SAlUD
PUBLICA
de MEXICO EpOCA V. VOLUMEN
Epidem,ioloflÚJde la desnutrici6n iDlandl
<2", una ce",,"ni,,"" rural
LA comunidad de Tepetlixpa está situada en la
falda de los volcanes, a una distancia de 71 Km.
al sureste de la ciudad de México. Tiene una po-
blación de 5,240 habitantes, que viven en su ma-
yoría de la agricultura.
La economía de la comunidad es precaria, muy
semejante a la de gran parte de las poblaciones
rurales del altiplano. En su mayoría; las familias
usufructúan entre una y cuatro hectáreas de terreo
no, en donde siembran maíz y frijol para su con-
sumo; como no les alcanza para todo el año, tie-
nen huertos familiares en donde producen frutas;
flores y algunos animales que venden en los mero
cados vecinos. Los hombres frecuentemente emigran
por períodos cortos a pequeñas propiedades vecinas
y aun a la ciudad de México, donde se emplean
como jornaleros y así obtienen ingresos extras.
La población es de predominio indígena, con es-
caso mestizaje, pero el idioma .dominante es el es·
pañol; el analfabetismo es ligeramente superior al
50% Y desde 1955 existen algunos servicios comu-
(11 Jefe de la División de Nutrición del Instituto Nacional
de la Nutrición, México, D. F.
*I\Z. Asociada de Investigación del Instituto Nacional de
la Nutrición, México, D. F.
x. NÚ"ERO 3. MAYO·JUNIO DE 1968
Dr, Adolfo Chávez V. *
Dra. Guadalupe Iñiguez ,,;>
nales, como escuela, luz eléctrica y agua entubada,
los cuales son insuficientes para satisfacer las de-
mandas. En otras publicaciones se presentan datos
sobre alimentación y situación nutricional de la
comunidad (1, 2).
El presente estudio se diseñó para: 1) descu-
brir todos los casos de desnutrición existentes en
la comunidad y así determinar la prevalencia del
padecimiento, 2) estudiar el ambiente y las prin-
cipales manifestaciones clínicas de los niños en su
medio natural y 3) evaluar dos diferentes formas
de tratamiento.
Material y métodos
El material estuvo constituido fundamentalmente
por 26 niños desnutridos, encontrados en la comu-
nidad mediante una búsqueda intensiva realizada
los meses de febrero y marzo de 1963. El procedi-
miento para descubrir los casos consistió en: 1)
atención pediátrica gratuita y visita del médico,
casa por casa, con examen de todos los sospechosos;
2) utilización, durante los 2 meses, de una auxiliar
especialmente adiestrada, y 3) campaña al través
de grupos organizados para que refirieran a los
307
niños sospechosos. A pesar de lo estricto del sistema Cuadro 1
es posible que algunos casos de desnutrición no FRECUENCIA DE DESNUTRICroN POR EDAD
hubieran sido incluidos en la rnuestra, pero no se Y SEXO
tuvo conocimiento de ello, pues se logró plena coope·
Edades Masculino
ración de la comunidad. (años cumplidos) Casos %
Femenino
Casos Casos
Tota]
% %
El criterio para calificar a los niños desnutridos
se basó esencialmente en el peso, puesto que se Menos de 1 año 1 1.4 1 1.4 2 2.8
juzgó como tales a aquéllos que registraron menos 1 año O 0.0 5 8.9 5 4.0
2 años 4 8.5 7 13.2 11 11.0
del 60%. del peso teórico para su edad, de acuerdo 3 años 1 1.8 2 2.7 3 2.3
a las tablas de Meredith y Stuart, o que, a pesar 4 años 2 2.3 3 3.9 5 3.1
de tenerlo ligeramente superior, presentaban signos Total 8 2.4 18 5.4 26 3.9
y síntomas inequívocos de desnutrición.
