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FACULTAD CIENCIAS SOCIALES, EDUCACIÓN Y


DERECHO
CARRERA:

TRABAJO SOCIAL

MODALIDAD:

EN LÍNEA

ASIGNATURA:

INVESTIGACIÓN APLICADA A LA INTERVENCIÓN

DOCENTE:

FERNANDEZ RONQUILLO MARIO ALFREDO

INTEGRANTES:

GINGER MARICELA QUIROZ PAZMIÑO

VALERIA VALENTINA ALCIVAR GARCIA

GEANELLA ROXANA CAJAMARCA ANDRADE

LORENA ABIGAIL VELOZ NUÑEZ

LAURA MARIA SALAZAR VINTIMILLA

TEMA:

REALIZAR UN DIAGNÓSTICO SOCIAL DE UN PROBLEMA

COMUNITARIO

CURSO:

7TO SEMESTRE C3
Trabajo Práctico Experimental Parcial 1

Diagnostico Social Comunitario (Violencia Intrafamiliar)

Introducción

La violencia doméstica en familias de bajos ingresos es un problema social de


gran magnitud que afecta de manera significativa a la integridad, inclusión, autonomía
e identidad de las personas involucradas. Esta problemática prevalente en la sociedad
del litoral ha generado la necesidad de comprender sus causas y consecuencias, así
como identificar las principales necesidades sociales que surgen de su análisis
causal.

En este estudio, nos centramos en las familias de bajos ingresos como grupo
vulnerable, dado que se encuentran en una situación de mayor riesgo y presentan
características demográficas que aumentan la probabilidad de experimentar violencia
doméstica. Además, el análisis de este grupo es más accesible debido a la cercanía
y familiaridad con el entorno.

La violencia doméstica, que abarca diversas formas de abuso físico,


psicológico, emocional y económico, tiene efectos perjudiciales tanto en la salud
mental como física de las personas afectadas. Asimismo, la transmisión
intergeneracional de la violencia se ha identificado como un efecto de máximo
impacto, perpetuando un ciclo de abuso a lo largo de las generaciones.
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Para comprender la problemática en su totalidad, se ha realizado un análisis


causal que revela cuatro causas de primer nivel: la falta de acceso a servicios de
apoyo, el abuso de sustancias y adicción, la desigualdad de género y el desequilibrio
de poder, y los altos niveles de estrés y tensión emocional. Estas causas subyacentes
contribuyen a la ocurrencia y perpetuación de la violencia doméstica en las familias
de bajos ingresos.

En base a este análisis, se han identificado dos acciones clave para abordar la
probabilidad de cambio y sus consecuencias: programas de educación y
sensibilización dirigidos a las familias de bajos ingresos, y mejoras en el acceso a
servicios de apoyo, como refugios seguros y asesoramiento psicológico. Estas

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acciones buscan aumentar la conciencia, el conocimiento y las habilidades de
prevención, así como proporcionar recursos y protección a las personas afectadas.

Primera Fase: Síntesis Descriptiva

Área problemática: Violencia doméstica en familias con bajos ingresos

Variable dependiente (efecto):

El problema central identificado en este estudio es la violencia doméstica,


específicamente dentro de las familias de bajos ingresos. La variable dependiente, o
el efecto, es la ocurrencia y perpetuación de la violencia doméstica dentro de estos
hogares. La violencia doméstica se refiere a cualquier forma de abuso físico,
psicológico, emocional o económico entre parejas íntimas o miembros de la familia
que resulta en daño, miedo y control.

Grupo y localización: Escogimos familias de bajos ingresos porque es el grupo


más vulnerable que tiene esta problemática y es un problema prevalente en la
sociedad del litoral. Si bien no es un problema aislado de la población de la Costa o
Litoral, es mucho más prevalente en lo últimos años, debido a varias características
demográficas que ponen a esta población en riesgo de sufrir esta problemática,
además es más fácil analizar esta población debido a la cercanía y familiaridad de
todo el grupo.

Segunda Fase: Análisis Causal

Árbol de problemas:
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EFECTOS

PROBLEMA

CAUSAS

Causas de primer nivel (Raíces del Árbol):

Causa de primer nivel 1: Falta de acceso a servicios de apoyo

Subcausas:

1.1 Disponibilidad limitada de refugios: Las familias con bajos ingresos pueden
tener dificultades para encontrar refugios seguros y asequibles u opciones de
alojamiento temporal cuando escapan de situaciones de maltrato.

1.2 Programas de divulgación y concienciación inadecuados: La insuficiente


concienciación sobre los servicios de apoyo disponibles y los programas de
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divulgación dirigidos a las familias con bajos ingresos puede impedir que las personas
busquen ayuda o sepan dónde acudir para obtenerla.

Causa de primer nivel 2: Abuso de sustancias y adicción

Subcausas:

2.1 Automedicación y mecanismo de afrontamiento: Las personas que se


enfrentan a dificultades económicas y al estrés pueden recurrir al abuso de sustancias
como medio de escape o para hacer frente a sus circunstancias, lo que puede
contribuir a la violencia doméstica.

