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Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Autores:
Javier Sanz Gozalo
Mireia Piera Carreté
Francisco Ogando Serrano
Mercedes Alonso Ramos
Patrick Sauvan Versión 02-oct-2020
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tabla de contenido
Introducción 1

Bloque 1: Introducción a la Ingeniería Nuclear y fundamentos teóricos en los que se basa. 7

Tema 1 Estructura de la materia y formas de energía. 8


1.1 Introducción: materia y energía. 8
1.2 Materia. 8
1.3 La energía: concepto y propiedades. 10
1.4 Formas de energía: cinética, potencial, térmica, química y nuclear 11
1.4.1 Energía cinética. 11
1.4.2 Energía potencial gravitatoria y energía potencial en general. 12
1.4.3 Energía térmica. 12
1.4.4 Energía química. 13
1.4.5 Energía nuclear. 14
1.5 Radiación electromagnética. 14
1.6 Introducción a la mecánica relativista: equivalencia masa-energía y leyes de
conservación. 16
1.6.1 Dinámica de una partícula material. 16
1.6.2 Unidades de masa y energía: equivalencia entre ellas. 21
1.6.3 Dinámica de una partícula sin masa. 22
1.6.4 Sistema aislado de partículas: leyes de conservación en colisiones y
desintegraciones. 23
1.6.5 Energía de enlace de un sistema. 24
1.6.6 Consideraciones generales y ejemplos útiles para la solución de problemas de
mecánica relativista/masa-energía. 26

Tema 2 La naturaleza atómica y nuclear de la materia. 29


2.1 Composición de átomos y núcleos: propiedades generales. 29
2.2 Los elementos químicos y los isótopos. 30
2.3 Peso atómico, mol y densidad atómica. 31
2.4 Energía del átomo y del núcleo: estados excitados y radiación. 34
2.5 Energía de enlace del núcleo y del átomo. 38
2.6 Fuerzas en la naturaleza y fuerzas entre nucleones. 42

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Tabla de contenidos

Tema 3 Radiactividad y reacciones nucleares 45


3.1 Estabilidad nuclear y desintegración radiactiva. 45
3.1.1 Procesos de desintegración radiactiva. 47
3.1.2 Ley fundamental de la desintegración radiactiva: cálculos de radiactividad. 51
3.1.3 Radiactividad natural y artificial. 56
3.2 Reacciones nucleares 57
3.2.1 Introducción. 57
3.2.2 Cinemática de una reacción nuclear. 58
3.2.3 Sección eficaz microscópica. Tasas de reacción 60
3.2.4 Sección eficaz macroscópica y recorrido libre medio 63
3.2.5 Variación de la sección eficaz con la energía. Modelo del núcleo compuesto 65

Tema 4 Interacción de la radiación con la materia. 68


4.1 Partículas cargadas. 69
4.1.1 Mecanismos de interacción: magnitudes caracterizadoras de la pérdida de
energía y la penetración en la materia 70
4.1.2 Interacción de las partículas alfa con la materia. 73
4.1.3 Interacción de las partículas β con la materia. 74
4.1.4 Fragmentos de la reacción de fisión. 75
4.2 Interacción de los rayos X y gamma con la materia. 76
4.2.1 Modos de interacción 76
4.2.2 Algunas implicaciones prácticas asociadas a la fenomenología de los procesos.
77
4.2.3 Atenuación y absorción de la radiación electromagnética. 78
4.2.4 Deposición de energía. 81
4.3 Interacción de los neutrones. 82
4.3.1 Reacciones nucleares con neutrones. 83
4.3.2 Clasificación de reacciones y secciones eficaces. 88
4.3.3 Tasas de reacción con un flujo de neutrones polienergético. 89

Tema 5 Fisión nuclear. 91


5.1 Fisión espontánea y fisión inducida. 91
5.2 Nucleidos fisionables por neutrones. 94
5.3 Secciones eficaces de fisión inducida por neutrones. 95

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5.4 Productos emitidos durante las distintas fases del proceso de fisión inducida por
neutrones. 97
5.4.1 Productos de fisión. 97
5.4.2 Neutrones de fisión: inmediatos y diferidos. 99
5.5 Energía liberada en la fisión: energía total y energía útil. 102

Tema 6 Fusión Nuclear 106


6.1 Introducción. 106
6.2 Principios de la fusión nuclear. 107
6.2.1 Reacción de fusión nuclear. 107
6.2.2 Balance energético. 109
6.2.3 Temperatura de ignición. 110
6.2.4 Criterio de Lawson. 111

Bloque 2: Aplicación de la fisión nuclear a la producción de energía eléctrica. 113

Tema 7 Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena autosostenida con


neutrones. 114
7.1 Neutrónica básica del reactor térmico. 114
7.2 Concepto de ciclo neutrónico. 114
7.3 Concepto de criticidad. 117
7.4 Factor de multiplicación de un medio infinito. 119
7.5 Reactor finito: k efectiva. 121
7.6 Evolución temporal de la población neutrónica. 122
7.7 Potencia del reactor. 126
7.7.1 Potencia neutrónica. 127
7.7.2 Quemado. Consumo de combustible. 128
7.7.3 Potencia residual. 130

Tema 8 Centrales Nucleares. 134


8.1 Introducción. 134
8.2 Tipología de reactores. 137
8.2.1 Reactores de agua a presión. 138
8.2.2 Reactores de agua en ebullición. 142
8.2.3 Reactores de grafito-gas. 145
8.2.4 Reactores de agua pesada. 146

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Tabla de contenidos

8.2.5 Reactores rápidos. 147


8.2.6 Reactores híbridos. 148
8.3 Magnitudes básicas de los reactores nucleares. 149
8.3.1 Criticidad y quemado. 151
8.3.2 Autoestabilidad del reactor. 154
8.3.3 Conversión y reproducción en el combustible nuclear. 155
8.4 Sistemas de seguridad. 159
8.4.1 Sistemas relativos a la radiactividad. 160
8.4.2 Sistema de protección del reactor contra la reactividad. 162

Tema 9 El ciclo del combustible nuclear y su gestión. 164


9.1 Introducción. 164
9.2 Descripción básica del ciclo del combustible. 165
9.2.1 Materias primas y concentrados. 165
9.2.2 Conversión. 167
9.2.3 Enriquecimiento. 167
9.2.4 Reconversión. 167
9.2.5 Fabricación. 167
9.2.6 Quemado en el reactor. 168
9.2.7 Almacenamiento de combustible irradiado. 169
9.2.8 Reelaboración. 169
9.2.9 Refabricación. 169
9.2.10 Gestión de residuos. 170
9.3 Alternativas en el ciclo del combustible. 170
9.3.1 Materias primas. 171
9.3.2 Reactores. 173
9.3.3 Otras alternativas 177
9.4 Diseño del reactor y diseño de ciclos. 178
9.4.1 Especificaciones nominales del reactor. 178
9.4.2 Distribuciones de potencia y factores asociados. 178
9.4.3 Cociente mínimo de flujo calorífico crítico. 179
9.4.4 No fusión del combustible. 179
9.4.5 Coeficientes de reactividad. 180
9.4.6 Quemado. 184

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9.4.7 Otros criterios. 184


9.5 Bibliografia. 186

Bloque 3: Aplicaciones de radionucleidos y radiaciones en campos diferentes del energético:


sistemas para su producción, uso y detección. 187

Tema 10 Aceleradores de partículas. 188


10.1 Introducción. 188
10.2 Fundamentos de la aceleración de partículas. 189
10.2.1 Definiciones preliminares. 190
10.2.2 Transferencia de energía. 190
10.2.3 Control de la trayectoria del haz. 192
10.3 Esquemas prácticos de aceleración de partículas. 195
10.3.1 Acelerador electrostático Van de Graaff. 195
10.3.2 Betatrón. 196
10.3.3 Ciclotrón y otros aceleradores resonantes. 198
10.3.4 Aceleradores lineales. 202
10.4 Grandes aceleradores de investigación. 205
10.4.1 El "Large Hadron Collider" (LHC) y el "Large Electron and Positron Collider" (LEP)
del CERN (Suiza-Francia). 205
10.4.2 El "Tevatron" del Fermilab. 206
10.4.3 El “Stanford Linear Collider” (SLC) de la Universidad de Stanford. 206
10.4.4 El “Advance Light Source” (ALS) del LBNL. 206
10.4.5 El sincrotrón ALBA 206
10.4.6 Instalación de irradiación neutrónica IFMIF-DONES 207

Tema 11 Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes. 208


11.1 Introducción. 208
11.2 Efectos biológicos de las radiaciones ionizantes. 209
11.2.1 Cambios biológicos inducidos por radiación. 209
11.2.2 Respuesta celular. 210
11.3 Aplicaciones médicas de diagnóstico. 211
11.3.1 Rayos X. 212
11.3.2 Tomografía axial computerizada (TAC). 216
11.3.3 Resonancia magnética nuclear (RMN). 219
11.3.4 Tomografía por emisión de positrones (PET). 224

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Tabla de contenidos

11.4 Aplicaciones médicas de terapia. 227


11.4.1 Irradiadores de Cobalto 60. 228
11.4.2 Aceleradores de partículas. 229
11.4.3 Sistemas de braquiterapia. 231

Tema 12 Usos y producción industrial de radionucleidos y radiaciones ionizantes. 233


12.1 Introducción. 233
12.2 Producción de isótopos radiactivos. 233
12.2.1 Producción de radioisótopos con aceleradores. 234
12.2.2 Producción de isótopos en reactores nucleares. 236
12.2.3 Estrategia en la producción de radioisótopos 237
12.3 Esterilización. 240
12.3.1 Irradiación de alimentos. 242
12.4 Ensayos no destructivos. 243
12.4.1 Neutrografía. 247
12.5 Generación de energía. 248
12.5.1 Generación de energía a partir de radioisótopos. 248
12.5.2 Motor iónico. 250
12.6 Otras aplicaciones industriales de las radiaciones ionizantes. 251

Tema 13 Sistemas de detección y medida de la radiación. 253


13.1 Introducción. 253
13.2 Detectores de ionización gaseosa. 253
13.2.1 Cámara de ionización para detección de neutrones. 257
13.3 Detectores de semiconductor. 259
13.4 Detectores de centelleo y termoluminiscencia. 262
13.4.1 Detectores de centelleo. 263
13.4.2 Dosímetros de termoluminiscencia. 264

Bloque 4: Riesgos derivados de la utilización civil de los procesos nucleares: salud, impacto
medioambiental y proliferación. Medio para hacerles frente. 267

Tema 14 Protección radiológica. 268


14.1 Introducción. 268
14.2 Fuentes naturales y artificiales de radiaciones y radiactividad. 269
14.3 Unidades de dosis de radiación. 273

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14.4 El objetivo y los principios básicos de la protección radiológica. El establecimiento de


los límites de dosis. 274
14.5 El cálculo de la dosis. 277
14.6 Exposición interna. 278
14.7 Medios físicos para la protección frente a las radiaciones ionizantes. 279
14.8 El estudio del impacto radiológico. 280
14.9 Los estándares de protección radiológica. 281
14.10 Protección contra radiaciones no ionizantes. 284
14.11 Resumen y conclusiones. 284

Tema 15 Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas. 286


15.1 Introducción. 286
15.1.1 El objetivo de la seguridad: el confinamiento de la radiactividad. 287
15.2 La "defensa en profundidad" como principio de seguridad nuclear. 288
15.3 La seguridad en el diseño. 289
15.3.1 Las tres barreras. 289
15.3.2 Los 3 niveles de "defensa en profundidad". 290
15.3.3 Las funciones vitales para la seguridad y su protección. 293
15.4 La calidad de la construcción. 296
15.5 La explotación segura. 296
15.5.1 El factor humano. 297
15.5.2 El valor de la experiencia adquirida. 299
15.6 La seguridad de las otras instalaciones nucleares. 300
15.6.1 Las plantas de reelaboración. 302
15.6.2 Los residuos radiactivos. 304
15.7 La garantía de la seguridad. 305
15.7.1 Un control independiente. 305
15.7.2 La evaluación de la seguridad. 306
15.7.3 ¿Cuándo se puede considerar que se está “suficientemente seguro”? 308
15.7.4 La percepción del público. 309
15.8 La Escala Internacional de Eventos Nucleares. 310
15.9 El accidente de Three Mile Island. Lecciones aprendidas. 311
15.10 El accidente de Chernobyl. 316

Tema 16 Gestión de residuos radiactivos. 322

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Tabla de contenidos

16.1 Introducción 322


16.2 Origen de los residuos radiactivos. 323
16.3 Clasificación de los residuos radiactivos. 323
16.4 La generación de residuos radiactivos en el ciclo del combustible nuclear. 324
16.4.1 Ventajas del reproceso desde el punto de vista de la gestión de residuos
radiactivos. 328
16.5 El transporte de los residuos radiactivos 329
16.6 Gestión de los residuos de media y baja actividad (RMBA). 330
16.6.1 Situación internacional del almacenamiento de residuos de baja y media
actividad. 330
16.6.2 Situación en España del almacenamiento de residuos de media y baja actividad.
332
16.7 Gestión de residuos de alta actividad. El combustible gastado. 336
16.7.1 Necesidad del almacenamiento definitivo de los RAA. 339
16.7.2 Tiempo necesario de confinamiento de los RAA. 340
16.7.3 El Almacenamiento Geológico Profundo (AGP). 341
16.7.4 El sistema multibarrera. 341
16.7.5 Diseño genérico del almacenamiento profundo. 343
16.7.6 Los análogos naturales: los reactores naturales de Oklo. 345
16.8 El desmantelamiento de las centrales nucleares. El caso de la C.N. de Vandellós I.
346

Tema 17 Diferenciación entre los usos civiles y militares de los procesos nucleares. La no
proliferación y las salvaguardias. 348
17.1 Diferenciación entre los usos civiles y militares de los procesos nucleares. 348
17.2 Explosivos nucleares. 349
17.3 La cooperación internacional en materia de proliferación. 352
17.4 El Tratado de No Proliferación (NPT) y las salvaguardias. 353
17.5 Materiales fisibles y su uso militar. 356
17.6 El reciclaje del Uranio y Plutonio de origen militar en centrales eléctricas. 359
17.7 Resumen y conclusiones. 360

Tema 18 Normativa sobre instalaciones nucleares y radiactivas. 361


18.1 Organismos reguladores de la energía nuclear. 361
18.2 El papel del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). 363
18.3 El papel de la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP). 366

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18.4 El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). 367


18.5 La agencia de la OCDE para la energía nuclear (NEA). 368
18.6 Efectos sobre el medio ambiente y otros seres vivos. 369

Bloque 5: Perspectivas futuras de la Ingeniería Nuclear. 373

Tema 19 La energía nuclear en la planificación energética: aspectos económicos,


medioambientales y estratégicos. 374
19.1 Introducción. 374
19.1.1 Impacto de la producción y consumo de energía. 375
19.2 Aspecto económico. 376
19.2.1 Costes internos o directos. 376
19.2.2 Costes externos o externalidades. 378
19.3 Aspecto estratégico. 378
19.3.1 Garantía de suministro. 379
19.3.2 Garantía de producción. 379
19.3.3 Mayor productividad de los recursos. 380
19.4 Aspecto medioambiental. 380
19.4.1 Protección radiológica. 380
19.4.2 Seguridad nuclear. 382
19.4.3 Gestión de residuos radiactivos. 382
19.5 Conclusiones. 383

Tema 20 Reactores avanzados de fisión nuclear: objetivos de la tercera y cuarta generación


de centrales nucleares 384
20.1 Introducción. 384
20.1.1 Reactores de primera generación 384
20.1.2 Reactores de segunda generación. 385
20.1.3 Reactores de tercera generación. 385
20.1.4 Reactores de cuarta generación. 385
20.2 Reactores de tercera generación 385
20.2.1 Objetivos de la tercera generación. 385
20.2.2 Plan estratégico. 386
20.2.3 Conceptos de reactores avanzados. 387
20.2.4 El reactor EPR. 388
20.2.5 El reactor AP600. 388

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Tabla de contenidos

20.2.6 El reactor GT-MHR. 389


20.3 Reactores de cuarta generación. 389
20.3.1 Objetivos de la cuarta generación. 389
20.3.2 El reactor de agua supercrítico (SCWR). 390
20.3.3 El reactor de muy alta temperatura (VHTR). 391
20.3.4 El reactor rápido refrigerado por sodio (SFR). 393
20.3.5 El reactor rápido refrigerado por gas (GFR). 393
20.3.6 El reactor rápido refrigerado por plomo (LFR). 394
20.3.7 El reactor de sales fundidas (MSR). 395

Tema 21 Sistemas transmutadores de residuos nucleares. 397


21.1 Introducción. 397
21.2 El papel de la transmutación en la gestión de residuos. 397
21.2.1 Residuos de vida larga del combustible irradiado 398
21.2.2 La transmutación dentro del ciclo de combustible. 400
21.3 Principios de la transmutación. 402
21.3.1 Reacciones de transmutación. 403
21.4 Sistemas transmutadores. 404
21.4.1 La reacción de espalación. 404
21.4.2 Reactores subcríticos asistidos por acelerador. 405

Tema 22 Aprovechamiento de la reacción de fusión nuclear. Conceptos de reactores de


fusión. 407
22.1 El ciclo de combustible de fusión. 407
22.1.1 Reacciones de fusión. 407
22.1.2 Combustible. 407
22.1.3 Recursos energéticos. 408
22.2 Fusión por confinamiento magnético (FCM). 409
22.2.1 Confinamiento del plasma. 409
22.2.2 Calentamiento del plasma. 410
22.2.3 Reactor de fusión por confinamiento magnético. 410
22.3 Fusión por confinamiento inercial (FCI). 411
22.3.1 Principales fases del proceso de fusión en confinamiento inercial. 412
22.3.2 Método de irradiación. 412
22.3.3 Cápsula de combustible. 413

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22.3.4 El láser. 413


22.3.5 Reactor de fusión por confinamiento inercial. 414

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Tabla de contenidos

Lista de figuras
Figura 1.1 Variación de la energía cinética con respecto a la velocidad a) relativista y b)
newtoniana ............................................................................................................................ 19
Figura 2.1 Diagrama masa-energía para un conjunto de partículas cuando se encuentran libres
Elibre y cuando se encuentran ligadas Eligado............................................................................. 35
Figura 2.2 Diagrama de niveles de energía del átomo de hidrógeno (no a escala real).
Obsérvese que las unidades de energía están en eV. ............................................................. 36
Figura 2.3 Diagrama de niveles de energía del núcleo de 12C. Obsérvese que las unidades de
energía están en MeV. ........................................................................................................... 37
Figura 2.4 Energía de enlace media por nucleón en función del número másico. .................. 40
Figura 3.1 Diagrama protón-neutrón de los nucleidos estables existentes en la naturaleza. . 45
Figura 3.2 Representación esquemática de la franja de estabilidad. Se observa el reducido
intervalo de variación de la relación N/Z en los nucleidos estables. ...................................... 46
Figura 3.3 Espectro de energía típica de los electrones (o positrones) emitidos en una
desintegración β. .................................................................................................................... 48
Figura 3.4 Procesos más importantes mediante los que un radionucleido busca la estabilidad
............................................................................................................................................... 51
Figura 3.5 Representación de la ley fundamental de desintegración. .................................... 53
Figura 3.6 Representación de la ley de desintegración en un sistema de referencia
semilogarítmico. El gráfico corresponde a la evolución temporal (t en años) de una muestra
constituida inicialmente por N(0)=1022 átomos de un determinado radionucleido. El periodo
del radionucleido se determina a partir de la pendiente de la recta. ..................................... 54
Figura 3.7 Evolución temporal del número de átomos de los nucleidos A y B tales que
A
A ⎯⎯→ B (estable ) . ............................................................................................................. 55
Figura 3.8 Evolución temporal del número de átomos de los nucleidos A, B y C tales que
𝐴𝜆𝐴𝐵𝜆𝐵𝐶 (𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒). ............................................................................................................. 56
Figura 3.9 Flujo de neutrones colimados incidiendo sobre un semiespacio de material dado.
............................................................................................................................................... 64
Figura 3.10 Presencia de resonancias en las secciones eficaces de reacciones nucleares. El
gráfico corresponde a la sección eficaz de una reacción inducida por neutrones en un núcleo
pesado. Los distintos tipos de reacciones neutrónicas se describen en Tema 4. ................... 66
Figura 4.1 Diagrama esquemático de las trayectorias posibles de un electrón y una partícula
pesada. ................................................................................................................................... 72
Figura 4.2 La longitud total L del camino recorrido por el electrón es superior al espesor R de
material atravesado. .............................................................................................................. 73
Figura 4.3 Función de distribución de la energía cinética (E en MeV) de los productos de fisión.
............................................................................................................................................... 75

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Figura 4.4 Representación esquemática de la atenuación de un haz de fotones en una placa


de espesor L ........................................................................................................................... 79
Figura 4.5 Variación cualitativa de la sección eficaz de captura radiativa. En los nucleidos más
pesados hay muchas más resonancias aisladas que las aquí mostradas, y ocurren a energías
mucho menores. .................................................................................................................... 85
Figura 4.6 Sección eficaz de captura radiativa para el uranio 238 (energía cinética de los
neutrones en eV). ................................................................................................................... 86
Figura 4.7 Sección eficaz de la reacción n-p para el oxígeno-16. ............................................ 87
Figura 4.8 Sección eficaz de la reacción n-alfa para el boro 10 en el rango de energía cinética
comprendido entre 0,01 eV y 10 MeV.................................................................................... 88
Figura 5.1 Proceso exoenergético tipo “exo-potencial” gravitatorio no espontáneo. ............ 93
Figura 5.2 Sección eficaz de fisión el uranio 235 (librería FENDL-3.1b). ................................. 95
Figura 5.3 Sección eficaz de fisión de los nucleidos fisionables pero no fisibles 238U y 232Th en
la región energética de los MeV. Comparación con la sección eficaz de fisión de los nucleidos
fisibles 239Pu y 235U. ................................................................................................................ 96
Figura 5.4 Abundancia relativa o rendimiento, en %, de los distintos productos de fisión
generados en la fisión del uranio 235 con neutrones térmicos y con neutrones de 14 MeV. 99
Figura 5.5 Espectro  (E ) de los neutrones inmediatos de fisión. ........................................ 100
Figura 6.1 Distintas formas de plasma según la densidad y temperatura del medio. ........... 107
Figura 6.2 Variación de la energía potencial de interacción en función de la distancia de las
partículas. ............................................................................................................................. 108
Figura 6.3 Temperatura de ignición para varios combustibles. Se considera una densidad de
partículas de 1015 núcleos.cm-3. ........................................................................................... 110
Figura 7.1 Esquema del ciclo neutrónico de un reactor térmico (las cifras son únicamente útiles
a efectos pedagógicos, sin corresponder a un reactor dado) ............................................... 117
Figura 7.2 Evolución temporal de la población neutrónica de un reactor en función de su
constante de multiplicación efectiva, k ................................................................................ 123
Figura 7.3 Potencia de las radiaciones emitidas por los productos de fisión, en función del
tiempo transcurrido. ............................................................................................................ 133
Figura 8.1 Implantación general de una central nuclear (concretamente, la de Mühleberg, por
cortesía de Forces Motrices Bernoises, a 20 km de Berna, Suiza). Se aprecia la distribución de
la sala de máquinas (turboalternadores) próxima al edificio del reactor. ............................ 135
Figura 8.2 Implantación de detalle de los principales elementos de la isla nuclear y el sistema
de conversión de energía. 1. Reactor, 2. Piscina de combustible, 3. Piscina para recarga, 4.
Portón de equipos, 5. Puerta para Personal, 6. Apertura para transportes, 7 Tuberías de
ventilación, 8. Pasillo de conexiones, 9. Cableado de control, 10. Planta de tratamiento de
residuos radiactivos, 11. Chimenea, 12. Descontaminación, 13. Turboalternadores (bajo ellos
se hallan los condensadores), 14. Bombas de condensado, 15. Transformadores principales,
16. Depósito de agua auxiliar, 17. Computadores, 18. Sala de control, 19. Área de limpieza, 20.
Estación de conectores......................................................................................................... 136

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Tabla de contenidos

Figura 8.3 Esquema de una central con reactor de agua a presión. El calor extraído del reactor
es transferido al generador de vapor, en cuyo circuito secundario hierve el agua (a menor
presión). Tras turbinar el vapor, este se condensa en el condensador, y el agua resultante
vuelve al generador de vapor. Por su parte, en el circuito primario se aprecian dos ramas: la
caliente, que va del reactor al generador de vapor, y la fría, que va de éste al reactor,
impulsada por las bombas principales (cuya potencia unitaria es de varios MW)................ 138
Figura 8.4 Esquema del circuito primario de un reactor PWR, que en este caso tiene 4 lazos de
refrigeración. 1. Generadores de vapor, 2. Bombas, 3. Reactor, 4. Presionador. Cada generador
de vapor mide unos 20 m de altura, casi 5 m de diámetro en la cabeza y 3,5 m en el cuerpo.
La presión del primario es de unas 150 atm y la temperatura 335ºC. En el secundario la presión
es de unas 65 atm, y el vapor emerge con título superior a 0,9975. Cada bomba proporciona
un caudal de unos 5 Mg/s de agua, con una altura en cabeza de algo menos de 10 atm, para
una presión de impulsión de 150 atm. (Framatome). .......................................................... 139
Figura 8.5 Esquema de una vasija de reactor PWR. .............................................................. 139
Figura 8.6 Corte vertical del edificio de contención de una central PWR, donde se aloja el
circuito primario. [Cortesía de Westinghouse Elec. Co.]. ...................................................... 140
Figura 8.7Elemento combustible de un reactor de agua a presión PWR. Dentro de las vainas
se alojan, apiladas, las pastillas de combustible, con un diámetro de 0,8 cm. El diámetro
exterior de la vaina es de 1,05 cm, y el paso entre ejes de vainas 1,4 cm. La altura del
apilamiento de combustible dentro de la vaina es de 3,6 m, con un espacio hueco para
acumulación de gases productos de fisión de unos 30 cm. .................................................. 141
Figura 8.8 Esquema de una central de agua en ebullición, BWR. Parte del agua hierve a su paso
por el reactor (~13%) y pasa a la turbina y al condensador, para ser reinyectada en la vasija,
por su parte anular. El agua que no hierve se recircula dentro de la vasija, con ayuda de
bombas exteriores a ella. ..................................................................................................... 143
Figura 8.9 Reactor de agua en ebullición, BWR .................................................................... 143
Figura 8.10 Esquema de un reactor de agua pesada, HWR .................................................. 146
Figura 8.11 Corte esquemático del reactor rápido (LMFBR). ................................................ 147
Figura 8.12 Principales elementos de un Amplificador de Energía ....................................... 149
Figura 8.13 Valor de η, número medio de neutrones emitidos por neutrón absorbido en un
núcleo fisionable. [Fuente: Nuclear Energy Synergetics, A.A. Harms y M. Heindler, Plenum
Press Co. 1980]. Los datos relativos a la zona muy energética (superior a 1 MeV) están
sometidos a revisión, pues posiblemente el 233U proporciona mayores valores que los
expuestos. ............................................................................................................................ 158
Figura 8.14 Porcentaje de aprovechamiento del combustible (materia prima) en función del
tipo de reactor, contando con reciclado, en función de la razón de conversión. También se
indica el tipo de reactor (LW: Light Water, HW: Heavy Water, HT: de alta Temperatura,
moderado por grafito, TB: Reproductores de espectro térmico, FB: Reproductores rápidos).
............................................................................................................................................. 159
Figura 9.1 Ciclo del combustible nuclear .............................................................................. 166
Figura 9.2 Posibles reacciones y desintegraciones del combustible nuclear, aparte de la fisión
............................................................................................................................................. 172

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 9.3 Procesos nucleares del ciclo del torio (secciones eficaces correspondientes a 0,025
e V). ...................................................................................................................................... 173
Figura 9.4 Variación de la k con el grado de quemado, para diversos valores de la razón de
conversión (RC). ................................................................................................................... 175
Figura 9.5 Influencia de la razón de conversión (RC) en el valor inicial de k, para conseguir un
ciclo de funcionamiento de longitud definida, Bc................................................................. 176
Figura 9.6 Variación de k en función de la densidad del moderador, ρ. ............................... 182
Figura 9.7 Variación de k en función de ρ, según el moderador lleve o no boro en disolución.
............................................................................................................................................. 183
Figura 10.1 Campo eléctrico de un condensador ................................................................. 191
Figura 10.2 Campo magnético de generado por una bobina ................................................ 191
Figura 10.3 Confinamiento de un haz con lentes.................................................................. 192
Figura 10.4 Focalización del haz por una lente ..................................................................... 193
Figura 10.5 Trayectoria de una partícula cargada en un campo magnético ......................... 194
Figura 10.6 Esquema de acelerador de Van de Graaff .......................................................... 195
Figura 10.7 Esquema de un betatrón ................................................................................... 197
Figura 10.8 Órbita en un ciclotrón ........................................................................................ 199
Figura 10.9 Primer ciclotrón (cortesía de Laboratorio Lawrence Berkeley) .......................... 200
Figura 10.10 Imán principal del sincrociclotrón de 184 pulgadas (cortesía del LBNL) .......... 201
Figura 10.11 Esquema de un sincrotrón ............................................................................... 202
Figura 10.12 Modos de resonancia en una cavidad resonante............................................. 203
Figura 10.13 Montaje del primer acelerador lineal (cortesía del LBNL) ................................ 204
Figura 10.14 Moderno acelerador lineal de uso médico (cortesía de Elekta AB.)................. 205
Figura 10.15 Esquema conceptual de la instalación IFMIF-DONES, con el acelerador visible en
la planta baja ........................................................................................................................ 207
Figura 11.1 Daño biológico por irradiación en función de la dosis ....................................... 211
Figura 11.2 Primera imagen anatómica tomada con rayos X (cortesía de Radiology Centennial,
Inc.) ...................................................................................................................................... 212
Figura 11.3 Espectro de longitud de onda de la emisión de un tubo de rayos X .................. 214
Figura 11.4 Esquema de un tubo de rayos X......................................................................... 214
Figura 11.5 Esquema de funcionamiento de un TAC ............................................................ 216
Figura 11.6 Equipo TAC de uso en embarcaciones militares ................................................ 217
Figura 11.7 Ejemplo de imagen resultado de un estudio TAC .............................................. 218
Figura 11.8 Esquemas de visualización para TAC: tradicional y 3D ....................................... 219
Figura 11.9 Estados energéticos debidos al espín ................................................................ 220

- xv -
Tabla de contenidos

Figura 11.10 Evolución del momento magnético de una zona frente a una perturbación ... 221
Figura 11.11 Respuesta por RMN a un campo magnético oscilante ..................................... 222
Figura 11.12 Absorción selectiva en un gradiente de campo magnético .............................. 222
Figura 11.13 Emisión selectiva en un gradiente de campo magnético ................................. 223
Figura 11.14 Resultados y máquina de RMN ........................................................................ 224
Figura 11.15 Colisión entre electrón y positrón .................................................................... 225
Figura 11.16 Ejemplo de estudio combinado PET-TAC ......................................................... 226
Figura 11.17 Primer escáner PET-TAC, modelo Gemini (cortesía de Philips) ........................ 227
Figura 11.18 Irradiador médico de Cobalto 60 (cortesía de MDS Nordion) .......................... 228
Figura 11.19 Curvas de deposición de energía para diferentes partículas ............................ 230
Figura 11.20 Acelerador lineal médico (cortesía de Elekta AB) y componentes del cabezal 230
Figura 11.21 Irradiador por braquiterapia Gammamed+ (cortesía de MDS Nordion) .......... 232
Figura 12.1 Ciclotrón Cyclone 18/9 productor de isótopos para PET (cortesía de IBA) ........ 235
Figura 12.2 Rendimientos de fisión para el 235U. .................................................................. 236
Figura 12.3 Almacenamiento en agua de cobalto 60 (cortesía de MDS Nordion) ................ 237
Figura 12.4 Evolución temporal de producción directa de radioisótopo .............................. 238
Figura 12.5 Irradiador de sangre Gammacell 1000 (cortesía de MDS Nordion).................... 240
Figura 12.6 Símbolo internacional de los alimentos irradiados. ........................................... 242
Figura 12.7 Esquema de una exposición radiográfica ........................................................... 244
Figura 12.8 Proceso de lectura e interpretación de una radiografía..................................... 246
Figura 12.9 Curvas de densidad óptica de las placas radiográficas modelo INDUSTREX SR45 y
T200 (cortesía de Kodak) ...................................................................................................... 246
Figura 12.10 Generador isotópico SNAP-27 (cortesía del National Air and Space Museum) 249
Figura 12.11 Modo de propulsión de un cohete................................................................... 250
Figura 12.12 Pruebas de propulsión del motor iónico. Tobera de escape (cortesía del Jet
Propulsion Laboratory - NASA). ............................................................................................ 251
Figura 13.1 Esquema de una cámara de ionización gaseosa ................................................ 254
Figura 13.2 Respuesta de una cámara de ionización frente al voltaje de alimentación ....... 255
Figura 13.3 Detector Geiger-Müller, con la cámara de ionización visible ............................. 257
Figura 13.4 Secciones eficaces de las reacciones relevantes en detectores de neutrones ... 258
Figura 13.5 Esquema de una unión p-n. a) Distribución de cargas. b) Distribución de cargas
ligadas. c) Distribución de cargas libres. d) Densidad de carga neta. e) Barrera de potencial
............................................................................................................................................. 260
Figura 13.6 Esquema de funcionamiento de un detector de centelleo ................................ 262

- xvi -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 13.7 Espectrografía de Na-22 obtenida con un detector de centelleo en el


Departamento de Ingeniería Energética (UNED) .................................................................. 263
Figura 14.1 Tipos de radiaciones (cortesía de ENRESA) ........................................................ 269
Figura 14.2 Porcentaje de exposición a la radiación (cortesía de ENRESA) .......................... 271
Figura 14.3 Mapa radiológico Nacional. Se puede utilizar el valor recomendado para la
radiación ambiental en el NUREG-1501 (UNSC 1994) de 1R = 0.0087 Gy para convertir la tasa
de exposición a dosis (cortesía del CSN) ............................................................................... 271
Figura 14.4 Procedencia de la radiación recibida por el cuerpo humano en un año (Fuente:
Consejo Nacional de Protección Radiológica de Estados Unidos. 2003) ............................... 273
Figura 14.5 Trajes de protección (cortesía de Enresa) .......................................................... 280
Figura 15.1 El concepto de defensa en profundidad. Para garantizar la seguridad de una central
nuclear se instalan líneas de defensa que en caso de avería o fallo humano impedirán el
accidente. La defensa en profundidad consiste en prever que cada línea de defensa puede
tener sus puntos débiles y “apilar” varias líneas independientes. Las líneas de defensa
incorporan sistemas de seguridad automáticos que intervendrán en caso de accidente, y los
procedimientos últimos que limitarán las consecuencias (cortesía del CSN) ....................... 291
Figura 15.2 Ejemplo de diagrama del ciclo del combustible nuclear en el caso de reelaboración
del combustible gastado. Para su funcionamiento, las centrales nucleares necesitan
instalaciones, aguas arriba, que elaboren el combustible nuevo partiendo del mineral de
uranio. Después de haber proporcionado la energía, el combustible descargado de la central
debe pasar por un cierto número de instalaciones aguas abajo, tanto para reciclar los
materiales energéticos que contiene, uranio y plutonio en el caso de los países que realizan la
reelaboración del combustible, como para acondicionar los residuos que se almacenan con
toda seguridad. El conjunto constituye las instalaciones del ciclo del combustible nuclear
(cortesía del CSN) ................................................................................................................. 301
Figura 15.3 Escala Internacional de Eventos Nucleares ........................................................ 310
Figura 15.4 Esquema general de un reactor de agua a presión (cortesía de la Subdirección
General de Energía Nuclear)................................................................................................. 313
Figura 15.5 Esquema del reactor de Three Mile Island. La central de Three Mile Island 2 estaba
equipada con un reactor de agua a presión. Las diferencias con los actuales PWR se refieren
en particular a los generadores de vapor, cuyo comportamiento durante los transitorios es
menos brutal en las centrales actuales que lo fue en TMI. Pero el presionador y sus válvulas
de alivio, que jugaron un papel determinante en el accidente, son parecidas (cortesía del
Consejo de Seguridad Nuclear)............................................................................................. 314
Figura 15.6 El núcleo de TMI después del accidente. En el momento del accidente, se fundió
una fracción importante del núcleo, alrededor del 30%, cuando el nivel del agua dejó al
descubierto los elementos combustibles. La puesta de nuevo en marcha de la inyección de
agua condujo a una solidificación progresiva. Análisis ulteriores han confirmado que la vasija,
incluso en la parte en contacto con el metal en fusión, había conservado su resistencia. La
segunda barrera desempeñó pues perfectamente su papel y demostró que un accidente grave
del núcleo puede mantenerse confinado (cortesía del Consejo de Seguridad Nuclear) ....... 315

- xvii -
Tabla de contenidos

Figura 15.7 La “última” barrera: la contención. Dentro de las tres barreras que aseguran, en
caso de accidente, el confinamiento de los productos radiactivos frente al medio ambiente, la
tercera, la contención, juega un papel de última protección. Dentro del marco de las lecciones
aprendidas del accidente de TMI, ha sido reforzada mediante la introducción de un sistema
de ventilación conectado a un filtro que permite, en situación accidental grave donde la
presión interna se elevaría en la contención, mantener la integridad global de esta última,
limitando las descargas radiactivas al medio ambiente (cortesía del Consejo de Seguridad
Nuclear) ................................................................................................................................ 316
Figura 15.8 Chernobyl: el reactor y su edificio ..................................................................... 317
Figura 15.9 Secuencia accidental de la central de Chernobyl ............................................... 318
Figura 15.10 La lluvia radiactiva de Chernobil en Ucrania y Bielorrusia. Las medidas de los
depósitos de radiactividad sobre el suelo alrededor de Chernobil presentan una forma
característica, llamada “en forma de manchas de leopardo”. Los depósitos varían en función
de la dirección y de la fuerza de los vientos durante la duración de las emisiones y también de
las lluvias que hacen caer las partículas que están en suspensión en la atmósfera. Las medidas
de protección se tomaron en base a las medidas locales, que se conocieron con retraso en la
URSS (cortesía del Consejo de Seguridad Nuclear) ............................................................... 319
Figura 16.1 Ciclo del combustible nuclear ............................................................................ 324
Figura 16.2 Elemento de combustible (cortesía de ENRESA) ................................................ 325
Figura 16.3 Composición del combustible nuclear antes y después de la irradiación con
neutrones en un reactor (fuente: Raymond L. Murray, Understanding Radioactive Waste,
1994. Cortesía de Battelle Press, Columbus, OH.) ................................................................ 326
Figura 16.4 Fases de la gestión de los residuos de baja y media actividad: retirada (1),
acondicionamiento (2 y 3), transporte (4) y almacenamiento definitivo en el Cabril (5, 6, 7 y 8).
Cortesía de ENRESA .............................................................................................................. 333
Figura 16.5 Sistema de barreras múltiples para el aislamiento de RMBA (cortesía de ENRESA)
............................................................................................................................................. 334
Figura 16.6 Opciones de gestión del combustible irradiado (cortesía de la Fundación COTEC
para la Innovación Tecnológica) ........................................................................................... 338
Figura 16.7 Referencia de decaimiento de la radiactividad (cortesía ENRESA) ..................... 340
Figura 16.8 Barreras del AGP (cortesía de ENRESA).............................................................. 342
Figura 16.9 Concepto de Almacenamiento Geológico Profundo en España (cortesía de
ENRESA)................................................................................................................................ 344
Figura 16.10 Reactores naturales de Oklo (cortesía de ENRESA) .......................................... 346
Figura 17.1 Arma nuclear de fisión de uranio, tipo Little Boy ............................................... 350
Figura 17.2 Arma nuclear de fisión de plutonio, de implosión, tipo Fat Man ....................... 350
Figura 17.3 Arma termonuclear (adaptado de Rhodes) ....................................................... 351
Figura 17.4 El plutonio generado en el núcleo de un reactor comercial (en Kilos de plutonio
producidos por tonelada de combustible en función de los años de estancia de éste en el
reactor). Cortesía del Uranium Information Centre. ............................................................ 358

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 18.1 Reglamentación. Pirámide normativa en España (cortesía del Profesor Eduardo
Gallego Díaz) ........................................................................................................................ 361
Figura 18.2 Organigrama del CSN (cortesía del CSN) ............................................................ 363
Figura 18.3 Red de Estaciones Automáticas (REA) para la vigilancia ambiental. Datos del 14 de
enero de 2005 (cortesía CSN) ............................................................................................... 365
Figura 18.4 Tolerancia relativa de diferentes organismos a la radiación ionizante, en términos
de dosis absorbida necesaria para causar la muerte del 50% de los individuos en un periodo
de tiempo determinado (adaptado por Eduardo Gallego del UNSCEAR, 1996) .................... 370
Figura 19.1 Procedencia de la radiación recibida por el cuerpo humano en un año. ........... 381
Figura 20.1 Evolución de las distintas generaciones de reactores nucleares de fisión. ........ 384
Figura 20.2 Esquema del ciclo de funcionamiento con un reactor de agua supercrítico. ..... 391
Figura 20.3 Esquema del ciclo de funcionamiento con un reactor de muy alta temperatura.
............................................................................................................................................. 392
Figura 20.4 Reacciones químicas en el proceso de producción de hidrógeno con calor. ..... 392
Figura 20.5 Esquema del ciclo de funcionamiento de un reactor rápido refrigerado por sodio.
............................................................................................................................................. 393
Figura 20.6 Esquema del ciclo de funcionamiento de un reactor rápido refrigerado por gas.
............................................................................................................................................. 394
Figura 20.7 Esquema del ciclo de funcionamiento de un reactor rápido refrigerado por plomo.
............................................................................................................................................. 395
Figura 20.8 Esquema del ciclo de funcionamiento de un reactor de sales fundidas. ............ 396
Figura 21.1 Proporción de los elementos presentes en el núcleo de un reactor PWR tras un
año de funcionamiento. ....................................................................................................... 398
Figura 21.2 Evolución temporal del inventario radiotóxico de un combustible gastado,
expresado en Sv por tonelada de material pesado inicial. El combustible es UO2 del 3,7% de
enriquecimiento descargado con un quemado de 45 GWd/t y enfriado durante cinco años.
............................................................................................................................................. 399
Figura 21.3 Evolución temporal de la radiotoxicidad relativa de una tonelada de combustible
quemado antes y después de la transmutación ................................................................... 401
Figura 21.4 Esquemas simplificados de ciclo abierto (a), ciclo cerrado simple (b) y ciclo cerrado
de doble “estrata” (c). .......................................................................................................... 401
Figura 21.5 Esquema de una reacción de espalación. .......................................................... 404
Figura 21.6 Esquema del acoplamiento entre el acelerador y el reactor subcrítico en un sistema
híbrido. ................................................................................................................................. 406
Figura 22.1 Esquema de un Tokamak y un Stellerator. ......................................................... 409
Figura 22.2 Esquema de funcionamiento de una planta de fusión nuclear por confinamiento
magnético............................................................................................................................. 411
Figura 22.3 Principales fases del proceso de fusión en confinamiento inercial. ................... 412

- xix -
Tabla de contenidos

Figura 22.4 Microesferas de combustibles en configuración de iluminación indirecta o directa.


............................................................................................................................................. 413
Figura 22.5 Esquema del reactor conceptual “Hylife II” ....................................................... 414

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Lista de tablas
Tabla 2.1 Masa en reposo y carga del protón, neutrón y electrón ......................................... 29
Tabla 3.1 Porcentaje de átomos que quedan en el material radiactivo en función del número
de periodos transcurridos ...................................................................................................... 52
Tabla 4.1 Máxima energía de la radiación presente ............................................................... 69
Tabla 5.1 Períodos para la fisión espontánea de nucleidos de distintos elementos ............... 92
Tabla 5.2 Energías de activación para fisión (en MeV) ........................................................... 93
Tabla 5.3 Datos nucleares correspondientes a la energía cinética del neutrón característica del
rango térmico (0,0253 eV) para nucleidos fisionables............................................................ 97
Tabla 5.4 Datos sobre neutrones diferidos correspondientes a la fisión térmica (EC ≈ 0,0253
eV) del 235U ........................................................................................................................... 102
Tabla 5.5 Energía emitida y energía recuperable por cada fisión de 235U ............................. 103
Tabla 7.1 Valores aproximados de potencia específica, densidad de potencia y quemado de
descarga para diversos tipos de reactores. .......................................................................... 128
Tabla 7.2 Inventario de productos radiactivos en un reactor de 3000 MW térmicos, tras 300
días de funcionamiento, en MCi. .......................................................................................... 131
Tabla 7.3 Evolución de la potencia radiactiva (o residual) en función del tiempo de
funcionamiento y el subsiguiente tiempo de enfriamiento, en % sobre la potencia nominal.
............................................................................................................................................. 132
Tabla 8.1 Datos representativos de reactores de agua ligera, PWR y BWR .......................... 144
Tabla 8.2 Características de diversos reactores convencionales .......................................... 150
Tabla 9.1 Comparación de las características de los diversos tipos de reactores térmicos .. 176
Tabla 11.1 Frecuencias de Larmor para diversas especies nucleares ................................... 220
Tabla 13.1 Ionización específica de la radiación alfa, beta y gamma .................................... 254
Tabla 13.2 Sustancias luminiscentes en uso para detectores de radiación .......................... 264
Tabla 14.1 Factores de calidad (NRC 10CFR20) .................................................................... 273
Tabla 14.2 Clasificación y límites de dosis para los trabajadores expuestos......................... 276
Tabla 14.3 Límites de dosis para la exposición de la población ............................................ 276
Tabla 14.4 Límites de dosis anuales para la exposición del público por vertido de efluentes en
las centrales nucleares ......................................................................................................... 277
Tabla 14.5 Del apéndice I del 10CFR50, dosis anual debida a:.............................................. 280
Tabla 14.6 Factores de ponderación de la radiación en órganos y tejidos (Fuente: el nuevo
reglamento 10CFR20) ........................................................................................................... 282
Tabla 15.1 Categorías de la escala INES con criterios indicativos y ejemplos ....................... 311

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Tabla de contenidos

Tabla 15.2 Las consecuencias para Europa de la lluvia radiactiva de Chernobil (cortesía del
Consejo de Seguridad Nuclear)............................................................................................. 320
Tabla 16.1 Fabricación de combustible MOX para reactores de agua ligera en el mundo (t/año)
............................................................................................................................................. 327
Tabla 16.2 Principales instalaciones de RMBA en el mundo (cortesía del Colegio de Físicos y
ENRESA)................................................................................................................................ 332
Tabla 17.1 Variación con el enriquecimiento de la masa crítica de uranio enriquecido con
reflector, expresada en masa de 235U y masa total de uranio .............................................. 350
Tabla 17.2 Datos sobre plutonio........................................................................................... 356
Tabla 19.1 Estimación de costes de generación de electricidad en el periodo 2005-2010 ... 376
Tabla 19.2 Costes de producción de la energía nuclear........................................................ 377
Tabla 19.3 Evolución del grado de autoabastecimiento energético en España .................... 379
Tabla 20.1 Características principales de distintos conceptos de reactores avanzados. ...... 387
Tabla 20.2 Características principales de distintos conceptos de reactores avanzados. ...... 390
Tabla 21.1 Algunos factores de dosis extraídos de la ICRP-72 correspondientes a la ingestión
de un adulto. ........................................................................................................................ 399

- xxii -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Introducción
Este libro es el texto de la asignatura Fundamentos de Ingeniería Nuclear. Esta introducción
tiene como objetivo justificar a nuestros alumnos de tercer curso, que muy probablemente
por vez primera se enfrentan a cuestiones relacionadas con la Ingeniería Nuclear, el porqué
de los contenidos incluidos y la organización que se ha adoptado para los mismos. Esto se va
a hacer seleccionando una serie de cuestiones, cuyo desarrollo nos va a permitir alcanzar el
objetivo mencionado.
Empezaremos por la significación que queremos asignar al concepto de ingeniería o tecnología
nuclear. Lo definiremos como aquella rama de la ingeniería que estudia las aplicaciones de los
fenómenos nucleares. Se van a distinguir dos clases de fenómenos: i) radiactividad y la
consecuente emisión de radiación, y ii) reacciones nucleares.
La parte más importante de la Ingeniería Nuclear es la tecnología de reactores nucleares, esto
es la asociada al fenómeno de las reacciones nucleares, cuyo objetivo es liberar la energía
asociada a la estructura nuclear y transformarla en otras formas energéticas, especialmente
en electricidad. Aunque se pueden concebir distintas técnicas para la explotación de la energía
del núcleo (energía nuclear), hasta el momento esto se ha hecho fundamental y casi
únicamente a través de la reacción de fisión. Se piensa que en un futuro se podrá desarrollar
la tecnología asociada a la explotación de la reacción de fusión, lo que sería de gran utilidad
para responder a los problemas energéticos de la humanidad.
La otra parte de la Ingeniería Nuclear es la tecnología asociada a la utilización de la radiación,
los isótopos radiactivos y los aceleradores de partículas. Esta ha tenido tradicionalmente en el
campo de la docencia un peso bastante reducido en comparación con la primera, pero sin
embargo ocupa en nuestra sociedad actual un lugar notable. Ella cubre un rango amplio de
aplicaciones importantes tanto en el campo de la industria como en el de la medicina, siendo
especialmente en este último donde su uso ha experimentado un incremente espectacular
durante los últimos diez años.
Con lo dicho hasta ahora hemos querido transmitir al alumno la siguiente idea: la Ingeniería
Nuclear no solo se ha de referir a las centrales nucleares de fisión, los fenómenos nucleares,
tales como la radiación, tienen también otras aplicaciones importantes que conviene conocer,
y quien sabe si en el futuro su actividad profesional (o investigadora) acabe ligando a alguna
de ellas.
Es en este contexto donde se justifican los bloques temáticos segundo y tercero. En ellos se
presentan las formas que la tecnología actual utiliza para beneficiarse de las reacciones
nucleares, Bloque 2: Aplicación de la fisión nuclear a la producción de energía eléctrica, y de
la radiación, Bloque 3: Aplicaciones de radionucleidos y radiaciones en campos diferentes
del energético: sistemas para su producción, uso y detección.
Buena parte de los temas del Bloque 5: Perspectivas futuras de la Ingeniería Nuclear, también
se justifican en este contexto. Así los Temas 19 al 21 presentan aspectos plausibles para una
tecnología a corto (Tema 19) y a más largo plazo (Tema 20 y Tema 21) dentro del campo de
la aplicación de las reacciones nucleares.
Otra cuestión que creemos conveniente plantear es la relativa a la relación y aspectos
diferenciadores de la ciencia y la tecnología. La relación entre ambas es muy estrecha, pues
no cabe duda que la tecnología actual se basa en gran medida en el conocimiento científico,

-1-
Introducción

pudiéndose afirmar que su desarrollo se produce a partir del mismo. Sin embargo, cada una
tiene rasgos singulares diferenciales. La ciencia se ocupa del descubrimiento y comprensión
de los fenómenos de la naturaleza independiente-mente de su aplicación práctica. En
principio en la ciencia las cosas valen, aunque carezcan de aplicación, se busca conocer por
conocer. La tecnología se ocupa de aprovechar algunos de esos fenómenos para la resolución
de problemas prácticos. En tecnología las cosas valen, solo si sirven para algo, se busca
conocer para hacer. El resultado de la tecnología es un producto que va a alterar el entorno.
Esta asignatura de Ingeniería Nuclear en función de lo dicho tiene obligatoriamente que
comenzar con una parte de ciencia nuclear, Bloque 1: Introducción a la Ingeniería Nuclear y
fundamentos teóricos en los que se basa. En este bloque al ser de ciencia, se hablará de
fenómenos sin hacer mención alguna a si tendrán o no utilización práctica. Será un bloque
temático de ciencia muy básica, el tratamiento de los fenómenos será fundamentalmente
descriptivo, se introducirán los conceptos básicos de la ciencia/física nuclear, y
aprovecharemos para recalcar como estos quedan fuera del campo de la física clásica. En este
punto cabe preguntar ¿pero de qué fenómenos hablaremos? Pues dado que estamos
pensando en tecnología, aquéllos que tratemos tendrán como característica el haber dado
lugar al desarrollo de aplicaciones tecnológicas. Hablaremos de dos directamente
relacionados con la fenomenología nuclear: radiactividad y radiación, por una parte, y de
reacciones nucleares por otra. Hay otros procesos muy importantes desde el punto de vista
tecnológico que hemos decidido no incluir, y que tratamos en otras asignaturas. Este aspecto
que creemos importante se comentará más adelante, al final de esta introducción.
Antes, al hablar de la tecnología dijimos que su meta es resolver problemas prácticos, lo que
trae como resultado la generación de productos que en mayor o menor grado afectan al ser
humano y su entorno. Ahora se quiere profundizar un poco en este último aspecto: los
grandes desarrollos tecnológicos pueden tener efectos sumamente beneficiosos sobre la vida
de los individuos y sobre la sociedad, pero también pueden producir efectos perjudiciales. El
peligro que a veces existe en el desarrollo de una tecnología, es que una preocupación
desmedida por conseguir cuanto antes unas metas determinadas o efectos deseados, pueda
traer consigo una despreocupación por el estudio de otros efectos asociados a ese desarrollo,
siendo la realidad la que posteriori revele las consecuencias negativas (y a veces también
positivas) no previstas derivadas de ellos.
En el caso de la tecnología nuclear, los efectos beneficiosos que puede proporcionar son muy
importantes, pero también los riesgos de que se produzcan efectos negativos muy adversos
pueden ser altos si no se tienen debidamente en cuenta. Este contexto es el que justifica el
abordar los temas que se discuten en el Bloque 4: Riesgos derivados de la utilización civil de
los procesos nucleares: salud, impacto medioambiental y proliferación. Medio para hacerles
frente.
La toxicidad inherente a las radiaciones ionizantes es el mayor motivo de preocupación. En
respuesta a los riesgos asociados a las radiaciones, esta tecnología pone especial énfasis en
los temas de protección radiactiva, seguridad nuclear y gestión de residuos. De esta forma se
pretende garantizar: a) durante la explotación de la instalación un nivel de exposición a la
radiación por parte de los trabajadores, el público y el medioambiente en general, del que no
se espere ningún efecto apreciable sobre su salud y seguridad, b) que el riesgo de accidentes
radiológicos sea muy pequeño, y c) que la gestión de los residuos producidos se haga de forma
segura y aceptable. Por otra parte, la Ingeniería Nuclear también se ocupa de desarrollar los

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

medios adecuados para garantizar la no dispersión de material estratégico que pudiera


facilitar la proliferación de armamento nuclear.
Como se ha dicho es en el bloque cuarto donde se exponen las características principales de
la tecnología nuclear en cuanto a los aspectos de seguridad e impacto medioambiental,
indicando lo que ahora es la realidad. Algunas de las características que cabe asociar a esta
tecnología en sus siguientes etapas de desarrollo se presentan de forma resumida en el
Bloque 5.
Resumiendo lo dicho en forma de objetivos generales de la asignatura, estos se podrían
expresar del siguiente modo. Hay que conocer las aplicaciones tecnológicas más importantes
de la fenomenología nuclear, viéndolas desde el lado del detrimento y del beneficio, y
teniendo claro que el objetivo debe residir en buscar y encontrar el mejor equilibrio entre
ambos extremos. Y esto, teniendo siempre presente que la tecnología nuclear es una
tecnología en desarrollo, con unas características futuras que podrían ser bastante distintas
de las actuales.
La utilización/usos de la radiación y de las reacciones nucleares ofrece el aspecto nocivo y el
beneficioso. De todo punto inaceptable seria que la realización de los beneficios asociados a
la tecnología nuclear se hiciera sin garantizar la salud y la seguridad de las personas, la
colectividad y el medio ambiente, pero también seria al menos discutible el que se tomaran
medidas innecesariamente conservadoras para garantizar la seguridad e impacto
medioambiental hasta el punto de que pudiera perjudicar e incluso privarnos de la realización
de los beneficios de la tecnología nuclear. Sabemos que ni la tecnología nuclear actual ni la
futura pueden producir beneficios a riesgo cero de efectos negativos. Quisiéramos despertar
en nuestro alumno la curiosidad por responder a la cuestión de cuál o cuáles de las distintas
aplicaciones nucleares pueden producir el efecto beneficioso deseado a coste razonable y sin
riesgo inaceptable para la salud y la seguridad de los individuos.
El último aspecto a tratar en esta introducción es el de la relación entre esta asignatura y las
otras que el equipo docente de Ingeniería Nuclear imparte ya dentro de títulos de grados y
máster en Ingeniería Industrial. En definitiva, queremos mostrar cómo se organizan los
contenidos docentes de la Ingeniería Nuclear en nuestro departamento.
La asignatura de Fundamentos de Ingeniería Nuclear refleja y marca fielmente nuestra
filosofía y guía en cuanto a contenidos y temas, con la excepción del tema láser que
comentaremos.
Los objetivos que se pretenden en la asignatura son los mismos que han guiado la selección
de las asignaturas de contenido nuclear incluidas en la carrera. Se quiere mostrar algunas de
las aplicaciones tecnológicas más importantes desarrolladas aprovechando el conocimiento
de buena parte de la fenomenología atómica y nuclear suministrado por la ciencia nuclear.
Las aplicaciones objeto de interés se pueden dividir en dos partes: aplicaciones energéticas y
aplicaciones no energéticas, y los fenómenos a utilizar van a ser la radiación y las reacciones
nucleares.
Con relación a los conocimientos a impartir para su enseñanza, los podemos estructurar de la
siguiente forma. Primeramente, hay una serie de conocimientos que son necesarios para todo
tipo de aplicaciones, bien utilicen la radiación o las reacciones nucleares. Dentro de este grupo
ocupan lugar desatacado los conocimientos básicos de ciencia nuclear que nos describan la
fenomenología nuclear y atómica de la que se va a hacer uso en los desarrollos tecnológicos.

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Introducción

Este tipo de conocimientos se encuadran tanto en la asignatura de grado Fundamentos de


Ingeniería Nuclear, como en la de máster Fundamentos de Ciencia y Tecnología Nuclear,
usando ambas este libro como texto base.
En cualquier aplicación nuclear, la radiación siempre va a estar presente, y dado la toxicidad
inherente a las mismas, hay que saber protegerse de ella. La asignatura de grado Protección
Radiológica, es en la que se plantea esta tarea, abordándose entre otros temas los de la
detección y medida de la radiación y los principios básicos de la protección contra las
radiaciones ionizantes. El Tema 13 y el Tema 14 de este libro se pueden considerar una
introducción amplia a esta asignatura.
El segundo grupo de asignaturas está constituido por las ligadas específicamente a
aplicaciones tecnológicas determinadas. Pudiéndose distinguir aquellas en las que se plantea
el uso de las reacciones nucleares para aplicaciones energéticas, y las que tratan de
aplicaciones de radiación y reacciones con fines distintos a los energéticos.
La aplicación de la reacción nuclear de fisión a la producción de energía eléctrica, es la
tecnología nuclear actual más importante dentro del campo energético. En la titulación de
máster se han incluido dos asignaturas relacionadas con esta tecnología. En la asignatura
Tecnologías de la Energía Nuclear se tratan los aspectos más generales relacionados con esta
tecnología. Dada la importancia que en esta tecnología tienen los aspectos de gestión de
residuos, se ha querido profundizar en ellos en la asignatura Tecnología de la gestión de
residuos radiactivos.
Todos los temas tratados en las dos primeras asignaturas, aunque de forma resumida, se han
planteado en la asignatura de Fundamentos de Ingeniería Nuclear. En el Bloque 2 y en el Tema
19 se tratan los aspectos relacionados con las técnicas e instalaciones necesarias para utilizar
la reacción de fisión como fuente de energía eléctrica. Mientras que en el Bloque 4 (Tema 14,
Tema 15 y Tema 16) y Bloque 5 (Tema 20) se tratan los temas de seguridad, gestión de
residuos y algunos aspectos del de proliferación.
Una de las tecnologías nucleares de futuro en las que más se confía es la ligada al
aprovechamiento de la reacción de fusión nuclear. En la asignatura de quinto Fusión Nuclear
es donde se abordan las cuestiones más relevantes sobre el tema. En este texto el estudio de
la fusión nuclear se ha dividido en dos bloques. En el Bloque 1/Tema 6 se tratan los principios
físicos con orientación tecnológica, mientras que en el Bloque 5/Tema 22 se hace una
introducción a las aproximaciones tecnológicas para el aprovechamiento energético de la
fusión nuclear.
En el último grupo se encuentran las asignaturas que están ligadas fundamentalmente a la
producción y uso de radiaciones. Se ha implementado una asignatura de máster: Tecnología
y Aplicaciones de las Fuentes de Irradiación y Aceleradores. Su objetivo es dar a conocer los
tipos de radiación que se pueden producir en estos sistemas, las posibles aplicaciones de las
mismas, y la descripción de los sistemas o equipos en los que se implementan hoy en día estas
aplicaciones. El Bloque 3 de este libro es una introducción a los contenidos de esta primera
asignatura. Precisamente por ser los detectores de radiación uno de los componentes
fundamentales de los sistemas utilizados en estas aplicaciones es por lo que se tratan en el
Bloque 3. El detector por otra parte, entendido como chivato y medidor de la presencia de
radiación de la que en la hay que protegerse, será tema fundamental en la asignatura de
protección radiológica, y de ahí que también su estudio se pueda incluir dentro de este cuerpo
de doctrina.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Lo dicho: esperamos sea una pequeña orientación para que nuestros alumnos empiecen la
tarea de evaluar cuáles son los temas de interés actual asociados al campo de la Ingeniería
Nuclear (si los hubiere), cuál su relación con las materias ofertadas dentro del título de máster
en Ingeniería Industrial, y en definitiva comprender el porqué de una asignatura como esta.
Esperamos que cuando finalice el estudio de la asignatura tenga las bases mínimas para
responder a estas cuestiones. Esperamos que este libro contribuya eficazmente a ello.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Bloque 1:
Introducción a la Ingeniería Nuclear y
fundamentos teóricos en los que se
basa.
AUTOR: Javier Sanz

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Tema 1 - Estructura de la materia y formas de energía.

Tema 1 Estructura de la materia y formas de energía.


1.1 Introducción: materia y energía.
Nuestro mundo material se compone de muchas sustancias diferentes, que se distinguen por
sus propiedades químicas, mecánicas, eléctricas, etc. Se la encuentra en varios estados: sólido,
líquido y gaseoso (con mucho los más abundantes en la tierra), y el estado de plasma, o gas
ionizado (muy infrecuente en la Tierra, pero el más extendido en el universo). A pesar de la
aparente diversidad de clases y formas de materia, se acepta que un número limitado de
unidades estructurales diferentes (partículas elementales, átomos, ...), forman toda la
materia del Universo.
La distinción entre las distintas sustancias o sistemas materiales se pude explicar a partir del
número de las distintas unidades estructurales que lo forman y de su organización interna.
Esta estructura u organización viene determinada por las fuerzas internas, es decir, por las
fuerzas entre los constituyentes del sistema. Directamente asociada a éstas, se define la otra
gran propiedad, que además de la materia, posee un sistema: la energía del sistema. Los
componentes estructurales del sistema y el tipo o tipos de interacción que se establece entre
ellos, determinan el valor de su energía. La energía en sus diferentes formas puede ser
almacenada, liberada, transformada, transferida y usarse mediante procesos adecuados en
instalaciones hechas por el hombre. Se aconseja concebir la naturaleza en término de estas
dos magnitudes o entidades físicas básicas: materia y energía. E incluso veremos cómo esta
distinción se puede eliminar, ya que la materia se puede convertir en energía y viceversa.

1.2 Materia.
Los cuerpos que observamos a nuestro alrededor decimos que están constituidos de materia,
que son cuerpos materiales. El concepto de materia, ha tenido distintos significados a lo largo
de la historia. En la concepción moderna de la materia esta se define fundamentalmente sobre
la base de las propiedades mensurables que a ella se la pueden asignar. Las dos propiedades
fundamentales, y en este orden, son la de masa y volumen. Así materia es todo lo que tiene
masa y ocupa un volumen. Son materia la pizarra, un libro, un bolígrafo, etc., y no son materia
la bondad, belleza, color, etc. Las magnitudes físicas masa y volumen son intrínsecas a toda
clase de materia, no permiten diferenciar unas sustancias de otras, y por ello se dice que son
propiedades generales de la materia. Para distinguir unas sustancias de otras hay que recurrir
a las propiedades específicas, que sí son propias de cada sustancia. Entre ellas podemos citar
la densidad, dureza, punto de fusión, etc. Insistir en que, para poder identificar una sustancia,
en la mayoría de los casos hay que recurrir al estudio de más de una propiedad específica.
La pregunta sobre la estructura de lo material ha sido uno de los problemas más viejos al que
se ha enfrentado el pensamiento humano. A lo largo de su historia se han elaborados distintos
modelos acerca de cómo está constituida la materia. Aunque el aspecto de los objetos que
nos son familiares -una moneda, un billete, un libro, el vino de una botella- nos hace pensar
en una distribución continua de la materia, ha resultado imposible explicar a partir de tal
hipótesis de continuidad, las propiedades de los cuerpos y sus transformaciones físicas y
químicas. La idea válida es la de la existencia de una estructura granular de la materia. La
estructura microscópica de la materia no es continua. Todos los procesos que experimente la
materia, se podrán explicar basándose en la existencia e interacción de unidades estructurales
de materia. Y hasta hoy en día todos se han podido explicar sobre la base de esta hipótesis de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

estructura corpuscular de la materia. La unidad estructural de materia que sirve para explicar
los procesos químicos y físicos de la materia es el denominado átomo. El átomo está
constituido por un núcleo central y por un conjunto de electrones.
Durante el siglo pasado se investigó la estructura del átomo, y cada átomo se sabe que consta
de un pequeño núcleo central que contiene la mayoría de la masa del átomo, rodeado por
una nube de electrones. El átomo mantiene su cohesión como sistema debido a las fuerzas
electrostáticas de atracción entre el núcleo cargado positivamente y los electrones cargados
negativamente. Además, el conjunto de electrones posee una carga total igual a la del núcleo,
por lo que el átomo como un todo es eléctricamente neutro. Los estudios sobre la estructura
del núcleo muestran que está compuesto de partículas que reciben el nombre genérico de
nucleones, y son de dos tipos: los protones y los neutrones. Estudios recientes de colisiones
de muy alta energía han revelado los protones y neutrones están a su vez compuestos de
partículas llamadas quarks. Por tanto, a nivel conceptual se puede considerar actualmente la
existencia de dos capas o estratos de materia por debajo de la capa atómica: la capa nuclear
y la capa del nucleón, cada una de ellas es, respectivamente, objeto de estudio de la física
nuclear y de la física de partículas elementales.
Por encima del estrato atómico está el molecular, que es el objeto de estudio de la química.
Así como los átomos pueden combinarse para formar moléculas, algunas de gran complejidad,
también las moléculas pueden combinarse para formar células, los objetos más pequeños de
lo que llamamos vida. Situándonos en un nivel más alto de complejidad, se tiene que las
células se combinan para formar la gran variedad de organismos vivos, constituyendo el
campo de estudio de las ciencias biológicas. Entre estos organismos está el hombre poseedor
de conciencia, tema de estudio de la psicología.
Esta concepción de la materia estructurada en diferentes capas o niveles, para no quedar
incompleta, ha de a plantear la cuestión sobre la relación de las capas entre sí. El principio
esencial que rige la relación entre capas se puede expresar como sigue: las propiedades de
una capa dada se determinan sólo a partir de las propiedades de la capa situada
inmediatamente debajo de ella. Concretando más lo dicho, este principio de capas dice que
las propiedades de cualquier entidad/sistema se determinan a partir de las propiedades de
sus constituyentes situados en la capa inmediatamente debajo de ella, y no se ven afectadas
por las de aquellas entidades situadas en capas superiores o más inferiores. Por ejemplo, las
propiedades de un átomo dado quedan determinadas a partir de su el núcleo y de los
electrones que lo rodean, y no por las propiedades de cualquiera de las moléculas a la que
pudiera pertenecer, o por cualesquiera otras entidades en capas superiores o inferiores a la
del nivel atómico. Este principio está rara vez expresado explícitamente y lo creemos esencial
en el desarrollo de la ciencia y en la utilización efectiva de la misma en la tecnología.
Se puede concebir un mundo hecho de otra forma, pero es difícil imaginar cualquier otro
método de construcción que asegure a la vez complejidad e inteligibilidad. Si las entidades
situadas en niveles muy diferentes pudieran influirse mutuamente, el sistema en su conjunto
sería tan complicado que sería imposible de entender. Estrictamente hablando, basta que el
principio de capas esté muy cercano a la verdad, para que la inteligibilidad sea posible;
pequeñas violaciones al mimo, como de hecho ocurren en algunas situaciones, no destruyen
nuestra posibilidad de comprensión.
La constatación de este principio de capas es evidente en las actividades de los diferentes
tipos de científicos/ramas de la ciencia, cada una responsable de tratar y entender su objeto

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Tema 1 - Estructura de la materia y formas de energía.

de estudio en término de las entidades situadas en la capa inmediatamente por debajo. Por
ejemplo, la química estudia reacciones entre moléculas y trata de entenderlas en término de
las propiedades de los átomos constituyentes, y la física nuclear hace exactamente igual para
las reacciones nucleares y las propiedades de los nucleones.
Esta visión de la estructura de la materia y su relación con las distintas ramas de la ciencia (y
tecnologías asociadas), puede ser útil al alumno para que estructure y en definitiva asimile de
forma más eficiente los conocimientos.

1.3 La energía: concepto y propiedades.


Esta sección cubre primero el concepto de energía, preguntándonos qué es la energía. En
segundo lugar, se revisan las propiedades de la energía. En las secciones restantes del capítulo,
Secs. 1.4, 1.5 y 1.6, se exponen las distintas formas en las que se manifiesta.

¿Qué es la energía?
Una primera aproximación al concepto de energía es el definirla a partir del concepto de
trabajo. Respecto a este, decimos que la cantidad de trabajo realizado sobre un sistema es
igual a la fuerza que se ejerce sobre el sistema multiplicada por la distancia que la fuerza se
desplaza. La definición para la energía de un objeto o sistema, es la cantidad de trabajo que el
objeto o sistema puede hacer sobre algún otro objeto o sistema. En otras palabras, la energía
es una medida de la capacidad de un objeto o sistema para hacer trabajo sobre otro sistema
u objeto.
Conviene señalar desde el comiendo, que hay varias formas en que un sistema u objeto puede
poseer energía, esto es capacidad de hacer trabajo, lo que equivale a decir que un sistema
puede tener diferentes formas de energía. Pero hay que tener siempre presente que
independientemente de la forma, energía significa capacidad para hacer trabajo. Otra idea a
señalar, es que el procedimiento mediante el cual a partir de una de una fuente de energía
dada se extrae su energía y se convierte en una forma apta para ser utilizada por el hombre
no siempre es sencillo. A lo largo del libro, se prestará especial atención a como a partir del
uranio, la fuente de energía nuclear más utilizada, se llega a la energía utilizable por el hombre.

¿Cuáles son las propiedades de la energía?


Aunque la definición de energía dada en la sección anterior es útil para hacernos una idea de
su significado, es importante darse cuenta que en la física actual no sabemos lo que la energía
es. Lo que sabemos es que hay cierta magnitud física que llamamos energía, que no cambia
de valor en los múltiples cambios que ocurre en la naturaleza. Esta es una idea muy abstracta,
porque es un principio matemático; significa que hay una cantidad numérica que no cambia
cuando ocurre algo. Y lo que también sabemos es que es que hay fórmulas para calcular cierta
cantidad numérica, cada fórmula asociada a una forma de energía, y cuando las juntamos
todas resulta siempre el mismo número. Aparte de esto, la energía tiene otras propiedades
bien probadas que la caracterizan. Seguidamente se resumen las propiedades básicas de la
energía.

La energía siempre se conserva, esto es, nunca se crea nueva energía ni se destruye.
Por tanto, cuando un objeto o sistema interacciona con otro, la transferencia de energía que
se establece da lugar a que puedan cambiar su contenido energético, y si en uno de ellos ha

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

entrado/salido una cierta cantidad de energía, esa misma cantidad es la que el otro habrá
perdido/ganado. Según esta propiedad de la energía, podemos decir que la cantidad de
energía que apareció al comienzo de la creación del universo, debe ser igual a la que existe
hoy en día, y a la que existirá en el futuro. Lo que ha cambiado a lo largo del tiempo es la forma
en que esa energía se encuentra.

La energía se manifiesta en formas diversas.


Las formas fundamentales son: energía cinética, potencial, térmica, química, nuclear y
radiación electromagnética (luz). Aparte de estas, tenemos la concepción de la masa como
forma de energía. Esta idea fue propuesta por Einstein a principios del siglo XX, y constituye
el elemento fundamental a la hora del estudio de la energética de las reacciones nucleares.

Cualquiera de las formas en que la energía puede manifestarse tiene que estar definida
por una fórmula matemática específica, que permita su cuantificación.
En definitiva, las distintas formas de energía no son conceptos vagos, tienen definiciones
matemáticas precias y significados precisos. La energía total se puede cuantificar a partir de
la suma de todas las formulas correspondientes a las distintas formas de energía. El cómo se
ha ido llegando a las distintas fórmulas es uno de los logros más importantes del pensamiento
humano.

La energía se puede convertir de una cualquiera de sus formas en otra.

La energía se puede transportar y la energía se puede transferir desde un objeto/sistema a


otro cuando se establece una interacción entre dichos objetos/sistemas.
El estudio de los diversos procesos de transporte y transferencia de energía es una rama muy
importante de la ingeniería energética. Aquí solo mencionar, que la forma más obvia y trivial
de transporte de energía ocurre cuando un objeto que posee energía simplemente se mueve
de un lugar a otro. Un ejemplo de forma simple de transferencia de energía es el de la energía
cinética que puede transferirse de uno objeto a otro cuando los objetos colisionan. A parte de
la energía cinética que se comunica al cuerpo colisionado se pueden generar otras formas de
energía durante la colisión. Ahora bien, la energía total (es decir la suma de todas las formas
de energía presentes en cualquier instante del proceso) se conserva en el proceso. Calor, luz,
corriente eléctrica, etc., son otros procesos por los que la energía se transfiere de unos
sistemas a otros.

1.4 Formas de energía: cinética, potencial, térmica, química y nuclear


La energía se manifiesta en varias formas diferentes, o en otras palabras, un objeto o sistema
puede almacenar/tener distintas formas de energía. En la sección anterior enumeramos
cuáles son las siete formas básicas de energía, y en ésta se presentan las cinco primeras de la
lista. Respecto a las dos restantes, una se trata en la sección penúltima, Sec. 1.5, y la otra en
la última, Sec. 1.6, del capítulo.

1.4.1 Energía cinética.


Un objeto se dice que posee energía cinética respecto a un observador o sistema de referencia
dado, por el hecho de estar en movimiento con relación a dicho sistema de referencia. La
energía cinética, como cualquier otra forma de energía tiene una fórmula matemática que la

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Tema 1 - Estructura de la materia y formas de energía.

define. Así, para una partícula simple de masa M moviéndose con velocidad v, la definición
clásica de energía cinética es:
1
𝐸𝑐𝑖𝑛𝑒𝑡𝑖𝑐𝑎 = · 𝑚 · 𝑣2
2
Esta expresión de la energía cinética, como ya veremos más adelante, es sólo valida par un
determinado rango de velocidades. La expresión válida para todo rango de velocidades se
presentará más adelante, en una sección dedicada a ciertas cuestiones de la Teoría de la
Relatividad.
De igual forma que para una partícula, también existe una expresión matemática bien definida
para la energía cinética de un sistema de partículas. Del establecimiento de estas expresiones
se encarga la Mecánica.

1.4.2 Energía potencial gravitatoria y energía potencial en general.


Dos cuerpos con masa se atraen. Esta fuerza que se ejerce entre los objetos debido
exclusivamente a su masa, recibe el nombre de fuerza gravitatoria. Sabemos que es muy
pequeña cuando actúa entre objetos pequeños, pero que es muy importante en el caso de los
astros. Así el Sol y la Tierra, o la Tierra y la Luna se atraen por la fuerza gravitatoria. El peso no
es otra cosa que la fuerza de gravitación ejercida por la Tierra sobre los objetos situados sobre
su superficie o próximos a ella. Pues bien, a esta fuerza le corresponde una energía de
gravitación, que es más elevada cuando los cuerpos están alejados que cuando están
próximos. La energía de gravitación se dice que es potencial, porque no se manifiesta hasta
que no se convierte en otra forma de energía.
Consideremos un libro sobre una mesa. Comúnmente se dice que el libro tiene “energía
potencial” gravitatoria porque si se le empuja fuera de la mesa, la gravedad acelerará el libro,
comunicándole energía cinética. Sabemos que con esta expresión lo que realmente queremos
significar es que es el sistema libro-Tierra el que posee esta energía potencial, y que esta
energía se convierte en energía cinética a medida que el libro cae. Sabemos que esta energía
es consecuencia de la posición que el objeto tiene en el espacio con relación al suelo, y se
puede concebir como una característica (fundamental por otra parte) de la condición o estado
en que se encuentre el sistema libro-Tierra. La definición matemática de la energía potencial
es en este caso la masa del objeto multiplicada por la aceleración de la gravedad g (que es
aproximadamente igual a 10 m/s2 en la superficie de la Tierra), y por la altura sobre la
superficie de la tierra. Esto es:
𝐸𝑝𝑜𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎𝑙 = 𝑚 · 𝑔 · ℎ
El nombre genérico para la energía que tiene que ver con la posición relativa a alguna otra
cosa es energía potencial. Así hablamos de energía potencial eléctrica, energía elástica, etc.
Todas ellas son distintas formas posibles de energía potencial de un sistema, y cada una de
ellas vendrá definida por una expresión matemática específica. El contenido de energía
potencial de un sistema, sea ésta del tipo que sea, siempre dependerá del estado en que esté
se encuentre y se pondrá de manifiesto al convertirse en otra forma de energía.

1.4.3 Energía térmica.


Consideremos una sustancia cualquiera (imaginemos por ejemplo el café caliente en una
taza). A escala microscópica, esta sustancia está formada por un colectivo de muchas

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

moléculas. Pues bien, la energía térmica de dicha sustancia es una medida de la energía
cinética y potencial del total de las moléculas en la misma. Las moléculas tienen energía
cinética porque se están trasladando y vibrando, y tienen energía potencial debido a la
atracción mutua entre unas y otras (de la misma forma que el libro y la Tierra tienen energía
potencial porque se atraenentre sí). Las partículas se agitan y a su vez se atraen unas a otras.
La energía asociada a la agitación (energía cinética) y atracción (energía potencial) molecular
constituyen la energía térmica. Como vemos esta energía no está asociada a un movimiento
visible macroscópico del sistema, sino al microscópico de sus moléculas o átomos, que aparte
de poder ser más menos rápido tiene la característica esencial de ser desordenado. El
conjunto de materia no se desplaza, pero las moléculas se mueven en su interior, en una forma
desordenada.
A escala macroscópica, esta forma de energía es la que se pone en juego cuando la
temperatura de una sustancia varía o cuando una sustancia cambia de estado. La temperatura
es una magnitud directamente relacionada con la medida de la energía térmica. Cuanto mayor
es la temperatura mayor es el movimiento de agitación de las moléculas y también mayor su
energía potencial. Por otra parte, la relación entre el contenido de energía térmica de una
sustancia y su estado físico está claramente establecida. Tomemos como ejemplo el caso del
agua. Si calentamos el agua en estado líquido, llega un momento que la agitación térmica
aumenta y la atracción entre las moléculas ya no es suficiente para mantenerlas unidas y se
separan. Así producimos vapor a partir de agua en estado líquido. Si enfriamos el agua líquida,
la agitación de las moléculas de átomos decrece, y las moléculas se acomodan en una nueva
estructura, es el hielo, agua en estado sólido. En el hielo los átomos tampoco están quietos,
sino que están agitándose y vibrando. A pesar de existir un orden definido en el cristal -una
estructura definida espacialmente- todos los átomos están vibrando entorno a una posición.
Si aumentamos la temperatura vibran con una amplitud cada vez mayor, hasta que finalmente
acaban por escapar de su posición. A esto llamamos fusión.
La expresión matemática de la energía térmica para las distintas sustancias está claramente
definida, tal y como se estudia en Termodinámica.

1.4.4 Energía química.


Es una forma de energía potencial microscópica (distinta a la que asociamos o computamos
en la energía térmica) que existe debidas a las fuerzas de atracción electromagnéticas que se
ejercen entre los constituyentes (átomos) de cada molécula. De forma resumida, se puede
decir que es la energía asociada a la fuerza que liga a los átomos en las moléculas, o lo que es
equivalente, la energía asociada a la atracción entre los átomos.
Según el conocimiento actual se puede suponer que la energía química consta de dos partes:
una es energía cinética, correspondiente al movimiento de los electrones en el interior de los
átomos; la otra es energía potencial, en concreto energía potencial eléctrica al ser
consecuencia de la interacción entre las cargas eléctricas de los electrones y protones.
Las reacciones químicas son los procesos en los que tiene lugar la transformación de la energía
química en otra forma de energía, procesos en que los átomos de un sistema cambian de
compañeros. El contenido de energía química de una sustancia también tiene una expresión
matemática específica tal y como se estudia en Química, en virtud de la cual se puede estudiar
la energética de cualquier reacción química

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Tema 1 - Estructura de la materia y formas de energía.

1.4.5 Energía nuclear.


Es la energía involucrada con la interacción y consecuente organización de las partículas
dentro del núcleo. Tenemos fórmulas para computar esta energía, aunque no tenemos las
leyes fundamentales de las fuerzas de interacción. Las fuerzas responsables de la
ligazón/cohesión entre las partículas (protones y neutrones) del núcleo, sabemos que no son
gravitacionales, ni electromagnéticas. Los cambios en el contenido de esta forma de energía
en los sistemas vienen ligados a cambios en la estructura de los núcleos de los átomos
constituyentes del sistema, o en otras palabras, a la ocurrencia de reacciones nucleares.
De forma análoga a la energía química, la energía nuclear consta de dos partes: energía
cinética de los nucleones (término utilizado para designar indistintamente a uno cualquiera
de los dos tipos de partículas/constituyentes estructurales del núcleo) en el interior del núcleo
de los átomos; y energía potencial de interacción de los protones y neutrones –interacción
dominada fundamentalmente por la denominada fuerza nuclear fuerte, aunque también está
presente la interacción eléctrica entre protones-. En una reacción nuclear la energía nuclear
del sistema cambia, transformándose o liberándose normalmente en forma de energía
cinética de los productos resultantes. Es decir, parte de la energía nuclear del sistema se
transforma en energía cinética.
El Sol es un buen ejemplo donde se pone de manifiesto la importancia de este tipo de energía.
El Sol tiene a las reacciones nucleares como la fuente de su energía, esto es, los cambios que
se están produciendo en la estructura de los núcleos de sus átomos son el origen primario de
la energía radiante que libera, parte de la cual llega a la Tierra. En concreto, los núcleos de
hidrogeno se funden (combinan) para formar un núcleo de helio, en un proceso llamado
fusión, en el que se libera energía.
En la Tierra el mejor ejemplo es el de las centrales nucleares actúales, donde se produce
energía eléctrica a partir de la transformación de la energía nuclear de distintas materias
primas. Conviene mencionar el que en una central, sea nuclear o de combustible fósil, no se
produce energía (esta siempre se conserva), se transforma o convierte una determinada
forma de energía en otra más útil para la aplicación determinada de que se trate.

1.5 Radiación electromagnética.


Otra forma de energía, es la radiación electromagnética. Uno de los ejemplos típicos de este
tipo de energía es la luz visible. La radiación se ha venido concibiendo de dos formas
diferentes: como onda, y como partícula. La utilidad de una u otra concepción es dependiente
del proceso que se estudie. La interpretación cuántica, o de partículas, es especialmente útil
en el análisis de los procesos de interacción de la radiación con la materia, mientras que la
necesidad de una teoría ondulatoria de la radiación se puso de manifiesto al tratar de
entender los fenómenos de interferencia y difracción. Por tanto, sea lo que sea la radiación,
una idea aceptada es que la radiación no es ni un fenómeno puramente ondulatorio ni
tampoco sólo una corriente de partículas, que se comporta como onda bajo algunas
circunstancias y como partícula bajo otras.
De acuerdo al modelo ondulatorio, la radiación se concibe como una combinación de
vibraciones eléctricas y magnéticas oscilantes propagándose a través del espacio, y viene
regida por las leyes de la teoría electromagnética de Maxwell. En 1886 y 1887, Heinrich Hertz
llevó a cabo los experimentos que por primera vez confirmaron la existencia de las ondas
electromagnéticas y la teoría electromagnética de la propagación de la luz. En la teoría

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

electromagnética clásica, toda radiación, independientemente de su origen, se puede


caracterizar por su frecuencia, que está ligada a su velocidad y a su longitud de onda. Se ha
demostrado que la velocidad de propagación de todo tipo de radiación electromagnética en
el vacío, es igual a la de la velocidad con que se propaga la luz en el mismo, la cual se simboliza
por la letra c, siendo aproximadamente igual a 3∙108 m/s. Entonces, si c es la velocidad de la
luz, y tenemos una radiación con una longitud de onda λ, y una frecuencia ν, se tiene que
c = ν·λ. El conjunto de todas las radiaciones electromagnéticas constituye un espectro de gran
amplitud, que comprende desde las ondas de radio que tienen los mayores valores de longitud
de onda, del orden de km, hasta los de menor valor que son rayos X con λ del orden de
angstroms (1 Å = 10-10 m) y los rayos gamma con λ del orden de fermis (1 fm = 10-15 m). Para
la luz visible, las longitudes de onda están comprendidas entre un valor de 7·10-7 m para la luz
roja, hasta unos 4·10-7 m para la violeta; las frecuencias correspondientes son del orden de
1014 s-1. Por ejemplo, la luz amarilla de longitud de onda 5,89·10-7 m, tiene una frecuencia de
5,1·1014 s-1.
La primera teoría sobre la naturaleza corpuscular de la radiación fue propuesta por Einstein
en 1905. Einstein propuso que la energía radiante existía en paquetes concentrados de
energía, cuantos (corpúsculos) de energía, más tarde denominados fotones, siendo este el
término que se utiliza. La energía E de un solo fotón está dada por la expresión: E= h·ν, donde
ν es la frecuencia de la radiación y h es la constante de Planck, h = 6,62618·10-34 J·s.

En su artículo de 1905 titulado “On a heuristic point of view concerning the creation
and conversion of light”, Einstein usó la palabra cuanto de luz (quantum of light). La
palabra fotón (photon) se introdujo más tarde por G.N. Lewis en 1926, para
referirse al mismo concepto.

Según la teoría cuántica de Einstein, un haz de radiación de frecuencia ν únicamente puede


transportar una cantidad de energía igual a, o múltiplo de hν. Por otra parte, cuando esta
radiación al interaccionar con la materia sea absorbida por ella, se ha de obtener que la
energía transferida a la materia sólo pueda tener valores iguales a, o múltiplo de hν.
En esta teoría, el fotón se define de la manera siguiente:
a) El fotón está asociado a la radiación de frecuencia ν
b) Tiene una velocidad igual a c
c) Su energía es igual a hν
Cabría ahora deducir otras propiedades que se pueden asignar al fotón, partiendo de las tres
propiedades indicadas y del hecho de que el fotón debe satisfacer los principios de la teoría
relativista. Pero esto lo dejaremos para la próxima sección en la que se presentan algunos de
los conceptos de Relatividad Especial, que aplicaremos a este corpúsculo singular que es el
fotón. Ahora sólo indicar que, si se concibe al fotón como corpúsculo, este también debe tener
una cantidad de movimiento p, y tal y como se verá más adelante se deduce que los fotones
deben satisfacer la relación p = E/c. Podemos por tanto rescribir la tercera propiedad diciendo:
• Su energía es igual a hν y su cantidad de movimiento medido a lo largo de la dirección
de propagación, es igual a hν/c.
Introducimos ahora el concepto de intensidad de energía I de un haz de radiación de
frecuencia ν. Esta magnitud es igual al número de fotones N con esa frecuencia que atraviesan
por segundo una superficie de área unidad, perpendicularmente a la dirección de
propagación, multiplicada por la energía de cada fotón: I(ν) = N(ν) hν.

- 15 -
Tema 1 - Estructura de la materia y formas de energía.

Si la energía de un fotón es muy pequeña, como es el caso por ejemplo de los fotones
asociados a las ondas de radio, el número N(ν) debe ser muy grande para que I(ν) sea
detectable. En estas condiciones, la propagación de la energía parece realizarse de una
manera continua. Cuando, al contrario, la energía de un fotón es grande con respecto a la
energía puesta en juego por un fenómeno en particular (por ejemplo, para arrancar un
electrón se necesita una energía del orden del eV), se puede descubrir la presencia de cada
fotón en tal proceso. Entonces aparece la discontinuidad en la estructura de la radiación.
La doble manifestación de la estructura de la luz, corpuscular (mostrada en distintos
experimentos de interacción con la materia) y ondulatoria (para explicar los fenómenos bien
conocidos de interferencia y difracción), se refleja en las mismas expresiones E = hν y p = h/λ,
donde se combinan las características ondulatorias (ν y λ) y las de partícula (E y p). Esta
dualidad onda-corpúsculo no pudo ser explicada hasta 1929, por la electrodinámica cuántica.

1.6 Introducción a la mecánica relativista: equivalencia masa-energía y leyes


de conservación.

1.6.1 Dinámica de una partícula material.


El sistema dinámico más simple posible, es una partícula material sobre la que no actúan
fuerzas, una partícula libre. Sea una particular libre en movimiento con relación a un
observador dado. La mecánica relativista asocia a esta partícula dos magnitudes
fundamentales, la cantidad de movimiento y la energía total. Para ser consistente con los dos
postulados de partida de la teoría especial de la relatividad, y preservar las leyes de
conservación de la cantidad de movimiento y de la energía, Einstein demostró que estas
magnitudes han de adoptar una forma algo diferente a la definición clásica. Estas formas, no
su demostración, son las que se presentan a continuación. Se hacen varias consideraciones
sobre ellas con la intención de que ayuden a comprender su significación en el contexto de
otras leyes, y a efectos de interpretar/entender el mundo físico.

La teoría especial de la relatividad publicada por Einstein en 1905 se basa en dos


postulados:
1. Las leyes de la física son iguales en todos los sistemas inerciales. No existe
ningún sistema inercial preferido. (Principio de relatividad).
2. La velocidad de la luz en el espacio libre (vacío) tiene el mismo valor c en todos
los sistemas inerciales. (Principio de constancia de la velocidad de la luz).
No se ha encontrado todavía ninguna objeción experimental a la teoría especial de
la relatividad de Einstein.

Cantidad de movimiento p.
Sea una partícula material que se mueve con velocidad v. La cantidad de movimiento de la
partícula se define como:

𝑝⃗ = 𝑚 · 𝑣⃗ (1.1)

En ella aparece la letra m, que representa una nueva magnitud denominada masa relativista
de la partícula, la cual se expresa matemáticamente como:
1
𝑚(𝑣) = · 𝑚0
2
√1 − 𝑣2
𝑐

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Como se ve m es una función escalar que depende del módulo de la velocidad de la partícula,
y de una propiedad intrínseca de la partícula que denominamos masa en reposo m0. Se ve
que m se reduce a m0 cuando la velocidad se hace cero. Es decir, m0 es el valor de la masa de
la partícula medida por un observador para el que dicha partícula se encuentre en reposo.
También se ve, que a medida que v se acerca a c, la masa aumenta sin límite.
Con esta definición de p, la ecuación del movimiento de la partícula puede adoptar una forma
equivalente a la dada originalmente por Newton, que establece que la fuerza es igual a la
variación de la cantidad de movimiento:

𝑑𝑝⃗
𝐹⃗ = (1.2)
𝑑𝑡
Se observa que la modificación de Einstein a las leyes de Newton radica solamente en el uso
de una nueva definición para la masa; antes era una constante, y ahora es necesario permitir
que la masa de una partícula sea función del valor (módulo) de su velocidad. En esta
modificación, la acción y reacción entre los cuerpos que interaccionan tiene lugar de forma
que se cumple la conservación de la cantidad de movimiento, principio que también se
establecía en la dinámica Newtoniana, pero la cantidad que se conserva no es el antiguo mv
con masa constante.
Hagamos algunas reflexiones que nos ayuden a entender las implicaciones de esta nueva
definición de masa. Recordamos que el concepto de masa está ligado al de inercia o resistencia
de un cuerpo al cambio de velocidad. Si una fuerza grande produce un cambio muy pequeño
en la velocidad de un cuerpo, decimos que el cuerpo tiene mucha inercia o masa. Si tenemos
dos cuerpos sometidos a la misma fuerza, aquel que experimente una aceleración menor
diremos que es el que tiene mayor masa, mayor inercia al cambio de velocidad. De acuerdo a
la nueva definición de masa, observamos que la inercia de un cuerpo al cambio de velocidad
varia con la velocidad, siendo enorme cuando su velocidad v es casi igual a c. Esto se ha
comprobado experimentalmente, siendo fundamental este efecto en el diseño de
aceleradores. El campo de fuerzas a aplicar para acelerar una partícula una cantidad dada
tiene que ser mucho más intenso si la partícula posee una velocidad grande que si pose una
velocidad pequeña. Así en estados de alta velocidad, la intensidad del campo a aplicar tiene
que ser mucho mayor que la que cabría esperar en base de las leyes de Newton. En definitiva,
para diseñar muchos tipos de aceleradores se necesita saber relatividad, y esto puede ser una
labor muy interesante de los ingenieros (que sepan los principios básicos de relatividad).
Dejamos al lector para que reflexione sobre la siguiente cuestión ¿qué pasará si una fuerza
constante actúa sobre un cuerpo durante un tiempo todo lo largo que quiera?

Energía total.
A continuación se aborda la cuestión de la Energía total, magnitud fundamental para poder
analizar la energética de las transformaciones nucleares.
Para ser consistente con las distintas hipótesis de partida, Einstein obtuvo que la expresión
para la energía total de una partícula material que se mueve con velocidad v, debía ser de la
forma:

𝐸 = 𝑚 · 𝑐2 (1.3)

- 17 -
Tema 1 - Estructura de la materia y formas de energía.

En ella se nos dice que la masa de un cuerpo es igual al contenido energético total dividido
por c2. Esta ecuación adquiere todo su significado al escribirla de la siguiente forma:

1
𝑚𝑐 2 = 𝑚0 𝑐 2 + 𝑚0 𝑐 2 −1 (1.4)
2
√1 − 𝑣2
[ 𝑐 ]

El primer miembro de la igualdad da la energía total de un cuerpo. En el segundo miembro se


distinguen dos términos. El de la derecha, se puede verificar fácilmente que representa la
energía cinética EC del objeto, esto es, la energía que posee en virtud solamente de su
movimiento. Si se calcula el trabajo hecho para acelerar una partícula desde su estado de
reposo hasta su velocidad final (que como sabemos es la forma de calcular la energía cinética
en Mecánica Newtoniana), se obtendría la expresión del último término de la Ec. (1.4). Si se
realiza este cálculo, para la expresión de la fuerza ha de utilizarse la dada en Ec. (1.2), y para
la cantidad de movimiento la dada en Ec. (1.1).
Detengámonos ahora en el primer término del segundo miembro de Ec. (1.4). Einstein
interpretó el término m0c2, uno de los dos componentes de la energía total del cuerpo, como
una energía intrínseca del cuerpo que denominó energía de reposo E0 (o energía de masa en
reposo).

𝐸0 = 𝑚0 · 𝑐 2 (1.5)

Como se ve es el valor de E para v = 0, esto es, E0 se define como la energía relativista de la


partícula en reposo. El concepto de energía de reposo fue explícitamente considerado por
Einstein como la consecuencia más importante de toda su teoría especial de la relatividad.
Dentro del campo concreto de la física y tecnología nuclear, veremos cómo representa el
concepto base para explicar todas las transformaciones energéticas.
Si se considera la energía cinética de un cuerpo como una forma de energía externa, entonces
la energía de masa en reposo podría considerase como la energía intrínseca/interna del
cuerpo. Este criterio de que la energía interna de una partícula es equivalente a su masa en
reposo, cabe la posibilidad de extenderlo a un conjunto de partículas. Y así fue propuesto por
Einstein, el cual hizo la hipótesis de que las conclusiones obtenidas en el estudio de la dinámica
de una partícula referidas a su energía total y energía en reposo, eran aplicables
universalmente a cualquier sistema de partículas. Veamos el significado de lo dicho con un
ejemplo. Aunque sabemos que un átomo consta de muchas partículas (y que el tipo o tipos
de interacción entre ellas determinan su energía interna), se le puede considerar como una
partícula a la que se puede asignar una masa en reposo, claramente identificable en los
experimentos. Esta interpretación de la masa en reposo como directamente relacionada con
la energía interna del sistema, se discutirá con un poco mayor de profundidad cuando
planteemos le cuestión de energía de enlace de un sistema, al final de esta sección.
De aquí en adelante, utilizaremos la palabra masa para referirnos a la masa en reposo (o masa
propia) de una partícula (o sistema), dado que esta es una propiedad intrínseca al mismo,
independiente por tanto del observador de referencia.
Volvamos a Ec. (1.4). Está ecuación se puede poner como:
𝐸 = 𝑚0 𝑐 2 + 𝐸𝑐

- 18 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

La expresión explicita para EC es:

1
𝐸𝐶 = 𝑚0 𝑐 2 −1 (1.6)
2
√1 − 𝑣2
[ 𝑐 ]

Otra expresión muy conveniente para la energía cinética es:


𝐸𝑐 = 𝑚0 𝑐 2 (𝛾 − 1)
donde el símbolo γ, muy utilizado en todos los desarrollos y cálculos de mecánica relativista,
es un parámetro adimensional que caracteriza el estado de movimiento de la partícula, y que
adopta la forma:
1
−2
𝑣2
𝛾 = 𝛾(𝑣) = (1 − 2 )
𝑐
Con relación a la expresión de la energía cinética, EC, merece la pena obtener la forma que
adopta cuando v/c<<1. Basta para ello desarrollar γ(v) en serie de potencias de v/c:
1 𝑣 2 3 𝑣 4 5 𝑣 6
𝛾 =1+ ( ) + ( ) + ( ) +⋯ (1.7)
2 𝑐 8 𝑐 16 𝑐
La expresión correspondiente para la energía cinética según (1.7) es:
1 3 𝑣 2
𝐸𝑐 = 𝑚0 𝑣 2 + 𝑚0 𝑣 2 ( ) + ⋯ (1.8)
2 8 𝑐
El primer término es la energía cinética de la mecánica newtoniana. El segundo término y los
que le siguen son despreciables si v/c<<1. De esta forma verificamos nuevamente que la
mecánica newtoniana es una aproximación de la mecánica relativista, válida solo para
velocidades o energías bajas.

Figura 1.1 Variación de la energía cinética con respecto a la velocidad a) relativista y b) newtoniana

- 19 -
Tema 1 - Estructura de la materia y formas de energía.

En la Figura 1.1 se muestra la variación de la energía cinética en función de la velocidad según


se adopte para la misma la expresión relativista dara por la expresión (1.6) o la expresión
1
Newtoniana 𝐸𝑐 = 𝑚0 𝑣 2 . En la curva a) se indica la energía cinética relativista y en la b) la
2
Newtoniana divididas ambas por 𝑚0 𝑐 2 .
Esta figura muestra claramente que, a velocidades iguales, la energía cinética relativista es
mayor que el valor Newtoniano. Esto significa que se necesita aportar mucha más energía
para acelerar una partícula cuando su velocidad se aproxima a c, que lo que predice la
mecánica Newtoniana.
Debemos notar que el coeficiente 𝐸𝑐 /𝑚0 𝑐 2 es el mismo para todas las partículas que tienen
la misma velocidad. Entonces como la masa del protón es 1850 veces la masa del electrón, los
efectos relativistas en el movimiento de los protones son apreciables sólo a energías cinéticas
1850 veces mayores que en los electrones. Por tal razón el movimiento de protones y
neutrones en los núcleos atómicos se puede tratar a menudo sin hacer consideraciones
relativistas, mientras que el movimiento de los electrones atómicos, normalmente requiere
un tratamiento relativista.
Volvamos a las ecuaciones (1.7) y (1.8), cuando v<<c la serie en Ec. (1.8) se puede truncar
después del primer término en v/c. La expresión resultante para EC es:
1
𝐸𝐶 = 𝑚0 𝑣 2 (1.9)
2
que coincide con la expresión de la mecánica clásica para la energía cinética. Es importante
hacer notar que Ec. (1.9) se puede usar en vez de Ec. (1.6) solamente cuando la energía cinética
calculada según Ec. (1.6) sea pequeña comparada con la energía de masa en reposo. Esto es,
Ec. (1.9) es válida siempre que
1
𝑚0 𝑣 2 ≪ 𝑚0 𝑐 2
2
A efectos prácticos, Ec. (1.8) es suficientemente exacta para la mayoría de las aplicaciones
siempre y cuando v < 0,2c, o lo que es equivalente
𝐸𝐶 ≤ 0,02 𝐸0
Un ejercicio interesante es el comprobar para qué rango de la energía cinética del neutrón
puede utilizarse la Ec. (1.8). La masa en reposo del neutrón (en unidades de energía) es
prácticamente 1.000 MeV y 0,02 E0 = 20 MeV. En instalaciones nucleares basadas tanto en la
fisión como en la fusión nuclear no hay neutrones con energías superiores a 20 MeV. Por lo
tanto, en todos los problemas de ingeniería asociados a la tecnología de fisión o fusión nuclear
en los que haya que calcular la energía cinética de los neutrones, se recomienda utilizar Ec.
(1.9). Cuando se introduce la masa del neutrón en Ec. (1.8), se obtiene una fórmula que
merece mucho la pena tener a mano,
𝑣 = 1,383 · 106 √𝐸𝐶
donde para v las unidades son cm/s y para EC son eV.
Antes de acabar esta sección, queremos hacer dos consideraciones más. La primera se refiere
a una diferencia significativa (y que a menudo se obvia) entre la mecánica clásica y la
relativista. En mecánica clásica una partícula libre al no estar sometida a ninguna fuerza está
situada en un campo de potencial constante de valor arbitrario. Si esta partícula se encuentra

- 20 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

en reposo su valor de energía es arbitrario. En mecánica relativista, por el contrario, la energía


de la partícula libre que se encuentra en reposo tiene un valor concreto y claramente
identificado, su energía de reposo.
La segunda se refiere a la relación entre E y p. Vemos que Ec. (1.4) establece la relación entre
la energía total, la energía de reposo y la energía cinética. Una expresión también muy útil es
la que explícitamente relaciona la energía total con la cantidad de movimiento y la energía de
reposo. A partir de Ecs (1.1) y (1.4) se deduce fácilmente la relación entre E y p, obteniéndose:

𝐸 2 = 𝑝2 𝑐 2 + 𝑚02 𝑐 4 (1.10)

1.6.2 Unidades de masa y energía: equivalencia entre ellas.


Primeramente hagamos la siguiente consideración relacionada con la equivalencia física
masa-energía. La fórmula E=mc2 de la dinámica relativista nos lleva a aceptar la existencia de
la magnitud física masa-energía. En la física clásica no se reconocía el que julios y kilogramos
eran dos unidades que realmente correspondían a la misma clase de magnitud física, la masa-
energía. Hoy, se puede aceptar el considerarlas dos unidades diferentes para la misma
magnitud física, y c2 se puede interpretar como el factor de conversión para pasar de unas
unidades a otras, cuya función por tanto es similar a cualquier otro factor de conversión entre
unidades, tal como por ejemplo el factor de conversión para pasar de metros a kilómetros.
En la física atómica y nuclear las energías se acostumbran a expresar en electronvoltios (eV).
Un electronvoltio es la energía cinética que adquiere un electrón en el vacío sometido a un
campo eléctrico creado por una diferencia de potencial de 1 volt, o bien es el trabajo necesario
para trasladar un electrón en el vacío entre dos puntos cuya diferencia de potencial es de 1 V.
Se puede comprobar que: 1 eV = 1,602177·10-19 J
Se emplean frecuentemente los siguientes múltiplos:
1 kiloelectronvolt 1 keV = 103 eV
1 megaelectronvolt 1 MeV = 106 eV
1 gigaelectronvolt 1 GeV = 109 eV
Como unidad de masa atómica se utiliza la unidad de masa atómica unificada (1 u, o 1 uma),
que será objeto de consideración en el Tema 2 el texto, y se define como la doceava parte de
la masa del átomo de 12C y equivale a:
1 uma = 1,660540·10-24 g
Adoptado para c un valor de 3∙108 m/s, o si se quiere el valor más exacto de
c = 2,997925·108 m/s, pueden obtenerse las relaciones entre las diferentes unidades de masa
y de energía.
Así, se puede comprobar que la equivalencia de energía de 1 uma es:
1 uma = 931,49 MeV
Por lo tanto, la equivalencia entre la masa de un cuerpo expresada en uma y la de su energía
expresada en Mev adopta la siguiente expresión muy utilizada:
𝐸(𝑀𝑒𝑉) ≈ 931 · 𝑚(𝑢𝑚𝑎)

- 21 -
Tema 1 - Estructura de la materia y formas de energía.

Por otra parte, podemos plantearnos el calcular la energía a la que equivale 1 kg de materia.
La solución es (1 kg) x (3·108 m/s)2 = 9·1016 J. A partir de ella puede obtenerse la expresión que
liga kg y MeV:
𝐸(𝑀𝑒𝑉) ≈ 5,61 · 1029 𝑚(𝑘𝑔)
Compruebe que para el electrón de masa en reposo me = 9,109390·10-31 kg, su energía de
reposo es 0,511 MeV.
Otra cuestión interesante que podríamos plantear y que fácilmente se puede contestar es la
de calcular la energía que se libera en la “combustión” de diferentes combustibles,
entendiéndose por combustión un método de convertir masa en otras formas de energía. Si
en la naturaleza hubiera procesos en los que se produjera la combustión/transformación
completa de un kilogramo de materia en energía, la cantidad de energía que se liberaría es la
ya calculada de 9·1016 J. En la naturaleza no ocurren procesos de estas características. Veamos
uno que sí que tiene lugar. Supongamos una masa de 1 kg de una sustancia/combustible
particular. Esta cantidad de sustancia puede “quemarse”, es decir, puede sufrir un proceso de
combustión, tal que como resultado del mismo se produce la conversión de 0.87 g de materia
en otras formas de energía. A primera vista parece no ser un proceso muy eficiente, pues
consumimos/quemamos en el proceso 1 kg de materia, quedan y sólo obtenemos el
equivalente energético a 0,87 g (quedando por tanto 999,13 g de “cenizas”). La energía
liberada correspondiente a esta conversión de masa es de 7.8·1013 J/kg de combustible
consumido. Si se quema uranio mediante el proceso de fisión (reacción nuclear que
estudiaremos) estos son aproximadamente los números que se obtienen: 7.8·1013 J/kg de
uranio consumido. En los combustibles que se queman mediante reacciones químicas (no
nucleares), tal como por ejemplo la gasolina, se obtienen valores de aproximadamente
5·107 J/kg de combustible consumido. La diferencia entre este número y el correspondiente
al del uranio es de 6 órdenes de magnitud, lo que revela la enorme diferencia entre la energía
puesta en juego en los procesos químicos y los nucleares.

1.6.3 Dinámica de una partícula sin masa.


Nótese que las expresiones utilizadas para la energía cinética, Ecs (1.6) y (1.9), son sólo válidas
para partículas materiales, es decir para partículas con masa en reposo distinta de cero. Estas
expresiones no se aplican para las partículas con masa en reposo cero. Para tales partículas,
de las que el ejemplo más significativo son los fotones, no es físicamente apropiado el utilizar
el término energía cinética. Los fotones, como vimos en Sec. 1.5 sólo viajan a la velocidad de
la luz, y su energía total E viene dada por la fórmula E= hν, donde h es la constante de Planck
y ν es la frecuencia de la radiación asociada con el fotón. La constante de Planck tiene unidades
de energía  tiempo, h = 6,62618·10-34 J·s, y también, h = 4,136·10-15 eV·s.
Veamos algunas propiedades que los fotones (al igual que cualquier otra partícula sin masa)
han de tener.
Se puede comprobar que la condición necesaria para que una partícula tenga una masa en
reposo igual a cero, es que se mueva a una velocidad c. De igual forma se puede comprobar
que la condición necesaria para que una partícula se mueva a una velocidad c es tenga una
masa en reposo igual a cero.
𝑣 = 𝑐 ⇔ 𝑚0 = 0

- 22 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

𝑣2
Para ello, pártase de la relación relativista: 𝐸 = 𝑚0 𝑐 2 /√1 − . Esto implica que E tiende al
𝑐2
infinito si v = c, a menos que m0 = 0. Por lo tanto, los fotones, que por definición, como vimos
en Sec. 1.5, tienen v = c, deben tener m0 = 0. Por otra parte, también se ve, que para mantener
finita E (ni cero ni infinita) cuando m0 → 0 debemos hacer que v → c.
Con relación a la cantidad de movimiento de los fotones, a partir de Ec. (1.10) se obtiene que:
ℎ·𝜈
𝐸 =ℎ·𝜈 =𝑝·𝑐 ⇒𝑝=
𝑐
Es conveniente indicar que el término cero masa en reposo es un poco engañoso, porque es
imposible encontrar un sistema de referencia en el cual los fotones (o cualquier cosa que viaje
a la velocidad de la luz) estén en reposo. Sin embargo, si m0, se determina a partir de
mediciones de energía y cantidad de movimiento a partir de la Ec. (1.10) como 𝑚0 =
2 2
√(𝐸⁄ 2 ) − (𝑝⁄𝑐 ) , entonces m0 = 0 cuando (como en el caso del fotón) p = E/c.
𝑐

1.6.4 Sistema aislado de partículas: leyes de conservación en colisiones y


desintegraciones.
Consideremos un sistema aislado de partículas, i.e., un sistema sobre el que no actúa fuerzas
externas. Consecuentemente, la evolución del sistema va a venir regida exclusivamente por
las interacciones que se establecen entre sus partículas constituyentes. Se ha observado hay
una serie de leyes que limitan y encuadran el número de posibilidades de dicha evolución. De
entre esas leyes cabe destacar las referidas al hecho de que hay ciertas magnitudes físicas-
matemáticas que se ha encontrado que se conservan. Al afirmar que una determinada
magnitud se conserva, ha de entenderse que el valor de esta magnitud se mantiene/conserva
constante a lo largo del tiempo.
La mecánica relativista permite proponer dos leyes de conservación, que se aceptan como
válidas para toda clase de fenómenos experimentados por un sistema aislado, cualquiera que
sea su tamaño y los valores de las velocidades implicadas. Estas son las leyes de conservación
de la cantidad de movimiento, y la ley de conservación de la energía.
La ley de conservación de la cantidad de movimiento del sistema, ⃗𝑷
⃗⃗. Sea un sistema aislado
de partículas que contuviera N partículas de masas en reposo m1, m2, … mN. Sea 𝑝⃗𝑖 el vector
cantidad de movimiento de la partícula de masa mi en un cierto instante. La cantidad de
movimiento del sistema en dicho instante, que simbolizaremos por la letra 𝑃⃗⃗, se define como,
𝑁

𝑃⃗⃗ = ∑ 𝑝⃗𝑖
𝑖=1

La ley de conservación de la cantidad de movimiento establece que 𝑃⃗⃗ debe mantenerse


constante a lo largo del tiempo. Por consiguiente, si las partículas tienen en un cierto instante
𝑡 = 𝑡1 las cantidades de movimiento 𝑝⃗𝑖 , y en un instante posterior 𝑡 = 𝑡2 tienen las
cantidades de movimiento 𝑝⃗′𝑖 , la ley de conservación del momento nos permitiría escribir:
∑𝑁 ⃗𝑖 = ∑𝑁
𝑖=1 𝑝 ⃗𝑖′ , o lo que es equivalente, 𝑃⃗⃗ = 𝑃⃗⃗′
𝑖=1 𝑝

La ley de conservación de la energía total del sistema, E. Pasemos ahora a determinar la


energía total del sistema de partículas, de forma que esa energía sea también una magnitud

- 23 -
Tema 1 - Estructura de la materia y formas de energía.

que se conserve. Lo haremos para el caso de un sistema en que las N partículas que lo
constituyen no interaccionan entre sí, es decir tenemos un sistema de partículas libres. Sea
Ei la energía de la partícula de de masa mi en un cierto instante. Sabemos que se verifica: Ei =
Ei,0 + ECi,. donde Ei,0 Ei,0 es la energía de reposo de la partícula (Ei,0 = mi c2), y ECi su energía
cinética. Pues bien, la energía del sistema en dicho instante, que simbolizaremos como E, se
define como 𝐸 = ∑𝑁 𝑖=1 𝐸𝑖 , que también podemos escribir:
𝑁 𝑁

𝐸 = ∑ 𝐸𝑖,0 + ∑ 𝐸𝐶𝑖
𝑖=1 𝑖=1

En el segundo miembro de la igualdad, el primer término representa la suma de la energía de


reposo de cada una de las partículas individuales constituyentes del sistema (aunque no se
discutirá aquí, conviene señalar que este término no se corresponde con lo que se denomina
y aquí no definiremos, masa total del sistema). El segundo término representa la suma de la
energía cinética de cada una de las partículas individuales constituyentes del sistema. A esta
suma se la denomina energía cinética total del sistema, EC.
La ley de conservación de la energía establece que la E del sistema debe mantenerse constante
a lo largo del tiempo. Si las partículas tienen en el instante 𝑡 = 𝑡1 las energías Ei, y en un
instante posterior 𝑡 = 𝑡2 tienen las energías E´i, la ley de conservación de la energía nos
permite escribir: E=E´, es decir,
𝑁 𝑁 𝑁 𝑁

∑ 𝐸𝑖,0 + ∑ 𝐸𝐶𝑖 = ∑ 𝐸𝑖,0 + ∑ 𝐸𝐶𝑖′
𝑖=1 𝑖=1 𝑖=1 𝑖=1

A partir de esta expresión se puede derivar la siguiente expresión:


𝑁 𝑁 𝑁 𝑁

∑ 𝐸𝑖,0 − ∑ 𝐸𝑖,0 = ∑ 𝐸𝐶𝑖′ − ∑ 𝐸𝐶𝑖
𝑖=1 𝑖=1 𝑖=1 𝑖=1

Esta expresión nos dice que, si la suma de la energía/masa en reposo de cada una de las
partículas individuales constituyentes del sistema decrece al pasar el sistema del instante t1 al
t2, entonces la suma de la energía cinética de las partículas del sistema entre dichos instantes
habrá aumentado, siendo el valor de decrecimiento igual al del aumento. En definitiva, ha
habido una conversión de masa en reposo en energía cinética. También hubiera podido ocurrir
lo contrario, aumento de masa en reposo a consta de una disminución de la energía cinética.
Los procesos de colisión/reacción entre partículas, así como los de desintegración verifican las
leyes expuestas, y en el Tema 3 cuando se estudie la cinemática y energética de dichos
procesos se utilizará de forma directa lo aquí expuesto.

1.6.5 Energía de enlace de un sistema.


El contenido de la energía intrínseca/energía de reposo de cualquier sistema material es
debido a varios tipos de contribuciones. Identificados los constituyentes del sistema, las
distintas contribuciones se pueden clasificar en dos categorías: i) movimiento (energía
cinética) y energía potencial correspondiente a la interacción entre los constituyentes; y
ii) energía de masa en reposo de los constituyentes. La primera contribución, que engloba la
energía cinética y energía potencial de de los constituyentes, recibe el nombre de energía
interna del sistema, Eint.

- 24 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Describamos ahora más en detalle algunas de las posibles contribuciones a la energía de


reposo de un sistema. Así podemos tener una contribución asociada a la energía translacional
de las moléculas y a la energía potencial intermolecular. También tenemos la energía asociada
a los estados de vibración y rotación y energía potencial de interacción interatómica de los
núcleos dentro de las moléculas. Los estados de movimiento traslación Et, de rotación Er, y de
vibración Ev, pueden cambiar cuando por ejemplo el cuerpo absorbe o desprende energía
calorífica. Otra contribución a la energía interna está asociada al movimiento y energía
potencial correspondiente a la interacción entre electrones y núcleo, es decir la asociada a las
distintas estructuras electrónicas que pueden acontecer. Esta es la energía electrónica Ee, o
química, que cambia cuando suceden reacciones químicas (por ejemplo, la disociación o la
recombinación molecular). Esta energía interna asociada a las estructuras electrónicas
también puede cambiar cuando un átomo absorbe radiación y se excita, o emite radiación y
se desexcita. La energía interna puede también tomar la forma de energía asociada al
movimiento y potencial de interacción entre los componentes del núcleo, Esta energía, que
denominamos energía nuclear, En, está asociada por tanto a las estructuras nucleares, y puede
cambiar mediante reacciones nucleares. Sin embargo, la contribución mayor a la energía de
reposo del sistema se debe a la suma de la energía de masa en reposo de las partículas
constituyentes del cuerpo, la cual se considera la fuente primaria de la energía interna. Esta
también puede cambiar, como por ejemplo, en la creación y la aniquilación de electrones y
positrones. La masa en reposo (o masa propia) de un cuerpo, no es, por lo tanto, en general
una constante. Desde luego que si no hay ningún cambio en la energía interna de un cuerpo
(o si consideramos un sistema cerrado a través del cual no hay transferencia de energía) se
puede pensar que la masa en reposo del cuerpo (o del sistema) es constante.
En función de lo dicho, la energía de reposo de un cuerpo/sistema determinado, en el que se
pueden identificar sus distintos constituyentes i, se podría formular como sigue:
Esist,0 = Et + Er + Ev + Ee + En + ∑ Ei,0
Por otra parte, la energía interna del sistema sería:
Eint = Et + Er + Ev + Ee + En.
Esta expresión se podría también escribir como: Eint = Ecin + Epot . En esta expresión Ecin
representa la energía cinética de los constituyentes del sistema, que podría escribirse en este
caso como: Ecin = Et + Er + Ev . A su vez, Epot representa la energía potencial de los constituyentes
del sistema, que en este caso se podría escribir como: Epot = Ee + En .
Utilizando la relación entre masa en reposo y energía de reposo, la expresión anterior referida
a la energía de reposo del sistema, Esist,0 , se puede escribir como:
Msist,0 ∙ c2 = Et + Er + Ev + Ee + En + ∑ Mi,0 ∙ c2
Si comparáramos la masa, Msist,0 , de cualquier sistema integrado por un determinado número
de partículas ligadas (sistema ligado), con la suma de las masas, ∑ Mi,0 ,de sus partículas
constituyentes cuando estas se encuentran dispersas en estado libre/sin interaccionar
(sistema disperso), se obtendría lo siguiente: la diferencia entre la masa total del sistema y la
suma de la masa de sus partes es un número negativo. Su valor absoluto se conoce con el
nombre de defecto de masa, Mdef . Esto es:
Msist,0 = ∑ Mi,0 − Mdef

- 25 -
Tema 1 - Estructura de la materia y formas de energía.

De acuerdo a la ecuación de equivalencia masa-energía expresada por la relación de Einstein,


el defecto de masa tiene asociado una energía, que se denomina energía de enlace del
sistema, Eenlace, de valor: Eenlace = Mdef∙ c2. O lo que es equivalente:
Eenlace = ∑ Mi,0 · c2 − Msist,0 · c2
La energía Eenlace representa la cantidad total de energía que se debe suministrar al sistema si
se le quiere disgregar en cada uno de sus componentes constituyentes. También representa,
la energía que se emitiría (en forma de fotones) si las partículas constituyentes se
juntaran/unieran para formar el sistema ligado. La energía de enlace, puede comprobarse que
verifica: Eenlace = −Eint. Recordamos que la energía interna de un sistema ligado siempre es
negativa.
La energía de enlace es una medida de la estabilidad del sistema, es decir de la ligazón entre
sus partes. Por lo tanto, para sistemas constituidos por los mismos constituyentes, el más
estable será el que posea una energía interna (en valor absoluto) mayor, dado que representa
la masa/energía cuya ausencia mide el grado de ligazón de las partes del sistema.
Posteriormente abordaremos la cuestión de la energía de enlace del núcleo, como una de sus
propiedades fundamentales.

1.6.6 Consideraciones generales y ejemplos útiles para la solución de


problemas de mecánica relativista/masa-energía.
Expresión de la energía cinética
Nuestra primera consideración es la siguiente: Un error común en la solución de problemas
sobre masa-energía consiste en utilizar la expresión equivocada para la energía cinética, así:
1 1
𝐸 ≠ 𝑚0 𝑣 2 𝑦 𝐸 ≠ 𝑚𝑣 2
2 2
La expresión correcta para la energía cinética es: 𝐸𝑐 = (𝑚 − 𝑚0 ) · 𝑐 2 .

Expresión de la cantidad de movimiento


Del mismo modo, tratándose de la cantidad de movimiento, notamos que:
𝑝 ≠ 𝑚0 𝑣

Órdenes de magnitud en la conversión masa/energía


Una cuestión interesante que podríamos plantear, es la de calcular la energía que se libera en
la “combustión” de diferentes combustibles, entendiéndose aquí por combustión un método
de convertir masa en otras formas de energía.
Si en la naturaleza hubiera procesos en los que se produjera la combustión/transformación
completa de un kilogramo de materia en energía, la cantidad de energía que se liberaría es la
ya calculada (ver Sec. 1.6.2) de 9·1016 J. En la naturaleza no ocurren procesos de estas
características. Veamos uno que si que tiene lugar. Supongamos una masa de 1 kg de una
sustancia/combustible particular. Esta cantidad de sustancia puede “quemarse”, es decir,
puede sufrir un proceso de combustión, tal que como resultado del mismo se produce la
conversión de 0,87 g de materia en otras formas de energía. A primera vista parece no ser un
proceso muy eficiente, pues consumimos/quemamos en el proceso 1 kg de materia, y sólo
obtenemos el equivalente energético a 0,87 g (quedando por tanto 999,13 g de “cenizas”). La

- 26 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

energía liberada correspondiente a esta conversión de masa es de 7.8·1013 J/kg de


combustible consumido.
Si se quema uranio mediante el proceso de fisión (reacción nuclear que estudiaremos) los
números que se obtienen son aproximadamente: 7.8·1013 J/kg de uranio consumido. En los
combustibles que se queman mediante reacciones químicas (no nucleares), tal como por
ejemplo la gasolina, se obtienen valores de aproximadamente 5·107 J/kg de combustible
consumido. La diferencia entre este número y el correspondiente al del uranio es de 6 órdenes
de magnitud, lo que revela la enorme diferencia entre la energía puesta en juego en los
procesos químicos y los nucleares.

Diferencias al usar mecánica clásica o relativista


Para ayudar a comprender y calcular estas diferencias, a continuación, vamos a presentar dos
ejemplos. Para el análisis de los ejemplos que se plantean, se utilizarán como datos los valores
de energía de reposo del electrón y protón. En la siguiente tabla se dan dichos valores, así
como también la energía de reposo del neutrón.
Partícula Masa en reposo, m (uma) Energía en reposo, mc2 (MeV)
Electrón 0,000 549 0,511
Protón 1,007 825 938,82
Neutrón 1,008 665 939,60

Ejemplo 1
Cálculo de la energía necesaria para acelerar (a) un electrón, (b) un protón, hasta una
velocidad igual a la mitad de la de la luz. En cada caso comparar los valores relativista y
Newtoniano.
1
Cuando v = 0,5c, tenemos que 𝛾 = 2
= 1.1547. Entonces:
√1−𝑣2
𝑐
2 (𝛾
𝐸𝑐 = 𝑚0 𝑐 − 1) = 0,1547𝑚0 𝑐 2
para el valor relativista y
1 𝑣2
𝐸𝑐 = 𝑚𝑣 = 𝑚𝑐 ( 2 ) = 0,125 𝑚𝑐 2
2 2
2 2𝑐
para la energía usando la mecánica newtoniana. Así,
𝐸𝑐 (𝑟𝑒𝑙)
= 1,2376
𝐸𝑐 (𝑁𝑒𝑤𝑡)
De modo que la Ec (rel) es un 24% mayor que la Ec (Newt). Nótese que este cociente es
independiente de la masa de la partícula. Usando el resultado anterior, los valores de Ec (rel)
para el electrón y el protón son:
Electrón: Ec (rel) = 0,079 MeV protón: Ec (rel) = 145,155 MeV
Esto muestra que para acelerar un protón a una cierta velocidad se requiere
aproximadamente 2000 veces más energía que para acelerar un electrón. Este resultado es
válido en las mecánicas tanto Newtoniana como relativista.

- 27 -
Tema 1 - Estructura de la materia y formas de energía.

Ejemplo 2
Cálculo de la velocidad de (a) un electrón, (b) un protón con energía cinética de 10 MeV.
En casa caso Ec = 10 MeV. Como la energía total es 𝐸 = 𝐸𝑐 + 𝑚0 𝑐 2 , tenemos:
a) Para el electrón.
𝐸 = 10 𝑀𝑒𝑉 + 0,511 𝑀𝑒𝑉 = 10,511 𝑀𝑒𝑉,
de modo que 𝐸 = 𝛾 · 𝑚0 𝑐 2 , donde 𝛾 = 1/√1 − 𝑣 2 /𝑐 2 , encontramos que
v/c = 0,9988. Esto es, el electrón se mueve con una velocidad muy cercana a la de la
luz.
b) Para el protón:
𝐸 = 10 𝑀𝑒𝑉 + 938,3 𝑀𝑒𝑉 = 948,3 𝑀𝑒𝑉,
𝐸
que da el resultado = 1,01066, y de forma análoga al caso anterior se obtiene
𝑚0 𝑐 2
que v/c = 0,1488. El protón se mueve con una velocidad tan pequeña, en comparación
con c, que podría ser tratado de manera no relativista. De hecho, si usamos la relación
1
newtoniana 𝐸𝑐 = 𝑚𝑣 2 para el protón, obtenemos v/c = 0.1460, que sólo difiere del
2
valor relativista en un 0.8%.
Este ejemplo muestra que, para la misma energía cinética, los protones se mueven con
velocidades muchos menores que los electrones y, a menudo, se les puede tratar de forma no
relativista.

- 28 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tema 2 La naturaleza atómica y nuclear de la materia.


2.1 Composición de átomos y núcleos: propiedades generales.
Los planetas, el aire, el agua, las piedras, los seres vivos, etc., todos los cuerpos o substancias
de la naturaleza se puede considerar que están constituidos a partir de unas unidades
estructurales de materia llamados átomos, o por agrupaciones de átomos llamadas moléculas.
Contrariamente a la etimología, el átomo no es indivisible, sino que tiene una estructura
interna. En un átomo se pueden distinguir dos zonas:
i) Una región central, el núcleo, donde se hallan concentradas las cargas positivas y
prácticamente toda la masa del átomo. Está formado por dos clases de partículas: los
protones, y los neutrones. Los protones y neutrones, por ser los constituyentes del núcleo,
se conocen con el nombre genérico de nucleones.
El protón es una partícula que tiene una masa en reposo mp = 1,6742929·10-27 kg, y
cargada positivamente con una carga igual a la carga elemental
e = 1,602177·10-19 C.
El neutrón es una partícula con una masa en reposo mn = 1,67495·10-27 kg, y es
eléctricamente neutra, tal y como su nombre indica.
El número total de protones en el núcleo se denomina número atómico del átomo y se
representa por la letra Z. El número total de nucleones de un núcleo se designa por la letra
A y se conoce con el nombre de número másico del átomo. El número de neutrones en un
núcleo, que se indica por la letra N, es por lo tanto N = A – Z.
ii) Una nube de electrones que envuelve el núcleo, y se mueven en torno al a gran distancia.
El electrón es una partícula con una masa en reposo me = 9,10954·10-31 kg, y posee carga
eléctrica negativa de valor igual a la denominada carga elemental. La carga elemental se
representa mediante el símbolo e y su valor es 1,602177·10-19 C.
Existen muchos átomos diferentes, pero siempre están fabricados a partir de idénticos
constituyentes: protones, neutrones y electrones. Lo que variará de unos a otros átomos, será
el número de estos.

Tabla 2.1 Masa en reposo y carga del protón, neutrón y electrón

Partícula Masa en reposo Carga


-27
Protón mp = 1,6742929·10 kg +e = 1.602177·10-19 C
Neutrón mn = 1,67495·10-27 kg 0
-31
Electrón me = 9,10954·10 kg -e = -1.602177·10-19 C

Entre las propiedades importantes del átomo conviene repasar las siguientes: tamaño, masa
y carga.
Tamaño del átomo y de su núcleo.
El diámetro asociado a la nube electrónica del átomo es del orden de 10-10 m (1 Å). En un
centímetro, podríamos alinear 100 millones de átomos. El núcleo es mucho más pequeño.

- 29 -
Tema 2 - La naturaleza atómica y nuclear de la materia.

Ocupa una región cuyo diámetro es del orden de 10-15 m (1 fm). El núcleo es por tanto cerca
de 100.000 veces más pequeño que el átomo con su nube de electrones.
Masa del átomo y de su núcleo.
En el átomo la masa no está repartida de forma homogénea. Los protones y los neutrones
tienen prácticamente la misma masa, y son alrededor de 2000 veces más pesados que el
electrón, lo que hace que en el núcleo se concentre prácticamente toda la masa del átomo y
que la materia en el núcleo sea más de un billón de veces (alrededor de 1014) más densa que
la materia macroscópica ordinaria. Se ha estimado que el número de nucleones por cm3 es
entorno a 1038 nucleones/cm3. Esta densidad expresada en g/cm3 equivale a una densidad del
orden de 1014 g/cm3 = 108 tm/cm3. Si todos los núcleos de la tierra estuvieran tocándose,
nuestro planeta tendría un diámetro apenas superior a unos cientos de metros y un grano de
arena pesaría más de una tonelada. Para hacer una primera estimación de la masa de un
núcleo, es suficiente conocer el número de nucleones (denominado como ya dijimos número
másico), y saber que la masa de un nucleón es alrededor de 1,67·10-27 kg. Mediante una simple
suma de la masa de todos ellos se puede calcular la masa aproximada de un átomo. Sin
embargo, el resultado no es más que una estimación, pues no se tiene en cuenta el defecto
de masa correspondiente a la ligazón entre los distintos componentes del átomo (estos
aspectos relacionados con la energía de enlace del átomo y sobretodo del núcleo se abordan
más adelante).
Carga eléctrica del átomo y de su núcleo.
Los átomos en su estado normal se encuentran en un estado eléctricamente neutro, es decir
el número de electrones de la nube electrónica, es igual al número de protones del núcleo.
Sin embargo, bajo ciertas condiciones (reacciones químicas…) el átomo puede ganar o perder
uno o varios electrones y quedar entonces cargado positiva o negativamente. Cuando esto
ocurre decimos que el átomo queda ionizado, y recibe el nombre de ion.

2.2 Los elementos químicos y los isótopos.


Un elemento químico o simplemente elemento es una sustancia que está formada por átomos
que tienen el mismo número atómico, es decir, el mismo número de protones. Cada elemento
se representa por un símbolo: H para el hidrogeno; He, para el helio, Li para el lítio, etc. Su
número atómico coincide con el lugar que ocupa en la tabla periódica.
Los átomos que existen en estado natural en la Tierra pertenecen a 90 elementos químicos
con números atómicos comprendidos entre 1 y 92. Los elementos químicos tecnecio (Tc) con
43 protones y promecio (Pm) con 61 protones, no existen en estado natural. Sin embargo, se
pueden crear de forma artificial, al igual que otros elementos que contengan un número de
protones superior a 92, tal como por ejemplo el plutonio (Pu) con 94 protones. Actualmente
(año 2019) se conocen 118 elementos distintos.
Las distintas especies atómicas cuyos núcleos se caracterizan por tener un número particular
de protones y neutrones, o lo que se lo mismo por tener un número atómico Z y un número
másico A, se les denomina nucleidos. Este término también se utiliza para referirnos a una
especie nuclear determinada, caracterizada igualmente por los números Z y A.
De forma simbólica, para indicar un nucleido se escribe el símbolo químico del elemento (lo
que especifica ya su Z), con un superíndice en la parte izquierda, que indica el número másico
(esto determina N, ya que N = A – Z). Escribiríamos por tanto, AX, donde X es el símbolo químico

- 30 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

del elemento químico correspondiente. Para mayor claridad, también se usa a menudo una
forma ampliada de la anterior, en la que se añade un subíndice en la misma parte izquierda,
el cual representa el número atómico Z del nucleido. Utilizando esta forma de representación,
un nucleido se indica mediante el símbolo 𝐴𝑍𝑋. También se acostumbra a representar un
nucleido mediante el nombre completo del elemento químico seguido de un guion y el
número másico. Así por ejemplo, para referirnos al nucleido del hidrógeno con un protón y
con un neutrón en el núcleo, podríamos utilizar una cualquiera de las siguientes notaciones:
2
H, 21𝐻 , hidrógeno-2.
Los átomos de un mismo elemento químico (por lo tanto, todos con el mismo número de
protones) que tienen distinto número de neutrones (y por tanto distinto número másico) se
dice que son los isótopos de ese elemento. Las propiedades químicas de un átomo dependen
solamente de la disposición de los electrones en su nube, la cual se presenta en todos los
isótopos de un elemento con idéntica estructura. Por lo tanto, todos los isótopos de un mismo
elemento tienen las mismas propiedades químicas, y entonces son difíciles de separar entre
ellos. Sin embargo, la ligera diferencia de la masa de sus núcleos hace que sus propiedades
físicas se diferencien un poco. Desde el punto de vista nuclear son nucleidos diferentes, con
un número diferente de constituyentes, que se refleja en su distinto número másico.
La mayoría de los elementos presentes en la naturaleza están constituidos por una mezcla de
isótopos. La proporción en que cada uno de los isótopos está presente en la mezcla isotópica
natural de un elemento varía de un isótopo a otro, y viene dada por la llamada abundancia
isotópica natural o simplemente abundancia natural. La abundancia natural de un isótopo en
un elemento es el cociente entre el número de átomos de dicho isótopo y el número total de
átomos de este elemento en su mezcla isotópica natural. Se suele expresare e porcentaje
atómico %. En las librerías de datos nucleares se incluye esta información para todos los
isótopos de los elementos naturales.

2.3 Peso atómico, mol y densidad atómica.


La masa es una de las propiedades más importantes y específicas de cada átomo. Las masas
de los átomos son extremadamente pequeñas comparadas con las medidas de masa a las que
estamos acostumbrados en nuestra vida diaria, no siendo por tanto las unidades de masa
habitualmente utilizadas (kg) las más convenientes al manejar masas a escala atómica. Es en
este contexto donde se introducen entre otros los conceptos de peso atómico, peso
molecular, unidad atómica de masa, etc, algunos de los cuales vamos a repasar a continuación.
La base para asignar masas atómicas es comparar las masas de los átomos con la masa de un
átomo específico que se toma como referencia, átomo que ha ido variando con el tiempo.
Actualmente se toma como referencia el átomo 12C, que es el isótopo más abundante del
carbono.
El peso atómico de un átomo se define como la masa de un átomo relativa a la masa del
átomo 12C en una escala en la que el peso atómico del 12C se toma igual a 12. O lo que es
equivalente, es la masa del átomo si se toma como referencia unidad la doceava parte de la
masa del átomo de 12C. Si m(AZ) es la masa del átomo representado por AZ y m(12C) es la masa
del 12C, entonces el peso atómico de AZ, simbolizado por M(AZ) viene dado por:
𝑚(𝐴 𝑍)
𝑀(𝐴 𝑍) = 12 ×
𝑚(12 𝐶)

- 31 -
Tema 2 - La naturaleza atómica y nuclear de la materia.

Por lo tanto, el peso atómico no tiene unidades y se expresa simplemente como un número.
Supongamos que un determinado átomo es tres veces más pesado que el 12C. Este átomo
según la ecuación anterior tendría un peso atómico de 36.
Como se indicó en la sección anterior, los elementos encontrados en la naturaleza constan en
general de varios isótopos. El peso atómico de un elemento se define como el peso atómico
medio de un átomo de la mezcla. Si γi es la abundancia isotópica en porcentaje atómico del
isótopo i con peso atómico Mi, entonces el peso atómico del elemento es:

𝑀 = ∑ 𝛾𝑖 𝑀𝑖 /100
𝑖

Veamos dos ejemplos de aplicación:


a) Calculemos el peso atómico del oxígeno, sabiendo que está formado por tres isótopos,
cuyas masas isotópicas y abundancias naturales son las de la tabla
Isótopo Abundancia (% atómico) Peso Atómico
16
O 99,759 15,99492
17
O 0,037 16,99913
18
O 0,204 17,99916

M(O) = 0,01 [γ(16O)M(16O) + γ(17O)M(17O) + γ(18O)M(18O) ]


= 15,99938
Este resultado indica que la masa media de un átomo de oxigeno es 15,99938 veces
más pesado que la doceava parte de la masa del átomo de 12C.
b) El Nb (número atómico 41) natural está formado por átomos de una sola especie, 93Nb.
El peso atómico del elemento Nb coincide con el peso atómico del átomo de 93Nb. Es
igual a 92,906.
La masa total de una molécula relativa a la masa de un átomo de 12C se denomina peso
molecular. El peso molecular de una molécula formada por un determinado número de
átomos se demuestra que es igual a la suma de los pesos atómicos de los átomos
constituyentes (el cambio fraccional de masa en reposo correspondiente a la energía de
enlace de los átomos en la molécula es despreciable). El peso molecular no tiene unidades y
se expresa simplemente como un número. Por ejemplo, el oxígeno en estado gaseoso que es
un elemento cuyas moléculas están formadas por dos átomos, O2, tendrá un peso molecular
de 2 × 15,99938 = 31,99876.
Los conceptos utilizados de pesos atómico y molecular son magnitudes adimensionales, que
se han utilizado para referirnos a las masas de un átomo o molécula individual. Para referirnos
a cantidades de diferentes átomos, moléculas y materia en general se han introducido otros
conceptos. En concreto se ha introducido la magnitud denominada cantidad de materia, la
cual es una de las magnitudes que forman la base dimensional del sistema internacional de
unidades (SI). Su símbolo es n. La unidad de cantidad de materia es el mol, que simbólicamente
también se indica por mol. Un mol es la cantidad de materia de un sistema que contiene tantas
entidades elementales (átomos, moléculas, electrones…) como átomos hay en 0,012 kg de
12
C. Se define el número de Avogadro como la cantidad de átomos de 12C contenidos en una
masa de 0,012 kg. El valor del número de Avogadro es: NA = 6,0221367·1023 mol-1.