A los 26 niños se les efectuaron los siguientes
Los datos del registro civil no fueron congruen-
estudios: 1) investigación del ambiente familiar,
tes con los resultados del estudio, ya que en los cero
2) historia clínica y dietética, y 3 exploración fí-
tificados de muerte en menores de un año única-
sica especializada.
mente se menciona a la desnutrición en el 4.5%
A todos ellos se les dieron dos tipos sucesivos de y en el 8.6% de las acaecidas en los preescolares.
tratamiento. Primero se utilizó el sistema más co-
Esto seguramente obedece a la falta' de reconoci-
mún en nuestro medio, o sea una consulta médica,
miento de los casos y al registro poco cuidadoso
en la que se prescribieron líquidos por vía oral o del padecimiento.
intravenosa, antibióticos y leche en polvo; además
Datos del ambiente familiar. Las familias de los
se dieron algunos consejos sobre alimentación in-
niños de la muestra fueron en general grandes, ya
fantil. A los 15 días fueron vistos otra vez y se in- que sólo una tuvo menos de cinco miembros. De
sistió en el mismo tratamiento. A los 3 meses se
las restantes, once, o sea el 42.4%, tuvieron más
evaluaron los resultados de este "tratamiento de de nueve.
consultorio". Inmediatamente después se inició un
El tamaño de las familias permite considerar me-
nuevo tipo de tratamiento, para lo cual se utilizó
jor los niveles de ingreso. En el cuadro 2 se mues-
una auxiliar adiestrada durante tres semanas en
tra que la mayoría de ellas dispone de un equiva-
demostraciones en el hogar sobre alimentación in-
lente de aproximadamente 10 pesos para sus gastos
fantil; ésta visitó la casa al inicio del tratamiento diarios.
y quince días después, para instruir en forma prác-
tica a la madre y a los demás familiares sobre el Cuadro 2
cuidado del niño. A los tres meses se efectuó la
evaluación de este "tratamiento educativo". INGRESO SEMANAL POR FAMILIA'

Pesos a la semana Familias Distribución porcentual

Resultados
Menos de $ 60.00 3 11.5
de $ 60.00 a $ 80.00 15 57.7
Datos epidemiológicos. Debido a que únicamente
de $ 80.00 a S 100.00 6 23.1
durante dos meses se realizó la búsqueda intensiva más de $ 100.00 2 7.7
de casos, la frecuencia de desnutrición se puede
Total 26 100.0
considerar como prevalencia de la enfermedad;
* Tncluye ingreso en especie.
ésta fue de 3.9% del total de niños menores de
cinco años, lo que implica gran importancia del A pesar de que la mayoría de las familias de la
padecimiento. comunidad dispone 'de tierras ejidales para cultivo,
En el cuadro 1 se presenta la frecuencia de la . las de los desnutridos, con excepción de 2 casos,
desnutrición por edad y sexo. En él se observa que no la tenían, De las restantes, en 20 casos el padre
la enfermedad es dos veces más común en las ni. trabajaba como jornalero y en 4 la madre manteo
ñas que en los niños y que la frecuencia máxima nía a la familia trabajando como sirvienta en otras
corresponde a los dos años cumplidos, edad en la casas, con el consiguiente abandono de los niños.
que más del 10% de niños tuvo desnutrición. Con excepción de 3 familias, ambos padres fue-

308

ron analfabetos o habían asistido a lo más 2 años
a la escuela.
El alcoholismo del padre también fue frecuente,
aunque sólo en el 11.5% del total de las familias
estudiadas, fue factor importante en la vida familiar.
El 19.0% de los niños tuvieron uno o ambos
padres enfermos de algún padecimiento crónico, los
más comunes fueron la tuberculosis y la epilepsia.
En la mitad de las familias hubo hijos muertos
anteriormente; en el 34.6% con 2 o más por fami-
lia. La causa de la muerte de los hermanos fue
clasificada en la mitad de los casos como descono-
cida o mal especificada y en los restantes, propor·
ciones semejantes se atribuyeron a diarrea y a pa·
decimientos broncopulmonares. No se mencionó en
ningún certificado a la desnutrición.
En el 65.2% de los casos el niño desnutrido fue
el último de la familia y en el 34.8% fue el peno
último.
La actitud de las madres hacia el padecimiento
del niño fue en general muy negativa; el 73% no
se había dado cuenta de que el niño estaba desnu-
trido y aún después de la primera consulta, el
61.5% siguió considerando que la falta de alimento
no tenía nada que ver con la enfermedad de su hijo.
