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23/06/2023

Alisson Cervantes
Introducción a la Literatura
Ficha de Lectura #1
En esta segunda semana de clases leímos cuatro cuentos, pero en este caso haré énfasis
en dos que llamaron totalmente mi atención; aquellos son “Continuidad de los parques
de Julio Cortázar” y “El corazón delator de Edgar Allan Poe”. Inicialmente las obras
de Julio Cortázar siempre me han parecido muy estrafalarias e asombrosas, sobre todo
“Rayuela” que fue la primera obra que leí escrita por él y ahora que puedo conocer
mucho más a fondo su trabajo. Aunque no haya tenido conocimiento de las obras de
Poe, ahora que las puedo analizar y entender me atrae mucho la oscuridad que conlleva
cada una.
Cuando comencé a leer “Continuidad de los parques”, lo primero que invadió mi
mente fue por qué aquel cuento se llamaba así, pero después de leerlo por completo
pude darme cuenta de cómo estaban entrelazados entre sí, aquella fue mi primera
impresión, por cómo se establece la continuidad por si sola y como menciona el parque
de los robles en la lectura. También me pareció interesante leer como cada fragmento
tomaba su sentido, como si todo estuviese específicamente planeado, como si todos
tuvieran conocimiento de lo que iba a ocurrir menos el protagonista, que durante toda la
historia estuvo recostado plácidamente en su cómodo sillón favorito sin saber qué estaba
leyendo el suceso de su propia muerte. Sensacionalmente Cortázar combinó lo real con
lo fantástico dejándome con miles de incógnitas al final del cuento.
Por consiguiente, en “El corazón delator” pude ponerme en el lugar del protagonista
que relata atentamente como cometió un asesinato, es intrigante como pide que no lo
definan como loco cuando sin querer específicamente su nerviosismo y psicosis fueron
incontrolables que lo llevaron a asesinar a alguien que quería y que no le había hecho
nada malo.
Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero
no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de
un buitre… Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me
helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al
viejo y librarme de aquel ojo para siempre.
Aquel ojo celeste lo desequilibró totalmente ocasionándole tanto delirio y paranoia que
procedió a actuar con mucha cautela y astucia para poder librarse de él. Me sorprende
como su enorme desasosiego hace que no tenga ningún remordimiento al momento de
descuartizar el cadáver del viejo, sino que lo único que hace que se sienta culpable es el
corazón que late como reprochándole lo que hizo, lo perturba demasiado hasta el punto
en el que decide contar todo por su propia cuenta, ¿cómo es posible que su nerviosismo
no lo haya atormentado por matar a alguien, pero si por un ojo y por escuchar el latido
de un corazón que se encontraba en un cuerpo inerte?

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