió entre una repentina baja
neblina y quedó una casa en la lejanía ante la esplanada
en su campo de visión.
Era una casa que parecía abandonada con una clara luz
en la parte superior. En ese momento no sabían muy
bien en qué parte de la subida estaban habían perdido
hacía rato la noción del tiempo y del espacio al llevar los
móviles iluminando el sendero. ‘¿Vamos?’ exclamó Ibai
como siempre el más aventurero, ‘Si vamos a ver’ le
siguió Raysa el juego y Charly ya cansado y harto de la
aventura por la gran caminata replicó ‘Sí vayamos a ver si
nos dejan que descansemos..’ Pero la idea de sus amigos
no era precisamente la del descanso, ya que habían
llegado hasta allí y se les había aparecido aquella casa
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misteriosa no iban a dejar de curiosear quién es el que
allí habitaba solitario en la noche en medio de la
formación montañosa. ‘Sera la casa del gigante Roldan’
dijo ahora Ibai en plan broma haciendo reir sin esperarlo
a los demás y sacándolos de la tensión con la risa floja.
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Los grabados de las barras de las barandillas parecían
haber sido tallados a mano y a pesar del polvo en el suelo
y las lámparas todo estaba acortinado y dispuesto como
si esperase invitados y estuviera todo asi para ellos.
Pero sin pensar y uno tras otro, paso tras paso, el grupo
de tres jóvenes se vieron adentrándose en el inhóspito y
solitario pero misterioso y fascinante lugar que se abría
ante ante ellos frente a sus ojos incrédulos. Quedaron
fascinados parados justo abajo de la bella y misteriosa
escalera de abanico. Era aún más inmensa y misteriosa
vista de tan cerca.
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Iban despacio, sigilosos al no haber signos de vida en
apariencia en aquella estancia y habiendo signos visibles
de que aquella casa hacía tiempo que estaba inhabitada,
empezaron a subir sus escalones que con un pequeño
crujido delataron su presencia.
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La puerta estaba entreabierta y parecía como si fuera
alumbrada por la tenue luz de unas velas. Avanzaron más
y más sin mediar palabra cuando se detuvieron al
unísono los tres en la puerta , se miraron.
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Quedaron inmovilizados por el asombro, en la mesa
unos papeles apilados con una capa de polvo y un libro
abierto por la página donde un figurado lector estaba
leyendo, quizá se habían equivocado y de hecho no
estaban solos y allí había alguien viviendo.
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De repente se oyó un crujido en la madera de una
mecedora al fondo y haciendo vibrar el suelo bajo sus
pies la madera, un fuerte estruendo de pasos acercarse
firmemente, iba sin dudarlo hacia ellos. Los jóvenes
asustados, no pudieron remediarlo y ahora sí exhalaron
un grito de terror desde su hondo encogimiento, ya que
habían invadido una propiedad privada de noche y no
sabían quién sería aquel desalmado ni que querría hacer
con ellos ya que lo oyeron acercarse furiendo, como con
una especie de gruñido sinestro.
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Sin mirar atrás y sin dar un paso en falso se dirigieron a
regresar sobre sus pasos escaleras abajo. Charly que iba el
último ahora iba el primero y había tomado el relevo de
la carrera escaleras abajo, pero de repente notaron como
si la escalera que antes les había llevado solo un piso más
arriba, ahora fuera infinita, haciendo imposible llegar
hasta abajo.
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Cuando de repente y por fin tocaron pie en la planta
baja y nada más llegar murmurando corriendo al hall, de
repente, de la oscuridad, de una manta que parecía una
alfombra en el suelo a un lado de la entrada enrollada
salió una especie de ser tipo morsa amorfa, gorda y
deforme con una especie de ojos pequeños y bigotes con
boca o más bien fauces que mostraban una especie de
dientes afilados desalineados y de un gruñido
ensordecedor les hizo salir, chillando ahora más fuerte,
corriendo pasando ante ello. El ser de origen
desconocido y procedencia indescifrable corrió
torpemente saliendo tras ellos. Salieron despavoridos,
ahora bajando ya el escarpado horizonte y Thor había
desaparecido ya de allí, huyendo seguro a resguardo ante
aquel grito perturbador.
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Eran testigos de algo mucho más secreto de lo que
habían venido pensando. La existencia de una casa
fantasma y misteriosa que luego con el tiempo
descubrirían que teóricamente nunca había estado allí ya
que no salía ni en google earth , ni siquiera en los mapas
de las rutas de la zona.
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Quedaron en pie estáticos inmóviles cuando Ibai
empezó a llamar al perro. ‘Thor!, Thor!’ no paraban de
llamarle con desconcierto sin obtener ni el lejano ladrido
al que les tenía acostumbrados cuando se alejaba de
donde estaban ellos. Pero no había ni rastro.
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‘No digas a nadie dónde estamos’ finaliza diciendo en
conclusión ella, a pesar de que ni siquiera a él, uno de sus
mejores amigos, Jupi le habían desvelado el misterioso
plan que tenían tramado para descubrir de nuevo la nave
y dar prueba gráfica de tal visión desde la cámara de su
móvil como confiaban en principio en hacerlo los
ingenuos aventureros de lo oculto y creían que les iban a
revelar los secretos guardados por la tierra del universo.
Por lo que estaba segura de que nadie, solo su
compañero Vicent sabían de su paradero y ni siquiera
con precisión ya que solo Ibai era conocedor de la ruta
exacta esa.
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Raysa que había activado el manos libres de su movil y
todos escuchaban su testimonio, los asustados oyentes
estallaron entre exclamaciones y preguntas pero.. ‘como
sabían que allí iban a encontrarlos esos misteriosos
hombres vestidos de negro con tanto interés?’ se
preguntaban perdiendo aún más la calma.
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agotamiento hacía mella en su cuerpo ya, al quedar a
merced de la noche silenciosa y serena. Raysa y Charly
no habían dormido nada desde hacía casi dos noches y el
cansancio los vencía sin querer entrar en la tienda aún
montada que nos les daba buenas vibraciones al no
poder verse de dentro a fuera.
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despertaba ahora, y bajando apresuradamente las
escaleras, esta vez conocidas de su casa, para descubrir a
Charly que acababa de bajar con la cara desencajada ante
lo inaudito, a buscarla, igual que a él ella, buscando
respuestas sin entender e intentando recordar algo más.
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Y pudiendo haberles hecho tanto daño, pero
habiéndolos de un modo u otro devuelto a casa a todos
los miembros de ese improvisado grupo sanos y salvos,
les estuvieron agradecidos eternamente y por siempre, el
no haberles hecho daño alguno y haberles dado la
oportunidad de seguir sus vidas para ya dejarles
supuestamente tranquilos y poder vivir así para
contarlo algún día no muy lejano.
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