- 32 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Así pues, un mol de átomos de cualquier sustancia tiene por definición siempre NA átomos y
un mol de moléculas tiene siempre NA moléculas. La masa de un mol de átomos, moléculas,
etc, se denomina masa molar. La masa molar se expresa en g/mol y su símbolo recomendado
es M. A la masa molar atómica se la suele denominar peso atómico gramo y a la molecular
peso molecular gramo. Se puede comprobar que la masa de un mol de átomos de una
determinada especie atómica coincide con un número de gramos igual su peso atómico o
masa atómica relativa. Así la masa molar correspondiente a los átomos de 12C, es 12 g/mol, y
al del 16O, 16 g/mol. De igual forma se comprueba que la masa de un mol de átomos de un
elemento dado, coincide con un número de gramos igual su peso atómico, y la masa de un
mol de moléculas de una determinada sustancia coincide con un número de gramos igual a su
peso molecular. La masa de un mol de átomos de O es 15,99938 g. La masa de un mol de
moléculas de O2 es 31,99876 g.
Usando el número de Avogadro es posible computar fácilmente la masa de un átomo o
molécula individual. Por ejemplo, dado que un mol de átomos de 12C tiene una masa de 12 g
y contiene NA átomos, la masa de un átomo de 12C es
12
𝑚(12 𝐶) = = 1,99268 · 10−23 𝑔
0,6022045 · 1024
En vez de expresar la masa de los distintos átomos de esta forma, se utiliza una unidad que es
mucho más natural. Esta es la unidad de masa atómica unificada, cuyo símbolo es u, siendo
no obstante el más utilizado en la bibliografía el de uma, y que se define como la doceava
parte de la masa del átomo de 12C. Esto es
1
1 𝑢𝑚𝑎 = × 𝑚(12 𝐶)
12
Invirtiendo esta ecuación tenemos:
𝑚(12 𝐶) = 12 𝑢𝑚𝑎
De forma inmediata se obtiene que
1 uma = 1,66057·10-24 g.
Se puede también comprobar que: m(AZ) = M(AZ) uma. Esto es, la masa de cualquier átomo
en uma es numéricamente igual al peso atómico del elemento en cuestión.
En los problemas de Ingeniería Nuclear, es a menudo necesario calcular el número de átomos
contenidos en 1 cm3 de una sustancia correspondientes a cada una de las distintas especies
atómicas que componen dicha sustancia. Esto es, se necesita calcular la densidad atómica
(átomos/cm3) de cada una de las especies atómicas que componen la sustancia en cuestión.
Esto se puede hacer fácilmente si se conoce la densidad física ρ en g/cm3 y la composición
química de la sustancia, y si se dispone de las tablas de datos sobre los pesos atómicos de
elementos y abundancias isotópicas.
Se pueden presentar distintas situaciones. Aquí presentaremos prácticamente todas ellas,
resolveremos algunas, y dejaremos el resto como ejercicios a realizar por el lector.
Sea una sustancia compuesta de átomos de un solo tipo (tal como el Na, Nb, etc). Si ρ es su
densidad física en g/cm3 y M es el peso atómico gramo, entonces hay ρ/M moles de la
sustancia en 1 cm3. Dado que cada mol contiene NA átomos, la densidad atómica N, en átomos
por cm3, es simplemente:

- 33 -
Tema 2 - La naturaleza atómica y nuclear de la materia.

𝜌 · 𝑁𝐴
𝑁=
𝑀
Para sustancias compuestas de moléculas individuales, la formula a utilizar para calcular la
densidad atómica de cada especie atómica i, es:
𝜌 · 𝑁𝐴
𝑁𝑖 = 𝑛𝑖 ·
𝑀
donde M es ahora el peso molecular gramo o masa de un mol de moléculas y ni el número de
átomos de cada una de las especies presentes en la molécula.
Para sustancias en la que no hay moléculas reconocibles como tales, como es el caso de sólidos
cristalinos tipo NaCl y de los líquidos, basta suponer que el material está formado de
hipotéticas moléculas (pseudo moléculas) que contienen el número apropiado de átomos de
los diferentes constituyentes. El cálculo de la densidad atómica de las diferentes especies se
haría como en el caso anterior. También sería esta la forma de proceder en todos los casos en
que la composición de una sustancia se especifique por una formula química (XmYn, por
ejemplo).
La fórmula para obtener la densidad atómica de un isótopo particular i en un elemento es:
𝛾𝑖 · 𝜌 · 𝑁𝐴
𝑁𝑖 =
100 · 𝑀
donde M es el peso atómico gramo del elemento, y γi la abundancia (en porcentaje atómico)
del isótopo i.
Las composiciones químicas de mezclas de elementos tales como aleaciones metálicas se dan
normalmente en tanto por ciento en peso de los distintos constituyentes. La fórmula para la
densidad atómica del elemento i es:
𝑤𝑖 · 𝜌 · 𝑁𝐴
𝑁𝑖 =
100 · 𝑀𝑖
donde ρ es la densidad física de la mezcla, wi es el porcentaje en peso del elemento i en la
mezcla, y Mi el peso atómico gramo de dicho elemento.
En algunas aplicaciones nucleares, la composición isotópica de un elemento se debe de
cambiar por medios artificiales. El caso más importante es el del uranio usado como
combustible en muchos reactores nucleares, que debe enriquecerse en el isótopo 235U. En
estos casos la práctica es especificar la composición isotópica del producto obtenido en
porcentaje en peso. La obtención de la densidad atómica de cada isótopo se hace de forma
similar a lo indicado en el párrafo anterior, referido a aleaciones.

2.4 Energía del átomo y del núcleo: estados excitados y radiación.


El átomo es un sistema que puede considerase formado por un núcleo cargado positivamente
y por los electrones cargados negativamente que se desplazan en torno a él en orbitas más o
menos definidas. El núcleo y los electrones forman un sistema cohesionado, siendo las fuerzas
responsables de dicha cohesión las fuerzas Coulombianas: de atracción entre núcleo y
electrones y de repulsión al actuar entre electrones. Estas fuerzas son bien conocidas, a
diferencia de las responsables de la cohesión de los nucleones en el núcleo. Hasta el siglo
veinte, la estructura interna de los átomos fue desconocida. Ya se indicó anteriormente la

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

imagen actual del átomo referente a su tamaño y a como se distribuye la masa y la carga en
él. Aquí la cuestión que se quiere abordar es la de la energía del átomo.
La energía de enlace de un sistema, abreviadamente energía del sistema, se define como la
energía necesaria para separar el sistema en sus constituyentes hasta distancias lo
suficientemente lejanas para que no haya interacción entre ellos. Otra definición equivalente
es la de energía liberada en el proceso de formación del sistema a partir de sus constituyentes.
Supongamos un estado de las partículas constituyentes tal que no haya interacción entre ellas.
La energía correspondiente a este estado de las partículas es igual a la suma de las masas de
las partículas (expresada en unidades de energía), y le indicamos por Elibre.
A su vez la energía correspondiente al estado de las partículas en que éstas se encuentran
formando un sistema ligado, Eligado, es igual a la masa en reposo del sistema ligado (expresado
en unidades de energía) en que se han integrado.
Definamos una escala energética en la que asignamos el cero de energía al estado que poseen
las partículas cuando se encuentran libres (es decir, fijamos el valor de Elibre = 0). En esta escala
el sistema ligado de partículas tendría una energía que coincide con el valor numérico de su
energía de enlace cambiado de signo. La energía de un sistema ligado en esta escala es
siempre negativa. Lo dicho se ilustra gráficamente en Figura 2.1.

Figura 2.1 Diagrama masa-energía para un conjunto de partículas cuando se


encuentran libres Elibre y cuando se encuentran ligadas Eligado.

En el caso del átomo, la energía de enlace se refiere a la energía necesaria para separar todos
los electrones del núcleo hasta distancias lo suficientemente lejanas para que no haya
interacción entre ellos. La pregunta que cabe plantearse es la de si un núcleo determinado y
un número de electrones determinados pueden formar un sistema/átomo que puede tener
una gama continua de energías, o por el contrario únicamente puede tomar ciertos valores
discretos de energía.
La teoría física actual de la Mecánica Cuántica nos dice que la energía de un sistema puede
tomar únicamente ciertos valores de energía (la energía de un sistema está cuantizada).
Cuando tal sistema intercambia energía con sus alrededores, lo hace en cantidades discretas

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Tema 2 - La naturaleza atómica y nuclear de la materia.

y de un modo discontinuo. La idea de la cuantización de la energía, que contradice a la teoría


clásica de la física Newtoniana, ha sido confirmada por la toda la experimentación realizada
hasta la fecha.
Según la mecánica clásica, la energía de un sistema, tal como por ejemplo un oscilador
armónico, varía de manera continua y podía tomar valores arbitrarios entre cero e infinito. La
teoría cuántica nos dice que sólo puede tomar valores discretos. El resultado clásico de que la
energía varía continuamente se puede considerar como un caso especial del resultado de la
teoría cuántica. Los sistemas microscópicos dan la impresión de que no tienen energías
discretas, y dan la impresión de que pasan a través de una gama continua de energías. Estas
observaciones no contradicen las teorías cuánticas. En los sistemas microscópicos es donde
se pone de manifiesto y hace evidente la naturaleza cuantizada de la energía. El átomo es uno
de estos sistemas cuánticos.

Figura 2.2 Diagrama de niveles de energía del átomo de hidrógeno (no a escala
real). Obsérvese que las unidades de energía están en eV.

En general todo sistema ligado de partículas (y en particular el átomo) se puede encontrar en


una variedad de diferentes estados caracterizados por tener una energía bien definida. El
estado de menor energía es en el que el sistema se encuentra normalmente, y se le denomina
estado fundamental. Cuando el sistema posee más energía que la correspondiente a la de su
estado de energía fundamental, se dice que está en un estado excitado o un nivel de energía
excitado. El estado fundamental y los diversos estados excitados se pueden representar
convenientemente mediante un diagrama de energías de nivel, tal como el representado en
la Figura 2.2 para el átomo de hidrógeno.
En estos diagramas, el cero de energía se asigna a la energía del sistema en su estado
fundamental. El primer estado excitado del sistema diremos que es aquel que posee una
energía con el (primer) valor más próximo a la del estado fundamental, el segundo será el que
posee el segundo valor más próximo, y así sucesivamente. El estado de mayor energía

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

correspondería a la situación en que todas las partículas constituyentes ya se han separado y


llevado al infinito, y correspondería al valor de la energía de enlace del sistema. Estos
diagramas se han obtenido para todos los átomos y núcleos y están disponibles en la
bibliografía.

Figura 2.3 Diagrama de niveles de energía del núcleo de 12C. Obsérvese


que las unidades de energía están en MeV.

Un sistema puede permanecer en el estado fundamental indefinidamente, sin embargo esto


no es posible si se encuentra en un estado excitado; finalmente el sistema decae a uno u otro
de los estados de menor energía, y de esta forma el sistema finalmente alcanza el estado
fundamental. Todos los estados de energía permitidos del sistema se dice que son
estacionarios en el sentido de que mientras el sistema permanece en uno de ellos no emite
energía, pero son sólo cuasiestacionarios porque al cabo de un cierto tiempo todo estado
excitado ha de pasar a un estado de energía inferior. Cuando ocurre una de estas transiciones
que hacen pasar al sistema de un estado a otro de energía menor, el sistema emite un fotón
con una energía igual a la diferencia entre las energías de los dos estados entre los que se
produce la transición. En definitiva, la diferencia de energía entre los estados se emite en
forma de radiación electromagnética. Esta, dependiendo de la estructura de niveles del
sistema emisor, tendrá una distribución (o espectro) energética determinada, es decir,
pertenecerá a una u otra zona del espectro electromagnético, con mayor o menor intensidad.

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Tema 2 - La naturaleza atómica y nuclear de la materia.

En el caso del átomo la radiación que emite puede pertenecer a la zona infrarroja, visible,
ultravioleta o X del espectro electromagnético. Por ejemplo, cuando el átomo de hidrogeno
en su primer estado excitado a 10,19 eV (ver Figura 2.2) sufre una transición (decimos también
que decae o se desexcita) hasta el estado fundamental, se emite un fotón de longitud de onda
λ = (h·c/e)/E(eV) = 1,240·10-6/10,19 = 1,217·10-7 m. Esta radiación se encuadra dentro de la
región ultravioleta del espectro electromagnético.
El núcleo puede considerarse como un sistema formado a partir de sus constituyentes, los
nucleones. Los nucleones, lo mismo que los electrones en el átomo, no podrán estructurarse
en estados de energía arbitraria, sino que sólo podrán organizarse en estados con
determinados valores discretos de energía bien definidos. En un núcleo cualquiera, hay un
estado con la menor energía, el estado fundamental; y, excepto los núcleos muy ligeros, todos
los núcleos tienen también estados excitados. Estos estados se muestran en Figura 2.3 para el
núcleo de 12C. Si hacemos una comparación entre la Figura 2.2 y la Figura 2.3 observamos que
las energías de los estados excitados y las diferencias de energías entre estados son
considerablemente mayores para el caso del núcleo que para el del átomo. Esta conclusión
particular extraída aquí a partir de los datos relativos a los estados del hidrógeno y del 12C , se
ha comprobado que tiene validez general: las energías de los estados y las diferencias de
energías entre estados son considerablemente mayores para el caso de los núcleos que para
el de los átomos Esto se debe al hecho de que las fuerzas nucleares que actúan entre los
nucleones son mucho más intensas/fuertes que las fuerzas electrostáticas que actúan entre
los electrones y el núcleo. Hablando aún con mayor generalidad, se puede decir que al
comparar los niveles de energía de distintos sistemas (núcleos, átomos, moléculas) se observa
que las energías de los distintos estados, así como la separación de energía entre estados
difieren mucho de unos sistemas a otros. En general, cuanto mayor sea la intensidad de la
fuerza que actúa entre las partículas del sistema, mayores serán las energías de los estados y
la diferencia entre ellos.
Los núcleos en estados excitados pueden decaer a un estado de menor energía, como lo hacen
los átomos, emitiendo un fotón con una energía igual a la diferencia entre las energías de los
estados inicial y final. La energía de los fotones emitidos en estas transiciones del núcleo es
generalmente mucho mayor que las energías de los fotones que se originan en las transiciones
electrónicas del átomo, denominándose a tales fotones rayos γ. Es importante hacer notar,
que tanto en el caso del átomo como en el del núcleo, en el proceso de desexcitación se emite
radiación electromagnética. Ahora bien, los fotones que proceden de las transiciones entre
los niveles energéticos de un núcleo son mucho más energéticos que los fotones que
provienen de transiciones entre niveles de un átomo.
Un núcleo en un estado excitado puede perder su energía de excitación además de por
emisión de radiación electromagnética por otro proceso denominado conversión interna. La
fenomenología de este proceso, se expondrá más adelante en el Tema 3, dentro de los
apartados dedicados a la desintegración nuclear.

2.5 Energía de enlace del núcleo y del átomo.


Experimentalmente se ha encontrado que la masa de un núcleo es menor que suma de las
masas de sus constituyentes, los nucleones, en aproximadamente un 1%. Un núcleo que
contenga Z protones y N neutrones (N = A – Z) tiene una masa M´ que puede escribirse como
𝑀′ = 𝑍 · 𝑚𝑝 + 𝑁 · 𝑚𝑛 − 𝑀𝑑′

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

donde mp y mn son las masas en reposo del protón libre y del neutrón libre, respectivamente,
y M´d es el defecto de masa del núcleo caracterizado por los números A y Z. La energía
asociada cuantitativamente a este defecto de masa se obtiene mediante la relación masa-
energía de Einstein, E = mc2. La aplicación de esta relación al defecto de masa M´d conduce a
la expresión:

𝐸𝐿 = 𝑀𝑑′ 𝑐 2 ; 𝐸𝐿 (𝐴, 𝑍) = [ 𝑍 𝑚𝑝 + 𝑁 𝑚𝑛 − 𝑀′ (𝐴, 𝑍)] · 𝑐 2 (2.1)

donde EL, representa la energía de enlace o ligadura del núcleo.


El factor c2, que multiplica la masa para transformarla en energía, se omitirá a partir de ahora
en esta sección. Estará siempre implícito que la multiplicación o división por c2 es necesario
para obtener energía a partir de masa o viceversa. Por lo tanto, Ec. (2.1) se puede rescribir
como

𝐸𝐿 (𝐴, 𝑍) = [ 𝑍 𝑚𝑝 + 𝑁 𝑚𝑛 − 𝑀′ (𝐴, 𝑍)] (2.2)

Generalmente las diversas técnicas de medida (por ejemplo, el espectrómetro de masas) lo


que permiten determinar es la masa del átomo neutro, no del núcleo. Aunque en la mayoría
de los cálculos de física/tecnología nuclear en los que interviene la masa del núcleo se pueden
hacer con suficiente exactitud utilizando masas atómicas solamente, conviene saber
relacionar la masa atómica y la masa nuclear de un nucleido. Esto también nos ayudará más
adelante a saber justificar por qué la cinemática/energética de las reacciones nucleares, en la
que los agentes involucrados son sólo los núcleos atómicos, se puede estudiar con suficiente
aproximación utilizando masas atómicas en vez de las nucleares.
Primeramente rescribamos la Ec, (2.2), sumando y restando Zme en el miembro de la derecha,
siendo me la masa en reposo del electrón,

𝐸𝐿 (𝐴, 𝑍) = 𝑍 (𝑚𝑝 + 𝑚𝑒 ) + 𝑁 𝑚𝑛 − [𝑀′ (𝐴, 𝑍) + 𝑍 𝑚𝑒 ] (2.3)

Por otra parte, la relación entre la masa atómica M y la masa nuclear M´ de un nucleido dado
(A,Z) es

𝑀 = 𝑀′ + 𝑍 𝑚𝑒 − 𝐸𝐿,𝑒 (𝐴, 𝑍) (2.4)

donde EL,e(A,Z) es la energía de enlace total de todos los electrones en el átomo cuyo núcleo
tiene una masa M´(A,Z).
A su vez, la relación entre la masa atómica de un átomo de hidrógeno-1 y la de su núcleo,
constituido por un protón se puede escribir como:

𝑀𝐻 = 𝑚𝑝 + 𝑚𝑒 − 𝐸𝐿,𝑒 (2.5)

donde MH es la masa del átomo de hidrogeno-1 y EL,e es la energía de enlace del electrón en
el átomo de hidrogeno.
Combinando las Ecs. (2.3), (2.4) y (2.5), se obtiene:

𝑀𝑑′ = 𝑍 𝑀𝐻 + 𝑁 𝑚𝑛 − 𝑀(𝐴, 𝑍) + 𝐸𝐿,𝑒 (𝐴, 𝑍) − 𝑍 𝐸𝐿,𝑒 (2.6)

- 39 -
Tema 2 - La naturaleza atómica y nuclear de la materia.

Los dos últimos términos de Ec. (2.6) se pueden despreciar. El error que se introduce haciendo
esto es tan insignificante debido a que Z EL,e y EL,e(A,Z) son menores de unos pocos keV y
tienden a cancelarse entre si, mientras que EL(A,Z) es del orden de los MeV. Por tanto, la
expresión que se recomienda utilizar para expresar el defecto de masa nuclear (o su
equivalente, la energía de enlace), en término de las masas atómicas es:

𝑀𝑑′ = 𝑍 𝑀𝐻 + 𝑁 𝑚𝑛 − 𝑀(𝐴, 𝑍) (2.7)

Esta expresión, Ec. (2.7), permite calcular fácilmente la energía de enlace de cualquier núcleo.
Se comprueba que EL aumenta con el número másico. Veremos más adelante que este
aumento no tiene lugar a una tasa constante.
Una magnitud más interesante que la energía de enlace del núcleo (o el defecto de masa total
de un núcleo) es la es la llamada energía de enlace media por nucleón, definida como el
cociente entre la energía de enlace EL y el número de nucleones A:
𝑬𝑳
Energía de enlace media por nucleón =
𝑨

Figura 2.4 Energía de enlace media por nucleón en función del número másico.

El interés de esta magnitud radica en que está mucho más directamente relacionada con la
estabilidad de un núcleo que la energía de enlace. Físicamente representa la energía media
que debiera comunicarse a cada uno de los nucleones para separarlos completamente unos
de otros, es decir, para separar el núcleo en sus constituyentes. Un núcleo será tanto más
estable cuanto mayor sea EL/A. Núcleos con un alto valor de EL/A son especialmente estables,
y se les deberá comunicar una cantidad de energía comparativamente grande para que estos
sistemas puedan disgregarse. A su vez, cuado estos núcleos se forman a partir de sus
constituyentes, se libera una cantidad de energía comparativamente grande. Por el contrario,
los núcleos con EL/A pequeño se pueden disgregar más fácilmente y liberan menos energía
cuando se forman.
La Figura 2.4 representa la energía de enlace media por nucleón en función del número
másico. Un primer análisis de la misma permite extraer algunas enseñanzas, que
expondremos yendo de lo más general a lo más detallado:

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

• La energía de enlace EL no aumenta con el número másico a una tasa constante.


• Se observa que hay algunas desviaciones importantes de los datos respecto a la curva
de ajuste para valores bajos de A, mientras que por encima de A = 50 la cuerva
presenta una variación suave, siendo una función ligeramente decreciente con en
valor de A.
• Los valores de EL/A varían de una manera irregular para los núcleos ligeros A < 20,
pudiéndose destacar dos hechos: el primero es el bajo valor, 1,113 MeV por nucleón
para el deuterio, 2H; el segundo es que se observa un rápido aumento de EL/A,
existiendo un máximo significativo para A = 4, 4He, 7,07 MeV por nucleón, y otros
máximos para A = 4×n, que corresponden a los nucleidos 8Be, 12C, 16O, 20Ne.
• Para A > 20, EL/A permanece en una franja bastante estrecha de energía, entre
7,3 MeV y 8,7 MeV. A partir de A = 20, aumenta hasta llegar a un máximo de 8,7 MeV
por nucleón alrededor de A = 60 y después disminuye lentamente hasta un valor de
7,6 MeV por nucleón para A = 240. Este decrecimiento es más acusado para A > 150.
Cabe preguntarnos, cuál es el defecto de masa que en una primera aproximación
tienen nucleidos en esta región de valores de A > 20. Vamos a suponer como valor de
EL/A el de 9 MeV. Dado que la masa de un neutrón o de un protón es aproximadamente
931 MeV (en unidades de energía), el defecto de masa resultaría ser del orden de
9/931, esto es, alrededor del 1%.
Por otro lado, el comportamiento de la curva permite determinar los procesos mediante los
que es posible obtener energía de origen nuclear. Sólo hay que tener presente que se liberará
energía siempre que uno o más núcleos se transformen y pasen a una configuración más
estable, es decir, con una mayor energía de enlace por nucleón. La citada curva sugiere
claramente dos tipos de estos procesos:
a) Proceso que se basa en unir dos núcleos ligeros para formar, al menos, un núcleo más
pesado y más estable. A los procesos de este tipo se les denomina reacciones de
fusión. Si por ejemplo se toman dos nucleidos muy ligeros (A=2,3) y se funden en uno
más pesado, se libera energía dado que se produce un aumento en la energía de enlace
por nucleón.
b) Proceso que consiste en dividir un núcleo muy pesado en dos núcleos más ligeros y
más estables. A los procesos de este tipo se les denomina reacciones de fisión. Si por
ejemplo partimos de un núcleo muy pesado (A = 240) y se divide en dos núcleos de
peso medio, se libera energía dado que EL/A es mayor en los nucleidos de peso
intermedio que en los pesados.
Con un simple cálculo se determina el orden de magnitud de la energía liberada (energía que
en general aparece en forma de energía cinética del producto o productos resultantes) en
cada uno de estos procesos.
En el caso de la fusión, supóngase que dos núcleos de deuterio 2H se unen para formar un
núcleo de helio-4, 4He. Considerando las energías de enlace por nucleón del 2H (1,113 MeV) y
del 4He (7,07 MeV), se tiene que hay una ganancia de energía de enlace del sistema, o lo que
es equivalente, una liberación de energía en el proceso de 5,96 MeV/nucleón. Teniendo en
cuenta que en este proceso intervienen cuatro nucleones, la energía liberada es
aproximadamente de

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Tema 2 - La naturaleza atómica y nuclear de la materia.

(7,07 – 1,113) MeV/nucleón ∙ 4 nucleones ≈ 24 MeV


Para el caso de la fisión, considérese un núcleo de uranio 235 que se fisiona en dos fragmentos
aproximadamente de la misma masa, por ejemplo, A = 117 y A = 118. El gráfico de Figura 2.4
muestra que las energías de enlace por nucleón correspondiente a A = 235, A = 117 y A = 118
son respectivamente del orden de 7,6 MeV para el primero y de 8,5 MeV para los otros dos.
Esto significa que hay una ganancia de energía de enlace del sistema, o lo que es equivalente,
una liberación de energía en el proceso de 0,9 MeV/nucleón. Ya que en el proceso intervienen
235 nucleones, resulta que cada núcleo de uranio 235 libera aproximadamente una energía
de:
(8,5 – 7,6) MeV/nucleón ∙ 235 nucleones ≈ 211 MeV
Como aspecto final de esta sección, vamos a introducir un concepto nuevo, que hay que
distinguir claramente del concepto de energía de enlace por nucleón. Es conveniente remarcar
que éste se refiere a un promedio sobre todos los nucleones del núcleo, y no a ninguno de los
nucleones en concreto. A veces, es necesario conocer la energía de enlace de un nucleón
particular en el núcleo – esto es, la cantidad de energía necesaria para extraer el nucleón del
núcleo. A esta energía de enlace se la denomina energía de separación y es enteramente
análoga a la energía de ionización del electrón en el átomo. Consideremos la energía de
separación ES del neutrón menos ligado del núcleo- también denominado último neutrón- en
el núcleo AZ, a la que también se llama energía de ligadura del último neutrón del núcleo AZ.
Dado que el neutrón está integrado/ligado en el núcleo, la masa del núcleo (y del átomo
neutro) AZ es menor que la suma de las masas del neutrón y del núcleo residual A-1Z en una
cantidad, en unidades de energía MeV, igual a ES. En forma de ecuación, esto se escribiría
ES = [ Mn + M(A-1Z) - M(AZ) ] 931 MeV/uma
La energía ES es la justa necesaria para expulsar el neutrón del núcleo sin suministrarle nada
de energía cinética. A su vez, si el proceso se reinvierte y un neutrón sin energía cinética es
absorbido por un núcleo A-1Z, la energía que se libera es igual a ES.
La energía ES puede ser mayor o menor que EL/A, aunque siempre al igual que ésta en el orden
de los MeV. Veamos algunos ejemplos de esto. En el caso del 12C, ES es igual a 18,71 MeV. En
el caso del 13C, tenemos ES = 4,95 MeV. Y en el caso de 4He, ES = 20,58 MeV.
Aparte del concepto de energía de separación del último neutrón o como comúnmente se
denomina, energía de separación del neutrón, en Física Nuclear también son de interés los
conceptos de energía de separación de un protón, de una partícula alfa, etc., y en definitiva,
el concepto de la energía de separación de una partícula de un núcleo. El concepto de energía
de separación del neutrón es el más importante de ellos dentro de la Tecnología de Reactores,
siendo el único del que haremos uso más adelante en este texto. Por otra parte, el símbolo
generalmente empleado para referirse a la energía de separación del neutrón es Sn, siendo el
que utilicemos a partir de ahora en el texto.

2.6 Fuerzas en la naturaleza y fuerzas entre nucleones.


Las distintas formas de energía potencial contenida en los sistemas de partículas que existen
en la naturaleza están asociadas a distintos tipos de fuerzas. Hoy en día se acepta que en la
naturaleza existen cuatro tipos de fuerzas entre los cuerpos físicos, a partir de las cuales se
sistematiza nuestro conocimiento actual de los fenómenos físicos. Estas cuatro fuerzas son:
gravitacional, electromagnética, fuerte y débil, Todas las otras fuerzas que podrían parecer

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

ser necesarias para explicar un fenómeno dado, como por ejemplo la fuerza de
rozamiento/fricción actuando sobre un objeto en movimiento en el seno de un fluido, son
realmente formas simplificadas de describir fenómenos demasiado difíciles de describir
directamente en términos de las interacciones básicas, y representan la manifestación
macroscópica de las fuerzas básicas actuando a nivel microscópico entre las partículas de los
sistemas. Las cuatro fuerzas se describen en término de su campo asociado, y han de
considerase como fuerzas que ejercen su acción a distancia.
Antes del nacimiento de la física nuclear, los tipos de fuerzas conocidos por el que dos cuerpos
separados a una distancia dada podían interaccionar eran la fuerza gravitacional y la
electromagnética. Ambas tienen en común que su intensidad varia como la inversa del
cuadrado de la distancia, por lo que son capaces de afectar el estado de un objeto incluso a
muy grandes distancias.
La gravitación es responsable de la atracción entre masas. Es la que explica el peso y el
movimiento de los cuerpos celestes. La interacción electromagnética es responsable de la
interacción entre cargas, estén en reposo o en movimiento. Puede ser atractiva o repulsiva.
Es la que explica las propiedades químicas de los átomos.
Las propiedades conocidas de los núcleos no se podían explicar en base de los dos tipos de
fuerzas mencionados; incluso la propiedad más simple y aparente es inexplicable en función
de ellas. Todo núcleo contiene protones que se repelen entre sí electrostáticamente. Estas
fuerzas repulsivas se deben contrarrestar por una fuerza atractiva; si esto no ocurriera los
núcleos no podría existir como entidades estables. La fuerza gravitacional podría parecer ser
la candidata obvia, debido a su naturaleza atractiva, pero la fuerza gravitacional Fg entre
nucleones es aproximadamente 36 órdenes de magnitud más débil que la fuerza
electrostática Fe. Se puede comprobar que para dos protones la relación entre la Fg y la Fe que
se ejerce entre ambos es de aproximadamente 10-36. Basta para ello tener en cuenta que dicha
relación adopta la forma:
𝐹𝑔 𝐺𝑚1 𝑚2
=
𝐹𝑒 𝑞1 𝑞2
Por lo tanto la fuerza gravitacional no puede explicar la cohesión de los nucleones en el núcleo.
En definitiva, las fuerzas ordinarias eran demasiado débiles para explicar la estabilidad de los
núcleos, así como también lo eran para explicar las características que presentaba la
dispersión de protones y neutrones por los núcleos.
La interacción fuerte, o fuerza nuclear fuerte, es la que asegura la cohesión del núcleo
ejerciendo una atracción muy intensa entre los nucleones. Estas fuerzas fuertes son las que
compensan la repulsión colombiana de los protones en el núcleo. Sólo se ejercen a distancias
muy cortas, del orden de unos pocos diámetros de núcleo, es decir, su radio de acción es de
unos pocos fm. Generalmente a la fuerza fuerte se la denota como fuerza nuclear. En este
texto cuando utilicemos la expresión “fuerza o interacción nuclear”, a no ser que se haga
alguna salvedad, hay que entender que nos estamos refiriendo a la fuerza fuerte.
La fuerza nuclear fuerte es mucho más intensa que la fuerza culombiana. Así para
separaciones del orden de 1 fm, la fuerza nuclear entre dos protones es del orden de 50 veces
más intensa que la repulsión culombiana. A distancias de 4 fm las fuerzas fuerte y culombiana
son aproximadamente iguales, mientras que a 25 fm, a causa de su corto alcance, la fuerza

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Tema 2 - La naturaleza atómica y nuclear de la materia.

fuerte es del orden de 106 veces inferior a la culombiana. Por otra parte, la fuerte repulsión
que aparece a distancias muy pequeñas evita el colapso total de la materia nuclear.
La interacción débil, o fuerza nuclear débil, es responsable de la ocurrencia de ciertos procesos
radiactivos, por ejemplo de la desintegración beta. Su existencia fue postulada por Enrico
Fermi en 1930 en el desarrollo de una teoría cuantitativa de la desintegración beta. Su radio
de acción es extremadamente corto, del orden de algunas centésimas del tamaño de un
nucleón., y es alrededor de 100.000 veces más débil que la interacción fuerte. Sin embargo,
es la principal responsable de las reacciones termonucleares que permiten al Sol y las estrellas
emitir energía al exterior.
Si comparamos las intensidades de estas cuatro fuerzas entre dos nucleones situados a
distancias del orden de 1 fm obtendríamos que en relación a la fuerza gravitacional la
interacción débil es aproximadamente 1025, la electromagnética 1036, y la interacción fuerte
1038 veces más intensa.
En la evolución de todo sistema aislado de partículas, independientemente del tipo de fuerza
que actúen entre las mismas, hay ciertas magnitudes físicas que se ha encontrado que se
conservan, es decir que no cambian con el tiempo. Dos de estas leyes generales de
conservación, son la conservación de la cantidad de movimiento y la conservación de la masa-
energía. La conservación de la carga también se verifica en la evolución de todo tipo de
sistemas aislados.
En el caso concreto de los procesos regidos por la interacción nuclear (lo que significa que en
las interacciones que se establecen las fuerzas nucleares son las operativas), aparte de las tres
leyes de conservación mencionadas también se verifica la conservación del número de
nucleones. Además de estas, existen otras leyes de conservación, como las de la paridad,
momento angular total e isoespín total, en las cuales no podemos entra aquí.
Los procesos nucleares en los que la fuerza responsable es la fuerza o interacción débil, la
paridad y el isoespín no son magnitudes que en general se conserven.
Las leyes de conservación son enormemente importantes pues limitan el número de
posibilidades y fijan los cauces por los que ha de discurrir un proceso. Su aplicación correcta
permite fácilmente, por ejemplo, descartar de antemano si partiendo de un sistema inicial se
puede llegar o no a otro sistema final. Esto en el campo particular de los procesos nucleares
se traduce en que mediante ellas fácilmente se puede predecir si un determinado nucleido
puede o no experimentar un tipo concreto de desintegración, o si es posible que una
determinada reacción nuclear pueda producirse, etc., todas ellas cuestiones de mucha
importancia.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tema 3 Radiactividad y reacciones nucleares


3.1 Estabilidad nuclear y desintegración radiactiva.
Los nucleidos que se encuentran en la naturaleza pueden ser estables e inestables. Los
denominados nucleidos inestables se caracterizan por experimentar el fenómeno de la
desintegración radiactiva o radiactividad. Este fenómeno consiste en que un nucleido de
manera espontánea se desintegra emitiendo radiación (ya sean partículas de distinto tipo o
rayos gamma) y se transforma en un nucleido diferente, que puede ser a su vez estable o
inestable. En el caso de que el nucleido producido sea inestable se repite el proceso hasta que
al final, después de una cadena de procesos radiactivos, se obtenga un nucleido estable. El
fenómeno de la radiactividad es resultado de la tendencia de los núcleos inestables a buscar
una configuración más estable. A los nucleidos inestables también se les denomina nucleidos
radiactivos o radionucleidos, o más impropiamente radioisótopos (término ya prácticamente
en desuso). Hay varios tipos de procesos radiactivos, tal y como a continuación veremos.

Figura 3.1 Diagrama protón-neutrón de los nucleidos estables existentes en la


naturaleza.

El problema de la estabilidad nuclear se puede abordar desde distintas perspectivas. Aquí lo


haremos de forma semiempírica, tratando de ver si los núcleos estables presentan algún tipo
de sistemática. Para ello realizaremos una represtación de los nucleidos estables en un
diagrama Z-N, tal como el mostrado en Figura 3.1. Para llevar a cabo tal representación se
hace uso de la denominada tabla de nucleidos (carta de Segré) donde se recogen todos los
nucleidos conocidos, estables e inestables, y se recopila la información experimental sobre las
propiedades nucleares más importantes de cada uno. En un diagrama Z-N, Figura 3.1, se utiliza
un sistema de coordenadas cartesianas rectangulares en el cual el número atómico Z se
representa en el eje de abscisas y el número de neutrones N en el de ordenadas. De esta

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Tema 3 - Radiactividad y reacciones nucleares

manera cada nucleido viene representado por un punto del plano. Claro está que los únicos
puntos que tienen sentido físico son los de coordenadas enteras.
En estos diagramas los isótopos estarán sobre rectas paralelas al eje de ordenadas, los
nucleidos con igual número de neutrones N, denominados isótonos, están sobre rectas
paralelas al eje de abscisas y los nucleidos que tienen igual número másico A, denominados
isóbaros, están sobre rectas perpendiculares a la recta N=Z.

Figura 3.2 Representación esquemática de la franja de estabilidad. Se observa el


reducido intervalo de variación de la relación N/Z en los nucleidos estables.

El análisis del grafico permite extraer diversas enseñanzas que comentamos seguidamente.
• La más llamativa es el observar que los nucleidos estables, están situados dentro de
una franja relativamente estrecha (región en forma de plátano), conocida como franja
de estabilidad, comprobándose como al crecer Z para que el átomo sea estable, debe
crecer simultáneamente la relación N/Z. La Figura 3.2, especie de caricatura de Figura
3.1, quiere focalizarse en este hecho experimental, mostrando el reducido intervalo
de variación de la relación N/Z en los átomos estables, todos los cuales, salvo unas
contadísimas excepciones, están situados en la zona rayada entre las dos curvas
dibujadas.
• Para los nucleidos ligeros, A < 20, los nucleidos estables se agrupan en torno a la recta
N = Z. Para valores mayores de A, los nucleidos estables presentan un número de
neutrones N superior al de protones Z. En este caso la relación N/Z es mayor que 1 y
para A > 50 tiende aproximadamente a 1,6. Estos neutrones extra necesarios para
estabilizar a los nucleidos más pesados actúan como si fueran pegamento nuclear, que
mantiene el núcleo cohesionado compensando las fuerzas eléctricas repulsivas entre
los protones cargados positivamente.
• Haciendo una ampliación apropiada de Figura 3.1 se observaría que de los 275
nucleidos estables que se conocen 166 tienen un número par de de protones y un
número par neutrones (configuración P-P), sólo 4, un número impar de ambas clases
de nucleones (configuración I-I), teniendo 55 un número par de protones e impar de
neutrones (configuración P-I), y 50, un número impar de protones y par de neutrones
(configuración I-P). Esto indica que las configuraciones de nucleones pares son más
estables.

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• Fijémonos ahora en el número de isótopos que encontramos según sea el valor de Z,


y en el número de isótonos según sea el valor de N. Una ampliación de Figura 3.1 nos
revelaría que el número de ellos varía significativamente al variar Z en el caso de los
isótopos, y N en el de los isótonos. En particular se observa que por lo general hay más
isótopos si Z es igual a 8, 20, 28, 50, 82 o 126 y más isótonos si N tiene los mismos
valores. Los nucleidos para los que N o Z tienen alguno de estos valores se llaman
nucleidos mágicos y a los citados números, números mágicos, término utilizado para
indicar la gran estabilidad los nucleidos que los poseen. Algunos nucleidos tienen
ambos números N y Z mágicos, y son excepcionalmente estables. Esto significa que es
mucho más difícil excitarles, extraer o añadirles un nucleón que a los que tienen
vecinos.
Las razones de la estabilidad e inestabilidad de los nucleidos se explican en base a la
naturaleza/propiedades de las fuerzas nucleares, tema de física nuclear que no tratamos en
este libro.
La conclusión más relevante (y útil de cara a los temas a tratar a continuación), tal y como
Figura 3.1 muestra claramente, es el que solamente unas ciertas combinaciones de
neutrones y protones dan lugar a núcleos estables. Estos se encuentran dentro de la
denominada franja de estabilidad, y los nucleidos situados por encima y por debajo de las
curvas que delimitan dicha franja son radiactivos. Estos a su vez se desintegran, de forma que
mediante un único proceso o mediante una cadena de ellos, se convierten finalmente en un
nucleido estable situado por tanto dentro de la franja de estabilidad.
A continuación, describiremos brevemente los procesos radiactivos más frecuentes a través
de los cuales los núcleos inestables se desintegran.

3.1.1 Procesos de desintegración radiactiva.


En Figura 3.1 vemos que generalmente hay varios nucleidos estables con el mismo Z pero
diferente N (son los isótopos estables de un elemento), pero a la vez se observa que si para
un número dado de protones hay un número de neutrones demasiado grande o demasiado
pequeño, el núcleo que resulta es inestable y experimenta una desintegración radiactiva. Así
por ejemplo en el caso del oxígeno (Z = 8), los isótopos con N = 8, 9 y 10 son estables, pero los
isótopos con N = 5, 6, 7, 11 y 12 son radiactivos. En el caso de los isótopos con N = 5, 6 y 7, no
tienen el número de neutrones suficientes para ser estables, mientras que los isótopos con
N = 11 y 12 tienen demasiados neutrones.

Desintegración β+.
Los nucleidos con defecto de neutrones experimentan la desintegración β+. Este proceso
consiste en la emisión de un positrón (e+) y un neutrino (ν) por el núcleo padre ZA, que se
transforma en un núcleo hijo Z+1A. El proceso se puede representar mediante la ecuación

𝑍𝐴 → 𝑍−1𝐴 + 𝑒+ + 𝜈 (3.1)

Este proceso puede explicarse suponiendo que existe un mecanismo por el que uno de los
protones en el núcleo se transforma en un neutrón, un positrón y un neutrino. El neutrón así
formado permanece en el núcleo del átomo, y el positrón/partícula β+ y el neutrino salen al

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Tema 3 - Radiactividad y reacciones nucleares

exterior con una energía cinética que puede ser elevada. La ecuación representativa del
proceso es,
𝑝 → 𝑛 + 𝑒+ + 𝜈

Figura 3.3 Espectro de energía típica de los electrones (o


positrones) emitidos en una desintegración β.

El protón libre es estable, y la transformación anterior puede ocurrir en el interior de un núcleo


atómico gracias a que un protón puede recibir de los restantes nucleones la energía necesaria
para realizarla; es decir cumpliéndose la ley general de conservación de la energía. El neutrino
es una partícula con masa en reposo prácticamente nula, sin carga eléctrica y que apenas
interacciona con la materia. El positrón, es la antipartícula del electrón, pudiéndose considerar
para nuestros propósitos, que es idéntico al electrón en todo salvo en la carga, la cual es igual
en valor absoluto, pero de signo positivo.
En cuanto al nucleido producido (nucleido hijo) en la desintegración β+ se observa que es un
isóbaro del nucleo inicial. En el proceso (ver Ec. (3.1)) hay un cambio en la identidad de uno
de los nucleones, reduciéndose en uno el número de protones para que de esta forma el
núcleo resultante sea más estable. Nótese que en el proceso se conserva la carga, el número
total de nucleones, pero no el número de cada uno de ellos (neutrones o protones) por
separado.

Desintegración β-.
Los nucleidos con un exceso de neutrones, experimentan el proceso de desintegración β- ,
emitiendo un electrón y un antineutrino (la antipartícula de un neutrino, lo que se expresa
con una barra superior).

𝑍𝐴 → 𝑍+1𝐴 + 𝑒 − + 𝜈̅
En este caso, un neutrón se transforma en un protón y el número atómico del producto
resultante aumenta en una unidad.

𝑛 → 𝑝 + 𝑒 − + 𝜈̅ (3.2)

Conviene señalar que el proceso que acontece en el núcleo del átomo de conversión de un
neutrón en un protón, un electrón y un neutrino, también se realiza cuando se trata de un

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neutrón libre. Si bien los neutrones en el interior de un núcleo atómico estable son, a su vez,
estables, no lo son en estado libre, y con un periodo de desintegración de unos catorce
minutos experimentan la transformación aludida en Ec. (3.2).

Características comunes a ambos tipos de desintegración β.


En ambos tipos de desintegración β el número atómico (número de nucleones) se conserva,
no el de neutrones y protones por separado.
Un nucleido que experimente desintegración β da origen a electrones (o positrones) que se
emiten con un espectro de energía continua (ver Figura 3.3), es decir, pueden tener cualquier
energía comprendida entre 0 y una energía máxima Emax. Las energías máximas de los
espectros, Emax, pueden variar entre, aproximadamente, 18 keV para el 3H hasta 13 MeV para
el 12B, pero en general no suelen superar los 5 MeV. Se ha comprobado que la energía media
<E> de los electrones emitidos es aproximadamente igual a 0,3 Emax en el caso de
desintegración β-. En la desintegración β+, <E> ≈ 0,4 Emax.
Frecuentemente, el núcleo hijo resultante de la desintegración β es también inestable y
experimenta otra desintegración β. Esto conduce a una cadena de desintegración como la
siguiente:
149 𝛽 − 149 𝛽− 149
𝑁𝑑 → 𝑃𝑚 → 𝑆𝑚 (𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒)

Captura electrónica (CE).


Un núcleo con defecto de neutrones puede también aumentar su número de neutrones por
captura electrónica. En este proceso, el núcleo interacciona/captura uno de los electrones
atómicos, generalmente perteneciente a las capas más internas/ligadas, el cual se une a un
protón convirtiéndose un neutrón, y emitiéndose un neutrino. El proceso es

𝑍𝐴 + 𝑒− → 𝑍−1𝐴 +𝜈
El vacío producido en la nube electrónica es llenado posteriormente por otro electrón de un
nivel energético superior (capa más externa), con la consiguiente emisión de radiación γ,
característica del elemento hijo. Dado que el núcleo producido por captura electrónica es
idéntico al formado por desintegración β+, estos dos procesos de desintegración a menudo
compiten entre sí.

Desintegración α.
Otro proceso radiactivo que un núcleo inestable puede experimentar es el denominado
desintegración α. Este proceso consiste en la emisión de una partícula α por el núcleo padre
4
ZA, que se transforma en un núcleo hijo Z-2(A-4). La partícula α es el núcleo del nucleido He
(por lo tanto, consta de dos protones y dos neutrones) y tiene la propiedad de ser muy estable.
El proceso se puede representar mediante la ecuación

𝑍𝐴 → 𝑍−2(𝐴 − 4) + 𝛼
La desintegración por emisión de partícula α es comparativamente muy infrecuente en
nucleidos más ligeros que los del plomo, pero es común para los nucleidos más pesados. En
contraste con la desintegración β, las partículas α se emiten con un espectro de energías
discreto, cualitativamente similar al espectro energético de los fotones emitido por los átomos
excitados.

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Tema 3 - Radiactividad y reacciones nucleares

Desintegración gamma, conversión interna y transiciones isoméricas.


El núcleo formado como resultado de una desintegración β (+ o -), captura electrónica, y
desintegración α normalmente queda en un estado excitado. El núcleo hijo excitado
normalmente se desexcita (se desintegra) muy rápidamente, en menos de 1 ns, mediante
emisión de radiación γ (tal y como se señaló en Sec. 2.4) y también mediante el denominado
proceso de conversión interna (CI).
Un núcleo excitado por desintegración γ puede alcanzar directamente el estado fundamental
mediante emisión de un fotón γ, o bien lo puede hacer pasando sucesivamente por diferentes
estados excitados de menor energía cada vez, con la correspondiente emisión sucesiva de
fotones γ. El proceso se puede representar como:
𝐴 ∗ 𝐴
𝑍𝑋 → 𝑍𝑋 +𝛾
Un núcleo en estado excitado puede también perder su energía de excitación por conversión
interna. En este proceso, la energía de excitación del núcleo se transmite directamente a un
electrón orbital del átomo, el cual es emitido con una energía cinética Ee igual a la diferencia
entre la energía de excitación y la energía de enlace del electrón emitido. Si se indica por Ei y
Ef las energías de los estados inicial y final del núcleo y por ELe la energía de enlace del electrón
emitido, tendremos que:
𝐸𝑒 = 𝐸𝑖 − 𝐸𝑓 − 𝐸𝐿𝑒
En general, la mayoría de los núcleos en estados excitados permanecen en dicho estado desde
el instante en que son formados hasta que se desintegran por emisión de rayos γ o CI un
intervalo de tiempo muy pequeño, estando comprendido entre 10-11 y 10-14 s. Sin embargo,
debido a las peculiaridades en su estructura interna, ciertos estados excitados pueden
sobrevivir durante un largo tiempo. Estos estados de vida larga se los denomina estados
isoméricos o metaestables del núcleo en cuestión. Un núcleo en estado isomérico, se
desintegra siguiendo, al igual que cualquier otro proceso de desintegración, la ley
fundamental de desintegración radiactiva (esta se verá en Sec. 3.2.3). Lo más normal es que
se desintegre al estado fundamental, proceso que se denomina transición interna o isomérica
(TI), emitiendo rayos γ o por CI, pero también puede experimentar la desintegración β o α.
Como conclusión general de lo expuesto, se puede decir que un núcleo sin el número
necesario de protones y neutrones para ser estable se desintegra por emisión de rayos α o
rayos β o por captura electrónica, procesos todos ellos que suelen ir acompañados por la
subsiguiente emisión de rayos γ. Un núcleo inestable, situado por lo tanto fuera de la
denominada franja de estabilidad (ver Figura 3.1 y Figura 3.2), mediante estos procesos llegará
finalmente a ser un nucleido estable. Esto se representa en Figura 3.4, que es una
representación esquemática de Figura 3.1.
Los núcleos radiactivos raramente se desintegran emitiendo neutrones o protones. Convine
señalar no obstante, que la transición radiactiva en la que un núcleo excitado y con un exceso
de neutrones emite para buscar la estabilidad un neutrón es aunque infrecuente sumamente
interesante, dado que son las que dan origen a los denominados neutrones diferidos o
retardados (ver Sec. 5.4.2), de tanta trascendencia en la cinética de los reactores nucleares.
Finalmente remarcar el hecho de que las transiciones radiactivas que puede experimentar un
núcleo atómico no son arbitrarias, sino que están sujetas a una serie de leyes de conservación,
las cuales también rigen en las reacciones nucleares. Estas se expondrán en Sec. 3.2.2, al tratar
la cinemática de las reacciones nucleares. Ahora sólo indicaremos que las de interés para

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nosotros son: conservación de los nucleones, conservación de la carga, conservación de la


energía y conservación de la cantidad de movimiento.

Figura 3.4 Procesos más importantes mediante los que un radionucleido busca la estabilidad

3.1.2 Ley fundamental de la desintegración radiactiva: cálculos de


radiactividad.
Hay una sola ley que gobierna todos los procesos de desintegración, sean del tipo que sean.
Esta ley establece que la probabilidad de que un núcleo dado se desintegre en la unidad de
tiempo es una constante independientemente del instante de vida considerado, es decir
independientemente de la edad del núcleo. Esta constante se denomina constante de
desintegración, y se representa por λ.
Supongamos que un instante inicial dado t = 0, existen N(0) átomos de un cierto
radionucleido. Consideraremos que éstos sólo pueden desaparecer por desintegración.
Entonces, el número de átomos disminuirá con el tiempo según la expresión:
Disminución por unidad de tiempo = desintegraciones por unidad de tiempo.
Matemáticamente esto se expresa como:

𝑑𝑁
− = 𝜆 · 𝑁(𝑡) (3.3)
𝑑𝑡
Lo dicho equivale a decir que el número de átomos que se desintegraran en un intervalo
comprendido entre t y t+dt será: −𝑑𝑁 = 𝜆 · 𝑁 · 𝑑𝑡
Si se integra la ecuación diferencial anterior, Ec. (3.3), con la condición inicial: N(t = 0) = N(0),
se obtiene como solución:

𝑁(𝑡) = 𝑁(0) · 𝑒𝑥𝑝(−𝜆𝑡) (3.4)

La conclusión es que la ley que rige la desintegración es una función de tipo exponencial.

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Tema 3 - Radiactividad y reacciones nucleares

Aparte de λ, otra magnitud tan útil o más que está a la hora de caracterizar la velocidad de
desintegración de un determinado radionucleido es la llamada periodo de
semidesintegración o simplemente periodo (en terminología inglesa, half-life). Esta magnitud
se define como el tiempo que ha de transcurrir para que el número de átomos radiactivos se
reduzca a la mitad, y se suele indicar por la letra T (a veces también se simboliza como T1/2. La
expresión de T se puede obtener de forma inmediata a partir de Ec. (3.4), tomando logaritmos
en ambos lados de la ecuación:

𝑙𝑛 2 0.693
𝑇1/2 = ~ (3.5)
𝜆 𝜆
Se observa que como no podía ser de otra manera, que el periodo es una magnitud
directamente relacionada con λ. Cuanto mayor es la constante de desintegración de un
radionucleido más rápidamente se desintegrará y menor será su periodo. Dado que el periodo
es un tiempo, las unidades en las que se expresa son, s, min, h, etc. Los periodos de los
distintos radionucleidos, naturales o artificiales, varían desde fracciones de segundo (μs) a
enormes cantidades de años (1020 años).
Despejando λ en función de T en Ec. (3.5), y sustituyendo en Ec. (3.4), se obtiene:

𝑁(𝑡) = 𝑁(0) · 𝑒 − 𝑙𝑛 2·𝑡/𝑇 = 𝑁(0) · 2−𝑡/𝑇 (3.6)

Esta ecuación es en general más utilizada que la Ec. (3.4) dado que las tablas de datos
nucleares recogen usualmente la información relativa a los periodos de los radionucleidos y
no la de las constantes de desintegración.
El periodo permite hacer cálculos rápidos de decrecimientos. En efecto si se supone que ha
transcurrido un tiempo t igual a T, el número de átomos presentes sería N = N(0)/2, si el
tiempo transcurrido fuera 2T, entonces N = N(0)/2/2, esto es, N = N(0)/4, si t = 3T, N = N(0)/8,
y en general si t = kT, N(t=kT) = N(0)/2k .
Así por ejemplo si el periodo de una sustancia radiactiva es de X días, el número de átomos
presentes inicialmente se reduce a la mitad a los X días, a la cuarta parte a los 2X días, a la
octava parte en 3X días y así sucesivamente (ver Tabla 3.1)

Tabla 3.1 Porcentaje de átomos que quedan en el material radiactivo en función del número de periodos
transcurridos

Tiempo T 3T 4T 5T 6T 7T
N/N(0) % 12.5 6,25 3,1 1,5 0,78

Otro parámetro de cierto interés que también se utiliza para caracterizar la evolución
temporal de una sustancia radiactiva es la vida media (en terminología inglesa mean life), τ.
Como concepto estadístico que es, se define como el valor medio de la vida de un átomo
radiactivo. Se puede demostrar que τ y λ son magnitudes inversamente proporcionales:
τ = 1/λ, y por lo tanto su relación con el periodo es T = 0,693 τ.
Para representar gráficamente Ecs. (3.4) o (3.6) se utiliza un sistema de coordenadas
cartesianas, en el que el tiempo está representado en el eje de abcisas y el número de átomos
en el eje de ordenadas. Un ejemplo se muestra en Figura 3.5. Es interesante observar que la
tangente a la curva en el punto t = 0 corta al eje temporal en el punto de abcisa τ. Si se utiliza

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

un sistema de coordenadas cartesianas rectangulares, pero con escala logarítmica en el eje de


ordenadas, la ley de decrecimiento viene representada por una recta de pendiente -λ, pues a
partir de la ley exponencial se obtiene directamente: ln 𝑁(𝑡) = ln 𝑁(0) − 𝜆 · 𝑡 . Este tipo de
representación es por lo general el más adecuado y usado. Se puede ver este tipo de
representación en Figura 3.6.

Figura 3.5 Representación de la ley fundamental de desintegración.

Antes de introducir otros conceptos, y a titulo recopilatorio, conviene tener claro de lo dicho
que un núcleo inestable está caracterizado por su constante de desintegración, periodo y vida
media. Los valores de todas estas magnitudes no dependen de la vida previa del núcleo, por
lo tanto son las mismas si el núcleo lleva existiendo durante más de un billón de años o si está
recién credo como resultado de una desintegración o una reacción nuclear, a diferencia, por
ejemplo, del ser humano, cuya esperanza de vida decrece con la edad. Se puede decir que
para un radionucleido dado, λ es: la misma para todos los núcleos; constante, independiente
del número de núcleos presentes; e independiente de la edad del núcleo.
Pasamos ahora a definir la magnitud denominada actividad y las unidades de la misma. La
actividad de una muestra o sustancia radiactiva es el número de átomos que se se desintegran
en la unidad de tiempo. Así pues, sea una muestra radiactiva con N(t) núcleos en el instante t,
cada uno de ellos con la misma constante de desintegración λ, la actividad de la muestra en
el instante t, A(t), según Ec. (3.3) vendrá dada por:

𝐴(𝑡) = 𝜆 · 𝑁(𝑡) (3.7)

La unidad de actividad en el Sistema Internacional (SI) es el becquerel (Bq). Siendo 1 Bq igual


a una desintegración por segundo (1 d.p.s). Sin embargo, la unidad de actividad que en la
práctica más se usa es el Curio (Ci). Siendo 1 Ci = 3,7·1010 Bq, definida como la actividad de 1 g
del elemento radiactivo radio. Se utiliza igualmente el kilocurio (kCi), milicurio (mCi) y
microcurio (μCi).

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Tema 3 - Radiactividad y reacciones nucleares

Figura 3.6 Representación de la ley de desintegración en un sistema de referencia


semilogarítmico. El gráfico corresponde a la evolución temporal (t en años) de una muestra
constituida inicialmente por N(0)=1022 átomos de un determinado radionucleido. El periodo
del radionucleido se determina a partir de la pendiente de la recta.

El término actividad específica Aesp se introduce para dar cuenta de la masa o del volumen del
material radiactivo en el que se producen las transformaciones radiactivas. Puede tener uno
de los dos significados siguientes:
Para sólidos:
𝑎𝑐𝑡𝑖𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 𝐵𝑞 𝐶𝑖
𝐴𝑒𝑠𝑝 = ( 𝑜 )
𝑚𝑎𝑠𝑎 𝑘𝑔 𝑔
Para gases o líquidos:
𝑎𝑐𝑡𝑖𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 𝐵𝑞 𝐶𝑖
𝐴𝑒𝑠𝑝 = ( 3 𝑜 )
𝑣𝑜𝑙𝑢𝑚𝑒𝑛 𝑚 𝑐𝑚3
Muchos radionucleidos se desintegran por un único proceso, pero hay también hay un
número importante que pueden desintegrarse por dos o incluso tres modos diferentes. Este
fenómeno se conoce con el nombre de ramificación. Para estos casos en que un radionucleido
se desintegre por vía múltiple, podemos definir la constante de desintegración total λ, como
suma de las constantes de desintegración parciales λi,
𝜆 = 𝜆1 + 𝜆2 + ⋯ + 𝜆𝑖 + ⋯
La probabilidad de que la desintegración del nucleido una vez producida, haya tenido lugar
mediante un modo determinado se denomina fracción de ramificación para el proceso
particular, Ri, y se define como el cociente entre la constante de desintegración del proceso
particular y la constante de desintegración total, esto es
𝜆𝑖
𝑅𝑖 =
𝜆𝑡𝑜𝑡
En las tablas de datos nucleares la información que suele aparecer para cada radionucleido es
su periodo (asociado a la constante de desintegración total), y las fracciones de ramificación
correspondientes a cada uno de lo proceso de desintegración que el nucleido puede
experimentar. Conviene remarcar, que es la constante de desintegración total la que se usa
en Ec.(3.4), no las constantes de desintegraciones parciales.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 3.7 Evolución temporal del número de átomos de los nucleidos A y B tales
A
que A ⎯⎯→ B (estable ) .
Algunas veces el hijo de un núcleo radiactivo puede también ser radiactivo y se desintegra a
un tercer núcleo que o bien puede ser estable o también ser radiactivo, etc. Cuando este
fenómeno ocurre se dice que se origina una cadena de desintegración radiactiva, la cual se
puede representar por:
𝜆𝐴 𝜆𝐵 𝜆𝐶
𝐴→ 𝐵→ 𝐶→ ⋯
El sistema de ecuaciones diferenciales que rige la evolución temporal del número de átomos
de los distintos nucleidos A, B, C, etc., se puede obtener fácilmente mediante simples
ecuaciones de balance. Si dNi/dt indica la tasa de variación del número de átomos de un
nucleido i, la ecuación de balance correspondiente se puede escribir como:
𝑑𝑁𝑖
= 𝐹𝑢𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠 − 𝑆𝑢𝑚𝑖𝑑𝑒𝑟𝑜𝑠
𝑑𝑡
La ecuación general que da el número de isótopos del nucleido i en el instante t en función de
las constantes de desintegración de todos los otros nucleidos de la serie fue obtenida por
Bateman en 1910. Si N1(0) es el número de átomos del primer nucleido de la serie en el
instante t = 0, y Ni(0) = 0 para i > 1, entonces la ecuación de Bateman adopta la forma
𝑗=𝑖
𝑒 −𝜆𝑖 ·𝑡
𝑁𝑖 (𝑡) = 𝜆1 · 𝜆2 ⋯ 𝜆𝑖−1 · 𝑁1 (0) · ∑ (3.8)
∏𝑘≠𝑗(𝜆𝑘 − 𝜆𝑗 )
𝑗=1

Si aplicamos Ec. (3.8) al caso de que un nucleido radiactivo A se desintegra a uno ya estable B,
λ𝐴
𝐴 → 𝐵 (𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒), se obtiene que la evolución de los átomos de los nucleidos A y B puede
adoptar una forma tal como la indicada en Figura 3.7.
Apliquemos ahora Ec. (3.8) al caso más simple de cadena radiactiva, esto es:
𝜆𝐴 𝜆𝐵
𝐴→ 𝐵→ 𝐶 (𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒)

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Tema 3 - Radiactividad y reacciones nucleares

La evolución temporal del número de átomos de los distintos nucleidos podría adoptar la
forma dada en Figura 3.8, que será función de los valores que tomen λA y λB.

Figura 3.8 Evolución temporal del número de átomos de los nucleidos A, B y C tales
𝜆𝐴 𝜆𝐵
que 𝐴 → 𝐵→ 𝐶 (𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒).

3.1.3 Radiactividad natural y artificial.


Se conocen con el nombre de nucleidos radiactivos naturales o fuentes naturales de radiación
a aquellos nucleidos emisores de radiación presentes en la Tierra que no han sido originados
a causa de alguna actividad humana.
La radiactividad natural proviene o bien de los radionucleidos presentes en la corteza terrestre
(nucleidos primigenios) o bien de los radionucleidos producidos por la interacción de los rayos
cósmicos con la atmósfera (nucleidos cosmogénicos).
Los nucleidos radiactivos artificiales (nucleidos antropogénicos) o fuentes artificiales son
aquellos que han sido producidos como resultado de alguna actividad humana. Se pueden
obtener artificialmente nucleidos radiactivos mediante reacciones nucleares desarrolladas en
distintos tipos de instalaciones. La producción de radionucleidos artificiales es una actividad
muy importante, dada la gran utilidad de los radionucleidos en campos muy variados que van
desde la metalurgia a la medicina.
A escala conceptual la distinción entre ambas clases de radiactividad es bastante superficial,
pues poco importa cómo ha sido creado el átomo que emite la radiación, ya que las leyes que
rigen todas las transformaciones radiactivas no están afectadas por la forma en que ha sido
creado el átomo, y son, por tanto, las mismas para ambas clases de radiactividad: la natural y
la artificial.
Sin embargo, la división entre ambas clases de radiactividad tiene un valor histórico, ya que la
radiactividad se descubrió por Becquerel en 1895, merced a la existencia en la naturaleza de
nucleidos radiactivos, concretamente del uranio, que fue el que veló las célebres placas
fotográficas de Becquerel. En cambio, la radiactividad artificial fue descubierta mucho

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

después, en 1934, cuando Curie y Joliot comprobaron que podían fabricarse artificialmente
átomos radiactivos por medio de reacciones nucleares.

3.2 Reacciones nucleares

3.2.1 Introducción.
Una reacción nuclear es un proceso de interacción entre dos partículas, en el que la fuerza
operativa es la fuerza nuclear fuerte. Normalmente una de las partículas posee mucha mayor
velocidad que la otra. A la partícula rápida se la denomina proyectil, mientras que a la más
lenta (que en muchas ocasiones se puede considerar que está en reposo) se la denomina
blanco. Los productos de la reacción pueden ser dos o más partículas. Para las energías de las
partículas proyectil presentes en las instalaciones nucleares de interés, E < 20 MeV, las
reacciones producen habitualmente dos productos finales.
La reacción nuclear, es un caso particular de lo que en física llamamos colisión, y a este
respecto su tratamiento es idéntico al de cualquier otro tipo de colisión. Recordaremos, que
el término colisión designa una interacción que ocurre de forma continua pero solamente
durante un periodo de tiempo comparativamente corto. Por lo tanto, dos cuerpos que
colisionan ejercen su influencia mutua durante un periodo de tiempo finito corto o
infinitesimal. En toda colisión convencionalmente se pueden considerar tres etapas o
periodos: antes, durante y después de la colisión.
Antes de la colisión las partículas están lo suficientemente alejadas como para no ejercer
influencia (o es despreciable) una sobre otra. Esta etapa, es la denominada etapa inicial de la
reacción. En ella están presentes los agentes reaccionantes, que denominamos partículas
iniciales de la reacción. Estas junto con sus magnitudes asociadas (tales como masa en reposo,
velocidad, etc.) caracterizan lo que lo que denominamos el estado o etapa inicial de la
reacción. Durante la colisión las partículas, o mejor dicho, sus campos de fuerza están en
contacto, interactuando entre sí. Refiriéndonos al caso concreto de partículas en colisión tipo
reacción nuclear, esta ocurre cuando las partículas entran dentro del radio de acción o
influencia mutua de la fuerza nuclear fuerte. Después de la colisión las partículas o productos
resultantes están lo suficientemente separadas como para que las influencias que se ejercen
entre ellas sean despreciables, o bien se han integrado de alguna forma durante la colisión,
dando como resultado una partícula única que se mueve libremente. Esta etapa, es la
denominada etapa final de la reacción. En ella están presentes los productos resultantes, que
denominamos partículas finales de la reacción y constituyen lo que denominamos el estado
final de la reacción.
Si las partículas iniciales se indican por a y b, y las partículas finales y/o rayos γ (por simplicidad
se va a suponer que hay sólo dos) las indicamos por c y d, una de las notaciones más utilizadas
para representar la reacción es

𝑎+𝑏 →𝑐+𝑑 (3.9)

En la mayoría de los arreglos experimentales diseñados para el conocimiento de las distintas


propiedades de las reacciones nucleares, una de las partículas, digamos por ejemplo la b, está
en reposo en un material blanco, y la partícula a se proyecta contra el blanco. En estos casos,
Ec. (3.9) se acostumbra a escribir de forma abreviada en la forma
b (a,c) d

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Tema 3 - Radiactividad y reacciones nucleares

donde a es la partícula incidente, b el blanco, c la partícula emergente que escapa o producto


ligero de la reacción y del núcleo residual o producto pesado. Por ejemplo, cuando el oxígeno
es bombardeado por neutrones con alta energía cinética, una de las reacciones que ocurre es
16O + n → 16N + 1H
Escrita en forma abreviada, es 16O(n,p)16N , donde los símbolos n y p se refieren al neutrón
incidente y al protón emergente, respectivamente.
En general, uno de los dos productos de la reacción es ligero y el otro pesado. No obstante,
en algunos casos c y d tienen masas comparables e incluso idénticas, siendo equivalente
escribir la reacción de la forma b(a,c)d, o b(a,d)c.
De una reacción nuclear interesa estudiar básicamente dos aspectos: la cinemática de la
colisión y las secciones eficaces de la colisión. A continuación, se trata la cuestión de la
cinemática y seguidamente la de las secciones eficaces.

3.2.2 Cinemática de una reacción nuclear.


Por cinemática de una colisión se entiende el análisis de la interacción basado solamente en
las leyes generales de conservación, que son independientes del tipo de fuerzas entre las
partículas. Así el estudio cinemático de la reacción permite responder a preguntas como: ¿Es
esta reacción posible?, esto es, ¿viola alguna ley de conservación?, ¿presenta la reacción una
energía umbral?, etc. Estas y otras características de las reacciones son independientes de tipo
de fuerza específico que pueda existir entre las dos partículas que interaccionan y pueden
deducirse de las leyes de conservación. Para el propósito de este texto, es suficiente
considerar cuatro de las leyes fundamentales que gobiernan todos los procesos nucleares,
sean reaccione o desintegraciones:
• Conservación de los nucleones. El número total de nucleones antes y después de la
reacción debe ser el mismo.
• Conservación de la carga. La suma de las cargas de todas las partículas iniciales ha de
ser igual a la suma de las cargas de las partículas finales. Es decir, la suma de las cargas
de las partículas presentes antes y después de la reacción deber ser la misma.
• Conservación de la energía. La energía (incluyendo obviamente la energía de la masa
en reposo), se conserva en las reacciones nucleares.
• Conservación de la cantidad de movimiento: La suma de las cantidades de
movimiento de las partículas iniciales (cantidad de movimiento del sistema inicial) ha
de ser igual a la suma de las cantidades de movimiento de las partículas finales
(cantidad de movimiento del sistema final).
Es interesante resaltar que la conservación de nucleones y la conservación de la carga no
exigen la conservación de protones y neutrones separadamente.
El principio de conservación de la energía, entre otras muchas aplicaciones, se puede usar
para predecir si una cierta reacción es energéticamente posible. Consideremos por ejemplo,
una reacción del tipo dado en Ec. (3.9). La energía total antes de la reacción es la suma de las
energías cinéticas de las partículas a y b más la energía de masa en reposo de cada partícula.
De igual forma, la energía después de la reacción es la suma de las energías cinéticas de las
partículas c y d más sus energías de masa en reposo. Por conservación de la energía se debe
cumplir

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

𝐸𝑎 + 𝐸𝑏 + 𝑀𝑎 𝑐 2 + 𝑀𝑏 𝑐 2 = 𝐸𝑐 + 𝐸𝑑 + 𝑀𝑐 𝑐 2 + 𝑀𝑑 𝑐 2 (3.10)

Donde Ma, Mb, Ea y Eb, son las masas en reposo y energías cinéticas de las de las partículas
iniciales, y Mc, Md, Ec y Ed de las finales. Reordenando Ec. (3.10), se puede escribir en la forma

(𝐸𝑐 + 𝐸𝑑 ) − (𝐸𝑎 + 𝐸𝑏 ) = [(𝑀𝑎 + 𝑀𝑏 ) − (𝑀𝑐 + 𝑀𝑑 )] · 𝑐 2 (3.11)

En el miembro de la izquierda de esta igualdad, el primer término entre paréntesis representa


la energía cinética del sistema final, y el segundo es la energía cinética del sistema inicial. La
ganancia o pérdida de energía cinética que resulte como consecuencia de la reacción nuclear
es igual a la diferencia en las masas en reposo de las partículas antes y después de la reacción.
El miembro de la derecha de Ec. (3.11) se conoce con el nombre de valor Q de la reacción, y
representa la energía correspondiente a la diferencia entre las masas en reposo de las
partículas iniciales y finales

𝑄 = [(𝑀𝑎 + 𝑀𝑏 ) − (𝑀𝑐 + 𝑀𝑑 )] · 𝑐 2 (3.12)

En todos los cálculos y tabulaciones, Q se expresa siempre en MeV. Si la masa nuclear de las
partículas se expresa en uma (recordando que una uma es aproximadamente igual a
931 MeV), la fórmula para la expresión de Q en MeV se escribe como
𝑄(𝑀𝑒𝑉) = [(𝑀𝑎 + 𝑀𝑏 ) − (𝑀𝑐 + 𝑀𝑑 )] · 𝑐 2 · 931 𝑀𝑒𝑉/𝑢𝑚𝑎
Si Q es positivo (Q > 0), queda claro según Ec. (3.11) que hay un aumento neto en la energía
cinética de las partículas. Cuando esto ocurre se dice que la reacción es exoenergética. En
estas reacciones hay una ganancia de energía cinética: hay una cierta cantidad de masa que
se transforma en energía cinética, que se traduce en una pérdida en la masa nuclear de las
partículas. Estas reacciones se podrían producir incluso si las partículas iniciales estuvieran en
reposo. En definitiva, estas reacciones se podrían producir por partículas proyectil de
cualquier energía. Es interesante resaltar que hemos dicho que se podrían producir, no que
ciertamente ocurrirán. Una de las condiciones necesarias para que un proceso pueda ocurrir
de forma espontánea (es decir, sin intervención exterior) es que sea energéticamente posible
(exoenergético), pero esto no es suficiente. Pueden existir barreras de potencial que impidan
la ocurrencia espontánea del proceso, el cual sólo se producirá si se comunica al sistema inicial
una cierta cantidad de energía que sirva para activar el proceso, que una vez ya iniciado si se
desarrollará liberando una cantidad neta positiva de energía. Esta cuestión se tratará más
concretamente cuando hablemos del proceso de fisión, en su doble vertiente, fisión
espontánea y fisión inducida (Sec. 5.1).
Volviendo a Ec. (3.11) vemos que si Q es negativo (Q < 0) hay una disminución en la energía
cinética de las partículas, y por lo tanto hay un aumento en la masa en reposo. En este caso
hay conversión de energía cinética a masa nuclear. Este tipo de reacciones se denominan
endoenergéticas. Una propiedad importante de estas reacciones es la denominada energía
umbral de la reacción. Si el proyectil es una partícula con masa, la energía umbral se define
como la mínima energía cinética que ha de poseer para que la reacción se pueda producir. Si
el proyectil es un rayo γ, se define de forma análoga, siendo la mínima energía que ha de
poseer para que la reacción se pueda producir. De la definición queda claro que las reacciones
exoenergéticas no presentan umbral real. Sin embargo, ya veremos al hablar de la fisión, que
aunque no sea un umbral real, sí que puede presentar en ellas un umbral práctico o aparente,

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Tema 3 - Radiactividad y reacciones nucleares

que como se verá está ligado a la existencia de las ya mencionadas barreras de potencial o
activación.
En el caso de reacciones del tipo indicadas en Ec. (3.9), y suponiendo que la partícula b está
en reposo y la a es el proyectil, se puede demostrar que la expresión para la energía umbral,
Ea,u , es:
𝑀𝑎 + 𝑀𝑏
𝐸𝑎,𝑢 = −𝑄 ·
𝑀𝑏
Volvamos ahora a Ec. (3.12). En ella Q se da términos de las masas de los núcleos a y b, etc.
Sin embargo, es interesante obtener el valor de Q en términos de las masas de los átomos
neutros que contienen a dichos núcleos, y así poder hacer uso de las tablas de masas atómicas
para determinar el valor Q de las distintas reacciones. Para ello, primeramente, hay que
considerar que en vista de la conservación de la carga se cumple,

𝑍𝑎 + 𝑍𝑏 = 𝑍𝑐 + 𝑍𝑑 (3.13)

donde Za, Zb, etc, son los números atómicos de a, b, etc.


En segundo lugar, partiendo de Ec. (3.12) se puede demostrar que se cumple la siguiente
igualdad

𝑄(𝑀𝑒𝑉) = { [(𝑀𝑎 + 𝑍𝑎 𝑚𝑒 ) + (𝑀𝑏 + 𝑍𝑏 𝑚𝑒 )] −


𝑀𝑒𝑉 (3.14)
[(𝑀𝑐 + 𝑍𝑐 𝑚𝑒 ) + (𝑀𝑑 + 𝑍𝑑 𝑚𝑒 )] } · (931 )
𝑢𝑚𝑎
donde me es la masa en reposo del electrón en uma. Pero 𝑀𝑎 + 𝑍𝑎 𝑚𝑒 − 𝐸𝑙𝑖𝑔,𝑎 es igual a la
masa del átomo neutro de a, 𝑀𝑏 + 𝑍𝑏 𝑚𝑒 − 𝐸𝑙𝑖𝑔,𝑏 es la masa del átomo neutro de b, y así
sucesivamente. Dado que la diferencia entre las energías de enlace de los electrones del
primer y segundo miembro de la igualdad es despreciable, y que según Ec. (3.13) las masas de
los electrones en el primer y segundo miembro de la igualdad en Ec. (3.14) se compensan
completamente, la conclusión que se obtiene es que Ec. (3.12) es una fórmula válida par Q,
donde Ma , Mb , etc, se pueden interpretar como las masas (expresadas en uma) de los átomos
neutros en cuestión, aunque en la reacción nuclear los verdaderos actores sean los núcleos
atómicos. El que Q se pueda evaluar a partir de solamente las masas atómicas es de gran
utilidad, puesto que para las masas de la mayoría de los núcleos desnudos no se dispone de
una información lo suficientemente exacta.

3.2.3 Sección eficaz microscópica. Tasas de reacción


Sea una sustancia sometida al bombardeo de partículas de una determinada clase. Como
consecuencia de ello ocurren diversas reacciones nucleares distintas, j, k, l, etc. Ante esta
situación la pregunta clave que cabe plantear es la siguiente: ¿cuántas reacciones ocurrirán
de los distintos tipos en cada cm3 de la sustancia bombardeada y en un segundo? En otras
palabras, queremos saber para cada tipo de reacción el ritmo o tasa de reacciones nucleares,
es decir, el número de reacciones nucleares de un determinado tipo que tienen lugar por
unidad de volumen y por unidad de tiempo en cada punto del reactor. El término punto, tal y
como el lector se imagina, se usa como representativo de un volumen arbitrariamente
pequeño en una zona del material blanco.

- 60 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Para muchos tipos de interacciones, por ejemplo, en las interacciones de neutrones y fotones
con la materia (bien sea con los átomos, núcleos o electrones), la tasa de reacciones de un
determinado tipo se puede describir en término de una magnitud conocida con el nombre de
sección eficaz microscópica. Esta es una magnitud escalar directamente proporcional a la tasa
de producción de ese tipo de reacción. La definición de la sección eficaz microscópica se basa
en el hecho experimental que se describe seguidamente.
Supongamos un material homogéneo (material que hace de blanco) constituido por un solo
tipo de partículas B que están en reposo con respecto al sistema del laboratorio. En el seno
de dicho material hay partículas del tipo A (partículas que hacen de proyectil) moviéndose con
velocidad de módulo va relativa a las partículas estacionarias del material blanco.
Concentrémonos en un tipo particular de interacción, la de tipo j. La interacción puede ser
una cualquiera de las posibles reacciones que pueden ocurrir entre las partículas A y B. La
densidad de partículas de A y B, esto es, el número de partículas por unidad de volumen, lo
designaremos por [A] y [B] respectivamente, y la tasa de reacciones del tipo j por Rj.
Es razonable suponer, tal y como la realidad confirma, que el número de interacciones por
unidad de volumen y tiempo es directamente proporcional a la concentración de partículas B
del material blanco, 𝑅𝑗 ∝ [𝐵]; y directamente proporcional a la concentración de las partículas
proyectil A, 𝑅𝑗 ∝ [𝐴]. El número de interacciones que ocurren en un determinado intervalo
de tiempo es proporcional al número de partículas A que atraviesan la región considerada en
ese intervalo temporal; por tanto la tasa de interacciones es también directamente
proporcional a la velocidad de las partículas A, 𝑅𝑗 ∝ 𝑣𝑎 . Dado que no hay más variables
involucradas, podemos escribir:

𝑅𝑗 ∝ 𝑣𝑎 · [𝐴] · [𝐵] (3.15)

Para formar la ecuación final que nos permite calcular la tasa de reacciones, queda todavía
por insertar una constante de proporcionalidad en la expresión dada en Ec. (3.15). La letra
griega σ es la que se ha utilizado históricamente para simbolizar esta constante. La llamada
constante de proporcionalidad σ no es una constante universal, sino una función, de
estructura extraordinariamente compleja en algunos casos, que depende de las partículas A y
B que sufren la reacción, del tipo de reacción, y de la energía o velocidad de la partícula
proyectil A. Seguidamenete escribimos la expresión para el cálculo de la tasa de reacciones,
en la que se indican las dependencias mencionadas a base de subíndices y argumentos,

𝑅𝑗 = 𝜎𝑎𝑏,𝑗 (𝐸𝑎 ) · 𝑣𝑎 · [𝐴] · [𝐵] (3.16)

Debido a que las dimensiones de la constante de proporcionalidad, σ, son las de un área se la


denomina sección eficaz. En concreto, σab,j (Ea) es la sección eficaz microscópica de un blanco
constituido por partículas B par la reacción tipo j y partículas incidentes A de energía cinética
E a.
Las secciones eficaces microscópicas para interacción entre neutrones y núcleos, así como
para interacción de rayos γ y átomos son por lo general del orden de 10-24 cm2. Por ello, la
unidad de sección eficaz que se utiliza habitualmente es el barnio, o barn, siendo
1 barn (1b) = 10-24 cm2.
La Ecuación (3.16) es la ecuación de definición para la sección eficaz. La forma más común de
esta ecuación se puede obtener al tener en cuenta que el producto va[A] es el flujo escalar

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Tema 3 - Radiactividad y reacciones nucleares

(abreviadamente, simplemente flujo) de partículas tipo A. Si al flujo se le representa como Φa,


Ec. (3.16) queda de la forma,

𝑅𝑗 = 𝜎𝑎𝑏,𝑗 (𝐸𝑎 ) · 𝛷𝑎 · [𝐵] (3.17)

Las secciones eficaces microscópicas como medida de las interacciones individuales entre
partículas se pueden determinar experimentalmente por aplicación directa de Ec. (3.17). Si se
conoce la densidad de las partículas de la especie blanco y el flujo, y medimos la tasa de un
determinado tipo de reacciones, entonces se puede determinar la sección eficaz microscópica
por división
𝑅𝑗
𝜎𝑎𝑏,𝑗 =
[𝐵] · 𝛷𝑎
En la exposición realizada hasta ahora hemos supuesto que las partículas B estaban en reposo
y que sólo las partículas A estaban en movimiento. De hecho, esta es la suposición que
podemos considerar correcta en la mayoría de las situaciones reales. Normalmente, las
partículas B son núcleos o átomos que, a efectos prácticos, se pueden considerar en reposo
en el laboratorio, y por lo general las partículas A en movimiento rápido (los proyectiles) son
neutrones o rayos γ.
Sin embargo, se ha de considerar que hay interacciones en las que ambas especies de
partículas están en movimiento. En este caso la distinción entre partículas blanco y proyectil
no tiene significado, y la ecuación generalizada para la tasa de reacciones se puede escribir
como
𝑅𝑗 = 𝜎𝑎𝑏,𝑗 (𝐸𝑎𝑏 ) · 𝑣𝑎𝑏 · [𝐴] · [𝐵]
Donde [A] y [B] son la concentración de partículas A y B; va,b es la velocidad relativa entre las
partículas A y B; y σab,j la sección eficaz microscópica para el tipo de reacción j entre las
partículas A y B moviéndose con una velocidad relativa va,b . La sección eficaz para las distintas
reacciones es función de esa velocidad relativa, o lo que es equivalente, de la energía cinética
relativa, esto es, σab,j = σab,j (Eab).
Las reacciones sufridas por las partículas blanco B pueden ser de distinto tipo (j,k,l,etc.),
correspondiendo a cada uno de estos sucesos una sección eficaz, las cuales tendrán distinta
dependencia funcional respecto a la velocidad del proyectil A. La tasa total de reacciones
sufridas por las partículas B constituyentes de la sustancia blanco, se puede expresar como:
𝑅𝑡𝑜𝑡 = 𝜎𝑎𝑏,𝑗 (𝐸𝑎 ) · 𝛷𝑎 · [𝐵] + 𝜎𝑎𝑏,𝑘 (𝐸𝑎 ) · 𝛷𝑎 · [𝐵] + 𝜎𝑎𝑏,𝑙 (𝐸𝑎 ) · 𝛷𝑎 · [𝐵] + ⋯
= (𝜎𝑎𝑏,𝑗 + 𝜎𝑎𝑏,𝑘 + 𝜎𝑎𝑏,𝑙 + ⋯ ) · 𝛷𝑎 · [𝐵]
Si denominamos sección eficaz microscópica total, σtot , a la suma de secciones eficaces de
cada uno de los procesos que puede experimentar una partícula B con proyectiles A de una
determinada velocidad, 𝜎𝑡𝑜𝑡 = ∑𝑗 𝜎𝑎𝑏,𝑗 (𝐸𝑎 ), entonces podemos escribir
𝑅𝑡𝑜𝑡 = 𝜎𝑡𝑜𝑡 (𝐸𝑎 ) · 𝛷𝑎 · [𝐵]
Supongamos que ha tenido lugar una reacción, y se quiere determinar la probabilidad de que
dicha reacción sea de una clase determinada j. Dicha probabilidad Pj viene dada por el cociente
entre la sección eficaz que la valora σj y la sección eficaz total σtot, es decir
𝑅𝑗 𝜎𝑗 (𝐸𝑎 )𝛷𝑎 [𝐵] 𝜎𝑗 (𝐸𝑎 )
𝑃𝑗 = = =
𝑅𝑡𝑜𝑡 𝜎𝑡𝑜𝑡 (𝐸𝑎 )𝛷𝑎 [𝐵] 𝜎𝑡𝑜𝑡 (𝐸𝑎 )

- 62 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

3.2.4 Sección eficaz macroscópica y recorrido libre medio


Se denomina sección eficaz macroscópica de una reacción al producto de la sección eficaz
microscópica de dicha reacción y la densidad de las partículas del blanco. De análoga forma,
se puede definir la sección eficaz macroscópica total como el producto de la sección eficaz
microscópica total y la densidad de las partículas del blanco. Si el flujo de las partículas
proyectil se refiere a neutrones, el símbolo históricamente utilizado para su representación es
Σ; si el flujo es de fotones, el símbolo para la sección eficaz macroscópica es μ. Escribamos
ahora Ec. (3.16) de la forma siguiente, en la que se agrupan de dos en dos los factores que
aparecen

𝑅𝑗 = (𝜎𝑎𝑏,𝑗 (𝐸𝑎 ) · [𝐵]) · (𝑣𝑎 · [𝐴]) (3.18)

En términos de la sección eficaz macroscópica y del flujo Ec. (3.18) se puede rescribir como

𝑅𝑖 = 𝛴𝑎𝑏,𝑗 · 𝛷𝑎 → 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝛴𝑎𝑏,𝑗 = 𝜎𝑎𝑏,𝑗 · [𝐵] 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑛𝑒𝑢𝑡𝑟𝑜𝑛𝑒𝑠


(3.19)
𝑅𝑖 = 𝜇𝑎𝑏,𝑗 · 𝛷𝑎 → 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝜇𝑎𝑏,𝑗 = 𝜎𝑎𝑏,𝑗 · [𝐵] 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑓𝑜𝑡𝑜𝑛𝑒𝑠

En la Ec. (3.19) de tasa de reacciones aparecen ahora sólo dos parámetros: la sección eficaz
macroscópica y el flujo. La primera totaliza la información necesaria sobre la especie que
constituye el blanco, englobándose en dicho parámetro las características nucleares del
nucleido y su densidad. El flujo a su vez, totaliza la información sobre las partículas proyectil.
Las dimensiones de la sección eficaz macroscópica son de inversa de la longitud, y se utiliza
como unidad convencional cm-1. Para el flujo la unidad convencional es partículas/cm2 s.
En el resto de esta sección en vez de utilizar la acepción de partículas proyectil B en genérico,
hablaremos de neutrones (la partícula proyectil por excelencia en Ingeniería Nuclear), y en vez
de hablar de partículas blanco de la especie A, hablaremos de núcleos, y del nucleido A. Quede
claro no obstante, que lo que digamos al referirnos a neutrones-núcleos será de validez
general para otras muchas parejas proyectil-blanco.
Anteriormente nos referimos a un medio constituido por un sólo tipo de nucleidos. En el caso
común de tener un material compuesto de distintos nucleidos, la sección eficaz total del
compuesto es la suma de las secciones eficaces macroscópicas correspondientes a los diversos
nucleidos que lo integran. Esto es expresa matemáticamente por

𝛴𝑗 = ∑ 𝜎𝑖,𝑗 [𝐵𝑖 ]
𝑗

en la que el subíndice, j, caracterizador de la reacción puede ser aplicable a cualquier tipo de


reacción o a la totalidad de ellas, y los nucleidos constituyentes se identifican por el
subíndice i.
La capacidad de un medio para reaccionar con los neutrones que sobre el inciden, o lo que es
equivalente para atenuar su flujo es función de Σ. Es muy útil ver cómo se puede tratar
matemáticamente el problema de la atenuación. Aquí lo haremos suponiendo el siguiente
experimento.
Supongamos un cierto flujo de neutrones colimados y monoenergéticos, es decir, un haz de
neutrones monodireccional y monoenergético. Este haz tiene una intensidad I0 n/cm2.s, e
incide perpendicularmente sobre la superficie externa de un cierto material, compuesto por

- 63 -
Tema 3 - Radiactividad y reacciones nucleares

partículas B de un solo nucleido. Consideremos en el interior del mismo dos planos


infinitamente próximos y paralelos a la superficie externa, situados a una distancia x y x+dx
respectivamente (ver Figura 3.9). Nos interesa conocer intensidad I(x) de los neutrones que
penetran en el material hasta una distancia x sin haber experimentado ninguna
interacción/colisión. Esta intensidad I(x) es la denominada intensidad residual del haz
después de haber atravesado un espesor x del material.

Figura 3.9 Flujo de neutrones colimados incidiendo sobre un semiespacio de


material dado.

Hay que determinar una ecuación que exprese la variación de la intensidad del haz (dI) al
atravesar la lámina de espesor dx, esto es, la atenuación del haz que se produce en el
diferencial dx. Esta variación es igual al número de interacciones que se producen (e igual al
número de neutrones que desaparecen del haz monoenergético y monodireccional que llega
hasta x) en ese espesor dx, con signo negativo. Por lo tanto, la atenuación en el haz de
neutrones ocurrida en el diferencial dx asociado al punto de abcisa x, será igual a
−𝑑𝐼 = 𝑑𝑅(𝑥) = 𝛴𝑡 · 𝐼(𝑥) · 𝑑𝑥
reordenando dicha expresión, podemos escribir
𝑑𝐼
= −𝛴𝑡 · 𝑑𝑥
𝐼
cuya integración conduce a la expresión, ya aparecida anteriormente (Sec. 3.1.2), de
atenuación exponencial

𝐼(𝑥) = 𝐼0 · 𝑒 −𝛴𝑡𝑥 (3.20)

La cuestión que ahora abordaremos es la de hallar cuál será la longitud que como promedio
penetrará en el material un neutrón del haz sin haber participado hasta entonces en ninguna
reacción nuclear. A este valor se le denomina recorrido libre medio.
Para su cálculo hay que definir una probabilidad compuesta que evalúe la probabilidad de que
los neutrones atraviesen el medio sin colisionar hasta una distancia (abcisa) x, “y” sufran una
colisión en el intervalo entre x y x+dx. Ello nos dará una función de densidad con la que se
podrá evaluar el recorrido libre medio como la esperanza matemática de dicha distribución
estadística.

- 64 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Así pues, la probabilidad compuesta se podría escribir como


𝑝(𝑥) 𝑑𝑥 = 𝑝1 (𝑥) 𝑝2 (𝑥) 𝑑𝑥
La primera función p1(x) sería la probabilidad de que el neutrón incidente en el material llegue
hasta la distancia x sin interaccionar, lo cual es igual al cociente entre I(x) e I0 . Utilizando
Ec. (3.20) podemos escribir
𝐼(𝑥)
𝑝1 (𝑥) = = 𝑒 −𝛴𝑡·𝑥
𝐼0
Por otra parte, la probabilidad p2(x) es el número de choques que hay en el intervalo dx
dividido por el número de neutrones que en total alcanzan la abcisa x, lo que conduce a la
ecuación
𝑝2 (𝑥) 𝑑𝑥 = 𝛴𝑡 𝐼(𝑥) 𝑑𝑥 / 𝐼(𝑥) = 𝛴𝑡 𝑑𝑥
En definitiva, se obtiene la función de probabilidad compuesta siguiente

𝑝(𝑥) 𝑑𝑥 = 𝛴𝑡 𝑒 −𝛴𝑡 𝑥 𝑑𝑥 (3.21)

La esperanza matemática <x> de la función de probabilidad dada en Ec. (3.21) es


〈𝑥〉 = 1/𝛴𝑡
Se concluye entonces que el recorrido libre medio es precisamente el inverso de la sección
eficaz macroscópica total del material en cuestión. En la bibliografía se le suele denotar como
λt. Al igual que Σt, el recorrido libre medio de los neutrones en un determinado material va a
depender de la composición isotópica y densidad del material, y de la velocidad de los
neutrones. Un determinado material con unas dimensiones dadas puede ser “efectivamente
delgado” para unos neutrones, porque el recorrido libre medio de éstos sea muy largo para la
velocidad que tienen; y sin embargo, sea muy ancho para otros neutrones, porque el recorrido
libre medio de estos neutrones, con diferente velocidad, sea muy pequeño respecto de sus
dimensiones físicas. En relación con estas circunstancias, se ha introducido el concepto de
espesor óptico, definido como el cociente entre el espesor geométrico y el recorrido libre
medio. En caso de que los neutrones tengan recorridos libres medios mayores que la anchura
del material, se está en situaciones muy transparentes o en sistemas ópticamente delgados
(habrá muchos neutrones que escapen); mientras que si el recorrido libre medio es mucho
menor que la dimensión física del material, se está en una situación opaca, o en un material
ópticamente grueso (habrá muy pocos neutrones que se fuguen).
Finalmente conviene indicar que el recorrido libre medio de una reacción particular j, se
obtiene que es igual a λj = 1/Σj. Se cumple además que la suma de los inversos de los recorridos
libres medios de las distintas reacciones es igual al inverso del recorrido libre medio total:
1 1 1 1
= + + +⋯
𝜆𝑡 𝜆𝑗 𝜆𝑘 𝜆𝑙

3.2.5 Variación de la sección eficaz con la energía. Modelo del núcleo


compuesto
La sección eficaz de una reacción nuclear para unos determinados proyectil y blanco depende
de su velocidad relativa y por lo tanto como ya indicamos de la energía cinética E C
correspondiente: σ como función de EC se simboliza como σ(EC). En caso de que la partícula

- 65 -
Tema 3 - Radiactividad y reacciones nucleares

1
blanco esté en reposo, 𝐸𝑐 = 𝑚𝑎 𝑣𝑎2 , donde va es la velocidad del proyectil medida en el
2
sistema de laboratorio. Por lo tanto, en este caso EC es igual a la energía cinética Ea del
proyectil medida en el laboratorio. En el caso de que proyectil y blanco estén en movimiento
1
en el sistema del laboratorio 𝐸𝑐 = 𝑚𝑣 2 , donde m es la masa reducida del blanco-proyectil
2
y v su velocidad relativa.
Para referirse a la función σab,j (Ea) representativa de la variación de la sección eficaz de una
reacción con la energía del proyectil se utiliza el término de función de excitación de una
reacción. Aunque es imposible encontrar leyes absolutas de estas funciones, queremos llamar
la atención sobre el hecho más llamativo que presentan muchas de ellas: la presencia de las
denominadas resonancias. Decimos que aparece una resonancia cuando hay una variación
muy fuerte de la sección eficaz en un intervalo estrecho de la energía cinética relativa
proyectil-blanco, en otras palabras, cuando se produce una variación súbita del valor de la
sección eficaz ante pequeñas variaciones de la velocidad relativa proyectil-blanco. Los
máximos o picos de las distintas resonancias se alcanzan para valores determinados de la
energía cinética del proyectil, las denominadas energías resonantes. En Figura 3.10 se aprecia
claramente este fenómeno, observándose varias resonancias. En cada una de ellas, el valor de
la sección eficaz experimenta una variación súbita alcanzándose un máximo en la energía
resonante (situada en el centro del intervalo energético de resonancia), y disminuye muy
rápidamente por las alas de la resonancia a medida que la energía cinética del proyectil se
aleja de la energía resonante.

Figura 3.10 Presencia de resonancias en las secciones eficaces de reacciones nucleares. El gráfico
corresponde a la sección eficaz de una reacción inducida por neutrones en un núcleo pesado. Los
distintos tipos de reacciones neutrónicas se describen en Tema 4.

La Física Nuclear es la encargada de desarrollar modelos sobre los mecanismos responsables


de la ocurrencia de las distintas reacciones nucleares. La utilización de los modelos nucleares
de reacción permite establecer las pautas de comportamiento de una sección eficaz de un
nucleido dado, y a partir de ellas determinar con mayor precisión los valores correspondientes
a las secciones eficaces en diversos rangos energéticos, incluyendo lógicamente el rango de
resonancias. La utilidad de estos modelos es grande, dado que la observación experimental
de las secciones eficaces, particularmente en el caso de abundancia de resonancias, es una
tarea compleja que a menudo se ha de guiar mediante cálculos teóricos previos realizados
sobre la base de esos modelos.

- 66 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Uno de los modelos más sencillos, pero que a su vez ha permitido explicar las características
de muchas reacciones, incluida la aparición de resonancias, es el modelo de reacción a través
de núcleo compuesto. A continuación, presentaremos brevemente el mecanismo por el que
un proyectil interacciona con el blanco según este modelo. Conviene hacer notar que, para el
caso de neutrones en el rango energético de interés en la Tecnología de Fisión y Fusión,
prácticamente la totalidad de las reacciones se pueden explicar mediante este modelo.
Según este modelo, propuesto por Bohr en 1936, el proceso de una reacción se desarrollaría
en dos etapas. En la primera el proyectil es absorbido por el núcleo blanco dando lugar a la
formación del denominado núcleo compuesto. En el caso de que la partícula proyectil fuera
un neutrón, para un núcleo blanco AZ dado, el núcleo compuesto resultante es A+1Z. En la
segunda, se produce la desintegración del núcleo compuesto, que puede tener lugar en
distintas formas, cada una de ellas con distinta probabilidad.
En el caso general y según este modelo, una partícula incidente a es capturada por el blanco
X, para formar un sistema compuesto, el núcleo compuesto C. La energía de la partícula a se
reparte de manera casi inmediata entre todos los nucleones y C se forma en un estado
excitado C*. Después de un tiempo del orden de 10-12 a 10-14 s, se desintegra emitiendo una
partícula. Durante el tiempo de vida del núcleo compuesto C*, hay un intercambio continuo
de energía entre todos los nucleones hasta que uno de ellos (o una agrupación de ellos)
obtiene una energía superior a su energía de separación y es capaz de abandonar el núcleo,
convirtiéndose en una partícula libre. De esta forma la desintegración del núcleo compuesto
da lugar a los productos finales de la reacción. Según este modelo, una reacción X(a,b)Y se
produce según las ecuaciones:
𝑎 + 𝑋 → 𝐶∗ → 𝑏 + 𝑌
La aparición de máximos/resonancias en los valores de la sección eficaz se explica fácilmente
admitiendo que la reacción transcurre vía formación del núcleo compuesto. Sabemos que los
núcleos tienen varios estados excitados que corresponden a diferentes configuraciones de
nucleones en el núcleo. Resulta que el proyectil incidente y el núcleo blanco tienen una mucha
mayor probabilidad de combinarse y formar un núcleo compuesto si la energía del proyectil
es tal que el núcleo compuesto se produce en uno de sus estados excitados. Las resonancias
se manifiestan en la sección eficaz porque es necesario formar el núcleo compuesto antes de
que el proceso de la reacción pueda proseguir.
Se puede demostrar que independientemente de cómo se forme el núcleo compuesto, éste
tendrá una energía de excitación igual a la energía de separación, Sp, de la partícula proyectil
(sea α, n, p, etc.) del núcleo C, más una fracción de la energía cinética de las partículas iniciales,
Єc, dada por la expresión, Єc = Ea (Mx/Ma + Mx), donde Ea es la energía cinética del proyectil en
el sistema de laboratorio, y M denota las masas de las partículas que intervienen en la
reacción. Sólo cuando la energía cinética Ea del proyectil conduzca a un valor de Sp + Єc igual
a una de las energías de los estados excitados de C, se tendrá una resonancia en la sección
eficaz. Se observa, que en el caso de que la partícula proyectil sea un neutrón y el blanco sea
un núcleo pesado en reposo, Єc es prácticamente coincidente con la energía cinética del
neutrón incidente, siendo este el valor que tomemos en posteriores discusiones (Sec. 5.1). Los
aspectos aquí presentados relativos al tema del núcleo compuesto se utilizaran más adelante
cuando tratemos el tema de la fisión inducida por neutrones (Tema 5).

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

Tema 4 Interacción de la radiación con la materia.


El término radiación se utiliza hoy en día para referirnos de forma general a la radiación
electromagnética de cualquier longitud de onda, así como a las partículas atómicas y
subatómicas. Una de las diferentes formas en que los distintos tipos de radiación se pueden
agrupar es en función de su poder de ionización: así hablaremos de radiación ionizante y no
ionizante. El término ionizante se refiere a la capacidad de la radiación para ionizar (producir
iones) un medio (por ejemplo, un gas) a su paso.
Al tipo de radiación no ionizante es la radiación electromagnética con longitudes de onda λ de
aproximadamente 1.0 nm o mayores. A esta parte del espectro electromagnético
corresponden las ondas de radio, microondas, luz visible (λ = 770 nm a 390 nm), y luz
ultravioleta (λ = 390 nm a 1 nm).
La radiación ionizante incluye el resto del espectro electromagnético (rayos X, λ ≈ 1.0-
0.005 nm) y rayos γ que son aquellos con longitudes de onda menores que las de los rayos X.
También incluye todas las partículas atómicas y subatómicas, tales como electrones,
positrones, protones, alfas, neutrones, iones pesados, y mesones. En la Ingeniería Nuclear la
radiación que nos ocupa es por diversos motivos la ionizante.
En este capítulo discutiremos los mecanismos de los principales procesos por los que la
radiación ionizante es capaz de penetrar en la materia e interaccionar con los átomos
constituyentes de la misma, transfiriendo parte de su energía, o la totalidad, al medio material
que está atravesando. El estudio de este tema es muy importante en muchos campos de
aplicación. Esa transferencia de energía es la causa de los distintos efectos producidos por las
radiaciones, tales como los efectos biológicos sobre la materia viva. Por otra parte, los
diferentes métodos de detección y medida de la radiación se basan en su interacción con
determinados materiales, por lo que para construir detectores eficientes e interpretar los
resultados de las medidas se necesita conocer los distintos tipos de interacción y sus
consecuencias. Finalmente, la radiación puede interactuar con el medio y producir reacciones
que sirvan para extraer energía de los núcleos de los átomos.
La comprensión a nivel fenomenológico de estos procesos de interacción y transferencia de
energía de la radiación permitirá prevenir y minimizar sus efectos nocivos o bien potenciar
aquellos que puedan interesar para una determinada aplicación.
En la organización del capítulo, la radiación ionizante se la ha dividido en tres grupos:
1) Partículas cargadas. Aquí se podrían incluir: electrones (e-), positrones (e+), protones
(p), deuterones (d), alfas (α), iones pesados (A > 4). Nos centraremos en la radiación α,
radiación β (esto es, electrones y positrones), y en el tipo de iones muy pesados
correspondiente a los productos de fisión.
2) Fotones: Rayos X y gammas (γ).
3) Neutrones (n).
En la Tabla 4.1 se indica el rango energético de los tipos de radiación que se pueden encontrar
en los reactores nucleares, así como en gran parte de las instalaciones dedicadas a la
producción o uso de radionucleidos.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tabla 4.1 Máxima energía de la radiación presente

Tipo de Energía
Radiación (MeV)
α 20
β 10
γ 20
n 15
Iones 100
pesados

La división en tres grupos es conveniente dado que cada grupo tiene sus propias
características y se puede estudiar separadamente.
Una partícula cargada al moverse a través de la materia interacciona, mediante fuerzas de
Coulomb, con los electrones (negativos) y el núcleo (positivo) que constituye los átomos del
material. Como resultado de estas interacciones, la partícula cargada pierde su energía de
forma continua y finalmente se detiene después de viajar una distancio finita, denominada
alcance. El alcance depende del tipo y energía de la partícula y del material en el que se mueve.
La probabilidad de que una partícula cargada pueda atravesar una lámina de material sin
interaccionar es prácticamente cero. Este es un hecho muy importante a tener en cuenta en
los sistemas en los que por uno u otro motivo las partículas cargadas sean actor relevante.
Para describir el proceso de interacción y pérdida continua de energía de la partícula cargada
en la materia no es lo más aconsejable hacerlo en término del concepto de sección eficaz de
colisión. Par ello, tal y como se verá, se introducen otros conceptos más útiles tales como
poder de frenados, etc.
Los neutrones y gammas no tienen carga. Estos tipos de radiación interaccionan con la materia
en diferentes formas, pero hay una probabilidad finita distinta de cero de que un neutrón o
un rayo gamma pueda atravesar cualquier espesor de cualquier material sin experimentar
ninguna interacción. Como resultado, no se puede definir un alcance finito para neutrones y
gammas. Para describir la interacción y deposición de energía de estos dos tipos de radiación
con la materia el concepto de sección eficaz de colisión es el apropiado.
Es conveniente señalar que cualquiera que sea el origen de la radiación interesa en general
estudiar lo que sucede a la materia cuando un tipo determinado de radiación la traviesa, así
como lo que sucede a la radiación durante su paso a través de la materia. A lo largo del
capítulo también se entenderá el porqué del término radiación directamente ionizante dado
a las partículas cargadas, y de indirectamente ionizante dado a neutrones y fotones,
comprendiendo asimismo que esta terminología en absoluto se relaciona con que un tipo de
radiación u otro tenga un mayor poder de ionización, sino a como se origina la ionización.

4.1 Partículas cargadas.


Hay fundamentalmente tres variedades de partículas cargadas involucradas en los problemas
de Ingeniería Nuclear de fisión: rayos α, rayos β y fragmentos de fisión. Antes de considerar
cada una de estas radiaciones por separado, creemos conveniente analizar las formas en que
las partículas cargadas en general interaccionan con la materia.

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

4.1.1 Mecanismos de interacción: magnitudes caracterizadoras de la


pérdida de energía y la penetración en la materia
Supongamos que una partícula cargada incide sobre un átomo localizado en un punto
cualquiera de nuestro sistema material. A medida que la partícula se acerca al átomo en
cuestión pueden ocurrir diferentes sucesos en competencia. La mayoría de los mismos son
consecuencia de la interacción electromagnética entre la partícula cargada y los electrones
atómicos. Estas interacciones se pueden interpretar como colisiones de la partícula incidente
con los electrones atómicos, y pueden ser de tipo elástico o inelástico. En el primer caso la
energía cinética total se conserva y una parte de la energía cinética de la partícula incidente
se transfiere como energía cinética al átomo. En el segundo caso parte de la energía de la
partícula cargada transferida al átomo queda en forma de energía interna del átomo, que pasa
a un estado excitado (uno o más de sus electrones se sitúan en estados excitados) o bien es
ionizado (arrancándose uno o más electrones del átomo). En el caso de la ionización, la
energía que la partícula cargada transfiere al electrón es superior a su energía de enlace en el
átomo, por lo que escapa y se convierte en una partícula libre. El resultado es que se crea un
par iónico: un ión negativo constituido por el electrón expulsado y un ión positivo formado
por el átomo al que le falta un electrón. El fenómeno de ionización originado por la
transferencia directa de la energía de la partícula cargada incidente a los electrones atómicos,
recibe el nombre de ionización primaria. Cuando el valor de la energía transferida de la
partícula cargada al electrón es menor que la energía de enlace, éste no podrá abandonar el
átomo, pero si que puede ser suficiente para que pase a ocupar un nivel de energía superior.
Si sucede esto, el átomo queda excitado y el proceso recibe el nombre de excitación. El átomo
excitado volverá en general a su estado fundamental mediante la emisión de radiación
electromagnética. Por otra parte, muchos de los electrones liberados en los procesos de
ionización primaria tendrán la energía suficiente para, a su vez, producir nuevas ionizaciones
en otros átomos del material que atraviesan, liberando nuevos electrones atómicos y
produciendo por tanto nuevas ionizaciones. Este tipo de ionización recibe el nombre de
ionización secundaria.
También es posible que la partícula cargada penetre la nube de electrones atómicos e
interacciona con el núcleo. Estas interacciones pueden ser de tipo culombiano o de tipo
nuclear. Las interacciones dominantes entre partículas cargadas y núcleo son las colombianas,
siendo las interacciones regidas por la fuerza nuclear muy infrecuentes. En la interacción de
las partículas cargadas con el núcleo se produce una dispersión elástica, en la que el núcleo
sufre un mayor o menor impulso de retroceso, dependiendo de la energía y masa de la
partícula incidente. Si esta es suficientemente masiva y energética, el núcleo de retroceso
puede atravesar su propia nube electrónica y moverse en el medio como otra partícula
cargada. En la dispersión elástica con los núcleos atómicos se puede provocar un cambio
brusco de la velocidad de la partícula incidente, lo que se traduce en una fuerte aceleración
de la partícula, lo que origina, de acuerdo con las leyes de la electrodinámica clásica, la emisión
de radiación electromagnética con la consiguiente pérdida de energía. Esta radiación emitida
como consecuencia de poseer una particula cargada aceleración recibe el nombre de
radiación de frenado o bremsstrahlung (del término alemán).
Vamos ahora a definir algunos de los conceptos más útiles para describir el grado de
interacción de las partículas cargadas con la materia, que serán utilizados en otras partes del
texto.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

La ionización total, Itot, producida por el paso de una partícula cargada a través de la materia,
se define como el número total de pares de iones que se crean, tanto por ionización primaria
como secundaria, a lo largo de su recorrido.
Considérese una partícula cargada con una energía cinética inicial E0. Supongamos que pierde
toda su energía en un material produciendo una ionización total Itot. Definimos la energía
media para producir un par iónico o energía media de ionización, ε, de esa partícula en ese
medio al cociente entre E0 e Itot : ε = E0/Itot
Uno de los conceptos más importantes es el de ionización específica, Is. Ss define como el
número de pares de iones, tanto primarios como secundarios, creados por la partícula
incidente por unidad de recorrido de ésta en el material. Si se indica por el número de pares
de iones producidos entre los puntos x y x+dx del recorrido, la ionización específica en el punto
x será: 𝐼𝑠 = 𝑑𝐼/𝑑𝑥
El conocimiento de la ionización producida por las partículas cargadas al penetrar en la
materia es de la mayor importancia. Esto se pone de manifiesto en diferentes campos de
aplicación, Así en el área de la protección radiactiva el proceso de ionización es el causante
del daño biológico producido por las radiaciones, y en el campo de la instrumentación nuclear,
la ionización constituye el fenómeno básico para muchos métodos de detección de la
radiación.
Se puede demostrar que las características de los procesos de interacción de las partículas
cargadas con la materia hacen que la pérdida de energía de la partícula a lo largo del recorrido
se produzca de forma prácticamente continua. Para describir de forma cuantitativa esta
pérdida continua de la energía de la partícula incidente se define el poder de frenado o
pérdida lineal de energía T como la energía perdida por la partícula en el material por unidad
de longitud de su recorrido. Así, si una partícula cargada pierde una energía dE cuando recorre
una longitud dx, el poder de frnado será: 𝑇 = −𝑑𝐸/𝑑𝑥.
Es conveniente hacer la distinción entre el poder de frenado debido a la ionización o excitación
de los átomos del medio y el debido a la pérdida por radiación. Así se escribe:
𝑑𝐸 𝑑𝐸
𝑇 = (− ) + (− )
𝑑𝑥 𝑖𝑜𝑛𝑖𝑧𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑒𝑥𝑐𝑖𝑡𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑑𝑥 𝑟𝑎𝑑𝑖𝑎𝑐𝑖ó𝑛
Es importante considerar, asimismo, el concepto de transferencia lineal de energía L, en
terminología inglesa LET, que se define como la energía transferida por la partícula localmente
al medio por unidad de longitud de su recorrido. Esta energía transferida localmente al medio
será la que se pierde debido a los procesos de ionización y excitación, por lo tanto:
𝑑𝐸
𝐿 = (− )
𝑑𝑥 𝑖𝑜𝑛𝑖𝑧𝑎𝑐𝑖ó𝑛/𝑒𝑥𝑐𝑖𝑡𝑎𝑐𝑖ó𝑛
Dado que los efectos producidos por las radiaciones en un volumen determinado del medio
material atravesado dependen básicamente de la energía depositada en este volumen, el
conocimiento de la transferencia lineal de energía será muy importante para poder
cuantificarlos. Así por ejemplo, su conocimiento es básico para evaluar los efectos biológicos
de la radiación.
Tanto el poder de frenado como la transferencia lineal de energía se expresan en unidades de
energía por unidad de longitud: MeV/cm.

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

El poder de frenado por ionización/excitación está ligado con la ionización específica


producida por la partícula a través de la siguiente relación:
𝑑𝐸
(− ) = 𝐼𝑠 · 𝜀
𝑑𝑥 𝑖𝑜𝑛𝑖𝑧𝑎𝑐𝑖ó𝑛/𝑒𝑥𝑐𝑖𝑡𝑎𝑐𝑖ó𝑛
Otro concepto importante es el de alcance. Se define el alcance R de una partícula cargada,
que incide normalmente sobre una superficie de un medio material, como la distancia máxima
de penetración en dicho medio. En otras palabras, el alcance es el espesor necesario del
material considerado para absorber prácticamente toda la radiación de partículas cargadas.
No hay que confundir el alcance, con la longitud del camino recorrido L por la partícula
cargada hasta que se detiene y es neutralizada. En las denominadas partículas pesadas (las
más comunes con Z ≤ 2, A ≤ 4 son p, d, t, α; y las de A > 4 de más interés para nuestros
propósitos son los productos de fisión) las trayectorias pueden considerarse prácticamente
rectilíneas y por tanto el alcance coincidirá aproximadamente con la longitud del camino
recorrido. Por el contrario, los electrones y positrones sufren desviaciones notables al
interaccionar con los electrones y núcleos atómicos del medio, y su trayectoria es en zig-zag.
Por esta razón, la longitud del camino realmente recorrido por un electrón será superior a su
alcance. Lo dicho se describe de forma gráfica en Figura 4.1 (diferencia entre trayectorias de
un electrón y de una partícula pesada) y en Figura 4.2 (diferencia entre longitud camino
recorrido y alcance).

Trayectoria de partícula ligera

Trayectoria de partícula pesada

Figura 4.1 Diagrama esquemático de las trayectorias posibles de un electrón y


una partícula pesada.

El alcance es una cantidad promedio, dado que partículas del mismo tipo con la misma energía
cinética en el mismo medio no se detendrán después de atravesar exactamente el mismo
espesor R. Lo que sucede realmente es que los puntos de máxima penetración se distribuyen
entorno a un valor de espesor medio, que es el denominado valor del alcance.
La Física Nuclear permite deducir las fórmulas para calcular los valores de las magnitudes
introducidas, en las distintas situaciones que puedan plantearse. Se ha visto que en muchas
situaciones estas magnitudes son directamente proporcionales a la densidad ρ del medio
material (o lo que es equivalente al número de átomos por unidad de volumen) a través del
cual se mueve la partícula cargada. Para eliminar esta dependencia es conveniente medir los
recorridos de las partículas y los espesores de los materiales absorbentes en unidades de masa
por unidad de superficie. El espesor expresado en estas unidades recibe el nombre de espesor
másico xm. Su relación con el espesor lineal x viene dada a través de la densidad del medio:
xm (g/cm2) = ρ (g/cm3) x (cm)

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 4.2 La longitud total L del camino recorrido por el electrón es superior al espesor
R de material atravesado.

El poder de frenado expresado en función del espesor másico se denomina poder de frenado
másico y está relacionado con el poder de frenado lineal según la expresión siguiente:
( - dE / dx)m = ( - dE / dx) / ρ
Las unidades usuales con las que se expresa el poder de frenado másico son MeV·cm2/g. De
igual forma el alcance lineal R se relaciona con el alcance másico Rm, mediante la ecuación:
Rm (kg/m2) = R (m) ρ (kg/m3)
El alcance másico es independiente del estado de la materia. Esto es, una partícula tendrá el
mismo Rm tanto si se mueve en hielo, agua líquida, o vapor. El alcance medido en metros, R,
es obviamente diferente.

4.1.2 Interacción de las partículas alfa con la materia.


La inmensa mayoría de las partículas α producidas por desintegración radiactiva poseen
energías comprendidas entre 2 y 8 MeV. Los radioisótopos más frecuentes las emiten con
energía E < 6 MeV.
Las partículas α pertenecen desde un punto de vista físico a la clase de partículas cargadas
pesadas, que como ya se ha dicho apenas son desviadas cuando interaccionan con los
electrones del átomo, y por lo tanto, siguen una trayectoria prácticamente rectilínea en su
movimiento. Cuando en su movimiento la partícula haya consumido prácticamente toda su
energía cinética, terminará su vida capturando primero un electrón y después otro,
convirtiéndose así en un átomo normal de helio. Pero antes habrá generado un número muy
considerable de iones. Por ejemplo, una partícula α de 5 MeV al atravesar el aire en
condiciones normales (CN) produce unos 144.000 pares de iones. La ionización específica para
esta energía es de 2,9·104 pares/cm. El máximo corresponde a una energía entre 0,8 y 1 MeV,
siendo éste de 7,2·104 pares/cm.
El poder de frenado de estas partículas es muy notable (la contribución del proceso de emisión
de radiación de frenado es despreciable), y consecuentemente el alcance es muy corto. Puede
observarse que para las energías más frecuentes (E < 6 MeV) éste no llega a 5 cm en aire en
CN, y ni a una décima de milímetro en el tejido animal. En aluminio una partícula de 5 MeV

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

tiene un recorrido de 0,022 mm. Una simple hoja de papel de barba sirve para detener y
absorber casi en su totalidad a esta clase de radiación. Dado que el alcance, o espesor
necesario de material para absorber toda la radicación α es muy corto, el blindaje de las
partículas α no representa ningún problema, y su contribución a la irradiación externa de los
organismos vivos es despreciable. Sin embargo, su contribución a la irradiación interna puede
ser muy importante si no se toman las medidas adecuadas. La presencia de radioisótopos
emisores α no se puede ignorar en muchos problemas de ingeniería, dado que estos
radionucleidos si se ingieren o inhalan pueden ser muy radiotóxicos para la salud, debido a la
gran ionización específica que las α emitidas producen en los tejidos.

4.1.3 Interacción de las partículas β con la materia.


Las partículas β son partículas ligeras (electrones y positrones), cuyas energías se distribuyen
según un espectro continuo del cual se conoce, en general, la energía máxima. Esta energía
máxima del espectro beta, Emax, para la mayoría de los emisores β, no suele sobrepasar los
5 MeV.
Los electrones y positrones se comportan esencialmente igual en cuanto a los procesos de
interacción y transferencia de energía a la materia: en ambos casos van perdiendo energía por
ionización y excitación y también por radiación de frenado (proceso insignificante en el caso
de la radiación α), siguiendo una trayectoria compuesta de segmentos en zigzag. Difieren en
como terminan su vida. El positrón una vez ha perdido casi toda su energía cinética,
interacciona con alguno de los muchos electrones del medio que atraviesa y se produce la
aniquilación del par electrón-positrón. Esta aniquilación consiste en la conversión de la masa
en reposo del par electrón-positrón en una cantidad equivalente de energía, que se manifiesta
como dos fotones que se desplazan en sentidos opuestos Cada uno de estos fotones posee
una energía de 0,511 MeV, que es precisamente la energía equivalente a la masa en reposo
del electrón. Las características reseñadas del proceso de aniquilación electrón-positrón se
pueden explicar perfectamente mediante la teoría de la mecánica relativista. En cambio el
electrón, al consumir toda su energía cinética, no se aniquila, si no que por lo general es
captado por los átomos del material, convirtiéndose en uno de sus electrones orbítales.
La ionización que producen las partículas β es mucho menor que la producida por las
partículas pesadas, tales como las partículas α. Así, para electrones de 1 MeV se tiene una
ionización específica en el aire del orden de 50 pares de iones/cm, mientras que para
partículas α de la misma energía la ionización específica es de 72.000 pares de iones/cm.
Las partículas β tienen una capacidad de penetración mucho mayor que la que ofrecen las
partículas α de igual energía. Así, para radiación β con una Emax = 3 MeV se tiene un alcance
en aire de 13 m, mientras que el alcance de las partículas α de 3 MeV es de sólo 1,7 cm. Sin
embargo, la radiación β no penetra tanto en medios no gaseosos, y por esta razón no resulta
difícil de blindar. El alcance másico o espesor másico del absorbente necesario para detener
la mayor parte de la radiación se ha observado experimentalmente que, en una primera
aproximación, es independiente del absorbente y sólo depende de la energía máxima del
espectro beta. Una fórmula empírica que puede utilizarse es:
Rm (g/cm2) = 0,412 Emax(1,265-0,0954 ln Emax) , Emax < 2,5 MeV
Rm (g/cm2) = 0,530 Emax - 0,106 , Emax > 2,5 MeV
En estas ecuaciones Emax debe expresarse en MeV.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Como aplicación, vamos a calcular el alcance que en el tejido animal tiene la radiación β
emitida por el sodio 24 (usado a menudo en medicina como trazador) que posee una Emax de
1,39 MeV. Para la densidad del tejido adoptamos un valor igual a 1 g/cm3 (como se sabe, la
densidad de la mayor parte del tejido es aproximadamente igual a 1 g/cm3). Aplicando las
ecuaciones anteriores obtenemos:
𝑅(𝑐𝑚) = 0,412 × 1,39 (1,265−0,0954·𝑙𝑛 1,39) = 0,618 𝑐𝑚
El alcance de las partículas α con energía de 1,39 MeV (igual a la Emax del espectro energético
de la β emitidas por el 24Na) en el tejido es aproximadamente de 9·10-4 cm.
También se puede comprobar como en aluminio (ρ = 2,7 g/cm3) para una Emax de 4 MeV el
alcance es de 7,4 mm, descendiendo con la energía hasta 1,5 mm para 1 MeV y 0,15 mm para
0,2 MeV.

4.1.4 Fragmentos de la reacción de fisión.


Veremos en el capítulo siguiente que la fisión de un nucleido, tal como el 235U por ejemplo,
generalmente produce dos fragmentos de masa diferente, siendo el más ligero el que
presenta una mayor energía cinética. En Figura 4.3 se representa la distribución de la energía
cinética de los fragmentos de fisión (conviene que el lector vuelva a esta figura después de
haber estudiado el Tema 5). En ella se observan dos picos, siendo el mayor el correspondiente
a los fragmentos de fisión del grupo ligero. Para el grupo ligero, se observa que para un A ≈ 95
se tiene una energía de aproximadamente 100 MeV, y en el grupo pesado para un A ≈ 140 la
energía cinética es de 68 MeV. Los fragmentos de fisión, independientemente del grupo al
que pertenezcan y dado su alto valor de A, son desde el punto de vista físico partículas
cargadas muy pesadas.

Figura 4.3 Función de distribución de la energía cinética (E en MeV) de los


productos de fisión.

Una vez tenemos ya formados los núcleos productos de la fisión, estos pasan a captar
inmediatamente del medio un número elevado de electrones, pero nunca en grado suficiente
para formar un átomo neutro. En consecuencia, se puede decir que los productos de fisión

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

aparecen como átomos altamente energéticos y altamente ionizados que perderán su energía
al interaccionar con el medio. La carga media de los productos de fisión es de
aproximadamente +20e. Debido a su mucha carga, producen una ionización específica muy
alta, y consecuentemente su alcance es muy pequeño. Los productos de fisión más
penetrantes son los más energéticos, que como sabemos son los pertenecientes al grupo
ligero. Los alcances de estos en los materiales de mayor interés práctico en ingeniería son del
orden de 10-3 cm (en aluminio 1,4, en cobre 0,59, en uranio 0,66 y en óxido de uranio
1,4·103 cm).
El alcance de los fragmentos de fisión es un factor importante en el diseño de las barras de
combustible de los reactores de potencia. Una vaina de material de no más de 0,05 cm es una
barrera que asegura que no escapen al refrigerante. Estos aspectos se verán cuando en
posteriores capítulos se describan los componentes del combustible de un reactor de fisión
nuclear y sus funciones con relación a la seguridad del reactor.

4.2 Interacción de los rayos X y gamma con la materia.

4.2.1 Modos de interacción


Los rayos X y los rayos gamma tienen la misma naturaleza: ambos son radiación
electromagnética, El termino radiación gamma se reserva normalmente a la radiación
electromagnética emitida como resultado de transición entre los estados energéticos del
núcleo (del orden de MeV), mientras que el termino de rayos X se refiere a la radiación emitida
como consecuencia de la transición entre los estados energéticos de los electrones atómicos
(del orden de keV). Por lo tanto las únicas diferencias que se pueden encontrar en el estudio
de la interacción de uno u otro tipo de radiación con la materia son función de su distinta
energía. En un caso los procesos dominantes pueden ser unos y en otro caso otros.
Consecuentemente, en esta sección hablaremos de los procesos que experimentan los
fotones con energías comprendidas entre los valores característicos de los rayos X y gamma
(desde unos pocos keV hasta unos pocos MeV). Y de aquí en adelante hablaremos de fotones
para referirnos a ambos tipos de radiación.
Los fotones en el rango de energías mencionado pueden interaccionar con la materia de
diversas formas. Sin embargo, basta tener en cuenta solo tres de esos procesos para abordar
la gran mayoría de los problemas de Ingeniería Nuclear. Estos son el efecto fotoeléctrico,
efecto Compton y producción de pares.

Efecto fotoeléctrico.
En el proceso denominado efecto fotoeléctrico el fotón es totalmente absorbido por el átomo
con el que interacciona y su energía se transfiere íntegramente a un electrón atómico que
como consecuencia abandona el átomo. Este electrón que escapa del átomo se le denomina
fotoelectrón, y la energía cinética con la que escapa es igual a la diferencia entre la energía
del fotón incidente y su energía de enlace en el átomo.
El fotoelectrón puede proceder de capas atómicas de mayor o menor energía, demostrándose
que los procesos más probables son los que dan lugar a fotoelectrones procedentes de las
capas más internas de los átomos. El átomo residual será por tanto un ion positivo con una
vacante electrónica generalmente en una de las capas más internas. Esto provoca una
reordenación de los electrones y por tanto una emisión secundaria en forma de rayos X (rayos

- 76 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

X característicos del átomo en cuestión) que a su vez puede provocar nuevos efectos
fotoeléctricos.
El efecto fotoeléctrico es el proceso dominante para fotones de baja energía, siendo
especialmente importante cuando la interacción tiene lugar con elementos pesados (elevado
número atómico Z).

Efecto Compton.
Puede interpretarse como una colisión entre el fotón incidente y un electrón del átomo. En
este proceso el fotón incidente pierde una parte más o menos grande de su energía en función
del ángulo con que emerge el fotón resultante de la dispersión, el cual por lo tanto queda con
una frecuencia asociada más pequeña que la inicial. La energía que pierde el fotón pasa al
electrón en forma de energía cinética.
Como resultado del efecto Compton queda un átomo residual ionizado que, a diferencia de lo
que ocurre en el caso del efecto fotoeléctrico, presenta una vacante electrónica en una de las
capas externas (electrones con energías de enlace bajas) y por lo tanto, la emisión de radiación
electromagnética provocada por la reordenación de los electrones será de menor intensidad
y de energía más baja que la correspondiente al efecto fotoeléctrico.
Se ha demostrado que la probabilidad de que ocurra una interacción por el efecto Compton
aumenta con el numero atómico del elemento con el que interaccionan los fotones y
disminuye al crecer la energía de los mismos. Al comparar la probabilidad de ocurrencia entre
los distintos procesos de interacción de los fotones, se obtiene que el efecto Compton es el
proceso predominante para los valores intermedios de la energía de los fotones, entre 0.5 y
10 MeV aproximadamente; las energías que delimitan el rango en que el efecto Compton es
predominante disminuyen al aumentar el número atómico Z del elemento dispersor.

Producción de pares electrón-positrón


Este proceso se caracteriza porque el fotón en su interacción con el núcleo desaparece,
creándose a su vez un par electrón-positrón (caso particular de partícula-antipartícula). Esta
transformación de la energía fotónica en la creación de partículas materiales, es decir con
masa en reposo (energía en reposo) recibe el nombre de materialización. La energía cinética
del par electrón–positrón, se disipa mediante los mecanismos usuales de pérdida de energía
de las partículas cargadas, tal y como se indicó anteriormente (Sec. 4.1.1). Finalmente, el
positrón cuando prácticamente haya entregado al medio toda su energía cinética
interaccionará con un electrón y se producirá su aniquilación, que es el proceso inverso al de
materialización. Como ya se comentó, el resultado de esta aniquilación es la aparición de dos
fotones, que se propagaran en sentidos opuestos y con una energía cada uno de ellos igual a
la correspondiente a la masa en reposo del electrón.
Es conocido que la probabilidad de ocurrencia del proceso de producción de pares aumenta
con el número atómico y con la energía, siendo el efecto preponderante para energías del
orden de 10 MeV y superiores.

4.2.2 Algunas implicaciones prácticas asociadas a la fenomenología de los


procesos.
Desde un punto de vista práctico, el efecto Compton es la causa de muchos problemas
encontrados en el blindaje de rayos gamma. Es el único de los tres procesos mencionados en

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

los que el fotón no desaparece. El fotón dispersado, que por término medio tendrá una
energía del mismo orden que la energía del fotón incidente, puede interactuar de nuevo en
otra parte del sistema. Si bien es cierto que los otros dos procesos también vienen
acompañados de emisión de radiación electromagnética (en el efecto fotoeléctrico los rayos
X emitidos tras la ocurrencia propiamente dicha del proceso y en el caso de la producción de
pares la radiación de aniquilación), dicha radiación es siempre mucho menos energética que
la del fotón inicial y no se propaga en la materia en la misma extensión que lo hacen los
fotones de dispersión Compton. El tratamiento de la dispersión múltiple de los rayos X es un
tema clave en el diseño de blindajes, y en general en cualquier problema de transporte de
radiación, siendo uno de los problemas que requiere mayor esfuerzo.
En el campo de los efectos biológicos de la radiación electromagnética, una de las cuestiones
importantes es entender el origen de su poder ionizante. Al estudiar los principales procesos
de interacción de los fotones con la materia se ha visto que en cada uno de ellos únicamente
se produce un par de iones: el fotoelectrón y el átomo residual (ion) en el caso del efecto
fotoeléctrico, el electrón de la dispersión y el átomo residual (ion) en el caso del efecto de
Compton y el par electrón-positrón en el caso de producción de pares. No se puede hablar de
una ionización primaria o directa pues en la práctica es inexistente a escala macroscópica. Sin
embargo, los fotoelectrones, los electrones Compton y los pares electrón-positrón, al ser
partículas cargadas, provocan ionizaciones secundarias. Esta es la razón de que se considere
a la radiación electromagnética suficientemente energética como indirectamente ionizante.
En general llamaremos radiación indirectamente ionizante (partículas no cargadas, tales como
los rayos gamma y los neutrones) a la que produce la excitación y ionización del medio
mayoritariamente por efecto de a la interacción de las partículas cargadas formadas en el
proceso directo de interacción de la radiación con la materia, y no en el proceso mismo de
interacción. En definitiva, en el proceso directo de interacción se crean una o más partículas
cargadas y son estas las que posteriormente producen la ionización del medio. En la
interacción directa de los rayos γ o neutrones se produce ionización (en el caso de un neutrón
sale un núcleo), pero esta ionización resultante del proceso primero o directo de interacción
es completamente insignificante comparada con la causada subsiguientemente por
interacción de las partículas cargadas formadas. Por el contrario, se dice que las partículas
cargadas son radiación directamente ionizante porque directamente generan un número muy
significativo de iones cuando interaccionan con la materia.

4.2.3 Atenuación y absorción de la radiación electromagnética.


El concepto de sección eficaz es el fundamental a utilizar cuando se quiere describir
cuantitativamente el efecto de la materia sobre la radiación X-γ: su atenuación y absorción.
Se puede definir la sección eficaz por átomo (sección eficaz microscópica) para la interacción
de fotones como la suma de las secciones eficaces correspondientes a cada uno de los
procesos de interacción fotónicos: efecto fotoeléctrico, dispersión Compton y producción de
pares. La simbolizamos por la letra σ y sus unidades son de cm-2. También es muy útil definir
la sección eficaz macroscópica, como la obtenida al multiplicar la sección eficaz microscópica
(σ, cm-2) por la densidad atómica (N, átomos/cm3). Por tradición, a las secciones eficaces
microscópicas para fotones se las denomina coeficientes de atenuación, y se las simboliza por
la letra griega μ. El coeficiente de atenuación total es la suma de los coeficientes de atenuación
correspondientes a cada uno de los tres procesos de interacción. Las unidades de μ son de
cm-1, y recibe el nombre de coeficiente de atenuación lineal.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

El significado de μ se pone de manifiesto al analizar la ley de atenuación de un haz colimado y


monoenergético de radiación fotónica. La expresión para esta ley es la siguiente:

𝐼(𝑥) = 𝐼0 · 𝑒 −𝜇𝑥 (4.1)

En Ec. (4.1), I0 es la intensidad inicial (fotones/cm2·s) de un haz colimado de fotones


monoenergéticos de energía E que inciden perpendicularmente sobre la superficie de una
placa de material de espesor digamos L. A su vez I(x) es la intensidad residual del haz después
de haber atravesado un espesor x de la lámina (ver Figura 4.4). En la Sec. 3.2.4 ya se
introdujeron estos conceptos aplicados a neutrones. Lo dicho allí tiene la misma significación
aquí, al hablar de fotones, aunque dado su importancia se ha creído conveniente volverlo a
tratar, añadiendo algún nuevo matiz.