Los factores que las madres mencionaron como
causantes de la situación del niño, en orden de freo
cuencia fueron: 1) a que ellas durante el embarazo,
parto o lactancia tuvieron enfermedades, problemas
emocionales o que no se alimentaron bien, 2) a que
algunos alimentos le hicieron daño al niño, sobre
todo frutas, como el melón, la sandía y el capulín,
3) a accidentes o enfermedades del niño, sobre todo
"sustos", caídas y a "debilidad congénita del niño"
y 4) únicamente dos madres consideraron a la falta
de alimentos como factor causal.
En el fondo, una gran parte de las madres atrio
buye la enfermedad a causas mágicas o a acción
del ambiente, ya que los nombres dados a la con-
dición que sufría el niño fueron: "mal de ojo",
"susto", "aire", "tiricia" y "perlicia", que se sabe
están relacionados a esos factores (3).
El proceso que siguieron las madres de estos ni-
ños fue: primero tratarlos con remedios caseros e
infusiones y supresión de la mayoría de los alimen-
tos; posteriormente comprar diversas medicinas de
patente que recomiendan los vecinos, sobre todo ja·
rahes, suspensiones e inyecciones casi siempre con
algún antibiótico, y por último llevarlos con el cu-
randero o con el médico. El 19.2% de los niños
SALUD PÚBLICA DE MÉXICO
había sido llevado previamente con el curandero,
el que administró diferentes tipos de infusiones a
base de hierbas u hojas locales y practicó una "lim-
pia" que consiste en una ceremonia de tipo mágico
que intenta quitar maleficios o influencias ambien-
tales.
Existe la creencia de que el médico puede hacer
daño a los niños y en dos casos este efecto fue
atribuido específicamente al estetoscopio.
Antecedentes de los niños
De los 26 niños, 18 nacieron en parto eutócico
y normal; de los restantes, 4 fueron prematuros y
otros 4 nacieron en parto distócico. No se tuvieron
los pesos de los niños al nacer.
Todos tuvieron antecedentes de haber sufrido dia-
rrea en más de una ocasión; el 76:7% la tuvieron
en forma importante y relacionada estrechamente
con el cuadro nutricional.
También todos los niños tuvieron antecedentes
de infecciones respiratorias, pero en menor grado
que en lo referente a diarreas, ya que únicamente
en el 30.8% éstos tuvieron cierta importancia.
En lo relativo a enfermedades infectocontagiosas
de la infancia (sarampión, tos ferina, varicela y
otras), solamente 11 habían tenido cuadros clíni-
cos intensos y de posibles consecuencias para la
nutrición del niño.
En cuanto a parasitosis, únicamente en el 11.5%
se tenía el antecedente de haberse observado ásca-
ris u otros parásitos en la materia fecal, sin ern-
bargo en 30.7% habían sido purgados una o varias
veces por diferentes causas. A 4 niños se les ad-
ministraban purgantes con excesiva frecuencia por
el menor motivo. Los purgantes son preparados
por algunas señoras de edad o por curanderos, a
base de diversas plantas locales.
A 5 de los niños se les dio algo de comer como
suplemento de la lactancia durante el primer se-
mestre, a 10 se les inició durante el segundo y a
los 11 restantes se les comenzó a dar algo hasta
el segundo año de vida.
Los alimentos usados para esta complementación,
en orden de frecuencia fueron: 1) caldo de frijol,
que en esta comunidad, como en toda la parte ceno
tral y sur del país, se da sin el grano, 2) tortillas
y pan que se dan en poca cantidad para que los
chupe el niño, 3) sopa de pasta y 4) ocasional.
mente gelatinas y frutas.
309
 El 30.8% utilizaba con frecuencia atole de maíz; co retraso, 3) posteriormente la evolución de los
en la mitad de este grupo se agregaba leche. Este niños fue muy variable y dependió de la edad y
último alimento, además de usarse en los atoles, la forma de aparición de la desnutrición. Se en-
también se utiliza solo o con café; en una u otra contra ron, en general, 3 tipos diferentes de evo-
forma, únicamente el 23% de las madres había lución: a) evolución normal y aun adelantada hasta
dado leche de vaca a los niños, pero en todos los los 8 meses y posteriormente un retraso progre·
casos se administró en forma intermitente e irre- sivo hasta ser visto en la consulta, b) evolución
gular, Los otros alimentos de origen animal se uti- variable con altas y bajas sucesivas y e] retraso
lizaron poco, pues únicamente 4 niños recibieron marcado desde edades tempranas y bastante cons-
alguna vez carne o huevo durante este período. tanteo
Cuando los niños fueron estudiados, todos habían
sido destetados. En general éste fue tardío, ya que Cuadro clínico
a la mayoría de los niños se les retiró el pecho
materno alrededor de los 2 años de edad. Los 26 casos se caracterizaron por un comienzo
insidioso y una evolución lentamente progresiva,
Cuadro 3 cuyos principales síntomas fueron: detención del
EDAD DE DESTETE DE LOS NI~OS ESTUDIADOS crecimiento, enflaquecimiento, diarrea y anorexia.