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2.2 Deterioro del juicio y cambios de comportamiento: El abuso de sustancias
puede alterar el comportamiento de un individuo, perjudicar su juicio y aumentar la
probabilidad de participar en actos violentos o abusivos dentro del hogar.

Causa de primer nivel 3: Desigualdad de género y desequilibrio de poder

Subcausas:

3.1 Roles y expectativas tradicionales de género: Las normas y expectativas


sociales relativas a los roles de género pueden perpetuar los desequilibrios de poder
en las relaciones, dando lugar a situaciones en las que uno de los miembros de la
pareja ejerce el control y la dominación a través de la violencia.

3.2 Oportunidades económicas limitadas para las mujeres: Los hogares con
bajos ingresos, especialmente aquellos en los que las mujeres dependen
económicamente, pueden experimentar mayores desequilibrios de poder, lo que
aumenta el riesgo de violencia doméstica.

Causa de primer nivel 4: Altos niveles de estrés y tensión emocional

Subcausas:

4.1 Desempleo e inestabilidad financiera: El desempleo o los bajos niveles de


ingresos pueden crear un estrés significativo dentro de los hogares, lo que lleva a un
aumento de las tensiones y los conflictos que pueden degenerar en violencia
doméstica.
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4.2 Acceso limitado al apoyo en salud mental: Las familias con bajos ingresos
pueden encontrarse con obstáculos para acceder a servicios de salud mental
asequibles, lo que impide a las personas gestionar eficazmente el estrés y la tensión
emocional, que pueden contribuir a la aparición de la violencia doméstica.

Efectos (Ramas del Árbol):

Impacto adverso en la salud mental y física: La violencia doméstica pasa


factura al bienestar mental y físico de las personas que sufren malos tratos. Puede
provocar depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y diversos
problemas de salud física.

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Transmisión intergeneracional de la violencia: Ser testigo o sufrir violencia
doméstica de niño aumenta la probabilidad de perpetuar la violencia en futuras
relaciones, creando un ciclo de abuso.

Efecto de máximo impacto:

El efecto de máximo impacto es la transmisión intergeneracional de la


violencia. Cuando la violencia doméstica se produce en familias de bajos ingresos,
hay una mayor probabilidad de que los niños crezcan en un entorno en el que la
violencia está normalizada. Esto perpetúa el ciclo de abuso y contribuye a la
continuación de la violencia doméstica a través de las generaciones.

Tercera Fase: Interpretación y conceptualización de las necesidades sociales

Planteamiento del problema:

La violencia doméstica en el seno de las familias con bajos ingresos es un


problema social acuciante que tiene graves consecuencias para el bienestar y la
estabilidad de las personas y las comunidades. La aparición y perpetuación de la
violencia doméstica, concretamente en el seno de hogares económicamente
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desfavorecidos, es la variable dependiente objeto de estudio. El estrés financiero y la


inseguridad económica surgen como la causa principal con mayor influencia en este
problema. Factores como el desempleo y el subempleo, la falta de educación y de
cualificaciones, el acceso limitado a recursos y apoyo, y el ciclo de la pobreza
contribuyen al estrés financiero y a la inseguridad económica, aumentando así la
probabilidad de sufrir violencia doméstica. Este fenómeno destructivo tiene
consecuencias significativas tanto a nivel individual como intergeneracional, y
requiere una atención urgente para abordar las principales necesidades sociales que
surgen de su análisis causal (Gómez et al., 2017; Troya, 2018).

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En el dominio de la integridad, la violencia doméstica en familias de bajos
ingresos impacta negativamente la salud mental y física de las personas afectadas.
El abuso físico, psicológico, emocional y económico provoca depresión, ansiedad,
trastorno de estrés postraumático (TEPT) y diversos problemas de salud física.
Además, esta forma de violencia crea un entorno inseguro y peligroso que socava la
integridad emocional y física de las víctimas (Lara, 2016).

En el dominio de la inclusión, la violencia doméstica en estas familias


vulnerables limita su acceso a servicios de apoyo. La falta de refugios seguros y
asequibles dificulta que las personas escapen de situaciones de maltrato y
encuentren protección. Asimismo, la insuficiente concienciación sobre los servicios
disponibles y la falta de programas de divulgación dirigidos a las familias de bajos
ingresos impiden que las víctimas busquen ayuda y sepan dónde acudir para
obtenerla.

En el dominio de la autonomía, la violencia doméstica en familias de bajos


ingresos tiene un impacto directo en la capacidad de las personas para tomar
decisiones y ejercer su libre albedrío. El abuso de sustancias y la adicción, que se
utilizan como mecanismos de afrontamiento ante dificultades económicas y estrés,
deterioran el juicio y provocan cambios de comportamiento que contribuyen a la
violencia doméstica. Además, el desempleo, la inestabilidad financiera y el acceso
limitado a servicios de salud mental limitan la capacidad de las personas para
gestionar eficazmente el estrés y la tensión emocional, lo que aumenta el riesgo de
violencia (Coronel, 2020).
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En el dominio de la identidad, la violencia doméstica en familias de bajos


ingresos perpetúa desigualdades de género y desequilibrios de poder. Las normas y
expectativas tradicionales de género y las oportunidades económicas limitadas para
las mujeres contribuyen a la normalización de la violencia y aumentan el riesgo de
abuso. Esto tiene un efecto duradero en la identidad de las personas, ya que crea un
entorno donde se legitima la violencia y se socavan los derechos y la dignidad de las
víctimas (Vénica & Cicaré, 2013).