Figura 4.4 Representación esquemática de la atenuación de un haz de fotones


en una placa de espesor L

La ley expresada en Ec. (4.1) se puede deducir fácilmente, tal como se hizo en Sec. 3.2.4,
asignando a μ el significado físico siguiente: es la probabilidad de interacción por unidad de
distancia. En consecuencia, la variación de la intensidad del haz (dI) al atravesar un espesor dx
se expresa como: 𝑑𝐼(𝑥) = −𝜇 𝐼(𝑥)𝑑𝑥. Por otra parte, μ también se puede ver como el inverso
del recorrido libre medio, parámetro que mide la distancia media entre dos interacciones
sucesivas.
La ley de atenuación dada en Ec. (4.1) es conveniente escribirla en la forma:
𝜇
−𝜌 𝜌𝑥 (4.2)
𝐼(𝑥) = 𝐼0 · 𝑒 = 𝐼0 · 𝑒 −𝜇𝑚 𝑥𝑚

donde ρ es la densidad del material absorbente que puede expresarse en g/cm3. El coeficiente
μm = μ/ρ recibe el nombre de coeficiente másico de atenuación. Se expresa habitualmente
en cm2/g. Al producto xm = x∙ρ se le denomina espesor másico o densidad superficial, y suele
expresarse en g/cm2.
Se demuestra que el coeficiente de atenuación lineal (o sección eficaz macroscópica) depende
de la energía del fotón incidente y del número atómico Z del material con el que interaccionan
los fotones, así como también de la densidad del material. Los coeficientes másicos de
atenuación (dado que solo difieren en una constante de la correspondiente sección eficaz por
átomo) son independientes de la densidad del medio, y por tanto de su estado físico (sólido,
líquido o gaseoso). En las librerías de datos nucleares se recogen los valores de los coeficientes

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

de atenuación para todos los elementos y energías del fotón. En ellas aparece por lo general
sólo la información referida a los coeficientes másicos de atenuación, por su propiedad
anteriormente comentada de independencia de la densidad del medio. A efectos prácticos
debe también saberse que el coeficiente de atenuación másico total para un compuesto o
mezcla μc se calcula mediante suma de los coeficientes de atenuación másica total de cada
elemento μi, ponderada con la fracción en peso de cada elemento en el compuesto wi. Esto
es:

𝑚2
𝜇𝑐 ( ) = ∑ 𝑤𝑖 𝜇𝑖 (4.3)
𝑘𝑔
𝑖

En el caso de radiación electromagnética no tiene mucho significado hablar del alcance, dado
que la atenuación sigue una ley de tipo exponencial. En este caso para comparar la
penetración de un determinado haz en distintos materiales, es útil introducir el concepto
llamado espesor de semireducción x1/2, que se define como el espesor de material necesario
para reducir la intensidad del haz hasta la mitad de su valor. Introduciendo esta condición en
la ley de atenuación Ec. (4.1) se puede obtener x1/2 en función de μ:
𝑙𝑛 2 (0,693)
𝑥1/2 = ~
𝜇 𝜇
Como se ha visto los valores de μ de los distintos materiales son los que determinan su
capacidad para atenuar la radiación. El disponer de estos datos es el requisito fundamental
para abordar el problema de querer conocer el espesor de material necesario par reducir la
intensidad del haz hasta una determinada fracción de su valor inicial (problema de blindaje de
la radiación). En una primera aproximación el problema se puede resolver aplicando Ec. (4.1)
o Ec. (4.2), pero dado que no siempre se tiene claro el significado del resultado obtenido a
partir de ellas y a fin de evitar posibles confusiones haremos seguidamente algunas
consideraciones al respecto.
La ley de atenuación Ec. (4.1) es válida bajo la hipótesis de que la intensidad I se refiere solo a
los fotones que no han sufrido interacción con el blanco, es decir a lo que definimos como
intensidad residual. Ahora bien, si quisiéramos saber cual es la intensidad real del haz asociado
a las diferentes distancias/abcisas x (ver Figura 4.4) hay que tener en cuenta que los fotones
dispersados por efecto de Compton pueden volver al haz residual. Por lo tanto, la intensidad
real del haz para fotones de cualquier energía (no solo con la energía de los fotones del haz
inicial) será mayor que la prevista por Ec. (4.1), dado que en general incorporará parte de los
fotones dispersados. Para tener en cuenta este hecho se modifica la ley de atenuación Ec. (4.1)
introduciendo el llamado factor de acumulación B que dependerá de la naturaleza del
material, espesor y energía de los fotones. Esta segunda y más exacta aproximación a la
solución del problema de blindaje, se expresa como:
𝐼(𝑥) = 𝐼0 · 𝐵(𝜇𝑥) · 𝑒 −𝜇𝑥
Aunque esta segunda aproximación es por lo general bastante aceptable, la forma más precisa
de resolver el problema se consigue utilizando los métodos computacionales avanzados
desarrollados para el tratamiento del transporte de la radiación a través de la materia.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

4.2.4 Deposición de energía.


Hay muchas situaciones en que es necesario calcular la tasa de energía que un haz de fotones
deposita a su paso a través de un medio. Esto sucede por ejemplo cuando uno quiere calcular
el calor generado debido a la absorción gamma en los materiales de blindaje o la dosis de
radiación gamma a los humanos.
Consideremos que en un punto del medio se tiene un haz de fotones de energía E y una
intensidad o flujo de fotones Φ, y se quiere calcular la energía depositada en el mismo.
Recordaremos primero que la tasa colisiones por unidad de volumen R (ver Sec. 3.2.4) se
puede expresar como:

𝑅 = 𝛷·𝜇 (4.4)

donde μ es el coeficiente de atenuación lineal. La expresión que permite calcular la tasa de de


energía depositada por unidad de volumen W en dicho punto es formalmente similar a la
anterior:

𝑊 = 𝐸 · 𝛷 · 𝜇𝑎 (4.5)

En esta expresión identificamos el producto E Φ correspondiente a la intensidad o flujo de


energía en el punto. El parámetro nuevo, expresamente introducido par resolver este tipo de
problemas, es el llamado coeficiente lineal de absorción energía μa. Antes de presentar la
expresión que adopta este coeficiente, hagamos algunas consideraciones que permitirán
justificar la mima y por tanto entender su significado.
Si los fotones fueran absorbidos en cada colisión, toda su energía se comunicaría al medio.
Entonces la tasa de la energía que se deposita por unidad de volumen en el medio seria
simplemente:

𝑊 =𝐸·𝛷·𝜇 (4.6)

En esta expresión el coeficiente lineal de absorción es igual al coeficiente de atenuación lineal.


El producto Φ μ representa la tasa de colisiones por unidad de volumen, y E es la energía de
los fotones presente en el elemento de volumen puntual. Pero sabemos que no en todas las
colisiones los fotones son absorbidos.
Cuando un fotón sufre una interacción, sólo parte de su energía es absorbida por el medio en
el punto donde tiene lugar la interacción. La energía cedida por el fotón a los electrones y
positrones es absorbida por el medio en el punto de interacción dado el corto alcance de estas
partículas. En puridad los rayos X, los fotones de dispersión Compton, y los rayos de
aniquilación gamma pueden escapar, pero los rayos X y fotones de aniquilación al tener en
general bastante menor energía que los fotones de dispersión Compton tienen una
probabilidad de interacción mayor y por lo tanto una mucha menor probabilidad de escapar.
Es por ello por lo que se supone que en los procesos de efecto fotoeléctrico y producción de
pares toda la energía del fotón se transfiere al medio, siendo sólo en el caso del efecto
Compton donde una fracción importante puede escapar.
Se acepta el que un medio cualquiera, excepto que sea muy delgado, la mayoría de la radiación
subsiguiente a los procesos de efecto fotoeléctrico y producción de pares – rayos X,
electrones, positrones y radiación de aniquilación- es completamente absorbida en él. La

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

realidad es que en el caso del efecto fotoeléctrico esto será en general siempre cierto,
mientras que en el caso de producción de pares es bueno saber que la energía cinética
Ec=E-1,022 MeV comunicada al par electrón-positrón siempre será depositada, pero que los
1,022 MeV dados a la radiación de aniquilación pudieran no depositarse en el medio si este
fuera demasiado delgado. En el caso de interacción por efecto Compton, la única energía
depositada es la energía cinética del electrón. La energía asociada a los fotones Compton
dispersados escapa del medio. Bajo estas consideraciones se puede entender la expresión que
se utiliza par el coeficiente lineal de absorción de energía:

〈𝐸𝑐 〉 𝐶
𝜇𝑎 = 𝜇𝐹𝐸 + 𝜇 + 𝜇𝑃𝑃 (4.7)
𝐸
En la Ec. (4.7) <Ec> es la energía media del electrón Compton. Y las secciones eficaces
macroscópicas (o coeficientes de atenuación lineal) correspondientes a los procesos efecto
fotoeléctrico, efecto Compton y producción de pares se representan por µFE, µC y µPP
respectivamente. Como se ha dicho, esta expresión asume que cuando se produce el efecto
fotoeléctrico o la producción de pares toda la energía del fotón incidente se deposita,
mientras que cuando ocurre la dispersión Compton sólo se deposita la energía del electrón,
escapando el fotón Compton de dispersión.
La Ecuación (4.7) se puede también escribir en la forma:
𝜇𝑎 = 𝜇𝐹𝐸 + 𝜇𝑎𝐶 + 𝜇𝑃𝑃
donde de forma análoga a como μa se denomina coeficiente lineal de absorción, 𝜇𝑎𝐶 se
denomina coeficiente lineal de absorción Compton, siendo
〈𝐸𝑐 〉 𝐶
𝜇𝑎𝐶 = 𝜇
𝐸
De forma análoga a como se definió el coeficiente másico de atenuación, se puede definir el
coeficiente másico de absorción como 𝜇𝑎 /𝜌. La tasa de deposición de energía por unidad de
masa se expresa como: 𝐸Φ𝜇𝑎 /𝜌.
Las librerías de datos nucleares disponibles al público recogen los valores de 𝜇𝑎 /𝜌 para todos
los elemento y energías. En el caso de compuestos, los valores de los coeficientes másico de
absorción se pueden obtener de forma análoga a como se obtienen, ver Ec. (4.3), los
coeficientes másicos de atenuación.

4.3 Interacción de los neutrones.


Los neutrones son partículas que no poseen carga eléctrica. Ello significa que no interaccionan
electromagnéticamente con las partículas cargadas, y por lo tanto al penetrar en el medio
material no se ven afectados ni por los electrones orbítales del átomo (por tanto no pueden
ionizar directamente el material que atraviesan) ni por la carga positiva del núcleo. Los
neutrones atraviesan la nube de electrones del átomo e interaccionan directamente con el
núcleo del átomo mediante fuerzas nucleares. En una palabra, los neutrones interacciona con
los núcleos, no con los átomos. Dado que las fuerzas nucleares son de corto alcance y que los
núcleos atómicos sólo ocupan una fracción ínfima del volumen de la materia, los neutrones
recorren distancias relativamente grandes antes de colisionar con algún núcleo. Como se verá,
el recorrido libre medio de los neutrones, aunque dependiente de la energía, tiene en general
longitudes relativamente grandes si se compara con el correspondiente a otras radiaciones.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

En consecuencia, la radiación neutrónica es muy penetrante. Por otra parte conviene indicar
que la probabilidad (que es directamente proporcional a la sección eficaz) de interacción
nuclear es mucho mayor para los neutrones que para las partículas cargadas (de hecho en una
primera aproximación se puede ignorar su ocurrencia), dado que los neutrones a diferencia
de las partículas cargadas, no experimentarán al aproximarse al núcleo el efecto de tener que
atravesar la barrera repulsiva de Coulomb.
En esta sección revisaremos los tipos de interacción neutrónicas más importantes en
tecnología nuclear. El estudio detallado de la más importante, la reacción de fisión se dejará
para el capítulo siguiente. Como se ha indicado, las interacciones neutrón núcleo se producen
únicamente mediante fuerzas nucleares, y por tanto son reacciones nucleares. Todo lo dicho
en las secciones dedicadas al tema de reacciones nucleares es directamente aplicable al
estudio de las reacciones nucleares inducidas por neutrones.

4.3.1 Reacciones nucleares con neutrones.


Los neutrones pueden interaccionar con un nucleido dado en una o más formas de reacción.
Los distintos tipos se describen seguidamente.

Dispersión elástica.
En este tipo de interacción, el neutrón interacciona con el núcleo (que casi siempre se
encuentra en estado fundamental), y después de la reacción reaparece un neutrón y un núcleo
de la misma naturaleza (igual A y Z) y en el mismo estado de energía interna que el núcleo
blanco inicial. Si el núcleo inicial estaba en estado fundamental, el núcleo producto de la
reacción también quedará en estado fundamental. La ecuación de la dispersión elástica se
puede representar como:
𝑍𝐴 + 𝑛 → 𝑍𝐴 + 𝑛
La otra característica peculiar de esta interacción es que la energía cinética total de las dos
partículas que colisionan se conserva. Las sumas de las energías cinéticas del neutrón y del
núcleo antes y después de la interacción son idénticas. La diferencia entre la energía cinética
de las partículas antes y después de la colisión no está en su valor total, sino en su diferente
redistribución entre las dos partículas, En la notación empleada en reacciones nucleares, esta
interacción se representa de forma abreviada por el símbolo (n,n), y la sección eficaz
correspondiente por σn.
En este proceso el neutrón transfiere parte de su energía cinética al núcleo. Un neutrón con
una energía dada, como consecuencia de las sucesivas dispersiones elásticas con los núcleos
del medio, ira perdiendo energía cinética y describiendo una trayectoria en zig-zag, hasta que
finalmente queda en equilibrio térmico con los átomos o moléculas del medio. Cuando esto
ocurre decimos que el neutrón como consecuencia del proceso de moderación (pérdida de
energía cinética por dispersiones sucesivas) se ha termalizado, y a los neutrones que alcanzan
las energías comprendidas dentro del rango de equilibrio térmico se les denomina neutrones
térmicos. Este equilibrio depende de la temperatura del medio con el que interacciona. En el
caso de los reactores de fisión una cota superior del rango térmico se podría establecer en no
más de 1 eV. Para una temperatura del medio de 20°C la energía cinética característica de los
neutrones térmicos es de 0,0252 eV, a la cual corresponde una velocidad característica de
2.200 m/s. El logro de un proceso de moderación y termalización eficiente es la base de

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

operación de los tipos de reactores de fisión más importantes, tal y como se verá más adelante
en el capítulo apropiado del Bloque 2.

Dispersión inelástica.
En el caso de la dispersión inelástica, el núcleo producto o núcleo residual (núcleo resultante
de la colisión) es idéntico al núcleo que sufre la colisión (igual A y Z), excepto en que se
encuentra en un estado excitado. Se podría representar mediante la ecuación:
𝑍 𝐴 + 𝑛 → (𝑍 𝐴 )∗ + 𝑛′
donde el símbolo * se utiliza para indicar que el núcleo está en un estado excitado. La energía
cinética total final (después de la reacción) es menor que la energía cinética total inicial,
diferenciándose en una cantidad igual a la energía de excitación del núcleo producido. El
núcleo producido en un proceso de dispersión inelástica normalmente emite uno o más rayos
γ para alcanzar su estado fundamental,
(𝑍 𝐴 )∗ → 𝑍 𝐴 + 𝛾
En la mayoría de los casos, los rayos γ se emiten en un intervalo extremadamente corto,
menor de 10-10 s, tras la ocurrencia de la interacción de dispersión. En algunos casos raros, el
núcleo producto queda en un estado metaestable, por lo que la emisión de rayos γ puede
ocurrir ya con un periodo apreciable.
La dispersión inelástica es una reacción endoenergética. En el rango de energía de interés
(< 20 MeV) tiene lugar fundamentalmente a través del mecanismo de formación y
desintegración de un núcleo compuesto. La ecuación que describe el conjunto de sucesos
asociados a la ocurrencia de esta reacción sería:
𝑍 𝐴 + 𝑛 → (𝑍 𝐴+1 )∗ → (𝑍 𝐴 )∗ + 𝑛′
↳ 𝑍𝐴 + 𝛾
La dispersión inelástica se la denota por el símbolo (n, n´), y a su sección eficaz por σn´.

Captura radiativa.
En esta reacción el neutrón es capturado por el núcleo y asimismo se produce la emisión de
uno o más rayos γ:
𝑍 𝐴 + 𝑛 → 𝑍 𝐴+1 + 𝛾
Para las energías de interés, esta reacción sigue el mecanismo de formación y desintegración
de un núcleo compuesto
𝑍 𝐴 + 𝑛 → (𝑍 𝐴+1 )∗ → 𝑍 𝐴+1 + 𝛾
Esta interacción se denota por (n, γ), y su sección eficaz por σγ. Es una interacción
exoenergética. Las reacciones (n, γ) son particularmente interesantes en la tecnología de
reactores nucleares por distintas razones, que se discutirán más adelante en los capítulos
correspondientes del Texto. Aquí sólo mencionaremos algunas de las más importantes:
i) En relación a una población neutrónica, cada reacción (n, γ) que se produce, significa
la eliminación de un neutrón de la misma. Las reacciones cuya ocurrencia supone una
disminución neta en el número de neutrones se denominan reacciones parásitas.
Precisamente la reacción (n, γ) es la más importante de todas ellas, al ser la que puede
producirse de forma apreciable en el rango de energías de la población neutrónica de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

un reactor nuclear. Su ocurrencia, como ya se verá, es uno de los factores importantes


a considerar en el establecimiento de un balance neutrónico que posibilite el
mantenimiento de la reacciones de fisión en cadena.
ii) Los rayos γ de captura generalmente constituyen la fuente de calor dominante en los
materiales de blindaje utilizados en las distintas instalaciones nucleares.
iii) En muchos casos el núcleo producto de la reacción es radiactivo, desintegrándose por
lo general emitiendo una partícula β- y rayos γ. Estos rayos γ conllevan problemas de
blindaje y mantenimiento durante la operación del reactor. Este problema es
especialmente significativo tras la parada definitiva del reactor durante un intervalo
temporal cuya duración puede extenderse hasta varios años, ya que es función de los
periodos de los radionucleidos formados en las reacciones producidas durante la etapa
de vida de funcionamiento del reactor.
iv) Gracias a estas reacciones se puede generar material con excelentes propiedades para
fisionarse, partiendo de material con propiedades mucho peores. A las reacciones (n,γ)
que propician este hecho se las denomina capturas fértiles. Así decimos que el 239Pu y
el 233U se producen a por capturas fértiles a partir del 238U y 232Th, respectivamente.

Figura 4.5 Variación cualitativa de la sección eficaz de captura radiativa. En los


nucleidos más pesados hay muchas más resonancias aisladas que las aquí
mostradas, y ocurren a energías mucho menores.

La morfología de la sección eficaz σγ de cualquier reacción (n,γ) se caracteriza por presentar


tres regiones diferenciadas. En la región de bajas energías, la cual comprende el rango
térmico, σγ disminuye sistemáticamente al aumentar la energía neutrónica en proporción
inversa a la raíz cuadrada de la energía y por tanto de forma inversamente proporcional a la
velocidad de los neutrones. Se dice que esta es la región 1/v dado que la sección eficaz
obedece con bastante aproximación a la ley 1/v. Subsiguientemente a la región 1/v aparece
la región de resonancias aisladas. Finalmente, en el rango más energético las resonancias
desaparecen o, más propiamente hablando, quedan indiscernibles. Es el tramo de resonancias
no resueltas o de solapamiento de resonancias. El resultado de este solapamiento es una
variación continua y suave de σγ en la mayor parte de esta región, disminuyendo
sistemáticamente σγ al aumentar la energía. Conviene subrayar el hecho de que los valores de
las secciones eficaces en la región de alta energía son modestos (de 1 a 3 barnios),
especialmente si se los compara con los grandes valores de σγ en la región 1/v, pudiendo ser
superiores a aquellos en más de dos órdenes de magnitud. En Figura 4.5 se indica en forma

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

genérica la variación cualitativa de σγ. La sección eficaz de la reacción (n,γ) para el caso
particular del 238U se representa en Figura 4.6.

Figura 4.6 Sección eficaz de captura radiativa para el uranio 238 (energía
cinética de los neutrones en eV).

Reacciones con emisión de partículas cargadas (reacciones EPC). El núcleo compuesto


formado por la captura de un neutrón puede algunas veces desintegrarse emitiendo una
partícula cargada. En este caso tendremos como productos un núcleo residual y la partícula
cargada emitida. Entre este tipo de reacciones, las más comunes son la (n,p) y la (n,α). La
ocurrencia de otras reacciones posibles, tales como las (n,d), o (n,t), puede ignorarse para los
rangos de energía de los neutrones presentes en los reactores de fisión nuclear. El tipo de
ecuación que las describiría se puede ejemplificar para el caso de la reacción (n,α) siguiente:
10 7
5𝐵 + 𝑛 → 3𝐿 𝑖 + 𝛼 .

El mecanismo por el que se desarrolla es el de formación y desintegración de un núcleo


compuesto, 105𝐵 + 𝑛 → ( 115𝐵)∗ → 73𝐿𝑖 + 𝛼.
En muchos casos las reacciones EPC son endoenergéticas. Sin embargo, algunas de ellas son
exoenergéticas y pueden producirse con neutrones de cualquier energía. Uno de estos casos
es el de la reacción 10B(n,α)7Li indicada arriba.
Conviene señalar que, en las reacciones endoenergéticas, para que el proceso pueda
desarrollarse el neutrón debe disponer de una energía cinética que como mínimo ha de ser
igual al valor de la energía umbral de la reacción. Por debajo de este valor la reacción en
absoluto puede ocurrir (tendrá probabilidad cero de producirse). Si el neutrón incidente tiene
una energía superior al umbral, la probabilidad de ocurrencia de la reacción será siempre
distinta de cero, pero sucede en muchas ocasiones que para valores de energía entorno al
umbral e incluso bastante superiores, la probabilidad es muy baja, y sólo cuando la energía
del neutrón es muy superior al umbral dicha probabilidad es apreciable. En estos casos
hablemos de dos tipos de umbral, el umbral real físico y el umbral aparente o umbral práctico,
que es aquel en que la sección eficaz de la reacción tiene un valor lo suficientemente
apreciable para poder ya no ser ignorado en las aplicaciones prácticas. Por ejemplo, si el lector
calculara el umbral real de la reacción 27Al(n,α)24N, obtendría un valor de 2,96 MeV. Si
observara en una gráfica la variación de la σα con la energía, vería que esta se mantiene con
un valor prácticamente igual a cero hasta aproximadamente 5 MeV. Estaría tentado a decir
que su umbral es aproximadamente 5 MeV. En verdad, este sería su umbral aparente o

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

práctico, pero no debe confundirlo con el real. En algunas reacciones exoenergéticas ocurre
algo similar. La realidad es que en ninguna reacción exoenergética existe un umbral físico real,
sin embargo, en algunas sí que existe el denominado umbral práctico, pues sólo a partir de
unos valores de energía, la sección eficaz adquiere un valor apreciable. Existen numerosos
ejemplos de reacciones EPC en los que la sección eficaz se mantiene en valores despreciables
hasta que la energía no supera valores del orden del MeV.
Entre las razones por los que las reacciones EPC son de interés en Ingeniería Nuclear cabe citar
las siguientes:
i) La mayoría de estas reacciones dan lugar a nucleidos radiactivos, con la consiguiente
problemática asociada. Por ejemplo, el 16N producido en la reacción 16O(n,p)16N emite
rayos γ muy energéticos lo que acarrea la necesidad de utilizar blindajes en el circuito
primario de refrigeración de los reactores de fisión de agua a presión.
ii) Las reacciones EPC 10B(n,α)7Li y 6Li(n,α)3H tienen secciones eficaces muy altas a bajas
energías y se pueden emplear tanto en la detección de neutrones de poca energía
como medio de blindaje frente a ellos.
iii) La reacción EPC 6Li(n,α)3H representa la mayor fuente de producción de trítio, el
combustible necesario para los futuros reactores de fusión nuclear.
iv) La reacción EPC 14N(n,p)14C produce el radionucleido 14C, lo que ocurre siempre que se
produce una explosión nuclear en la atmósfera.
v) Las reacciones (n,p) y (n,α) introducen hidrógeno y helio respectivamente en el
material en el que se producen. La presencia de estos gases, y sobre todo del helio, en
el seno de los materiales estructurales de una instalación puede inducir un deterioro
muy peligroso en sus propiedades mecánicas.
La sección eficaz de las reacciones 16O(n,p)16N (reacción endoenergética) y 10B(n,α)7Li
(reacción exoenergética) se representa en las Figura 4.7 y Figura 4.8, respectivamente.

Figura 4.7 Sección eficaz de la reacción n-p para el oxígeno-16.

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

Figura 4.8 Sección eficaz de la reacción n-alfa para el boro 10 en el rango de


energía cinética comprendido entre 0,01 eV y 10 MeV.

Reacciones que producen neutrones.


Las reacciones del tipo (n,2n) y (n,3n) son endoenergéticas, dado que un neutrón en el caso
de la reacción (n,2n) y dos en el caso de la (n,3n) se extraen del núcleo blanco. De estas, la
reacción (n,2n) es la más probable en el rango de E <20 MeV. Aún en este caso, las energías
umbrales son bastante altas, estando situados para la mayoría de las reacciones entre 7 y
12 MeV. Hay dos excepciones a lo dicho, la reacción (n,2n) en el 2H y en el 9Be, que presentan
umbrales inusualmente bajos: 3,34 MeV para la primera y 1,85 MeV para la segunda. La
ocurrencia de estas reacciones es un hecho importante a considerar en los rectores que
contienen agua pesada o berilio como moderador.

Reacciones tipo cascada.


Se denomina reacción tipo cascada a toda reacción en la que los productos finales constan
además del núcleo residual, de más de una partícula masiva (partícula con masa en reposo
distinta de cero). Además de las reacciones ya mencionadas (n,2n) y (n,3n), se podían incluir
dentro de esta clase las reacciones (n,np), (n,2α), (n,nt), etc. Sólo la reacción (n.2n) ya
mencionada, es digna de consideración en la tecnología nuclear de los reactores de fisión.
Todas ellas, son reacciones endoenergéticas.

Fisión.
El neutrón interacciona con el núcleo y hace que se fragmente en dos núcleos de masas
intermedias a la del inicial. Esta reacción es la principal fuente de energía nuclear para fines
prácticos. Es por ello que se la va a dedicar especial atención en el capítulo que sigue. La
notación empleada para ella es (n,f) y para la sección eficaz σf .

4.3.2 Clasificación de reacciones y secciones eficaces.


Los tipos de reacciones presentados, así como las secciones eficaces correspondientes se han
agrupado de distintas formas en la bibliografía. Aquí hemos seleccionado aquellas que sirven
para resaltar algún concepto considerado de interés.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Las interacciones de los neutrones con los núcleos se pueden dividir en dos categorías:
i) Dispersiones. En ellas, las partículas iniciales y finales son de la misma naturaleza (en
lo referente a los números A y Z).
ii) Absorciones o capturas. Es toda interacción que no es de dispersión, y en la que por
tanto la naturaleza de las partículas finales es distinta de las iniciales. Dentro de ellas
merece la pena distinguir reacciones en las que el neutrón no aparece como producto,
en las que se emiten partículas cargadas, en las que aparecen neutrones entre sus
productos, en las que aparecen rayos γ, etc.
Es conviene presentar una clasificación en relación a las secciones eficaces de las reacciones,
que es útil en los problemas de cambio de composición isotópica de los materiales sometidos
a irradiación. En este contexto hablamos primeramente de sección eficaz neutrónica total de
un núcleo, σT, que definimos como la suma de las secciones eficaces individuales de todas las
interacciones posibles. La sección eficaz total se puede separar en sección eficaz de dispersión
σdi y en sección eficaz de remoción σr del núcleo blanco.
𝜎𝑇 = 𝜎𝑑𝑖 + 𝜎𝑟
La sección eficaz de dispersión σdi engloba la sección eficaz correspondiente a la dispersión
elástica más la correspondiente a las inelásticas en las que el producto resultante se
desintegra prácticamente de forma inmediata para quedar en un estado de energía interna
idéntica a la del núcleo blanco.
La sección eficaz de remoción σr, es la suma de las secciones eficaces para todos los procesos
en los que el núcleo producto es, o bien diferente del núcleo blanco en lo que respecta a sus
números A o Z, o bien, si posee igual A y Z estará en un estado de energía interna de periodo
de semidesintegración significativamente diferente al del núcleo blanco. En esta sección se
incluyen las dispersiones inelásticas en las que el producto resultante queda en un estado
metaestable. (es decir con un periodo apreciable. La sección eficaz de remoción σr así como
todas a las que integra son datos de partida necesarios para abordar los problemas de
evolución isotópica. La sección eficaz de dispersión, así como las que en ella se integran no se
utilizan en este tipo de problemas, dada que ninguna de las reacciones asociadas conduce a
un nucleido producto diferente del nucleido inicial.
Finalmente queremos indicar que aunque en las bases de datos nucleares existentes son
muchos los tipos de reacción para los que aparece información sobre sus secciones eficaces,
las fundamentales que se van a considerar en este libro son los las reacciones (n,f) y (n,γ).
También se podría consultar los secciones eficaces de algunas reacciones (n,α), (n,p),
(n.n´),(n,n) y (n,2n).

4.3.3 Tasas de reacción con un flujo de neutrones polienergético.


En el capítulo anterior (Secs. 3.2.3 y 3.2.4) se presentó la ecuación de la tasa de reacciones
para un flujo de partículas proyectil monoenergético (ver Ecs. (3.16) y (3.19)). En la práctica, y
particularmente en los neutrones presentes en un reactor, el flujo consta de neutrones que
tienen un espectro de energía que va desde un valor mínimo Emin, hasta un valor máximo Emax.
En tales casos, la tasa de reacción se puede expresar en términos de una sección eficaz media
tal y como veremos.

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Tema 4 - Interacción de la radiación con la materia.

Definamos primero las siguientes magnitudes:


Φ(E) dE = Flujo de neutrones con energías comprendidas entre E y E+dE.
σi(E) = Sección eficaz para la reacción tipo i inducida por neutrones con energía
cinética E
N= Número de núcleos blanco por unidad de volumen

La tasa de reacciones por unidad de volumen se expresa por la ecuación:

𝑅 = ∫ 𝛷(𝐸) 𝑁 𝜎𝑖 (𝐸)𝑑𝐸 (4.8)

Donde la integración se extiende sobre el rango de energías neutrónicas de interés. El flujo


total es:
𝛷 = ∫ 𝛷(𝐸) 𝑑𝐸
La sección eficaz media se define de forma tal que cuando se multiplique por el flujo total de
como resultado la tasa de reacción de Ec. (4.8), esto es,
𝑅 = ∫ 𝛷(𝐸) 𝑁 𝜎𝑖 (𝐸) 𝑑𝐸 = 𝛷 · ⟨𝛴𝑖 ⟩ = 𝛷 · 𝑁 · ⟨𝜎𝑖 ⟩
de la que se deduce que la expresión de definición de la sección eficaz media <σi> es
∫ 𝛷(𝐸) 𝑁 𝜎𝑖 (𝐸) 𝑑𝐸
〈𝜎𝑖 〉 =
∫ 𝛷(𝐸) 𝑑𝐸
El propósito de esta corta exposición es alertar al lector sobre el hecho de que cuando se tenga
en un problema un flujo de neutrones polienergéticos, el cálculo de las tasas de reacción se
debe realizar utilizando la sección eficaz media apropiada.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tema 5 Fisión nuclear.


La reacción de fisión tiene algunas características sumamente atractivas desde el punto de
vista de su aprovechamiento. Entre ellas cabe destacar la gran cantidad de energía que en ella
se libera. Tan importante como esta o más, es que en ella se produce un número de neutrones
suficientemente elevado. El porqué de la importancia de esta característica se justificará el
Bloque Temático siguiente. Aquí sólo anticipar que, si esto no tuviera lugar, la fisión no se
hubiera podido explotar como fuente de energía. Por otra parte, la reacción de fisión también
presenta características poco deseables. Entre ellas la fundamental, es la relativa a que su
ocurrencia lleva intrínsecamente asociada la generación de productos de fisión radiactivos con
una muy alta actividad y tiempos de vida significativos. Los desarrollos tecnológicos que han
permitido potenciar los atractivos e intentar dar solución a los posibles peligros constituyen
parte de la materia de los Bloques dedicados a la Tecnología Nuclear en este texto.

5.1 Fisión espontánea y fisión inducida.


Se denomina reacción de fisión al proceso por el que un núcleo se escinde en dos fragmentos
cuyas masas, aunque en general no difieren mucho de la mitad de la masa del núcleo inicial,
no tienen necesariamente porque ser iguales. Aparte de los fragmentos de fisión propiamente
dichos, en este proceso generalmente se liberan también otras partículas como neutrones y
fotones γ. Además, este proceso se caracteriza por ser muy exoenergético, liberándose una
gran cantidad de energía.
Una primera cuestión a examinar es la de identificar los nucleidos para los que la fisión es
energéticamente posible, es decir es una reacción exoenergética. Se trata de identificar
nucleidos tales que al escindirse en dos fragmentos (raramente en tres) se produzca una
liberación de energía como consecuencia de la mayor estabilidad del producto resultante, es
decir, del mayor valor la de energía de ligadura por nucleón en dicho producto (repasar
Sec. 2.5).
Si volvemos a la Sección 2.5, y nos fijamos en Figura 2.4, vemos que para valores de A mayores
de aproximadamente 50 la energía de enlace por nucleón de los nucleidos crece a medida que
aumenta el número másico. Esto significa, que siempre que un nucleido pesado, es decir de
número atómico muy alto, se escinda en dos partes (esto es, experimente la fisión) se obtiene
una configuración de nucleones más estable, siendo este un proceso energéticamente
permitido. Cabría esperar por tanto que los núcleos más pesados, y por tanto con menor
energía por nucleón, se pudieran fisionar sin intervención externa, es decir,
espontáneamente. Y así es, el proceso de fisión espontánea ocurre en la naturaleza. Su
ocurrencia es sin embargo mucho más infrecuente de lo que a primera vista estaríamos
tentados a pronosticar. Veamos el porqué.
Atendiendo exclusivamente a consideraciones de masa basadas en la curva de energía de
enlace por nucleón, se podría esperar que todos los nucleidos pesados con A > 90
desarrollarían la fisión espontánea, pues de acuerdo al principio de conservación de la energía
el proceso está permitido. No obstante, el proceso de fisión espontánea nunca se ha
observado para nucleidos más ligeros que el 230Th, cuyo periodo es extremadamente largo
(> 1017 años). El periodo decrece rápidamente a medida que aumente el número atómico
hasta que para el elemento 102 es solamente del orden de segundos. Para los isótopos del Th,
U y Pu que manejamos en las instalaciones nucleares, el periodo para la fisión espontánea es
en todos ellos mayor de 1010 años. En la Tabla 5.1 se recogen los periodos para la fisión

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Tema 5 - Fisión nuclear.

espontanea de distintos radionucleidos. Puede comprobarse como la fisión espontánea de los


isótopos naturales no permite el aprovechamiento de la energía nuclear, pues aunque se
produce la fisión ésta tiene lugar a un ritmo extraordinariamente lento. Como ejemplo,
considere un gramo de 238U, y compruebe que en el mismo tan sólo se producirán unas 20
fisiones por hora.

Tabla 5.1 Períodos para la fisión espontánea de nucleidos de distintos elementos

Isótopo Período (años)


232
Th > 5·1019
234
U 1,6·1016
235
U 1,8·1017
238
U 8,04·1015
237
Np > 1018
236
Pu 3,5·109
238
Pu 4,9·1010
239
Pu 5,5·1010
240
Pu 1,2·1011
242
Pu 6,4·1010
241
Am 2,3·1014
246
Cf 2,1·103
248
Cf 7·103
249
Cf > 1,5·104

El hecho de que muchos nucleidos no se fisionen espontáneamente o si lo hacen, lo hagan a


un ritmo tan bajo, a pesar de ser el proceso de fisión energéticamente posible, es algo análogo
a lo que sucede en otros muchos sistemas en la naturaleza (tales como cerilla-aire, gasolina-
aire, oxigeno-hidrogeno, deuterio-tritio), que pueden evolucionar hacia estados de menor
contenido energético, sin embargo, no lo hacen espontáneamente. Esto es debido a la
existencia de barreras de activación, representativas de la inercia al cambio que hay que
vencer para que este ocurra.
Al verificarse un cambio, del tipo que sea, químico, nuclear, etc., se necesitan destruir enlaces
para formar otros y, aunque los nuevos cuerpos sean más estables, primero hay que
comunicar la energía necesaria para inestabilizar suficientemente los que están formados. Es
fácil encontrar analogía en otros campos potenciales; por ejemplo, en el gravitatorio se puede
considerar un sistema como el de Figura 5.1. La bola puede pasar el nivel de altura h1,
liberando energía potencial, pero antes se necesita que le comuniquen energía suficiente para
superar la barrera de potencial m∙g(h3-h2), que le da esa inercia por la que el cambio no es
espontáneo. Atendiendo al caso que nos ocupa, se puede decir que debido al hecho de que
hay fuerzas atractivas actuando entre los nucleones en el núcleo, se requiere comunicar
energía para deformar el núcleo hasta un punto en el que el sistema puede empezar a
escindirse en dos. A esta energía se la denomina indistintamente, energía crítica de fisión, Ecr,
o energía de activación, Ea. En la Tabla 5.2 se dan los valores de Ea para varios nucleidos.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tabla 5.2 Energías de activación para fisión (en MeV)

Núcleo AZ que Energía de Energía de enlace del


se fisiona activación último neutrón en AZ
232
Th 5,9 *
233
Th 6,5 5,1
233
U 5,5 *
234
U 4,6 6,6
235
U 5,75 *
236
U 5,3 6,4
238
U 5,85 *
239
U 5,5 4,9
239
Pu 5,5 *
240
Pu 4,0 6,4

* Las energías de enlace del neutrón no son relevantes para estos nucleidos, dado que no se
pueden formar mediante la absorción de neutrones por parte del nucleido A-1Z.

Figura 5.1 Proceso exoenergético tipo “exo-potencial” gravitatorio no espontáneo.

De acuerdo a lo dicho a Ea se le podría signar el siguiente significado: es la energía mínima que


hay que comunicar a un núcleo par que se fisione de forma inmediata. Esto no es del todo
cierto: lo es desde el punto de vista de la mecánica clásica, pero no lo es según la mecánica
cuántica, que es la que hasta hoy en día se ha mostrado como cierta. La realidad es que si al
núcleo se le comunica una energía inferior a Ea siempre existe una cierta probabilidad de
atravesar la barrera de potencial (es el denominado efecto túnel) y por lo tanto de que se
produzca la fisión. No obstante, bajo estas condiciones la probabilidad de que se produzca la
fisión es muy baja, o lo que es equivalente, el periodo del núcleo inestabilizado para
desintegración por fisión es muy grande y tanto mayor cuanto menor sea la energía
comunicada en relación a la energía critica necesaria para la fisión inmediata. A efectos
prácticos, consideraremos que siempre que no se logre comunicar al núcleo su Ea este no se

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Tema 5 - Fisión nuclear.

fisiona, pero si somos capaces de comunicar al núcleo una energía igual o superior a Ea, este
núcleo se fisiona.
Cualquier método por el que se comunique/introduzca en un núcleo la energía Ea o superior
causa su fisión inmediata, y de el se dice que es un método capaz de provocar la fisión inducida
del núcleo. El más importante de todos es la absorción neutrónica, dando lugar al proceso que
convencionalmente denominamos fisión inducida por neutrones. Cuando un neutrón es
absorbido se forma un núcleo compuesto inestable en un estado excitado con una energía de
excitación, Eex, igual a la energía cinética del neutrón incidente, Ec , más la energía de
separación del neutrón (o energía de enlace del neutrón) en el núcleo compuesto, la cual
simbolizaremos por Sn (repasar el final de Sec. 2.5 donde se introdujeron estos conceptos, y
Sec. 3.2.5). Se puede escribir por lo tanto que 𝐸𝑒𝑥 = 𝑆𝑛 + 𝐸𝐶 . Para que el núcleo compuesto
formado artificialmente por la absorción de un neutrón se pueda fisionar es necesario y
suficiente que posea una energía en exceso sobre su estado fundamental superior a Ea. Esto
es, si Eex > Ea la fisión tiene lugar de forma inmediata.
En Ingeniería Nuclear se utiliza la acepción de nucleido fisionable para designar a los núcleos
que si se bombardean con neutrones de energía menor de 18 MeV se pueden fisionar de
forma apreciable. A continuación, se aborda la cuestión de las clases de nucleidos fisionables
que se pueden distinguir, lo cual es de enorme importancia en la Ingeniería Nuclear.

5.2 Nucleidos fisionables por neutrones.


Cuando la energía de separación es ya por si misma mayor que la energía critica para la fisión
del núcleo compuesto, entonces la fisión puede ocurrir con neutrones carentes de energía
cinética. Por ejemplo, según la Tabla 5.2, la energía de enlace del ultimo neutrón en el 236U es
6,4 MeV, mientras que la Ea es de sólo 5,3 MeV. Por lo tanto, cuando un neutrón de energía
cinética igual a cero es absorbido por el 235U, el núcleo compuesto 236U resultante posee una
energía de excitación de 1,1 MeV superior a su energía crítica, y la fisión tiene lugar de forma
inmediata.
A diferencia del caso mencionado, hay otros nucleidos pesados para los que la energía de
ligadura del neutrón no es suficiente para comunicar al núcleo compuesto una energía de
excitación igual o superior a la energía crítica. Para que se induzca la fisión en estas
situaciones, el neutrón incidente debe tener una cierta cantidad de energía cinética mínima.
Por ejemplo, la energía de enlace del último neutrón en el 239U es de solamente 4,9 MeV, valor
que sabemos es al mismo tiempo el de la energía de excitación del núcleo compuesto que se
formaría cuando el 238U absorbiera un neutrón de energía cinética nula. Dado que Ea para el
239
U es 5,5 MeV, se deduce que la fisión no puede ocurrir a menos que el neutrón incidente
sobre el 238U tenga una energía cinética mayor de aproximadamente 0,6 MeV (diferencia
entre la energía crítica y la de ligadura). Cabría preguntarse, qué ocurriría si la energía del
neutrón incidente fuera menor de 0,6 MeV. En función de lo dicho anteriormente referente a
barreras de potencial y efecto túnel, seguro que el lector ya puede responder acertadamente.
No obstante, creemos conveniente abordar esta cuestión en la sección siguiente cuando
describamos la morfología de la sección eficaz de fisión para nucleidos con comportamiento
análogo al del 238U.
Los núcleos tales como el 235U, que pueden fisionarse con neutrones de cualquier energía,
reciben el nombre de nucleidos fisibles. A esta clase de nucleidos fisionables pertenecen entre
otros el 233U, 239Pu y 241Pu. La otra clase de nucleidos fisionables estaría constituida por

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

aquellos que al igual que el 238U, precisan para que se produzca su fisión que el neutrón posea
una determinada energía cinética. A estos nucleidos se les denomina fisionables, pero no
fisibles. Dentro de esta categoría cabe mencionar aparte del ya citado 238U, al 232Th. Puede
comprobarse que si el núcleo blanco tiene los números A y Z de distinta paridad (I-P tal como
el 235U, o P-I tal como el 242Am) será en general fisible, mientras que si A y Z tienen igual paridad
(P-P tal como 238U, o I-I tal como 237Np) el núcleo será fisionable pero no fisible.

5.3 Secciones eficaces de fisión inducida por neutrones.


Primeramente, se consideran las secciones eficaces de los nucleidos fisibles. La morfología de
la sección eficaz en función de la velocidad del neutrón incidente es a nivel cualitativo
relativamente parecida a la de captura radiativa, pudiéndose observar en ambas las ya
comentadas tres regiones energéticas diferenciadas. La fisión presenta generalmente valores
de la sección eficaz mayores que la captura, sobretodo en el rango térmico, región en la que
σf tiene una forma muy próxima a 1/v. Subsiguientemente a la región 1/v aparece la región de
resonancias resueltas; y finalmente en la región de más energía estas ya desaparecen o, más
propiamente hablando, quedan indiscernibles. En esta región la variación de σf es suave.
Conviene subrayar el hecho de que los valores de las secciones eficaces en la región de alta
energía son modestos (aproximadamente 1 barnio), especialmente si se los compara con los
grandes valores de σf en la región 1/v, superiores a aquellos en más de dos órdenes de
magnitud. En Figura 5.2 se indica la sección eficaz de la reacción (n,f) para el 235U, en el que se
aprecian las tres regiones mencionadas.

Figura 5.2 Sección eficaz de fisión el uranio 235 (librería FENDL-3.1b).

Las secciones eficaces de fisión para nucleidos fisionables, pero no fisibles son marcadamente
diferentes a las de los nucleidos fisibles. En Figura 5.3 se ilustran estas diferencias,
comparándose las secciones eficaces de los nucleidos 239Pu y 235U por una parte, con las de los
nucleidos 238U y 232Th por otra. Fijémonos ahora en concreto en el nucleido 238U. Se observa
que la sección eficaz es cero hasta un umbral de energía, que siempre se sitúa por encima de
la región de las resonancias. Como resultado σf es relativamente suave a todas las energías,
observándose como sube inmediatamente a partir de su umbral para mantener después un
nivel relativamente fijo (entorno a unos pocos barnios). El valor de la energía umbral aparece
en la figura entorno al valor de 0,6 MeV. Este valor ya se mencionó anteriormente, y entonces
nos hicimos la pregunta de qué ocurriría si la energía del neutrón incidente fuera menor de
0,6 MeV. En este punto, conviene hacer una precisión que si no es importante a nivel práctico,
sí que lo es a nivel doctrinal.

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Tema 5 - Fisión nuclear.

Figura 5.3 Sección eficaz de fisión de los nucleidos fisionables pero no fisibles 238U y 232Th
en la región energética de los MeV. Comparación con la sección eficaz de fisión de los
nucleidos fisibles 239Pu y 235U.

Dado que el proceso de fisión para todos los elementos con aproximadamente A > 90 es un
proceso exoenergético, en puridad no hay ninguna energía neutrónica por debajo de la cual
no se pueda inducir la fisión en un elemento pesado, es decir no existiría umbral. Ahora bien,
cuando esta energía no es suficiente como para producir una energía de excitación del núcleo
compuesto superior a Ea, la probabilidad de la ocurrencia de la fisión es muy baja, y por lo
tanto lo mismo ocurre para su σf correspondiente. Por lo tanto, en estos casos, en vez de
verdaderos umbrales teóricos, existen umbrales prácticos (también denominado umbral
aparente), que consecuentemente admiten una definición arbitraria. Una definición que
podría adoptarse para este umbral práctico es el de aquel valor de la energía por debajo del
cual la sección eficaz de fisión es menor de 0,1 barnios.
En definitiva, siempre que la energía de separación del neutrón Sn sea superior a Ea, diremos
que el núcleo blanco no tiene umbral; por el contrario, cuando Ea > Sn , hay un umbral
práctico, que es aproximadamente igual a la diferencia entre Ea y Sn.
Otro aspecto que queremos discutir aquí es el de la competencia entre las distintas reacciones
nucleares que pueden ocurrir a un nucleido dado. Esta cuestión es crítica en el diseño de
cualquier sistema nuclear. A este respecto creemos conveniente empezar por hacer notar a
nuestro lector que de lo dicho anteriormente no debe inducirse que cuando un neutrón
interaccione con un núcleo fisible, o con un núcleo fisionable pero no fisible por encima de su
umbral de fisión, el resultado es siempre una fisión. Esta no es la realidad. Los neutrones que
han interaccionado con esos núcleos pueden haber sufrido distintos procesos: dispersión
elástica o inelástica, ser absorbidos por captura radiativa, etc. Las secciones eficaces para
todos estos procesos se han evaluado y están disponibles en librerías de datos nucleares. No
obstante, con los nucleidos fisibles a bajas energías neutrónicas sólo son posibles tres tipos de
interacciones: dispersión elástica, captura radiativa, y, por supuesto, fisión. El valor de σd es
mucho menor tanto de σγ como de σf , y consecuentemente, captura radiativa y fisión son con
mucho los procesos más probables cuando los neutrones poseen energías bajas. El cociente
entre las secciones eficaces de estos dos procesos se denomina razón captura a fisión y se
indica por el símbolo α, esto es,
𝜎𝛾
𝛼= (5.1)
𝜎𝑓

Este parámetro, que es función de la energía, es uno de los más importantes a tener en cuenta
en el diseño de muchos reactores. En la Tabla 5.3 se dan los valores de α para algunos

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

nucleidos fisibles a 0,0253 eV, junto con las secciones eficaces y otros datos nucleares de
interés.

Tabla 5.3 Datos nucleares correspondientes a la energía cinética del neutrón característica del rango térmico
(0,0253 eV) para nucleidos fisionables

Nucleido σa† σf α η ν
233
U 577,8 531,1 0,0899 2,287 2,492
235
U 680,8 582,2 0,169 2,068 2,418
239
Pu 1011,3 742,5 0,362 2,108 2,871
241
Pu 1377 1009 0,365 2,145 2,917

Nota: † σa = σγ +σf

5.4 Productos emitidos durante las distintas fases del proceso de fisión
inducida por neutrones.
En la fisión inducida por neutrones se pueden distinguir una secuencia de diferentes sucesos.
Sea un núcleo AZ que es bombardeado por un neutrón. El comienzo de la secuencia tiene lugar
cuando el neutrón es absorbido por el núcleo y se forma un núcleo compuesto excitado A+1Z,
el cual de forma inmediata se escinde en dos fragmentos. Estos fragmentos nacen
fortísimamente excitados, siendo extraordinariamente inestables. Esta energía de excitación
se va ir liberando en etapas sucesivas. En una primera, que transcurre desde el propio instante
de la fisión hasta aproximadamente 10-14 s después de la misma, esos fragmentos de fisión
tan excitados emiten neutrones y rayos γ. Son los denominados neutrones y rayos γ
inmediatos. Los núcleos resultantes al final de esta etapa son en general muy radiactivos,
encontrándose sin embargo ahora ya en un estado fundamental o en estados isoméricos. Nos
podemos referir a estos nucleidos por uno cualquier de los siguientes nombres: precursores,
fragmentos/productos primarios de fisión o fragmentos directos de fisión. Estos nucleidos
son todavía inestables debido a que tienen una relación N/Z superior a la correspondiente a
la estabilidad, es decir poseen un exceso de neutrones. En su busca por la estabilidad, estos
nucleidos se constituyen en padres de cadenas o series radiactivas, cada una de las cuales se
caracteriza por la emisión de sucesivas partículas β negativas, que vienen normalmente
acompañadas de la emisión de varios rayos γ. Los padres de estas cadenas son los fragmentos
primarios de fisión, mientras que el resto de los nucleidos de las series formados por
desintegración reciben el nombre de productos de fisión secundarios. Unos pocos de estos
se desintegran por emisión espontánea de neutrones. Estos neutrones son los llamados
neutrones retardados o diferidos.

5.4.1 Productos de fisión.


La fisión de un núcleo pesado dado AZ con un neutrón de una energía determinada se puede
producir de muchas formas diferentes. Esto es así porque la ruptura del núcleo compuesto
formado puede tener lugar de maneras muy variadas, cada una de ellas con una determinada
probabilidad. Así, por ejemplo, la fisión del 235U con un neutrón de 0,025 eV se produce en
más de 40 formas diferentes, originándose así más de 80 productos de fisión primarios. Cada
uno de estos productos de fisión primarios es origen de una cadena radiactiva, que consta, en

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Tema 5 - Fisión nuclear.

general, de dos o tres elementos, y, por consiguiente, de la fisión del 235U se obtienen más de
200 nucleidos productos de fisión diferentes.
Son muy variados los motivos que hacen necesario saber cuantitativamente cuál es la
ocurrencia de cada uno de las distintas formas de fisión que puede experimentar un nucleido
dado AZ al bombardearlo con neutrones de una energía dada. O lo que es equivalente, es muy
importante conocer cuantitativamente la cantidad que se produce de cada uno de los
fragmentos primarios en una fisión. En la práctica este valor se da en tanto por ciento, es decir
se refiere a 100 fisiones, y recibe el nombre de rendimiento de fisión para un nucleido
particular. Este parámetro se define por lo tanto como la probabilidad, expresada en tanto
por ciento, de formarse ese nucleido en la fisión inducida de un nucleido dado por un neutrón
de una energía dada. Si la fisión es binaria (como ocurre para las energías neutrónicas de
interés en la ingeniería de reactores nucleares), dado que cada fisión da lugar a dos nucleidos,
el rendimiento total de fisión es 200%.
Cuando hablamos de rendimiento por fisión, o mejor dicho, por fisión media, estamos
indicando que estos rendimientos se refieren a los valores medios que tendríamos cuando se
considera un número muy elevado de fisiones. Es sabido por las leyes de la estadística de los
grandes números que estos valores se mantienen prácticamente constantes a partir de un
número de fisiones suficiente. El ser este número siempre menor que el que tendremos en las
aplicaciones prácticas de una instalación nuclear real justifica la aplicabilidad de los datos
sobre rendimientos de fisión.
Los rendimientos de fisión se han determinado con gran precisión para los materiales
fisionables más importantes. Generalmente se representan en la forma indicada en Figura 5.4.
En ella se toma por abscisas los números de masa de los distintos productos de fisión primarios
del nucleido blanco AZ, y por ordenadas el porcentaje en que ocurre el modo de fisión
determinado que los produce. Se obtiene una serie de puntos, los cuales, muy
aproximadamente, están, como se ve, en una curva continua, que en general presenta dos
picos distintos, correspondientes a la emisión del fragmento ligero y pesado. Las curvas son
diferentes para los distintos nucleidos fisionables, pero en general son bastante próximas las
unas a las otras. Para las ordenadas se usa escala logarítmica, dado que los porcentajes con
que se producen los diferentes modos de fisión varían enormemente. Por ejemplo, en la fisión
inducida del 235U con neutrones lentos los límites son, como se ve, 10-4 por 100 y 6 por 100.
Nótese que la fisión simétrica es muy rara. Así, la fisión inducida por neutrones de poca
energía del núcleo compuesto 236U en dos átomos de A = 118 es unas 600 veces menos
probable que la fisión en fragmentos de masa entorno a 95 y 140. La probabilidad de la fisión
simétrica aumenta con la energía del neutrón incidente; es unas 100 veces más probable con
neutrones de 14 MeV que con neutrones lentos.
Una característica fundamental de los productos de fisión (sean primarios o secundarios) es
que en su mayoría son radiactivos. Ésta es una de las fuentes más importantes de problemas
a la que hay que enfrentarse en la utilización de la energía nuclear. Estos son temas de crucial
interés en la Ingeniería Nuclear, y son objeto de tratamiento en las disciplinas de seguridad
nuclear y protección radiactiva.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 5.4 Abundancia relativa o rendimiento, en %, de los distintos productos de fisión


generados en la fisión del uranio 235 con neutrones térmicos y con neutrones de 14 MeV.

5.4.2 Neutrones de fisión: inmediatos y diferidos.


La mayoría de los neutrones liberados en la fisión (generalmente pasa del 99%) se puede
considerar que se emiten en el instante de la fisión. Estos son los denominados neutrones
inmediatos, en contraste con los denominados neutrones diferidos, que comparativamente
con aquellos se liberan mucho después de haber tenido lugar el suceso de la fisión
propiamente dicha.
El número de neutrones que aparece en una fisión, simbolizado por la letra ν, depende del
nucleido blanco que haya experimentado la reacción y de la velocidad del neutrón incidente.
Si se representa la variación del número medio de neutrones por fisión ν en función de la
energía cinética del neutrón incidente se obtendría una función moderadamente creciente.
Los valores de ν para fisiones inducidas por neutrones de 0,0253 eV es de 2,43 para el 235U,
2,87 para el 239Pu y 2,48 para el 233U. Se puede utilizar 2,5 como cifra representativa del
número de neutrones emitidos en una fisión inducida por neutrones de esa energía. Si se
consideran neutrones de mayores energías, este número aumente significativamente. Por
cada 6 o 7 MeV de incremento en la energía se emite un neutrón adicional.

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Tema 5 - Fisión nuclear.

Figura 5.5 Espectro  (E ) de los neutrones inmediatos de fisión.

En la descripción y valoración de la calidad de los posibles tipos de combustibles de un reactor


nuclear, se utiliza el denominado parámetro η, que creemos conveniente ahora introducir (en
el capítulo posterior dedicado a reactores será muy utilizado). Este parámetro es igual al
número de neutrones liberados (debido a fisión) por cada neutrón que absorbe un núcleo
fisionable. Dado que la captura radiativa compite con la fisión, η es siempre menor que ν. En
concreto, η es igual a ν multiplicado por la probabilidad relativa (σf / σa ) de que una absorción
conduzca a una fisión, siendo por lo tanto la fórmula que lo define
𝜎𝑓 𝜎𝑓
𝜂=𝜈 =𝜈
𝜎𝑎 𝜎𝛾 + 𝜎𝑓
En términos del parámetro α, el cociente captura a fisión (ver Ec. (5.1)), la ecuación anterior
se puede escribir como
𝜈
𝜂=
1+𝛼
Para una mezcla de nucleidos fisionables y no fisionables, η se define como el número medio
de neutrones emitido por neutrón absorbido en la mezcla. En este caso, η se expresa por
1
𝜂= ∑ 𝜈(𝑖) 𝛴𝑓 (𝑖)
𝛴𝑎
𝑖

donde ν(i) y Σf(i) son los valores de ν y de la sección eficaz macroscópica de fisión para el
nucleido i, y Σa la sección eficaz macroscópica total de absorción de la mezcla. Todos los
términos que aparecen en las expresiones indicadas se evalúan a las energías de los neutrones
incidentes que inducen la fisión en el nucleido o mezcla de nucleidos que constituyen el
combustible.
Los neutrones inmediatos de fisión se emiten con un espectro de energía cinética continua.
La distribución energética de estos neutrones se muestra en Figura 5.5. Como toda
distribución estadística, el espectro se representa normalizado a la unidad. La energía cinética
media <EC> correspondiente a dicha distribución energética es de aproximadamente 2 MeV.
La energía cinética máxima con la que aparecen los neutrones inmediatos de fisión es de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

10 MeV. A su vez, la energía cinética mínima con la que pueden aparecer es de unos 100 keV.
De esta forma, todos los neutrones inmediatos están comprendidos en el rango energético
de 0,1 MeV a 10 MeV, siendo <EC> = 2 MeV. La moda de la distribución está en 0,85 MeV,
aunque esta no es la cifra usada para representar a los neutrones de fisión
monoenergéticamente hablando. El valor a utilizar como energía representativa de ellos
desde un punto de vista monoenergético ha de ser tal que mantenga la energía total del
conjunto de neutrones emitidos, y esto lo cumple <EC>. La energía total del conjunto de
neutrones emitidos es de 5 MeV. Lógicamente este valor es consistente con el valor de 2 MeV
para <EC> y con el valor de 2,5 para el número medio de neutrones emitidos.
Aunque el número de neutrones diferidos no llega al 1% del total de los neutrones liberados
en el conjunto total de procesos asociados a la fisión, juegan un papel crucial en la viabilidad
del control de los reactores nucleares.
Los neutrones diferidos sólo son una pequeña fracción de los neutrones que aparecen libres
en el reactor, no emergiendo directamente de la reacción de fisión en sí, sino como
consecuencia de la desintegración radiactiva tipo emisión de neutrón experimentada por
algunos nucleidos producidos en el seno de algunas de las cadenas de desintegraciones
subsecuentes a la fisión. Estos nucleidos que se desintegran emitiendo un neutrón lo hacen
debido a que aparecen con una excitación superior a la energía de ligadura del neutrón, y
entonces, la manera más rápida de búsqueda de la estabilidad es la emisión de dicho neutrón.
Este neutrón aparece como diferido con respecto al instante de la fisión, siendo su retardo de
emisión igual al que acumula su cadena de desintegración. Un ejemplo ilustrativo de lo dicho
acontece cuando el producto de fisión 87Br se desintegra a 87Kr, el cual se puede formar en un
estado excitado tal que uno de sus neutrones deja de estar ligado al núcleo, emitiéndose con
una energía de aproximadamente 0,3 MeV. El neutrón se emite tan pronto como se forma el
87
Kr en estado excitado. Por lo tanto, parece emitirse con un periodo de semidesintegración
de 54,5 s que es el correspondiente al 87Br.
En una cadena en la que aparece un neutrón diferido siempre se puede identificar un nucleido
que opera tal como el 87Br, de forma que es el que induce el retardo en la aparición del
neutrón, dado que las desintegraciones anteriores de la cadena tienen una vida muy corta
respecto a la del 87Br, y por otro lado el núcleo hijo resultante tipo 87Kr emite el neutrón
inmediatamente tras su formación, o en un plazo absolutamente nulo en comparación con el
periodo del nucleido padre tipo 87Br. A los nucleidos que operan de la forma indicada para el
87
Br se les denomina precursores de neutrones diferidos. Tradicionalmente los precursores
se han agrupado en seis familias, que tienen como característica distintiva su periodo de
semidesintegración. Los periodos de cada grupo se indican en la Tabla 5.4 para la fisión de
baja energía (térmica) en 235U. En la tabla también se indica la abundancia de neutrones de
cada grupo, en término de número de neutrones diferidos emitidos en cada grupo νi. El
número total de neutrones diferidos por fisión νdif es igual a la suma de todos los νi.. También
se dan las fracciones de neutrones diferidos βi. El parámetro βi se define como la fracción de
todos los neutrones liberados en una fisión que aparecen como neutrones diferidos en el
grupo i. En otras palabras, βi es igual a νi /ν. La fracción total β es la suma de todos los βi. Este
parámetro es de extrema importancia en la cinética del reactor nuclear.

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Tema 5 - Fisión nuclear.

Tabla 5.4 Datos sobre neutrones diferidos correspondientes a la fisión térmica (EC ≈ 0,0253 eV) del 235U

Grupo Periodo Constante de Energía Abundancia Fracción


(seg) desintegración ( keV) Neutrones (βi)
(seg-1 ) por fisión (νi)
1 52,72 0,0124 250 0,00052 0,000215

2 22,72 0,0305 560 0,00346 0,001424

3 6,22 0,111 405 0,00310 0,001274

4 2,30 0,301 450 0,00624 0,002568

5 0,610 1.14 - 0,00182 0,000748

6 0,230 3,01 - 0,00066 0,000273

Producción total: 0,0158


Fracción total de diferidos (β): 0,0065

Aunque no tan importante a nivel práctico como lo anteriormente señalado, también se indica
en la Tabla 5.4 las energías medias de los neutrones de cada una de las familias de diferidos,
que como se ve están en el orden de 400 keV. Habida cuenta de que estos proceden de
desintegraciones bien definidas, es lógico encontrar que el espectro energético de cada una
de las familias, a diferencia de los neutrones inmediatos, esté muy poco distribuido, centrado
entorno a una energía cinética determinada.

5.5 Energía liberada en la fisión: energía total y energía útil.


Ya se ha dicho que la fisión nuclear es un proceso muy exoenergético; esto es se produce una
gran liberación de energía a expensas de la pérdida de masa que tiene lugar durante el
proceso. Aproximadamente un 0,1% de la masa reaccionante en la fisión desaparece como tal
masa convirtiéndose en energía que se manifiesta de diversas formas. Al analizar la energía
de la fisión conviene llamar la atención sobre dos aspectos. El primero se refiere al hecho de
que no toda la energía liberada en el proceso se puede aprovechar, es decir se puede
finalmente transformar en energía calorífica que se deposite en el sistema diseñado al
respecto (el reactor). Del total de la energía, sólo la que se libera en unas formas dadas se
puede depositar en el medio circundante al lugar donde se produce la fisión, donde se
convierte finalmente en calor. Otra parte no se puede recuperar, escapándose del sistema
diseñado al respecto y se pierde. El segundo aspecto se refiere al régimen temporal en que
aparece la energía asociada al proceso de fisión. Una parte se puede considerar producida en
el instante del suceso de fisión propiamente dicho, mientras que otra se produce con un cierto
retardo respecto al momento en que la fisión ocurrió.
Consideremos el nucleido fisible 235U, si promediamos sobre las diferentes formas de reacción
nuclear de fisión que se producen, según se verifique la escisión del núcleo compuesto de una
u otra manera, se obtiene que una reacción de fisión libera unos 205 MeV de energía. Así
mismo se observa la ley de que dicha energía crece ligeramente según crece el número másico
del nucleido fisionado, por lo que es ligeramente mayor para el 239Pu que para el 235U. La
energía total liberada y la energía aprovechable son, en general, diferentes. La fisión inducida
en el 235U con neutrones térmicos se puede escoger como ejemplo típico de reacción de fisión

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

a la hora de mostrar las formas en que se distribuye la energía liberada en la fisión. En la Tabla
5.5 se indican los distintos componentes de la energía.

Tabla 5.5 Energía emitida y energía recuperable por cada fisión de 235U

Forma de energía Energía Energía


emitida recuperable
(MeV) (MeV)
Inmediata a la fisión:
Productos de fisión 168 168
Neutrones de fisión 5 5
Radiación γ inmediata 7 7

Por desintegración radiactiva:


Partículas β 8 8
Rayos γ 7 7
Neutrinos 12 —

Radiación γ de capturas — 3-12

Total 207 198-207

Se observa, que el 85% de la energía liberada en la fisión aparece como energía cinética de los
fragmentos de fisión. Estos fragmentos se detienen tras haber recorrido unos 10-3 cm desde
el lugar de la fisión. Esto sucede después de un tiempo del orden de 10-11 s tras la fisión,
intervalo durante el cual ceden toda su energía cinética al medio, convirtiéndose finalmente
en energía calorífica. Aproximadamente un 7% de la energía de fisión no se produce en el
instante de la fisión, sino que se va manifestando por las sucesivas desintegraciones de las
cadenas radiactivas a lo largo de un periodo de tiempo marcado por los periodos de
semidesintegración de los miembros de dichas cadenas. La energía producida por
desintegración está compuesta de unos 8 MeV de energía cinética de las partículas β, 7 MeV
de energía de rayos γ, y 12 MeV de energía cinética de neutrinos. Los neutrinos que
acompañan a la desintegración β tienen una capacidad de interacción con la materia
prácticamente nula, por lo que la energía cinética de estas partículas escapa completamente
de cualquier sistema nuclear que diseñemos. Este componente de la energía liberada
constituye por lo tanto, una forma de energía no aprovechable. La energía β y γ de
desintegración que representa unos 15 MeV, es energía que si es recuperable, depositándose
en el reactor. Nótese que esta deposición se hace de una manera diferida respecto al
momento en que ocurrió la fisión. Esta energía así depositada se la denomina energía residual
de modo convencional, aunque lo más propio sería denominarla energía radiactiva. Por otra
parte, la energía cinética de los neutrones emitidos, 5 MeV, así como la energía de la radiación
γ inmediata, 7 MeV, también se deposita en el reactor. Tendríamos entonces un valor para la
energía total emitida de 207 MeV, de la cual 195 MeV son aprovechables.
Si bien se han descrito todos los componentes asociados al capítulo de energía emitida, nos
falta añadir uno dentro del capítulo de la energía aprovechable asociada a la fisión. Dado que
la mayor parte de los neutrones de fisión permanecen durante su vida dentro del reactor,
estos finalmente son capturados por los núcleos en el sistema. Los reactores se diseñan (tal y
como se justificará en el siguiente próximo Bloque Temático) de forma que uno de los ν

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Tema 5 - Fisión nuclear.

neutrones emitidos por fisión sea absorbido por un núcleo fisionable para producir fisión. Por
lo tanto, el resto, (ν – 1) neutrones por cada fisión, se deben absorber por una reacción
distinta a la fisión. Esta reacción de absorción es en la mayoría de los casos del tipo captura
radiativa, la cual da lugar a uno o más rayos γ, cuya energía dependerá del material que sufra
la reacción. Para el 235U el valor de ν es aproximadamente 2,47 (el valor preciso depende de
la energía del neutrón que causa la fisión), lo que supone que por cada fisión se produzca una
cantidad de energía en la forma de radiación γ de captura radiativa que puede variar entre 3
y 12 MeV, dependiendo de los materiales usados en el reactor. Toda esta energía γ es
recuperable. Se observa en la Tabla 5.5, que esta energía γ de captura compensa parte de la
energía perdida en la forma de emisión de neutrinos. De modo aproximado se puede decir
que las capturas contribuyen a aumentar la energía depositada en 5 MeV por cada fisión, lo
que en total da una energía depositada por fisión de alrededor de los 200 MeV. En ausencia
de datos más preciso, este es el valor que normalmente se usa en los cálculos, al menos
preliminares, de los diseños de reactores.
Vamos ahora a abordar ahora una serie de cuestiones prácticas de interés. Considérese un
reactor en el cual debido a la ocurrencia de reacciones de fisión se deposita energía en forma
de calor a una velocidad de P megavatios (MW). En otras palabras, el reactor está operando a
una potencia térmica de P megavatios. Como la energía recuperable por cada fisión es de
200 MeV, el número de fisiones por segundo (tasa de fisiones) que se producen en el reactor
es
106 𝐽 𝑓𝑖𝑠𝑖ó𝑛 𝑀𝑒𝑉 86.400 𝑠
𝑇𝑎𝑠𝑎 𝑑𝑒 𝑓𝑖𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 = 𝑃(𝑀𝑊) × × × ×
𝑀𝑊 · 𝑠 200 𝑀𝑒𝑉 1,60 · 1013 𝐽 𝑑í𝑎
𝑓𝑖𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠
= 2,70 · 1021 · 𝑃(𝑀𝑊) ( )
𝑑í𝑎
Para convertir esta cantidad a gramos de material fisionado por día, lo que también se
denomina ritmo o tasa de quemado, se precisa únicamente dividir por el número de Avogadro
y multiplicar por el peso atómico gramo del nucleido que se fisione, 235,0 en el caso particular
del 235U. Se obtiene entonces

Tasa de quemado (gramos/día) = 1,05·P(MW) (5.2)

Por lo tanto, si el reactor está operando a una potencia de 1 MW, el 235U experimenta fisiones
a una tasa de aproximadamente 1 g/día. O dicho de otra forma, la producción de 1 MW·día
de energía térmica en el medio precisa de la fisión de 1 g de 235U.
Reacuérdese que los nucleidos fisionables se consumen tanto por fisión como por captura
radiativa. Dado que la tasa total de absorción es σa / σf = (1+α) veces la tasa de fisión, se
deduce aplicando Ec. (5.2) que el 235U se consume a una velocidad de

Tasa de consumo (gramos/día)= 1,05 (1+α) P(MW) (5.3)

Para el 235U, el valor de α para las energías térmicas del neutrón es de 0,169. Aplicando
Ec. (5.3) se obtiene que este isótopo se consume a una tasa de aproximadamente 1,23 g/día
por megavatio de potencia si las fisiones se inducen fundamentalmente por neutrones
térmicos.
Una última consideración que conviene subrayar es la relativa a las implicaciones de la energía
residual o radiactiva producida en un reactor de fisión. Como ya dijimos unos 15 MeV de los

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

200 MeV que se depositan, aparecen con retardo respecto del momento en que ocurrió la
fisión en cuestión. Esto significa que del orden del 7% de la potencia no desaparece al anularse
el flujo neutrónico que induce las fisiones, sino que permanece como residuo correspondiente
a las desintegraciones. Esta potencia irá decayendo con el tiempo a medida que se va
atenuando la actividad de los productos de fisión, es decir el número de sus desintegraciones.
El no disponer de los medios de refrigeración adecuados para extraer este calor que se
deposita por causa de las desintegraciones cuando el reactor se encuentra parado (flujo
neutrónico cero), conduciría a situaciones absolutamente inaceptables para la seguridad del
reactor. Por lo tanto, el cálculo de la potencia residual o radiactiva es uno de los puntos
obligados en el diseño de varios de los componentes de un reactor nuclear, tal y como se
comentará en los capítulos correspondientes.

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Tema 6 - Fusión Nuclear

Tema 6 Fusión Nuclear


6.1 Introducción.
La fusión nuclear es la fuente de energía que permite la vida en la Tierra, puesto que es la
reacción que ocurre en el Sol, así como en el resto de las estrellas. La energía liberada en esta
reacción llega hasta nosotros en forma de radiación electromagnética.
El objetivo de un reactor de fusión termonuclear es conseguir reproducir de manera
controlada las mismas reacciones que las producidas en el Sol con el fin de generar energía
eléctrica. Para ello, tal y como se justificará en posteriores apartados, es necesario:
• calentar hasta muy alta temperatura el combustible (protón, deuterón, tritio, etc.) con
el fin de dotar a las partículas de la energía cinética suficiente para vencer la barrera
coulombiana y poder fusionarse.
• confinar el combustible un tiempo suficiente para que las partículas puedan
reaccionar.
En el Sol estas dos condiciones se cumplen gracias a la actuación de la fuerza gravitatoria. La
gran cantidad de materia de las estrellas hace que todas las partículas estén atraídas hacia su
centro bajo el efecto de la fuerza de gravitación. Así, las partículas están confinadas en una
región determinada, lo que aumenta la densidad del medio. Al haber gran concentración de
partículas, éstas chocan entre sí y se calientan hasta alcanzar la temperatura suficiente para
fusionarse.
A estas temperaturas tan elevadas el medio considerado ya no está en estado de gas, sino de
plasma. En este estado los electrones están desligados de los núcleos y se mueven
independientemente unos de otros. El estado de plasma existe bajo varias formas en el
universo con características de densidad y temperatura muy variable, tal y como se observa
en la Figura 6.1.
En un reactor de fusión es imposible confinar gracias a la fuerza gravitacional, habiéndose
desarrollado dos conceptos distintos de confinamiento:
• el confinamiento magnético, donde las partículas son forzadas a permanecer en un
espacio limitado bajo la acción de un campo magnético.
• el confinamiento inercial, donde las partículas están concentradas en un espacio muy
pequeño y de alta densidad debido a la acción de una presión externa.
Los dos requisitos mencionados para lograr la fusión, así como conseguir que ésta sea
rentable, necesitan considerables desarrollos tecnológicos. El coste de los esfuerzos de
investigación y desarrollo será compensado por las ventajas de la energía de fusión que se
verán más adelante, básicamente una gran abundancia del combustible, y la generación de
poca cantidad de residuos radiactivos.

- 106 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 6.1 Distintas formas de plasma según la densidad y temperatura del medio.

6.2 Principios de la fusión nuclear.

6.2.1 Reacción de fusión nuclear.


La reacción de fusión nuclear tiene lugar entre núcleos ligeros. En este proceso se libera una
gran cantidad de energía, ya que la suma de las masas de los núcleos formados es menor que
la suma de las masas de los núcleos iniciales (defecto de masa). Esta diferencia de masa se
traduce en una energía liberada bajo forma de radiación electromagnética y/o de energía
cinética de los núcleos finales.
La energía de fusión liberada vendrá dada por:
𝑄𝑓 = 𝛥𝑀 · 𝑐 2
donde
𝐵𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙 𝐵𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑎𝑙
𝛥𝑀 = ∑𝑀𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑎𝑙 − ∑𝑀𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙 = ∑ 2
−∑
𝑐 𝑐2
siendo B la energía de ligadura del núcleo.
Ahora bien, para que se verifiquen este tipo de reacciones es necesario que los núcleos se
acerquen lo suficiente para que la fuerza que los liga pueda actuar. Esta fuerza, denominada

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Tema 6 - Fusión Nuclear

interacción fuerte, es atractiva y entra en competición con la fuerza de Coulomb repulsiva


para dos cargas eléctricas idénticas. A corta distancia (del orden del tamaño nuclear) la fuerza
fuerte es mucho más intensa que la fuerza de Coulomb; por el contrario, a una distancia mayor
del radio nuclear esta fuerza fuerte es nula. La suma de la contribución de estas dos fuerzas
en función de la separación de los dos núcleos está representada en la Figura 6.2.
Barrera de Coulomb
EC

Ep

0
R0 r

Figura 6.2 Variación de la energía potencial de interacción en función de la distancia de las partículas.

En la Figura 6.2 se observa que para que un núcleo pueda entrar en la región r<R0 y así
fusionar, necesita una energía superior a la energía de la “barrera de Coulomb”. Esto sería así
en el caso de la física clásica; en física cuántica una partícula puede entrar en la región r<R0
aún si su energía no supera la energía de la barrera. Este fenómeno se denomina efecto túnel.
La probabilidad de que la partícula entre en esta región es menor cuanto más grande sea la
diferencía entre la energía de la partícula Ep y la energía de la barrera EC.
Se deduce que, para obtener reacciones de fusión, la energía de las partículas ha de ser
elevada para tener una alta probabilidad de atravesar la barrera coulombiana. De ahí, la
necesidad de tener partículas con altas energías cinéticas o, lo que es lo mismo, tener un
plasma a alta temperatura.
Para que la fusión se pueda producir, se necesita un segundo requisito, que haya bastantes
partículas en un mismo volumen durante un tiempo razonable para que éstas puedan
colisionar.
Supongamos una partícula blanco en reposo, rodeada de una nube de partículas de densidad
n, moviéndose en direcciones aleatorias a velocidad v. Si se introduce una probabilidad de
colisión σ (se recuerda que esta probabilidad se denomina sección eficaz y tiene las
dimensiones de una superficie), se puede deducir el número de colisiones por segundo que
sufrirá la partícula blanco: 𝑟 = 𝜎 · 𝑣 · 𝑛. Ahora bien, si se considera que cada partícula de la
nube puede ser a su vez un blanco, podemos obtener una tasa de reacciones por segundo y
por unidad de volumen: 𝑅 = 𝜎 · 𝑣 · 𝑛 · 𝑛. Finalmente el número de colisiones durante el
tiempo τE vendrá dada por:
𝑁 = 𝑅 · 𝜏𝐸 = 𝜎 · 𝑣 · 𝑛 2 · 𝜏𝐸
De esta relación podemos concluir que para aumentar el número de colisiones (es decir, de
reacciones de fusión), se puede actuar sobre la densidad de partículas n, sobre la velocidad de
las partículas v (es decir, la temperatura del plasma) o sobre el tiempo durante el cual la nube

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

de partículas tiene densidad n. Este tiempo se denomina tiempo de confinamiento E y es un


parámetro esencial en las reacciones de fusión nuclear.
El confinamiento, es decir, el hecho que el plasma se quede en un volumen limitado, no es un
fenómeno natural. Si se deja un plasma, o un gas, en un espacio abierto, éste se expandirá
para ocupar todo el volumen disponible. Para que el plasma no se expanda será necesario
compensar la presión cinética (que tiende a expandir el plasma) con una presión externa. El
modo de obtener esta presión externa es el modo de confinamiento (gravitacional,
magnético, inercial).
El objetivo de un reactor de fusión es producir energía con un balance energético positivo. Los
experimentos realizados hasta el momento han conseguido obtener reacciones de fusión con
liberación de energía, pero la energía liberada es muy pequeña respecto a la invertida para
producir dichas reacciones. Para evaluar los progresos alcanzados y el camino que queda por
recorrer, se utilizan una serie de parámetros, que se definen a continuación.

6.2.2 Balance energético.


El balance energético del plasma viene dado por las fuentes de energía que lo calientan (Pfusión
+ Pexterna) y las pérdidas que lo enfrían. Para que el plasma sea estacionario, este balance tiene
que ser equilibrado, es decir, las aportaciones de energía deben compensar las pérdidas.
La potencia total Pfusión producida por la reacción de fusión D-T se reparte entre los productos
de la reacción, partículas alfa y neutrones, de la forma:
𝑃𝑓𝑢𝑠𝑖ó𝑛 = 𝑃𝑎𝑙𝑓𝑎 + 𝑃𝑛𝑒𝑢𝑡𝑟ó𝑛
Los neutrones se llevan el 80% de la energía producida, mientras las partículas alfa se quedan
con el 20% restante. La deposición de energía de unas y otras partículas tiene lugar en partes
diferentes. Las partículas alfa ceden su energía al plasma por colisiones, siendo la principal
fuente de calentamiento del plasma, mientras que los neutrones, que apenas interaccionan
con el plasma, escapan del mismo y depositan su energía en las paredes de la cámara que lo
contiene. Es el calor producido en estas paredes el que será utilizado como foco caliente para
generar energía eléctrica.

Tanto para un plasma de confinamiento magnético como de confinamiento inercial,


el recorrido libre medio de un neutrón de una energía del orden de 10 MeV es
mayor que las dimensiones del plasma.

Si la energía de las reacciones de fusión no es suficiente para compensar las pérdidas, es


necesaria la aportación de energía externa Pexterna para mantener el plasma. Las pérdidas de
energía Ppérdida son debidas en una gran parte a la radiación electromagnética de las partículas
cargadas, y principalmente a la radiación de bremsstrahlung.
La variación temporal de la energía del plasma está dada por:
𝑑𝑊
= 𝑃𝑎𝑙𝑓𝑎 + 𝑃𝑒𝑥𝑡𝑒𝑟𝑛𝑎 − 𝑃𝑝é𝑟𝑑𝑖𝑑𝑎𝑠
𝑑𝑡
En el caso de que dW/dt= 0, el plasma está en estado estacionario. En ese caso, se pueden
definir los siguientes parámetros:
• El factor de amplificación Q: es el cociente entre la potencia generada por las
reacciones de fusión y la potencia externa suministrada al plasma.

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Tema 6 - Fusión Nuclear

𝑃𝑓𝑢𝑠𝑖ó𝑛
𝑄=
𝑃𝑒𝑥𝑡𝑒𝑟𝑛𝑎
• El “break even”: es el momento en que Q=1, es decir, la cantidad de energía producida
por fusión iguala la energía suministrada.
• La ignición: es el momento en que la potencia liberada por las reacciones de fusión
que calienta el plasma iguala las pérdidas (Palfa=Ppérdidas). En estas condiciones la
reacción de fusión se puede autosostener sin la aportación de energía externa. A partir
de este momento un reactor de fusión empieza a ser energéticamente rentable.

6.2.3 Temperatura de ignición.


Se ha visto anteriormente que la tasa de reacciones de fusión dependía de la densidad del
plasma y de la velocidad de las partículas. En este párrafo se verá que la condición de ignición
sólo depende de la temperatura del plasma. Esto significa que para que la fusión se pueda
autosostener, el plasma necesita tener una temperatura mínima, la temperatura de ignición.
La potencia de fusión se puede definir como el producto de la tasa de reacciones de fusión
por unidad de volumen R por la energía depositada en el medio Qc, que depende del tipo de
reacción considerada.
𝑃𝑐 = 𝑅 · 𝑄𝑐 (𝑊/𝑚3 )
Temperaturas de Ignición
(Datos calculados con las correlaciones CF88)
1.0E3
Densidad de potencia (Wcm-3 )

1.0E2

1.0E1

Qc D+D
Qc D+T
1.0E0 Qc D+He3
Qc D+D+(D+T)
P Brem D+T
P Brem D+D
P Brem D+He3
32 keV

1.0E-1 4,8 keV 27 keV 48 keV


1.0E0 1.0E1 1.0E2 1.0E3
Temperatura (keV)

Figura 6.3 Temperatura de ignición para varios combustibles. Se considera una


densidad de partículas de 1015 núcleos.cm-3.

El cálculo de la tasa de reacción R conduce a la expresión:


𝑅 = 𝑛1 · 𝑛2 · 〈𝜎𝑣〉

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Siendo n1 y n2 las densidades de núcleos que reaccionan, 〈𝜎𝑣〉 el promedio de la sección eficaz
de fusión σ multiplicado por la velocidad de las partículas, ponderado por la función de
distribución de velocidades de las partículas (puesto que todas las partículas no tienen las
mismas velocidades en el plasma).
La potencia perdida por bremsstrahlung viene dada por:
1
𝑊
𝑃𝑏 = 𝑘1 · 𝑛𝑒 · 𝑇𝑒2 ∑ 𝑛𝑖 𝑍𝑖2 ( )
𝑚3
𝑒𝑠𝑝𝑒𝑐𝑖𝑒𝑠
-31
siendo k1 = 5,35·10 una constante, ne la densidad electrónica, Te la temperatura electrónica,
ni la densidad iónica de la especie i y Zi la carga eléctrica de la especie i.
Como se ve en la Figura 6.3, la temperatura de ignición corresponde a la temperatura para la
cual se cruzan las curvas Pc y Pb. Esta temperatura dependerá del tipo de combustible utilizado.

6.2.4 Criterio de Lawson.


El criterio de Lawson traduce el balance energético del plasma en términos de parámetros
físicos del mismo, es decir, en términos de densidad, temperatura y tiempo de confinamiento.
En estado estacionario:
𝑊
𝑃𝑎𝑙𝑓𝑎 + 𝑃𝑒𝑥𝑡𝑒𝑟𝑛𝑎 = 𝑃𝑝é𝑟𝑑𝑖𝑑𝑎 =
𝜏𝐸
Expresando las distintas variables en términos de la densidad y temperatura del plasma, se
obtiene una relación de tipo nE= f (T, reacción). Es decir, para cada tipo de reacción, el
producto nE tiene un valor dado que es función de la temperatura del plasma. Este producto
se denomina criterio de Lawson.
Por ejemplo, para un combustible de D-T a una temperatura de 10 keV, el producto nE es
igual a 1014 scm-3. Esto significa que para un plasma de fusión por confinamiento magnético
(cuya densidad es de 1014-1015 partículascm-3) el tiempo de confinamiento es del orden del
segundo, mientras que para un plasma de fusión por confinamiento inercial (cuya densidad es
de 1025-1026 partículascm-3) el tiempo de confinamiento es del orden del picosegundo
(10-12 s).
El criterio de Lawson indica que, para que las reacciones de fusión sean energéticamente
rentables, el plasma habrá de tener:
• una temperatura T suficientemente alta para que pueda producirse la fusión.
• una densidad n elevada para que haya bastantes partículas para mantener las
reacciones de fusión.
• un tiempo de confinamiento  suficientemente largo para obtener una ganancia
energética.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Bloque 2:
Aplicación de la fisión nuclear a la
producción de energía eléctrica.
AUTORA: Mireia Piera

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Tema 7 - Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena autosostenida con neutrones.

Tema 7 Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena


autosostenida con neutrones.
7.1 Neutrónica básica del reactor térmico.
Los neutrones nacidos de fisión quedan expuestos a las reacciones con el medio circundante,
y éstas se concretarán en una u otra clase de reacciones en función de las secciones eficaces
macroscópicas de los diversos materiales que constituyen el reactor. En un reactor comercial
(y prácticamente en cualquier reactor térmico) la disposición geométrica de los materiales
complicará considerablemente el problema planteado, en el sentido de que su estructura será
normalmente heterogénea, con lo cual se quiere significar que el combustible, por ejemplo,
ocupará un espacio físico distinto por completo del que ocupa el moderador o el material
estructural. Es decir, no habrá una mezcla homogénea de todos los nucleidos componentes
del reactor, sino que existirán multitud de zonas distintas de composición diferente, por lo
que las probabilidades de reacción serán distintas también.
Aun reconociendo que el problema que plantea esta heterogeneidad espacial es
determinante de cara al resultado final de la neutrónica en un reactor térmico, esta
introducción la haremos considerando el reactor como un todo homogeneizado, buscando el
balance final de los sucesos neutrónicos que en él acaecen para comprender
macroscópicamente cuál es su conducta neutrónica y como se puede automantener la
reacción en cadena.

7.2 Concepto de ciclo neutrónico.


Un neutrón tiene como origen de su vida la fisión que lo ha generado, y tendrá como
finalización, a efectos prácticos de la economía neutrónica del reactor, bien su absorción por
un nucleido del sistema, bien su fuga, puesto que en ambos casos se habrá perdido un neutrón
libre de la población neutrónica del reactor. Entre estos dos hitos, generación del neutrón y
muerte o desaparición del neutrón, el intervalo que transcurre es muy corto medido en
términos convencionales, aunque sea muy largo medido en términos intrínsecamente
nucleares. En un reactor térmico de agua ligera el lapso de tiempo desde que el neutrón
aparece como partícula libre hasta que muere es del orden de 10 millonésimas de segundo.
En los reactores de grafito-gas, que necesitan mayor número de choques elásticos para la
moderación y los neutrones han de difundirse en espacios más largos, la vida libre del neutrón
se puede alargar hasta el milisegundo; pero en todo caso se está muy por debajo de la unidad
convencional de medida, el segundo, y muy por debajo asimismo de la vida media del neutrón
en tanto que partícula β emisora, que es de 17 minutos aproximadamente.
Para que la población neutrónica se mantenga constante en el reactor hace falta que se
multiplique a través del proceso de fisión, que precisamente está inducido por un neutrón
libre, por lo cual cabe considerar el concepto de generación neutrónica como el conjunto de
neutrones que se han producido por fisiones acaecidas prácticamente al mismo tiempo, y que
a su vez originarán a través de nuevas fisiones los neutrones de la generación siguiente.
Este concepto generacional no es realmente útil para ahondar en el estudio de la neutrónica
de un reactor, por las limitaciones intrínsecas que conlleva, especialmente por el hecho de
que las generaciones neutrónicas se superponen temporalmente unas con otras, muchísimo
más de lo que se superponen las sucesivas generaciones en la población humana. Por otra
parte, existe el problema de los neutrones diferidos, que implica una problemática particular

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a la que se prestará atención hacia el final de este capítulo. Sin embargo, y a pesar de sus
limitaciones, el concepto generacional servirá para establecer lo que se podría denominar el
primer balance neutrónico de un reactor.
Los neutrones nacidos de fisión deberán estar sometidos en un reactor térmico a una sucesión
de procesos nucleares gracias a los cuales el reactor automantenga la reacción en cadena.
Obviamente no todos los neutrones seguirán deterministamente el ciclo neutrónico que
caracteriza globalmente al reactor, sino que éste es representativo de la mayoría de los
neutrones o, por así decirlo, de la conducta media de los neutrones. Un ciclo neutrónico
ilustrativo se presenta en la Figura 7.1, y obedece a la necesidad de aprovechar las
peculiaridades neutrónicas del combustible nuclear. Los reactores térmicos se construyen de
tal forma que la mayoría de los neutrones nacidos de fisión, con energías del orden de 2 MeV,
pierdan prácticamente la totalidad de su energía convirtiéndose en neutrones térmicos (que
están en equilibrio térmico con el medio circundante) en lo que se denomina proceso de
moderación.
El neutrón, una vez alcanzado el menor nivel de energía, que corresponde al rango térmico,
se difundirá a lo largo del reactor hasta que experimente una reacción de absorción o se fugue
del mismo, procesos ambos que indican, como ya se ha dicho, la finalización de la vida del
neutrón. Ahora bien, se establece un ciclo porque parte de las absorciones serán
necesariamente fisiones, y éstas proporcionarán nuevos neutrones libres que puedan
comenzar de nuevo el ciclo. Así pues, el ciclo neutrónico tiene fundamentalmente dos partes
en los reactores térmicos: la primera, orientada fundamentalmente a hacer perder energía
cinética a los neutrones libres para llevarlos a la zona térmica, lo cual se denomina
moderación; la segunda parte del ciclo corresponde al proceso de difusión de dichos
neutrones térmicos en el seno del reactor, interaccionando fundamentalmente a través de
reacciones elásticas, ganando o perdiendo muy pequeñas cantidades de energía en cada
choque, hasta que a la postre ocurra cualquiera de los sucesos finales ya antedichos.
Para ilustrar mejor el concepto de ciclo neutrónico y, sobre todo, poner en evidencia qué
procesos son los que significativamente intervienen en dicho ciclo, se ha adjuntado la Figura
7.1 que contiene lo que podríamos denominar un balance del ciclo especificando las diversas
fases del mismo con sus correspondientes cuantías de altas o bajas en la economía neutrónica.
El punto inicial del ciclo se ha establecido convencionalmente en la aparición de neutrones
procedentes de fisión, concretamente en número de 100, y con una energía media del orden
de 2 MeV. En este caso, por tratarse de un reactor en régimen estacionario, no se va a hacer
distinción entre neutrones inmediatos y diferidos, distinción cuyo estudio se efectuará más
adelante en este capítulo.
Los neutrones rápidos tienen, como ya es sabido, un recorrido libre medio considerablemente
largo por corresponderles unos valores pequeños de las secciones eficaces a esas velocidades.
Así pues, compitiendo con el proceso de moderación, que estará causado por las dispersiones,
los neutrones recorrerán grandes distancias con cierta probabilidad de emerger del reactor y,
por tanto, no volver. El reactor puede tener un cierto reflector exterior, pero por lo general
este reflector se puede considerar parte propia del reactor, suponiendo al conjunto en su
totalidad sumido en el vacío. Hay que tener en cuenta que, a los efectos de fugas, el blindaje
biológico altamente absorbente de neutrones que se pone a su alrededor para evitar
irradiación de las zonas circundantes, es un material negro (opaco) para los neutrones, al igual
que el propio vacío. En el esquema de la Figura 7.1 se ha contabilizado una sola fuga rápida.

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Tema 7 - Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena autosostenida con neutrones.

Durante el período en el cual los neutrones tienen aún energía muy rápida, superior a 1 MeV,
existe la posibilidad no desdeñable de que provoquen fisión en el uranio 238, que es el
nucleido combustible más abundante. Esto se ha tipificado en la figura adjunta asimismo con
un neutrón como inductor de fisión rápida. Esta fisión rápida contribuye al proceso
multiplicativo neutrónico, pero no es, como ya se verá, el proceso fundamental. No obstante,
esta contribución tendrá que ser considerada al final para poder cerrar el ciclo y cuadrar las
cuentas de la economía neutrónica del reactor.
En lo que resta de período de moderación, lo más significativo son las resonancias que
presentan todos los nucleidos intermedios y pesados, y en especial el uranio 238. Este
nucleido posee unas características muy peculiares entre los 4 eV y los 4,5 keV, prácticamente
captura cualquier neutrón que atraviese la zona de combustible con una energía que esté
dentro de una resonancia. Ello hace que en total se hayan contabilizado como 18 las capturas
realizadas en las resonancias, fundamentalmente por el uranio 238 aunque hay otros
materiales que presentan asimismo resonancias en menor medida. De las capturas del uranio
238 habría que señalar su condición de capturas fértiles, pues producirán 239Pu.
Como resultado de los procesos anteriormente señalados se obtiene que 80 neutrones han
llegado al rango térmico, es decir, se han moderado. Estos neutrones comenzarán su difusión
en el seno del reactor, a lo largo del cual atraviesan distintos tipos de materiales con los que
pueden reaccionar. Otra alternativa, lógicamente, es que los neutrones escapen del reactor,
lo cual está contabilizado con un neutrón térmico fugado.
Hay que poner énfasis en que los neutrones térmicos aparecen como tales neutrones térmicos
en el seno del moderador, que es el material que en definitiva los lleva hasta su estado de
mínima energía. Esto significa que, a pesar de elegirse los moderadores con secciones eficaces
de capturas lo más pequeña posibles, el hecho de que los neutrones térmicos aparezcan
precisamente en su seno, propicia que sean capturados por los propios nucleidos que
anteriormente los han moderado, lo cual es particularmente cierto en el caso del hidrógeno.
En la figura que comentamos se contabilizan 7 capturas en el moderador.
En el capítulo de capturas térmicas prácticamente todos los nucleidos contribuyen, tal como
se especifica en la figura, en la que se cuentan otras 7 capturas térmicas en los productos de
fisión, 1 en los materiales estructurales y otras 6 en el material de control dispuesto en el
reactor. Ello hace un total de 21 capturas térmicas en materiales distintos de combustible, al
cual quedan, para cerrar la cuenta, 58 absorciones.
Estos 58 neutrones experimentan, siguiendo la figura adjunta, 9 capturas en el uranio 235; 10
capturas en el uranio 238; y 39 fisiones, lógicamente en el uranio 235. Con ello se termina el
balance de ida, por así decirlo, del ciclo neutrónico, que hay que cerrar con el balance de vuelta
de cara a la siguiente generación neutrónica. En este sentido contabilizamos 39 fisiones
térmicas a las que añadir una fisión rápida, que en total constituyen 40 fisiones producidas
por los neutrones de esta generación, que multiplicado por 2,5 como número medio de
neutrones por fisión, producen precisamente un total de 100 neutrones, para iniciar la
generación siguiente con el mismo número de neutrones. Estos números no son
representativos de un reactor específico concreto, pero son ilustrativos del ciclo de un reactor
térmico y permiten dar ejemplos numéricos a los conceptos que se introducen a continuación.

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Figura 7.1 Esquema del ciclo neutrónico de un reactor térmico (las cifras son únicamente útiles a efectos
pedagógicos, sin corresponder a un reactor dado)

7.3 Concepto de criticidad.


En el balance anteriormente analizado se ha puesto especial cuidado en mantener el mismo
número de neutrones en dos generaciones sucesivas, de tal manera que la población
neutrónica se mantenga estacionaria y consecuentemente se mantenga estacionaria la
potencia, salvo por el consumo de combustible que irá sufriendo el reactor, lo cual se aprecia
en períodos de tiempo muy superiores a los típicos del ciclo neutrónico, por lo que al estudiar
el balance neutrónico consideramos que el reactor tiene una composición fija.
Cuando un reactor está conformado de tal manera que se cumple este principio de
mantenimiento de la población neutrónica, se dice que funciona en régimen estacionario y

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Tema 7 - Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena autosostenida con neutrones.

más específicamente se dice que el reactor está en el estado crítico. El concepto de criticidad
y masa o tamaño crítico van asociados directamente a este estado crítico en el que la reacción
en cadena se automantiene justamente, sin variación temporal de la población neutrónica.
Comenzando por la parte final del ciclo neutrónico anterior, se puede apreciar que el
parámetro η del uranio 235 correspondiente al rango térmico es de 2,05, valor que se obtiene
multiplicando el número medio de neutrones por fisión, que se puede redondear en 2,5, por
la tasa o número de fisiones térmicas dividido por el número total de absorciones neutrónicas
térmicas en el uranio 235; esto es
39 𝐹𝑖𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑒𝑛 𝑈 − 235
𝜂5 = 2,05 = 2,5 · = 𝜈5 ·
48 𝐴𝑏𝑠𝑜𝑟𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑒𝑛 𝑈 − 235
El parámetro η total del combustible, incluyendo las capturas del uranio 238, es igual al
número total de neutrones producido por fisiones térmicas dividido por la suma total de
capturas más fisiones térmicas habidas en el combustible, es decir
39
𝜂 = 1,68 = 2,5 ·
58
Este parámetro, η térmico, es el que caracteriza fundamentalmente la capacidad
multiplicativa neutrónica del combustible. No obstante, se ha señalado la posibilidad, aunque
de probabilidad pequeña, de inducir fisiones rápidas, que en este caso son el 2,5% de la
multiplicación neutrónica. A esto se denomina efecto de fisión rápida y se caracteriza por la
letra ε que se define como el número total de neutrones producidos por fisión dividido por el
número total de neutrones producidos por fisiones térmicas (aproximadamente, 1,025 en
nuestro caso).
100
𝜀= = 1,025
2,5 × 39
Dejando momentáneamente al lado la cuestión de las fugas neutrónicas, los dos procesos
básicos que hay que caracterizar a través de los correspondientes parámetros significativos
son la moderación y la difusión térmica (y subsiguiente absorción en el combustible).
En cuanto a la moderación, el proceso fundamental de desaparición de neutrones en esta fase
es la captura en las resonancias, fundamentalmente del 238U, por lo cual se puede definir un
parámetro, p, denominado probabilidad de escape a las resonancias. En este caso (en el que
consideramos que existe una fuga rápida incluso por encima de los valores energéticos en los
que comienzan las resonancias) dicho factor p, sería igual a 80/99, es decir 0,81. Así pues, un
81% de los neutrones logran superar con éxito la moderación sin caer capturados en las
resonancias de los diversos nucleidos, fundamentalmente del 238U. Este factor, que marca una
probabilidad, tiene como límite teórico la unidad, y no es en absoluto multiplicativo sino todo
lo contrario.
Asimismo es un factor menor que la unidad el que caracteriza la termalización o difusión
térmica neutrónica, en la que el éxito se ha de medir por la probabilidad de que los neutrones
térmicos se absorban en el combustible, suponiendo que no existen fugas. A este factor,
típicamente identificado por la letra f, se le denomina factor de utilización térmica y en
nuestro caso sería igual al número total del neutrones absorbido en el combustible, 58,
dividido por el número total de los neutrones térmicos absorbidos, que son 79, lo cual arroja
un valor 0,734.

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En las caracterizaciones anteriores se ha omitido el tratamiento de la fuga, por lo cual podría


decirse que los parámetros caracterizadores del ciclo neutrónico η, ε, p y f son representativos
de un reactor de tamaño infinito, en el que no existieran fugas. Esta es efectivamente la
expresión que se utiliza para caracterizarlos, y tiene interés porque a través de estos
parámetros se mide la capacidad intrínseca de una composición material para multiplicar
neutrones; ésta es lógicamente una propiedad de extraordinaria importancia que conviene
aislar del problema de las fugas.
Como resumen de este punto se podría decir que en el diseño de un reactor es fundamental
garantizar la criticidad, y ello se logra disponiendo los materiales constituyentes y
conformando un espectro neutrónico que permita un balance cuadrado en el ciclo neutrónico,
tal como se acaba de exponer. Una última nota merece reseñarse: para cuadrar exactamente
el balance neutrónico hace falta disponer de un material de control que absorba el exceso
neutrónico que haya en cada momento. Este exceso variará lentamente a lo largo del tiempo,
según se consuma el combustible y se acumulen los productos de fisión, y también puede
variar rápidamente, por cambios en la temperatura del reactor, por ejemplo. Por ello hace
falta disponer de una herramienta de fácil manejo que utilicemos en cada momento para
cuadrar el balance neutrónico. Por lo general esta herramienta será un buen absorbente
neutrónico, como el boro 10, aunque también se utilizan aleaciones de Ag-Cd-In, barras
dopadas con hafnio o con gadolinio, etc. En todo caso, estos sistemas de control tendrán como
misión absorber el exceso de neutrones libres para mantener crítico el reactor.
Hay que entender que el concepto de criticidad solo depende de la composición del reactor y
de su geometría (forma y tamaño). Precisamente lo que se efectúa al introducir o extraer las
barras de control es modificar la composición del reactor. En principio un reactor puede estar
crítico a cualquier nivel de potencia o, dicho de otro modo, la criticidad no depende del nivel
de la población neutrónica (del cual depende linealmente la potencia según se analizará con
más detalle en la sección 7.6).

7.4 Factor de multiplicación de un medio infinito.


Para medir la evolución de la población neutrónica en un reactor de tamaño infinito, elegido
como tal con objeto de reducir las fugas a cero, se puede utilizar el concepto de factor de
multiplicación de un medio infinito o más acortadamente factor k∞, definiendo este
parámetro como el cociente entre el número de neutrones de una generación y el número de
neutrones habidos en la generación anterior. Por supuesto, para valorar este cociente hay que
elegir la medición de la población neutrónica en un determinado momento del ciclo
neutrónico, por ejemplo, a su comienzo, según el esquema convencional que explicamos o en
un cualquier punto intermedio que sea bien identificable.
Así pues, la definición de este parámetro vendría expresada por
𝑁𝑒𝑢𝑡𝑟𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑐𝑖ó𝑛
𝑘∞ =
𝑁𝑒𝑢𝑡𝑟𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟
Este parámetro puede expresarse también en términos de magnitudes más representativas
de la población neutrónica, como son las tasas de reacciones. Efectivamente, el numerador
del cociente anterior es el número de neutrones producido por fisión como consecuencia de
las absorciones que han sufrido los neutrones de la generación anterior. Dado que todos los
neutrones de esta última generación han de morir por absorciones (puesto que el medio es
infinito) el cociente anterior cabe expresarlo con mayor rigor, como

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Tema 7 - Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena autosostenida con neutrones.

𝜈 × 𝑇𝑎𝑠𝑎 𝑑𝑒 𝑓𝑖𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠
𝑘∞ =
𝑇𝑎𝑠𝑎 𝑑𝑒 𝑎𝑏𝑠𝑜𝑟𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠
en la que se utilizan magnitudes perfectamente cuantificables.
El valor de k∞ se puede calcular a partir de los parámetros que han servido previamente para
caracterizar los diversos procesos del ciclo neutrónico. En primer lugar, para que haya
multiplicación neutrónica hace falta que los neutrones que se absorban en el combustible
produzcan un cierto número de nuevos neutrones libres a través del proceso de fisión. Esto
último se valora a través del parámetro η, y en el caso de ser un reactor térmico, como es el
que se está considerando en esta lección, dicho parámetro debe afectar exclusivamente a las
absorciones térmicas, dejando los demás procesos para su momento oportuno de evaluación.
En el ejemplo anterior, el parámetro η térmico del combustible era 1,68, y como se ve, al ser
suficientemente mayor que 1, posibilita en principio la constitución de un reactor en el que se
automantenga la reacción en cadena. Ahora bien, hay que tener en cuenta que sólo una
fracción de neutrones se absorbía en el combustible respecto de todos los neutrones térmicos
disponibles en el reactor. A esta fracción se le denominaba factor de utilización térmica, f. Así
pues, el producto ηf proporciona el número de neutrones producidos en la siguiente
generación por las absorciones térmicas totales producidas en la generación anterior.
Para producir los neutrones térmicos, que mayoritariamente inducen las fisiones, hace falta
previamente haber moderado los neutrones que nacieron al principio de la generación que se
está contabilizando. Esto se valora a través del parámetro que se denominó probabilidad de
escape a las resonancias, p, que también podría haberse denominado, aunque no es
convencional, probabilidad de éxito en la moderación. Mediante la multiplicación de este
factor por los dos anteriores se obtiene el número total de neutrones producidos en la
generación siguiente por neutrón producido en la generación anterior a través de fisiones
inducidas por neutrones térmicos (fisiones térmicas). Esto sería ηfp.
Con la multiplicación de los tres factores antedichos ηfp, prácticamente podría quedar
resuelta la cuantificación de la constante de multiplicación infinita si no existiera la
probabilidad, aunque sea pequeña, de que se produzcan fisiones rápidas que contribuyan a la
multiplicación neutrónica. Este último proceso se valoró a través del parámetro ε, factor de
fisión rápida que tiene un valor muy ligeramente superior a 1, del orden de 2% ó 3% por
encima de la unidad. En definitiva, el producto de estos cuatro factores εηfp, produce
precisamente el valor de k∞ que se pretendía calcular. Así pues
𝑘∞ = 𝜂 · 𝑓 · 𝑝 · 𝜀
La identificación de esta igualdad tiene un doble valor: por un lado, sirve para comprender
mejor la física neutrónica de las diversas configuraciones y cambios de material de los
reactores, en lo cual realmente esta teoría, a pesar de su simplicidad, puede ser de
extraordinaria ayuda. La segunda utilidad, hoy día venida a menos por las nuevas
metodologías de cálculo neutrónico, radica en la posibilidad de identificar la masa crítica y el
tamaño crítico del reactor, en definitiva su condición de criticidad, precisamente a través del
cómputo de los cuatro factores antecitados más los términos de fugas a los que nos
referiremos después. Dichos cuatro factores plantean problemáticas diversas para su cálculo,
sobre todo en el caso más común y de auténtico interés comercial, que es el de los reactores
heterogéneos. Por un lado, η se puede calcular con suficiente aproximación simplemente
gracias a las tablas de secciones eficaces que son disponibles en la bibliografía. Sin embargo, f
y p dependen muchísimo de la configuración heterogénea en la que se encuentren el

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moderador y el combustible, por lo que requieren unos análisis adicionales. Algo similar puede
decirse de ε, aunque su importancia numérica sea secundaria.

7.5 Reactor finito: k efectiva.


El problema fundamental que diferencia el reactor finito del infinito es el de las fugas. Como
se apreció en el ciclo neutrónico ilustrativo ya expuesto, existe una cierta probabilidad de que
los neutrones se fuguen del reactor tanto en su fase de moderación, cuando aún son rápidos,
como durante su difusión térmica. Ciertamente en un reactor comercial las fugas neutrónicas
serán casi despreciables, porque se han de minimizar por dos motivos: por un lado la
economía neutrónica del reactor se resentiría si las fugas fueran significativas; por otro lado,
una tasa de fugas considerable implicaría unos niveles de radiación neutrónica alrededor del
reactor asimismo considerables, con el lógico aumento de la activación de materiales
circundantes al reactor y con la problemática de blindaje que se plantearía para el personal
de mantenimiento de la planta. Aun así, con la salvedad de que las fugas en un reactor
comercial no son en absoluto un proceso de primer orden, resulta imprescindible su estudio
y el establecimiento de una metodología de cálculo que permita su evaluación.
De manera similar a como se ha procedido en el caso anterior, en el que se factorizó la
constante de multiplicación infinita en cuatro parámetros perfectamente identificables, cabe
aquí proceder de manera similar, factorizando el parámetro representativo de las fugas. En
primer lugar, si se denomina P a la probabilidad de no fuga neutrónica de los neutrones en el
reactor, se podría definir el factor de multiplicación efectiva k de un reactor finito como el
producto del factor de multiplicación infinita correspondiente a su material, multiplicado por
dicha probabilidad de no fuga, esto es
𝑘 = 𝑘∞ · 𝑃
donde la probabilidad de no fuga P puede factorizarse en dos términos siguiendo la pauta del
ciclo neutrónico ya comentado. Si se denomina probabilidad de no fuga rápida a X y de no
fuga térmica a Y, se podría escribir que por cada neutrón rápido nacido, X realizan el proceso
de moderación dentro del reactor, es decir, sin fugarse de él, aún cuando algunos de ellos
sean capturados en las resonancias, lo cual se evalúa con su parámetro correspondiente, p.
De los que han llegado a ser térmicos, una fracción Y será absorbida en el reactor, y esta
fracción precisamente representa la probabilidad de no fuga térmica, que se podría definir
como
Tasa de absorciones térmicas
Y=
Tasa de absorciones térmicas + fugas térmicas
y análogamente podría escribirse la ecuación para X en función de las tasas de moderación y
de captura en resonancias más la tasa de fuga rápida.
En definitiva, la probabilidad de no fuga P será el producto XY.
Globalizando todo el ciclo neutrónico y teniendo en cuenta que la tasa de moderación de
neutrones lleva posteriormente bien a la fuga de neutrones térmicos o bien a su absorción en
el reactor, cabe exponer que la probabilidad de no fuga total es igual al cociente entre las
tasas de reacciones siguientes
Tasa total de absorciones
P=
Tasa total de absorciones + fugas

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Tema 7 - Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena autosostenida con neutrones.

7.6 Evolución temporal de la población neutrónica.


El concepto de generación de neutrones junto al de la constante de multiplicación efectiva va
a servir para realizar una primera estimación de cómo se desenvuelve en el tiempo la
población neutrónica de un reactor dado. Para ello supondremos, simplificando
extraordinariamente la descripción de la neutrónica del reactor, que los neutrones aparecen
en generaciones sucesivas, y que entre dos consecutivas transcurre el tiempo que tarda un
neutrón en morir desde que nace de fisión. Esta vida de neutrón libre se designará por la letra
ℓ (del inglés lifetime) y a partir de ella podríamos presentar el siguiente balance de la evolución
de la población neutrónica, considerando que N es el número total de neutrones existente en
el reactor y que t es la variable temporal. Eligiendo como punto inicial en el tiempo una
generación cualquiera a partir de la cual se cuenta la evolución, puede escribirse
𝑁(𝑡0 + ℓ) = 𝑁(𝑡0 ) · 𝑘
𝛥𝑁 𝑘𝑁 − 𝑁
=
𝛥𝑡 ℓ
en la que se ha expresado la variación de la población neutrónica según una ecuación en
diferencias finitas (no infinitesimales), de tipo generacional sucesiva, lo que sabemos que no
es cierto. De hecho, las generaciones estarán muy mezcladas en el tiempo, pero esto se puede
representar por el límite diferencial de la expresión anterior, lo cual transforma la ecuación
anterior en una ecuación diferencial de variables continuas como la siguiente
𝑑𝑁 𝑘 − 1
= ·𝑁
𝑑𝑡 ℓ
𝑘−1
𝑁(𝑡) = 𝑁(0) · 𝑒𝑥𝑝 ( 𝑡)

cuya integración ha sido inmediata admitiendo que el factor de multiplicación efectiva es
constante en el tiempo, lo cual es perfectamente válido en primera aproximación.
La conclusión más importante de la ecuación anterior es que representa una evolución del
reactor muy distinta en función del valor de k respecto de la unidad. De hecho, se pueden
distinguir claramente tres regímenes que corresponden a:
• k=1, en cuyo caso la población neutrónica del reactor permanece constante. Es el caso
denominado crítico, en el cual el reactor está precisamente en su condición exacta de
automantenimiento de la reacción en cadena. Es lógicamente el punto en el cual ha de
funcionar un reactor en régimen nominal. (Implícitamente consideramos aquí que el
reactor lleva crítico desde tiempo infinito o, a efectos prácticos, que ha olvidado ya sus
condiciones iniciales, lo cual sucede habitualmente en unos pocos segundos. Durante
ese periodo inicial transitorio, el reactor será crítico, pero aún no habrá alcanzado el
régimen estacionario).
• k<1, lo cual significa que la población neutrónica del reactor decrece
exponencialmente con el tiempo. A este régimen se le denomina subcrítico y en él no
tiene sentido ningún tipo de funcionamiento puesto que la potencia se anularía en
pocos segundos, o incluso en fracciones de segundo, en función del grado de
subcriticidad que se tuviera.
• k>1, correspondería al régimen denominado supercrítico en el cual la población
neutrónica del reactor aumentaría exponencialmente. Lógicamente de permanecer

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supercrítico un tiempo neutrónicamente largo (que medido en la escala habitual de


tiempos sería corto) la potencia del reactor adquiriría un valor exorbitadamente alto y
no podría ser extraída por el refrigerante del mismo, dando lugar a un claro
desequilibrio térmico en el reactor del que se derivarían consecuencias inaceptables.
El régimen supercrítico sólo es tolerable en un reactor durante fracciones de tiempo
muy cortas y realmente en condiciones de supercriticidad no muy separadas del
estado crítico, de tal manera que las propias facultades autoestabilizadoras del reactor
puedan contrarrestar los efectos inducidos y llevar al reactor a un nivel de potencia
estable, aunque este nivel fuera superior al que previamente hubiera tenido el reactor.

Figura 7.2 Evolución temporal de la población neutrónica de un reactor en función de su constante de


multiplicación efectiva, k

En la Figura 7.2 se representa una ilustración de la evolución neutrónica del reactor en los tres
casos, siendo de extrema importancia tener en cuenta que los tiempos característicos de los
que estamos hablando son considerablemente cortos.
La ecuación anterior puede reescribirse en la forma
𝑁(𝑡) = 𝑁(0) · 𝑒𝑥𝑝(𝑡/𝑇)
con
𝑇 = ℓ/(𝑘 − 1)
en la cual la nueva variable T se denomina período del reactor. El período es infinito para el
caso crítico, y negativo para el caso subcrítico, pero realmente en estos dos regímenes esta
magnitud tiene poca relevancia. Su utilización real está en el caso supercrítico, en el cual el
tiempo T marca el intervalo que ha de pasar para que la potencia del reactor se multiplique
por e (puesto que por esta cifra se multiplica la población neutrónica).
En un reactor comercial no se toleran estados supercíriticos con valores muy bajos de T. Si cae
por debajo de 10 segundos, las barras de control entran en el reactor y se anula la reacción en
cadena.
Hasta el momento no se ha hecho distinción en este análisis entre los neutrones inmediatos
de fisión y los neutrones diferidos, a pesar de las diferencias que en cronología presentan uno
y otro. Suponiendo, por el momento, y sin ninguna validez desde el punto de vista físico, que
los neutrones diferidos no existieran, nos encontraríamos ante reactores en los cuales la vida

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Tema 7 - Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena autosostenida con neutrones.

media del neutrón libre sería, en el caso de los de agua ligera, de unas cuantas cienmilésimas
de segundo, es decir, del orden de 10-5 s, mientras que en los de grafito-gas se mediría en
milésimas, es decir, del orden de 10-3 s.
Si se deseara fijar como período mínimo de un reactor la cifra de 10 s, es decir, si se
especificara que no se pueden tolerar aumentos de la población neutrónica tan rápidos que
se multiplicara por e en un período menor de 10 s, se podría determinar cuál es la máxima k
permitida en este caso, que correspondería a
ℓ(𝑠𝑒𝑔)
𝑘 =1+
10
En el caso de los reactores de agua ligera la k máxima sería de 1,000001, mientras que en el
caso de los reactores de grafito- gas sería de 1,0001. En ambos casos, pero sobre todo en los
de agua ligera, se aprecia que se estaría en una situación extremadamente rigurosa en cuanto
al margen de reactividad permitido.
Por reactividad se entiende la capacidad del reactor de multiplicar la población neutrónica, y
numéricamente se define por (k-1)/k. La reactividad es positiva para los estados supercríticos
y el ejemplo anterior indica que con tiempos neutrónicos característicos tan cortos,
prácticamente no existe posibilidad de control externo y el margen de variación que se puede
permitir respecto de crítico es ciertamente muy pequeño.
Existe, no obstante, un fallo fundamental en la hipótesis anteriormente realizada, que es la no
diferenciación entre los neutrones inmediatos y los diferidos.
Al computar el tiempo entre dos generaciones sucesivas se ha considerado solo el tiempo de
vida de un neutrón libre en el reactor, lo cual no es en absoluto correcto, puesto que se
debería haber computado el tiempo entre las fisiones que han iniciado una generación y el
momento en que esos neutrones producen las siguientes fisiones. En este sentido hay que
recordar que no todos los neutrones producidos en las fisiones son inmediatos, sino que
algunos viven en estado fetal (dentro de núcleos) durante un tiempo considerablemente largo
hasta que emergen como neutrones libres. En este sentido el cómputo de duración de una
generación neutrónica o intervalo entre dos generaciones de fisiones sucesivas se tendría que
hacer de acuerdo con la ecuación
ℓ̅ = (1 − 𝛽) · ℓ + 𝛽 · (𝑟 + ℓ)
en la que se ha ponderado el número de neutrones inmediatos (1-β) y el número de neutrones
diferidos, cuya fracción es β, con sus duraciones correspondientes.
Aunque en los neutrones diferidos se pueden identificar varias familias, típicamente 6, en este
caso se han congregado todas en una sola caracterizada por una constante de desintegración
media λ, cuyo inverso es el tiempo medio de decaimiento τ, que viene a ser del orden de los
13 s. A partir de la expresión anterior y de los datos expuestos se aprecia que el término
debido a los neutrones inmediatos es despreciable frente al sumando debido a los neutrones
diferidos que es aproximadamente 0,09 s en el caso más usual de utilizar uranio 235 como
combustible, al que corresponde una β de 0,0065. Así pues, el tiempo efectivo de una
generación parece estar dominado por los neutrones diferidos y resulta notablemente
superior al que se había utilizado antes, que correspondía exclusivamente a la vida media de
los neutrones libres. Este nuevo tiempo es casi 100 veces superior al de dicha vida media en
los reactores de grafito-gas y 10.000 veces superior en el caso de los reactores de agua ligera.

- 124 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Esto implica que las reactividades máximas que se puedan permitir para no traspasar (hacia
abajo) el límite de período mínimo de 10 s, se modifican sustancialmente. La cota de la
constante de multiplicación efectiva será prácticamente independiente del tipo de reactor y
sólo dependerá del combustible empleado, puesto que éste es quien caracteriza a β y λ. En el
caso del uranio 235, la k máxima permitida sería de 1,009.
Aunque el razonamiento anterior parezca promedialmente válido, hay que tener en cuenta
que la representación que se ha hecho de la neutrónica del reactor es un tanto grosera y ello
ha conducido a una sobrevaloración de la k máxima que se puede permitir.
Por mor de acentuar académicamente la importancia de los diferidos, la existencia de éstos
se omitió en la primera computación realizada. En la segunda, por el contrario, se les trató en
pie de igualdad, contabilizando el retraso con que aparecen, pero dicha representación no es
cuantitativamente muy precisa, aunque por supuesto lo es muchísimo más que la primera
representación en que se omitieron.
Para mejorar nuestra teoría vamos a definir una k referida sólo a producción de neutrones
inmediatos que llamaremos kp (el subíndice p proviene de la terminología inglesa, donde los
inmediatos se denominan prompt neutrons). La definición de kp será
(1 − 𝛽)𝜈𝛴𝑓 𝜙
𝑘𝑝 = 𝑃 = (1 − 𝛽) 𝑘
𝛴𝑎 𝜙
Tanto las absorciones como la probabilidad de no fuga afectan a todos los neutrones libres
(sin distinción de su procedencia), pero en el numerador sólo se cuentan los inmediatos
producidos, dado que los diferidos aparecerán en media unos 13 segundos después. En
primera aproximación podríamos decir que la evolución a muy corto plazo (menos de un
segundo, p.e.) estaría dominada por los inmediatos, y seguiría pues una ley
𝑘𝑝 − 1
𝑁(𝑡) = 𝑁(0) · 𝑒𝑥𝑝 ( 𝑡)

Se aprecia que si kp > 1, la evolución temporal inmediata sería ya una exponencial creciente,
y ℓ sería solo la vida media de los neutrones libres, no la ℓ̅ calculada anteriormente. A esta
situación se le denomina (con cierta licencia del lenguaje) supercriticidad pronta y de
alcanzarse tendría efectos muy dañinos. Si, por ejemplo, se alcanzara una kp = 1,001$ en un
reactor PWR de ℓ = 10-5 s, el período pronto del reactor sería
 10 −5 s
Tp = = = 0,01s
k p − 1 0,001

Así pues, en una centésima de segundo se habría multiplicado su potencia por e, y en un


segundo habría alcanzado e100 veces el valor inicial, es decir, unas 1043 veces. Estas cifras
ponen en evidencia la rapidísima respuesta de un reactor supercrítico pronto. Hay que volver
a incidir en que existen unos mecanismos, sobre todo el efecto Doppler, que harán disminuir
kp a medida que aumenta la temperatura (por aumento de la potencia). Aun así, la pendiente
de subida es tan fuerte que los procesos termodinámicos subsiguientes serán altamente
irreversibles y podrán dañar tanto al combustible como las vainas, pudiendo asimismo
expulsar al refrigerante del reactor por sobrepresión de ondas de choque.
En definitiva, la respuesta tan virulenta a la supercriticidad pronta obliga a proscribir
completamente el alcanzar este régimen. Traducido al más usual parámetro k significa que
éste no debe superar el valor de 1/(1-β). Como β << 1, dicho valor es igual a (1+β). Así pues, el

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Tema 7 - Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena autosostenida con neutrones.

nivel máximo de supercriticidad (exceso de k sobre 1) que puede permitirse en un reactor es


precisamente β, la fracción de neutrones diferidos, que recordemos vale 0,0022 para el 239Pu,
y 0,0065 para el 235U.
Este acotamiento es muy importante para la seguridad e integridad del reactor, pero en
realidad va a quedar muy por encima de la cota habitual que va a especificarse en los
reactores, lo cual se estudiará en los capítulos de dinámica y control de reactores, y que se
traducirá normalmente en no permitir aumentos exponenciales de potencia con un periodo
menor de 10 s. Ello corresponderá habitulamente a supercriticidades de 30% ó 40% a lo sumo
del valor de β, y de alcanzarse esa cifra se produciría la inserción de barras de apagado en el
reactor, con lo que en 2 ó 3 segundos tras la detección de esa violación de seguridad, la
potencia neutrónica del reactor será nula. El nivel de 10 s de mínimo período lógicamente se
fija por ser 3 ó 4 veces superior al tiempo que se necesita para proceder al apagado neutrónico
por la inserción mecánica de las barras, mucho más lenta que la detección, computación y
envío electrónico de la orden de parada, habitualmente denominada scram (palabra cuya
traducción sería “marcharse precipitadamente” o “salir de naja”, pero que también es
acrónimo de “safety control rod ax man”; por un curioso juego de palabras e ideas que tuvo
lugar durante la construcción del Chicago Pile-1).

7.7 Potencia del reactor.


El objetivo de una central nuclear es generar energía eléctrica, y ello tiene lugar gracias a un
ciclo termodinámico en el que la fuente calorífica o foco caliente, directa o indirectamente, es
el reactor nuclear.
La temperatura que puede alcanzarse en ese foco caliente está acotada por las propiedades
físico-químicas de los materiales que se utilicen. Una limitación obvia, por ejemplo, es no
alcanzar temperaturas de fusión en las vainas, pues de lo contrario perderíamos la
hermeticidad del combustible y el confinamiento de los productos de fisión. Las limitaciones
reales serán mucho más severas.
Las temperaturas que se alcancen dependerán de la potencia térmica que se genere y de los
procesos de extracción de calor que se desarrollen. Estos últimos dependen básicamente del
régimen de refrigeración, y de ahí que en materia de seguridad nuclear sea fundamental
mantener la refrigeración suficiente para garantizar las temperaturas dentro del margen
aceptable.
En cuanto a la potencia térmica, al exponer la fenomenología de la fisión se explicó el reparto
de la liberación energética de la fisión y las formas de interacción de los diversos productos
de reacción con la materia circundante. Más de un 95% de la potencia generada en el reactor
se deposita en el combustible, mientras que alrededor de un 3% se deposita en el moderador
y el resto en los demás materiales (estructuras, absorbentes de control, etc.). Esto es
importante para establecer apropiadamente las ecuaciones de transmisión de calor y
termohidráulica, pero por lo que a la neutrónica respecta, lo que más interesa ahora es señalar
la diferencia entre la potencia directamente dependiente de la población neutrónica libre del
reactor y la potencia emanada de las desintegraciones radiactivas.
Ciertamente estos nucleidos radiactivos se han creado a partir de las fisiones habidas en la
historia anterior del combustible del reactor, pero su principal característica es que dicha
potencia no se anula por el hecho de anular la población neutrónica del reactor. La potencia
radiactiva permanece, decayendo según las leyes de desintegración nuclear en función de los

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

nucleidos que componen los productos de fisión (más los actínidos y productos de activación,
para ser exactos).
Esta potencia se suele denominar residual, para poner énfasis en que permanece tras el
apagado del reactor, pero la connotación de residuo puede inducir a error. En un combustible
que lleve funcionando algunos meses, la potencia radiactiva es un 6,5% de la potencia
nominal. Es decir, del orden de los 200 MW (térmicos) en los reactores de 3000 MW (térmicos)
correspondientes a 1000 MW (eléctricos) en el turbogenerador. De la potencia residual nos
ocuparemos posteriormente, analizando primero la que depende directamente de la
población neutrónica.

7.7.1 Potencia neutrónica.


Sabemos que la tasa de fisiones se mide por Σf φ. En cada fisión se liberan aproximadamente
205 MeV, de los cuales tendríamos que descontar los neutrinos y la energía contenida
potencialmente en los productos radiactivos, que más adelante se manifestará como potencia
residual, y tendríamos que agregar la potencia de las capturas neutrónicas, que se producen
al mismo tiempo que las fisiones. Ello viene a reducir la cifra anterior a unos 195 MeV por
fisión.
No debe entenderse que Σf φ es directamente la fuente de calor en cada punto del reactor,
pues ya se comentó que parte de esa energía se deposita distribuidamente, aunque la mayor
parte, un 85% se deposita muy localmente. En todo caso, si se toma como volumen unitario
una porción vertical de una barra de combustible con su refrigerante y su moderador
asociado, el valor Σf φ será muy representativo de la densidad de potencia en esa zona. Este
es uno de los asertos fundamentales por lo que respecta a la potencia neutrónica del reactor,
y necesita dos aclaraciones básicas, una respecto de la energía y otra respecto de la variable
espacial.
Al escribir la tasa de fisiones Σf φ nos hemos referido implícitamente al flujo térmico, pues en
los reactores térmicos más del 95% de las fisiones son térmicas. Así pues, Σf sería la sección
eficaz macroscópica de fisión (promediada en el rango térmico según la temperatura que
tenga el medio) y φ flujo térmico integrado en el mencionado rango. La expresión exacta de
la densidad de potencia generada es:
𝐸0
2)
𝑃(𝑊 ⁄𝑐𝑚 = 𝑎 · ∫ Σ𝑓 (𝐸)𝜙(𝐸)𝑑𝐸
0

donde a es un factor de conversión de unidades, que teniendo en cuenta una generación de


potencia (inmediata) de 195 MeV/fisión vale
a = 195 (MeV/fisión) × 1.6×10-13 (J/MeV) = 3.15×10-11 (J/fisión)
La densidad de potencia podría escribirse como:
𝐸𝑡ℎ 𝐸0
𝑃 =𝑎·∫ Σ𝑓 𝜙 𝑑𝐸 + 𝑎 · ∫ Σ𝑓 𝜙 𝑑𝐸
0 𝐸𝑡ℎ

en la que la primera integral se refiere al rango térmico (y es la fundamental) y la segunda al


resto. En el rango térmico podríamos poner Σf φ
𝐸𝑡ℎ 𝐸𝑡ℎ
∫ Σ𝑓 𝜙 𝑑𝐸 = Σ̅𝑓 ∫ 𝜙 𝑑𝐸 = Σ̅𝑓 𝜙𝑡ℎ
0 0

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Tema 7 - Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena autosostenida con neutrones.

lo cual explica el carácter de promedio de la Σf y el carácter de integral del flujo φth (que
lógicamente se mide en neutrones por cm2 y segundo).
En cuanto a la variable espacial, es obvio que tanto Σf como φ variarán de un punto a otro. La
sección eficaz variará cuando cambie el medio material. El flujo, de forma continua. Ahora
bien, el valor estrictamente puntual de la densidad de potencia tiene poca significación. Es
más representativo promediar el resultado sobre un pequeño volumen como el
anteriormente dicho, con una porción vertical (de 1 cm aprox) de barrita de combustible más
su vaina, refrigerante y moderador asociados.
La densidad de potencia se expresaría como:
𝑎 ∫𝑉 ∫𝐸 Σ𝑓 (𝐸)𝜙(𝐸, 𝑟)𝑑𝐸 𝑑𝑉
𝑃(𝑟) [𝑊 ⁄𝑐𝑚3 ] =
∫𝑉 𝑑𝑉
El volumen V al que se extiende la integral no tiene por qué ser siempre de las dimensiones
aludidas, sino que a veces hay que aplicarlo a todo un elemento combustible e incluso a todo
el reactor, lo que proporcionaría la densidad de potencia media de la instalación. A este valor
habría que añadir la potencia generada por las desintegraciones radiactivas, para obtener el
valor total.
Otro parámetro representativo de la potencia neutrónica es la potencia específica, referida a
la potencia generada por unidad de masa de combustible. La definición de esta magnitud es
𝑎 ∫𝑉 ∫𝐸 Σ𝑓 (𝐸)𝜙(𝐸, 𝑟)𝑑𝐸 𝑑𝑉
𝐸(𝑟) [𝑊 ⁄𝑐𝑚3 ] =
∫𝑉 𝜌(𝑟)𝑑𝑉
donde ρ(r) es la densidad de combustible que solo será distinta de cero dentro de la barrita
de combustible.

Tabla 7.1 Valores aproximados de potencia específica, densidad de potencia y quemado de descarga para
diversos tipos de reactores.

Tipo de Enriquecimiento Densidad de Potencia Quemado de


Reactor inicial potencia especifica descarga
(%) W/cm3 W/g(U) MWdía/kg(U)
PWR 3,0 – 3,5 110 40 35
BWR 2,8 – 3,2 55 28 30
HWR 1,0 – 1,3 10 12 10
GCR 0,71 1,5 2 6

Valores representativos de la densidad de potencia y de la potencia específica se especifican


en la Tabla 7.1.

7.7.2 Quemado. Consumo de combustible.


Las reacciones de absorción producen un cambio en la naturaleza de los nucleidos
reaccionantes, que es drástico en el caso de la fisión. El término quemado identifica más
estrictamente la extracción de energía del combustible nuclear, en clara analogía con los
combustibles fósiles.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Más exactamente aún, se definirá quemado, o grado de quemado, la cantidad total de energía
extraída por unidad de masa de combustible inicialmente cargado en el reactor. Precisamente
a medida que vayan ocurriendo las fisiones disminuirá la masa de combustible, puesto que
esta reacción lleva asociado un defecto de masa de 0,1%. Ahora bien, eso es secundario,
comparado sobre todo con los cambios isotópicos que tienen lugar en el combustible. Los
cuatro efectos macroscópicamente más importantes a señalar son:
El primer efecto del quemado es el consumo de nucleidos fisibles (particularmente del 235U
inicial) y tiene connotaciones negativas para el mantenimiento de la criticidad del reactor a
largo plazo, pues se van depauperando sus cualidades de multiplicación neutrónica.
El segundo efecto es la generación de nucleidos fisibles a partir de capturas fértiles, y
lógicamente tiene un efecto positivo. En el caso de los reactores reproductores, el inventario
total de fisibles aumenta con el tiempo, lo cual permite mantener la criticidad durante largos
períodos de funcionamiento (es decir, alcanzando altos grados de quemado). Ahora bien, la
totalidad de los reactores térmicos basados en 235U son no reproductores, de modo que el
inventario de nucleidos fisibles disminuye con el tiempo.
El tercer efecto es la acumulación de productos de fisión, que tiene una repercusión
realmente negativa para la capacidad multiplicadora neutrónica del reactor. Esta capacidad
es denominada genéricamente reactividad, como ya hemos indicado. La pérdida de
reactividad por acumulación de productos de fisión es particularmente importante en los
reactores térmicos, por la alta sección eficaz de captura de estos productos para neutrones
de muy baja energía.
El cuarto efecto, que podríamos considerar el mismo efecto anterior pero visto desde el otro
lado, es la disminución de nucleidos combustibles en su conjunto, incluso en el caso de
reactores reproductores. El consumo neto se debe a las fisiones, pues las capturas no tienen
otra consecuencia que cambiar unas especies por otras, apareciendo los transuránidos
(actínidos altos) como el plutonio 239, 240, 241, 242, Americios y Curios. El consumo neto de
combustible es pues proporcional a las fisiones generadas y por tanto al quemado alcanzado.
La equivalencia entre estas magnitudes es simple. Se parte de considerar que en cada fisión
se ceden unos 200 MeV de energía al reactor, incluyendo en este caso la energía residual
procedente de las desintegraciones de los productos de fisión, puesto que contribuyen a la
energía generada en el reactor, aunque no en el mismo momento que la potencia inmediata,
sino demorada en el tiempo. Ello equivale a 3,2·10-11 J/fisión. Por otra parte, en 1 gramo de
material combustible hay aproximadamente
0,602  10 24 núcleos / at.g
1g
237 g / at.g
multiplicando ambas cifras se obtiene la energía generada por la fisión de todos los núcleos
contenidos en un gramo de combustible (tanto fisibles como fértiles, fisionados éstos últimos
bien directamente, bien tras su conversión a fisibles). Esta energía es de 8·1010 J, pero una
cifra redondeada más fácil de recordar es la de 24 MWh, es decir 1 MW·día.
Es elemental indicar que esta cifra hace referencia a la potencia térmica del reactor, no a la
eléctrica del turbogenerador de la central. Por ejemplo, un reactor de 1000 MWe tendrá una
potencia de 3000 MW (th), lo que significa que en un día de funcionamiento nominal habrá
consumido 3000 g de combustible (y habrá generado 2997 g de productos de fisión).
Lógicamente esos 3 kg que han reaccionado están diluidos en la totalidad de combustible, que

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Tema 7 - Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena autosostenida con neutrones.

se irá quemando progresivamente a medida que se generan las fisiones. Un reactor LWR tiene
un quemado de descarga de 30 MW.día/kg aproximadamente, lo que significa que el 3% del
material combustible sufre fisión. Este es un porcentaje realmente bajo, aunque sea
comercialmente rentable (De hecho, pocos procesos industriales son rentables con
aprovechamientos tan bajos. La energía nuclear lo es gracias a su fuerte potencia específica,
un millón de veces superior a la de la combustión química. Más aún, si tenemos en cuenta que
el uranio que se carga en un LWR debe ser enriquecido hasta un 3%, para fabricar 1 kg de ese
material hay que utilizar unos 6 kg de uranio natural. Por tanto, el anterior porcentaje de
aprovechamiento, medido sobre la materia prima, es tan solo de 0,5%. Se puede aumentar
con reelaboración y reciclado del combustible, pero en pequeña proporción si todo ello se
hace con reactores no reproductores. Usando reproductores se puede llegar en teoría al 100%
de aprovechamiento).
Conviene hacer una última indicación general sobre el quemado alcanzable en un reactor.
Cuando el combustible llega a estar tan depauperado en su reactividad que no puede
mantener la reacción en cadena, el reactor se apagaría motu propio. Aunque existen técnicas
de alargar un poco su funcionamiento (bajando la temperatura y la potencia) el único remedio
para volver a trabajar nominalmente es descargar el combustible más quemado y
reemplazarlo por nuevo (ó fresco, palabras ambas empleadas en la terminología nuclear).
Ahora bien, además de la limitación por reactividad, el quemado alcanzable está limitado
también por el máximo deterioro sufrido por las vainas, aunque esta limitación normalmente
queda muy por encima de la anterior en los LWR. El motivo de esta limitación se debe a que
la estructura metálica de la barra experimenta notables cambios por irradiación, tanto por
capturas como por dispersiones que originan núcleos de retroceso, creando vacantes e
intersticiales en la red cristalina. Ello hace que la vaina pierda ductilidad, y que suba la
temperatura de transición de comportamiento dúctil a frágil, con el consiguiente riesgo de
aparición y propagación de grietas. En definitiva, cuanto mayor sea el grado de quemado a
alcanzar, mayores han de ser los requisitos impuestos al material de las vainas y a sus procesos
de fabricación. Habida cuenta de la extraordinaria importancia de la integridad de las vainas
para la seguridad nuclear, merecía indicarse este aspecto entre los comentarios básicos
introductorios de la Ingeniería Nuclear.

7.7.3 Potencia residual.


Ha quedado ya expuesto que, como consecuencia de los productos radiactivos generados por
las reacciones neutrónicas en el reactor, existe en él un nivel de actividad (desintegraciones
por segundo) tan alto que incluso su manifestación térmica es importante. Ya se ha dicho que
en un reactor cuyo combustible haya alcanzado un quemado de varios miles de MW·día por
tonelada, la potencia de las radiaciones es del orden del 6,5% de la nominal. Para determinar
exactamente este nivel de potencia habría que calcular la acumulación de productos
radiactivos (que son quienes producen esta potencia mal llamada residual) y afectarla de la
tasa de desintegración correspondiente al momento en que calculamos dicha potencia.
Llamemos t a este momento, denotemos por ai la energía liberada promedialmente en cada
desintegración y por γi el llamado rendimiento de fisión, ésto es, el tanto por uno de aparición
del nucleído i en cada fisión.
La tasa total de fisiones en un momento genérico τ vendrá dada por Σf∙φ(τ) siendo Σf la sección
eficaz media de fisión y φ el flujo total del reactor en el momento τ. La potencia residual será

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

la suma de las contribuciones de todos los productos de fisión i, que tendrán una vida media
cuyo inverso será la constante de desintegración λi.
De cada producto de fisión, su inventario Mi vendría regido por la ecuación
𝑑𝑀𝑖 (𝑡)
= 𝛾𝑖 Σ𝑓 𝜙(𝑡) − 𝜆𝑖 𝑀𝑖 (𝑡)
𝑑𝑡
cuya integración es
𝑡
𝑀𝑖 (𝑡) = ∫ 𝛾𝑖 Σ𝑓 𝜙(𝜏) 𝑒 −𝜆𝑖 (1−𝜏) 𝑑𝜏
0

y por tanto la potencia residual se expresaría por


𝑡
𝑃𝑟 (𝑡) = ∑ 𝑎𝑖 𝜆𝑖 ∫ 𝛾𝑖 Σ𝑓 𝜙(𝜏)𝑒 −𝜆𝑖 (1−𝜏) 𝑑𝜏
𝑖 0

donde ai es la energía emitida en la desintegración del nucleido Mi.


Si el reactor hubiera dejado de funcionar en un tiempo t0 anterior a t, lógicamente el flujo se
anularía a partir de t0, por lo que en la integral anterior el límite superior habría de ser
reemplazado por t0. Resulta evidente que no por ello la potencia residual se anula después de
t0, sino que irá decayendo a partir de dicho momento como una suma de atenuaciones
exponenciales.
La teoría anterior adolece de una imprecisión fundamental: los productos de fisión primarios
no decaen directamente en nucleidos estables, sino que son origen de una cadena de varias
desintegraciones sucesivas.
Como ejemplo ilustrativo puede verse la cadena siguiente
, 310 a
Te135 ⎯2⎯
⎯→ I 135 ⎯6⎯
⎯→ X 135 ⎯9⎯
⎯ → Cs 135 ⎯2⎯ ⎯⎯→ Ba
6
min ,6 h ,1 h

comenzada en el teluro 135 y acabada en el bario 135, que es estable. Se aprecia que los
períodos varían mucho, de segundos a miles de años, todo lo cual obligaría a tener que
resolver las ecuaciones de evolución de cada isótopo. En la práctica la potencia residual se
calcula por modelos semiempríricos que globalizan todas las contribuciones.