En ningún caso fue posible señalar una fecha más
Edad en meses Número %
o menos precisa de la iniciación; pero siempre se
Menos de 6 O 0.0 juzgó que el niño tenía más de 2 meses en esa
6 a 12 4 15.4 situación. Tampoco se observó que los síntomas
13 a 18 5 19.2 aparecieron en forma brusca o florida. La madre,
19 a 24 8 30.8
durante el interrogatorio, le dio gran importancia
25 a 30 8 30.8
3.8 a la diarrea.
31 a 36 1
más de 36 O 0.0 En total, 8 tuvieron edema, 5 en forma notable;
Total 26 100.0 este signo se presentó entre 15 días y 2 meses ano
tes de ser vistos por el médico.
La alimentación que recibieron los niños después Este cuadro clínico, tan poco ostensible, en parte
del destete, fue muy constante y es característica obedeció a que la mayoría de los niños no fueron
en la comunidad. En nuestros casos fue la siguiente: llevados espontáneamente al médico, sino debido a
Desayuno: a) café o té con azúcar (50%), atoJe la insistencia de las personas que participaron
sin leche (33%) o atole o café con leche (12%); en la investigación.
b) pan o tortillas (igual proporción consumió uno
u otro), e) el 730/0 consumió además frijoles, d) Cuadro 4
rara vez otro alimento, por ejemplo un niño too CAMBIO DE LA DISTRIBUCION DE LOS CASOS DE
maba huevo algunas veces y otro fruta. ACUERDO AL POR CIENTO DEL PESO TEO RICO
PARA SU EDAD
Comida: Toman sopa de pasta (80%), frijoles
(88.5%) Y tortillas. La mitad come también fruta la. Evaluación 28. Evaluación
ElItudio inicial (3 melles desp.) (6 meses desp.)
2 o 3 veces a la semana, carne o huevo. Rara vez
Por ciento del ro, PO<
se les dan verduras. peso teórico * Casos ciento Casos ciento Casos
Por
ciento
Cena: -Por lo general no se ofrece nada al niño
por la tarde o por la noche (61.5%); cuando esto Más de 65 O 0.0 7 26.9 20 76.9
64 a 60 7 26.9 12 46.2 6 23.1
se hace se les da atole o té con tortillas o pan.
59 a 55 14 53.9 4 15.4 O 0.0
En relación a los antecedentes sobre evolución 54 a 50 3 11.5 2 7.7 O 0.0
psicomotora del niño, se obtuvieron por interroga. Menos de 50 2 7.7 1 3.8 O 0.0
torio los siguientes datos: 1) durante el primer Tolal 26 100.0 26 100.0 26 100.0
trimestre la evolución de los niños fue normal, sólo .. Patrones de las tablas de Meredith-Stuart (5).
4 presentaron retraso y un número igual adelanto,
de acuerdo a las Tablas de Provence (4), 2) du- En realidad el diagnóstico se hizo por el exa-
rante el segundo semestre el 46.2% tuvo un fran. men físico. El trastorno de crecimiento indudable-

310
 e

SALUD PúBLICA DE MÉXICO

mente constituyó e! dato cardinal, ya que además
de haber sido constante, fue importante criterio
para la selección de los casos (cuadro 4, primeras
columnas); únicamente 7 tuvieron un peso ligera-
mente superior al 60% del teórico para su edad.
Indudablemente que un punto de gran impor-
tancia en la exploración física lo constituye el as-
pecto general del niño. En casi todos se observó
que no caminaban o no hablaban a pesar de tener
edad para ello, eran indiferentes al medio, con
gran apatía; tenían aspecto de tristeza y su actitud
era hostil y no cooperativa durante la exploración.
También era fácil evidenciar la delgadez y la atro-
fia de las masas musculares.