En resumen, la violencia doméstica en familias de bajos ingresos plantea


serias amenazas a la integridad, inclusión, autonomía e identidad de las personas
afectadas. La falta de acceso a servicios de apoyo, el abuso de sustancias y la

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adicción, la desigualdad de género y los altos niveles de estrés y tensión emocional
son causas fundamentales que requieren atención y acción por parte de la sociedad.
Es crucial abordar estas necesidades sociales prioritarias para romper el ciclo de la
violencia.

Cuarta Fase: Diagnostico Social

Acciones para la probabilidad de cambio y sus consecuencias:

1. Acción 1: Programas de educación y sensibilización: Implementar programas


de educación y sensibilización dirigidos a las familias de bajos ingresos para
aumentar su conocimiento sobre la violencia doméstica, sus efectos negativos
y las opciones de apoyo disponibles. Estos programas pueden proporcionar
información sobre los derechos de las víctimas, las formas de buscar ayuda y
cómo romper el ciclo de violencia. Como consecuencia, se espera que las
personas adquieran habilidades de prevención y se sientan empoderadas para
buscar apoyo y tomar medidas para protegerse a sí mismas y a sus hijos.

2. Acción 2: Mejora del acceso a servicios de apoyo: Establecer y fortalecer la


disponibilidad y accesibilidad de refugios seguros y asequibles, así como de

servicios de asesoramiento y apoyo psicológico para las familias de bajos


ingresos. Esto incluye ampliar la red de refugios y centros de atención,
proporcionar recursos financieros adecuados y mejorar la divulgación de
información sobre los servicios existentes. Como consecuencia, se espera que
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más personas encuentren opciones de alojamiento temporal seguro y


obtengan el apoyo necesario para superar la violencia doméstica.

Factores de riesgo o de protección para las personas que integran el grupo en


estudio:

1. Factor de riesgo 1: Desigualdad económica y falta de oportunidades: La falta


de oportunidades económicas y la desigualdad de ingresos aumentan el riesgo
de violencia doméstica en familias de bajos recursos. La falta de empleo o de
ingresos suficientes puede generar estrés financiero y tensiones familiares, lo
que contribuye a un entorno propicio para la violencia. Es importante abordar

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las desigualdades económicas y promover el acceso equitativo a
oportunidades de empleo y desarrollo económico para reducir este factor de
riesgo.

2. Factor de protección 1: Fortalecimiento de habilidades y recursos de


afrontamiento: Proporcionar a las personas de familias de bajos ingresos
habilidades y recursos de afrontamiento efectivos puede ser un factor de
protección contra la violencia doméstica. Esto incluye la promoción de
habilidades de comunicación, resolución de conflictos y manejo del estrés, así
como la provisión de servicios de apoyo en salud mental accesibles y
asequibles. Al fortalecer las habilidades y los recursos de afrontamiento de las
personas, se promueve su capacidad para enfrentar situaciones difíciles y
reducir la incidencia de la violencia doméstica.

Estas acciones y factores de riesgo/protección son solo ejemplos y se pueden


implementar otras medidas adicionales según las necesidades y recursos disponibles
en cada contexto.
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Referencias

Coronel, M. (2020). Análisis de la incidencia de la violencia intrafamiliar en la


problemática del adolescente infractor en la ciudad de Guayaquil: revisión de
las medidas socioeducativas. Res Non Verba Revista Científica, 10(2), 52–64.
https://doi.org/10.21855/resnonverba.v10i2.373

Gómez, A., López, J., & Tandeoy, L. (2017). Pobreza y vulnerabilidad como
condicionantes de la violencia intrafamiliar. Umanizales, 1(5), 1–30.

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https://doi.org/10.2207/jjws.91.328

Lara, A. (2016). Violencia Familiar y Feminicidio en Demuna de la Provincia de


Huancayo. Universidad de Huánuco.
https://alicia.concytec.gob.pe/vufind/Record/UDHR_3c8e1eef724e66518dbe985
c9ce85f19

Troya, F. A. (2018). Violencia intrafamiliar y medidas de protección en la legislación


ecuatoriana, Distrito Metropolitano de Quito, año 2016. Universidad Central del
Ecuador, 177. http://www.dspace.uce.edu.ec/bitstream/25000/15217/1/T-UCE-
013-AB-259-2018.pdf

Vénica, L., & Cicaré, A. (2013). Los costos económicos de la violencia familiar.
Metodología aplicable a la ciudad de Rosario. e-Universitas UNR Journal, 1(11),
1791–1857. https://rephip.unr.edu.ar/bitstream/handle/2133/2702/93-365-1-
PB.pdf?sequence=1&isAllowed=y
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