Tabla 7.2 Inventario de productos radiactivos en un reactor de 3000 MW térmicos, tras 300 días de
funcionamiento, en MCi.

Tiempo de Actínidos Total Gases Halógenos


enfriamiento (Z≥89) productos Nobles (I, Br)
tras la parada de fisión (Kr, Xe, …)
0 3450 13.800 1.240 1.435
1 día 1330 2.900 220 265
1 mes 10 950 5 7
1 año 5 150 0,6 10-6

La radiactividad acumulada en un reactor de potencia que lleve varios meses de


funcionamiento es de inventario muy elevado, y su desaparición por decaimiento natural es

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Tema 7 - Concepto de reactor nuclear de fisión. Fisión en cadena autosostenida con neutrones.

muy lenta. En la Tabla 7.2 se muestran los valores de los productos radiactivos más
representativos, señalando dentro de los productos de fisión los gases nobles y los halógenos,
por su importancia en seguridad nuclear.
Especialmente crítico para la seguridad es el período inmediatamente subsiguiente a la parada
del reactor, pues la abundancia de desintegraciones hace que su potencia térmica asociada
sea muy elevada. Hay que tener en cuenta que por cada desintegración β aparece un electrón
con una energía media de 0,4 MeV, y que la energía media de los fotones que aparecen y
ceden casi toda su energía dentro del reactor es de 0,7 MeV.
A efectos de potencia, lo que realmente cuenta es el resultado macroscópico de esas
desintegraciones, que se puede medir como el porcentaje que representa la potencia residual
sobre la potencia nominal con que había trabajado el reactor. Dado que los productos
radiactivos alcanzan casi todos un nivel de saturación durante el funcionamiento, la potencia
residual resulta casi independiente del tiempo que haya funcionado el reactor antes de su
apagado. En la Tabla 7.3 se recogen los valores de la potencia residual para un reactor típico,
para tiempos cortos de enfriamiento.

Tabla 7.3 Evolución de la potencia radiactiva (o residual) en función del tiempo de funcionamiento y el
subsiguiente tiempo de enfriamiento, en % sobre la potencia nominal.

Tiempo de funcionamiento Periodo de enfriamiento


1s 10 s 1 min 1 hora 1 día
1 semana 5,5 4,8 3,6 1,2 0,35
1 mes 5,7 5,0 3,8 1,4 0,50
1 año 5,8 5,1 3,9 1,6 0,66
∞ 5,9 5,2 4,0 1,6 0,73

Para tiempos de enfriamiento superiores a un día se puede utilizar, en primera aproximación,


una ley empírica de decaimiento potencial (como resultado de la adición de las múltiples
exponenciales existentes, algunas de ellas interrelacionadas). Si llamamos T0 al tiempo de
funcionamiento y t al de enfriamiento subsiguiente a la parada, la citada ley da
𝑃𝑟
= 0,0023 (𝑡 −0,2 − 𝑇0−0,2 )
𝑃0
donde los tiempos han de expresarse en días, y la validez de la expresión queda restringida a
t < T0, y t > 1 día. En los casos en que se requiera una evaluación muy precisa de la potencia
residual se ha de recurrir a un cálculo preciso de la acumulación del inventario radiactivo
(familia a familia) y de su posterior decaimiento, para lo cual existen códigos de computación
apropiados. En la Figura 7.3 se muestra la evolución de la potencia radiactiva en
(MeV/s·fisión), agrupando ésta en sus componentes β y γ. De esta última cabe diferenciar
también su espectro (energía del rayo γ) y en 7 grupos convencionales que barren desde
0,1 MeV a más de 2 MeV.

- 132 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 7.3 Potencia de las radiaciones emitidas por los productos de fisión, en función del tiempo transcurrido.

- 133 -
Tema 8 - Centrales Nucleares.

Tema 8 Centrales Nucleares.


8.1 Introducción.
Una central nuclear es un tipo de central térmica, con la distinción fundamental de que la
obtención del vapor para accionar la turbina no se produce a partir de energías convencionales
como la del carbón o la del petróleo, sino mediante reacciones nucleares y particularmente la
reacción de fisión. Esta reacción conlleva una liberación energética muy importante, puesto
que en ella se da un defecto de masa de un 0,1%, por lo que es uno de los mecanismos básicos
de mayor liberación energética por unidad de masa. La materia prima nuclear que se utiliza
para alimentar las centrales nucleares es el uranio, pues el ciclo del torio, el otro material
fisionable abundante en la Tierra, no ha sido comercializado hasta la fecha por carecer de
isótopo fisible.
Dado que la diferencia fundamental se presenta en el foco calorífico de la central, es en dicha
parte donde se dan sus características específicas. El hecho de que exista radiación implica
diferencias adicionales, incluso en el aspecto físico externo de la central, y por supuesto, en
todo lo referente a la protección y a la vigilancia radiológica.
La disposición general de una central nuclear puede verse en la Figura 8.1, aunque existan
alternativas diversas para las configuraciones de los distintos sistemas que se pueden
identificar en una central. Recorriendo el camino inverso de las transformaciones energéticas
que en la central tienen lugar, es decir, yendo desde el producto final -la electricidad- hasta
los mecanismos originarios, en la central podemos distinguir un parque de alta tensión que da
salida a los kilovatios-hora generados, que son vertidos a la red general de transporte de
electricidad. Este parque es en principio absolutamente convencional en todos sus sistemas,
aunque merece destacarse su tamaño por la potencia nominal de los reactores nucleares de
hoy día. Al igual que en otros muchos puntos de la periferia de la central, deben existir
sensores de determinación de la radiactividad ambiental.
Los transformadores principales del parque de alta tensión van alimentados a través de las
barras que provienen del o de los alternadores de la central. En los primeros diseños de
centrales nucleares, en los que la potencia unitaria de los turbo-generadores era inferior a la
potencia total del reactor, existían dos o más alternadores por cada reactor. En las centrales
actuales, y prácticamente en todas las construidas a partir de 1970, el conjunto turbina-
alternador es unitario por cada reactor, lo cual ha significado un aumento extraordinario en
la potencia unitaria de las turbinas, que en menos de 10 años pasaron de unos 250 MW
eléctricos por unidad a más de 1000 MW eléctricos por unidad.
La constitución estructural del turbo-generador tanto en su parte termomecánica como en su
parte eléctrica es asimismo convencional, haciendo las salvedades que representa su
potencia, como ya se ha indicado. Datos típicos de un turbo-generador de una central de
1000 MW eléctricos son: alternador sincrono trifásico, de 22 kV y con 1220 MVA de potencia
total, un factor de potencia de 0,9, refrigeración interna por hidrógeno a 3 atm, con excitatriz
por eje, sin escobillas, y con estator refrigerado por agua. Su velocidad nominal de giro, en
Europa, es de 1500 rpm (en América, de 1800).

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 8.1 Implantación general de una central nuclear (concretamente, la de Mühleberg, por cortesía de Forces
Motrices Bernoises, a 20 km de Berna, Suiza). Se aprecia la distribución de la sala de máquinas
(turboalternadores) próxima al edificio del reactor.

La conversión de energía mecánica a energía calorífica se realiza según un esquema


tradicional de ciclo de Rankine, aunque el circuito del fluido de trabajo (agua-vapor) va
considerablemente más sellado y protegido respecto de fugas que lo convencional en las
centrales térmicas. Si esto es válido en general para todo tipo de centrales, mucho más lo es
para aquellas, como el reactor BWR, en los cuales el vapor se genera en la propia caldera
nuclear, por lo cual ésta forma parte del circuito de trabajo como foco calorífico inmediato.
En la concepción básica del circuito termodinámico se identifican cuatro grandes
componentes: el sistema de generación de vapor (que requerir nuestra atención específica
por ser lo estrictamente nuclear), la turbina, el condensador y las bombas de condensado (ver
Figura 8.2). Al igual que la turbina, el condensador y las bombas han de estar dimensionadas
para la potencia unitaria de la central, que puede alcanzar e incluso superar los 3000 MW
térmicos. Conviene poner énfasis en la diferenciación entre la potencia eléctrica y la potencia
térmica, y señalar que el rendimiento de conversión en las centrales nucleares es menor que
en las centrales térmicas convencionales, siendo aproximadamente de un 31 ó 32%, porque
la temperatura del foco calorífico en las centrales nucleares no puede alcanzar, por motivos
de seguridad, las temperaturas de una caldera de combustión. Esto implica mayor calor
evacuado a través del condensador, por unidad de energía eléctrica producida en una central
nuclear, pero ésta es una mera diferencia cuantitativa, que puede minimizarse en cuanto a
repercusiones bioecológicas, siempre y cuando se disponga de un sumidero de calor de
suficiente capacidad, como puede ser el mar, un río caudaloso o torres de refrigeración.
Por motivos elementales de seguridad y de elasticidad de respuesta ante posibles
desconexiones del equipo eléctrico, las centrales disponen de un by-pass de la turbina al
condensador y en algunos casos (infrecuentes en nuestro ámbito tecnológico) de
condensadores adicionales o de aliviadores de carga térmica. Esta posibilidad de desviar el
vapor al condensador en el caso de que la turbina quede inoperante por su desacoplamiento

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

con el alternador, y por tanto deje de funcionar como sumidero de energía para equilibrar el
ciclo termodinámico, permite desacoplar hasta cierto punto las condiciones de trabajo del
reactor nuclear de las anomalías que puedan ocurrir en la red eléctrica exterior, aunque este
desacoplamiento no puede ser duradero más allá de un cierto plazo. No obstante, el
desacoplamiento ha de ser tal que permita la respuesta segura del reactor, y su
acondicionamiento en una situación de espera que no conlleve ningún problema de
refrigeración.

Figura 8.2 Implantación de detalle de los principales elementos de la isla nuclear y el sistema de conversión de
energía. 1. Reactor, 2. Piscina de combustible, 3. Piscina para recarga, 4. Portón de equipos, 5. Puerta para
Personal, 6. Apertura para transportes, 7 Tuberías de ventilación, 8. Pasillo de conexiones, 9. Cableado de
control, 10. Planta de tratamiento de residuos radiactivos, 11. Chimenea, 12. Descontaminación, 13.
Turboalternadores (bajo ellos se hallan los condensadores), 14. Bombas de condensado, 15. Transformadores
principales, 16. Depósito de agua auxiliar, 17. Computadores, 18. Sala de control, 19. Área de limpieza, 20.
Estación de conectores.

En las bombas usadas se aprecia la existencia de laberintos y estopadas múltiples para evitar
la fuga de refrigerante; no sólo por razones de presurización del circuito, que son
elementalmente importantes, sino asimismo para minimizar la dispersión de radiactividad y
mantener la integridad del circuito de trabajo termodinámico, que es en cierta medida una
barrera contra la difusión de efluentes radiactivos. En cualquier reactor existen varias bombas
de alimentación por dos motivos: En primer lugar, por el hecho de que la potencia calorífica a
extraer suele necesitar varias bombas con objeto de dotar al fluido de las condiciones de
presión y caudal necesarias para extraer la alta potencia calorífica generada. Por otro lado, y
con mayor relevancia aún desde el punto de vista de la seguridad, la multiplicidad de
componentes en paralelo permite siempre mejorar la disponibilidad o fiabilidad general, e
impide que un único fallo en una bomba pueda repercutir negativamente, al cien por cien, en
las condiciones de refrigeración del reactor. Las disposiciones de las bombas varían muchísimo
en función de la tipología del reactor.
En los casos de generación directa nuclear del vapor, como en los BWR, existen dos conjuntos
de bombas: uno que realiza la circulación de condensado y otro que realiza la recirculación

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

del refrigerante no convertido a vapor durante su paso por el núcleo; puesto que esta
conversión, por razones de garantizar la refrigeración adecuada de la parte superior del
reactor, no puede pasar de un cierto porcentaje de vapor en peso, que normalmente ronda el
13%.
En los reactores de agua a presión, sin embargo, existen dos circuitos absolutamente
diferentes, con un componente común que son los generadores de vapor, aunque en ellos
nunca hay mezcla del refrigerante primario y del secundario. Estas disposiciones se aprecian
bien en las explicaciones de los puntos subsiguientes, dedicados al análisis de la tipología de
reactores.
El caso de los reactores de grafito-gas es notoriamente distinto por tratarse de un fluido
gaseoso el que realiza la refrigeración del reactor, para posteriormente generar vapor en el
generador de vapor. En este caso las bombas de impulsión del gas refrigerante primario son
esencialmente soplantes, es decir, muy similares a los ventiladores convencionales, pero
accionados en este caso por una turbina de vapor; mientras que las bombas de condensado
actúan en el circuito secundario, reponiendo en el calderín del generador de vapor el agua
condensada una vez expansionada en la turbina.
Las diferencias de diseño termohidráulico de los diferentes tipos de reactor hacen necesaria
la consideración de éstos por separado. No obstante, conviene subrayar la existencia de un
elemento común a todos ellos, que lógicamente es el reactor nuclear. El reactor es el sistema
en el cual se verifican las reacciones de fisión, así como otra serie de reacciones nucleares, y
se aumenta la temperatura de sus componentes a partir de la liberación energética de las
reacciones, teniéndose que proceder a su refrigeración para mantener las temperaturas a
nivel estacionario, y tan alto como sea tecnológicamente posible.
Aun cuando los principios generales sean los mismos en todo caso, es decir, producción de
fisiones y extracción del calor por un refrigerante para mantener el equilibrio térmico, lo cierto
es que la disposición de los diversos elementos integrantes del reactor (combustible,
refrigerante, material estructural y material de control) adquiere en cada caso configuraciones
específicas, cuya justificación se entender precisamente a lo largo de las páginas de este libro.

8.2 Tipología de reactores.


Un modelo de aproximación docente a la Ingeniería Nuclear consiste en partir del análisis
detallado de los diversos fenómenos involucrados (nucleares, termohidraúlicos, etc.) para
irlos conjuntando en sistemas que a la postre se coordinen para constituir un reactor. En
cuanto a su naturaleza analítica, este modelo es imprescindible, pero adolece del gran
inconveniente de mantener a los alumnos en cierta desorientación respecto del por qué y
para qué se estudian dichos fenómenos. Aunque el objetivo final -la comprensión del
funcionamiento de una central nuclear- no pueda aprehenderse del todo por los alumnos
hasta haber dado los pasos analíticos antedichos, tal objetivo puede, sin embargo, ser
presentado desde el principio con las adecuadas descripciones tecnológicas. La finalidad
pedagógica de esta presentación previa es doble: por un lado, para animar al alumno a la hora
de encarar una materia relativamente árida en parte de su desarrollo; por otro, y sobre todo,
dotarle de un conocimiento, aunque incompleto, de la síntesis final que se pretende alcanzar,
de modo que se facilite la asimilación de los resultados analíticos parciales y el propio alumno
pueda ir encuadrándolos en el marco global.

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

8.2.1 Reactores de agua a presión.


La característica básica de los reactores de agua a presión es que el agua, refrigerante del
reactor, permanece líquida a su paso por el reactor. Como consecuencia de esta opción de
diseño, el vapor necesario para accionar la turbina se ha de generar en un componente
diferente que esté, lógicamente, a menor presión que la del circuito primario, entendiendo
por primario el conjunto de tuberías y componentes a través de los cuales pasa el refrigerante
del reactor. En las Figura 8.3 y Figura 8.4 se aprecia el conjunto de componentes que
constituyen el circuito primario, que en el caso de los grandes reactores de potencia unitaria
de 3000 MW térmicos está distribuido en tres lazos, todos los cuales pasan por el corazón del
circuito, que es el propio reactor. Cada lazo tiene un generador de vapor y una bomba de
recirculación. En el generador de vapor el agua del primario cede su energía al agua de
secundario, que entra en ebullición. El agua así enfriada en el primario del generador de vapor
retorna, gracias a la impulsión de las bombas, al reactor.

Figura 8.3 Esquema de una central con reactor de agua a presión. El calor extraído del reactor es transferido al
generador de vapor, en cuyo circuito secundario hierve el agua (a menor presión). Tras turbinar el vapor, este se
condensa en el condensador, y el agua resultante vuelve al generador de vapor. Por su parte, en el circuito
primario se aprecian dos ramas: la caliente, que va del reactor al generador de vapor, y la fría, que va de éste al
reactor, impulsada por las bombas principales (cuya potencia unitaria es de varios MW).

Un componente adicional, que aparece en una de las ramas tan sólo, es el presionador,
sistema que actúa para regular la presión de trabajo del circuito primario y que tiene como
función la de inyectar o extraer agua del circuito, según se necesite aumentar la presión de
éste o relajarla.
En el circuito secundario se realiza, estrictamente hablando, el ciclo termodinámico, pues en
él se encuentra el generador de vapor o foco caliente, la turbina, el condensador y las bombas
de condensado, que vuelven a presionar el fluido hasta las condiciones de trabajo del
secundario del generador de vapor. El generador de vapor consiste en un intercambiador de
calor con la peculiaridad de que en el secundario se produce cambio de fase. Aunque existen
varias disposiciones geométricas para realizar esta transferencia de calor de uno a otro
circuito, todas ellas adoptan el criterio de introducir el agua caliente del primario por la parte

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

interna de unos tubos de transmisión, por cuyo exterior viaja el fluido secundario que se
transforma en vapor, pues éste tiene mayor volumen específico.
En cuanto al reactor, se halla inserto en una vasija de acero de medio metro de espesor
aproximadamente, provista de una tapa que va embridada a la vasija en condiciones
nominales de funcionamiento, y que puede retirarse de la misma para proceder a la recarga
del combustible, según se aprecia en la Figura 8.5.

4
3

Figura 8.4 Esquema del circuito primario de un reactor PWR, que en este caso tiene 4 lazos de
refrigeración. 1. Generadores de vapor, 2. Bombas, 3. Reactor, 4. Presionador. Cada generador de vapor
mide unos 20 m de altura, casi 5 m de diámetro en la cabeza y 3,5 m en el cuerpo. La presión del primario
es de unas 150 atm y la temperatura 335ºC. En el secundario la presión es de unas 65 atm, y el vapor
emerge con título superior a 0,9975. Cada bomba proporciona un caudal de unos 5 Mg/s de agua, con
una altura en cabeza de algo menos de 10 atm, para una presión de impulsión de 150 atm. (Framatome).

Figura 8.5 Esquema de una vasija de reactor PWR.

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

El combustible ocupa el lugar inferior del espacio hueco de la vasija, estando en la parte
superior los elementos guía de las barras de control, que en número parcial estarán fuera del
combustible durante el funcionamiento nominal. El refrigerante entra en la vasija del reactor
por las bocas conectadas a las ramas frías del circuito primario, procediendo de las bombas
de recirculación, y tras bajar por la zona periférica del anillo de la vasija llegan a su espacio
inferior, para a partir de ahí subir verticalmente lamiendo las vainas del combustible y
proceder a su refrigeración.

Figura 8.6 Corte vertical del edificio de contención de una central PWR, donde se
aloja el circuito primario. [Cortesía de Westinghouse Elec. Co.].

El refrigerante emerge por la parte superior del núcleo, y se distribuye a través del amplio
espacio superior hacia las bocas que conectan con las tuberías conducentes a los generadores
de vapor (Figura 8.6).
El combustible va encapsulado en vainas de aleación de zirconio cuya integridad es uno de los
primeros objetivos de seguridad nuclear, para evitar que los productos radiactivos que se
generan en el combustible durante el funcionamiento de la central, puedan pasar al
refrigerante y posteriormente al medio entorno circundante.
El combustible se fabrica en forma de pastillas de dióxido de uranio enriquecido, con una
concentración de uranio 235 sobre uranio total del orden del 3%. Las dimensiones de las
pastillas son de algo menos de 1 cm de diámetro y unos 2,5 cm de altura, y se apilan en el
interior de la vaina, manteniéndose firmes mediante la presión de un muelle vertical instalado
en el tapón de la vaina, a la par que se presuriza ligeramente el interior con un gas inerte para
mejorar la transferencia de energía en la interfaz combustible-vaina. En la parte superior de
la vaina queda un espacio hueco para alojar los productos de fisión gaseosos que escapan de
las pastillas de combustible.
Las vainas así cargadas, que tienen aproximadamente 1 cm de diámetro y unos 4 m de altura
(de los cuales 360 cm son de altura activa, es decir, de combustible real) se agregan formando
lo que se denomina elemento de combustible, que es la pieza unitaria de movimiento de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

combustible en el interior del reactor. La constitución de estos elementos obedece a una


estructura reticular cuadrangular, formando en su interior figuras prismáticas de unos 21 cm
de lado y 4 m de altura. Existen un pie y un cabezal para alojar las vainas en su posición
correspondiente y darles la pertinente rigidez mecánica. Con tal motivo también se disponen
una serie de rejillas espaciadoras a diversas alturas de las vainas, con objeto de mantener ésta
s en la posición debida y evitar aproximaciones entre vainas que produzcan puntos de escasa
refrigeración que alcancen temperaturas muy altas. Todo ello se aprecia en la Figura 8.7.
Al final de cada ciclo de operación, que dura entre 12 y 24 meses, se ha de recargar el reactor,
extrayéndose los elementos combustibles más gastados e insertando elementos nuevos
(también llamados frescos).
En las figuras anteriores se pueden observar otros subsistemas cuya funcionalidad se entender
mejor una vez explicada posteriormente la lección correspondiente. Por ejemplo, se observa
la existencia de un edificio de combustible (o en su caso, una piscina de combustible próxima
al reactor) para poder verificar la recarga de este, teniendo en todo momento que ir los
elementos de combustible irradiado bajo agua, por la denominada potencia residual cuya
naturaleza y cuantificación se verá en su momento. Asimismo, por la problemática planteada
por esta potencia, debe existir en la central un sumidero último de calor que en cualquier
circunstancia, incluso en los accidentes más severos que se puedan prever, garantice la
refrigeración del calor producido por las desintegraciones radiactivas. Obviamente, este
sumidero último de calor, como todas las estructuras relacionadas directamente con la
seguridad nuclear, debe tener construcción sismorresistente para garantizar su
funcionamiento en el caso del terremoto más perjudicial que se haya previsto en el diseño.

Figura 8.7Elemento combustible de un reactor de agua a presión PWR. Dentro de las vainas se alojan, apiladas,
las pastillas de combustible, con un diámetro de 0,8 cm. El diámetro exterior de la vaina es de 1,05 cm, y el paso
entre ejes de vainas 1,4 cm. La altura del apilamiento de combustible dentro de la vaina es de 3,6 m, con un
espacio hueco para acumulación de gases productos de fisión de unos 30 cm.

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

8.2.2 Reactores de agua en ebullición.


Al contrario que en los reactores de agua a presión, los de agua en ebullición están concebidos
para que el agua que refrigera el combustible del reactor cambie de fase, es decir, hierva, a su
paso por el reactor. Desde este punto de vista, el reactor de agua en ebullición está más cerca
de la concepción clásica de una central térmica, en el sentido de que no introduce
componentes adicionales en el proceso de generación de vapor como es el caso anterior; sino
que se emplea directamente el reactor como generador de vapor, en clara similitud a una
caldera de combustión.
Aunque existe siempre cierta tendencia a considerar ventajas y desventajas en la adopción de
uno y otro sistema, lo cierto es que presentan diferencias físicas y de funcionamiento
sustanciales, pero difícilmente pueden valorarse sin que se caiga en cierta subjetividad. Sí es
cierto que los reactores de agua a presión, que tienen un circuito primario absolutamente
estanco en condiciones nominales, ofrecen a priori una barrera adicional contra la
propagación de la radiactividad, respecto de lo que ocurre en los reactores de agua en
ebullición, en los que la fuga de los productos radiactivos al refrigerante se puede transmitir
directamente al exterior, a través de la eyección de gases no condensables; aun cuando esta
eyección esté lógicamente bajo control exhaustivo desde el punto de vista radiológico.
Por el contrario, la no introducción de una barrera intermedia en el proceso de generación de
vapor, como es el generador de vapor en su interfaz primario-secundario, hace que los
reactores de agua en ebullición presenten una realimentación nuclear-termohidráulica más
viva, que permite ajustar la potencia del reactor a la demanda del turboalternador con mayor
flexibilidad.
Como puede apreciarse en la Figura 8.8, la disposición de componentes en un reactor de agua
en ebullición es sensiblemente igual a las centrales térmicas convencionales. Sin embargo, la
vasija del reactor está configurada de manera especial, de tal forma que se establezca una
buena refrigeración del reactor.
En la Figura 8.8 se aprecia que en la vasija existe una recirculación de agua líquida (no
evaporada) hacia la parte anular de la misma, alrededor del reactor, donde se mezcla con la
proveniente del condensado. Esta mezcla es succionada por una corriente formada con el
agua de la parte inferior de dicho espacio anular, entrando todo ello en el colector inferior,
desde el cual penetra ascendiendo en el núcleo del reactor, lamiendo verticalmente las vainas
al igual que en el caso PWR, pero entrando en ebullición en este caso. La ebullición no es total:
aproximadamente el 13% se convierte en vapor, recirculándose como agua líquida el 87%
restante, hacia el espacio anular exterior. Lógicamente, el 13% evaporado, tras su expansión
en la turbina, se condensa y se restituye de nuevo a la vasija en las condiciones antes citadas.
Las condiciones de paso del refrigerante a través del reactor se pueden modificar mediante
variaciones en la potencia impulsora de las bombas de recirculación, que son las que producen
las corrientes de aspiración del agua que entra en el colector inferior y que, en función de la
impulsión recibida, proporcionar diversos caudales para la refrigeración del núcleo.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 8.8 Esquema de una central de agua en ebullición, BWR. Parte del agua hierve a su paso por el reactor
(~13%) y pasa a la turbina y al condensador, para ser reinyectada en la vasija, por su parte anular. El agua que
no hierve se recircula dentro de la vasija, con ayuda de bombas exteriores a ella.

El combustible de los reactores de agua en ebullición es asimismo óxido de uranio y, por


supuesto, va envainado en tubos de aleaciones de zirconio.

Figura 8.9 Reactor de agua en ebullición, BWR

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

Tabla 8.1 Datos representativos de reactores de agua ligera, PWR y BWR

Dato o magnitud (unidad) PWR BWR


Potencia térmica (MW) 3400 3550
Potencia eléctrica (MW) 1150 1200
Rendimiento (%) 33,7 33.6
Combustible UO2 UO2
Enriquecimiento (% 235U) 3 2,6
Moderador y refrigerante H2O H2O
Material de vainas Zircaloy Zircaloy
Presión H2O en la vasija (bar) 155 72
Flujo másico (Mg/s) 17,2 13,0
Densidad de potencia (W/cm3) 104 56
Potencia específica (W/g de U) 37,8 25,9
Densidad lineal de pot. (W/cm) 178 206
Max. dens. lin. de pot. (W/cm) 425 440
Flujo calorífico medio (W/cm2) 68,5 50,3
Máx. flujo calorífico $(W/cm2) 183 111
Mínimo DNB Ratio 1,3 1,9
Temperatura entrada H2O (ºC) 300 269
Temp. salida vasija, H2O (ºC) 332 286
Máx. Temp. del UO2(ºC) 1788 1830
Altura activa del UO2 (cm) 366 376
Volumen activo del núcleo (m3) 32,8 63,9
Peso total UO2 (Mg) 90,2 138
Nº de elementos combustibles 193 732
Disposición de las barritas por elem. 17 x 17 8x8
Lado del elemento, en sección (cm) 21,4 14
Paso entre elementos $(cm)$}\ 21,5 15,25
Nº de barritas UO2/ elemento 264 63
Nº total de barritas en miles 50,9 46,1
Diámetro externo de la vaina (cm) 0,94 1, 25
Paso entre centros de vainas (cm) 1,25 1,62
Razón paso/diámetro 1,32 1,30
Diámetro de la barrita UO2 (cm) 0,82 1,056
Espesor de la vaina (mm) 0,572 0,864
Huelgo combustible vaina (mm) 0,08 0,08
Sección recta del núcleo (m2) 8,9 17,0
Sección recta total de barritas (m2) 3,5 5,65
Flujo de refrigerante (nº de fases) 1 2
Velocidad H2O entrada núcleo (m/s) 4,4 1,8
Reynolds a la entrada del núcleo 5 x 105 3 x 105

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Las dimensiones de los componentes del reactor son sensiblementes parecidas a los reactores
de agua a presión, aunque en este caso la altura activa sea unos 20 cm mayor, y la disposición
de varillas de combustible en elementos de combustible no se haga en bloques de tan ancha
base, sino en prismas más pequeños, de unos 13 x 13 cm, lo cual conduce a un número de
varillas por elemento menor que en los PWR. Si en aquellos el número de varillas es del orden
de 200, o incluso mayor, en función de que se utilizaran configuraciones de 14 × 14, 16 × 16,
etc. (varillas por elemento) en los reactores de agua en ebullición iniciales se utilizaban 6 × 6
varillas y en los más modernos 8 × 8 varillas.

8.2.3 Reactores de grafito-gas.


Los reactores de grafito-gas, que funcionan con uranio natural, constituyen la que podríamos
llamar primera familia comercial de reactores nucleares, cronológicamente hablando, aunque
posteriormente se vieran superados desde el punto de vista económico y tecnológico por los
reactores de agua ligera, hasta haber quedado hoy día en situación prácticamente marginal.
Esto no significa en absoluto que sus características básicas o de seguridad sean poco
atractivas, sino que el desarrollo tecnológico de los reactores de agua ligera, especialmente
en lo referente a potencia unitaria, ha hecho que los reactores de grafito-gas resulten menos
rentables. En estos reactores, la generación de vapor se hace también indirectamente, puesto
que el combustible no es refrigerado por agua, sino por CO2. La elección de este refrigerante
se debe a tres motivos fundamentalmente: su escasa actividad química, lo cual permite utilizar
cualquier tipo de material en el reactor sin que existan problemas de incompatibilidad química
con el refrigerante; su gran transparencia neutrónica, lo cual es necesario en este tipo de
reactores que utilizan uranio natural; y por último, el hecho de que la densidad de potencia
de estos reactores es pequeña, entre otras razones porque la fracción de volumen que puede
ocupar el combustible es reducida, por la alta razón que tiene que haber entre el número total
de átomos de carbono en el grafito que sirve de moderador y el número total de átomos de
combustible.
El uso del carbono como moderador se debe a sus buenas propiedades neutrónicas, en tanto
que permite ralentizar los neutrones rápidos de fisión y a su vez captura muy pocos neutrones,
por lo que no incide de manera negativa en la economía neutrónica del reactor.
La necesidad de grandes volúmenes de grafito para moderar neutrones hace que estos
reactores sean muy voluminosos en comparación con los reactores de agua ligera, y su
densidad de potencia es relativamente baja.
El reactor va embebido en una gran edificación que incluye también los turbo-ventiladores
que sirven para mover el CO2 y mantener el caudal refrigerante. En el circuito de refrigeración
se incluye un intercambiador de calor gas-agua en cuyo secundario se genera vapor. A partir
de este vapor, las características son sensiblemente similares a las centrales térmicas
convencionales.
El combustible en este caso es uranio metálico aleado (y por supuesto envainado) habiendo
habido una evolución en la configuración física del combustible, que inicialmente tenía forma
de estrella trigonal, y en los reactores más modernos es un cilindro hueco refrigerable tanto
por el interior como por el exterior. El combustible se fabrica en módulos de altura reducida,
del orden de 60 cm, apilables uno sobre otro dentro de los canales que forman los bloques de
grafito, cuyo apilamiento constituye la estructura fundamental del reactor.

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

Los bloques de grafito forman efectivamente una agregación en columna que permite la
ubicación de los elementos combustibles, que son recargables con el reactor en
funcionamiento a través de una máquina que opera sobre el techo del reactor y conecta su
pequeño almacén de elementos con el canal en el que se tiene que producir la sustitución.
Esta recarga continua es fundamental para la economía de estos reactores, pues al usar uranio
natural disponen de muy poca reactividad inicial, y el quemado de descarga es de unos
5 MWd/kg.

8.2.4 Reactores de agua pesada.


Estos reactores obedecen a un concepto similar a los reactores de agua a presión, pero la
configuración del reactor nuclear y su circuito primario son distintos del ya visto. Pueden
funcionar con uranio natural, aunque a menudo usan uranio ligeramente enriquecido, y
emplean agua pesada (deuterio) como moderador.
Disponen de unos generadores de vapor en los cuales hay transferencia de calor del circuito
primario al secundario, que es en el que se realiza el ciclo termodinámico de Rankine, al igual
que en los PWR. Sin embargo, el circuito primario consta de un reactor contenido en una gran
calandria o tanque de agua pesada, que es cruzada por los canales donde se aloja el
combustible.
Estos canales van refrigerados también por agua pesada, aunque en este caso no se mezcla
con la que constituye la masa de moderador, pues esta agua pesada interna o próxima al
combustible tiene la misión fundamental de refrigeración y debe alcanzar una temperatura
suficiente para la producción de vapor en los generadores antedichos.

Figura 8.10 Esquema de un reactor de agua pesada, HWR

Al igual que en los reactores de grafito-gas, en éstos se produce la recarga de combustible de


modo continuo, y los elementos de combustible entran por uno de los extremos del tubo o
canal de combustible y salen por el otro, según la pauta de gestión que se haya establecido.
Los elementos de combustible se constituyen también como una agregación de varillas de
dióxido de uranio envainadas, aunque en este caso el elemento de combustible tiene forma
cilíndrica en vez de prismática.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Por razones ligadas fundamentalmente con la alta inversión específica que se ha de realizar
durante la construcción, estos reactores han tenido un despliegue comercial relativamente
modesto, restringido fundamentalmente a Canadá, con algunas exportaciones a Sudamérica
y Asia, debiéndose señalar no obstante que obtienen unos factores de carga elevadísimos, y
en general unas prestaciones muy positivas como consecuencia, entre otras cosas, de su
mecanismo de recarga continua.

8.2.5 Reactores rápidos.


El principio físico de los reactores rápidos es el de evitar la moderación de neutrones, de modo
que éstos permanezcan rápidos hasta su desaparición, por fuga o por absorción en un núcleo
(que es el suceso que domina casi al 100% la desaparición de neutrones en un reactor).
Los reactores rápidos no han sido aún comercializados y es posible que encuentren
dificultades en su comercialización, por problemas relacionados con su seguridad y
específicamente con el uso abundante de plutonio.
Dejando al margen las consideraciones extratecnológicas sobre estos reactores, que no
obstante pueden ser las decisivas (como en cierto modo ya lo han sido, en cuanto a la
interrupción de sus investigaciones en USA, Reino Unido, Alemania y Francia) los reactores
rápidos ofrecen como principal peculiaridad la obligación de no introducir entre sus
componentes ningún material de peso atómico ligero, como podría ser el agua. Esto lleva a la
necesidad de refrigerar mediante metales líquidos, particularmente sodio, como fue el caso
del Superphenix en Creys-Malville (Francia), ya clausurado.
Por tratarse de un metal alcalino y por su reactividad química con el agua, existen tres circuitos
de refrigeración encadenados, verificándose en el terciario el ciclo termodinámico del agua.
En el secundario se transfiere la energía calorífica de un circuito de sodio al circuito terciario
de agua, a través del correspondiente intercambiador (que es el generador de vapor) y en el
primario se refrigera el reactor transfiriéndose la energía calorífica al secundario, a través de
un intercambiador sodio-sodio.

Figura 8.11 Corte esquemático del reactor rápido (LMFBR).

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

El circuito primario ofrece en este caso peculiaridades muy curiosas, sobre todo por las
decisiones de seguridad nuclear que han afectado al diseño. La totalidad de los elementos
principales, incluido el núcleo del reactor y la cobertura fértil que la rodea, están sumidos en
una gran cuba de sodio, que circula en fase líquida realizando el recorrido primario de modo
integral dentro de la vasija. La causa fundamental de tal adopción, alternativa a la
configuración a través de tuberías similares a las de los PWR, se debe a la búsqueda de un
sistema que minimice la probabilidad de fuga de sodio y fallo de la refrigeración en el reactor.
Esta modalidad de circuito primario integrado y de mínima probabilidad de fuga puede
inspirar la evolución de los reactores de agua a presión hacia sistemas más seguros. También
ha sido adoptada en los diseños de reactores híbridos, tales como el Amplificador de Energía,
aunque en este caso se use plomo fundido.
El reactor en sí está constituido por un núcleo central de alto contenido el plutonio (en forma
de dióxido mezclado con UO2), rodeado de una cobertura de uranio empobrecido (de colas de
enriquecimiento) que envuelve al reactor tanto verticalmente como alrededor de su periferia
cilíndrica. Los elementos de combustible en los cuales se ensamblan las varillas de
combustible suelen configurarse hexagonalmente y tienen una altura activa muy reducida, de
tan sólo un metro en algunos diseños, con objeto de maximizar las fugas axiles para minimizar
los efectos peligrosos de reactividad que pueden producirse por el vaciado del sodio. Hay que
tener en cuenta por otra parte que las fugas neutrónicas del núcleo son absorbidas en la capa
fértil, produciéndose precisamente el efecto reproductor, es decir, la generación de nucleidos
de plutonio 239 a partir de las capturas neutrónicas en el uranio 238, tema éste que se tratará
en la Sec. 8.3.3.

8.2.6 Reactores híbridos.


La principal característica de los reactores híbridos es que no alcanzan la masa crítica,
concepto éste al que se dedicará toda la atención que merece a lo largo de este libro. Se
denominan híbridos porque utilizan dos reacciones sinérgicamente relacionadas, con objeto
de hacer posible su funcionamiento, pues la reacción de fisión por sí sola no mantendría la
reacción en cadena (precisamente por no alcanzar la masa crítica). La otra reacción sinérgica
tiene que producir los neutrones que alimenten la multiplicación neutrónica subcrítica,
concepto éste que también se analizará en su momento. Sin esta segunda reacción, el reactor
no puede funcionar.
Aunque hay varias opciones de cara a escoger esta segunda reacción, las alternativas más
claras son la reacción de fusión deuterio-tritio (que produce un núcleo de helio y un neutrón
de 14 MeV) y la reacción de espalación, provocada en el choque sucesivo de un protón muy
rápido (varios cientos de MeV) contra varios núcleos de un isótopo pesado, como el plomo o
el uranio 238. De estos choques el protón arranca decenas de neutrones (de varios MeV cada
uno).
En el caso de utilizar la reacción deuterio-tritio, se necesita un pequeño reactor de fusión para
producir el flujo neutrónico que alimente al conjunto subcrítico (por debajo de la masa crítica)
de fisión. Esos reactores de fusión aún no están disponibles, ni siquiera en fase de
investigación.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 8.12 Principales elementos de un Amplificador de Energía

Por el contrario, sí existen numerosos aceleradores de protones para producir fuentes de


espalación. Esta es la opción seguida en el Amplificador de Energía (cuyos primeros
experimentos fueron hechos en el CERN en otoño de 1994).
Tanto la fuente de espalación como el conjunto subcrítico (en el que puede usarse torio
preferentemente) están inmersos en una gran vasija de plomo fundido. Este material cumple
dos misiones importantes: la de fluido calorífero que refrigera el reactor, transfiriendo el calor
a un cambiador de calor; y la de difusor neutrónico, para que los neutrones se distribuyan
uniformemente por el reactor (Figura 8.12).
El núcleo del reactor está sumergido en un gran pozo de plomo fundido, que hace de fluido
calorífero por convección natural. Dado que el reactor es subcrítico, necesita una fuente
externa de neutrones. Estos se producen en las reacciones de espalación que ocurren en el
plomo por bombardeo de protones de cientos de MeV ó de 1 GeV. Los protones son
acelerados en un acelerador, cuya alimentación eléctrica está aprovisionada por la propia
central.
Ese cambiador de calor representa un foco caliente para alimentar un ciclo de Rankine,
aunque el calor puede tener otras aplicaciones directas o de trasformación (desalación de
agua de mar, síntesis de combustible químicos, producción de hidrógeno, etc.)
La mayor ventaja que aportan los reactores híbridos es la de trabajar en régimen subcrítico,
y ser por tanto inmunes (incluso totalmente inmunes) a accidentes de reactividad, que ya
dijimos son los más catastróficos que pueden ocurrir en la industria nuclear.

8.3 Magnitudes básicas de los reactores nucleares.


Las descripciones precedentes han tenido como objetivo la descripción somera de los
reactores nucleares de fisión más importantes, de modo que sirvan como base para las
explicaciones que se han de desarrollar a lo largo del libro. El porqué de las decisiones
adoptadas en el diseño de cada reactor requiere precisamente el desarrollo de las teorías que

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

forman el cuerpo principal de Ingeniería Nuclear y de Diseño de Reactores, junto al análisis de


la fenomenología nuclear y de otra naturaleza (termohidráulica, mecánica, ...) que asimismo
habrá que estudiar. No se ha podido realizar por tanto un análisis en profundidad de las
características de cada reactor, sino que se han limitado las explicaciones al objetivo
antedicho, con el que se pretendía dar una idea de la configuración de los reactores, que sirva
como imagen física en la que situar las explicaciones, a menudo inevitablemente muy teóricas,
que se han de dar.

Tabla 8.2 Características de diversos reactores convencionales

Tipo Combustible Enriquecimiento Quemado Densidad Potencia


(%) descarga de Potencia específica
MWd/kg W/cm3 W/g
PWR UO2 3,5 35 105 37,5
BWR UO2 3,2 32 55 25
HWR UO2 1,2 10 10 12
GCR metal 0,71 5 2 3

Debido a las limitaciones de exponer en este momento la constitución de los diversos tipos de
reactores, sin el bagaje suficiente de conocimientos, no se ha podido hacer ni una clasificación
sistemática de ellos, ni un análisis detallado para poner en evidencia las alternativas existentes
en algunos puntos del diseño, comparando las decisiones adoptadas en cada caso. El diseño
configurado en cada tipo de reactor ha de tener una coherencia intrínseca total, que permita
al operador hacerle funcionar con seguridad y fiabilidad, es decir, sabiendo la respuesta que
va a tener el reactor ante las contingencias que se presenten.En definitiva, no cabe ensayar
un análisis comparativo entre los distintos tipos de reactores basándonos meramente en sus
descripciones materiales y funcionales, sino que esto se ha de demorar hasta que la teoría
neutrónica haya podido desarrollarse en toda su extensión, incluyendo la dinámica de
reactores, que globaliza la interacción entre los diversos procesos nucleares y no nucleares
que actúan en el reactor.
No obstante, como primera aproximación se incluye la Tabla 8.2 en la que figuran una serie
de datos sobre las familias de reactores antecitadas, empleando varias magnitudes de interés
a las que se hará referencia a lo largo del texto. Este cuadro se completa con las definiciones
siguientes:
• Material combustible: define la forma físico-química en la que se dispone el
combustible fisionable. Suele utilizarse una aleación metálica en el caso de que el
combustible vaya a recibir una tasa de irradiación o quemado (ver después) baja,
mientras que en los casos de alta irradiación se recurre al dióxido de uranio
(perfectamente miscible con el dióxido de plutonio) habiéndose identificados otros
combustibles alternativos, que no se han llegado a comercializar, como el carburo de
uranio y el nitruro de uranio.
• Enriquecimiento: expresa, generalmente en tanto por ciento, bien en átomos o bien
en peso, la cantidad de uranio 235 sobre uranio total. La palabra enriquecimiento hace
referencia lógicamente al combustible que contiene más uranio 235 del que existe en
el uranio natural (0,71%), y asimismo se utiliza para designar el proceso industrial de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

separación isotópica por el cual se obtiene un producto enriquecido (y por supuesto,


como subproducto de la factoría, unas colas empobrecidas).
• Quemado o grado de quemado: esta magnitud mide la cantidad de energía extraída
de un combustible nuclear. Habida cuenta de que la fisión completa de todos los
núcleos contenidos en un gramo de material combustible (uranio, plutonio, torio,
etc...) representa en números redondos 1 MW·día, se utiliza la unidad de MW·día por
tonelada, o por kilo de combustible, para expresar esta magnitud.
• Densidad de potencia: es el cociente entre la potencia (térmica) generada en el
reactor y el volumen ocupado por éste. Esta magnitud también se emplea de un modo
local, para expresar la potencia generada alrededor de un punto del reactor, por
centímetro cúbico. Esto requiere ciertas matizaciones, puesto que la potencia se
genera mayoritariamente en el seno del combustible, con pequeña aportación de
potencia generada térmicamente en el refrigerante, en el material estructural y en el
material de control, por interacciones neutrónicas con estos materiales. Como por otra
parte el refrigerante tiene que evacuar la potencia térmica generada en el
combustible, esta magnitud se usa siempre en un sentido promediado o integral, es
decir, abarcando todos los materiales que constituyen el reactor. En los reactores de
agua ligera, por ejemplo, se utiliza como unidad de medida la celda estructural
formada por la varilla de combustible y su refrigerante asociado, lo cual permite definir
con claridad la densidad de potencia como la potencia total generada en dicha celda
de combustible dividida por su volumen (asociando generalmente la altura unitaria de
1 cm a la sección recta de la varilla, para poder determinar la densidad de potencia a
distintos niveles de altura de la varilla). La densidad de potencia también puede hacer
referencia al valor medio en todo el elemento de combustible, en un plano o sección
recta del reactor, etc., siendo relevantes unas u otras mediciones para los distintos
criterios de seguridad termohidráulica que cabe designar.
• Potencia específica: es la potencia (térmica) dividida por la masa de combustible
empleada en el reactor. Se puede aplicar igualmente como una magnitud de
descripción local, afectando a una varilla de combustible, a todo un elemento de
combustible, etc. La potencia específica está directamente relacionada con el
quemado y los días de funcionamiento efectivo a plena potencia según la relación:
Quemado (MWd/kg) = Pot. esp. (MW/kg) x Tiempo (días) de lo cual lógicamente se
deduce que las distintas varillas del reactor, y una varilla a distintas alturas, pueden
experimentar grados de quemado diversos en función de la potencia específica de
cada punto.

8.3.1 Criticidad y quemado.


Con objeto de completar esta primera aproximación al estudio de los reactores nucleares y su
tipología, conviene explicar algunos conceptos básicos sobre el funcionamiento de reactores
desde un punto de vista cualitativo, presentando ciertas características de los reactores que
no tienen una analogía fácil con otros sistemas físicos más comunes a la intuición humana o
más convencionales en la técnica.
Un primer concepto que es hasta cierto punto familiar es el de masa crítica. Para que un
reactor funcione en régimen estacionario debe haber alcanzado lo que se denomina masa
crítica, entendiendo por esta la cantidad de combustible, a la densidad especificada, con la

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

cual se obtiene una multiplicación neutrónica que iguala a las pérdidas neutrónicas totales,
por lo cual la población neutrónica libre en el reactor se mantiene constante a lo largo del
tiempo.
La masa crítica no es un concepto simple, sino que está relacionado con la configuración y
composición del reactor, y con mayor rigor se debería hablar de estado crítico del reactor.
Para que el reactor funcione en régimen estacionario ha de estar en estado crítico (o en
estado muy próximo a crítico, aunque estas desviaciones sólo se toleran durante brevísimos
períodos). En el estado crítico la población neutrónica se mantiene constante, por lo cual la
potencia del reactor también se mantendrá constante, a corto plazo al menos.
En el razonamiento anterior existe un punto débil, puesto que para mantener constante la
tasa de reacciones de fisión, no basta con mantener al mismo nivel el flujo neutrónico, sino
que es preciso que la cantidad de material fisionable en el reactor se mantenga también
constante. Sin embargo, a medida que se producen reacciones nucleares, y particularmente
las de fisión, los nucleidos de uranio 235 (particularmente, así como los demás) van
desapareciendo y transformándose en otros nucleidos, mayoritariamente productos de fisión.
Así pues, a lo largo de la irradiación del combustible, medida en tiempos macroscópicos
habituales (horas, días), se va produciendo una depauperación del combustible nuclear, que
se empobrece en nucleidos fisibles contenidos en su seno y, sin embargo, va incrementándose
en productos de fisión, que en mayor o menor medida son absorbentes neutrónicos. La
consecuencia fundamental de esta evolución es que el reactor, a medida que transcurren los
días efectivos a plena potencia, va cambiando su composición isotópica de manera ostensible,
por lo cual cambian también las especificaciones de su estado crítico o, en palabras más
vulgares, su masa crítica.
Para contrarrestar este efecto caben dos alternativas: O bien eliminar nucleidos que capturen
neutrones en abundancia, lo que supondría remover o extraer absorbentes del reactor; o
aumentar el contenido de nucleidos fisibles en el reactor, lo que supondría incorporar a éste
combustible fresco.
Ambas técnicas tienen que ser empleadas en un reactor, aunque se concreten en
disposiciones considerablemente distintas según la familia del reactor que se trate. Ante todo
hay que poner énfasis en que no es posible realizar una extracción efectiva y segura de los
productos de fisión que son venenos neutrónicos, por las implicaciones radiológicas que
llevaría. Así pues, si se desea tener capacidad para extraer un absorbente (veneno neutrónico)
es necesario haber introducido previamente dicho absorbente, como previsión de las
necesidades de extracción de este material que van a aparecer después. Por ello, en vez de
partir de un reactor que esté optimizado en su momento inicial, precisamente se empobrece
la capacidad multiplicadora neutrónica de dicho reactor introduciendo un absorbente
manejable, que es lo que se denomina absorbente de control, puesto que será el material
móvil a través del cual se va mantener el control del reactor bien en funcionamiento
estacionario, bien en situación de parada segura (en la cual el reactor estará en estado
subcrítico).
Los materiales usados como absorbente neutrónicos de control y la disposición física de estos
varían, como ya se ha indicado, de una familia de reactores a otra. En los reactores de agua
ligera el nucleido empleado por excelencia es el boro 10, uno de los dos isótopos naturales
del boro, aunque en realidad el boro se emplea siempre como tal material, es decir, sin
separación isotópica previa, puesto que este proceso, muy caro, no estaría justificado en

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

absoluto desde el punto de vista de la eficacia neutrónica de su absorbencia. Así pues, el boro
natural (que tiene un 19% de 10B), en la forma química que mejor se preste a las necesidades
del tipo de reactor, suele ser el absorbente de control más usado. Asimismo son materiales
susceptibles de ser empleados con este fin las aleaciones de cadmio, plata e indio; el hafnio;
y el gadolinio. Las características de cada uno de los elementos mencionados hacen que se
puedan seleccionar para una finalidad determinada.
En cuanto a la forma físico-química de disponer el absorbente de control, la práctica más
general es disponerlo en forma sólida y envainado, formando barras o placas manejables
desde el exterior con el mecanismo adecuado. Sin embargo, en el reactor de agua a presión
(donde su refrigerante está siempre en fase líquida) se puede emplear disuelto en el agua,
para lograr una mayor uniformidad volumétrica del efecto de absorción neutrónica. Esto se
verifica diluyendo ácido bórico en el agua de refrigeración, y variando su concentración por
adición o extracción de agua borada en función de las necesidades de la planta.
De lo anterior se deduce que los reactores, en el momento del inicio de su funcionamiento,
tienen un combustible en su seno con masa potencialmente mayor que la masa crítica; lo cual
no es realmente cierto por la presencia de un absorbente exterior introducido precisamente
para contrarrestar el exceso de reactividad del combustible empleado. Este exceso de
reactividad es lo que va a permitir que el reactor funcione durante un período más o menos
largo sin necesidad de extraer combustible irradiado e introducir combustible fresco. A lo
largo de ese período, que corresponde al llamado ciclo de quemado, el operador ha de ir
extrayendo el absorbente de control de tal manera que vaya manteniéndose el estado crítico
del reactor.
En los primeros reactores comerciales, cronológicamente hablando, que fueron los de grafito-
gas, el exceso de reactividad que se podía alcanzar al comienzo de un ciclo era ciertamente
pequeño, porque usaban uranio natural como combustible. Esto obligó a diseñar los reactores
para que pudieran funcionar con recargas continuas, como ya se ha dicho; es decir, el proceso
de extracción de los elementos combustibles gastados e introducción de los elementos nuevos
se efectúa sin necesidad de detener la reacción en cadena del reactor. Esto es posible, entre
otras causas, por el hecho de que se alcance un quemado de descarga relativamente pequeño,
de unos 5 MWd por kg de uranio, así como por la baja densidad de potencia de estos
reactores. En este caso, lógicamente, no hacen falta grandes masas de absorbente de control,
puesto que el exceso de reactividad máximo, logrado precisamente tras la inserción de un
elemento combustible nuevo sustituyendo a uno quemado, produce un cambio de reactividad
muy pequeño.
Absolutamente distinta es la situación en los reactores de agua ligera, donde los grados de
quemado alcanzados son de 30 MWd por kg y las densidades de potencia y presiones de
trabajo no permiten la recarga continua con fiabilidad y seguridad suficiente; por lo que se
opta por un sistema de recarga discreta, en la cual los ciclos de combustible se extienden a
duración aproximada de un año, año y medio o dos años. Esto significa que cada doce,
dieciocho o veinticuatro meses se detiene el reactor y se procede a la sustitución de los
combustibles gastados por los elementos nuevos, a la vez que se reorganiza la configuración
de los diversos elementos del reactor para obtener la mejor distribución de potencia con la
mayor simetría posible respecto del eje vertical del reactor. Ello producirá una gran
homogeneidad en los quemados de descarga de los elementos de combustible.

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

En este caso, lógicamente, no se produce la recarga de un sólo elemento de combustible cada


vez, sino de varios de ellos, aproximadamente un tercio de los que en total conforman el
núcleo. Por ello, al comienzo de un ciclo nuevo en un reactor de agua ligera, el exceso de
reactividad es muy considerable; y por tanto se han de introducir los pertinentes absorbentes
de control para contrarrestar dicho exceso y permitir que el arranque se realice en estado
crítico, que es el único de posible funcionamiento del reactor.
Un ciclo de combustible quedar finalizado cuando, tras la extracción de todos los absorbentes
de control, el reactor esté en estado crítico, pues a partir de ahí, un quemado adicional del
reactor supondrá un empobrecimiento de éste en capacidad multiplicativa y un aumento del
inventario de productos de fisión, lo que en definitiva llevar al reactor a un estado subcrítico,
en el que se apagará rápidamente su población neutrónica, anulándose prácticamente la tasa
de fisiones.
En la práctica, existe la posibilidad de extender ligeramente la duración del ciclo, pero a costa
de disminuir la potencia del reactor para reducir la temperatura del combustible, que es
precisamente la magnitud que puede coadyuvar, junto con la densidad del refrigerante, a
generar un incremento de reactividad, aunque relativamente pequeño. Esta práctica,
denominada en terminología anglosajona "coastdown" no es aplicada más que en los casos
estrictamente necesarios en los que conviniera demorar unos días la finalización del ciclo,
mediante la reactividad extra generada por reducción de la temperatura del combustible.
Para conseguir un adecuado desarrollo de cada ciclo, es necesario realizar previamente los
análisis y estudios de gestión de combustible, que llevar n a la identificación de cuál es el
enriquecimiento idóneo a cargar en los combustibles frescos y cuál ha de ser la configuración
detallada de los diversos elementos de combustible en el seno del reactor. Con ello se
conseguirá minimizar los picos de potencia y temperatura, y uniformizar la potencia específica
en los diversos puntos del reactor.

8.3.2 Autoestabilidad del reactor.


Se ha puesto mucho énfasis en que el reactor ha de funcionar permanentemente en estado
crítico, permitiéndose ligerísimas desviaciones durante breve tiempo fuera de este punto.
Esto, junto a la cuestión del absorbente de control, puede inducir al error de creer que el
reactor se mantiene fundamentalmente en la situación de criticidad por la acción externa de
los operadores a través de la manipulación de las barras de control. El control externo, que
tiene una importancia fundamental en los reactores de investigación de muy baja potencia,
no es, sin embargo, la causa de que el reactor se estabilice en el estado crítico en los reactores
de alta potencia y particularmente en los reactores comerciales. En éstos existen unos
mecanismos de realimentación negativa de la población neutrónica del reactor, que tienden
a mantener ésta en un nivel constante, o a pasar a un nivel estable superior o inferior en
función de las acciones externas que se hayan introducido en el reactor. Gracias a esta
realimentación negativa, que actúa además en un plazo de tiempo del orden de la propia
generación neutrónica, los reactores comerciales presentan unas características
extraordinarias de autoestabilidad.
Los procesos en que se basa esta realimentación negativa se denominan efectos de
reactividad, y en los reactores de potencia refrigerados por agua son básicamente dos: el
efecto Doppler o efecto de temperatura del combustible, y el efecto de densidad del
moderador, que en este caso es agua ligera. En el caso de los reactores moderados por grafito

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

y refrigerados por gas, el segundo efecto importante es el de la temperatura del grafito (que
corresponde a la temperatura de termalización de los neutrones) y no, lógicamente, el de la
densidad del refrigerante, que no tiene efectos sobre la población neutrónica.
El efecto Doppler o de temperatura del combustible, tiene lugar cuando aumenta la
temperatura del combustible y es consecuencia del aumento de la tasa de capturas
neutrónicas en el 238U que. Por ser un proceso de transmisión de calor por conducción en el
seno del propio combustible, este mecanismo de realimentación es muy rápido, con
constantes de tiempo del orden de la cienmilésima o diezmilésima de segundo. Esta
realimentación se opone, por ejemplo, a cualquier aumento de potencia, como consecuencia
del aumento de temperatura que dicho aumento de potencia conlleva. Similarmente, si la
refrigeración empeora, el combustible se calienta, se producen más capturas neutrónicas
(menos fisiones, por tanto) y la potencia baja consiguientemente.
El mecanismo de realimentación a través de las variaciones en las variables físicas de los
moderadores es distinto en el caso del agua del caso del grafito. En el primero, el efecto es
relativamente complejo, y se concreta en un cambio en las condiciones de moderación de los
neutrones, lo cual repercute en el resultado de la competencia entre procesos nucleares que
se da en el reactor. Aunque este mecanismo es complejo, se puede acotar un rango de
variables en el cual se garantiza que, a través del efecto de la densidad del moderador, se
tendrá asimismo un mecanismo de realimentación negativa.
En el caso del grafito, lo que varía al cambiar la temperatura de éste es la temperatura del
espectro neutrónico térmico, lo cual conlleva a su vez variaciones en la competencia entre
procesos nucleares, y particularmente en la mayor o menor probabilidad de provocar fisiones.
El grafito puede inducir realimentaciones positivas (y por tanto, causantes de inestabilidades)
en presencia de plutonio 239, por la resonancia de fisión que tiene este nucleido alrededor de
0,3 eV. Un aumento de la temperatura en el espectro neutrónico (es decir, en el grafito) puede
introducir más neutrones en dicha resonancia, favoreciendo la capacidad multiplicativa
neutrónica del reactor. Ello supone un aumento de potencia como consecuencia de la
elevación de temperatura en uno de los componentes del reactor, lo que implica una
realimentación positiva.
No obstante, las consecuencias de este efecto son despreciables frente al efecto Doppler, en
prácticamente todas las situaciones que se pueden prever en un reactor, y por supuesto en
todas las situaciones tolerables de funcionamiento del reactor.

8.3.3 Conversión y reproducción en el combustible nuclear.


Son conocidas las reacciones de capturas neutrónicas denominadas fértiles , por las cuales los
nucleidos de tipo par-par como el uranio 238 o el torio 232, capturan un neutrón
convirtiéndose en el siguiente isótopo de número másico más alto, concretamente uranio 239
o torio 233, que son emisores beta de vida relativamente corta y que, tras dos emisiones de
este tipo, se transforman en nucleidos par-impar de tipo fisible. Las siguientes reacciones
ilustran los procesos que se llevan a cabo:
𝛽− 𝛽−
238 239 239 239
92𝑈 + 10𝑛 → 92𝑈 → 93𝑁𝑝 → 94𝑃𝑢
(8.1)
𝛽− 𝛽−
232 1 233 233 233
90𝑇ℎ + 0𝑛 → 90𝑇ℎ → 91𝑃𝑎 → 92𝑈

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

Estos procesos tienen una importancia considerable en la evolución temporal de las


propiedades nucleares del combustible. En párrafos anteriores se habló de la degradación de
las características multiplicativas neutrónicas del combustible nuclear como consecuencia del
consumo de sus nucleidos fisibles, que son proporcionalmente pocos comparados con los
nucleidos fértiles, pues incluso en los reactores que utilizan enriquecimiento, éste no suele
superar el 3,5%.
Es elemental que a través de estos procesos de captura fértil se produce una regeneración de
la capacidad multiplicativa neutrónica del combustible nuclear, puesto que en un periodo
relativamente breve, del orden de dos días en el caso del uranio 238, las capturas en este
nucleido conllevan la aparición de un nuevo nucleido, el plutonio 239, cuyas características
nucleares como isótopo fisible son tan buenas o mejores que las del uranio 235. Así pues, la
disminución de la cantidad de nucleidos fisibles originales debido al quemado, se puede
equilibrar hasta cierto punto con la aparición de nucleidos fisibles como consecuencia de las
capturas fértiles.
Para valorar la potencialidad de este proceso se define como razón de conversión el cociente
entre la tasa de capturas fértiles y la tasa de absorciones en nucleidos fisibles (fisiones más
capturas en dichos nucleidos) lo que evalúa la capacidad regeneradora de estos procesos en
un determinado tipo de reactor. La definimos por

Tasa de capturas fértiles


R= (8.2)
Tasa de absorciones fisibles

En el caso de que la razón de conversión arroje un resultado mayor que la unidad se le


denomina razón de reproducción, entendiendo por reproducción que en ese reactor el
inventario de nucleidos fisibles aumenta con el tiempo de funcionamiento del reactor, puesto
que se generan más nucleidos fisibles a partir de los isótopos fértiles que la cantidad de
nucleidos fisibles destruidos en el mismo intervalo de tiempo. En efecto, se puede escribir
esquemáticamente la evolución temporal de la cantidad de nucleidos fisibles en el reactor
según la ecuación diferencial siguiente:

𝑑𝐼
= −𝜎𝑎 𝐼𝜙 + 𝜎𝑐 𝑃𝜙 = −𝜎𝑎 𝐼𝜙 + 𝑅𝜎𝑎 𝐼𝜙 (8.3)
𝑑𝑡
donde I es la concentración de nucleidos fisibles (Impares) y P de fértiles (Pares), siendo R la
razón de conversión, σ las secciones eficaces y Φ el flujo neutrónico.
Su integración conduce al resultado:

𝐼(𝑡) = 𝐼(0) · exp((𝑅 − 1)𝜎𝑎 𝜙𝑡) (8.4)

en la que, como se ve, de ser la razón de conversión mayor que la unidad, es decir, de obtener
reproducción en el combustible, los nucleidos fisibles aumentan con el tiempo.
Hay que hacer la salvedad de que en la integración anterior se ha supuesto que la razón de
conversión es constante durante el período de integración, lo cual no es cierto salvo en
períodos relativamente cortos. Se comprende que de extenderse los períodos de integración
(en definitiva, los periodos de funcionamiento del reactor) a un tiempo indefinidamente largo,

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

los nucleidos fértiles se irían consumiendo y por tanto no podrían experimentar una tasa alta
de capturas fértiles.
En todo caso, cabe diferenciar claramente dos tipos de reactores: aquellosen los cuales la
razón de conversión es menor que la unidad, y aquellos en los que la razón es superior a la
unidad y por tanto son reproductores. Obviamente, estos últimos presentan ventajas
notabilísimas desde el punto de vista del aprovechamiento del combustible, puesto que no
sólo queman los nucleidos fisibles inicialmente cargados, sino gran cantidad de los nucleidos
fértiles que les acompañaron en la carga. Asimismo, como consecuencia de que el inventario
de nucleidos fisibles aumenta, la pérdida de reactividad del combustible con el quemado
puede ser muy pequeña, aún cuando se vayan almacenando los productos de fisión, que son
en este caso los responsables prácticamente únicos de que se produzca una caída en la
reactividad del reactor.
Los reactores con razón de conversión menor que la unidad son denominados convertidores
o quemadores. Normalmente esta última acepción se reserva para aquellos en los cuales la
razón de reproducción no es muy alta, del orden de 0,5. Esta denominación comprende
prácticamente la totalidad de los reactores comercializados en la actualidad. La acepción
convertidores se debería restringir a los reactores que tienen razones de conversión
considerablemente altas, próximas a la unidad, aunque inferiores. A esta cifra se acercan los
reactores de grafito-gas y los reactores de agua pesada, aunque todavía proporcionarían cotas
más altas los reactores de gas de alta temperatura y los reactores, aún en fase de análisis
teórico, de desplazamiento espectral, de geometría variable y similares.
Aun cuando los reactores de agua ligera deban ser considerados como quemadores por sus
escasas propiedades convertidoras, hay que tener en cuenta que cuando alcanzan su
quemado de descarga, del orden de 30 MWd por kg, la concentración de plutonio fisible en el
combustible es similar a la concentración residual de uranio 235, que viene a ser de 0,8 ó 0,9%
y por tanto mayor de la del uranio natural.
Para poder construir un reactor reproductor hace falta que el nucleido fisible tenga un valor
del parámetro η, número medio de neutrones producidos por absorción, mayor que 2. Esta
acotación es estrictamente válida en el caso de que los nucleidos fértiles no contribuyan a las
fisiones. Se entiende que, para mantener la reacción en cadena, de los neutrones emergentes
por cada absorción en el combustible, se tenga que consumir uno para producir la fisión que
mantiene la multiplicación neutrónica. Si se desea obtener reproducción en el combustible,
por cada nucleido fisible gastado para producir la fisión antedicha, se ha de disponer de al
menos un neutrón para producir la captura fértil que restituya el inventario de nucleidos
fisibles. Esto significa que han de aparecer como mínimo dos neutrones por cada absorción
en el isótopo fisible, puesto que se ha de emplear uno de ellos para mantener la reacción en
cadena, y otro para producir la captura fértil, y todo ello en competencia con los otros
procesos de absorción que se puedan dar en el reactor.
En la Figura 8.13 se muestran los valores promediados del parámetro η en función de la
energía del neutrón que provoca la reacción de absorción en el nucleido fisible, para los tres
combustibles fundamentales: el uranio 235, el plutonio 239 y el uranio 233.

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

Figura 8.13 Valor de η, número medio de neutrones emitidos por neutrón absorbido en un núcleo fisionable.
[Fuente: Nuclear Energy Synergetics, A.A. Harms y M. Heindler, Plenum Press Co. 1980]. Los datos relativos a la
zona muy energética (superior a 1 MeV) están sometidos a revisión, pues posiblemente el 233U proporciona
mayores valores que los expuestos.

Se observa que el comportamiento de este parámetro depende considerablemente de la


energía del neutrón incidente en la reacción, hasta tal punto que en unos rangos de energía
el valor del par metro es muy inferior a 2. Este rango de energía corresponde precisamente a
la zona de resonancias, donde las capturas neutrónicas juegan un papel muy importante en la
competencia entre procesos neutrónicos y hace que disminuya el protagonismo de la fisión,
que es en general la reacción dominante en estos nucleidos. Asimismo hay que tener en
cuenta que el número de neutrones producidos por fisión aumenta ligeramente al aumentar
la energía del neutrón incidente en todos los nucleidos, y especialmente en el plutonio 239.
Con estas precisiones se entiende que en el rango térmico los nucleidos fisibles presenten un
valor de η alrededor de 2, con clara ventaja del uranio 233, que es considerado como el único
nucleido fisible que podría asegurar el funcionamiento de un reactor térmico reproductor,
aún cuando su margen de maniobra, o exceso de reproducción, sería muy pequeño, puesto
que su η es 2,15 en valor medio en el espectro térmico.
El uranio 235 podría mantener un reactor térmico justamente reproductor, puesto que su
valor medio de η es ligeramente superior a 2, y en el caso del plutonio 239 se duda que pueda
obtenerse en ningún caso un reactor térmico reproductor.
La zona intermedia o de resonancias que abarca aproximadamente desde 1 eV hasta 1 keV,
ofrece por una parte valores fuertemente oscilantes del parámetro η y por otra ciertas
incertidumbres sobre su valor medio, aunque en todo caso se admite que quedaría siempre
por debajo de 2. Esto significa que los reactores que funcionaran con un espectro neutrónico
intermedio no tendrían posibilidad de reproducción en el combustible.
Por el contrario, en el rango más rápido, los tres nucleidos, pero especialmente el plutonio
239, presentan valores de η notablemente superiores a 2. Con un espectro típico de reactor
rápido refrigerado por sodio, tipo Phenix, el plutonio presenta un valor de η de 2,4, lo cual
permite un amplio margen para reproducción y, a pesar de las competencias inevitables de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

las capturas en otros materiales del reactor, incluido el sodio, se podría alcanzar una razón de
reproducción de 1,25.

Figura 8.14 Porcentaje de aprovechamiento del combustible (materia prima) en función del tipo de reactor,
contando con reciclado, en función de la razón de conversión. También se indica el tipo de reactor (LW: Light
Water, HW: Heavy Water, HT: de alta Temperatura, moderado por grafito, TB: Reproductores de espectro
térmico, FB: Reproductores rápidos).

El interés del mecanismo de reproducción no se circunscribe exclusivamente al hecho de que


se mejore la evolución de las propiedades del combustible nuclear a lo largo del tiempo, y se
reduzca la necesidad de carga inicial de nucleidos fisibles; sino que además se ha de tener en
cuenta la posibilidad de reciclar el combustible descargado de la central, con alto contenido
de nucleidos fisibles, aunque tenga el inconveniente de ir acompañado de los productos de
fisión, que presentan un inventario radiactivo ciertamente preocupante desde el punto de
vista radiobiológico, por lo que se han de separar del combustible para el reciclado de éste.
El mecanismo de reproducción es la única vía para poder alcanzar la explotación total de los
recursos naturales nucleares de fisión que están representados por los yacimientos de torio
232 y uranio (mayoritariamente 238) puesto que la mayoría absoluta de los nucleidos
existentes son par-par, es decir, fértiles, y por tanto es obligado convertirlos a nucleidos par-
impar para proceder a su explotación energética. En la Figura 8.14 se muestra el porcentaje
de combustible nuclear natural que puede explotarse en función del valor de la razón de
conversión que tenga la familia de reactores empleada. Dicha familia de reactores va asimismo
señalada en el eje de abscisas, para indicar cuál es el citado grado de aprovechamiento, que
resulta críticamente dependiente del valor de la razón de conversión respecto de la unidad.

8.4 Sistemas de seguridad.


En las descripciones al comienzo de este capítulo se ha tratado tan sólo el sistema de
generación y conversión de energía, omitiendo lo referente a los sistemas de seguridad, que
juegan un papel primordial en el diseño de los reactores nucleares.

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

La funcionalidad de los sistemas de seguridad se puede comprender una vez identificadas las
causas y los problemas que obligan a adoptar tales sistemas.
Cada tipo de reactor incorpora unas decisiones funcionales distintas para llevar a cabo una
determinada medida de seguridad, pues lógicamente los sistemas son dependientes de la
configuración del reactor, de los materiales que se hayan empleado y de los valores de sus
magnitudes más representativas como la potencia total, densidad de potencia, etc.
Para identificar las funciones de seguridad, puede recordarse del primer capítulo de este libro
que la radiactividad y la reactividad son las raíces básicas de la problemática existente en un
reactor nuclear. Digamos, a efectos prácticos, que la radiactividad es la capacidad de algunos
nucleidos de emitir radiaciones ionizantes como consecuencia de su inestabilidad nuclear; y
que la reactividad es la capacidad de un sistema (reactor) de multiplicar su población
neutrónica libre y por ende la potencia generada en su seno.
Los sistemas de seguridad están relacionados con uno u otro de estos conceptos, por lo que
se pueden agrupar precisamente en estos dos grupos o categorías.

8.4.1 Sistemas relativos a la radiactividad.


Ante todo conviene recordar que la radiactividad no sólo supone la liberación de una radiación
ionizante sino la consiguiente interacción de ésta con el medio circundante, lo cual genera
calor. Esto da pie a que, al acumularse un inventario de productos radiactivos en el reactor,
aparezca una potencia radiactiva, no dependiente del flujo neutrónico de ese momento, que
se tiene que refrigerar para evitar que el combustible y la vaina se fundan. Junto a estos dos
posibles perjuicios ocasionados en las barreras más internas de contención de los productos
radiactivos, hay que tener en cuenta la necesidad de vigilar los niveles de radiactividad en
diversos puntos de la central y de su entorno, para poder determinar acciones de seguridad,
como la parada rápida del reactor, en caso de que los niveles alcancen la cota máxima
permitida.
Con este pequeño preámbulo, es elemental que tendrán que existir los siguientes tipos de
sistemas de seguridad relacionados con la radiactividad:

Vigilancia de la radiactividad.
Esta misión se ha de ejecutar por diversos subsistemas, normalmente inconexos entre sí,
puesto que tienen que abarcar varias áreas del reactor, de la central y del entorno. Por
ejemplo, tendrá que existir un sistema de vigilancia de la radiactividad del primario, que
fundamentalmente mida la radiactividad que acompaña al refrigerante a su salida del reactor;
lo cual medirá con gran aproximación la cantidad de productos radiactivos que fugan a través
de las vainas.
Asimismo deber existir un sistema, comprendiendo a su vez diversos subsistemas, que vigile
las diversas líneas de efluentes de la central a la atmósfera y a la hidrosfera, para determinar
si en estas efluencias existen productos radiactivos en concentración superior a la máxima
tolerable. Estas mediciones controlan la interacción global entre la central y el exterior.
Adicionalmente debe existir un plan de vigilancia radiológica ambiental, que conlleva la
necesaria red de puntos de medición alrededor de la central, para asegurar que la dispersión
de los efluentes radiactivos no produce acumulaciones de radiactividad en ningún punto, ni

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

en ninguna cadena trófica, de forma tal que no se vulneren las concentraciones máximas
permitidas por la legislación.
El instrumental para llevar a cabo estas misiones se ha de escoger, para cada aplicación
específica, dentro de la amplia gama de equipos de medida de que se dispone para detectar
la radiactividad.

Blindajes.
El fuerte campo de radiación electromagnética de alta energía (radiación gamma) existente
como consecuencia de las reacciones y desintegraciones nucleares que tienen lugar en el seno
del reactor, obliga a blindar gran parte de los locales de la central, sobre todo en el edificio del
reactor, así como a lo largo de las tuberías de líquidos radiactivos, de tal forma que se evite la
exposición indebida del personal profesionalmente expuesto. Algunas operaciones de
mantenimiento exigen la presencia de personal de la central en diversas áreas próximas al
reactor, lo cual implica la adopción de blindajes. El blindaje es por lo general un conjunto de
piezas estáticas que cumplen su misión de modo continuo, en lo cual se diferencia de otros
sistemas de seguridad que típicamente funcionan sólo en caso accidental.

Sistemas de tratamientos de residuos.


Resulta inevitable en una central la generación de productos de desecho que tienen cierto
contenido radiactivo, y que han de verterse (bien a la atmósfera, bien a la hidrósfera) o
transformarse en productos sólidos de fácil almacenamiento en la propia central. Todo ello
implica la necesidad de unos sistemas de tratamiento de los efluentes radiactivos que
dependerá lógicamente del tipo de reactor y particularmente del refrigerante usado. Los
residuos producidos durante el funcionamiento de una central son de media y baja actividad
lógicamente, con un contenido de productos radiactivos por unidad de volumen o unidad de
peso sustancialmente inferior al combustible irradiado, que constituye la base del
denominado residuo de alta actividad, cuyo tratamiento exige unas operaciones totalmente
distintas a las de los anteriores residuos y se deben realizar en una planta preparada a tal
efecto.
Aunque los residuos puedan proceder de material sólido activado (es decir, de material que
contiene productos radiactivos como consecuencia de reacciones de captura neutrónica) la
mayor preocupación de desechos radiactivos durante la operación de la central se debe
generalmente al proceso de purificación del refrigerante (sobre todo si éste es líquido) lo cual
produce fundamentalmente residuos solidificables, aunque una pequeña porción haya de
evacuarse por vía líquida o a la atmósfera.

Sistemas de refrigeración del calor residual.


Estos sistemas ocupan una posición de auténticos protagonistas en los esquemas de seguridad
de la central, aunque en la mayor parte de ellas no serán utilizados jamás, puesto que su
misión es la de asegurar la refrigeración incondicional del calor residual (procedente de las
desintegraciones radiactivas) en condiciones accidentales.
La configuración de los sistemas de extracción del calor residual depende del tipo de reactor
que se trate, y a su vez estará compuesto de varios subsistemas que actúen en diversas
circunstancias. Por ejemplo, pueden existir sistemas de refrigeración para casos en los que el
reactor quede despresurizado ligeramente y haga falta inyección de refrigeración a muy alta

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Tema 8 - Centrales Nucleares.

presión aunque con bajos caudales. El extremo opuesto sería que el reactor hubiera quedado
prácticamente a presión atmosférica y no se necesitara inyección del refrigerante a alta
presión pero, sin embargo, se requirieran caudales mucho mayores.
Cada familia de reactores resuelve esta problemática de acuerdo con su configuración
termohidráulica y teniendo en cuenta el rango de presiones y caudales nominales, así como
los requeridos en las condiciones accidentales, en los cuales la potencia a extraer será como
mucho el 7% de la nominal.
Un caso particular de refrigeración del calor residual es el que se ha de mantener durante la
recarga de combustible en los reactores de agua ligera, que como ya se ha indicado, se debe
realizar siempre bajo refrigeración suficiente. En este caso no puede hablarse en absoluto de
condiciones accidentales, dado que la recarga es una situación más del régimen nominal de la
central.

8.4.2 Sistema de protección del reactor contra la reactividad.


El reactor ha de estar protegido contra su propia capacidad de multiplicar rápidamente la
potencia que genera, porque la sobrepotencia conllevaría problemas para el mantenimiento
de temperaturas adecuadas. Incluso podrían producirse sobrepresiones que dislocarían la
configuración mecánica de los diferentes sistemas físicos del reactor, como los elementos de
combustible, la rejilla sustentadora, los sistemas guías de barra de control, etc.
La posibilidad de un incremento súbito de potencia radica en los propios procesos nucleares
que sirven de base para el funcionamiento del reactor. En régimen nominal, el reactor estará
en estado crítico, en el cual la potencia será constante en el tiempo. Esto se logrará mediante
un balance equilibrado entre los distintos procesos nucleares que compiten en la formación y
la absorción de neutrones libres. Si este balance se desequilibra por causas de diversa
naturaleza, en el sentido de favorecer la generación de neutrones libres, se entra en una zona
de operación denominada de supercriticidad o de reactividad positiva, en la cual la potencia
aumenta con el tiempo. En un cierto margen de esta zona, dicho aumento es admisible,
tolerable y controlable mediante los mecanismos intrínsecos del reactor, como habrá ocasión
de ver en las lecciones dedicadas a la cinética y dinámica de reactores. Sin embargo, podrían
aparecer estados supercríticos con una excesiva reactividad positiva, que produjeran un
aumento inadmisible de potencia, contra lo que se ha de proteger el reactor.
Conviene poner énfasis en la existencia de una zona suficientemente amplia de reactividad
como margen de operación, en la cual la tendencia del reactor a aumentar su potencia es
controlable o, mejor dicho, autocontrolada por el propio reactor. No obstante, el reactor ha
de disponer de sistemas que eviten que su funcionamiento traspase los umbrales de
seguridad, entrando en aumentos excesivamente rápidos o en niveles de potencia
indebidamente altos. En definitiva, la protección del reactor se realiza limitando:
• El nivel de potencia total del reactor, que generalmente se fija entre un 115 y un 120%
de la potencia nominal.
• La velocidad de aumento de la potencia, que se restringe a ciertos valores, para evitar
que la propagación sea tan fuerte que puedan aparecer ondas de choque o se llegue a
una inercia en el aumento de la potencia que traspase con mucho la sobrepotencia
admisible. En los reactores, normalmente no se tolera que la potencia aumente a una
velocidad tal que se duplique en menos de unos 10 segundos. Si el tiempo de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

duplicación es menor que esta cifra, significaría que la potencia aumenta con excesiva
rapidez, y que por lo tanto se ha de proceder a la parada rápida del reactor, o a la
reducción de ese aumento de potencia.
Los sistemas que llevan a la práctica estas funciones de seguridad se componen básicamente
de tres partes o subsistemas: un subsistema de medición de variables energéticas y
neutrónicas; un subsistema de lógica de seguridad de la central que analiza la medida y en
caso necesario ordena la parada rápida del reactor; y un subsistema capaz de efectuar dicha
parada rápida, que en la totalidad de los reactores de potencia se materializa en unos
absorbentes neutrónicos muy fuertes, dispuestos en las llamadas barras de control de parada
(scram) que se insertan en el reactor cuando se recibe la orden de parada, anulando en pocos
segundos la población neutrónica libre y por tanto la potencia neutrónica (aunque
permanezca la potencia radiactiva a la que nos hemos referido antes, al tratar de los
problemas asociados a la radiactividad).
Cada familia de reactores adopta diversas soluciones de materiales y de disposición
geométrica de las barras de control, en función de sus peculiaridades de diseño, y asimismo
varían los sistemas encargados de la lógica de seguridad y los aparatos de medida, aunque
éstos se basen en los mismos principios físicos de detección de la radiación neutrónica en
todos los casos.

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Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

Tema 9 El ciclo del combustible nuclear y su gestión.


9.1 Introducción.
La utilización pacífica de la energía nuclear requiere el concurso de varias actividades
tecnológicas de muy diversa índole. El objetivo propuesto es transformar la energía
potencialmente contenida en los núcleos atómicos en otras formas de energía acordes con las
necesidades humanas. Lo más inmediato, y a la vez lo más natural, es obtener, gracias a las
reacciones nucleares, una serie de “productos” de variado tipo animados con velocidades muy
considerables. Esta generación de energía cinética (debida al defecto de masa de las
reacciones) admite ciertas alternativas de empleo posterior. La más usual es la creación de un
foco calorífico, mediante la distribución de la citada energía cinética a los átomos y moléculas
del medio. Por sucesivas interacciones, los “productos” aparecidos van repartiendo su energía,
lo cual obviamente aumenta la velocidad media de los constituyentes de la materia. Es decir,
aumenta su temperatura.
Las mencionadas actividades han de encadenarse de modo económico y seguro, y sobre ellas
ha de ser posible el ejercicio de control por parte del hombre. El punto de partida será la
identificación de ciertas substancias naturales que manifiestan unas propiedades útiles desde
el punto de vista nuclear, y se concluirá con la obtención de energía en la forma deseada; a lo
que habrá que añadir las inevitables pérdidas energéticas en los distintos procesos, y los
residuos de diverso tipo, cuya problemática no se podrá soslayar.
Tal encadenamiento, que permite numerosas alternativas, y que de hecho es una realidad
siempre susceptible de perfeccionamiento, es lo que se denomina “ciclo del combustible
nuclear”.
Aun habiéndose cumplido más de cincuenta años de utilización económica de la energía
nuclear, no puede decirse que el ciclo del combustible haya alcanzado una madurez completa.
Existen muchas opciones aún no comercializadas por varios motivos: falta de investigación,
carencia de incentivo económico a corto plazo, problemas de seguridad radiológica,
cuestiones de política internacional y otros.
Es imprescindible conocer, comenzando por una aproximación académica, todo el ciclo del
combustible, en el cual radica el ejercicio profesional de la Ingeniería Nuclear.
Antes de finalizar esta introducción conviene definir algunos términos usados frecuentemente
en la evaluación de las características de los reactores.
• Enriquecimiento, designa la acción de aumentar la proporción del 235U por encima de
su valor natural.
• Grado de quemado, o quemado simplemente, se usa para medir la cantidad de
energía extraída de un combustible nuclear, por unidad de masa. La unidad típica es el
megavatio-día por tonelada de combustible. Como regla nemotécnica se puede
recordar que la fisión de todos los núcleos contenidos en un gramo de elemento
pesado (uranio, plutonio) produce aproximadamente un megavatio-día. Así mismo, la
palabra quemar designa la acción de extraer energía del combustible, es decir, lo que
ocurre en los reactores.
• La densidad de potencia expresa el cociente entre la potencia generada y el volumen
del reactor. En realidad, esta función, que se suele medir en vatios por centímetro

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cúbico varía de un punto a otro del sistema. Si no se especifica nada, se entiende que
es la media sobre todo el reactor, pero a veces se utiliza el valor máximo de tal función,
que corresponde a la unidad de volumen en que se origina más cantidad de energía.
Cuanto mayor sea la densidad de potencia, menos volumen se necesita para obtener
la potencia requerida, lo cual es un aspecto de gran importancia.
• Similarmente, se define la potencia específica como el cociente entre la potencia
generada y la masa de combustible empleado. Se suele expresar en vatios por gramo,
y al igual que la anterior, también es una función dependiente de la posición, aunque
por lo general se emplea el valor medio. Su inverso es la llamada “dotación o inventario
específico” y son los gramos existentes por unidad de potencia en el sistema. Estas
magnitudes están ligadas con el grado de quemado y con el tiempo de operación o
funcionamiento del reactor de una manera muy simple. Esta es:
Quemado (MW / T ) = Potencia específica (MW / T )  Tiempo de operación (d )

9.2 Descripción básica del ciclo del combustible.


Una visión macroscópica del ciclo del combustible se presenta en la Figura 9.1, que no
pretende ser exhaustiva, dada la imposibilidad de recoger todas las alternativas imaginables.
Sin embargo, es indispensable una mirada panorámica para conseguir una concepción clara
de la tecnología nuclear.

9.2.1 Materias primas y concentrados.


Las materias primas son el comienzo del ciclo. Teniendo en cuenta que la reacción nuclear
fundamental desde el punto de vista energético (por ahora) es la fisión, los materiales
requeridos serán compuestos de nucleidos pesados. En concreto, la naturaleza ofrece dos
elementos químicos cuyos isótopos son utilizables para explotar la energía nuclear
económicamente: el torio y el uranio. Por supuesto que otros elementos, como el plutonio,
americio, californio, etc., también podrían considerarse como materias primas, pero
desafortunadamente sólo los dos citados existen en nuestro planeta en cantidades
apreciables.
Para valorar ambos elementos hay que precisar que la totalidad del torio existente en la Tierra
es del isótopo 232Th. Sin embargo, el uranio presenta una mezcla isotópica con las
proporciones siguientes: 99,29 por 100 de 238U, 0,71 por 100 de 235U y trazas de 234U. Conviene
recordar aquí que los isótopos de número másico impar de los elementos químicos con
número atómico par son los que manifiestan mejores propiedades de cara a la fisión inducida
por neutrones. Se denominan fisibles, pudiendo experimentar la citada reacción incluso con
neutrones térmicos. Por tanto, y dado que el torio y el uranio tienen 90 y 92 protones
respectivamente, de los mencionados nucleidos sólo el 235U es de esta categoría (par-impar),
y sólo él tendría que ser considerado a priori como punto de partida. Sin embargo tanto el
232
Th como el 238U (nucleidos par-par, llamados fértiles) son potencialmente una reserva
energética de primerísima magnitud. Conviene subrayar la alternativa doble en la materia
prima, que requerirá actividades ligeramente distintas en el ciclo del combustible, según este
vaya a orientarse al aprovechamiento de uranio o torio.

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Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

Figura 9.1 Ciclo del combustible nuclear

En cualquier caso, sus minerales se encontrarán en yacimientos geológicos de variada forma,


estructura y mena, que los harán más o menos asequibles y rentables de explotación. Como
dato orientativo, se admite que el contenido medio de torio y uranio en la litosfera es de 8 y
3 partes por millón respectivamente, cantidad muy apreciable, por la que no se les puede
conferir el apelativo de material raro o escaso. Por supuesto, existen concentraciones de
mucha mayor proporción, que constituyen los yacimientos antes aludidos. Además del
contenido en tierra, hay que mencionar que sales de estos elementos, están disueltas en el
agua del mar. Aunque en proporción muy escasa, la cantidad global es del orden de
1019 toneladas equivalentes de petróleo.
Los yacimientos explotables, en general de mena no muy alta, requieren una minería
especializada por las connotaciones radiológicas de tales materiales.
Por varios motivos, entre los cuales es fundamental la inexistencia natural de un isótopo impar
del torio, la utilización de este material no ha llegado a términos comerciales. Por el contrario,
el uranio ha generado en torno suyo una enorme industria que comienza por la obtención de
los llamados concentrados a partir del mineral extraído.
El concentrado es básicamente U3O8, con algunas impurezas que dependen de la composición
del yacimiento y del proceso utilizado.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

9.2.2 Conversión.
El siguiente paso del ciclo es la “conversión”, en la cual se transforma el concentrado de uranio
en otro que sea adecuado a la utilización subsiguiente. Tres son las alternativas básicas:
• pasarlo a estado metálico (aleado o no). Se opta por esta vía cuando va a efectuarse
separación isotópica y el combustible está destinado a reactores de bajo grado de
quemado.
• pasarlo a UO2 (dióxido de Uranio, también llamado urania). Se hace así cuando va a
utilizarse sin enriquecer en un reactor de quemado medio o alto.
• convertirlo a UF6. Se realiza cuando se va a enriquecer el material, por exigirlo así el
tipo de reactor en el que se va a quemar.
En cualquiera de los procesos expuestos se realiza una purificación detallada del material,
obteniéndose un compuesto químico acorde con las estrictas especificaciones usuales en la
Ingeniería Nuclear.

9.2.3 Enriquecimiento.
Si el reactor para el cual se va a fabricar el combustible requiere una proporción de 235U
superior a la natural, el UF6 es tratado de tal forma que se originan dos corrientes de tal fluido:
en una de ellas se consigue UF6 enriquecido, por ejemplo al 3 por 100. En la otra se obtiene
empobrecido, siendo el contenido de 235U de 0,2 a 0,3 por 100. A esta última fracción se la
denomina cola y se almacena como material de alto contenido energético, no aprovechable
por la tecnología nuclear en su estado actual.
Una cuestión a señalar es el fuerte consumo energético de las plantas de enriquecimiento
donde se realiza el proceso. Si a esto se une la difícil ingeniería de estas plantas, se entiende
que sean muy pocos los países que disponen de tal servicio.
Junto a ello hay que hacer notar que las mismas plantas que suministran el enriquecimiento
comercial pueden realizar, con ciertas modificaciones, el alto enriquecimiento requerido en
las aplicaciones militares. Esto aumenta la sensibilidad de esta fase del ciclo, que aparte de
ser económicamente conflictiva presenta la connotación bélica señalada.

9.2.4 Reconversión.
El UF6 ha de transformarse en UO2 después de haberse enriquecido, a lo cual se llama
reconversión. Ello obedece a que el material empleado en reactores con uranio enriquecido
es la urania, y las razones se comprenden al estudiar las propiedades de los compuestos
cerámicos, especialmente cuando se les somete a irradiación neutrónica.
Como residuo de la reconversión se generan ciertas cantidades de ácido fluorhídrico que
pueden emplearse en otras industrias químicas o en la conversión.

9.2.5 Fabricación.
Una vez obtenido el UO2, enriquecido o no, se ha de disponer éste en la forma adecuada para
cargarlo en el reactor. Similarmente, los reactores que usan uranio metálico tienen que
someter el material a los tratamientos necesarios para conseguir el combustible de
composición, calidad y forma adecuadas.

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Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

Los reactores no son sistemas de una sola pieza (salvo contadísimos casos para investigación).
Están constituidos por una agregación de lo que se llama elementos de combustible, los cuales
pueden recambiarse. Así pues, en las plantas de fabricación lo que se construye son estos
elementos, que varían notablemente de un reactor a otro.

9.2.6 Quemado en el reactor.


Dentro del reactor ocurren las reacciones nucleares (fisión básicamente, más capturas
neutrónicas, dispersiones, fotoreacciones, etc.) en las cuales se libera energía por el defecto
de masa que conllevan.
El número de tipos de reactor imaginables es muy grande, pero la práctica ha evidenciado que
muy pocos se han puesto en operación. La mayor parte de los que se instalan son de los
llamados de agua ligera, en sus dos versiones de a presión y en ebullición. Junto a ellos se han
construido los de grafito-gas y los de agua pesada, que han dado resultados muy satisfactorios,
pero que adolecen de menor competitividad con las fuentes de energía convencionales que
los anteriores, sobre todo por sus elevados costes de construcción, es decir, sus inversiones
iniciales.
Un hecho notable en la historia nuclear es el continuado aumento de la potencia unitaria de
los reactores. En esta faceta, los reactores de agua ligera han tenido una considerable ventaja
sobre sus competidores, basada en gran parte en su alta densidad de potencia (alrededor de
100 W/cm3), que permite menores volúmenes de reactor (y por tanto de componentes,
estructuras y obra civil asociada) para igual potencia.
Los reactores comerciales están emplazados dentro de las centrales nucleares, junto con los
sistemas auxiliares, la zona de generación de energía eléctrica, y la adecuada infraestructura.
A ellas llegan los elementos de combustible desde la planta de fabricación, y quedan
almacenados hasta su inserción en el reactor. En este sentido cabe diferenciar los reactores
que permiten una carga y descarga continua de elementos sin detener el funcionamiento del
reactor, de los que realizan paradas de recarga, en las cuales se retiran los elementos más
gastados y se incorporan otros nuevos. A los primeros pertenecen los reactores de grafito-gas
y los de agua pesada, mientras que los de agua ligera funcionan según el segundo esquema.
Durante la operación del reactor se generan productos radiactivos, algunos de los cuales son
evacuados al exterior de acuerdo con las normas de seguridad, mientras que la inmensa
mayoría permanecen dentro de la planta, y más exactamente, dentro de los elementos
combustibles. Cuando éstos son nuevos, lo cual en el léxico nuclear se suele adjetivar como
frescos, no hay peligro apreciable en estar junto a ellos, pudiéndose trasladar sin blindaje. Por
el contrario, tras haber estado algún tiempo quemándose en el reactor, los elementos están
irradiados, contienen una considerable radiactividad, y no solo necesitan blindaje, sino
refrigeración para extraer la potencia calorífica debida a las desintegraciones beta y gamma.
Es importante señalar que la potencia generada en los reactores es térmica. Por otro lado, la
mayoría de ellos estarán en plantas de producción de electricidad, por lo cual es lógico hablar
de potencia eléctrica. Entre la primera de las mencionadas y ésta hay una relación elemental,
expresada a través del rendimiento del ciclo termodinámico que se emplea para accionar el
turbo-alternador, más algunas otras pequeñas pérdidas. Conviene por tanto recordar esta
dualidad a la hora de referirse a la potencia del reactor o de la central, precisando si se trata
de la térmica o de la eléctrica. A tal fin, se suelen añadir las letras (t) o (e) tras las siglas de las
unidades, respectivamente.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

9.2.7 Almacenamiento de combustible irradiado.


Los elementos que se descargan del reactor se introducen en una piscina denominada de
enfriamiento radiactivo, en la cual se refrigera la potencia residual y se blindan las radiaciones
asociadas a tal potencia. Sólo tras un cierto tiempo de enfriamiento, que depende del grado
de quemado, se pueden sacar los elementos al aire, dejándolos con la refrigeración natural.
La práctica común consiste en mantenerlos en la piscina, dentro de la central, hasta su traslado
fuera de ella, con fines que pueden ser diversos. Una alternativa es la del almacenamiento de
los elementos en una planta centralizada, donde se recojan los procedentes de varios
reactores. El transporte se realiza en camiones apropiados, a veces llamados féretros,
consistentes en cisternas dentro de las cuales los elementos van blindados y refrigerados. En
el almacenamiento centralizado los elementos pueden estar indefinidamente, hasta que se
decida su destino final, del que se hablará a continuación.

9.2.8 Reelaboración.
Otra alternativa para los elementos irradiados es la reelaboración. En esta fase se tratan los
combustibles, previo desmantelamiento de los elementos, para separar sus constituyentes:
uranio, plutonio, productos de fisión y los restantes nucleidos transuránidos, como neptunio,
americio y curio.
El proceso típico da como resultado nitratos de uranio y de plutonio por separado, más un
desecho que incluye todos los demás productos, al cual se le denomina residuo de alta
actividad, y en el que van mezclados isótopos alfa, beta y gamma emisores.
Mediante la reelaboración se recuperan los nucleidos con importancia energética, por un
lado, y se concentran para su disposición final los materiales radiológicamente nocivos, por
otro. El primer producto supone un crédito importante, principalmente a causa del plutonio
generado en el reactor, que podría volver a insertarse en otros reactores para producir
energía. Sin embargo, y a pesar del claro incentivo económico, la reelaboración todavía no
está comercializada, e incluso existe cierta aversión hacia ella por parte de algunos gobiernos.
Las razones de esta postura radican en los riesgos del plutonio, que es el material idóneo para
el armamento nuclear de fisión lo cual condiciona enormemente la puesta en operación de
esta fase del ciclo.

9.2.9 Refabricación.
En el caso de haber procedido a reelaborar los elementos irradiados, se podrán fabricar
nuevos elementos contando con los productos obtenidos y, en algunos casos, con la adición
de uranio natural.
Para ello hay que comenzar por convertir las disoluciones nitradas de uranio y plutonio en
dióxidos, es decir, UO2 y PuO2. Aquí se da la feliz realidad de que estos dos compuestos son
miscibles en todas proporciones, de modo que a partir de los dos materiales puros se puede
conseguir otro del tipo Ux Pu(1-x)O2.
El montaje de los elementos depende del tipo de reactor al que vaya dedicado, pero lo más
diferenciante respecto de la fabricación antes mencionada es la presencia de plutonio. Dada
la alta peligrosidad de las ingestiones e inhalaciones de este nucleido, la refabricación ha de
hacerse con técnicas remotas, o por lo menos en cajas de guantes con atmósfera separada de
la habitual. Esto es para evitar la dispersión incontrolada de plutonio, que es letal en dosis

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Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

muy pequeñas. No obstante, una vez envainados, los elementos pueden tratarse
manualmente. Un segundo riesgo importantísimo es la pequeña masa crítica del plutonio, que
obliga a adoptar salvaguardias específicas sobre la cantidad total que puede haber de él en un
recipiente.
El porcentaje de plutonio en la mezcla final varía según las aplicaciones a que se destine, pero
en el terreno comercial no excede del 25%, y es mucho más pequeño (alrededor o menor del
3%) para los reactores térmicos de agua ligera. Claro está que al no haberse comercializado la
reelaboración, la refabricación sólo se ha hecho a nivel de investigación, y sobre esto hay que
afirmar que las experiencias (especialmente en Alemania y Francia) han sido muy
satisfactorias.

9.2.10 Gestión de residuos.


A lo largo del ciclo del combustible aparecen varios tipos de residuos cuyo contenido
radiactivo oscila desde valores despreciables a actividades que hay que manejar con suma
precaución.
Los residuos más importantes son los elementos de combustible irradiados. Ante ellos se abre
la alternativa de reelaborarlos o no. Si se opta por la negativa, existen a su vez varios
procedimientos para disponer tales materiales sin que supongan un riesgo para la población
y el medio ambiente. Si se verifica la reelaboración, la corriente de desechos es más pequeña,
habiéndose concentrado la radiactividad. Lógicamente hay que aportar una solución a este
problema, que puede ser un almacenamiento especial en un recóndito paraje geológico que
sea estable, y que por tanto ofrezca garantías de confinar los residuos allí colocados durante
tiempo indefinido. Habría que seleccionar primero los lugares que presentan tales requisitos,
adecuados tecnológicamente para recibir los residuos, y tratar estos de tal forma que su
volumen sea pequeño y a la vez no hagan falta condiciones especiales de refrigeración.
Por otra parte, la operación del reactor y algunas de las actividades químicas del ciclo generan
ciertas cantidades de radionucleidos que hay que controlar. Dada su baja actividad en
términos absolutos y por unidad de volumen, algunos de ellos son evacuables al medio
ambiente, pudiéndose guardar los de media actividad en cementerios vigilados.
Además de estos desechos provenientes de la operación del ciclo del combustible, la propia
central nuclear puede ser considerada como un desecho al final de su vida útil. Habrá algunos
componentes aprovechables, pero todo el material circundante al reactor estará contaminado
radiológicamente, y necesitará una constante protección para evitar interacciones
perjudiciales con las personas y los bienes.
La clausura de las instalaciones nucleares y la gestión de los combustibles irradiados
constituyen dos de los problemas más serios de la energía nuclear. Hay que admitir el gran
riesgo potencial existente en dichos residuos, pero así mismo hay que reconocer que se han
ido arbitrando sucesivamente medidas tecnológicas encaminadas a un mejor manejo de la
situación, que minimice el riesgo.

9.3 Alternativas en el ciclo del combustible.


La descripción anterior evidencia la posibilidad de diferentes opciones tecnológicas para
aprovechar la energía contenida en los isótopos fisionables. Para cada fase del ciclo pueden

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idearse diversas alternativas, que a su vez pueden ligarse de varias formas, en función de las
características económicas y de seguridad, y de los objetivos que se persigan.

9.3.1 Materias primas.


La primera disyuntiva clara se presenta en las materias primas: el uranio y el torio. En la
actualidad sólo la primera ha llegado a comercializarse, pero la segunda presenta indudables
incentivos (junto a importantes inconvenientes) y podría darse una cierta expansión en el
futuro.
El uso del uranio, facilitado por la existencia natural del 235U, comporta la aparición de otras
especies nucleares durante el quemado en el reactor y en las etapas subsiguientes, debido a
las desintegraciones estimuladas por las reacciones neutrónicas. Por supuesto, parte de los
núcleos de uranio se fisionarán, provocando el nacimiento de productos de masa atómica
intermedia, llamados productos de fisión. Además, las capturas de neutrones también
modificarán la composición isotópica del combustible, tal como se indica en la Figura 9.2.
Antes de comenzar el quemado sólo existirán los isótopos naturales 235U y 238U. A medida que
aquél progrese, aparecerán isótopos del neptunio, plutonio, americio, etc. El cálculo
cuantitativo de este fenómeno excede los límites de este capítulo, orientado básicamente a
situar al lector ante la globalidad de los problemas de la energía nuclear.
De modo análogo, la evolución isotópica a partir del 232Th viene recogida en la Figura 9.3.
Aunque el paralelismo entre ambas es innegable, existen diferencias muy notables que
conviene comentar:
En primer lugar, la inexistencia de un isótopo fisible natural del Th. Sin embargo, debido a la
captura neutrónica y subsiguientes desintegraciones β, a partir del 232Th (fértil) aparece el 233U
(fisible), y a partir del 238U (fértil también) el 239Pu (asimismo fisible). Esta similitud es
cualitativa, pues cuantitativamente existe una diferencia de período muy apreciable entre el
233
Pa en el primer caso, y el 239Np en el segundo. Debido a los 27,4 días del primero, el 233U
tarda bastante en aparecer, a lo que hay que añadir este fenómeno importante: una vez
formados el 233Pa o el 239Np hay dos procesos por los que desaparecen. Primero, la
desintegración β antedicha. Segundo, la absorción neutrónica, en cuyo caso nos quedamos
sin el 233U o el 239Pu. Como la desintegración tarda más en producirse en el caso del Th,
también será más probable que ocurra la absorción, es decir, que no se siga la vía que interesa,
sino la alternativa.
Por último, en la fase de reelaboración se ha de extraer el 233U en un caso y el 239Pu en el otro,
con sus isótopos, lógicamente, pues se trata de una serie de procesos químicos. Ya se
mencionó muy superficialmente que la aparición de los plutonios hacía esta fase bastante
delicada en el caso del ciclo del uranio, pues su toxicidad radiológica exige ambientes cerrados
para impedir la contaminación, no permisible ni en cantidades de µg. Pues bien, en el caso del
torio, la reelaboración es aún más complicada. La culpa de ello radica en el nucleido 232U,
inevitablemente aparece en el ciclo, aunque su proporción puede minimizarse con un
adecuado diseño del reactor.

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Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

Figura 9.2 Posibles reacciones y desintegraciones del combustible nuclear, aparte de la fisión

El 232U pertenece a una serie radiactiva secular que se detiene en el plomo tras producir 7
desintegraciones α, 2 β y varias γ. En dicha serie, el período que domina es el del propio 232U,
de 71,7 años, demasiado largo para permitir un enfriamiento radiactivo antes de proceder a
la reelaboración. El resultado es que las técnicas a emplear son aún más sofisticadas y costosas
que las del ciclo del uranio, encareciendo la reelaboración en un orden de magnitud.
Estas son las principales razones que han frenado hasta el momento la implantación industrial
del ciclo del torio. De ahí que la cuantía y localización de sus yacimientos no se conozca con la
precisión del uranio y de que no haya mercado de tal material.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 9.3 Procesos nucleares del ciclo del torio (secciones eficaces correspondientes a 0,025 e V).

9.3.2 Reactores.
La actividad más específicamente nuclear son los propios reactores en los que tiene lugar la
extracción de energía por medio de reacciones nucleares. Sobre ellos, las alternativas son tan
varias que obligan a su clasificación, y aún ésta es difícil de realizar, como evidenciaremos a
continuación.
Si bien se ha mencionado que de los reactores se extrae energía, necesariamente no tiene por
qué ser así. Esto depende de la finalidad perseguida con cada reactor, que en el caso industrial
comercializado sí es la generación de potencia. Pero si se atiende criterio de finalidad, cabría
una primera clasificación de los reactores en los siguientes términos:
• de enseñanza;
• de investigación, que a su vez admite varios subtipos, muy diferentes entre sí;
• de desarrollo, denominando así a los reactores en los que se prueba la viabilidad de
una serie de ideas tecnológicas constituyendo lo que también suele llamarse un
prototipo;

- 173 -
Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

• de potencia. Son los auténticamente comerciales, y van integrados en sistemas muy


complejos, conocidos como centrales nucleares. Hoy por hoy, constituyen la
justificación económica de la energía nuclear, ofreciendo costes muy competitivos
cuando el factor de utilización es alto, esto es, cuando funcionan un buen número de
horas al año. Esto se debe al poco peso porcentual de los costes de combustible y a las
altas inversiones iniciales que hay que realizar.
• de irradiación. Así son llamados ciertos reactores comerciales que sirven para generar
algunas especies nucleares útiles, como el cobalto 60. Algunos de estos reactores se
fabrican de potencia apreciable (decenas de MW) con objeto de producir plutonio. Son
los llamados plutonígenos, concepto ligado al de reproductor, pero no exactamente
igual.
Otro criterio fundamental para clasificar los reactores es el conjunto de características
nucleares. De ellas hay dos básicas: el espectro neutrónico y la razón de conversión. El
espectro es la distribución energética o de velocidad de los neutrones existentes en el reactor.
Según él, puede haber reactores rápidos en los cuales la mayor parte de los neutrones están
animados de considerable velocidad, siendo la energía media de varios keV, o incluso del
orden del MeV. En el otro extremo se hallan los reactores térmicos, caracterizados por tener
un alto número de neutrones en equilibrio térmico con el medio. Con mayor precisión, un
reactor térmico es aquél en el cual la casi totalidad de las fisiones son inducidas por neutrones
térmicos. Entre ambos límites se puede concebir, diseñar y construir una amplia gama de
reactores. Los epitérmicos, por ejemplo, son aquéllos en los que se produce una moderación
importante de los neutrones sin llegar a la termalización completa. En cualquier caso, la
definición bajo este criterio es orientativa, pues dentro de cada tipo se admiten muchas
matizaciones.
La razón de conversión es el cociente entre el ritmo de aparición de nucleidos fisibles y el ritmo
de destrucción. Habida cuenta de las transmutaciones nucleares por captura neutrónica y
desintegración recogidas en las Figura 9.2 y Figura 9.3 se entiende que durante el
funcionamiento del reactor existan alteraciones en la composición isotópica del material, que
en buena medida pueden calificarse mediante la razón de conversión. Cuando sea superior a
la unidad, el contenido total de nucleidos fisibles en el reactor irá en aumento, llamándose
reproducción a tal efecto, y hablándose de razón de reproducción en vez de razón de
conversión. Bajo este criterio, los reactores pueden clasificarse en:
• reproductores, en los cuales la razón de conversión es superior a la unidad;
• convertidores, en los cuales la razón de conversión es inferior pero próxima; a la
unidad (alrededor o por encima de 0,8).
• quemadores, en los cuales la conversión tiene muy poca importancia no excediendo la
razón de 0,6.
Desde el punto de vista de la utilización del combustible nuclear, los quemadores son los
peores reactores, aunque sin embargo son los únicos que han alcanzado un alto grado de
comercialización, en concreto en la versión de agua ligera. En esto han intervenido muchos
motivos que se resumen en el menor coste de estos reactores por el momento.
Los quemadores consumen fundamentalmente 235U, pero no extraen casi nada de energía del
238
U, que es el isótopo natural abundante. Por el contrario, los reproductores pueden extraer
mucha, previa conversión del 238U en 239Pu y su consiguiente fisión, producida en el propio

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reactor. A este aprovechamiento in situ del 238U (vía 239Pu), hay que añadir la posibilidad de
reelaboración, en la cual se puede separar el plutonio excedente, para cargarlo en otros
reactores.
La influencia beneficiosa de una razón de conversión alta no acaba aquí. Hay que considerar
que las propiedades de multiplicación neutrónica del medio, es decir, la constante de
multiplicación infinita, k, depende de la composición del material, y de modo fundamental de
la cantidad de nucleidos fisibles existentes. A medida que estos van consumiéndose y
apareciendo productos de fisión, la k del material va disminuyendo, a lo cual se denomina
pérdida de reactividad por quemado. En la Figura 9.4 se muestra tal evolución para distintos
casos, con iguales condiciones iniciales, pero distinta razón de conversión. Cuanto mayor sea
ésta, menor pendiente de disminución tendrá la k, lo que significa que el reactor podrá
funcionar durante más tiempo; o lo que es equivalente: para alcanzar una duración de
funcionamiento dada, la mayor razón de conversión permitirá una menor k inicial, lo que
significa menor enriquecimiento, y por tanto menor coste. Esto se ha visualizado en la Figura
9.5. Una salvedad que conviene hacer es que la razón de conversión, al igual que el propio
contenido isotópico, varía con el quemado. No obstante, este efecto es pequeño y casi
secundario.

Figura 9.4 Variación de la k con el grado de quemado, para diversos valores de la razón de conversión (RC).

Otro criterio para clasificar reactores es el tipo de combustible. Por un lado pueden
distinguirse los que usan aleaciones metálicas de los que emplean dióxido de uranio. Por otra
parte, cabe diferenciar entre los que necesitan uranio enriquecido y los que funcionan con
uranio natural.
De modo análogo, los reactores pueden clasificarse en función de sus características
tecnológicas no nucleares, y en concreto, las relativas a la producción y extracción de energía.
El primer criterio puede ser el tipo de refrigerante usado, entre los que se cuentan:
• gas (CO2 y He)
• agua ligera y agua pesada

- 175 -
Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

• materiales orgánicos
• materiales fundidos (sodio).
Esto se aplica a los reactores heterogéneos, en los cuales el combustible va envainado, y ocupa
una posición física diferente de la del refrigerante. Sin embargo, se han ideado -con escasos
resultados prácticos- reactores homogéneos en los cuales el combustible va mezclado con
otros materiales formando en general una sal fundida. En tal caso, la propia sal sirve para
extraer el calor del reactor, siendo cedido luego en un cambiador de calor exterior.
Caben multitud de clasificaciones más, en función del material moderador, por ejemplo,
aplicable para reactores térmicos y epitérmicos, o de la movilidad del reactor, que puede ser
estático (como el de las centrales eléctricas) o móvil, como los usados en propulsión naval.
Una lista exhaustiva es imposible e innecesaria, habiendo quedado enumerados los criterios
y nominaciones fundamentales.

Figura 9.5 Influencia de la razón de conversión (RC) en el valor inicial de k, para


conseguir un ciclo de funcionamiento de longitud definida, Bc.

Tabla 9.1 Comparación de las características de los diversos tipos de reactores térmicos

Magnitud GCR HWR BWR PWR

Densidad de potencia (W/CG) 1,5 12 55 100


Potencia específica (kW/kg U) 6 21 22 38
Quemado de descarga (MW d/kg U) 4,5 8 28 3,2
Enriqueclmlento(%) 0,71 0,71 2,8 3,2
Quemado de descarga respecto del U. natural usado (MWd/kg U) 4,5 8 5,4 5,5

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

En el capítulo sobre centrales nucleares y en el de reactores avanzados de este libro pueden


verse diversos esquemas de reactores térmicos, avanzados y rápidos. En ellos se aprecian
notables diferencias macroscópicas o estructurales de unos a otros modelos, derivados de las
opciones escogidas en el diseño: tipo de espectro neutrónico, naturaleza del refrigerante,
composición isotópica del combustible, etcétera.

9.3.3 Otras alternativas


Prácticamente, cada una de las fases del ciclo del combustible admite diversas formas de
ejecución. Por ejemplo, la separación isotópica puede realizarse por difusión gaseosa,
ultracentrifugación, toberas y otros métodos, aunque sólo el primero haya sido extensamente
utilizado industrialmente, y el segundo se esté comercializando en la actualidad.
Si contemplamos las actividades previas al quemado en el reactor, aparte de la alternativa en
las materias primas, se presenta la disyuntiva de enriquecer o no. Esto depende del tipo de
reactor que se use, pero incluso en aquéllos que necesitan enriquecimiento, el valor numérico
de éste puede variar en función de ciertas magnitudes. Interesa señalar que los reactores de
grafito-gas y de agua pesada pueden funcionar con uranio natural mientras que los de agua
ligera necesitan uranio enriquecido. A pesar de esta característica estos últimos reactores se
han impuesto en el terreno mercantil.
En cuanto a las actividades posteriores al quemado en el reactor, algunas son imprescindibles,
aunque puedan ejecutarse de varias maneras, mientras que otras son optativas. Esto da lugar
a diferentes tipos de ciclos, en los que la alternativa se centra en una fase concreta: la
reelaboración. Si ésta se lleva a cabo, se recuperan importantes cantidades de combustible
nuclear, y a la vez se concentran los indeseables productos de alta actividad. Si no se hace, se
malbarata una importante fuente de energía, y los elementos tendrán que disponerse para su
almacenamiento final. La ventaja que comporta no reelaborar radica en la no aparición de
plutonio puro en ningún momento del ciclo, lo cual es positivo en tanto que disminuye el
riesgo radiológico y el riesgo de proliferación nuclear.
A este tipo de ciclos, en los cuales no se reelabora, se le denomina abiertos (“once-through”
en terminología inglesa).
Los ciclos con reelaboración no se han comercializado aún por dos serios motivos: unos
políticos y ecológicos, derivados de la peligrosidad del plutonio, ligados a los riesgos
mencionados anteriormente, y otros técnicos, debidos al hecho de que en la actualidad la
mayor parte de los reactores son “quemadores” y el incentivo de reelaborar es escaso, puesto
que el contenido de nucleidos fisibles en los combustibles irradiados es bastante bajo.
Respecto del uso del torio, habría que decir que el 233U no reviste un riesgo radiológico similar
al del plutonio, pero va acompañado del 232U, que es mucho peor. Además, el 233U también
puede usarse como material bélico lo que hace que la reelaboración en general revista una
connotación proliferante, tan evidente que varios gobiernos de las grandes potencias se
oponen a ella. Podría argumentarse en contra que el 235U en estado casi puro es asimismo un
material bélico, por lo que el enriquecimiento habría de haber sido vetado de forma similar.
La razón de no ocurrir así radica en que esta actividad es de tecnología mucho más compleja
e inasequible que la reelaboración, estando dominada por un restringido número de países.
De lo que no cabe duda es que alguna solución habrá que ofrecer al problema final de los
combustibles irradiados. Si se ha reelaborado, el residuo de alta actividad, adecuadamente
dispuesto, puede mandarse a un confinamiento seguro como un depósito ultrasubterráneo

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Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

en una mina de sal. Si no, los elementos combustibles pueden quedar almacenados
transitoriamente durante varios años en depósitos centralizados, sometidos a regulaciones de
seguridad nuclear tan estrictas como las de las propias centrales nucleoeléctricas. Cada cierto
tiempo habría que reacondicionar los elementos y tratar los residuos radiactivos que hubieran
escapado de las vainas, los cuales probablemente serían dispuestos en yacimientos geológicos
tras su vitrificación. En principio, estas instalaciones de almacenamiento de combustible
irradiado deberían permitir la recuperación de los elementos para una posible reelaboración,
en el caso de que fuera necesario hacerla en un momento posterior. Comparados con los
depósitos definitivos en formaciones salinas, arcillosas, etcétera, estos almacenes transitorios
revisten mayor peligrosidad por su más fácil conexión con el medio ambiente, salvo que se
emplearan con este fin depósitos geológicos como los mencionados, de los cuales fueran
recuperables los elementos, y éstos hubieran sido sometidos a tratamiento para mejorar su
estanqueidad.

9.4 Diseño del reactor y diseño de ciclos.


El reactor es el centro de todas las actividades nucleares, puesto que en él se verifican las
reacciones y procesos de los que se extrae energía. De ahí que este epígrafe vaya dedicado a
ciertas consideraciones sobre su proyecto, más la imprescindible revisión continua del mismo,
puesto que un reactor -sistema en el que varía la composición de sus constituyentes- es una
entidad con cierta vida propia, de la que interesa su economía y, sobre todo, su seguridad.
Diseñar un reactor no es solamente darle una forma y un contenido, sino saber cómo
responde ante cualquier eventualidad, determinar los límites de operación y conocer sus
actuaciones, es decir, la distribución temporal, espacial; energética de sus principales
magnitudes. Para sistematizar esta tarea, que ha de abordarse por un complejo equipo de
profesionales, no sólo ha de conocerse las herramientas de cálculo a usar y su fundamentación
física y académica, sino los principales conceptos que intervienen en el diseño. A continuación
se exponen algunas consideraciones sobre este tema, enumerando los puntos esenciales en
el proyecto de reactores de agua ligera. No todos los argumentos usados son extrapolables
directamente a otro tipo de reactores. Por ejemplo, los que usan gas como refrigerante no
están condicionados por los criterios termohidráulicos impuestos para el agua. No obstante,
lo primordial es habituarse al tipo de cuestiones técnicas involucradas en este trabajo, para lo
cual puede ser una buena ilustración la de los LWR, que por otra parte son los reactores más
extendidos en la actualidad.

9.4.1 Especificaciones nominales del reactor.


Esto significa definir su constitución, describiendo el número de elementos, la configuración y
tamaño de éstos y sus componentes (varillas, por ejemplo, para los LWR), composición y
dimensiones de los elementos estructurales, de control y materiales especiales, más la
descripción similarmente completa del sistema de refrigeración. Este último apartado es
particularmente importante de cara a la especificación fundamental del reactor: su potencia.

9.4.2 Distribuciones de potencia y factores asociados.


Puesto que están definidas la potencia del reactor y la descripción completa de éste, se
obtienen por mero cociente la densidad de potencia y la potencia específica medias. Esto no
es suficiente; hay que obtener, con los adecuados cálculos nucleares y termohidráulicos, las
distribuciones espaciales de estas magnitudes, más las de:

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

• Densidad lineal de potencia: que es la producida por unidad de longitud activa del
combustible (unidades: kW/m).
• Flujo de calor local: es el flujo de calor que atraviesa la superficie de la vaina (Btu/(ft2·h)
o cal/cm2·s)).
Los estudios de estas magnitudes se expresan parametrizando las distribuciones obtenidas a
través de lo que se denomina factores de pico. Obviamente, los puntos de mayor riesgo son
los que más cerca estén de las limitaciones de seguridad, y éstos a su vez condicionan las
actuaciones medias del reactor, en el sentido de que, si en algún punto se transgrediera un
criterio, habría de bajarse la potencia de operación para evitarlo, a no ser que pudiera
redistribuirse en el reactor tal magnitud.
Existen varias definiciones de factores de pico, algunas de ellas específicas de cada
constructor. Se da el calificativo de tecnológicos a los factores de pico que contabilizan las
desviaciones respecto a las condiciones nominales de operación y fabricación, incluyendo en
algunos casos incertidumbres y tolerancias.
Por ejemplo, se denomina factor de pico axial al cociente entre la potencia lineal media en el
plano horizontal de máxima densidad de potencia media, y la potencia lineal media del núcleo.
Por otra parte, se denomina, factor de pico radial (u horizontal) a la razón entre las densidades
de potencia máxima y media en el plano horizontal antes citado.

9.4.3 Cociente mínimo de flujo calorífico crítico.


Este concepto es internacionalmente conocido por los acrónimos ingleses DNB o DNBR
(“departure from nucleate boiling ratio”), y expresa el cociente entre el flujo calorífico crítico
y el flujo de calor local, que ha de ser siempre superior a un valor especificado, mayor que la
unidad.
Se entiende por flujo calorífico crítico aquél a partir del cual un aumento de temperatura en
la vaina no representa un aumento del citado flujo, sino una disminución. Ello se debe a que
la ebullición en el refrigerante pasa de nucleada a pelicular (tras una fase de transición). Si se
alcanzara el flujo calorífico crítico, la temperatura de la vaina sufriría un aumento brusco, que
con seguridad provocaría su fusión parcial, con la consiguiente liberación de productos de
fisión. De ahí que tal magnitud se limite mediante el criterio antedicho, fijándose comúnmente
el mínimo del DNB en 1,3 (lo cual supone que, como máximo, se alcanzará un flujo de calor
que sea el 75% del crítico).
Puesto que en todos los reactores se permite un margen de sobrepotencia, entre el 115 y el
120 por 100 de la nominal, conviene precisar que todos los criterios termohidráulicos rigen
también para esos estados especiales, por lo que en condiciones usuales de operación no se
presentan flujos de calor tan elevados.

9.4.4 No fusión del combustible.


Bajo ninguna circunstancia se permitirá la fusión del UO2, con objeto de evitar la redistribución
significativa del combustible, así como posibles fallos en las vainas por tal causa. Puesto que
el UO2 sinterizado funde a 2.760 °C, las temperaturas máximas han de ser considerablemente
menores que esta cifra. Para ello se limita la densidad de potencia lineal, pues, por ejemplo,
para varillas de 1 centímetro de diámetro en condiciones típicas de operación, se alcanzaría
la fusión en el eje con unos 22 kW/ft. Por lo general la potencia lineal se mueve en rangos

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Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

bastante inferiores a dicho valor, por lo que este criterio suele ser menos limitativo que el del
DNBR.

9.4.5 Coeficientes de reactividad.


El reactor ha de ser intrínsecamente estable de modo que se oponga las perturbaciones que
en él se produzcan.
Este requisito es absolutamente fundamental, pues de no cumplirse, el reactor no tendría un
estado de operación definido, sino que seguiría y realimentaría cualquier alteración,
pudiéndose llegar a la destrucción total del núcleo.
En general, se piensa que el control del reactor sirve para evitar esas excursiones anómalas,
lo cual es una creencia hasta cierto punto equivocada. Considérese que la vida media de los
neutrones inmediatos es de microsegundos, mientras que la actuación del control requiere
tiempos de centésima de segundo como poco; pues aunque la lectura de datos en los
instrumentos y su computación electrónica fueran instantáneas, las acciones
electromecánicas para mover las barras de control no lo son. Esto evidencia que, antes de
poder ejercer ninguna acción correctora desde el exterior, han tenido lugar un gran número
de generaciones neutrónicas que tienden a propagar los efectos exponencialmente en el
tiempo. Por ello, la respuesta intrínseca del reactor ha de ser contraria a la perturbación
producida, para evitar las mencionadas excursiones inestables, y dar lugar a que los
operadores enmienden a largo plazo el comportamiento del sistema.
Para valorar la estabilidad del reactor se emplean diversos parámetros, entre los que destacan
los coeficientes de reactividad, por ser ésta la magnitud que expresa la evolución de la
población neutrónica. Entre ellos son significativamente importantes dos: el coeficiente de
temperatura del combustible (también llamado Doppler) y el de densidad del moderador.
El primero se define por

𝜕𝐾
𝐶𝑇 = (9.1)
𝜕𝑇
El coeficiente Doppler es la derivada de la constante de multiplicación efectiva del reactor
respecto de la temperatura. El criterio que se establece es que ese coeficiente ha de ser
negativo.
La constante K depende de la temperatura del combustible a través de la influencia de ésta
en la forma de las resonancias, fenómeno conocido como efecto Doppler, explicado por la
física nuclear. En un reactor de agua ligera, el nucleido más significativo en este efecto es el
238
U, cuyas resonancias de captura se ensanchan (aplanándose) al aumentar la temperatura.
El resultado es un incremento en la tasa de neutrones absorbidos por tal material, que
consiguientemente disminuye el valor de K. Se aprecia que el criterio enunciado se cumple,
pues la mencionada derivada tiene signo negativo.
El coeficiente de densidad del moderador se define de modo análogo:

𝜕𝐾
𝐶𝜌 = (9.2)
𝜕𝜌

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

siendo ρ la densidad. En este caso, tal coeficiente ha de ser positivo y la manera de lograrlo se
analizará poco después. En primer lugar vamos a considerar la necesidad de este criterio, junto
con el del combustible.
La magnitud primordial en un reactor es la potencia. Si, por cualquier causa, la potencia
aumentara rápida y sustancialmente el sistema de refrigeración no podría evacuar tanto calor
y se llegaría a la fusión del núcleo y materiales circundantes, con la lógica pérdida económica
y con un inmenso riesgo radiológico.
Dado que la potencia es una expresión de la tasa de fisiones lo que realmente nos ha de
preocupar es la población neutrónica que induce esas fisiones. La evolución de esta población
viene marcada por la constante K, de modo que cuando ésta sea superior a la unidad, la
potencia aumentará, siendo estacionaria para K = 1. Como en el reactor existe un ciclo cerrado
por el acoplamiento nuclear-termohidráulico, las variaciones de potencia tendrán cierta
influencia en la K, que ha de ser tal que

𝑑𝐾
<0 (9.3)
𝑑𝑃
pues de lo contrario se tendrá una realimentación positiva y puede fundirse el reactor como
consecuencia de una minúscula perturbación que haya aumentado inicialmente la potencia.
Analizando dicha derivada, encontramos que las dos magnitudes que se modifican
significativamente al variar la potencia son la temperatura del combustible y la densidad del
moderador aunque con diferente signo. En efecto

𝑑𝑇
>0
𝑑𝑃
(9.4)
𝑑𝜌
<0
𝑑𝑃
Podríamos escribir en primera aproximación:

𝑑𝐾 𝜕𝐾 𝜕𝑇 𝜕𝐾 𝜕𝜌
= + (9.5)
𝑑𝑃 𝜕𝑇 𝜕𝑃 𝜕𝜌 𝜕𝑇
Reemplazando los signos de las dos derivadas de la Ec. (9.4) para que la Ec. (9.5) sea
incondicionalmente negativa, encontramos que se ha de cumplir que:

𝜕𝐾
𝐶𝑇 = <0
𝜕𝑇
(9.6)
𝜕𝐾
𝐶𝜌 = >0
𝜕𝜌
que son precisamente los criterios expuestos sobre los coeficientes de reactividad. Vimos que
el primero de ellos se cumplía gracias al efecto Doppler de las resonancias del 238U. Analicemos
ahora como conseguiremos el cumplimiento del segundo, comenzando por calcular el valor

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Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

de K para diferentes densidades del refrigerante. En la Figura 9.6 se muestra el resultado para
un reactor hipotético, que nos servirá de base para nuestras consideraciones.

Figura 9.6 Variación de k en función de la densidad del moderador, ρ.

En la curva se aprecia un máximo que separa dos zonas con diferente pendiente. En la primera
de ellas, denomina submoderada se cumple el requisito del coeficiente de reactividad. No así
en la segunda, la supermoderada en la cual los reactores no podrían funcionar, según nuestro
criterio. En efecto si escogiéramos como funcionamiento el punto 2, un aumento espúreo de
potencia, que disminuiría la densidad del refrigerante, provocaría incremento en la K, que a
su vez redundaría en aumentar de nuevo la potencia. Aunque en principio existe la limitación
del valor máximo K*, lo más probable es que el reactor quedara destruido antes de alcanzar
dicho punto. Por el contrario, de haber elegido como funcionamiento el 1, la misma
perturbación hubiera inducido una disminución de K, por lo que la potencia del reactor
tendería a disminuir, en oposición a la alteración realizada. Por supuesto, para el control del
reactor a largo plazo (medido en tiempos de generación neutrónica) y para la variación del
nivel de potencia del reactor, sirven los sistemas de operación y control.
Al principio, con densidades muy bajas, no hay moderación, y muchos neutrones mueren en
las resonancias. Cuando la cantidad de agua aumenta, la moderación va siendo más efectiva,
por lo que la probabilidad de escape a las resonancias, ρ, aumenta, haciendo aumentar a su
vez la K. Alcanzando cierto punto, prácticamente no se puede moderar más. Si añadimos más
agua por unidad de volumen, el hidrógeno competirá con el uranio en las capturas de
neutrones térmicos haciendo que la K disminuya, pues disminuye el factor de utilización
térmica.
Un aspecto de cierta importancia referente a la curva anterior, y que se da en los reactores de
agua a presión, merece ser comentado. En estos reactores, para contrarrestar el exceso de
reactividad, se diluye boro en el agua, por sus propiedades absorbentes. En buena
aproximación, la cantidad de boro por unidad de volumen es función lineal de la densidad del
agua lo cual hace que, al repetir los cálculos anteriores, se obtenga una curva algo distinta,
como evidencia la Figura 9.7.

- 182 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 9.7 Variación de k en función de ρ, según el moderador lleve o no boro en disolución.

Se aprecia que hay un rango de densidades, entre ρc* y ρs* que era submoderado en el caso
de no haber boro, y que es supermoderado para la cantidad de boro que se ha supuesto (la
cual suele expresarse en partes por millón de agua, ppm). Esto se debe a la más rápida
disminución del factor de utilización térmica, pues junto a la captura del hidrógeno hay, que
considerar la propia del boro. Por tanto, la adición de este material restringe la zona de
submoderación, lo que es igual a decir que limita el campo de densidades en que se puede
funcionar. Para superar este Inconveniente, parte de la antirreactividad puede proveerse con
absorbentes sólidos, bien en barras independientes, bien dispersos en el propio combustible
(lo que suele denominarse veneno consumible).
Las definiciones de coeficientes de reactividad que se han dado son las más simples, pero
como ya se dijo, no las únicas. Por ejemplo, tienen el inconveniente de que su valor depende
de las unidades usadas en T y ρ. Para evitar esto pueden emplearse las derivadas logarítmicas.

𝜕𝐾
𝐶𝑇 = 𝑇
𝜕𝑇
(9.7)
𝜕𝐾
𝐶𝜌 = 𝜌
𝜕𝜌
Por otra parte, en el numerador se ha empleado la constante K. Algunos prefieren sustituida
por la reactividad, definida por

𝐾−1
𝜌= (9.8)
𝐾
(que, como se ve, tiene el inconveniente de estar representada por la misma letra que la
densidad, ρ).
Por supuesto, existen otras magnitudes que influyen en K y tienen por consiguiente su
coeficiente de reactividad, aunque sea secundario, como los de densificación del combustible,
de formación de varillas y otros.

- 183 -
Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

9.4.6 Quemado.
Obviamente, el combustible se introduce en el reactor para extraer energía de él. Esto provoca
una evolución constante de su composición isotópica, en la que aparecen productos de fisión,
de activación y transuránicos. Un deber del diseño del reactor, tanto en su primera carga como
en los ciclos sucesivos, es evaluar dicha evolución así como la pérdida de reactividad que ello
supone, la cual determinará el fin del ciclo.
Una vez que se ha alcanzado éste, el reactor no puede mantener el funcionamiento a potencia
nominal. Sin embargo, existe la posibilidad de seguir extrayendo energía de él, aunque
disminuyendo gradualmente el nivel de potencia. Ello se debe a que el coeficiente dK/dP es
negativo, como analizamos en el punto anterior. Por ello, aunque la constante K tiende a
disminuir debido al quemado, la bajada de P la va incrementando hasta conservarla igual a la
unidad. Por supuesto, este procedimiento, l1amado coastdown en terminología inglesa, tiene
una duración limitada, y a veces se usa para que la parada de recarga coincida con el momento
deseado por el explotador de la central.

9.4.7 Otros criterios.


Es función del tipo del reactor, procedimientos de fabricación, sistema de control, sistemas
auxiliares, etc., se pueden establecer otros criterios. Uno de los fundamentales, que depende
del material usado en la vaina, su espesor, tratamientos metalúrgicos, y otros factores, es el
máximo quemado alcanzable. Esta magnitud limita lógicamente la duración del ciclo y la po-
tencia específica, por lo que tiene una influencia notable en el coste de la energía.
Otros criterios importantes son los referentes a las barras de control. En general, se admite
que una de ellas pueda quedar atascada cuando se necesite su concurso, lo cual tiene que ser
paliado por la acción de las barras restantes. Esto limita el valor de antirreactividad que puede
tener una sola barra y en consecuencia, el número mínimo de ellas que ha de haber.
Los apartados que se han ido describiendo recogen los conceptos principales a tener en
cuenta en el diseño de un reactor de agua ligera, aunque podrían añadirse matices
característicos de cada una de las versiones que se construyen: a presión y en ebullición.
La forma de llevar a la práctica tal diseño es algo que excede en cierto modo los límites de
este libro, en el sentido de que no es una actividad estrictamente académica, e incluso
depende de los propios grupos de ingeniería que lo realicen. No obstante, se evidencian tres
áreas de proyecto, interconectadas entre sí, referentes a los cálculos mecánicos,
termohidráulicos, y nucleares, respectivamente. El contenido y objetivos de cada área van
implícitos en su definición, teniendo en cuenta las consideraciones precedentes. Las
herramientas usadas en cada caso pueden variar con el tipo de proyecto, pero siempre están
presentes estas dos:
• datos básicos sobre los procesos y fenómenos involucrados en el comportamiento
(mecánico, termohidráulico o nuclear) del reactor y sus sistemas.
• programas de computación que resuelven las ecuaciones que gobiernan tales
procesos, en general excesivamente complejas por el alto número de variables, las
condiciones de contorno, etc.
El proyecto real requiere la reiteración de los cálculos aludidos, hasta obtener los rangos
permitidos de variación en las magnitudes fundamentales, de tal manera que se cumplan las

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

especificaciones nominales de diseño. Esto es obvio, y merece poco comentario. Si se ha


especificado, por ejemplo, que el refrigerante va a ser agua ligera, se tendrá que acotar la
densidad de potencia -en función de la fracción de volumen que ocupe el agua en el
reactor- pues la capacidad de extracción de calor de este fluido viene limitada por su propio
calor específico, la temperatura máxima alcanzable y el gasto másico que pueda asegurarse.
El diseño mecánico queda establecido con el proyecto inicial de la central, en el cual se
determinan las dimensiones del reactor, vasija, elementos estructurales, etcétera. Las únicas
variables que pueden modificarse en ciclos posteriores son las de los elementos combustibles,
como el número de varillas por elemento (y por tanto el diámetro de las varillas), el espesor
de las vainas, la densidad del combustible y otras. Aun en este caso, los elementos se diseñan
para un amplio número de reactores (de la misma familia) por lo que no suele ser una tarea
específica de los cálculos de los sucesivos ciclos de una central.
El proyecto termohidráulico tiene especial significación, dado que los criterios más restrictivos
suelen pertenecer a él, como el comentado DNBR. Su objetivo es determinar las actuaciones
del refrigerante y demás componentes (vaina, combustible...), para lo cual se recurre a los
lógicos cálculos de transmisión de calor, teniendo como datos básicos las características de
los materiales (coeficientes de película, coeficientes de dilatación...). Por supuesto que para
realizar los cálculos termohidráulicos hace falta conocer la distribución de potencia, que es un
resultado del cálculo nuclear, pues depende de la tasa de fisiones y demás reacciones
exoenergéticas. A su vez, el cálculo nuclear requiere algunos datos de procedencia
termohidráulica, como densidades de los componentes (en especial de los fluidos)
temperatura del combustible, etc.
El diseño nuclear es la faceta típicamente peculiar de los reactores, y exige la resolución de la
ecuación de transporte de neutrones. Ello proporciona su distribución energético-espacial, de
la que se obtienen las tasas de reacciones y, en definitiva, cualquier magnitud asociada. Tal
resolución es tan compleja que tiene que abordarse, tras considerables simplificaciones, con
varios códigos de computación, encadenados según metodologías adecuadas al tipo de
reactor. No es lo mismo la problemática de la moderación y termalización en el grafito que el
cálculo de una cortina de control en un reactor de agua en ebullición. Por supuesto, para
comprender la estructura de los códigos de computación y su uso, es imprescindible conocer
los fenómenos implicados en el transporte de neutrones y las aproximaciones a su estudio,
como la ecuación de la difusión, la teoría de la Edad, etcétera.
Tanto el diseño termohidráulico como el nuclear han de repetirse para cada recarga del
reactor, puesto que ésta supone una nueva configuración. Esto requiere el conocimiento de
la situación de cada elemento, más la historia de quemado de éstos, si no son frescos. Aunque
los cálculos deben realizarse para todos los momentos del ciclo, el más conflictivo respecto a
los criterios de diseño suele ser el comienzo, pues el quemado tiende a aplanar la potencia,
salvo que se siga una estrategia desafortunada con las barras de control. Se aprecia que el
diseño del ciclo es una actividad mucho más sofisticada que la gestión del combustible, y que
se realiza a partir de las estimaciones de ésta. Lógicamente, al igual que en la gestión, pueden
computarse cálculos económicos del ciclo; aunque en este caso el objetivo no es la
optimización global del reactor, sino la determinación más aproximada del coste del
combustible en el ejercicio que se avecina, teniendo en cuenta la situación real de la central,
no la prevista.