En el cuadro 5, en las primeras columnas, se
presentan los principales datos de la exploración
física. Las alteraciones más constantes son en e!
pelo, la piel y las mucosas, las que en los casos
positivos fueron siempre bien claras.
El edema no fue constante y cuando se encon-
tró tampoco fue intenso; se localizó en maleolos,
párpados y mejillas. Las lesiones cutáneas, en la
gran mayoría de los casos, no fueron típicas, de
acuerdo a las descripciones clásicas del Kwashior-
kor, sino más bien la piel fue seca, pigmentada y
con zonas de atrofia o hipertrofia.
de los 26 runos recuperaron un 5% O más de su
peso previo y, lo que no pasó en ningún caso
con el tratamiento, 8 tuvieron recuperaciones de
15% o más, lo que es excelente dado el corto tiem-
po de observación.
2. Durante la segunda evaluación, de acuerdo
al criterio de peso, 20 de los 26 (76.9%) se
pudieron juzgar como curados.
3. Después del tratamiento "educativo", 21 de
los 26 no volvieron a tener diarrea ni ninguna
otra manifestación asociada y la casi totalidad (25
de los 26), tuvieron una notable mejoría de los
síntomas de desnutrición.
4. Como se ve en el cuadro 5, muchos signos
de desnutrición desaparecieron o disminuyeron
grandemente y sólo persistieron pocos casos con
signos importantes. El signo de bandera aumentó,
de acuerdo con lo esperado y también la presen-
cia de hepatomegalia, que es curioso, dado a que
se ha dicho que el síndrome de recuperación, si-
tuación en la que aparece la hepatomegalia, sólo
se presenta cuando la recuperación es brusca y no
lenta como sucedió en nuestros casos.
Cuadro 5
CAMBIO DE LA FRECUENCIA DE LOS SIGNOS
CLINICOS DE DEFICIENCIAS NUTRICIONALES

Resultados del tratamiento de Casos

la. Evaluación 2a. Evaluación
(3 meses (6 meses
"consultorio" __ S_;~.n_o_,_d_i._ic_,, --'-po_'_iti_vo~ __ d_"_pu_é,_) _~de:p~~)_

Pelo arrancable 22 15
Pelo delgado y
1. En general se observó una mejoría en el peso, despigmentado 26 26 13
pero ésta no fue muy marcada, ya que únicamen- Signo de bandera 6 6 10
Edema palpebral 8 3 O
te 9 de los niños (34.6%) recuperaron un 5% O Blefaritis 2 2 O
más del peso previo (cuadro 4). Lesiones comisura ocular 2 2 O
Xerosis conjuntiva) 10 8 O
2. De acuerdo al criterio diagnóstico, o sea el Queilosis 11 4 O
por ciento de su peso, es posible considerar que 7 Encías escorbúticas 3 3 O
Glositis 4 2 O
mejoraron ostensiblemente de su desnutrición. Lengua lisa 17 17 2
3. En relación a la sintomatología, únicamente Caries dentaria 9 10 8
Manchas hipocrómicas 23 20 4
6 mejoraron en forma notoria durante los dos y Edema de mejillas 2 O O
medio meses de la observación. Los 20 restantes Hipertrofia parótidas 3 O O
Bocio I 11 1 I
continua ron con diarrea y con las manifestaciones Palidez acentuada 19 11 1
dí nicas de desnutrición. Piel seca y pigmentada 18 18 1
Piel hipertrófica 8 3 O
4. La frecuencia de los signos físicos· de mala Abdomen prominente 7 6 1
nutrición también disminuyó, aunque de ellos, co- Hepatomegalia 4 5 15
Edema subcutáneo 5 2 O
mo las alteraciones de! pelo y de la piel, persistie- Dolor de pantorrillas 1 O O
ron con la misma intensidad (cuadro 5).
---_ .. _-----_._-
Comentarios y conclusiones
Resultados del tratamiento "educativo"
El estudio mostró alta frecuencia de desnutrición
1. En los 3 meses siguientes se observó que 23 infantil en la comunidad, que resultó mayor de la

311
'"
esperada, pues uno de cada 25 mnos la sufría.
