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La inexperiencia e inocencia por las redes sociales.

Una chica llamada Victoria a no medir riesgos, una aventura que inició Facebook,
una de las redes sociales más populares en Internet. Esa aventura se convirtió en
una pesadilla que le costaria la vida y provocó un dolor irreparable a su familia eh
amigos. La historia comenzó en cuando Victoria, quien residía en Sinaloa,
Culiacán, de 18 años aceptó como amigo a Sergio, un joven de 27 años quien, por
las fotos que compartía en la red social Facebook, aparentaba ser una persona de
familia adinerada, con propiedades en Amatitlán y con mucho dinero. En las fotos
se le veía montando caballos, a bordo de vehículos de lujo y exhibiéndose con
armas de fuego. Victoria no sabía a lo que se exponía cuando aceptó como amigo
en su muro de Facebook a Sergio, luego de ser recomendado por Eduardo, un
chico a quien también era de por allá, las comunicaciones de la adolescente con
Sergio y Eduardo eran a través del chat de la red social y llamadas telefónicas
desde celulares. Frases como “me pareces muy guapa…”, “quiero conocerte…”,
“me muero por conocerte…”, “consíguete a otras cuatro muchachas como tu…”
lograron convencer a Victoria y luego a Heidi una amiga de ella, de 17 años, para
asi viajar hacia Amatitlán. Un día antes, las adolescentes habían fallado a una cita
con estos hombres, pues no lograban concretar el encuentro ya que debían pedir
permiso a sus padres para salir de casa. Otras tres niñas que sabían de la cita con
estos hombres se salvaron porque no les dieron permiso de salir de casa. “La
madre de Heidi indica que Victoria llegó a su casa para pedirle permiso para que
su hija la acompañara a hacer sus estudios , para lo cual llevaba en sus manos
una máquina de escribir para convencerla”, cuando Victoria y Heidi lograron la
autorización de la mama de la Heidi, su destino no fue el instituto donde estudiaba
la primera, sino que abordaron un avión extraurbano desde en Sinaloa, Culiacán
hacia la capital para luego abordar otro que las llevaría de 32 horas (2,633.5 km)
por México de la carretera antigua a Amatitlán, donde está ubicada la finca Belén,
supuestamente propiedad de Sergio. Al llegar, las adolescentes por fin conocieron
en persona a los hombres la cual aparentaban ser buena onda pero no se
esperaban lo que vendría después. Que las citaron y también conocieron sus
verdaderas intenciones. Donde primero fueron a una fiesta eh donde fueron
embriagadas con alcohol y trataron de abusar sexualmente de ellas. Al darse
cuenta de esto, las Victoria y Heidi intentaron salir de la finca, pero fueron forzadas
eh obligadas a regresar. “Las jalaron del pelo y las forzaron a regresar”,
Nuevamente, los hombres intentaron abusar sexualmente de ellas. Donde Heidi
fue agarrada por un guardia fue violada y asesinada a golpes por el guardián de la
finca, Joel. Los hombres contactaron a la familia de Victoria y les exigieron un
rescate de medio millón de pesos mexicanos para devolverla sana y salva. Como
era de esperarse, los hombres Sergio y Eduardo les advirtieron que no
contactaran a ningún, policía. Tras varios días de negociaciones, los hombres
aceptaron un pago de 30 mil pesos, pero no contaban con que el Ministerio
Público ya había intervenido sus líneas telefónicas y grabaciones de las
conversaciones con los padres de las víctimas y otras entre ellos mismos. “…le
pidieron a Joel, quien era guardián de la finca Belén, que sacara los cuerpos, los
tirara en la carretera y les pusiera un rótulo que dijera que las habían matado
porque extorsionaban…”, El MP logró dar con los responsables ya que Victoria
había creado su cuenta en Facebook desde el correo electrónico de su hermano y
a través de diversos peritajes, se obtuvo información importante. Desde ahí
lograron entrar al perfil de la adolescente y obtener información de las
conversaciones sostenidas durante 8 meses, así como información de los perfiles
de sus victimarios. Fue así como la red social se convirtió en el arma clave para
aportar pruebas contundentes. Entre los principales hallazgos, se determinó que
los mayores peligros de las redes sociales para las personas menores de edad
son el ciberbulling, grooming, sexting y adicción, los cuales, sin una adecuada
educación en seguridad cibernética, les hace más vulnerables. Las redes sociales
más populares entre la niñez y la juventud son Facebook, Instragram, Whatsapp y
SnapChat, y cada una se rige por una serie de condiciones de uso; además cada
red social ofrece herramientas para asegurar la privacidad y la seguridad de los
datos, pero deben ser configurados, y esto es básicamente lo que conocemos
como ciberseguridad. “La educación es importante. Advertir a los niños de los
peligros del mal uso de la internet sobre todo en las redes sociales”.

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