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Tema 9 - El ciclo del combustible nuclear y su gestión.

9.5 Bibliografia.
1) Jersey Central Power and Light Company, Report on Economic Analysis for Oyster Creek
Nuclear Electric Generating Station, 1964.
2) Tennessee Valley Authority, Comparison of Coal-Fired and Nuclear Power Plants for the
TV A System, 1966.
3) Rossin y T. A. Rieck, Economics of Nuclear Power, Science, Vol. 201, (582-589), 1978.
4) S. M. Keeny, Jr., Nuclear Power Issues and Choices, Ballinger Pub. Co., USA, 1977.
5) Sesonske, Nuclear Power Plant Design Analysis, USAEC, 1973.
6) Cicognani y otros, II ciclo del combustibile del reattori nucleare, CNEN, 1976.
7) J. M. Martínez-Val, Perspectivas de la energía nuclear, Energía Nuclear, núm. 116, (363-
379), 1978.
8) M. R. Corella y J. M. Martínez-Val, SOTHIS, a program to calculate leed enrichments
andfuel costs of PWR equilibrium cycles. Informe JEN-303, 1975.
9) M. Aragonés y otros, métodos y programas de cálculo para gestión del combustible en
PWR, Informe JEN-383, 1976.
10) G. Ve1arde y otros, Gestión y proyecto de elementos combustibles en los reactores de
agua ligera, Informe JEN-250, 1974.
11) J. M. Martínez-Val y otros, Core-state modelsfor fuel management ofequilibrium and
transition cycles in PWR, Nuclear Technology, Vol. 34 (398-411), 1977.
12) INFCE Summary Report, OIEA, Viena, 1980.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Bloque 3:
Aplicaciones de radionucleidos y
radiaciones en campos diferentes del
energético: sistemas para su
producción, uso y detección.
AUTOR: Francisco Ogando

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Tema 10 - Aceleradores de partículas.

Tema 10 Aceleradores de partículas.


10.1 Introducción.
En este tema se va a tratar tanto la ciencia como tecnología que han dado lugar a los
aceleradores de partículas. Como acelerador de partículas se entiende un aparato capaz de
transmitir energía a partículas de tamaño del orden atómico (como se verá podrán ser de
tamaño mayor o menor) y conseguir que adquieran una velocidad elevada respecto del
aparato acelerador. Mediante un aporte suficientemente elevado de energía se espera que
las partículas aceleradas puedan, por una parte acceder a regiones espaciales de acceso
energéticamente difícil (núcleos atómicos con sus intensos campos eléctricos), como también
realizar una súbita e intensa transferencia de energía a otras partículas de esas regiones.
Los comienzos del estudio de la aceleración de partículas se remontan a los comienzos del
siglo XX, una época de intensa investigación sobre la estructura de la materia y la radiactividad.
Desde el descubrimiento de la radiactividad natural en 1898 por Henry Becquerel, se
identificaron sus tres tipos (alfa, beta y gamma) y se abrió un nuevo campo de
experimentación con ellas. Como resultado de un famoso experimento, en el que en 1908 Sir
Ernest Rutherford estudió el desvío de las trayectorias de las partículas alfa al atravesar una
lámina delgada de oro, se propuso un modelo de estructura atómica de tipo planetario. Las
bases de dicho modelo se mantienen aún vigentes, como se ha podido estudiar en el Bloque
1 de este libro.
Se comprobó que las radiaciones emitidas de modo natural tienen la capacidad de llegar hasta
el núcleo de los átomos, venciendo la repulsión electrostática. Esto abría el campo a poder
alterar el contenido de los núcleos, es decir, lograr la transmutación de la materia, sueño tan
largo tiempo anhelado por el hombre. Esto, unido a la posibilidad de inducir radiactividad
sobre núcleos estables (Joliot e Irene Curie, 1934), abría la posibilidad de obtener una gran
cantidad de nuevos núcleos atómicos radiactivos de propiedades hasta entonces
desconocidas. Esos nuevos núcleos obtenidos artificialmente serían en muchos casos
radiactivos con lo que se dispondría entonces de muchas nuevas posibilidades para medicina
y otros campos de aplicación.
Una vez conocida la capacidad de la radiación alfa y beta, partículas de alta energía, de
provocar interacciones con los núcleos atómicos, se planteó la cuestión de qué ocurriría en
interacciones de mayor y mayor energía. De este modo surgió la necesidad de impartir más y
más energía a partículas que pudieran dar lugar a tales interacciones. Llegados a ese punto,
esas partículas no tendrían por qué ser las producidas por radiactividad natural. El modo más
eficiente de transferencia de energía a las partículas se encontró desde los primeros
comienzos en el campo electromagnético. Esto es debido al largo alcance de la fuerza
electromagnética, así como la gran densidad de carga eléctrica de la mayoría de las partículas
subatómicas, que hace que las interacciones sean mucho más intensas que, por ejemplo, con
el campo gravitatorio.
La impartición de gran cantidad de energía a una partícula, en virtud a la dualidad onda-
partícula y los desarrollos de la Mecánica Cuántica, da lugar a que su longitud de onda de de
Broglie se reduzca, produciendo por tanto unos paquetes de ondas más y más compactos que
producen interacciones de tipo más y más localizado. De un modo visual e intuitivo se
comprende que si para estudiar las propiedades de un sistema, se utiliza el bombardeo de
partículas, nunca se podrá tener más resolución que el tamaño de las mismas (¿Qué

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

resultados habría dado el experimento de Rutherford de haberse realizado con canicas?). De


este modo la obtención de partículas de muy alta energía permite introducirse en el interior
del núcleo atómico y conseguir información con muy alta resolución. Dichos experimentos, a
modo de descendientes del original de Rutherford, permiten inducir propiedades de las
partículas nucleares, lo que ha dado lugar a la teoría de quarks y la cromodinámica.
El diseño de campos electromagnéticos de forma más y más ingeniosa ha permitido la
transferencia de más y más cantidad de energía a las partículas aceleradas. Desde los 100 keV
de los primeros aceleradores, se ha pasado a cantidades mayores al TeV (1012 eV) en los
grandes aceleradores de investigación. En experimentos de tan alta densidad de energía
(cantidad no obstante minúscula desde el punto de vista macroscópico) se logra penetrar en
el interior de los nucleones y asimismo producir nuevas partículas con las que experimentar y
poner a prueba las teorías físicas actuales. Teniendo en cuenta las altas energías impartidas
por los aceleradores de partículas, en la mayoría de las ocasiones es absolutamente necesario
el uso de mecánica relativista para calcular el movimiento de las partículas aceleradas. Esto
ocurre cuando la energía cinética de las partículas se hace del orden de su energía en reposo
m0c2 (511 keV para electrones y 928 MeV para protones).
Los aceleradores de partículas ocupan hoy en día una posición privilegiada en muchas
aplicaciones tanto médicas como industriales. Se encuentran desde en los tubos de rayos
catódicos de televisiones y monitores CRT, pasando por los de tratamiento médico por
radioterapia, hasta los grandes aceleradores de investigación de física de altas energías. En
este capítulo se dará una introducción básica a la física y tecnología asociada al diseño de
aceleradores de partículas, dejando para el tema siguiente la cuestión de las posibles
aplicaciones de éstos.

10.2 Fundamentos de la aceleración de partículas.


La aceleración de partículas se realiza mediante la interacción de éstas con algún campo
externo, de modo que se produzca una transferencia de energía entre el campo y la partícula.
Como ya se ha comentado anteriormente, por razones del alcance efectivo, los únicos campos
susceptibles de producir una aceleración a distancia son la gravitatoria y la electromagnética,
ya que tanto la fuerte como la débil actúan únicamente a escala atómica de distancias.
Ciertamente las energías involucradas en las interacciones fuerte y débil no son en absoluto
desdeñables (la energía de ligadura de los nucleones es del orden de varios MeV), pero su
utilización práctica en sistemas aceleradores no es posible debido a la falta de control del
proceso. La fuerza gravitatoria tiene una intensidad muy baja en las escalas atómicas y los
únicos sistemas en los que produce grandes aceleraciones (los astronómicos) son del todo
inabordables en la escala de laboratorio.
Por contra, se pueden producir campos electromagnéticos intensos con relativa facilidad y
con gran control sobre su evolución espacio-temporal. La mayoría de las partículas
subatómicas (con la notable excepción del neutrón) poseen una elevada carga eléctrica
específica respecto a los valores manejados en sistemas macroscópicos. Por ejemplo, un
condensador de 1 mF que pese unos 20 g, alimentado a 1000 V produciría una carga eléctrica
específica de 50 C/kg, mientras que esa relación para un electrón toma el valor de
e/me= = 1,76·1011 C/kg.
Por todo lo anterior, de ahora en adelante cuando se trate de sistemas aceleradores se
supondrá que éstos utilizan campos electromagnéticos para el proceso. Para el caso de

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Tema 10 - Aceleradores de partículas.

pretender acelerar partículas neutras (como átomos) se deberán utilizar, cuando sea posible,
métodos para proporcionar carga eléctrica a las partículas que se quieran acelerar. En el caso
de átomos completos, por ejemplo, se procederá a su ionización para posteriormente
devolverlos a la neutralidad de carga antes de abandonar el acelerador.

10.2.1 Definiciones preliminares.


Bajo estas premisas, se pueden definir unos conceptos preliminares, que serán útiles para el
resto de las explicaciones.
• Haz de partículas: se refiere a un conjunto de partículas tales que localmente su
dirección de propagación es muy semejante. En la mayoría de las aplicaciones de los
aceleradores, se busca que las trayectorias de las partículas sean muy semejantes, con
el fin se transportarlas de un modo denso hasta el blanco de incidencia. Hay que notar
que se habla de una dirección local de propagación, pudiendo ésta ser diferente en
regiones diferentes para el caso de trayectorias curvas.
• Energía de un haz: es la energía media de las partículas transportadas en un haz como
el anteriormente descrito. Se mide comúnmente en unidades de electrón-Voltio por la
clara relación de esa unidad con la interacción de partículas subatómicas con el campo
electromagnético. El electrón-Voltio (eV) es la cantidad de energía potencial
electrostática que adquiere un electrón al bajar (dado que la carga del electrón es
negativa) un voltio su potencial. Valores de energía de normales son de MeV para
aceleradores de uso industrial o médico, y de hasta TeV para aceleradores de
investigación en altas energías.
• Corriente de un haz: se mide como la magnitud de carga eléctrica que poseen todas
las cargas que atraviesan por unidad de tiempo una superficie perpendicular al eje del
haz. La unidad más utilizada para aceleradores son los μA o mA.
• Fuerza electromagnética: se define como la fuerza que sufre un cuerpo por interacción
con un campo electromagnético. Una carga de valor q sufre una fuerza F al moverse
con velocidad v en un campo eléctrico E y uno magnético B.
𝐹⃗ = 𝑞 ⋅ (𝐸⃗⃗ + 𝑣⃗ × 𝐵
⃗⃗ )

• Estabilidad de haz: es la propiedad por la cual una partícula cuya trayectoria se


desviara de la de esperada tuviera una tendencia a volver a la misma.
• Focalización del haz: se denomina al proceso de cambio de cambio de dirección
selectivo de las partículas del haz, de modo que pueda variarse las dimensiones
transversales del haz. Tiene un análogo con las lentes ópticas en la transmisión de la
luz.

10.2.2 Transferencia de energía.


Teniendo en cuenta que la fuerza debida al campo magnético es perpendicular a la velocidad
de las partículas que la sufren, no produce transferencia de energía. De este modo, el modo
de impartir energía a una partícula pasa por crear un campo eléctrico en una dirección lo más
parecida posible a la de la velocidad. La variación de velocidad así producida sería

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

𝑑𝐸𝑘
= 𝐹⃗ ⋅ 𝑣⃗ = 𝑞𝐸⃗⃗ ⋅ 𝑣⃗ (10.1)
𝑑𝑡
El modo de producir ese campo eléctrico, y la distribución en el espacio y el tiempo, dan lugar
a los diferentes diseños prácticos que dan lugar a los diferentes tipos básicos de aceleradores.
Los principales modos de producir campos electromagnéticos intensos son los siguientes:
• Uso de condensadores de alto voltaje: mediante este sistema se pueden conseguir
intensos campos eléctricos en ausencia de campo magnético. Presenta el problema
del manejo de muy altas tensiones (del orden del MV) que pueden producir rupturas
dieléctricas en materiales no conductores.

Figura 10.1 Campo eléctrico de un condensador

• Uso de intensas corrientes eléctricas en bobinas: una corriente no variable produce un


campo magnético en ausencia de campo eléctrico. En el caso de corrientes variables
en el tiempo, se consigue un campo electromagnético con componente tanto eléctrico
como magnético.

Figura 10.2 Campo magnético de generado por una bobina

• Producción de radiación electromagnética en cavidades resonantes: el uso de


osciladores en cavidades resonantes (amplificadoras) puede producir intensos campos
electromagnéticos en el rango de la radiofrecuencia o microondas.
En este capítulo se estudiarán los esquemas que han sido más importantes en la historia de
los aceleradores, haciendo más hincapié en los modelos que se utilizan en la actualidad. Es en
esas secciones donde se encontrará una definición más precisa del modo de funcionamiento
de los generadores de campo electromagnético. Pero para lograr la aceleración de un haz de
partículas, no sólo se necesita un campo eléctrico suficientemente intenso. Hay que conseguir
que las partículas no sólo adquieran energía cinética, sino que sigan unas trayectorias en

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Tema 10 - Aceleradores de partículas.

forma de haz de modo que se pueda controlar la forma del mismo. Para conseguir controlar
el haz, es necesario asegurar la estabilidad del haz.

10.2.3 Control de la trayectoria del haz.


En la mayoría de las aplicaciones en las que se utilizan aceleradores de partículas, se pretende
hacer las partículas del haz sobre un punto exterior o interior al propio acelerador. Para ello
se necesita tener un control de precisión sobre la trayectoria de las partículas aceleradas. Con
el fin de asegurar la integridad del haz de partículas aceleradas, hay que asegurar que se
mantiene acotada la dispersión transversal del mismo. Inherentemente todos los haces tienen
una tendencia a la dispersión que debe ser contrarrestada. Esto es debido a que un conjunto
de partículas cargadas del mismo signo sufre una fuerza repulsiva que, en primer orden de
aproximación es de dirección perpendicular al eje del haz, y de magnitud proporcional a la
distancia al mismo dentro del haz. Asimismo, las partículas pueden entrar al acelerador con
una velocidad transversal al haz, o simplemente por la agitación térmica se hace que la la
velocidad de algunas de las partículas no sea paralela al eje del haz.
El modo de controlar la estabilidad y dispersión del haz se realiza mediante el conformado del
campo electromagnético. Estos esquemas, contrariamente a los de transferencia de energía,
son en muchos comunes a diversos tipos de aceleradores. De un modo análogo a los objetos
que cumplen la misma tarea con la luz, los elementos encargados de corregir la trayectoria de
las partículas del haz se denominan lentes de partículas cargadas, o simplemente lentes. Las
lentes de partículas cargadas cumplen fundamentalmente tres funciones:
• Confinamiento del haz. Este proceso se realiza principalmente en dirección
perpendicular al eje del mismo, para mantener acotado el radio del mismo. Esta
operación es especialmente importante en aceleradores de alta energía, donde la
distancia entre lentes es alta y el haz puede perder su conformado. En otras situaciones
de haz pulsado y campos variables puede interesar también un confinamiento
longitudinal, de modo que el tamaño longitudinal del pulso de partículas se mantenga
también limitado.
• Focalización del haz. En diversas aplicaciones, se requiere que las partículas aceleradas
incidan sobre una superficie de pequeñas dimensiones, menor que la dimensión
transversal del haz. El radio del haz tiene una limitación inferior de carácter práctico
para evitar grandes fuerzas repulsivas entre sus partículas. La focalización permite
trabajar con un haz grueso y conseguir una incidencia muy localizada.

Figura 10.3 Confinamiento de un haz con lentes

• Formación de imágenes. La modificación de un haz actúa con una lente óptica para el
caso de que las partículas cargadas lleven codificadas una imagen, como en el caso de
rayos catódicos. En este caso, mediante una deflexión del haz controlada y precisa se
consigue producir una imagen mediante el impacto en una pantalla fosforescente. Este

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

mismo método es utilizado en algunos aceleradores médicos para la distribución de


dosis sobre el paciente. Como ejemplo de la importancia del controlar adecuadamente
el haz, el fallo del sistema de deflexión del mismo fue la causa del accidente ocurrido
en el acelerador lineal del Hospital Clínico de Zaragoza en 1990, que costó la vida a 11
pacientes en tratamiento.

Figura 10.4 Focalización del haz por una lente

El análisis de las lentes electromagnéticas lleva consigo un estudio del campo


electromagnético que producen y su efecto sobre las partículas del haz. Los campos eléctrico
y magnético generados están ligados entre sí por las ecuaciones de Maxwell que determinan
sus valores. Los efectos que los campos eléctricos y magnéticos producen sobre las
trayectorias de las partículas son diferentes.
• Campo eléctrico: acelera a las partículas en la dirección del propio campo. El vector
del campo se puede descomponer en una componente Ep paralela a la velocidad de
las partículas, y otra Et transversal. La componente paralela Ep producirá un cambio en
la magnitud (el módulo) de la velocidad mientras que la transversal Et introducirá una
curvatura en la trayectoria de las partículas.
• Campo magnético: induce sobre las partículas una fuerza perpendicular a sí mismo y
a la velocidad de la partícula. Por definición tal fuerza no puede transmitir energía,
pero sí produce una curvatura en la trayectoria de la partícula. La aceleración sobre la
partícula está siempre contenida en un plano (el perpendicular al campo magnético) y
es siempre perpendicular a la velocidad de la partícula. Para entender el tipo de
trayectoria seguida, conviene estudiar inicialmente el caso de una partícula con
velocidad v perpendicular a campo magnético. En ese caso el movimiento de la
partícula está incluido en ese mismo plano, y se trata de una circunferencia de radio
𝑅 = (𝑚𝑣)⁄(𝑞𝐵), donde q es la carga de la partícula y m su masa. La situación se
aprecia en la imagen izquierda de la siguiente figura.
En el caso más general de que la velocidad de la partícula no sea perpendicular al
vector campo magnético, el análisis comprende la descomposición de la velocidad en
una componente paralela y perpendicular al campo magnético. Es fácil demostrar que
la componente paralela no se ve alterada por la fuerza magnética, mientras que la
componente perpendicular se comporta como en el caso plano. La superposición de
ambos movimientos da lugar a una hélice, trayectoria representada en la imagen
derecha de la Figura 10.5.

- 193 -
Tema 10 - Aceleradores de partículas.

Figura 10.5 Trayectoria de una partícula cargada en un campo magnético

En los razonamientos anteriores se ha supuesto implícitamente que el campo


magnético es homogéneo espacialmente. Esto en el caso más general no es cierto,
pero depende de las variaciones de campo que haya en una distancia del orden del
radio de la órbita para que la aproximación sea válida. Lo que sí se desprende de las
deducciones anteriores es un efecto de gran importancia para la dinámica de
partículas cargadas. Las trayectorias de las partículas cargadas inmersas en un campo
magnético están ligadas a él en su dirección transversal. Es decir, en ausencia de otras
interacciones, una partícula se mantiene confinada en un cilindro de radio R según se
definió antes. Asimismo, y con el fin de deflectar haces de partículas, un campo
magnético perpendicular a la trayectoria produce una curvatura de la misma, de modo
que, ante un campo de magnitud constante, cada partícula sigue una trayectoria
circular. No obstante partículas con diferentes velocidades seguirán trayectorias
diferentes.
En esta sección del capítulo se han tratado unos fundamentos básicos para entender la
dinámica de partículas cargadas inmersas en campos electromagnéticos. En la siguiente
sección se van a tratar las diferentes soluciones tecnológicas más relevantes que se han
desarrollado a lo largo de la no tan larga historia de los aceleradores de partículas. Se tratará
en algo más de detalle las principales tareas a llevar a cabo en el proceso de aceleración:
transferir energía al haz. Los elementos de control son también de vital importancia, pero
teniendo en cuenta la extensión de esta asignatura, así como los conocimientos previos que
se requieren para su estudio, se ha preferido no tratarlos en detalle en este texto. Se remite
al estudiante interesado a textos más específicos de la materia.
No todos los diseños aquí descritos tienen la misma repercusión en las aplicaciones actuales
de los aceleradores. No se pretende escribir un libro de historia de aceleradores, pero
mediante un estudio de los diversos principales modelos que han sido desarrollados, se tiene
una idea de la evolución de esta tecnología. Conforme ha habido disponibilidad de una
electrónica y de unos métodos de fabricación más precisos, la tecnología de aceleradores se
ha ido volviendo más compleja dando como resultado unos aparatos más eficientes. Ello se
refleja en unos parámetros crecientes como son la corriente de cargas eléctricas producida,
la energía media impartida a las partículas y la precisión en el guiado y focalización del haz.
Se dedicará un esfuerzo especial en el entendimiento de los esquemas de mayor impacto en
las aplicaciones reales: los ciclotrones y los aceleradores lineales. Por supuesto a las secciones
tecnológicas de este libro le ocurrirá lo que – por suerte – ocurre a los libros sobre tecnología.
Con el paso del tiempo quedará obsoleto y nuevos modelos más compactos permitirán lograr
el proceso de aceleración de un modo más eficiente. De igual modo otros lograrán acelerar

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

hasta energías inalcanzables hoy en día en búsqueda de metas en el conocimiento del origen
del universo y de la tan buscada unificación de las fuerzas, esperada para una energía de Plank
en las partículas aceleradas (~1019 eV).

10.3 Esquemas prácticos de aceleración de partículas.


Tal y como se apuntó en la introducción de este capítulo, la historia de los aceleradores se
remonta a los comienzos del siglo XX. En las siguientes subsecciones se hará una descripción
de los principales modelos de acelerador propuestos y llevados a la práctica con éxito desde
entonces. No obstante, siguiendo la distribución de este libro, las aplicaciones de estos
aparatos se tratarán en un tema posterior.

10.3.1 Acelerador electrostático Van de Graaff.


Este acelerador fue construido por primera vez en 1931 en la Universidad de Princeton por el
equipo de R.J. Van de Graaff. Lo que se buscaba era una máquina capaz de trabajar con un
alto voltaje continuo, lo que evitaría los problemas de oscilaciones en el potencial que se tenía
con la corriente alterna.
El principio de funcionamiento de este acelerador es la generación de un campo eléctrico
intenso mediante la elevación del potencial de un electrodo hasta valores de millones de
voltios. El modo de conseguir ese potencial tan grande es el transporte de partículas cargadas
a un electrodo, de modo que éste vaya ganando carga eléctrica. El electrodo actúa entonces
como un condensador, un sistema cuya carga eléctrica almacenada y su potencial están
directamente relacionados por una constante de proporcionalidad, la capacitancia (Q = C·V).

Figura 10.6 Esquema de acelerador de Van de Graaff

El sistema consta de una correa hecha de material aislante que se mueve accionada por un
motor entre dos poleas. Según la imagen superior, en la polea derecha se sitúa un inyector de
cargas, que no es más que una pila de medio voltaje terminada en punta. Es conocido el efecto
de que las puntas intensifican el campo eléctrico en su entorno (fundamento de los
pararrayos), lo que causa que se produzcan iones en el aire (u otro medio gaseoso que llene
el aparato) y el sistema se diseña de modo que los positivos sean proyectados sobre la cinta
transportadora. Esta cinta, que continuamente está en movimiento, lleva esas partículas
cargadas hasta el otro electrodo, donde otra aguja recoge las cargas por un proceso análogo
al de deposición. Este segundo electrodo se encuentra aislado, con lo que acumula todas las
cargas que recoge, y por ende, va aumentando su potencial como un condensador.
La utilidad de este proceso es que de este modo el potencial del segundo electrodo llega a
valores muy superiores a los producidos en el inyector de cargas. De hecho, una de las
limitaciones más fuertes de este tipo de acelerador es que un voltaje demasiado elevado

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Tema 10 - Aceleradores de partículas.

puede producir la ruptura dieléctrica del medio gaseoso, lo que produciría la descarga del
electrodo de alta tensión. El límite de ruptura dieléctrica del aire seco a presión ambiental es
aproximadamente de 106 V/m, lo que obligaría a construir aparatos de muy grandes
dimensiones para poder llegar a altos voltajes. Por contra, la solución aplicada es la sustitución
del aire del interior del aparato por SF6 o mezclas de N2+CO2 a mayor presión que la ambiental.
De este modo se ha llegado a tensiones de varios MV en aparatos de gran, aunque no excesivo
tamaño (varios metros de altura).
El proceso hasta ahora descrito consigue generar la diferencia de potencial necesaria para
acelerar partículas cargadas. El modo más simple de lograr la aceleración es situar una fuente
de iones negativos (electrones o átomos cargados) en el electrodo conectado a tierra. Dichos
iones se verán acelerados hacia el electrodo positivo (el de alta tensión). Con el fin de
magnificar el efecto acelerador, en el caso de átomos cargados, en la zona de alto voltaje se
puede realizar un cambio de signo de los iones (arrancando al menos dos electrones) de modo
que la aceleración continuaría por repulsión hasta el terminal de tierra. El proceso de
aceleración se lleva a cabo siempre en conducciones a las que se ha hecho un vacío
suficientemente alto para evitar las interacciones de las partículas aceleradas con el medio.
En todos estos procesos hay cargas negativas que entran en contacto con el electrodo
positivo, lo que unido a las corrientes parásitas hace que sea necesario inyectar
constantemente nuevas cargas positivas. Es este proceso, soportado por el motor de la cinta,
el que energéticamente sostiene el proceso de aceleración de las cargas utilizadas en el
aparato. Las principales características de este modelo de acelerador son:
• Gran uniformidad en energía de las partículas aceleradas. La distribución energética
de las partículas se halla concentrada entorno a un único valor (al estilo de una delta
de Dirac).
• Operación en modo continuo, lo que produce una corriente de cargas de gran
estabilidad.
• Por contra se consiguen valores de corriente muy bajos, entorno a los mA.

10.3.2 Betatrón.
Este modelo de acelerador fue presentado por D.W. Kerst en 1940, y tomó su nombre por su
especial adecuación para acelerar electrones, que a altas energías son también llamados
partículas beta. El diseño es a grandes rasgos un transformador eléctrico, en el que el
secundario ha sido sustituido por un canal en el que se ha hecho el vacío, y por el que discurren
las partículas aceleradas.
Según las ecuaciones de Maxwell, un campo magnético variable en el tiempo siempre ha de
venir acompañado de uno eléctrico cuya circulación en una línea cerrada será distinta de cero.
Esto, interpretado según la ley de Faraday, se puede concretar en que sobre los bornes de una
espira por la que atraviesa un flujo variable de campo magnético, se induce una diferencia de
potencial.
Esta propiedad da la posibilidad de construir un circuito cerrado en la que una partícula
cargada pudiera ganar energía, y del mismo modo un circuito que la partícula pudiera recorrer
como un proceso continuo. Esta idea se plasmó en el betatrón tal y como se puede apreciar
en su esquema de la figura. El diseño tiene simetría de revolución, por lo que se ha
representado una sección máxima.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 10.7 Esquema de un betatrón

En el esquema se aprecia un masivo núcleo metálico de tres columnas de alta permeabilidad


magnética y unas bobinas acopladas a la columna central. La columna central tiene un espacio
hueco, para distribuir mejor el campo magnético. Se busca que exista campo magnético
dentro del canal de aceleración para que produzca una curvatura en la trayectoria de las
partículas aceleradas, de modo que se mantengan en una órbita circular. En caso de ser una
columna rígida como las otras dos, el campo magnético se encontraría prácticamente
confinado en su interior, y las partículas aceleradas seguirían trayectorias rectas, escapando
del acelerador inmediatamente.
Existen por tanto en este acelerador dos campos que cumplen misiones diferentes, aunque
ambos son generados a partir del mismo estímulo: las bobinas de la columna central.
• Campo magnético, representado en la figura, se encarga del guiado principal de la
trayectoria. Eso no priva de la necesidad de otros medios de guiado, como se tratará
en secciones posteriores.
• Campo eléctrico, se dirección perpendicular al papel en la representación de la figura,
siguiendo la dirección del canal de aceleración. Lleva a cabo la transferencia de energía
(y por tanto la aceleración) de las partículas del canal de aceleración.
Para que el campo magnético dé lugar a un fenómeno de inducción, éste debe ser variable en
el tiempo, y con una variación monótona (derivada siempre positiva o negativa).En ese caso y
siguiendo la ley de Faraday, la fuerza electromotriz inducida sobre el canal de aceleración es:

𝜕𝜑
ɛ= (10.2)
𝜕𝑡
Para poder obtener una fuerza electromotriz de signo positivo (por ejemplo) en todo
momento, el flujo magnético debe aumentar constantemente. Esto lleva a que el
funcionamiento de este acelerador no pueda ser continuo como el del anterior modelo de
Van de Graaff. La inducción magnética que imparten las bobinas principales deber ser
creciente y lo que se hace es funcionar con pulsos en los que la intensidad de corriente que
las circula va aumentando hasta un cierto límite. Esto impone un límite en el tiempo del
proceso de aceleración. La práctica a seguir es repetir el proceso de un modo cíclico. Un valor
típico de funcionamiento de los betatrones son 200 Hz. Es decir, todo el proceso de
aceleración dura 5 milésimas segundo.

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Tema 10 - Aceleradores de partículas.

Se tiene que para cada vuelta que una partícula acelerada dé dentro del canal, tendrá un
incremento de energía igual a: 𝛥𝐸 = ɛ ⋅ 𝑞. Este es un punto importante de cara a las
aplicaciones del acelerador. En el proceso de aceleración, y en el régimen clásico del
movimiento (válido para iones pesados), la aceleración que experimenta una partícula es 𝑎 =
𝐸 ⋅ 𝑞 ⁄𝑚, es decir, proporcional a la relación carga/masa. En un mismo tiempo de aceleración
conseguirá mayor velocidad la partícula que sufra mayor aceleración por causa del campo
eléctrico. Y lo que es más importante: la partícula que consiga más velocidad, logrará
completar más vueltas al circuito. Como la energía transferida por el campo eléctrico es
proporcional al número de vueltas, la cantidad de energía será mucho mayor para las
partículas a las que les dé tiempo a dar más vueltas al circuito de aceleración.
Por la razón anterior los electrones, de masa muy reducida en comparación con iones
atómicos, adquieren mucha más energía que estos últimos al ser acelerados en un betatrón.
No es posible hacer un análisis de la energía transferida sin recurrir a la mecánica relativista,
lo que complica los cálculos. No hay que olvidar que la velocidad de la luz es un límite
infranqueable para partículas materiales, con lo que el número de vueltas está asimismo
limitado para un tiempo dado. Esto supone asimismo un límite para la capacidad de
aceleración de estas máquinas que, para unos valores razonables de campo magnético, está
cercano a los 500 MeV para electrones. Sin embargo, un betatrón de las mismas
características adaptado para deuterones sería capaz de acelerarlos sólo hasta unos 50 MeV.
Otra limitación para la aceleración circular de partículas cargadas, y en especial electrones, es
la emisión de radiación de sincrotrón. Todas las partículas cargadas libres (no incluye a los
electrones ligados a un átomo) sometidas a una aceleración emiten una radiación
electromagnética llamada radiación de sincrotrón (por las máquinas que fundamentalmente
la producen). En todas las aceleraciones circulares no sólo existe la aceleración proveniente
del aumento de energía cinética, sino también la centrípeta debida a la curvatura de la
trayectoria. Esta emisión de radiación, salvo que se busque específicamente, es un efecto
indeseado, ya que su energía procede de la cinética de la partícula, además de suponer un
motivo de riesgo radiológico para los operadores de aceleradores. La magnitud de emisión de
esta radiación varía directamente con la cuarta potencia de la energía de las partículas, e
inversamente con el cubo de la masa de la partícula. Esto supone una fuerte limitación para
la aceleración de electrones a gran energía, justamente el caso para el que el betatrón es más
adecuado.

10.3.3 Ciclotrón y otros aceleradores resonantes.


En esta sección se van a tratar unos aceleradores circulares que, si bien tienen
funcionamientos diferentes, comparten una característica común: imparten a las partículas
unos movimientos cíclicos sincronizados con los campos utilizados. Mediante este efecto
resonante se consigue que, al igual que en otros sistemas con frecuencias propias, se produzca
una absorción alta de energía desde un estímulo oscilante. Se hará especial énfasis en el
ciclotrón por ser de más fácil comprensión (fue el primero de ellos en aparecer). El resto de
aceleradores aparecieron como soluciones a las limitaciones del ciclotrón en cuanto a energía
de aceleración y estabilidad del haz.
La primera versión de ciclotrón fue desarrollada por E.O. Lawrence en 1930. Se trata de otro
modelo de acelerador circular, en el que, como en el caso del betatrón, se dispone de un
campo magnético para conformar la trayectoria de las partículas, y de un campo eléctrico para

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

producir la aceleración. La distribución de esos campos, y por ende, su modo de


funcionamiento, es totalmente diferente al del betatrón.
En la figura siguiente se observa una representación esquemática de la variante más simple
de ciclotrón. El aparato tiene forma cuasi-cilíndrica y en la figura se representa una vista
superior. En ella se aprecia una división de la sección circular en dos mitades, existiendo un
espacio libre entre las dos.
El campo magnético es uniforme en cada una de los medios círculos (tradicionalmente
llamados “des” debido a su forma) y perpendicular a la representación, es decir por ejemplo
saliente del papel hacia arriba. Dicho campo magnético permanecerá constante durante todo
el proceso. Las dos “des” se encuentran aisladas entre sí y se les comunica una diferencia de
potencial de modo oscilante, de modo que en el espacio hueco entre ellas se produzca un
campo eléctrico de dirección constante pero sentido oscilante. El comienzo de una trayectoria
de aceleración se sitúa cercano al centro de una de las des.

Figura 10.8 Órbita en un ciclotrón

Dentro de cada una de las “des”, el campo magnético homogéneo curva la trayectoria de las
partículas según una circunferencia. Tal como se trató en las secciones preliminares de este
capítulo, el radio de curvatura es proporcional a la velocidad de la partícula, que se mantiene
constante en cada trayectoria curva. Entre las dos “des” se establece una diferencia de
potencial oscilante, de modo que las partículas que abandonen una “de” siempre vean un
campo eléctrico del mismo sentido que su velocidad, lo que producirá un incremento de
energía igual al salto de potencial entre las “des”, multiplicado por el valor de la carga.
La característica especial de este esquema es que la frecuencia de oscilación del campo
eléctrica no debe cambiar según las partículas se van acelerando. El tiempo que tarda una
partícula en realizar la trayectoria circular en una “de” es

𝑚⋅𝑣 𝜋⋅𝑅 𝜋⋅𝑚


𝑅= ;𝑡 = = (10.3)
𝑞⋅𝐵 𝑣 𝑞⋅𝐵

que es independiente de la velocidad de la partícula. Si se desprecia el tiempo que tardan las


partículas en pasar de una a otras “de” (por su escasa separación comparada con su tamaño)
la expresión del tiempo que tarda una partícula en realizar un ciclo completo es el doble de la
expresión anterior, con lo que la frecuencia de oscilación del campo eléctrico debe ser 𝜈 =

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Tema 10 - Aceleradores de partículas.

(𝑞𝐵)⁄(2𝜋𝑚), conocida de antemano. Por ejemplo, para el caso de protones en un campo


magnético de 2 T, la frecuencia de oscilación será de 31 MHz. Para cada uno de esos ciclos, la
partícula ha adquirido la energía correspondiente a dos saltos de una a otra de las “des”. Eso
corresponde a un valor de 2qV, donde V representa la diferencia de potencial entre ellas. Es
aquí donde se aprecia de modo directo el carácter resonante de proceso de aceleración. La
frecuencia de oscilación debe fijarse a un valor propio dado, o de otro modo no se produce un
efecto de aceleración.

Figura 10.9 Primer ciclotrón (cortesía de Laboratorio Lawrence Berkeley)

Se tiene pues que la trayectoria de las partículas no es exactamente circular, sino una especie
de espiral compuesta por arcos de circunferencia, con radio creciente. Ello facilita una
inserción de las partículas en regiones diferentes de la de extracción de las partículas
aceleradas.
El ciclotrón de la figura anterior (cortesía del Laboratorio Lawrence Berkeley –LBNL-, cuyo
nombre viene del inventor del ciclotrón) fue el primero con el que Lawrence y su estudiante
Livingstone lograron acelerar en 1930 unas pocas moléculas de hidrógeno ionizadas
negativamente, hasta una energía de 80 keV. Las partículas aceleradas realizaron cuarenta
ciclos en el acelerador antes de ser recogidas en el detector.
Una de los principales límites del ciclotrón según se ha presentado hasta ahora, es que la
propiedad de frecuencia constante de todas las partículas aceleradas solo es válida mientras
los efectos relativistas no sean apreciables. Es por ello que en la práctica se utiliza para
aceleración de iones, pero no de electrones, que presentan efectos relativistas desde una
menor energía (mec2 = 511 keV). Por otra parte, tiene como ventaja la producción continua de
micropulsos de partículas (sincronizados con la oscilación del campo eléctrico).

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Versiones más evolucionadas de ciclotrón utilizan un diseño en el que las “des” están divididas
en sectores, que pueden tener diferentes formas y valores de campo magnético. Con esto se
logra aumentar la estabilidad del haz, de modo que una partícula que se saliera de él, tendría
una tendencia natural a volver al mismo.
Con el fin de sobrepasar los límites de energía anteriormente mencionados (por efectos
relativistas) el diseño del ciclotrón evolucionó al sincrociclotrón. Se trata de un ciclotrón con
frecuencia de oscilación de campo eléctrico variable de modo que se puedan tener en cuenta
los efectos relativistas y no se pierda el sincronismo de la aceleración. Con forma similar al
ciclotrón, son característicos por los grandes imanes utilizados para curvar la trayectoria de
iones a alta energía. Actualmente quedan dos de ellos en funcionamiento: el de 184 pulgadas
del Laboratorio Lawrence Berkeley y el modelo SC del Centro Europeo para la Investigación
Nuclear (CERN). Pueden acelerar protones hasta unos 600 MeV produciendo corriente del
orden del miliamperio.
El modelo más avanzado derivado del ciclotrón es actualmente el sincrotrón. El sincrotrón es
una máquina de funcionamiento cíclico. Tanto el campo eléctrico como el magnético oscilan
de modo resonante con las partículas aceleradas. Opuestamente al ciclotrón, en el sincrotrón
existe una única órbita circular en la que se produce la aceleración de las partículas. Esto
facilita el posicionamiento de los elementos de direccionamiento y control del haz.

Figura 10.10 Imán principal del sincrociclotrón de 184 pulgadas (cortesía del LBNL)

El desarrollo de los sincrotrones ha sido especialmente provechoso para el campo de las altas
energías. Se pueden construir de manera modular y ensamblarse en anillos de aceleración de
kilómetros de longitud. En estos diseños los imanes encargados de guiar el haz ocupan sólo
una pequeña parte del circuito de aceleración, con el consiguiente ahorro de material. El
número de etapas de guiado (curvado de la trayectoria) no está prefijado y depende del
diseño. Dicho circuito puede estar compuesto por zonas curvas y rectas, con el fin de facilitar
la inyección o extracción de partículas, y otros experimentos. En este acelerador, al igual que
en el ciclotrón, la aceleración y el guiado de las partículas son realizados por sistemas
diferentes. El sistema de aceleración se puede realizar por un proceso de inducción, como se
vio con el betatrón, o por radiofrecuencia, como veremos más adelante con los aceleradores
lineales.

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Tema 10 - Aceleradores de partículas.

La parte curva del canal de aceleración está cubierta por sistemas de deflexión del haz. Una
ventaja fundamental del sincrotrón frente al ciclotrón es que, al poseer una órbita cerrada de
aceleración, los campos magnéticos se ciernen a unas extensiones mucho menores. Hay que
recordar que, en la variante de ciclotrón estudiada, el campo magnético cubría toda la
superficie del mismo.

Figura 10.11 Esquema de un sincrotrón

Mediante el uso de sincrotrones, se ha llegado en varios casos a energías de aceleración de


cientos de GeV, e incluso TeV. Por supuesto, en ese rango de energía los efectos relativistas
son apreciables no sólo para electrones sino incluso para iones. Con esos valores de energía,
la emisión de la ya mencionada radiación de sincrotrón vuelve a ser una limitación. En todos
los elementos de curvatura del haz hay fuerte emisión, lo que pone un techo a la energía
máxima que puede impartir un acelerador. Dicho límite teórico se alcanza cuando la energía
comunicada en la sección de aceleración iguala a las pérdidas por radiación de sincrotrón.
Dicho límite teórico varía con la raíz cuarta del radio de curvatura, lo que ha llevado a la
construcción de enormes sincrotrones de kilómetros de extensión.

10.3.4 Aceleradores lineales.


Como última sección de los sistemas de aceleración se ha reservado el que constituye una
vasta mayoría de los sistemas de aceleración a energías medias (del orden del MeV). Un
acelerador lineal (comúnmente llamados linac en terminología inglesa) se trata de un un
sistema en el que el canal de aceleración es una línea recta. La fundamental diferencia que
eso impone respecto a los circulares es que las partículas aceleradas recorren el circuito de
aceleración una sola vez. Esto claramente limita la energía de aceleración a valores inferiores,
por la inferior longitud efectiva de la zona de aceleración.
Como prestaciones positivas respecto a los aceleradores circulares, se tiene que se fabrican
como elementos compactos que precisan de pocos o ningún elemento de curvatura del haz.
La ausencia de curvatura también resuelve los problemas radiológicos relacionados con la a
menudo indeseable radiación de sincrotrón que aparece fundamentalmente al curvar la
trayectoria de electrones acelerados.
Los aceleradores lineales se pueden clasificar en dos tipos en función del modo en que
generan un campo eléctrico para acelerar las partículas.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

• Aceleración lineal por inducción. El uso de ese sistema se remonta al año 1964 y este
tipo de aceleradores realizan el proceso de acelerador de un método semejante a
como se hace en el betatrón. Es decir, se generan unos campos magnéticos variables
de modo que, de acuerdo a las ecuaciones de Maxwell, exista un campo eléctrico (por
inducción) que tenga la dirección adecuada para acelerar las partículas. El haz de
partículas se comporta como el secundario de un transformador eléctrico. A diferencia
del betatrón, en este caso se sitúan en línea centenas de esos transformadores con el
fin de mantener constante la dirección del campo eléctrico durante la aceleración. Al
igual que con el betatrón, se tiene un haz pulsado de partículas de energía de hasta
decenas de MeV y, lo que lo caracteriza, pulsos muy cortos de corriente muy alta,
llegando al kA. No obstante, esa es la corriente de pico, que promediada en el tiempo
da lugar a valores más moderados. El acelerador más importante de este tipo es el de
la instalación DARHT (Dual-axis Radiographic Hydrodynamics Test) construido en 1997
en el Laboratorio Nacional de Los Alamos (LANL – USA) dentro del plan de tests de
laboratorio de armas nucleares.
• Aceleración por radiofrecuencia. En esta categoría entran la mayoría de los
aceleradores lineales utilizados tanto en medicina como en industria. En este caso, la
aceleración del haz de partículas se realiza por absorción de radiación
electromagnética previamente generada dentro de cavidades resonantes.
Dada la actual importancia de la aceleración por radiofrecuencia, será el modo que se explique
en más detalle en esta sección. La tecnología de las cavidades resonantes viene de la
investigación militar para desarrollar radar y fuentes de microondas. Una cavidad resonante
para radiofrecuencia es un contenedor metálico hueco diseñado de tal modo que ante un
estímulo eléctrico periódico (una tensión alterna de cierta frecuencia) es capaz de sostener en
su interior un campo electromagnético anormalmente elevado. El fenómeno de la resonancia
es propio de los sistemas oscilantes, y manifiesta un acoplamiento entre las ondas presentes
en el sistema con la geometría del mismo.
Desde el punto de vista de los aceleradores, la propiedad aprovechable es que se pueden crear
cavidades en las que exista un alto campo eléctrico que, sintonizado adecuadamente, pueda
producir la aceleración de partículas. En el interior de las cavidades, el campo eléctrico oscila
como una onda estacionaria. El diseño del acelerador ha de realizarse de modo que las
partículas se vean sometidas al campo en el momento que su sentido es el adecuado para la
aceleración.

Figura 10.12 Modos de resonancia en una cavidad resonante

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Tema 10 - Aceleradores de partículas.

En el análisis del campo electromagnético en el interior de una cavidad se hace mediante


análisis complejo y separación de variables en las ecuaciones de Maxwell. Se obtiene unos
conjunto de funciones propias de oscilación dependientes de índices discretos (i,j,k). De este
modo se habla de los modos de oscilación del campo eléctrico TEi,j,k, y de los del campo
magnético TMi,j,k. Cualquier tipo de oscilación del campo electromagnético se expresa como
combinación de esos modos propios. En la imagen inferior se representa un ejemplo de
cavidad resonante cilíndrica con modos de oscilación del campo eléctrico (sólo se representan
valore sobre el eje de simetría). Se observa en el dibujo como el modo de oscilación del campo
eléctrico que se puede aprovechar es el representado como TE0,1,0, ya que el campo tiene el
mismo sentido en toda la cavidad (aunque va oscilando en el tiempo). Ese ha sido el modo
normalmente utilizado, aunque aceleradores de últimas generaciones pueden aprovechar
también otros.

Figura 10.13 Montaje del primer acelerador lineal (cortesía del LBNL)

Diseñando el sistema para aprovechar el modo de oscilación adecuado, se llega a campos


eléctricos promedio de 8 MV/m, lo que permite la aceleración de partículas a energías
moderadas utilizando canales de aceleración de unos pocos metros.
El primer acelerador lineal de estas características fui construido por el grupo de L. Álvarez en
el LBNL a partir de emisores militares de radar, dando un resultado sin precedentes de acelerar
una corriente de 0.4 mA a 32 MeV. Dicho acelerador se construyó con el fin de producir
neutrones por interacción de electrones rápidos con núcleos atómicos. Dichos neutrones
tenían la finalidad de inducir reacciones que produjeran material fisible para armas. En la
Figura 10.13 se observa el conjunto de cavidades resonantes (a la derecha) cuando el
acelerador estaba aún en construcción.
Los aceleradores lineales han pasado desde entonces a ser una herramienta casi
imprescindible en numerosos campos de medicina e industria. En la Figura 10.14 se observa
un acelerador de electrones moderno de uso médico, sintonizable a múltiples energías hasta
25 MeV. Se observa como estas máquinas han llegado a ser compactas, sin la voluminosidad
y peso de los aceleradores circulares.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 10.14 Moderno acelerador lineal de uso médico (cortesía de Elekta AB.)

10.4 Grandes aceleradores de investigación.


Como colofón a este capítulo dedicado a los aceleradores de partículas, se ha decidido incluir
una sección dedicada a los grandes aceleradores utilizados en física de altas energías. No se
pretende entrar en las aplicaciones de esos aceleradores sino en una somera descripción que
de una idea de los números que se están manejando hoy en día (año 2004) en la tecnología
de aceleradores de muy alta energía.
Es muy posible que en esta lista no estén todos los que deban estar, pero no es la idea que el
estudiante sepa de memoria cuales son los aceleradores más importantes. Se pretende sólo
que se tenga una cierta cultura general de a dónde ha llegado el ser humano en su ambición
de concentrar más y más energía en partículas del mundo atómico.

10.4.1 El "Large Hadron Collider" (LHC) y el "Large Electron and Positron


Collider" (LEP) del CERN (Suiza-Francia).
El primer acelerador que se incluye en esta lista se trata de un sincrotrón acelerador de
protones, situado entre Suiza y Francia, en el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN),
una institución internacional en la que participan más de 20 naciones. El LHC está situado en
el mismo túnel subterráneo donde se encuentra el LEP (Large Electron and Positron Collider)
otro sincrotrón destinado a acelerar electrones y positrones, que ha estado operativo desde
el año 1989 hasta el 2000.
Dicho túnel tiene una longitud de 27 km. Como ya se explicó en este capítulo, los aceleradores
de electrones requieren un gran tamaño para reducir las pérdidas por radiación de sincrotrón.
El LEP comenzó a operar con una energía de 45 GeV, llegando a hasta un valor de 100 GeV.
El LHC entró en operación en el año 2009 y está diseñado para acelerar protones hasta una
energía máxima de 7 TeV. El LHC funciona con imanes superconductores refrigerados para
producir los campos magnéticos necesarios para conformar la trayectoria curva del haz. Fue
precisamente un accidente con pérdida de superconductividad lo que dio lugar a un retraso
de alrededor de un año en su puesta en operación.

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Tema 10 - Aceleradores de partículas.

10.4.2 El "Tevatron" del Fermilab.


El nombre de este acelerador fue escogido por la barrera (en todo caso convencional) que
estaba destinado a alcanzar: acelerar partículas a más de 1 TeV. El Fermilab, originalmente
llamado “National Accelerator Laboratory” y posteriormente renombrado en memoria de
físico italiano E. Fermi, es un laboratorio nacional situado en los EE.UU. Este laboratorio ha
sido desde su creación uno de los punteros en el estudio de la estructura de la materia.
El tevatron es un sincrotrón de 6 km de perímetro situado bajo tierra, destinado a la
aceleración de protones y antiprotones. Está operando desde el año 1992, aunque la energía
de sus haces ha ido viéndose incrementada con el paso del tiempo hasta un valor de 980 GeV,
ligeramente inferior al teraelectronvoltio.
La instalación dejó de operar en el año 2011.

10.4.3 El “Stanford Linear Collider” (SLC) de la Universidad de Stanford.


Se construyó entre 1983 y 1989 en la Universidad de Stanford, en California (EE.UU.). Se trata
de un acelerador lineal capaz de producir haces de protones y electrones de hasta 50 GeV.
Tiene una longitud de aceleración de 2 millas (3.2 km), que se realiza mediante
radiofrecuencia. En la parte final de su trayectoria, el haz se desdobla en dos de un modo
simétrico de modo que se hagan colisionar entre sí en el interior de un detector las ramas
producidas.

10.4.4 El “Advance Light Source” (ALS) del LBNL.


El ALS es un sincrotrón de unos 60 m de diámetro situado en el Laboratorio Lawrence Berkeley
en California (EE.UU.). Se encuentra en operación desde 1993 y acelera electrones a una
energía entre 1,5 y 1,9 GeV. Puede chocar que el tamaño de este acelerador es mucho menor
que el de otros sincrotrones que aceleran electrones por encima del gigaelectronvoltio. Tal y
como se comentó anteriormente, un radio de curvatura pequeño produce en el caso de
electrones unas grandes pérdidas de energía por radiación de sincrotrón. Pues bien, eso es
exactamente lo que se quiere en el ALS.
La finalidad del ALS es la producción masiva de radiación de sincrotrón, que es utilizada para
multitud de experimentos. La radiación producida, en el rango de ultravioleta y rayos X, posee
una luminosidad excepcionalmente alta. El brillo de esa radiación, medido como el número
de fotones emitidos por segundo, por unidad de área y por estereoradián (ángulo sólido)
supera en 13 órdenes de magnitud el de una bombilla y en 10 al de un tubo de rayos X.

10.4.5 El sincrotrón ALBA


El Sincrotrón ALBA es una infraestructura científica de tercera generación situada en
Cerdanyola del Vallès (España) y es la más importante de la zona del Mediterráneo.
Se trata de un complejo de aceleradores de electrones para producir luz de sincrotrón, que
permite visualizar la estructura atómica y molecular de los materiales y estudiar sus
propiedades.
La energía del haz de electrones que se genera en el ALBA es de 3 GeV y se consigue mediante
la combinación de un acelerador lineal (LINAC) y un propulsor de baja emitancia y máxima
potencia colocado en el mismo túnel que el anillo de almacenamiento. El Sincrotrón ALBA

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

tiene un perímetro de 270 m y 17 tramos rectos disponibles para la instalación de dispositivos


de inserción.
El ALBA dispone de ocho líneas de luz operativas, que comprenden tanto los rayos X blandos
como los rayos X duros, y que se destinan principalmente a las biociencias, la materia
condensada (nanociencia y propiedades magnéticas y electrónicas) y la ciencia de los
materiales. Se encuentran en construcción dos líneas de luz más (fotoemisión de baja energía
y alta resolución angular para materiales complejos y microfocus para cristalografía de
proteínas).

10.4.6 Instalación de irradiación neutrónica IFMIF-DONES


IFMIF-DONES es una instalación en fase de diseño (2017) para la irradiación con neutrones
energéticos de materiales candidatos a estructurales en futuros reactores de fusión nuclear.
Se prevé su construcción en las proximidades de Granada (España) aunque no es todavía un
dato asegurado. En la actualidad no existe ninguna instalación para ensayos de irradiación que
pueda simular de manera adecuada las condiciones del interior de un reactor de fusión. Por
ello, el proyecto IFMIF se considera indispensable para el desarrollo de la fusión por
confinamiento magnético. Su misión principal será la de generar una base de datos de
materiales irradiados que sirva para el diseño, la construcción, la obtención de la licencia y la
operación segura del futuro reactor DEMO. Ésto sólo puede obtenerse mediante el ensayo y
la cualificación de los materiales candidatos bajo una irradiación neutrónica que simule su
comportamiento en el DEMO durante su tiempo de vida total.

Figura 10.15 Esquema conceptual de la instalación IFMIF-DONES, con el acelerador


visible en la planta baja

La instalación se basa inicialmente en un acelerador de deuterones, con posibilidad de


ampliación a un segundo, de 40 MeV y alta intensidad (125 mA), que inciden en un blanco de
litio líquido. Mediante reacciones nucleares se generarán los neutrones que incidirán sobre
los materiales en estudio. Cada acelerador podrá conseguir una producción de neutrones
superior a 1015 por segundo, y con una distribución de energías similar a la que se encontrará
en los futuros reactores de fusión nuclear.

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

Tema 11 Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones


ionizantes.
11.1 Introducción.
En este capítulo va a tratar acerca de aplicaciones reales que se están desarrollando en la
actualidad en el campo médico. En medicina las radiaciones ionizantes han sido utilizadas
desde los primeros descubrimientos de la radiactividad, aunque los estudios sobre sus efectos
han ido aportando más y más conocimientos para su aplicación médica.
Las radiaciones ionizantes tienen un cierto poder de penetración en la materia causando, en
principio, imperceptibles daños estructurales en la misma. Esta propiedad es la fundamental
para disponer de un método de actuar en el interior de los cuerpos vivos evitando en lo posible
las técnicas invasivas (cirugía) que tengan más complicaciones desde el punto de vista médico.
De este modo la utilización de las radiaciones ionizantes ha supuesto para la medicina una
herramienta nueva de infinidad de aplicaciones que todavía se encuentran en estudio y
desarrollo.
Este no es un libro para médicos sino para estudiantes de ingeniería: se va a dar una ligera
base sobre los efectos biológicos de la radiación, pero el verdadero énfasis se va a poner en el
modo en que la física y la ingeniería se han plasmado en una maquinaria que sirva a los
propósitos médicos. En capítulos anteriores se han dado ya las bases físicas para entender el
modo de funcionamiento de las máquinas. Se tienen ya bases de la mecánica cuántica para
entender los procesos de resonancia de espín, se conoce cuáles son los productos de la
radiactividad natural y sus propiedades fundamentales (interacción de la radiación con la
materia). En este capítulo se aportarán unos conocimientos suplementarios sobre los efectos
de la radiación en material viva. A continuación, se recopilarán algunas aplicaciones de esos
conocimientos para realizar dos tareas fundamentales del campo médico:
• Diagnóstico. Gracias al poder de penetración de las radiaciones ionizantes, pueden
atravesar los cuerpos vivos y entregar cierta información a detectores situados
adecuadamente. Como ya se verá en mayor detalle, la radiación puede provenir de
haces externos, o incluso producirse por radioisótopos incorporados al propio cuerpo.
Según el tipo de información que se extraiga de las medidas una técnica puede ser
funcional cuando de información sobre el funcionamiento interno del cuerpo, o
anatómica cuando de información sobre la posición de los diferentes elementos.
• Terapia. Se trata de prácticas curativas de enfermedades. Son especialmente
importantes en oncología. Proporcionan un medio de agresión contra las células
cancerosas, aunque no exento de riesgo contra las sanas.
Existen dos campos que son comunes entre este capítulo de aplicaciones médicas y el
siguiente de aplicaciones industriales de radioisótopos. Se trata de la descripción de fuentes
de radiación, y de las técnicas de producción de radioisótopos, que son necesarias en ambos
campos. Con el fin de no producir unos capítulos descompensados en contenido, se ha
decidido tratar las fuentes de radiación en este capítulo, y la producción de radioisótopos se
deja para el próximo capítulo.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

11.2 Efectos biológicos de las radiaciones ionizantes.


Antes de describir los aparatos y técnicas con radiaciones ionizantes que se utilizan en
medicina, es preciso dar unas pequeñas nociones de cuáles son los efectos de esas radiaciones
sobre la materia viva. La ciencia que estudia los efectos de las radiaciones ionizantes en la
materia viva es la radiobiología. Dicha ciencia estudia los cambios originados por la interacción
de las radiaciones con la materia, y el comportamiento posterior de la misma, así como su
capacidad de recuperación.
La Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP) distingue tres conceptos básicos
en radiobiología.
• Cambio, que sucede inmediatamente después de la interacción. Puede suponer una
alteración molecular de los compuestos orgánicos.
• Daño, que ocurre cuando los cambios inducidos por radiación no pueden reparados
por el cuerpo, dando lugar a una disfunción o a un cambio estructural de los elementos
biológicos.
• Lesión, cuando se manifiesta en el sujeto irradiado o su descendencia como una
enfermedad.

11.2.1 Cambios biológicos inducidos por radiación.


Cuando la radiación ionizante penetra en un cuerpo vivo, deposita sobre él su energía, de un
modo semejante al de cualquier otro tipo de materia. El proceso se estudia de un modo
estadístico, teniendo en cuenta las particularidades de cada uno de los tipos de radiación. Son
esas particularidades las que hacen que unos tipos de radiación sean más dañinos que otros
incluso para la misma cantidad de energía depositada.
Cuando una partícula o cuanto de radiación interacciona en el interior de un cuerpo vivo, cede
gran cantidad de energía a las moléculas con las que tenga lugar el proceso. Esta energía es
en todos los casos superior a la de ligadura de los átomos dentro de las moléculas y asimismo
de los electrones corticales dentro de cada átomo. Esto produce en la mayoría de los casos la
ionización y/o ruptura de la molécula en cuestión. Teniendo en cuenta la gran energía de las
partículas incidentes (del orden del MeV) frente a las energías de ligadura moleculares (del
orden del eV), una única partícula es capaz de producir ese efecto destructivo a miles de
moléculas.
Estas interacciones hacen que en el medio biológico aparezcan radicales libres orgánicos, así
como iones hidroxilo OH- y H+. Estos cambios bioquímicos tienen lugar en los instantes
posteriores a la interacción de la partícula, unos picosegundos después. Estos nuevos
compuestos, obtenidos al sacar de la estabilidad a las moléculas originales, son altamente
reactivos y en muchos casos tóxicos. La aparición de estos compuestos en el interior de las
células puede explicar su muerte inmediatamente posterior a la irradiación. Los radicales
libres producidos tienen cierta capacidad de difusión dentro del medio líquido corporal, con
lo que los efectos nocivos pueden extenderse a regiones diferentes a las irradiadas. Los daños
originados por este proceso aparecen de modo inmediato tras la irradiación, y con una
gravedad dependiente de la magnitud de la misma.
Otro tipo de cambios inducidos por la radiación ionizante es el que tiene lugar en el material
genético de las células. En el interior de las células existen unas moléculas, especialmente el

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

ADN, que son fundamentales de cara a la reproducción de la misma. La acción directa de la


radiación incidente sobre las moléculas de ADN puede provocar su ruptura, y asimismo los
radicales libres que se citaban anteriormente también pueden atacarlo. Como resultado de
esta interacción, se ve afectada la capacidad reproductiva de la célula, si bien está puede
seguir viviendo temporalmente. Este tipo de interacción da lugar a daños que se presentan
tras un lapso de tiempo variable dependiendo de la tasa de reproducción de las células
afectadas.

11.2.2 Respuesta celular.


Pero no todos los cambios inducidos sobre el ADN toman un carácter de daño permanente. El
ADN tiene una cierta capacidad de recuperación de cambios anormales. Existe un sistema de
enzimas que pueden reparar en cuestión de minutos rupturas de la cadena de ADN. No
obstante, en función del cambio en cuestión, se tienen tres posibilidades:
• Recuperación completa, que restituye los cambios inducidos por la radiación. El
periodo de restitución toma lugar en un periodo de tiempo del orden de minutos. Este
caso supone el 95% de los casos de cambios al ADN.
• Recuperación errónea. El sistema de recuperación del ADN puede en ocasiones
hacerlo erróneamente, dando lugar a mutaciones genéticas y aberraciones
cromosómicas.
• Imposibilidad de recuperación, que puede ocurrir en supuestos de rupturas múltiples
de una cadena de ADN. No obstante, esta es la posibilidad más remota de las tres
enunciadas.
En el caso de perdurar un daño en los cromosomas tras la fase de recuperación, el cambio
puede dar lugar a la muerte de la célula o a la imposibilidad de la reproducción. En el caso de
aparecer mutaciones genéticas la célula puede sobrevivir, transmitiéndolas a su descendencia
que puede presentar un comportamiento anómalo. Estas células pueden en ciertos casos
producir tumores cancerosos.
La capacidad de una célula de sufrir daños por los cambios inducidos por radiación define el
concepto de radiosensibilidad. No todos los diferentes tipos de células del cuerpo presentan
la misma radiosensibilidad, lo que define partes del cuerpo que han de protegerse más de las
radiaciones ionizantes. Entre éstas se encuentran las que van a tener que reproducirse más y
por tanto tienen más capacidad de transmitir mutaciones. Se trata de las gónadas, y también
especialmente de los fetos en gestación. La radiosensibilidad celular puede ser asimismo
potenciada o disminuida de modo artificial mediante la administración de fármacos
específicos. Estos productos químicos afectan a la actividad de los radicales libres dentro de
la materia biológica.
Un hecho comprobado, en el que se basa la radioterapia oncológica, es que las células
tumorales cancerosas presentan una radiosensibilidad superior a la de las normales. Esto hace
posible realizar irradiaciones intencionadas con la finalidad de que los efectos negativos sobre
las células cancerosas sean muy superiores a los producidos sobre las células normales. En la
siguiente gráfica se representa, en escala arbitraria, la posibilidad de muerte de una célula en
función de la cantidad de radiación impartida sobre la misma. Dicha cantidad de radiación
viene expresada por la dosis absorbida de radiación, magnitud que será detallada en el
capítulo correspondiente a medidores de radiación, pero que de modo breve se define como:

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• Dosis absorbida de radiación: energía de la radiación incidente que es absorbida por


la materia, por unidad de masa. Su unidad es el Gray (Gy), que corresponde a un J/kg.

Figura 11.1 Daño biológico por irradiación en función de la dosis

Analizando las curvas representadas, se observa como existe una cierta ventana de trabajo
en la que se puede dañar a las células cancerosas sin que exista un gran riesgo para las
sanas. En ese rango es donde se mueven las terapias en oncología.
Además de estos efectos a corto plazo, directamente relacionados con una exposición
excesiva a la radiación, existen otros efectos a más largo plazo. Los efectos globales que la
irradiación puede provocar en un ser vivo pueden dividirse entonces en dos categorías:
• Deterministas. Son efectos que siempre se producen antes irradiaciones de una
determinada magnitud. Tienen un umbral inferior, en el sentido que los daños por
irradiaciones por debajo de ese límite son reparadas por el cuerpo, no dejando
secuelas.
• Estocásticos. Estos efectos pueden aparecer o no tras la irradiación. Aparecen a más
largo plazo, cuando las lesiones deterministas han sido ya corregidas. No tienen un
umbral mínimo de aparición es decir que pueden darse tras cualquier tipo de
irradiación, si bien se considera que la probabilidad de aparición es proporcional a la
dosis recibida. Como ejemplo de estos efectos se tiene el cáncer o acortamiento de la
vida no atribuible a causas específicas.
Según se ha tratado de un modo leve, la interacción de las radiaciones ionizantes con la
materia viva presenta siempre un grado de riesgo que hay que evaluar y por supuesto
minimizar. Por supuesto en actividades que impliquen el uso de radiaciones, incluida la terapia
oncológica, hay que evaluar si los efectos curativos compensan esos riesgos. Este tema tan
importante de la protección radiológica será tratado en más detalle en el capítulo
correspondiente de este libro.

11.3 Aplicaciones médicas de diagnóstico.


Las primeras aplicaciones médicas que van a ser tratadas son las de diagnóstico, es decir, con
las que se intenta obtener información del interior de la materia viva, que en su gran mayoría
se referirá al cuerpo humano. Desde que quedó en evidencia la capacidad de las radiaciones
ionizantes de atravesar medios sólidos, se pensó en su aplicación a obtener información del

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

interior del cuerpo humano. Actualmente existen diversas técnicas que, como se verá a lo
largo de las siguientes secciones, aportan información tridimensional con alto grado de detalle
sobre anatomía y funcionalidad del cuerpo humano.

11.3.1 Rayos X.
Los rayos X fueron primeramente descubiertos por Wilhelm Conrad Roentgen en 1895
durante su investigación con tubos de rayos catódicos y emisión de radiaciones desde
descargas eléctricas en tubos al vacío. Descubrió inmediatamente la capacidad de esas
radiaciones (en principio de origen desconocido, y de ahí viene el nombre) de atravesar
cuerpos sólidos en mayor o menor proporción. En diciembre de 1895 apareció la que iba a ser
la primera radiografía de un ser vivo, representada en la Figura 11.2 (la mano de la imagen
pertenece a la esposa de W. Roentgen).

Figura 11.2 Primera imagen anatómica tomada con rayos X (cortesía de Radiology
Centennial, Inc.)

Inmediatamente después del descubrimiento, y con total desconocimiento de los riesgos


asociados, la técnica radiográfica se extendió a gran velocidad en el campo médico y
curiosamente también en el recreativo.
La naturaleza de los rayos X es la de una radiación electromagnética, como puede ser la luz o
las ondas de radio. Su energía (la de sus cuantos de radiación) se encuentra inmediatamente
por encima de los rayos ultravioleta, desde unos 300 eV en adelante. Esa energía corresponde
a longitudes de onda menores a 4 nm. Como comparación, la luz visible se encuentra en el
rango de energías de 1.5 a 3.5 eV. Dentro del rango de fotones de energía superior a 300 eV
se tiene claramente también a los rayos gamma. La diferencia entre ambos es que el origen
de los rayos X es una transición electrónica, mientras que la de los gamma es una transición
nuclear. Queda entonces claro que ya por definición los rayos X no son una radiación nuclear.
Sin embargo, se estudia con el resto de radiaciones ionizantes ya que su comportamiento es
análogo.
El proceso básico de producción de rayos X es pues una transición en la que uno de los
electrones de un átomo cambia de niveles de tal modo que su variación de energía es mayor
de las centenas de eV. Esto puede ocurrir fundamentalmente en diversos escenarios:
• Materia a muy alta temperatura. Cuando la temperatura de la materia supera el
millón de grados, el medio se encuentra en estado de plasma. Parte de los electrones
de los átomos se separan de estos, y se comportan como partículas libres. En ese

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medio la velocidad media de las partículas es superior a la que se tiene a temperatura


ambiente. La violencia de las colisiones entre partículas (ya sean iones positivos o
electrones) hace que los electrones ligados se desplacen de sus niveles de mayor
estabilidad. Se trata de una situación de equilibrio en la que los electrones que vuelven
a esos niveles emiten fotones que pueden estar en el rango de los rayos X. Este tipo
de emisión se da en el centro de las estrellas, donde el estado térmico de la materia
cumple las condiciones de este punto. Cuando esta misma situación sucede a cientos
de grados (sin llegar al estado de plasma), se produce una emisión similar en forma de
radiación infrarroja. Esa propiedad se aprovecha, por ejemplo, en las calefacciones
eléctricas.
• Estimulación externa de los electrones atómicos. Haciendo colisionar partículas
aceleradas sobre materia, los electrones de ésta se ven expulsados de sus órbitas de
equilibrio. Los niveles energéticos superiores son inestables, con lo que los electrones
tienden a volver al nivel de menos energía que esté permitido. Si las colisiones son lo
suficientemente enérgicas, estas transiciones inducidas pueden dar lugar a la emisión
de rayos X. Las partículas incidentes pueden provenir de radiación natural, o de
partículas aceleradas. La característica de este modo de emisión (frente al siguiente)
es su isotropía de emisión.
• Radiación de sincrotrón y de frenado. De un modo paralelo al modo anterior, porque
suelen darse los dos a la vez, la aceleración súbita de partículas cargadas,
especialmente electrones, produce una emisión de radiación. En el capítulo de
aceleradores se vio como esa emisión de radiación no es normalmente deseada,
aunque instalaciones como ALS (LBNL, ver Sección 10.4.4) estén diseñadas para
producirla. Se un modo semejante, la deceleración súbita de electrones produce la
llamada radiación de frenado o tradicionalmente llamada bremsstrahlung por su
denominación alemana. Contrariamente al caso anterior, los rayos X emitidos de este
modo provienen de la desaceleración de partículas cargadas, y tienen una dirección
preferente con lo que la emisión no es isótropa, siendo preferente en la dirección
original del haz de partículas.
• Captura electrónica por parte del núcleo. La función de onda de los electrones más
internos de un átomo no es despreciable en la región ocupada por el núcleo. Esto hace
que algunos isótopos presenten el proceso de captura electrónica, por la que un
electrón interno es absorbido por el núcleo. Al quedar un hueco libre en un nivel
interno, los electrones superiores tienden espontáneamente a ocuparlo, emitiendo en
la transición radiación que puede caer en el rango de los rayos X.
El espectro de energías de los fotones producidos por los anteriores métodos puede diferir
entre ellos, y también en función de otros parámetros del diseño. En el caso de producción de
rayos X a partir de descargas eléctricas, los parámetros fundamentales son el potencial
eléctrico de alimentación y el material de construcción del ánodo. En el caso de la captura
electrónica o excitación de los electrones atómicos, la emisión se produce exclusivamente en
las energías correspondientes a las transiciones electrónicas del átomo según los electrones
van ocupando posiciones de menor energía desde los niveles superiores. Sin embargo, el
frenado de los electrones puede dar lugar a emisión de radiación de modo continuo en todo
un rango de energía en función de la magnitud del frenado que sufran. Por supuesto esa
distribución energética debida al bremsstrahlung tiene un máximo correspondiente a la
energía con la que los electrones impactan en el ánodo, ya que los electrones no pueden ceder

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

más energía que la cinética que tienen. Esa energía máxima corresponde a V (potencial
eléctrico) en unidad de electronvoltios.
En un caso real, se superponen los dos tipos anteriores de espectro. Por una parte, el
correspondiente a las transiciones electrónica de los niveles del átomo en cuestión, que
depende del material del que esté constituido el átomo. Por otra parte, se tiene el continuo
correspondiente a la radiación de frenado, que sigue una distribución continua dependiente
del potencial aplicado para acelerar los electrones. En la siguiente gráfica se representa el
espectro en función de la longitud de onda de la radiación emitida, que es inversamente
proporcional a la energía de los fotones. Se aprecia como el espectro tiene un valor mínimo
correspondiente a la máxima energía 𝜆𝑚𝑖𝑛 = (ℎ𝑐)⁄(𝑒𝑉).

Figura 11.3 Espectro de longitud de onda de la emisión de un tubo de rayos X

En el área de diagnóstico del campo médico, con intensidad de radiación moderada, el modo
de obtener rayos X es en su gran mayoría mediante descargas eléctricas entre electrodos. El
sistema encargado de la producción de rayos es el tubo de rayos X. Según se representa en el
esquema de la Figura 11.4, en un recipiente al vacío, en un electrodo se dispone un filamento
incandescente de modo que los electrones que se liberan en él se vean acelerador hasta el
electrodo positivo (ánodo) donde sufren un proceso de frenado, al tiempo que colisionan con
los átomos del electrodo de destino. Es en esos dos procesos, según se apuntaba
anteriormente, donde se producen rayos X. El ánodo se construye con una cierta inclinación
de tal modo que presente una cierta sección visible desde la abertura de salida de los rayos.

Figura 11.4 Esquema de un tubo de rayos X

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En los esquemas prácticos el ánodo se construye como un disco rotatorio, de modo que el
punto de incidencia de los electrones va cambiando. Esto se hace para evitar un excesivo
calentamiento que podría llevarlo al punto de fusión. Se suelen escoger materiales metálicos
de alto punto de fusión, como el wolframio (W), molibdeno (Mo), cobre (Cu) o aleación de
hierro/cromo (Fe/Cr). Los dos parámetros fundamentales de funcionamiento de un tubo de
rayos X son los siguientes:
• Tensión de aceleración. Esta tensión marca la energía que tendrán los electrones al
colisionar con el ánodo y finalmente la energía máxima de los rayos X producidos. En
lineas generales, cuanta más energía tienen los fotones producidos, tienen más poder
de penetración en la materia. En las aplicaciones médicas este voltaje se selecciona en
función del espesor de cuerpo que habrán de atravesar los fotones. Como valores
típicos se tienen desde 60 kV para radiografías dentales a 150 kV para cuerpo entero.
• Intensidad de corriente de electrones. Una vez fijado el voltaje de operación, esta
intensidad de corriente es una medida indirecta de la intensidad de radiación emitida.
Este parámetro es el que se encuentra en el control del aparato que, dependiendo del
modelo, tiene una conversión a dosis de radiación emitida por el tubo. Los valores
medios para diagnóstico son del orden del miliamperio hasta centenas de mA.
El método de formación de imágenes a partir de los rayos X sigue un proceso muy semejante
al de las fotografías ópticas. Tradicionalmente se han utilizado placas fotográficas especiales,
que son láminas compuestas de una base flexible en las que se ha depositado una emulsión
gelatinosa con gránulos de un compuesto de plata sensibles a la luz. La exposición de la placa
puede ser directa o mediante una pantalla intensificadora fluorescente. Estas placas
intermedias tienen la función de amplificar la radiación X incidente convirtiéndola a otra
longitud de onda que es la que se plasma en la placa fotográfica. Asimismo, existe la técnica
de la fluoroscopia, en la que la radiografía produce una respuesta inmediata de fluorescencia
en una placa de modo que el médico puede observar a tiempo real el comportamiento
dinámico del interior del cuerpo humano. Estas técnicas suelen ir acompañadas de la previa
ingestión de fluidos de contraste, para seguir claramente la evolución de los mismos en el
interior del cuerpo.
En el caso de impresión directa, las placas tienen que tener estar diseñadas para las dosis de
radiación X que es mucho más intensa que la luz visible. Teniendo en cuenta la sensibilidad de
la placa radiográfica y la intensidad de radiación, se calcula el tiempo de exposición. Lo que se
busca es hacer trabajar a la placa en el rango donde presenta una sensibilidad mayor, es decir,
donde las variaciones de intensidad se reflejan en cambios de tonalidad más fuertes.
Actualmente en ciertos casos se ha sustituido la impresión de placas fotográficas por cámaras
CCD (Charge-Coupled Device) digitales especiales del mismo modo que ocurre en la fotografía
digital. De este modo los resultados de las exploraciones pasan directamente a los
ordenadores del centro médico, para su tratamiento y almacenamiento. Hay que resaltar que
a pesar de que la salida digital es semejante a la de las imágenes normales, en el estándar
médico se utilizan más de 8 bits para definir la escala de grises. Normalmente se trata de 12 o
16 bits, frente a los 8 que tradicionalmente se usan en aplicaciones computacionales (que
corresponde a 256 tonos de gris). Con eso se consigue una mayor sensibilidad a los diferentes
tonos.
Los datos así recogidos mediante cámaras digitales o imágenes escaneadas se almacenan en
un formato estándar para el posterior intercambio entre unidades diferentes del propio

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

centro médico u otros destinatarios. El formato de almacenamiento e intercambio de


información médica, entre la que se encuentra las radiografías es llamado DICOM (Digital
Imaging and Communications in Medicine).
Existe tal cantidad de diferentes aparatos de radiografía médica que no se incluye ninguna
imagen representativa. Un tubo productor de rayos X es relativamente pequeño (unos
centímetros de longitud) y la forma del aparato cambia mucho de unos a otros en función de
parámetros que nada tienen que ver con la radiación producida. El único punto común a todos
es que el tubo de rayos X debe estar blindado por motivos de protección radiológica. Como
material de blindaje se utilizan carcasas de materiales de alto número atómico como el plomo.

11.3.2 Tomografía axial computerizada (TAC).


Tal y como se ha descrito en la sección anterior, el uso de radiación X aporta información sobre
el interior del cuerpo humano sin necesidad de técnicas invasivas, aunque no exento del riesgo
del uso de radiaciones ionizantes. Una limitación claramente apreciable en el método es que
como resultado se obtienen imágenes bidimensionales. Es decir, todas las imágenes formadas
por componentes internos del cuerpo aparecen proyectadas sobre una placa bidimensional.
En pues tarea del médico interpretar la imagen utilizando sus conocimientos de anatomía para
tener una idea de la posición real de los elementos representados en ella. Un avance frente a
la radiografía tradicional vino con el desarrollo de la tomografía axial computerizada (CT o CAT
en siglas inglesas) mediante la cual, con el uso exclusivo de rayos X se puede obtener
información detallada sobre la composición de una sección transversal del paciente.
Realmente la información que se obtiene es, como en la radiografía tradicional, relativa a la
absorción de radiación X por parte de los diferentes tejidos. Conociendo la composición
aproximada del cuerpo humano se puede inferir los valores de densidad a partir de los datos
de absorción con la llamada escala de Hounsfield.
El TAC fue desarrollado por primera vez en 1972 por Sir Godfrey Newbold Hounsfield, mérito
que le sirvió para obtener el premio Nobel de medicina en 1979. El funcionamiento de la
máquina se basaba en el estudio de una sección transversal de la anatomía (una "rebanada")
que podía realizarse en sucesivas posiciones para tener una visión global del interior del
cuerpo.

Figura 11.5 Esquema de funcionamiento de un TAC

Según se representa en el esquema de la Figura 11.5, el paciente es situado en el interior de


un cilindro, donde se encuentran en posición opuesta un tubo de rayos X y un sistema de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

detectores digitales. Durante el proceso de medida, el conjunto de tubo más detector gira
alrededor del paciente, tomando datos desde diferentes perspectivas. Del mismo modo que
la visión de un objeto desde dos perspectivas da información sobre la profundidad que con
una no se tiene, un conjunto de medidas en diferentes perspectivas puede dar información
sobre la composición interna, por supuesto teniendo en cuenta que los rayos X atraviesan el
interior del cuerpo. Hay que resaltar que el análisis que realizaba el TAC es sobre una sección
transversal, con lo que los detectores están dispuestos de forma unidimensional con una
anchura correspondiente a la sección estudiada, que cubre aproximadamente 1 cm.
Las máquinas TAC son fácilmente reconocibles por su forma de prisma rectangular por donde
se ha hecho una abertura para la entrada del paciente. Tal y como se ha comentado, el TAC
obtiene imágenes de una sección transversal del paciente, con lo que éste es desplazado
automáticamente por la camilla móvil para poder obtener datos de una región más extensa
del cuerpo. En la Figura 11.6 se observa un ejemplo de máquina TAC acorde a la descripción
anterior.
La gran dificultad de la técnica TAC es el desarrollo de los algoritmos matemáticos que son
capaces de reconstruir el interior del cuerpo a partir de los datos de los detectores. Sin entrar
en el detalle interno matemático, se tiene un sistema de muchas ecuaciones que tiene como
incógnitas las densidades de Hounsfield (capacidad de absorber radiación) en una matriz de
puntos discretos en la zona del paciente. El número de incógnitas depende directamente de
la resolución espacial que se desee conseguir, mientras que el número de ecuaciones depende
del número de detectores de que se disponga (resolución espacial) y del número de ángulos
de rotación a los que se tomen imágenes (resolución angular). Tal y como se conoce de
álgebra, para determinar un sistema de ecuaciones se han de tener el mismo número de
ecuaciones que de incógnitas. A partir de ahí son los complejos algoritmos de cálculo los que
dan la solución que se puede plasmar en forma de imagen como la representada en la Figura
11.7.

Figura 11.6 Equipo TAC de uso en embarcaciones militares

En la Figura 11.7 se representa una sección transversal de un paciente en la que resaltan las
costillas (de color blanco, correspondiente a alta densidad de Hounsfield), los pulmones de
color negro (de baja densidad) y la espina dorsal en la parte inferior central. En la imagen se
han superpuesto datos adicionales sobre el modo en que fue realizada. En concreto se
observan dos parámetros ya anteriormente mencionados: la tensión de alimentación y la

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

corriente eléctrica en el tubo de rayos X. El estudio se realizó a 120 kV con una corriente de
electrones de 130 mA.

Figura 11.7 Ejemplo de imagen resultado de un estudio TAC

Uno de los problemas del TAC original era el alto tiempo de exploración. que para un estudio
abdominal superaba la media hora. Esto es debido al tiempo de irradiación en cada sección
transversal y al número de las mismas. Esta situación ha sido mejorada de diversos modos:
• Detectores CCD de respuesta más rápida. De este modo se ha logrado reducir el
tiempo de rotación del equipo hasta un valor actual de medio segundo por vuelta.
• Detectores en matriz de múltiples filas. El conjunto de detectores no cubre una única
fila sino varias de modo que diferentes secciones son estudiadas a la vez. Esto
multiplica por el número de filas la velocidad de realización del estudio.
• Detectores de menor tamaño. Con esto se consigue mejorar la resolución espacial del
estudio. Actualmente se tienen filas de 256 detectores con de una extensión espacial
de 0,75 milímetros. Con esto se ha logrado una resolución espacial isótropa (misma
resolución en las tres direcciones del espacio) hasta imágenes de 1024×1024 píxeles.
• TAC helicoidal. Tal y como se ha estudiado el modelo de TAC original, un estudio se
descomponía en múltiples estudios de secciones transversales. Actualmente el cabezal
del TAC gira a la misma velocidad que se desplaza axialmente, describiendo una forma
de hélice (de la que toma su nombre). Esto acorta el tiempo del estudio al combinar
los datos recogidos por las diferentes filas de detectores de modo que toda la
superficie externa del sujeto a medir haya sido irradiada.
Con los avances logrados se ha llegado a tiempos de exploración del orden de varios segundos
y con una resolución espacial igual en la dirección axial y tranversales. Este último punto es
muy importante para introducir el método tridimensional de visualización. En las primeras
imágenes de TAC, el médico obtenía una serie de secciones transversales en un número de
pocas decenas, que se visualizaban en forma de matriz en una única radiografía. Hoy en día se
ha llegado a tal resolución en la dirección axial, que el número de imágenes sería intratable.
Para esta tarea se recurre a la ayuda de computadoras transfiriendo los datos a unidades de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

visualización conforme al protocolo DICOM anteriormente mencionado. Con la ayuda de


computadoras, se puede realizar una reconstrucción tridimensional del cuerpo humano. Una
vez hecha esa reconstrucción, se pueden realizar cortes virtuales por planos arbitrarios, o
aplicar filtros que visualicen sólo las zonas de interés. En la Figura 11.8 se observa el pasado y
el presente de la visualización de imágenes TAC.

Figura 11.8 Esquemas de visualización para TAC: tradicional y 3D

Como final de esta sección hay que resaltar que el uso de los estudios TAC, como todos en los
que intervienen radiaciones ionizantes, no está exento de riesgos radiológicos. En un estudio
abdominal la dosis de radiación puede llegar a ser 500 veces mayor que en una radiografía de
tórax. Es pues responsabilidad de los médicos la evaluación de la conveniencia de su
prescripción.

11.3.3 Resonancia magnética nuclear (RMN).


La RMN es una técnica tomográfica (análisis de secciones transversales) como el TAC. Sin
embargo, sus semejanzas acaban ahí. Los orígenes de esta técnica se remontan al
descubrimiento del efecto de resonancia magnética descubierta independientemente por
Felix Bloch y Edward Purcell en 1946. Se utilizó durante las primeras décadas para el análisis
molecular de sustancias hasta que en 1971 Raymond Damadian descubrió como la respuesta
a esta técnica de las zonas tumorales era diferente a la del tejido sano. Es entonces cuando
esta técnica entró dentro de las prácticas de diagnóstico del tipo tomografía.
La técnica original RMN se basa en la excitación y posterior relajamiento de los núcleos de los
átomos presentes en una muestra. Antes de comenzar la explicación hay que resaltar que esta
técnica no utiliza radiaciones ionizantes, sino radiofrecuencia (ondas de baja energía y un
fuerte campo magnético). A partir de esta técnica se obtienen datos anatómicos internos de
composición química.
Como se ha estudiado ya en el capítulo correspondiente a física nuclear, los neutrones y
protones, elementos constituyentes del núcleo atómico, poseen un momento angular
intrínseco llamado espín. Esta propiedad, inexistente en mecánica clásica, es un residuo a
bajas energías de la mecánica cuántica relativista. Ese momento angular, propiedad vectorial,
le confiere a esas partículas un momento magnético que las hace comportarse como

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

pequeños imanes que interactúan con el campo magnético, con una tendencia a alinearse con
él. El valor de ese momento magnético es siempre el mismo para todos los neutrones y
protones, siendo ½ de la unidad fundamental. En un núcleo se encuentra un conjunto de
núcleos cuyos espines se pueden cancelar entre ellos. Sin embargo, en numerosas ocasiones,
debido a la paridad del número de los diferentes nucleones, no es posible la cancelación de
sus valores. Es en ese caso cuando el núcleo posee un momento resultante que según la
mecánica cuántica debe ser también un múltiplo entero o semientero de la unidad
fundamental.

Figura 11.9 Estados energéticos debidos al espín

Al igual que se comporta un imán, el momento angular de un núcleo responde a la presencia


de un campo magnético externo, con tendencia a orientarse en su dirección. Esa tendencia se
plasma en que existe una componente energética relativa a la posición del espín, siendo de
valor negativo (estable) cuando el espín se encuentra alineado con el campo. Esa componente
energética es proporcional al valor del campo magnético 𝛥𝐸 = 𝑘 ⋅ 𝐵. Según describe la
mecánica cuántica, la componente alineada con el campo magnético sólo puede tomar dos
valores: paralelo o antiparalelo al campo, tal y como se representa en la Figura 11.9.
En una sustancia a temperatura mayor del cero absoluto existe no obstante un cierto grado
de desorden que hace que existan elementos fuera de la posición de estabilidad, aunque
menos que en esa posición de menos energía. Mediante la aportación de energía se puede
pasar de un estado a otro. Esto se consigue con radiación electromagnética de la energía
adecuada para pasar de un estado a otro. La frecuencia de esa radiación necesaria se
denomina frecuencia de Larmor, y depende de cada núcleo, siendo siempre directamente
proporcional a la magnitud del campo magnético presente. En la Tabla 11.1 se muestran los
coeficientes de proporcionalidad para diferentes materiales.

Tabla 11.1 Frecuencias de Larmor para diversas especies nucleares

Frecuencias de Larmor 𝝂 = 𝜸 ⋅ 𝑩
Especie nuclear g (MHz/T)
H1 42,58
13
C 10,71
Na23 11,27

Hay que resaltar de nuevo que no todos los materiales son susceptibles de sufrir está
interacción con el campo magnético. Sólo aquéllos que tengan un valor resultante de espín

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

protónico o neutrónico pueden hacerlo. Estos núcleos suelen tener valores impares de
número atómico o másico. No obstante, dentro de esa categoría se encuentran elementos
presentes en el cuerpo humano, como el hidrógeno. Los elementos que responden a la RMN
son de bajo número atómico ya que, en el caso de alto Z, el momento magnético electrónico
apantalla al núcleo con lo que no responde a los estímulos externos. Asimismo, la inclusión de
un núcleo atómico en una molécula crea un apantallamiento que hace que su frecuencia de
Larmor varíe levemente, pero lo suficiente para ser tenido en cuenta.
Para hacer el estudio de RMN, es más simple hacer consideraciones macroscópicas de
pequeña escala. Esta escala debe ser suficientemente grande para que los efectos cuánticos
sean despreciables, pero por otro lado suficientemente pequeña para que en cada zona
considerada el campo magnético pueda considerarse constante. Eso no es problemático
teniendo en cuenta que el sistema global es del orden del metro, con lo que existe un rango
amplio de escalas intermedias entre la atómica y la del laboratorio. En todo caso, y de cara a
los más conocedores del tema querría añadir que la técnica RMN es compleja, y que debido a
la extensión de la asignatura (y consiguientemente del libro) no se puede dar más que una
visión superficial e incompleta de la misma.

Figura 11.10 Evolución del momento magnético de una zona frente a una
perturbación

Prescindiendo de consideraciones cuánticas, se puede considerar que el momento magnético


de cada zona escogida es una una magnitud clásica de variación continua. Por tanto, no hay
sólo dos posibles estados, sino que el vector momento magnético global puede tener
cualquier dirección. Al aplicarle un campo magnético, esa dirección global se alineará con él,
ya que la mayoría de los espines individuales lo hará.
Si mediante un estímulo externo se saca un momento magnético de su posición de equilibrio,
su tendencia natural es a volver a él con un movimiento de precesión alrededor de la dirección
del campo magnético. La rotación del momento magnético alrededor del eje central siempre
tiene como frecuencia la de Larmor, independientemente de la perturbación inicial. Este
movimiento se representa en la Figura 11.10.
El proceso de vuelta al equilibrio tiene un tiempo característico fijo, por el que se pueden
caracterizar diferentes materiales o tejidos. Pero lo más importante es que durante la
oscilación del momento magnético se está emitiendo una señal electromagnética en la
frecuencia de Larmor, que puede ser identificada.
Si a un material magnetizado con un campo primario B se le somete a un campo magnético
oscilante de frecuencia igual a la local de Larmor, se pueden girar el momento angular
promedio de las zonas. Una vez desplazado de su situación de equilibrio, rotará como se ha
descrito anteriormente. La propiedad más interesante para RMN es que una vez desaparecido

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

el estímulo magnético oscilante, durante la vuelta a la posición de estabilidad, el material


seguirá emitiendo radiación electromagnética en la frecuencia de Larmor en la zona en
cuestión. Este proceso puede representarse gráficamente como en la Figura 11.11.

Figura 11.11 Respuesta por RMN a un campo magnético oscilante

La respuesta al estímulo va desapareciendo conforme los momentos magnéticos de las zonas


se aproximan a la posición de equilibrio, momento en que cesa la emisión de señal de
respuesta. En función de la potencia de la señal de respuesta, de su frecuencia y del tiempo
de extinción es de donde se puede sacar información sobre la composición de una muestra.
Las respuestas de diferentes materiales se producen a diferentes frecuencias, con lo que en
una mezcla todos los materiales presentes dejan su huella en el espectro de la radiación
saliente. Mediante un análisis de Fourier de la señal de respuesta se puede saber qué
materiales hay presentes y en qué proporción teniendo en cuenta la amplitud de las diferentes
frecuencias.

Figura 11.12 Absorción selectiva en un gradiente de campo magnético

La aplicación de esta técnica exige una planificación especial, ya que en un experimento


normal de RMN, las señales de todas las zonas del sistema se mezclan en el receptor. Si se
desea tener resolución espacial es necesaria una disposición especial de los campos
magnéticos presentes.
El modo de conseguir una resolución espacial se basa en realizar el estudio de un único
material, introduciendo variaciones espaciales del campo magnético que se reflejen en una
variación espacial de la frecuencia de Larmor. Así, si en el experimento anterior se introducen
campos magnéticos con gradiente se pueden conseguir estos dos efectos:

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

• Introduciendo inicialmente un campo magnético principal variable en el espacio se


consigue que la frecuencia de Larmor varíe con el espacio. Cuando se realiza el
estímulo con un campo magnético oscilante, dicho campo interaccionará únicamente
con las zonas en donde la frecuencia local de Larmor sea la de la onda de estímulo. De
este modo se introduce una absorción selectiva, en la cual sólo se estimula una parte
del dominio, calculada de antemano. Este efecto se refleja en la Figura 11.12, donde
una radiación electromagnética incidente por la izquierda atraviesa el material hasta
llegar a las zonas donde su frecuencia es igual a la de Larmor. En esas zonas donde se
produce la deposición de energía y estimulación de los momentos magnéticos. En el
caso de la Figura 11.12, la absorción se produce en una sección transversal del material
en estudio.
• Inmediatamente después de realizada la absorción de energía y alteración de los
momentos magnéticos en la región seleccionada del sistema, se procede al cambio del
gradiente del campo magnético principal (ver Figura 11.13). Con eso se consigue
modificar las frecuencias de Larmor en los diferentes puntos del la “rebanada” que ha
absorbido energía. De este modo se tiene una diferenciación de la radiación emitida
por las diferentes partes de la sección. Hay que resaltar que el campo magnético
principal, que origina la oscilación de Larmor, siempre tiene la misma dirección. Lo que
se cambia antes y después de la absorción de energía es el gradiente de su módulo, de
su intensidad.

Figura 11.13 Emisión selectiva en un gradiente de campo magnético

Aun con las técnicas anteriores por cada lectura existirá toda una zona unidimensional (según
la figura una línea vertical) con lo que la segunda parte del anterior proceso hay que repetirla
con diferentes direcciones del gradiente (campo creciente según el eje x, el eje y o direcciones
intermedias) siempre perpendiculares al campo magnético. De un modo rotativo, como se
realizaba en el TAC, se obtienen datos de la composición desde diferentes perspectivas, lo que
convenientemente combinado da una representación tridimensional de la composición del
material o sujeto.
Una vez más hay que puntualizar que en esta técnica una parte de gran importancia y
complejidad, por no decir la que más, es el conjunto de algoritmos computacionales que
convierten los datos de detectores en valores del espacio físico. En este caso son de especial
importancia las transformadas de Fourier que descomponen las señales recogidas por los
detectores en las innumerables zonas que emiten con frecuencias diferentes según una onda
que decae en el tiempo.

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

Figura 11.14 Resultados y máquina de RMN

Los resultados de la técnica RMN se visualizan de un modo semejante a como se realiza en el


TAC. Es asimismo una técnica funcional, pero no se consigue la gran resolución espacial del
TAC. Sin embargo, y como se ha comprobado en la explicación, esta técnica no implica el uso
de radiaciones ionizantes. Eso es una clara ventaja frente al TAC, así como las diferentes
técnicas de resalte de imagen, que entran más en el campo médico que en de la ingeniería.
Las últimas tendencias en el uso médico de la RMN incluyen el estudio de resonancia
magnética de los electrones en vez del núcleo, siendo el proceso semejante. Sin embargo, esta
técnica está restringida a pocas sustancias que presentan electrones desapareados en sus
moléculas.

11.3.4 Tomografía por emisión de positrones (PET).


Para concluir con la sección correspondiente a técnicas de diagnóstico, se va a tratar la única
que utiliza material radiactivo como componente principal de funcionamiento. El primer PET
con finalidad de diagnóstico fue construido por primera vez por E.J. Hoffman y M. Phelps en
1973 en la Universidad de Washington. Se trata de una técnica de imagen funcional, es decir,
no da imágenes directas de la composición del cuerpo humano, sino de su funcionamiento.
El principio de la técnica PET se basa en la propiedad de algunos isótopos de desintegrarse
espontáneamente emitiendo un positrón. El positrón es la antipartícula del electrón. Posee su
misma masa y espín, pero carga eléctrica opuesta en signo. En positrón es altamente reactivo
en el medio material, donde abundan los electrones. Reacciona con ellos según un proceso de
aniquilación que tiene como producto dos fotones. Estudiando la colisión del electrón y el
positrón, y despreciando la velocidad del sistema de centro de masa respecto a la de la luz, se
tiene que ambos fotones deben tener cantidades de movimiento opuestas (suma cero) y
energía total igual a las dos masas desaparecidas. Según lo explicado en la Sección 1.6.3, las
energías de las partículas deben ser iguales, y las velocidades comparten la dirección, pero
con sentidos opuestos. Esta suposición de centro de masa en reposo es bastante precisa ya
que el positrón sufre múltiples colisiones colombianas en el medio, con su correspondiente
pérdida de energía, antes de reaccionar.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 11.15 Colisión entre electrón y positrón

La fundamental propiedad en que se basa el PET es que, si se consiguen detectar los dos
fotones emitidos en la aniquilación, se sabe que tuvo lugar en la línea recta que une los puntos
de detección. Teniendo en cuenta el corto recorrido medio de un positrón dentro de un medio
sólido (del orden del milímetro), se puede presuponer sin gran error que los datos obtenidos
corresponden al punto donde se desintegró el elemento emisor de positrones.
Así pues, la técnica médica se basa en inyectar al paciente un compuesto que tenga átomos
marcados isotópicamente de modo que emitan positrones. Con esta técnica se busca conocer
de modo tridimensional cómo se distribuye ese compuesto dentro del cuerpo humano. El
isótopo que se utilice debe cumplir unos requisitos:
• Posibilidad de introducirse en un compuesto tolerable por el cuerpo humano cuya
evolución se quiera estudiar.
• No tener como resultado de la desintegración un elemento que pueda ser tóxico.
• Periodo de semidesintegración del orden de la hora. Hay que tener en cuenta que al
paciente se le introduce una cantidad apreciable de producto radiactivo dentro del
cuerpo.
o En el caso de una vida media larga, ese isótopo estaría impartiendo una dosis de
radiación gamma al paciente durante largo tiempo, o exigiría tiempos de
exposición inoperativos.
o En el caso de una vida media muy corta, gran parte de la cantidad del elemento se
desintegraría desde el momento de su producción.
Los principales isótopos que se utilizan en base a estas propiedades son F18, C11, N13 y O15,
siendo el primero el más utilizado. La producción de todos estos isótopos de vida corta se
realiza en aceleradores de partículas, como se verá en la sección del próximo capítulo sobre
producción de radioisótopos. Teniendo en cuenta la corta vida media de los isótopos, el
transporte desde el acelerador hasta la unidad PET debe hacerse con gran celeridad, y limita
el radio útil de suministro de un acelerador. Cada acelerador, no obstante, tiene capacidad
para cubrir las necesidades de varias unidades PET que estuvieran suficientemente cerca. El
isótopo más comúnmente utilizado en la técnica PET es el flúor 18 introducido en una
molécula de fluordesoxiglucosa (FDG). Mediante el seguimiento del consumo de glucosa en el
cuerpo se conocen las zonas afectadas de cáncer, que presentan un consumo muy superior a
lo normal.
La apariencia externa de una máquina PET es semejante a un TAC o RMN. Se trata de un anillo
de detectores que hade envolver al cuerpo en estudio, ya que para obtener información de
una desintegración debe detectar ambos fotones emitidos en sentidos opuestos sobre una

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

misma dirección. Teniendo en cuenta las dimensiones del sistema, y que viajan a la velocidad
de la luz, el desfase de tiempos entre los dos fotones detectados no puede ser superior a un
cierto tiempo del orden del nanosegundo. Cuando se da una medida con esas condiciones, se
dice que se tiene una coincidencia, que es la única fuente útil de datos.
Para tener una buena resolución espacial, el anillo de detectores debe estar compuesto por
una gran cantidad de ellos, de pequeñas dimensiones, para poder localizar con precisión la
línea que han seguido los fotones hasta los detectores. Dichos detectores deben ser muy
pequeño tamaño y de alta precisión temporal. El método de detección de la radiación gamma
se basa en su conversión a luz por cristales especiales que están unidos a tubos
fotomultiplicadores (ver Sec. 13.4 en la página 262). Hasta hace pocos años se han utilizado
para los cristales conversores el germanato de bismuto (BGO). En el año 2004 la técnica ha
avanzado con el ortosilicato de lutecio (LSO) que permite cristales más pequeños (4×4 mm2)
con un funcionamiento más rápido que permite un mayor número de medidas en una
exposición. No obstante, la precisión espacial de la técnica PET está limitada por el recorrido
libre medio de los positrones en el cuerpo. Este recorrido medio actúa como incertidumbre
insalvable de la posición donde se produjo la desintegración y aparición del positrón.

Figura 11.16 Ejemplo de estudio combinado PET-TAC

Existen dos modos de medida, con diferente lógica de reconstrucción de imagen. Se tratan del
método tomográfico y el tridimensional.
• El método tomográfico estudia secciones transversales del cuerpo en estudio. Para
eso, tiene un sistema de filtrado de la radiación gamma entrante, de modo que
únicamente detecte la que proviene del plano central del anillo de detectores. Esto
tiene la ventaja de tener unas menores exigencias en el sistema de detección. Se tienen
menos detecciones por segundo, al filtrar parte de la radiación, y por otra parte el
origen de la radiación está limitado a un plano, con lo que es más sencillo determinar
su posición.
• El método tridimensional recoge también medidas provenientes de zonas diferentes
al plano central del sistema. Esto requiere un mayor número de detectores y una lógica
más compleja para determinar la posición de las desintegraciones. Como ventaja, se
tienen un mayor número de coincidencias en menor tiempo, lo que acorta el tiempo
de medida.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

El proceso de medida de la emisión de radiación por el cuerpo en estudio tarda actualmente


aproximadamente 20 minutos. Sin embargo, los métodos de formación de imagen mediante
PET implican el análisis de cantidad de información durante un tiempo del orden de horas.
Como resultado (ver Figura 11.16) se tiene una distribución tridimensional en escala de grises
del número de coincidencias detectadas provenientes de cada zona.
En la actualidad se están extendiendo máquinas que combinan en una acción un estudio de
PET con uno de TAC simultáneo. Tiene la gran ventaja que el paciente mantiene su posición
exactamente durante el proceso de ambas técnicas. De este modo se combina la información
funcional del PET con la anatómica del TAC, pudiendo localizar las zonas afectadas de cáncer
con la gran precisión espacial que el PET no permite. Mediante el software adecuado, se logra
una fusión de las imágenes de ambos orígenes, de un modo intuitivo para el usuario. En las
figuras siguientes se muestra una máquina PET-TAC y un ejemplo de estudio en el que se ven
los resultados del TAC, el PET y la combinación de ambos.

Figura 11.17 Primer escáner PET-TAC, modelo Gemini (cortesía de Philips)

La técnica PET no está exenta de riesgo radiológico para el paciente, ya que se introduce en
su sangre una cantidad de material radiactivo, que por otra parte se desintegra en cuestión
de horas. La dosis efectiva de radiación (ver Sección 14.3) recibida en una sesión puede llegar
a unos 10 mSv, lo cual tiene un impacto bajo pero no despreciable en la salud (ver Tabla 14.3
con límites legales anuales).
La técnica PET se introdujo en España en el año 1995 por el Centro PET-Complutense,
habiendo en 2017 ya más de 80 unidades en funcionamiento o en proyecto de adquisición.

11.4 Aplicaciones médicas de terapia.


Las aplicaciones médicas de radioterapia buscan hacer desaparecer el tejido afectado de
cáncer. Para eso se utilizan altas dosis de radiación que tienen como resultado la incapacidad
de reproducción o incluso la muerte de las células tratadas. Como ya se trató en la
introducción a este capítulo, la utilidad de la radioterapia se basa en que las células afectadas
por cáncer presentan una mayor sensibilidad a la radiación, con lo que existe un rango de
dosis en el que, estadísticamente hablando, se puede dañar las células afectadas respetando
las sanas.

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

Teniendo en cuenta la esencia del proceso de terapia, se entiende que se van a impartir dosis
de radiación muy superiores a las de diagnóstico. De hecho, se manejan valores del orden de
1000 veces más altos. Las técnicas de terapia se dividen fundamentalmente en dos clases:
• Teleterapia, donde se incluyen las prácticas en que las que la radiación proviene de
una fuente externa al paciente, a una cierta distancia.
• Braquiterapia, donde las fuentes de radiación se sitúan en la proximidad de la zona
afectada por cáncer y adaptadas a su forma. De este modo se reduce la dosis de
radiación impartida a tejidos sanos.
Seguidamente se describen algunos de los elementos más comunes en las prácticas
radioterápicas que se realizan actualmente.

11.4.1 Irradiadores de Cobalto 60.


Esta técnica de teleterapia, tan antigua como el uso médico de las radiaciones, se basa en la
exposición controlada de un paciente a una fuente radiactiva intensa de Co60. El cobalto 60 es
un metal con una actividad específica aproximada de 1100 Ci/g. Es emisor de radiación beta y
gamma, teniendo la radiación gamma energía algo superior a 1 MeV. Con esos datos es fácil
comprender que es un material cuyo manejo es extremadamente peligroso.

Figura 11.18 Irradiador médico de Cobalto 60 (cortesía de MDS Nordion)

Un irradiador de cobalto, o bomba de cobalto como es a veces llamada (no confundir con la
también llamada “bomba del día del juicio final”, un explosivo conceptual del mismo nombre)
se puede entender como una lámpara donde la bombilla es sustituida por una pieza de unos
2 kCi de cobalto 60. Esta pieza, del tamaño de una moneda, es capaz de producir un campo
de radiación suficientemente intenso a la distancia de posicionamiento del paciente. La
colimación se realiza de un modo sencillo: se tiene un pesado cabezal de plomo que absorbe
toda la radiación excepto por la ventana de irradiación. El mecanismo más complejo del
sistema es el de carga y descarga de la fuente, que se realiza con aire comprimido de modo
remoto. Existen irradiadores similares basados en otros materiales radiactivos, como el cesio
137 (T1/2=30 años, <E>=667 keV).

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Este tipo de máquinas, de relativo bajo coste, están siendo progresivamente sustituidas por
los aceleradores de electrones (de mayor precio) por las siguientes razones:
• La presencia de material radiactivo en alta cantidad aumenta la posibilidad de
accidentes. La emisión radiactiva no puede detenerse en ningún momento, frente a un
acelerador, que puede ser apagado de emergencia cortando el suministro eléctrico.
• La pieza de cobalto debe ser renovada cada cierto tiempo, entorno a los 10 años,
debido al decaimiento exponencial de la actividad. Sin embargo, esa pieza, inútil para
radioterapia, sigue teniendo una actividad suficiente para ser considerada muy
peligrosa. Han ocurrido ya conocidos incidentes en Méjico y Brasil donde fuentes de
cobalto usadas ha acabado en vertederos, de donde han sido recogidas por gente
ignorante del riesgo, que murió como consecuencia de ello (accidente de Goiânia en
Brasil).
• La energía de la radiación del cobalto es invariable. Esta es una fuerte limitación que
superan los aceleradores de partículas.

11.4.2 Aceleradores de partículas.


Los aceleradores de partículas se utilizan en teleterapia por razones obvias (un acelerador no
cabe dentro del cuerpo) aunque sin embargo en los últimos avances sí que se han conseguido
ventajas semejantes a las de la braquiterapia. Los aceleradores que se utilizan en terapia son
fundamentalmente de estos tipos:
• Máquinas convencionales de rayos X. Como ya se ha tratado en este mismo capítulo,
estas máquinas funcionan aceleran electrones de modo electrostático hasta una
energía entorno a los 200 keV. Entonces se produce una conversión a rayos X al
colisionar con el ánodo. Este tratamiento se utiliza para cáncer de piel, puesto que esa
los rayos X de esa energía no son muy penetrantes.
• Aceleradores lineales de electrones. Este tipo de acelerador, estudiado ya en la
Sección 10.3.4, posee unas dimensiones modestas de modo que todo su sistema
puede acomodarse en el espacio de una habitación. Con ellos se obtienen unas
energías de electrones de hasta 25 MeV, suficientes para tratamientos profundos en
pacientes. Estos aceleradores pueden impartir una terapia de electrones o también de
rayos X. Funcionan como productores de rayos X al hacer incidir el haz de electrones
sobre una lámina de material de alto Z como el wolframio. Estas dos técnicas presentan
el problema más típico de la teleterapia, las partículas depositan la energía
preferentemente en la zona de entrada (la piel) en vez de en los tumores que pueden
ser más profundos. En los modelos más comunes de acelerador, el haz de electrones
o de rayos X se produce con una cierta extensión, que puede llegar a 20×20 cm2.
Existen otro tipo de aceleradores más minoritario que imparten los electrones siempre
en un fino haz que barre una región del paciente del mismo modo que los electrones
recorren la pantalla de una televisión.
• Aceleradores de protones, del tipo ciclotrón que imparten a las partículas energías
entorno a 250 MeV. Los protones presentan una curva de deposición de energía
diferente a los electrones o rayos X, presentando su máximo en profundidad, lo que
es más beneficioso para actuar directamente sobre el tumor. En la Figura 11.19 se
aprecia la curva de deposición de energía para electrones, rayos X y protones.

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

Figura 11.19 Curvas de deposición de energía para diferentes partículas

Es de resaltar que la primera unidad de protonterapia en España fue adquirida en 2017


por un hospital privado en la Comunidad de Madrid, irradiando a su primer paciente
en diciembre de 2019.
La gran preocupación para el tratamiento con aceleradores es común para todos los equipos
de teleterapia: impartir radiación únicamente en las zonas que lo necesiten, y no en el resto.
Para eso se utilizan diversas técnicas:

Figura 11.20 Acelerador lineal médico (cortesía de Elekta AB) y componentes del cabezal

• Control de la energía del haz. Mediante esta técnica se puede controlar el grado de
penetración que tendrá el haz dentro del cuerpo, aunque su forma siempre será
análoga a la de la figura 10.19.
• Control de direccionamiento del haz. Mediante un brazo rotativo (comúnmente
llamado gantry por su nombre en inglés) se consigue variar el ángulo de entrada del
haz dentro del cuerpo.
• Delimitación de la extensión del haz. Mediante placas gruesas (llamadas mandíbulas,
o jaws en notación inglesa) situadas en la zona de salida del haz (llamado cabezal) se
consigue delimitar la extensión del haz en forma de rectángulo. Este efecto se consigue
al blindar las mandíbulas parte de la radiación (sea X o electrones) del haz.
• Colimación con multiláminas (MLC). Dentro del cabezal, en el otro eje del que tiene
las mandíbulas, se sitúan decenas de finas pero profundas láminas de wolframio con

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

la finalidad de colimar la radiación del haz. A diferencia de las mandíbulas, las


multiláminas pueden conformarse de diversas maneras, produciendo haces de formas
irregulares.
• Tratamientos de intensidad modulada (IMRT). Se trata de la evolución más moderna
de tratamientos con aceleradores. Una vez determinadas las zonas del cuerpo a las
que hay que impartir dosis, y las que hay que salvaguardar de la radiación, un
programa de ordenador calcula el modo óptimo de irradiar, calculando diferentes
irradiaciones sucesivas con diferentes posiciones del gantry, mandíbulas y láminas.
• Sistema de radioterapia guiada por imagen (IGRT). El posicionamiento del paciente
en todo momento debe ser muy preciso, para poder aplicar las irradiaciones calculadas
en las zonas calculadas. Para mejor seguimiento del posicionamiento hay una
tendencia de uso de sistemas de rayos X que localizan a tiempo real el órgano a
irradiar, pasando esa información al acelerador para su modulación.
• Radioterapia intraoperatoria. Se han desarrollado sistemas aceleradores de menor
energía que son portátiles y pueden desplazarse a la sala de operaciones, irradiando
la zona tumoral con el paciente abierto. Es una manera de hacer llegar al sistema de
aceleradores a la braquiterapia, donde se irradia directamente la zona afectada,
preservando las sanas.

11.4.3 Sistemas de braquiterapia.


Los sistemas de braquiterapia tratan de impartir la mayor dosis a las zonas afectadas por
cáncer, preservando las que no han sido afectadas. Para ello, se sitúan fuentes radiactivas en
contacto con la zona en tratamiento (y de ahí toma el nombre de braqui-, corta distancia), de
modo que obtenga la mayor dosis de radiación.
Existen numerosos métodos para el tratamiento de diferentes tipos de cáncer, sin embargo,
se pueden clasificar en dos grandes clases:
• Irradiación temporal. Son sistemas en los que la fuente se acerca al tumor mediante
algún sistema mecánico, o se colocan las fuentes radiactivas en la superficie del cuerpo
(o en los ojos, por ejemplo) durante el tratamiento. En caso de que la zona a tratar sea
interna al cuerpo, se puede introducir la fuente en el interior de agujas que se
introducen en el cuerpo. Una vez terminado el tratamiento, se retira el material
radiactivo, que puede ser reutilizado en posteriores sesiones. Se utilizan isótopos
radiactivos encapsulados para evitar contaminación al paciente, y con una vida media
no muy larga para conseguir alta actividad específica. Asimismo, la energía de sus
radiaciones no debe ser muy alta (como en el caso del Co-60) para concentrar la dosis
en la zona irradiada. El iridio 192, con 9340 Ci/g y 600 keV de energía media, es uno de
los más utilizados.
• Irradiación permanente. Se basa en fuentes encapsuladas de pequeño tamaño que
son introducidas en el interior del cuerpo de modo permanente. Se utilizan entonces
elementos con energía de radiación muy baja, de modo que las fugas globales del
cuerpo del paciente sean lo más baja posibles. Asimismo, el isótopo debe tener una
vida corta, para evitar posteriores accidentes con el material radiactivo que queda en
el cuerpo. El yodo 125, con 2 meses de vida media y que emite radiación gamma con
energía de 35 keV y rayos X de menor energía, es utilizada en este tipo de

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Tema 11 - Aplicaciones médicas de los radionucleidos y radiaciones ionizantes.

tratamientos. La radiación gamma de tan baja energía es fácilmente blindada por


láminas muy finas de plomo, y dento del cuerpo humano presenta un alcance del
orden del centímetro, lo que proporciona una irradiación local de las zonas cancerosas.

Figura 11.21 Irradiador por braquiterapia Gammamed+ (cortesía de MDS Nordion)

Se ha intentado dar una visión muy superficial de la existencia de las técnicas braquiterápicas.
No obstante, se utilizan muchos más isótopos radiactivos para los tratamientos, pero en
función de unos parámetros médicos que no entran en los objetivos de este libro.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tema 12 Usos y producción industrial de radionucleidos y


radiaciones ionizantes.
12.1 Introducción.
En este capítulo se va a tratar de las aplicaciones industriales de las radiaciones ionizantes. Tal
y como se comentó en el capítulo anterior, este capítulo va a incluir también la parte de
producción de radioisótopos. En el capítulo anterior ya se hizo referencia al uso de fuentes
radiactivas en medicina, sin embargo, el tratamiento en más detalle ahora de los métodos de
producción no merma la posibilidad de entendimiento de los capítulos referentes a
aplicaciones. Se tratará ahora del modo en que son obtenidos los isótopos radiactivos.
Teniendo en cuenta que se suelen utilizar isótopos de vida media o corta, es necesaria su
producción artificial ya que hace mucho tiempo que se desintegró la cantidad que se pudiera
originar en la explosión de supernova de la que proviene la materia terrestre.
Ya se ha estudiado en el tema anterior las aplicaciones médicas de las radiaciones, pero hay
que pensar que en el campo industrial no existen las fuertes limitaciones inherentes al riesgo
biológico que conllevan. A la materia no viva se le puede impartir muy grandes dosis de
radiación sin causarle daño aparente. Hay que recalcar que las radiaciones ionizantes en muy
altas dosis son también causantes de modificaciones indeseadas de las propiedades de los
materiales, pero los niveles de dosis son tan elevados que ese tipo de fenómenos se dan en
ambientes de muy alta tasa de dosis continuada durante años (materiales estructurales de
reactores nucleares).
Las radiaciones ionizantes provenientes de fuentes radiactivas y aceleradores están presenten
en numerosos procesos en los que intervienen bienes de consumo. Se han tratado ya los
efectos biológicos que pueden tener las radiaciones ionizantes. En el caso industrial se busca
su faceta más destructiva para los organismos biológicos: se trata del caso de la esterilización
por radiaciones.
Asimismo, teniendo en cuenta la estabilidad de las fuentes radiactivas, consecuencia
estadística de la gran cantidad de partículas que emiten, se pueden usar como un referente
estable para ciertos procesos. Esto, unido a la gran sensibilidad de los detectores de radiación,
las hace útiles para inferir con gran precisión datos de una muestra a partir de la interacción
con radiaciones ionizantes. Estas técnicas permiten el control de niveles, o la medición de
espesores en determinadas prácticas. En este rango se podría encontrar la gammagrafía, una
variante de la radiografía X que utiliza radiaciones más penetrantes.
Seguramente quedarán en este texto aplicaciones sin tratar, pero sí que las que se van a
mencionar constituyen una parte importante de las aplicaciones industriales de las
radiaciones ionizantes.

12.2 Producción de isótopos radiactivos.


Durante el capítulo anterior, y en este mismo también, se están estudiando las aplicaciones
de algunas sustancias radiactivas en medicina o en la industria. Se busca tener una fuente
concentrada de partículas de alta energía que lleven a cabo las interacciones buscadas. Según
la ley de decaimiento de la actividad de una muestra radiactiva (estudiada en la sección 3.1.2),
se tiene que:

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Tema 12 - Usos y producción industrial de radionucleidos y radiaciones ionizantes.

𝐴 = 𝜆 ⋅ 𝑁(𝑡) = 𝐴(0) ⋅ e−𝜆𝑡 (12.1)

Donde λ es la constante de desintegración. En la utilización de los radioisótopos,


especialmente en el campo industrial, se buscan especialmente unas propiedades de las
fuentes utilizadas: alta actividad específica, un tiempo de uso prolongado y energía adecuada.
Esto, como se aprecia en las expresiones anteriores, son dos condiciones de efectos opuestos,
con lo que dependiendo de las aplicaciones se da más o menos importancia a unos u otros
criterios. El resultado es que la adecuación del material radiactivo depende mucho de la
actividad que se quiera desarrollar. Pero un punto tienen en común las sustancias deseadas:
por su pequeña vida media, en comparación con la edad de la Tierra, es necesaria su
producción artificial. Existen dos medios fundamentales de producir isótopos radiactivos:
• Mediante aceleradores de partículas, que inducen reacciones nucleares al hacer incidir
partículas de alta energía (normalmente núcleos atómicos de bajo Z) sobre un blanco
de material.
• Mediante reactores nucleares. Se busca la producción de nuevos elementos como
consecuencia de la absorción de neutrones de un material base, o por la fisión de
combustible nuclear.

12.2.1 Producción de radioisótopos con aceleradores.


El uso de aceleradores para producción de radioisótopos es una técnica bastante extendida,
teniendo en cuenta que no implica la complejidad de mantenimiento de un reactor nuclear,
aparte de los problemas legales que implica la posesión de material fisible (por su posible uso
en armas).
Un acelerador de partículas produce un haz de partículas cargadas, de las que se espera que
colisionen con el núcleo blanco produciendo una reacción. Dado que se busca en muchas
ocasiones la adición de nuevos nucleones al núcleo blanco, se utilizan aceleradores de
protones u otros núcleos atómicos. Estos núcleos normalmente no tienen un alto número
atómico, ya que para acercarse al núcleo blanco deben poder vencer la repulsión
electrostática entre núcleos, para poder reaccionar entre ellos.
En el caso común de utilizar como proyectil núcleos de hidrógeno o deuterio, las energías
necesarias para provocar reacciones en una cantidad apreciable están en el orden de unos
pocos MeV. No es necesario, por tanto, utilizar grandes aceleradores para este tipo de
actividad, sino que pueden tener el tamaño de una habitación. El tipo de aceleradores más
adecuado para este tipo de práctica son los ciclotrones, sin tener necesidad de utilizar
sincrotrones, capaces de obtener mucha más energía. Lo que se demanda de un acelerador
para producción de isótopos es una energía suficiente para provocar reacciones, y una
corriente de partículas alta.
Los principales destinatarios de las fuentes producidas en acelerador son los hospitales donde
se tienen máquinas PET (ver Tema 11) o los fabricantes de fuentes encapsuladas para
tratamientos de radioterapia. Para las aplicaciones de PET, se han diseñado ciclotrones de un
modo totalmente encapsulado, en el sentido de que el usuario final no tiene que tener
grandes conocimientos para su uso.
Situando en las cámaras blanco diferentes compuestos, se pueden lograr diferentes
compuestos de número atómico moderado. Seguidamente, y en la propia instalación, se ha

- 234 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

de realizar un proceso de separado químico del recién creado isótopo. Esta técnica es
puramente química ya que el número de neutrones no afecta apreciablemente a las
propiedades químicas de los compuestos. Sin embargo, para toda la instalación se requieren
unas medidas especiales de radioprotección por la presencia de material radiactivo. Con la
energía del impacto de las partículas proyectil contra el blanco es energéticamente posible el
arrancar neutrones como una de las reacciones secundarias. Esto supone un grave riesgo
radiológico y de este modo es característico que la dependencia del acelerador tenga paredes
de un espesor cercano al metro.

Figura 12.1 Ciclotrón Cyclone 18/9 productor de isótopos para PET (cortesía de IBA)

Aceleradores como el de la Figura 12.1 pueden impartir una corriente de 80 mA de protones,


de modo que durante un periodo de irradiación de dos horas se puede lograr hasta 5 Curios
de flúor 18, una de las sustancias más utilizadas en la técnica PET. Aceleradores de mayor
energía son utilizados para la producción de fuentes radiactivas para briaquiterapia. Estos
suelen ser elementos de más alto número atómico, con lo que es común acelerar hasta
30 MeV. En todo caso, la producción mediante estos aceleradores es modesta, sobre todo
comparada con la que ofrecen los reactores nucleares. Sin embargo, es la alternativa ideal
para la pequeña producción o incluso el autoabastecimiento de sustancias radiactivas.
Yendo al extremo de altas energías, los aceleradores de partículas se están utilizando también
para investigación en isótopos de muy alto número atómico (superior a 100). De esta manera
en las últimas décadas se han producido una serie de nuevos elementos de la tabla periódica,
para los que no existía ningún isótopo en la naturaleza. La investigación actual busca la
llamada isla de estabilidad, una región del plano (Z,A) (número másico, número atómico) en
la que la teoría nuclear preve una especial estabilidad. En 1999 se dio la noticia en el
Laboratorio Lawrence Berkeley (LBNL) del descubrimiento del átomo más pesado (Z=118) tras
bombardear un blanco de plomo con iones de kripton. Desafortunadamente tras fallidos
intentos de reproducir el experimento, no se ha considerado un hecho probado. Pero es una
idea de que la producción de isótopos es una de las líneas de investigación punteras en el
mundo.

- 235 -
Tema 12 - Usos y producción industrial de radionucleidos y radiaciones ionizantes.

12.2.2 Producción de isótopos en reactores nucleares.


La utilización de reactores nucleares para la producción de radioisótopos es con mucho el
método más utilizado para producción en masa de los mismos. Como ya se comentó
anteriormente, existen dos modos de actuación para la obtención de isótopos.
• Recuperación de los productos de fisión.
• Activación de muestras por absorción de neutrones.
En ambos casos el uso de reactores nucleares supone limitaciones para esta actividad. La
explotación de un reactor nuclear es una tarea de mucha responsabilidad por la presencia de
material fisible, y tiene unas exigencias legales especialmente fuertes. Por esa cuestión sólo
se utilizan para obtener una producción alta de isótopos en un número reducido de
instalaciones. Esto hace que no valgan para el reparto rápido de isótopos de vida corta, como
pueda ser el caso del PET.
El método de recuperación de isótopos de los productos de fisión es especialmente conflictivo
por las posibles aplicaciones armamentísticas. Cuando el combustible nuclear
(fundamentalmente uranio) sufre fisiones por neutrones, aparecen como productos al menos
dos fragmentos de menor número atómico, y varios neutrones que permiten que la reacción
sea autosostenida.
En la Figura 12.2 se representa la proporción de isótopos producidos por fisión del uranio 235.
Se aprecia cómo se obtienen todo un rango de isótopos de peso medio, habiendo unos
máximos para números atómicos de 95 y 140. El modo de proceder es por tanto hacer
funcionar el reactor con una cierta cantidad de combustible, pararlo después de un tiempo,
extraer el combustible y tratarlo químicamente para conseguir la separación de los diferentes
elementos.

Figura 12.2 Rendimientos de fisión para el 235U.

La mayor problemática que tiene esta técnica, es que el manejo de combustible nuclear lleva
un riesgo inherente de su posible desvío a usos militares. Además, el uranio no sólo sufre
fisiones sino también capturas que dan lugar (por captura neutrónica) a la producción de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

plutonio, el material más apto para armas de fisión. En España, al igual que en muchos otros
países, la legislación actual prohíbe el reprocesado del combustible nuclear sin excepción.

Figura 12.3 Almacenamiento en agua de cobalto 60 (cortesía de MDS Nordion)

En cuanto a la producción de isótopos radiactivos por medio de absorción neutrónica (el caso
ya comentado del plutonio), se realiza mediante la introducción de muestras de material no
fisible dentro de un reactor nuclear, en un entorno de alto flujo neutrónico. La interacción de
los neutrones con el material de base produce reacciones de absorción neutrónica, que en la
mayor parte de los casos lleva asociada la emisión de radiación gamma. La mayoría de los
isótopos producidos en la actualidad son conseguidos por este método, ya que la producción
por este modo puede ser mucho más masiva en los casos anteriores. El caso más conocido de
isótopo conseguido por absorción neutrónica es el cobalto 60, así como el tecnecio 99, ambos
de uso común en industria y medicina.
Una vez producido un radioisótopo de vida media o larga, se puede almacenar hasta su
distribución. En la Figura 12.3 se ve una piscina de almacenamiento de cobalto 60, en la que
se aprecia la radiación de Cerenkov debida a la emisión de radiación beta por parte del
cobalto. En casos de almacenamiento de una actividad muy elevada, hay que tener previsto
un blindaje y refrigeración, para disipar la energía liberada en las desintegraciones. En el
capítulo referente a protección radiológica se dan las pautas de trabajo con material radiactivo
en cuanto a la protección radiológica.

12.2.3 Estrategia en la producción de radioisótopos


Por estrategia en la producción de radioisótopos se entiende en esta sección durante cuánto
tiempo se debe irradiar una muestra para obtener la mayor cantidad y pureza del radioisótopo
deseado. La definición de la estrategia puede ser compleja en función de muchos factores del
proceso de las muestras irradiadas. No se pretende aquí responder a esa pregunta en el caso
más general sino dar una idea preliminar de las variables que intervienen en el proceso.

- 237 -
Tema 12 - Usos y producción industrial de radionucleidos y radiaciones ionizantes.

En muchos de los casos prácticos de ambas técnicas anteriormente mencionadas, se produce


el radioisótopo deseado por reacción directa, es decir, induciendo una reacción nuclear en un
nucleido estable, de modo que como resultado se obtenga el núcleo radiactivo deseado. Por
ejemplo, el flúor 18 es producido por induciendo una reacción (p,n) en el oxígeno 18, isótopo
estable (aunque minoritario) del oxígeno. Siguiendo la nomenclatura explicada en la sección
3.2 de este texto, la reacción que tiene lugar es la 18𝑂(𝑝, 𝑛) 18𝐹 , y que es inducida mediante
la irradiación con protones de una muestra enriquecida en oxígeno 18.
En un caso semejante, en una muestra dada bajo irradiación se produce una cierta cantidad
de núcleos de F-18 por unidad de tiempo, que según lo estudiado en la sección 3.2.3, es
proporcional al número de átomos de la muestra de O-18, al flujo de partículas incidentes y a
la sección eficaz de la reacción. En la mayoría de los casos la cantidad de núcleos estables
precursores (O-18), que va disminuyendo conforme se transmutan en el nucleido radiactivo,
se puede considerar constante por ser mucho más abundante.

𝑅 = 𝜎 · Φ · 𝑁𝑂18 (12.2)

Asimismo, conforme se empiece a producir el nucleido radiactivo, en este caso el flúor 18,
éste se va a empezar a desintegrar incluso mientras se produce la irradiación. Esa tasa de
desintegración va a ir paulatinamente aumentando conforme se producen más núcleos
radiactivos mediante irradiación. Se puede plantear un balance de nucleos radiactivos (NF
siguiendo el ejemplo del flúor), suponiendo que en el instante inicial de la irradiación sólo se
tiene material estable precursor (en nuestro ejemplo el O-18). En este caso se considera que
la sustancia producida (el F-18) no sufre reacciones nucleares que lo consuma.

𝑁̇𝐹 = 𝑅 − 𝜆𝐹 · 𝑁𝐹 ; 𝑁𝐹 (0) = 0 (12.3)

Esta ecuación se puede resolver analíticamente, llegando a una expresión simple para el
número de núcleos del material radiactivo deseado, tal y como se muestra en la ecuación
(12.7) y gráficamente en la Figura .

1 − 𝑒 −𝜆𝐹 𝑡
𝑁𝐹 (𝑡) = 𝑅 · (12.4)
𝜆𝐹

Figura 12.4 Evolución temporal de producción directa de radioisótopo

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

En la Figura se aprecia cómo inicialmente la producción de radioisótopo crece de un modo


lineal. En esa primera fase se puede despreciar la desaparición del mismo por desintegración,
y se trata de un mero proceso de acumulación de material. A un tiempo de irradiación dado,
que es aproximadamente entre uno y dos periodos de semidesintegración de la sustancia
producida (en la Figura 12.4 el tiempo es relativo al periodo), se pierde la linealidad ya que la
desintegración del nucleido radiactivo es relevante y hace que su crecimiento neto sea cada
vez menor. A partir de un tiempo superior a 3 periodos de semidesintegración, el crecimiento
neto de la cantidad de núcleos es tan reducido que se alcanza un estado de saturación.
Considerando esta evolución, lo normal es finalizar las irradiaciones en el periodo lineal de
acumulación, antes de que decaiga apreciablemente la tasa neta de producción. Por supuesto
la estrategia óptima se calcular teniendo en cuenta el coste del proceso de irradiación y
separación del material, pero es obvio que en ningún caso merece la pena llegar a la zona de
saturación, cuando ya no hay ganancia alguna. Es muy importante notar que la separación
entre régimen lineal de saturación se produce a tiempos proporcionales al periodo de
semidesintegración de la sustancia producida, con lo que los valores absolutos pueden ser
muy dispares en función de qué nucleido se esté generando. Por ejemplo en el caso del flúor
18, este límite de tiempo se encuentra alrededor de las 2 horas, mientras que en la producción
de cobalto 60 (T1/2 = 5,27 años) en reactores nucleares mediante la reacción 59𝐶 𝑜(𝑛, 𝛾) 60𝐶 𝑜,
el régimen de crecimiento lineal dura varios años.
Una limitación crucial para el uso de los radioisótopos es que, al sufrir constantemente
desintegraciones, deben poder distribuirse a sus lugares de uso en un tiempo suficientemente
rápido para que no hayan decaído inaceptablemente. En el caso de radioisótopos para
medicina, que son de vida corta para reducir el tiempo de irradiación al paciente, esto puede
ser una importante limitación para su uso.
La producción de radioisótopos no siempre cumple las condiciones expuestas en el caso de
producción directa:
• El radioisótopo deseado puede producirse por desintegración de radioisótopos
generados por irradiación directa. Es por ejemplo el caso del Tc-99m (T1/2 = 6 h), un
radioisótopo de amplia utilización en medicina, que es producido como producto de
desintegración del Mo-99 (T1/2 = 2,75 d). El Mo-99 se puede producir en reactores
nucleares mediante irradiación neutrónica de molibdeno natural. Al tener el Mo-99
una vida superior al Tc-99m, se permite una mayor ventana de tiempo para su
distribución a los hospitales, produciendo éste el Tc-99m conforme se desintegra.
• En algunos casos el radioisótopo producido es también reactivo con el flujo de
radiación que lo produce. Esto hace que los núcleos radiactivos producidos puedan
desaparecer no sólo por su propia desintegración, sino por reacciones nucleares. En
ese caso la evolución temporal del mismo es similar a la mostrada en el caso directo
en la ecuación (12.4), pero considerando una constante efectiva de desaparición que
integre tanto la desintegración como las reacciones nucleares 𝜆𝑒𝑓𝑓 = 𝜆 + 〈𝜎Φ〉,
siendo σ la sección eficaz de reacción del radioisótopo en cuestión. Un caso
paradigmático de esta situación es la producción de plutonio 239 para uso en armas
nucleares. No es estrictamente un radioisótopo de producción directa, pero se puede
asimilar a uno, y tal y como se aprecia en la Figura 17.4 de la página 358, su régimen
de saturación se produce en cuestión de pocos años, a pesar de su muy superior

- 239 -
Tema 12 - Usos y producción industrial de radionucleidos y radiaciones ionizantes.

periodo de semidesintegración. Ese periodo efectivo de desaparición se debe a su


desaparición debida también a las reacciones nucleares.
Hay otros factores que influyen en la estrategia de irradiación, por ejemplo, el coste y facilidad
de extracción de muestras y separación de la sustancia radiactiva generada, cuando se
requiere pureza en ésta.

12.3 Esterilización.
En el capítulo anterior se han estudiado de un modo somero los efectos perniciosos que las
altas dosis de radiación pueden tener sobre los organismos biológicos. En bajas dosis, la
ausencia de efectos directos permitía su uso como método de diagnóstico que en muchos
casos evita intervenciones con más riesgo. Pero asimismo esos mismos efectos perniciosos
eran utilizados con fines beneficiosos mediante la destrucción selectiva de células atacadas
por cáncer. Existen otras aplicaciones donde se requiere la destrucción más efectiva posible
de todo organismo vivo de un sistema: la esterilización.

Figura 12.5 Irradiador de sangre Gammacell 1000 (cortesía de MDS Nordion)

Mediante un proceso de esterilización se pretende la eliminación o inactivación de los


microorganismos omnipresentes en el entorno natural. Esto significa que, si bien pueden
sobrevivir microorganismos al proceso de irradiación, se impide su posterior reproducción, lo
que redunda en una esterilización. Los microorganismos presentan no obstante una
resistencia a las radiaciones superior a la de los humanos. Es una regla más o menos general
que la resistencia a la radiación aumenta con la simpleza del organismo. Un nivel letal para
humanos de irradiación de cuerpo entero se encuentra en torno a los 5 Gy. Para una
cucaracha, conocidas por su alta resistencia a la radiación, el umbral se encuentra
aproximadamente en 1 kGy. Pero existen microorganismos mucho más resistentes. El más
resistente conocido en la actualidad es el Deinococcus, cuyo umbral de supervivencia se sitúa
en 15 kGy.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Los procesos de esterilización comunes buscan su efecto entre determinados


microorganismos perniciosos, pero sin degradar la calidad del material irradiado. Recordando
lo ya explicado en la sección del capítulo anterior sobre efectos biológicos, las radiaciones
ionizantes inducen reacciones químicas que pueden dar lugar a sustancias tóxicas. Es por eso
que la dosis de radiación impartida debe limitarse al valor mínimo efectivo en su tarea de
esterilización. Lo principales materiales sujetos actualmente a esterilización por radiaciones
son:
• Instrumental médico. Requieren una desinfección superficial únicamente. Existen en
ocasiones métodos alternativos como el vapor, pero en caso de materiales sensibles,
las radiaciones ionizantes respetan la integridad del material.
• Alimentos. Desinfección en profundidad. Se imparten dosis del orden de 10 kGy, para
eliminación de los principales patógenos.
• Sangre. Se irradia con dosis del orden de 20 Gy, para no dañar las propiedades de las
células sanguíneas. Se busca reducir o inactivar los linfocitos de la sangre, para reducir
las probabilidades de rechazo en el receptor.
• Servicio postal. Es una práctica relativamente nueva, pero actualmente en uso en USA
como medida frente a ataques bioterroristas.
Una gran diferencia separa al instrumental médico de las otras aplicaciones. En este caso se
requiere tan sólo una esterilización superficial, mientras que en otros casos se puede requerir
la penetración en mayores espesores. En función de ese parámetro se pueden utilizar los
siguientes tipos de radiación.
• Rayos ultravioleta. Se produce mediantes lámparas eléctricas de alta intensidad. Tiene
muy poco poder de penetración en sólidos, por lo que se utiliza en esterilización
superficial o para aire o agua. La intensidad de la irradiación sobre el objetivo toma
valores del orden de 10 W/cm2, suficiente para reducir a un mínimo las poblaciones de
numerosos microorganismos.
• Rayos X. Se obtienen a partir de potenciales de pocos cientos de kilovoltios y se utilizan
para esterilización en profundidad, aunque no para grandes espesores.
• Rayos gamma. Esterilización de grandes espesores en producción continua. Se utilizan
fuentes radiactivas del varios kilocurios de actividad, principalmente 137Cs y 60Co.
Teniendo en cuenta la continua emisión de radiación de las fuentes radiactivas, estos
sistemas suelen utilizar una alimentación continuada mediantes cintas
transportadoras. Los materiales a esterilizar se introducen en un receptáculo blindado
con plomo, dentro del que se encuentra una fuente de alta actividad. Teniendo en
cuenta la estabilidad de las fuentes radiactivas, es muy fácil seleccionar la dosis de
irradiación controlando el tiempo de exposición a la fuente.
• Electrones. Al igual que en el caso de la terapia médica, los aceleradores de electrones
presentan la flexibilidad de operar emitiendo como producto final electrones o rayos
X de alta energía. Presentan las ventajas de las fuentes radiactivas, pero con un control
total sobre la emisión de radiación, lo que reduce el peligro de accidentes. Pueden
actuar en profundidad, estando actualmente en uso por el servicio postal de EEUU
para desinfección de los envíos.