Los niños de 2 años de edad fueron los más sus-
ceptibles, y un 10% de ellos se encontró desnutrí-
doj- esta edad" corresponde con bastante precisión
a la época inmediatamente posterior al destete, el
que se realiza aproximadamente a los 18 meses
de edad. Muy posiblemente el hecho de que se
encontrara el padecimiento más en las mujeres
que en los hombres es un apoyo a la vieja" obser-
vación de que aquéllas tienen menos protección y
cuidados en nuestro medio rural.
Aunque desafortunadamente no se estudió una
muestra de niños sanos como control, fueron cla-
ros los factores económicos, culturales y de salud
de la familia, ligados estrechamente con la enfer-
medad infantil. Se observaron con alta frecuencia
familias pobres, sin tierra, ignorantes y con muo
chas ideas erróneas sobre alimentación infantil. A
lo anterior se agregaron situaciones como ausencia
de uno o los dos padres, padres con enfermedades
crónicas o alcoholismo, hipogalactia de la madre,
enfermedades infecciosas del niño, etc.
Es evidente que todos los factores mencionados
intervienen como causales, y además, están íntima-
mente relacionados entre sí; por lo que, con base
en las observaciones realizadas en el campo, no es
posible señalar a cualesquiera de ellos como cau-
sante, ni siquiera en algún caso específico. Si úni-
camente se estudian los factores precipitantes dio
rectos; o sea la mala alimentación asociada a las
enfermedades infecciosas, sobre todo la diarrea
-en caso de que se juzgue que ésta en sus co-
mienzos es infecciosa- puede pensarse en la ig-
norancia y los prejuicios sobre alimentación y cui-
dado del niño como el factor más importante. Pero
es obvio que éstos forman parte del marco socio-
cultural y económico de la familia y la comunidad,
por lo que muy probablemente y en el sentido más
amplio, la desnutrición infantil como padecimiento
endémico es consecuencia de la mala adaptación
de un grupo humano a su ambiente ecológico, o
sea a la falta de desarrollo socioeconómico.
A pesar de la complejidad del problema, la des-
nutrición infantil es bastante susceptible de ata-
carse por medio de la educación, lo que es espe-
cialmente efectivo, cuando, como en este estudio,
se aplica a casos individuales.
Los alimentos que consume la familia, usados
en forma correcta, tienen gran valor como suple.
mentos de la lactancia. Estudios en otras comu-
312
nidades del país, especialmente en la zona norte,
muestran la gran eficacia que en esta situación
tiene el frijol macbacado y administrado desde eda-
des tempranas; lo que conduce a que en la época
del destete el niño esté más preparado para la
falta de alimentos de buena calidad; en esta situa-
ción, la poca leche o carne que el niño reciba
puede ser suficiente para que continúe con un cre-
cimiento y desarrollo adecuados.
En nuestros casos se mostró que la carencia nu-
tricional causa un cuadro de evolución muy lenta
y progresiva, y que no sólo es proteica, sino tam-
bién faltan calorías y otros nutrimentos importan-
tes. En el caso especial de esta y otras comuni-
dades semejantes, la falta de "cantidad" de
alimentos es indiscutible. A las % partes de los
niños se les dio un desayuno escaso, una comida
de regular cantidad y después, en la tarde o en la
noche, no les dieron absolutamente nada. Es difícil
que un niño de 2 años pueda ser sano con este
patrón de alimentación y si a esto se agregan las
"dietas" que prescriben con cualquier motivo co-
mo enfermedades, purgas, etc., la situación se vuelo
ve más seria.
En todos los aspectos mencionados intervienen
en forma determinante la actitud de la madre, de
o la familia y de la comunidad en relación con la
desnutrición. Para ellas no existe como enferme-
dad; cuando más la consideran como un incidente
de lo que creen que es la enfermedad principal,
que habitualmente es de origen mágico, "humo-
ral", en el sentido hipocrático de dichos concep·
tos. Además, esta situación interviene en forma
decisiva en el tratamiento, ya que, de acuerdo a
su manera de pensar, la alimentación prescrita
como terapéutica no es tal y se piensa que por
ello no se acató y de allí que fueran tan diferentes
los resultados del tratamiento "de consultorio" con
el "educativo en el hogar".