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Tema 12 - Usos y producción industrial de radionucleidos y radiaciones ionizantes.

12.3.1 Irradiación de alimentos.


De una importancia especial dentro de la técnica de la irradiación es la referente a alimentos.
Es una práctica ya extendida que afecta a todos los consumidores, y que por ello ha levantado
en ocasiones cierta controversia. Es conveniente conocer la reciente historia de una técnica
omnipresente, controvertida y a la vez desconocida.
La primera patente relacionada con la aplicación de radiaciones a los alimentos proviene del
Reino Unido en el año 1905 si bien la primera instalación comercial de irradiación de alimentos
se construyó en 1957 en Alemania. Desde entonces ha habido posturas legales contradictorias
debidas en su mayor parte al desconocimiento de los efectos nocivos de las radiaciones
ionizantes sobre los alimentos. Con el fin de llegar a conclusiones científicas, en 1970 se creó
el Proyecto Internacional en el campo de Irradiación Alimentaria (IFIP), con la participación de
19 países y amparado por la Organización de Agricultura y Comida de la ONU (FAO), la
Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD) y la Organización
Internacional de la Energía Atómica (IAEA). El estudio comprendía el efecto sobre animales de
la alimentación con productos irradiados hasta 10 kGy. Las conclusiones del comité
presentadas en 1980 incluían la no detección de ningún efecto negativo en alimentos
irradiados con dosis hasta 10 kGy.
A raíz de los resultados obtenidos, en 1983 se creó el Grupo Consultivo Internacional sobre
Irradiación de Alimentos (ICGFI), en el que actualmente participan 45 países. En 1997 se
realizó una extensión de las pruebas de 1979, llegando a irradiar alimentos hasta 70 kGy. Los
resultados indicaron la no presencia de variaciones sensoriales apreciables (aspecto, sabor,
etc...). Asimismo, no se encontraron efectos adversos en la salud de animales alimentados con
esos alimentos irradiados.
Debido a los movimientos contrarios a todo uso de radiaciones ionizantes, especialmente
producidas por material radiactivo, las técnicas de irradiación de alimentos no han sido
utilizadas extensivamente durante las últimas décadas. No obstante, según la FAO, el 25% de
la producción mundial de comida se pierde por efecto de insectos y microorganismos, lo cual
da una relevancia especial a la desinfección de los alimentos. El uso de las radiaciones
ionizantes se presenta como una alternativa a los tratamientos químicos que, en mayor o
menor medida pueden dejar residuos en los productos tratados.

Figura 12.6 Símbolo internacional de los alimentos irradiados.

En España la comercialización de productos alimenticios irradiados está regulada por el Real


Decreto 348/2001. Este decreto marca qué tipo de alimentos con fines de comercialización
pueden ser irradiados, por qué métodos y con qué dosis máximas. Asimismo, estipula que los

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

alimentos de venta al consumidor final deben estar convenientemente etiquetados con la


palabra “Irradiado” en lugar visible. Asimismo, se prevé la operación de una agencia de
control, que tiene como cometido la comprobación del cumplimiento de este reglamento. En
breve entrará en operación tal agencia en el Instituto de Salud Carlos III, dependiente del
Ministerio de Sanidad y Consumo.

12.4 Ensayos no destructivos.


Como ensayo no destructivo se entiende el estudio de un material de modo que se mantenga
su utilidad. Es innecesario comentar que suponen una ventaja ímproba respecto al resto de
tipos de ensayos. En función de la base física de su técnica de obtención de información, los
ensayos no destructivos se clasifican en.
• Ópticas.
• Electromagnéticas.
• Ultrasónicas.
• Líquidos penetrantes.
• Radiográficas.
La radiografía es uno de los tipos de ensayos no destructivos más versátiles y más importantes
utilizados en la industria actual. Mediante el empleo de rayos X o gamma altamente
penetrantes, o en el caso de neutrografías de neutrones, se puede obtener información sobre
el estado interno de materiales sin necesidad de dañarlos en absoluto. Esto ha relanzado el
campo de los ensayos de materiales, pudiendo extenderse a gran parte de los elementos de
una producción.
La técnica radiográfica se basa en los cambios químicos que las radiaciones ionizantes (e
incluso de menor energía) producen sobre ciertos compuestos químicos de plata depositados
en placas fotográficas. Estos cambios pueden hacerse permanentes e invariables mediante un
posterior proceso de revelado, a partir de lo cual se puede inferir cual fue la dosis de radiación
incidente en el material. En otras ocasiones las placas fotográficas pueden ser sustituidas por
pantallas fluorescentes o cámaras CCD que recogen igualmente la intensidad de radiación que
llega a ellos.
En el campo del radiografiado, tradicionalmente la unidad de medidas que representa la
cantidad de radiación absorbida por un material es la llamada exposición. La exposición, cuya
unidad es el Renguenio (de la denominación inglesa Roentgen) que es la dosis de radiación
capaz de producir una carga por ionización de 2,58·10-4 C/kg en aire seco en condiciones
normales de presión y temperatura. El porqué de la definición de esta unidad de medida viene
dado por el modo de funcionamiento de un tipo muy importante de medidores: los de
ionización gaseosa. Estos sistemas se tratarán en el capítulo siguiente dedicado a la detección
y medida de las radiaciones. Se ha de notar que los conceptos dosis y exposición no se refieren
exactamente al mismo efecto, si bien conociendo el potencial de ionización del aire y su
densidad en esas condiciones, se tiene que para el aire y una radiación de baja energías la
equivalencia es 1 R = 0,88 mGy. Pero en el caso de radiación gamma de energía suficiente,
como se estudió en el Tema 4 de interacción de radiación con la materia, se pueden producir
pares electrón-positrón, que colaboran a la cantidad de carga eléctrica generada. Asimismo,

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Tema 12 - Usos y producción industrial de radionucleidos y radiaciones ionizantes.

esta equivalencia es únicamente valida en aire, ya que en otros materiales, el mismo flujo de
radiación puede dar lugar a dosis diferentes (en función de su capacidad de absorberla).
El esquema básico de una exposición radiográfica implica la medida de la cantidad de
radiación que atraviesa una muestra de material. En función de la distribución de intensidades
tras el material, se pueden inferir propiedades suyas referentes a la absorción, como el
espesor o la densidad. La magnitud fundamental que indica la calidad de una radiografía es el
contraste. Se entiende como la diferencia de respuesta (ya sea en placa u otro dispositivo)
para variaciones de la propiedad medida en el objeto (sea espesor, densidad, etc...). Con el fin
de conseguir imágenes de gran contraste en los rangos de espesor adecuados se dispone de
los siguientes parámetros libres a la hora de diseñar un sistema de radiografiado.

Figura 12.7 Esquema de una exposición radiográfica

Fuente de radiación. Se pueden escoger rayos X o gamma de diversas energías. En el caso de


los rayos X, se logra esa modulación escogiendo el potencial de aceleración de los electrones
que los generan. Por contra, en el caso de utilizar sustancias radiactivas, las radiaciones
disponibles corresponden a las de los radioisótopos disponibles o combinaciones de ellos. La
energía de la radiación utilizada está en directa relación con el espesor y densidad de los
objetos a radiografíar. Como reglar general, cuanto mayor sea la energía de la radiación
electromagnética, mayor es su capacidad de penetración y por tanto, menor su atenuación
dentro del medio que atraviesa. Contrariamente al caso médico, los rayos conseguidos con
potenciales de hasta 200 kV pueden no ser suficientemente penetrantes con lo que se recurre
a energías del orden del MeV, que son posibles con fuentes radiactivas de cobalto 60 o cesio
137. Se ha de resaltar que la utilización de una energía demasiado alta supone también un
inconveniente para la obtención de un buen contraste. En el caso de que casi toda la radiación
atraviese el objeto bajo estudio, el registro sobre la placa será muy uniforme, sin información
clara sobre las irregularidades del objeto.

𝐼(𝑥) = 𝐼0 ⋅ e−𝜇𝑥 (12.5)

Si, siguiendo la notación de la Figura 12.7, se denomina I0 a la intensidad incidente al objeto,


y I(x) la saliente para un espesor x de material, para un flujo de radiación monoenergética
(también llamada monocromática), se tiene la relación:

𝐼0
𝜏 = log ( ) (12.6)
𝐼

- 244 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

donde m representa el coeficiente de absorción del material radiografiado. Dicho coeficiente


es propio de cada material o incluso mezcla de materiales (su valor en mezclas no es siempre
la combinación lineal de sus componentes). En general presenta una dependencia creciente
con el número atómico del material, siendo los elementos de alto Z los que absorben mejor la
radiación electromagnética (de ahí el uso en blindajes radiológicos del plomo o el uranio
empobrecido, por ejemplo). Se denomina densidad óptica del material al valor

𝐼(𝑥, 𝐸) = 𝐼0 (𝐸) ⋅ e−𝜇(𝐸)𝑥


(12.7)
𝐼(𝑥) = ∫ 𝐼(𝑥, 𝐸)𝑑𝐸 = ∫ 𝐼0 (𝐸) ⋅ e−𝜇(𝐸)𝑥 𝑑𝐸

que representa una medida de la improbabilidad del paso de la radiación a través de un


cuerpo, y en el caso anterior de radiación monoenergética toma el valor µx. En el caso más
general la radiación utilizada, ya sea X o gamma, presentará un espectro de energías. Dicho
espectro podrá ser continuo en los rayos X (ver Figura 11.3 de la página 214) o un conjunto de
lineas de emisión para el caso de rayos gamma. En este caso hay que considerar que el
coeficiente de absorción µ(E) tiene dependencia con la energía de la radiación incidente. En
el caso más general se tiene una distribución inicial I0(E) y se llega a la siguiente expresión:
Con las expresiones anteriores se puede tener una idea inicial de como variará la impresión
de imagen en la placa en función de las irregularidades del material radiografiado. Teniendo
en cuenta que los detectores suelen tener una respuesta logarítmica de la radiación incidente,
interesa maximizar la magnitud

𝑑(log𝐼) 𝑑𝜏
= (12.8)
𝑑𝑥 𝑑𝑥
que representa las variaciones de intensidad que llega a la placa, en función de las variaciones
de espesor del material radiografiado. Según lo comentado, este valor aumenta al aumentar
el coeficiente de absorción, lo que mejoraría el contraste de la impresión de la placa. Sin
embargo, ante mayores coeficientes de absorción, es menor la cantidad de radiación que llega
a la placa, con lo que se necesitan mayores tiempos de exposición para conseguir la formación
de una imagen.
Asimismo, no todas las placas fotográficas se comportan de la misma manera ante la
incidencia de radiación y el consiguiente oscurecimiento. Dicho oscurecimiento depende de
la exposición a radiación que sufre la placa. Dicha exposición es proporcional a la intensidad
de radiación y al tiempo de exposición. Una vez formada la imagen, de cara a su lectura, se
realiza un proceso análogo al propio proceso de radiografiado.
De un modo análogo al proceso de impresión de la placa, se define la densidad óptica de una
placa impresionada como:

𝑑log𝐷 𝐼0
𝑆= 𝐷 = ln ( ) (12.9)
𝑑log𝑋 𝐼

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Tema 12 - Usos y producción industrial de radionucleidos y radiaciones ionizantes.

Figura 12.8 Proceso de lectura e interpretación de una radiografía

Antes se esbozaba qué propiedades debía cumplir la radiación utilizada para realizar una
radiografía. Del mismo modo, en base a conseguir un contraste óptimo, se decide el tipo de
placa en función de sus propiedades. Los modelos de placas radiográficas comerciales tienen
una curva de respuesta, donde se representa el valor de la densidad óptica obtenida en
función de la exposición de radiación X sufrida medida en Roentgens D(X). El punto de trabajo
de la radiografía debe tratar de calcularse para coincidir con la zona donde la curva presenta
una pendiente mayor. Al valor de la derivada logarítmica de la densidad óptica con la
exposición se denomina sensibilidad de la placa.

Figura 12.9 Curvas de densidad óptica de las placas radiográficas modelo INDUSTREX SR45 y T200 (cortesía de
Kodak)

De este modo variaciones en la exposición (debidas a zonas de diferente irradiación)


presentarán un oscurecimiento diferente en la placa, lo que permite su detección.
En la Figura 12.9 se representan las curvas de dos tipos de placa radiográficas comerciales
para fines industriales. Se aprecia como el modelo SR45 representado a la izquierda requiere
de mayor exposición para llegar a un nivel de densidad óptica semejante al de la T200 de la
derecha. Según esa propiedad se puede hablar de placas lentas y rápidas. Esto es debido a
que, al necesitar menos exposición, requieren menos tiempo de irradiación para formar
imagen.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Una cuestión fundamental a la hora de calcular el tiempo de exposición para la toma de una
imagen es no exceder una cierta densidad óptica. Existen escáneres especiales para
radiografías con paleta de grises de 16 bits (216 = 65536 tonos), pero que son capaces de
discernir densidades ópticas hasta un valor de 4 (y son mucho más sensibles que el ojo
humano). No tiene sentido trabajar a mayor densidad óptica, aunque la placa lo permita. De
un modo análogo al proceso de digitalización mediante escáner, existen sustitutos
electrónicos a las placas radiográficas, del mismo modo que las cámaras digitales han
desplazado a las tradicionales en algunos campos. Del mismo modo que se comentó en el caso
médico (Sección 11.3.1), están basadas en conversores de radiación X a visible, acoplados a
cámaras CCD.

12.4.1 Neutrografía.
La neutrografía es un proceso especial de radiografiado en el que se utilizan neutrones como
partículas incidentes. Los neutrones son partículas subatómicas sin carga eléctrica, lo que les
otorga un gran poder de penetración dentro de la materia. Las principales características de
este método pueden resumirse en esta lista.
• Presenta una superior discriminación de materiales frente a la radiografía con rayos X
o gamma. Las interacciones de las partículas incidentes se producen con los núcleos
atómicos en vez de con las cortezas electrónicas. Esto hace que los coeficientes de
absorción, que en el caso neutrónico se denominan secciones eficaces, presenten unas
pautas de variación diferentes frente al de la radiación electromagnética. Se aprovecha
esta propiedad para distinguir entre diferentes materiales de número atómico
parecido dentro de un sistema.
• Variando la energía de los neutrones se puede variar el comportamiento relativo de
diferentes materiales. Las secciones eficaces presentan profundas variaciones con la
energía del neutrón incidente. Variaciones diferentes en elementos diferentes pueden
dar lugar a efectos aprovechables para analizar más precisamente la composición de
un material.
• Los objetos sometidos a neutrografía sufren en mayor o menor medida procesos de
absorción de neutrones, que activan el material. Esto supone que un material
inicialmente no radiactivo puede empezar a emitir radiaciones. Este aspecto
desfavorable debe ser tenido en cuenta en las cuestiones de protección radiológica
asociadas a esta técnica.
• Una vez atravesado el objeto a radiografiar, la formación de imagen con neutrones
requiere la previa conversión a radiación electromagnética o partículas cargadas. Esto
puede hacerse de un modo directo o indirecto. Con el método directo, la conversión
es inmediata e imprime imagen sobre una placa fotográfica. En el método indirecto, el
flujo neutrónico excita un material convertido que, tras la irradiación, continúa su
desexcitación emitiendo partículas que recoge una placa fotográfica.
Debido a los problemas de protección radiológica asociados al uso de neutrones, esta técnica
tiene un ámbito más reducido que las radiografías convencionales.

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Tema 12 - Usos y producción industrial de radionucleidos y radiaciones ionizantes.

12.5 Generación de energía.


Esta sección trata de métodos de generación de energía eléctrica o mecánica en los que
intervienen radiaciones ionizantes. Básicamente se trata del aprovechamiento de la energía
nuclear para producción eléctrica, aunque también existen los motores iónicos, que producen
la energía a partir de un campo electromagnético. Se ha decidido incluirlos en este tema por
utilizarse aceleradores de partículas que producen radiaciones ionizantes. Asimismo, se han
excluido los sistemas generadores de energía más potentes y utilizados: los basados en
reactores nucleares. Este tema ha sido ya tratado con extensión en el Bloque 2 de este libro e
incluye generación masiva de energía eléctrica, propulsión naval y en aplicaciones espaciales.

12.5.1 Generación de energía a partir de radioisótopos.


Así pues, los sistemas que se van a tratar en esta sección convierten la energía radiada por
sustancias radiactivas en alguna forma de energía aprovechable, generalmente eléctrica. El
principal atractivo de este sistema es en sistemas de muy poco o nulo mantenimiento (campo
espacial, por ejemplo). La liberación de energía nuclear por la sustancia radiactiva está
garantizada en cantidad suficiente para un tiempo dependiente de periodo de
semidesintegración de la sustancia utilizada.
Como paso preliminar al estudio de cualquier tipo de sistema conversor de energía, conviene
estudiar cuánta energía es radiada por una sustancia radiactiva. La constante emisión de
partículas lleva asociada una energía cinética que puede ser aprovechada por sistemas
exteriores. Asimismo, el impulso de retroceso que sufre el núcleo emisor le confiere una cierta
energía que inmediatamente se termaliza.
Considerando una sustancia radiactiva de una cierta actividad A (Bq) y que emiten partículas
de una energía media E (J), la potencia nuclear instantánea liberada es: 𝑃 = 𝐴 ⋅ 𝐸.
Ejemplo: Consideremos como ejemplo la cápsula de material radiactivo de una bomba de
cobalto 60 (ver Sección 11.4.1), con una actividad de 5 kCi. La energía nuclear liberada en
una desintegración del cobalto 60 es de 2.824 MeV (energía distrbuida a fotones gamma,
una partícula beta y un antineutrino). La potencia nuclear liberada se calcula
multiplicando ese valor por el número de desintegraciones por segundo, y en este caso
es de 83,7 W. Esta magnitud evoluciona en el tiempo según una exponencial decreciente
de modo que ese valor se reducirá a la mitad en 5,27 años. Durante un periodo de tiempo
de un año habrá producido una cantidad de energía igual a:
T T
−𝜆𝑡
1 − e−𝜆𝑇
𝐸𝑡𝑜𝑡𝑎𝑙 = ∫ P(t) 𝑑𝑡 = ∫ 𝑃0 ⋅ e 𝑑𝑡 = 𝑃0 = 687,5 𝑘𝑊ℎ
𝜆
0 0

En el caso de la bomba de cobalto esa energía (menos la parte del antineutrino que escapa)
simplemente se disipa mediante sistemas ventiladores (más cuidado requiere cuando la
cápsula de cobalto está dentro del contenedor blindado de transporte). Teniendo en cuenta
que la masa de una cápsula de cobalto es de unos pocos gramos, se presenta como una fuente
de energía compacta y de funcionamiento fiable. Bajo cualquier tipo de condiciones, el cobalto
(o cualquier otro radioisótopo) seguirá emitiendo energía según la tasa esperada.
Los métodos más representativos de conversión de la energía de las partículas emitidas en
eléctrica son los siguientes:

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

• Ciclos termodinámicos convencionales (p.ej. Rankine). La sustancia radiactiva ocupa


el papel de foco caliente y se requiere por otra parte un foco frío para su
funcionamiento.
• Sistemas termoeléctricos o termoiónicos. Producen una conversión directa de calor a
energía eléctrica dentro mediante un conjunto de termopares. Como todo sistema
térmico de generación eléctrica, también requiere de un foco frío. Las partículas
emitidas calientan la zona caliente mientras la fría se mantiene refrigerada de algún
modo.
• Baterías nucleares. Realizan la conversión de la energía cinética de las partículas a
energía eléctrica sin conversión intermedia a energía calorífica. Algunas se basan en
hacer trabajar las partículas en sentido opuesto a un campo eléctrico (conversión de
energía cinética a potencial) o mediante la excitación de células fotovoltaicas por
fotones producidos a partir de las partículas originales.

Figura 12.10 Generador isotópico SNAP-27 (cortesía del National Air and Space Museum)

Como se comentó al comienzo de la sección, las principales aplicaciones de estos sistemas son
aquellas en las que se requiera una cantidad de energía moderada de un modo continuo, que
no sean accesibles al público (por el riesgo radiológico) y que tengan un muy bajo
mantenimiento. Siguiendo esas pautas, se utilizan generadores isotópicos en casos como los
siguientes:
• Satélites.
• Boyas marinas.
• Estaciones polares.
• Sismógrafos submarinos.
• Naves espaciales.
La elección del tipo y cantidad de radioisótopo varía según la aplicación final. El radioisótopo
se elige en función de la vida de trabajo del sistema. Convienen escoger el que tenga vida

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Tema 12 - Usos y producción industrial de radionucleidos y radiaciones ionizantes.

media más baja por encima de un número de veces la de diseño. Seguidamente se escoge una
masa del mismo acorde a las necesidades energéticas que se tengan. Es decir, si se pretende
que el sistema funcione por 50 años, el periodo de semidesintegración óptimo sería de cientos
de años. No de decenas de años, porque al final de su vida trabajaría a muy poca potencia, ni
de millones de años, porque la potencia específica del radioisótopo sería tan baja que habría
que usar mucha masa del mismo. Si N es el número de átomos de una muestra y λ el periodo
de semidesintegración, la actividad sería 𝐴 = 𝜆 ⋅ 𝑁, y como se vio, la potencia de un generador
es proporcional a la actividad de la muestra. Para un λ muy bajo, hay que escoger un número
de átomos N muy alto.
En la Figura 12.10 se observa un generador isotópico SNAP-27 (Systems Nuclear Auxiliary
Power) transportado en varias misiones Apolo de la NASA en la década de los 70. Contenía
3,8 kg de plutonio 238 (no apto para armas), y producía una potencia eléctrica de 70 W de la
que todavía produce el 90%.

12.5.2 Motor iónico.


El motor iónico es un sistema (todavía experimental) de propulsión mediante la aceleración
de iones en un acelerador electrostático. Como se comentó en el comienzo de la sección en
el motor iónico no intervienen sustancias radiactivas, pero teniendo en cuenta que es una
aplicación de un acelerador de partículas, es adecuando comentar su funcionamiento.
En los motores convencionales de propulsión a chorro, la expansión de unos gases por una
tobera tras una combustión produce, mediante un efecto de acción y reacción, el empuje
necesario para mover los aviones que cada día se utilizan.

Figura 12.11 Modo de propulsión de un cohete.

Según se observa en la Figura 12.11, y centrándonos en el funcionamiento de cohetes, de un


recipiente abierto por un extremo escapa gas a alta velocidad v, lo que provoca una
transferencia de cantidad de movimiento, que experimenta una fuerza F en sentido opuesto.
Si m representa la masa de gas expulsada, se cumple la relación 𝐹 = 𝑚̇ ⋅ 𝑣, donde el punto
sobre la masa representa una derivada temporal.
Es decir, que una vez prefijada la velocidad de escape de los gases, la masa de combustible es
la que determina la fuerza que puede producirse durante un periodo de tiempo. Cuanto mayor
sea la velocidad de escape, mayor será la impulsión del sistema, o lo será por mayor tiempo.
Los combustibles fósiles, por la elevación de temperatura que producen, llegan a conseguir
unas velocidades de los gases de escape entorno a 2000 km/h.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 12.12 Pruebas de propulsión del motor iónico. Tobera de escape (cortesía del
Jet Propulsion Laboratory - NASA).

Sin embargo, y motivado por un afán de reducir la masa de combustible en las misiones
espaciales, las NASA ha trabajado en el desarrollo de motores con velocidad de escape ultra-
alta. Como resultado de esa investigación se ha llegado a un prototipo de laboratorio de motor
iónico. El funcionamiento se basa en la aceleración de iones de xenon que en el momento de
llegar al ánodo (electrodo negativo de llegada de los iones) capturan electrones sin pérdida
de cantidad de movimiento. El efecto neto es que esos átomos neutros acelerados abandonan
el sistema a alta velocidad, al no sufrir fuerzas netas del campo electromagnético del
acelerador. En 1999 se sometió a pruebas un motor de 8 kg de peso, que producía gases de
escape a 30 km/s, que equivale a 108.000 km/h, lo que multiplica por 50 los valores de
combustible químico. No obstante, por ahora se emite una cantidad de xenon tan baja, que
el empuje efectivo es de 90 mN (fuerza equivalente al peso de 9 gramos de masa). No
obstante, se espera en el futuro desarrollarlo hasta un punto de uso práctico en misiones
espaciales.
Lo más revolucionario de este motor es que es el primer motor de propulsión a chorro de
funcionamiento eléctrico. Esto permite utilizar fuentes alternativas a los combustibles fósiles.
Con él se espera reducir en un 90% la masa de material de eyección (que ya no es combustible)
en los viajes espaciales.

12.6 Otras aplicaciones industriales de las radiaciones ionizantes.


Es una tarea innecesaria (e ímproba) recopilar en este texto todas las posibles aplicaciones
tecnológicas de las radiaciones ionizantes. Sus especiales propiedades abren multitud de
campos de aplicación de los que se han tratado los más importantes. En esta última sección
de este capítulo se pretende enumerar de un modo muy somero algunos otros campos de
aplicación de las radiaciones ionizantes.
• Control de niveles y espesores. Teniendo en cuenta la especial estabilidad de emisión
de las fuentes radiactivas, y el conocimiento de sus interacciones con la materia, se
utilizan fuentes radiactivas para control de las propiedades físicas de sistemas. Para
ello se irradian los materiales con el tipo de radiación más adecuado y se estudian las
partículas salientes del sistema. Esas partículas pueden haber atravesado el material y
se hablaría de métodos de transmisión, o pueden haber rebotado en el material

- 251 -
Tema 12 - Usos y producción industrial de radionucleidos y radiaciones ionizantes.

teniendo los métodos de retroproyección. Con estas técnicas se analizan de modo


continuo espesores de láminas de material, nivel de depósitos (desde el exterior del
mismo) y hasta proporciones de agua en el subsuelo.
• Tratamientos de materiales. Ya se ha tratado en diversas ocasiones a lo largo del texto
las posibles interacciones de las radiaciones ionizantes con la materia. El
comportamiento de los plásticos (polímeros) es especial en cuanto a la modificación
de sus propiedades físicas. La radiación puede inducir el entrelazado de las cadenas
poliméricas, romper las cadenas largas reduciendo el tamaño medio e incluso el efecto
contrario, inducir la polimerización de monómeros. Esto produce cambios drásticos en
las propiedades físicas de los objetos irradiados (por ejemplo, solidificación
instantánea de los composites usados en odontología) y en general una amplia
variación de respuesta que abre un campo de exploración conjunta las ciencias
químicas.
• Datación por carbono 14. El carbono 14 es un isótopo radiactivo del carbono con un
periodo de semidesintegración de aproximadamente 5700 años. con un periodo tan
corto, ya habría desaparecido de la Tierra si no fuera porque se produce
constantemente en la atmósfera por interacción del nitrógeno con los rayos cósmicos.
Es así que hemos llegado a una situación de equilibrio, en la que se produce tanto 14C
como el que se desintegra. Los seres vivos incorporamos 14C al respirar y comer otros
organismos que lo han incorporado antes, con lo que llegamos a tener en el cuerpo
una concentración semejante a la del exterior. Una vez se produce la muerte, ya no se
produce más incorporación de 14C al cuerpo, mientras que el que se tiene se sigue
desintegrando. El resultado es que la concentración de 14C baja con el tiempo según la
ley 𝐶(𝑡) = 𝐶0 ⋅ e−𝜆𝑡 donde la constante de desintegración λ corresponde a un periodo
de semidesintegración de 5700 años. Midiendo la concentración de los restos de un
ser vivo (u objetos de origen vegetal) se puede calcular el tiempo que transcurrió. La
principal limitación de este método es que la concentración natural de átomos de 14C
es de uno por cada 1012 átomos de carbono. Teniendo en cuenta la posterior
desintegración, la edad máxima calculable por este método es de unos 50.000 años
(unos 9 periodos de semidesintegración).
• Coloramiento de piedras preciosas. El uso de aceleradores de electrones en piedras
preciosas causa en ocasiones cambios positivos de la coloración interna sin necesidad
de tratamientos químicos que puedan dejar secuelas macroscópicas.
Existen numerosas aplicaciones más que no se han tratado en este texto. Se remite al alumno
interesado a profundizar conocimientos con textos más específicos ya que en un tratado tan
general como éste se han de limitar las aplicaciones más particulares.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tema 13 Sistemas de detección y medida de la radiación.


13.1 Introducción.
Las radiaciones ionizantes son imperceptibles para el ser humano. Al no haber órganos
especialmente sensibles a ellas, la única interacción detectable podría ser por calentamiento.
Sin embargo, la deposición de energía que realizan es de una magnitud extraordinariamente
baja, del todo imperceptible. La dosis de radiación necesaria para poder ser detectada por
calentamiento es cientos de veces superior a la letal para seres humanos. La incapacidad del
hombre para detectar la radiación, unido al riesgo biológico que supone, marcan la necesidad
de construir artefactos con la finalidad de detectar su presencia. Estos aparatos se utilizan
asimismo para realizar una medida cuantitativa de la radiación presente.
El propio concepto de medida de la radiación puede ya entrañar cierta problemática. ¿Qué se
quiere realmente medir? Se han comentado en capítulos anteriores las definiciones de dosis
(Sección 11.2.2) y de exposición (Sección 12.4). La magnitud dosis de radiación es tratada más
extensamente también en la Sección 14.3. Asimismo, se podría pensar en medir el flujo de
partículas por unidad de área (utilizado en neutrónica), y todas esas definiciones
corresponderían a magnitudes diferentes. Es pues necesario ser consciente de que existen
diversos conceptos que suponen medir la radiación. En función de la aplicación que se
pretenda se escogerán unas u otras unidades de medida. Asimismo, bajo las suposiciones de
una composición determinada de un material, existen equivalencias entre las diferentes
magnitudes de medida. Por ejemplo, sabiendo el flujo de partículas que incide sobre un
material y las propiedades del material, se podrá saber la dosis, o energía absorbida por el
mismo. Pero para otro material ese mismo flujo puede ocasionar una dosis diferente. En el
Tema 14 de este texto, relativo a Protección Radiológica, se hace una descripción más
exhaustiva de las magnitudes relativas a dosis más importantes para la protección.
Antes de intentar entender los sistemas de detección de radiación es necesario entender el
tipo de interacciones que tienen las radiaciones ionizantes con la materia, y las
particularidades para cada tipo de radiación. Por eso se remite al estudiante al Tema 4 de este
texto antes de abordar los conceptos que se tratarán.
El tipo de interacciones que sufre una partícula incidente depende en principio de su carga
eléctrica. En caso de poseer carga, caso de las partículas α y β, las interacciones electrostáticas
van a jugar un papel importante, aunque de un modo diferente para cada una de ellas. Los
fotones a pesar de no poseer carga eléctrica, son portadores del campo electromagnético con
lo que también interaccionan con las cargas eléctricas. En el caso de otras partículas sin carga
como los neutrones la interacción es totalmente diferente, produciéndose especialmente con
los núcleos atómicos.
Teniendo en consideración el modo de interacción de cada tipo de partículas se han diseñado
multitud de detectores de radiación con diversas propiedades. En este capítulo se tratarán de
un modo a medias entre las cuestiones científicas y las tecnológicas, sin entrar en detalles de
las aplicaciones particulares.

13.2 Detectores de ionización gaseosa.


Según se ha comentado, las interacciones electrostáticas son preponderantes excepto para
los neutrones. A su paso por un medio material, las partículas incidentes interaccionarán con
las partículas cargadas circundantes: electrones y núcleos atómicos. Teniendo en cuenta la

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Tema 13 - Sistemas de detección y medida de la radiación.

reducida masa de los electrones, éstos recibirán más energía de estas interacciones,
ocasionando la ionización del medio. Una vez producidos un par de cargas positiva (ion) y
negativa (electrón), el electrón circula por el material hasta volver a recombinarse con otro
ion positivo. El potencial de ionización de los gases más comunes es del orden de la decena de
eV por cada molécula. Una partícula incidente con energía del orden del MeV podrá pues
ocasionar la ionización de miles o millones de moléculas de gas. A estas cargas producidas
directamente por interacción con las partículas incidente se les llama ionización primaria.

Figura 13.1 Esquema de una cámara de ionización gaseosa

El valor cuantitativo de la ionización primaria depende de la forma del detector, presión y


composición del gas de llenado. Asimismo, depende del tipo de partícula incidente y de su
energía. Las partículas α, por ejemplo, producen muchos más pares de iones por centímetro
que por ejemplo la radiación electromagnética. En la Tabla 13.1 se representan unos valores
orientativos de la capacidad de diferentes tipos de radiación de formar iones.

Tabla 13.1 Ionización específica de la radiación alfa, beta y gamma

Radiación Energía Pares de


iones/cm
Alfa 3,0 MeV 55.000
6,0 MeV 40.000
Beta 0,5 MeV 110
1,0 MeV 92
3,0 MeV 77
Gamma 0.5 MeV 0.6
(o rayos X) 1,0 MeV 1.1
3,0 MeV 2.5

Los detectores de ionización gaseosa se basan en la detección de las partículas cargadas que
se producen las incidir radiación ionizante en un recinto lleno de gas. Para eso se utiliza un
campo eléctrico generador por electrodos dentro del recinto, que atrae a las cargas antes de
que tengan tiempo de recombinarse. La llegada de una gran cantidad de cargas eléctricas a
los electrodos genera un un pulso de corriente eléctrica que puede ser convenientemente
amplificado para su detección en un amperímetro. La corriente generada en los pulsos es del
orden del picoamperio (10-12 A), lo que dificulta su detección obligando al uso de potentes
amplificadores.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 13.2 Respuesta de una cámara de ionización frente al voltaje de alimentación

La tensión V de alimentación del circuito ha de ser alta para arrastrar las partículas cargadas
antes de que se recombinen formando átomos neutros. La respuesta del aparato es sensible
a la tensión de alimentación, existiendo diferentes regímenes de funcionamiento en función
de la misma. En la Figura 13.2 se representa cualitativamente en una gráfica la variación de la
amplitud del pulso de corriente en función de la tensión de alimentación del circuito. Los
valores de tensión son variables de unos detectores a otros, dependiendo de sus dimensiones,
gases de llenado, etc... Se han representado por tanto en unidades arbitrarias,
correspondiendo a un mismo tipo de radiación incidente.
• Zona A. Si se aplica una tensión baja entre los electrodos, existe una cierta probabilidad
de que las cargas eléctricas se recombinen antes de llegar a ellos y por tanto la
amplitud del pulso de intensidad se vea reducida. En esta franja por tanto la curva de
intensidad en función de la tensión aplicada es creciente.
• Zona B. A partir de una cierta tensión, todas las cargas eléctricas producidas por
ionización primaria son recogidas en los electrodos. Desde esa tensión en adelante se
tiene una meseta en la curva de intensidad, ya que el efecto que se consigue al
aumentar la tensión es acelerar más las cargas, pero no aumentar su número. Para un
detector dado, la amplitud del pulso depende del tipo de partícula y de su energía,
siendo por ejemplo mayor para radiación a que para las b o gamma.
• Zona C. A partir de un cierto valor de la tensión, la amplitud de los pulsos de intensidad
vuelve a crecer de modo muy apreciable. Esto es debido a que las cargas de ionización
primaria, al ser aceleradas bruscamente hacia los electrodos, chocan con los átomos
del gas de relleno hasta producir su ionización. Estas nuevas cargas son denominadas
ionización secundaria, y su magnitud crece en proporción a la tensión de alimentación
del circuito. Tensiones más altas llevan a cascadas de corriente, en las que incluso la
propia ionización secundaria se realimenta al generar más iones por choques con los
átomos del medio. La respuesta obtenida como impulso de corriente es proporcional
a la ionización primaria con una constante de proporcionalidad denominada factor de
amplificación del gas. Dicho valor es dependiente del detector y de la tensión de
alimentación, tomando unos valores desde cientos hasta del orden del millón.
• Zona D. Cuando la tensión se hace muy elevada, las cargas secundarias son muy
superiores a las primarias y llegan a enmascararlas de tal modo que se pierde la
proporcionalidad con éstas. Las cargas secundarias siguen produciendo más ionización

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Tema 13 - Sistemas de detección y medida de la radiación.

como una avalancha incluso después de que las primarias han sido ya recogidas en los
electrodos. Bajo esas condiciones el pulso deja de tener dependencia de la partícula
incidente, y cualquiera que genere suficiente ionización primaria da lugar a pulsos de
gran amplitud y duración temporal.
Existen diseños de detectores de radiación para trabajar en todas las zonas excepto la A, que
no presenta ventajas especiales y es en cambio donde se producen los pulsos de menor
amplitud.
• Los detectores que trabajan en la zona B de tensión son denominados cámaras de
ionización. Presentan como ventaja la estabilidad de respuesta frente al potencial, y
asimismo, al detectarse toda la radiación primaria generada, su lectura corresponde
exactamente con la definición de exposición. Sin embargo, cuentan con la desventaja
de producir unos pulsos de intensidad de magnitud muy reducida, que requieren muy
altos factores de amplificación para ser detectados y medidos. Ese proceso de
amplificación se hace sensible ciertos factores externos como la humedad del medio,
presión atmosférica, etc... Se utilizan para mediciones de tasa de dosis o exposición.
• Contadores proporcionales son denominados los detectores que trabajan en la zona
C de tensiones de alimentación. La constante de amplificación del gas produce unos
pulsos de intensidad suficiente para ser detectado sin procesos especiales de
amplificación. Como cada partícula incidente produce un pulso directamente medible,
su medida se refiere exactamente al número de partículas de la radiación bajo medida.
Es pues usual que su unidad de medida sean cuentas por minuto. Dado que existe
proporcionalidad entre la amplitud de los pulsos medidos y la ionización primaria
causada por la partícula, sirven también para medir la exposición. Como principal
desventaja tiene la sensibilidad de su respuesta a la tensión, que afecta en gran medida
al factor de amplificación. Hay que utilizar por tanto fuentes de alimentación de gran
estabilidad.
• Los detectores que trabajan en la zona D de la Figura 13.2 son los denominados Geiger-
Müller. Como se ha comentado ya, en este régimen las avalanchas de cargas
secundarias son tan intensas que se pierde información sobre la ionización primaria
que las genera. Es por esto que el detector no puede discriminar entre los diferentes
tipos de radiación. Tienen como ventaja que los pulsos de intensidad son tan altos que
equipos electrónicos baratos son capaces de detectarlos. Asimismo, no presentan
mucha dependencia con la tensión de alimentación. La principal desventaja, además
de la incapacidad de discernir diferentes tipos de radiación ni su energía, es que la
larga duración de los pulsos de intensidad limita el número de éstos que pueden
detectarse por segundo, lo que clasifica a este aparato como un simple detector de
radiación (y no medidor) o cuando se requiera poca precisión habiendo además una
irradiación no muy intensa. Como se ha comentado, la tensión de funcionamiento
varía entre equipos, en un rango de 200 a 700 V.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 13.3 Detector Geiger-Müller, con la cámara de ionización visible

La apariencia externa de los detectores de ionización gaseosa es más o menos semejante para
todos los casos. En la Figura 13.3 se aprecia un ejemplo de típico contador Geiger con la
cámara de ionización (de forma cilíndrica) en el exterior. Otros modelos pueden tener la
cámara de ionización en el interior del cuerpo del detector. En todo caso las cámaras de
ionización presentan una ventana de cara al exterior. Esa ventana es una pared especialmente
transparente a la radiación para facilitar la entrada de la misma al recinto gaseoso. El espesor
de la ventana se mide en mg/cm2, siendo este valor el producto de la densidad por el espesor
de la ventana. La atenuación que sufre la radiación depende directamente de ese factor. Las
ventanas de los detectores suelen estar compuestas de mylar aluminizado de unos 7 mg/cm2,
valor suficientemente pequeño para que la radiación a no sufra una atenuación significativa.
Dicha frágil ventana ocupa una pequeña parte de la superficie de la cámara de ionización, para
no mermar su resistencia estructural. A la hora de realizar medidas es necesario conocer la
posición de la ventana para utilizarla como referente en la colocación del detector.
Los detectores de ionización, al igual que el resto de los que se van a estudiar son susceptibles
de la utilización de filtros para la discriminación de diferentes tipos de radiación. Una pared
de 200 mg/cm2 es suficiente para realizar mediciones gamma, realizando el filtrado de las α y
β que pudieran incidir.
Actualmente los tamaños de las cámaras de ionización se han reducido mucho frente a los
modelos originales. Con eso se intenta tener una mayor resolución espacial de la medida,
utilizar una menor diferencia de potencial y reducir el tiempo de colección de las partículas
cargadas generadas.

13.2.1 Cámara de ionización para detección de neutrones.


Tal y como se ha comentado al comienzo de la sección, el fundamento de las cámaras de
ionización gaseosa es la ionización primaria ocasionada por las partículas incidentes. Los
neutrones no interaccionan directamente con los electrones del medio, con lo que la
ionización que produces es mínima, debida a las posibles reacciones con núcleos atómicos. Es
por esto, que para utilizar cámaras de ionización es necesario detectar partículas cargadas
resultantes de procesos inducidos por neutrones. Los procesos principalmente utilizados son:
• Reacción con boro 10. El 10B es un isótopo del boro en una proporción atómica natural
del 19,78%. Convenientemente enriquecido isotópicamente (ver Tema 9 relativo al
ciclo del combustible) es introducido dentro de la cámara como BF3 en forma gaseosa

- 257 -
Tema 13 - Sistemas de detección y medida de la radiación.

o como boro sólido depositado sobre los electrodos o la superficie exterior de la


cámara. El boro 10 tiene una alta tendencia a reaccionar con neutrones, especialmente
los de baja energía. Como resultado de la reacción produce una partícula a, que como
se ha tratado tiene una alta capacidad de generación de pares de iones. Teniendo en
cuenta que la partícula a se genera en el interior de la cámara, todas ellas son
detectadas. Normalmente los campos neutrónicos suelen venir acompañados de
radiación gamma (por el modo de producir neutrones). Como la radiación gamma
también produciría ionización en la cámara gaseosa, es necesario tomar especial
cuidado en su discriminación. Por su alto poder de penetración, la radiación gamma
no se puede blindar sin afectar asimismo al campo neutrónico, con lo que la solución
que se toma es la discriminación de los pulsos eléctricos generados por partículas
gamma y las a resultantes de las reacciones sufridas por los neutrones. Es por eso que
los contadores se hacen funcionar en el rango de los contadores proporcionales,
donde los pulsos eléctricos producidos por dichas partículas pueden ser discernidos.
• Detectores de fisión. Otra reacción que producen los neutrones es la fisión de
elementos pesados. En concreto se utiliza uranio como revestimiento de los electrodos
del detector. Como se conoce bien del tema de reactores, el uranio es susceptible de
sufrir fisión inducida por neutrones. Los productos de la reacción de fisión son
neutrones (que no se detectan) y núcleos atómicos altamente ionizados. La gran carga
eléctrica de estos iones produce asimismo una ionización del medio muy concentrada.
Esto da lugar a unos pulsos grandes, fácilmente discernibles de los que puedan
provenir de la posible radiación gamma. Como desventaja, estos detectores presentan
una menor sensibilidad que los de boro.
• Detectores de helio-3. Este material reacciona con neutrones para dar como
productos un núcleo de 1H y de 3H. En función del tamaño del detector y de la presión
del gas de llenado, se detectarán una o las dos partículas. Se suele utilizar helio
presurizado para favorecer la detección de ambas, al aumentar la masa de gas que
deben atravesar para escapar del detector. Estos detectores tienen más sensibilidad
que los de boro, sobre todo para neutrones de baja energía.
En ambos casos descritos, la reacción que provocan los neutrones es mucho más susceptible
de ocurrir, presenta una mayor sección eficaz (ver Tema 4) para los neutrones térmicos, de
menor energía que los rápidos. Esto hace que las medidas neutrónicas realizadas se refieran
prácticamente de modo exclusivo a los neutrones térmicos.

Figura 13.4 Secciones eficaces de las reacciones relevantes en detectores de neutrones

- 258 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

En el caso de querer medirse neutrones rápidos, es preciso reducir previamente su energía,


es decir, termalizarlos. Para ello los detectores están recubiertos de un material de bajo
número atómico, con alta capacidad de moderación. Se suele utilizar polietileno
(principalmente carbono e hidrógeno) con recubrimiento de cadmio si se desea filtrar los
neutrones lentos. La apariencia externa del aparato es una esfera de tamaño considerable
(unos 20 cm de radio) rodeando a la cámara de ionización.
Una cuestión importante referente a los detectores de neutrones es que conforme detectan
partículas la cantidad del aditivo reactante (sea boro, helio o uranio) va bajando de modo
exponencial. Para flujos neutrónicos bajos, el tiempo característico es muy alto, pero para
flujos del orden del presente en un reactor nuclear, puede ser del orden de días. Este efecto
debe ser tenido en cuenta en el caso de detectores sometidos habitualmente a altos flujos.

13.3 Detectores de semiconductor.


Este tipo de detectores están basados en un proceso físico semejante al de las cámaras de
ionización, si bien su funcionamiento es totalmente diferente. El principio básico común es la
excitación de electrones de modo que obtengan movilidad y puedan ser recogidos por unos
electrodos específicamente situados. En el caso de los detectores de semiconductor, el
material base es un semiconductor sólido, en lugar de una cámara de ionización gaseosa. En
su estado base el material no conduce la electricidad, pero la incidencia de radiación produce
la aparición de una gran multitud de pares electrón-hueco.
Antes de profundizar más en la interacción de la radiación, conviene hacer un inciso sobre el
tratamiento de electrones y huecos en la red cristalina del semiconductor. En estado de
equilibrio, la red cristalina presenta neutralidad eléctrica para cada uno de sus átomos. Las
funciones de onda de los electrones más externos, ligados a los átomos, tienen unas energías
permitidas comprendidas en una franja de valores. Esa es la llamada banda de valencia. Los
estados energéticos inmediatamente superiores a la banda de valencia están prohibidos. Sin
embargo, a energías superiores existe una banda permitida, donde los electrones tienen
movilidad por la red cristalina. Esa es la llamada banda de conducción.
En el caso de producirse la excitación de un electrón con suficiente energía para adquirir
movilidad y abandonar su posición en la red, pero no suficiente para abandonar el cristal, el
electrón adquiere movilidad pasando su estado energético a la banda de conducción. Una vez
desplazado de su posición de equilibrio, el electrón deja asimismo un hueco, cuya posición
puede evolucionar en el tiempo si electrones vecinos pasan a ocupar su lugar. Asimismo, un
electrón y un hueco pueden recombinarse para dar lugar a su desaparición como partículas
móviles. Es así que los huecos pueden ser tratados como si fueran un tipo de partícula de carga
positiva que sufre un proceso de difusión por el medio como puedan hacer los electrones.
La producción de un par electrón-hueco tiene un costo energético correspondiente al paso
del electrón de la banda de valencia a la de conducción. Este valor depende de los
componentes del material semiconductor, siento del orden de unos pocos eV, bastante
inferiores a las de ionización de compuestos gaseosos. Esto supone que una partícula
incidente tiene energía suficiente para producir muchos más electrones móviles en un
semiconductor que en una cámara de ionización. Una vez producidas las cargas móviles, se
aceleran hacia unos electrodos por medio de un campo eléctrico, al igual que se hacía en el
caso de las cámaras de ionización. En el caso de semiconductores, no se produce el efecto

- 259 -
Tema 13 - Sistemas de detección y medida de la radiación.

multiplicativo que da lugar a las cargas secundarias. Este campo eléctrico de aceleración
puede generarse principalmente de dos maneras.
• Existe la posibilidad de utilizar un campo externo del mismo modo que se realiza en las
cámaras de ionización. Sin embargo, en el caso de semiconductores sólidos la tensión
necesaria para recoger las cargas generadas es muy elevada. Tanto que produce
asimismo unas corrientes parásitas debido a los pocos electrones que, únicamente por
la agitación térmica, logran pasar a la banda de conducción. Este sistema no es apenas
utilizado en la práctica.

Figura 13.5 Esquema de una unión p-n. a) Distribución de cargas. b) Distribución de cargas ligadas. c)
Distribución de cargas libres. d) Densidad de carga neta. e) Barrera de potencial

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

• Mediante el dopado del material semiconductor con elementos que tengan un


electrón de valencia extra por una parte (zona n), y deficiencia de uno por otra (zona
p), se logran realizar la llamada unión p-n. En esas condiciones, en el estado de
equilibrio existen en una parte de la unión electrones con capacidad de movimiento, y
en la otra huecos también móviles. Esto hace que tengan un proceso de difusión por
el cual al realizarse la unión en el nuevo estado de equilibrio se den zonas con
desequilibrio local de cargas. Es decir, en la zona dopada con portadores n, algunos de
los electrones se habrán difundido a la zona p, dando lugar a una carga neta positiva.
En la zona p ocurrirá exactamente lo contrario, al haber aceptado electrones de la zona
n para cubrir sus huecos. Eso le conferirá una carga neta negativa. En un sistema donde
existe un desequilibrio de cargas se produce un campo eléctrico con dirección y
sentido desde la zona netamente positiva a la negativa.
En las uniones p-n, espontáneamente se forma una diferencia de tensión en la situación de
equilibrio. Esa misma diferencia de potencial puede ampliarse aplicando una tensión externa
que amplificará las desviaciones de carga representadas en la Figura 13.5.
Se denomina zona de carga espacial a la región en la que existe un campo eléctrico en la
situación de equilibrio. A diferencia del caso de semiconductor homogéneo sin dopar, en este
caso esa zona central es la única en la que existe campo eléctrico con lo que no se darán
corrientes parásitas por la presencia de electrones en la banda de conducción fuera de esa
zona. El espesor de la zona de carga varía en los detectores desde decenas de micras hasta
milímetros para tensiones del orden de las centenas de voltios. La concentración de una
diferencia de potencial en una zona espacial tan estrecha produce un campo eléctrico intenso,
suficiente para arrastrar las posibles cargas libres que se produzcan en la zona. Esas cargas
libres pueden provenir, por ejemplo, de la interacción de radiación incidente con los átomos
del material. El principal defecto de este diseño es la pequeña extensión de la zona de carga,
única zona sensible a la llegada de radiación. Sin embargo, mediante la adición de litio, especie
atómica de pequeño radio que se difunde con facilidad en la red cristalina, se puede extender
la extensión de la zona de carga hasta el centímetro, valor suficiente para detener totalmente
las partículas a habituales.
Los detectores de semiconductor presentan mejores propiedades que los de cámara de
ionización por su resolución espacial y energética. La resolución espacial proviene de su
pequeño tamaño, lo que permite localizar con precisión la posición de medida. Es por esto
que en situaciones donde se necesite conocer la distribución espacial de un campo de
radiación (por ejemplo, en la calibración de una máquina de irradiación) tendrán utilidad
preferente los semiconductores. La resolución energética proviene de la reducida energía que
es necesaria para generar pares electrón-hueco y por tanto la formación de mayor carga
primaria que es recogida en los electrodos. El principal material base de construcción es el
silicio (dopado con litio, como se ha comentado) aunque hay una tendencia actual de pasar al
germanio, que tiene una separación menor entre la banda de valencia y conducción.
Asimismo, se estudian aleaciones de arseniuro de galio (GaAs) que se encuentran todavía en
fase experimental.
La principal desventaja de los detectores originales de silicio era que para que la agitación
térmica de sus átomos provoca que algunos electrones pasen espontáneamente a la banda
de conducción. Esto causa unas corrientes parásitas que deben mantenerse reducidas para no
enmascarar la medida de radiación. Por esa razón el cristal de medida debe refrigerarse con
nitrógeno líquido, lo que hace que estos detectores no sean prácticos de cara a su uso portátil.

- 261 -
Tema 13 - Sistemas de detección y medida de la radiación.

Asimismo, la incidencia de radiación ionizante sobre el cristal de semiconductor produce


defectos permanentes en la red cristalina, lo que con el tiempo merma la precisión de
medición.
Actualmente se investiga en semiconductores nuevos materiales como el cadmio-cinc-teluro
(CZT) que pueden presentar corrientes parásitas suficientemente bajas a temperatura
ambiente. Los detectores de semiconductor han tenido un uso exhaustivo en el campo de
física de alta energía, para localizar con precisión la trayectoria de las partículas bajo estudio.

13.4 Detectores de centelleo y termoluminiscencia.


Dentro de esta sección se van a tratar dos tipos de detectores que, si bien tienen un modo de
funcionamiento y unas aplicaciones diferentes, su principio básico de detección es semejante.
Existen unas sustancias cristalinas denominadas luminiscentes, a las que la radiación ionizante
provoca unos defectos reversibles en la red cristalina. Se provoca por tanto un estado de
mayor energía, y al volver espontáneamente a la configuración de equilibro se emiten fotones
en el rango de la luz visible. Aquí comienzan las diferencias entre ambos sistemas:
• En las sustancias utilizadas en detectores de centelleo, por ejemplo, sulfuro de cinc
dopado con plata – ZnS(Ag) – o yoduro de sodio dopado con talio –NaI(Tl)– la vuelta al
equilibrio de la red cristalina es casi instantánea, lo que los hace útiles para detección
y medición de la radiación.
• En las sustancias utilizadas en los dosímetros de termoluminiscencia (TLD), como el
fluoruro de litio – LiF – la vuelta al equilibrio es un proceso extremadamente lento a
temperatura ambiente, lo que hace que a efectos prácticos la red no presente efectos
de reparación en periodos del orden del mes. Sin embargo, frente a un calentamiento
del material hasta temperaturas de 300 °C el material vuelve rápidamente al equilibrio,
emitiendo súbitamente todos los fotones correspondientes al cambio de la estructura
cristalina. Esta propiedad lo hace muy útil como dosímetro, es decir, sistema capaz de
medir la dosis acumulada durante un periodo de tiempo y revelarla en un único
proceso de lectura que además produce la recuperación del material para un nuevo
uso.

Figura 13.6 Esquema de funcionamiento de un detector de centelleo

Durante el proceso de medida se producen una cantidad reducida de fotones, ya sea durante
el proceso de irradiación en los detectores de centelleo o en el calentamiento para el caso de
TLD. Es pues necesario recogerlos en un sistema amplificador denominado fotomultiplicador.

- 262 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Por supuesto la recogida debe realizarse en un ambiente de oscuridad total para no


enmascarar las medidas. Los cristales luminiscentes deben estar siempre protegidos de la luz
exterior.
El fotomultiplicador es un aparato que amplifica la señal recibida por unos fotones (que no los
fotones mismos). Es decir, los fotones son convertidos a una señal eléctrica mediante un
fotocátodo, material metálico compuesto usualmente por aleaciones de cesio-plata o
semiconductores, con un potencial de ionización muy bajo de modo que los fotones sean
capaces de arrancar electrones de la red cristalina. Los electrones provenientes del fotocátodo
son acelerados en sucesivas etapas contra electrodos intermedios llamados dinodos,
buscando un efecto multiplicativo al arrancar más electrones de éstos (una especie de
ionización secundaria como la que se producía en las cámaras gaseosas, pero en este caso al
colisionar los electrones con el metal de los sucesivos dinodos). En el último electrodo, el
ánodo, se recoge una carga eléctrica proporcional a la inicialmente generada en el fotocátodo,
pero amplificada por un factor del orden del millón.
Este tipo de sistemas, pero en versión miniaturizada se utilizan también para los sistemas de
visión nocturna, que también convierten la luz en un pulso eléctrico, lo amplifican y hacen
incidir que una pantalla de fósforo que de ese modo emite luz.

Figura 13.7 Espectrografía de Na-22 obtenida con un detector de centelleo en el Departamento de Ingeniería
Energética (UNED)

13.4.1 Detectores de centelleo.


El número de fotones producido dentro de la red cristalina es directamente proporcional a la
cantidad de energía absorbida de la radiación incidente y por tanto también lo será el pulso
eléctrico obtenido a la salida del fotomultiplicador. De este modo se puede realizar una
discriminación energética de las partículas incidentes. Existe la posibilidad de que la partícula
incidente no deposite toda la energía dentro del cristal y escape de él, sobre todo para la
penetrante radiación gamma. En ese caso es importante saber que la producción de fotones,
y por ende de pulso eléctrico, hará referencia a la energía depositada dentro del cristal. Por
eso es habitual que incluso con radiación incidente monoenergética se obtenga una
distribución continua de energías, pero con una concentración de medidas en la energía
correspondiente a la de las partículas incidentes. La Figura 13.7, que corresponde a un

- 263 -
Tema 13 - Sistemas de detección y medida de la radiación.

material emisor de positrones, los cuales dan lugar a gammas de 511 keV, que son medidos
en el detector. Se observa el pico de detección a esa energía, pero también una cola de
menores energías debida a los fotones que no han depositado toda su energía dentro del
cristal detector.
La eficiencia y adecuación de los materiales luminiscentes varía fuertemente entre ellos. Los
parámetros más importantes son el tiempo característico T de relajamiento (vuelta al
equilibrio acompañado por la emisión de fotones), luminosidad (número de fotones por cada
eV depositado por la radiación incidente) y la longitud de onda media de la radiación visible
emitida. Existe otra característica importante de los cristales que es su higroscopía, o
tendencia a absorber y almacenar agua dentro de la red cristalina. La presencia de moléculas
de agua perturba negativamente el comportamiento luminiscente del cristal, con lo que debe
ser evitada.

Tabla 13.2 Sustancias luminiscentes en uso para detectores de radiación

Material T (ns) Lumino- l (nm) Higroscópico


sidad (%)
Yoduro de sodio (NaI) 250 100 415 SI
Yoduro de cesio (CsI) 1100 50-100 540 POCO
Ortosilicato de Lutecio (LSO) 40 75 420 NO
Germanato de Bismuto (BGO) 300 20 480 NO
PWO (PbWO4) 5 1 450 NO

En la Tabla 13.2 se representan valores para las principales sustancias luminiscentes de uso
en detectores actuales. La luminosidad se representa en porcentaje respecto al NaI, que se
utiliza convencionalmente como referente para comparar los más modernos materiales.
Los materiales LSO y BGO han sido ya tratados anteriormente en la Sección 11.3.4, dedicada
a la técnica PET. Dichos materiales no presentan el fenómeno de absorción de agua, y el LSO,
más moderno, tiene un tiempo de respuesta más corto, lo que es fundamental para la
resolución temporal que requiere la técnica PET.
Los detectores de centelleo se utilizan para la realización de espectrografías, al igual que
pueden operar como medidores de dosis.

13.4.2 Dosímetros de termoluminiscencia.


En el caso de TLD, el número de fotones emitidos durante el proceso de lectura del dosímetro
da una medida de la dosis que éste ha recibido desde la última lectura. Este tipo de dosímetros
están muy extendidos para control de los trabajadores profesionalmente expuestos y
adicionalmente como monitores de área (asociados a un habitáculo) en zonas donde no se
esperan altas tasas de dosis en ningún caso. Externamente tienen la apariencia de una tarjeta
gruesa, que muy frecuentemente se lleva adosada a la solapa de la ropa a la altura del pecho
(si se desea una estimación de la dosis corporal del usuario).
El dosímetro TLD consta de una pieza cuadrada y fina de unos pocos milímetros de lado,
compuesta de LiF u otro material con las mismas propiedades. Dicho material base debe estar
protegido, con lo que está recubierto de una capa plástica de protección pegada a un soporte

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

metálico con capacidad para uno o varios cristales (depende si el dosímetro es de anillo para
control de los dedos, o de solapa para control corporal). Todo el conjunto está encerrado en
una cápsula de plástico en forma de tarjeta. Esta envoltura puede tener diferentes filtros para
los diferentes cristales que contenga, de modo que no sólo se tengan datos de la dosis global
sino posibilidad de distinguir entre beta y gamma (las partículas alfa son absorbidas antes de
llegar al cristal).
El proceso habitual de uso de un dosímetro TLD es simplemente tenerlo encima durante todas
las labores en las que se puedan recibir dosis de radiación. Periódicamente el dosímetro debe
ser enviado a un servicio oficial de dosimetría, el cual reemplaza el dosímetro usado por uno
cuya red cristalina no presente los defectos que induce la radiación.
El proceso de lectura del dosímetro se basa en la introducción de soporte metálico con los
cristales en un receptáculo totalmente oscuro donde es calentado utilizando un flujo de gas
inerte caliente (comúnmente nitrógeno o argón). En el receptáculo hay un tubo
fotomultiplicador para cada cristal, de modo que se detectan parte de los fotones que emite.
Tras el calentamiento y la emisión de fotones, la red cristalina vuelve a su estado fundamental,
con lo que puede volver a ser utilizado para nuevas medidas de dosimetría.
Las lecturas obtenidas a partir de este tipo de dosímetros no son muy precisas debidas a las
irregularidades de los cristales, soportes, proceso de lectura, etc... Es por eso que su utilización
se limita a comprobación de que no se superan ciertos límites, pero con un grado de tolerancia
importante.
En la Sec.12.3.1 se trató el tema de la irradiación de alimentos y, al final, de la creación de una
agencia de detección de alimentos irradiados. Pues bien, el método de saber qué alimentos
han sido irradiados se basa en la medición del efecto termoluminiscente que poseen ciertos
minerales que tiene incorporados los alimentos. Para eso se realiza un previo proceso de
separación de minerales y se introducen en un detector TLD especial donde siguen el proceso
estándar de lectura. Las pautas concretas de detección vienen detalladas en la norma europea
EN1788 de octubre de 2001.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Bloque 4:
Riesgos derivados de la utilización civil
de los procesos nucleares: salud,
impacto medioambiental y
proliferación. Medio para hacerles
frente.
AUTORA: Mercedes Alonso Ramos

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Tema 14 - Protección radiológica.

Tema 14 Protección radiológica.


La protección de los seres vivos de los efectos dañinos de la exposición a la radiación es un
requisito indispensable en la aplicación de la energía nuclear para cualquier finalidad pacífica.
Esta seguridad se obtiene mediante el uso de uno o varios métodos generales, que afectan al
control de la fuente de radiación o su capacidad de afectar a los organismos vivos. Se trata en
este capítulo de identificar estos métodos y de describir la función de los cálculos en el campo
de la Protección Radiológica. En relación directa con la Protección Radiológica está el estudio
de los efectos biológicos de las radiaciones ionizantes del Tema 12, y los sistemas de detección
y medida de la radiación del Tema 13. En este tema agradezco el apoyo y los consejos del
Profesor Eduardo Gallego Díaz.

14.1 Introducción.
La protección radiológica es el régimen de protección sanitaria que los países emplean para
reducir a niveles aceptables los riesgos somáticos y genéticos que se derivan de la exposición
a las radiaciones ionizantes de origen tecnológico, como son las generadas por aparatos, las
que resultan de procesar materiales naturales por sus propiedades radiactivas, fisionables o
fértiles, o bien las que resultan en una alteración del fondo radiactivo natural, siempre que de
ello se siga un aumento de la exposición.
La protección radiológica comenzó a principios del siglo XX, tras ponerse de manifiesto los
primeros síntomas perjudiciales para la salud (eritemas, quemaduras, tumores malignos, etc.),
atribuibles a la exposición a las fuentes de radiación entonces utilizadas: los rayos X y el radio.
Ello motivó, con ocasión del Segundo Congreso Internacional de Radiología (Estocolmo, 1928),
la creación del Comité Internacional de Protección contra los rayos X y el Radio, que elaboró
las primeras recomendaciones de uso para estas fuentes. Este Comité tuvo una relevancia
limitada hasta que, transcurrida la segunda Guerra Mundial, fue reestructurado (1950) con el
nombre de Comisión Internacional de Protección Radiológica (CIPR o ICRP en siglas inglesas),
con el que ahora se le conoce. Esta especie de refundación era necesaria, por un lado, para
poner a disposición de la sociedad internacional el enorme caudal de datos y conocimientos
sobre física sanitaria acumulados en el Proyecto Manhattan para la obtención del plutonio de
las bombas atómicas (ensayo Trinity y bomba de Nagasaki, 1945); y por otro lado era necesaria
para hacer frente a la enorme tarea de reglamentar el trabajo con las nuevas sustancias
radiotóxicas - los productos de fisión y los productos de activación - que se estaban generando
en los aceleradores de partículas (desde mediados de 1930) y en los reactores nucleares (a
partir de 1942).
Como consecuencia de los programas de investigación de los grandes laboratorios nacionales,
sobre todo en EE.UU. y la antigua Unión Soviética, a principios de la segunda mitad del s. XX
se habían consolidado las técnicas de manipulación a distancia de las fuentes intensas de
radiación, recurriéndose para ello a telemanipuladores instalados en recintos blindados de
confinamiento, lo que hizo posible que los trabajadores realizaran sus tareas en un ambiente
laboral saludable. De este modo se estaba en condiciones de aplicar el sistema de limitación
de dosis elaborado por la ICRP, cuya expresión formal son los límites de dosis anuales, que
actualmente están fijados en un máximo de 100 mSv a lo largo de 5 años para un trabajador
profesionalmente expuesto, y en 1 mSv anual para una persona del público (ver límites de
dosis en la Sec. 14.4). De este modo fue posible movilizar, sin perjuicio para la salud, el enorme
caudal de los beneficios sociales y económicos de la producción de electricidad en las centrales

- 268 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

nucleares, y de las aplicaciones prácticas de las radiaciones en la investigación científica


(trazadores radiactivos), la medicina (radiodiagnóstico, medicina nuclear y radioterapia), la
industria (gammagrafía, medidores de control, esterilización, polimerización), la agricultura
(conservación de alimentos y cultivo de mutantes) y la protección del medio ambiente
(erradicación de plagas, etc.). Muchas de esas aplicaciones han sido tratadas en el Bloque 3
de este libro.
La autoridad con que cuenta la ICRP y su estilo de trabajo (vía recomendaciones, que los países
transforman en reglamentos de obligado cumplimiento) ha llevado a la aplicación de la
protección radiológica en los distintos países del mundo con un gran consenso. Se prevén
nuevas orientaciones, tendentes a extender a todos los ecosistemas afectados por las
tecnologías de las radiaciones los beneficios de la protección radiológica, centrada hasta ahora
en la especie humana (ver la Sec. 18.6.: Efectos sobre el medio ambiente y otros seres vivos).

14.2 Fuentes naturales y artificiales de radiaciones y radiactividad.


Dentro del espectro electromagnético, la parte de energías más altas corresponde a las
radiaciones ionizantes, que son aquellas que modifican la estructura de la materia con la que
inciden, arrancando electrones de la corteza de los átomos (ionización). En la Figura 14.1 se
muestran de forma esquemática los tipos de radiaciones representadas en el espectro
electromagnético.
Como se puede ver en la figura, hay otras radiaciones no-ionizantes, y por tanto no cubiertas
por la Protección Radiológica, que pueden tener efectos dañinos sobre la salud. Sobre este
tema hablaremos brevemente en la Sec. 14.10.

Figura 14.1 Tipos de radiaciones (cortesía de ENRESA)

En relación con la materia vista en el Tema 3 sobre radiaciones y tipos de radiaciones, las
radiaciones ionizantes más importantes desde el punto de vista de la protección radiológica
son: la radiación alfa, la radiación beta, la radiación gamma y los rayos X. Los neutrones,
aunque no son radiaciones directamente ionizantes, sí lo son indirectamente, pues generan
radiaciones ionizantes al interaccionar con la materia, además de tener un gran alcance. Las
radiaciones alfa, beta y gamma provienen de la desintegración de los núcleos y se pueden
originar de manera espontánea en la naturaleza o ser provocadas artificialmente. Los rayos X

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Tema 14 - Protección radiológica.

provienen de las transformaciones que tienen lugar en la corteza de los átomos y son de
origen artificial.
• La radiación alfa consiste en la emisión de 2 protones y 2 neutrones en una única
partícula: partícula alfa.

• La radiación beta está formada por electrones, que aparecen como consecuencia de
la desintegración de un neutrón.

• La radiación gamma está compuesta por fotones, que carecen de carga y de masa y
proceden del ajuste de un núcleo excitado.

En la Figura 14.2 se muestra la exposición a la radiación natural y artificial. La presencia de la


radiación ionizante es una constante en nuestro mundo y en el Universo. Entre las fuentes de
radiación naturales, el propio Sol y el espacio exterior se encuentran en el origen de la llamada
radiación cósmica: de la cual llegan a la Tierra cada segundo del orden de 2·1018 partículas de
muy elevada energía, fundamentalmente protones (86%) algunos de muy alta energía (mayor
de 1000 MeV), y partículas α (12%), junto con radiación X y γ. Al interaccionar con la atmósfera
terrestre, principalmente con el oxígeno y nitrógeno, los protones más energéticos provocan
reacciones que dan lugar a la aparición de neutrones, junto con una cascada de piones y
mesones, que acaban acompañados por radiación γ, electrones y positrones. Esta radiación,
al reaccionar con los constituyentes de la atmósfera produce distintas sustancias radiactivas
como el 39Ar, el 14C, el 3H, el 7Be y otros. No obstante, la atmósfera también nos protege de
esa radiación, que en buena parte es frenada y absorbida en ella, de manera que al nivel del
mar se recibe una dosis mucho menor de la que se tiene en zonas montañosas o de la que se
recibe al viajar en avión. Así, a 10 kilómetros de altitud se reciben en promedio 5 mSv al año
(ver la Sec. 14.3 sobre unidades de dosis de radiación), mientras que a 600 metros solamente
0,03 mSv. Al tratarse en su mayoría de partículas con carga eléctrica, son desviadas por el
campo magnético terrestre, y en la zona ecuatorial la dosis es menor que en los polos
terrestres. Una persona habitante de España, en promedio, cada hora es atravesada por
100.000 rayos cósmicos de neutrones y 400.000 rayos cósmicos secundarios. Para el promedio
mundial, la radiación cósmica supone un 16% de la dosis total (0,4 mSv al año).
La radiación de fondo debida al gas radón, procedente de la desintegración del metal radio
contenido en algunas rocas, fundamentalmente graníticas, también varía sustancialmente
dependiendo de la localización. El radón surge por emanación de las rocas lo que posibilita,
por ejemplo, que se formen grandes concentraciones en el interior de las viviendas
construidas en determinados sitios o con ciertos materiales, sobre todo si la ventilación es
insuficiente. En estos casos, la concentración de radón puede ser cientos de veces superior a
la del exterior.
Sin embargo, la mayor contribución a la dosis media recibida por los habitantes del planeta
procede de la propia Tierra. En el subsuelo hay grandes cantidades de uranio, torio y otros
elementos radiactivos que impregnan de radiactividad todo sobre el planeta (incluyendo
nuestro propio organismo). Así, se reciben cada hora unos 200.000.000 de rayos gamma
procedentes del suelo y de los materiales de construcción, que causan un 20% de la dosis
promedio mundial (0,5 mSv al año). La Figura 14.3 muestra el mapa de radiación natural de
fondo en España por esta causa.

- 270 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 14.2 Porcentaje de exposición a la radiación (cortesía de ENRESA)

Figura 14.3 Mapa radiológico Nacional. Se puede utilizar el valor recomendado para la radiación ambiental en
el NUREG-1501 (UNSC 1994) de 1R = 0.0087 Gy para convertir la tasa de exposición a dosis (cortesía del CSN)

Además el uranio, al desintegrarse de forma natural, provoca la aparición del gas radón, que
se difunde a través de las grietas y poros del suelo y de los materiales de construcción,
alcanzando el aire que respiramos, siendo especialmente importante su influencia en el
interior de los edificios, ya que al aire libre se dispersa con más facilidad. Los productos de la
desintegración del radón, sus descendientes, son también radiactivos, pero ya sólidos, y
quedan normalmente unidos a las partículas de polvo presentes en el aire. Las cantidades de
radón y sus descendientes varían enormemente según el tipo de rocas que formen el suelo y
los materiales con que estén construidos los edificios, como también influye mucho el tipo de
ventilación de los edificios. Se puede decir que, en promedio, en los pulmones de un habitante
de España se desintegran cada hora unos 30.000 átomos, que emiten partículas α o β y
algunos rayos γ. Estos contribuyen aproximadamente al 45% de la dosis promedio mundial
(con 1 mSv al año).

- 271 -
Tema 14 - Protección radiológica.

Por último, con los alimentos y bebidas también ingerimos radionucleidos naturales,
destacando el uranio y sus descendientes y sobre todo el 40K, del que el organismo humano
es portador de una cantidad suficiente como para que cada hora se desintegren en él unos
15.000.000 de átomos. Algunas aguas minerales, procedentes de macizos graníticos ricos en
uranio y ciertos alimentos como el marisco, son especialmente ricos en material radiactivo
natural. Esta contribución viene a suponer el 12% de la dosis media mundial (0,3 mSv al año).
Entre las fuentes de radiación ionizante producidas por el hombre destacan especialmente,
tanto por su cantidad como por su utilidad, las de utilización médica: las radiaciones ionizantes
ayudan enormemente tanto en el diagnóstico de enfermedades como en su curación. Para el
diagnóstico son fundamentales los rayos X y el empleo de isótopos en medicina nuclear. Para
la curación del cáncer se emplean fuentes intensas de radiación, con las que precisamente se
busca destruir las células del tejido enfermo. Sin considerar el uso de las radiaciones en la
terapia contra el cáncer, se puede afirmar que la dosis media recibida por la población de un
país desarrollado como España, solo con fines de diagnóstico, es del orden de 1,05 mSv por
año, aunque algunas personas pueden recibir dosis tan altas como 100 mSv. No obstante,
puesto que no todos los países disponen de suficientes medios, las aplicaciones médicas sólo
representan un 12% (0,12 mSv al año) en el promedio de dosis mundial.
La radiación y las sustancias radiactivas tienen numerosas aplicaciones en la industria y en la
vida cotidiana: relojes luminosos, sensores de nivel en tanques y en máquinas para llenado de
bebidas, sensores de densidad para la fabricación del papel o de los cigarrillos, fuentes de
gammagrafía industrial para verificación de soldaduras en conducciones de gas, etc., son sólo
algunos ejemplos de su utilidad. Unidos al incremento de dosis por la radiación cósmica
recibida al viajar en avión suponen un pequeño porcentaje 0,3% de la dosis mundial.
La lluvia radiactiva producida por los ensayos de armamento nuclear en la atmósfera en los
años 50 y 60 o el accidente de Chernobyl, también suponen una pequeña exposición de la
población de todo el planeta, cifrada actualmente en unos pocos microSievert al año
(0,007 mSv).
Para terminar, la producción de energía eléctrica también libera radiactividad al medio
ambiente. No sólo las centrales nucleares, sino también la combustión del carbón libera
radionucleidos naturales. La dosis recibida en promedio por causa de la energía nuclear entre
la población de España es inferior a 0,001 mSv, similar a la estimada para el promedio mundial,
aunque un pequeño número de personas, en el entorno próximo de las centrales nucleares,
puede recibir dosis mayores, que en todo caso no superan los 0,01 mSv al año.
En la Figura 14.4 se dan los datos en porcentaje de la radiación natural y la artificial según
distintas fuentes.
La dosis media anual recibida en España es de 3,71 mSv, si bien pueden darse grandes
variaciones entre individuos que tengan distintos hábitos, que vivan en distintas zonas con
elevada concentración de radón o radiación gamma de fondo, o que se vean sometidos a
tratamientos médicos más intensos. La importancia relativa de la dosis producida por otras
fuentes artificiales, entre ellas los vertidos de las centrales nucleares, es despreciable frente a
dichas variaciones de la dosis recibida en la vida cotidiana.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 14.4 Procedencia de la radiación recibida por el cuerpo humano en un año (Fuente: Consejo Nacional de
Protección Radiológica de Estados Unidos. 2003)

14.3 Unidades de dosis de radiación.


La dosis absorbida (D) es la primera unidad a definir en protección radiológica: es la cantidad
de energía impartida por la radiación por unidad de masa expuesta a ella. La unidad en el SI
es el gray (Gy), que equivale a 1 J/kg. También se usa a menudo una unidad de dosis absorbida
antigua: el rad, que equivale a 0.01 J/kg, o bien, un gray equivale a 100 rads.
El efecto biológico de la deposición de energía depende mucho del tipo de radiación. Es mucho
más dañina una dosis de 1 rad debida a neutrones rápidos o partículas α que la misma dosis
por rayos X o radiación γ. En general, las partículas pesadas producen más daño biológico que
los fotones, pues debido a la mayor pérdida de energía por unidad de recorrido se crea una
mayor concentración de la ionización. Para tener esto en cuenta, se multiplica la dosis
absorbida (D) por un factor de calidad (QF), que dependerá del tipo de radiación (ver Tabla
14.1), y se obtiene la dosis equivalente (H), que es una medida del daño biológico.

Tabla 14.1 Factores de calidad (NRC 10CFR20)

Rayos X, radiación γ y radiación β 1


Neutrones térmicos (0.025 eV) 2
Neutrones de energía desconocida 10
Protones de alta energía 10
Iones pesados, incluidas partículas α 20

Por tanto H = (D)(QF)

Si D está en Gy, H se obtiene en sieverts (Sv), y si D está en rads, H se obtiene en rems. Las
unidades del SI gray y sievert se usan en investigación y en el estudio de los efectos biológicos

- 273 -
Tema 14 - Protección radiológica.

de la radiación, y en cambio en la operación de instalaciones nucleares se suelen usar más los


rads y rems. Resumiendo equivalencias:
1 Gray (Gy) = 100 rads 0.01 Gy = 1 rad
1 Sievert (Sv) = 100 rems 10 mSv = 1 rem
1 mSv = 100 mrems 10 μSv = 1 mrem
Los efectos a largo plazo de la radiación en un organismo vivo dependen también de la
velocidad a la que se deposita la energía, y por esto también se usa la magnitud tasa de dosis,
expresada normalmente en unidades de rads o Gray por hora para tasa de dosis absorbida, o
milirems o milisievert por año para tasa de dosis equivalente o efectiva.

14.4 El objetivo y los principios básicos de la protección radiológica. El


establecimiento de los límites de dosis.
A la vista de los efectos que la radiación es capaz de producir sobre el ser humano, sobre los
que se habla extensamente en el Tema 11, y en el resto de seres vivos, es evidente la
necesidad de controlar las actividades que impliquen el manejo o producción de sustancias
radiactivas.
La protección radiológica tiene un doble objetivo fundamental: evitar la aparición de los
efectos deterministas, y limitar la probabilidad de incidencia de los efectos probabilistas
(cánceres y defectos hereditarios) hasta valores que se consideran aceptables. Todo esto sin
limitar indebidamente las prácticas que, dando lugar a exposición a las radiaciones, suponen
un beneficio a la sociedad o sus individuos.
A los efectos de la protección radiológica se definen las prácticas como todas aquellas
actividades que pueden incrementar la exposición humana por introducir nuevas fuentes de
radiación, vías de exposición o individuos expuestos, o por modificar las relaciones entre las
fuentes ya existentes y el hombre. Para conseguir lograr el objetivo fundamental de la
protección radiológica se establecen tres principios básicos:
a) Justificación: Toda práctica debe producir el suficiente beneficio a los individuos
expuestos o a la sociedad como para compensar el detrimento por causa de la
exposición a la radiación.

b) Optimización: Para cualquier fuente de radiación, las dosis individuales, el número


de personas expuestas, y la probabilidad de verse expuestas, deben mantenerse tan
bajas como sea razonablemente posible, teniendo en cuenta consideraciones
sociales y económicas (ALARA, que representa el concepto de optimización mediante
el acrónimo inglés "As Low As Reasonably Achievable").

c) Limitación de dosis y riesgos individuales: La exposición individual al conjunto de


fuentes susceptibles de control ha de estar sujeta a límites en la dosis recibida y, en
el caso de exposiciones potenciales, a cierto control del riesgo.

Los anteriores principios implican que, además de las operaciones o situaciones normales,
haya que considerar las exposiciones potenciales por causa de accidentes. Generalmente,
para estos casos, las limitaciones se establecerán con respecto a su probabilidad de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

ocurrencia. Este requisito se puede satisfacer aplicando técnicas probabilistas para la


cuantificación del riesgo. Dichas técnicas son comúnmente aplicadas en el caso de las
centrales nucleares.
La justificación de una práctica ha de analizarse teniendo en cuenta las ventajas e
inconvenientes asociados a la introducción de la misma, estableciendo un balance adecuado
entre ambos. Puesto que, en la realidad, hay componentes de beneficios y costes difícilmente
cuantificables, o de evaluación subjetiva, siempre es posible la comparación de diferentes
alternativas. En todo caso, para cada práctica (por ejemplo, la generación de energía
eléctrica), debe considerarse la suma de todos los procesos asociados a la misma, incluyendo
explícitamente la generación y gestión de los residuos generados.
Una vez justificada una práctica, ha de procederse a su optimización. Puesto que se admite
que toda dosis de radiación implica un riesgo no nulo, no es suficiente con cumplir los límites
de dosis -que en todo caso limitan la región de lo inaceptable-, sino que han de reducirse las
dosis hasta encontrar un valor óptimo, que maximice el beneficio neto total, para lo cual,
mediante técnicas apropiadas se puede comparar el esfuerzo necesario para aminorar las
dosis frente a la reducción del detrimento sanitario obtenida.
Por último, la limitación de dosis tiene como finalidad la protección de los individuos más
expuestos, para garantizar que no se alcancen niveles inaceptables del riesgo de sufrir daños
a la salud. Los límites, que se aplican a las exposiciones debidas a prácticas, exceptuando la
exposición al fondo radiactivo natural y la exposición médica, han sufrido una disminución
como consecuencia de las recomendaciones de la ICRP (ICRP, 1991), que se sustentan en los
avances en radiobiología. La Tabla 14.2 recoge los límites de dosis aplicables a los trabajadores
expuestos, estudiantes y aprendices, referidos a la exposición recibida en el trabajo o como
consecuencia de él, incluyendo la producida en el trabajo a consecuencia de las fuentes
naturales, cuando supere considerablemente los niveles ambientales en el entorno.
Los límites indicados para la exposición a todo el cuerpo se recomiendan por comparación con
el nivel de riesgo existente en actividades profesionales consideradas como especialmente
seguras. Los límites especiales al cristalino, piel y órganos se adoptan para prevenir la
aparición de efectos deterministas derivados de la irradiación de dichos órganos.
Por su parte, la Tabla 14.3 muestra los límites establecidos para acotar la exposición de la
población en general. Para cada instalación concreta, han de aplicarse en el diseño límites
restringidos, que eviten con razonable prudencia la superación de estos límites por cualquier
individuo, tomando como referencia aquellos que puedan estar más expuestos (restricciones
de dosis). Así, en el caso de las centrales nucleares, para limitar la exposición del público por
vertido de efluentes se han venido tomando como referencia los límites indicados en la Tabla
14.4. El titular ha de realizar un estudio Analítico-Radiológico del emplazamiento, en un radio
de 30 km, teniendo en cuenta el uso de la tierra y agua, demografía, costumbres, etc., además
de la meteorología e hidrología locales, con el objetivo de determinar el grupo crítico de
población y las dosis resultantes. Todo ello sirve de base para los ya comentados programas
de vigilancia radiológica ambiental.
Un ejemplo de aplicación de los anteriores principios, se refiere a aquellas prácticas cuyas
ventajas, en relación con sus riesgos potenciales, justifican plenamente su utilización, pero
que emplean cantidades muy pequeñas de radiactividad o que suponen la exposición a niveles
muy bajos. Su integración o mantenimiento en el sistema regulador no estaría justificada, por
apartarse de lo óptimo. Por ejemplo, un tubo de rayos catódicos de tensión inferior a 30 kV

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Tema 14 - Protección radiológica.

que no presente una tasa de dosis superior a 1 μSv/h en ningún punto situado a 0,1 m de su
superficie accesible (MINER, 1999), o un detector de incendios homologado que contenga un
emisor α, como el 241Am.

Tabla 14.2 Clasificación y límites de dosis para los trabajadores expuestos

IMITES ANUALES DE DOSIS PARA LOS TRABAJADORES EXPUESTOS (en mSv)


Tipo de exposición Límites establecidos por la Directiva Europea
96/29 (Euratom, 1996) y Reglamento protección
radiológica (MINPRE, 2001)
Exposición homogénea cuerpo entero o Dosis Efectiva 100 mSv en 5 años(*)
(suma de la dosis por exposición externa y la dosis
comprometida a 50 años por incorporaciones durante
50 mSv máximo anual
el periodo)
Cristalino 150 mSv
Piel, manos, antebrazos, tobillos 500 mSv
Mujeres en edad de procrear Igual que a los hombres
Muieres gestantes (dosis al feto) 1 mSv total
Trabajadores Categoría A Si es probable que reciban una dosis efectiva
superior a 6mSv al año o dosis equivalente
superior a 3/10 de los límites para cristalino, piel
v extremidades
Trabajadores Categoría B Si no es probable que reciban una dosis efectiva
superior a 6mSv al año, o dosis equivalente
superior a 3/10 de los límites para cristalino, piel
v extremidades
Estudiantes y aprendices mayores de 18 años Igual que a los trabajadores, categoría A o B,
según corresponda
Estudiantes y aprendices entre 16 y 18 años 6 mSv / año dosis efectiva
50 mSv (cristalino) y 150 mSv (piel y
extremidades)

(*)
En promedio no se deberán superar los 20mSv al año. En España, en 2002, sólo 11 trabajadores de un total de 86.379 profesional mente
expuestos superaron ese valor y el 98,90% de los trabajadores recibieron dosis inferiores a 1/10 del límite (datos del CSN), lo cual indica a
buena situación de las instalaciones para el cumplimiento de los nuevos límites, que están vigentes desde el año 2001.

Tabla 14.3 Límites de dosis para la exposición de la población

IMITES ANUALES DE DOSIS PARA LOS MIEMBROS DEL PUBLICO (en


mSv)
Límites establecidos por la Directiva Europea
Tipo de exposición 96/29 (Euratom, 1996) y Reglamento protección
radiológica (MINPRE,2001)
Dosis Efectiva 1 mSv
Cristalino 15 mSv
Piel 50 mSv

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tabla 14.4 Límites de dosis anuales para la exposición del público por vertido de efluentes en las centrales
nucleares
LIMITES DE DOSIS ANUALES PARA MIEMBROS DEL
GRUPO CRÍTICO (mSv).
ORGANO EFLUENTES EFLUENTES
GASEOSOS LÍQUIDOS
Todo el cuerpo 0.05 (gases 0.03
nobles)
Piel 0.15 (gases -
nobles)
Cualquier órgano 0.15 0.10
(radioyodos y
partículas)

Un ejemplo de aplicación de los anteriores principios, se refiere a aquellas prácticas cuyas


ventajas, en relación con sus riesgos potenciales, justifican plenamente su utilización, pero
que emplean cantidades muy pequeñas de radiactividad o que suponen la exposición a niveles
muy bajos. Su integración o mantenimiento en el sistema regulador no estaría justificada, por
apartarse de lo óptimo. Por ejemplo, un tubo de rayos catódicos de tensión inferior a 30 kV
que no presente una tasa de dosis superior a 1 μSv/h en ningún punto situado a 0,1 m de su
superficie accesible (MINER, 1999), o un detector de incendios homologado que contenga un
emisor α, como el 241Am.
Un caso especial lo constituyen los materiales, fundamentalmente residuos, que habiendo
estado sometidos al control regulador, resulta preferible autorizar su gestión por métodos
convencionales, ya que su bajo nivel de radiactividad o de radiación no justificaría una gestión
más costosa. En el caso del desmantelamiento de las instalaciones, esto permite eliminar del
control grandes volúmenes de residuos no peligrosos y concentrar el control en los que
realmente planteen riesgos potenciales. Se podrán declarar exentas aquellas prácticas que no
supongan una dosis efectiva comprometida esperable superior a 10 μSv/año para cualquier
miembro del público, o una dosis colectiva efectiva comprometida superior a 1 Sv persona
(MINER, 1999).

14.5 El cálculo de la dosis.


La dosis es una medida de energía absorbida por unidad de masa, y depende del tipo, energía
e intensidad de la radiación, y además de las propiedades físicas del objeto irradiado. Vamos
a explicar sólo un cálculo sencillo: imaginemos por ejemplo una situación en la que el campo
de radiación consista en un haz de rayos gamma monoenergéticos. Este haz de fotones podría
provenir por ejemplo de una parte de un equipo radiactivo en una central nuclear, y pasar a
través de una sustancia como el tejido, con una atenuación despreciable. Usamos los
principios sobre interacciones de la radiación sobre la materia para calcular la deposición de
energía. El flujo y la corriente son idénticos para este haz, esto es j y  son iguales a nv. Con el
flujo  (cm-2s-1), y la sección eficaz macroscópica  (cm-1), la velocidad de reacción es 
(cm-3s-1). Si la energía de cada fotón es E julios, entonces la velocidad de deposición de energía

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Tema 14 - Protección radiológica.

por unidad de volumen es E (J cm-3 s-1). Si la densidad del blanco es (g·cm-3), la dosis en
julios por gramo con exposición durante un tiempo de t segundos será
𝐻 = 𝜙 · Σ · 𝐸 · 𝑡/𝜌
Esta expresión puede utilizarse para calcular la dosis para unas condiciones dadas o bien para
encontrar límites para el flujo o para el tiempo de exposición.

14.6 Exposición interna.


La exposición interna es consecuencia de la exposición de partes internas de un organismo
como resultado de la asimilación de sustancias radiactivas. Nos centraremos en el cuerpo
humano, aunque existen métodos similares para aplicarlos a animales o incluso a plantas. Los
materiales radiactivos pueden entrar en el cuerpo mediante la inhalación, la ingestión (comida
o bebida), o ser absorbidas a través de los poros de la piel o de heridas. La dosis resultante
depende de los siguientes factores:
• La cantidad de sustancia radiactiva que entra en el organismo, que a su vez depende
de la velocidad de entrada y del tiempo de duración de ésta

• La naturaleza química de la sustancia, que afecta a su afinidad con moléculas de tipos


determinados de tejidos, y que determina la velocidad de eliminación. En relación
con esto se usa el término periodo de semidesintegración biológico, que se define
como el tiempo en el que se elimina la mitad de la cantidad inicial.

• El tamaño de partícula, que se relaciona con el recorrido del material en el cuerpo

• El periodo de semidesintegración radiactivo y el tipo y energía de la radiación, que


determinan la actividad y la velocidad de deposición de energía, así como el tiempo
que persiste la exposición a la radiación

• La radiosensibilidad del tejido, destacando el tracto intestinal, los órganos


reproductores y la médula ósea

Hasta hace poco la reglamentación limitaba la concentración de radionucleidos en aire o agua


de acuerdo con el concepto de "órgano crítico": el que recibía mayor dosis efectiva después
de la incorporación de un cierto radionucleido. De este modo el efecto sobre el órgano
seleccionado dominaba, despreciándose los efectos sobre otros órganos distintos.
Según la nueva normativa el cálculo de la exposición interna ha de hacerse teniendo en cuenta
el efecto en todo el organismo. Esto es ahora posible gracias al aumento de la velocidad de
computación, y al uso de códigos de cálculo mucho más complejos que antes no podían
implementarse.
Para el caso de varios radioisótopos, las concentraciones se limitan mediante el criterio
siguiente:
𝐶𝑖
∑ ≤1
𝑀𝑃𝐶𝑖
𝑖

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

donde i es el índice del isótopo; la suma de los cocientes entre las concentraciones reales y las
concentraciones máximas permisibles debe ser menor que 1.

14.7 Medios físicos para la protección frente a las radiaciones ionizantes.


La radiación o los materiales radiactivos provienen de un equipo o de una fuente y afectan
finalmente al organismo vivo a proteger. Podemos eliminar la fuente, o retirar al individuo, o
introducir una barrera entre los dos. Hay por tanto varios medios disponibles para garantizar
la seguridad:
• Evitar la generación de radiación o isótopos que emitan radiación. Por ejemplo,
puede minimizarse la producción de emisores de radiación no deseados en la
operación de un reactor nuclear mediante el control de impurezas en los materiales
de construcción y en el refrigerante

• Almacenamiento en contenedores o confinamiento mediante barreras múltiples de


las sustancias radiactivas para prevenir su dispersión. Las fuentes y los residuos
radiactivos se suelen sellar mediante uno o más capas de metal u otro material que
proporcione hermeticidad, y los reactores nucleares y los equipos de procesamiento
químico se confinan en edificios a prueba de fugas.

• Para el caso de los residuos radiactivos, proveer capas de material de blindaje entre
la fuente de radiación y el individuo, y seleccionar los medios geológicos con
características favorables para su enterramiento.

• Restringir del acceso a la región donde exista un nivel de radiación peligroso, y


aprovechar la reducción de la intensidad de la radiación con la distancia.

• Diluir la sustancia radiactiva en grandes volúmenes de aire o agua en la descarga,


para disminuir la concentración de material dañino.

• Limitar el tiempo que una persona pueda permanecer dentro de una zona de
radiación, para reducir la dosis recibida

Vemos que los materiales radiactivos pueden ser tratados de tres modos: retención,
confinamiento y dispersión. A su vez la exposición a la radiación puede limitarse mediante
métodos que impliquen: distancia, blindaje y tiempo.
Una función importante de la protección radiológica o la física sanitaria es el análisis de la
peligrosidad de las radiaciones y la protección contra ellas, y el establecimiento de prácticas
seguras. Cualquier usuario que trabaje con radiaciones ionizantes debe cumplir con los
procedimientos establecidos, siguiendo el consejo técnico especializado de los físicos médicos
que a su vez monitorizarán la metodología del usuario. Durante la planificación de una
investigación en la que existan radiaciones, o en el diseño y operación de un proceso con
radiaciones, se debe calcular la relación entre la fuente de radiación y su efecto sobre el
organismo biológico, usando los límites de exposición dictados por la autoridad reguladora.
En esta evaluación estarán incluidas las necesarias medidas de protección para las fuentes
conocidas, o los límites que deben imponerse a la fuente de radiación, la velocidad de

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Tema 14 - Protección radiológica.

liberación de las sustancias radiactivas, o la concentración de radioisótopos en aire, agua y


otros materiales.

Figura 14.5 Trajes de protección (cortesía de Enresa)

Los cálculos detallados de protección radiológica son de mucha envergadura por varias
razones. Por un lado existe una gran variación de posibles escenarios o situaciones a
considerar, tanto en la operación de los reactores y como en los usos de los radioisótopos.
Además se necesitan muchas disciplinas científicas y tecnológicas distintas - física, química,
biología, geología, meteorología y varias ramas de la ingeniería -. Por otro lado el creciente
uso de los ordenadores favorece el desarrollo de métodos de cálculo más sofisticados, a la vez
que mejora la comodidad de su uso. Es importante destacar que la adquisición de nuevos
datos experimentales sobre la interacción de la radiación con la materia y la relación entre la
dosis y sus efectos da lugar a recomendaciones y normativa que van evolucionando en el
tiempo. Finalmente, la mayor conciencia sobre la radiación y la mayor preocupación por la
seguridad por parte del público han provocado un creciente conservadurismo, que impone el
refinamiento de los métodos y el requerimiento de una justificación más completa de
métodos y resultados.

14.8 El estudio del impacto radiológico.


Cualquier planta necesita un estudio de impacto radiológico, aplicando el principio ALARA (As
Low As Reasonably Achievable), para poder liberar material radiactivo. Se deben cumplir los
límites de dosis individuales para el área exterior no restringida, como se muestra en la Tabla
14.5:

Tabla 14.5 Del apéndice I del 10CFR50, dosis anual debida a:

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Efluente líquido < 3 mrem/año a todo el cuerpo


<10 mrem/año a cualquier órgano
Efluente gaseoso <10 mrem/año de rayos γ
<20 mrem/año de rayos β

Para ello hay que calcular el efecto de la liberación de agua o aire contaminado en la persona
más expuesta.
Los factores más importantes para calcular la liberación/dosis son los siguientes:
1) Cantidad de radioisótopo en el efluente, especialmente 137Cs, 14C, Tritio, Yodo y gases
nobles

2) Modo de transferencia del material; el medio por el que se recibe la radiactividad: (a)
Para efluentes líquidos: agua potable, alimentos procedentes del agua, depósitos en
la costa (o e la orilla), o alimentos que han sido regados (esto incluye carne y leche)
(b) si el medio es aire: persona inmersa en una nube contaminada que respira el aire,
o partículas depositadas en las plantas

3) Distancia fuente-persona afectada, teniendo en cuenta el efecto de dilución por


dispersión

4) Tiempo de transporte, para tener en cuenta el decaimiento por desintegración: el


recorrido en el aire o en el agua, o, en el caso de alimentos, el tiempo de duración de
la cosecha, procesamiento y envío

5) Edad del grupo de riesgo: bebé (0 a 1 año), niño (1 a 11 años), adolescente (11 a
17 años) y adulto (mayor de 17 años). La radiosensibilidad varía mucho con la edad
(como se ha visto en el Tema 11)

6) Factor de dosis, que se da en mrem/pCi (milirems de dosis por pico curio de


actividad). Éstos están tabulados en función del

• isótopo

• grupo de edad

• inhalación o ingestión

• órgano: hueso, hígado, cuerpo entero, tiroides, riñón, pulmón, tracto


gastrointestinal

14.9 Los estándares de protección radiológica.


En 1991, y basándose en las recomendaciones de la ICRP (International Committee on
Radiological Protection), la NRC (Nuclear Regulatory Commission, el organismo regulador de
lso Estados Unidos) publicó la revisión de la reglamentación sobre exposición a las radiaciones:
la nueva versión del reglamento 10CFR20. Este nuevo reglamento es más realista en cuanto a

- 281 -
Tema 14 - Protección radiológica.

riesgos y hace uso de toda la información acumulada sobre los riesgos de la radiación. Pueden
destacarse las siguientes modificaciones respecto al reglamento anterior:
• Uso de métodos computacionales para la deducción de la dosis

• Frente a los anteriores límites de dosis basados en el órgano crítico, el nuevo


10CFR20 considera la dosis al cuerpo entero procedente de todas las fuentes de
radiación que afectan a órganos y tejidos

• Se suman la radiación externa y la interna para calcular la dosis total

• Se añade al efecto de cualquier irradiación a corto plazo los efectos a largo plazo de
los radionucleidos fijados en el organismo

A continuación, en la Tabla 14.6 se dan los nuevos factores de ponderación de dosis.

Tabla 14.6 Factores de ponderación de la radiación en órganos y tejidos (Fuente: el


nuevo reglamento 10CFR20)

Órgano o tejido Factor de


ponderación
Gónadas 0,25
Pecho 0,15
Médula ósea roja 0,12
Pulmón 0,12
Tiroides 0,03
Superficies óseas 0,03
Resto del cuerpo * 0,30
• 0,06 cada uno para cinco órganos

Los límites de dosis se seleccionan en función del riesgo de cáncer para la mayoría de los
órganos y tejidos, y del riesgo de enfermedades hereditarias en el feto en el caso de las
gónadas.
Se define un nuevo concepto: dosis efectiva comprometida equivalente. Recordando de la
Sec. 14.3 que la dosis efectiva es el producto de la dosis absorbida por el factor de calidad, el
término comprometida implica tener en cuenta la exposición futura después de la inhalación
o ingestión de material radiactivo. Se toma un tiempo de 50 años de vida laboral (típicamente
entre 20 y 70 años). Si un cierto radionucleido se deposita en un órgano del cuerpo, a partir
de ese momento el nucleido sufre desintegración y se elimina biológicamente, impartiendo
una dosis a este órgano. La dosis total se denomina dosis equivalente comprometida (H50). La
palabra efectiva tiene en cuenta el distinto riesgo de la radiación en los diferentes órganos y
tejidos, haciendo una suma ponderada usando factores de ponderación wT como los tabulados
en la Tabla 14.6. Así, si (H50)T es la dosis comprometida al órgano o tejido T, la dosis efectiva
será la suma:

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

(𝐻50 )𝐸 = ∑ 𝑤𝑇 (𝐻50 ) 𝑇
𝑇

Si sólo fuera importante un órgano, como por ejemplo en el caso del 131I en la tiroides, la dosis
efectiva a todo el cuerpo sería sólo un 3% de la que se obtendría si esta dosis se liberara en
todo el cuerpo por igual.
Se han deducido límites de concentración de radionucleidos específicos a partir de los factores
de la Tabla 14.6 y de los datos sobre propiedades químicas, periodo de semidesintegración,
tipos de radiaciones, y datos de tejidos y órganos. Se dan restricciones de dosis para el límite
anual de incorporación (Anual Limit Intake o ALI en siglas inglesas) por inhalación o ingestión
de 5 rems por año (o 50 rems para la dosis durante 50 años) para un trabajador
profesionalmente expuesto a las radiaciones. De este modo se deduce la concentración en
aire derivada (Derived Air Concentration o DAC en siglas inglesas) en un año de trabajo
respirando aire contaminado. En el nuevo 10CFR20 se dan tablas de ALI y DAC para cientos de
radioisótopos, permitiendo el cálculo de la exposición a mezclas de isótopos.
El DAC (μCi/ml) se calcula a partir del ALI (μCi) dividiéndolo por los mililitros que respira el
hombre patrón en su jornada laboral durante un año:
60 𝑚𝑖𝑛 40 ℎ 50 𝑠𝑒𝑚𝑎𝑛𝑎𝑠
2 · 104 𝑚𝑙/𝑚𝑖𝑛 · · · = 2,4 · 109 𝑚𝑙/𝑎ñ𝑜
ℎ 𝑠𝑒𝑚𝑎𝑛𝑎 𝑎ñ𝑜
𝐴𝐿𝐼 (𝜇𝐶𝑖)
𝐷𝐴𝐶 (𝜇𝐶𝑖/𝑚𝑙) =
2,4 · 109 𝑚𝑙
Se distinguen dos tipos de dosis:
a) Dosis estocástica o probabilista: relacionada con el riesgo de cáncer o efectos
hereditarios. El número de efectos sobre la salud es proporcional a la dosis. El límite
de dosis para efectos estocásticos es de 5 mrem/año.
b) Dosis no-estocástica o determinista: son dosis a tejidos para los que existe una dosis
umbral para que haya un efecto, por lo que puede establecerse un límite concreto para
la dosis anual, por ejemplo 50 rems. Como ejemplo están la piel y el cristalino.
Se establecen límites de exposición diferentes para:
• Extremidades: manos, antebrazos, pies, parte inferior de las piernas

• Cristalino

• Embrión y feto

El riesgo de todo el cuerpo por rem de dosis es 1 cada 6.000. Para el límite de 5 rems, el riesgo
anual es de 8·10-4, que es alrededor de 8 veces el valor aceptable en industrias calificadas
como "seguras". Esta cifra se ha de comparar con el riesgo de contraer cáncer a lo largo de
toda la vida por cualquier causa de alrededor de 1 de cada 6.
El límite de dosis para miembros del público (0.1 rem/año) es bastante inferior al de los
trabajadores expuestos (5 rem/año). Se pueden calcular las concentraciones de
radionucleidos en aire liberados en zona de acceso no restringido teniendo en cuenta las
deferencias en el tiempo de exposición, velocidad de respiración y rango de edad dividiendo
los valores DAC para trabajadores expuestos por 300 para inhalación o por 219 para ingestión.

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Tema 14 - Protección radiológica.

14.10 Protección contra radiaciones no ionizantes.


En estos últimos años es éste uno de los temas de más actualidad. Todos hemos oído hablar
de la preocupación por los efectos sobre la salud de antenas, teléfonos móviles, cables de alta
tensión, haces de láser, etc. Se trata en todos los casos de radiaciones no ionizantes, pero que
sí pueden tener un efecto negativo sobre la salud, en función del tipo de radiación y su
magnitud. Actualmente existe una organización científica independiente: la ICNIRP (Comisión
Internacional de Protección contra Radiaciones No-Ionizantes), que elabora guías y consejos
para la prevención de daños a la salud por causa de las radiaciones no-ionizantes, basados en
estudios sobre epidemiología, biología, física aplicada a la dosimetría y radiación óptica.
Tenemos los siguientes tipos radiaciones no ionizantes:
• Radiaciones electromagnéticas ópticas, que emiten en el espectro ultravioleta e
infrarrojo

• Láseres

• Campos electromagnéticos de baja y muy baja frecuencia

• Radiofrecuencia, telefonía móvil y microondas

• Ultrasonidos

Para cada uno de los tipos, la ICNIRP hace una clasificación de los distintos mecanismos
relevantes de interacción, efectos adversos, cantidades físicas biológicamente efectivas, y
niveles de referencia usados para la exposición, y establece unos límites para la exposición del
trabajador expuesto y del público en general. Se trata por tanto de una disciplina con una
metodología muy similar a la Protección Radiológica.

14.11 Resumen y conclusiones.


La protección radiológica de los organismos vivos requiere el control de las fuentes, las
barreras entre la fuente y el ser vivo, o la retirada del sujeto o objeto.
Los cálculos necesarios para evaluar el riesgo por dosis externa incluyen:
• La dosis en función del flujo, la energía, el material y el tiempo

• El efecto del inverso del cuadrado de la distancia por alejamiento de la fuente

• La atenuación exponencial en los materiales de blindaje

El riesgo interno por exposición interna depende de muchos factores físicos y biológicos
(existen muchas vías biológicas para transportar materiales radiactivos). Las concentraciones
máximas permisibles de radioisótopos en aire y agua pueden deducirse de las propiedades del
emisor y de los límites de dosis.
El principio ALARA se aplica para reducir la exposición a niveles que son tan bajos como se
puedan obtener razonablemente.
La nueva reglamentación sobre límites de dosis está basa en los efectos totales de la radiación
(externa e interna) sobre todas las partes del cuerpo.

- 284 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

La protección contra la radiación es un campo dinámico ya que se beneficia de una I+D


continua. Las investigaciones sobre la susceptibilidad biológica a la radiación pueden ayudar
a seleccionar estándares de protección. Otras áreas no menos importantes están constituidas
por los estudios epidemiológicos, las investigaciones sobre los efectos de diferentes tipos de
radiación, las relativas a dosis e índices de dosis; las correspondientes a sinergias de la
radiación con otros impactos sobre la salud; y las referentes al papel de la radiación en el
proceso multidisciplinar de la inducción del cáncer. La protección contra la radiación mejorará
también con los nuevos desarrollos de instrumentación y con nuevos procesos en la gestión
de la radiación en los puestos de trabajo.

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

Tema 15 Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.


15.1 Introducción.
La energía nuclear se ha manifestado ante el público en general de forma aterradora con las
explosiones de Hiroshima y Nagasaki en 1945, pero portadora al mismo tiempo de la
esperanza de una nueva fuente de energía en un mundo que estaba cada vez más necesitado
de ella. Desde 1951 en los EE.UU. se enviaban los primeros kWh nucleares a la red, y los dos
decenios siguientes vieron el rápido desarrollo de las técnicas nucleares en el mundo, con la
aprobación general de la opinión pública. La polémica vino de los EE.UU. al final de los años
60. Esta “diabolizó” la energía nuclear ante una opinión pública, que después estaría muy
impresionada a consecuencia de dos accidentes que han marcado la energía nuclear civil en
los últimos veinte años: Three Mile Island, en los EE.UU. en 1979 y Chernobil, en la URSS en
1986. Desde entonces el público asocia habitualmente “nuclear” y “riesgo”. ¿Qué hay de
realidad en esto? ¿Son tan importantes los riesgos nucleares que deben hacernos olvidar los
objetivos que se tenían al comienzo del desarrollo de esta nueva tecnología, cuando algunos
reconsideran el nivel de consumo energético de los países ricos que continúan despilfarrando
las energías no renovables, carbón y petróleo del planeta?
Si hablamos de un reactor nuclear que ha estado en operación, podemos decir que los
productos de fisión acumulados en su interior (básicamente en los elementos de combustible,
dentro de las vainas, en el caso de los diseños de reactores nucleares de agua ligera) suponen
un riesgo, ya que constituyen una importante fuente de radiación. Es necesario asegurar la
integridad del combustible a lo largo de todo su ciclo y que la liberación de material radiactivo
sea despreciable. Esto implica limitaciones en el nivel de potencia y en la temperatura, y la
garantía de refrigeración bajo cualquier circunstancia. Afortunadamente las características
físicas de la fisión en cadena proporcionan una seguridad intrínseca. Además, la elección de
los materiales, su disposición y las restricciones en los modos de operación proporcionan un
segundo nivel de protección. Una tercera línea de defensa la constituyen los equipos y
estructuras que minimizan la probabilidad de un accidente y la cantidad de radiactividad
liberada en caso de accidente. Finalmente, la localización de centrales nucleares lejos de
centros de gran densidad de población da lugar a una mayor protección.
Las centrales nucleares deben ser ubicadas, diseñadas, puestas en funcionamiento,
explotadas, modificadas, desmanteladas y clausuradas de forma segura, de modo que no se
produzcan daños intolerables a los trabajadores de la instalación, al público potencialmente
afectado y al medio ambiente. La declaración de que una central nuclear es segura, en un
momento dado de su vida o en un intervalo de tiempo determinado, exige que los daños
potencialmente producidos por la instalación sean inferiores a los tolerables. Los primeros
han de ser estimados, los segundos fijados por la autoridad de forma reglamentaria.
La cuantificación de los daños potenciales, o riesgos, inherentes a la central, supone el
conocimiento específico de las secuencias o escenarios catastróficos que puedan dan lugar a
liberaciones incontroladas de productos radiactivos o de radiaciones, la frecuencia con la que
cabe esperar tales escenarios y la magnitud de los daños que se pudieran producir. Se
comprende que esta tarea no resulte sencilla en el caso de una tecnología compleja y
novedosa.
En reconocimiento de tal dificultad, los expertos que diseñaron las primeras centrales
nucleares utilizaron la llamada aproximación determinista, basada en el concepto de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

seguridad a ultranza o defensa con profundidad. A tal fin, definieron un conjunto de


escenarios o accidentes en los que se había de basar el proyecto de la instalación, que
llamaron accidentes de base del proyecto, y supusieron que podrían suceder en la vida de la
central. Sobre esta base se diseñaron los sistemas de prevención y mitigación de las
consecuencias de tales accidentes. Si en el peor de los casos los daños resultaban menores
que los tolerables se concluía que la central era segura.
En la década de los años setenta, las tecnologías de defensa y de los vuelos espaciales
promovían el desarrollo de metodologías probabilistas para la cuantificación de los riesgos
inherentes a tales actividades, que fueron adaptadas al caso de las centrales nucleares y
consolidadas en el año 1975 en el famoso Informe Rasmussen, en honor a este profesor del
MIT (Massachusetts Institute of Technology), director del llamado Reactor Safety Study
patrocinado por la Comisión Reguladora Nuclear (NRC – Nuclear Regulatory Commission) de
los Estados Unidos. Aunque tuvo dificultades iniciales, la nueva metodología probabilista
podía describir los escenarios accidentales, estimar sus frecuencias esperadas y cuantificar los
daños y, por tanto, estimar los riesgos.
A pesar del tiempo transcurrido, y aunque todas las centrales en explotación han realizado un
ejercicio satisfactorio de cuantificación de riesgos, la metodología probabilista no ha
sustituido completamente a la aproximación determinista, coexistiendo ambas bajo el
concepto genérico de seguridad informada por el riesgo. La causa se debe a las incertidumbres
propias de la nueva metodología, que la experiencia operativa y la investigación apropiada
irán reduciendo. Entre tanto, se puede razonablemente asegurar que es satisfactoria la
seguridad de las centrales nucleares que satisfacen los requisitos deterministas, observados a
través de la metodología probabilista.

15.1.1 El objetivo de la seguridad: el confinamiento de la radiactividad.


En una central nuclear convencional, el riesgo es el de un accidente que libere grandes
cantidades de productos radiactivos. En operación normal estos productos peligrosos quedan
en el mismo sitio donde han sido creados, en el uranio, del cual sólo se ha fisionado una
pequeña fracción. Este uranio está dentro de una vaina metálica para constituir lo que se llama
el combustible del reactor nuclear, la parte de la central donde se desprende la energía que
se transformará en electricidad. Esta vaina representa una primera “barrera” que retiene los
productos peligrosos. El propio combustible está confinado dentro de un recipiente,
generalmente una vasija que está conectada a tuberías, que permiten extraer la energía
producida por la fisión: la vasija constituye la segunda barrera capaz de contener los productos
peligrosos si llegaran a atravesar la vaina. Por último el conjunto, en las centrales modernas,
está dentro de recinto hermético y resistente, tercera barrera entre el peligro y el medio
ambiente. Los productos peligrosos están pues “confinados”. La prevención de los accidentes
se reduce al mantenimiento, en todas las circunstancias, de este confinamiento.
La seguridad nuclear tiene por objeto analizar las situaciones que podrían poner en duda el
confinamiento de los productos radiactivos y asegurar que las medidas tomadas permiten
hacerlas frente de forma eficaz. Estas situaciones son múltiples. Si se centra la atención en la
primera barrera, la vaina del combustible, está claro que el confinamiento se mantiene
mientras se mantenga el equilibrio entre la energía desprendida por la fisión nuclear y la
energía extraída por el circuito de refrigeración. Se perderá la integridad de esta primera
barrera si se produce un desequilibrio entre la producción y la extracción de energía.

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

Los tres grandes accidentes que han conmocionado la historia de la energía electronuclear en
el mundo ilustran este mecanismo. En 1979 en los EE.UU. en la central de Three Mile Island,
una refrigeración insuficiente fue la que originó el accidente: el circuito de extracción de
energía se vació, la vaina del combustible fundió y los productos peligrosos pasaron entonces
al circuito. Pero esta segunda barrera contuvo la mayor parte de la radiactividad, y los
productos radiactivos que se escaparon quedaron confinados en el recinto de hormigón
construido alrededor del reactor. No hubo consecuencias radiológicas. En Chernobil en 1986
sucedió a la inversa, un exceso de producción de energía fue lo que provocó la fusión del
combustible y la liberación de los productos de fisión. La energía desprendida destruyó
también las estructuras del reactor, por tanto la segunda barrera, pero no había tercera
barrera, recinto de hormigón, lo que explica la magnitud de las consecuencias para el medio
ambiente. En 2011 en la central de Fukushima Dai-ichi la falta de refrigeración de los
reactores, debida principalmente al fallo de los motores diesel de emergencia por inundación
por el tsunami que siguió al terremoto, originó la fusión del combustible, y de forma similar al
accidente de Chernobil, la falta de una tercera barrera con un recinto de hormigón
debidamente diseñado originó un accidente nuclear con liberación grandes cantidades de
materiales radiactivos al medio ambiente.
El objetivo de la seguridad nuclear consiste en precisar la naturaleza y la magnitud de los
riesgos a los que uno se expone y poner en marcha los métodos y los procedimientos que
permitan dominarlos. En una instalación nuclear segura, lo que importa entonces ya no son
los riesgos potenciales que presenta, sino los riesgos residuales reales teniendo en cuentade
las medidas tomadas. El riesgo nulo no existe, todo el mundo lo sabe, pero siempre se puede
reducir un riesgo demasiado importante, gracias a un enfoque basado en el conocimiento y la
experiencia. Ya que hacer funcionar una máquina industrial compleja con un riesgo
rigurosamente nulo es un objetivo inalcanzable, se puede definir un reactor seguro como
aquél cuyo riesgo de accidente serio es suficientemente pequeño para ser considerado como
aceptable, tomando como referencia los riesgos que la sociedad acepta para las otras
actividades industriales.

15.2 La "defensa en profundidad" como principio de seguridad nuclear.


Para definir las medidas específicas para prevenir los accidentes, hace falta primero identificar
los fallos que pueden conducir a estos accidentes, ya se refieran a los materiales y equipos
utilizados, o a las actuaciones de los explotadores, o que se originen a causa de
acontecimientos exteriores, naturales como las inundaciones y los terremotos, u originados
por el hombre, como la caída de un avión, las explosiones de gas e incluso posibles actos de
mala voluntad. Hace falta después estudiar cómo se puede defender la central frente a estas
“agresiones”, y eventualmente instalar dispositivos capaces de reforzar sus “líneas de
defensa”. Se entiende por línea de defensa una combinación coherente de dispositivos de
protección, tales como obstáculos materiales contra las fugas radiactivas, márgenes de
seguridad en el diseño, sistemas de seguridad automáticos, e incluso procedimientos
correctores establecidos por los operadores.
Una central será segura si, frente a todo fallo y a toda agresión, puede disponer de líneas de
defensa suficientemente “fuertes”. La fuerza aquí es el resultado no sólo de la calidad de las
disposiciones tomadas, sino también de la acumulación racional de estas disposiciones. Se
parte del principio de que todo dispositivo de seguridad es vulnerable y debe poder ser
sustituido o protegido por otro dispositivo. Es lo mismo para las líneas de defensa: cada línea

- 288 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

reduce la probabilidad de ocurrencia y/o la gravedad del accidente, y su “apilamiento en


profundidad” permite alcanzar un nivel de riesgo suficientemente bajo para ser considerado
aceptable. Se construye la seguridad nuclear sobre este concepto de “defensa en
profundidad”, donde la central está protegida por líneas de defensa sucesivas.
Este enfoque no es específico de las centrales nucleares, incluso si se ha sistematizado y
profundizado en él para este caso. Un ingeniero que dibuja un puente utiliza márgenes de
seguridad para calcular la resistencia a la carga que tendrá que soportar: instala de esta forma
una “línea de defensa” para hacer frente a posibles sobrecargas o a errores sobre la resistencia
de los materiales. Un explotador de recipientes a presión instalará válvulas que limitarán los
aumentos accidentales de presión por encima del valor especificado: estas válvulas
constituyen igualmente una “línea de defensa”. En todos los casos, esencialmente durante la
fase de proyecto, cuando se definen las características de la máquina, es cuando hay que
instalar estas defensas. La fase de diseño es entonces esencial en materia de seguridad.
Durante la construcción y después la explotación, hace falta primero asegurarse de que se han
respetado los propósitos de los proyectistas en materia de seguridad. Después hace falta,
teniendo como base los controles y la experiencia, corregir si es necesario el diseño utilizando
“líneas de defensa” adicionales, que pueden ser procedimientos o equipos destinados a hacer
frente a situaciones que no se han tenido completamente en cuenta durante el proyecto.
Vamos ahora a examinar más en detalle las tres condiciones que hay que respetar para
conseguir una central segura:
• Un diseño que garantice tanto la prevención de los accidentes como las “defensas”
contra sus posibles consecuencias.

• Una realización exenta de defectos importantes e imperfecciones que no hayan sido


identificadas, y si es necesario reparadas.

• Una explotación rigurosamente organizada y confiada a personal formado y


entrenado.

15.3 La seguridad en el diseño.

15.3.1 Las tres barreras.


Hemos mencionado ya cual debía ser el objetivo principal de la seguridad en una central
nuclear: mantener “confinados” los productos radiactivos peligrosos producidos por la fisión
nuclear. La defensa contra la diseminación de la radiactividad tiene un fundamento muy
sencillo: se interponen una serie de barreras herméticas y resistentes entre los productos
radiactivos y el medio ambiente para formar una pantalla contra las radiaciones y contener la
radiactividad. El combustible propiamente dicho, sin ir más lejos, bajo forma de una masa
cerámica, tiene la propiedad intrínseca de retener la mayor parte de los productos de fisión.
Después viene la vaina, en general metálica, siempre hermética y resistente a la corrosión.
Ésta es la que hemos llamado ya la “primera barrera”. La segunda barrera está constituida por
el circuito de refrigeración primario que, aparte de las tuberías por donde circula el
refrigerante, puede incluir una vasija de acero u hormigón o tubos resistentes a la presión. Por
último, la mayor parte de los reactores además están rodeados por un edificio de paredes

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

anchas de hormigón o acero resistente a la presión, que constituye la tercera barrera de


confinamiento.
Hay pues varios obstáculos y restricciones entre los productos radiactivos y el exterior. La
presencia de estas barreras múltiples hace que las descargas radiactivas al exterior sean muy
bajas en condiciones normales de operación y limitadas en caso de accidente. Únicamente si
varias barreras perdieran simultáneamente su eficacia podrían producirse descargas
significativas.
La integridad de las barreras puede verse amenazada de diferentes maneras, por ejemplo, a
causa de tensiones mecánicas debidas a sobrepresión, impactos o vibraciones, temperaturas
excesivas, fragilización debida a las radiaciones y corrosión. El diseño debe tener en cuenta
estos fenómenos y la eventualidad de la pérdida de las barreras. Las centrales deben estar
también muy protegidas contra las agresiones externas como inundaciones y seismos. El
objetivo básico consiste en mantener la integridad de las barreras en todas las circunstancias.
El diseño en materia de seguridad consistirá en organizar el conjunto de estas barreras y de
los diferentes sistemas y circuitos asociados, dentro de una estructura de “defensa en
profundidad” caracterizada por líneas de defensa sucesivas y tan independientes como sea
posible.

15.3.2 Los 3 niveles de "defensa en profundidad".


En una central nuclear, se distinguen tres “niveles” de defensa en profundidad, cada uno de
ellos constituye el equivalente a una línea de defensa.

Primer nivel: la prevención de incidentes.


Las primeras medidas de prevención están destinadas a mantener el reactor y el conjunto de
la instalación en condiciones de funcionamiento “normal”. Se trata primero de evitar los
sucesos, de origen tanto interno como externo, que podrían perturbar este funcionamiento:
• Prever por ejemplo las averías de los componentes, lo que exige la elección de
equipos de probada fiabilidad

• Facilitar igualmente el trabajo de los operadores de la instalación evitando de esta


manera que cometan errores

• Frente a “agresiones” que provienen del entorno, escoger emplazamientos no


sísmicos y en general protegidos de otros fenómenos naturales extremos,
inundaciones o tornados.

Pero en este nivel de defensa en profundidad también hay que preocuparse por los defectos
menores que aparecerán inevitablemente a lo largo de la vida de la central (la perfección está
fuera del alcance del hombre y la naturaleza tiene siempre una cierta “inconstancia”). La
central debe estar diseñada de manera que pueda absorber estas perturbaciones sin salirse
de su ámbito de funcionamiento: es la función de los márgenes de seguridad. Una central bien
concebida debe incorporar márgenes que permitan a sus componentes funcionar en
condiciones más severas de lo previsto.
Es fundamental dotar a la central de características de seguridad que intervengan por sí solas,
sin la intervención del hombre, cuando se producen sucesos perturbadores, para limitar sus

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

efectos y mantener la instalación en su estado normal de funcionamiento. Pueden ser las


válvulas de seguridad mencionadas más arriba o mecanismos automáticos de regulación
como hay en todas las instalaciones industriales. Pueden ser también propiedades intrínsecas
de los “procedimientos”: en el caso de los reactores nucleares, la fisión posee características
propias que si se tienen bien en cuenta, son capaces de estabilizar la reacción en cadena cerca
del nivel de equilibrio. Hablaremos de esto en detalle más adelante, puesto que un error de
diseño, como fue el caso de Chernobil, puede tener consecuencias dramáticas.
Para terminar esta rápida revisión de las medidas de seguridad que constituyen la primera
línea de defensa, mencionemos que puede incluir también medidas administrativas o
institucionales: así se exige un estudio previo en profundidad de la seguridad de la central.

Figura 15.1 El concepto de defensa en profundidad. Para garantizar la seguridad de una central nuclear se
instalan líneas de defensa que en caso de avería o fallo humano impedirán el accidente. La defensa en
profundidad consiste en prever que cada línea de defensa puede tener sus puntos débiles y “apilar” varias líneas
independientes. Las líneas de defensa incorporan sistemas de seguridad automáticos que intervendrán en caso
de accidente, y los procedimientos últimos que limitarán las consecuencias (cortesía del CSN)

Segundo nivel: la vigilancia y los medios para actuar.


A pesar del cuidado que se ha tenido con el primer nivel para evitar o controlar los sucesos,
fallos u otros, que podrían comprometer la seguridad, el principio de la “defensa en
profundidad” exige que se prevea que, a pesar de todo, se puedan producir fallos que lleven
a la central fuera de su nivel de funcionamiento previsto. La experiencia enseña además que
siempre es así, en todas las instalaciones industriales, con mayor o menor frecuencia. Para
una instalación que dispone de una primera línea de defensa “fuerte”, estos serán casos raros,
pero cualquier desviación del nivel de funcionamiento previsto puede conducir a un accidente,
si no se tiene algo previsto para hacerle frente. Por tanto, en las centrales nucleares se instala
sistemáticamente una segunda línea de defensa.
Esta segunda línea de defensa comporta dos elementos esenciales:

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

• Un dispositivo permanente de vigilancia de la instalación y de los parámetros que


permiten garantizar que ésta se mantenga dentro de los márgenes previstos, es decir
dentro de la primera línea de defensa. Este sistema puede ser continuo, con
captadores y tratamiento de la señal, o discontinuo, con controles periódicos.

• Sistemas de seguridad que intervendrán en principio automáticamente cuando se


detecten desviaciones. Actuarán para evitar que el incidente degenere dado lugar a
un accidente que conduciría al deterioro de las barreras, y llevarán la instalación a un
estado seguro.

Esta segunda línea de defensa estará más particularmente ligada a la vigilancia de las barreras.
En función de los incidentes previsibles, teniendo en cuenta los resultados de un análisis
técnico de seguridad, se instalan unos sistemas de seguridad para garantizar el
funcionamiento seguro de las funciones vitales: control de la reacción en cadena y
refrigeración permanente (hablaremos de esto después). Igualmente se concede en este nivel
una gran importancia a la integridad de la última barrera, el recinto de contención.

Tercer nivel. La reducción de las consecuencias (mitigación)1.


Los dos primeros niveles resumidos más arriba son “clásicos” en materia de seguridad
industrial. Se han conocido en el pasado instalaciones consideradas seguras protegidas por
una única primera línea de defensa, sin embargo los accidentes ocurridos han demostrado la
insuficiencia de este enfoque, y hoy en día la mayoría de las instalaciones potencialmente
peligrosas, tales como aquellas sometidas a la “directiva SEVESO”, han instalado una segunda
línea, como consecuencia de los resultados de los “estudios de riesgo” que constituyen el
análisis de seguridad del que hemos hablado.
Las medidas de mitigación van más allá, y ciertamente en las centrales nucleares es en donde
han sido por primera vez sistemáticamente incorporadas en el diseño. Tienen como objetivo
limitar las consecuencias de los accidentes, si aun así tuvieran que producirse, a pesar de las
dos líneas de defensa precedentes. La parte esencial de esta línea de defensa atañe a la
integridad de la última barrera de confinamiento en condiciones extremas. En la fase de
diseño se dimensiona2 el recinto de contención para que pueda seguir desempeñando su
función cuando las otras barreras ya no la pueden desempeñar: cuando se ha dañado
gravemente el combustible y cuando se ha producido una rotura en las tuberías por donde
circula el refrigerante del circuito primario. Se introducen sistemas de seguridad que permitan
mantener esta integridad durante un largo periodo de tiempo, permitiendo principalmente la
refrigeración del recinto en relación al calor desprendido por los productos de fisión.
Esta línea de defensa incluye además “aguas arriba” la gestión de la situación accidental,
mediante la actuación de funciones normales y sistemas de seguridad, gracias a disposiciones
particulares que garanticen el suministro de energía eléctrica. El objetivo es hacer más lenta
la evolución del accidente, y si es posible, bloquear los productos peligrosos dentro de la
instalación. Por último “aguas abajo” incluye las medidas a tomar para proteger a las personas

1
En el sentido original de suavizar
2
El término dimensionar en ingeniería engloba el conjunto de las características, incluidas las especificaciones
para la realización

- 292 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

y el medio ambiente de los efectos de las posibles descargas radiactivas: son los planes de
emergencia en caso de accidente.

15.3.3 Las funciones vitales para la seguridad y su protección.


La prevención comienza por el confinamiento de la radiactividad en el interior de la primera
barrera, la vaina. Esta no se verá seriamente dañada a menos que se produzca un desequilibrio
significativo entre el desprendimiento de energía en el combustible y la extracción de la
misma, que se manifiesta en forma de calor, a través del sistema de refrigeración. Esto
demuestra la importancia de las dos funciones vitales de seguridad: el control de la potencia,
es decir, de la reacción de neutrones en cadena, y la permanencia de la refrigeración del
combustible nuclear. La importancia de este confinamiento de la radiactividad en esta primera
barrera que es la vaina es vital, ya que puede tener repercusiones sobre las otras dos barreras,
en primer lugar el circuito de refrigeración, pero también de forma menos directa, la última
barrera, el recinto de contención.

El control de la potencia del reactor.


Al contrario de lo que ocurre en una caldera de carbón, no es necesario poner más
combustible en un reactor para aumentar su potencia, es decir el desprendimiento de energía.
Cuando se ha iniciado el proceso de reacción en cadena, en cada fisión que produzca
suficientes neutrones para que estos a su vez puedan provocar al menos una nueva fisión, la
población de neutrones es la que regirá el nivel de desprendimiento de energía. Si la reacción
en cadena es “divergente”, el número de neutrones aumentará con el tiempo; si es
“convergente”, disminuirá. La potencia, energía producida por unidad de tiempo, variará
proporcionalmente al número de neutrones. Se comprende por tanto claramente que
actuando sobre los neutrones, absorbiéndolos más o menos mediante las “barras de control”
insertas entre los elementos combustibles, es como se controlará el nivel de potencia de la
instalación.
Si la población de neutrones no se regula correctamente, la potencia variará. Si ésta aumenta
lo hace con una dinámica particularmente rápida, puesto que debido a la propiedad de la
reacción en cadena, el crecimiento es de razón “geométrica” y no aritmética (crecimiento
exponencial). Si no se toma ninguna medida, y si coexisten otras características desfavorables
de diseño, se puede llegar a destruir el reactor como ocurrió en Chernobil. En consecuencia,
es vital que el diseño de un reactor nuclear garantice que todo aumento de la población de
neutrones sea automáticamente contrarrestado mediante una acción en sentido contrario.
Esto se ha explicado más axhaustivamente en el Bloque 2.

Capacidad de refrigeración.
El calor normalmente se evacua y transfiere a los generadores de vapor (en el caso de un PWR,
y a la turbina de alta presión en el caso de un BWR) mediante el fluido refrigerante primario,
que fluye a lo largo de las paredes exterioress de las vainas del combustible. La pérdida de
refrigeración causada por ejemplo por una fuga o una ruptura de tubería, por un fallo de la
circulación del refrigerante o a la ausencia de evacuación del calor del lado del circuito
secundario de refrigeración, podría provocar una elevación de la temperatura del
combustible, después la ruptura de las vainas y la fuga de materiales radiactivos hacia la vasija
o el circuito primario del reactor. Por tanto, hace falta garantizar permanentemente, en toda
circunstancia, la extracción del calor producido en el combustible.

- 293 -
Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

Esta regla es válida también cuando el reactor está parado. En Three Mile Island (TMI), cuando
se produjeron los fallos que originaron el accidente, los sistemas de seguridad de la central
funcionaron y pararon la instalación. Concretamente esto significa que un sistema automático
ha introducido en el núcleo las barras de control que han absorbido los neutrones; de esta
manera se ha detenido la reacción de neutrones en cadena que mantienen la fisión del uranio
y por consiguiente el desprendimiento de esta energía. Casi instantáneamente, la central no
suministra más electricidad a la red. Pero esto no ha eliminado la necesidad de seguir
refrigerando el núcleo. Las radiaciones emitidas debido a las desintegraciones
fundamentalmente de los productos de fisión, pero también de los productos de activación,
desprenden calor. Hace falta extraerlo, y esto durante varias horas, varios días, e incluso varios
meses después de la parada del reactor. Para tener una idea, después de 1 segundo de la
parada de un reactor estas desintegraciones generan en torno a un 7% de la potencia nominal.
Ya que la radiactividad es un fenómeno que decrece con el tiempo, el calor que hay que
extraer decrecerá igualmente, bastante rápidamente por cierto. Pero si la refrigeración no es
proporcional a la potencia “residual”, el combustible se calentará y tarde o temprano la vaina
que confina los productos peligrosos perderá su integridad. Es lo que sucedió en TMI cuando
por error pararon la refrigeración de emergencia.

Los sistemas de seguridad.


Tanto para controlar la potencia, como para mantener la refrigeración y para limitar las
consecuencias de un eventual accidente, se pueden utilizar tres tipos de sistemas de seguridad
siguiendo diversas combinaciones para proteger un reactor: los primeros recurren a
características llamadas “intrínsecas”, los otros dos se llaman respectivamente sistemas
“pasivos” y sistemas “activos”.
La seguridad intrínseca se basa en las leyes físicas de la naturaleza. No es necesaria ninguna
intervención exterior para mantener el reactor en condición segura o para restablecerla en
caso de incidente. Por ejemplo, la mayoría de los reactores tienen un coeficiente de
reactividad negativo. En otras palabras, todo aumento de la temperatura provocado por un
exceso de potencia conducirá a una reducción de ésta al menos en las mismas proporciones.
Esta contra-reacción natural limita por consiguiente automáticamente los aumentos rápidos
de potencia y puede incluso parar completamente el reactor. La falta de tal estabilidad
intrínseca a baja potencia, unida a un sistema de parada demasiado lento, fue una de las
principales causas del accidente de Chernobil. En el Bloque 2 se habla con más detalle de los
coeficientes de reactividad.
La caída de las barras de control sólo por gravedad y la utilización de la energía almacenada
en los dispositivos de inyección de emergencia (acumuladores) constituyen ejemplos de
sistemas de seguridad pasivos. La mayoría de las barreras instaladas para confinar los
productos radiactivos constituyen también sistemas de seguridad pasivos.
Se da uno perfecta cuenta del interés de los tipos de sistemas que se acaban de presentar: se
puede contar con su actuación sin intervención ni del hombre, ni de un mecanismo. Sin
embargo, ningún reactor en servicio se basa sólo en estos dos tipos (intrínsecos y pasivos)
para controlar todas las situaciones potencialmente peligrosas. Todos recurren a sistemas
activos que funcionan a partir de señales de activación emitidas por captadores y con fuentes
de energía eléctrica o neumática. En general estos sistemas no necesitan la intervención del
hombre; intervienen automáticamente. La seguridad queda por consiguiente asegurada hoy
en día mediante una buena combinación de los tres sistemas.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Además, para que un sistema de seguridad esté a punto para cumplir su función con un buen
margen de confianza, se establecen los principios siguientes:
• Redundancia. Los componentes o subsistemas de un sistema de seguridad son más
numerosos de lo que se requeriría para desempeñar la función, de tal manera que la
seguridad jamás se basa en el funcionamiento de una única unidad.

• Diversidad. Dos sistemas o más, basados en principios de diseño o de funcionamiento


diferentes, están dispuestos para asegurar cada función particular de seguridad -es la
estrategia del “cinturón más los tirantes”- de manera que el conjunto de los sistemas
no pueda estar averiado por la misma causa (prevención de las averías llamadas
“modo de fallo por causa común” ).

• Separación física. Los componentes o sistemas destinados a una función de seguridad


están separados, para estar protegidos contra una pérdida simultánea debida por
ejemplo al fuego o a una inundación, otro tipo de modo de fallo por causa común: la
separación queda asegurada preferentemente por la distancia, y en su defecto por
una barrera física.

• Puesta en “avería segura”. Los componentes o sistemas están concebidos para que
se pongan automáticamente en posición segura en caso de fallo o de pérdida de
alimentación.

Chernobil: una dramática falta de defensa en profundidad.


Hemos indicado ya que el reactor del tipo RBMK (Siglas en ruso para el reactor grafito-agua
en ebullición), desarrollado en la URSS, que equipaba la central de Chernobil pecaba en lo que
se refiere al primer nivel de defensa: no disponía de contra-reacción intrínseca estabilizante;
al contrario, en la situación en la que le habían puesto sus explotadores, las contra-reacciones
eran desestabilizantes: todo aumento de la temperatura provocaba una aceleración de la
reacción en cadena, es decir un aumento rápido de la potencia (coeficiente de reactividad
positivo).
Pero los otros niveles de defensa eran igualmente muy defectuosos. El sistema de parada de
la reacción en cadena estaba mal diseñado: no solamente era demasiado “lento” y no permitía
controlar adecuadamente un transitorio rápido, sino que además era “vicioso”, ya que su
primer efecto inmediato se oponía a lo que el operador estaba en su derecho de esperar de
él; durante los primeros segundos, en vez de reducir la población de neutrones la aumentaba.
Se podría pensar hoy que la intervención manual del operador sobre un sistema, con la que
pensaba que iba a parar la instalación, fue la que finalmente provocó la escalada de potencia
del reactor.
Por último la central de Chernobil estaba totalmente desprovista de un recinto de contención
envolviendo el reactor, que hubiera sido capaz de contener, al menos en cierta medida, los
productos de fisión (y demás productos radiactivos) liberados por el rápido aumento de la
potencia.

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

15.4 La calidad de la construcción.


Es fundamental para la seguridad, que se construya una central nuclear en estricta
conformidad con las especificaciones fijadas en el momento de su diseño. En efecto, el
comportamiento de las instalaciones y sobre todo sus reacciones ante las averías, pueden ser
imprevisibles si la construcción no ha respetado las intenciones de los proyectistas. Claro es
que esta conformidad se verifica a lo largo de las pruebas que preceden a la puesta en servicio
de la central, y entonces se detectan y corrigen posibles desviaciones entre las
especificaciones y lo que se ha hecho sobre el terreno, pero dentro de la preocupación por la
defensa en profundidad, hace falta esforzarse para prever estas desviaciones aguas arriba:
este es el objeto de las disposiciones llamadas de “garantía de calidad” que se establecen
durante toda la duración del diseño y construcción de la central.
El suministro de un material fabricado y construido de manera satisfactoria, no sólo conforme
a las “reglas del bien hacer”, sino también a las especificaciones particulares de la central, es
una responsabilidad que cae directamente sobre el constructor de la misma. Su éxito, con
relación a esto depende de la eficacia de sus prácticas y de la manera en que se ajuste a ellas.
Debe establecer procedimientos para identificar los materiales, controlar los procedimientos,
inspeccionar y probar los componentes, y documentar todo ello para que un organismo de
vigilancia independiente pueda asegurar que todo se ha hecho correctamente.
En cuanto al explotador, y en perfecto acuerdo con lo que hemos subrayado más arriba
relativo a su propia responsabilidad, debe comprobar el trabajo de los fabricantes y
constructores para estar en condiciones de “hacer suya” la calidad de conjunto de sus
instalaciones. Incluso si las autoridades reglamentadoras nacionales, de las que hablaremos
más adelante, examinan también las disposiciones tomadas, ante todo es el explotador quien
tendrá que hacer frente a los posibles defectos que hayan pasado desapercibidos. Es él quien
seguirá a lo largo de la explotación la evolución de las características de los equipos y su
posible envejecimiento.
Los procedimientos de garantía de calidad se han desarrollado progresivamente y se han
puesto a punto desde el comienzo de los programas nucleares para la producción de energía
eléctrica. En el pasado se han detectado defectos de calidad y han conducido siempre, si no a
incidentes importantes para la seguridad, puesto que se han corregido a tiempo, al menos a
retrasos y costes adicionales significativos en la producción de electricidad. Hoy en día, la
industria nuclear ha establecido normas y códigos de buen uso aplicados a nivel internacional.
La industria nuclear debe seguir siendo ejemplar.

15.5 La explotación segura.


El punto crucial de la seguridad operacional es conseguir que los hombres y las máquinas
trabajen juntos de manera segura. Una de las causas principales de los accidentes de Chernobil
y Three Mile Island (TMI) ha sido la conjunción de malos procedimientos operacionales y de
un desconocimiento de los fenómenos físicos que rigen el funcionamiento de la central. En los
dos casos, los operadores no han entendido lo que pasaba en el reactor a partir de las
informaciones que se les proporcionaba en la sala de control. En TMI, algunas de esas
informaciones se prestaban a confusión, en Chernobil, la atención y el control se centraron
únicamente en los sistemas de producción de energía. Len los dos casos los operadores no
pudieron por tanto tomar medidas correctoras adecuadas. De hecho algunas de sus acciones
contribuyeron incluso a agravar la gravedad de los accidentes.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

15.5.1 El factor humano.


Hoy en día se reconoce que el hombre juega un papel determinante en la seguridad de las
centrales nucleares, y que hace falta tener en cuenta tanto sus capacidades como sus
limitaciones en cuanto a sus interacciones con los sistemas técnicos que utiliza. El hombre no
es asimilable a un “componente” como cualquier otro. Mal integrado en la cadena de
protección, puede ser la parte débil, cuando su capacidad de reflexión y de decisión deberían
ser un aporte positivo para la seguridad. Se enumerarán a continuación los principios cuya
importancia sabemos por experiencia.

Una clara definición de las responsabilidades.


Un explotador de instalaciones nucleares es responsable en el más amplio sentido de la
palabra (operacional, legal, jurídico) de la seguridad de sus instalaciones. La gestión de la
seguridad en el seno de la empresa requiere que el equipo de dirección defina, establezca y
controle una política de la que se derivarán prácticas y procedimientos garantizando la mayor
seguridad. La organización que explote la instalación es la que tiene la responsabilidad de
aplicar una gestión eficaz que haga que la búsqueda de una seguridad y calidad óptimas sean
la primera de sus preocupaciones. Esto exige que cada uno en su campo, cualquiera que sea
su nivel en el organigrama de la organización, conozca perfectamente hasta dónde llegan sus
obligaciones y sus responsabilidades.

La función del operador.


El operador es el responsable de la explotación de la instalación; recoge la información, la
analiza y decide las acciones a tomar en función de las instrucciones escritas: los
procedimientos de operación. Es un trabajo de gestión técnica, que puede ser muy activo
cuando se perturba el funcionamiento normal. Pero en este caso, sistemas automáticos de
seguridad protegen la instalación; se han diseñado para que sean “instrínsecamente seguros”
en caso de pérdida de alimentación eléctrica. El operador no es y no debe de ser el elemento
principal sobre el que se basa la seguridad de la instalación.
El operador por tanto no reemplaza en circunstancias normales a los sistemas automáticos.
De hecho, la mejor manera de garantizar la función de un sistema que controla varias variables
que tienen interacción entre ellas, es utilizar un ordenador dedicado sólo a esa función. Sin
embargo, el operador debe continuar siendo capaz de parar rápidamente el reactor si es
necesario; debe ser capaz de reconocer cualquier condición anormal de explotación y de
reaccionar eficazmente, añadiendo de esta forma una redundancia adicional a la protección,
dando preferencia a la seguridad frente a la producción, si fuera necesario.
El operador tiene por último cuatro funciones esenciales:
• Conocer las condiciones que deben cumplir en operación normal todos los sistemas
importantes para la seguridad.

• Reconocer, con la ayuda de los medios de control puestos a su disposición, las


situaciones anormales que puedan ocurrir de improviso, e identificar su importancia
para la seguridad.

• Saber cómo puede restablecer las condiciones seguras de explotación en situación


anormal.

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

• Pedir rápidamente ayuda si él no puede restablecer la situación.

Sus resultados serán función tanto de las disposiciones tomadas durante el diseño, para
transmitirle la información que necesita procedente de la instalación (interfase hombre-
máquina), como de su propia capacidad de reflexión y actuación, tal y como las habrá
desarrollado a lo largo de su formación.

Selección, formación y entrenamiento de los operadores.


Una central nuclear debe disponer permanentemente de operadores competentes, estables
y bien formados para desempeñar sus funciones y responsabilidades. Dado que desempeñan
una función clave en el necesario mantenimiento de un alto nivel de atención a la seguridad,
su selección necesita una particular atención. Debe basarse en las especificaciones precisas
de las tareas, en el profesionalismo y la experiencia, y en factores personales tales como la
salud, habilidad, perfil físico, mental e intelectual.
Los futuros operadores siguen un programa específico de formación. La utilización de
simuladores es particularmente productiva y eficaz en este proceso. Una de las cualidades
más importantes que necesitan los operadores de las centrales nucleares es la aptitud para
comprender, diagnosticar y anticipar el desarrollo de una situación global a partir de una gran
cantidad de parámetros e información adicional. Esto exige un profundo conocimiento de los
sistemas y procedimientos, y también la capacidad de relacionar los principios fundamentales
con situaciones reales, que pueden en muchas ocasiones diferir de las que ha estudiado y
analizado en los documentos.

Interfase hombre-máquina.
De qué manera los operadores y la máquina (tal y como se presenta ante los operadores a
través de la instrumentación) pueden trabajar juntos mejor y de forma más segura en la sala
de control, es un aspecto que ha ido cobrando una importancia creciente. Los esfuerzos para
mejorar esta interacción son constantes. La forma y el tamaño de los paneles de control, así
como la instalación de dispositivos (indicadores, mandos, botones) se diseñan para que las
indicaciones se puedan ver y comprender y se acceda a los mandos fácilmente. Los paneles
sirven para que el operador comprenda los diferentes sistemas y proporcionan
reagrupamientos claros y coherentes de los controles e indicadores por función y sistema.
El desarrollo de la informática permite hoy en día en las salas de control de las centrales
modernas disponer, a partir de ordenadores, de sistemas de presentación de información
interactiva y en color. Esto permite a los operadores solicitar inmediatamente, a través de las
pantallas, la información que necesitan; también pueden aparecer mensajes importantes que
no hayan pedido. Este desarrollo es extremadamente valioso para la eficacia del trabajo
hombre-máquina, puesto que permite un acceso fácil, y en el momento justo, a información
que, aunque muy pocas veces es necesaria, puede ser vital en condiciones accidentales.
Se han hecho esfuerzos para que el operador esté en condiciones de reaccionar, diagnosticar
y responder ante sucesos anormales. Se dispone además de una cierta redundancia humana
en las centrales nucleares. Por ejemplo, en las centrales francesas hay un especialista en
seguridad, experimentado y entrenado, el Ingeniero de Seguridad, que no actúa en
circunstancias normales de explotación, pero a quien se acude si se produce cualquier suceso
fuera de lo habitual.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Los procedimientos de explotación.


El equipo de dirección de una central se constituye cuando la central está todavía en
construcción, para generar el punto de vista del futuro explotador, con el equipo que llevará
a cabo las pruebas y con el equipo que explotará después la central. Este grupo prepara un
conjunto coherente de procedimientos de explotación antes del arranque y la autorización de
puesta en servicio. El equipo de explotación debe operar la central en estricta conformidad
con los procedimientos aprobados y las autorizaciones concedidas. El equipo de explotación
ha de trabajar siempre según las especificaciones de diseño, gestionando un programa
coherente y exhaustivo de pruebas y vigilancia de los sistemas de seguridad y de las barreras,
y manteniendo la capacidad para hacer frente a toda eventualidad o accidente.
En toda circunstancia en la que los operadores sean susceptibles de intervenir, como
respuesta a una alteración del estado de la central, se prevén sistemáticamente
procedimientos escritos para guiarles y garantizar que disponen de la información detallada
que necesitan para controlar la situación.
En las centrales se realiza el mantenimiento y las pruebas a intervalos planificados para
garantizar que siguen siendo fiables. Los sistemas de seguridad necesitan un enfoque
específico porque deben intervenir en caso de fallo de los sistemas normales de
funcionamiento. Para ello se dispone de unos programas de pruebas más amplios que
supervisan estos sistemas y sus componentes, y sus resultados se utilizan para garantizar su
disponibilidad. Si se detecta un defecto en un sistema de seguridad se corrige inmediatamente
o, en su defecto, se para el reactor. Se utilizan los periodos de parada de la central para realizar
programas intensivos de pruebas y mantenimiento.

15.5.2 El valor de la experiencia adquirida.


Sólo se puede tener plena confianza en la eficacia, para la seguridad, de las disposiciones que
se acaban de resumir, si se contrastan permanentemente los resultados de la experiencia de
explotación con los objetivos que se habían fijado. Dentro de esta experiencia es natural
conceder una especial importancia a todas las situaciones anormales que se hayan
encontrado. Por esta razón se ha establecido, en todas las centrales nucleares, un sistema de
recogida y análisis de sucesos de explotación. Identificar todo defecto de material, todo mal
funcionamiento de los equipos, y de forma más general todo lo que puede ser un signo de
deterioro de las condiciones de explotación es una de las responsabilidades importantes de
los explotadores. Una vez realizada esta identificación, es necesario analizar los datos
recogidos en función de su importancia para la seguridad, extraer las lecciones aprendidas,
que pueden afectar tanto a las disposiciones para el diseño como a los procedimientos de
explotación, y por último, y de especial relevancia, difundir los resultados de estas
investigaciones a todos los interesados, es decir, a todos aquellos que puedan utilizar esta
información en beneficio de la seguridad y en sus propias actividades.
Los sistemas de informes sobre incidentes, que los organismos internacionales emplean en el
mundo, son complementarios a los sistemas nacionales, y garantizan el reparto de la
información a todos los países miembros. La Asociación Mundial de Explotadores Nucleares
(WANO en inglés – World Association of Nuclear Operators) desarrolla estos intercambios en
el ámbido de los explotadores.

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

Three Mile Island: una toma de conciencia.


Sin duda el accidente de TMI no se hubiera producido, o no habría sido tan grave, si la
retroalimentación de la experiencia hubiera funcionado bien en los EE.UU., puesto que el
conocimiento de un incidente anterior habría debido alertar a los operadores y orientarles en
la conducta a seguir. Pero no es la única lección importante que hay que aprender. De la
misma manera que el análisis de Chernobil demuestra a dónde pueden conducir las
defeiciencias de seguridad en el diseño, el de TMI ilustra lo que puede ocurrir cuando no se
atiende suficientemente a la seguridad de explotación: la falta de formación de los operadores
para hacer frente a las situaciones accidentales, información dada a los explotadores
susceptible de inducirles al error, la cultura de la organización, incapaz de imaginar que se
pudiera producir un accidente de imprevisto.
Hasta TMI, se suponía que a partir del momento en que se había diseñado una instalación,
nada grave podía pasarle. Se pedía simplemente a los explotadores que siguieran al pie de la
letra las especificaciones de los constructores, que no cubrían más que ciertas situaciones. En
TMI, en abril de 1979, cuando una maniobra incorrecta en el circuito auxiliar provocó
automáticamente la parada de la central, todas las disposiciones tomadas en el momento del
diseño funcionaron como estaba previsto. Lo que no estaba previsto, era que el operador no
dispondría de la información que le permitiera comprender lo que pasaba, y que se vería
obligado, a poner en marcha acciones aprendidas para situaciones diferentes, cuyo efecto fue
poner fuera de servicio los sistemas de seguridad instalados por los diseñadores. Se produce
por tanto la parada manual de los sistemas de emergencia, que habían arrancado
automáticamente y que enviaban el agua a la vasija. Ésta se vació progresivamente y el
combustible se fundió debido a la potencia residual. El recinto de contención
afortunadamente desempeñó su papel y no hubo consecuencias para la salud de las personas,
ni para el medio ambiente. El explotador necesitó varias horas para evaluar correctamente la
situación.
A partir de 1979, los explotadores nucleares occidentales tomaron conciencia de sus
responsabilidades en materia de seguridad operativa. Sin embargo hasta el accidente de
Chernobil, la mayoría de los explotadores de los países bajo el control de la URSS no eran
conscientes de ello. Hoy en día todos los explotadores nucleares saben que la seguridad de las
centrales depende de forma crucial de la calidad de su trabajo.

15.6 La seguridad de las otras instalaciones nucleares.


Los riesgos potenciales más importantes de la utilización pacífica de la energía nuclear están
vinculados a la producción de energía, y por tanto a las centrales. Hay dos razones para elllo:
primero, los reactores son la sede de las reacciones de fisión, y la densidad de radiactividad
en su interior es muy elevada; y en segundo lugar la producción de vapor a altas presiones y
temperaturas, necesarias para accionar eficazmente la turbina, implica fenómenos
termohidráulicos “violentos”, que pueden accidentalmente crear mecanismos de
diseminación de la radiactividad. Estos dos aspectos no se encuentran en otras instalaciones
nucleares asociadas a la explotación de las centrales nucleares:
• Hacia arriba, la extracción del mineral, el aislamiento del uranio, su enriquecimiento
y la fabricación de los elementos combustibles.

- 300 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

• Hacia abajo, la descarga del combustible gastado y en el caso de algunos países su


posible reelaboración, después de ser transportado a las fábricas correspondientes, y
posteriormente la utilización de nuevo de los materiales fisionables recuperados.

• Al final del ciclo, el almacenamiento de los residuos no reciclables, incluido el


combustible gastado si no hay reelaboración.

El conjunto de estas operaciones constituye el ciclo del combustible nuclear, tal y como se ha
explicado en el bloque 2. Cada una de ellas se efectúa en plantas especializadas que presentan
riesgos potenciales específicos. Las instalaciones “hacia arriba” no manipulan más que
productos radiactivos naturales, el uranio y sus descendientes: los riesgos son tanto químicos
como radiactivos, y está claro que su control no exige una tecnología nuclear muy avanzada.
Sin embargo el rigor no deja de ser sea necesario, en particular en las minas de uranio, tanto
para la protección de los trabajadores como para el confinamiento de los residuos para la
protección del medio ambiente. El uranio enriquecido presenta un riesgo propiamente
nuclear: hay que evitar que pueda producirse una reacción en cadena accidental; este
fenómeno queda prácticamente excluido con el uranio natural, pero no a partir de un cierro
nivel de enriquecimiento, del orden del que se alcanza para los combustibles de las centrales.
Este riesgo específico es bastante más importante en las plantas de reelaboración, y sobre
esto hablaremos más adelante.

Figura 15.2 Ejemplo de diagrama del ciclo del combustible nuclear en el caso de reelaboración del combustible
gastado. Para su funcionamiento, las centrales nucleares necesitan instalaciones, aguas arriba, que elaboren el
combustible nuevo partiendo del mineral de uranio. Después de haber proporcionado la energía, el combustible
descargado de la central debe pasar por un cierto número de instalaciones aguas abajo, tanto para reciclar los
materiales energéticos que contiene, uranio y plutonio en el caso de los países que realizan la reelaboración del
combustible, como para acondicionar los residuos que se almacenan con toda seguridad. El conjunto constituye
las instalaciones del ciclo del combustible nuclear (cortesía del CSN)

- 301 -
Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

Las instalaciones “hacia abajo” en cambio, manipulan los combustibles después de que hayan
pasado por las centrales: se les llama “gastados” o “irradiados”; contienen productos
resultantes de la fisión nuclear, los productos de fisión propiamente dichos y productos
creados por la absorción de neutrones, o productos de activación, como el plutonio. Todos
estos productos son muy radiactivos y algunos tienen periodos de semidesintegración muy
largos. Los combustibles irradiados no salen de la central hasta pasado un cierto tiempo
llamado de “enfriamiento”, que permite la eliminación de los productos cuyo período de
semidesintegración es corto, lo que reduce en gran medida el calor residual del combustible,
de ahí el término enfriamiento.
Aquí sólo mencionaremos los problemas de seguridad en las plantas de reelaboración y de
almacenamiento de residuos. A priori estos problemas son más complejos que los de otras
instalaciones, incluidos los del transporte de materiales nucleares. Como se comentará en el
tema sobre Gestión de Residuos Radiactivos, hoy en día se tratan estos últimos en el marco
de convenciones internacionales, que obligan a los transportistas a garantizar la seguridad
gracias a la resistencia del embalaje contra todas las agresiones posibles. Este enfoque ha
demostrado hasta ahora su eficacia y no se ha observado ningún accidente nuclear durante
los transportes.
Existen otras instalaciones nucleares que no hemos mencionado aquí, sobre todo los
reactores de investigación. Su seguridad queda garantizada por métodos muy próximos a los
que hemos presentado.

15.6.1 Las plantas de reelaboración.


Son esencialmente plantas químicas cuyo objetivo es separar del combustible irradiado las
materias fisionables recuperables, es decir reciclables en las centrales, el uranio y el plutonio
-que representan el 97 % de la masa del combustible irradiado- y los productos de fisión
actualmente no reciclables. Recordar que la reelaboración sólo tiene lugar en algunos países
en las que ésta está permitida y disponen de las plantas de reelaboración correspondientes.
Por ejemplo España no reelabora su combustible, con la excepción del combustible gastado
proveniente de la central de Vandellós I. Durante el transcurso de las operaciones es necesario
manipular las materias peligrosas que se presentan bajo las formas más diversas: sólidos,
polvos, soluciones de diversa concentración, gases de composición variable. El objetivo de la
seguridad es el mismo que en las centrales: mantener confinadas en todas las circunstancias
las materias radiactivas. Para conseguirlo, se aplican principios muy parecidos:
• El método de las barreras. Se interponen entre los productos peligrosos y el medio
ambiente una sucesión de barreras herméticas e independientes. De esta manera, en
una planta de reelaboración, las primeras operaciones se hacen con el combustible
irradiado puesto en forma de solución; la primera barrera está constituida por el
recipiente que contiene esta solución; la segunda es la vasija de seguridad que le
envuelve y que está preparada para recuperar cualquier fuga; la tercera es la sala
donde se llevan a cabo las manipulaciones, equipada con sistemas de recuperación
de fugas, ventilación, protección contra incendios, y alarmas de radiactividad.

• El concepto de defensa en profundidad. Para asegurar una buena defensa de las


barreras frente a averías, errores de manipulación o fallos externos, se organizan los

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

sistemas de seguridad en líneas de defensa. Como para los reactores, hay


esencialmente dos funciones vitales que deben someterse a un detenido examen, la
refrigeración y el control de la reacción en cadena. Los accidentes que se han
producido en el mundo se deben todos a defectos en una u otra de estas funciones.

Así el accidente de Khystym, en la antigua URSS, ocurrido en 1957, fue el resultado de una
muy grave falta de refrigeración en una vasija que contenía productos de fisión extraídos del
combustible irradiado; las consecuencias fueron importantes desde el punto de vista del daño
al medio ambiente, ya que una zona de varios centenares de km2, afortunadamente poco
poblada, tuvo que ser evacuada.
Nos detendremos sobre la segunda función vital, el control de la reacción en cadena, puesto
que se presenta de forma diferente. En principio una reacción en cadena no debe
desarrollarse más que dentro de un reactor. Si esta se produce en una planta de reelaboración,
sólo puede ser accidentalmente. Su origen puede ser una concentración imprevista de materia
fisionable, uranio enriquecido o plutonio. Pero el accidente puede ser más perverso: las
operaciones de tratamiento conducen a mezclar con los productos fisionables materiales que
pueden jugar un papel de “moderadores”. Tal y como se ha explicado en el bloque 2, se trata
de productos de masa atómica muy pequeña (como el hidrógeno del agua), que tienen la
propiedad de frenar los neutrones (“moderar” su velocidad), lo que provoca como
consecuencia el aumento de la eficacia de las reacciones nucleares y por consiguiente, si el
medio se presta a ello, se desencadena una reacción en cadena. Con esta finalidad se utilizan
los moderadores en los reactores, como en los reactores de agua ligera (PWR y BWR). Si se
alcanza, en un medio conteniendo materias fisionables, las condiciones que permiten
establecer una reacción en cadena auto-sostenida, se dice que ese medio se ha convertido en
“crítico”. El objetivo esencial de seguridad en este caso consiste en evitar transformar
accidentalmente una parte cualquiera de las plantas de reelaboración en un reactor nuclear.
Toda instalación sea la que sea (laboratorio, planta, almacén, material de transporte)
susceptible de contener, normal o accidentalmente, materiales fisionables debe por tanto
estar correctamente diseñada y explotada de manera que en ningún momento pueda
producirse una reacción de fisión en cadena. Un accidente tal no provocaría más que un
desprendimiento limitado de energía, ya que esta reacción en cadena se pararía sola muy
rápidamente, debido al efecto de los coeficientes de contra-reacción (coeficientes negativos
de reactividad) análogos a aquellos de los que hemos hablado para los reactores. Podría sin
embargo tener graves consecuencias para el personal, provocar posibles descargas de
materias radiactivas al exterior, y tendría siempre un impacto psicológico importante. Tales
accidentes se han producido por ejemplo en los años 50 y 60 en los EE.UU. y en la URSS, en
laboratorios y fábricas que manipulaban materias fisionables.
Para defenderse contra este riesgo, hemos indicado ya que se utilizaba el mismo concepto de
defensa en profundidad que para las centrales. El análisis de seguridad se basa en experiencias
específicas que permiten comprender cuáles son los mecanismos que intervienen y probar los
dispositivos de prevención adoptados. El riesgo depende de numerosos factores;
principalmente son: la masa de materia fisionable empleada, la forma geométrica de los
aparatos utilizados, la concentración de las soluciones de uranio o plutonio, y la presencia y
disposición de los moderadores o de los absorbentes neutrónicos. En Francia, país en que el
combustible gastado es reelaborado, ha sido el CEA (Commissariat à l'énergie atomique et aux
énergies alternatives) centro público de investigación, quien ha dirigido las investigaciones

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

correspondientes en laboratorios donde se han simulado estos accidentes llamados “de


criticidad”. Así los cálculos pre-test se han validado mediante experimentos. Esta gestión
prudente ha permitido evitar en Francia cualquier accidente de este tipo. Para garantizar una
prevención eficaz, se utiliza el mismo enfoque que para los reactores: el explotador debe
presentar una petición de autorización junto con un informe de seguridad, que sigue la misma
vía que las peticiones referentes a los reactores.

15.6.2 Los residuos radiactivos.


Al final del ciclo nuclear, como en cualquier actividad, queda un cierto desecho que ya no se
puede reciclar o utilizar en una actividad de otra naturaleza; es por definición un residuo. En
el ciclo del combustible nuclear estos residuos son radiactivos. Su radiactividad puede ser
natural, si nos situamos al principio del ciclo, éste será el caso por ejemplo de los residuos de
la minería. Pero si nos situamos al final del ciclo, los residuos incluirán elementos que no
existen en la naturaleza y que se habrán creado como consecuencia de la producción de
energía por fisión nuclear. El hombre con un reactor nuclear realiza el viejo sueño del
alquimista: crea elementos nuevos. Este sueño se puede convertir en una pesadilla si el
hombre comprueba que es incapaz de deshacerse de un producto peligroso que ha creado.
Digamos enseguida que no es el caso de los residuos radiactivos.
El riesgo no es nuevo con relación a lo que hemos presentado más arriba: los productos
radiactivos, ya sean naturales o no, emiten radiaciones ionizantes y de estas radiaciones es de
lo que hay que proteger a la población y al medio ambiente. La palabra clave sigue siendo:
confinar la radiactividad. Se volverán a ver todos los principios que hemos revisado
brevemente, cuando hablemos de las plantas de reelaboración. El método de las barreras
sigue siendo el método apropiado; la defensa en profundidad permite garantizar la seguridad
del conjunto. La dificultad con respecto a los residuos viene del factor “tiempo”. Hemos
hablado ya de la “duración de vida” de los productos radiactivos; en los residuos nucleares,
hay elementos radiactivos cuyo período de semidesintegración sobrepasa 1.000 años, 10.000
años, 100.000 años, e incluso el millón de años. Subsiste por tanto un peligro potencial
durante mucho tiempo; ¿cómo garantizar un confinamiento eficaz durante tales períodos?
Recordemos sin embargo que algunos residuos químicos, entre los más tóxicos, tienen una
duración de vida infinita.
De hecho, el problema es menos arduo de lo que parece a primera vista por tres razones:
• La primera está ligada al decrecimiento de la radiactividad con el tiempo: si se puede
demostrar que se garantiza un confinamiento eficaz durante un cierto período de
tiempo, el decrecimiento radiactivo habrá reducido considerablemente la toxicidad
potencial de los residuos, que será del orden de la de los productos naturales, de los
que sabemos cómo protegemos.
• La segunda concierne a la naturaleza físico-química de los residuos que se quiere
confinar. La energía nuclear es una energía muy concentrada que produce por
consiguiente un volumen de residuos radiactivos relativamente pequeño en
comparación con las actividades industriales ordinarias. Si se piensa en los residuos
más peligrosos de muy larga vida que nos interesan aquí, no representan en Francia

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

más que 200 m3 por año3). Es por tanto fácil, y económico, acondicionados con cuidado
bajo una forma que impida el escape de la radiactividad al medio ambiente, aire o agua
con un muy buen nivel de seguridad. Se está por tanto en circunstancias mucho más
sencillas que para los reactores o las fábricas.
• La tercera es la naturaleza estática de los residuos, incapaces de procesos dinámicos
rápidos cuyo control podría fallar.
Se analiza la seguridad de los almacenamientos de residuos mediante métodos muy próximos
a los que se utilizan para las centrales. Con relación a los residuos más corrientes, de vida
moderada, algunas decenas de años, existen hoy en el mundo centros de almacenamiento
que han sido sometidos a rigurosos procedimientos de autorización y por tanto se puede
considerar que no producen impacto alguno sobre el hombre ni el medio ambiente. Para los
residuos de muy larga vida no existen hoy más que proyectos, y se prosiguen los estudios
principalmente en laboratorios especializados para validar las evaluaciones actuales. Se
proyectan soluciones eficaces y seguras. El problema no es urgente, y entre tanto, se
almacenan estos residuos con toda garantía: las barreras son herméticas y están
correctamente vigiladas.

15.7 La garantía de la seguridad.


En una central nuclear un diseño seguro, una realización de buena calidad y una explotación
rigurosa permiten alcanzar un elevado nivel de seguridad. Pero ¿cómo podemos estar seguros
de cuál es el nivel real de seguridad que se ha alcanzado en una central determinada? Incluso
sin dudar de la capacidad del explotador, no nos podemos contentar con sus respuestas. Dos
aspectos contribuyen a esta garantía: el control independiente de los organismos reguladores
y la evaluación de seguridad efectuada por los expertos y validada a nivel internacional. Queda
por valorar el nivel de seguridad alcanzado con relación a lo que el público y sus
representantes esperan: es la difícil cuestión de la “aceptabilidad de un riesgo residual”.
Vamos a abordar sucesivamente estos tres aspectos.

15.7.1 Un control independiente.


Dada la importancia de las implicaciones políticas, económicas y financieras de la producción
de energía eléctrica y la naturaleza y la magnitud de los riesgos, la seguridad necesita una
verificación independiente de la del productor. Esta función de control independiente
apareció en los EE.UU. desde el comienzo del desarrollo nuclear. Todos los países occidentales
se han dotado a continuación de estructuras reglamentadoras, independientes de los
organismos encargados del diseño y construcción de las centrales, bajo la autoridad, directa
o no, del gobierno. Se han establecido de forma progresiva en función de los programas de
realización. De esta manera es cómo en Francia, después de un período inicial durante el cuál
el control quedaba asegurado por una comisión presidida por el Alto Comisariado de Energía
Atómica, se ha visto sucesivamente su transferencia al Ministerio encargado de la Energía
Atómica, y después la creación de un Servicio Central ad hoc. Del lado de la URSS las
organizaciones no se han definido tan claramente y hasta Chernobil hay razones para pensar

3
Lo que no representa más un kg por año y por habitante (por tanto, el 10% solamente de residuos de larga vida)
y que hay que comparar con los 2.500 kg por año y habitante, para los residuos industriales.

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

que los organismos reguladores no disponían ni de la competencia, ni del poder que deberían
haber tenido.
El Organismo Internacional de Energía Atómica ha publicado en 1990 unos principios
fundamentales de seguridad para las centrales nucleares, que definen los objetivos de la
Autoridad de Seguridad en materia reglamentadora; retornaremos más adelante los
elementos esenciales.
El gobierno establece el marco jurídico de un organismo regulador independiente que es
responsable de la autorización y control reglamentario de las centrales nucleares, y de la
aplicación de las reglas pertinentes. La separación entre las responsabilidades del organismo
regulador y las de otros interesados está clara, de modo que los responsables del control
conservan su independencia como autoridad de seguridad y están protegidos contra las
presiones.
Los organismos reguladores actúan de manera independiente de los proyectistas,
constructores y explotadores, para conseguir que la seguridad sea el único objetivo del
personal responsable de la reglamentación. Los recursos del organismo regulador son
suficientes para permitirle cumplir sus funciones sin que las fechas de construcción y la
producción de energía se vean afectadas, salvo cuando esto se justifica por razones de
seguridad. El organismo regulador tiene a su disposición especialistas en una gama
suficientemente amplia de competencias nucleares. Para cumplir correctamente sus
funciones se crean los poderes reglamentarios necesarios y el libre acceso a las instalaciones
ya toda información útil que tenga el organismo explotador.
En el pasado la no aplicación de estos principios condujo a situaciones objetivamente no
satisfactorias para la seguridad. Hemos indicado ya que en el caso de la antigua URSS las
autoridades reglamentadoras no tenían poder real, todos los proyectos y su explotación
estaban orientados hacia las exigencias de la producción. El análisis de las causas profundas
de la catástrofe de Chernobil ha puesto de manifiesto que las obligaciones reglamentarias no
se tenían en cuenta, y los explotadores estaban acostumbrados a no respetar las reglas de
seguridad.
Hay que permanecer alerta para que las autoridades de seguridad continúen siendo un contra-
poder creíble y eficaz. No hay duda de que en ausencia de un organismo de control
competente, los explotadores pueden llegar a un exceso de confianza en sus capacidades, o
lo que es lo mismo a favorecer la producción frente a la seguridad. Es necesario que estén
permanentemente en tela de juicio. Pero hace falta que esta permanente reconsideración
esté bien “dirigida”, sino todo el sistema pierde su eficacia y puede incluso en última instancia
constituir un bloqueo. Gracias a la competencia de sus equipos, los organismos reguladores
deben ser capaces de hacer las preguntas idóneas.

15.7.2 La evaluación de la seguridad.


Cualesquiera que sean las virtudes y la necesidad de la regulación y del control, la seguridad
es ante todo una cuestión técnica a todos los niveles. Para asegurarse del nivel de seguridad
adecuado de una instalación, conviene no solamente verificar su adecuación a las reglas,
criterios y normas, sino ante todo estar en condiciones de juzgar la validez técnica:

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

• Del diseño. Características de estabilidad intrínsecas, márgenes suficientes con


relación a los límites tecnológicos, respuestas correctas a las exigencias dinámicas y a
las agresiones, comportamiento controlable en caso de accidente.

• De la realización. Conformidad con el diseño, ausencia de defectos.

• De la explotación. El factor humano es esencial; puede jugar un papel favorable a la


hora de evitar los accidentes, a condición de tener las informaciones técnicas
suficientes; puede provocados o agravados, si los riesgos de error humano no han
sido correctamente tenidos en cuenta.

El ejercicio de esta valoración es la evaluación (o el análisis) técnica de la seguridad. Estar en


condiciones de evaluar la seguridad de una máquina requiere primero una indiscutible
competencia técnica. Los analistas deben poseer los conocimientos científicos y técnicos
necesarios o poder reunidos sin demora, tanto para el reactor propiamente dicho como en lo
que se refiere a los campos específicos de la seguridad. Por esta razón es un oficio en sí, que
debe para ser eficaz, ejercerse en el seno de un organismo experto pluridisciplinar. Pero el
análisis debe además recibir justificaciones detalladas sobre la seguridad de quien es el
principal responsable: el explotador.

Los informes de seguridad.


El explotador está obligado a justificar en detalle la adecuada seguridad de su instalación
mediante informes de seguridad correspondientes a las etapas sucesivas de la vida de esta
instalación:
• Informe preliminar al terminar el proyecto; se trata esencialmente de objetivos e
intenciones (se habla también de opciones) en términos principalmente de diseño de
las barreras, cualidades técnicas de los sistemas y análisis de los accidentes que se han
tenido en cuenta.
• Informe provisional antes del arranque, que trata de la manera en que se han
alcanzado los objetivos, de los resultados del control de calidad, de los programas de
pruebas y de la puesta en servicio.
• Informe definitivo después de las pruebas, que da los resultados de estas últimas y
trata detalladamente sobre las condiciones y normas de explotación: operación
normal y accidental, vigilancia e inspección en servicio, mantenimiento, reparaciones,
entrenamiento del personal.
• Informe de reevaluación de seguridad, que tiene que redactarse periódicamente
durante la vida de la instalación, en principio cada 10 años, tiene en cuenta los
resultados de la experiencia y justifica la conformidad de la instalación con las normas
de seguridad que siguen la evolución de los conocimientos.
• Informe de parada definitiva, que define las condiciones en que se mantendrá la
instalación, en un estado seguro, en espera de su desmantelamiento.
Estos informes no tienen, ni mucho menos, como única finalidad el ser documentos
destinados a obtener la autorización de los organismos reguladores. Son o deben ser, útiles

- 307 -
Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

para el propio explotador, como referencia técnica viva de la seguridad de su herramienta.


Contribuyen con toda la razón a su Cultura de Seguridad.
Su análisis y crítica constructiva, detallada y contradictoria, preferentemente a través de un
diálogo abierto y permanente con el explotador, incluyendo recomendaciones técnicas
propuestas a la autoridad de seguridad, además de las que pueden elaborarse con motivo de
hechos nuevos, constituyen la evaluación técnica que necesita la autoridad de seguridad como
elemento técnico de juicio en apoyo de las decisiones reguladoras de su competencia.

El papel de la investigación.
Se valida la evaluación de seguridad mediante dos fuentes: la experiencia de funcionamiento
y la investigación, que se ayudan y complementan mutuamente; no son independientes
puesto que el retorno de la experiencia puede modificar la visión que se tiene de los
problemas de seguridad, como ocurrió después del accidente de TMI, que provocó una
reorientación profunda de la investigación. Se pueden resumir así los principales objetivos de
la investigación en materia de seguridad nuclear:
• Verificar los márgenes de seguridad existentes.
• Prever los efectos sobre la seguridad de las evoluciones del diseño y envejecimiento
de los materiales en las instalaciones antiguas.
• Analizar los fenómenos físicos que se desarrollarían durante las secuencias
accidentales.
• Desarrollar las competencias técnicas y la vigilancia de los equipos de seguridad, para
que estén en condiciones de tomar rápidamente las medidas apropiadas en caso de
emergencia.
• Desarrollar una cooperación internacional en materia de seguridad nuclear, que
permita integrar los conocimientos de cada país en un corpus accesible a todos y que
garantice que no se ha olvidado nada importante.

15.7.3 ¿Cuándo se puede considerar que se está “suficientemente seguro”?


Después de haber comprobado que la seguridad de una instalación ha tomado correctamente
en cuenta los avances resultantes de la investigación, después de haber controlado de forma
independiente que el explotador responsable ha realizado correctamente su trabajo y ha
evaluado el nivel de seguridad que se puede, razonablemente, atribuir a la central, hay que
preguntarse si este nivel es o no aceptable, lo que plantea el problema de los
correspondientes criterios de apreciación.
Volvamos a los inicios de la energía nuclear pacífica. De todos los textos americanos, los
primeros que establecieron las normas y procedimientos de seguridad, especificaban que
cada instalación debería recibir una autorización, y que esta autorización se otorgaría si los
promotores demostraban que su explotación no presentaba un riesgo “undue” en inglés, lo
que podría traducirse por excesivo o injustificado, pero cuyo equivalente más utilizado
generalmente en francés es “inaceptable”. Este objetivo se ha tratado de forma pragmática.
Sin duda se sabía que un accidente grave que pusiera en peligro la vida de un gran número de
personas era inaceptable. Después de haber previsto instalar las centrales únicamente en los
desiertos, se ha preferido la solución, industrialmente más eficaz, del recinto de contención.
A medida que se ha ido avanzado en los conocimientos, se han multiplicado los sistemas de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

seguridad para llegar a una situación en la que un accidente grave ya no sería “creíble” en
inglés, “plausible” en francés, “verosímil” en español.
Pero incluso si esto debía plantearles problemas frente a un público que frecuentemente juzga
por “blanco o negro”, los ingenieros se han visto obligados a enfrentarse al hecho de que, en
toda instalación o actividad de riesgo, el “riesgo nulo” no existe y no existirá jamás. Sólo se
puede hablar de un nivel de riesgo más o menos elevado y por consiguiente de un “umbral de
aceptabilidad”: por debajo, el riesgo es tan pequeño que todos pueden considerado
aceptable. Este es el actual enfoque de la seguridad nuclear, que por otra parte crea escuela
en los otros sectores industriales. Tiene dos aspectos principales: los parámetros que
contribuyen a la definición del riesgo, y los valores “aceptables” de estos parámetros. Estas
son cuestiones importantes que trataremos en profundidad en esta obra.
En esta presentación nos limitaremos a algunos elementos esenciales.
Se parte de la base fundamental de que sólo se puede cuantificar un peligro, cualquiera que
sea, si se considera a la vez la probabilidad que tiene de producirse (lo que el público llama a
veces riesgo) y las consecuencias que ocasiona si se produce. A partir de aquí, el sentido
común dicta dos reglas básicas:
• Si el peligro es probable, hace falta que sus consecuencias sean muy pequeñas; si se
trata de un daño permanente, éste debe ser siempre inferior a los límites sanitarios u
otros.

• Si se trata de un riesgo de accidente, con una probabilidad de ocurrencia que. puede


ser más o menos elevada, las consecuencias deben ser tanto menores cuanto más
probable sea el accidente.

Los centrales nucleares se consideran hoy aceptables desde el punto de vista de la seguridad
cuando se puede demostrar: primero, que los daños de todo tipo, incluidos los radiológicos,
están claramente por debajo de los límites reglamentarios en operación normal o para todo
aquel suceso del que se puede pensar que tiene bastante posibilidades de producirse durante
la vida de la central; en cuanto a los riesgos de accidente, la probabilidad de causar daños a la
población que vive alrededor de la central debe ser suficientemente pequeña, para que éste
no pueda considerarse como un riesgo significativo para estos habitantes en comparación con
aquellos a los que estarían expuestos si no existiera la central nuclear.

15.7.4 La percepción del público.


El público en general no se muestra muy receptivo a los argumentos que se basan en la mayor
o menor probabilidad de que se produzca un accidente. Desconfía a priori de los “expertos”
cargados de certezas y que utilizan sabias demostraciones para explicar que todo va bien,
mientras que al mismo tiempo ven por la televisión los daños que las instalaciones
construidas, por otros especialistas, por ejemplos soviéticos, han causado al medio ambiente.
Es pues inútil intentar convencer al público de que un riesgo es aceptable solamente porque
es muy pequeño. Si cada individuo no percibe claramente las ventajas que va a aportar la
central, tanto a él mismo como a la comunidad, dirá con muy buen juicio que un riesgo
cualquiera por una actividad que no aporta nada es siempre demasiado.

- 309 -
Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

Por tanto, primero es necesario que esté de acuerdo con el interés de la electricidad de origen
nuclear. Y es importante resaltar que hoy en día es así en numerosos países, en Francia en
particular. Incluso si la adhesión ha disminuido en comparación con los años de la crisis del
petróleo, cuando todos los franceses estaban sensibilizados sobre la importancia para ellos y
para sus hijos de desarrollar una energía nacional, nuestros conciudadanos reconocen que el
programa nuclear es globalmente positivo. Su adhesión aumenta, por otra parte, cuando nos
acercamos a los emplazamientos electronucleares, sin duda debido a los beneficios que
obtienen en cuanto al empleo local, pero sobre todo porque su familiaridad con las
instalaciones y sus explotadores ha eliminado algunos temores infundados.
Evidentemente no porque se comprendan las ventajas, se está dispuesto a aceptar cualquier
tecnología peligrosa. En cuanto a la energía nuclear, hace falta pues que el público esté
convencido de que sus responsables hacen todo lo necesario para controlar los riesgos. En
este punto del debate ya no es una cuestión técnica sino de confianza: el público debe creer
en la voluntad y la competencia tanto de los explotadores como de los poderes públicos, para
garantizar su protección en todas las circunstancias. Esta búsqueda de confianza debe ser el
objetivo de toda la comunidad nuclear nacional e internacional. El explotador debe construida
y mantenerla mediante una transparencia total de sus actividades, y esta claridad debe
hacerse extensiva a los poderes públicos. Es esencial que el pueblo y sus representantes estén
convencidos de que se toman todas las medidas para evitar un accidente, además hace falta
también que conozcan las medidas que se tomarían para garantizar su protección en caso de
siniestro, y que se les involucre en el seguimiento del funcionamiento de las centrales. Todos
los actores tienen una función que desempeñar.

Figura 15.3 Escala Internacional de Eventos Nucleares

15.8 La Escala Internacional de Eventos Nucleares.


Para evaluar la gravedad relativa de los sucesos que pueden tener lugar en las instalaciones
nucleares, los diversos países han optado por criterios que tienen en cuenta los aspectos
perjudiciales para las personas, la propiedad y el medio ambiente. Con objeto de disponer de
un sistema de evaluación común, se ha propuesto la utilización de una Escala Internacional de
Eventos Nucleares (INES), consistente en una clasificación de los eventos según su potencial
para causar daño a las personas y sus bienes, de acuerdo con criterios preestablecidos, como

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

la degradación de la defensa en profundidad y las consecuencias dentro y fuera del


emplazamiento. El OIEA recomienda a todos los países la utilización de esta Escala para
comunicar al público de manera inmediata, sencilla y uniforme, la importancia relativa de
cualquier evento.

Tabla 15.1 Categorías de la escala INES con criterios indicativos y ejemplos

La Escala clasifica los eventos nucleares en siete categorías, de menor a mayor gravedad. Se
parte de la simple desviación, considerada fuera de Escala, porque su impacto es
insignificante. Las categorías reales de que consta la Escala se explicitan con criterios
indicativos y se ilustran con los ejemplos que figuran en la Tabla 15.1. Los eventos de las
categorías 1 a 3 se denominan, genéricamente, incidentes, y los de las categorías 4 a 7,
accidentes.

15.9 El accidente de Three Mile Island. Lecciones aprendidas.


El 28 de marzo de 1979 tuvo lugar un accidente en un reactor llamado Three Mile Island (TMI)
cerca de Harrisburg, en Pensilvania. Se liberó una pequeña cantidad de radiactividad y hubo
un número de personas que fueron evacuadas o que abandonaron el lugar pro un tiempo. El
incidente fue informado por los medios y causó alarma en toda la región y fuera de ella. Vamos
a explicar brevemente qué pasó en TMI y cuáles fueron las mejoras en seguridad de reactores
a partir de este accidente.
Recordando lo visto en el Tema 8 sobre los reactores de agua a presión (Pressurized Water
Reactor o PWR) cuyo esquema básico se muestra en la Figura 15.4, y a la vista también del

- 311 -
Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

diseño concreto del reactor TMI que se muestra en la Figura 15.5, vamos a revisar la cronología
del accidente.
El reactor estaba operando en régimen estacionario a una la potencia cercana a la potencia
máxima cuando a las 4 de la mañana hubo un fallo en el sistema de alimentación del generador
de vapor (la bomba de alimentación es la que retorna el vapor condensado de la turbina).
Debido a este fallo el generador de la turbina se disparó automáticamente y se introdujeron
las barras de control en el reactor para reducir su potencia. Hasta este momento no había
ocurrido nada inusual, y había tres bombas de alimentación de reserva que habrían
proporcionado el agua necesaria. Sin embargo, éstas no pudieron hacerlo debido a que, como
se supo después, se había dejado cerrada por error una válvula que conducía al generador de
vapor. Esto sólo se descubrió más tarde y se pudo abrir la válvula al cabo de 8 minutos, y por
ello los generadores de vapor se habían secado totalmente. La temperatura y la presión del
agua del circuito primario se elevaron (hasta unos 2355 psi), causando la apertura de la válvula
de alivio del presionador. En ese momento el refrigerante escapó a un tanque llamado quench
tank, diseñado para condensar y refrigerar todos los escapes del sistema reactor. La válvula
de alivio del presionador se bloqueó y quedó abierta, hecho del que los operadores no se
dieron cuenta hasta pasadas dos horas. Entonces ya se había liberado una gran cantidad de
refrigerante, llenando el quench tank y causando la rotura del disco de ruptura del tanque. El
agua de refrigeración, que tenía cierta radiactividad, se derramó por el recinto de contención,
llegando al sumidero. Mientras tanto la presión dentro del reactor seguía disminuyendo. Al
alcanzar los 1600 psi, el sistema de refrigeración de emergencia del núcleo (ECCS en siglas
inglesas) actuó como era de esperar: las bombas de alta presión inyectaron agua de suministro
en la vasija del reactor. Los operarios, cuando vieron que el presionador aparecía lleno de
agua, condición que le impediría hacer su función, desconectaron el ECCS y posteriormente
pararon las bombas principales de refrigeración del reactor. Esta grave falta de agua causó
que el núcleo se calentara y que quedara al descubierto. A pesar de que se había eliminado la
potencia más importante debida a las fisiones quedaba el calor residual debido a las
desintegraciones de los productos de fisión. El flujo de refrigerante a través del núcleo era
insuficiente para enfriar las varillas de combustible y se sufrieron un daño importante. Se
liberó fuera del reactor una cantidad de radiactividad considerable, especialmente gases
nobles como xenon y krypton, además de yodo. Las bombas del sumidero de la contención
enviaron automáticamente el agua radiactiva de la contención a unos tanques situados en un
edificio auxiliar anexo. Los tanques rebosaron, permitiendo el escape de material radiactivo a
través de filtros a la atmósfera. Mientras se intentaba retornar el agua al edificio de
contención se produjeron más fugas. Finalmente se conectó el sistema de refrigeración del
reactor y la temperatura del núcleo empezó a descender. Existía el riesgo de que las
reacciones metal-agua hubieran producido una burbuja de hidrógeno potencialmente
explosivo, y se actuó durante varios días para eliminarlo (no hay evidencia de que esta burbuja
realmente existiera). Inmediatamente después de la liberación de gases radiactivos se inició
la medida de contaminación atmosférica con detectores en un avión, un camión, y en varios
puntos localizados en los alrededores. Se estima que la mayor dosis individual fue menor de
100 mrems. Este cálculo se hizo suponiendo exposición continua en el límite exterior del
emplazamiento durante 11 días. La dosis media a personas dentro de un radio de 50 millas se
estimó en 11 mrems (menos de la debida a los rayos X médicos). Como consecuencia de un
aviso dado por el gobernador de Pensilvania muchas personas, sobre todo mujeres
embarazadas, dejaron la zona durante varios días. Datos publicados por el Department of
Healt, Education and Welfare indican que a consecuencia de la exposición a lo largo de toda

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

la vida de los dos millones de personas en la región, estadísticamente sólo se produciría una
muerte adicional por cáncer (además de las 325.000 debidas a otras causas).
El accidente de TMI fue el resultado de una combinación de deficiencias de diseño, fallos de
equipos y errores de operadores:
• En el área de diseño, no debería haber sido posible que se bombeara agua radiactiva
fuera del edificio de contención sin darse a conocer a nadie. También debería haber
habido instrumentación para permitir a los operadores el conocimiento completo del
estado del sistema termo-hidráulico.
• El principal fallo de equipamiento fue el bloqueo de la válvula del presionador. En este
incidente los equipos en conjunto funcionaron bastante bien, pero hay ejemplos de
fallos de válvulas, bombas e interruptores que podrían evitarse mejorando el control
de calidad durante la fabricación, la inspección y el mantenimiento.
• Los errores de los operadores fueron numerosos, como el cierre de la válvula en la
línea de alimentación, malinterpretando la condición del presionador y cerrando tanto
las bombas de refrigeración de emergencia como las bombas de refrigeración del
reactor.
Los oponentes a la energía nuclear vieron TMI como la prueba de que su criterio de que los
reactores son inseguros; los que defendían la energía nuclear resaltaron que no había habido
heridos, que el equipo de emergencia funcionó y que el reactor quedó en un estado mejor del
esperado.

Figura 15.4 Esquema general de un reactor de agua a presión (cortesía de la Subdirección General de Energía
Nuclear)

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

Figura 15.5 Esquema del reactor de Three Mile Island. La central de Three Mile Island 2 estaba equipada con un
reactor de agua a presión. Las diferencias con los actuales PWR se refieren en particular a los generadores de
vapor, cuyo comportamiento durante los transitorios es menos brutal en las centrales actuales que lo fue en
TMI. Pero el presionador y sus válvulas de alivio, que jugaron un papel determinante en el accidente, son
parecidas (cortesía del Consejo de Seguridad Nuclear)

Se inició un programa de recuperación para TMI: el interior de la vasija del reactor fue
examinada con cámaras muy pequeñas unidas al final de largos cables que se insertaban
desde arriba. El daño era mayor del pensado inicialmente. Faltaban los 5 pies de la parte
superior del núcleo, que habían caído hacia la parte inferior, y se encontró combustible
fundido solidificado en la parte inferior de la vasija. Se utilizaron herramientas especiales de
manipulación para extraer el combustible dañado. Esto se hizo prestando atención mediante
medicines y análisis a que no se llegara a criticidad durante la recuperación de los restos. El
combustible fue transferido a una serie de contenedores de seguridad permanente para
almacenamiento y envío. En la Figura 15.6 puede observarse el estado del núcleo después del
accidente.

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Figura 15.6 El núcleo de TMI después del accidente. En el momento del accidente, se fundió una fracción
importante del núcleo, alrededor del 30%, cuando el nivel del agua dejó al descubierto los elementos
combustibles. La puesta de nuevo en marcha de la inyección de agua condujo a una solidificación progresiva.
Análisis ulteriores han confirmado que la vasija, incluso en la parte en contacto con el metal en fusión, había
conservado su resistencia. La segunda barrera desempeñó pues perfectamente su papel y demostró que un
accidente grave del núcleo puede mantenerse confinado (cortesía del Consejo de Seguridad Nuclear)

Inmediatamente después del accidente TMI-2 la NRC (Nuclear Regulatory Commission) exigió
que las centrales llevaran a cabo una serie de medidas correctivas en el interés de la mejora
de la seguridad en las centrales nucleares. Entre los puntos del Plan de Acción estaban:
• Incremento del número de personal de operación cualificado

• Actualización de la formación y los licenciamientos de los operadores

• Revisiones del diseño de la sala de control para tener en cuenta los factores humanos

• Nuevos detectores e instrumentación para permitir a los operadores conocer el


estado del reactor en todo momento

• Equipos de detección de hidrógeno

• Mejora de la monitorización de las condiciones accidentales, incluida la inadecuada


refrigeración del núcleo

• Intercomunicación mejorada entre la NRC y las centrales

• Mejores planes de emergencia

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

En anticipación a la acción de la NRC, la industria nuclear hizo un estudio: Industry Degraded


Core Rulemaking (IDCOR), con el propósito de proporcionar bases de datos para la toma de
decisiones en accidentes severos. En el estudio se recogieron y actualizaron los datos
existentes de Análisis Probabilistas de Seguridad (APRs), haciendo cálculos de secuencias
realistas más que conservadores. Se seleccionaron siete reactores de agua ligera para su
tratamiento en base a las diferencias - PWR versus BWR, gran contención seca frente a
condensador de hielo, etc. El estudio desarrolló el modelo físico, modelos matemáticos y
cálculos computacionales para todos los procesos importantes. Una de las conclusiones
alcanzadas fue que en el caso de accidente llevaría mucho tiempo que ocurriera el fallo de la
contención, dando tiempo a los operadores para reaccionar.

Figura 15.7 La “última” barrera: la contención. Dentro de las tres barreras que aseguran, en caso de accidente,
el confinamiento de los productos radiactivos frente al medio ambiente, la tercera, la contención, juega un
papel de última protección. Dentro del marco de las lecciones aprendidas del accidente de TMI, ha sido
reforzada mediante la introducción de un sistema de ventilación conectado a un filtro que permite, en situación
accidental grave donde la presión interna se elevaría en la contención, mantener la integridad global de esta
última, limitando las descargas radiactivas al medio ambiente (cortesía del Consejo de Seguridad Nuclear)

15.10 El accidente de Chernobyl.


El 26 de abril de 1986 tuvo lugar un gravísimo accidente en el reactor de Chernobyl cerca de
Kiev en la Ucrania de la Unión Soviética. Se produjo una explosión que hizo un agujero en el
techo del edificio que albergaba el reactor, el grafito que actuaba como moderador se
incendió, y se liberó a la atmósfera gran cantidad de material radiactivo proveniente del
combustible nuclear dañado. No se conoce con precisión el valor de la exposición a la
radiación de los trabajadores y el público, pero las dosis fueron superiores a las recibidas en
todas las pruebas de armas nucleares anteriores. Murió un gran número de trabajadores, se
contaminaron las ciudades cercanas, y se estima que la dosis colectiva al público incrementó
el riesgo de cáncer. Se evacuó a una gran población de la ciudad de Pripyat, la agricultura se
vio muy afectada en la Unión Soviética y varios países europeos prohibieron las importaciones
de alimentos.
El reactor Chernobyl-4 es del tipo RMBK, de los cuales hay 18 en la Unión soviética. Tiene un
núcleo cilíndrico, de 7 metros de altura y 12 m de diámetro, formado por bloques de grafito
que sirven de moderador y de estructura. Estos bloques están agujereados verticalmente para
dejar pasa tubos de presión de 8.8 cm de diámetro. Dentro de los tubos se colocan conjuntos

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de 18 varillas de combustible de óxido de uranio débilmente enriquecido (2% de 235U), y se


circula agua ordinaria para la refrigeración y para generación de vapor para la turbina. Los
1661 canales de combustible forman una matriz cuadrada con espaciados de 25 cm. Además,
hay otros canales para las 222 barras de control y parada. Encima del núcleo hay una máquina
de carga de combustible para poder cambiar elementos de combustible individuales durante
la operación del reactor. Debajo del reactor se localiza una piscina de supresión de vapor, que
no está conectada directamente al núcleo. En la Figura 15.8 se muestra de forma esquemática
el diseño del reactor y su edificio.

Figura 15.8 Chernobyl: el reactor y su edificio

La secuencia accidental fue revelada en agosto de 1986 por la Unión Soviética en una reunión
en Viena solicitada por la AIEA. Se estaba haciendo un experimento en relación con el
funcionamiento del abastecimiento de electricidad a los equipos del reactor en situaciones de
emergencia. Como en todos los reactores, si se interrumpe el suministro de la red eléctrica se
dispone de generadores diesel de emergencia. Sin embargo, para cubrir el lapso de tiempo
hasta el arranque de los equipos diesel es deseable la existencia de un suministro auxiliar. Este
test estaba relacionado con el uso de la electricidad producida durante la parada de los
turbogeneradores. Se tenía que proporcionar alimentación eléctrica de emergencia a las
bombas de refrigeración, y las bombas de alimentación del generador de vapor.
Parece que el experimento se había planeado por una organización independiente que estaba
suministrando algunos equipos eléctricos nuevos. Posiblemente debido a la falta de
familiaridad con la central, se prestó demasiada poca atención a las medidas de seguridad,
incluso aunque se iba a desactivar el sistema de refrigeración de emergencia del núcleo. Los
operadores estuvieron presionados a acabar el test debido a que el siguiente periodo de
mantenimiento era después de un año. Además, el administrador local pidió un retraso de 8

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Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

horas, que puedo haber aumentado la impaciencia e inducido una acción temeraria de los
operadores.
El primer paso del test era reducir la potencia de 3200 MWt al rango 700-1000 MWt. Para ello
los operadores permitieron que la potencia descendiera hasta 30 MWt. En este nivel el flujo
neutrónico era demasiado bajo para quemar el xenón 135 que se producía. El crecimiento de
absorbente hizo muy difícil volver a subir el nivel de potencia. Violando todas las normas, los
operadores extrajeron la mayoría de las barras de control, y aun así no pudieron subir la
potencia por encima de los 200 MWt. En esta potencia el reactor tiende a ser inestable.
En ese momento las bombas de refrigeración estaban funcionando para un flujo por encima
de lo necesario para este nivel de potencia, y se llevó el refrigerante casi a la ebullición. Para
prevenir disparos del circuito y así permitir la continuación del experimento se desconectaron
varios sistemas de seguridad. Posteriormente, cuando el flujo de refrigerante se redujo, se
crearon burbujas de vapor ("huecos"). En este punto el defecto fatal en el diseño del reactor
RMBK hizo el resto.
El reactor de grafito tenía un coeficiente de reactividad por huecos positivo, en contraste con
el coeficiente negativo de los reactores de agua ligera. El reactor podía gestionarse en
operación normal sólo mediante un elaborado sistema de detectores, circuitos y barras de
control. La reactividad producida por los "huecos" del vapor de agua hizo que la potencia
subiera drásticamente hasta unos 30.000 MWt, esto es, diez veces la potencia nominal. La
potencia no pudo reducirse con rapidez debido a que demasiadas barras de control estaban
demasiado afuera como para tener un efecto.

Figura 15.9 Secuencia accidental de la central de Chernobyl

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

El exceso de energía pulverizó el combustible y causó la rápida subida de la presión de vapor.


La presión se incrementó y rompió los tubos de refrigerante y la explosión resultante hizo un
agujero en el techo del edificio del reactor. En la Figura 15.9 se muestran valores numéricos
de la secuencia accidental. Se perdió la cámara de nitrógeno-helio del núcleo, y hubo contacto
entre aire y agua con el grafito moderador a alta temperatura. Le reacción química con vapor,
zirconio y grafito produjo grandes cantidades de hidrógeno y monóxido de carbono, que
reaccionaron de forma explosiva con el aire por encima del núcleo. Aunque había paredes
gruesas de hormigón en los laterales del edificio, el tejado era de construcción industrial
ordinaria. El edificio fue diseñado para dar confinamiento, pero no contención para varias
atmósferas de presión como los reactores de agua ligera comerciales de los países del
occidente de Europa y Norteamérica.

Figura 15.10 La lluvia radiactiva de Chernobil en Ucrania y Bielorrusia. Las medidas de los depósitos de
radiactividad sobre el suelo alrededor de Chernobil presentan una forma característica, llamada “en forma de
manchas de leopardo”. Los depósitos varían en función de la dirección y de la fuerza de los vientos durante la
duración de las emisiones y también de las lluvias que hacen caer las partículas que están en suspensión en la
atmósfera. Las medidas de protección se tomaron en base a las medidas locales, que se conocieron con retraso
en la URSS (cortesía del Consejo de Seguridad Nuclear)

El grafito caliente, normalmente a 750 °C, se incendió y continuó quemándose durante varios
días. El material. El material en combustión se depositó en el exterior, originando alrededor
de 30 incendios. El intenso calor derritió y vaporizó el material del núcleo, dando lugar a la
liberación de gran cantidad de productos de fisión a la atmósfera. Una nube radiactiva se
dirigió hacia los países escandinavos y países del este. La contaminación se observó por
primera vez en Suecia, pero la actividad en el aire incremento a lo largo del mundo. En la
Figura 15.10 se observa la distribución de la lluvia radiactiva en Ucrania y Bielorrusia.
Se tiraron muchas toneladas de plomo y roca sobre el núcleo desde helicópteros para apagar
detener la combustión del grafito, y también se tiró carburo de boro para prevenir la criticidad.

- 319 -
Tema 15 - Seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas.

Se excavó un túnel por debajo del reactor y se llenó de hormigón para prevenir la
contaminación al agua subterránea.
Del contenido radiactivo del núcleo se estima que se liberaron: 3% de elementos
transuránidos, 13% de cesio 137, 20% de yodo 131 y todos los gases nobles. La liberación total
fue de 80 megacurios de actividad. Se han hecho estimaciones de exposición de las personas
en varios lugares. Un total de 203 trabajadores, bomberos y trabajadores de emergencia
fueron hospitalizados a causa de la radiación, de los cuales 31 murieron. Sus exposiciones
oscilan entre 100 rems y hasta 1.500 rems. Miles de personas fueron evacuadas, muchas de
las cuales fueron trasladadas definitivamente, con gran coste y sin duda mucho sufrimiento.
Un total de 135.000 personas fueron evacuadas en un radio de 30 km, incluyendo 45.000 de
la ciudad de Pripyat. La mayoría de las personas de la zona de evacuación recibieron dosis por
debajo de 25 rems. Usando la dosis estimada total de 1.6 millones de personas-rems se
predeciría un incremento de las muertes por cáncer durante los próximos 70 años de un 2%.
La exposición fuera de la Unión Soviética fue considerablemente menor, siendo sólo varias
veces el valor de la radiación natural de fondo. La Tabla 15.2 muestra datos para Europa de
las consecuencias de la lluvia radiactiva de Chernobyl. Los medios de comunicación han
dramatizado frecuentemente las consecuencias de la nube radiactiva producida en el
momento de la catástrofe de Chernobyl. La tabla anterior fue realizada por los expertos de la
Unión Europea en octubre de 1986, quienes calcularon las dosis adicionales de radiactividad
recibidas por los habitantes de los diferentes países. Para tener en cuenta los productos de
larga vida, como el cesio, se da la dosis acumulada en 50 años. Si nos limitamos a la segunda
columna, que da los valores relativos, para evitar emplear unidades complicadas como el
milirem de la primera columna, se observa que por ejemplo para Francia, Chernobyl
representa un suplemento de menos de una milésima de la irradiación natural.

Tabla 15.2 Las consecuencias para Europa de la lluvia radiactiva de Chernobil (cortesía del Consejo de Seguridad
Nuclear).

En un esfuerzo para prevenir futuras liberaciones de radiactividad se construyó una estructura


llamada sarcófago alrededor del reactor dañado. Hay evidencia de deterioro, con la
posibilidad de entrada de agua de lluvia a través de grietas.
Poco después del accidente se llegó a varias conclusiones:
• La Unión Soviética debería revisar su filosofía y práctica de la seguridad de reactores,
con mayor atención a los factores humanos, además de sistemas mejorados de
seguridad. Será necesario algún equivalente al escrutinio público que se hace en países
democráticos en relación a la seguridad.

- 320 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

• Es necesario mejorar la cooperación internacional en materia de accidentes de


reactores, incluyendo el intercambio de información y proyectos de investigación
sobre accidentes y sus consecuencias biológicas.
• Aunque los reactores de agua ligera tienen un coeficiente de potencia negativo, no
pueden incendiarse y tienen fuertes recintos de contención, la industria nuclear de
occidente debería reexaminar sus reactores y prácticas de operación a la luz de lo
ocurrido en Chernobyl. Las lecciones importantes de Chernobyl son que los accidentes
en reactores pueden tener consecuencias muy importantes, y que el riesgo no está
limitado al país en el que ocurre el accidente.
Una consecuencia del accidente fue la formación de un conjunto de proyectos conjuntos de
investigación entre EEUU y la Federación Rusa, centrados en bases de datos, códigos de
cálculo y el desarrollo de un plan para la investigación rusa en seguridad nuclear.
En octubre de 1989, la Unión Soviética pidió a la AIEA la evaluación de los pasos seguidos para
proteger al público en el accidente de Chernobyl. La AIEA creó el Proyecto Internacional
Chernobyl, con la participación de más de 200 especialistas de numerosas organizaciones,
para hacer una serie de visitas de inspección. El Proyecto encontró que había muchos
problemas de salud relacionados al estrés y la ansiedad debida a las incertidumbres acerca de
la situación y del futuro. El grupo hizo fuertes recomendaciones para continuar la investigación
en Chernobyl y para buscar mayor cooperación internacional en seguridad nuclear.
En el décimo aniversario del accidente si hicieron informes de las consecuencias de
Chernobyl. Se confirmó que los efectos psicológicos estaban extendidos y eran significativos.
Se informó un crecimiento del cáncer de tiroides en niños, con la buena noticia de que el
tratamiento generalmente tenía éxito y que hubo muy pocas muertes.

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Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

Tema 16 Gestión de residuos radiactivos.


16.1 Introducción
La prestación de servicios a la sociedad, mediante la tecnología nuclear, ya sea en forma de
aplicaciones de las fuentes y trazadores radiactivos en medicina, industria, investigación, etc.,
o bien mediante la producción de electricidad, conlleva la realización de una serie de
operaciones con los materiales nucleares, lo que da lugar a la generación de residuos que
requieren su posterior gestión. El tratamiento de estos residuos radiactivos tiene por objeto
proteger a las personas y al medio ambiente durante el tiempo necesario hasta que las tasas
de exposición bajen a un nivel de inocuidad. En España es la Empresa Nacional de Residuos
(ENRESA) la responsable de la gestión de todos los residuos radiactivos.
Se define residuo radiactivo como cualquier material o producto de desecho, para el cual no
está previsto ningún uso, que contiene o está contaminado con radionucleidos en
concentraciones o niveles de actividad superiores a los establecidos por el Ministerio de
Economía, previo informe del Consejo de Seguridad Nuclear.
La radiotoxicidad asociada a un radionucleido es función de varios parámetros , como su
constante de desintegración, la energía y naturaleza de la radiación emitida, y el tiempo de
exposición que puede afectar a los tejidos biológicos. En consecuencia, las tecnologías para la
correcta gestión de los residuos radiactivos debe centrar su actuación en el control de los
mencionados parámetros.
Cuanto mayor es la constante de desintegración más átomos se desintegrarán por unidad de
tiempo y más intenso será el campo de radiación de un residuo que contenga dicho
radionucleido: pero obviamente, menor será la duración de su efecto nocivo y antes alcanzará
su nivel de inocuidad. Por lo tanto, la manipulación de la constante de desintegración, que
siempre va a implicar la transmutación del radionucleido en cuestión, es una de las vías más
prometedoras para transformar radionucleidos de vida larga (que son los que causan mayores
preocupaciones para su gestión como residuos radiactivos) en otros de vida más corta (de
rápida eliminación) o, incluso, en nucleidos estables (que serían completamente inocuos). En
el Tema 21 se habla sobre estos sistemas transmutadores de residuos nucleares.
La energía de la radiación, característica de cada uno de los nucleidos, no es fácilmente
manipulable. El único procedimiento de gestión, para aquellos casos en los que sea posible,
sería la dispersión y la dilución del contaminante, para así conseguir que la cantidad de energía
que penetre, en su caso, en el tejido irradiado sea lo menor posible y en todo caso tolerable.
En cuanto al tipo de la radiación, los componentes radiactivos de los residuos pueden emitir
partículas alfa, beta, rayos gamma, y en algunos casos neutrones, con periodos de
semidesintegración de interés para el almacenamiento y gestión que oscilan entre varios días
y miles de años. Como se ha estudiado en el Tema 4 sobre interacción de la radiación con la
materia, las partículas alfa son muy poco penetrantes y las beta lo son un poco más, en ambos
casos, para que su radiotoxicidad se manifieste deben encontrarse o bien en el interior de los
tejidos o en sus proximidades. Los procedimientos de gestión de los residuos que emiten estas
partículas, pasa por la incorporación de los radionucleidos en una matriz sólida, de tal forma
que no sean desprendibles. La radiación gamma es bastante más penetrante y puede
interaccionar con los tejidos humanos cuando el nucleido se encuentra lejos de los mismos:
por ello, en este caso, el procedimiento de gestión a utilizar es, junto con la solidificación, el
blindaje.

- 322 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

El tiempo de exposición del tejido humano a la radiación se traduce en la acumulación de la


dosis recibida, con la consiguiente probabilidad de aparición de efectos biológicos nocivos;
por lo tanto conviene que ese tiempo sea lo más corto posible. En el caso de los residuos, una
vez solidificados, será entonces necesario aislarlos durante el mayor tiempo posible del medio
ambiente.
En este tema agradezco el apoyo y los consejos de Ricardo Manso Casado, de ENRESA.

16.2 Origen de los residuos radiactivos.


Los residuos se generan fundamentalmente en la operación de las centrales nucleares
convencionales y en su ciclo de combustible, en aplicaciones médicas y de investigación en
diversas instituciones, en aplicaciones industriales como la radiografía industrial, como
productos intermedios de actividades militares (sólo en países con armamento nuclear o
buques de guerra con propulsión nuclear) o en la clausura de instalaciones nucleares y
radiactivas, además de otras. Destacamos las dos siguientes fuentes de residuos:
• Producción de energía eléctrica de origen nuclear. Se incluyen los residuos generados
en todas las etapas por las que pasa el combustible nuclear hasta ser usado en los
reactores nucleares, los residuos de funcionamiento de las centrales nucleares y los
residuos generados en la gestión del combustible gastado. En la Sec. 16.4 se habla de
este tipo de residuos: los residuos generados en el ciclo del combustible nuclear, y en
la Sec. 16.7 se trata más en detalle la gestión de los residuos de alta actividad, que son
con mucho los que más preocupan a la opinión pública y a la comunidad científico-
técnica
• Clausura de instalaciones nucleares y radiactivas. De todas las actividades que
producen residuos radiactivos, las que originan una mayor cantidad de residuos tanto
en lo que respecta a su volumen, como a su actividad específica, son las relacionadas
con la generación de energía eléctrica, que se explican en la Sec. 16.8.

16.3 Clasificación de los residuos radiactivos.


Existe una amplia variedad de residuos radiactivos. Históricamente, se han realizado diversas
clasificaciones atendiendo a diferentes características de los mismos. Así, en un principio se
dividieron atendiendo a su estado físico, haciéndolo posteriormente en función de su
radiactividad específica y del tipo de radiación que emitían (alfa, beta o gamma).
Actualmente, la clasificación más utilizada es la que se refiere al tipo de tratamiento y
almacenamiento que puede utilizarse para los diferentes tipos de residuos. Esta clasificación
considera, fundamentalmente, el periodo de semidesintegración que tienen los diferentes
radionucleidos contenidos, así como la actividad específica de los mismos. En función a estas
características en España, actualmente, los residuos se clasifican como: de baja y media
actividad; y de alta actividad.
Los residuos radiactivos de baja y media actividad (RBMA), son los que contienen emisores
beta-gamma con periodos de semidesintegración inferiores a 30 años; no son generadores de
calor, por efecto de la desintegración, ya que su radiactividad específica es baja; su
concentración en emisores alfa (de vida larga) es inferior a 0,01 curios (Ci) por tonelada
(0,37 GBq/t). Estos residuos, transcurridos 300 años, reducirán su actividad hasta tal punto

- 323 -
Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

que, desde ese momento, las dosis derivadas de las mismas son inferiores a las
correspondientes al fondo natural, ya que se partía de valores iniciales bajos.
Los residuos radiactivos de alta actividad (RAA), son los que contienen emisores alfa de vida
larga, con periodo de semidesintegración superior a 30 años, en concentraciones apreciables
por encima de 0,01 curios por tonelada (0,37 GBq/t); son generadores de calor por efecto de
la desintegración radiactiva, ya que su actividad específica es elevada. Estos residuos
contienen los productos de fisión y los elementos transuránicos generados durante el
quemado del combustible en el reactor, así como el uranio no consumido (considerando el
caso más general de no reelaboración del combustible gastado).

16.4 La generación de residuos radiactivos en el ciclo del combustible nuclear.


En este apartado hablaremos en general del caso de los reactores de agua ligera (PWR o BWR).
En la Figura 16.1 se muestra un diagrama del ciclo del combustible nuclear, que se ha explicado
extensamente en el Tema 9, con relación a la producción asociada de residuos radiactivos.

Figura 16.1 Ciclo del combustible nuclear

La mena de uranio contiene muy poca cantidad del elemento uranio, entorno a un 0,1% en
peso. Este mineral se somete a un tratamiento mecánico y químico en una fábrica de
concentrado y se transforma en un óxido de uranio: U3O8 (en inglés se le llama "yellowcake"
por su característico aspecto de pasta amarilla). En este proceso se generan gran cantidad de
residuos que contienen fundamentalmente radio 226 (periodo de semidesintegración de
1599 años), radón 222 (3.82 días) e isótopos del polonio, todos ellos provenientes de la
desintegración del uranio. Estos residuos se apilan cerca de la fábrica de concentrado,
siguiendo un tratamiento diferente del resto de los residuos radiactivos, que consiste en una
cubierta con distintas capas de tierra para reducir la liberación de gas radón y así prevenir una
excesiva contaminación del aire.
El proceso que sigue es la conversión del óxido de uranio U3O8 a hexafluoruro de uranio UF6
para su posterior separación isotópica en una planta de enriquecimiento, en la que se produce
uranio enriquecido en el isótopo 235U (3-4%) a partir un uranio de partida (0,7% de 235U,

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

composición del uranio natural). Debido a que el periodo de semidesintegración del 235U es
menor que el del 238U, el uranio enriquecido es más radiactivo que el uranio natural. Este
proceso de enriquecimiento genera grandes cantidades de uranio empobrecido, con una
composición entorno al 0,3% 235U. Este uranio empobrecido se almacena para su posible uso
en algunos diseños de reactores rápidos reproductores o en reactores de transmutación,
como se verá con más detalle en el Tema 20 y el Tema 21.
A continuación del enriquecimiento se procede a la fabricación del combustible, previa
conversión del hexafluoruro de uranio a óxido de uranio (ahora UO2). En este proceso se
generan gran cantidad residuos a pesar de las labores de reciclaje. En la Figura 16.2 se muestra
un elemento combustible.

Figura 16.2 Elemento de combustible (cortesía de ENRESA)

En la central nuclear, la operación de los reactores nucleares genera residuos líquidos y


sólidos, que provienen de dos fuentes:
• activación neutrónica de metales (isótopos de hierro, cobalto y níquel)

• productos de fisión que escapan del interior de las varillas de combustible por
grietas, o generados por la fisión de residuos de uranio depositado en la superficie de
las varillas de combustible durante su fabricación

El combustible gastado es con mucho el residuo radiactivo más importante que se genera en
el ciclo del combustible. Después de su irradiación neutrónica en el reactor nuclear, el
combustible gastado se compone de productos de fisión, transuránidos (entre los que destaca
el plutonio) y uranio (con una concentración en 235U similar a la del uranio natural), y tiene
una altísima actividad. La composición detallada del combustible gastado depende del
quemado (Megavatios-día por tonelada, como se explica en el capítulo). En la Figura 16.3 se
ve un ejemplo de la composición detallada de un elemento de combustible antes y después
de la irradiación en el reactor para un quemado de 33 MWd/ton, que equivale a tres años de
operación en un flujo de neutrones térmicos de 3·1013/cm2s en promedio. Se observa cómo
el contenido de material fisible sólo disminuye de un 3,3% a un 1,43%, debido a la generación
de isótopos fisibles del plutonio, en especial 239Pu, y el contenido en 238U sólo disminuye muy
ligeramente.

- 325 -
Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

Figura 16.3 Composición del combustible nuclear antes y después de la irradiación con neutrones en un reactor
(fuente: Raymond L. Murray, Understanding Radioactive Waste, 1994. Cortesía de Battelle Press, Columbus,
OH.)

La gestión del combustible gastado implica un delicado manejo mecánico para evitar el daño
de los elementos combustibles y para minimizar la exposición del personal a la radiación. Al
final de un periodo típico de operación de 1 año para un PWR, se desmonta la tapa de la vasija
del reactor. Todo el espacio hasta arriba de la vasija se llena de agua borada para permitir la
extracción de los elementos combustibles estando sumergidos. Los niveles de radiación en la
superficie de un elemento combustible sin blindaje son de millones de rems por hora.
Mediante el uso de grúas movibles, los elementos de combustible individuales que pesan en
torno a 600 kg se extraen del núcleo del reactor y son transferidos a una piscina de agua en
un edificio contiguo (en algunos diseños esta piscina está en el mismo edificio de contención),
en la que se disponen en rejillas (racks). Se extrae en torno a un tercio del núcleo; el resto del
combustible se reubica para obtener la distribución de potencia deseada en el siguiente ciclo,
y los huecos se llenan con elementos de combustible fresco. Los 40 pies de altura del agua
sirven de blindaje y de refrigerante para eliminar el calor residual debido a los productos de
fisión. Como ejemplo, la potencia residual de todo el combustible de un reactor de 3000 MW
térmicos después de tres meses de la parada es de 8.26 MW, esto equivale en actividad,
suponiendo partículas liberadas de 1 MeV, a 1,4 billones de curios (5.2·1019 Bq). Para asegurar
la integridad del combustible, se controla la pureza del agua en la piscina mediante filtros y
desmineralizadores, y la temperatura se mantiene mediante intercambiadores de calor.
La estructura de almacenamiento consiste en unos racks de acero inoxidable que se disponen
en posición vertical y soportan y mantienen la separación entre los elementos combustibles
para prevenir la criticidad, ya que el factor de multiplicación k de un elemento es bastante
cercano a 1. En el momento en que se diseñaron la mayoría de las centrales nucleares

- 326 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

españolas, se esperaba que el combustible permaneciera durante un tiempo de enfriamiento


del orden de meses, después de lo que se los elementos combustibles se enviarían a un
almacenamiento definitivo. Por tanto, la capacidad era de alrededor de dos núcleos
completos, con la posibilidad de tener que vaciar todo combustible del reactor para
reparaciones. Más adelante se ha ido retrasando la decisión, todavía no tomada a día de hoy,
del almacenamiento definitivo del combustible gastado, y el combustible gastado ha tenido
que ser almacenado en las piscinas de combustible durante un tiempo mucho mayor. La
primera acción que se tomó para solucionar el problema del almacenamiento prolongado fue
aumentar la capacidad de las piscinas de combustible mediante la reubicación de los racks,
reduciendo el espacio entre los elementos combustibles y añadiendo materiales absorbentes
de neutrones para inhibir la multiplicación neutrónica. Otras alternativas llevadas a cabo en
España y en otros países fueron las siguientes: envío del combustible gastado a piscinas de
centrales nucleares más nuevas con espacio libre para su almacenamiento, construcción de
piscinas suplementarias en la central o en una instalación centralizada al efecto, consolidación
de las varillas, mediante su compactación dentro de un contenedor, permitiendo una
reducción de volumen del orden de 2, almacenamiento de grupos de elementos combustibles
secos en grandes contenedores sellados para evitar la entrada de agua, o la variante de
almacenar todos los elementos intactos en una cámara. La opción más favorable es el
almacenamiento en seco, y la solución ideal sería utilizar el mismo contenedor para
almacenamiento temporal, transporte y almacenamiento definitivo.
La cantidad de material de combustible gastado a gestionar como residuo anualmente puede
parecer sorprendentemente pequeña. Por ejemplo, en el caso de EEUU con 100 reactores el
volumen de combustible gastado generado en un año llenaría un campo de fútbol con una
profundidad de menos de 10 pulgadas (suponiendo que los elementos combustibles pudieran
colocarse pegados unos a otros). Si estimamos la cantidad de productos de fisión generados
en el combustible gastado, llegamos a la conclusión de que los residuos de un año de
operación de un reactor nuclear caben debajo de una mesa de despacho, pero este volumen,
aún en el caso de reprocesamiento de combustible, sería considerablemente mayor.

Tabla 16.1 Fabricación de combustible MOX para reactores de agua ligera en el mundo (t/año)

Año: 2001 2005


Bélgica y Francia 175 195
Japón 10 100
Rusia - 60
Reino Unido 120 120
Total 305 475

La nueva central prevista para 2005 está en construcción. La IAEA prevé una capacidad en 2005 de entre 430 y
610 ton/año.
Fuente: OECD/NEA 2000 Nuclear Energy Data, Nuclear Eng. International handbook 2002.

Para el tratamiento del combustible gastado tenemos dos vías, según se trate de ciclo abierto
o ciclo cerrado de combustible. En el ciclo abierto, que es la opción de España, después de un
almacenamiento temporal el combustible gastado se lleva al almacenamiento definitivo, que

- 327 -
Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

se explica con detalle en la Sec. 15.6 sobre la gestión de residuos de alta actividad. El ciclo
cerrado contempla el reprocesamiento de combustible gastado, proceso el que se generan
residuos adicionales.
Durante el reprocesamiento, como se ha visto en el Tema 9, se obtienen los siguientes
productos:
• Uranio, que por separación isotópica en una planta de enriquecimiento da de nuevo
uranio enriquecido y uranio empobrecido. Este último se almacena para su uso
futuro en reactores rápidos reproductores o sistemas transmutadores.

• Plutonio, que mezclado con uranio, ambos en forma de óxidos, puede usarse como
combustible de óxidos mixtos o MOX (Mixed Oxide) en reactores adaptados para ello.
En las fábricas de combustible MOX hace falta una protección más exhaustiva a los
trabajadores debido al riesgo de exposición al plutonio. En la Tabla 16.1 se ve la
producción anual de tales combustibles.

• El resto son productos de fisión y actínidos, que son residuos de alta actividad,
excepto en el caso de algunos nucleidos que por su interés se extraen previamente al
vitrificado final.

En cuanto a los residuos generados durante el reproceso tenemos gases y neptunio. Los gases
se generan sobre todo durante el troceado y disolución en ácido nítrico.
Los residuos gaseosos más importantes son:
• Yodo 131 (8,04 días), que se reduce mucho con almacenamiento temporal

• Krypton 85 (10,73 años), gas noble que causa problemas porque se resiste a
combinarse químicamente para su almacenamiento. Hay dos posibilidades para su
gestión: dilución mediante chimeneas altas y eliminación a la atmósfera, o bien
absorción en un medio poroso como charcoal a temperaturas muy bajas

• Tritio (12,32 años), procedente de fisiones ternarias y de baja peligrosidad, pero muy
difícil de aislar porque el agua que lo contiene se comporta como agua ordinaria

La cantidad de neptunio (2,355 d) generada durante el reproceso depende mucho del tiempo
de enfriamiento del combustible o tiempo transcurrido desde la parada del reactor; después
de un mes la cantidad es casi despreciable.

16.4.1 Ventajas del reproceso desde el punto de vista de la gestión de


residuos radiactivos.
A continuación se enumeran las más importantes:
• Posible irradiación y transmutación de los transuránidos de larga vida distintos al
plutonio en sistemas transmutadores asistidos por acelerador (ADS Accelerator
Driven Systems) o sistemas similares, con la consiguiente obtención de energía, de

- 328 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

algún isótopo de utilidad y un menor volumen de residuos de alta actividad mediante


la transmutación a isótopos estables o de vida más corta.

• Algunos productos de fisión sí se separan, como el krypton 85, el estroncio 90 y el


cesio 137, que tienen utilidad en aplicaciones industriales o en la irradiación de
alimentos

• La separación de radionucleidos de vida intermedia permite acercar los contenedores


de residuos de alta actividad en el almacenamiento definitivo por su menor potencia
calorífica

• Permite la obtención de elementos rare de valor nacional económico y estratégico,


obtenibles sde los productos de fusión, normalmente dependientes de importar de
otros países (dependencia política) como por ejemplo el rodio, paladio y rutenio.

• Disminuye el volumen de residuos de alta actividad, por la extracción del uranio

• El uranio extraído, si no se recicla, se puede utilizar en futuros mantos (blankets) de


reactores reproductores y también en reactores transmutadores

En relación con la proliferación internacional de las armas nucleares, asunto que se trata con
detalle en el Tema 17, el plutonio obtenido de la operación de centrales nucleares mediante
reprocesamiento puede contemplarse como material para la fabricación de armas nucleares,
pero se ha reconocido inútil para este uso debido a su alto contenido en 240Pu, que emite
neutrones de fisión espontánea.

16.5 El transporte de los residuos radiactivos


El transporte de las sustancias radiactivas se realiza de acuerdo con las recomendaciones
establecidas por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), las cuales son
recogidas por la Organización de Naciones Unidas y posteriormente a través de los
correspondientes órganos legislativos, convertidas en reglamentaciones de ámbito nacional e
internacional. En el caso europeo, la legislación vigente es el Acuerdo Europeo para el
Transporte de Mercancías Peligrosas por Carretera (ADR).
La citada normativa contempla entre otros aspectos, los ensayos a que deben ser sometidos
los bultos (resistencia a la caída, al calor, estanqueidad, etc.), los controles radiológicos a
realizar sobre el material, el etiquetado de la carga para su expedición, etc. También regula la
formación de los conductores, el equipamiento de los vehículos, la documentación preceptiva
que acompañará al transporte y las medidas de seguridad que deberán ponerse en marcha en
caso de accidente.
El objetivo del Reglamento de Transporte es proteger contra la dispersión del material
radiactivo y su posible asimilación por parte de personas que estén en las inmediaciones
durante el transporte normal o en caso de accidente y contra el riesgo que suponen las
radiaciones que emite el bulto.

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Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

Estos objetivos se logran tomando las siguientes medidas:


• Asegurando que la contención del material radiactivo sea adecuada para evitar su
dispersión y asimilación por parte de personas que estén en las inmediaciones
durante el transporte normal o en caso de accidente. Se toman en cuenta tanto el
diseño, como la actividad y la naturaleza de su contenido.

• Controlando el nivel de la radiación externa y proporcionando señales de advertencia


sobre el contenido del bulto. Se toman en consideración en este caso. el nivel
máximo de radiación en la superficie externa del bulto. el marcado y etiquetado de
dichos bultos. y los requisitos para su estiba durante el transporte.

16.6 Gestión de los residuos de media y baja actividad (RMBA).


La estrategia seguida para la gestión de los residuos radiactivos de baja y media actividad es
su almacenamiento definitivo. Las tecnologías se basan en evitar la presencia de
radionucleidos de periodo medio y largo (mayores de 30 años) y en crear barreras de
ingeniería para su confinamiento, que deberán permanecer estables durante unos 300 años,
tiempo que tardará la radiactividad de los residuos almacenados en alcanzar los niveles del
fondo natural.

16.6.1 Situación internacional del almacenamiento de residuos de baja y


media actividad.

Después de las reuniones de la "Convención de Londres" para la prevención de la


contaminación de los mares del año 1983. La opción del vertido marino quedó en moratoria
hasta el año 1993 en que se prohibió definitivamente este sistema de evacuación de residuos
radiactivos. España, desde su adhesión a la Convención de Londres se ha mostrado contraria
al vertido de residuos al océano.
En la actualidad las dos opciones que se contemplan para este tipo de residuos son las
siguientes:

Almacenamiento subterráneo.
Este método consiste en aprovechar minas o galerías subterráneas artificiales para almacenar
los residuos de baja y media actividad previamente acondicionados.
Cuando el almacenamiento esté lleno los túneles de entrada serán sellados con bentonita.
Cuando todo el almacenamiento se haya sellado los túneles de transporte también serán
sellados hasta la superficie para evitar la posibilidad de acceso futuro. Una vez hecho esto el
almacenamiento no necesitará ninguna vigilancia posterior.
Algunos países como Suecia. Alemania y Finlandia han optado por esta modalidad de
almacenamiento (ver Tabla 16.2).

Almacenamiento superficial con barreras de ingeniería.


El tipo de almacenamiento terrestre superficial con barreras de ingeniería proporciona tres
acciones en serie que separan los radionucleidos contenidos en los residuos de la biosfera:

- 330 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

• El bidón de confinamiento donde están situados los residuos. que han sido
previamente inmovilizados y que verifican unos criterios de aceptación para su
almacenamiento.

• Las barreras u obras de ingeniería.

• El propio terreno que retarda la migración de los radionucleidos que escapan de las
barreras anteriores.

En la vida de un almacenamiento de este tipo existen dos fases:


• La fase de explotación del centro, durante la cual los residuos son almacenados.

• La fase de vigilancia que dura mientras los residuos almacenados puedan presentar
riesgo radiológico. Una vez concluida esta última. el emplazamiento puede ser
empleado sin restricciones de orden radio lógico para cualquier uso.

El fin primordial de las barreras de ingeniería es impedir que el agua superficial o subterránea
entre en contacto con los bidones por lo que las características esenciales del almacenamiento
deben ser:
• Estar situado por encima del nivel más alto que puedan alcanzar las aguas
subterráneas (nivel freático).

• Estar protegido de las aguas superficiales (lluvia. etc.) por una cobertura
impermeable.

• Disponer de sistemas colectores y de control radiológico donde se detecten y


eventualmente se traten las posibles aguas de infiltración.

En el caso de una situación accidental en que haya degradación de las barreras durante las
fases de explotación y vigilancia, se propone el objetivo de seguridad de un impacto
radiológico inferior al fondo natural y, por supuesto, inferior a los límites de dosis impuestos
por los reglamentos para una situación normal.
Esta modalidad de almacenamiento ha sido adoptada por diversos países como España,
Francia y Japón (Tabla 16.2).

- 331 -
Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

Tabla 16.2 Principales instalaciones de RMBA en el mundo (cortesía del Colegio de Físicos y ENRESA).

16.6.2 Situación en España del almacenamiento de residuos de media y baja


actividad.
En la Figura 16.4 se muestran las distintas fases de la gestión de los residuos de baja y media
actividad en España, desde la retirada de los residuos hasta almacenamiento definitivo en el
Cabril.
El transporte de los residuos lo realiza ENRESA como explotador responsable bien con medios
propios en el caso de la retirada de los generados por pequeños productores o bien a través
de compañías especializadas en el caso de los residuos acondicionados.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 16.4 Fases de la gestión de los residuos de baja y media actividad: retirada (1), acondicionamiento (2 y
3), transporte (4) y almacenamiento definitivo en el Cabril (5, 6, 7 y 8). Cortesía de ENRESA

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Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

En los contratos firmados entre ENRESA y los productores de residuos se han recogido los
criterios y especificaciones técnicas a considerar en relación con la caracterización y
aceptación de residuos para su posterior almacenamiento en El Cabril.
Una pieza clave en todo el proceso de comprobación de la calidad de los residuos es el
Laboratorio de Verificación de la Calidad de Residuos de Baja y Media Actividad para la
realización de los ensayos correspondientes (destructivos. de comprobación, caracterización.
etc.). Dicho laboratorio forma parte de las instalaciones de El Cabril junto con la Planta de
Acondicionamiento, Estructuras de Almacenamiento y otros Servicios.

Almacenamiento de residuos de baja y media actividad en El Cabril.


Para asegurar el almacenamiento de los residuos de baja y media actividad producidos en
nuestro país. ENRESA dispone del centro de El Cabril en la provincia de Córdoba cuyas obras
de ampliación culminaron en 1992 y que cuenta con una capacidad para unos 45.000 m3 de
residuos acondicionados, suficiente para almacenar los residuos generados en nuestro país
hasta la segunda década del siglo XXI.
A continuación se van explicando las distintas fases:

Acondicionamiento, transporte, caracterización y aceptación de los residuos.


El tratamiento y acondicionamiento previo de los residuos de baja y media actividad, excepto
en el caso de los pequeños productores, es responsabilidad del productor, el cual debe
generar unos bultos que satisfagan los criterios de aceptación definidos por ENRESA para su
posterior acondicionamiento y almacenamiento definitivos en El Cabril. Para los pequeños
productores el tratamiento y acondicionamiento de los residuos es llevado a cabo en las
instalaciones de El Cabril.

Figura 16.5 Sistema de barreras múltiples para el aislamiento de RMBA (cortesía de


ENRESA)

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

El Cabril incorpora las tecnologías más modernas en este tipo de instalaciones. Técnicamente,
la instalación está basada en un sistema de almacenamiento superficial con barreras de
ingeniería interpuestas, similar al modelo francés (ver Figura 16.5). Este sistema garantiza el
cumplimiento de los objetivos y criterios de seguridad requeridos, de modo que no exista
impacto radiológico significativo alguno durante el tiempo necesario hasta que la actividad de
los residuos decaiga a valores inocuos.
La instalación está integrada, básicamente, por los edificios y estructuras siguientes:
a) Edificio de Acondicionamiento de residuos de baja y media actividad. donde están
ubicados los sistemas de tratamiento y acondicionamiento necesarios (compactación.
incineración, fabricación de conglomerante hidráulico. etc.) destinados a los residuos
líquidos y sólidos procedentes de la aplicación de radisótopos en la medicina. industria,
agricultura e investigación; a los residuos sólidos procedentes de CIEMAT, Juzbado y
centrales nucleares, así como a los residuos generados en la propia instalación como
consecuencia de su funcionamiento.
b) Estructuras de almacenamiento de los residuos de baja y media actividad debidamente
acondicionados, procedentes de las instalaciones nucleares y radiactivas españolas,
formadas por celdas alineadas en dos explanadas y en doble fila.
c) Laboratorio de Verificación de la Calidad, destinado al desarrollo de los procesos de
caracterización, ensayos de verificación y control de las características de los bultos
radiactivos que se reciban o acondicionen en la instalación y al desarrollo de
actividades de investigación. destinadas a mejorar los procesos de acondicionamiento
y caracterización de los residuos de baja y media actividad.
d) Edificios de Servicios y Control (seguridad industrial, recepción, servicios técnicos,
servicios generales, taller de mantenimiento, fabricación de contenedores de
hormigón y administración).
El almacenamiento de El Cabril ha sido diseñado para no producir impacto radiológico alguno
en el medio ambiente, ni durante su operación, ni en el futuro.
Para garantizar que esto se cumple, se lleva a cabo un Programa de Vigilancia Radiológica
Ambiental, consistente en la toma periódica de muestras y medidas de radiactividad en el aire,
las aguas, las plantas y otros seres vivos del entorno, debiéndose mantener los valores
medidos por debajo de los indicados por la reglamentación vigente.
Periódicamente se envían los informes al Consejo de Seguridad Nuclear, Ministerios
correspondientes, Junta de Andalucía, Consejería de Medio Ambiente y Ayuntamientos
próximos a la instalación, que recogen los resultados que se obtienen en la aplicación de estos
programas de vigilancia.
Además, el compromiso medioambiental aborda tareas tales como el cuidado del entorno, la
minimización en la generación de residuos, la optimización de recursos hídricos y la mejora de
los procesos.
Estas actuaciones llevaron a El Cabril, en agosto de 1997, a obtener de AENOR la certificación
en la Norma ISO 14001, Sistema de Gestión Medioambiental, siendo una de las primeras
instalaciones industriales en conseguirlo.

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Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

16.7 Gestión de residuos de alta actividad. El combustible gastado.


A lo largo del denominado ciclo de combustible nuclear aparecen la totalidad de los residuos
radiactivos que tienen su origen en la producción de energía nucleoeléctrica. El combustible
gastado para el ciclo abierto (caso español) y los residuos de reproceso para el caso de ciclo
cerrado son los residuos de alta actividad que se generan.
En el combustible (UO2) aparecen productos de fisión (como el estroncio 90 y el cesio 137)
fundamentalmente emisores beta y gamma, y elementos transuránicos (plutonio y los
minoritarios neptunio, americio y curio), emisores alfa principalmente. En la vaina y en los
materiales estructurales aparecen los denominados productos de activación (como el cobalto
60 y el níquel 63), generados por reacciones de captura neutrónica por parte de algunos
elementos constituyentes de los mismos, dando lugar a isótopos radiactivos.
En cuanto a la gestión del combustible gastado, el camino seguido es depositarios en la piscina
de la central, una vez que se retira del reactor, con el fin de que pierda calor y decaiga su
actividad radiológica. Tras esta primera etapa de una duración de tres a cinco años, el
combustible, si no es reprocesado, pasa a una segunda fase denominada almacenamiento
temporal, la cual se prolongará durante el tiempo necesario hasta su tratamiento definitivo.
Se han desarrollado y están operativos industrialmente dos tipos de almacenes temporales:
en húmedo, en piscinas como las que existen en todas las centrales nucleares: y en seco, en
contenedores metálicos o de hormigón. En ambos casos se puede construir un almacén
centralizado para el conjunto de un país.
Para el tratamiento definitivo del combustible gastado o los residuos de alta actividad, en este
momento se plantean dos alternativas: el almacenamiento geológico profundo (AGP),
técnicamente resuelto, aunque con no pocos problemas de aceptación social debido a su larga
duración, existiendo ya uno en construcción; y la separación y transmutación (ST), sistema en
vía de desarrollo tecnológico, que como veremos más adelante requiere también un
almacenamiento definitivo en AGP.
La tecnología del AGP se basa en la creación de barreras en torno a los residuos, pero dado
los largos periodos de semidesintegración de estos materiales las barreras de ingeniería son
reforzadas con barreras geológicas.
La tecnología de S-T tiene por finalidad lograr radionucleidos de menor radiotoxicidad que los
de partida. Se está estudiando su aplicación para la transmutación de los llamados actínidos
"menores", presentes en los residuos de alta actividad del reproceso. Pero, para ello, es
necesario aislar previamente los mencionados actínidos y prepararlos para su irradiación en
un reactor o en un acelerador. Es una formidable tarea, a la que apuntan muchas de las
investigaciones actuales. En la Figura 16.6 se muestran las opciones de gestión del
combustible irradiado incluyendo la opción de reprocesado avanzado, que hace uso de la
separación y la transmutación.
El reproceso del combustible se lleva a cabo troceando las varillas e introduciéndolas en una
disolución de ácido nítrico concentrado, en la que se disuelven las pastillas del combustible.
Seguidamente, mediante disolventes selectivos se extrae el uranio y el plutonio que
contienen, quedando como residuo radiactivo un líquido que contiene los productos de fisión
y activación, así como los transuránicos menores. También aparecen como residuos los restos
de las vainas del combustible que están contaminadas por su contacto con las pastillas del
combustible y por radionucleidos de activación. Los residuos de alta actividad contenidos en

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

el líquido se incorporan a una matriz sólida de sílice borada que es confinada en un contenedor
metálico. Los restos de vaina resultantes del troceado son prensados y depositados en
contenedores metálicos como los usados para los vidrios.
En los últimos años se está analizando un nuevo tipo de gestión que, basada inicialmente en
el reproceso, añadiría la posible separación de actínidos minoritarios y algunos productos de
fisión (reproceso avanzado), y su transmutación.
Si se demostrara la viabilidad, científica y tecnológica, del reproceso avanzado y la
transmutación de los radionucleidos de vida larga, se podría disminuir la actividad/inventario
radiotóxicos de los residuos de alta radiactividad. Sin embargo, dados los rendimientos
posibles de estos procesos, no se podrán eliminar totalmente estos residuos y el
almacenamiento definitivo aparecerá siempre como un factor común en cualquiera de las
opciones adoptadas.

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Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

Figura 16.6 Opciones de gestión del combustible irradiado (cortesía de la Fundación COTEC para la Innovación
Tecnológica)

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

16.7.1 Necesidad del almacenamiento definitivo de los RAA.


La necesidad de una gestión definitiva de los RAA se fundamenta en que, con independencia
de la opción que se aplique al combustible gastado, siempre existirá un volumen de RAA y
residuos de media actividad y larga vida a los que habrá que dar una solución definitiva.
Al igual que para otro tipo de residuos, existen básicamente tres opciones de gestión: dilución
y dispersión, almacenamiento y vigilancia, almacenamiento definitivo por contención y
aislamiento. En cuanto a la eliminación de residuos por transmutación nuclear, como se ha
dicho anteriormente, su eficacia no sería suficiente para eliminar todos los residuos
radiactivos de larga vida y no evitaría, por tanto, la necesidad de una estrategia de aislamiento
a largo plazo.
La dilución y dispersión de los residuos en el aire y agua de la biosfera se aborda actualmente
con gran precaución y no es aceptada excepto para pequeñas emisiones, sometidas a un
estricto control regulador.
La estrategia de almacenamiento y vigilancia requiere controles institucionales activos para
garantizar la seguridad y evitar la intrusión humana inadvertida. Supone pasar la
responsabilidad de las acciones reales a las generaciones futuras y necesita, por tanto, de la
estabilidad de las sociedades del futuro y su continuada capacidad de aplicar las medidas
necesarias de seguridad e institucionales. Una deficiencia significativa de esta estrategia es,
en consecuencia, su vulnerabilidad frente a cambios en la sociedad que no son predecibles ni
controlables en el medio y largo plazo. Los desarrollos sociales solo pueden predecirse en
períodos del orden de varias décadas y son considerablemente más inciertos que la evolución
geológica.
La estrategia de almacenamiento definitivo consiste en aislar los residuos de la biosfera
durante períodos de tiempo muy prolongados, asegurar que las sustancias radiactivas
residuales que lleguen a la biosfera estén en concentraciones admisibles y reducir a niveles
aceptables el riesgo de la intrusión humana inadvertida.
El almacenamiento definitivo en formaciones geológicas es el método más ampliamente
propuesto para conseguir los objetivos anteriores. Tal solución sería esencialmente pasiva y
permanente y no requeriría ninguna intervención o control institucional por parte de las
generaciones futuras, aun cuando ésta sería siempre posible, si así se precisara. El
confinamiento geológico ofrece una gran estabilidad a largo plazo, asociada a la lentitud de
los procesos naturales y al alejamiento de posibles procesos disruptivos asociados al hombre
y a la inestabilidad histórica de sus estructuras sociales.
Teniendo en cuenta que los residuos de alta actividad se caracterizan por la alta actividad
específica de los emisores de vida corta, con concentraciones significativas de emisores de
vida larga y considerable generación de calor, los principales aspectos a considerar para definir
los requisitos de funcionalidad de cualquier sistema de almacenamiento son:
• Aislar el residuo por un período de tiempo suficientemente largo, utilizando tanto las
barreras artificiales -residuo, contenedor y material de relleno- como las
naturales -medio geológico-.

• Asegurar una tasa baja de emisión de radiación una vez que ha concluido el período
previsto de aislamiento total.

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Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

• Aislar el residuo de la posible intrusión humana y procesos naturales de tipo


catastrófico.

• Utilizar un sistema de almacenamiento que sea acometible con tecnología al uso y a


un coste razonable.

• Conocer adecuadamente los procesos que controlan el comportamiento a largo plazo


del sistema de almacenamiento elegido, bien sean físicos, químicos e incluso
biológicos.

Las formaciones geológicas se caracterizan por su gran edad y, en la mayoría de los casos, su
considerable estabilidad a largo plazo. La evacuación de los RAA en formaciones geológicas
adecuadas sitúa a los residuos fuera del ambiente humano y del alcance de la mayoría de los
posibles procesos disruptivos, proporcionando un nivel de protección radiológica suficiente.
La posibilidad real de evacuar los residuos en un medio donde la lentitud de los procesos
naturales afecte muy lentamente al comportamiento del medio, permite aproximarse con
efectividad al requisito del período de aislamiento que se impone al residuo para su
evacuación segura.
Los procesos geológicos que afectarán al comportamiento de residuos así evacuados son, en
su inmensa mayoría, los derivados de la presencia de agua en la roca hospedante y las
formaciones infra y suprayacentes. Las formaciones geológicas por debajo del nivel freático
están saturadas; el agua se mueve lentamente a través de la roca pudiendo lixiviar el residuo
y transportarlo a la biosfera. El comportamiento del agua en la roca (hidrogeología) es un
factor crítico para la selección de un medio geológico hospedante para la evacuación segura
de los RAA.

16.7.2 Tiempo necesario de confinamiento de los RAA.


Un tratamiento correcto de los residuos radiactivos exige un confinamiento de los mismos
durante el tiempo suficiente para que su actividad radiológica descienda a niveles asumibles.

Figura 16.7 Referencia de decaimiento de la radiactividad (cortesía ENRESA)

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

En la Figura 16.7 se ha representado el decaimiento de la radiactividad por grupos de


productos (actínidos y productos de fisión), así como la actividad que tendría la cantidad del
mineral de uranio necesario para obtener el combustible nuclear empleado.
En las curvas de decaimiento se observa que: en los productos de fisión el nivel de actividad
desciende al del mineral de uranio en mil años; y que en los actínidos se alcanza esa referencia
en unos diez mil años.

16.7.3 El Almacenamiento Geológico Profundo (AGP).


El almacenamiento geológico profundo (AGP) es la opción internacionalmente aceptada para
la gestión definitiva de los RAA. Este sistema de almacenamiento final se ha adoptado
asimismo en España, donde se han seleccionado granitos, arcillas y sales como formaciones
favorables para el AGP.
Sus objetivos básicos son los siguientes:
• Asegurar la protección a largo plazo del hombre y su ambiente contra radiaciones
ionizantes, de acuerdo con los principios de protección radiológica aceptados en la
actualidad.

• Asegurar el aislamiento duradero de los RAA, respecto al medio humano, así como la
innecesaria realización de ningún tipo de acción preventiva o correctiva en el futuro
para mantener la capacidad de confinamiento del repositorio, todo ello sin imponer
restricciones significativas a las generaciones futuras por la existencia del mismo

• Este tipo de almacenamiento, basado en la interposición de un sistema de barreras


múltiples entre los residuos y el medio ambiente, se justifica por las siguientes
razones:

o Tecnológicas: existen soluciones técnicas viables para diseñar, construir,


operar y clausurar un almacenamiento de este tipo con las tecnologías
existentes.

o Ambientales y de seguridad: el nivel de protección para el hombre y el medio


ambiente proporcionado por un almacenamiento geológico así concebido, es
adecuado a corto y largo plazo.

o De buena práctica internacional: el almacenamiento geológico es la opción


internacionalmente aceptada por todos los países con la problemática de la
gestión de los RAA y recomendada por los organismos internacionales (OIEA y
AEN/OCDE).

16.7.4 El sistema multibarrera.


En un almacenamiento geológico profundo, el aislamiento de los residuos de la biosfera se
consigue mediante la interposición de un sistema de barreras múltiples, tanto naturales como
artificiales, y su seguridad a largo plazo se alcanza mediante la aplicación de tres principios
básicos:

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Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

• Contención y aislamiento, que permite que los radionucleidos pasen a elementos


estables antes de entrar en contacto con el hombre y su medio ambiente.

• Retención y retardo que permite, una vez perdido el confinamiento, limitar las tasas
de emisión de radionucleidos mediante una muy baja disolución del combustible
gastado, un transporte muy lento y una alta sorción en el sistema de barreras.

• Condiciones favorables del receptor que permite limitar las dosis al hombre y el
medio ambiente.

Los dos primeros principios básicos de seguridad se consiguen imponiendo criterios y


requisitos funcionales al sistema de barreras artificiales y naturales así como al diseño del
almacenamiento profundo. El tercer principio se puede alcanzar mediante una situación y
configuración adecuada del almacenamiento.
Este concepto, multibarrera, consensuado internacionalmente, supone que la seguridad a
largo plazo del sistema de almacenamiento no debe descansar en una sola barrera, natural o
artificial, sino en el funcionamiento combinado de varias barreras pasivas de forma que:
• Posibles deficiencias en una barrera no dañen de forma sustancial el
comportamiento global del sistema.

• Cambios previsibles en las condiciones del almacenamiento afecten sólo


parcialmente al sistema de barreras.

El concepto persigue un elevado nivel de redundancia para mantener las condiciones de


seguridad a largo plazo, incluso aun cuando se considere que el funcionamiento adecuado de
una barrera sea suficiente bajo cualquier condición real imaginable.
Como consecuencia del funcionamiento interactivo entre las distintas barreras y, en
particular, de la complejidad de los procesos a considerar cuando se intenta predecir posibles
cambios en sus condiciones y funcionamientos iniciales, el comportamiento de cada barrera
está condicionado a las propiedades de las otras.
Los componentes del sistema de barreras múltiples aparecen en la figura siguiente y se
describen a continuación.

Figura 16.8 Barreras del AGP (cortesía de ENRESA)

- 342 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

16.7.5 Diseño genérico del almacenamiento profundo.


El diseño básico adoptado por ENRESA considera la cantidad total de RAA esperados para una
vida útil de 40 años de las centrales nucleares españolas: 20.000 elementos de combustible
gastado, 11.850 PWR y 8.150 BWR, 50 cápsulas de vitrificados y cerca de 4.200 m3 de RMA
(residuos de media actividad y larga vida). El diseño genérico del repositorio de referencia
tiene en cuenta los siguientes criterios generales:
• El repositorio se ubicará en una roca homogénea a una profundidad apropiada, para:
proteger al residuo emplazado de los eventos externos; restringir la movilidad de los
radionucleidos a la biosfera; y proporcionar una protección razonable frente a la
intrusión humana.

• No se prevén procesos de desensamblaje. El combustible gastado intacto será


directamente encapsulado para su almacenamiento final.

• El período de contención mínimo para la cápsula de almacenamiento será de 1.000


años.

• La disposición de las instalaciones del repositorio asegurará una completa separación


entre las actividades de construcción y de emplazamiento de residuos, que se
realizarán simultáneamente.

• Las áreas de almacenamiento de residuos de alta actividad y de residuos de media


actividad estarán separadas convenientemente al objeto de evitar cualquier
indeseable interacción físico-química.

El repositorio genérico constará de diferentes instalaciones a construir en superficie y bajo


tierra. Las instalaciones de superficie comprenden las instalaciones para recibir y encapsular
el combustible gastado, así como las instalaciones en superficie necesarias para desarrollar el
repositorio subterráneo. Las instalaciones subterráneas comprenden el área de
infraestructura minera y los campos de almacenamiento de combustible gastado y RMA.
Las instalaciones de superficie estarán conectadas a las instalaciones subterráneas por medio
de 4 accesos. En el repositorio, las cápsulas de almacenamiento con el combustible gastado
serán emplazadas horizontalmente a lo largo de las galerías de almacenamiento, que serán
rellenadas con bloques compactos de un material adecuado compatible con la roca alojante.

- 343 -
Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

Figura 16.9 Concepto de Almacenamiento Geológico Profundo en España (cortesía de ENRESA)

Las instalaciones de superficie.


Las instalaciones en superficie, que ocupan un área de 480.000 m2, incluyen en superficie
todas las instalaciones necesarias para operar el repositorio tipo mina y para acceder a las
instalaciones subterráneas. La característica principal de las instalaciones de superficie es su
completa separación en una parte convencional, clasificada radiológicamente como zona de
acceso libre, y un área de protección radiológica. El área de acceso libre incluye los edificios
de almacenamiento y preparación del material de relleno, las instalaciones de superficie de
los pozos de ventilación y de servicio, las infraestructuras convencionales del emplazamiento
y de la mina, la escombrera, y los edificios de administración, información y seguridad. El área
de protección radiológica incluye el área de maniobra de vehículos de contenedores de
transporte, la planta de encapsulado, el pozo principal y la infraestructura auxiliar en
superficie del acceso del residuo a las instalaciones subterráneas.
El combustible gastado se envía al emplazamiento en contenedores de transporte o
directamente desde las centrales nucleares o desde una instalación de almacenamiento
centralizado. En la planta de encapsulado los elementos de combustible gastado son
descargados de los contenedores de transporte y encapsulados en los contenedores de
almacenamiento de acero al carbono. Seguidamente se transportan al interior, al nivel de
emplazamiento del repositorio, para su almacenamiento final.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Los residuos llegan al destino final a través del acceso de residuos (rampa o pozo), mientras
que el acceso convencional al interior se realiza a través del pozo principal y del pozo de
servicio, por los que se lleva a cabo la entrada de personal y de materiales. Estos tres accesos,
junto con un pequeño pozo de ventilación, aseguran sistemas de ventilación independientes
para las áreas de construcción y de emplazamiento de residuos.

Las instalaciones subterráneas.


El concepto de referencia genérico contempla: almacenamiento final en galería del
combustible gastado; un área específica del repositorio para los RMA. Así, el repositorio
incluye un área de almacenamiento de RAA, un área de almacenamiento de RMA y un área
central de infraestructura. La disposición general del repositorio está dividida en paneles
rectangulares que se adaptarán a las características de la roca alojante. Cada campo de
almacenamiento consta de un sistema de galerías de almacenamiento horizontales paralelas.
Las cápsulas se emplazan horizontalmente en galerías de almacenamiento circulares con un
diámetro de 2,40 m, que ofrecen espacio suficiente para las actividades de construcción y
emplazamiento. Una capa de un material de propiedades adecuadas de aproximadamente
0,72 m de espesor actuará como elemento de sellado o de relleno, rodeando a la cápsula.
El calor emitido por los residuos radiactivos se propaga a través del medio alojante y genera
un incremento de temperatura que es función del tiempo. La disposición geométrica a
seleccionar para un emplazamiento específico debe ser compatible con los diferentes
requisitos térmicos impuestos al sistema de barreras. El espaciamiento entre las galerías de
almacenamiento es dependiente de las propiedades termomecánicas de la roca alojante y no
puede ser establecido para un concepto genérico. En cuanto a la galería de almacenamiento,
su longitud está limitada a 500 m por razones prácticas, tiene una sección de cerca de 5 m2 y
puede admitir hasta 87 cápsulas. Para conseguir una adecuada instalación del material de
relleno, la distancia entre cápsulas se fija en 1 m.

16.7.6 Los análogos naturales: los reactores naturales de Oklo.


Los analistas que controlaban el enriquecimiento isotópico del uranio en la fábrica de
Pierrelatte (Francia) detectaron, en 1972, una anomalía isotópica en una partida de
concentrados de uranio procedente de la República de Gabón (África). El uranio, en vez de
tener la abundancia natural de 0,7202 átomos de 235U por ciento, solo tenía el 0,7171, apenas
un 3 por mil menos.
Investigado el caso, se vio que la anomalía se encontraba en el mineral de partida (uraninita,
zona 2 de Oklo), donde se daba una extraña relación inversa, consistente en que cuanto más
alta era la ley del mineral la abundancia isotópica del 235U era menor, llegando a ser en algunos
casos tan solo de 0,44%). ¿Qué había ocurrido en el pasado geológico para que el uranio
presentara una anomalía isotópica tan pronunciada y variable de unos puntos a otros?
La cuestión dio lugar a la hipótesis de que en este sector de la mina de Oklo se había alcanzado
el estado de criticidad nuclear en el "volumen" del mineral más rico, con la ayuda del agua
subterránea como moderador y refrigerante, lo que dio lugar a la formación espontánea de
un reactor nuclear en el que se fisionó el 235U que faltaba (con respecto al 0,7202%). La prueba
de ello la dieron los elementos fisiogénicos que se formaron por decaimiento de los productos
de fisión, cuya composición isotópica es muy distinta de la que esos mismos elementos tienen
en la Tierra. Hoy día se han contabilizado hasta 18 zonas mineras en las que se dieron estos

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Tema 16 - Gestión de residuos radiactivos.

fenómenos de criticidad, que la Naturaleza ha conservado a profundidades entre 10 y


100 metros, y en las que el hombre, ahora, intenta reconstruir la morfología de aquellos
reactores naturales siguiendo los perfiles de las anomalías isotópicas. La mayoría de estos
reactores se encuentran bastante próximos entre sí en la región de Oklo; pero, un par de ellos,
de descubrimiento reciente y apenas estudiados, están situados en las localidades de
Bagombé y Okélobondo (a unos 30 km de Oklo). Estos reactores funcionaron durante unos
500.000 años, hace 2.000 millones de años, quemando un total de 6 toneladas de 235U, que
liberaron una energía estimada en 16.500 MW·a.

Figura 16.10 Reactores naturales de Oklo (cortesía de ENRESA)

El estudio de los reactores naturales de Oklo ha tenido dos fases: la primera, hasta 1980,
dedicada a los estudios neutrónicos y geológicos de estos fenómenos de criticidad natural; y,
la segunda, en plena actualidad, dedicada al estudio de estos reactores extintos como
analogías naturales de los repositorios geológicos profundos que necesitamos construir para
nuestros residuos radiactivos actuales, ya que nos ofrecen ejemplos del comportamiento de
los radionucleidos de fisión y de activación en el combustible gastado, en escenarios a muy
largo plazo, de imposible realización por el hombre. Desde este punto de vista, son
especialmente valiosas las enseñanzas de retención, en la propia matriz del combustible, de
los actínidos (Np, Pu, Am) que forman óxidos compatibles con la red de la uraninita (UO2); o
de los productos de fisión afines al grupo de metales nobles (Ru, Rh, Tc, Pd, Mo, Te), que
forman inclusiones metálicas insolubles en ella. En definitiva, los reactores nucleares de Oklo
son como unos libros, ciertamente de difícil lectura, donde están escritos los relatos de unos
sucesos nucleares que ocurrieron en el pasado geológico siguiendo las leyes de la Naturaleza.

16.8 El desmantelamiento de las centrales nucleares. El caso de la C.N. de


Vandellós I.
Al producirse la parada definitiva de una central nuclear se lleva a cabo la toma de medidas
adecuadas para que no se pueda generar ningún tipo de daño a las personas y al medio
ambiente, tanto a corto como a medio y largo plazo. En esta situación el camino
universalmente aceptado en condiciones normales, es proceder al desmantelamiento y
clausura de las instalaciones.
Esta operación implica la realización de todas aquellas actividades que tienen como resultado
final poder utilizar el espacio, hasta ese momento ocupado por las instalaciones, para
cualquier fin que se desee sin ningún tipo de restricción.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

El desmantelamiento es un proceso industrial controlado que asegura el cumplimiento de la


normativa exigida a los productos finales en función de su destino. Así tenemos que, partiendo
de la central nuclear como materia prima, se realiza: descontaminación de equipos e
instalaciones; desmontaje y demolición de elementos y estructuras; segregación de los
diferentes materiales obtenidos según sus características físicas, químicas y radiológicas, a la
vez que son acondicionados según los requerimientos de su lugar de destino -vertederos
convencionales, reciclaje, almacén de residuos radiactivos-.
La Declaración de Clausura es el acto administrativo por el cual, una vez que la instalación ha
sido desmantelada, los espacios hasta ahora sometidos a normas y condicionantes nucleares
pasan a ser considerados de libre utilización.
En el desmantelamiento de reactores comerciales de gran potencia se cuenta con escasa
experiencia en el mundo, pues es muy bajo el número de instalaciones que han iniciado esta
fase y ninguna de ellas ha finalizado completamente. En todos los casos se están siguiendo las
recomendaciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica, según las cuales, el
desmantelamiento de centrales nucleares se ha de realizar ateniéndose a los tres niveles de
desmantelamiento siguientes:

Nivel 1.
Define el periodo inmediatamente posterior a la parada final de una central y cubre el proceso
de dejar la planta en condiciones seguras, retirar el combustible gastado, los residuos de
operación y aquellos edificios auxiliares que no se necesiten en adelante.

Nivel 2.
Tiene el objeto de desmantelar los edificios y plantas exteriores al blindaje biológico de la
central nuclear. Los residuos radiactivos resultantes se almacenan fuera del emplazamiento
(en un almacén de residuos radiactivos) y el reactor se sella hasta la etapa siguiente.

Nivel 3.
Comprende la retirada del reactor de la central con su blindaje biológico y la rehabilitación
final del emplazamiento, dejándolo en condiciones seguras para un futuro uso.
Una vez terminado el desmantelamiento, se procede a declarar clausurada la instalación y a
partir de ese momento puede utilizarse el emplazamiento en las condiciones que se
establezcan en la Declaración de Clausura.
En España se ha llevado a cabo hasta el Nivel 2, el desmantelamiento de la central nuclear
Vandellós 1, una de las primeras instalaciones industriales del mundo que es sometida a esta
operación.
La planta de Vandellós 1, del tipo grafito-gas y con una potencia de 500 MW, finalizó su
actividad productiva en octubre 1989. En marzo de 1998 se inician las actividades
correspondientes al Nivel 2 de clausura y se dan por concluidas a principios de 2003. A partir
de ese momento el único edificio del emplazamiento con clasificación nuclear es el del reactor,
el cual será desmantelado tras treinta años de latencia, Nivel 3 de desmantelamiento. Los
materiales generados en el Nivel 2 de desmantelamiento, se concretan en: 16.500 t de
chatarras convencionales; 277.000 t de escombros de hormigón convencionales; pequeñas
cantidades de productos tóxicos y peligrosos; y 2.000 t de residuos radiactivos de baja y media
actividad.

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Tema 17 - Diferenciación entre los usos civiles y militares de los procesos nucleares. La no proliferación y las
salvaguardias.

Tema 17 Diferenciación entre los usos civiles y militares de los


procesos nucleares. La no proliferación y las salvaguardias.
Aunque el propósito de este libro es describir los usos pacíficos de la energía nuclear, es
importante hablar brevemente de los usos militares de la energía nuclear, pues sería
engañoso omitir que no todos los usos de la energía nuclear son pacíficos. Como en otras
innovaciones tecnológicas, la tecnología nuclear ha sido desde el principio ambigua; ha
permitido a la humanidad acceder a una fuente de energía virtualmente ilimitada en un
momento en el que aparecen grandes condicionantes en el uso de los combustibles fósiles,
pero sigue siendo una amenaza, debido a la posibilidad del uso de esta tecnología en fines
militares o terroristas. Por tanto, es importante conocer en qué medida y de qué modo la
generación eléctrica de origen nuclear contribuye o no al riesgo de que se produzcan armas
nucleares.
En este contexto, el estudio de este tema tiene los siguientes objetivos:
• Distinguir claramente entre energía nuclear convencional y armas nucleares

• Identificar los aspectos técnicos y estratégicos del uso militar de los procesos
nucleares

• Destacar la necesidad de un control continuado de los materiales nucleares

Para ello se describirán los explosivos nucleares, la proliferación de armas nucleares y las
salvaguardias para evitarla, los materiales fisibles para uso militar, y las opciones para la
disposición final de material de armas nucleares.

17.1 Diferenciación entre los usos civiles y militares de los procesos


nucleares.
Muy a menudo existe la creencia de que no hay distinción entre reactores y bombas, de que
el desarrollo de la energía nuclear comercial en un país permite que éste adquiera la capacidad
de fabricar armas nucleares, y ésta es a veces una razón importante para solicitar el
desmantelamiento de la industria nuclear doméstica y la prohibición de vender a otros países
instalaciones nucleares.
Vamos a recordar un poco de la historia de la Segunda Guerra Mundial y del caso de EEUU
para clarificar este tema. El primer reactor nuclear fue construido por el equipo de Enrico
Fermi en 1942 con el objetivo de verificar la posibilidad de obtener una reacción en cadena
auto-sostenida, además de para probar modo de generar Plutonio para poder fabricar un
arma de gran potencia. Este experimento sirvió como base para la construcción de reactores
de producción de plutonio (llamados reactores plutonígenos) de Hanford (Washington), y
éstos a su vez proporcionaron el material para la primera prueba con una bomba atómica en
Alamogordo (New México) y posteriormente para la bomba que se lanzó en Nagasaki. Este
tipo de reactores generaban calor pero no electricidad, y estaban diseñados para favorecer la
producción de plutonio 239.
Durante la Segunda Guerra Mundial EEUU producía uranio enriquecido de alrededor de un
90% de enriquecimiento en las plantas de separación de isótopos de Oak Ridge. Este material
fue utilizado para fabricar la bomba usada en Hiroshima. Posteriormente se han usado

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

instalaciones de separación de isótopos para obtener el uranio enriquecido al 3-4% que se usa
en los reactores comerciales de agua ligera. Este combustible puede hacerse crítico si se
dispone adecuadamente en varillas y se modera con agua, pero no puede ser usarse para
fabricar un arma nuclear. Incluso en el caso de que fallara la refrigeración del combustible en
un reactor, el calor de las reacciones de fisión y la desintegración de los productos de fisión
podría dañar la varilla, y en el peor de los casos, producir la fusión del combustible. Sin
embargo, la reacción química resultante con el agua no tiene nada que ver con una explosión
nuclear. Por tanto, se puede afirmar categóricamente que un reactor nunca puede explotar
como una bomba nuclear.

17.2 Explosivos nucleares.


Debido a motivos de seguridad, la información detallada sobre la fabricación de las actuales
armas nucleares está clasificada, y sólo hay descripciones cualitativas disponibles al público.
Sin embargo, hay fuentes desclasificadas de información sobre las primeras armas nucleares,
y estas son las que pueden explicarse con más detalle en este apartado.
Se han usado dos tipos de dispositivos: (a) el explosivo de fisión (bomba atómica), que usa
plutonio o uranio de alto enriquecimiento y (b) el explosivo de fusión o termonuclear (bomba
de hidrógeno). Hay dos posibles procedimientos para crear una reacción explosiva de fisión
en cadena: la técnica del disparo o por implosión. En la Figura 17.1 se muestra un dibujo
simplificado del sistema de disparo, en el que se dispara un taco cilíndrico de uranio de alto
enriquecimiento dentro de un cilindro hueco de uranio para producir una masa supercrítica.
Un tampón de uranio natural mantiene unidos momentáneamente estos dos materiales. Esta
bomba atómica es la llamada Little Boy. En la Figura 17.2 se muestra un esquema del método
de implosión, por el que una esfera de plutonio metálico es comprimida por explosivos
químicos de alta potencia hasta la supercriticidad. En este método también se usa un tampón
de uranio. A esta arma nuclear se le llamó Fat Man. En ambos sistemas es necesaria una
aportación inicial de neutrones. Una posibilidad es la fuente de polonio-berilio, usando la
reacción (,n). El exceso de reactividad de las masas supercríticas causa una fuerte subida de
la potencia y la energía acumulada hace estallar el material. En el caso de implosión, cuando
el material fisible se comprime hay un incremento en la relación entre superficie y volumen
que aumenta las fugas de neutrones, y una disminución del camino libre medio que disminuye
las fugas. Este último efecto domina, dando lugar a un incremento neto positivo de la
multiplicación neutrónica.
La masa crítica de un dispositivo esférico de plutonio sin reflector es de aproximadamente
16 kg, mientras que la de uno de uranio de alto enriquecimiento (93.5%) es de alrededor de
49 kg. Mediante la adición de una capa de una pulgada de uranio natural como reflector, las
masas críticas disminuyen hasta 10 kg y 31 kg respectivamente. La masa crítica del uranio con
reflector varía mucho con el enriquecimiento en 235U, como se muestra en la Tabla 17.1; se ve
claramente cómo la masa total de un dispositivo hecho con menos del 10% de 235U es
demasiado grande para poder construir un arma nuclear.

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Tema 17 - Diferenciación entre los usos civiles y militares de los procesos nucleares. La no proliferación y las
salvaguardias.

Figura 17.1 Arma nuclear de fisión de uranio, tipo Little Boy

Figura 17.2 Arma nuclear de fisión de plutonio, de implosión, tipo Fat Man

Tabla 17.1 Variación con el enriquecimiento de la masa crítica de uranio enriquecido con reflector, expresada en
masa de 235U y masa total de uranio

% 235U 235
U (kg) U (kg)
100 15 15
50 25 50
20 50 250
10 130 1300

En cuanto a las modernas y versátiles armas termonucleares no hay disponibles detalles, pero
podemos describir los procesos que tuvieron lugar en la primera explosión de una bomba de
hidrógeno: el lanzamiento de Ivy/Mike en el Pacífico Sur en 1952. La bomba contenía

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

hidrógeno pesado (deuterio D ó 2H y tritio T ó 3H) como combustible, produciéndose dos


reacciones que también tienen lugar en reactores de fusión:
2
1𝐻 + 21𝐻 → 31𝐻 + 11𝐻 𝑜𝑟 3
2𝐻 𝑒 + 10𝑛
2
1𝐻 + 31𝐻 → 42𝐻 𝑒 + 10𝑛
En la Figura 17.3 se muestra la unidad llamada “Sausage”, que tiene un cilindro hueco de acero
de 20 pies de longitud y 6 pies y 8 pulgadas de diámetro. En un extremo de la cavidad había
una esfera “primaria” de plutonio y uranio enriquecido que fisionaría por implosión. En el
centro de la cavidad había un recipiente cilíndrico de deuterio líquido, con una forma parecida
a la de un termo. A lo largo de su eje tenía una varilla de Pu llamada “sparkplug”, que servía
de fuente de fisión “secundaria”. El recipiente de deuterio estaba rodeado por un “pusher” o
empujador de U.

Figura 17.3 Arma termonuclear (adaptado de Rhodes)

La secuencia era la siguiente: una descarga eléctrica a los detonadores hacía explotar el
explosivo del primario. El tampón de uranio y su cápsula se vaporizaban y comprimían la bola
de plutonio central a la vez que iniciaba una fuente interna de Po-Be, liberando neutrones.
Los rayos X resultantes de la bola supercrítica calentaban el polietileno hasta crear un plasma
que re-radiaba rayos X para calentar el empujador de uranio. Se liberaban neutrones y
partículas alfa de alta energía en el deuterio calentado y tenía lugar la fisión en el “sparkplug”.
Se formaba algo de tritio, que contribuía a la reacción de fusión, y de los neutrones rápidos de

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Tema 17 - Diferenciación entre los usos civiles y militares de los procesos nucleares. La no proliferación y las
salvaguardias.

fisión en el 238U del tampón se incorporaba energía adicional. La explosión resultante creaba
un cráter de 200 pies de profundidad y una milla de longitud.
En versiones posteriores, el componente de fusión se componía de deuterio tritio. Los
neutrones de fisión interaccionan con el litio 6 según la ecuación:
6
3𝐿𝑖 + 10𝑛 → 42𝐻 𝑒 + 4.8 𝑀𝑒𝑉
El tritio producido permite que ocurra la reacción D-T. Otros dispositivos termonucleares
utilizan tritio como el material explosivo principal.
Se han referenciado diseños especiales, incluidas armas radiológicas, para dispersar
materiales radiactivos peligrosos como el 60Co y el 137Cs. Otro caso es la “bomba de
neutrones”, una pequeña cabeza termonuclear para misiles. Si se explosiona a alturas de 2 km
sobre la superficie de la tierra las dosis son letales.
Mediante dispositivos especiales del material en la bomba de fusión podrían acentuarse
ciertos tipos de radiación y dirigirse a objetivos concretos. Algunas armas nucleares de tercera
generación podrían enviar gran cantidad de rayos gamma letales o pulsos electromagnéticos
(EMP) que destruyeran los circuitos electrónicos.
Como consecuencia del mayor intercambio de misiles nucleares cerca de la superficie de la
tierra aumentarían las partículas suspendidas en el aire. Parte de ellas sería polvo creado por
la explosión y parte sería el humo de los fuegos en los bosques y otros combustibles que
entraran en ignición por el calor. Como resultado, la cantidad de radiación que legaría al suelo
se reduciría, causando el enfriamiento de la atmósfera. Esta situación ha sido llamada
“invierno nuclear” por algunos investigadores, que predicen serias modificaciones en el clima,
con una reducción de la producción agrícola. Este efecto tuvo lugar en los inicios de 1800 como
resultado de la erupción de un volcán. El enfriamiento de la atmósfera es un tema que ha sido
muy estudiado, pero existe mucho desacuerdo entre los científicos acerca de la magnitud del
efecto. La teoría original fue criticada por no tener en cuenta los procesos auto-correctores,
incluyendo el aumento de las precipitaciones que tendería a barrer el polvo y el humo.

17.3 La cooperación internacional en materia de proliferación.


Actualmente existen varios países que poseen armas nucleares. Durante la "Guerra Fría"
(desde los años 50 a los 80) hubo un crecimiento masivo del armamento nuclear, sobre todo
en EEUU y en la antigua Unión Soviética. En los últimos cuarenta años se han hecho grandes
esfuerzos a nivel internacional para disuadir a otros países de unirse a los cinco países
declarados con armamento nuclear. Estos esfuerzos han sido una función central en las
prioridades de la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica, IAEA en siglas inglesas),
fundada en 1957 por resolución de las Naciones Unidas.

EE.UU., Reino Unido, Rusia, Francia y China tienen armas nucleares, e Israel se
describe como "threshold state", manteniendo ambigüedad sobre su estado de
armamento nuclear pero considerado como poseedor de armas nucleares.
Sudáfrica desmanteló voluntariamente su programa de armamento nuclear. India y
Pakistán han demostrado estar en posesión de armas nucleares (sobre todo por las
pruebas nucleares de 1998), pero sólo pueden adherirse al Tratado de No
Proliferación (TNP) si, como Sudáfrica, renuncian voluntariamente a su armamento
nuclear y lo desmantelan.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Una de las funciones de la AIEA es "establecer y administrar salvaguardias diseñadas para


asegurar que el material fisible especial y otros materiales...no sean usados de tal modo que
puedan perseguir cualquier propósito militar". La AIEA se encarga de detectar cualquier
desviación de material nuclear de actividades nucleares pacíficas hacia la fabricación de
explosivos nucleares. Además pretende desalentar esta desviación mediante su capacidad
para una detección temprana. La AIEA también aconseja a sus miembros sobre el uso de
materiales nucleares en otras áreas no militares como agricultura, industria y medicina, y
desarrolla estándares de seguridad para centrales nucleares.
En el momento en el que se creó la AIEA se tenía miedo de que en muchos países, al igual que
pondrían al día sus fuerzas militares con nuevos equipos, quisieran desarrollar o adquirir
armas nucleares.
En este contexto se negoció el documento clave para controlar la proliferación de las armas
nucleares: el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (Non-Proliferation Treaty o
NPT). El NPT fue esencialmente un acuerdo entre los países con armamento nuclear y otros
países interesados en la tecnología nuclear. El acuerdo consistía en que se intercambiaría
asistencia y cooperación por la promesa, asegurada por un control internacional, de que no
se desviaría ninguna instalación ni ningún material para uso militar. Los que rehusaran a firmar
este tratado serían excluidos de la cooperación internacional o el intercambio comercial de
tecnología nuclear. El NPT también representó para los países sin armamento nuclear la
decisión común de no fabricar armamento nuclear.
El primer grupo de los signatarios del Tratado de No Proliferación son los estados sin
armamento nuclear. Éstos deben acordar no fabricar o adquirir armas nucleares u otros
dispositivos para explosivos nucleares. Estos estados están obligados a concertar acuerdos
con al AIEA para la aplicación de las salvaguardias en toda la extensión de su programa nuclear.
Los otros signatarios del NPT son los estados con armamento nuclear. Este grupo incluye a los
que habían fabricado y explotado armas nucleares antes de 1967: EEUU, la antigua Unión
Soviética (ahora Rusia), Reino Unido, Francia y China (Francia y China no ratificaron el NPT
hasta 1992). A estos países no se les requiere cumplir las salvaguardias en todo el campo de
su programa nuclear, como se explica en el apartado siguiente, aunque el NPT contiene ciertas
obligaciones en relación al desarme que sí se les aplican. Todos ellos sin embargo han firmado
el NPT y han aceptado algunas salvaguardias en sus actividades nucleares pacíficas.
El NPT entró en vigor en 1970 y se extendió indefinidamente en 1995, complementándose
posteriormente con varios tratados regionales. Recientemente otros desarrollos han ayudado
a extender el régimen de no-proliferación. En septiembre de 1996 se preparó el "Test Ban
Treaty", con el objetivo de la eliminación de las pruebas de armas nucleares. Actualmente se
está negociando el "Fissile Material Cut-off Treaty", que prohibiría la producción de materiales
fisibles para armamento nuclear.

17.4 El Tratado de No Proliferación (NPT) y las salvaguardias.


Durante más de 30 años el sistema de salvaguardias del Tratado de No-Proliferación (NPT) ha
tenido éxito internacional, cooperando en el desarrollo de la energía nuclear para la
generación de electricidad a la vez que aseguraba que el uranio civil, el plutonio y las
instalaciones asociadas no permitieran la proliferación de armas nucleares. En este sentido es
importante resaltar que las salvaguardias nucleares internacionales están centradas sólo en
el control de los materiales nucleares, y por tanto nada tienen que ver con aspectos técnicos

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Tema 17 - Diferenciación entre los usos civiles y militares de los procesos nucleares. La no proliferación y las
salvaguardias.

o logísticos de seguridad de reactores, gestión de residuos o transporte; éstos son cubiertos


por otros acuerdos y convenciones internacionales. El objetivo específico de las salvaguardias
es verificar si el material nuclear se circunscribe al ciclo del combustible nuclear civil y si se usa
sólo para usos pacíficos o no; para ver si una nación está adhiriéndose a sus compromisos en
relación con material combustible nuclear. Después, es la comunidad mundial la que puede
decidir si ejercer presión sobre el país que se demuestre que se está desviando materiales
nucleares de su programa pacífico.
Las salvaguardias nucleares internacionales establecidas formalmente en el NPT, firmado por
186 estados y Taiwán, son administradas por la AIEA. Las salvaguardias del NPT requieren que
las naciones:
• reporten a la AIEA cuáles son los materiales nucleares que tienen y su localización

• acepten visitas de los auditores e inspectores de la AIEA para verificar de forma


independiente sus informes de materiales e inspeccionar físicamente los materiales
nucleares para confirmar los inventarios físicos de éstos.