El cuadro clínico observado difiere en algunos
aspectos del que comúnmente se informa como fre-
cuente en los hospitales. No hubo casos agudos y
floridos, sino se trató de un proceso lento, con al-
zas y bajas, pero progresivo, con pocos síntomas
y signos, pero en el que el deterioro general fue
manifiesto y en el que el aspecto general y la
actitud del niño fueron de gran importancia diag-
nóstica. La diarrea fue, para la madre, el síntoma
más importante y la que hizo que la madre auto-
medicara al niño O 10 llevara al curandero. Esta

diarrea es en general intermitente; durante unos
días el niño está mal, le retiran algunos alimentos,
entre ellos la leche cuando la recibe, le dan diver-
sas infusiones y le administran antidiarreicos de
patente, Habitualmente la diarrea disminuye y
le vuelven a restaurar la alimentación sólo para
que se vuelva a repetir el ciclo hasta que el niño se
pone "triste", que es cuando lo llevan con el cu-
randero o se le presenta una enfermedad intermi-
tente y el niño muere.
De los signos físicos observados llama la aten-
ción como muy constante Y hasta cierto punto ca-
racterístico, la presencia de las lesiones en el pelo.
Por otra parte, el edema clínico no fue de fre-
cuente detección. Esto puede ser importante para
juzgarlos como índices sanitarios, pues por lo me-
nos para las condiciones de la comunidad, el pri-
mero puede ser mejor que el segundo.
Indudablemente que de la comparación de los
resultados del tratamiento se pueden obtener algu-
nas conclusiones prácticas. Se piensa que aunque
se usaron sucesivamente, no se invalidan las con-
clusiones, pues hubo bastante tiempo entre ellos.
El primero se aplicó durante 15 días y se dejó de
ver al niño por 2 meses y medio, para después
efectuar la evaluación e iniciar el segundo tipo de
tratamiento. De todas maneras no se podría negar
la posibilidad de que el tratamiento de consultorio
pudiera haber sentado ciertas bases para que se
lograra tanto éxito con el tratamiento educativo.
Con la prescripción médica y las cortas entre-
vistas en el consultorio se logró poco, mientras
que la auxiliar adiestrada, que lo fue sólo por tres
semanas y únicamente en el aspecto específico de
alimentación infantil aplicable a la comunidad, lo-
gró éxito total en el 76.9% de los casos y parcial
en los restantes, con excepción de uno.
A pesar de las objeciones que puedan darse al
efecto, por tratarse de un procedimiento experi-
mental, parece innegable la importancia y el valor
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Nal. Antrop. Hist, No. 1, Méx. 1962.
SALUD PúBLICA DE MÉXICO
de la labor educativa de la auxiliar, y se piensa
que una sola puede lograr más, cuando trabaja
correctamente, que un médico sentado en el con-
sultorio; aunque lo ideal parece ser la acción coor-
dinada de ambos.
Las razones de las conclusiones anteriores estri-
ban en que, por lo menos en un medio semejante
al de la comunidad estudiada, el médico logra
poca comunicación con las madres. A pesar de que
a la prescripción de los alimentos se agregan con-
sejos generales sobre cómo proporcionarlos al ni-
ño no se establece una pauta de conducta para la
madre, y ésta sólo los utiliza cuando está en con-
diciones de realizarlo y en la mayoría de las oca-
siones sólo por unos cuantos dias, ya que no los
incorpora a su modo de vivir, es decir, a su medio
económico, cultural y físico. Por esto los resultados
son transitorios.
Por otro lado, la auxiliar de enfermería, ense-
ñando en la cocina, con los medios y recursos de
la madre, puede lograr mejor la modificación
de los hábitos. Puede sugerir técnicas de alimen-
tación y cuidado de los niños, puede demostrar
prácticamente la manera de hacerlo con los recur-
sos familiares y también puede comunicarse mejor
y darle un sentido más práctico a los consejos, y
por último también puede vigilar más estrecha-
mente al niño.
Puede concluirse de este estudio la gran impor-
tancia que debe darse a las auxiliares de enferme-
ría en los centros maternoinfantiles en el medio
rural y que deben ser adiestradas en los aspectos
prácticos de alimentación infantil, ya que sus po·
sibilidades son muy amplias como agentes de pre-
vención y tratamiento de la desnutrición infantil
y de mejoramiento en general, del niño.
El tratamiento de la desnutrición infantil en una
comunidad rural puede ser un buen ejemplo de la
necesidad de aplicar una medicina integral con
un profundo sentido social y sanitario.
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