La AIEA también administra procedimientos específicos de salvaguardia para algunos países


que no han firmado el NPT. Las salvaguardias de la AIEA son actualmente los principales
procedimientos de control nuclear en el mundo, cubriendo casi 900 instalaciones nucleares y
otras localizaciones con material nuclear en 57 países sin armamento nuclear.

India, Pakistán, Israel, Cuba y Brasil. Los primeros tres tienen actividades nucleares
significativas que no están sometidas a las salvaguardias de la IAEA, aunque las
aceptan para algunas instalaciones. Cuba y Brasil tienen todas sus actividades
nucleares bajo las salvaguardias

Sin embargo, existen también otros sistemas de salvaguardias, por ejemplo entre varias
naciones europeas (salvaguardias de Euratom) o entre países individuales, como Australia-
EEUU o Japón-EEUU (acuerdos bilaterales). Estos sistemas de salvaguardias han sido efectivos
en la prevención de cualquier desvío de materiales de su cobertura. Sin embargo, a medida
que se extiende el uso de reactores nucleares de potencia, reactores de investigación y
componentes del ciclo de combustible, la labor de las salvaguardias se hace más compleja.
Además, ahora se espera de las salvaguardias más que simplemente contabilizar y auditar, y
la preocupación se centra en los países y actividades no cubiertas hasta ahora por estas
salvaguardias. La revisión y actualización de las salvaguardias es por tanto un proceso
continuo.
Por ejemplo, en el caso de Irak se mostraron las ventajas de la detección cuando llevó a cabo
un programa ambicioso y clandestino de armas nucleares. Este hecho impulsó una profunda
reconsideración de qué es lo que las salvaguardias deben perseguir, y cómo deberían
implementarse más allá del intercambio comercial de materiales nucleares civiles y
actividades relacionadas. El sistema de salvaguardias que resultó de esto proveerá una
seguridad creíble de que cualquier actividad nuclear no declarada será detectada en países
del NPT. Esto pondrá el foco de preocupación y atención política en los países que no cumplan
sus obligaciones de salvaguardias internacionales (como por ejemplo Corea del Norte e Irak)
y en los países que no hayan firmado el NPT (sobre todo Israel, Pakistán e India).

- 354 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Un ejemplo de mejora de las salvaguardias es el acuerdo, firmado a finales de los años 70


entre las naciones exportadoras de tecnología nuclear, de restricción de la venta de
tecnologías del ciclo de combustible sensibles (enriquecimiento, fabricación de combustible y
reprocesamiento). Este acuerdo también persigue que se controle muy de cerca la
exportación de reactores nucleares, y estipula la necesidad de garantías gubernamentales en
relación con su el uso para fines pacíficos, además de la aceptación por los países "clientes"
de las inspecciones de salvaguardias en toda su extensión y en todas las actividades nucleares
presentes y futuras. Por otro lado países como India, con programas legítimos y pacíficos de
energía nuclear, están en severa desventaja debido a que sienten la necesidad de tener una
capacidad de ataque con armamento nuclear, y por tanto se les niega un lugar dentro del NPT
debido al hecho de que han desarrollado este armamento después de la entrada en vigor del
NPT.
En mayo de 1997 la AIEA comenzó a desarrollar e implementar medidas reforzadas, conocidas
ahora como Salvaguardias Integradas, para su uso por la Agencia cuando verifica el
cumplimiento de los estados de sus compromisos de no producir armas nucleares. Éstas
responden a la idea extendida de que la AIEA, habiendo conseguido tanto en el control del
tráfico de materiales fisibles, podía ahora observar cualquier material y tecnología nuclear
como indicador de programas nucleares no declarados y por tanto materiales nucleares no
declarados. Se espera que la mayoría de los 186 signatarios del NPT estén de acuerdo en estas
medidas, que se detallan en un Protocolo Adicional, con el cual los países aceptarían
verificaciones más importantes e intrusivas en su territorio.
Las nuevas medidas permiten a los inspectores mayor acceso para informarse sobre
programas nucleares existentes y planeados, y a más localizaciones. El acceso no estará
restringido a las instalaciones nucleares declaradas, sino que se extenderá a casi cualquier
lugar, incluyendo las instalaciones industriales de alta tecnología. Las actividades de
inspección pueden incluir vigilancia remota, muestreo ambiental y sistemas de monitorización
en lugares clave. Los estados que acepten el Protocolo tendrán que eliminar requerimientos
restrictivos para los inspectores de modo que éstos puedan visitar cualquier lugar avisando
con una breve antelación.
Hoy en día existen muchas naciones que tienen los científicos, los técnicos químicos y los
materiales necesarios para intentar llevar a cabo un programa de producción de armas
nucleares, como demostró Irak. El uso extendido de la energía nuclear para la generación de
electricidad junto con el gran número de reactores de investigación que operan en más de
cincuenta países ha hecho que muchas personas se formen y adquieran experiencia en el ciclo
del combustible nuclear.
El factor más importante que impulsa el régimen de salvaguardias es la presión política y cómo
determinadas naciones perciben sus intereses de seguridad a largo plazo en relación con sus
vecinos inmediatos.
La solución a la proliferación armamentística por tanto es más un problema político que
técnico, y va más allá de la cuestión de la disponibilidad del uranio. La presión internacional
para no adquirir armas nucleares es suficientemente fuerte para disuadir a la mayoría de los
países de desarrollar un programa de armamento nuclear. El principal riesgo de la
proliferación de armas nucleares estará siempre en los países que no han firmado el NPT y
que por tanto tendrán actividades nucleares significativas sin salvaguardar, y los que han
firmado pero ignoran los compromisos del acuerdo. India, Pakistán e Israel están en la primer

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Tema 17 - Diferenciación entre los usos civiles y militares de los procesos nucleares. La no proliferación y las
salvaguardias.

grupo, Corea del Norte e Irak están en el segundo. Aunque que en países no firmantes del NPT
se aplican las salvaguardias a algunas actividades nucleares, otras permanecen fuera del
control de las salvaguardias. Australia y Canadá están a la cabecera de los esfuerzos
internacionales para afrontar este doble problema.

17.5 Materiales fisibles y su uso militar.


La preocupación del público sobre la proliferación de armas nucleares viene en gran parte de
la consideración de los propios materiales fisibles. Por ejemplo, en relación con el plutonio
contenido en el combustible gastado que se descarga cada año de los reactores comerciales
de las centrales nucleares en el mundo, la afirmación de que sólo hacen falta varios kilos de
plutonio para fabricar una bomba crea mucha confusión. Además, no hay ninguna nación que
no tenga suficiente uranio propio para construir algunas bombas nucleares.
En la Tabla 16.1 se muestran las características más importantes del plutonio y su uso. El
plutonio es una sustancia de propiedades variables dependiendo de su origen. Contiene varios
isótopos, entre los cuales están el 238Pu, 239Pu, 240Pu y 241Pu. Entre ellos sólo el 239Pu y el 241Pu
pueden fisionar en un reactor comercial. El 241Pu por sí mismo es un excelente combustible
nuclear. También ha sido muy usado en armas nucleares debido a que tiene una tasa de
fisiones espontáneas bastante baja y una masa crítica pequeña. Por esto al 239Pu (con un
pequeño porcentaje de los otros isótopos) se le llama a menudo plutonio militar ("weapons-
grade" plutonium en inglés). Este plutonio es el que se usó en la bomba atómica de Nagasaki
en 1945, y en muchas de las bombas de los arsenales de armamento nuclear de distintos
países.

Tabla 17.2 Datos sobre plutonio

Formación:
238
U + neutrón => 239U => 239Np => 239Pu
239 239
(radiación beta del U y Np: 23.5 min y 2.35 días de periodo de semidesintegración respectivamente)
239
Pu + neutrón => 240Pu
240
Pu + neutrón => 241Pu
Como promedio, una de cada cuatro capturas neutrónicas en el 239Pu genera 240Pu. El 241Pu y 242Pu se
forman por reacciones sucesivas de captura neutrónica en el combustible del reactor. Después de la
irradiación del combustible en el reactor durante dos años el 239Pu se quema aproximadamente a la misma
velocidad a la que se forma, mientras que el 240Pu se sigue acumulando.
Una pequeña cantidad de 238Pu se forma por captura neutrónica en el 235U.

Cantidad:
Un reactor de 1,000 MWe produce en torno a 250 kg de plutonio (fundamentalmente 239Pu) por año. Éste
permanece encerrado en el combustible gastado, altamente radiactivo, a menos que sea reprocesado.
La cantidad de 240Pu incrementa con el tiempo de permanencia de los elementos combustibles en el
reactor. El 240Pu no es fisible en un reactor nuclear térmico, pero puede convertirse en el isótopo fisible
241
Pu por captura neutrónica (el 240Pu es fisionable en un reactor de neutrones rápidos)

Radiactividad:
El 239Pu emite partículas alfa para decaer a 235U. Su periodo de semidesintegración es de 24.390 años, por
tanto tiene un bajo nivel de actividad.
El 240Pu emite partículas alfa en su decaimiento a 236U (otro isótopo no-fisible). Su periodo de

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

semidesintegración es de 6.600 años, por esto tiene un mayor nivel de actividad que el 239Pu. También
emite neutrones de fisión espontánea como el 238Pu (periodo de semidesintegración de 86 años).
La protección de esta radiación alfa consiste en el aislamiento del plutonio del posible contacto físico, por
ejemplo en una bolsa de plástico.

Usos:
El calor residual del 238Pu (0.56 W/g) permite su uso como fuente de energía en los generadores
termoeléctricos de algunos marcapasos cardiacos, satélites espaciales, etc. La energía del plutonio
permitió a la nave Voyager enviar fotos de planetas lejanos. El 240Pu se ha utilizado en aplicaciones
similares.
El principal uso del 239Pu es como combustible de los reactores nucleares.
El 241Pu (periodo de semidesintegración de 13 años) da origen al Americio 241 mediante desintegración
beta, usado en los detectores de humo domésticos.

Tipo Composición Origen Uso


Comercial 55-60% 239Pu, Constituye en torno al 1% del Como ingrediente (5-7%)
("reactor-grade"), >19% 240Pu y combustible gastado proveniente del combustible MOX para
del combustible alrededor del de la operación normal de los reactores comerciales.
de alto quemado 30% no-fisible reactores nucleares civiles usados También puede usarse
para la generación de como combustible en
electricidad reactores rápidos
239
Militar Pu con <7% De reactores plutonígenos Armas nucleares (pueden
240
("weapons- Pu diseñados y operados reciclarse como
grade") específicamente para la combustible en reactores
producción de Pu de bajo rápidos o como parte del
quemado. MOX)

Elaborada a partir del documento: "Avoiding Weapons Proliferation" del Uranium Information Centre

Por otro lado, el plutonio comercial ("reactor-grade" plutonium en inglés), producido de forma
rutinaria en todos los reactores nucleares comerciales, y que puede ser separado durante el
reprocesamiento del combustible gastado es totalmente distinto al plutonio militar. En la
Figura 17.4 se muestra la producción de 239Pu y 240Pu en el núcleo de un reactor comercial. El
plutonio comercial contiene una gran proporción (de hasta un 40%) de los isótopos más
pesados del plutonio debido a su larga permanencia en el reactor. Esto no representa un
problema para la reutilización posterior del plutonio en el combustible de óxidos mixtos
(Mixed Oxide fuel MOX, ver tema 8) para reactores, pero afecta seriamente a su uso en
armamento nuclear. Debido a la fisión espontánea del 240Pu, sólo puede utilizarse un
porcentaje pequeño de éste para la fabricación de armas nucleares, pues la presencia de los
neutrones provenientes esta fisión espontánea provocaría una detonación prematura y por
tanto una explosión ineficiente. Tanto el diseño como la construcción de explosivos basados
en plutonio comercial serían difíciles y poco fiables, y hasta ahora no se ha llevado a cabo. Sin
embargo, los procedimientos contemplados en las salvaguardias asumen que los dos tipos de
plutonio podrían usarse para concebir armas nucleares, en realidad para actos de terrorismo
más que para uso militar. En esto se fundamenta la objeción de algunos países por el
reproceso y separación de plutonio del combustible gastado.

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Tema 17 - Diferenciación entre los usos civiles y militares de los procesos nucleares. La no proliferación y las
salvaguardias.
En 1962 se detonó en EEUU un dispositivo nuclear con plutonio procedente de un
reactor comercial del Reino Unido. Las composiciones isotópicas de este plutonio no
se han revelado, pero evidentemente tenía en torno a un 90% de 239Pu.

Conviene aclarar que un reactor nuclear que use combustible de tipo MOX para un tercio de
su núcleo no es un productor neto de plutonio, y que la composición del combustible MOX
gastado es menos adecuada para uso militar que la del combustible MOX fresco.
Por tanto, el plutonio comercial es un material mucho menos atractivo para la fabricación de
armas nucleares que el plutonio producido en reactores plutonígenos (reactores especiales
para la producción de plutonio militar) diseñados para producir 239Pu, que permiten acortar el
tiempo de estancia del combustible en el reactor mediante un sistema especial de cambio de
combustible. Sin embargo, en estos últimos años el desarrollo de la tecnología de
enriquecimiento por láser puede hacer posible el enriquecimiento del plutonio comercial para
dar plutonio militar. Por esto las salvaguardias se adecuan para tener en cuenta en
profundidad las posibilidades de proliferación incluso de plutonio comercial (el
enriquecimiento convencional no puede utilizarse para separar el 239Pu del 240Pu debido a la
gran similitud de sus masas atómicas).
El ciclo del combustible de los reactores rápidos basado en el plutonio tiene características
que podrían dar lugar a problemas de proliferación armamentística. Sin embargo, los
reactores térmicos convencionales generan normalmente mayor cantidad de plutonio en su
ciclo del combustible. Esto sugiere que en el futuro predecible los reactores rápidos se
utilizarán más como "incineradores" de plutonio para tener menos plutonio en
almacenamientos o en elementos combustibles que de otro tipo de reactores.
Hay otros dos materiales fisibles que podrían ser usados para armas y los dos son isótopos del
uranio. El más común es el uranio 235, el que se utilizó para hacer la bomba de Hiroshima.
Este material se produce enriqueciendo el uranio natural en plantas de enriquecimiento, no
al 3 o 4% como se requiere para el combustible de un reactor de agua ligera, sino al 93% de
235
U o superior.

Figura 17.4 El plutonio generado en el núcleo de un reactor comercial (en Kilos de plutonio producidos por
tonelada de combustible en función de los años de estancia de éste en el reactor). Cortesía del Uranium
Information Centre.

El 233U es el otro isótopo del uranio que puede usarse en explosivos nucleares. Este material
se produce a partir del combustible de torio 232 en reactores de una forma similar a aquella

- 358 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

en la que se forma el plutonio a partir de 238U en reactores con combustible de uranio. Sin
embargo, el uso de los reactores con combustible de torio no ha ido más allá de la fase
experimental y el 233U no se ve como un problema de proliferación significativo.
Aunque los materiales mencionados pueden usarse para la fabricación de explosivos
nucleares, en la práctica estos materiales no están disponibles, y además se llevan a cabo
acciones internacionales para que éstos sean todavía menos accesibles.
En los últimos años la comunidad internacional ha sido amenazada por un programa ilícito de
armas nucleares en Corea de Norte, basado en la producción de plutonio en un reactor de
investigación, y detectado por las inspecciones de salvaguardias de la AIEA. Las Naciones
Unidas impusieron un embargo para los reactores e instalaciones del país bajo un marco
acordado en 1994, que dio lugar a que el país cediera a la presión internacional para que la
AIEA pudiera re-asegurar a las Naciones Unidas que todos los materiales nucleares estaban
salvaguardados y que Corea de Norte estaba en camino hacia el cumplimiento en toda su
extensión del acuerdo de salvaguardias de la AIEA. En compensación EEUU, Corea de Sur y
Japón están construyendo dos grandes reactores nucleares modernos para el Corea de Norte
a través de un consorcio internacional con el fin de producir electricidad sin riesgo de
posibilidades militares. Sin embargo, en 2002 Corea del Norte entró en un programa
clandestino de enriquecimiento de uranio, incumpliendo por segunda vez sus obligaciones con
respecto a los tratados internacionales.
Se generó todavía más preocupación por las sospechas de que Irak había o estaba
desarrollando armas nucleares, y el temor creció durante la Guerra del Golfo. Después del alto
al fuego en 1991, las Naciones Unidas pudo confirmar que Irak, aunque había firmado el NPT,
había estado desarrollando un programa de armas nucleares clandestino con materiales e
instalaciones distintas a las cubiertas por las inspecciones de la AIEA. La parte principal de su
actividad ilícita estaba basada en uranio de origen nacional y en su enriquecimiento. Esta
situación llevó a la mejora del régimen de salvaguardias, a través del Programa de
Salvaguardias Integradas de la AIEA.
Todavía siguen en duda las intenciones nucleares de India, Pakistán e Israel. Ninguno de estos
países está ligados por el NPT. Pakistán e India han demostrado su capacidad de producir
armas nucleares, y se sospecha que Israel está desarrollando un programa de armas nucleares.

17.6 El reciclaje del Uranio y Plutonio de origen militar en centrales eléctricas.


Paradójicamente los esfuerzos internacionales para el desarme nuclear han ocasionado
algunos problemas de seguridad graves. El desmantelamiento de las cabezas nucleares bajo
los acuerdos de desarme EE.UU.-Rusia (START I y START II) dio lugar a la acumulación de
material nuclear de origen militar (plutonio y uranio de alto enriquecimiento). Además la
preocupación aumentó con la escisión de la antigua Unión Soviética, por la posibilidad de
robo, tráfico ilegal o usos terroristas de este material nuclear. Entre los motivos que han
provocado está preocupación está el hecho del control inadecuado del material nuclear en
Rusia, la gran envergadura de los programas nucleares rusos y la baja seguridad de las
instalaciones nucleares, por debajo de los estándares. A lo largo de los años 90, y gracias a
esfuerzos internacionales, se ha mejorado considerablemente la seguridad física y la
trazabilidad de estos materiales.
Actualmente el aislamiento y la disposición definitiva del material fisible de origen militar que
ya no se requiere para usos militares, especialmente el plutonio, es una prioridad de la

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Tema 17 - Diferenciación entre los usos civiles y militares de los procesos nucleares. La no proliferación y las
salvaguardias.

comunidad internacional. La AIEA ha estado examinando posibles acciones en relación con la


gestión y el uso de las reservas de plutonio de origen militar. Lo más importante su protección
frente al robo y frente a su desvío a otros usos, mientras se determina el modo más apropiado
de su disposición definitiva.

La producción de plutonio proveniente del combustible de los reactores civiles, del


orden de 100 toneladas al año, excede con mucho la del plutonio de origen militar.
Sin embargo al no estar separado del combustible gastado, este plutonio tiene (si es
que se puede decir que tiene alguno) mucho menor potencial para la fabricación de
armas nucleares que el de origen militar.

Cada vez se presta incide más en el uso del plutonio de origen militar (más del 93% en 239Pu)
en combustible de óxidos mixtos (MOX) para reactores civiles. Podría fabricarse combustible
MOX utilizando una mezcla de plutonio militar y plutonio de origen civil (procedente del
reprocesamiento del combustible de las centrales nucleares). Éste sería el único medio de
disposición definitiva que retiraría de la circulación de forma permanente el plutonio de origen
militar y lo destruiría de forma efectiva. Actualmente se están realizando esfuerzos en este
sentido para reciclar el plutonio de este modo, y el grupo "Summit of the Eight" formado por
los países del G-7 y Rusia está estudiando esta opción más a fondo.
Después de tres décadas de preocupación por el posible uso militar del uranio de los reactores
nucleares comerciales, ahora es el uranio militar el que se desvía al ciclo del combustible
nuclear civil para su uso en la generación nuclear comercial. El primer material de este tipo
llegó a EEUU en 1995 proveniente de cabezas nucleares soviéticas, y ahora el material nuclear
de origen militar genera el 10% de la electricidad estadounidense. También se ha comenzado
a reciclar el uranio de las cabezas nucleares norteamericanas para la generación de
electricidad; el uranio de alto enriquecimiento se diluye en la proporción 25:1 con uranio
empobrecido obtenido en las plantas de enriquecimiento o con un material similar.

17.7 Resumen y conclusiones.


Aunque el combustible procedente de los reactores de potencia contiene plutonio, no es el
mismo material que el que se utiliza en un arma nuclear. Inicialmente, las bombas atómicas
se fabricaron con 235U y Pu, pero las armas modernas de mucha mayor potencia están basadas
en la fusión de isótopos de hidrógeno. Se han venido realizando acciones continuas para
prevenir la proliferación de armas nucleares, incluyendo la lucha por evitar que se lleven a
cabo explosiones nucleares.

- 360 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tema 18 Normativa sobre instalaciones nucleares y radiactivas.


En la operación de centrales nucleares y en el uso de radioisótopos es de obligado
cumplimiento toda la normativa nacional para poder mantener la licencia. En España el
principal documento del organismo regulador: el Consejo de Seguridad Nuclear, es el
siguiente:
“Reglamento sobre protección sanitaria contra las radiaciones ionizantes” (Real Decreto
783/2001), basado en el documento de la NRC (Nuclear Regulatory Commission), el organismo
regulador en EEUU: Code of Federal Regulations: 10 Energy. Part 20 "Standards for Protection
Against Radiation", que se suele abreviar 10CFR20.
El establecimiento de la normativa es un proceso lento, empezando con el estudio de la
información de investigación por organismos consultivos como el ICRP y NCRP (en EEUU),
recomendaciones para los límites de dosis y políticas de protección, revisión por el organismo
regulador con intervención de la opinión pública, instituciones e industria, y con el
establecimiento final de requerimientos de obligado cumplimiento la edición de documentos
de apoyo.
En España la reglamentación sobre seguridad nuclear y protección radiológica se estructura
en una pirámide normativa, como se muestra en la Figura 18.1.

Figura 18.1 Reglamentación. Pirámide normativa en España (cortesía del Profesor Eduardo Gallego Díaz)

18.1 Organismos reguladores de la energía nuclear.


Tanto las autoridades como las empresas privadas Que promueven, construyen y explotan
plantas nucleares e instalaciones radiactivas tienen como primer objetivo, y prioridad
absoluta, utilizar la energía nuclear y las radiaciones ionizantes sin riesgos, de modo que se
adopten todas las medidas necesarias para garantizar la protección sanitaria de la población
y los trabajadores, así como la protección del medio ambiente, de los peligros que resulten de
las radiaciones ionizantes.

- 361 -
Tema 18 - Normativa sobre instalaciones nucleares y radiactivas.

Como medida de apoyo al objetivo señalado, los países Que tienen centrales nucleares se han
dotado de Organismos Reguladores. Son las autoridades competentes, designadas por los
Estados, para otorgar licencias y controlar el cumplimiento de la normativa en materia de
emplazamiento, diseño, construcción, puesta en servicio, explotación y desmantelamiento de
las instalaciones nucleares y radiactivas.
Se considera que, en su organización, su estructura jurídica y sus decisiones, deben ser
independientes de cualquier otra organización u organismo público o privado encargado de
la promoción o de la utilización de la energía nuclear.
El Organismo Regulador debe supervisar y regular la seguridad de las instalaciones nucleares:
otorgar licencias y controlar la aplicación de la normativa sobre emplazamiento, diseño,
construcción, puesta en servicio, explotación y desmantelamiento de las instalaciones
nucleares, teniendo en cuenta que en su tarea debe verificar que existen las medidas
necesarias para que las instalaciones nucleares dispongan y mantengan dispositivos eficaces
contra los posibles riesgos radiológicos, con el fin de proteger a los individuos, la sociedad y el
medio ambiente contra los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes.
Así mismo, debe velar por prevenir los accidentes que tengan consecuencias radiológicas y
atenuar dichas consecuencias en caso de que tales accidentes se produjeran; aplicar todas las
medidas adicionales que permitan garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares,
garantizar, la gestión a largo plazo de todos los materiales, incluidos los residuos radiactivos y
el combustible gastado, con arreglo a las normas básicas relativas a la protección sanitaria de
la población y de los trabajadores contra los peligros derivados de las radiaciones ionizantes.
Una función básica de los Organismos Reguladores es la inspección, en materia de seguridad
nuclear y radiactiva, de las instalaciones.
Los Organismos Reguladores deben ser independientes, abiertos, eficientes, claros y
concretos en sus informes. Un Organismo independiente se mide por cuatro parámetros que
han de darse simultáneamente. Son los siguientes:
a) Potestad reguladora, o lo que es lo mismo, posibilidad de otorgar, modificar o
extinguir autorizaciones de emplazamiento, o de funcionamiento de las instalaciones
nucleares y radiactivas.

b) Potestad sancionadora; es decir, la capacidad de iniciar, tramitar y resolver los


expedientes sancionadores que resulten dentro de la labor inspectora y evaluadora
del organismo.

c) Potestad de autoorganización, lo que significa autonomía presupuestaria y


flexibilidad en materia de personal, para cubrir sus necesidades en las diferentes
etapas.

d) Potestad reglamentaria.

Pero quizás el aspecto fundamental es tener la confianza del público. Ello requiere credibilidad
por el rigor y transparencia de sus actuaciones, puesto que su misión es velar por la salud y
seguridad de la población, así como por la protección del medio ambiente. Esto supone una
mejora continua en sus procedimientos de trabajo y en la eficiencia reguladora.

- 362 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

La mayoría de los Organismos Reguladores existentes en los países que tienen centrales
nucleares se han configurado a lo largo del tiempo con muy diferentes estructuras,
organización, disponibilidades, dependencia de ministerios, independencia económica, etc.
Salvo excepciones, no reúnen la potestad ni funciones que configuran una verdadera
independencia y es posible que en un futuro cercano se produzcan diversos ajustes y se
armonicen sus funciones y competencias, al menos en el ámbito de la Unión Europea. Sin
embargo, y al margen de lo anterior, todos ellos llevan a cabo su misión con la máxima
dedicación para velar por una rigurosa protección de la salud de la población y del medio
ambiente, controlando con mejoras continuas la seguridad nuclear y la protección física de las
instalaciones nucleares y radiactivas.

18.2 El papel del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).


El CSN, organismo regulador en España, fue creado en 1980, Ley 15/1980, como una
institución independiente de Administración del Estado. Está dirigido por el Consejo, un
órgano integrado por cinco miembros (presidente y cuatro consejeros), cuyo nombramiento
es propuesto por el Gobierno y refrendado por el Congreso de los Diputados.
En la Figura 18.2 se muestra el organigrama del CSN.

Figura 18.2 Organigrama del CSN (cortesía del CSN)

- 363 -
Tema 18 - Normativa sobre instalaciones nucleares y radiactivas.

Las funciones del CSN son:

Vigila el medio ambiente


Para vigilar la calidad radiológica del medio ambiente, el CSN mide de manera continua y en
tiempo real la radiactividad ambiental, mediante una red de estaciones automáticas
repartidas por toda España. Además, cuenta con otra red de muestreo que analiza la
atmósfera, el medio terrestre y las aguas de ríos y mares.
El CSN exige a los operadores de las centrales que mantengan planes de vigilancia radiológica
ambiental, que incluyen 2.000 muestras y 13.000 análisis de agua, aire y alimentos. Estos
resultados se contrastan con programas independientes.

Concede licencias de personal


Examina y concede licencias a las personas que operan en las instalaciones nucleares y
radiactivas. Supervisa la realizacion de cursos y comprueba el nivel de conocimientos de
quienes aspiran a tener licencias de operadores en cualquier instalación radiactiva.

Informa sobre proyectos de instalaciones


Estudia e informa cada proyecto de instalación nuclear y radiactiva. Antes de autorizar que
una instalación de este tipo entre en funcionamiento, se analizan minuciosamente las
especificaciones que el proyecto requiere y se exige su cumplimiento.

Controla el funcionamiento de las instalaciones


El Consejo de Seguridad Nuclear mantiene un estricto programa de control y vigilancia tanto
de las instalaciones nucleares como de las radiactivas, dedicadas a usos médicos, industriales
o de investigación. Mediante este control se garantiza que su funcionamiento se ajuste a los
criterios de seguridad.
Cada uno de los reactores nucleares cuenta con un grupo de trabajo propio en el Consejo que,
de manera constante, analiza el funcionamiento de la planta e inspecciona que se cumplan las
normas que el CSN ha considerado aplicables para cada planta. En todas las centrales
nucleares hay inspectores residentes, técnicos del Consejo que controlan in situ el
funcionamiento de la planta.
Por término medio el CSN realiza anualmente cerca de 200 inspecciones de control a las
centrales nucleares que operan en España y 1.500 inspecciones a las instalaciones radiactivas,
hechas por el CSN o, a través de acuerdos de encomienda, por diversos servicios de las
comunidades autónomas.

Actúa en caso de emergencia


El CSN proporciona apoyo técnico en caso de emergencia nuclear o radiactiva y participa en
la elaboración de los planes de emergencia. La Sala de Emergencias (Salem) coordina la
respuesta en caso de emergencia. Además, el Consejo colabora con Protección Civil en la
elaboración de los planes de emergencia para accidentes nucleares.
Dispone de capacidad de respuesta ante cualquier incidente nuclear o radiológico. La Salem
está equipada con sistemas redundantes de comunicación que aseguran la información en
tiempo real, facilitando la función asesora del CSN en caso de emergencia.

- 364 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Controla las dosis de los trabajadores


Controla la dosis de radiación que puedan recibir tanto los trabajadores expuestos como la
población en general. El Consejo emite los carnets radiológicos necesarios para los
trabajadores de las instalaciones nucleares o radiactivas. Los datos se almacenan
periódicamente en el Banco Dosimétrico Nacional, para controlar que ningún trabajador
reciba dosis superiores a los límites establecidos.

Realiza y promueve planes de investigación


Realiza y promueve planes de investigación en materia de seguridad nuclear y protección
radiológica. El CSN, aunque no es en sí mismo un organismo de investigación, desarrolla su
propio plan de I+D para fomentar la investigación en los campos de la seguridad nuclear y la
protección radiológica.

Propone reglamentación y normativa


Propone al Gobierno las reglamentaciones necesarias en materia de seguridad nuclear y
protección radiológica. Se trata de generar la normativa que se considere conveniente,
además de adecuar la legislación nacional a la internacional, especialmente a la derivada de
las directivas de la Unión Europea.

Figura 18.3 Red de Estaciones Automáticas (REA) para la vigilancia ambiental. Datos del 14 de enero de 2005
(cortesía CSN)

- 365 -
Tema 18 - Normativa sobre instalaciones nucleares y radiactivas.

Además, el CSN tiene capacidad para dictar por iniciativa propia normas de obligado
cumplimiento sin que requiera la aprobación posterior de cualquier otro poder o
administración. Esta facultad se refiere especialmente a instrucciones y circulares de carácter
técnico, ya que las guías de seguridad son documentos recomendatorios.
El Consejo está asistido en su trabajo por la Secretaría General de la que dependen la Dirección
Técnica de Seguridad Nuclear y la Dirección Técnica de Protección Radiológica.
La presidencia está asistida por un Gabinete Técnico que se ocupa de relaciones
internacionales, relaciones institucionales y comunicación.

Informa a la opinión pública y a las Cortes.


El CSN elabora informes para el Congreso de los Diputados y el Senado, en los que rinde
cuentas de sus actividades de vigilancia y control.
Además, el CSN desarrolla la función de informar a los ciudadanos a través de diferentes
instrumentos como la relación con los medios de comunicación, las publicaciones, el Centro
de Información o a través de Internet.

Mantiene relaciones con la Administración del Estado.


El Consejo de Seguridad Nuclear, como organismo independiente de la Administración del
Estado, que debe rendir cuentas de sus actuaciones ante el Parlamento, mantiene relaciones
de colaboración con las instituciones del estado, a nivel central, autonómico y local.

Mantiene relaciones con otros organismos similares.


Mediante una participación activa en grupos de trabajo en el seno de organismos
internacionales y acuerdos, protocolos o convenios con organismos de competencias
similares, el CSN realiza un importante intercambio de conocimientos y experiencias en temas
como la seguridad nuclear, la protección radiológica y la gestión de los residuos radiactivos.

18.3 El papel de la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP).


La Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP), reconstituida con este nombre en
1950 sobre la base de una comisión análoga fundada en 1928, surge con el objetivo de
establecer la filosofía de la protección radiológica fundamentada en los conocimientos
científicos sobre los efectos biológicos de las radiaciones ionizantes. Sus conclusiones, que se
dan a conocer a través de recomendaciones, proporcionan asesoramiento sobre los principios
fundamentales que sirven de base al establecimiento de una protección radiológica adecuada,
y han constituido una base sólida para las normas reguladoras de los distintos países de
acuerdo con sus prácticas y políticas habituales.
En 1997 la ICRP hace pública su recomendación nº 26 en la que se establece un sistema de
protección radiológica basado en tres principios básicos: justificación, optimización y
limitación de dosis. Este sistema de protección radiológica fue refrendado y reforzado en las
nuevas recomendaciones de la ICRP emitidas en 1990 a través de su publicación nº 60.
El objetivo principal de este sistema es asegurar que no se adopte ninguna práctica a menos
que su introducción produzca un beneficio neto y positivo, que todas las exposiciones
necesarias se mantengan tan bajas como sea razonablemente posible, teniendo en cuenta los

- 366 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

factores económicos y sociales, y que las dosis recibidas por los individuos no excedan ciertos
límites establecidos.
La Comunidad Europea estableció las normas básicas para la protección sanitaria contra los
riesgos que se derivan de las radiaciones ionizantes en las Directivas 80/836/Euratom y
84/476/Euratom basadas en las recomendaciones básicas de la publicación de la ICRP nº26 de
1997. Dichas directivas fueron adoptadas por la legislación española en el Reglamento de
Protección Sanitaria contra las Radiaciones Ionizantes actualmente en vigor (Real Decreto
53/1992).
Las nuevas recomendaciones establecidas en la publicación nº60 de la ICPR, fueron recogidas
en la Directiva 96/29/Euratom de 13 de mayo de 1996 y quedarán reflejadas en la próxima
publicación del nuevo Reglamento de Protección Sanitaria contra las Radiaciones Ionizantes
que transpondrá la citada directiva.
En la aplicación de los tres principios del sistema de protección radiológica para la protección
de los trabajadores, adquiere una especial relevancia el principio de optimización.
Mientras que el establecimiento de unos límites de dosis a los trabajadores asegura la
protección frente a exposiciones intolerables, la aplicación del principio de optimización
reduce tanto las exposiciones como el número de trabajadores expuestos a un valor tan bajo
como sea razonablemente alcanzable, lo que supone la reducción de los riesgos a valores
aceptables después de realizar una valoración frente a los beneficios obtenidos.
Su puesta en práctica supone el establecimiento de medidas de control y vigilancia para la
prevención de la exposición de los trabajadores expuestos, tales como: la clasificación de los
lugares de trabajo y de los trabajadores en función de los riesgos, la vigilancia radiológica tanto
de los lugares como de los trabajadores, los métodos para la determinación de las dosis, y los
controles de las dosis recibidas en la realización de los distintos trabajos.
Para la adecuada consecución de un nivel óptimo de protección radiológica es necesario,
además, el establecimiento de una organización y estructuras que permitan, dentro de la
instalación, el cumplimiento de las normas recogidas en la legislación, contando para ello con
medios adecuados y estableciendo responsabilidades a distintos niveles.

18.4 El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).


El nacimiento de este Organismo está ligado al discurso Átomos para la Paz pronunciado por
el Presidente Eisenhower ante la Asamblea General de la ONU el 8 de diciembre de 1953, en
el que anunció la convocatoria de la I Conferencia Internacional sobre los Usos Pacíficos de la
Energía Atómica (que se celebraría en Ginebra en 1955) y la creación de un organismo
internacional, con dos cometidos básicos: la cooperación internacional en investigación
nuclear con fines pacíficos, y el control de instalaciones y materiales nucleares, para evitar que
se desviasen a la fabricación de armas nucleares. El tratado de constitución del nuevo
Organismo entró en vigor en julio de 1957 y, con el nombre de Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA), fijó su sede en Viena ese mismo año. España ingresó en 1959 y, en la
actualidad (2002), contaba con 134 Estados Miembros.
Está regido por su Conferencia General, en la que cada Estado Miembro tiene un voto. Una
Junta de Gobernadores, de la que forman parte 35 representantes de otros tantos Estados,
actúa a modo de consejo de administración. Al frente del Organismo hay un Director General,
nombrado por la Conferencia General a propuesta de la Junta de Gobernadores, que dispone

- 367 -
Tema 18 - Normativa sobre instalaciones nucleares y radiactivas.

de un cuerpo de funcionarios procedente de los Estados Miembros, que durante su tiempo de


servicio en el Organismo están sólo vinculados a él.
A lo largo de su historia el Organismo ha realizado una labor sólida y eficaz en la difusión de
los conocimientos nucleares y el fomento de la cooperación entre los Estados Miembros. Sus
actividades se pueden clasificar en:
• Formulación de recomendaciones sobre seguridad nuclear y protección radiológica. Es
una actividad fundamental del Organismo, orientada a que sean muy semejantes los
principios y métodos que los Estados Miembros aplican en este campo. Los manuales,
guías, normas, etc., que publica el Organismo son útiles para la redacción de las
reglamentaciones nacionales.
• Fomento de los usos pacíficos de la energía nuclear e intercambio de información.
Celebración de simposios, cursos, reuniones de expertos, etc. Es especialmente
significativa, en este campo, la actuación del Organismo como depositario, entre otras,
de las convenciones internacionales sobre Seguridad Nuclear y Seguridad en la Gestión
de los Residuos Radiactivos y el Combustible Gastado.
• Asistencia técnica y suministro de materiales nucleares y equipos a Estados Miembros.
Esta actividad está concebida, sobre todo, como ayuda a países en desarrollo que
requieren un apoyo para iniciar sus programas nucleares.
• Realización de investigaciones propias. El Organismo dispone de varios centros de
investigación propios, como el Laboratorio de Seibersdorf, cerca de Viena, donde se
imparten cursos y se investiga sobre los efectos biológicos de las radiaciones; el
Laboratorio de Biología Marina, en Mónaco; el Centro de Investigación de Trieste,
compartido con la UNESCO; y el Centro Regional de Isótopos de Oriente Medio, entre
otros.
• Normativa e inspección de salvaguardias, para que los materiales e instalaciones no se
desvíen a usos militares. Se ha hecho referencia a las salvaguardias como una de las
razones primordiales para la creación del OIEA.
• Colaboración con otros organismos internacionales. Son dignas de destacar la
colaboración con la Organización para la Alimentación y la Agricultura, la Organización
Mundial de la Salud y la Agencia de Energía Nuclear de OCDE.

18.5 La agencia de la OCDE para la energía nuclear (NEA).


La Agencia de la OCDE para la Energía Nuclear (conocida por sus siglas en Inglés: NEA, o en
francés: AEN) fue fundada ello de febrero de 1958 con el nombre de "Agencia Europea para
la Energía Nuclear" y recibió su denominación actual el 20 de abril de 1972 al incorporarse
Japón como primer país no europeo miembro de pleno derecho. En la actualidad cuenta con
la participación de 28 países miembros de la OCDE: Australia, Canadá, República Checa,
República de Corea, República Eslovaca, Estados Unidos, Hungría, Islandia, Japón, Méjico,
Noruega, Suiza, Turquía y los países de la Unión Europea. La Comisión Europea también
participa en las actividades de la Agencia.
Desde sus comienzos y a través de la cooperación Internacional, NEA ha dirigido sus esfuerzos
a asesorar a los países miembros en las tareas de mantener y desarrollar las bases científicas,

- 368 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

tecnológicas y legales necesarias para la utilización segura, económica y respetuosa Ion el


medio ambiente de la energía nuclear.
NEA actúa tanto como foro para el intercambio de Información y experiencias entre sus 28
países miembros, como centro de competencia en materia nuclear al que acudir para aportar
y mantener al día conjuntamente sus conocimientos técnicos. La Agencia apoya las políticas
nucleares de sus países miembros proporcionándoles evaluaciones objetivas y desarrollando
puntos de vista comunes sobre temas claves que puedan servir como base para las decisiones
de los gobiernos en materia de energía nuclear.
Entre los temas que son de competencia especifica de la Agencia se incluyen: la seguridad y
regulación de las actividades nucleares, la gestión de los residuos radioactivos, la protección
radiológica, las ciencias nucleares, los análisis económicos y técnicos del ciclo de combustible
nuclear, la legislación y la responsabilidad civil en materia nuclear y la información pública. El
Banco de Datos de NEA dispone de un servicio que suministra datos nucleares y programas de
ordenador a sus miembros.
La Agencia también participa en la formulación de proyectos de colaboración y de
investigación y desarrollo en áreas científicas y técnicas en las que la puesta en común de
recursos y conocimientos entre los organismos participantes es de vital importancia.
NEA trabaja en estrecha colaboración tanto con el Organismo Internacional de la Energía
Atómica (OIEA), con sede en Viena, con el que tiene suscrito un Acuerdo de Cooperación,
como con otras organizaciones internacionales de ámbito nuclear.
NEA es la única organización intergubernamental del campo de la energía nuclear que agrupa
a los países desarrollados de América del Norte, Europa y la región Asia-Pacífico en un foro de
dimensiones reducidas, sin una orientación política preconcebida y con una vocación
especializada hacia la técnica y la formulación de políticas nucleares.

18.6 Efectos sobre el medio ambiente y otros seres vivos.


En las anteriores recomendaciones de la Comisión Internacional de Protección Radiológica
(ICRP, 1977) se afirmaba que "si el hombre está adecuadamente protegido, entonces otros
seres vivos probablemente también estén suficientemente protegidos': Dicha afirmación se
ha venido aceptando en el pasado sin mucha discusión, a pesar de su ambigüedad. De hecho,
al examinar la situación en el entorno de instalaciones concretas siempre se ha encontrado
que resulta razonable e incluso conservadora. No obstante, la complejidad de las relaciones
entre las especies de cualquier ecosistema hace aconsejable un estudio más detallado de los
efectos de la radiación sobre las especies no-humanas.
Como se ha podido constatar tras el accidente de Chernobyl, la liberación de radionucleidos
al medio ambiente puede ocasionar dosis de radiación a ciertos organismos mucho mayores
que las recibidas por el ser humano. La diferencia principal reside en la forma en que los
riesgos planteados se valoran. Así, mientras que el riesgo a las personas se valora
individualmente, en el caso de los animales se trata de valorar el impacto sobre las especies.
Podría resultar admisible que se causen daños a algunos individuos mientras que la población
en general no se viese amenazada. Por el contrario, en el caso de especies amenazadas o
protegidas, también se pondrá énfasis en la protección de los individuos.
En ese sentido, las recomendaciones más recientes de la CIPR (ICRP, 1991) han modificado el
párrafo anterior como sigue:

- 369 -
Tema 18 - Normativa sobre instalaciones nucleares y radiactivas.

"La Comisión cree que el nivel de control medioambiental necesario para proteger al hombre
en la medida considerada actualmente como deseable, asegurará asimismo que otras
especies no se expongan a situación de riesgo. Miembros individuales de especies no humanas
podrían, a veces, ser dañados, pero no hasta el punto de poner en peligro especies enteras o
crear desequilibrios entre distintas especies".
Este principio sitúa el interés de la protección radiológica sobre aquellas variables de interés
para evaluar el efecto sobre el mantenimiento de la población, tales como la mortalidad,
fertilidad y tasas de mutación genética.
Los conceptos de exposición "aguda" y "crónica" han de referirse ahora, respectivamente, a
periodos breves comparados con el desarrollo biológico de los organismos afectados o del
orden de una fracción significativa de su vida. Una exposición será "elevada" si puede causar
un efecto patológico serio y rápido, mientras que se considerará "baja" si ofrece solo efectos
marginales sobre la mortalidad, pero puede llegar a causar efectos biológicos observables.
Todos estos términos serán relativos dependiendo de a qué especies se refieran: una
exposición "crónica" para una bacteria sería una exposición "aguda" para una planta; una
dosis "elevada" para un mamífero se podría considerar casi seguro como "baja" para un
molusco. La Figura 18.4 presenta la respuesta a una exposición "aguda", en cuanto a la
variación entre organismos de la dosis que causase la muerte del 50% de los individuos
expuestos. La información sobre estos efectos procede en su mayor parte de los experimentos
realizados por los EE.UU. en los años de la guerra fría.

Figura 18.4 Tolerancia relativa de diferentes organismos a la radiación ionizante, en términos de dosis
absorbida necesaria para causar la muerte del 50% de los individuos en un periodo de tiempo determinado
(adaptado por Eduardo Gallego del UNSCEAR, 1996)

La extrapolación de los resultados de dichos experimentos a la evaluación del impacto


ecológico de una contaminación significativa del medio ambiente es siempre difícil, pero en la
actualidad se están produciendo avances notables hacia una normalización de las
evaluaciones de impacto ecológico. Tal vez sea ésta la última cuestión pendiente, ya en curso
de estudio, en cuanto a la normativa sobre protección radiológica. La complejidad de los

- 370 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

ecosistemas hace preciso basar su protección en evaluaciones integradoras de todos los


aspectos implicados. El desarrollo necesario en este sentido pasa por establecer magnitudes
y unidades adecuadas para la dosis recibida por las otras' especies, modelos dosimétricos de
referencia, con geometrías y organismos suficientemente representativos, y medidas del daño
y los efectos biológicos causados.

- 371 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Bloque 5:
Perspectivas futuras de la Ingeniería
Nuclear.
AUTOR: Patrick Sauvan

- 373 -
Tema 19 - La energía nuclear en la planificación energética: aspectos económicos, medioambientales y
estratégicos.

Tema 19 La energía nuclear en la planificación energética: aspectos


económicos, medioambientales y estratégicos.
El objetivo de este tema es dar una perspectiva del papel que ocupa y podría ocupar la energía
nuclear dentro del sector energético, y las implicaciones que conlleva. Para ello, se comentará
en primer lugar cuál es el consumo de energía a nivel mundial, cuáles son las previsiones
futuras, cómo contribuyen las distintas fuentes de energía primaria a ese consumo, y su
impacto medioambiental. En segundo lugar, se analizarán con detalle las implicaciones
económicas, estratégicas y medioambientales de la generación de electricidad en las centrales
nucleares de fisión.

19.1 Introducción.
La energía es un elemento esencial para el bienestar; es crucial para el desarrollo y la
prosperidad económica. De todas las fuentes de energía primaria, los combustibles fósiles son
en la actualidad la fuente más importante; representan el 87% del consumo mundial de
energía primaria, respecto al 6% de energía nuclear y 6% de energía hidráulica, englobándose
en el restante 1% las demás energías renovables. En los países desarrollados, estos
porcentajes de consumo varían ligeramente, siendo del 83 y 11% para combustibles fósiles y
nuclear respectivamente. De media, cada habitante del planeta consume al año alrededor de
1,3 toneladas equivalentes de petróleo (Tep) de combustible fósil de un consumo total de
energía primaria de 7600 millones de Tep.

Se entiende por energía primaria la materia prima inicial, de partida. Las fuentes de
energía primaria son los combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas), nucleares y las
fuentes de energía renovables (solar, eólica, hidráulica, biomasa, geotérmica). La
energía primaria transformada para su uso recibe el nombre de energía final, de
forma que el consumo de energía primaria será la suma del consumo de energía
final más el consumo necesario para la conversión de una en otra.
Se entiende por energía renovable aquella que no se agota, o que se regenera a una
velocidad mayor a la que se consume.

En cuanto al uso de la energía primaria, la producción de electricidad representa hoy en día


casi la mitad del consumo total de energía primaria. La diversidad de fuentes de energía que
pueden utilizarse para producir electricidad, así como su comodidad, flexibilidad y limpieza en
el punto de consumo, que no de producción, la hacen cada vez más atractiva. Los combustibles
fósiles suministran en la actualidad el 63% de la electricidad producida en el mundo (carbón
38%, gas 16% y petróleo 9%), la energía nuclear el 17% y la energía hidráulica y otras energías
renovables un 18%.
En las próximas décadas, el consumo mundial de energía primaria se verá incrementado de
forma importante. Los diversos estudios realizados para extrapolar las necesidades
energéticas para el siglo XXI no son unánimes, y prevén incrementos de la demanda desde el
50 al 250% según consideren escenarios de bajo o alto crecimiento económico. Sí coinciden
en que este incremento vendrá dado principalmente por los países en vías de desarrollo,
donde el crecimiento demográfico y económico dará lugar a una demanda ascendente, que
se traducirá en un aumento continuo del consumo de energía primaria. En los países
desarrollados, la estabilidad demográfica y la mayor eficiencia energética contribuirán a frenar
el crecimiento de la demanda de energía. Asimismo, se prevé un aumento de la producción
de electricidad en el consumo mundial de energía primaria.

- 374 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

19.1.1 Impacto de la producción y consumo de energía.


La producción y el consumo de energía tienen un gran impacto sobre la salud y el
medioambiente. La producción de energía implica importantes cantidades de materia prima
y necesita infraestructuras de gran envergadura para obtenerla, tratarla, almacenarla,
transportarla, utilizarla, así como para gestionar los residuos producidos. Es decir, la
producción de energía final a partir de cualquier tipo de energía primaria tiene un impacto
medioambiental. Así, en relación a la producción de hidroelectricidad, cabe destacar las presas
construidas en muchos grandes ríos en el mundo. En relación a la producción eléctrica de
origen nuclear, hay que considerar la generación de sustancias radiactivas con largos periodos
de actividad. En relación al empleo de combustibles fósiles hay que tener en cuenta las
emisiones de partículas y gases ácidos procedentes de la combustión, que deterioran la
calidad del aire y son responsables de la lluvia ácida y el efecto invernadero; efectos que
implican un riesgo de cambio climático, constituyendo una amenaza para las generaciones
futuras.

Los compuestos de azufre y nitrógeno liberados en la combustión del carbón y el


petróleo se transforman en ácidos al combinarse con el agua y retornan a la
superficie terrestre en forma de lluvia, conocida como lluvia ácida.
El efecto invernadero es la retención por la atmósfera de parte de la energía solar
reemitida por la superficie terrestre. Esta retención es debida a la presencia de un
porcentaje creciente de CO2 fundamentalmente.

Por tanto, no parece que los combustibles fósiles deban tener una contribución creciente
dentro del sector energético si se quieren alcanzar los objetivos del tan comentado Desarrollo
Sostenible. Se entiende con este término aquel desarrollo que permite satisfacer las
necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de
satisfacer las suyas propias. Es decir, debe permitir el crecimiento económico y bienestar
social a la vez que protege el medioambiente.
La energía nuclear puede tener un papel relevante para la consecución de los principios del
Desarrollo Sostenible. La operación de las centrales nucleares de fisión no genera ningún tipo
de gases causantes de la lluvia ácida, ni gases de efecto invernadero. Pueden, por ello,
contribuir a la disminución de la polución atmosférica y a las estrategias para evitar el
recalentamiento climático del planeta. Una central nuclear de 1000 MW evita la emisión de 8
millones de toneladas de CO2 anuales. En la Unión Europea, el funcionamiento de las centrales
evita una cantidad de emisiones equivalente a las producidas por el 50% de los vehículos que
circulan por la Unión.
Por otra parte, la energía nuclear y las fuentes renovables son complementarias. La primera,
con sus plantas en funcionamiento continuo, es una buena opción para las centrales de base
para grandes zonas urbanas e industriales. Las segundas, debido a su naturaleza dispersa e
intermitente, son una solución idónea para áreas rurales de baja densidad de población. La
idea según la cual las energías renovables podrían sustituir a las convencionales es incierta, en
el estado actual de desarrollo de las tecnologías solar y eólica y de las técnicas de
almacenamiento y transporte de la energía eléctrica.
Ahora bien, para que la energía nuclear pueda tener un papel relevante en la planificación
energética es indispensable responder a las preocupaciones sociales y medioambientales.
Estas engloban fundamentalmente los siguientes puntos: residuos radiactivos, accidentes
nucleares y riesgo de proliferación de armamento nuclear, además de una idea de la opinión

- 375 -
Tema 19 - La energía nuclear en la planificación energética: aspectos económicos, medioambientales y
estratégicos.

pública de secretismo y manipulación. A continuación se analizan con detalle, entre otros,


estos aspectos de la generación de electricidad de origen nuclear.

19.2 Aspecto económico.


El factor económico es decisivo para inclinar la balanza a favor de un tipo de energía u otro.
La generación de energía supone dos tipos de costes: los costes internos o directos, también
llamados costes de generación y los costes externos o externalidades. El precio de mercado
refleja únicamente los costes internos, constituyendo un indicador económico relevante,
aunque no refleja el coste total que para la sociedad tiene la generación de energía, como se
verá más adelante.

19.2.1 Costes internos o directos.


Son los costes de generación, es decir, los costes de la materia prima, de operación y
mantenimiento y, con carácter general, todos aquellos costes en los que incurre directamente
el productor de energía.
Distintos estudios realizados a lo largo de los años por organizaciones internacionales
demuestran que la energía nuclear es competitiva respecto a las otras alternativas de
generación eléctrica, como se desprende de la Tabla 19.1.

Tabla 19.1 Estimación de costes de generación de electricidad en el periodo 2005-2010

País Nuclear Carbón Gas


Francia 3,22 4,64 7,74
Japón 5,75 5,58 7,91
Corea 3,07 3,44 4,25
España 4,10 4,22 4,79
EE.UU. 3,33 2,48 2,33-2,71
Canadá 2,47-2,96 2,92 3,00

Fuente:NEA-OCDE 1998. Datos en US c$/kWh


Tasa de amortización 5% con un factor de carga 75%

La energía nuclear se caracteriza por una gran inversión para la construcción de la central, y
bajos costes marginales (precio del combustible, costes de mantenimiento y operación). Es
decir, una vez en funcionamiento, una central nuclear tiene unos costes de producción
estables. La inversión, teniendo en cuenta los intereses de amortización, representa un 60%
del coste total de la producción de electricidad de origen nuclear, mientras que el
mantenimiento y el precio del uranio representan aproximadamente un 20% cada uno (ver
Tabla 18.2). Por consiguiente, aunque el precio del combustible aumentara de forma
significativa, no tendría mucha repercusión en el precio de producción de la electricidad.
Los costes para construir una central de combustible fósil pueden ser significativamente
menores que los de una central nuclear; sin embargo, los costes del combustible suponen
entre el 50 y el 70% de los costes de generación según la materia prima utilizada. Es decir, el

- 376 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

precio de los combustibles fósiles representa un fuerte porcentaje en el precio de producción


de la electricidad. Por tanto, la competitividad de este tipo de producción depende en gran
medida de la volatilidad de los precios del combustible.

Tabla 19.2 Costes de producción de la energía nuclear

País Tasa de actualización Inversión O&M* Combustible Coste total


(%) (%) (%) (cent $/kWh)
Francia 5% 54 21 25 3,2
10% 70 14 16 4,9
Japón 5% 43 29 27 5,8
10% 60 21 19 8,0
Corea 5% 55 31 14 3,1
10% 71 20 9 4,8
España 5% 54 20 26 4,1
10% 70 13 17 6,4
EE.UU. 5% 55 27 19 3,3
10% 65 19 13 4,6
Canadá 5% 67 24 9 2,5
10% 79 15 6 4,0

Fuente:NEA-OCDE 1998
* O&M: Operación y Mantenimiento

Debido a la larga duración de la construcción de una central nuclear (unos 7 años, respecto a
5 años para una central de carbón y de 2 a 3 años para una de gas), la competitividad de la
energía nuclear depende mucho de las condiciones de la inversión, especialmente del tipo de
interés y del periodo de amortización. Depende a su vez de factores que pueden variar de una
nación a otra, como son la legislación propia del país en materia medioambiental,
disponibilidad de fuentes alternativas, recursos financieros, etc... Hay que resaltar que los
costes de seguridad y desmantelamiento están incluidos en el precio de una central nuclear,
y amortizados en toda la vida de la central. Es decir, el consumidor de electricidad paga la
seguridad nuclear, los seguros contra los accidentes nucleares, el desmantelamiento de las
instalaciones y el almacenamiento de los residuos radiactivos.
La mayoría de las centrales nucleares actuales seguirán en funcionamiento hasta la fecha
programada de su parada. Es muy rentable aumentar su duración de vida, invirtiendo los
recursos necesarios para garantizar la seguridad y mejorar el rendimiento. De esta forma las
centrales nucleares pueden continuar su funcionamiento una media de diez años. Los daños
estructurales sufridos por la vasija del reactor impiden alargar más esta duración.
En los años 2030 casi todas las centrales de tercera generación (la clasificación de las centrales
se incluye en el Tema 20) en funcionamiento tendrán que ser reemplazadas por centrales de
nueva generación. Estas nuevas centrales deberán ser menos costosas y de más rápida
construcción, para entrar en competencia con las nuevas centrales térmicas.

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Tema 19 - La energía nuclear en la planificación energética: aspectos económicos, medioambientales y
estratégicos.

19.2.2 Costes externos o externalidades.


La generación de energía tiene una serie de efectos indeseables sobre el medio ambiente y la
sociedad como son, por ejemplo, la contaminación atmosférica de las centrales térmicas, las
radiaciones ionizantes o el riesgo de accidente de las centrales nucleares. Todos estos efectos
son costes reales impuestos a la sociedad que tiene que soportarlos y se conocen como costes
externos o externalidades.
Lo importante de estos costes externos es que, en ausencia de normativa de regulación, no
son tenidos en cuenta en los costes de producción. Por ello en el precio de la electricidad
generada no están recogidos todos los costes que se están originando, sino únicamente los
costes internos. Así, el precio de la energía es un precio artificialmente bajo, lo que puede
interpretarse como un subsidio que la sociedad aplica a la generación energética.
Para las industrias que utilizan combustible fósil, el impacto del cambio climático y la
contaminación ambiental son costes externos, dado que no se cuantifica el coste para el
medio ambiente de las emisiones que contribuyen al calentamiento global del planeta, la
lluvia ácida, la emisión de metales pesados, etc. Sin embargo, en las centrales nucleares, la
mayoría de los costes externos se han considerado e incluido entre los costes de producción:
• El coste para la seguridad y protección radiactiva. Se han impuesto en las centrales
multiplicidad de barreras y redundancia de los sistemas de seguridad que impiden la
liberación al medio ambiente de los materiales radiactivos, tanto en funcionamiento
normal como en caso de accidente.
• El coste de la gestión de los residuos radiactivos. Estos tienen un importante impacto
económico, pero en cualquier caso, asumido por las plantas generadoras.
• El coste del desmantelamiento de las instalaciones.
Únicamente el potencial impacto de un accidente severo, muy improbable, podría ser coste
externo.
Así, a largo plazo, la competitividad de las centrales nucleares puede verse incrementada de
forma significativa en su comparación con el resto de las energías, si se les impone a éstas
internalizar los costes debidos a las emisiones atmosféricas.

19.3 Aspecto estratégico.


La política energética de la mayor parte de los países se basa en diversificar, es decir, en
disponer de distintas fuentes de energía para evitar en lo posible la dependencia de suministro
de combustible del exterior. La Tabla 19.3 refleja el autoabastecimiento español de los
distintos tipos de fuentes de energía. Aún si muchos países no dan importancia a esta
seguridad de suministro, no hay que perder de vista que las reservas de petróleo
convencionales están concentradas en Oriente Medio, lo que podría conllevar problemas de
abastecimiento en caso de inestabilidades políticas en la región.
Por el contrario, la producción energética de origen nuclear supone garantía de suministro,
garantía de producción y mayor eficacia en el aprovechamiento de los recursos.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tabla 19.3 Evolución del grado de autoabastecimiento energético en España

Carbón Petróleo Gas Nuclear Total

1980 77,6 3,5 2,0 100 34,4

1990 62,3 1,7 0,3 100 36,9

2000 38,6 0,3 1,0 100 23,3

2002 35,1 0,5 2,5 100 24,2

Fuente: Ministerio de Economía. Datos en %.

19.3.1 Garantía de suministro.


La energía nuclear dispone de fuentes de suministro en prácticamente todos los países, lo que
asegura el autoabastecimiento. A nivel mundial, las centrales nucleares consumen
aproximadamente 60.000 toneladas de uranio natural al año. Los recursos conocidos de
uranio representan más de 70 años y las reservas demostrables y económicamente
explotables representan unos 40 años de consumo al ritmo actual. Sin embargo, el uranio
abunda en la corteza terrestre y se estima que los recursos convencionales representan
alrededor de 250 años de consumo al ritmo actual. Además, los recursos no convencionales,
contenidos en los fosfatos marinos y en el agua del mar, son mayores al menos en dos órdenes
de magnitud.

Las reservas actuales de uranio, al igual que para cualquier otro recurso mineral,
representan únicamente los yacimientos encontrados de los buscados con un
retorno económico a corto plazo.

Además, los recursos de combustible nuclear podrían verse aumentados al reciclar los
materiales fisibles (fabricando por ejemplo combustible de óxidos mixtos –MOX- para
reactores de agua ligera), y poniendo en marcha ciclos de combustibles avanzados que
permitan convertir uranio y torio fértiles en materiales fisibles. La decisión de adoptar tales
ciclos de combustible multiplicaría considerablemente la energía producida por unidad de
masa de uranio natural y transformaría las instalaciones de combustible gastado en fábricas
de combustible nuclear; es decir, el combustible gastado podría verse como un recurso
potencial en lugar de como un residuo. Debido al mayor aprovechamiento energético, los
minerales de torio y uranio de baja concentración podrían llegar a ser económicamente
rentables, lo que aumentaría las reservas. Ello haría de la energía nuclear una fuente capaz de
suministrar gran parte de la creciente demanda energética en el mundo.

19.3.2 Garantía de producción.


Las centrales nucleares producen 10.000 veces más energía por unidad de masa de uranio que
otras tecnologías a partir de combustible fósil o renovable. Por tanto, por cada kWh de
electricidad producido se procesa una cantidad mucho menor de material, siendo los
volúmenes de residuos consiguientemente menores. Esa gran concentración energética del
combustible hace posible y rentable conservar unas reservas estratégicas de combustible en

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Tema 19 - La energía nuclear en la planificación energética: aspectos económicos, medioambientales y
estratégicos.

la propia central nuclear para asegurar la continuidad de la producción en caso de interrupción


en el suministro. Por otra parte, la generación de electricidad de origen nuclear tiene la
ventaja de no estar sujeta a condiciones climáticas cambiantes o fluctuaciones impredecibles
de costes. La incidencia de esto último es además menor que con fuentes de energía
alternativas, vista la pequeña proporción que supone el precio de combustible en el coste de
producción de electricidad, tal y como se comentó en el apartado precedente.

19.3.3 Mayor productividad de los recursos.


En la actualidad el uranio se emplea únicamente como combustible en las centrales nucleares.
Por tanto, la producción de electricidad de origen nuclear libera recursos para otros usos
esenciales, reservando por ejemplo los hidrocarburos para el transporte o la industria
petroquímica.
En conclusión, la incorporación de la energía nuclear como una de las fuentes de
abastecimiento energético aumenta la diversidad, la fiabilidad del suministro energético y
contribuye a una mayor eficacia y productividad global de los recursos. Por otra parte, reduce
la dependencia del exterior si no se dispone de combustibles fósiles para el
autoabastecimiento, como es el caso español. Por tanto, desde el punto de vista estratégico,
existen claras ventajas del uso de la energía nuclear.

19.4 Aspecto medioambiental.


Los riesgos medioambientales que proceden de la explotación de la energía nuclear para
generar electricidad se deben a la existencia de radiactividad, consecuencia de las reacciones
nucleares de fisión, ya que no se liberan gases ni partículas responsables del cambio climático,
de la destrucción de la capa de ozono o de la polución ambiental.
Los riesgos sobre la salud y medioambientales ligados a la existencia de radiactividad son
debidos:
• a la exposición a la radiación ionizante.
• a la liberación de productos radiactivos a la atmósfera o la hidrosfera.
• a la gestión de los residuos radiactivos generados.
La industria nuclear ha llevado a cabo grandes esfuerzos para garantizar que tales riesgos
medioambientales se mantengan dentro de niveles aceptables, incluso en caso de accidente,
desarrollando respectivamente:
• sistemas de protección radiológica, que protejan contra los efectos perniciosos de la
radiación.
• sistemas de seguridad nuclear que impidan la emisión de productos radiactivos.
• sistemas de tratamiento y almacenamiento de residuos que aseguren su
confinamiento, y sean capaces de minimizar el impacto sobre los seres humanos y el
medioambiente, incluso a muy largo plazo.

19.4.1 Protección radiológica.


El objetivo principal de la protección radiológica, según la ICRP (Comisión Internacional de
Protección Radiológica), es proporcionar un estándar apropiado de protección a la radiación,

- 380 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

sin limitar de manera indebida los efectos beneficiosos derivados de una adecuada exposición.
Los estándares y recomendaciones se basan en limitar el riesgo de efectos sobre la salud,
siguiendo tres principios: justificación de la actividad, limitación de las dosis (mantenimiento
de las dosis individuales dentro de los límites regulados) y optimización (mantenimiento de
las dosis dentro de los límites más bajos razonablemente alcanzables).
Los límites de dosis recomendados son de 1 mSv por año para la exposición del público, y
20 mSv por año para la exposición del personal profesionalmente expuesto. Estos límites
deben compararse con la dosis media de radiación natural, que es de unos 3 mSv por año,
aunque varía considerablemente en función de la localización geográfica, llegando hasta
10 mSv al año en algunas regiones, sin que se hayan identificado efectos en la población.
La industria nuclear ha conseguido cumplir estos límites de dosis estableciendo
infraestructuras para proteger contra la radiación, tal y como se ha visto en el tema 15. La
eficacia de estos sistemas se puede comprobar por el nivel actual de las emisiones radiactivas
de las instalaciones nucleares.
La Figura 19.1 muestra la distinta procedencia de la radiación recibida por el cuerpo humano
en un año. Se observa que el público y la mayoría de los trabajadores reciben una pequeña
fracción como resultado de las actividades de la industria nuclear. Para las poblaciones
próximas a las centrales nucleares, las dosis anuales a los individuos del público más expuestos
oscilan entre 1 y 20 Sv, es decir, entre 50 y 1000 veces inferior al límite anual. Por otra parte,
la dosis media anual recibida por los trabajadores en cualquier actividad del ciclo de
combustible es de unos 3 mSv, comparable a la dosis natural o a los 2 a 3 mSv de las
exposiciones recibidas por las tripulaciones aéreas, debidas principalmente a la radiación
cósmica a altitudes elevadas.

Fuente: Consejo de Protección radiológica de EE.UU. 2003


Figura 19.1 Procedencia de la radiación recibida por el cuerpo humano en un año.

Cabe decir que las preocupaciones del público en relación a la protección contra la radiación
parecen estar asociadas, no tanto a los riesgos reales, sino más bien a la sensación de
ocultamiento de las industrias e instituciones. En este sentido, la educación y la información
sobre las actividades que conducen a la dosis adicional recibida, la necesidad de tales
actividades, sus ventajas sobre otras alternativas, los riesgos de la radiación y la protección

- 381 -
Tema 19 - La energía nuclear en la planificación energética: aspectos económicos, medioambientales y
estratégicos.

contra la misma juegan un papel decisivo; sin olvidar el derecho de la sociedad a participar en
decisiones que les afectan y a que se tengan en consideración sus legítimas preocupaciones.

19.4.2 Seguridad nuclear.


Es evidente que el uso de la energía nuclear entraña un riesgo, al implicar la manipulación de
productos radiactivos nocivos para el ser humano. Sin embargo, una actividad potencialmente
peligrosa no tiene porqué ser insegura si se incorporan las medidas adecuadas capaces de
reducir el riesgo a niveles aceptables. Ese es el objetivo de la seguridad nuclear. Esto significa
que no debe haber liberación radiactiva ni en condiciones normales de operación ni en caso
de accidente, cuya probabilidad de ocurrencia debe ser muy baja.
Para conseguir ese fin, la seguridad nuclear ha establecido una serie de barreras físicas, y
redundancia de sistemas de control y seguridad encargados de asegurar el confinamiento de
los productos radiactivos y reducir los riesgos y probabilidad de accidentes nucleares. Esto,
junto con una fuerte legislación y regulación ha conducido a que todas aquellas actividades
que implican la manipulación de material radiactivo (centrales nucleares, instalaciones del
ciclo de combustible, transporte) hayan alcanzado un excelente grado de seguridad en los
países de la OCDE.

La regulación para el transporte seguro de material radiactivo fue publicada por


primera vez por la IAEA en 1961 y se revisa y actualiza de forma continua.

Se ha calculado que el riesgo de que se produzca un accidente que conduzca a daños


importantes es inferior a 10-5 por año de operación de la planta, para los reactores en
funcionamiento en los países de la OCDE. Las mejoras de diseño y de los procedimientos hacen
que se siga reduciendo significativamente el riesgo de accidentes.

19.4.3 Gestión de residuos radiactivos.


La gestión de residuos radiactivos tiene como objeto asegurar el confinamiento y eliminación
de los materiales residuales de forma que se minimice su impacto sobre el medio ambiente.
Los residuos radiactivos, tal y como se clasificaron en el Tema 17, pueden ser de vida corta o
larga. El principal desafío de la energía nuclear es la gestión de los residuos de larga vida que
mantienen altos niveles de actividad a muy largo plazo. De hecho, esto constituye uno de los
puntos que más rechazo provoca a la energía nuclear por parte de la opinión pública, más
incluso que el riesgo de un accidente nuclear.
Los materiales ligeramente contaminados, o de vida relativamente corta, constituyen el
grueso del volumen de los residuos radiactivos. Se tratan, transportan y almacenan en
depósitos superficiales de forma rutinaria, siguiendo métodos para su gestión bien
establecidos. Su actividad se reduce progresivamente a niveles naturales y representan un
riesgo bajo para la salud y el medio ambiente.
Los residuos de larga vida representan sólo una pequeña fracción del volumen total de
residuos de una central. Se deben aislar del medioambiente durante el largo período de
tiempo en que puedan representar un peligro, hasta que lleguen a ser inocuos, ya sea en
almacenamiento superficial o geológico profundo en formaciones estables.
Sin embargo, no hay que perder de vista que la característica de larga duración no es exclusiva
únicamente de los residuos radiactivos. Otros tipos de residuos nocivos, tales como los

- 382 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

metales pesados y muchos productos químicos, permanecen indefinidamente en la biosfera


o provocan un impacto suficiente a corto plazo para influir de forma permanente a largo plazo.
Por el contrario, los residuos radiactivos de larga vida pueden aislarse de la biosfera durante
miles de años usando las tecnologías disponibles. La industria nuclear se ha preocupado del
confinamiento de los residuos desde el inicio de operación de las centrales, en contraposición
a la dispersión y dilución aplicadas por otros sectores industriales.
Como conclusión puede decirse que la gestión de residuos radiactivos de larga vida sigue
constituyendo un problema, con solución, pero no totalmente satisfactoria. Actualmente se
están dedicando enormes esfuerzos científicos para buscar estrategias alternativas, como la
transmutación en residuos de vida más corta, cuyos principios se abordarán en el Tema 21.

19.5 Conclusiones.
La experiencia acumulada en los países miembros de la OCDE ha demostrado que la energía
nuclear es una fuente de energía segura y respetuosa con el medio ambiente. Se ha puesto de
manifiesto que sus riesgos e impacto en las personas y su entorno pueden ser gestionados de
manera efectiva y situados en niveles aceptables.

- 383 -
Tema 20 - Reactores avanzados de fisión nuclear: objetivos de la tercera y cuarta generación de centrales
nucleares

Tema 20 Reactores avanzados de fisión nuclear: objetivos de la


tercera y cuarta generación de centrales nucleares
Este tema da a conocer los objetivos que se persiguen en la concepción de los reactores
futuros de fisión nuclear. Se dará una visión de la evolución que han sufrido los reactores de
fisión, desde sus comienzos como reactores experimentales, hasta los reactores comerciales
de la actualidad. Y se analizarán las características de los distintos tipos de reactores
avanzados.

20.1 Introducción.
Los reactores nucleares de fisión utilizados para producción de energía eléctrica han
experimentado mejoras continuas y profundos cambios tecnológicos desde los comienzos de
la Ingeniería Nuclear civil en los años 50. Cada cambio importante ha dado lugar al nacimiento
de lo que se ha denominado una generación (Figura 20.1). Hoy en día estamos en la transición
entre la segunda y tercera generación de reactores nucleares.

20.1.1 Reactores de primera generación


La primera generación agrupa los reactores prototipo construidos en el mundo (EEUU, Rusia,
Francia, Reino Unido) entre los años 1950 y 1970. La concepción de estos reactores estuvo
muy influenciada por las limitaciones del ciclo de combustible del uranio. Por una parte, no se
disponía de tecnología de enriquecimiento del uranio. Por otra parte, los distintos países
querían dotarse de armas de disuasión nuclear, con la consiguiente necesidad de producir
material fisible (el uranio 238 da lugar a plutonio 239 por captura neutrónica seguida de dos
desintegraciones beta). En este contexto, los reactores debían funcionar con uranio natural,
requiriendo entonces la utilización de grafito o agua pesada como moderador (no puede
moderarse con agua ligera utilizando uranio natural como combustible por razones de
economía neutrónica). Estos tipos de reactores presentaban una serie de inconvenientes
como el importante coste de inversión debido a su tecnología, las dificultades para mejorar la
seguridad y los problemas para extrapolarlos a instalaciones de potencia superior.

Figura 20.1 Evolución de las distintas generaciones de reactores nucleares de fisión.

- 384 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

20.1.2 Reactores de segunda generación.


La segunda generación se refiere a los reactores comerciales puestos en servicio entre 1970 y
2000, que nacen de la necesidad de hacer viable la explotación de la energía nuclear para
generar electricidad e independizarse así de los combustibles fósiles. Comprende los tipos
PWR (Pressurized Water Reactor, o reactor de agua presurizada), BWR (Boiling Water Reactor
o reactor de agua en ebullición), RBMK (Reactor Bolchoe Molchnastie Kipiachie, o reactor de
agua en ebullición de gran potencia. Estos reactores, del tipo de Chernobyl, constituyen el 40
% del parque nuclear de la antigua Unión Soviética), VVER (reactor de agua presurizada de
tecnología soviética), CANDU (reactor de tecnología canadiense que utiliza agua pesada como
moderador). Es el periodo de desarrollo y extensión de los reactores PWR y BWR que se
revelan como los más simples, fiables y económicos. De hecho, constituyen actualmente más
del 85% del parque electronuclear mundial con 441 reactores.

20.1.3 Reactores de tercera generación.


El accidente de Three Mile Island (EEUU) en 1979 concienció a la industria nuclear de la
necesidad de prestar más atención a los factores humanos, acentuando la importancia de una
cultura de seguridad. Se persiguió una concepción de los reactores que incluyera significativas
mejoras en la seguridad manteniendo la competitividad económica. Nacieron entonces los
reactores de tercera generación, que son conceptos evolucionarios derivados de los reactores
actualmente en funcionamiento. Están concebidos sobre los mismos principios, pero incluyen
la experiencia adquirida en los anteriores. El refuerzo de la seguridad se tiene en cuenta en el
propio diseño del reactor, traduciéndose en una redundancia de los dispositivos de seguridad
para disminuir aún más la probabilidad de accidente, y en una concepción que garantice de
forma pasiva, es decir, sin necesidad de ninguna intervención humana, las acciones de
seguridad en situación accidental.

20.1.4 Reactores de cuarta generación.


La cuarta generación es la de los sistemas del futuro; aquéllos que incluyen innovaciones y
desarrollos importantes con el objetivo de conseguir mayor durabilidad, competencia
económica, seguridad y fiabilidad. Además, deben responder no sólo a la producción de
electricidad, sino también a la producción de hidrógeno o desalinización de agua de mar.
Sobre la base de los objetivos propuestos se han seleccionados seis sistemas como los más
prometedores para reemplazar a partir del 2035 los reactores de tercera generación.

20.2 Reactores de tercera generación


Los reactores de tercera generación son aquéllos que sustituirán a los reactores actuales
cuando lleguen al final de su vida útil. Esta renovación del parque nuclear ya ha comenzado;
así por ejemplo, en Corea del Sur están en construcción cuatro reactores de agua presión con
dispositivos de nueva generación.

20.2.1 Objetivos de la tercera generación.


El objetivo global de los reactores de tercera generación es mejorar la seguridad respecto a
sus predecesores así como la rentabilidad económica a través de una estandarización de los
conceptos de reactores avanzados. No incluyen tecnología revolucionaria, ni diseños
innovadores respecto a los de la generación anterior, sino que son evoluciones de diseños

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Tema 20 - Reactores avanzados de fisión nuclear: objetivos de la tercera y cuarta generación de centrales
nucleares

actuales (fundamentalmente PWR y BWR) que incorporan dispositivos para satisfacer los
requisitos exigidos a las nuevas centrales nucleares:
• Aumento de la seguridad del funcionamiento de las centrales.
• Disminución del impacto sobre el medio ambiente, es decir minimización de la
producción de residuos radiactivos, y de las eventuales emisiones atmosféricas en caso
de accidente en el reactor.
• Mejora de la fiabilidad y rentabilidad económica de las centrales con el fin de aumentar
la competitividad de la energía nuclear.
• Mejora de la percepción de la energía nuclear por parte de la opinión pública.
En la situación actual, los principales factores que conducen a una mayor rentabilidad
económica frente a fuentes de energía alternativas son: disminución del coste y tiempo de
puesta en marcha de la central, ciclos de funcionamiento más largos, disminución del tiempo
de parada, duración de vida más larga para los elementos combustibles y los principales
componentes del reactor, aumento de la potencia unitaria. Los reactores de tercera
generación deberán ser, por tanto, capaces de cumplir estos requisitos.

20.2.2 Plan estratégico.


Con el fin de mantener una capacidad de producción de electricidad nuclear en EEUU, se
elaboró en 1990 un plan estratégico para sacar la industria nuclear de su estancamiento, a
través de una mejora de la rentabilidad económica de las centrales futuras. El elemento
principal del plan, sostenido por las compañías eléctricas, los suministradores de
equipamientos, y los constructores de reactores, es la búsqueda de una estandarización del
concepto de reactor avanzado de agua ligera. Esta estandarización debería permitir a la NRC
(Nuclear Regulatory Comission, Consejo de Seguridad Nuclear americano) otorgar un
“certificado de concepción” destinado a facilitar la obtención de licencia de explotación y así
reducir los tiempos de puesta en funcionamiento de las nuevas instalaciones.
A finales de 1991, se tomó una iniciativa estratégica similar por parte de los productores de
electricidad de varios países europeos (Alemania, Bélgica, España, Francia, Reino Unido, a los
que se unieron más tarde Italia, Finlandia, Holanda, Suecia). Esta iniciativa, conocida como
EUR (European Utility Requirements), consistía en definir las características comunes de los
reactores de agua ligera de tercera generación que deberían ser construidos en Europa, con
el fin de disminuir el tiempo de puesta en funcionamiento de las nuevas centrales. Desde el
punto de vista de la seguridad de las instalaciones, el documento EUR introduce dos objetivos
de nivel de probabilidad:
• Un objetivo de 10-5 por año como valor de la frecuencia acumulada de fusión del
núcleo.
• Un objetivo de 10-6 por año como valor de la frecuencia acumulada de eventos que
den lugar a una emisión importante de elementos radiactivos al medioambiente.
El objetivo de seguridad perseguido en este documento es minimizar las medidas de
protección radiactiva necesarias en caso de accidente en un radio de 800 m alrededor de la
central. En particular, no se necesitará evacuación de la población durante un periodo largo
(superior a un año). Además, las consecuencias de un accidente deben ser extremadamente
limitadas en el tiempo y el espacio respecto a la utilización de las tierras cercanas.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tabla 20.1 Características principales de distintos conceptos de reactores avanzados.

EPR S80+ ABWR AP600 SBWR GT-MHR


Potencia (MWe) 1450 1345 1356 600 600 300
Factor de carga 0,87 0,9 0,86 0,9 0,9 0,8
Rendimiento 0,34 0,34 0,33 0,31 0,32 0,48
Combustible UO2/MOX UO2/MOX UO2 UO2 UO2 UO2/PuO2
Ciclo de recarga 12 a 24 18 a 24 18 a 24 18 a 24 18 o 24 20
(meses)
Quemado (GWd/t) >60 60 60 No disp. No disp. 700
Probabilidad de < 10-5 < 10-6 < 10-6 < 5.10-7 < 10-6 (1)
fusión del núcleo
(/años)
Duración de vida 60 60 60 60 60 No disp.
(años)
Tiempo de 5 4 4 3 3 No disp.
construcción (años)
Seguridad pasiva -(2) - - + + +

(1) Las características físicas de este reactor le dotan de seguridad pasiva. Puede perder el fluido
refrigerante sin provocar la fusión del núcleo.
(2) El signo (-) indica que la instalación no tiene elemento característico de seguridad pasiva. El signo
(+) indica lo contrario.

20.2.3 Conceptos de reactores avanzados.


Existen varios proyectos de reactores de tercera generación, tal y como se muestra en la Tabla
20.1. Los principales son los de agua ligera como el AP600, ABWR, EPR, S80+, SBWR, etc. Todos
ellos tienen características comunes como:
• Duración de vida operacional de 60 años.
• Factor de carga alrededor de 90%.
• Tiempo de construcción previsto de 4 a 5 años.
• Ciclos de recarga cada 24 meses, con un tiempo máximo de parada de 30 días (recarga
y mantenimiento).
• La tasa de quemado de combustible (UO2 y/o MOX) debería alcanzar los 60 GWd/t.
• La seguridad de los conceptos asegura una probabilidad de fusión del núcleo inferior
a 10-5 /(reactor año) y una probabilidad de emisión grave al medioambiente de 10-
6
/(reactor año).
• La tasa de dosis colectiva recibida por el personal inferior a 0,8 Sv hombre/año.
A los reactores de agua ligera, hay que añadir el concepto de reactor HTR (High Temperature
Reactor). Tiene especial importancia el proyecto concebido para quemar el plutonio militar en

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Tema 20 - Reactores avanzados de fisión nuclear: objetivos de la tercera y cuarta generación de centrales
nucleares

Rusia. Este reactor de 600 MWt, refrigerado con helio y acoplado a una turbina de gas para
producir electricidad, es conocido como GT-MHR (Gaz Turbine – Modular Helium Reactor).

20.2.4 El reactor EPR.


El reactor EPR (European Pressurised Reactor) es un reactor avanzado de agua a presión de
1450 MWe. Es un reactor desarrollado conjuntamente por Framatome y Siemens y consiste
en una evolución de los reactores franceses y alemanes actualmente en funcionamiento. El
comienzo de la construcción del primer reactor de este tipo en Francia está previsto para 2007
para una puesta en funcionamiento en 2011.
En este reactor, el núcleo y la vasija son diseñados para que sirvan de reflector neutrónico, lo
que permite reducir el enriquecimiento del combustible en 235U. En el núcleo se puede utilizar
también combustible MOX hasta un 50%, para reciclar plutonio. Con una tasa de quemado
que puede alcanzar los 65 GWd/t y una masa global de combustible mayor que los reactores
de la generación anterior, las recargas se efectuarán tras ciclos de 18 a 24 meses. Todos estos
aspectos permitirán reducir los costes de funcionamiento y, en particular, aquellos generados
por el combustible y el mantenimiento.
En el EPR se ha tenido en cuenta el riesgo de fusión del núcleo desde el principio de la
concepción del reactor. Las mejoras residen en la prevención del accidente con sistemas de
comandos donde el error humano está minimizado y dando al operador un tiempo de reacción
para actuar largo (30 minutos), ya sea en funcionamiento normal, o en caso de incidente o
accidente. Un pozo situado debajo del núcleo tiene como función recuperar el corium en caso
de fusión del mismo. Si tal evento se produjera, el corium caería en el fondo del pozo y se
extendería evacuando así su calor residual. Las reservas de agua del primario que sirven para
la recarga del circuito están almacenadas en el edificio del reactor para usarse como
refrigerante del núcleo fundido. Este diseño asegura la imposibilidad de emisiones radiactivas
fuera del edificio de contención del núcleo.

20.2.5 El reactor AP600.


El reactor AP600 es un reactor de agua presión de 600 MWe desarrollado por Westinghouse.
Sus elementos de seguridad pasiva están más desarrollados que en otros conceptos de
reactores de agua ligera de tercera generación. Las principales evoluciones de este tipo de
reactores están ligadas a la simplicidad y seguridad.
En este tipo de reactor se ha privilegiado la simplicidad, reduciéndose en buena medida el
número de válvulas, cañerías y bombas respecto a un reactor convencional. Esto permite
reducir tanto el coste de construcción de la central como la duración de construcción de la
misma.
Desde el punto de vista de la seguridad, el reactor AP600 está dotado de distintos sistemas
pasivos correspondientes a:
• El sistema de inyección de seguridad (para suministrar agua borada al refrigerante para
limitar la temperatura de las vainas en caso de accidente de pérdida de refrigerante).
• El sistema pasivo para la eliminación del calor residual.
• El sistema pasivo para la refrigeración del edificio de contención.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

20.2.6 El reactor GT-MHR.


El reactor GT-MHR es un proyecto internacional que involucra EEUU, Rusia, Japón y Francia.
La finalidad del proyecto es aprovechar energéticamente el plutonio de origen militar. El
concepto está derivado de los reactores de alta temperatura refrigerados por gas (HTR – High
Temperature Reactor), que no consiguieron imponerse como reactores comerciales a pesar
de sus excelentes cualidades técnicas (calidad del combustible, alto rendimiento energético,
seguridad del reactor).
El aspecto más destacado de este tipo de reactor es el combustible. Se puede utilizar tanto
plutonio como MOX, óxido de uranio enriquecido, u óxido de torio. El combustible se presenta
en forma de microbola (de 0,01 a 0,1 mm) cuyo revestimiento está compuesto de material
refractario. La temperatura de estas microbolas puede alcanzar los 1600 °C sin que haya fugas
de material radiactivo al exterior de la bola. Las altas temperaturas soportadas por el
revestimiento del combustible hacen de este reactor un reactor intrínsecamente seguro. De
hecho, aún si hay pérdida completa del refrigerante en el reactor las temperaturas alcanzadas
no llegan a provocar la fusión del núcleo.
En cuanto al refrigerante, se utiliza gas helio. Este gas tiene muchas ventajas para este tipo de
aplicación: no es absorbente neutrónico, es un buen refrigerante y su neutralidad química
hace que no interaccione con las tuberías del reactor.
El rendimiento térmico de un reactor de este tipo de 300 MWe es aproximadamente del 48%.
Este reactor permite un quemado del combustible muy elevado, que puede alcanzar el 95%
para el caso del plutonio. Esta característica como quemador de plutonio le confiere un futuro
prometedor en el mercado de la energía, incluso si no resulta competitivo frente a reactores
de agua ligera.

20.3 Reactores de cuarta generación.


Los reactores de cuarta generación serán los destinados a sustituir el parque nuclear de
tercera generación alrededor de 2035. Es decir, aunque los reactores de tercera generación
apenas han empezado a hacer aparición, ya se trabaja en los que los sucederán. La diferencia
fundamental respecto a los de la generación precedente es que su diseño es totalmente
novedoso.

20.3.1 Objetivos de la cuarta generación.


• Los nuevos reactores tienen que englobarse en el marco del desarrollo sostenible, es
decir, deben necesitar menos recursos energéticos que los reactores actuales,
producir menos residuos radiactivos y ser menos proliferantes.
• La seguridad y la fiabilidad deben ser puntos clave en la concepción de la central,
siendo el objetivo fundamental eliminar la necesidad de evacuar la población del
entorno de la central en cualquier circunstancia.
• En el aspecto económico, el coste de construcción de la central, así como el coste de
generación del kWh tendrá que ser competitivo frente al de otras fuentes de energía.

La proliferación es la capacidad de producir material fisible de uso militar a partir


de instalaciones civiles. Es una de las grandes preocupaciones de la opinión pública
de cara al empleo de la energía nuclear.

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Tema 20 - Reactores avanzados de fisión nuclear: objetivos de la tercera y cuarta generación de centrales
nucleares

Seis conceptos de reactores de diseños totalmente diferentes han sido seleccionados. En la


tabla 19.2 se resumen las características de cada concepto de reactor.

Tabla 20.2 Características principales de distintos conceptos de reactores avanzados.

Potencia Refrigerante Espectro Ciclo del


(MWe) neutrónico combustible

SCWR 1500 agua rápido cerrado


SuperCritical Water Reactor supercrítico
térmico abierto
VHTR 600 gas helio térmico abierto
Very High Temperature Reactor
SFR 150-500 sodio rápido cerrado
Sodium-cooled Fast Reactor
GFR 288 gas helio rápido cerrado
Gas-cooled Fast Reactor
LFR 120-400 plomo líquido rápido cerrado
Lead-cooled Fast Reactor
MSR 1000 sales fundidas térmico cerrado
Molten Salt Reactor

20.3.2 El reactor de agua supercrítico (SCWR).


La principal ventaja del SCWR es que permite aprovechar toda la experiencia adquirida con
los reactores de agua ligera actuales con mayor rendimiento.
El estado supercrítico del agua se obtiene para una temperatura superior a 374 °C y una
presión superior a 22,1 MPa. En la salida del reactor el agua está a una temperatura de 550 °C
y una presión de 25 MPa. Esta agua en estado supercrítico entra directamente a la turbina, lo
que permite eliminar los intercambiadores de calor y el circuito secundario que existen en los
reactores de agua a presión. El ciclo termodinámico se muestra en la Figura 20.2, y permitiría
alcanzar un rendimiento de aproximadamente el 45%.
Según la configuración que se adopte para el núcleo, este reactor podrá utilizar un espectro
rápido con un ciclo de combustible cerrado, o un espectro térmico con un ciclo abierto.
En este tipo de reactor la principal labor de investigación está orientada al estudio de la
respuesta de los materiales en las condiciones extremas de temperatura y de presión las que
están sometidos; en particular, a las respuestas de los materiales a la irradiación respecto a la
fragilización, corrosión y descomposición química.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 20.2 Esquema del ciclo de funcionamiento con un reactor de agua supercrítico.

20.3.3 El reactor de muy alta temperatura (VHTR).


El reactor de muy alta temperatura se inscribe en la línea de los reactores de gas del tipo GT-
MHR. Al igual que en éstos, el combustible está confinado en el interior de microbolas
fabricadas de material refractario. Se pueden utilizar distintos combustibles con un alto grado
de quemado, incluyendo por ejemplo el combustible descargado de las centrales de agua a
presión actualmente en funcionamiento. La diferencia fundamental respecto a los GT-MHR
proviene de que la temperatura del gas refrigerante llega a alcanzar los 1000-1100 °C.
Además de para producir electricidad, este tipo de reactor podrá funcionar en modo de
cogeneración. En este caso, en lugar de colocar directamente una turbina en el circuito
primario (ciclo directo), se implanta un intercambiador de calor y se conduce la energía
térmica hasta el lugar de utilización (ciclo indirecto).

Se entiende por cogeneración la producción conjunta de energía mecánica


(eléctrica) y térmica a partir de la misma fuente de energía primaria.

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Tema 20 - Reactores avanzados de fisión nuclear: objetivos de la tercera y cuarta generación de centrales
nucleares

Figura 20.3 Esquema del ciclo de funcionamiento con un reactor de muy alta temperatura.

La posibilidad de utilizar este tipo reactor en aplicaciones de cogeneración le confiere una gran
ventaja frente a los otros conceptos de reactores de cuarta generación. No hay que perder de
vista que muchos procesos de fabricación industriales necesitan una fuente de calor a
temperatura elevada (fabricación de cemento, papel, vidrio, acero, etc...).

Hidrógeno Oxígeno
Calor
400º 900º

H2 ½ O2
+ 2HI H2SO4 +
I2 Calor SO2+H2O
100º

2HI + H2SO4

I2 + H2O + SO2 + H2O

H2O

I2 SO2 + H2O

Figura 20.4 Reacciones químicas en el proceso de producción de hidrógeno con calor.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Entre todos esos procesos se encuentra también la producción de hidrógeno. De entre las
distintas técnicas de producción de hidrógeno, las tres más prometedores hoy en día son el
reformado de gas natural, la electrolisis a alta temperatura y la termoquímica. La Figura 20.4
muestra el procedimiento de obtención de hidrógeno por termoquímica. Intervienen el yodo
y el azufre como intermediarios de la reacción. El rendimiento de este ciclo aumenta con la
temperatura suministrada.

20.3.4 El reactor rápido refrigerado por sodio (SFR).


El principal interés de este tipo de reactor es que, además de producir electricidad, puede
reprocesar residuos de alta actividad, y en particular plutonio y otros actínidos. Se ha
demostrado que estos reactores de neutrones rápidos son capaces de aprovechar la casi
totalidad de los recursos fisionables del combustible frente al 1% de los reactores de espectro
térmico. Por tanto, el funcionamiento de estos reactores en ciclo cerrado permitirá la
incineración de los residuos del combustible utilizado en los reactores de agua ligera.
El sodio reacciona violentamente con el agua y el aire. Para evitar riesgo de escape de sodio
radiactivo en caso de que se dé la reacción sodio-agua, se coloca un circuito secundario, tal y
como se muestra en la Figura 20.5, que permite el intercambio de calor entre el sodio que
refrigera el reactor y el vapor de agua que acciona la turbina.

Figura 20.5 Esquema del ciclo de funcionamiento de un reactor rápido refrigerado por sodio.

20.3.5 El reactor rápido refrigerado por gas (GFR).


Este reactor refrigerado por gas utiliza helio como refrigerante, aunque el dióxido de carbono
constituye asimismo una posible vía a estudiar. El mayor interés del GFR, como todos los
reactores de espectro rápido, es que permite aprovechar al máximo el combustible y

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Tema 20 - Reactores avanzados de fisión nuclear: objetivos de la tercera y cuarta generación de centrales
nucleares

minimizar los residuos radiactivos. Se considera que el GFR tendrá mayor capacidad para
incinerar los actínidos que el VHTR. Una de las principales dificultades de este tipo de reactor
es la evacuación del calor en caso de pérdida de refrigerante. Además, nuevos materiales
tendrán que remplazar la estructura del núcleo puesto que el grafito ralentiza los neutrones.

Figura 20.6 Esquema del ciclo de funcionamiento de un reactor rápido refrigerado por gas.

20.3.6 El reactor rápido refrigerado por plomo (LFR).


Los reactores rápidos refrigerados por plomo (Figura 20.7) están inspirados en los reactores
de submarinos rusos. El LFR es considerado como un reactor con un alto grado de seguridad
pasiva, superior al de los demás reactores de neutrones rápidos (SFR y GFR).
El núcleo del reactor puede ser concebido como un cartucho o un módulo que se cambia en
el momento de la recarga. Los ciclos de recarga de este tipo de reactores son muy largos, entre
15 y 20 años.
Su modularidad permitirá instalar este tipo de reactor, por un lado, de forma deslocalizada
tanto para la producción de electricidad como para la producción de calor para procesos
industriales como la desalinización del agua de mar. Y por otro lado, permitirá instalarlo en
países en desarrollo que no tengan las infraestructuras necesarias para gestionar el ciclo de
combustible.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 20.7 Esquema del ciclo de funcionamiento de un reactor rápido refrigerado por plomo.

20.3.7 El reactor de sales fundidas (MSR).


La particularidad de los reactores de sales fundidas es que el combustible circula por el sistema
de refrigeración. Esta particularidad permite un funcionamiento continuo del reactor, es decir,
no es necesario detenerlo para llevar a cabo la recarga de combustible. Por otra parte, tiene
la ventaja de simplificar la elaboración del combustible puesto que toda la materia fisible o
fértil que se desea introducir en el reactor podrá ser disuelta en la solución de sales fundidas.
Esta circulación de combustible permite también, vía tratamiento químico, eliminar del
combustible los venenos neutrónicos, lo que permite un ahorro neutrónico y obtener así un
mayor grado de quemado del combustible.
Uno de los ciclos de combustible aprovechable puede ser el ciclo que emplea torio como
combustible fértil. Al capturar un neutrón, el torio 232 se transforma en torio 233, y por
desintegración beta en protactinio 233 y posteriormente en uranio 233 fisible según la
cadena:
− −
Th 232 + 0 n1 → 90Th 233 ⎯⎯( 22
90 ⎯min) 
⎯→ 91 Pa 233 ⎯⎯→ 92 U
233

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Tema 20 - Reactores avanzados de fisión nuclear: objetivos de la tercera y cuarta generación de centrales
nucleares

Figura 20.8 Esquema del ciclo de funcionamiento de un reactor de sales fundidas.

El problema que presenta esta cadena es que la vida media del protactinio 233 es de 27 días,
y si durante este tiempo permanece en el interior del núcleo del reactor, puede capturar un
neutrón y dar lugar a un núcleo de uranio 234 tras una desintegración beta. No se forma por
tanto el isótopo fisible buscado, sino uno totalmente inútil para la fisión.


91 Pa 233 + 0 n1 → 91 Pa 234 ⎯⎯→ 92 U
234

La solución a este problema es apartar durante 27 días fuera del reactor el protactinio para
que se transforme en uranio 233, y después inyectarle nuevamente en el interior del núcleo
del reactor.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tema 21 Sistemas transmutadores de residuos nucleares.


El objetivo de este tema es presentar en qué consiste la transmutación, comprender cuál es
su papel en la gestión de residuos nucleares de larga vida y analizar en qué tipo de sistemas
podría llevarse a cabo, introduciendo el concepto de reactor subcrítico guiado por acelerador.

21.1 Introducción.
La explotación de los reactores nucleares origina distintos tipos de residuos radiactivos.
Algunos de ellos, aunque representan sólo una pequeña fracción del volumen total de
residuos de una central, son residuos de elevada radiotoxicidad y larga vida, que mantienen
su actividad durante miles e incluso millones de años en algunos casos. Se trata de productos
de fisión y de actínidos minoritarios, principalmente el neptunio, americio y curio, núcleos
pesados procedentes de la captura neutrónica del uranio.

¿Qué puede hacerse con estos isótopos radiactivos de larga vida?


Ante el rechazo social que plantea su almacenamiento definitivo, ya sea en superficie así como
el almacenamiento geológico profundo, desde hace una década se está investigando cómo
transformarlos en isótopos estables (es decir, no radiactivos) o de duración mucho más corta:
es la transmutación. Esta sería una alternativa más limpia para la gestión de los residuos de
alta actividad y vida larga producidos por los reactores actuales, al ser capaz de reducir
significativamente su inventario y toxicidad y por tanto los requisitos de almacenamiento a
largo plazo.

¿Cómo se puede llevar a cabo la transmutación?


Bombardeando los núcleos blanco con partículas elementales de alta energía, de forma que
los núcleos pesados se rompan en núcleos más pequeños y los productos de fisión se
transformen en núcleos estables. Para ello, habrá que concebir un reactor apropiado para tal
fin. Como se verá en este tema, los reactores subcríticos asistidos por acelerador se han
revelado como uno de los mejores conceptos como sistemas transmutadores.

21.2 El papel de la transmutación en la gestión de residuos.


Los residuos radiactivos están formados por radionucleidos muy variados. Las diferencias
entre ellos, en términos de toxicidad y duración de vida, justifican que se sigan vías distintas
para su tratamiento.
Así, los residuos de baja y media actividad y corta duración de vida, considerados como
aquéllos con un período de semidesintegración menor de 30 años, son almacenados en
superficie el tiempo necesario hasta que su radiactividad haya decrecido hasta un nivel
equivalente a la radiactividad natural. Suponen aproximadamente el 90% de los residuos
radiactivos generados por las actividades nucleares, e incluyen trajes de protección, guantes,
filtros de reactores, material hospitalario, etc. Su gestión no representa problemas.
Los residuos de vida larga, constituidos fundamentalmente por el combustible quemado,
presentan una mayor problemática debido a su elevada radiotoxicidad a largo plazo, por lo
que se analizan con más detalle en el siguiente apartado.

- 397 -
Tema 21 - Sistemas transmutadores de residuos nucleares.

21.2.1 Residuos de vida larga del combustible irradiado


El combustible irradiado está compuesto por distintos elementos, tal y como se refleja en la
figura 20.1. De ellos, los radionucleidos de vida larga son:
• el uranio (U).
• el plutonio (Pu).
• los actínidos minoritarios (AM): neptunio (Np), americio (Am), curio (Cm).
• algunos productos de fisión (PF), como el 129I, 135Cs, 99Tc, 93Zr.
• algunos productos de activación, como el 14C.

Figura 21.1 Proporción de los elementos presentes en el núcleo de un reactor PWR tras un año de funcionamiento.

Los actínidos son los elementos de número atómico mayor al del actinio, es decir,
comprendidos entre el 90 y el 103. Dentro de éstos, al neptunio, americio y curio se
los conoce como actínidos minoritarios. Por otra parte, con el término
transuránidos se denomina a los elementos de número atómico superior al del
uranio (92). Los principales son el neptunio (93), plutonio (94), americio (95) y curio
(96).

Estos radionucleidos son emisores de rayos alfa, beta y gamma, y se caracterizan por un
decaimiento radiactivo que puede extenderse durante varios miles de años. Su radiactividad,
medida en bequerelios (Bq), corresponde al número de núcleos que se desintegran por
segundo, y mide la dinámica de desintegración del nucleido inestable. Ahora bien, esta
radiactividad no da idea por sí misma de los efectos biológicos del radionucleido, debiendo
definirse el término radiotoxicidad.
Se llama radiotoxicidad a la medida de la capacidad tóxica de una cantidad de materia
radiactiva. Se evalúa relacionando la actividad (Bq) de dicha cantidad de materia con la dosis
que sería recibida por un conjunto de personas que la hubieran inhalado o ingerido. Así, la
actividad del radionucleido inhalado o ingerido se convierte en dosis (Sv) multiplicándola por
un factor de dosis (Sv/Bq). Los factores de dosis tienen en cuenta el metabolismo de los
radionucleidos en el organismo una vez ingeridos o inhalados, la naturaleza de los rayos
emitidos, la radiosensibilidad de los tejidos ... En general, los factores de dosis atribuidos a los
actínidos son de varios órdenes de magnitud más elevados que los de los productos de fisión

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

(ver Tabla 21.1). Es decir, a igual actividad, los efectos de los primeros son más importantes
que los de los segundos.

Tabla 21.1 Algunos factores de dosis extraídos de la ICRP-72 correspondientes a la ingestión de un adulto.

Isótopo Factor de dosis (Sv/Bq)


Pu - 239 2,5 10-7
Actínidos Am - 241 2,0 10-7
Np - 237 1,1 10-7
Zr- 93 1,1 10-9
Productos de fisión Tc- 99 6,4 10-10
Sm - 151 9,8 10-11

La evolución del inventario radiotóxico (o radiotoxicidad) de un combustible gastado en


función del tiempo, representada en la Figura 21.2, muestra que:
• El inventario radiotóxico global del combustible gastado decrece con el tiempo. Se
llega al nivel de la del mineral de uranio inicial después de unos 250.000 años.
• El plutonio es el principal contribuyente al inventario radiotóxico a largo plazo del
combustible gastado. Después de 300 años representa más del 80% del inventario
total y casi el 90% después de 500 años.
• Después del plutonio, son los actínidos minoritarios los que contribuyen más
• significativamente al inventario radiotóxico (suponen un orden de magnitud menos
que el Pu, es decir, un factor 10, y unos tres órdenes de magnitud más, es decir, un
factor 1000, que los productos de fisión).

Uranio inicial
Total
9 Plutonio
10 Productos de fisión
Actínidos minoritarios
Inventario Radiotóxico (Sv/tmpi)

8
10 Productos de activación de las estructuras
7 Uranio
10
6
10
5
10
4
10
3
10
2
10
10 100 1,000 10,000 100,000 1,000,000
Tiempo (años)

Figura 21.2 Evolución temporal del inventario radiotóxico de un combustible gastado, expresado en Sv por
tonelada de material pesado inicial. El combustible es UO2 del 3,7% de enriquecimiento descargado con un
quemado de 45 GWd/t y enfriado durante cinco años.

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Tema 21 - Sistemas transmutadores de residuos nucleares.

Se puede concluir que, en el combustible gastado, los actínidos (U, Pu, Np, Am, Cm) son los
principales contribuyentes al inventario radiotóxico. En menor medida contribuyen algunos
productos de fisión, como el 129I, 135Cs y 99Tc, que aun así deben tenerse en cuenta ya que su
solubilidad y alta movilidad los hace susceptibles de migrar más rápidamente a la biosfera y,
a largo plazo, provocar al hombre una exposición no despreciable a la radiación.
Sin embargo, los productos de fisión son los que determinan a corto plazo la cantidad de calor
producida en el combustible gastado.

21.2.2 La transmutación dentro del ciclo de combustible.


El ciclo de combustible nuclear se entiende como todos los procesos industriales necesarios
para alimentar de combustible los reactores nucleares y gestionar el combustible irradiado.
La última fase del ciclo del combustible, es decir, la gestión del combustible irradiado, presenta
actualmente dos alternativas distintas:

Ciclo abierto.
El combustible gastado es tratado como residuo, así como el uranio empobrecido de salida de
las plantas de enriquecimiento, cuyo uso no está contemplado. Se deposita directamente en
formación geológica profunda después de haber permanecido un tiempo almacenado para
evacuar su calor residual. Esta estrategia no escapa a dos críticas fundamentales, la segunda
de las cuales hace que cuente claramente con la oposición de la opinión pública:
• Conduce a desperdiciar los materiales fisibles residuales, que representan sin embargo
el equivalente de más del 30% de la energía producida.
• Obliga a almacenar y tratar definitivamente cantidades considerables de residuos,
precisamente los más peligrosos, los de vida larga.

Ciclo cerrado simple.


Está basado en el reprocesado del combustible irradiado, que ya no se trata como residuo.
Esta operación permite separar y recuperar el uranio y el plutonio contenidos en los
elementos combustibles (1% de 239Pu y 0.8% de 235U) para la fabricación de un nuevo
combustible que es irradiado en reactores de agua ligera (por ejemplo, en forma de MOX) o
en reactores rápidos. Al mismo tiempo permite reunir los PF y AM bajo una forma
concentrada, residuos de alta actividad que, una vez tratados, son enviados a un
almacenamiento geológico profundo. El problema es que la irradiación del combustible de
plutonio conlleva la producción de una gran cantidad de actínidos minoritarios, por lo que esta
estrategia no supone una reducción significativa de la radiotoxicidad.

MOX (Mixed oxide fuel): combustible formado por una mezcla de óxidos de plutonio
y uranio (UO2 + PuO2).

Por tanto, cualquiera de las opciones actualmente posibles en materia de gestión del
combustible irradiado pasa por el almacenamiento definitivo de cantidades considerables de
residuos de alta actividad. A pesar de que los estudios en cuanto a acondicionamiento y
almacenamiento definitivo son positivos, no cesa la oposición de las poblaciones a la
designación de emplazamientos subterráneos.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Por ello, desde principios de los años 90 se están consagrando importantes esfuerzos a la
investigación de estrategias de separación y transmutación para la eliminación de residuos
de larga vida. La separación comprende el conjunto de tratamientos químicos y metalúrgicos
destinados a separar nucleidos o grupos de nucleidos radiotóxicos del combustible irradiado.
La transmutación engloba la incineración o conjunto de transformaciones de dichos nucleidos
en otros estables o de vida corta, reduciendo así el inventario radiotóxico. Como ejemplo, la
Figura 21.3 muestra cómo sería la evolución temporal de la radiotoxicidad del combustible
irradiado con y sin transmutación.

100,000 Combustible quemado antes de la transmutación


Combustible quemado después de la transmutación
10,000
Radiotoxicidad relativa

1,000

100

10

0.1

0.01
10 100 1,000 10,000 100,000 1,000,000
Tiempo (años)

Figura 21.3 Evolución temporal de la radiotoxicidad relativa de una tonelada de combustible quemado antes y
después de la transmutación

Figura 21.4 Esquemas simplificados de ciclo abierto (a), ciclo cerrado simple (b) y ciclo cerrado de doble “estrata”
(c).

- 401 -
Tema 21 - Sistemas transmutadores de residuos nucleares.

La puesta en marcha de la transmutación para la gestión de residuos radiactivos modifica el


ciclo de combustible. Hay muchas variantes posibles, aunque básicamente los procesos son
similares en todas ellas, destacando el llamado ciclo cerrado de doble “estrata”.

Ciclo cerrado de doble “estrata”.


En este escenario convive un parque mixto de reactores dedicados a la producción de energía
eléctrica y a la destrucción de residuos. La mayor parte de la producción de electricidad tiene
lugar en los reactores de agua ligera. Una vez visto en la Sec. 21.2.1 que lo que interesa es
fundamentalmente transmutar los residuos de mayor vida y toxicidad, se comprende que se
sigan los siguientes pasos:
• Se reprocesa el combustible irradiado separando en distintas corrientes el uranio (U),
plutonio (Pu), actínidos minoritarios (AM) y productos de fisión (PF). Los procesos para
separar estos últimos serían similares a los que se llevan a cabo actualmente para la
separación del plutonio.
• Con el Pu se fabrica un nuevo combustible que será irradiado en reactores de agua
ligera o en reactores avanzados, lo que constituye el primer “estrata”.
• Con los AM (procedentes del reprocesado del combustible de óxido de uranio y del
que contiene óxido de plutonio), junto con el Pu no utilizado en el primer “estrata”, se
fabrica un nuevo combustible que será irradiado en reactores especialmente
concebidos para tal fin, como reactores con neutrones rápidos o sistemas híbridos, lo
que constituye el segundo “estrata”. La fabricación de combustible que contenga AM
plantea problemas de cara a los procesos industriales implicados, debido a los altos
niveles de radiactividad. En cuanto a la fase de irradiación en el reactor hay que tener
en cuenta la tendencia de los AM a producir un elevado número de neutrones, lo que
podría plantear problemas de control de la reactividad.
• Los únicos actínidos que se depositarían en formación geológica profunda serían las
pérdidas por reprocesado, lo que permitiría reducir en un factor mayor que 100 tanto
el inventario como la radiotoxicidad.
• Los PF también se almacenarían definitivamente. Si bien se podría contemplar su
transmutación, las bajas secciones eficaces de captura neutrónica los hace difíciles de
transmutar, y se requerirían periodos de irradiación muy largos.
Por consiguiente, en el ciclo de doble “estrata” se aprovecha el contenido energético de los
transuránidos, se elimina el riesgo de proliferación del combustible irradiado y se reducen los
requisitos del almacenamiento geológico. A más largo plazo, lo ideal serían ciclos de
combustible donde cada reactor nuclear fuera capaz de realizar la transmutación de sus
propios residuos.
Una vez planteado el interés de la transmutación y vistos los beneficios relativos a la reducción
del inventario de actínidos, se explican a continuación cuáles son los principios de la
transmutación.

21.3 Principios de la transmutación.


La transmutación aplicada al tratamiento de residuos nucleares consiste en modificar los
isótopos de vida larga para transformarlos en otros estables o de vida mucho más corta o que

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

presenten una radiotoxicidad menor. Esa modificación se consigue bombardeando los


isótopos con partículas elementales.
Estas partículas podrían ser, en principio, fotones, protones o neutrones. Sin embargo,
teniendo en cuenta que la transmutación debe ser además tecnológicamente viable y
energéticamente rentable (la destrucción de residuos no debe consumir más energía de la
generada al producirlos) cabe hacer las siguientes consideraciones:
• Los fotones de alta energía susceptibles de producir transmutación se obtienen por
efecto bremsstrahlung bombardeando un blanco con un haz de electrones acelerados.
Debido al elevado flujo de fotones necesarios para la transmutación, se requiere una
elevada corriente de electrones, inalcanzable con la tecnología actual, por lo que esta
técnica no es viable.
• Para producir transmutación con protones mediante interacción directa, se requieren
protones de muy alta energía capaces de superar la barrera coulombiana. Esta energía,
del orden del GeV, es superior a la energía obtenida de la explotación del reactor que
originó el residuo que quiere transmutarse. Por consiguiente, esta técnica no es
rentable.
• Debido a la ausencia de carga eléctrica, los neutrones no requieren energías tan
elevadas para producir transmutación. Por otra parte, se pueden obtener altos flujos
neutrónicos mediante una reacción llamada de espalación.
Por tanto, el neutrón es con diferencia, la partícula que mejor satisface las necesidades que
impone la transmutación.

21.3.1 Reacciones de transmutación.


Para la reducción del inventario radiotóxico, las reacciones de transmutación más
apropiadas son:
La fisión inducida por neutrones (o captura neutrónica más fisión, o captura más
desintegración más fisión), en el caso de los actínidos minoritarios.

93 Np 236 + 0 n1 → 93 Np 237
 14 min 32 min

 54 Xe 138
→ 53 Cs 138
→ 52 Ba138 (estable)

93 Np 237 + 0 n1 → 54 Xe138 + 39Y 96 + 3n 
 6s
 39Y 96 → 38 Zr 96 (estable)

La captura neutrónica, en el caso de los productos de fisión.


16 s

43Tc ( 210.000 años) + 0 n → 43Tc → 42 Ru100 (estable)


99 1 100

Los nuevos nucleidos pueden dar lugar a otras desintegraciones radiactivas de periodos
relativamente cortos dando lugar al final de la cadena a un nucleido estable.

- 403 -
Tema 21 - Sistemas transmutadores de residuos nucleares.

21.4 Sistemas transmutadores.


Como se vio en la Sec. 21.3, la transmutación de cantidades apreciables de actínidos mediante
interacción directa con protones no es rentable energéticamente, por lo que la transmutación
directa con aceleradores de partículas fue rápidamente rechazada.
La transmutación se puede llevar a cabo únicamente en sistemas donde exista un flujo
neutrónico apreciable, tales como:
• Reactores de fisión, térmicos o rápidos.
• Reactores subcríticos asistidos por acelerador.
La elección de uno u otro tipo dependerá del objetivo prioritario que se persiga (consumo de
Pu, transmutación de AM o de PF de vida larga). Así, para los PF, transmutables únicamente
por captura neutrónica, lo óptimo serán flujos neutrónicos intensos en el dominio térmico,
donde la probabilidad de captura es mayor, por lo que se elegirían reactores térmicos. Por el
contrario, para los AM, transmutables a través de reacciones de fisión, se trata de privilegiar
las fisiones respecto a las capturas neutrónicas. Esto conduciría a elegir espectros neutrónicos
rápidos, es decir, reactores rápidos.
Sin embargo, tal y como se comentó con anterioridad, la tendencia de los AM a emitir un gran
número de neutrones hace difícil controlar la criticidad del reactor cuando se utiliza una gran
proporción de AM en el combustible. Por ello se pensó en diseñar un núcleo subcrítico donde
el déficit de neutrones sería compensado por una fuente externa de neutrones.

21.4.1 La reacción de espalación.


La espalación es una reacción nuclear en la cual intervienen un núcleo pesado y una partícula
(en general un protón) acelerada hasta una energía del orden del GeV. Cuando ocurre una
colisión entre el núcleo blanco y la partícula incidente, algunos nucleones son eyectados
dejando al núcleo en estado excitado. Este núcleo se desexcita después emitiendo partículas,
en su mayoría neutrones, de energías de algunos MeV.

Figura 21.5 Esquema de una reacción de espalación.

Parte de estos neutrones tienen suficiente energía para inducir nuevas reacciones de
espalación con otros núcleos pesados. En el blanco, este fenómeno conduce a una cascada de

- 404 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

reacciones produciéndose así un número elevado de neutrones. Un protón de 1 GeV


incidiendo en un blanco de plomo puede de esta forma producir entre 25 y 30 neutrones.
En conclusión, las reacciones de espalación se pueden utilizar para producir neutrones;
neutrones que pueden servir para la transmutación de residuos. Cabe preguntarse si este
proceso es energéticamente rentable.
Con anterioridad se ha visto que el empleo de protones de 1 GeV no era rentable desde el
punto de vista energético para la eliminación de residuos. En ese caso un protón servía para
eliminar un solo núcleo. Con la espalación, un protón de 1 GeV produce unos 25 neutrones
que pueden transmutar hasta 25 núcleos. Es como si cada reacción de transmutación
requiriera unos 40 MeV de energía, mientras que una reacción de fisión produce unos
200 MeV.
Por consiguiente se pueden producir intensos flujos neutrónicos de forma energéticamente
rentable a partir de reacciones de espalación, que pueden tener como aplicación la
transmutación de residuos nucleares. Esta vía es la base de los reactores transmutadores que
acoplan un acelerador de protones de alta intensidad con el medio a transmutar.

21.4.2 Reactores subcríticos asistidos por acelerador.


Estos sistemas, también llamados híbridos4, consisten en asociar un acelerador de partículas
a un reactor nuclear subcrítico. El haz de partículas (normalmente protones) es acelerado
hasta energías del orden de 1 GeV, e incide sobre un blanco pesado. En el proceso de
espalación se produce la emisión de un gran número de neutrones los cuales pueden fisionar
los núcleos del combustible. De esta forma, el acelerador acoplado al blanco de espalación
hace las funciones de un generador de neutrones que alimenta el medio multiplicador
subcrítico. Este aporte exterior de neutrones permite mantener el funcionamiento
estacionario. Estos sistemas ofrecen las siguientes ventajas fundamentales:
• Pueden fisionar el Pu y AM procedentes del combustible gastado de los reactores en
operación, por lo que constituyen incineradores de residuos.
• Tienen un espectro neutrónico rápido, lo que mejora para los AM la relación
probabilidad de fisión respecto a captura. Por otra parte tienen una importante tasa
de conversión de material fértil a fisible.
• Son intrínsecamente seguros. Al ser el medio subcrítico, la reacción en cadena se
interrumpe al detener el acelerador. Debido a esta subcriticidad se puede contemplar
la utilización de combustible de cualquier composición, lo que no es posible en
reactores críticos.
• Pueden diseñarse para la producción de electricidad aprovechando la energía
contenida en los residuos. Una parte de la electricidad producida por este reactor
serviría entonces para hacer funcionar el acelerador de partículas.

4
Se los denomina híbridos porque asocian la tecnología nuclear y la física fundamental.

- 405 -
Tema 21 - Sistemas transmutadores de residuos nucleares.

Figura 21.6 Esquema del acoplamiento entre el acelerador y el reactor subcrítico en un sistema híbrido.

Se han propuesto diferentes esquemas conceptuales de reactores de este tipo como por
ejemplo el “Accelerator-driven Transmutation of Waste” (ATW) desarrollado en EE.UU., el
“Accelerator Driven System” (ADS) de Alemania y Rusia, y el “Energy Amplifier” (EA) del CERN.
Sin embargo, junto las ventajas anteriormente mencionadas, los reactores híbridos plantean
desafíos tecnológicos importantes. Es el caso, por ejemplo, de la ventana de acoplamiento del
acelerador a la vasija del reactor, del tratamiento selectivo de los residuos producidos durante
el proceso de incineración, del sistema de refrigeración, etc. Estos aspectos requieren
considerables esfuerzos de investigación, lo que supondrá altos costes y plazos de tiempo para
llevar a cabo un proyecto de este tipo. A corto plazo, y con una importante colaboración
internacional, se ha proyectado la construcción de un prototipo de laboratorio que permita
demostrar su viabilidad.
La Figura 21.6 muestra un esquema de un reactor subcrítico asistido por acelerador, donde el
refrigerante es plomo fundido. La energía de fisión en el núcleo combustible es transportada
por este refrigerante metálico en circulación natural a unos intercambiadores de calor desde
los cuales se aportará el estado térmico al fluido motor de un ciclo térmico convencional.

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Tema 22 Aprovechamiento de la reacción de fusión nuclear.


Conceptos de reactores de fusión.
Este tema tiene como objetivo exponer los fundamentos de la fusión nuclear como fuente de
abastecimiento energético. Se analizarán los requisitos que deben cumplirse para que sea
tecnológicamente posible, los distintos sistemas de fusión en desarrollo (fusión por
confinamiento magnético e inercial), así como las ventajas que ofrecen y las dificultades
científico-técnicas encontradas.

22.1 El ciclo de combustible de fusión.

22.1.1 Reacciones de fusión.


Las principales reacciones de fusión son las siguientes:
• la reacción p-p:

1 p1 +1 p1 →1 D 2 + e + +  e
Es la reacción más elemental. Se produce tras la desintegración + del núcleo {_2^2}𝐻e
inestable5 dando lugar a un núcleo de deuterio. Es una reacción importante puesto
que es la responable de la producción del deuterio en las estrellas.
la reacción D-D:
 1T 3 (1,01 MeV ) + 1 p1 (3,02 MeV ) Q f = 4,03MeV
1 D +1 D → 
2 2

 2 He (0,82 MeV ) + 0 n (2,45 MeV ) Q f = 3,27MeV


3 1

• la reacción D-T:

1 D 2 +1T 3 → 2 He 4 (3,5 MeV ) + 0 n1 (14,1 MeV ) Q f = 17,6MeV


• la reacción D-He3:

1 D 2 + 2 He 3 → 2 He 4 (3,6 MeV ) + 1 p1 (14,7 MeV ) Q f = 18,3MeV


Las tres últimas reacciones son las que tienen mayor interés por ser las más fácilmente
realizables en un reactor de fusión.

22.1.2 Combustible.
El combustible D-T.
Como se desprende de la Figura 6.3 en la página 110, la temperatura de ignición es mucho
más baja en la reacción D-T (4 keV) que en la reacción D-D (35 keV), por lo que la fusión con
combustible D-T será más fácil de realizar.
En esta reacción los productos de la fusión son una partícula alfa de 3,5 MeV y un neutrón de
14,1 MeV de energía. Esta reacción tiene dos desventajas:

5
El núcleo 2He2 no tiene un estado nuclear ligado. Cuando los dos protones están suficientemente
cercanos, uno de los dos sufre una desintegración p →n + e+ + e.

- 407 -
Tema 22 - Aprovechamiento de la reacción de fusión nuclear. Conceptos de reactores de fusión.

• En primer lugar, el tritio es un elemento radiactivo (de período de semidesintegración


de 12,3 años) que hay que producir artificialmente.
• En segundo lugar, el flujo de neutrones que llega a las paredes del reactor activará el
material que las compone. Como se verá en el siguiente párrafo, dicho flujo neutrónico
podrá utilizarse para producir tritio.
En este combustible de D-T se darán también reacciones del tipo D-D. Con un 50% de
probabilidad se producirá un núcleo de tritio más un protón, y con otro 50%, un núcleo de
helio 3 más un neutrón. Esta reacción de fusión generará núcleos de helio 3 que podrán
fusionarse entonces con deuterio produciendo una partícula alfa más un protón. Esta última
reacción es la más limpia, puesto que no produce núcleos radiactivos ni neutrones.

El combustible D-D.
Las reacciones de fusión con este combustible necesitan una temperatura de ignición mayor
que las del ciclo D-T. Sin embargo, en el ciclo D-D se puede introducir una pequeña cantidad
de tritio para catalizar la reacción, es decir, al ser menor la temperatura de ignición de la
reacción D-T, ésta servirá para calentar más el plasma y así poder producir las reacciones D-D.
El balance total de la reacción sería:
6 1 D 2 → 4 2 He 4 + 2 1 p 1 + 2 0 n1 Q f = 43,2MeV

22.1.3 Recursos energéticos.


Deuterio.
El deuterio se encuentra en el agua del mar, a razón de un isótopo de deuterio por cada 6500
de hidrógeno, es decir, el 0,15‰ del hidrógeno del agua del mar es deuterio. Se estiman unos
recursos de deuterio de aproximadamente 1013 toneladas. Por lo tanto, existe suficiente
deuterio para abastecer a la humanidad de energía más allá de la duración previsible de
nuestro planeta (109 años).
La obtención de deuterio se puede realizar a pequeña escala mediante el proceso de
electrólisis, o bien, a escala industrial utilizando un proceso de preenriquecimiento por
intercambio químico H2S/H2O que se utiliza como paso previo al proceso de electrólisis
común.
Su potencialidad energética se entiende al contemplar que 1 m3 de agua contiene 1025 átomos
de deuterio, lo que supone por fusión 7.94·1012 Julios. Para obtener esta misma energía se
precisaría quemar 300 Tm de carbón ó 1500 barriles de petróleo.

Tritio.
El tritio no se encuentra de forma natural, ya que el tritio es un elemento radiactivo, a
excepción del producido en capas altas de la atmósfera por la interacción con rayos cósmicos.
En las instalaciones nucleares de fisión se produce tritio de forma artificial.
En un reactor de fusión se podrá aprovechar el flujo neutrónico para producir tritio por
captura según las siguientes reacciones con litio:

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0 n1 + 3 Li 6 → 2 He 4 + 1T 3 Q f = 4,8 MeV

0 n1 + 3 Li 7 → 2 He 4 + 1T 3 + 0 n1 Q f = −2,47 MeV

Existe abundante litio (7,4% Li6, 92,6% Li7) en la corteza terrestre (~15 veces más abundante
que el U), con recursos estimados de ~9·109 kg. Incluso la concentración en el agua de mar es
relativamente elevada, aproximadamente de 0,17 ppm y 20 ppm en la corteza terrestre. De
manera que su duración, supuesta una tasa de consumo correspondiente a una demanda de
energía constante e igual a la del año 2000 y facilitada exclusivamente por fusión, sería de
2,3·107 años.

22.2 Fusión por confinamiento magnético (FCM).

22.2.1 Confinamiento del plasma.


El plasma es un medio conductor de electricidad, en el cual los iones y electrones se mueven
independientemente unos de otros. Si a este plasma se le aplica un campo magnético, los
iones y electrones seguirán trayectorias en forma de hélice alrededor de las líneas de campo,
quedando atrapados. De esta forma queda confinado el plasma.
Para crear estos campos magnéticos, se pensó en diseños en forma de cilindro, pero tenían el
inconveniente de dejar escapar las partículas en sus extremidades. Para evitarlo, se cerraron
sobre sí mismas las líneas de campo, utilizando bobinas dispuestas en forma toroidal. Sin
embargo, la curvatura del campo y su falta de homogeneidad (el campo es más intenso en el
borde interior del toro que en el borde exterior) causan una deriva de las partículas cargadas.
Los iones y electrones tienden a separarse, unos hacia arriba y otros hacia abajo. Para
compensar este efecto, las líneas de campo están modificadas para que sean helicoidales. Las
partículas pasan así sucesivamente arriba y abajo de la configuración magnética, y el efecto
de deriva que siempre está en el mismo sentido es de esta forma compensado. Esta forma
helicoidal del campo es obtenida añadiendo un campo poloidal perpendicular al campo
toroidal inicial.

Figura 22.1 Esquema de un Tokamak y un Stellerator.

El método utilizado para crear las líneas de campo helicoidal ha dado lugar a dos tipos de
instalaciones:

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Tema 22 - Aprovechamiento de la reacción de fusión nuclear. Conceptos de reactores de fusión.

• El tokamak, donde el campo poloidal está creado por una corriente eléctrica que
circula en el plasma. Esta corriente es producida por la variación de un campo
magnético exterior; es como si el toro de plasma fuera el circuito secundario de un
transformador.
• El stellerator, donde la configuración magnética es creada por corrientes que circulan
por bobinas externas.
El plasma se comporta como un gas y ejece una presión (cinética) sobre “las paredes” que
depende de la temperatura y la densidad. Si se quiere confinar el plasma, esta presión debe
ser compensada por otra. Y ésa es la función del campo magnético, que al tener las partículas
atrapadas en sus líneas de campo crea una presión que impide al plasma expandirse.

22.2.2 Calentamiento del plasma.


Una vez formado el plasma, tiene que calentarse para alcanzar temperaturas que permitan
que se puedan producir las reacciones de fusión. Existen varias formas de calentar el plasma:
El calentamiento óhmico. La corriente que circula por el plasma lo calienta debido a su
resistividad. A medida que la temperatura del plasma va creciendo, su resistividad baja y
también lo hace la eficacia del calentamiento. Este tipo de calentamiento no se puede realizar
en un stellerator puesto que no existe corriente en el plasma.
Inyección de partícula neutra. Un haz de iones es acelerado al exterior de la máquina y es
inyectado en el plasma después de haber sido neutralizado. La ausencia de carga eléctrica
aumenta su capacidad de penetración en un plasma ionizado. Estas partículas al atravesar el
plasma a su vez se ionizan y redistribuyen su energía por colisiones, calentando así el plasma.
Calentamiento por ondas electromagnéticas. El plasma puede absorber energía de ondas
electromagnéticas cuya frecuencia corresponda a frecuencias características del medio. Esta
radiación es emitida por antenas situadas en el interior de la máquina. Según la frecuencia de
la onda, la energía podrá ser absorbida bien por los iones, bien por los electrones.
Calentamiento por partículas alfa. Una vez iniciadas las reacciones de fusión, el plasma se
autocalentará gracias a las partículas alfa o a los protones creados durante la reacción de
fusión. Estas partículas cargadas cederán su energía a los electrones e iones del plasma por
colisiones.

22.2.3 Reactor de fusión por confinamiento magnético.


El esquema de funcionamiento de un reactor de fusión magnético es presentado en la Figura
22.2.
El combustible deuterio-tritio es inyectado  en una cámara donde, debido a los sistemas de
confinamiento y calentamiento, pasa al estado de plasma y se quema de forma continua .
El plasma produce residuos (átomos de helio) y energía bajo forma de partículas cargadas o
radiación (neutrones, radiación electromagnética) . Las partículas cargadas que se escapan
y la radiación ceden su energía a la primera pared, que se calienta . Esta pared está
refrigerada por un sistema de extracción de calor. Este calor es utilizado para producir vapor
y alimentar un conjunto clásico turbina-alternador para producir electricidad .

- 410 -
UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

Figura 22.2 Esquema de funcionamiento de una planta de fusión nuclear por confinamiento magnético.

La primera pared  tiene varias funciones:


• primera, recuperar la energía de los neutrones. Un fluido refrigerante circula en la
estructura de la pared para evacuar el calor y así producir electricidad.
• segunda, producir el tritio necesario para la reacción de fusión. Este tritio se produce
con la reacción de un neutrón con un núcleo de litio 6 o litio 7. Sería conveniente
privilegiar la reacción con litio 6 puesto que ésta libera energía que podría ser
aprovechada.
• finalmente, esta pared tiene la función de blindaje, atenuando el flujo neutrónico y
protegiendo todos los constituyentes externos.

22.3 Fusión por confinamiento inercial (FCI).


Al contrario de la fusión por confinamiento magnético que puede funcionar en modo continuo
(es decir, que el quemado de combustible se produce de forma continua una vez iniciada la
reacción), la fusión por confinamiento inercial tiene un modo de funcionamiento discontinuo.
Las etapas de un ciclo son la siguientes:
• Una cápsula o microesfera de deuterio-tritio (aprox. de 2 mg) que constituye el
combustible, es inyectada en la cavidad del reactor. Una vez que se encuentra en el
centro de la cavidad, se produce la iluminación mediante potentes haces de partículas
(fotones, rayos X, iones pesados o ligeros) que comprimen y calientan el combustible
hasta la fase de ignición.
• El combustible se irá quemando (sólo se quema un porcentaje pequeño) y los
productos de la fusión (principalmente neutrones y partículas alfa) escaparán del
combustible con una energía cinética muy elevada. La energía de los neutrones será

- 411 -
Tema 22 - Aprovechamiento de la reacción de fusión nuclear. Conceptos de reactores de fusión.

recuperada y utilizada en un ciclo termodinámico para elevar la temperatura de un


refrigerante.
• Se limpia la cavidad del reactor, permitiendo la iluminación de la siguiente microesfera.

22.3.1 Principales fases del proceso de fusión en confinamiento inercial.


El proceso de fusión de una cápsula de combustible en FCI comprende cuatro etapas:
absorción de la radiación, compresión de la cápsula, ignición del combustible, quemado
termonuclear.
En la fase de absorción, al incidir la radiación sobre la cápsula de combustible, el material se
transforma en plasma. La cápsula se ablaciona y las partículas de la cáscara se expanden con
una velocidad de 105-106 m/s. Esta expansión, por conservación de la cantidad de
movimiento, produce un empuje hacia la parte interior de la cápsula, comprimiendo y
calentando el combustible; es la fase de compresión o implosión.

Figura 22.3 Principales fases del proceso de fusión en confinamiento inercial.

Si al final del proceso de implosión se alcanzan las condiciones específicas de fusión, comienza
la fase de ignición. En este momento, las partículas alfa producidas aumentan la temperatura
del combustible venciendo las pérdidas de energía debidas a la radiación, la conducción
térmica y la expansión. Si la densidad es suficientemente alta, las partículas alfa se quedan
atrapadas en el combustible no quemado que rodea al núcleo. De esta forma las partículas
alfa calientan este combustible hasta encenderle. Así va avanzando la onda de quemado hacia
fuera; es la fase de quemado termonuclear, que se extingue cuando la densidad es insuficiente
para que se produzcan las reacciones de fusión.
Para que el proceso de compresión y calentamiento del combustible sea efectivo hay que
procurar, que se comprima la cápsula en primer lugar y que se caliente después. De esta forma
se pueden alcanzar altas compresiones, conduciendo a su vez a grandes valores de Q. Si se
calienta antes de tiempo, la presión en el interior de la cápsula aumenta, oponiéndose a la
compresión.

22.3.2 Método de irradiación.


La irradiación de la microesfera se puede hacer de dos formas distintas (Figura 22.4):
• Directa, es decir, que el haz láser o de iones deposite directamente su energía en la
microesfera. El interés de este esquema reside en la elevada eficacia de la

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

transferencia de energía a la microesfera. En cambio, los haces deben irradiarla de


forma uniforme, lo que exige un gran número de haces de alta calidad.
• Indirecta. En esta configuración la microesfera se coloca dentro de una cavidad de
algunos milimetros constituida por un material de alto número atómico (oro,
wolframio, etc..). Los haces irradian la pared interna de esta cavidad y crean un plasma
caliente que emite radiación X, la cual provoca la implosión de la microesfera. El interés
de la iluminación indirecta reside en la uniformidad de la irradiación de la microesfera,
con lo que se consigue una mayor estabilidad hidrodinámica de su implosión. La
desventaja de este metódo reside en la eficiencia en la transferencia de energía, es
decir, una gran parte de la energía del haz láser se pierde durante la conversión a rayos
X y no contribuye a la implosión de la cápsula.

Iluminación indirecta Iluminación directa

Figura 22.4 Microesferas de combustibles en configuración de iluminación indirecta o directa.

22.3.3 Cápsula de combustible.


Las cápsulas de combustible tienen un radio del orden del milímetro y están formadas por una
cáscara sólida que contiene una mezcla de D-T gaseosa. La cáscara consta de dos partes:
• La externa (el material de ablación), compuesta por un material ligero de tipo plástico
dopado por un material pesado de alta opacidad, que es la capacidad de un medio de
absorber radiación.
• La parte interna, constituida por el combustible frío en estado sólido.
La colocación de material de alta opacidad impide a la radiación del plasma de la cáscara
penetrar en el interior del combustible y calentarlo, lo que disminuiría la eficiencia de la
compresión, como se ha comentado con anterioridad.

22.3.4 El láser.
En principio, aunque no se han abandonado las investigaciones con aceleradores de iones, los
diseños de reactores de FCI incluyen la irradiación mediante láseres. Esto es debido a que los
haces láser son más fáciles de propagar y enfocar sobre el blanco, a pesar de su baja eficiencia
eléctrica. Al contrario, los haces de iones tienen mejor eficiencia, pero son más difíciles de
enfocar.

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Tema 22 - Aprovechamiento de la reacción de fusión nuclear. Conceptos de reactores de fusión.

Figura 22.5 Esquema del reactor conceptual “Hylife II”

Actualmente se están construyendo dos láseres de características similares que permitirán


alcanzar condiciones para la ignición del combustible y así comprobar la viabilidad de los
reactores de FCI. Estos láseres se encuentran en EEUU y en Francia (NIF y Laser Megajoule
respectivamente), y son el paso previo a la construcción de un láser para la utilización
comercial de un reactor de este tipo.

Los sistemas láser de estas instalaciones tienen unos 200 haces que suman una
energía de unos 2 MJ. La duración del impulso láser es de unos nanosegundos.

Para producir 1 GW eléctrico, un reactor FCI requerirá un láser que tendrá que ser capaz de
suministrar cada segundo 10 impulsos de 5 MJ cada uno con una eficiencia superior al 10%.

22.3.5 Reactor de fusión por confinamiento inercial.


El funcionamiento de un reactor comercial de FCI sería el siguiente. En un cámara de vacío se
inyecta el blanco de combustible. Cuando éste se encuentre en el centro de la cámara, se le
irradia con una serie de haces láser produciendo la implosión de la cápsula seguida de una
mini-explosión termonuclear. Las bombas de vacío retiran los gases y residuos de la explosión
antes de que un nuevo blanco sea inyectado.
Se hacen aproximadamente diez inyecciones por segundo, de manera que la energía liberada
pueda ser recolectada de forma continua. Los neutrones que se producen en las reacciones
ceden su energía a las paredes de la cámara. El calor generado se extrae con un refrigerante
que servirá de foco térmico para producir electricidad según un ciclo convencional.
Para que un reactor de este tipo pueda llegar a operar, hay que resolver una serie de
problemas como, por ejemplo, la composición de las paredes de la cámara. Éstas deben ser
capaces de soportar la continua e intensa irradiación neutrónica sin fundirse o
descomponerse. Se han propuesto varios métodos de protección o aislamiento de las paredes,

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UNED - Fundamentos de Ingeniería Nuclear

como hacer un recubrimiento de litio líquido o rodear el blanco con chorros de metal líquido.
Así por ejemplo, en la Figura 22.5 está representado el concepto de reactor FCI “Hylife II”, en
el que se utiliza una pared líquida gruesa de flibe (Li2BeF4) para protección de la primera pared
estructural.

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